Revista Border #4 LAS OVEJAS NEGRAS CAMBIARÁN EL MUNDO

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‘ nro 4. ano - 2. edicion

MADMEN - CUADERNOS DE DIBUJANTE - SOMA - PAJA 1 - HUNTER THOMPSON - RALPH STEADMAN - GALVESTON


Ilustración de Ralph Steadman. Extraída de “GONZO: The Art”. 2 1999. Editorial Phoenix. Londres,


LINEA EDITORIAL R

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Las ovejas negras cambiaran el

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ay pequeños indicios, diminutas células, unidades y puntos grises que vuelan en dirección opuesta a la colmena y a todo aquello que indudablemente debería ser de determinada manera, y que de hecho lo es. Porque la rebeldía resulta ser una virtud prodigiosa en un mundo donde la vida cotidiana es una auténtica perversión, y cada acción mecanizada, cada valor o cada formalidad, acarrea consigo el beneplácito para mantener a la humanidad arrodillada. Pero hay una luz al final del pasillo que cada vez se alarga mas y más, pero sin embargo ahí está, brillando como nunca antes. Un sujeto (porque siempre hay un sujeto, porque siempre debe haber un sujeto) elige mirar hacia otro lado, dice otras cosas, baraja otras cartas y recorre nuevos senderos por mas largos o tediosos que sean. Descubre que existe otra forma de contar la historia, de mirar la vida y redescubrir los colores del mundo en todo su esplendor. Remar para el lado opuesto a la marea contemporánea no es otra cosa que un don invaluable, es un salto para la humanidad entera que se ve expresado en pequeñas partículas contradictorias. Es un NO que suena a tractor en el medio de afirmaciones orquestadas, y desde esta revista no podemos evitar conmovernos con ese hito de valentía. Algo que muy pocas personas pueden ver y que sólo las ovejas negras podemos entender. Por eso cuando nos califican de inadaptados, odiosos, maleducados o desubicados, en realidad deberíamos ponernos contentos y autoproclamarnos como verdaderos puntos de resistencia a este espeluznante sistema que encarcela nuestros espíritus. No queremos ser educados bajo el mandato de El Ojo siniestro, no queremos estar adaptados a una sociedad profundamente enferma, ni profesar fanatismos que nos

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mundo

nublen la vista y nos condenen al olvido de la libertad individual. Tan sólo queremos ser paradojas explosivas. Vos sos el mañana, el hoy está podrido. Vos sos la auténtica cosecha de miles y miles de años de evolución: aquel grito esperanzador que no se escucha en todos lados, y que cuando escuchamos sentimos que nuestro congelado corazón vuelve a palpitar. Por todo eso hemos decidido dedicar este número a la oveja más negra del siglo pasado: el Dr. Hunter Thompson. En el marco del décimo aniversario de su muerte, la cual él mismo describió, con honestidad, como algo tan irrelevante como el fin de temporada de la NFL, optamos por hacer un especial en donde se repasen todos los aciertos y desaciertos de su carrera como escritor, periodista y persona disidente de todo principio en una sociedad que lejos estaba de comprender su estilo de vida Gonzo. También se hace presente el errático Donald Draper, un farsante del Old Fashioned cuya historia ya está llegando a su fin luego de ocho maravillosos años de mentiras y contratos millonarios; o Nic Pizzolatto, quién luego del éxito que le significó guionizar True Detective, decidió sacar del cajón una novela negra titulada “Galveston” en la cual se narra la historia de un matón de gran corazón llamado Roy Cady quién, a pesar de tener una enfermedad terminal, no pierde las esperanzas de comenzar de nuevo una vez mas. La paja como lenguaje, las falacias de la igualdad de género, el Stoner Rock y los laboratorios del dibujante son algunas de las otras cosas que componen el resto de este número, en donde les tenemos malas noticias a las autoridades y sus defensores. Estamos orgullosos de ser las ovejas negras de la familia, porque las ovejas negras cambiarán el mundo. Y cada vez somos más.


“Si trabajas en marketing, estás jodido y nos estás jodiendo. La única forma de salvar tu alma es suicidándote.” Bill Hicks: Revelations (1993)

¿QUIEN QUIERE SER

En una escena de la última tanda de capítulos de Mad Men, Pe t e Campbell (uno de los personajes más antipáticos de la serie) charla con su rival/amigo Ken Cosgrove (uno de los más queridos) sobre el futuro inmediato del segundo, a punto de dejar la agencia en cuyas paredes transcurre el 90% de la historia que se viene desarrollando desde el 2007. -Qué bueno que sigas rondando por aquí, sino no tendrías ningún futuro. -En publicidad tal vez… -¿Tienes otros planes? -Bueno, quizás la deje por algún tiempo. Pero carajo si no tengo algo para escribir sobre todo esto. -Nah, este mundo es muy aburrido. El novelista que se esconde en Ken ve en el mundo de la publicidad situado en la avenida

DONALD DRAPER? por Lucas Alarcón.

Madison (el “Mad” del título), una pepita de oro presta a ser pulida del barro. Un paralelo de lo que terminó haciendo Matthew Weiner, el guionista creador de la serie, quien encontró en la rutina laboral de esos hombres (“Men”) de mediados del siglo XX. La materia prima perfecta para radiografiar a la sociedad norteamericana durante casi 3 décadas, desde los conservadores 50s, pasando por el quiebre que impuso el descubrir los valores y consecuencias del espíritu libre de los 60s hasta llegar a los convulsionados 70s. El personaje al cual Weiner designó capitán de ese barco no se llama Donald Draper, tiene otro nombre, lo cual lo convierte en el tipo idóneo. Porque en Mad Men todo es la simulación de otra cosa. Un ascensor que se abre al vacío no es un error técnico del edificio, sino una oscura alarma de lo que se avecina. La metáfora acecha en cada rin-

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cón, durante cada minuto de cada capítulo. Al igual que una buena publicidad, Mad Men nos cuenta una historia para vendernos algo. Posiblemente el descenso al infierno de Don Draper. Un infierno encantador, conocido como New York.

¿QUÉ ES LA FELICIDAD? Matthew Weiner, un tipo bajito, regordete

y calvo, tal vez construyó a Don Draper para corporizar su Tyler Durden personal. Don Draper es el prototipo masculino que cualquier hombre (o mujer) desea encarnar. Apuesto, rico, inteligente, su propio jefe, degustador de hermosas y fatales. Porque por más que Don aparente ser la definición del self-made man, en realidad es un ser profundamente miserable, aparentemente incapaz de conseguir un poco de estabilidad emocional, ni hablar de lapsos prolongados de felicidad.

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Como el mismo Don define a unos clientes: “¿Que es la felicidad? Es un momento antes de necesitar más felicidad. No me conformaré con el 50% de nada. Quiero el 100%. ¿Están contentos con su agencia? Ustedes no están contentos con nada. No quieren más de eso. Quieren todo”. Curiosamente, los escasos momentos donde el hombre que se hace llamar Don Draper parece entrar en un contacto real con su alma (y con la nuestra), es cuando lanza unos cautivadores pitchs a sus clientes ricos y blancos de rancio linaje; cuando pone su corazón en un puño ante algo tan vulgar como un paquete de cigarrillos o una máquina para pasar diapositivas, habitualmente echando mano de su propio pasado, cuando se llamaba Dick Whitman, un huérfano criado en un burdel. Don Draper no es Don Draper, es otra persona, con la difícil tarea de representar a Don Draper en un contexto social y político donde Don Draper es un jugador muy codiciado. La


travesía de Mad Men se inicia durante la década del 50, cuando Hollywood imponía el modelo de hombre de familia oficinista que regresaba a su casa al anochecer, donde su esposa lo esperaba con la cena caliente y sus hijos contaban su día, para luego pasar a la sala de estar a mullirse bajo la calidez catódica que desprendía ese lujoso ingenio llamado Televisor, adquirido con buenos dólares norteamericanos fruto del trabajo honesto. Él cumple con todos esos requisitos. Lo que la imagen demanda, la familia Draper devuelve. Pero como vamos a ir descubriendo con el correr de las temporadas, la mujer no espera con la comida caliente en la mesa porque no quiere eso de su vida (en realidad, no sabe lo que quiere), la hija va a ser una pionera en ese novedoso tema de custodia compartida entre padres divorciados y Don nunca logrará recuperar lo que allí perdió. Porque prefiere seguir intentando representar ese estado idealizado que es ser “Don Draper”, antes que asumir sus propias fallas como hombre corriente. El juego que Mad Men propone es tentador. Permitirnos a nosotros, evidentes hombres corrientes, ser Don Draper durante una vez a la semana. Beber a cualquier hora, manejar autos dignos de James Bond y saborear las mieles de la altísima sociedad. Pero las habilidosas manos creativas detrás de la serie nos obligan a pagar una onza de nuestra propia carne por ese sueño. Sufrir lo mismo que Don sufre. Humillarnos cuando nuestra hija nos descubre garchando con la vecina. Llegar a nuestro departamento luego de que nuestra alma gemela nos haya rechazado solo para descubrir que

nuestra ex no nos dejó ni una silla donde sentarse. A estar abrumadoramente solos en la mayor cosmópolis del planeta, a pesar de tener rendida a nuestro pies a la perfección hecha mujer llamada Megan Draper, siendo solo otro requisito a llenar para mantener las apariencias.

