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EL CENTRO EN LOS JÓVENES
“La llegada a las juventudes sale de adultos y comunidades que conservan la voluntad de estar con los jóvenes, y eso es el corazón de la vida salesiana”, sostiene el P. Raúl García sdb.
Después de un amplio recorrido por varias casas salesianas de todo el país, el Padre Raúl asumió el servicio de delegado de la Pastoral Juvenil en febrero de 2023 y en esta entrevista reflexiona sobre los desafíos del Sector, sus anhelos y los retos planteados en el último Capítulo Inspectorial.
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¿Cuáles son, en concreto, los principales puntos del Capítulo Inspectorial que hacen eco en la Pastoral Juvenil?
Nos habla de trabajar juntos consagrados, laicos y jóvenes, seguir dinamizando una metodología de discernimiento comunitario, y aportar a los procesos que tienen que ver con darnos tiempo para construir juntos.
¿Qué aspectos planteados movilizan y dinamizan desde la perspectiva de la Pastoral Juvenil?
El Capítulo Inspectorial puso en evidencia la necesidad de una nueva dinámica que emerge, más integral, de búsquedas sinodales y de algunas cuestiones que necesitan ser modificadas. Venimos de modelos de gestión y organización que necesitan un cambio, porque no se está logrando que sean efectivas pastoralmente, tienen un esquema de funciones que no son las más adecuadas y modos de vinculaciones que necesitan aggiornarse. A su vez, el Capítulo planteó otro modo de poder asumir juntos la misión salesiana en Uruguay. Hay que dinamizar mucho lo sinodal, que salesianos consagrados, laicos y jóvenes llevamos adelante la misión salesiana en Uruguay, algo que en capítulos anteriores no estaba tan presente. También emerge dinamizar la metodología, la del discernimiento comunitario, donde se avance y se llegue a decisiones por consensos. Lo otro novedoso es el proceso, por ejemplo, se llevó a cabo una Asamblea Precapitular, no tiene que terminar todo ahí, sino que hay que dar tiempo a los discernimientos. De hecho se va a conformar una comisión poscapitular que buscará ahondar en algunas cuestiones que quedaron para definir.
¿Cuáles son los desafíos que plantea el Capítulo?
El desafío es cómo todo esto que va emergiendo termina concretándose en nuevos modos de organización, que tiene que ver con los roles, estructuras, con los flujos de comunicación, y con modos asertivos de poder vincularnos y relacionarnos. También cómo lo planteado en el Capítulo se concreta en los modelos de gestión, que puedan funcionar por lógicas de sinodalidad y discernimientos comunitarios. Tenemos el reto de conjugar las herramientas del Capítulo, tomarlo como un momento de inflexión, y lograr que se permee en varios aspectos de vinculación, organización y de modelos de gestión de la comunidad salesiana.
¿Cuál es la trascendencia de tener este tipo de instancias para la Congregación?
El Capítulo es importante porque genera identidad, ser fieles a Don Bosco y a la misión salesiana. La fidelidad a los orígenes no es repetir siempre lo mismo, sino captar el espíritu de los orígenes, y la dinámica hace que vivamos nuestra identidad tomando las coordenadas del momento histórico que nos toca vivir. Tenemos que visualizar cómo logramos que nuestra identidad salesiana sea significativa y responda al hoy.
¿Qué implica el rol de delegado de la Pastoral Juvenil que iniciaste hace apenas unos meses?
Implica coordinación de equipos que buscan animar y acompañar la misión salesiana en Uruguay, en todas sus expresiones: colegios, parroquias, obras sociales, oratorios. Es un trabajo de mucha sinergia con los equipos del Sector, propios de la Pastoral Juvenil y también con otros delegados. Una tarea que incluye articulación y trabajo conjunto.
¿De qué se tratan los desafíos que tiene la Pastoral Juvenil a corto y mediano plazo? Hay un gran desafío que es generar articulación y sinergia, donde estoy convencido de que “todo está conectado”, frase y concepción que se puede aplicar a distintos niveles. Necesitamos evidenciar las conexiones y conectar distintas realidades que crean cosas nuevas. Hay una tarea personal de articulación, vinculación y de poder acompañar desde la cercanía a las comunidades. Otro reto importante es cómo logramos llegar a todas las juventudes. Estamos embarcados en reflexiones sobre cómo llegar a jóvenes mayores de 20 años. Hay que lograr que las obras y estructuras salesianas lleguen a los jóvenes y consigan vincularlos entre sí. Es una tarea trascendente a futuro. A largo plazo un desafío es colocar cada vez más en el centro de todos nuestros esfuerzos a las juventudes, que puede parecer algo obvio, pero necesitamos recuperar nuestra identidad con el eje en los jóvenes.
¿Cuáles son tus anhelos para la Pastoral Juvenil?
Me gustaría ver una Pastoral cada vez más integrada, que sea un lugar donde todo joven tenga su sitio, y todos los que estamos en la misión salesiana sumemos esfuerzos para eso desde nuestros lugares. Hay experiencias y búsquedas muy buenas, creo que es importante lograr visualizar las casas y lugares para vincularlos con los demás y sumar riquezas, abrir nuestras puertas para propuestas e iniciativas que nos vinculen. Un anhelo es recibir toda la diversidad de jóvenes, situaciones y de casas, y generar una unidad de criterios y de orientación. Que no signifique uniformidad, pero sí unidad de proyectos e identidad salesiana carismática acogiendo la diversidad. Que no nos coman los roles y estructuras de gestión, estar y acompañar no puede quedar en segundo plano. La llegada a las juventudes sale de adultos y comunidades que conservan la voluntad de estar con los jóvenes, y eso es el corazón de la vida salesiana.
Rector Mayor Don Ángel Fernández Artime sdb