Revista Bosque Nativo n° 52

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Especial Forestería Comunitaria

10 años de acompañamiento y trabajo junto a las comunidades campesinas e indígenas de Chile

N° 52 agosto 2013

- Crónica de Luis Astorga:

- DAS: del ideal a la realidad

- Gabriel Pérez, presidente de la

Sobre conceptos y métodos

en el trabaja con campesi-

red de propietarios de bosques

de Forestería Comunitaria

nos y el manejo del bosque

nativos de la Araucanía: “La

- Entrevista a Angelika

nativo

ley actual nos convierte en

Kandzior

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ladrones de nosotros mismos”


Editorial Es por ello que este número especial de Revista Bosque Nativo pretende, desde el trabajo realizado en la línea de acción Forestería Comunitaria, provocar reflexiones e invitar a la discusión sobre desarrollo forestal comunitario y más ampliamente sobre desarrollo rural. A través de artículos técnicos, de opinión y entrevistas se entrega un marco teórico y conceptual, y de saberes del trabajo realizado en Chile en extensión forestal y en particular, de nuestras experiencias prácticas en Chile y Argentina.

El trabajo de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN) con campesinos se inició a mediados del año 2000, cuando la señora Otilia Troncoso, proveniente de la Comunidad de Colegual Alto en Pichilingue (Comuna de San José de La Mariquina), le solicita apoyo técnico a nuestro socio fundador y presidente honorario, el profesor Claudio Donoso Z., debido a las presiones que ejercía la Empresa Forestal Valdivia para que vendiera su predio. Así, el experto inició un trabajo coordinado con el ingeniero forestal y socio AIFBN Carlos Vergara Aqueveque, con financiamiento del Fondo de Bosque Templado.

Se describen las diferentes metodologías de intervención utilizadas en la asesoría técnica de campesinos forestales y se define la Forestería Comunitaria y su aplicabilidad a la realidad local y la extensión forestal participativa.

Desde esa experiencia, nuestra organización creció tanto en número de profesionales como en metodologías de trabajo. La ONG Forestales por el Bosque Nativo, como ejecutora de proyectos y generadora de conocimientos, cuenta hoy con 19 profesionales que trabajan en el marco de su línea de acción de Foresteria Comunitaria con más de 400 familias (campesinos y comunidades), desde la región de los Ríos a Aysén.

Además, a modo de contexto, se presentan los resultados de la Evaluación del Fondo de la Ley de Bosque Nativo, consultoría realizada por un conjunto de profesionales coordinados por la ONG FBN, dejando en evidencia que si bien hay avances, son muy insuficientes para modificar actitudes y conductas que permitan conservar y manejar los bosques nativos. No nos cabe duda que es necesario que los instrumentos de apoyo no sean tan limitados y sean diferenciados de acuerdo al tipo de bosque, características de los propietarios y el entorno en que se relacionan.

Hemos experimentado una evolución positiva de la forma de interacción entre profesionales y campesinos, respecto del espacio físico (rodal, cuenca, territorio) y ámbitos de acción hacia la construcción conjunta de propuestas de trabajo. La tarea no es fácil debido a que desde la institucionalidad se ha fomentado la individualidad en las comunidades campesinas y/o indígenas, respecto al lenguaje utilizado y de las acciones desarrolladas. Por ejemplo, se ha inculcado el concepto de “pequeño propietario”, reemplazando el concepto de campesino. Para algunos tal vez sea un elemento insignificante, pero es una intervención directa en el sustrato ideológico de los actores involucrados.

Uno de los grandes desafíos para promover y/o facilitar procesos que permitan que cada comunidad sea gestora de su propio bienestar y mediante la construcción de conocimientos, es ajustarse a los ritmos y prioridades de la comunidad campesina. En este sentido, nos parece clave la incorporación de la familia, con un fuerte enfoque de género, para la generación de planes o programas de desarrollo rural, los cuales deben ser medidos por los logros alcanzados, más que metas, y en escalas de tiempo de largo plazo. La AIFBN y su ONG ejecutora de proyectos, seguirá firme en esta línea.

Este camino se ha recorrido junto a otras organizaciones de la Sociedad Civil de Chile y Argentina, con quienes compartimos desafíos comunes ante realidades similares del mundo rural. En Chile, junto al Departamento de Acción Social del Obispado de Temuco (DAS), hemos trabajado desde hace más de 7 años. En tanto, en Argentina, se han desarrollado desde el 2011 acciones conjuntas con la Red Agroforestal del Chaco, conformada por ONG´s e instituciones de la sociedad civil (REDAF), como socio de la iniciativa “Nativo, bosques y su gente”, financiada por la Unión Europea.

Eduardo Neira Director Ejecutivo ONG Forestales por el Bosque Nativo Socio AIFBN

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Fotografía: Archivo AIFBN.

Crónica

Forestería Comunitaria:

Una línea de acción de la ONG Forestales por el Bosque Nativo para la conservación y manejo del bosque nativo Por Esteban Rivas Antropólogo, Encargado de Forestería Comunitaria ONG Forestales por el Bosque Nativo E-mail: estebanrivas@bosquenativo.cl Considerar el concepto de forestería comunitaria tanto para la teorización como en la elaboración y ejecución de proyectos de la ONG Forestales por el Bosque Nativo (ONG FBN), organismo ejecutor de proyectos relacionado a la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN), determinó un ejercicio de contextualización y revisión conceptual incorporando otras definiciones utilizadas en contextos similares, como el caso de la extensión forestal (participativa). En la ONG FBN se implementó la línea de acción denominada Forestería Comunitaria, que en la práctica se ha encargado de generar e implementar proyectos relacionados a la conservación y manejo del bosque nativo por medio de asesoría técnica forestal, extensión forestal, investigación y generación de propuestas que incluyen el fortalecimiento tanto de las organizaciones comunitarias como de asociaciones productivas y comerciales de pequeños propieta-

rios y/o campesinos. Se suma a esto, el desarrollo de redes con distintos organismos públicos y no gubernamentales que abordan la temática del desarrollo rural en comunidades con bosque nativo. Es oportuno subrayar que forestería comunitaria es un concepto poco socializado en Chile, ya sea en comunidades campesinas y/o indígenas, como en instituciones públicas y no gubernamentales. En el cotidiano quehacer, tanto las organizaciones e instituciones como sus integrantes, están más familiarizados con el concepto de extensión forestal, y con los de transferencia tecnológica y asistencia técnica forestal. En muchas ocasiones, se utilizan como sinónimos, dejándose de lado sus diferencias. Esto se realiza con cierto grado de displicencia, que se espera sea involuntaria ya que no contribuye a la comprensión de las diferentes estrategias, enfoques y metodologías de

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trabajo utilizadas para abordar el desarrollo comunitario, y menos aún, a entender los complejos procesos sociales que se relacionan a este. Todos estos factores inciden en la conservación y el manejo del bosque nativo en comunidades rurales, y a la vez impactan en el diseño, elaboración y ejecución tanto de programas como de proyectos relacionados a éste. La ONG FBN no ha estado ajena a esta situación, como tampoco otros organismos públicos y privados, es por eso que esta intervención pretende facilitar el diálogo entre actores para posibilitar un trabajo mancomunado, por medio de la comprensión y el enriquecimiento práctico y teórico. En fin, transparentar y proponer cierto sustrato teórico para desarrollar acciones. La Forestería Comunitaria como concepto De acuerdo a las primeras definicio-


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Fotografía: AIFBN.

que generan los bosques . Al mismo tiempo, esta participación involucra tanto a los hombres como a las mujeres, denotando la importancia de incorporar el enfoque de género10.

nes de forestería comunitaria (en adelante FC) utilizadas tanto por la AIFBN como por la ONG FBN, se entiende como “una vía para el desarrollo humano integral de comunidades que viven en los bosques, basada en el manejo sostenible de los mismos”1. Al profundizar en el concepto de FC, se le vinculó al desarrollo humano, en todas sus facetas, producto de una propuesta que comenzó a tener incidencia mundial desde el año 1970, como respuesta al fracaso de las políticas dirigidas desde arriba 2. La finalidad está directamente relacionada a la generación de un proceso que considera la interacción de dos elementos estratégicos para lograr el desarrollo sostenible: a) las capacidades humanas locales; b) las condiciones físicas del bosque nativo, su potencial económico y ecológico para la superación de la pobreza3. En este sentido, el objetivo de la FC es mejorar la calidad de vida o el desarrollo integral de las comunidades que controlan bosque, y su cumplimiento es consecuencia de un cambio de actitud al considerarlo como un recurso necesario para este logro4. Por 1. w w w . b o s q u e n a t i v o . c l / i n d e x . php?option=com_k2&view=item&layo ut=item&id=599&Itemid=38 2 . Nygren, A., Dario, R and Canales, M.M. 2006. 3 . León, R., 2010. 4. Janssen, M., Flores M.; 2004

lo tanto, la integralidad no considera únicamente mercantilizar el bosque en un contexto de proveedor de materias primas, sino que también potenciar los beneficios sociales, ecológicos y económicos de variada índole5. Se plantea la necesidad de considerar al ser humano como parte del ecosistema en el cual están los bosques 6, integración que no se contradice con el enfoque de la ecología social, en cuanto a la inexistencia de subordinación de lo social sobre lo ecológico, y viceversa, para poder superar la destrucción de los ecosistemas y de la humanidad7. En la práctica, la FC plantea la necesidad de reemplazar planes de explotación del bosque por planes de ordenación que deben ser múltiples, y que regulen la participación equitativa de los diversos actores y beneficiarios. Para esto es necesario que la comunidad que habita el bosque, lo controle y acceda a él8.

Para potenciar la participación, la FC desarrolla en las comunidades el empoderamiento y aporta en las transformaciones, para configurar de manera holística e integral los saberes, conocimientos y capacidades relacionadas al manejo forestal. Así las comunidades desarrollarán sus propios procesos de gestión, organización y planificación de estrategias de desarrollo forestal, incluyendo el uso y manejo forestal sostenible por medio de empresas comunitarias forestales. Esta última característica, conlleva la articulación con el modelo económico y político imperante, que en el caso de Chile es el neoliberalismo, donde todo se determina en cuanto al mercado. Al respecto, se menciona que las transformaciones desarrolladas por la forestería comunitaria deben considerar una economía a escala humana durante el tiempo necesario para que la población desarrolle las fuerzas, los conocimientos y las habilidades para competir en la selva de la economía monetarista actual11, al menos mientras opere este sistema económico. Esta articulación con el mercado, sin olvidar el autoconsumo y la tradición, es para algunos especialistas fundamental para la sostenibilidad de la FC y la autogestión de las comunidades. Para otros, más bien se debiera hacer hincapié en resistir al modelo con estos esquemas comunitarios.

En este punto se encuentra uno de los elementos que identifica o caracteriza a la FC: la participación de las comunidades en su condición de gestores y actores preponderantes de su propio progreso, y por ende, beneficiarias directas de la riqueza y el bienestar

El desarrollo de la FC12 dependerá de la relación sostenible entre las comunidades locales y los ecosistemas forestales sanos. Esta es una de las temáticas abordada en los territorios que conlleva cambios conductuales

5. idem 6. idem 7. Bookchin, M. 2012 8. Janssen, M., Flores M.; 2004

9. León, R., 2010 10. Vela,V., 2010. 11. Janssen, M., Flores M.; 2004 12. Vela,V., 2010.

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Estos cambios no sólo deben ser en las comunidades, sino que en las propias instituciones públicas y privadas del entorno en que se desenvuelven, por medio de la implementación de instituciones adecuadas, ya sea para la relación comunidad gobierno, como con el mercado. En ambos caso, la comunidad deberá tener las habilidades para responder a las tensiones internas y externas que se desarrollaran en este proceso13. Estas visiones de FC, que contemplan tanto el entorno institucional como el intercambio o mercantilización de productos, han considerado limitaciones o deficiencias iniciales que han sido identificadas, considerando que en sus inicios se concebía una uniformidad colectiva de las comunidades, en la que no se imaginaban los vínculos de éstas hacia el exterior; no tomaban en cuenta los diferentes actores involucrados en el uso de los recursos forestales así como sus diferentes posiciones de poder; y no consideraban 13. idem 14 . N y g r e n , A . , D a r i o , R a n d Canales,M.M. 2006 15. Zapata, B., 1995

los potenciales conflictos de interés entre los distintos actores involucrados en el uso, manejo y control de los recursos forestales14. Implementar la FC exige enfocarse en los múltiples actores y sus diversos intereses, que operan tanto en el territorio en que están las comunidades con bosques, como en el entorno en que operan las instituciones públicas, no gubernamentales, empresas y otras instancias relacionadas. Por eso se considera que los principales actores involucrados en la forestería comunitaria, son los gobiernos locales, campesinos, comunidades indígenas, transformadores de la madera, madereros, profesionales y técnicos forestales, instituciones forestales del Estado15, programas y proyectos de ONGs.

perspectiva propia, lo que se estaba desarrollando en la institucionalidad forestal, en este caso la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y la Cooperación Alemana. Estas, desde los inicios de la década de los noventas del siglo pasado, pusieron en marcha la extensión forestal participativa en el Proyecto Campesinos Forestales y su posterior proyección, el Proyecto Conservación y Manejo Sustentable del Bosque Nativo (PCMSBN), implementado desde el año 1997 al 200716.

Como ya se mencionó, en Chile es más cotidiano en el quehacer de las instituciones y comunidades, el concepto de extensión forestal que FC. El primero también ha sido utilizado en la ONG FBN como concepto en documentos y aplicado en la práctica como enfoque.

La incidencia de la extensión forestal en la AIFBN y ONG FBN, se relaciona a cómo se implementó por parte de CONAF y la Cooperación Alemana durante la ejecución de los mencionados proyectos, en que se definió la extensión forestal como un enfoque de trabajo, de tipo participativo con una visión holística de las dimensiones de la vida de las poblaciones rurales17 , considerando que en las unidades de pequeña producción campesina con bosque nativo no sólo incide lo productivo, sino que también lo social y cultural. La extensión forestal cumplió la función de transmitir los conocimientos que permitieran a los destinatarios de manera eficaz y eficiente, mejorar las condiciones de vida18, por medio de un proceso sistemático de intercambio de ideas, opiniones, técnicas, conocimientos,

Esto se realizó replicando, desde una

16. Reyes, R., Rivas, E., Molinet, S., 2011. 17. Kandzior, A., 2006.

Extensión Forestal: Un enfoque relacionado a la línea de acción Forestería Comunitaria de la AIFBN – ONG FBN

Fotografía: Archivo AIFBN.

de valorización de los bosques acompañados del manejo integral de éstos, como parte del desarrollo pleno de las comunidades. Para ello, es necesario considerar instituciones comunitarias que permitan o faciliten esto.

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valores y comportamientos relacionados al manejo de los bosques19, que incluyera la valoración de los conocimientos locales. La incorporación de las visiones de las comunidades, de sus necesidades y aspiraciones, de la combinación de conocimientos tradicionales y técnicos, se consideró fundamental para asimilar mensajes y que las familias se convirtiesen en gestoras de su propio desarrollo20. Para esto, se implementaron actividades de promoción, capacitación, investigación, seguimiento y evaluación para facilitar el diálogo con los campesinos sobre la propuesta técnica de la institución21, en el contexto de generar la horizontalidad necesaria para el logro de tal fin22. Se diferencia de la transferencia tecnológica, en que la institución genera la propuesta técnica, la implementa y evalúa23. La extensión forestal busca el cambio de actitudes y conductas para lograr la conservación y el manejo del bosque nativo, tanto en los beneficiarios, como también de parte de la institucionalidad relacionada al tema. Para esto, se considera fundamental establecer una relación horizontal entre el campesino o pequeño propietario con el extensionista forestal. El año 2001, CONAF definió desde su propia institucionalidad la extensión forestal como un proceso de intercambios de conocimientos, percepciones, técnicas, orientado a satisfacer las demandas de los actores, modificando y potenciando conductas, generando capacidades y facilitando el acceso a alternativas que contribuyeran al desarrollo integral de la sociedad bajo la perspectiva de sustentabilidad . En este contexto, la AIFBN asumió 18. Kandzior, A., 2001. 19. idem 20. Kandzior 2006. 21. idem 22. Idem 23. Reyes, R., Rivas, E., Molinet, S., 2011.

la extensión forestal desde una perspectiva de Forestería Comunitaria, reproduciendo en parte la praxis de la extensión desarrollada por el PCMSBN, e implementando una asistencia técnica que se enfocó mayoritariamente a en la relación directa entre el beneficiario y el extensionista. Con esto se promovió el acompañamiento como parte esencial del tema en un contexto de horizontalidad con el campesino o pequeño propietario, para el cumplimento de las metas relacionadas a hectáreas de bosque nativo conservados y manejados, para proveer el mercado de leña certificada, así como también a los requerimientos de modificaciones institucionales para lograr la sostenibilidad de los bosques nativos, facilitando y fortaleciendo la organización comunitaria y comercial. Situación actual de la Forestería Comunitaria en la AIFBN Considerando la experiencia desarrollada, tanto desde y durante la ejecución de diversos proyectos de desarrollo e investigación, el concepto de FC en la AIFBN y ONG FBN, se instala desde su definición original hasta hoy en día, con modificaciones propias de un desarrollo teórico y práctico: El objetivo de FC es implementar propuestas de manejo integral y sostenido de bosque nativo, por medio de la generación de procesos participativos y del empoderamiento de comunidades campesinas e indígenas, con la finalidad de mejorar la calidad de vida de las familias a través de la recuperación de ecosistemas locales, generación de ingresos económicos y fortalecimiento de la identidad campesina e indígena. Para ello, se fomentan esquemas de forestería comunitaria que ayuden a frenar el deterioro ambiental a través de la formación de redes, del fortalecimiento de la organización comunitaria . 24. CONAF, 2001.

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y de la planificación participativa, del incremento de las capacidades de gestión y manejo de los recursos forestales con énfasis en el bosque nativo, de la asistencia técnica forestal, de la promoción de la asociatividad para la comercialización de productos del bosque nativo y de otros subsistemas económicos de los predios. Considerando la realidad rural de Chile, en que las comunidades campesinas e indígenas han tendido hacia el desarrollo de unidades familiares, incluso con énfasis en la de tipo nuclear, con propiedad privada, se espera por medio de estos esquemas de FC lograr el control o manejo del bosque por parte de la unidad campesina, beneficiándose de sus productos por medio del autoconsumo y la comercialización, incorporando la integración de los subsistemas silvoagropecuarios, apoyando a las organizaciones comunitarias para que sostengan la protección medioambiental, gestionen recursos e incidan o diseñen los proyectos y programas que se implementan en sus territorios. Se propusieron cuatro líneas de trabajo, que son transmitidas a los profesionales, técnicos, organizaciones e instituciones, y que son parte del quehacer de la línea de FC incorporando el enfoque de la extensión forestal participativa. Estas acciones no sólo se consideran en su implementación por parte de nuestra organización, sino en alianza con otros actores en los territorios involucrados.

Fotografía: Archivo AIFBN.

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Asesoría Forestal / Silvicultura: Manejo de bosque nativo, elaboración y ejecución de planes de manejo, postulaciones a la ley de bosque nativo, acompañamiento, protección de los recursos naturales e intercambio de experiencias, capacitaciones y días de bosque (capacitaciones e intercambio de experiencias en el bosque), incorporación de líneas de acción vinculantes a una visión de ordenamiento predial consensuado con otros subsistemas como el agrícola y pecuario. Fortalecimiento Organizacional: Apropiación de la temática manejo bosque nativo por parte de las organizaciones comunitarias y de segundo grado; organizaciones con capacidad de gestión y articulación con la sociedad civil y el Estado, incorporando la planificación participativa y defensa de los intereses campesinos y de protección de su entorno potenciando redes que cumplan estas funciones. Comercialización: Generación de productos de calidad para el mercado por parte de las comunidades y familias campesinas, gestión de negocios, venta de productos del predio, promoción de la comercialización asociativa de productos e intercambio de experiencias. Promoción y Gestión: Difusión de la propuesta y contenidos de FC entre las organizaciones, actores locales, tanto públicos y privados, realización de alianzas con instituciones y organizaciones, articulación con los flujos de recursos considerando la coordinación de acciones, para abordar los predios considerando todos sus subsistemas, generación de proyectos tanto de investigación como de desarrollo.

Bibliografía: Bookchin, M., (2012). Rehacer la Sociedad: Senderos hacía un Futuro Verde. LOM Editores. Chile. CONAF. 2001. Manual Técnico 21. Plan Nacional de Extensión Forestal. CONAF. Chile. Janssen, M., Flores M.; 2004. Forestería Comunitaria y Desarrollo Humano Integral, un Camino al futuro. GrupoChorlavi.org. Honduras. Kandzior, A. 2006. Enfoques Participativos: Una Estrategia de trabajo con el mundo rural. Aportes desde la Extensión Forestal. Proyecto Conservación y Manejo Sustentable del Bosque Nativo. CONAF – KfW- GTZ – DED. Ed. CONAF Y GTZ. Chile.

Kandzior, A. 2001. Teoría de la Extensión. Curso de Extensión Forestal Puerto Montt 21 al 24 de Agosto de 2001. Proyecto CONAF/GTZ Manejo y Conservación del Bosque Nativo. Chile. León, R., 2010. PPT Hacía una Agenda de la Forestería Comunitaria en Bolivia. PIIF Bolivia. Nygren, A., Dario, R., Canales, M. 2006. Forestería Comunitaria en Honduras: El análisis de los interesados. En revistas Recursos Naturales y Ambiente N° 46 – 47; P. 13-20, CATIE Costa Rica. Reyes, R., Rivas, E., Molinet, S., 2011 Informe Caracterización Experiencias de Extensión Forestal desde la Región del Maule hasta la

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Región de Aysén. ONG FBN. Valdivia. Vela, V., 2010. PPT Forestería Comunitaria en la TCO de Tierras Bajas como parte de la Gestión Territorial Indígena. GTZ/COICA/CIDOB. Bolivia. Zapata, B., 1995. El Rol de las Instituciones Gubernamentales para el Fomento de la Forestería Comunitaria dentro del Modelo Neoliberal; en La Forestería Comunitaria en el Contexto del Modelo Neoliberal de Desarrollo; p. 61 – 69, CATIE / CONITTPA, Tegucigalpa, Honduras


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Fotografía: Archivo AIFBN.