EL FIN DE UNA ERA Por más que Pete Campbell vea un mundo aburrido en su rutina laboral, la serie logra linkear con los sueños mojados del occidente capitalista. Otro de los aciertos de Mad Men, que los desmarca del resto de las series “del momento”. Ahí donde Game of Thrones propone una épica medieval mixturado con conjuras palaciegas, o el ya gastado post apocalipsis zombie de The Walking Dead, Mad Men nos rehúye de la realidad pero sin tomar distancia de quienes somos realmente, no abusa del escapismo facilista. Una paradoja interesante, vestirnos de Don Draper una vez a la semana nos permite enfrentar y discutir algunos de nuestros propios asuntos inconclusos, descubrir quiénes somos realmente. La séptima y última temporada se promociona como “El fin de una era”, ha-

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ciendo un juego de palabras entre las eras donde efectivamente transcurre la serie, cierta soberbia por sobre las series competidoras y un desafío abierto al proponer que la famosa “edad de oro” de las series puede ser que esté llegando a su punto final. Si nos fijamos en la letra chica, Weiner comenzó su carrera como guionista destacado de la mano de David Chase, a quien le presentó su guion del piloto de Mad Men e inmediatamente lo ha contratado para trabajar junto a él en The Sopranos, la serie que muchos indican como la precusora de la ficción de calidad en la pantalla chica. Pero mucho ha cambiado desde que HBO coronaba un éxito tras otro en su oferta de cable y AMC dejó de pasar clásicos hollywoodenses para producir hits. Internet devoró todo y los servicios VoD (Videos on Demand) como Netflix son jugadores cada vez más importantes en el partido del entretenimiento. Mad Men se forjó en el seno de este fenómeno masivo, cuando bajar capítulos subtitulados demandaba dos días de ansiedad, muy diferente a la actualidad cuando se pueden ver casi en simultáneo (como seguramente sucederá con el capítulo final). Como destacaba antes, la ficción televisiva norteamericana ha comenzado a buscar historias escapistas de corte más fantasioso, e incluso ya está utilizando la triquiñuela de revivir éxitos pasados como The X files o Twin Peaks con el fin de colmar paladares necesitados de un nuevo capítulo cada semana, una nueva

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temporada cada año. ¿Estaremos efectivamente observando el ocaso de una revolución artística como hace tiempo no sucedía en el entretenimiento popular bien entendido? Solo el correr de los años lo responderá, pero como bien propone la serie que nos ocupa, los únicos interesados en conocer al 100% la mente y las motivaciones de los consumidores parecen ser los publicistas. Y el “fin de una era” es un pitch que pudo haber surgido tranquilamente dentro de las oficinas de Sterling-Cooper. Mientras escribo estas líneas aún no se sabe cuál será el destino final de Don Draper. Como Bill Hicks dice claramente en el gag que prologa la nota, la única salida para los publicistas que negocian su alma (y por ende, la nuestra) al vil metal solo les queda como salida la muerte, preferentemente el suicidio. Tal vez por allí vaya la cosa. ¿Cómo será el final de Don Draper? ¿Tendrá uno metafórico, con Dick Whitman asesinando a su alter ego “triunfador” y huyendo a buscar la redención por otras tierras menos hostiles? ¿O literal, como propone el opening, con Don arrojándose lentamente al abismo? Lo que sea que Weiner tenga planeado para su criatura, sólo nos queda agradecer por dejarnos disfrutar de ese disfraz de traje y corbata con aroma a Old Fashioned durante todos estos años, para finalmente colgarlo en el ropero. Porque, honestamente, ¿quién quiere ser Don Draper?


por

HOAX

Ilustra Mauro Ramis

Ilustración inspirada en la película “Love” de Gaspar Noé.

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N

PERCEPCIONES DE UN PAJERO

o es una novedad que todos los hombres ven porno durante casi toda su vida, mientras se pare siempre existirá el guante. Tampoco es una novedad que un hombre solo en un cuarto con Internet y sin mucho para hacer, ve porno. Y mucho menos deja de ser una novedad el hecho de que la industria del porno es cada vez más prolífica y la que más ha crecido en los último años. Cada año Google publica las palabras mas buscadas del año. ¡Adivinen cual es la que siempre gana! Pero hasta para Google ya resulta ridículo publicar eso, y ponen cosas como “Viaje a la luna”, “Buda”, “Eclipse”. Patrañas, la respuesta es porno y siempre lo fue. En Estados Unidos, por dar un ejemplo (aunque no tenga dudas de que en el resto de los países mínimamente desarrollados como para ofrecer acceso a la red a sus habitantes ocurra lo mismo), la industria del entretenimiento se desarrolla a partir de la triple equis, que siempre esta en el podio. Porno, y después el resto: cine, música, videojuegos, comics, revistas. Quiero decir, estos tipos realmente mueven muchísimo dinero. Pero lo que nadie sabe, o por lo menos nadie habla, es que el porno, además de degenerar la cabeza del hombre de una forma deliciosamente repugnante, es un pésimo compañero de trabajo. Esta es mi experiencia: Siempre llego a mi casa con una meta fija en la cabeza: finalizar y empezar entre dos y cuatros textos. Me siento en la computadora pensando en que no voy a abrir el Facebook y, menos aún, no voy a abrir mi página porno favorita que actualiza todos los días como si fuera un

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foro de noticias. Simplemente se la pasan garchando y filmando. Abro el Word y la pagina en blanco me mira y se ríe de mi. Sin pensar en nada más que en la idea general, comienzo a desglosarla minuciosamente, tratando de comenzar con un desarrollo sustancial de algún tópico cotidiano que lleve lentamente al lector hacia otra cosa más general en la cual resulta, creo yo, imposible no sentirse identificado (y quizás sea lo que estoy haciendo ahora). Es ahí cuando comienza el climax real del acto de escribir. Aunque no me considere un escritor, me entusiasmo con la idea y comienzo a hablar enteramente de lo que me importa decir. Estoy contento. Resulta ser muy satisfactorio y placentero, las cosas están saliendo según lo planeado. Me encuentro en mi cómodo espacio burgués haciendo lo que me gusta sin nadie alrededor que me interrumpa. Las palabras se multiplican sin cesar y las ideas afloran como un campo de soja cordobés, el cenicero rebalsa de colillas. Pero entonces, tarde o temprano, aparece lo que yo llamo “laguna semántica” en la cual no sé como carajos seguir con la idea ni, mucho menos, qué palabras utilizar. Esto puede deberse a dos cuestiones: o el texto en su conjunto comienza a decepcionarme, o nunca fue una buena idea la que tenía a la hora de sentarme. La noción de haber desperdiciado dos o tres horas de valioso tiempo en algo que no cumple con las expectativas mínimas me perturba. Créanme, para una persona que trabaja con palabras, el tiempo es algo muy preciado y nunca sobra, siempre falta.


Entonces comienzo a ahogarme en mi propia laguna tirando manotazos al aire, al punto mismo de que ya no tengo ganas de seguir escribiendo, incluso me duele la espalda y mi silla me parece una mierda. En lugar de agarrar un libro para estimular la creatividad, elijo tomar una decisión de la cual no puedo volver. Es ahí cuando mi bulto comienza a ser invadido por una leve sensación de cosquilleo.

cosa que tampoco es una novedad, es que cada sujeto tiene una actriz y una categoría preferida. Sí novias, sí chicas que esperan al príncipe azul. Debo decirles que esto es ¿lamentablemente? cierto. El príncipe azul se hizo una paja y

Sumergido en la culpa causada por la procrastinación pienso en una preferencia aproximada mientras dirijo el cursor hacia un lugar prohibido y oscuro: ¿anal? ¿interracial? ¿milf? ¿orgía? ¡Todas! ¿Por qué no? Si sé que están todas esas categorías juntas, todos lo sabemos. Un par de negros revolcándose con unas buenas milf y metiéndosela por el culo no le hacen mal a nadie, o al menos eso creía. Me miento a mí mismo: “bueno, una sola como liberar el estrés y sigo”. Escribo: anal interracial milf orgía. Como si estuviese en una especie de hemeroteca virtual y fuese el investigador que siempre quise ser, buscando noticias sobre un homicidio sin resolver ocurrido treinta años atrás, fumando puro e insultando a la secretaria de mi jefe. Comienzo a navegar entre las miles de opciones que arroja el buscador hasta encontrar una combinación acorde a mis expectativas. Porque otra

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después salió para tu casa, quizás por eso llegó diez minutos tarde. Comienza el ritual, y mientras busco entre la amplia oferta pienso en que tengo a mis espaldas la sombra moral de miles y miles de hombres en toda la historia del ser humano que se han masturbado, ellos me protegen y me honran. Ellos tapan mis desgracias con el simple hecho de haber existido antes que yo. Me imagino a Nietzsche masturbándose, a Burroughs, Huxley, Coupland, Welsh, Foucault... Todos ellos también se masturbaron en algún momento de sus vidas, quizás incluso eran mucho mas depravados que yo, pero eso no impidió que sean grandes cerebros para la escritura. Así es como me consuelo, pensando en que es natural y puramente complementario; filosófico y esquemático al mismo tiempo. Abro unas cinco o seis pestañas (el sistema de pestañas ha facilitado el trámite, antes debías pasártela minimizando ventanas y desconcentrándote de la tarea), y voy alternando según una rebuscada taxonomía: cuando me cansé de la mamada de alguna niña pretenciosa, paso a la penetración de la otra pestaña, si esa no me excita lo suficiente paso a otra que muestra un anal hardcore; o recuerdo cuál fue el video que me gustó más por la imagen y empiezo por ese, sucesivamente. Me la manoseo mientras observo la piel tersa y

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bronceada con la atención digna de un congreso sobre la fosilización erosionada por las lluvias ácidas de la era mesozoica en la jodida Cordillera de Los Andes. El gusano flácido que colgaba de mis manos se convirtió en una sólida barra de acero y comienzo a masturbarme con desenfreno, pensando en que sí aplicase el mismo entusiasmo para escribir ya sería una especie de Arthur Miller 2.0. Pero uno se acostumbra a todo y acepta el devenir de los hechos. Algo que hay que prever si no querés acabar con todas tus camisetas llenas de esperma es el final. Con regularidad se me pasa por alto el rollo de la higiene, debería ir a buscar papel o una servilleta antes de masturbarme, pero la ansiedad por tener una buena eyaculación y aprovechar el momento al máximo siempre gana. Entonces cada vez que alguien entra a mi cuarto verá una remera llena de manchas blancas tirada al lado del escritorio. Dejo la ventana incógnita abierta creyendo que permanecerá ahí un largo rato sin que ni siquiera la mire, pero cada vez que quiero buscar algo en la ventana, digamos la “legal”, la otra muy pervertida se muestra con un título como “las calientes amigas de papá” me hago el serio un rato y trato de ignorar el éxtasis que esa proyección me genera. Se supone que debo retomar el trabajo y aprovechar el tiempo al máximo. Pero no es más que otra mentira, vuelvo a masturbarme. A medida que acrecienta el número de disparos, menos potencia contienen las balas. No sé si me siguen.

sueño, cada disparo equivale a una pérdida considerable de energía. Pero sobre todo no tengo ideas, tanto porno me bloqueó las neuronas y en mi cabeza sólo hay fricción de órganos sexuales. Estuve casi tres horas sentado y ahí me encuentro, hundido hasta las rodillas en un río de vaginas y no de historias. En mi cabeza, toda mínima aspiración vocacional se pone en duda y desespero. Con la mano derecha pegajosa y un olor similar al de la carne cruda en mi entrepiernas me voy a dormir postergando toda la actividad un día más, prometiendo que mañana finalizaré todo y aceptando el hecho de que con porno no se puede trabajar. Como si fueran dos actividades antagónicas imposibles de concebir en paralelo. A partir de mi experiencia, cada vez que un hombre dice ser una persona espiritual pienso en consultarle cuántas veces se masturba a la semana. Aunque nunca formule tal pregunta, estoy seguro de que la respuesta, incomoda, siempre será la misma: varias.

Al cabo de un rato ya ni quiero pensar en la cantidad de veces que me masturbé, me doy bronca e incluso asco. Miro el reloj y ya son las cinco de la mañana. Trato de teclear algo pero mis dedos están acalambrados por haber estado empuñando mi verga un largo rato y además tengo

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Ilustra Renzo Podestรก

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GALVE

LA NOIR D

多HAS ESTADO alguna vez en galveston?

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ESTON

DE NIC PIZZOLATTO

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Ilustra Mauro Ramis


Resena

La importancia del olvido

por HOAX.

Galveston es una novela que jamás habría visto la luz (o al menos nadie se hubiese interesado por ella) si no fuese porque su autor, Nic Pizzolatto, es el cerebro detrás de True Detective. Aquella serie que ha hecho estragos entre los seriéfilos por tan descabellada historia, representada mediante una particular fotografía de los hostiles desiertos yanquis, un lugar que se presta para todo tipo de oscuridades. La serie trata una historia que se desarrolla a partir de dos actores conocidos, haciendo un papel que les resulta inverosímil e investigando el terrorífico homicidio de una mujer que apareció en el medio de la nada, con la cabeza incrustada en un árbol y unos cuernos atados sobre ella, como sí se tratara de alguna especie de gualicho o vudú africano. La serie logra cautivar al espectador desde la primer toma. Pero si quieren ver la serie pueden hacerlo. Personalmente no quiero cometer el error de hablar en términos de la “carrera” de un escritor, sino que simplemente quiero hablar de la obra en sí. Y esa obra es Galveston, un debut que ha sido tan desorbitante para los editores, que incluso Salamandra inauguró un colección noir llamada “Black Salamandra” donde Galveston es el primer tomo. Se trata de una novela negra que relata las andanzas de un matón llamado Roy Cady -y no Cody como dice en la contratapa de la edición castellana - que, aunque puede ser realmente rudo cuando la situación lo amerita, con el correr de las páginas se revela como un personaje de gran corazón, que cuida a los suyos y, por mas que se resista, adquiere cariño fácilmente por las personas que le interesan y le parece que han sufrido lo suficiente como para poder hablar del diablo. Si la historia de un viejo rufián medio muerto, que deja todo atrás y se larga a la ruta con una joven hermosa escapando de sus asesinos pese a

saberse condenado, se ha contado un millón de veces, Pizzolatto ni siquiera se molesta en contar otra e intentar parecer original. Pues como en toda novela negra –y esta es negrísima- todo se ve claramente estereotipado en su representación estética. La novela en sí es una reivindicación de las viejas bases que se establecen a la hora de pensar una noir: un crimen, un escape, un plan, un pasado, un futuro incierto y una voz en off que se mantiene melancólica pensando en que todo podría haber sido de otro modo. Una causa y un efecto. Una sucesión de malas noticias en donde las palabras “Colt”, “Mustang”, “Cadillac”, “humo” y “Whisky” aparecen más de una vez. La minuciosa descripción que hace el autor de los escenarios y los personajes son lo que uno espera que sean en ese contexto, y en ese género: todo trascurre en las gélidas estepas del sur de Estados Unidos. Él es un texano de mirada penetrante que porta unos jersie, unas botas tejanas, su cazadora bajo el brazo y una botella de whisky a donde sea que se dirija. Ella es una prostituta de dieciocho años que fue violada y embarazada por su padrastro, para luego ser abandonada por su madre y comenzar a juntarse con la gente equivocada. Ambos se lanzan a la ruta en búsqueda de un destino, de un cielo un poco más azul, luego de que sus caminos de entrelacen en una desafortunada situación. Creo que el trasfondo filosófico que brinda la novela es la creencia, alentadora quizás, de que nunca es tarde para comenzar una vez más. Como si todos tuviésemos derecho a una segunda oportunidad para remendar nuestros errores y la felicidad estuviera ahí esperando en algún lugar de la carretera. O no. La enrevesada psicología de los personajes se presenta a los ojos del lector mediante una prosa desoladora y ambigua, en donde cada pensamiento y cada palabra que se dice en realidad quiere decir otra cosa, que sólo será revelada en el final del libro. Como si cada hecho fuese

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la sucesión de otro ocurrido varios años atrás y nunca pudiéramos escapar de nuestro pasado. Ésta secuencia de causa y efecto a la que me refiero se ve claramente plasmada en la misma cronología que Pizzolatto nos plantea en la narración, ya que la historia sucede en dos partes (y aquí encontraremos otra similitud con True Detective): 1987, causa; 2008, efecto.

La causa

En su vida anterior, es decir en las primeras páginas del libro, Roy era el matón encargado de realizar el trabajo sucio para un ruso perverso llamado Stanislaw Ptitko que, como reza el primer capítulo, es un tipo que no anda con rodeos a la hora de ejecutar a alguien y arruinar vidas enteras: “Sí los soviéticos contaban de verdad con gente capaz de meterte el alambre de una percha al rojo vivo por el agujero de la pija, debían ser tipos como Stanislaw Ptitko”. Como buen cabrón, Ptitko se folla a la ex pareja de Cady, Carmen, una latina de curvas voluminosas, quien todavía siente cierto cariño por las pelotas de Roy. Esto no parece ser de agrado para Stan y manda a nuestro personaje a una misión demasiado fácil para ser real, junto a otro anzuelo llamado Angelo, que también se había encamado con Carmen algunos años antes. Demasiadas casualidades son dignas de sospecha para Roy. Creo que en este punto también encontramos una característica básica de las novelas negras, y de una novela que ha estado guardada en un cajón durante casi cuatro años: un jefe mafioso por demás inseguro y celoso, paranoico acerca de la lealtad que le brindan todas las personas que lo rodean. Un tipo sufrido que necesita que le palpen la espalda y lo feliciten por haber liquidado a un pobre diablo sólo para mantener su estima en alza. La premonición de Roy se cumple, y sus colegas efectivamente tenían ordenes de aniquilarlo. Pero no sólo a él, sino también a Angelo. En su praxis de violencia racionalizada para resolver asuntos, Ptitko cree conveniente hacerlo en la

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casa de Sienkiewicz, un funcionario corrupto –a quién supuestamente sólo debían extorsionar, sin armas- que ha roto ciertos códigos del business y también estaba condenado a la bala. Para así matar no dos, sino tres pájaros de un tiro. Pero Roy ya ha pasado por situaciones como esta, y sus ahora asesinos no saben a quien se enfrentan realmente. Luego de una orgía de tiros en la oscuridad, Cady logra esquivar las balas y tumbar a los traidores. Éste hecho es interpretado por Cady –un tipo supersticioso que cree en la predisposición del destino- como una especie de milagro y marcará los pasos a seguir del protagonista, quien, en un nervioso ataque de empatía, se lleva consigo a una de las putas que acompañaban Sienkiewicz con la idea de llevarla a una zona segura y seguir viaje. Demostrando que lo último que perderá será su dignidad. Me pregunto si alguno de nosotros haría lo mismo. El nombre de su nueva compañera es Rocky, con quién establece una relación platónica, aunque de forma cautelosa y temeraria, y la irrupción de ésta en la historia cambiará esporádicamente los planes. Ahora Roy Cady es un fugitivo que carga con la decepción de que su propio jefe, a quien consideraba casi-casi un amigo, fue capaz de liquidarlo por una vagina, dimensionando la importancia nimia que tenía su vida para Stan Ptitko. Incluso menos que para él mismo, y eso es algo que Roy no creía posible. Pero la cosa no termina ahí, y es que la vida puede ser realmente bastarda. Esa mañana le habían diagnosticado cáncer de pulmón. No sólo se trataba del cabrón de su jefe o de su errático pasado. También sumaban una mochila realmente pesada una niña de dieciocho años que


no sabe qué hacer con su vida, y la guadaña de la muerte llamando a puerta: “Pero yo no necesitaba un plan, tan sólo mantenerme en movimiento. Como el asesino más puro, ya estaba muerto”.

¿Has estado alguna vez en Galveston?

La etimología de la novela se funda sobre, justamente, el pasado de Roy Cady, algo que porta de gran importancia en la estructura misma de la novela. Es que las playas de Galveston (una pequeña isla pesquera del sudeste de Estados Unidos), fueron el último lugar donde Cady ha sido feliz junto a la única persona que realmente amó, su ex novia Lorraine, quien, al día de la fecha, se encuentra felizmente casada con un millonario y lo odia. Entonces el lector podrá encontrarse con pequeños vestigios de poesía cubierta de nostalgia. Pálpitos de romanticismo en donde Pizzolatto nos sumerge en lapsos de pasión y remembranza entre tanta soledad y violencia. Descubriendo a un personaje más complejo de lo que creíamos, un pobre tipo que no logra entender cómo fue que todo se derrumbó por la simple decantación de las malas decisiones.

El Efecto

Rocky y Roy son ahora la clásica pareja que viaja por las extensas rutas yanquis del sur, sin rumbo y capaces de hacer lo que sea para sobrevivir. Entre ellos se genera un vínculo de lealtad parcial, ya que él se resiste a la idea de una acompañante, costumbre que mantiene luego de tantos años rodeado de mafiosos y yonquis en los que nadie podría confiar. Pero sus días están contados y las curvas de Rocky son un buen último recuerdo para llevarse a la tumba. De todas formas, Cady se muestra respetuoso y guarda cierta reticencia a entregarse a las garras del deseo que sucumben desde el asiento del acompañante de su Van. Ella, por su parte, ve en Roy una oportunidad para recurvar su vida en la ruta del aprendizaje y rescatarse de una buena vez. Ambos cargan con sus historias y parecen entregarse al devenir de

los hechos, a disfrutar del recorrido interminable y los anaranjados atardeceres. Ejecutar planes que siempre habían sido postergados para poder resolver cuentas pendientes y entregarse a una vida de estaciones de servicio y habitaciones de motel. Cómo si anduviéramos por la vida acumulando tristes anécdotas, resignados a la renuncia y aceptando el destino sin chistar. Veintiún años después la historia retoma sin brindar ningún tipo de conexión con la primera parte, más que la incapacidad del personaje por superar el pasado y las enseñanzas que nos dejan aquellos hechos que marcan nuestras vidas de una vez y para siempre. Se trata de un recurso mediante el cual Pizzolatto logra atrapar la atención de los lectores hasta el final del libro a la espera de más sorpresas. En esta línea se nos plantea a un Roy Cady que ya está de vuelta. Viejo y con el cuerpo hecho mierda, se dedica a la pesca de moluscos y se junta con veteranos de Vietnam a jugar al ajedrez en un café bar de mala muerte. Adivinen donde. Si, en Galveston. Ese lugar donde el sol siempre brilla y el tiempo parece no transcurrir. Ese lugar en donde podemos estar tranquilos con nuestro pasado y con todas las personas que hemos dejado en el camino. Pero la pesadilla aún no ha terminado, y lo que pasó en 1987 todavía está pasando.