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Sobre conceptos y métodos de la Forestaría Comunitaria Por Luis Astorga Sch. Ingeniero Forestal Director honorario AIFBN Representante en FSC

E-mail: luisastorga@bosquenativo.cl Este artículo no pretende cubrir todas las aristas de la Forestería Comunitaria, sino hacer algunos aportes sobre temas críticos basados en la experiencia personal. En primer lugar, proponemos como definición de Forestería Comunitaria, aunque sabemos que hay muchas otras, a las actividades se preocupan de la relación que existe entre las comunidades rurales (campesinas e indígenas) y sus ecosistemas forestales. El término no nace de las comunidades, sino que es externa a ellas y su origen se encuentra en la “ciencia forestal”. Posiblemente fue la Organización para la Agricultura y Alimentación, FAO, que inició varios proyectos con comunidades en la década de los 60 para lo cual creó una unidad de “Community Forestry” en su sede en Roma con proyectos en muchos países del Tercer Mundo, África, Asia y Latinoamérica. La líder de este movimiento fue la Dra. Marylin Hoskins,

que patrocinó en la FAO una amplia variedad de publicaciones sobre el tema y creó una presión sobre las organizaciones de cooperación internacional (Inglaterra, Suecia, Finlandia, Holanda, Suecia, etc.) que debieron, al menos en teoría, considerar sus metodologías en todos los proyectos forestales orientados a la comunidad. La gran variedad de comunidades campesinas e indígenas que conviven en una amplia distribución de ecosistemas forestales de distintas características en todo el mundo, hace de la práctica de la Forestería Comunitaria, tanto del punto de vista metodológico en la aproximación y relaciones con las comunidades, como las propuestas técnicas para enfrentar problemas de conservación y manejo forestal que le garantice mejores condiciones de vida, una actividad/ ciencia que tiene un alto porcentaje de casos (o proyectos) insustentables, es decir, fracasos que terminan

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al mismo momento en que finalizan las acciones de los “actores externos” a la comunidad. La sostenibilidad es escasa. Quizás en la actualidad se esté aprendiendo de los continuos errores y a través de la sistematización de experiencias. Sin embargo, la Forestería Comunitaria ha abierto espacios para el encuentro de dos mundos que son importantes componentes de la sostenibilidad: el componente social y el componente ambiental. Normalmente las ciencias forestales no han considerado –en la profundidad necesaria– al componente social, que no es sólo la sociología rural. Tampoco esta última ha considerado factores forestales y ambientales que rodean la vida de las comunidades. Afortunadamente estos errores están siendo lentamente tratados en la formación actual de ambas profesiones. Otro concepto de importancia fun-


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damental que ha introducido la Forestería Comunitaria, se refiere a la teoría y práctica de la “participación”. La amplia gama de posibilidades va desde frases/conceptos tales como: “aquí les traigo un proyecto” “este es mi proyecto y quiero que participen en él” hasta el concepto de “vengo a integrarme en la comunidad”. No es fácil entender en toda su importancia y magnitud esta idea de la “participación” que actualmente se está transformando en “involucramiento”. Estos conceptos están en constante evolución y los introduciremos en la discusión más adelante. El problema central que pretende resolver la Forestería Comunitaria se refiere a la relación entre la degradación ambiental (destrucción de bosques y praderas, erosión, pérdidas de biodiversidad, etc.) y la situación socioeconómica (especialmente pobreza) asociada a dicha degradación ambiental. Es el eterno problema de la relación negativa entre el ser humano y sus ecosistemas que se aprecia en todos los continentes y que hace reaccionar a organizaciones y personas para intentar detener este proceso de destrucción de ecosistemas que lleva a un proceso de empobrecimiento y sobrevivencia del ser humano. Sin embargo, el problema de fondo que oculta la Forestería Comunitaria es su intento de trabajar con las consecuencias visibles (destrucción de ecosistemas y empobrecimiento) proponiendo soluciones técnicas, sin ir al fondo o causas subyacentes del problema, relacionadas a sistemas de tenencia de la tierra, usurpación de las mejores tierras y presión a comunidades indígenas y campesinas para irse a laderas y montañas en donde los cultivos de sobrevivencia destruyen los bosques y el suelo, o sea rehúye el problema político. Además de trabajar con las consecuencias visibles del problema (y no con el problema mismo), muy frecuentemente las metodologías de estos “actores externos” no toman

en cuenta elementos esenciales en la dinámica de las comunidades. Por ejemplo, entre otros: - Se llega a la comunidad con una receta técnica previamente definida, que se llama Extensión, y propone “un conocimiento técnico” a la comunidad para que ella lo aplique y resuelva su problema. No se toma en cuenta la existencia de un gran bagaje de conocimiento de la propia comunidad. - Las comunidades tienen un sistema de reproducción (sobrevivencia) muy diverso y la actividad forestal es solo una parte de dicho sistema. Si se logra un cambio en el manejo del ecosistema forestal, pero los otros elementos del sistema permanecen fijos, la mejoría tanto de la comunidad, como del ecosistema son mínimas. - Generalmente, se piensa que con la llegada del Estado o una ONG a la comunidad, se producirá un cambio y que el año 0 de ese cambio es el inicio de un proceso de intervención comunitaria que debería generar desarrollo. No se toma en cuenta la existencia de una historia, de avances, éxitos, fracasos, experiencia de proyectos anteriores que han creado frustraciones, las aspiraciones y una amplia gama de motivaciones y experiencias que han moldeado la situación actual. - Los proyectos no internalizan –muchas veces- el hecho que en la población campesina e indígena, una mitad son hombres y la otra mujeres. Casi todo se planifica y decide con los “jefes de familia”, relegando a un segundo plano a las mujeres y a un tercer plano a jóvenes y niños. A veces se promueve la “participación de las mujeres” a través de diversas actividades, como por ejemplo viveros, sin tomar en cuenta que las mujeres ya realizan una amplia gama de trabajos – caseros, productivos etc. - y su horario es muy intenso: de las 6 de la mañana a las 10 de la noche. Por estos motivos el enfoque de género

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en proyectos rurales es fundamental. - Por mas esfuerzo que realice el extensionista o actor externo a la comunidad, toda decisión de cambio en la relación ser humano/ecosistema – para que sea sustentable - debe ser tomada por los “actores internos” (unos más dinámicos que otros). La única alternativa para el “actor externo” que quiera tener resultados positivos es integrarse como actor interno e iniciar un proceso de “facilitación para el cambio”. Mi experiencia sobre el tema comenzó en los años ‘80 formulando y, luego, participando en la implementación de un proyecto para formar jóvenes forestales africanos en la gestión de “proyectos forestales participativos” de un grupo de países sudano-sahelianos (Sudán, Etiopía, Somalia, Djibuti, Kenia y Uganda). El proyecto nació a raíz de una gran sequía que azotó a fines de los años ‘70 la zona sur del Sahara. Muchas personas, especialmente niños, murieron y los países europeos se movilizaron con ayuda humanitaria en alimentos, medicinas, abrigo y con fondos para proyectos de desarrollo local. Estos eran planificados y decididos en las capitales europeas y luego implementados con equipos técnicos de esos mismos países. Con gran realismo, la cooperación finlandesa decidió que no financiaría proyectos de ese tipo sino un gran programa de capacitación que formara cuadros técnicos y profesionales en todas las etapas del ciclo del proyecto: identificación, formulación, evaluación e implementación. De esta forma se podría lograr cierta independencia en los proyectos financiados por países europeos que traían profesionales caros y que generalmente no conocían la lengua local ni las realidades de los países a los que postulaban. El programa incluía una serie de talleres, visitas y evaluaciones de proyectos en curso en los que se analizaba conceptos como la participación y


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Más adelante, trabajé 5 años en Centroamérica a cargo de un programa de desarrollo rural en áreas forestales, financiado por la cooperación finlandesa, que abrió espacios para que campesinos y campesinas de esos países manejaran los elementos de la gestión de proyecto y elaboraran e implementaran sus propios proyectos con el apoyo financiero y técnico del programa. Este tipo de procesos nos permitió comprender con claridad que existe en las comunidades campesinas e indígenas un tremendo potencial, una gran capacidad no utilizada, que los sistemas económicos, sociales y educativos limitan al no abrir los espacios necesarios para ser los actores de su propio desarrollo. En Chile la Forestería Comunitaria está en sus inicios pero hay varios elementos de distorsión que la limitan: - En primer lugar la acción del Estado, que ha sido determinante en muchas zonas, presenta dos características que limitan el desarrollo: (a) son parciales y enfocadas solo a un aspecto – a veces mínimo – de los sistemas productivos campesinos e indígenas. El caso más claro es la propuesta de CONAF de plantaciones, especialmente de especies exóticas, que se enfoca solamente en esa actividad sin considerar el complejo sistema productivo campesino. INDAP por su parte los apoya también, pero en temas específicos. No existe una mirada sobre un sistema productivo y (b) por diversos motivos existe una proliferación de subsidios, que no solo no generan desarrollo local, sino que des-incentivan las iniciativas.

Fotografía: Archivo AIFBN.

apropiación del proyecto por parte de las comunidades locales. Fue necesario discutir, y en conjunto, construir los elementos del concepto de participación y analizar las condiciones de sustentabilidad. Era un tema claramente de Forestería Comunitaria.

- En el caso de la acción de privados, la experiencia es perversa. Los pequeños y medianos propietarios/ as descendientes de colonizadores, en ambas cordilleras, debieron cortar el bosque y sembrar laderas de diferentes pendientes para subsistir. Ello erosionó sus tierras lo que hizo disminuir paulatinamente su capacidad productiva. Ampliaron su actividad a ganadería, venta de madera y leña y otras incluyendo el jornaleo. Este sistema productivo trabajado de esta forma tradicional perdió sustentabilidad, los jóvenes emigraron y llegó el momento en que la única posibilidad fue vender la tierra al único comprador: las empresas forestales. Todas ellas, medianas y grandes, formaron la mayor parte de su patrimonio en base a la compra de tierras a pequeños y medianos propietarios. Luego fueron plantadas de pinos y eucaliptus. La acción de la AIFBN en el campo social se inició a raíz de la solicitud de doña Juanita que llegó a fines de los años ‘90, hasta nuestra sede en Valdivia solicitando apoyo porque la

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empresa Forestal Valdivia la estaba presionando (a través de sus hermanos) para que vendiera su predio. De ahí nació el Proyecto Colegual y Pichilingue, que nos introdujo como organización en los temas sociales forestales. En la actualidad, el tema social es un componente esencial de la acción de la AIFBN. También la AIFBN trabajó en la asesoría y sistematización de pequeños proyectos financiados por el PNUD. De allí nace una de nuestras publicaciones más importantes en el tema: “Siembra de esperanzas, cosecha de penas y alegrías” (PNUD 2005). La Forestería Comunitaria puede ser un gran aporte en el trabajo de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo con comunidades en pos del desarrollo local, pero no debemos olvidar que nosotros somos solo los “actores externos” y nuestro rol solamente consistirá en facilitar un proceso que debe ser planificado, decidido e implementado por los sujetos del desarrollo.


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Fotografía: Archivo AIFBN.

Reportaje

Programa de Forestería Comunitaria AIFBN:

10 años de acompañamiento y trabajo con campesinos y propietarios forestales Desde que la Agrupación De Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN) inició la promoción del manejo y conservación del bosque nativo mediante el trabajo directo con campesinos y comunidades indígenas a través de la ONG Forestales por el Bosque Nativo (ONG FBN), se ha escrito una historia de múltiples aristas. El exitoso trabajo desarrollado por los proyectos “Leña, energía renovable para la conservación del bosque nativo en el sur de Chile” y ”Gestión Integrado de Cuencas Abastecedoras de Agua en el Sur de Chile”, continúa a paso firme con las iniciativa “Reducción de las tasas de deforestación y degradación de los bosques nativos en Chile y Argentina”. También conocido como “Nativo, Bosques y su Gente” y financiado por la Unión Europea, tiene entre sus principales propósitos trabajar con comunidades campesinas e indígenas de las ecorregiones Valdiviana y Chaqueña, e impulsar el manejo forestal sustentable y la

comercialización de los bienes y servicios que entrega el bosque nativo. Hoy, la ONG Forestales por el Bosque Nativo cuenta con 19 los profesionales forestales, 2 del área de comercialización y 1 del área social, quienes son los encargados de impulsar en terreno esta línea de acción, trabajando codo a codo con más de 400 familias de la Región de Los Ríos en las comunas de Valdivia, Máfil, Corral y Mariquina; Región de Los Lagos en las provincias de Osorno, Llanquihue y Chiloé; y en la Región de Aysén en las comunas de Coyhaique, Aysén y Puerto Ibáñez. La Región de la Araucanía, en tanto, es abordada por el Departamento de Acción Social del Obispado de Temuco (DAS). Los Ríos y los Bosques Nativos Pilar Cárcamo y Brenda Román, ingenieras forestales socias de la AIFBN, son responsables de dar cobertura

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a tres comunas en la Región de Los Ríos. Éstas corresponden a Mariquina, Máfil y Corral, donde brindan asistencia técnica y capacitación a aproximadamente 50 familias gracias al financiamiento de la iniciativa “Nativo, Bosques y Su Gente”, y el aporte entregado por convenios con Municipios locales. Corral es una comuna con un gran potencial forestal, en especial para el bosque nativo. “¿Por qué? Ahí todavía existe una cuantiosa superficie de terrenos de aptitud preferentemente forestal, existiendo bosque nativo de características muy especiales, además de mucho bosque degradado que es necesario recuperar. Sin embargo, gran parte de la población rural se ha ido a la ciudad y las familias campesinas que quedan, se encuentran en lugares de muy difícil acceso, lo que complica al momento de transportar sus productos desde el bosque y comercializarlos”, detalla Cárcamo.


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Por su parte, Brenda Román asegura que en las otras comunas las cosas son un poco diferentes. ”En Mariquina, el avance de las plantaciones forestales exóticas es más extensa e invasiva, incluso en terrenos de preferencia agrícola, debido a la influencia de la industria forestal, por lo que es común encontrar este tipo de coberturas en manos de pequeños propietarios, que un día plantaron con la esperanza de vender madera a la Celulosa y hoy deben conformarse con la producción de leña”, precisa. Por otro lado, destaca que el bosque nativo que se encuentra en propiedad de familias campesinas, en general está muy degradado, especialmente en el sector costero, a pesar que en muchos casos reconocen haber tenido plan de manejo anteriormente. Esto, se relacionaría entre otras causas, con la falta de asistencia técnica y acompañamiento, tanto durante el proceso de manejo como en la comercialización de los productos”, plantea. En Máfil, debido a que la actividad pecuaria es muy relevante a escala familiar, el trabajo que se realiza con las familias en el bosque nativo, debe considerar la exclusión de ganado a largo plazo, ya que durante décadas se han aplicado malas prácticas en relación al manejo de los bosques, usándolos casi en su mayoría como galpones naturales. “Tenemos experiencias donde las familias deben dejar ‘zonas de sacrificio de bosque’ para poder manejar otros sectores, en las cuales se permite pastoreo hasta que se recuperen las praderas que se encuentran en proceso de mejoramiento”, explica Román.

Fotografía: Archivo AIFBN.

En Corral, todavía podemos encontrar bosque siempreverde con árboles de grandes dimensiones, bosques con ulmo, luma, tineo, avellano y olivillo, entre otros. También hay ciprés de la Guaitecas, roble y coihue, lo cual motiva a trabajar con las familias y mostrarles el potencial que estas especies tienen y que no lo deben perder”, agrega la profesional.

Las profesionales subrayan que un problema recurrente en las tres comunas es que muchos de los terrenos de las familias campesinas no se encuentran regularizados, lo cual restringe la postulación a instrumentos de fomento forestal del estado. Esto se contrapone con otros programas, por ejemplo, los que regula INDAP, donde en muchos casos es posible optar a beneficios, sin ser dueños del terreno. En este sentido, los desafíos son mayores y apuntan a un trabajo territorial que incluya más actores dentro del territorio, como los municipios, ONG’s, privados y programas estatales, utilizando mejor los recursos disponibles y realizando un trabajo coordinado, para obtener con mejores resultados. Con ello, es más factible incidir en las políticas públicas, para contar con herramientas de fomento concretas, eficientes y pertinentes a la realidad local. Cárcamo y Román reconocen que se trata de metas a largo plazo, que se ven amenazadas por los financiamientos con los que se trabaja a nivel de ONGs. “Trabajamos a corto plazo, en tres o cinco años y no logramos crear programas, ni políticas públicas como sociedad civil. Nosotros hacemos solamente trabajos a nivel

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de proyectos, como iniciativas piloto, que no siempre van a terminar en una política pública”, explica Cárcamo. De esta forma, las políticas definidas a nivel central, generalmente continuarán sin considerar las opiniones y necesidades de las regiones. Aún frente a las dificultades a las que se enfrenta la ONG al momento de intervenir los territorios de la Región de los Ríos, se trata de cubrir de la mejor forma las necesidades que tienen las localidades y sectores de las región, las cuales la mayoría de las veces no cubre el Estado. A través de sus diferentes líneas de acción y aplicando los métodos que existen, se pretende aportar al sector forestal con una bajada práctica asociada al bosque nativo. “El trabajo para mí es súper valioso, por eso también estoy acá, porque es un aporte real a las necesidades locales y a los diferentes ámbitos del sector forestal. Desde el manejo y asistencia técnica a pequeños propietarios, hasta poder incidir en políticas públicas”, concluye Pilar. San Juan de la Costa: territorio huilliche El técnico forestal Fredy Barrientos es el encargado de trabajar con 70 familias de la comunidad de Purretrum


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Fotografía: Archivo AIFBN.

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Pucatrihue, ubicada en la comuna de San Juan de la Costa. La intervención cuenta con el apoyo de “Nativo; Bosques y su Gente” y un convenio de cooperación con el módulo de PRODESAL San Juan de la Costa es un territorio que no sólo está asociado al área forestal. Un sector importante de la comuna se dedica a actividades campesinas. En este sentido, el profesional explica que existen recursos para postular a proyectos, los que se pueden gestionar en la municipalidad y en otros servicios públicos. “Lo malo es que faltan más socios de la agrupación para realizar más visibilidad en el territorio de AIFBN”, reconoce Barrientos. Sin embargo, destaca que el trabajo realizado por la ONG ha sido muy bueno. Evaluación que lleva tanto al plano laboral como personal, “he aprendido a trabajar en equipo, con comunidades indígenas y sus recursos naturales”, reconoce. Si se trata de desafíos, nuevamente apunta a una mayor presencia en el territorio, “tanto de la AIFBN, del proyecto, ONGs y Programas de Desarrollo Territorial Indígena, por ejemplo, con proyectos para la comuna o comunidades”, dijo.

Chiloé: Isla Grande El equipo que tiene el gran desafío de abordar la isla grande de Chiloé y sus particulares características culturales y sociales, lo integran los ingenieros forestales Javier Sanzana, Jorge González, Pablo Olave y en el área comercial la contadora auditora Yohana Ampuero. Las zonas de trabajo que aborda este equipo son las localidades de las comunas de Chonchi, Ancud, Queilén, Dalcahue y Quemchi, con aproximadamente 115 familias, gracias al apoyo del proyecto “Nativo; Bosques y su Gente” y el Programa de Desarrollo Dendroenergético financiado por el Fondo De Desarrollo Regional (FNDR). Al ser un territorio tan acotado y con tantas particularidades culturales y ambientales, lo hace un lugar de grandes desafíos. En la actualidad, se están viviendo procesos de fuerte deforestación y degradación de bosques que en otras regiones del país ya se vivieron. A esto se suma la encrucijada constante en la que se encuentran los campesinos forestales, ya que por un lado, se les exige trabajar adecuadamente sus bosques, pero por otro, deben dar de comer, vestir y educar a sus familias en una sociedad donde

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todo cada día es más caro, destaca Javier Sanzana. Asegura que los desafíos son grandes. “Es en territorios tan alejados como Chiloé es donde hace más crisis el sistema legal que vela por el resguardo de nuestros bosques. Es donde las leyes no siempre funcionan como pensó el legislador y los organismos públicos encargados de aplicar buenos programas simplemente no lo hacen”, advierten el equipo coordinado por Sanzana. Sus planteamientos, en este sentido, concuerdan con lo señalado por las profesionales de Los Ríos. “Es necesario que desde los territorios salgan ideas fuerza de nuevas políticas públicas que estén mucho más cerca de realidad y no que venga desde Santiago, imponiendo ideas que muchas veces nada tienen que ver con lo que cotidianamente vivimos en las provincias”, subrayan. El equipo evalúa positivamente el trabajo que la ONG Forestales por el Desarrollo del Bosque Nativo ha desarrollado en el marco de su programa de forestería comunitaria, lo que según establecen, ha sumado a la conservación y manejo de los bosques.


Reportaje De hecho, destaca Sanzana que en la actualidad no son muchas las instituciones que tienen programas de este tipo. Para que el trabajo sea cada vez mejor, el equipo advierte que falta que “las mismas comunidades campesinas comprendan que son fundamentales en el manejo de sus bosques y que éstos son claves en la vida rural”. Lo anterior es complejo ya que las comunidades campesinas se ven fuertemente afectadas al modelo de consumo actual, donde además, se suma la poca valoración de la sociedad de nuestros bosques, sus bienes y servicios. Por otro lado, es importante que los municipios incorporen líneas de trabajo con las comunidades campesinas y sus bosques, trabajo que va desde la asistencia técnica pero sumando fuertemente componentes de educación, capacitación, gestión y organización. Zona Austral: Patagonia

en la Región de Aysén”, financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR). Dado lo extenso de la región, coexisten tres territorios muy diferentes en cada una de las tres comunas. Coyhaique es más seco y la gente tiene una mayor vinculación con los servicios, instituciones y proyectos asociados, por lo que están más al tanto de todo. “Hace por lo menos 20 años que saben bien las reglas”, reconoce Marcelo Sanhueza. En ese sentido, hay una mayor demanda asociada a bosques principalmente de lenga. Aysén, es un territorio distinto que se asocia a la costa. “Los bosques son de tipo siempre verde y la gente no está muy acostumbrada a su manejo. Hay una suerte de actividad o historial que está más asociada a la extracción, sin permiso, que con la presencia de CONAF o la ONG FBN”, señala Sanhueza, en contradicción con lo que ha sucedido en los últimos 10 años. Río Ibáñez, es una zona lejana que tiene como uno de sus fuertes el área forestal. Tuvo su explotación hace quince años, y resultado de ello es su nivel de degradación. “La parte que estamos trabajando es remanentes de bosque o relictos muy chiquititos de bosque de lenga y coigüe con ñirre”, explica. La mayor desventaja a la que

Fotografía: Archivo AIFBN.