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Ilustra Renzo Podestรก

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+ igualdad + plusvalĂ­a

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C

Por Guillermo Donicelli

on la finalidad de ser políticamente correcto, en muchas ocasiones hemos cometido el delito de callar o de opinar a favor de muchas cosas de las cuales, tiempo después nos arrepentimos. Muchos, como yo, somos militantes de la igualdad de derechos para todos los seres humanos, pero hay algunos rincones de la igualdad que rozan nuestras fibras más sensibles y, para evitar enfrentamientos que en muchos casos son innecesarios, nos encontramos en silencios incómodos equivalentes al instante en que un hombre se dice a sí mismo “¿la beso o no?”, poniendo sobre el tapete esa actitud de corresponder con el estereotipo y violar el espacio íntimo de la mujer, o no. Esa timidez que nos impide dar rienda suelta a nuestra libido es casi la misma que nos impide decir algo que puede implicar la reprobación de todo el resto. Pero, con suerte, alcohol, drogas o voluntad, uno besa. ESO es reconocer la presencia de los propios genitales.

criado bajo el nombre de Brenda) demostró un comportamiento sumamente masculino (y después de haber sido discriminado por todos sus compañeros de escuela por tener tales comportamientos), los padres decidieron contarle a su hijo/a que en realidad era hombre y que por un error médico pasó a ser mujer. Bruce Reimer sufrió toda clase de peripecias en su vida hasta culminar en su suicidio.

Mucho tiempo atrás, el psicólogo especializado en cambios de género John Money, se encontró con un caso de un niño muy pequeño llamado Bruce Reimer, quien, debido a algunos problemas para orinar, fue sometido a una circuncisión y que, debido a un error médico, este niño perdió el pene. Esto le sirvió para comprobar su teoría de que el niño, independientemente de su género biológico, puede ser criado tanto como hombre como mujer. Así fue que decidieron criarlo bajo el nombre de Brenda. Cuando el jóven Bruce Reimer (hasta entonces

¿Por qué pongo en paralelo un niño que sufrió por un error médico con un niño que “decidió” ser mujer?

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En el año 2013, una familia de Buenos Aires presentó ante el Registro Provincial de Personas un caso en el cual su hijo Manuel habría decidido llamarse Luana. Bueno... este artículo parte de la siguiente premisa: Cuando Manuel (al igual que Bruce Reimer), a sus seis años pidió a los padres que lo llamaran Lulú (o Luana), no tuvo la posibilidad de decidir sobre su género, ya que un menor de edad aún no está en condiciones psicológicas para hacerlo.

No hace falta tener estudiado más que los manuales de secundaria para saber que la sexualidad pasa a ser una elección recién al terminar la pubertad. Entonces, ¿cómo es posible que el Estado intervenga sobre la sexualidad de un niño o de una niña? Un niño a una edad tan corta es completamente vulnerable a los deseos de los padres.


No hay ningún tipo de discusión posible al respecto. Si quieren venir todas las delegaciones LGBT, que vengan. Les voy a pedir que inviten los criollitos porque no tengo plata y un lugar más grande para reunirnos, porque en mi casa no entramos. Esto es claro: un niño de seis años no puede decidir jurídicamente sobre su identidad. Y algo más claro es que un niño de seis años no puede ser entregado a la justicia para que ésta decida sobre su sexualidad. Si aplicamos a todos los ámbitos, de esta misma manera, un niño debería ser juzgado por robar una bolsa de caramelos. Lo extraño de este caso fue que el Registro provincial de las personas de la ciudad de Buenos Aires (podría decirse, los dependientes de Macri, bajo la presión de las organizaciones LGBT) avalaron esta intervención legal sobre la sexualidad de este menor de edad. Esto significa que les otorga el derecho de decir si un niño es niña o si una niña es niño. Está bien, lo estoy exagerando, pero, si una madre le dice a un hijo “ponete esta falda que te va a quedar bien”, con un poco de lectura de Freud, ¿el niño va a decir que “no”? Insisto, estoy exagerando todo, pero en el subconsciente de las personas no es tan extraño. El Estado intervino sobre la sexualidad de un menor, lo cual es ilegal, ya que por ley los encargados principales de la educación sexual son los padres, quienes decidieron que sea nena, así que nena será, o no. Pero el Estado no tiene jurisdicción sobre eso y luego, después de los padres, a través de una pedagogía y un lenguaje específicos, la escuela. De todos modos, ¿cómo es posible que los padres de un niño hayan conseguido manipular la ley de tal manera que ésta los avale para realizar un cambio de género en su hijo? En tiempos en los cuales es políticamente incorrecto oponerse a la igualdad de derechos en cuestiones de género, es muy fácil

conseguir aprobación para cualquier proyecto al respecto, ya que las organizaciones correspondientes cuentan con un aval estatal muy fuerte. Paradójicamente, fue el Gobierno de Buenos Aires el que avaló el cambio de género de una menor, mientras se puede ver, en las redes sociales, a una colectividad de simpatizantes con el gobierno de Macri hablando en contra de los subsidios a los travestis mayores de cuarenta años. Partiendo de este mismo principio, podemos mandar a votar a todos los menores de edad a partir de los seis años, ya que son los mismos que se quejaron de que La Cámpora fuese a militar a las escuelas. Es decir, si un niño es lo suficientemente maduro legalmente como para decidir sobre su identidad de género, entonces, será igualmente maduro para votar. Esto significa también que yo pude haber demandado a la escuela por la vez en que me tropecé y me rompí un dedo y ahora sería millonario. Hace poco me encontré con un comunicado publicado por la empresa LEGO a los padres que decía “muchos niños gustan de construir casas de muñecas [porque] son más humanas que las naves espaciales” y que “muchas niñas prefieren naves espaciales [porque] son más interesantes que las casas de muñecas”. Personalmente, puedo decir que me agrada la apertura mental de la empresa, sin embargo, no puedo dejar de mencionar la ayuda que nos han proporcionado los roles de género a lo largo de la historia. Es decir, si en la época de las cavernas, la mujer se dedicaba al cuidado de la cueva, era porque no era conveniente correr el riesgo de perder el embarazo por salir a cazar. Ese rol-género era útil. Ahora, en un mundo capitalista, el rol-género de la mujer como potencial madre, también es útil, obviamente, para las empresas, ya que eso implica que, contemplando los riesgos de maternidad, las empresas que ofrecen trabajo

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en negro pagan menos a una mujer que a un hombre. Aunque en la actualidad esto se reinterprete como machismo, no es otra cosa que utilitarismo en pos de la mano de obra barata y una mayor plusvalía. Vengan de a unx En la calle Mariano Moreno, en la pared del Centro de Fomento de Barrio Observatorio, hay una frase pintada con aerosol que dice “muerte al macho”. Si uno analiza esta frase, ésta se opone a la existencia del estereotipo de hombre machista, del golpeador y todas las características que se le pueden atribuir teniendo en cuenta el discurso de las luchas por los derechos de la mujer. Pero si uno no lo analiza basándose en los discursos sociales que circulan a nuestro alrededor, sólo dice: “muerte al macho”. Esto, sin analizar, sin ir más allá de las palabras utilizadas, declara un deseo de muerte e incita a la violencia. Y “macho” es un sinónimo de “hombre”, por lo que lisa y llanamente, es un reflejo exacto de la violencia de género. Lo políticamente correcto vuelve a influir sobre este asunto ya que, dadas las condiciones actuales en Argentina, alguien que diga que ésta frase es equivalente a decir “muerte a los judíos”, va a pecar de exagerado y de no entender lo que se está diciendo. Sin embargo, lo que está escrito en esa pared, no dice otra cosa. Dice un destino: “muerte”, y un destinatario: el “macho”. Las luchas feministas históricamente han buscado siempre la igualdad de derechos, lo cual es totalmente comprensible, y casi toda clase de discusión en contra roza el dogmatismo. De todos modos, hay algunos derechos que no pueden ser iguales ni equivalentes: 1. El hombre no puede parir (por lo tanto, no se le pueden dar derechos de vacaciones por parir, sino, a lo sumo, por paternidad; esto que parece básico, jurídicamente no lo es). 2. La mujer que no ha parido, no ha parido (por lo tanto, esto que parece básico, para la ley no parece serlo).

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Cuando en el año 2013 Karina Villarruel (de la Policía de Córdoba) solicitó 180 días de licencia por maternidad, los solicitó sin haber sido ella la mujer que iba a parir al bebé (sino su esposa, Soledad Ortiz), lo que significa que al ser ambas mujeres, ambas son madres y según su abogada, a las dos le corresponden los derechos por maternidad. He ahí un vacío legal que pone en tela de juicio la igualdad de derechos: es decir, si una persona que no ha parido tiene derecho a los 180 días de licencia, a todo hombre que ha sido padre, le correspondería lo mismo. Pero un hombre no puede ser madre. La igualdad de derechos, desde el inicio, siempre fue una mentira. No puede haber igualdad de derechos en cuestiones de género ya que, desde la biología, las vidas son diferentes. Se puede hablar de igualdad de derechos laborales, pero con los límites de lo físico: al que no ha parido, no tiene sentido que le den licencia hasta que le saquen los puntos del parto. La igualdad de derechos es, como todo lo que pensamos que es correcto o incorrecto, una construcción discursiva orientada a una redistribución del poder. Y todo aquello que veamos ahora con relación a este tópico, y que no tenga que ver con claros ejercicios de violencia, en lugar de ser una búsqueda de la igualdad (algo que ingenuamente pensamos como un horizonte al que caminamos), es parte de esta misma estrategia discursiva que busca cambiar los lugares de poder y nunca nivelarlos para garantizar una equidad. Para todo aquel que quiera tildarme de machista, me gustaría que lea lo siguiente: si machista es escribir para alertar sobre una inversión en los polos, entonces bueno, tiene razón. “Muerte al macho” no es una solución, del mismo modo que “muerte al judío” no fue una solución.


CUADERNOS DE

DIBUJANTE

por Franco Germán.

Es un libro, pero no es cualquier libro. En realidad es un libro que habla sobre el proceso de convertir una idea en un libro, es un libro antes de ser libro. Cuadernos de dibujante, como su nombre lo indica, es una colección que actualmente posee un solo tomo editado (el primero de tres) y publicado hace tan sólo unas semanas. En su corta vida, la publicación ha logrado captar la atención de varios núcleos de renombre en la historieta nacional, entre ellos, la librería Puro Comic quienes distribuyen el ejemplar en todo el país.

Desarrollo de portada alternativa para "TAXIDERMISTA #1"

Su principal órgano de difusión y “legitimación” fue una serie de entrevistas (podcats) a varios dibujantes como Gustavo Sala, Alejandra Lunik y Fernando Calvi, que se pueden escuchar en la página oficial: cuadernosdibujante.com.ar

lindar la técnica de cierto dibujante y aprender algo que quizás luego pueda volcar en el trabajo propio.

“Cuadernos” se propone mostrar el desarrollo compositivo y el trabajo que hay detrás de una historieta: bocetos, capturas, ideas sin terminar y explosiones de creatividad, sin apartarse del simple hecho de contar una historia. En su lectura, el ojo del lector (pero no de cualquier lector) podrá llegar a des-

Lo que sea que esto pueda significar, su editor, el rosarino Juan Angel Szama, ya está llevando éste raro proyecto bajo el brazo a los stands de varios eventos (entre ellos la Feria del Libro de Buenos Aires) y próximamente estará acá en Córdoba en el marco de la segunda edición del Festival Impresentable.

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Desarrollo, pruebas y apuntes de página para: "NUNCA TUVIMOS NOMBRE ALGUNO".

¿De dónde sale la idea tan loca y original de “mostrar el laboratorio del dibujante”? Desde siempre me interesaron los libros de entrevistas y con procesos creativos. Siempre me interesó saber qué piensan los artistas que admiro. En el afán de consentir ese capricho, en el 2010, armé en Rosario un ciclo que se llamó “Entrecuadros”: entrevistas

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públicas a historietistas nacionales. El ciclo sirvió, por un lado, para ver el catálogo quizás más “paralelo” de gente que admiro; y por el otro lado, para que Eduardo Risso me llamara a ser parte de la organización de la Crack Bang Boom. Esa puerta que me abre Eduardo hace que termine vinculándome de modo directo con un montón de artistas que hubiese considerado imposible conocer. Ahí es donde empiezo a ver sus laboratorios, bocetos, páginas de descarte, y pensé: “es una


lástima que todo esto se pierda”. Existe una idea aproximada a esto que se llama Sketchbooks, en donde se suele recopilar “lo mejor” en la carrera del artista. Pero mi idea era que se mostrara el proceso en sí. Para que el pibe que está empezando, pueda ver los hilos que elige seguir un dibujante profesional y no sienta tan lejana la idea de poder publicar en un futuro.

en esos dibujantes que admiran. No es imposible.

Personalmente lo pienso y digo “¡¿a quién no le puede interesar?!”, pero por una cuestión de que cada vez que leo una historieta atrapante, me pregunto cómo habrá sido el proceso de elaboración. Pero vos, ¿por qué creés que a alguien le puede interesar mostrar páginas primigenias e incompletas de un dibujante?

En principio la idea es que sea vinculado al mundo del comic, dado que considero que es más común que haya libros “de procesos” en el diseño o el mundo del arte. Por otra parte me gusta que la historieta se visibilice y demuestre que tiene tanto o más para decir sobre la producción artística que otras artes. Así todo la idea es mos-

En mi caso me interesa mostrarlas por un lado como fan, por esto que decís de preguntarme cómo habrá sido el proceso de elaboración; y por otro lado, como te digo, para que le sirva de puntapié al pibe que está empezando y pueda ver el laboratorio de tipos talentosos, y que eso lo motive a mostrar su material. Las entrevistas en los “Cuadernos” también van en esa dirección, la idea es que sirva para motivar a los dibujantes del mañana, y comunicarles que la constancia en el laburo los pueden llevar a convertirse

¿Cuadernos de Dibujante se limitará al mundo del cómic solamente o hay planes de ampliar el proyecto hacia otro tipo de dibujantes?

Desarrollo de personajes: "LOS POCOS QUE QUEDAN".

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Desarrollo de personajes EDUARDO RISSO

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trar dibujantes que tengan diferentes dinámicas de trabajo o formas de abordar una página, sino las conclusiones serían siempre las mismas. No descarto la idea de alguna vez ampliar el catálogo a otros dibujantes, pero creo que para llegar a ese punto debería editar antes todos los artistas que estoy considerando como posibles “Cuadernos”.

Pregunta personal, ¿te considerás un ávido lector de historietas o sos más de admirar la estética y el laburo que hay detrás de un dibujo y, por supuesto, una historia? Me considero un lector amplio de criterios, lo que tomo de la historieta es en función a lo que cada autor me propone. Puedo leer desde un fanzine experimental hasta el Multiversity de Morrison. Creo que cada obra propone una lectura diferente. Igualmente creo que tiene que haber un equilibrio, la pura estética puede terminar resultando un discurso naif. El ideal es que las dos cosas se complementen: un buen dibujo con una buena historia.

Los artistas suelen ser un poco reticentes a publicar su material inédito, ¿tuviste algún conflicto en ese aspecto?

La verdad que no, todo lo contrario. Confiaron ciegamente en mi criterio de selección a puntos casi extremos. Los tres autores que comprenden la colección en mayor o menor medida me dieron acceso total a sus archivos para que hiciera lo que quiera con ellos. El caso más extremo fue con Eduardo Risso, directamente me fui a su estudio y escaneé cuanto cuaderno y pagina me encontrara en el estudio sin ningún tipo de reparo de su parte. Inclusive llegué a escanear cuadernos de cuando el tenía 11, 12 años que podrían ser un libro en sí mismo. Supongo que confían en mi criterio.

Creo haber leído SZAMA ediciones, ¿tenés una editorial o sólo se trata de un formalismo para proteger la propiedad intelectual? En realidad fue medio como para hacerme cargo de todo el laburo que le había metido al proyecto y decir/ me que, aunque siga o no la asociación con Puro Comic Ediciones para proyectos futuros, mi editorial va a seguir existiendo. También es un modo de abrir el juego a proyectos futuros que quizás no estén relacionados estrictamente con Cuadernos. De hecho ya estoy trabajando en ver como ampliar el catálogo por fuera de estos.

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dernos de Dibujante. Hubieron unos primeros (y auspiciosos) diálogos con Fernando Calvi para hacer un cuaderno con su material. En cuanto al proyecto en si, sigue en la web, tengo unos cuantos videos de cuadernos amigos para ir subiendo y ya tengo comprometidos a varios artistas para futuros podcast. Pero bueno, en este momento la prioridad es terminar los libros y estar presentes en futuros eventos.

Desarrollo de vinetas para proyecto inedito con guion de Martin Muntaner.

Imagino que descubriste muchos micromundos realizando este proyecto. ¿Como sigue la historia de Cuadernos de Dibujante a partir de ahora? En principio terminar de editar los dos libros por venir (Manuel Depetris y Eduardo Risso), el de Depetris entra en imprenta en estos días, y con el de Risso la idea es que entre la semana que viene, para ver si llegamos con los tres a la última semana de la feria del libro. En lo que es el proyecto físico, digamos, la idea es seguir con Cua-

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“...y si por desgracia se abriera alguna rendija de tiempo en la sólida sustancia de las distracciones, siempre queda el soma, el delicioso soma, medio gramo para una tarde de asueto, un gramo para un fin de semana, dos gramos para un viaje al bello Oriente, tres para una oscura eternidad en la luna”.

Aldous Huxley, Un mundo feliz (1932).

ERUCTA EL por Franco Germán.

VALVULAR

A un año de su fundación, un psicodélico trío de Stoner Rock se estará presentando en Córdoba los días 8 y 9 de mayo en la búsqueda de nuevas rutas musicales. Según uno de sus integrantes, la música de Soma podría describirse como “sideral, directa y fuerte con muchas atmósferas que hacen referencia a su nombre”. Descubrí esta banda que se encuentra en las puertas del estudio para grabar su primer material y llega desde el desierto patagónico para inyectarnos tierra seca en la sangre. Soma está compuesta por los hermanos Martín y Mauro Guzmán en batería y guitarra, respectivamente; y Martín “piojo” Chaneton en bajo.

¿Cuáles son los motivos que reunieron a la banda? Quiero decir, ¿hay motivos? Mauro Guzmán. Hay motivos y a la vez nin-

guno más que el de hacer un poco de ruido y construir a partir de eso. El proyecto surge por la intensa búsqueda de conformar un trío que suene pesado, rescatar algunos elementos de la primera etapa del Heavy Metal pero sin perder el hilo conector del Stoner que, al fin y al cabo, es el que nos apasiona a los tres. Todo comienza cuando fuimos a un ciclo de música pesada en Buenos Aires llamado “Lunes o sabbath” en Club B, donde pudimos ver grandes músicos del género y darnos una idea de la proyección que debe tener una ban-

da Stoner arriba del escenario. Fue como un cachetazo, volvimos a un Neuquén congelado con una idea fija en la cabeza. A partir de ahí le fuimos dando forma al proyecto componiendo nuestros propios temas y ensayando arduamente todas las semanas. En junio del año 2013 nos conformamos como trío con la llegada de mi hermano en batería y en agosto ya estábamos tocando por primera vez en vivo en un bar de mala muerte.

Martín Guzmán. Fue una gran apuesta de

mi parte porque casi no sabía tocar. Luego de volverme a Neuquén, un amigo me vendió su pedal de bombo a 150 pesos y decidí que iba a ser el batero de Soma. Yo le tenía un poco de miedo al escenario porque no estaba seguro.

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Lo nuestro es como un blues pesado, tiene mucho cuelgue. Es como agarrar Pappo Blues, bajar el tiempo y aumentar la distorsión a todo volumen.

A partir de ese momento en el que encuentran un sonido propio y los miedos quedan atrás, ¿cómo empieza a ser el recorrido de una banda tan extraña para los desacostumbrados escuchas dentro de la escena underground de Neuquén y alrededores? Se podrían establecer dos etapas, una primera en la cual tocamos en bares, casas y festivales al aire libre; la cual culmina cuando fuimos convocados por el sello Venado Records para tocar con Madgrinder, una banda brasilera que hace Grunge con una clara influencia de bandas pioneras del Stoner mas skate como Fu Manchu. A partir de ahí comienza la segunda etapa, ya adentrados en el año 2014, en donde subimos la apuesta y comenzamos a organizar nuestro propio festival “Noche Verdes” motorizados por la ausencia de festivales en donde las bandas que hacen música pesada puedan mostrar lo que tienen. El ciclo esta pensado para los amantes de la música fuerte

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y aquellos que quieren oír mucha distorsión. El año pasado hicimos cinco Noches Verdes por las cuales pasaron bandas como Volva (Neuquén), Projeto Trator (Brasil) y Sur Oculto (Córdoba).