Mucho más al sur, los ingenieros forestales Marcelo Sanhueza, Gabriela, Jaque, Marcelo Navarro, Marcelo González; los técnicos forestales Héctor Crespo y Guillermo Martin; y la socióloga Catalina Mekis, están a cargo de las localidades de las comunas de Coyhaique, Aysén y Puerto Ibáñez, brindando asistencia técnica a 110 familias por medio del Programa “Transferencia Técnica en Manejo de Bosque Nativo como Eje Productivo

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se enfrentan es su distancia, pero de todas formas, se produce leña que se comercializa en Coyhaique y Aysén. Su gente se asocia a lo gaucho (argentino), por la forma de vestir y de hablar; y la convivencia es mucho más familiar. Las tres comunas tienen climas diferentes. En Coyhaique y Río Ibáñez, en invierno por lo menos hay medio metro de nieve, por lo que el acceso es restringido, así como los tiempos de trabajo de la gente. En Puerto Aysén, el tema es la lluvia, presente durante todo el año, además de tener mal acceso. En cuanto a los tiempos de trabajo, se concentran siempre desde octubre a principios de mayo, luego viene un receso. Este proyecto es sólo un peldaño de lo que pretende realizar la ONG. “En el encuentro en Pucatrihue, vimos que era más bien asistencialismo que trabajo con la comunidad, porque el proyecto en sus orígenes estaba formulado así, pero se están haciendo otras cosas relacionadas con gestión territorial y la vinculación es con los comités de desarrollo y otros existentes en el área de Coyhaique”, plantea Sanhueza. Frente a sus requerimientos se está trabajando, por ejemplo, en arreglo de caminos, para ello se hace el vínculo con las autoridades para que faciliten maquinaria. En comparación al Proyecto Leña, desarrollado años atrás, los profesionales tienen un mayor conocimiento lo que ha permitido un mejor trabajo. A esto se suma que con las personas hay más confianza. “El mismo hecho de que el campesino vea el mismo rostro de hace tiempo, le genera una mayor confianza a las personas, entonces se entrega un poco más y están dispuestos a trabajar en otras cosas”, destaca Sanhueza. “Esto ha implicado que se puedan abordar temáticas que anteriormente no había sido posible. Por ejemplo, iniciativas con mujeres sobre el teñido de lanas, tejidos a telar, artesanías, intereses de turismo, etc., o con comunidades, sobre caminos y accesos”, añade.


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autonomía y se pueda desarrollar de una mejor manera, porque ahora estamos cruzados de brazos”, indicó el profesional. A esto se suma aprovechar al máximo los recursos para hacer otras cosas. Y a futuro, pensar en una continuidad, porque el actual proyecto culmina el

2015. También se considera “generar más vínculos e ir creciendo en territorios determinados. Más que ir a resolver problemas gratis, el tema es que haya confianza en ambas partes, porque si no todo el mundo va a ir a descansar en la ONG FBN y eso no es bueno tampoco, tiene que haber un compromiso”, concluye Sanhueza.

Fotografía: Archivo AIFBN.

Entre los desafíos que se reconocen está mejorar la relación con quienes solicitan los trabajos, en este caso CONAF, INDAP y el Ministerio de Agricultura. Se trata de “avanzar luego y cumplir los primeros pasos que son de donde salen las platas, para tratar de generar otras ideas y proyectos para que la ONG FBN tenga

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Fotografía: Archivo AIFBN.

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DAS:

Del ideal a la realidad en el trabajo con campesinos y el manejo del bosque nativo En el contexto de realizar acciones concretas tendientes al desarrollo sustentable del bosque nativo, el Departamente de Acción Social del Obispado de Temuco ha sido un socio estratégico de larga data en la historia de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo. Esta asociación se ha profundizado y consolidado tras los 5 años de ejecución del proyecto “Leña, energía renovable para la conservación de los bosques nativos del sur de Chile” apoyado por la Unión Europea, y cuyos propósitos eran consolidar el Sistema Nacional de Certificación de Leña (SNCL), promover el manejo adecuado del bosque nativo en las áreas de abastecimiento de leña, regular su mercado, y desarrollar y promover elementos para una estrategia nacional de uso de la dendroenergía. Hoy, el proyecto binacional “Nativo, Bosques y su Gente” permite continuar este trabajo. Paulo Palma, encargado de medioambiente del DAS,

hace una positiva evaluación de las largas jornadas compartidas. “Son varios años de acompañamiento. Como institución en un principio teníamos puestos los ojos principalmente en las familias y en las personas para que tuvieran un buen vivir. Y la agrupación estaba enfocada principalmente en los árboles”, asegura. “Creo que en un principio estábamos en veredas distintas, a pesar de tratar de trabajar y solucionar temas como pobreza rural. Con el pasar del tiempo, yo creo que ha sido un conocerse mutuamente, en entender las posiciones del otro y en ir asimilando propuestas y miradas del otro. Yo creo que eso ha sido interesante, porque de trabajar cada uno en su metro cuadrado se transformó en un complemento”, afirma el profesional. Enfoque En su accionar, el principal enfoque del DAS son los campesinos de montaña y bosque, abordando interdisci-

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plinariamente actividades productivas (como ganado, cultivos autoconsumo, leña y carbón), la relación forraje-bosque-ganado (también llamadas veranadas) y otras como el mejoramiento de la autoestima de las familias. Según explica Palma, las principales amenazas que afectan a los campesinos de montaña y bosque nativo son las actividades de la industria forestal del monocultivo, la inequidad que existe en la relación entre el Estado y las empresas, la metodología utilizada en la intervención, que se ha sustituido el bosque nativo, concentrándose su uso y propiedad, la pérdida de agua y de sectores para recolección y crianza de ganado y la migración. Para esto, el DAS utiliza una estrategia y metodología “de intervención”, con acompañamiento a territorios de marginación social, rescate de la memoria histórica local y reconstrucción del tejido social, “con un enfoque de promoción de la autoayuda, para la pequeña producción campesina,


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poniendo énfasis en el “ver – juzgar – actuar”, bajo el modelo ‘jesusiano’”.

de la seguridad alimentaria y la diversificación productiva.

“En lo práctico, creo que hay situaciones en que los forestales nos hemos ido moviendo de a poco, pero todavía no somos suficientes. La primera medida que aplicamos es sacar el ganado del bosque, esa es la ‘regla de oro’ de los forestales, pero no hemos hecho un estudio de la capacidad de carga animal dentro del bosque, por ejemplo. Entonces, a lo mejor no hay que sacar todos los animales de todos los campos. Hoy en día hay bosques que valen más en kilos de carne que en producción forestal”, explica.

En este sentido, Palma subraya que el complemento que se da con otras ONG’s es vital. “Hoy, ese complemento es mucho más importante en las zonas rurales de lo que era antes cuando trabajamos todos por separado. Por lo tanto, hoy sí nos preocupa de que esa familia tenga un buen vivir, pero con un buen plan de manejo, más allá de que sea legal o ilegal. Ojo, porque para que sea legal, las familias tienen que tener un título de dominio, como requisito mínimo y no todas lo tienen, de hecho la mayoría o un número importante de ellas no lo tiene. Por lo tanto, nosotros hacemos un plan de manejo, porque esa familia igual va a sacar leña, esa familia va a tener animales, esa familia tiene que vivir”, asegura.

Palma agrega que “en la realidad” las familias tienen múltiples necesidades. “Entonces, muchas veces esto no es tan utópico y nuestras intervenciones tienen que ser más reales. O sea, no podemos hacer un plan de manejo sin saber lo que pasa con el ganado de esa familia, sin saber lo que pasa con la salud de esa familia, sin saber cuáles son los problemas familiares. Yo creo que va todo integrado y esos son los grandes cambios que tienen que venir hacia delante”.

“Creo que eso también ha sido un cambio bien importante en nosotros como para la AFIBN, en incorporar conceptos como familia e incorporar otros profesionales a su labor, como los antropólogos y los sociólogos”, añade.

Palma destaca finalmente que el proyecto “Leña” les dejó aprendizajes relevantes, entre los que destaca que lo técnico no va separado de lo político, ni de lo económico, ni de lo social. “No es uno más importante que el otro, son todos importantes”, puntualiza, “por lo tanto, que estemos haciendo planes de manejo, significa que también estamos en contacto con eminencia rural, no con pobreza rural. Hay familias que viven en sectores que son riquísimos, riquísimos en belleza, en producción de agua, en producción de servicios ecosistémicos, en una serie de condiciones. El tema es que como sociedad los hemos empobrecido”, plantea. “Creo que eso es lo más interesante de este trabajo. No es sólo hacer planes de manejo, sino analizar cómo se aplica la ley de bosque nativo, qué pasa con la discusión del D.L. 701 y cómo hacemos para que los dirigentes territoriales entiendan estas leyes y hagan propuestas desde su realidad. Es indudable el impacto del proyecto “Leña”. Y lo seguimos haciendo con el proyecto “Binacional”, finalizó Palma.

Resultados

Fotografía: Archivo AIFBN.

A través de años de gestión, el DAS ha logrado resultados concretos que a distintos niveles permiten asegurar que el trabajo productivo sustentable del bosque nativo pasa de ser un ideal a una realidad palpable. Se trata de generar en las comunidades una “lógica de no dependencia”, consolidación de nuevos espacios de organización, financiamiento de proyectos y actividades con una mirada más familiar, el aumento de los ingresos prediales y apoyo en la generación de poderes de compra local y microempresa rural. Otros resultados a destacar es el acompañamiento en la denuncia en temas laborales, ambientales y forestales, aumento significativo de la autoestima y autonomía económica de mujeres, búsqueda de mayor autonomía económica y el mejoramiento

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Entrevista

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Angelika Kandzior: “Creo que la denominación “forestería comunitaria” no es la más apropiada para la realidad chilena” La destacada profesional, que en los últimos años se ha dedicado especialmente a los pueblos originarios y su relación con los bosques, nos brinda su visión acerca de la extensión forestal y la aplicación de un enfoque participativo para abordar el manejo sustentable de superficies boscosas y el trabajo con campesinos. Angelika Kandzior cuenta con un M.A. en Desarrollo Rural Social (Universidad Reading, Gran Bretaña) y su foco de interés ha estado en las personas que viven “del y con el bosque” y cómo debe una intervención externa considerar sus idiosincrasias. Su trabajo en proyectos como el CMSBN (CONAF-GTZ-DED-KfW), la convierten en un referente del tema. PA: En Chile, usted fue un actor importante en la incorporación del concepto de extensión forestal (participativa) en la década de los noventa. Desde su experiencia y formación ¿qué diferencias y similitudes conceptuales tiene la extensión forestal respecto a la Forestería Comunitaria? AK: Si nos referimos a los orígenes de la forestaría comunitaria, ésta nació bajo el alero de la cooperación internacional para dar respuesta a los problemas surgidos en áreas severamente deforestadas, en América Latina en los países andinos, centroamericanos y del Caribe. La extensión forestal ha sido concebida más bien

como un enfoque para propulsar el manejo sustentable del bosque nativo. En cuanto a lo que comparten: es el enfoque participativo de trabajo con las comunidades. PA: ¿Y qué diferencias y similitudes tiene en la práctica realizada en Chile, ya sea por instituciones públicas, privadas o no gubernamentales, la extensión forestal respecto a la Forestería Comunitaria? AK: La verdad es que me he encontrado más que todo con intervenciones de extensión forestal. Sin embargo, algunas de ellas también se desarrollaban en el ámbito de la plantación de especies exóticas para fines

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dendroenergéticos, pero se conceptualizaban como extensión forestal. PA: Cuando hablamos de asistencia técnica forestal, ¿cuál es la relación o función respecto a la Forestería Comunitaria y la extensión forestal? AK: Podríamos visualizarla más ligada a un segmento de productores forestales con otro perfil sociocultural y económico: medianos productores con un nivel educacional de enseñanza secundaria, técnica o superior. PA: ¿Qué elementos básicos deben existir para que podamos hablar de Forestería Comunitaria, exten-


Entrevista

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sión forestal, y no confundirnos a nivel teórico y práctico respecto a lo que es la asistencia técnica forestal a campesinos? AK: El eje de los enfoques participativos es que la familia o comunidad campesina o indígena es la gestora de su propio desarrollo. Esto significa que las propuestas de intervenciones en el ámbito forestal se generan como resultado de un trabajo en conjunto entre los técnicos y las comunidades o familias. Presupone una planificación consensuada, el seguimiento de la implementación y también una autoevaluación de los mismos actores. Se trata de facilitar un proceso, acorde a los ritmos, prioridades y posibilidades que ellos tengan. PA: ¿Se puede decir que en algún territorio de Chile se haga la Forestería Comunitaria ajustada al concepto que usted utiliza? AK: Hace algunos años que no estoy más exclusivamente dedicada a la extensión forestal si bien he seguido trabajando con comunidades que viven muy ligadas al bosque. Pero por lo que he visto en este contexto, no se aplica el enfoque de extensión forestal participativa como estaba originalmente planteado. Un enfoque de trabajo no es estático pero en el caso de la extensión forestal participativa, en mi opinión deberían respetarse ciertos principios clave como el análisis en conjunto de aspectos económicos, sociales y culturales de una intervención forestal, y un abordaje constructivista del aprendizaje que postula un proceso gradual de creación de conocimientos y no una transmisión de éstos. Creo que las dificultades están sobre todo en este último ámbito y tampoco sorprende,

porque los profesionales y técnicos forestales generalmente no abordan estas temáticas en su formación.

do o es suficiente, para entender los procesos sociales que se relacionan a ésta?

PA: Respecto a la realidad chilena, ¿qué objetivos debiera tener un “programa” de Forestería Comunitaria? ¿Es posible que en el corto plazo Chile pueda contar con un “programa nacional” de FC impulsado por el Gobierno?

AK: No, claramente no lo es. Deja afuera todo un segmento importante de la población rural que son los pueblos originarios que, a causa de sus cosmovisiones y su organización, abordan el manejo de los recursos forestales, desde una perspectiva distinta, o están en el proceso de revalorizar estas perspectivas. Por otro lado, en el mundo no indígena el concepto “pequeño propietario forestal” coloca el énfasis en el individuo, y no en grupos asociados u organizados. ¡Ni mencionar la ausencia del enfoque de género!

AK: Sinceramente, creo que la denominación “forestería comunitaria” no es la más apropiada para la realidad chilena. Tiendo a pensar que hay que “reinventar” esquemas o enfoques, siempre que sea pertinente. En este sentido, me parece interesante la noción de la “Gestión forestal participativa” que además de usar un sustantivo más compatible con la sociedad actual, incluye más allá del manejo sustentable de los recursos forestales, temas como la conservación de la biodiversidad, el control de incendios, las funciones eco-sistémicas y el cambio climático, temas que en extensión forestal y forestería comunitaria no tenían el mismo protagonismo. Un requisito para impulsar desde la institucionalidad un programa de esta índole sería conocer muy bien la realidad rural en sus distintas dimensiones, para entender los principios en los cuales se basa el enfoque que no debería ser “productivista” a toda costa sino que debería considerar las idiosincrasias de las poblaciones rurales y originarias y adaptarse a éstas. Por supuesto, esto no excluye el apoyo a productores más tecnificados. PA: En niveles técnicos y legislativos se habla siempre de “pequeño propietario forestal”, ¿qué opina de ello? ¿Es un concepto apropia-

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PA: Considerando la experiencia desde la década de los noventa hasta nuestros días, ¿cuál cree usted que es el enfoque de trabajo que se necesita para conservar y manejar los bosques nativos por parte de los pequeños propietarios forestales, campesinos y comunidades indígenas, considerando la posibilidad de generar un Programa con la características de Forestería Comunitaria? AK: Debe ser un enfoque que parte desde la gente, la empodera durante el proceso y se orienta también en fenómenos como el cambio climático que son muy tangibles para las poblaciones rurales y originarias. Estoy convencida que los costos mayores que un enfoque participativo tiene en una fase inicial, se recompensan a lo largo del tiempo por los logros. Pero esto requiere un planteamiento a mediano y largo plazo, en vez de uno cortoplacista


Opinión

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Alberto Peña Ingeniero Forestal Socio AIFBN E-mail: albertopenaso@gmail.com

Los desafíos pendientes: consolidar un desarrollo forestal centrado en las personas y territorios En Chile se hace necesario instalar un nuevo modelo forestal de carácter inclusivo: de personas, de organizaciones populares territoriales y de comunidades que viven en el bosque, del bosque o tienen una preocupación por el bosque; pero un bosque diverso y no sólo bosques plantados.Pero claramente el bosque y, en general todos los tipos de formaciones vegetacionales, no significan lo mismo para los pequeños productores que para los capitalistas del bosque. En esa perspectiva, los notables avances que facilitó el Proyecto de Conservación y Manejo Sustentable del Bosque Nativo (PCMSBN) y las diversas iniciativas desarrolladas por y desde la AIFBN, no han sido suficientes para que se realice un “giro copernicano” respecto del modelo forestal imperante. Hay que reconocer, eso sí, que se pudo establecer que era posible instalar nuevas perspectivas para el desarrollo forestal, que este desarrollo debía considerar el enfoque territorial y tener en cuenta a todos los actores presentes en el territorio, que era posible recoger también las múltiples experiencias prácticas de muchos pequeños productores, pero que era necesario entender que aún hay desafíos y obstáculos por superar.

En primer lugar, hay que decir que sigue siendo más que necesario contar con información dura que permita conocer la distribución de la propiedad de los bosques en Chile. Claramente, la estructura de propiedad de los bosques plantados y la del bosque nativo es muy diferente; a partir de estimaciones propias desarrolladas, el año 2003 digo que mientras que el 73% de las plantaciones propiedad de los grandes productores (que giran a su vez en torno al modelo forestal instalado en Chile y cuya principal característica es su concentración de propiedad, de especies y de comunas); enque los pequeños productores referidos a comunidades campesinas, cooperativas, comunidades indígenas, villorrios rurales, etc. (que no sólo requieren madera, sino muchos otros productos y servicios de los bosques y formaciones xerofíticas) apenas tienen a su cargo el 16%. En cambio, respecto del bosque nativo, la situación es muy diferente: los grandes productores detentan el 4%, en tanto que los pequeños productores se hacen cargo del 8%, agregándose a ellos los medianos productores (en general agricultores, ganaderos, trigueros, remolacheros, etc.) con el 60% y, el Fisco con el

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28% restante. El conocimiento específico de la estructura de propiedad contribuye, no sólo a definir políticas e instrumentos diferenciados, sino a establecer posibles alianzas estratégicas entre pequeños y medianos productores. Respecto de las plantaciones, los pequeños productores no tienen otro destino que ser subsumidos por el oligopsonio que establecen los grandes productores; en cambio en el bosque nativo puede haber una mejor oportunidad para generar un modelo más equilibrado (también aquí tendrían cabida los bosques mixtos). Sin embargo, no basta hoy un diseño que no considere, por ejemplo, los distintos fenómenos que se han instalado en la ruralidad chilena en los últimos 25 años. La creciente mercantilización de las relaciones en la ruralidad y su consecuente reforzamiento del individualismo antes que la acción cooperativa, es un factor que incidirá en los resultados efectivos de desarrollo forestal comunitario que, como su adjetivo lo señala, se basa en acciones territoriales y colectivas antes que individuales. Un revelador antecedente fue la identificación de la percepción


Opinión

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acerca del manejo forestal sustentable que promovía el PCMSBN a 15 propietarios de la localidad de El Escudo en la Región de la Araucanía y que fue tema de la Memoria de la colega Ana María González en el año 2004 (http://www.tesis.uchile.cl/tesis/uchile/2004/gonzalez_a/ sources/gonzalez_a.pdf). Allí puede apreciarse como, en algunos casos, se devela la propensión de los herederos a vender los activos prediales una vez que los padres –participantes activos del PCMSBN- ya no existan. No se trata de obligar a mantenerse en el campo a las personas, pero sí se trata de continuar la aplicación de los principios de la sustentabilidad, tanto a los sujetos como a los objetos. Pero como contrapartida a las tendencias de abandono tenemos la poderosa corriente de recuperación del territorio y los RRNN de los distintos pueblos indígenas chilenos. Asimismo, la emergente tendencia de re-campesinización promovida entre otros por la FAO y los movimientos sociales a nivel mundial en una lucha contra la inseguridad alimentaria, la pobreza y el cuidado del medioambiente mundial. Otro fenómeno que ha surgido con fuerza en estos 25 años tiene que ver con la constatación que los bosques (y, en general, todas las formaciones vegetacionales) ampliaron su gama de “productos” sólo por la mejor definición de sus componentes, de un mejor conocimiento de sus distintos elementos y, de incorporar aspectos antropológicos en su consideración.

Efectivamente, hoy sabemos que los bosques y las formaciones vegetacionales no sólo producen bienes transables, sino que cobran cada vez más importancia los bienes no transables, los servicios transables y no transables y, los satisfactores culturales y espirituales. Hasta hace muy poco no se tenía en efectiva consideración, por ejemplo, el rol de la vegetación en la regulación y producción de agua, o la producción de la herbolaria medicinal indígena, por señalar un par de ejemplos. Sin embargo, frente a esta irrupción de nuevos elementos y componentes, tanto la academia como la investigación, se resisten en cierta medida a incorporarlos en sus lineamientos, salvo las excepciones de costumbre representados por profesionales más abiertos y con visiones más innovadoras. De hecho, esta es una de las razones que obligó al PCMSBN a desarrollar una fuerte actividad de capacitación hacia los profesionales participantes, ya que las mallas curriculares de las cuales ellos provenían respondían más bien al modelo forestal clásico subsumido al oligopsoniodel pino y eucalipto. Esto requiere una revisión y actualización de las mallas curriculares y de la actualización e innovación efectiva de los sistemas de investigación “forestal”. Finalmente, cabe señalar la ausencia de un paradigma forestal adecuado a la realidad nacional. Existe un país esperanzado en un paradigma de trabajo, distinto a la plantación compacta pinera y eucaliptera, optimizadora

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del capital, como la actual. Una nueva Forestería centrada en los “bienes públicos”, en lo social y comunitario de cada rincón de Chile. Una que contribuya a la identidad, al equilibrio ecológico, a las producciones locales. También está pendiente el tema de la igualdad de oportunidades, lo que se observa actualmente a simple vista en el sector forestal, cuando se constata que la aplicación de los subsidios proveídos por el DL 701 fueron entregados sin mayores cortapisas y sin necesariamente tener que concursar para acceder a ellos, beneficiando claramente, como lo han demostrado varios estudios, a los grandes productores, los que lograron así consolidar el oligopsonio hoy presente y que ya incursiona en otros países, repitiendo casi el mismo esquema desarrollado en Chile. Ello deviene de una larga historia y de creer que la única manera de conformar “complejos forestales económicos” es por la instalación de complejos unidimensionales simplificados, casi de la misma forma como se concibe un cultivo de vid o de trigo, el cual no se hace cargo de las nuevas demandas y necesidades que ocurren en los territorios. El ejemplo de las demandas por agua, que quizás sea la mejor demostración que dichos complejos no son eficientes ni menos contribuyentes a lograr un desarrollo sustentable de verdad. Por todo ello, el Desarrollo Forestal Comunitario es aún un desafío por lograr en Chile. Una nueva ley forestal centrada en esto, es lo que el país requiere.