En mayo vienen a Córdoba, ¿cómo creen que este viaje va a afectar en el futuro de la banda y qué expectativas tienen de la gira? Es una mezcla de sensaciones entre nervios y ansiedad. Vamos a tocar para un montón de gente que no nos conoce en tres fechas muy prometedoras, y el hecho de tocar en una ciudad grande siendo nosotros de afuera es algo totalmente nuevo y nutritivo para la banda. Estamos preparándonos y trabajando mucho. Saldremos a mostrar y a defender lo que creamos, uno en vivo utiliza todas sus armas.

En sus entrevistas pude darme cuenta de que prefieren apartarse de la nomenclatura “Stoner Rock” para definir su estilo. ¿Cómo lo definirían ustedes? Es una fusión entre el primer Heavy Sabba-


thero, Rock Psicodélico y una pequeña capa de Stoner Rock. Cuando tocamos por primera vez en vivo recibimos diversas opiniones, tanto buenas como malas, la mayoría no nos entendió. Hoy en día todos hablan de psicodélia, pero representarla realmente arriba del escenario es otra cosa. Tienen miedo, porque la psicodelia no vende tan fácilmente. Nosotros nos apropiamos de ella. El tema pasa por escuchar y aprender, en realidad somos unos melómanos empedernidos.

Percibo una cuestión muy romántica para con el contexto que los rodea, ¿acaso hay alguna relación entre ser del desierto y tocar música que fue creada en un desierto como Palm Springs hace ya treinta años?

Nuestra música es visceral, la tocamos porque la sentimos. No somos virtuosos ni nada. Los paisajes desérticos y tranquilos que nos rodean modelan nuestro ser, y eso justamente es lo que se proyecta en nuestra música. Total, en la música ya esta todo hecho. Nosotros somos una banda de Neuquén y tocamos en la barda. Con esas vivencias hicimos música, o al menos eso queremos creer. Se trata sobre todo tocar tranquilo y relajado. Queremos ser un trío que vaya para adelante con psicodelia y pasajes lentos, crear ambientes y generar una atmósfera. Quedarnos ahí un buen rato para después subir y explotar.

Su material todavía se limita a Soundcloud y las capturas de mala calidad que tienen en vivo. ¿Hay algún álbum de estudio en camino? Somos una banda que tiene casi dos años de vida, si bien necesitamos material para la difusión, creemos que mientras más tiempo pase, mejor será el resultado. Yawming Man por ejemplo, editó dos EP's en el año 96, a diez años de su formación, y su primer LP lo saca-

ron recién en el 2005. Otro ejemplo es Volva, la banda exponente del Stoner patagónico. Ellos tienen diez años de trayectoria y todavía no tienen ni un disco oficial, sólo recopilaciones y algunas capturas. Ahora vamos a sacar un disco online, aunque posiblemente sea físico. Pero es un split de canciones en vivo que nos invitaron a hacer los amigos brasileros de Projeto Trator. Contará con tres temas de Soma y tres temas de ellos. Será una simple muestra.

Un tema del que obviamente no podría dejar de preguntarles es la etimología, yo digo “Soma” y automáticamente pienso en Huxley y su Mundo Feliz, pero de igual forma tengo noción de que es un término con múltiples significados. ¿Ustedes de dónde se agarraron a la hora de elegir tal nombre para su banda? Mas allá del significado que pueda tener en

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de la ingesta de drogas. Aunque obviamente somos amantes de la marihuana y los ácidos lisérgicos, pero lo nuestro es un estado, no una apología. El estado soma es lo que inspira la exégesis de la banda.

Tengo entendido que desde la separación de Los Natas se produce un quiebre en el Stoner local y con ello algunas cosas de la estructura interna de la escena cambian. ¿Cómo creen que sigue la cosa ahora?

la novela de A. Huxley, nosotros retomamos el concepto de la religión indú, de donde él también lo extrajo. Soma es el dios de los narcóticos, la referencia de todos los psicoactivos. Los antiguos pobladores se juntaban a hacer rituales de conexión con plantas alucinógenas. El término está referido a la conectividad de lo espiritual y lo psicoactivo. Es un estado, como lo fue Nirvana. Cuando estás en el Soma, estás en un nivel de psicoactividad inestable y profundo.

Bueno, entonces eso me lleva a preguntarles por el lugar que ocuparían las drogas en las composiciones y la “ideología” de la banda. Si, son drogas pero preferimos referirnos a psicoactivos como algo que representa a toda una generación de estilos musicales, desde la música electrónica hasta el Rock Alternativo. Se trata de experimentar otras capas de conciencia. Nosotros tratamos de que nuestra música sea como un mantra, pero sin la necesidad

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Desde la separación de Los Natas se marca un fin y un comienzo. Cuando algo tan fuerte muere deja el camino sedimentado para nuevas ideas. Desde ahí surge un gran destello de bandas muy prolíficas en el género que incluso plantaron a nuestro país como uno de los principales exponentes del Stoner latinoamericano. Hoy en día tranquilamente una banda de Rock pesado puede girar por todo el país y seguramente en cada lugar al que vaya encontrará una banda que hace lo mismo. De repente el Stoner Rock se está insertando dentro del concepto de Rock Nacional. Irrumpe con los normalismos berretas de la argentinidad de una forma muy honesta y simple al mismo tiempo, porque no es un género dificil de ejecutar en lo absoluto.

¿Qué influencias son las que guían sus gustos a la hora de componer? Los nuevos exponentes del Stoner europeo como Sungrazer, The Machine, Colour Haze. De los locales rescatamos a Humo del Cairo, Sutra. Los grandes de siempre: Kyuss, Fu Manchu, los primeros discos de Queens of the Stone Age. Pero al mismo tiempo cada uno tiene sus gustos, entre los que oscilan bandas como Messugah, Gojira y géneros tan dispares como el Jazz Fusion o el Psychedelic Trance.


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Hunter Thompson en 17 horas

Se LO QUe ESOS baSTarDOS pienSAN 6

por Renzo Podestá

3:00 p.m. – rise Son los comienzos de la década del setenta y de pronto tenemos a un tipo que, luego de habérsela pasado bebiendo hasta caer durante días, debe entregar una nota acerca de El Derby de Kentucky, algo así como el supertazón de las carreras de caballos. Llega tarde y no tiene tiempo de acomodar sus anotaciones en forma de una noticia coherente, por lo que le termina entregando al editor un manojo de papelitos numerados y escritos a los apurones. Este muchacho se despide de su jefe en un estado de vergüenza total, intuyendo que semejante falta de profesionalismo le costaría su trabajo.

3:05 - Chivas Regal with the morning papers, Dunhills La noticia sale publicada tiempo después bajo el nombre de El Derby de Kentucky es decadente y depravado y, para asombro de su autor, comienzan a caerle felicitaciones de todo tipo con el transcurrir de los días. Y así, casi sin querer queriendo, nace el Gonzo Periodismo, el hermano deforme y puesto en anfetas del Nuevo Periodismo. El responsable es Hunter S. Thompson, quien utiliza esta redacción kamikaze como la piedra basal de toda una manera de contar cosas de esa señora que llamaremos de ahora en más La Verdad. Así, con mayúsculas.

3:45 – cocaine Se dijeron y se dicen aún muchas cosas acerca de Hunter Thompson. Que sí, que efectivamente le dio un porro al Senador McGovern en un cuarto lleno de politicos y policías. Que se puso una línea

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de merca en la pinchila y le preguntó a una redactora de discursos para políticos republicanos si quería esnifar. Que en la víspera de la pelea del siglo entre Ali y Foreman en Zaire, el tipo regaló las entradas que le habían dado para cubrir el evento y decidió pasarse la noche en una pileta chupando whisky. Que los Hell’s Angels lo recontracagaron a palos cuando se enteraron que estaba ganando plata a costa de ellos. Que prendía fuego cuartos de hotel y que una noche podía estar en Los Ángeles tomándose un trago con su amigo Óscar Zeta Acosta (inmortalizado bajo el nombre de Dr. Gonzo en Miedo y asco en Las Vegas) y al día siguiente amanecer en calzones en Florida. Que le dio a su correctito amigo Ralph Steadman un buen pack de LSD y lo transformó para siempre. Que Ralph Steadman, asimismo, fue tan importante para el gonzo periodismo en términos visuales como el mismo Thompson lo fue en términos narrativos. Que tenía una vasta colección de armas y andaba con ellas para todos lados, junto a su maletín lleno de drogas y su grabadora. Que se postuló como sheriff en un pueblucho de Colorado enarbolando una ideología bizarra conocida como Freak Power que proponía legalizar el consumo de drogas, destruir las calles para convertirlas en pastizales y prohibir la construcción de edificios para que no alteraran el paisaje. Y que casi-casi gana. Que podía escribir tres notas distintas sobre un mismo tema y al mismo tiempo. Que le metía los cuernos a su esposa. Que jamás hablaba de su padre. Que cuando era prepúber se ponía a fumar en pipa delante de la iglesia del barrio. Que tenía una pierna más larga que la otra, de ahí su andar chaplinesco. Que concebía su vida y su escritura como una venganza desde la derrota. Sí, todo eso es cierto, es buscable y fácilmente encontrable en documentales, libros y en Internet. De hecho se puede acceder gratuitamente a la más que recomendable biografía HUNTER: The Strange and Savage Life of Hunter S. Thompson

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“Dejaremos al lector responder a ésta pregunta por su propia cuenta: ¿Qué hombre es más feliz, el que se animó a la tormenta y vivió, o el que se quedó seguro en la costa y apenas existió?”. 39

Security, Hunter S. Thompson, 1955.


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Campa単a publicitaria del Freak Power, el partido de Hunter T.


directamente desde el sitio de E. Jean Carroll, su autor. De todos modos, más allá de que el mito de sus derrapes pronto superaron su calidad literaria (la cual contiene, como destaca el blog El Ateneísta, tanto la ironía de Mark Twain y la musicalidad de Scott Fitzgerald como el método de William Burroughs), ésta no es una biografía.