Opinión

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Ariel Medina. Ingeniero Forestal Coordinador Argentina del Proyecto NATIVO E-mail: arielmedina@bosquenativo.cl

La Forestería Comunitaria en Argentina No es común hallar en Argentina, trabajos o publicaciones que se refieran a los esfuerzos que realizan las comunidades del bosque nativo, por encontrar modelos de gestión del recurso, capaces de producir conservando, como Forestaría Comunitaria (FC). No obstante, hay una larga tradición, especialmente impulsada desde el tercer sector (Organizaciones de Base, ONG´s, Agrupaciones, etc.), de promover el Manejo Sostenible de Bosques (MSB) dentro de esquemas de ordenamiento predial, a escalas familiar, comunitaria o de cuenca, que entendemos atiende al mismo espíritu y que se enmarca, desde luego, dentro de planes de Desarrollo Humano Integral (DHI) que eviten el deterioro socio - ambiental de los territorios forestales. En este sentido, los programas han estado orientados a la valoración del bosque como medio de vida, la inclusión del bosque nativo en los esquemas de producción agropecuaria y la mejora de las oportunidades económicas de la producción forestal (maderera y no maderera). Siguiendo estas líneas, el proyecto “Reducción de las Tasas de Deforestación y Degradación de los Bosques nativos de Chile y Argentina (NATI-

VO)”, a través de la Red Agroforestal Chaco Argentina (REDAF), ejecuta un amplio programa de experimentación participativa e intercambio de saberes, teniendo como beneficiarios a pequeños propietarios de bosque, campesinos y comunidades indígenas, en 15 territorios de 6 provincias del Gran Chaco Argentino; desarrollando experiencias en Sistemas Silvopastoriles, Manejo Forestal, aprovechamiento de Productos Forestales No Madereros (PFNM), agregado de valor y organización para la comercialización. En la actualidad, Argentina cuenta además, con importantes iniciativas estatales, destinadas a multiplicar estas experiencias, con el fin de orientar mejor el impacto de las inversiones del Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos, creado por la Ley de Presupuestos Mínimos para la Protección Ambiental de los Bosques Nativos (Ley Nº 26.331), sancionada en 2007. La Ley Nº 26.331, establece que todas las provincias deberán ordenar mediante procesos participativos, sus áreas forestales nativas, creando a la vez un sistema de compensaciones, en calidad de Pago por Servicios Ambientales (PSA), para la implementación de Planes de Manejo de Bosques, a propietarios cuyos predios

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se encuentran en zonas de mayor restricción a la intervención forestal. Sin embargo, a pesar de haber sido las comunidades campesinas y los pueblos indígenas, a quienes se pensaba beneficiar mayormente con este instrumento, la experiencia viene marcando resultados muy diferentes, ya que estos no alcanzan a cumplir con los requerimientos mínimos para el otorgamiento de PSA, especialmente por su situación de tenencia de la tierra ante la solicitud de copias de escrituras inmobiliarias: sus legítimos derechos posesorios en la mayoría de los casos, no se expresan en títulos perfectos. Mientras desde otros ámbitos, se realizan acciones y propuestas que den respuesta a los asuntos de tenencia de la tierra, desde diferentes iniciativas nacionales, impulsadas desde la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, especialmente la Dirección de Bosques de Nación, se trata de alcanzar a las comunidades de los bosques con apoyo financiero y capacitación. Una de estas herramientas, es el Programa Experimental de Manejo y Conservación de los Bosques Nativos 2009, aún en vigencia (creado por la Res 256/09. SAyDS), que otorgó financiamiento para propuestas a


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privados, Organizaciones Gubernamentales, Organizaciones No Gubernamentales y Asociaciones de Productores, que generen aprendizajes para una mejor implementación de la Ley 26.331. Muchos de estos proyectos son ejecutados por instituciones asociadas en los mismos territorios del proyecto NATIVO y están enfocados al trabajo con y desde los sectores antes mencionados. Otra iniciativa importante, es el Programa Social de Bosques (ProSoBo), orientado a apoyar proyectos comunitarios de restauración y aprovechamiento sustentable de los bosques nativos, y que tiene también como

Opinión principales beneficiarios a las comunidades campesino - indígenas. Por último, pero no menos importante, es la Componente Bosques Nativos y su Biodiversidad (BIRF 7520-AR – PNUD 08/008) de la Subsecretaría de Planificación y Política Ambiental de la Nación, que prepara un proyecto de inversión para aspectos no cubiertos por la Ley 26.331 que enfatiza su acción en la Región Chaqueña y que se orienta a brindar apoyo a las mismas poblaciones, a través del financiamiento de experiencias, infraestructura y la confección de políticas públicas. La suma de estos esfuerzos determinará el éxito de la Ley 26.331, para

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poder poner un freno a la devastación ambiental que sufren los bosques de la Argentina y desarrollar los territorios de manera más adecuada a sus potenciales. Este dependerá sin duda de cuanto se pueda avanzar en los diferentes niveles (Nacional y provinciales), en la adecuación de sus normativas y programas, para alcanzar a estos sectores, permitiendo cambiar la escala de esfuerzos puntuales a políticas extendidas de Manejo Sostenible de Bosques, constituyéndose además, en una herramienta de fijación territorial de las comunidades forestales.


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Actualidad

Chilenos y Argentinos compartieron experiencias para detener la deforestación y degradación Entre el 22 y 28 de mayo se desarrolló en Santiago del Estero, Argentina, encuentros bilaterales con el objetivo de conocer los avances del proyecto “Reducción de las tasas de deforestación y degradación de los bosques nativos de Chile y Argentina”, a la Delegación de la Unión Europea en Chile. El director de la Iniciativa Binacional “Nativo, Bosques y su Gente”, Rodrigo Pedraza, se trasladó a la localidad de Santiago del Estero para conocer las experiencias y avances del equipo trasandino del proyecto cuyo objetivo es reducir las tasas de deforestación y degradación de los bosques nativos de Chile y Argentina con el financiamiento de la Unión Europea.

Rodrigo Pedraza destacó que la jornada brindó positivas oportunidades de conocer acciones que podrían replicarse en Chile. “Aunque la visita tenía un carácter interno y era para revisar los avances, surgieron ideas concretas para generar acciones a futuro”, precisó. En este sentido, Alejandra Alarcón valoró los resultados del viaje, puesto que les permitió traer información y contactos. “Esperamos en el futuro visitarlos nuevamente y a partir de

Fotografía: Archivo AIFBN.

El directivo fue acompañado por el encargado de Monitoreo Forestal de la ONG Forestales por el Bosque Nativo, Eduardo Neira, el representante del Departamento de Acción Social del Obispado de Temuco (DAS), Paulo Palma, la coordinadora del proyecto Desertificación PNUD – UE, Alejandra Alarcón, y en su condición de representante de la Unión Europea, Soledad Suárez.

La delegación tuvo la oportunidad de efectuar diversas reuniones de análisis de avances en procesos de certificación y educación ambiental, junto a visitas en terreno donde se conocieron iniciativas relacionadas con el agua y la leña.

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nuestras experiencias, también intercambiar acciones”, destacó. Experiencias en terreno Uno de los momentos relevantes del encuentro, fueron las visitas en terreno que permitieron conocer directamente las acciones que impulsan las organizaciones socias del proyecto en Argentina, tales como la Red Agroforestal Chaco Argentino (REDAF) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). El representante del DAS, Paulo Palma, destacó que compartir con el campesinado y las organizaciones sociales les permitió entender cómo lo ambiental repercute en lo social, y viceversa, sin dejar de lado los aspectos económicos, al momento de


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Fotografía: Archivo AIFBN.

Actualidad bido capacitación y apoyo del SNCL, articulándose con “Sistema de Certificación Forestal para la Región Chaqueña Argentina”. Desafíos

intervenir con los diferentes proyectos. “Un aspecto interesante, en el caso argentino, es que ellos trabajan a partir de la globalidad, que incluye no sólo los productos madereros, sino también familias, ganado, productos no madereros, entre otros”, dijo. Agregó que “ver el nivel y organización que tiene el campesinado argentino, por lo menos para nosotros fue impactante. Organizaciones del Chaco argentino, que son casi siete provincias, con más de mil personas que se logran juntar y organizar era más que interesante de ver”. En este contexto, la delegación conoció la experiencia de un cosechador de agua lluvia por escorrentía que beneficia a 20 familias, asociado a un pozo profundo de unos 150 metros, donde se bombea el vital elemento con sistema de molinos de viento a una “llave comunitaria”. “La familia que estaba más cercana al sector de la cosecha de agua, tenía asociado una huerta comunitaria, donde se habían hecho experiencias de cultivo para la familia”, explicó Alejandra Alarcón.

promover el uso sustentable de los bosques nativos de la Región Chaqueña, a través del cumplimiento de un protocolo de manejo y de gestión, para lograr una articulación equitativa y sinérgica entre productores, representantes comerciales, instituciones, vendedores y consumidores de la leña. Cabe destacar que la “Leña en Blanco” está inspirada en el Sistema Nacional de Certificación de Leña (SNCL) de Chile, que promueve la Corporación Nacional de Certificación de Leña junto a instituciones público-privadas. Pedraza destacó que en este marco de cooperación, los profesionales argentinos han reci-

En relación a la certificación de leña, se conoció la iniciativa “Leña en Blanco” del INTA e instrumentada a través de la EEA Santiago del Estero y su Asociación Cooperadora, que busca

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Los integrantes de la delegación coincidieron que en el desafío de visibilizar estas experiencias tanto en Chile como en Argentina y países aledaños. “Creo que en ese aspecto, la labor que ha hecho la AIFBN en el tema de la leña, ha sido bien interesante, porque justamente las delegaciones argentinas ya habían venido a Chile a varios encuentros a Valdivia. Así que los desafíos son promover ese tipo de encuentros, promover el intercambio en los distintos niveles, entre comunidades, entre ONG’s y entre organismos que están trabajando con comunidades en estos temas”, concluyó Alejandra Alarcón.

Fotografía: Archivo AIFBN.

Chaco

Tras la visita los desafíos son múltiples. “Entre ellos está el seguir avanzando en el trabajo de incidencia a distintas escalas, tanto a nivel local, regional y nacional. Pero también se ve una buena necesidad de ir avanzando en un trabajo regional sumando a varios países, por la problemática de la deforestación o desmontes, y la degradación de los bosques nativos en cada país”, puntualizó Rodrigo Pedraza .


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Actualidad

Evaluación del Fondo de Conservación, Recuperación y Manejo Sustentable del Bosque Nativo(Ley Nº20.283) Preparado por: Eduardo Neira F. Director Ejecutivo ONG Forestales por el Bosque Nativo E-mail: direccion@bosquenativo.cl A continuación se presentan algunos de los principales resultados y recomendaciones obtenidos por un equipo interdisciplinario que analizó el fondo asociado a la Ley de Bosque

Esteban Rivas G. Encargado de Forestería Comunitaria ONG Forestales por el Bosque Nativo E-mail: estebanrivas@bosquenativo.cl

Nativo. El objetivo del estudio fue la evaluación del desempeño del Fondo de Incentivos de la Ley 20.283, sobre Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal, para su primer

período de funcionamiento, desde el año 2009 hasta el 2011. Parte de la información fue actualizada.

En agosto del año 2011, nuestra organización fue comunicada por la Subsecretaria de Agricultura de la adjudicación de la licitacion para realizar el estudio denominado “Evaluación de la Ley Nº 20.283, sobre Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal”. Dos meses después se firma contrato para dar inicio al trabajo. Los principales objetivos específicos fueron: 1. Evaluar el comportamiento del Fondo concursable en los años 2009; 2010 y 2011 Evaluar el funcionamiento administrativo y grado de Satisfacción de Usuarios. 2. Evaluar el monto de los incentivos, fijados mediante la tabla de valores, Determinando su grado de eficiencia como instrumento de fomento. 3. Identificar las barreras que obstaculizan una mayor asignación de los Fondos concursables. El equipo de trabajo conformado para el estudio fue: Pablo Cruz J, ingeniero Forestal , Universidad Mayor Fabián Cid, Ingeniero Civil Industrial, Universidad Austral de Chile Eduardo Neira, Ingeniero Forestal, ONG Forestales por el desarrollo del Bosque Nativo Esteban Rivas, Antropologo, ONG Forestales por el desarrollo del Bosque Nativo Juan Ladrón de Guevara, Ingeniero Agronomo y economista de Universidad Mayor Elanálisis de las bases de datos de CONAF, indica que en tres años, se ha solicitado el 64 % de los recursos del fondo (230.666 UTM), sin embargo, sólo se ha pagado el 2% de los fondos dispuestos, que corresponden a un 3% de las actividades solicitadas. Ello significa, que hubo interés en participar de los incentivos, vía solicitud, pero que el nivel de ejecución de las actividades fue escaso. La mitad de los fondos pagados, tuvieron su origen en solicitudes elaboradas por el grupo de extensionistas de CONAF, los cuales presentaron más del 80% de las solicitudes.

Cabe señalar, que las cifras antes indicadas han variado muy poco luego del estudio; ya que los valores siguen siendo muy bajos, como se observa en el cuadro 1.

De acuerdo al cuadro, a diciembre del año 2012, del monto total asignado sólo se ha pagado el 4,7% y lo que es más alarmante, luego de transcurrido 4 años sólo se había pagado el

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11,7% de los fondos solicitados el año 2009. El estudio muestra que en los tres primeros años, prácticamente todas las solicitudes y pagos fueron destinados al objetivo de Producción Maderera, sin presentarse proyectos de Producción no maderera y Preservación. Además, sólo una parte de las actividades de ProducciónMaderera fueron solicitadas. En efecto, los mayores montos solicitados se concentraron en combinaciones de raleo y poda, , y en rodales cuyo promedio en superficie está en torno a las 10


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hectáreas. El análisis de costos de las faenas de manejo para evaluar las tablas de incentivos, realizado a partir de encuestas a profesionales forestales e información secundaria, permitió́ concluir que en la mayoría de las actividades, los aportes son insuficientes para alcanzar un balance positivo de los ingresos-costos. Sólo en casos muy particulares, donde se obtiene productos de alto valor a partir de las actividades silvícolas, es posiblepercibir ingresos. Por otra parte, se detectó que cuando las actividades se hacen a una escala de superficie superior a 5 hectáreas, en cuyo caso se debe invertir en infraestructura complementaria para la faena, como caminos, puentes, asistencia técnica, y se debe asumir mayores costos de los permisos sectoriales (Plan de Manejo Forestal), el balance ingreso-costos es marcadamente negativo. En consecuencia, los múltiples resultados descritos y combinados permite concluir lo siguiente: dado que las actividades silvícolas que se incentivan se aplican principalmente a bosques en formación, los que corresponden sólo al 40% de los bosques nativos y permiten obtener ingresos a largo plazo, y dado tambiénque en este tipo de formaciones el balance por actividad es negativo y que podría darse un balance financiero positivo sólo al final de la rotación, la lógica actual de la Ley requiere de propietarios que estén dispuestos a invertirhoy recursosen silvicultura, con la esperanza de recibir los beneficios en un futuro más bien lejano.Las cifras también indican que no existen privados interesados en postular a las bonificaciones de la Ley. Sobre el costo del manejo forestal Algunas de las tendencias indicarían que los montos para desarrollar cada actividad de manejo silvícola son muy variables, pudiendo pagar 8 veces más por actividad, que lo que se consideró en la tabla de incentivos.

Actualidad Así se puede concluir que existe una variación muy alta respecto al costo específico de las actividades y tipo de bosque, y que dichos costos se encuentran escasamente documentados debido a la informalidad del negocio silvícola asociado al Bosque Nativo. Manejo Forestal Sustentable Los aportes entregados por la Ley, para Manejo Forestal Sustentable (MFS), cubren tan sólo el 5% de los costos totales de dicho manejo, a las formas tradicionales. Estas cifras radican en la diferencia entre la amplia gama de actividades requeridas para el MFS y las escasas actividades bonificadas por la ley. Según esto, es más rentable NO realizar MFS, y lograr mayores ganancias de corto plazo descapitalizando el bosque, lo que claramente es contrario al espíritu de la ley. Beneficiarios y usuarios Se realizó una caracterización de un grupo de pequeños propietarios, grupo en el que la Ley hace énfasis, en tres localidades del país: Las Cabras, VI Región; Los Lagos, XIV Región; y Puerto Varas, X Región. La mayoría de las unidades correspondieron a campesinos. De esta forma, se observó que cuando el ingreso familiar dependía mayoritariamente del subsistemas bosque nativo, el ingreso total de la familia es menor que cuando se vincula a otro subsistema o incluso a la venta de mano de obra. Además,en todos los casos las pensiones y jubilaciones complementa los ingresos de la familia, Las percepciones que el grupo de pequeños propietarios tiene respecto de la Ley, es positiva para el objetivo de conservar el bosque, pero baja en relación al nivel de satisfacción respecto a si es adecuada a la realidad campesina, al monto de la bonificación y al proceso o trámite. También fueron consultados propietarios no pequeños y consultores. Las principales percepciones indicadas fueron:

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Existe coincidencia entre propietarios en que no es interesanteel beneficio que ofrece la Ley, principalmente, por los altos costos de la postulación, la falta de asistencia técnica, y los bajos montos pagados por actividad. Las preguntas relacionadas con procesos y trámites de la Ley, fueron calificadas con notas en torno al 4,0 (de 1 a 7). El 73% indica que la Ley debe mejorar. Gestión Administrativa del Fondo de incentivos Se realizó unanálisis de la administración del Fondo desde la postulación hasta el cobro de incentivos, determinándose que los rangos totales para el plazo total de todo el proceso se estimó entre 2,5 y 4 años. En este contexto, la ejecución de actividades corresponde sólo al 16% de todo el proceso en el mejor de los casos (cuando dura 2,5 años). Así́ , es relevante que el Estado corrija la carga administrativa que impone a los interesados para solicitar los incentivos. Las estimaciones realizadas sobre la eficacia administrativa indican que los gastos efectuados en la administración equivalenal 94% de los incentivos pagados, vale decir, que la puesta en marcha del proyecto le costó al estado,los tres primeros años, 9 veces más de lo que se entregó de forma efectiva como bonificación, poniendo en el bosque sólo 34 millones de pesos. Barreras de entrada al sistema Dentro de las barreras de entrada al sistema, fue posible identificar:a) Una barrera burocrática, que corresponde a la calendarización del concurso, que restringe las presentaciones continuas de los interesados;b) En términos financiero-económicas, la principal barrera es la ausencia y precariedad del mercado para los productos del bosque. En segundo lugar, puede mencionarse la extrema heterogeneidad de la estructura de costos que cada proyecto tiene a escala comunal, provincial y sobretodo regional, sumado a que los montos


Actualidad aportados por la Ley para cada actividad, no llegan a financiar su costo; c) Una barrera adicional es la falta de financiamiento en los procesos administrativos que impone el Estado, y durante la ejecución de faenas, a lo que se suman los tiempos de ejecución estimados (dos a cuatro años), de los que el 84 % del tiempo corresponde a procesos administrativos impuestos por el mismo Estado; d) Una barrera técnica financiera es que, el rendimiento sostenido contenido en la Ley como su objetivo y, que obliga a restringir los grandes beneficios de corto plazo por extracciones dosificadas en el tiempo, recibe un aporte de la Ley de un 1% del costo total de su implementación. En este contexto, es imprescindible que el Estado fomente con aportes importantes la opción de rendimiento sostenido que se espera. Más aún cuando el mecanismo de asignación de incentivosse basa en una tabla de actividades para bosques coetáneos, lo que significa dejar fuera el 61 % de los bosques. Propuestas del equipo de trabajo para el mejoramiento de desempeño de la Ley, sobre la base de los resultados encontrados. Los bosques de Chile se caracterizan por una amplia interrelación con otros sistemas y sectores; pequeños propietarios; servicios ambientales; generación de energía; competencia con otros sectores del agro. En este contexto, es necesaria la diversificación de los instrumentos de fomento. En efecto, esta Ley sólo otorga incentivos a la silvicultura a bosques coetáneos, incluso para el caso de iniciativas de producción no maderera y preservación del bosque (ambas desiertas en ejecuciones para los 3 años del estudio). Por ejemplo, la caracterización del grupo de pequeños propietarios permitió mostrar que el bosque es un subsistema secundario aunque imprescindible, y que los productos son primarios y de menor calidad. En el mismo sentido, es evidente que se requieren antici-

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pos financieros, tanto para elaborar los permisos sectoriales, como para las ejecuciones, más aun sería interesante estudiar mecanismos que anticiparan y aseguraran los ingresos futuros que daría la silvicultura que fomenta la Ley. Para ello ya se han probado en Chile mecanismos como la securitización forestal y más aun los respaldos del Estado para la consolidación de sectores considerados como relevantes para el país (véase el transantiago). En este sentido, se considera un gran aporte, que una línea de fomento fuera la gestión directa del estado sobre los bosques, de manera que se crearan equipos de profesionales que ejecutaran directamente las actividades silvícolas sobre los bosques, y así también difundieran los conceptos de rendimiento sostenido en el sector. Respecto de la búsqueda de la sustentabilidad en el manejo forestal, se propone que se fomente la presentación de proyectos de manejo forestal con un diagnóstico completo del bosque y no por rodalcon uso de parámetros de sustentabilidad, sobre el cual se pague la totalidad de incentivos por hectárea (10 UTM), contra ejecución de las superficies programadas a ejecutar, pero sin discriminar sobre actividades. Vale decir, si se aprueba un plan de manejo forestal que garantiza la sustentabilidad del manejo, el Estado aporte 10 UTM por las hectáreas ejecutadas en el marco de dicho plan, sin importar cual sea la actividad. Esta propuesta, significaría (bajo los actuales incentivos), que los aportes de la Ley llegarían a un 30 % de los costos totales de gestión. Tendría las ventajas adicionales de servir para todo tipo de bosque, y permitiría un acercamiento directo al objetivo de la Ley, que es la conservación y mejoramiento del bosque. Con ello los atributos importantes que el Estado solicitaria al interesado son más sencillos que los actuales requerimientos contenidos en los planes de manejo, la fiscalización se simplificaría, y reduciría la rigidez que actualmente tienen las obligacio-

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nes legales impuestas por el estado. Respecto de la magnitud y método de asignación de los montos de incentivos, se propone que, de continuar estableciendo tablas para asignar los valores de incentivos por actividad, que dichas tablas sean elaboradas de acuerdo a la zona geográfica (escala provincial) para cubrir la extrema heterogeneidad que contiene el bosque. Esta medida aportaría a una especialización del servicio forestal respecto de los diferentes tipos de bosques que tiene el país. Respecto de los procesos, un aporte importante es que no hubiera concurso y en caso de mantenerse se cambiara el sistema de calendarización del concurso, por un sistema de ingresos permanentes o ventanilla abierta, que daría mayor flexibilidad y reducción de plazos al sistema. También en el ámbito de los procesos, se propone que se reduzca el peso de las obligaciones impuestas por el Estado al sistema (que corresponden al 84 % del tiempo total), reduciendo las exigencias de los planes de manejo para aquellas actividades que, por tener un balance cero o negativo, no son del interés del propietarios y, en consecuencia no constituyen riesgo de sobre explotación del recurso. Lo importante de este cambio, es que, de existir un plan de manejo como el propuesto, los interesados concursaran, con la ejecución realizada (modalidad expost). Vale decir: si un interesado quiere solicitar incentivos debería, primero presentar un plan simple como el propuesto (se esperaría que CONAF aprobara rápidamente dicho plan), ejecutara la faena, y presentara los antecedentes para solicitar el pago, CONAF evaluaría la correcta ejecución y autorizara el pago. Es posible que con esta nueva modalidad el tiempo se redujera en menos de un año. Para mayor información visite http://ong.bosquenativo.org


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Actualidad

Gabriel Pérez, presidente de la red de propietarios de bosques nativos de la Araucanía insiste sobre el DL 701:

“La ley actual nos convierte en ladrones de nosotros mismos” El dirigente advierte que pequeños propietarios y comunidades indígenas no cuentan con incentivos necesarios. Y que el sistema de concursabilidad produce enemistad entre vecinos y otros pares. Por Constanza Martínez Hace diez años el tema forestal movilizaba fuerzas de pequeños propietarios, comunidades indígenas y el mundo académico. Fue así como en junio de 2003, se llevó a cabo en la región de la Araucanía el Primer Encuentro Nacional de Pequeños Propietarios, cuyos objetivos fueron compartir necesidades y propuestas para promover la conservación y el manejo sustentable del bosque por pequeños propietarios, e informar al país sobre esta situación. Para el año 2008, se produce el primer esfuerzo orientado a la conservación de los bosques nativos en Chile (Ley 20.283). Sin embargo, los instrumentos de incentivo (bonificación) son de montos bajos y no contemplan manejo de bosques antiguos. Más aún el sistema de concursabilidad para obtener fondos para conservar, recuperar y mantener el bosque nativo ha producido inequidad y mermando además, la asociatividad entre pequeños productores. “La ley nos demostró que los concursos nunca han sido buenos, ya que producen una enemistad entre los propios vecinos y entre otros pares, ya que si yo presento un mejor plan de manejo que no haya presentado el consultor de mi vecino voy a estar en mejor posición. En sentido inverso, sería igual si se presenta mi vecino con un mejor consultor, voy a quedar

yo resentido, porque tengo exactamente la misma necesidad. Por lo tanto, creo que el concurso es nefasto”, señaló Gabriel Pérez, presidente de la red de propietarios de bosques nativos de la Araucanía. Su crítica en este ámbito fue más dura, recordando “una frase que dijo uno de nuestros viejos acá de Villarrica o Lautaro, no estoy seguro y que hoy está siendo usada como caballito de batalla por los políticos. Dijo que “la ley de bosque nativo nos había convertido en ladrones de nosotros mismos”. Esa es una tremenda realidad del porte de una catedral. Lo sentimos así, no tenemos los incentivos necesarios porque desgraciadamente estos concursos, no llevan a ninguna parte y no son provechosos en bien de la comunidad forestal”. Los pequeños propietarios y comunidades indígenas tienen claro el impacto positivo de los bosques nativos tanto medioambientales como por su valor social y económico; además de la importancia para la conservación y desarrollo cultural del pueblo mapuche, huilliche y campesino. En este sentido, Pérez destaca que “somos nosotros, los propietarios, los que estamos pagando la cuenta del resto del país, porque el resto del país está aprovechando todos los beneficios que entrega el bosque y nosotros no recibimos nada a cambio”.

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Una nueva ley de Fomento Forestal De acuerdo al dirigente una ley correcta, debería en primer lugar considerar a quienes están directamente involucrados con el bosque nativo, al contrario de lo que ha sucedido a la fecha. “Seguimos insistiendo que somos artífices de esta conservación y mantención del medioambiente gracias a nuestros bosques, pero también queremos estar en lo que es la legislación, ser partícipe de ellas, presentar nuestros proyectos y necesidades y creo que eso es fundamental. Creo que es importante que se conozca nuestra opinión”. Frente a los hechos que se han producido en el último tiempo respecto a la modificación y extensión del Decreto Ley 701, Gabriel Pérez es enfático en señalar que el objetivo de los pequeños propietarios es que se derogue la actual ley y se traspasen los recursos a la ley de bosque nativo. “No es posible, ya cumpliendo casi los 40 años, que se sigan entregando incentivos mayoritariamente a la empresa forestal. Nosotros en esa posición no vamos a claudicar, vamos a seguir luchando porque esos incentivos se entreguen a quienes estamos defendiendo el bosque nativo en este país”.


Actualidad

REVISTA Bosque Nativo 52: 30 - 32, 2013

Estrategia Nacional de Bosques y Cambio Climático: Oportunidades y desafíos para Chile Angelo Sartori Ruilova Jefe Secretaría Técnica, Coordinador Nacional de Bosques y Cambio Climático, Gerencia Forestal, Corporación Nacional Forestal (CONAF). Ingeniero Forestal, MBA y Diplomado Introducción El establecimiento de plantaciones forestales en Chile y, más recientemente, la promoción por el manejo forestal sostenible, no son conceptos ajenos para aquellas personas interesadas en temas medioambientales en general, lo que en cierta medida es factible de extrapolar a la realidad global, lo cual se refleja en la positiva percepción que se tiene de los recursos forestales mundiales. Pese a ello, a nivel internacional se continúan reportando drásticas tasas de deforestación y degradación de bosques, adicionándose a una serie de otros perjuicios medioambientales bastante difundidos por diversos medios. Uno de los temas que más atención internacional ha suscitado en el último tiempo es el fenómeno del cambio climático, el quese atribuye a la actividad humana asociada a un acelerado crecimiento económico que ha ido alterando la normal composición de los gases presentes en la atmósfera, causadoprincipalmente por la actividad tradicional de los sectores energético, industrial yde transporte, entre otros. La situación mundial de los bosques se reporta como uno de los mayores contribuyentes de emisiones de los denominados Gases de Efecto Invernadero (GEI) asociados al cambio climático, cuya causaestá dada por la masiva deforestación y degradación forestal existente en términos

globales;por lo tanto, y bajo una mirada positiva, se cataloga a los bosques y/o suelos factibles de forestar como una de las formas más eco-eficientes para alcanzar, en el mediano y largo plazo, los compromisos mundiales de reducción de estas emisiones, toda vez que nuevos bosques y/o bosques con mayor crecimiento permiten capturar Gases de Efecto Invernadero (GEI) desde la atmósfera y acumularla en su biomasa. Lo anterior, ha promovido un inusitado posicionamiento del rol de los bosques en la mitigación del cambio climático, surgiendo variados mecanismos, fondos, programas e iniciativas a escalas nacional, regional y global que, de ser acogidas de buena manera, sin duda podrían reportar beneficios integrales para el desarrollo forestal de los países quelas asuman. Chile ha sido un actor proactivo en las discusiones internacionales sobre la materia, valorándose la trayectoria forestal del país, permitiendo respaldar con insumos concretos su experiencia en temáticas transversales como lo son la administración de programas de incentivos y regulación forestal, mecanismos de fiscalización y monitoreo, dirección contable de presupuesto de envergadura nacional, entre otras competencias que entidades vinculadas al rubro de una u otra manera desarrollan hace años, situación no siempre homologable a otras naciones en vías de desarrollo con necesidades latentes de apoyo técnico y financiero global. Asimismo, debe agregarse que Chile

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ha oficializado compromisos voluntarios de reducción de emisiones a nivel internacional, los que por las dinámicas en proceso y diálogos entre países desarrollados y en vías de desarrollo, con toda probabilidad se constituirán a futuro como obligaciones vinculantes que se deberán asumir con la seriedad correspondiente, erigiéndoselos bosques, y esta vez sólo analizando la situación nacional, como una de las alternativas más viables para el cumplimiento de aquello, ya que las actuales estadísticas muestran al sector forestal Chileno como el único que captura Gases de Efecto Invernadero (GEI). Estrategia Nacional de Bosques y cambio climático en Chile En este escenario, se han orientado esfuerzos para formular y validar un Estrategia Nacional, denominada de Bosques y Cambio Climático, que integra los elementos afines que posee tradicionalmente el país (normativos, incentivos, administrativos, entre otros) con las exigencias que se están generando en discusiones internacionales asociadas. La “Estrategia Nacional de Bosques y Cambio Climático” se inició con un exhaustivo diagnóstico de las necesidades de Chile para insertarse a plenituden las iniciativas internacionales análogas, con la idea de ser un referente para otros países, potenciar el sector forestal en su configuración más tradicional y, a la vez, cumplir los compromisos puntuales de mitigación del cambio climático, acopiando


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y sistematizando experiencia en base a procedimientos prácticos y operativos. A nivel mundial, uno de los subtemas más mencionados en este contexto son los denominados mercados de carbono, donde se transan bonos que pueden originarse de proyectos forestales de todo tipo (forestación, manejo forestal, conservación, etc.), situación que tambiénfue analizada a fondo al momento de formular la Estrategia. En este marco, se analizaron los dos mercados asociados, es decir el“regulado”,vinculado a países desarrollados con compromisos obligatorios de reducción, donde las iniciativas forestales se limitan sólo a forestación y reforestación (se relaciona al Mecanismo de Desarrollo Limpio-MDL del Protocolo de Kyoto), y el “voluntario”, que contempla bonos generados a partir de manejo de bosques, forestación, conservación, deforestación y degradación evitada y en donde la demanda está dada por intereses discrecionales por parte de los actores involucrados (por lo general para fortalecer planes de marketing empresarial, programas de responsabilidad social corporativa, entre otras motivaciones). Sustentado en lo anterior, más las exigencias propias del Banco Mundial y Gobierno de Suiza como aliados estratégicos y financieros de la Estrategia, se establecieron líneas de acción puntuales que guían los trabajos en desarrollo y por desarrollar, y que a la vez configuran la denominada Plataforma de Generación y Comercio de Bonos de Carbono del Sector Forestal de Chile (PBCCh), creada en forma conceptual por CONAF el año 2012, constituyéndose en componente operativo de la Estrategia en su arista asociada a los mercados. A la fecha, y con sustento en lo comprometido ante las instancias internacionales que apoyan la Estrategia, se ha desarrollado un amplio operativo nacional de difusión temprana de los elementos que contempla esta

Actualidad iniciativa, realizándose jornadas de diálogo con Organismos No Gubernamentales, Públicos competentes en la materia, Académicos, Comunidades indígenas y no indígenas, Empresas privadas, entre otros actores relevantes, lo que sin duda ha permitido ajustar la propuesta en una forma integral, la que posee un alcance en los tres ejes del concepto de la sustentabilidad:ambiental, social y económico.El componente de difusión y participación de la iniciativa es de carácter permanente, lo que debe ser integrado en cada una de las etapas en las que se vaya avanzando. Contenidos específicos de la estrategia nacional En términos concretos, la Estrategia Nacional de Bosques y Cambio Climático contempla los siguientes elementos: 1. Se basa en la normativa e instrumentos de fomento forestal vigentes en el país, buscando las mejores alternativas que surjan a nivel internacionalpara potenciar elementos locales.Orientación directa en aumentar la superficie cubierta por bosques y área bajo manejo forestal en el país. 2. Busca utilizar fondos internacionales para el desarrollo de proyectos dentro de un plan mayor que asegure en el mediano y largo plazo la permanencia de la iniciativa, utilizando para ello la incidencia técnico-política que generen resultados positivos en este ámbito. 3. Es de carácter nacional, no centrándose en un área geográfica puntual dentro de Chile. 4. Considera como opción libre y voluntaria, para los propietarios de bosques y suelos factibles de forestar, el vincularse en el futuroa mercados de carbono, de forma armónica con los instrumentos de fomento forestal locales, no siendo esto el fin en sí mismo de la Estrategia, pero no descartándose a priori dentro de las

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opciones a disponer por parte de los usuarios. 5. En primera instancia, y en sintonía con recientes enfoques impulsados por los principales estándares validadores de bonos de carbono forestal en el mundo, se busca avanzar en enfoques subnacionales o nacionales, desligándose de la situación actual de proyectos individuales de pequeña superficie con elevados costos de transacción y sin alcance para gran parte de los propietarios de bosques y suelos factibles de forestar. Cabe destacar que CONAF cuenta con un convenio de cooperación con uno de los estándares más grandes del mundo en la materia (VerifiedCarbon Standard). 6. Enlo exclusivamente referido a mercadosde carbono,busca cumplir exigencias asociadas a instancias voluntarias,lo que se justifica ya que, a diferencia de la situación del mercado regulado, posee las siguientes ventajas: - Volumen de bonos transados históricos es superior en términosde iniciativas forestales, e incluso aotro tipo de proyectos (energías renovables, eficiencia energética). - Posee un rango más numeroso y flexible de procedimientos y reglas aprobadas para instancias forestales. - Es, del mismo modo, exigente,y si a futuro es necesario ajustarlos para mercado regulado, ello es factible sin grandes esfuerzos adicionales. - Es también compatible con las metodologías de proyectos forestales aprobadas para MDL (forestación y reforestación), y cuenta con procedimientos establecidos para el Mecanismo de Reducción de Emisiones Producto de la Deforestación y Degradación Forestal Evitada y aumento de las existencias de carbono forestal (REDD+ por sus siglas en inglés). - Permite que los bonos puedan comercializarse dentro de Chile, y no que sea obligatorio venderlos a países desarrollados (como es el caso del MDL); por lo tanto, su aporte a los compromisos de reducción a nivel


Artículo país es más probable. 7. Como parte de las exigencias asumidas internacionalmente, la Estrategia debe, asimismo. incluir, consideraciones medibles respecto a cómo se abordarán posibles impactos (positivos o negativos) ambientales y sociales, independiente si posee o no enfoque de mercados de carbono en alguno de sus componentes. 8. Mediante el financiamiento adquirido por la formulación de la Estrategia, se fortalecerán aspectos transversales del sector forestal que,más allá de la problemática del cambio climático, todo país con aspiraciones de ser referente forestal debería abordar. En este marco se trabaja y trabajarán las siguientes líneas de actividades: - Incremento de la red de extensionistas (profesionales que asisten técnicamente en terreno a propietarios de bosques y/o suelos factibles de forestar). - Implementación de programa o iniciativa para un trabajo exhaustivo de regularización de títulos de dominio, permitiendo el acceso de más propietarios a los instrumentos de fomento forestal de Chile. - Cuantificación de consumo de leña ilegal en el país y otros precursores de degradación forestal. - Aumento y mejora de patrones de monitoreo forestal permanente a nivel nacional (parcelas de muestreo y uso de sensores remotos) para facilitar la toma de decisiones, en base a información estadísticamente confiable, para la formulación de planes, programas o políticas sectoriales. - Implementación de sistemas de detección de cortas ilegales mediante tecnologías de vanguardia (uso de

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sensores remotos por ejemplo). - Estudio de demanda actual y proyectada de bonos de carbono forestal de Chile. - Caracterización socio-económica a nivel nacional de propietarios de bosques y/o suelos factibles de forestar. -Desarrollo de programas de estudios en materias de Bosques y Cambio Climático acreditados por el Ministerio de Educación. - Plan de difusión y capacitación nacional e internacional de temáticas forestales y de cambio climático.

américa y el Caribe. Igual mención reporta el vínculo con el Gobierno de Suiza, constituyéndose en el primer acuerdo formal en materia de bosques y cambio climático asociado a una Medida Nacionalmente Apropiada de Mitigación (NAMA por su sigla en inglés), concepto acuñado hace pocos años que busca facilitar el apoyo de países desarrollados a naciones en vías de desarrollo, erigiéndose como hitos concretos que posicionan al país como referente en estos tópicos.

Cada una de las acciones antes reseñadas, en gran medida ya se estánmaterializando con diversas universidades nacionales, centros de investigación, privados y entidades públicas, permitiendo, junto con la generación de información clave, la sistematización de gran cantidad de antecedentes relevantes que existían con anterioridad, pero que por su dispersión no era factible utilizarlas e integrarlas a los niveles deseados, lo que se traduce en un beneficio indirecto del desarrollo de la Estrategia. A la fecha se han concretado dos proyectos enfocados en fortalecer técnica y financieramente la Estrategia, uno con respaldo del Banco Mundial y otro del Gobierno de Suiza, los que, al ser integrados dentro de un plan mayor, permitirán darle continuidad a la iniciativa más allá del horizonte de tiempo puntual de las cooperaciones indicadas.

Consideración final

El planteamiento explicado ha resultado muy innovador a nivel internacional, recibiendo Chile múltiples solicitudes de información para ser replicado en otros países, situación que se está concretando en Centro-

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Todo lo planteado permitirá fortalecer aspectos esenciales para una adecuada gestión de bosques y de los suelos factibles de forestar del país, permitiendo a su vez explorar elementos que podrían resultar positivos para este fin como lo son los mercados de carbono, los que hasta ahora, en lo referente sólo a bosques, han tenido un limitado impacto mundial por lo complejos y costosos que resultan en su formulación e implementación, aspecto que la iniciativa igualmente busca enfrentar y revertir. La Estrategia de Bosques y Cambio Climático, por los múltiples aspectos técnicos y administrativos que involucra, su principio base de validación mediantediálogoscon diversos interesados, el contar con financiamiento internacional relevante, se concibe como una oportunidad concreta de avance en las materias forestales del país, con repercusiones positivas que se espera trasciendan a otros sectores del ámbito nacional, e incluso a escalas internacionales en el mediano a largo plazo.


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Entrevista

“Para la implementación de la Estrategia, la participación campesina e indígena es de alta relevancia” Revista Bosque Nativo quiso profundizar Angelo Sartori, autor del artículo “Estrategia Nacional de Bosques y Cambio Climático: Oportunidades y desafíos para Chile”, dada la relevancia de los temas abordados como cambio climático, manejo sustentable y el rol de los bosques nativos y plantaciones. en Gestión Sostenible. angelo.sartori@conaf.cl 1. ¿Qué rol juegan los bosques nativos versus las plantaciones de especies exóticas en el marco de la Estrategia Nacional de Bosques y Cambio Climático, y su Plataforma de Generación y Comercio de Bonos de Carbono del Sector Forestal de Chile (PBCCh)? Juegan un rol central y estratégico, ya que por un lado al concebirse la iniciativa como de carácter nacional se incluye directamente toda la superficie de bosque nativo que posee el país, y por otro lado es conocido que bonos de carbono generados a partir de ecosistemas forestales nativos son más cotizados en los mercados afines, ya que se les asocian diversos beneficios colaterales de interés de compradores exigentes donde predomine la calidad de las reducciones que adquieran por sobre la cantidad. Esto último es especialmente relevante para Chile, ya que en comparación a otros países, con elevadas tasas de deforestación o con factibilidad de forestar y manejar especies nativas de rápido crecimiento y por ende generándose un gran volumen de bonos de carbono, se busca una diferenciación por atributos “no carbono”, realzándose que todo se realice bajo rigurosas exigencias sociales y ambientales asociadas a los estándares internacionales de validación de este tipo de proyectos, y cumpliéndose a su vez las Políticas Operacionales sociales y ambientales del Banco Mundial, el que se constituye como un socio en el

componente de la Estrategia asociado a REDD+. Por otra parte, y en lo referente a la obligación internacional de reportar acciones concretas en mitigación y adaptación al cambio climático que posee Chile, y sin estar necesariamente vinculado a mercados de carbono, la cuantificación de los flujos de carbono en bosques nativos es ineludible para alcanzar los ambiciosos compromisos de reducción de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que ha formalizado el país.

nas e indígenas en estos procesos, considerando el convenio 169 que ratifico Chile en la OIT, con la consulta previa, libre e informada?

2. ¿Qué beneficios concretos van a traer a los campesinos forestales que tienen bosques nativos degradados?

Cabe destacar que adicional a las instancias de validación, difusión y participación que existen tradicionalmente en el país para el ámbito ambiental-forestal, se han establecido en el marco de la Estrategia dos plataformas de discusión permanentes, una la “Mesa de Bosques y Cambio Climático”, constituyéndose como directorio político y conformado por representaciones público-privados, así como también el Grupo Nacional Técnico de Expertos (GNTE) que propone y valida decisiones técnicooperativas en la materia.

El fin para propietarios de bosques nativos degradados es que puedan adicionar a los montos de bonificación de la Ley N°20.283 un ingreso por la venta de bonos de carbono, lo que en la actualidad es prácticamente imposible para este segmento de personas por ser sumamente complejo y de elevado costo el formular un proyecto que cumpla todas las exigencias internacionales.

Para la implementación de la Estrategia, la participación campesina e indígena es de alta relevancia, por ello, se han realizado y se continuarán realizando reuniones especiales con las distintas comunidades e instituciones para promocionar, informarles y capacitarlos del conocimiento suficiente que asegure una participación efectiva durante el desarrollo de la iniciativa.

El complementar las bonificaciones nacionales con ingresos provenientes de la transacción de bonos de carbono será libre y voluntario de parte del propietario.

Un hito importante del marco de participación, es el diseño e implementación de un proceso participativo bajo los estándares del Convenio N° 169 de la OIT y la ley indígena nacional vigente, el cual está considerado sea implementado para que junto con informar y dar a conocer pormenoriza-

3. ¿Cómo asegura la participación efectiva de comunidades campesi-

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Entrevista damente la Estrategia a los Pueblos Indígenas del país se puedan integrar sus visiones respecto a los objetivos, alcances, diseño y distribución de los beneficios que se aspiran alcanzar con esta iniciativa. Lo anterior, es de especial relevancia, considerando que los grandes pilares financieros de la Estrategia se basan en aportes internacionales, donde el seguimiento es sumamente exhaustivo en lo técnico pero también en los componentes de difusión y participación ciudadana. 4. ¿Cómo se da continuidad a este trabajo si es que cambia el gobierno? Es necesario tener en consideración

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que los compromisos voluntarios de reducción de emisiones por parte del país traspasan con mucho las acciones específicas de un Gobierno en particular. Lo mismo ocurre con la Estrategia Nacional de Bosques y Cambio Climático impulsada por CONAF con el apoyo de una gran cantidad de actores públicos y privados, nacionales e internacionales. En este sentido, más allá del Gobierno específico que tenga a su cargo la implementación de la Estrategia, el compromiso del país requerirá sin ninguna duda la participación intensiva del sector forestal para avanzar en esta temática. Desde el punto de vista formal, se han establecido, en la mayoría de los casos mediante convenios de colaboración, vínculos con en-

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tidades públicas y privadas nacionales e internacionales con roles definidos para lograr una correcta implementación de la Estrategia. Desde el punto de vista técnico, los hitos claves con fechas y responsables están enunciados en distintos planes de trabajo que trascienden en cuanto a los compromisos a los cambios de Gobierno, adicionándose además que parte importante de las actividades son avaladas e incluso financiadas con los aportes del Gobierno de Suiza y del Fondo Cooperativo del Carbono Forestal (FCPF), existiendo en ambos casos ya acordado un cronograma de actividades a realizar hasta al menos el año 2015.