3:50 - another glass of Chivas, Dunhill De hecho, cruzando la frontera de la leyenda, ya cosificada y fagocitada por Hollywood en películas protagonizadas por Bill Murray o Johnny Depp, podemos dar cuenta de una persona que hace diez años se pegaba un tiro supuestamente por puro aburrimiento (ya veremos por qué digo “supuestamente”). Un broche de oro, en cierto sentido envidiable, para una persona que tuvo a la autodestrucción como una brújula infalible. Si nos olvidamos por un minuto de la innata moralidad sobre el cuerpo que cada uno lleva, pronto razonaremos la idea de que el control que tenía Thompson sobre su vida es, como mínimo, destacable. Su obsesión con las drogas duras y su fanatismo por las motos y las armas jamás pudieron mellarlo definitivamente, excepto cuando él eligió hacerlo. Digamos que llevó el concepto esencial del gonzo periodismo, esto de ser protagonista activo de los sucesos que lo rodean, hasta sus últimas consecuencias.

4:05 - first cup of coffee, Dunhill A todo esto, ¿qué es exactamente el gonzo periodismo? Fácil: tomemos un poco la metodología de la subjetividad, propia del Nuevo Periodismo de Truman Capote o Tom Wolfe, agreguémosle un poco de escritura libre a lo Jack Kerouac, montañas de grabaciones obsesivas acerca de cualquier cosa que bien podrían haber sido tomadas por Burroughs y claro, la guinda de la torta: un botiquín de drogas por el cual el mismo Pablo Escobar podría acojonarse al verlo. Mezclemos todo esto bajo litros de Chivas Regal y vamos a tener una idea aproximada de cómo escribir a lo gonzo.

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4:15 – cocaine El mismo término gonzo no está del todo claro, a excepción de la relación con la jerga irlandesa, donde un gonzo es el último hombre que queda en pie luego de una maratón de alcohol. De acuerdo a los registros, esta palabra la dijo Bill Cardoso cuando, al recomendar la nota El Derby de Kentucky es decadente y depravado, entre sus oraciones se pudo leer “ahora sí, esto es Gonzo puro. Si éste es el principio, que siga llegando”. Thompson, amigo de Cardoso, se quedó fascinado ante esa palabra y automáticamente comenzó a llamar Gonzo a su nueva forma de escribir hasta convertirse en el sinónimo del periodismo no convencional, del cual él fue su líder indiscutido pero no su único referente. David Carr, Lester Bangs, PJ O’Rourke y por qué no nuestro Enrique Symns son ejemplos (y herederos) más allá de Thompson.

4:16 - orange juice, Dunhill De hecho hay una división de criterios entre los gonzo periodistas. O mejor dicho, entre los adictos y los abstemios. Vamos, que estamos recurriendo a la vieja cuestión de sí es mejor producir algo sobrio o absolutamente puesto con lo que vos quieras. Por ende hay periodistas borders que no consumen nada y que dicen que lo de Thompson era un poco menos que una fantochada, una pose para hacerse el piola. Y está el otro bando, el de los hechos mierda, el de los que huelen mal y andan flacuchos por ahí medio mambeados con sus anotadores o sus grabadoras. Y que por lo general tienen tendencias suicidas.

4:30 – cocaine Por eso mismo, mencionar como de pasada que Thompson escribió una novela a los 22 años, luego de haber vivido su adolescencia como periodista novato en Puerto Rico, puede que no signifique mucho, pero valdría la pena destacar que la única droga consumida por Thompson en aquel entonces era ron. Y que la novela es excelente.


“El Derby de Kentucky es Decadente y 42 Depravado�, obra fundacional del Gonzo Periodismo.


“Mi vida es un carrusel salvaje y me estoy empezando a sentir como un gran y hambriento conejo saltando de una parte del mundo a otra en un frenesí de ambición y violencia”. 43

The Proud Highway, 25 de Mayo de 1960. Puerto Rico.


4:54 – cocaine Supongo que habría que insistir con el componente de las drogas para hablar de gonzo periodismo de verdad, o por lo menos el gonzo periodismo tal cual lo concibió Thompson. Su mente delirante comprendió que no hay mejor manera de ver La Verdad sino por medio de las drogas más pesadas y virulentas, como quien abre un acceso a las alcantarillas usando una perforadora neumática. Quitar el velo de la falsedad con otros velos, los de los potenciadores cognitivos. Escrachar al sistema con lo que el sistema prohíbe, alcanzar un total estado de distorsión mental para ver la claridad de lo que ocurre. Y volver para contarlo.

5:05 – cocaine Y lo que se cuenta no es el hecho en sí (es más, a veces el hecho importa muy poco), sino la forma en el que ese hecho se percibe. La inversión de la clásica pirámide de la información acá se presenta como si el mismo periodista fuera el protagonista de la historia, incluso interviniendo y alterándola. Esto, que bien podría ser interpretado como un acto de soberbia, en realidad es un estadío primigenio de honestidad absoluta para alcanzar La Verdad. Y para eso hay que estar ahí, hay que meter las patas en el barro y tomar parte de los acontecimientos.

5:11 - coffee, Dunhills Cualquiera podría comparar el alcanzar esta suerte de nirvana de La Verdad gracias a estupefacientes con alguna idea espiritual o religiosa. Y de más está decir que estaríamos cayendo en un grave error en esa comparación. No hay en el gonzo periodismo ni el más pálido atisbo de metafísica, sino más bien lo contrario: el cuerpo empírico como ente receptor de información que se transforma y juega a los dados con la locura para rescatar una suerte de supercordura. Esta es la preparación que se requiere para “cubrir” un hecho cualquiera.

5:30 - more ice in the Chivas Por supuesto, ser partícipe de los acontecimientos y dar cuenta de eso de manera escrita no es nuevo. Ya citamos a Capote y a Wolfe y deberíamos sumar a Steinbeck con sus Vagabundos de la cosecha, aunque deberíamos ser justos y traerlo a Rodolfo Walsh dentro de estas filas. Más para acá podríamos postular a Chuck Palahniuk y su costado periodístico reflejado en Error humano como un buen discípulo, sin embargo todos estos nombres y obras no sudan la irónica corrosión de las palabras de Thompson. Si se lee cualquiera de sus escritos, en particular Miedo y asco en Las Vegas, es discernible que el tipo no tiene techo a la hora de destripar la sociedad en su conjunto. Las imágenes, analogías y metáforas que despliega van mucho más allá del orden de lo periodístico. Son instantes contundentes de literatura pura y dura.

5:45 - cocaine, etc., etc. Y acá llegamos al nudo central del gonzo periodismo. Estamos hablando ni más ni menos que de escritura en crudo. Y de la ética que conlleva producirla. En una carta enviada en 1958 por Hunter S. Thompson a Jack Scott, director del Vancouver Sun, solicitando un puesto de trabajo, se puede leer “Puedo trabajar 25 horas al día si es necesario, vivir con un salario razonable y no me importa ni un comino la seguridad laboral, el politiqueo en la oficina o crearme enemigos”. El esfuerzo y la ética que implica escribir se ve reflejada en Thompson como un extremo en donde ya no se trata de escribir contando un hecho que pasó sino que se trata de sentarse a escribir y escribir y escribir hasta lograr que la historia, por sí misma, adquiera todo el sentido que se persigue.

6:00 - grass to take the edge off the day Es que, citando a la gente de PR Comunicación, <<El gonzo no es un periodismo adjetivo, sino sustantivo. El periodista se implica hasta tal punto que se convierte en parte activa de la historia que narra y, por tanto, sufre sus consecuencias. Pero esta experiencia vital no es más que un medio para lograr transmitir lo que el periodista

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“Como están las cosas ahora, voy a ser escritor. No sé si uno bueno o si voy a vivir de eso, pero hasta que el oscuro pulgar del destino me apriete contra el polvo y diga ‘no sos nada’, seré escritor”. 45

The Proud Highway, 3 de Junio de 1959.


“Nixon tenía la habilidad única de hacer que sus enemigos luzcan honorables, y nosotros desarrollamos un afilado sentido de fraternidad. Algunos de mis mejores amigos odiaron a Nixon toda su vida. Mi madre odia a Nixon, mi hijo odia a Nixon, yo odio a Nixon, y ese odio nos juntó a todos”. Rolling Stone, 16 de Junio de 1994.

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desea, algo que queda muy por encima de la propia historia: una idea, un concepto. Aunque los hechos acaecidos en torno a aquel primer sábado del mes de mayo de 1970 hubieran sido otros [refiriéndose al Derby de Kentucky] Hunter S. Thompson, con la misma habilidad, hubiera provocado en nosotros un conjunto de imágenes y sensaciones capaces de transmitir el mismo concepto: “decadencia y depravación de la sociedad norteamericana en general y de la sureña muy particularmente”. (...) Hunter S. Thompson se trasladó a Louisville, su ciudad natal, con el objetivo premeditado -“la idea”- de mostrar al mundo una realidad social decadente y depravada entorno a la carrera de caballos más importante del continente americano; uno de los acontecimientos deportivos más emblemáticos de los Estados Unidos, que veneran millones de norteamericanos>>.

7:05 - Woody Creek Tavern for lunch-Heineken, two margatoes, coleslaw, a taco salad, a double order of fried onion rings, carrot cake, ice cream, a bean fritter, Dunhills, another Heineken, cocaine, and for the ride home, a snow cone (a glass of shredded ice over which is poured three or four jig­gers of Chivas) Y así es que cuando Thompson es designado por la revista Scanlan’s Monthly para cubrir el Derby de Kentucky, lo que menos hace es narrar la carrera, sino que da la espalda a la pista y comienza a hacer un trabajo de campo antropológico como nadie, destacando a todos esos seres borrachos, babeantes y decadentes como bestias kafkianas que persiguen un sueño. Precisamente, el sueño americano. ¿Existe realmente ese verso del sueño americano? ¿Acaso no son estos entes deformes, esta Mayoría Silenciosa, los que crean y creen en ese verso?

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El sueño americano sería el leit motiv de Thompson, su obsesión. Como él mismo diría, la gran ballena blanca a encontrar. Va a reírse mucho al respecto, volviendo al mismo sueño americano un ente definido y va a perseguirlo como un Capitan Ahab puesto en LSD hasta hundirse con él.

9:00 - starts snorting cocaine seriously Pasamos al 20 de febrero de 2005 y Thompson recibe a su hijo, a su nuera y a su nieto en su casa. Almuerzan, miran un poco de televisión y Thompson se excusa y se retira a su estudio. Tiempo después se escucha lo que el resto de la familia interpretó como un libro cayéndose y no le prestan demasiada atención hasta que Juan, hijo de Thompson, se asoma al estudio para ver si está todo bien y se encuentra con el cadáver de su padre con una notita al lado que simplemente dice “Counselor” (consejero).