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REVISIÓN

Experiencias de restauración en los bosques nativos del sur de Chile: Una mirada desde la Isla Grande de Chiloé Jan R. Bannister1, Mauro E. González2, Christian Little23, Alvaro G. Gutiérrez4, Pablo J. Donoso2, Rodrigo Mujica5, Sabine Müller-Using5, Antonio Lara23, Marcela A. Bustamante-Sánchez6, Alan Bannister7, Andrés Caracciolo7, Jorge Echeverría8, José A. Suárez9, Carlos Zambrano9 Chair of Silviculture, University of Freiburg, Alemania. 2 Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales, Universidad Austral de Chile. 3 Fundación Centro de los Bosques Nativos FORECOS. 4 Institute of Terrestrial Ecosystems, Swiss Federal Institute of Technology ETH. 5 Instituto Forestal (INFOR). 6 Facultad de Ciencias Forestales, Universidad de Concepción, Fundación Senda Darwin. 7 Parque Tantauco. 8 MASISA S.A. 10 Parque Pumalín.

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jan.bannister@waldbau.uni-freiburg.de

Resumen En los últimos 20 años ha aumentado el interés por enfoques de restauración para distintos tipos de ecosistemas en Chile, lo que es avalado por las distintas experiencias de restauración llevadas a cabo en diferentes ecosistemas boscosos. Sin embargo, muchas de las experiencias de restauración que existen son poco conocidas o no se conocen debido a la falta de comunicación efectiva entre científicos que estudian la ecología de la restauración de bosques y usuarios dedicados tanto a la restauración de bosques como a la silvicultura. En el Parque Tantauco ubicado en la Isla de Chiloé, entre el 29 y 31 de Octubre del año 2012, se organizó el taller “Experiencias de Restauración en Bosques Nativos del Sur de Chile” convocando a propietarios de bosques, manejadores, científicos e instituciones del Estado, con el fin llenar este vació de comunicación permitiendo que los participantes puedan conocer en la práctica experiencias de restauración como también nuevos avances en la investigación de los bosques de Chiloé. La actividad fue dividida en cinco sesiones temáticas que abarcaron el estado de conservación de los bosques de Chiloé, experiencias de restauración en bosques siempreverdes, mediterráneos y dominados por coníferas, y distintas opciones de restauración para la recuperación de bosques degradados. El presente artículo tiene como objetivo el resumir las experiencias presentadas en el taller y transmitir los acuerdos generados por un diverso grupo de investigadores y profesionales del área forestal a través de la “Declaración Chaiguata”, la cual hace un llamado a detener los procesos de degradación que se están viviendo actualmente en los bosques del sur de Chile. Palabras clave: Bosques degradados, comunicación efectiva, Parque Tantauco, rehabilitación de bosques, restauración ecológica.

1. Introducción

en las islas Patagónicas debido a su ubicación estratégica en medio de la ruta marina entre Magallanes y los puertos de Valparaíso y El Callao. La colonización temprana de la isla causó un evidente retroceso en el área cubierta de bosques con el consiguiente cambio en el uso del suelo a campos agrícolas y zonas urbanas (Torrejón et al. 2004, Otero 2006, Bannister 2012b). Esto queda de manifiesto con el aumento en la frecuencia de incendios en la isla en los últimos 200 años (Holz y Veblen 2011). En los últimos años la sustitución de turberas y bosque nativo por plantaciones de Eucalyptus ha sido un nuevo problema para los ecosistemas de la isla (Yefi 2012). A nivel general se puede decir que en la actualidad existen tres procesos, intrínsicamente vinculados, que afectan la salud – en términos de productividad, diversidad y resilien-

La Isla de Chiloé (42ºS – 43ºS) además de ser conocida por su arquitectura, mitología o comidas típicas, es conocida por sus diversos bosques nativos. Pese a encontrarse fuera del área geográfica que concentra la mayor diversidad vascular de Chile (33ºS-40ºS), Chiloé se encuentra justo en el límite entre las regiones biogeográficas templada norte y sur de Chile, por lo que es considerado un lugar de especial importancia ecológica (Bannister et al 2012a). El 74% de la superficie de Chiloé está cubierta de bosques siempreverdes valdivianos, nord-patagónicos o dominados por coníferas longevas como Alerce y Ciprés de las Guaitecas (CONAF et al. 1999). Desde el siglo XVI, Chiloé fue el centro de la colonización española

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cia – de los bosques en la isla de Chiloé: a) fragmentación de bosques, b) degradación de bosques y c) sustitución de bosques. Históricamente estos tres procesos interrelacionados han dado por resultado el paisaje forestal que se puede observar actualmente en la isla. Existen muy pocos estudios que hayan cuantificado en términos temporales y espaciales estos procesos en Chiloé (sin embargo ver Echeverría et al. 2007), pero sin lugar a dudas la situación actual requiere acciones urgentes si se tiene en cuenta que solo ciudades como Castro consumen aproximadamente 130.000 m3 de leña al año (Neira y Bertin 2010) generalmente proveniente de talas ilegales de bosques nativos (Figura 1). La gran abundancia de Renovales de Canelo (78.392 ha según CONAF et al. 1999) como vegetación secundaria son testigo del alto grado de intervención pero demuestran también el gran potencial de recuperación que existe en la zona. Los procesos de destrucción de bosque nativo, identificados anteriormente, no solo están ocurriendo en Chiloé sino que en todo el sur de Chile, por lo que para recuperar los bosques de Chiloé se podría conocer experiencias de restauración en otros lugares del sur de Chile. En los últimos 20 años ha aumentado el interés en enfoques de restauración para distintos tipos de bosques en Chile, considerando distintos enfoques, estrategias y prácticas. Por tal motivo existen actualmente experiencias de restauración en diferentes ecosistemas. Sin embargo, debido a la etapa temprana de desarrollo de esta emergente disciplina existe una falta de comunicación efectiva entre científicos que estudian la ecología de la restauración de bosques y usuarios dedicados a la restauración y silvicultura de bosques y que usan herramientas de esta ciencia, a través de la restauración ecológica. Debido a esto, muchas de las experiencias de restauración que existen no se conocen. En este contexto, Parque Tantauco y su Programa de Restauración de Ecosistemas, organizó entre el 29 y 31 de Octubre del año 2012 el taller “Experiencias de Restauración en Bosques Nativos del Sur de Chile” con el principal objetivo de compartir las principales experiencias de restauración en los bosques nativos del sur de Chile. El desarrollo de este taller fue una ocasión ideal para fomentar la discusión y transferencia tanto de información como experiencias entre

Figura 2. Participantes en el taller “Experiencias de Restauración en Bosques Nativos del Sur de Chile” realizado entre el 29 y 31 de Octubre del año 2012 en el Lago Chaiguata, Parque Tantauco.

profesionales e investigadores vinculados a la restauración de ecosistemas en la zona sur de Chile. El taller tuvo una alta convocatoria participando tanto organismos públicos como privados, investigadores, empresas, ONGs, representantes de áreas protegidas privadas, guardaparques, y profesionales del área (Figura 2). El programa del taller estuvo dividido en cinco sesiones temáticas que incluyó un breve contexto de la situación actual de los bosques de Chiloé y el programa de restauración en el Parque Tantauco, experiencias de restauración en bosques siempreverdes, mediterráneos y dominados por coníferas (Alerce, Araucaria y Ciprés de las Guaitecas), y opciones de recuperación para bosques degradados (Tabla 1). Además, el programa contempló visitas a bosques quemados de Ciprés de las Guaitecas, ensayos de restauración de bosques de Ciprés de las Guaitecas y el vivero para la producción y abastecimiento de distintas especies nativas del parque (Figura 3). El presente artículo tiene como objetivo comunicar las experiencias presentadas por los investigadores durante el taller, las cuales representan algunas de las principales experiencias prácticas que actualmente se están llevando a cabo en el sur de Chile. Además se presenta la “Declaración Chaiguata”, redactada el último día de actividades, la cual hace un llamado a detener los procesos de degradación que

Figura 1. Destrucción de bosques siempreverdes en al Isla Grande de Chiloé. a) Bosques prístinos nord-patagónicos cercanos a Caleta Zorra, Parque Tantauco y b) Bosques degradados cercanos a Quellón (b).

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continúan afectando a los bosques del sur de Chile y promover al mismo tiempo la restauración ecológica, a fin de asegurar la continua provisión de bien y servicios ecosistémicos para el bienestar de la sociedad. La declaración se encuentra en recuadro especial anexo al artículo.

plantaciones de restauración bajo la cobertura de los arbustos pioneros que ya se encuentran establecidos, ya que el efecto producido por las plantas nodrizas es una importante interacción positiva entre plantas que ocurre naturalmente en ambos ecosistemas (Fuentes et al. 1984, Bustamante-Sánchez et al. 2011). Dado que tanto en ecosistemas mediterráneos como templados la facilitación es importante durante la dispersión de semillas y durante el establecimiento de las plántulas, los programas de restauración deberían imitar el proceso de regeneración natural denominado nucleación (Yarranton y& Morrison 1974). En este proceso, la vegetación pionera se establece de manera espacialmente heterogénea con parches de vegetación distanciados unos de otros. A medida que pasa el tiempo, los parches van coalesciendo hasta cubrir completamente el área siguiendo un proceso de sucesión natural que favorece la recuperación de la biodiversidad. Los programas de restauración deberían por tanto usar la restauración activa a pequeña escala para promover la restauración pasiva o regeneración natural sobre escalas espaciales mayores.

2. Bases conceptuales y ecológicas para restaurar los bosques templados y mediterráneos de Chile En una gran extensión de Chile centro-sur, la escasez de remanentes de bosques nativos, con baja degradación, dificulta enormemente la definición de los sistemas de referencia para realizar ensayos de restauración o rehabilitación, especialmente en el ecosistema mediterráneo. Esta escasez de remanentes es también un serio obstáculo para la restauración pasiva y el avance de la sucesión natural en muchas áreas. Sin embargo, la restauración pasiva o sucesión natural puede ser una estrategia viable, pero sólo en sitios que se encuentren cercanos a remanentes de bosques (van der Wuou et al. 2011, FuentesCastillo et al. 2012). En áreas con altos niveles de alteración del paisaje, que presentan una baja cantidad de remanentes de bosques y aislados entre sí, la producción y dispersión de semillas es un importante filtro o factor limitante de la sucesión (Bustamante-Sánchez et al. 2012), por lo tanto es urgente sembrar o plantar especies que presentan limitaciones de dispersión. Las principales dificultades en la introducción de especies están relacionadas a la combinación de un alto estrés hídrico, y perturbaciones que incluyen incendios y herbivoría. Por lo tanto, las estrategias de restauración en los ecosistemas mediterráneos y templados requieren identificar técnicas que permitan a las especies persistir a estos diferentes tipos de estrés siendo necesario identificar los rasgos funcionales asociados al éxito de las especies colonizadoras. Conjuntamente, la mortalidad por estrés hídrico puede reducirse realizando las

3. Procesos ecológicos asociados a la restauración y estrategias para mantener la multifuncionalidad del paisaje forestal El desafío de la restauración ecológica esta asociado al de manejar ecosistemas. Esto tiene la implicancia de manejar sistemas naturales complejos con distintos niveles de organización biológica (individuos-comunidades-ecosistemas). Para restaurar un ecosistema, es por lo tanto necesario entender los patrones que determinan el cambio en las comunidades y los procesos que los determinan. Si la principal meta de la restauración es mantener la diversidad biológica del paisaje forestal en el largo plazo, necesitamos por lo tanto ampliar nuestro enfoque para incluir 1) la variabilidad de los sistemas

Tabla 1. Sesiones temáticas y presentaciones realizadas durante el taller realizado en Lago Chaiguata.

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Figura 3. Actividades de terreno dentro del taller realizado en Parque Tantauco. Visita a ensayos de restauración de Ciprés de las Guaitecas (a), bosque siempreverde adulto en Lago Yaldad (b), tepuales inalterados (c) y bosques quemados de Ciprés de las Guaitecas en Lago Chaiguata (d).

naturales, 2) la escala temporal y espacial de los procesos ecológicos asociados a ellos, 3) los patrones observados, 4) los disturbios que los afectan y 5) los procesos de interacción biótica. En bosques antiguos del tipo forestal siempreverde en Chiloé, la variabilidad estructural es evidente y esta asociada a características climáticas de los sitios y al pool de especies arbóreas presentes. Considerar escalas espaciales y temporales equivocadas puede por tanto producir conclusiones erradas en los planes de restauración. En estos bosques, la variabilidad estructural comienza a estabilizarse por sobre las 0.2 ha, pero en general una escala confiable de trabajo es por sobre 0.6 ha (Gutiérrez y& Huth 2012). Respecto a las escalas temporales, los bosques antiguos de Chiloé pueden presentar edades sucesionales que van desde los 250 a más de 650 años. En promedio estos bosques alcanzan estados avanzados de sucesión entre los 490 y 850 años después de iniciada la sucesión. Entre los atributos asociados a los bosques antiguos chilotes se encuentra la riqueza de especies arbóreas (5-12), áreas basales entre 80 y 160 m 2 /ha, la presencia de múltiples estratos en el dosel, entre otros (Gutiérrez et al. 2009).Los disturbios de estos bosques están asociados a aberturas de dosel frecuentes pero de pequeño tamaño (<500 m2) debido a la influencia de tormentas. Por último, las interacciones planta-animal han

sido reconocidas como procesos ecológicos claves para el establecimiento y dispersión de especies arbóreas. En este contexto, para planificar la restauración de bosques siempreverdes de Chiloé se deben tomar en cuenta los cinco focos antes mencionados, además de contextualizarla dentro de la multifuncionalidad de los ecosistemas.

4. Opciones para la recuperar la productividad de bosques degradados La implementación desde el año 2008 de la “Ley sobre recuperación del bosque nativo y fomento forestal” ha llevado al surgimiento de una serie de interrogantes que tienen que ver con los objetivos de la recuperación de los bosques degradados. En este sentido, la restauración y la rehabilitación son alternativas válidas a ser implementadas en los bosques chilenos. Ambos procesos tienen como objetivo recuperar la estructura, la productividad del sitio y las funciones de un bosque, sin embargo, difieren en el énfasis de la recuperación de la diversidad biológica original. Una de las principales causas de la degradación de los bosques nativos chilenos es la extracción de leña. Anualmente se consumen aproximadamente 10 millones de m3 de

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cohortes, árboles grandes y mayor diversidad estructural) en renovales. Existen tres tipos de renovales (Nothofagus dombeyi, Drimys winteri y mixtos siempreverdes) y dos tipos de bosques adultos (Siempreverde dominado por tolerantes y Siempreverde con N. dombeyi emergentes), los que sirven como referencia para el manejo de los renovales. En los renovales de N. dombeyi se logra más rápidamente la obtención de atributos estructurales de bosque adultos, mientras que en los mixtos Siempreverde más rápidamente la composición de bosques adultos. Los raleos ecológicos, al abrir más el bosque que los raleos de copa comunes en renovales (50% vs. 60% de densidad relativa), logran generar mayores volúmenes de productos, permitiendo operaciones financieramente rentables.

leña de especies nativas, que provienen en gran parte de una explotación no sustentable e ilegal. Los esquemas de recuperación de bosque degradados a ser fomentados deben considerar esta realidad, ya que de lo contrario no tendrán éxito. La restauración implica compromisos de largo plazo con un bajo nivel de retribución económica, lo que para la mayoría de los propietarios de bosques no es una opción viable. La rehabilitación en tanto, es un proceso adecuado, ya que compatibiliza la recuperación de las funciones ecosistémicas de los bosques con una producción maderera sustentable de los bosques con una producción maderera sustentable de especies comercialmente atractivas. Es por esto que para los bosques de crecimiento secundario, que son producto de una recuperación pasiva, se desarrollaron con fondos de INNOVA CORFO esquemas silvícolas que se enmarquen en procesos de rehabilitación, los cuales permitan apoyar el mejoramiento de la calidad de vida de los propietarios. A modo de ejemplo, se plantean tres opciones de manejo para bosques secundarios del tipo forestal Roble-Raulí-Coigüe. En primer lugar, un manejo de tipo coetáneo lleva a la producción de madera aserrable de especies de Nothofagus en sistemas de rotación de mediano plazo. En segundo lugar, un manejo silvícola de dos estratos aumenta la estructura vertical del rodal y permite la coexistencia de distintas especies, sin perder el enfoque productivo, a través de la provisión de madera aserrable de especies siempreverdes y madera aserrable duraminizada de Nothofagus en sistemas de rotación de largo plazo. En tercer lugar, si estos bosques se manejan bajo esquemas silvícolas orientados a estructuras multiestratificada y multietáneas, se fomenta la producción de madera aserrable de especies siempreverdes y madera aserrable duraminizada de Nothofagus en sistemas de cobertura permanente, aumentando los atributos característicos de los bosques adultos (MüllerUsing et al. 2012).

5.2 Experiencia de restauración en bosques de Araucaria araucana (Araucaria) La explotación forestal e incendios afectaron dramáticamente a los bosques de Araucaria araucana-Nothofagus durante el siglo XX hasta la promulgación en 1976 de la Ley que declaró a la especie Araucaria como Monumento Natural. Sin embargo, presiones y agentes de degradación aun siguen operando tales como a) la corta ilegal y floreo de árboles de Araucaria y Nothofagus, b) aumento de la demanda en la colecta de semillas sin control, c) impacto de especies de fauna exótica en el consumo de semillas, sobrepastoreo y daño de la regeneración en bosques por ganado doméstico, d) incendios y sustitución y degradación de bosques Araucaria. Los primeros programas de rehabilitación (década del 60) involucraron principalmente programas de siembra de semillas y en algunos casos plantación, muchas de los cuales no tuvieron el éxito esperado debido a la depredación de las semillas por micromamíferos nativos, el sobrepastoreo de ganado y la fuerte competencia con Chusquea culeou. Durante los últimos años, experiencias pioneras de restauración ecológica han sido llevadas a cabo, especialmente en la cordillera de la costa, donde existe un relicto de bosques de Araucaria (Villa Las Araucarias), altamente fragmentado que corresponde a la distribución más meridional de la especie por la costa. En esta área se han establecido desde el año 1998 distintos ensayos de restauración con el objetivo de recuperar la estructura, composición y funcionalidad de estos ecosistemas fuertemente amenazados. Un aspecto clave del éxito del programa de restauración, ha sido la participación directa de la comunidad y empresas forestales en el proyecto. En la cordillera andina, el fuego ha sido el principal modelador de los ecosistemas dominados por Araucaria-Nothofagus. Sin embargo, este proceso se ha visto fuertemente alterado por la influencia humana, con un incremento significativo de su ocurrencia durante el siglo XX, resultando en un régimen de fuego fuera de su rango natural de variabilidad histórica. Estudios recientes sobre la respuesta de estos ecosistemas al fuego indican que la mayor parte de las especies presentan adaptaciones para responder exitosamente a este proceso ecológico. Sin embargo, áreas quemadas con una muy alta intensidad, o el impacto del ingreso de ganado doméstico y exóticas acompañantes a estas áreas quemadas - que redundan en un escaso establecimiento de regeneración de Araucaria y

5. Experiencias de restauración en bosques nativos del sur de Chile 5.1 Experiencia de restauración de atributos en bosques adultos mediante la silvicultura ecológica El predio Llancahue (1300 ha), cercano a Valdivia se encuentra cubierto por renovales y bosques adultos del tipo forestal siempreverde, y desde el año 2008 está siendo administrado por la Universidad Austral de Chile a través de una aproximación de manejo integrado de cuencas que incluye el co-manejo con la comunidad campesina de Lomas del Sol que es vecina del predio y con la cual es fundamental trabajar para la conservación de los diversos servicios ecosistémicos que la cuenca provee. Como consecuencia, una superficie aproximada de 250 hectáreas ha sido asignada para ser sometida a manejo con una tasa de aproximadamente 12-15 ha al año, con los propósitos de incrementar los caudales de las cuencas, acelerar tanto el crecimiento como la sucesión de los bosques secundarios, y dar trabajo y productos a la comunidad. El método de raleo que se está usando y siendo sometido a evaluación es el raleo ecológico, el cual tiene como fin restaurar atributos de bosques adultos (árboles percha, material leñoso muerto, múltiples

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Nothofagus-, puede requerir establecer programas más activos de restauración. En general, la restauración en estos bosques debe focalizarse en el reestablecimiento del régimen histórico de fuego con el fin de promover un paisaje forestal saludable y de mayor resiliencia, especialmente en el contexto actual de cambio climático.

tal forma de desarrollar la base ecológica-científica necesaria para futuras estrategias de conservación y restauración. De esta forma, el trabajo fue enfocado en tres importantes aspectos relacionados a la restauración: a) entender los procesos ecológicos que ocurren en bosques turbosos inalterados, b) analizar el grado de recuperación natural de los bosques quemados, y c) explorar algunas opciones para su restauración. El área de estudio fue en el Parque Tantauco en el sur de Chiloé. De acuerdo a los resultados de este proyecto (Bannister 2012), pese a ser P. uviferum una especie tolerante al estrés, su recuperación luego de incendios es extremadamente lenta. Es así como setenta años después de incendios catastróficos en el área de estudio, a escala de paisaje existe una muy baja frecuencia de árboles semilleros de forma agregada y con un potencial de diseminación de semillas limitado. Estos resultados revelan que incendios severos pueden prácticamente eliminar la especie de extensas zonas del paisaje. Además estos resultados destacan la importancia de la persistencia de legados biológicos, como son los árboles semilleros, para la recuperación de sitios alterados. Por este motivo, plantaciones con la especie como complemento a los árboles semilleros, las cuales toleran condiciones de humedad extrema, pero sufren por estrés cuando crecen en zonas descubiertas, podrían ayudar a asistir la recuperación natural de P. uviferum en bosques turbosos alterados y sumar diversidad genética. En este contexto, se sugiere un enfoque mixto pasivoactivo de restauración, basado en regeneración natural proveniente de árboles semilleros y la plantación complementaria a baja densidad, el cual sería la opción más eficiente y efectiva para restaurar los bosques turbosos alterados dominados por P. uviferum en Patagonia Norte. Este enfoque de bajo costo ayudará a profesionales relacionados con el manejo de bosques, en la planificación futura de actividades de restauración con la especie. Finalmente, el enfoque multi-escala usado en este proyecto, en el cual se estudian los procesos ecológicos y fisiológicos esenciales que ocurren en sitios alterados e inalterados de forma previa a la planificación de las actividades de restauración, puede ser adoptado para otros ecosistemas con baja resiliencia y alta degradación, donde la restauración es extremadamente costosa y sus resultados inciertos.

5.3 Experiencia de restauración en bosques longevos de Fitzroya cupressoides (Alerce) en la Depresión Intermedia de Chile: Progresos y desafíos luego de 14 años de experiencia El alerce (Fitzroya cupressoides, Cupressaceae) es una conífera longeva endémica de los bosques del sur de Chile y áreas adyacentes de Argentina. En la Depresión Intermedia de Chile la destrucción de estos bosques por incendios, habilitación de praderas para la ganadería y explotación maderera fue casi total, sobreviviendo sólo unos pocos fragmentos que en general representan poblaciones de alerces jóvenes con un área menor a una hectárea. A continuación se presentan los principales resultados de un ensayo de restauración ecológica de F. cupressoides con fines de conservación genética establecido en 1998 en el predio Chaqueihua, cercano a Puerto Montt. Los resultados muestran que al quinto año la supervivencia fue mayor (77–84%) en las plantas no fertilizadas propagadas por semillas en todas las condiciones de micrositio, así como en las plantas de estacas no fertilizadas en micrositios húmedos (87%). El incremento medio en altura fue mayor en condiciones de micrositio húmedo, excluyendo el tratamiento de plantas fertilizadas provenientes de semilla (12.8–15.8 cm/año), con valores máximos de 30 cm/ año, seguido de aquellas plantas que crecieron en el micrositio muy húmedo (8.4–10.7cm/año) y, por último, de las que crecieron en la turbera de Sphagnum (3.4–5.0 cm/año). La aplicación de ácido giberélico en individuos jóvenes indujo la producción de conos femeninos, mostrando diferencias significativas con aquellos no tratados. Los resultados muestran potencialidad para superar una de las mayores limitaciones para la restauración del alerce, cual es la ausencia o muy baja producción de semillas viables durante períodos de varios años. Este ensayo constituye una de las primeras experiencias en restauración ecológica en Chile y ha alentado iniciativas similares con otras coníferas longevas y otras especies. A partir de sus resultados, se propone un enfoque integral para la restauración de F. cupressoides que combine los procesos naturales de recuperación a través de la sucesión ecológica con el establecimiento de plantaciones. Se propone, además, como investigación prioritaria, la evaluación de la variabilidad genética de la plantación establecida en comparación con las poblaciones naturales de la Depresión Intermedia chilena.

6. Experiencias de restauración a largo plazo por privados o consorcios público-privados en bosques nativos del sur de Chile 6.1 Experiencia de restauración en bosques siempreverdes en la Cordillera de la Costa: Proyecto piloto de reconversión de plantaciones a bosques nativos en la Reserva Costera Valdiviana. En la Eco-Región de los Boques Valdivianos se ubica Chaihuin, lugar donde se mezcla el mar, los bosques nativos, ríos, monumentos naturales y pueblos originarios. En esta zona se localiza la Reserva Costera Valdiviana (RCV) creada en el año 2003 para proteger los ecosistemas boscosos de área, mundialmente considerados como prioritarios a conservar. En el año 2009 se creó un consorcio conformado por The Nature Conservancy (TNC), la Universidad Austral de Chile

5.4 Experiencia de restauración en bosques degradados de Pilgerodendron uviferum (Ciprés de las Guaitecas) en la Patagonia Norte Hace 4 años se empezó un proyecto de investigación a largo plazo cuyo principal objetivo fue el estudiar bosques turbosos inalterados y quemados de P. uviferum en Patagonia Norte de

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(UACH) y MASISA. S.A. para llevar a cabo un proyecto piloto de restauración ecológica en la RCV, para recuperar bosques simpreverdes mixtos que entre los años 1994 y 1997 fueron talados, quemados y reemplazados por plantaciones de Eucalyptus globulus y que hoy conforman rodales densos. Otro actor relevante en el proyecto piloto es la Fundación FORECOS que promueve la investigación y promoción de los servicios ecosistémicos de los bosques nativos. Para TNC, la transformación de las plantaciones a bosques es una de las actividades estratégicas para el programa de conservación en la RCV y el desarrollo del entorno. Para la UACH y FORECOS el proyecto se ha desarrollado con una visión de largo plazo, que incluye un programa de monitoreo de cuencas, ecología de bosques y servicios ecosistémicos para el desarrollo de ciencia de ecosistemas en interacción con la sociedad. MASISA ha sido responsable de las actividades de cosecha y reforestación y ha incrementado su conocimiento respecto a los compromisos del manejo del área bajo los estándares de certificación forestal que promueve el Forest Stewardship Council (FSC). Una evaluación preliminar permite concluir que existe un notable incremento respecto a la aplicación práctica de los conceptos asociados a la restauración ecológica y la necesidad de trabajar simultáneamente las dimensiones ambientales, sociales, económicas y del aprendizaje, para lograr una mejor y efectiva recuperación de bosques en un entorno social.

tido, además de manejar mejor la composición de especies, evaluar el prendimiento, e incluso el resultado por plantador y otras variables como la identificación de mejores características para cada especie. Las conclusiones principales de nuestra experiencia han sido: a) Importancia de la etapa de planificación de la plantación, siendo clave el conocer y hacer un buen diagnostico de la zona a intervenir; b) Plantaciones nativas cercanas a lo natural: es importante el establecer criterios sencillos basados en el concepto de “micrositio”, para definir paquetes de especies y lograr traspasarlos a los plantadores de modo de establecer las diferentes especies en los sitios correctos, c) Alerce y Ciprés de las Guaitecas: Ambas coníferas tienen bajos requerimientos de suelo, buen prendimiento y crecimiento inicial, sin embargo Alerce no resiste condiciones de anegamiento permanente. A su vez, el Ciprés de las Guaitecas no resiste suelos de baja retención de humedad, expuestos a periodos secos prolongados. 6.3 Experiencia de restauración en bosques del Parque Tantauco Parque Tantauco es un proyecto de conservación sin fines de lucro, abierto a la comunidad, que busca conservar y desarrollar sustentablemente un territorio de gran valor natural para las futuras generaciones, a través de un modelo de conservación basado en la investigación, educación ambiental y apoyo a la comunidad, transformándose en un referente nacional e internacional de conservación y desarrollo turísticos sustentable. Este proyecto ha sido planificado en base a un ordenamiento territorial que define usos y categorías de manejo. Sumado a esto, el componente de investigación es prioritario para ir generando una línea base sólida que permita conocer más de los ecosistemas presentes, ir definiendo líneas de acción e indicadores de monitoreo para el futuro, para así poder conservar en forma eficaz a todas las especies amenazadas que viven en el Parque. El parque está ubicado en el extremo sur de la Isla de Chiloé, posee una superficie cercana a las 118.000 hectáreas, de las cuales un 85% están cubiertas de vegetación. Este parque se encuentra en el “Sitio Chaiguata”, definido por CONAMA como sitio prioritario para la conservación de la biodiversidad en la Estrategia de Biodiversidad Nacional (Conama, 2003). Las principales formaciones vegetacionales dentro del parque son del tipo forestal Siempreverde y Ciprés de las Guaitecas. Este último ocupa cerca del 30% de los bosques del parque. El año 2008 Parque Tantauco crea su “Plan de Restauración de Ecosistemas”, proyecto con el que busca reforestar aquellas zonas afectadas por incendios y posterior explotación y que además se encuentran con nula o escasa regeneración de Ciprés de las Guaitecas y otras especies. El proyecto considera el funcionamiento de dos viveros forestales con capacidad aproximada de 25.000 plantas, las cuales son producidas a través de semillas y esquejes y con genética local. Hasta la fecha, se han reforestado cerca de 40 hectáreas en diferentes zonas del parque, utilizando aproximadamente 90.000 plantas de especies nativas. Para los próximos tres años se proyecta la reforestación de 32 nuevas hectáreas en el sector del Lago Chaiguata, donde se utilizarán aproximadamente 50.000 plan-

6.2 Experiencia de restauración en bosques del Parque Pumalín El programa de restauración de Parque Pumalin comenzó a operar a partir del año 2004, año en que se realizaron pequeñas experiencias de reforestación con pequeños campesinos del sector costero de Chaitén. Las primeras plantaciones en propiedades del proyecto se realizaron en el año 2005, para continuar con plantaciones y enriquecimientos sucesivos desde el 2006 a la fecha. Se han intervenido 160 ha en distintas propiedades ubicadas en diversos valles de la zona del Parque Pumalín. Se han plantado en las diferentes situaciones un total de 161.000 plantas nativas correspondientes a 23 especies arbóreas y arbustivas diferentes. Alerce, Ciprés de las Guaitecas y Ciprés de la cordillera constituyen casi un 60% del total de plantas utilizadas, con 45.000, 23.000 y 26.500 plantas respectivamente. Se ha trabajado en diversas situaciones y sitios, con diferente intensidad y superficie. Las situaciones más relevantes han sido Hornopirén, Las Horquetas, El Amarillo y Futaleufú. Las actividades principales para la plantación de especies nativas con enfoque “cercano a lo natural” han sido el reconocimiento y exploración del terreno, elaboración de la cartografía básica, definición de cuarteles de plantación y la marcación en terreno. Las plantaciones de enfoque “cercano a lo natural”, las cuales están basadas en el criterio del micrositio, presentan el desafío de elegir la especie adecuada para el sitio correcto. Aunque parezca algo obvio, el principal desafío ha sido el lograr transmitir a los plantadores en forma simplificada los criterios para decidir. La definición de cuarteles de plantación nos ha permi-

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tas de las especies Ciprés de las Guaitecas, Coigue de Chiloé, Notro, Tepú y Mañio.

Bustamante-Sánchez MA, Armesto JJ. 2012. Seed limitation during early forest succession in a rural landscape on Chiloé Island, Chile: implications for temperate forest restoration. Journal of Applied Ecology 49: 1103–1112.

7. Conclusiones Pese a los avances del país en las últimas décadas, los procesos de degradación continúan afectando significativamente a los bosques nativos del sur de Chile, por lo que en la actualidad se requiere acciones urgentes y concretas para contrarrestar esta situación. En este contexto, los estudios y casos presentados en este artículo abarcan un amplio rango de visiones o enfoques útiles, desde los cuales se pueden sacar ideas para desarrollar nuevas experiencias de restauración o perfeccionar otras ya existentes. Así este artículo plantea resumidamente los procesos ecológicos clave para la restauración ecológica, resalta la silvicultura como herramienta para restaurar atributos de bosques adultos y presenta experiencias de restauración en los principales ecosistemas dominados por confieras con problemas de conservación en el sur de Chile (Araucaria, Alerce y Ciprés de las Guaitecas). Además este artículo muestra experiencias pioneras de restauración a largo plazo por parte de privados (Parque Tantauco y Pumalín) o consorcios publico-privados (TNC-MASISA-UACH). Talleres como el realizado en el Lago Chaiguata, convocando a una gran variedad de asistentes para fomentar la discusión y transferencia entre ellos, son muy escasos. Sobretodo en los lugares donde está ocurriendo la degradación de bosques, lejos de las ciudades y donde la mayoría de la gente vive. La gran convocatoria y diversidad de participantes son un indicador claro de que el interés por este tipo de actividades existe, es más, uno de los pensamientos generalizados entre los asistentes al término era la necesidad de repetir este tipo de experiencias. Luego de la discusión realizada durante tres días en el Lago Chaiguata y que se ve reflejada en al Declaración Chaiguata, se concluye que se deben detener urgentemente los procesos de degradación y promover la restauración ecológica, a fin de asegurar la continua provisión de bienes y servicios ecosistémicos para el bienestar de la sociedad.

Bustamante-Sánchez MA, Farias AA, Armesto JJ. 2007. Filtros bióticos para el establecimiento arbóreo en matorrales sucesionales: estructura de la vegetación o roedores?. III Reunión Binacional de las Sociedades de Ecología de Chile y Argentina, La Serena, Chile. CONAF, CONAMA, Universidad Austral de Chile, Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad Católica de Temuco. 1999. Catastro y Evaluación de los Recursos Vegetacionales Nativos de Chile. Informe Nacional con Variables Ambientales. Santiago, Chile. Echeverria C, Newton AC, Lara A, Benayas JMR, Coomes DA. 2007. Impacts of forest fragmentation on species composition and forest structure in the temperate landscape of southern Chile. Global Ecology and Biogeography 16:426-439. Fuentes ER, Otaiza RD, Alliende MC, Hoffmann AJ, Poiani A. 1984. Shrub clumps of the Chilean matorral vegetation: structure and possible maintenance mechanisms. Oecologia 62: 405–411. Fuentes-Castillo T, Miranda A, Rivera-Hutinel A, SmithRamirez C, Holmgren M. 2012. Nucleated regeneration of semiarid sclerophyllous forests close to remnant vegetation. Forest Ecology and Management 274:38–47. Gutiérrez AG, Huth A. 2012. Successional stages of primary temperate rainforests of Chiloé Island, Chile. Perspectives in Plant Ecology, Systematics and Evolution, 14: 243– 256. Gutiérrez AG, Armesto JJ, Aravena JC, Carmona M, Carrasco NV, Christie DA, Peña MP, Pérez C, Huth A. 2009. Structural and environmental characterization of old-growth temperate rainforests of northern Chiloé Island, Chile: Regional and global relevance. Forest Ecology and Management 258: 376-388.

Agradecimientos A todas instituciones y personas que han financiado o ayudado a lo largo de los años a los proyectos en los cuales se basan las experiencias presentadas en el taller realizado en Parque Tantauco en octubre del 2012 e incluidos en este artículo.

Holz A, Veblen TT. 2011. The amplifying effects of humans on fire regimes in temperate rainforests in western Patagonia. Palaeogeography Palaeoclimatology Palaeoecology 311: 82-92.

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“Declaración Chaiguata sobre restauración ecológica”

de importancia considerar que este concepto incorpora necesariamente aspectos sociales, económicos, ambientales y de aprendizaje. Lo anterior plantea el desafío de mejorar los canales de comunicación entre propietarios, manejadores, investigadores, autoridades y sociedad en general a objeto de compartir experiencias y generar redes de colaboración. • Se requiere con urgencia una estrategia de desarrollo sustentable a largo plazo para el bosque nativo. En cuanto al marco legal (Ley de Bosque Nativo, DL701, LEY 19300, entre otros), se deben hacer modificaciones en las que se incorpore y fomente el manejo, conservación y recuperación de bosques nativos degradados incluyendo la restauración ecológica.

Actualmente existe consenso a nivel mundial respecto a la importancia de los bosques nativos y otros ecosistemas como importantes proveedores clave de bienes y servicios ecosistémicos para el bienestar del ser humano (madera, energía, biodiversidad, regulador del ciclo agua, control erosión, paisaje y control clima entre otros). En el Lago Chaiguata, Isla de Chiloé, entre el 29 y 31 de Octubre de 2012 se realizó un Taller de Restauración Ecológica de Bosques Nativos, con el objetivo de conocer e intercambiar conocimiento científico y experiencias prácticas de restauración desarrolladas en distintas áreas del país. Los participantes del taller, entre los cuales se encontraban organismos públicos y privados, investigadores, empresas, ONGs, representantes de áreas protegidas privadas, guardaparques, y profesionales del área; todos ellos motivados por revertir el avance de la degradación de los bosques nativos, llegaron a las siguientes conclusiones:

Declaramos la necesidad de detener los procesos de degradación y promover la restauración ecológica, a fin de asegurar la continua provisión de bienes y servicios ecosistémicos para el bienestar de la sociedad. Firmantes: Antonio Lara (Facultad de Ciencias Forestales y Rec. Naturales UACH - Fundación FORECOS); Pablo J. Donoso H. (Facultad de Ciencias Forestales y Rec. Naturales UACH); Christian Little (Facultad de Ciencias Forestales y Rec. Naturales UACH -Fundación FORECOS); Mauro E. González (Facultad de Ciencias Forestales y Rec. Naturales UACH); Rodrigo Mujica (INFOR); Carlos Zambrano F. (Fundación Pumalín); José Suárez (Ing. Forestal UChile, Fundación Pumalín); Alan Bannister H. (Ing. Agrónomo UC, Administración General Parque Tantauco); Andrés Caracciolo B. (Ing. Forestal UACH, Programa Restauración Parque Tantauco); Sebastián Niemeyer (Ing. Forestal UChile, Administración Norte Parque Tantauco); Andrea Ramírez (Geógrafo PUC); Jorge Echeverría V (Ingeniero Forestal); Sebastián Jure W (Ingeniero Forestal); Jan Bannister H. (Instituto de Silvicultura, Universidad de Friburgo, Alemania); Rodrigo Vargas G. (Instituto de Silvicultura Universidad de Friburgo, Alemania); Felipe Aravena Curinao (Ingeniero Forestal PUC, Viverista); Marcela Bustamante-Sánchez (Facultad de Ciencias Forestales U. de Concepción – Fund. Senda Darwin); Álvaro G. Gutiérrez (Department of Environmental Systems Sciences – Swiss Institute of Technology (ETH), Zurich, Suiza); Erg Rosenmann (Ingeniero Forestal, Secretario Consejo Ambiental de Pucon, Comité Proteccion Tinquilco; Loreto González B.; Lorena Valenzuela.

• En Chiloé, al igual que en otras zonas del país, los bosques nativos están sufriendo un activo proceso de degradación y pérdida (incendios, pastoreo, invasión de especies exóticas, fragmentación, floreo y sustitución por otros usos de suelo, entre otros), siendo la consecuencia más trascendental de esto la pérdida de importantes funciones y servicios ecosistémicos que entregan los bosques nativos; además de la disminución considerable del potencial económico y de oportunidades de desarrollo social que persigue el manejo sustentable. • Algunas de las causas que han propendido a este escenario son: a) la existencia de un marco legal con insuficientes incentivos para el manejo, conservación y recuperación de los bosques nativos, existiendo incluso incentivos que lo afectan negativamente; b) la existencia de escasas oportunidades de desarrollo socio-económico para los propietarios de bosque nativo, lo cual genera más degradación; c) la carencia de instrumentos efectivos de ordenación territorial; d) Insuficiente educación, difusión, asistencia técnica e investigación. • Partiendo de esta base, postulamos que es necesario revertir el proceso de degradación y pérdida de los ecosistemas boscosos del país a través de su recuperación. En este sentido la restauración ecológica es una herramienta efectiva para el cumplimiento de tal objetivo. Es

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ARTÍCULO

Recuperación de bosques con Nothofagus spp, en Los Andes del sur de Chile: uso de la escarificación del suelo como técnica facilitadora para la regeneración Javier Reyes M.a*, Oscar Thiersa, Víctor Gerdinga, Daniel P. Sotob a

Universidad Austral de Chile, Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales, Instituto de Silvicultura. E-mail: jareyes05@gmail.com b Oregon State University, Department Forest Ecosystem and Society, Corvallis OR 97331 USA

Resumen La escarificación del suelo es una técnica silvicultural que facilita la regeneración de especies intolerantes y pioneras, pero puede afectar a las propiedades del suelo. En el presente trabajo se realiza una revisión sobre las características de esta práctica y de sus antecedentes a nivel global y en Chile. La escarificación se realiza en lugares donde las semillas no tienen acceso al suelo mineral, debido a que está cubierto por mantillo de gran espesor, o en sitios donde tienen competencia con otras especies en el sotobosque. Al realizar la escarificación se generan condiciones similares a un disturbio natural (remoción y exposición del suelo mineral superficial de un sitio), lo que favorece el establecimiento de especies pioneras. En Chile, la escarificación se podría utilizar para favorecer el establecimiento de especies del género Nothofagus en zonas que han sido invadidas por Chusquea spp., luego de una cosecha forestal parcial de mediana a baja intensidad. El suelo, generalmente, sufre una disminución de su fertilidad (aspecto nutritivo y propiedades físicas). En el ejemplo presentado para un bosque adulto en el sur de Chile, preliminarmente, dichos cambios no serían limitantes para el establecimiento del género Nothofagus, debido a su carácter de especies pioneras adaptadas a régimen de disturbios de mediana a gran escala a nivel de paisaje. Los cambios producidos por la escarificación dependen de las condiciones de cada sitio, especialmente en lo referido al origen y edad del suelo, por lo que dichas características deben ser considerados al momento de la planificación y ejecución de una intervención de esta magnitud.

1. Introducción

quea spp. que dificulta el establecimiento de la regeneración arbórea (Donoso et al. 2013). Al realizar una escarificación se puede eliminar esta competencia por luz y recursos edáficos (agua y nutrientes). No obstante, dicha intervención generalmente disminuye la fertilidad en el suelo (Hope 2007), por lo que también es necesario evaluar la condición del suelo previo y posterior a la intervención. En el presente trabajo se hace una revisión de antecedentes relacionados con la escarificación del suelo, describiendo la técnica y presentando antecedentes a nivel global y presentando un ejemplo de su aplicación en bosques ubicados en Los Andes del sur de Chile.

Los bosques de Nothofagus spp. de Los Andes del sur de Chile presentan alto potencial productivo, sin embargo, han sido explotados históricamente de manera indiscriminada sin considerar el efecto a largo plazo, lo que ha derivado en que la mayoría de estos bosques se encuentren degradados (Donoso y Lara 1996). El manejo silvicultural de dichos bosques, requiere en primera instancia recuperar estas áreas degradadas, por lo que se debe aplicar un sistema silvicultural adecuado para facilitar el establecimiento de especies arbóreas originales y con ello crear nuevos y productivos bosques. Sin embargo, las prácticas silviculturales pueden tener un efecto en el suelo, aunque éste no ha sido considerado en el manejo de bosques nativos en Chile. Una de las prácticas que puede ser utilizada para facilitar la regeneración en los boques de Nothofagus spp. (en general especies pioneras y demandantes de luz) es la escarificación del suelo. Mediante esta técnica se interviene el suelo superficial, dejándolo expuesto y también se elimina la competencia a nivel de sotobosque (Resco de Dios et al. 2005). Al realizar cortas de protección en bosques ubicados en la Cordillera de Los Andes, generalmente se produce una invasión de Chus-

2. Escarificación del suelo La escarificación del suelo está considerada como una técnica silvicultural de preparación del suelo (Nyland 2002). Ésta se realiza previa al establecimiento de nueva regeneración, ya sea de origen natural o artificial, y consiste en arar el suelo en horizontes superficiales o bien remover un estrato superficial de suelo y el mantillo (materia orgánica que se acumula sobre el suelo, figura 1), con el fin de mitigar o eliminar competencia por luz, agua y nutrientes, y mejorar las condiciones ambien-

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sur de Chile, la escarificación favorecería el establecimiento de especies del género Nothofagus. Estas especies se han establecido a lo largo del tiempo posterior a disturbios importantes tales como erupciones volcánicas y deslizamientos de terrenos en la Cordillera de Los Andes (Veblen et al. 1996), lo que se conoce como una dinámica regenerativa del tipo catastrófico. La escarificación del suelo emula, en parte, un disturbio similar a uno de origen natural, al quedar un suelo mineral temporalmente expuesto y sin competencia por los recursos con otras especies.