10:00 - drops acid Hay mucha especulación con esto. En ciertos círculos se corre el rumor de que Thompson sabía que lo del 11 de Septiembre no era un atentado y, como había investigado en profundidad, se estaba metiendo donde no correspondía. Su odio extremo a George W. Bush lo había llevado a aprovechar cuanto espacio tuviera a mano para denunciarlo, tal y como había hecho con Nixon un par de décadas atrás, así que es posible que esto haya generado un mar de dudas en torno a su muerte. La teoría conspirativa destaca que se mató con una pistola con silenciador, pero el silenciador no fue hallado en la escena del crimen. Si bien se dice que Thompson venía amagando desde hacía meses con la idea del suicidio, por otro lado estaba produciendo más que nunca. De hecho se insiste en que la nota de suicidio “oficial” no sólo la había escrito hacía bastante sino que alguien la había sacado de una pila de manuscritos y la había puesto ahí. Alguien que no era Thompson, obviamente. Incluso se cuenta que había escrito algunas cartas donde podía notarse una actitud paranoide para con las personas que lo rodeaban. El latiguillo “sé lo que esos bastardos piensan” comienza a repetirse conforme avanzan los


“Ese es el motivo por el que es tan difícil escribir bajo los efectos de la Mescalina, tu mente va cuatro veces más rápido de lo que podrías escribir, te desorganizas y no puedes mantener tu mente en sincronización con los dedos. Por eso necesito máquinas de escribir más rápidas. Como sea que las hagan, si son más rápidas las voy a comprar”. “Songs of the doomed” & “LSD - 25: Res Ipsa Loquitor”, Marzo de 1990.

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“Como en el verdadero periodismo Gonzo, ésto no funciona para nada, incluso si lo hiciera no lo podría admitir. Sólo un maldito lunático escribiría algo así y diría que es cierto”. 49

“Fear and Loathing in Las Vegas”, 1972.


testimonios. ¿Estaba Hunter Thompson desnudando la gran verdad detrás de los atentados a las Torres Gemelas? ¿Estaba siendo perseguido por Los hombres de negro? ¿Qué es eso de “counselor”? Como se dijo, especulaciones hay muchas y teorías otras tantas. Lo cierto es que Thompson dejó de existir hace 10 años y con él se fue la glándula pineal del gonzo periodismo. Solo resta elegir cuál versión te gusta más: si la conspirativa, la que dictamina que “lo suicidaron misteriosamente”, o bien la más ramplona y quizá la más honesta, la que dice que estaba hinchado los huevos.

critican, sino que googlean el título y hojean notas ajenas. ¿Eso es bueno, eso es malo? Nadie lo sabrá nunca, ni siquiera si el periodismo (si este periodismo) realmente hace falta. Quizá todo se reduzca a un Borges diciendo que los diarios deberían aparecer una vez a la semana. Echando un somero vistazo a los portales de noticas, viendo hechos que parecen fotocopiados hasta anularse, creo que por primera vez Borges y yo estamos de acuerdo.

11:00 - Chartreuse, cocaine, grass

“… ¿Por qué molestarse en leer los periódicos si lo que ofrecen es esto? Tenía razón Agnew. Los de prensa son una pandilla de maricas crueles. El periodismo no es ni una profesión ni un oficio. Es un cajón de sastre para meticones e inadaptados… acceso falso al lado posterior de la vida, un agujero sucio y meado desechado por el supervisor de la editorial, pero justo lo bastante profundo para que un borracho se acurruque allí desde la acera y se masturbe como un chimpancé en la jaula de un zoo.” (Miedo y asco en Las Vegas).

Ahora, por supuesto, cabe también preguntarse qué ha sido de todo este protomovimiento, especialmente en épocas donde los multimedios alcanzan ribetes argumentales parecidos a libros de ciencia-ficción, en épocas donde se puede entrever el protagonismo de los hechos desde una actualización de estado en Facebook, en épocas donde un teléfono es la central comunicacional por antonomasia, en épocas donde la ironía y el chiste fácil suplantaron a las identidades y al registro in situ y en épocas, hace falta decirlo, donde las drogas son cada vez más chotas. Parafraseando a Miedo y asco en Las Vegas, ni siquiera estamos en “la cresta de una ola alta y maravillosa”, así como tampoco nos sometemos a la rotura y retroceso del oleaje. Estamos en un limbo de cacofonía en donde todo da lo mismo, donde las imágenes se superponen y el exceso ya no daña ni beneficia, simplemente persiste. Que una persona excesiva en todo sentido como Hunter Thompson se haya matado justo en el amanecer de la megainformación no deja de ser todo un indicio de perversa ironía, así como Jack el destripador inauguró de alguna manera el siglo XX con su tendal de cadáveres.

11:30 - cocaine, etc, etc. Así, hoy cualquiera puede ser periodista. Cualquiera puede tomar una foto de un fiambre, subirla a Twitter y alcanzar un estrellato de quince minutos. Cualquiera puede redactar algo con Wikipedia al lado. Sin ir más lejos, doy fe de ciertos críticos de libros que ni siquiera leen aquello que

12:00 - midnight, Hunter S. Thompson is ready to write

12:05-6:00 a.m. - Chartreuse, cocaine, grass, Chivas, coffee, Heineken, clove cigarettes, grapefruit, Dunhills, orange juice, gin, continuous pornographic movies. Aunque cuidado, podrímos pensarlo de otro modo. Quizá en tiempos hiperinformacionales se vuelva necesario que la ética periodística (en especial la ética gonzo periodística), rebrote en aquellos desesperados por que las cosas que no se dicen sean expuestas. Quizá no todo da lo mismo. De todos modos esto se está inundando de optimismo cuando, en realidad, son pocos los que conocen a Hunter Thompson excepto por haber visto a Johnny Depp con un sombrerito y un cigarrillo con boquilla. O como mucho podemos intuir un tatuaje del consabido logo de Gonzo en tristes seres humanos que lo usan como excusa para merquearse un martes a la noche. Seamos francos: seguir rescatando a Hunter Thompson luego de una década de su muerte puede ser igual a sumar un capítulo más en la larga Enciclopedia de Cultura Popular Domesticada,

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“La Ópera de la Calle Grub”, fiel retrato del aborrecimiento que siente 51 Steadman por la alta sociedad y todo lo que ella representa.


“Quizá no haya un cielo. Quizá sea todo puro sinsentido, un producto de la demente imaginación de un campesino borracho con el corazón lleno de odio, que encontró una manera de vivir ahí donde los verdaderos vientos soplan; dormirse tarde, divertirse, ser salvaje, beber whisky y manejar rápido en las calles vacías sin pensar en nada, excepto en enamorarse y no ser arrestado”. “Songs of the doomed” & “LSD - 25: Res Ipsa Loquitor”, Marzo de 1990.

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justo al lado de las frases de Homero Simpson, un capítulo antes de Matthew McConaughey haciendo círculos chatos con latas de cervezas y un capítulo después de Marty McFly intentando que su madre no lo vea en calzones. Esos son los riesgos que se corren al convertirse uno mismo en algo así como en un ícono: hay una línea muy fina que separa la caricatura de la fagocitación. No importan, mientras tanto, en el mundo de los mortales, los periodistas con las cinco doblevés laceradas en la frente que todos los días deben lidiar con el negreo del jefe, el recorte editorial, el ninguneo del sindicato y sus palabras perdidas en un océano de likes y retweets. No importan los periodistas que tratan de enunciar una de las aristas de La Verdad y mueren solos, borrachos y sin otra garantía que algunas anécdotas desperdigadas en asados de fin de semana. Al lado de ellos, Hunter Thompson es jet set, es glamour y es pop de cotillón. De cualquier forma, como se ha dicho, han prevalecido más sus idas al carajo que su esencia artística al punto que el payaso ocultó al malabarista. Y es que en el fondo nunca importó su narrativa florida, nunca importaron sus amplios recursos estilísticos, el uso de la ironía hacia el poder, su dadaísmo en la forma. Tampoco importaron demasiado sus flirteos con la literatura, englobados en esa fantástica novela naturalista llamada The Rum Diary (conocida por acá como Días de ron), donde ya jugaba con la autobiografía y con ciertas ideas primitivas que luego cobrarían forma gracias al puño de dos pulgares sosteniendo la flor del peyote. O mejor dicho, importaron lo suficiente para convertirse en carne de cañón hollywoodense de la peor.

6:00 - the hot tub-champagne, Dove Bars, fettuccine Alfredo Sin embargo ahí lo vemos, en algún lugar de Barstow, muy cerca del desierto, con las drogas empezando a hacer efecto. Ahí lo vemos bien hecho mierda, ensartado con su abogado amigo o junto a uno de los mejores dibujantes sobre la tierra, cagándose de la risa mientras destroza descapotables. Ahí lo vemos escribiendo en un cuarto de hotel destruido, sintiendo nostalgia por la única época en la que Estados Unidos pudo permitirse el lujo de pensar en escapar de la paranoia. Ahí

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lo vemos completamente quebrado, viendo pasar con decepción lo que podría haber sido real y quedó solo en una conspiración de dementes. Pronto lo vemos desencantado, con Nixon vigilando a todos, incluso a sí mismo. A partir de ahí lo vemos cada vez más apagado, más amargado, al punto en el que cuando volvemos a verlo pasaron unos cuantos años y está trabajando para ESPN cubriendo partidos de baseball que no le interesan a nadie y escribiendo como lo haría una mecanógrafa en día lunes. Ahí lo vemos ya sin poder caminar bien, con su fama en un largo fade out, con sus seguidores que lo hastían, con nueva esposa, habiendo olido toda la pólvora del mundo y habiéndose esnifado la línea de todas las líneas. Achanchado, tratando de buscar un poco de esa chispa de cambio. Metiéndose cualquier porquería para charlar un rato con La Verdad. Y resulta que La Verdad ha desaparecido.

8:00 – Halcyon “No más juegos. No más bombas. No más caminatas. No más diversión. No más natación. 67. Eso es 17 años después de los 50. 17 más de los que necesité o quise. Aburrido. Y yo siempre fui un cabrón. No más diversión, para nadie. 67. Te estás volviendo codicioso. Actuá de acuerdo a tu edad. Relajate. Esto no va a doler”.

8:20 – sleep.


La revista que tenés en tus manos está destinada a generar un espacio de expresión inédito en Córdoba. Nos alimentamos de la mugre que se acumula en los rincones, conjugando la ilustración, el periodismo y esa cosa espantosa que llamamos actualidad con el lenguaje del rock. Nuestra intención es la de exponer diferentes objetos y sujetos que padecen de una misma enfermedad: la de no pertenecer. 54


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