3. Aplicación del método: ejemplos a nivel global y en Chile Antecedentes a nivel global. La mayor parte de las investigaciones se han concentrado en observar el comportamiento de la regeneración natural posterior a estas intervenciones. Zakcek (2002) observó un aumento en más de diez veces de la supervivencia y la densidad en áreas escarificadas respecto a áreas no intervenidas en bosques de Quercus spp.; Mattson et al. (2007) encontraron un aumento significativo en el volumen (biomasa y fuste) de Pinus contorta; y Karlsson y Nilsson (2005) también mencionan un aumento significativo en la densidad de Pinus sylvestris. Prevóst et al. (2010) sugieren que en casos de no tener una densidad de regeneración esperada se puede acompañar de plantaciones con especies deseadas. La mayor parte de las especies que se establecen después de la escarificación son intolerantes a la sombra, por lo que el grado de abertura de dosel juega un rol importante en el Yoshida et al. 2005). En algunos bosques de Japón la escarificación se utiliza para eliminar la bambúcea Sasa kurilensis, la que coloniza áreas donde se forman aberturas(comparable a lo que sucede en Chile con Chusquea spp.), e impide casi en su totalidad el establecimiento y desarrollo de otras especies (Resco de Dios et al. 2005, Yoshida et al. 2005, Aoyama et al. 2011). Respecto del suelo, uno de los cambios más significativos es la disminución de la materia orgánica y, consecuentemente, del nitrógeno, lo que puede mantenerse por más de 25 años (Jiménez et al. 2008). Sin embargo, una disminución del contenido de materia orgánica en un suelo arenoso mostró

Figura 1. Escarificación mecanizada del suelo (fuente: http:// forest.fsc.hokudai.ac.jp).

tales para favorecer el establecimiento de especies forestales de interés (Örlander et al. 1996, Wurtz y Zasada 2001). La escarificación se ha utilizado comúnmente en bosques boreales o de bajas temperaturas. En estos bosques existe baja actividad biológica en el suelo (poca descomposición), lo que lleva a tener una mayor acumulación de mantillo (humus bruto), en el cual existe una alta probabilidad de que las semillas sufran desecación (Hille y den Ouden 2004). Al realizar la escarificación, el mantillo es desplazado o mezclado con el suelo mineral facilitando el acceso de semillas al suelo en un mejor ambiente (Zackek 2002). En Chile, cuando existe una abertura de dosel y liberación de recursos, algunas especies como las bambúceas, del género Chusquea, invaden estos lugares (Donoso et al. 2013). Por ejemplo, Chusquea culeou E. Desv es la especie que predomina en zonas andinas (Veblen et al. 1996), acumulando una gran cantidad de biomasa en el suelo superficial y dificultan el establecimiento de especies arbóreas deseadas, por lo que se necesita realizar intervenciones silviculturales intensas, como la escarificación del suelo, si el objetivo de manejo forestal es favorecer el establecimiento de regeneración de las especies arbóreas originales. Al realizar este tipo de manejo existen ciertas ventajas y desventajas (cuadro 1). En el caso de los bosques andinos del

Cuadro 1. Ventajas y desventajas de realizar una escarificación del suelo.

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un aumento 10 años después de la intervención (Hope 2007). Otros cambios observados son, por una parte, la disminución de la oferta nutritiva y el aumento de la densidad aparente (Gastaldello et al. 2007, Hope 2007) y, por otra, el aumento del contenido volumétrico de agua (Gastaldello et al. 2007). Pero, dicha variación tiene también relación con la abertura del dosel y, en zonas de abundante precipitación, puede provocar la pérdida de elementos nutritivos a través de la lixiviación (Palvaien et al. 2005, Piirainen et al. 2007). Los cambios que se originan en el suelo dependen de más del tipo de escarificación que de la intensidad del método de corta utilizado (Hille y Ouden 2004). Por otro lado, la escarificación por medio de maquinaria pesada podría producir compactación del suelo. En general, los efectos de la compactación del suelo son variados y dependen del tipo de suelo, y la magnitud de su efecto dependerá de las características autoecológicas de las especies y del del ecosistema (Kozlowski 1999). Algunos efectos imprecisos y poco marcados sobre el crecimiento de plantas han producido confusión acerca del efecto de la compactación del suelo. En algunos casos, altos valores de compactación (generalmente > 2 MPa), registrados por medio de resistencia a la penetración, producirían una merma en el crecimiento de las plantas (Cheatle 1991, Gebauer y Martinková 2005, Basset et al. 2005, Bulmer y Simpson 2005). Pero, por otro lado, también se ha observado un buen crecimiento de las plantas en suelos compactados (Miller et al. 1996, Ares et al. 2005, Fleming et al. 2006, Nabe-Nielsen et al. 2007, Alameda y Villar 2009). Dada esta incertidumbre acerca de los efectos de la compactación del suelo sobre el crecimiento de plantas, Ampoorter et al. (2010) estudiaron los efectos globales a través de un meta-análisis y para ello, utilizaron una técnica estadística que permite recalcular resultados de varios art ículos científicos con los similares objetivos e hipótesis. Los resultados mostraron que los efectos de compactación son predominantemente insignificantes y varían fuertemente entre tipos de suelos y especies. Es decir, las técnicas comunes de

escarificado no ocasionarían, por si solas, dificultades en el desarrollo de las plantas debido a cambios estructurales en el suelo. Ejemplos en Chile. Existe poca información sobre ensayos de escarificación realizados en el país. En la Cordillera de Los Andes de Valdivia un escarificado realizado después de una corta de protección, mejoró la sobrevivencia de Nothofagus alpina (más del doble respecto del área no intervenida) y, la regeneración incrementó su altura respecto a otros tratamientos (Schmidt et al. 1991). También en dicha zona, Reyes (2012) evaluó la variación en las propiedades de un suelo de origen volcánico en un bosque no intervenido y en uno sometido a escarificación mecanizada, usando un Bulldozer (D4Komatzu) con el fin de eliminar la competencia de Chusquea sp. La escarificación del suelo se realizó posterior a una corta de protección, en sectores de distintos tamaños y se removió entre 20 y 40 cm de suelo (éste fue desplazado y dejado en la periferia de los sectores escarificados). El suelo superficial en el sector intervenido posee características distintas al que estaba originalmente antes de la escarificación, a grandes rasgos, se trata de un suelo con un material más grueso (figura 2A) y con menor porosidad (figura 2B). La densidad aparente y la resistencia a la penetración en los primeros 10 cm del suelo (figura 3) en el área escarificada son mayores que en el bosque (área no intervenida y utilizada como testigo), aunque son similares entre sectores escarificados, independiente de sus tamaños. Valores muy elevados en la densidad aparente podrían indicar problemas de compactación. Lo mismo sucede con la resistencia a la penetración, aunque en ambas variables los valores no llegan a niveles que se puedan considerar críticos para el establecimiento de la regeneración (Gregorich y Carter 1997, Kozlowki 1999, Ares et al. 2005). Las propiedades químico-nutritivas del suelo en los primeros 40 cm del suelo, en el estudio de Reyes (2012), mostraron niveles de contenidos nutritivos menores en el sector escarificado respecto del bosque no intervenido, sobre todo

Figura 2. A) perfil de granulometría y B) perfil volumétrico del suelo en el claro escarificado (750 m 2) y el bosque no intervenido de Nothofagus spp. (adaptado de Reyes 2012).

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Figura 3. Densidad aparente del y resistencia a la penetración en los primeros 10 cm del suelo, de acuerdo a su ubicación en los claros escarificados: pequeños (150-300 m 2) medianos (300-600 m2) y grandes (600-1.000 m 2) y en el bosque no intervenido de Nothofagus spp. BQ: bosque; BCP: borde claro pequeño; CCP: borde claro pequeño; BCM: borde claro mediano; CCM: centro claro mediano; BCG: borde claro grande; ICG: intermedio claro grande; CCG: centro claro grande. Los puntos negros indican la media aritmética.

considerando los primeros 20 cm de profundidad (cuadro 2). Sin embargo, el cambio no es tan abrupto al llevar estos valores a cantidades por superficie (cuadro 3). Existe una disminución en la cantidad de bases (calcio, potasio y magnesio) pero los niveles de nitrógeno total y fósforo disponible son similares. Esto se debe a que, si bien en el sector escarificado hay menor concentración de elementos nutritivos, hay una mayor masa de suelo que en el bosque no intervenido (recordando que este último tiene un mayor espacio ocupado por aire). Por otra parte, se debe resaltar que el bosque no intervenido tiene más materia orgánica, lo que es favorable en otros aspectos (estabilidad del suelo, actividad biológica y reserva de nutrientes), y que la saturación de aluminio en

el sector escarificado es elevada (valores mayores a 10%), lo que puede dificultar el desarrollo radical de algunas plantas. Sin embargo, las especies del género Nothofagus estarían adaptadas a estas condiciones edáficas y serían capaces de tolerar una alta saturación de aluminio y establecerse en áreas de baja disponibilidad de elementos nutritivos, por lo que no tendrían inconvenientes para desarrollarse en este tipo de suelos. Se debe considerar, además, que el suelo superficial no fue extraído del lugar sino que fue desplazado a unos pocos metros, por lo que las plantas que se establezcan en los sectores escarificados tendrán acceso a los nutrientes disponibles en el largo plazo, dependiendo del tamaño del área y la cercanía de las plantas a este suelo. Respecto del área de ensayos informada por Reyes (2012), también existe un estudio de regeneración (FONDEF D07I1034, datos no publicados), el cual demuestra que un año después de la intervención la escarificación del suelo, esta técnica no habría influido negativamente sobre la regeneración (figura 4). Se aprecia que existe de regeneración natural, fertilidad, como un trumao, el efecto de remover el suelo superficial no produce un impacto tan grande en comparación con otros suelos, como un rojo arcilloso que presenta mayor dependencia de la oferta nutritiva en la parte superficial, o uno metamórfico delgado o moderadamente profundo y con presencia de esqueleto (Schlatter et al. 2003). La escarificación no es recomendable en terrenos de pendientes pronunciadas (> 30%) y con presencia de alta a muy alta pluviometría (>3.000 mm) debido al riesgo de erosión. La mitigación de la merma nutrientes disponibles se puede lograr con fertilización, pero su efecto tiene un carácter temporal y localizado; también se podría reponer o redistribuir el suelo desplazado después de haber eliminado la competencia (Aoyama et al. 2009). Se debe considerar que los procesos de formación del suelo son lentos, por lo que los cambios

Cuadro 2. Concentración de elementos nutritivos en los primeros 40 cm de suelo para en el bosque no intervenido de Nothofagus spp. y en el claro escarificado (750 m2) (adaptado de Reyes 2012).

Cuadro 3. Cantidad de elementos nutritivos del suelo en el bosque no intervenido de Nothofagus spp. y en el claro escarificado (750 m 2) para los primeros 40 cm de profundidad (adaptado de Reyes 2012).

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042/2010 y FONDEF D07I1034, a la empresa Forestal Neltume Carranco S.A., y la Escuela de Graduados de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la Universidad Austral de Chile.

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Figura. 4. Regeneración natural después de un año de escarificado. Los claros fueros separados en abertura de dosel en: pequeños <20%; medianos, cercano a 40%; y grandes > 60% de apertura de dosel (adaptado de FONDEF D07I1034).

Aoyama K, Yoshida T, Kamitani T. 2009. An alternative of soil scarification treatment for forest restoration: effects of soil replacement. Journal of Forest Research 14: 58-62.

fertilidad, como un trumao, el efecto de remover el suelo superficial no produce un impacto tan grande en comparación con otros suelos, como un rojo arcilloso que presenta mayor dependencia de la oferta nutritiva en la parte superficial, o uno metamórfico delgado o moderadamente profundo y con presencia de esqueleto (Schlatter et al. 2003). La escarificación no es recomendable en terrenos de pendientes pronunciadas (> 30%) y con presencia de alta a muy alta pluviometría (>3.000 mm) debido al riesgo de erosión. La mitigación de la merma nutrientes disponibles se puede lograr con fertilización, pero su efecto tiene un carácter temporal y localizado; también se podría reponer o redistribuir el suelo desplazado después de haber eliminado la competencia (Aoyama et al. 2009). Se debe considerar que los procesos de formación del suelo son lentos, por lo que los cambios producidos no se restituirán en corto plazo. Mediante un uso adecuado, la escarificación del suelo puede ayudar a mejorar el repoblamiento de bosques con Nothofagus spp y apoyar el éxito de las faenas silviculturales destinadas a recuperar bosques degradados.

Aoyama K, Yoshida T, Harada A, Noguchi M, Miya H, Shibata H. 2011. Changes in carbon stock following soil scarification of non-wooded stands in Hokkaido, northern Japan. Journal of Forest Research 16: 35-45. Ares A, Terry TA, Miller RE, Anderson HW, Flaming BL. 2005. Forest harvest effects on soil physical properties and Douglas-fir growth. Soil Science Society of America Journal 69:1822-1832. Bassett IE, Simcock RC, Mitchell ND. 2005. Consequences of soil compactation for seedling establishment: Implications for natural regeneration and restoration. Austral Ecology 30: 827-833. Bulmer CE, Simpson DG. 2005. Soil compaction and water content as factors affecting the growth of lodgepole pine seedlings on sandy clay loam soil. Canadian Journal of Soil Science 85 667-679.

4. Conclusiones

Cheatle RJ. 1991. Tree growth on a compacted oxisol. Soil and Tillage Research 19: 331-344.

La escarificación ha demostrado ser una práctica que permite mejorar la regeneración. Al realizar tal intervención se generan condiciones similares a un disturbio de origen natural, donde regeneran especies pioneras, como los Nothofagus spp en Chile. El suelo, generalmente, sufre una disminución de su fertilidad al realizar esta práctica, por lo que solo pueden establecerse especies adaptadas a tales condiciones y debe elegirse un suelo que tolere una merma de su fertilidad. En Chile se deben realizar estudios que respalden la aplicación de escarificación, debido a que sus efectos varían según el sitio, tanto por la factibilidad de regeneración de la especie objetivo como por la presencia de especies herbáceas o arbustivas no deseadas (Chusquea spp.).

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Agradecimientos

Los autores agradecen los proyectos Bosque Nativo CONAF

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Nabe Nielsen J, Severiche W, Fredericksen T, Nabe-Nielsen

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REVISIÓN

La Foresteria Comunitaria, la Extensión Forestal y la Gestión Forestal Participativa: un camino para la Conservación del Bosque Nativo y mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades rurales Eduardo Neiraa, Esteban Rivasb Director Ejecutivo ONG Forestales por el Bosque Nativo E-mail: direccion@bosquenativo.cl b Encargado de Forestería Comunitaria, ONG Forestales por el Bosque Nativo E-mail: estebanrivas@bosquenativo.cl a

En Chile, la gran mayoría de las comunidades rurales, a diferencia de otras regiones de Latinoamérica, no desarrollan sistemas colectivos de producción y control de la tierra, ya que tanto la unidad de pequeña producción silvoagropecuaria de tipo familiar como la propiedad privada están arraigadas en la mayoría de las comunidades indígenas y/o campesinas. Esto ha sido parte de un proceso histórico, siendo hitos de este las leyes que fomentaron desde comienzos del siglo pasado la subdivisión de tierras en las reducciones indígenas y que a fines de la década del setenta de éste prácticamente subdividió a todas las reducciones; la reforma agraria que se implementó desde los inicios de los años sesenta de la misma centuria hasta incluso después del golpe de Estado de 1973 encabezado por los militares y la derecha política, realizándose la entrega de títulos de dominio a los denominados parceleros; la cesión de un gran número de títulos de dominio a familias campesinas principalmente de tipo nuclear, durante la década de los noventa del mismo siglo hasta hoy en día. A los anteriores hitos, se suman políticas públicas que incentivan la propiedad privada, en que formas colectivas o asociativas de administración de predios o tierras han sido marginadas al no poder acceder a beneficios estatales sólo dirigidos a los propietarios “individuales”.

La propiedad de los bosques nativos se distribuye de la siguiente forma: Cuadro 1. Tenencia del bosque por categoría de propietario y tipo de bosque.

Fuente: Tomado de Leyton (2009), en base a Catastro de los Recursos Forestales de 1997 y Censo Nacional Agropecuario 2007. *en el SNASPE; ** bosques fiscales (Ministerio de Bienes Nacionales).

De manera sintética y considerando algunas investigaciones, se puede mencionar que estas unidades de pequeña producción con bosque nativo están integradas por cerca 3 a 4 personas, con un promedio de aproximadamente 65 años por parte de los jefes de hogar, denotando un envejecimiento de la población, los que en su mayoría no finalizaron la educación básica. Estas unidades de pequeña producción desarrollan distintos subsistemas prediales, de acuerdo a la región del país en que se encuentran. Realizan agricultura, ganadería, silvicultura y la generación de ingresos extraprediales tanto por la venta de mano de obra como por subsidios. La totalidad de los ingresos generados las ubican en su gran mayoría en una situación de precariedad económica. De acuerdo a varios estudios, hay indicios de que el subsistema bosque nativo genera menos ingresos respecto a otros a pesar de la importancia de éste como ecosistema tanto a nivel de localidades como a nivel planetario. Lo anterior genera una contradicción, puesto que quién controla el bosque nativo no lo percibe como generador de recursos para su reproducción económica, y que tanto el Estado como el mercado no asumen el valor ecológico de éste.

Esta situación se relativiza con la entrega de tierras a comunidades indígenas desde la década del noventa del siglo pasado, en que la propiedad era de todos los integrantes de una de estas, pero que en la práctica, en la mayoría de los casos generó una división de hecho considerando la ya instalada práctica de trabajo individual. Las comunidades campesinas y/o indígenas que controlan bosque nativo, no han estado ajenas a esta situación. Los integrantes de estas comunidades, en su gran mayoría pequeños productores campesinos, controlan aproximadamente 1.500.000 hectáreas de bosque nativo, en que el manejo de éste no se realiza de manera colectiva.

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Desde la institucionalidad relacionada al bosque nativo, también se ha fomentado la individualidad en las comunidades campesinas y/o indígenas, tanto respecto al lenguaje utilizado como de las acciones desarrolladas. Desde la década del 90 del siglo pasado, CONAF ha inculcado el concepto de pequeño propietario reemplazando, por ejemplo, el concepto de campesino. Tal vez para algunos eso sea insignificante, pero es una intervención directa en el sustrato ideológico de los actores involucrados. Se exige el titulo de dominio para que un predio con bosque nativo pueda acceder a un plan de manejo, postular a la ley de bosque nativo o a un proyecto de inversión.

para una familia campesina, o de pequeños propietarios, sin generarse un proceso de diálogo en la comunidad, y por ende, de generación o aplicación de las herramientas necesarias para abordar tanto los conflictos como las diferencias, y aunar visiones comunes, todo esto necesario para realizar un fortalecimiento del sentir comunitario. Esto no significa creer que la comunidad campesina o indígena es autárquica, que en sus dinámicas sociales y económicas no intervienen otros actores locales, ya sea directamente o por medio mensajes, y que no existan dinámicas territoriales relacionadas al poder o al individualismo. Por lo mismo, su complejidad merece un análisis sociocultural como también métodos de trabajo que sean más que acciones de operadores forestales que están preocupados de ejecutar sus actividades previamente asignadas en una oficina. Relacionado a esto, es necesario considerar que la CONAF hasta el 2010, con sus limitaciones en recursos económicos y humanos, implementó programas y proyectos que incorporaron objetivos comunitarios. Por ende, desarrolló ciertas acciones que conducían a fortalecer la comunidad, siendo relevantes ya que esta institución tiene incidencia en muchas acciones relacionadas al manejo y conservación del bosque nativo, impactando en éstas como en el quehacer de organizaciones no gubernamentales como la nuestra. La extensión forestal participativa, que generó participación e intercambio de opiniones en contextos de búsqueda de la relación horizontal entre campesinos y extensionistas forestales, fue parte de ese enfoque de trabajo implementado por CONAF a fines del siglo pasado hasta fines de la primera década de la presente centuria.

El sentido de comunidad en la ruralidad esta arraigada por una identidad territorial pero no en el uso común de la tierra para la producción colectiva. La tierra generalmente es trabajada por unidades de pequeña producción familiar, que se organizan socialmente y que se incorporan en organizaciones funcionales que generalmente son articulaciones legales con flujos de recursos. Toda estas características de la comunidad, se indica ya que la ONG Forestales por el Bosque Nativo utiliza el concepto de Forestería comunitaria, que se desarrolló o aplicó principalmente en experiencias colectivas de manejo de bosques en otros países latinoamericanos. Es en este contexto, tanto de desarrollo de la ruralidad chilena como de programas de conservación y manejo del bosque nativo, que la ONG Forestales por el Bosque Nativo incorporó en su quehacer el concepto de Forestería comunitaria. Con la aplicación de éste, la relación directa de las comunidades campesinas y/o indígenas con el bosque nativo se transformó en parte fundamental de los contextos a analizar y en los cuales se desarrollan sus propuestas, y por ende, todo proyecto que se ejecute debe considerar a la comunidad. Esto se suma a otro elemento fundamental que es la función del bosque nativo como parte de la mejora de la calidad de vida de los que controlan la tierra en que se reproducen, específicamente las comunidades campesinas y/o indígenas. Esto más allá de los valiosos servicios ecosistémicos que aporta a toda la humanidad, o que para las personas que no lo controlan sea un espacio para la contemplación, de investigación, de trabajo o de desarrollo de actividades recreativas.

En la actualidad, los programas gubernamentales promueven métodos de trabajo y de intervención empleados en el trabajo con campesinos y comunidades que controlan bosque nativo orientados al cumplimiento de metas de muy corto plazo (por ejemplo número de campesinos asistidos, número de planes de manejo, número de organizaciones asociativas creadas, número de metros de leña generados, número de acreditaciones, etc.), pero no consideran logros y resultados de mediano y largo plazo, como la promoción y facilitación de procesos de interacción que permitan dar sostenibilidad a la propuesta de trabajo, que promuevan la conservación y manejo de bosques y el mejoramiento de la calidad de vida de campesinos y comunidades. En general, el diseño de las propuestas de trabajo (programas de Estado y distintas fuentes de financiamiento), se construyen fundamentalmente en base al cumplimiento de metas cuantitativas, y con escasa frecuencia se incorpora el seguimiento, monitoreo o acompañamiento como actividades realmente valoradas. Y cuando se menciona valoradas, no se lo considera únicamente desde la óptica de la importancia en un proyecto, sino que del valor asignado en dinero a esa actividad para quien la ejecuta. Por lo tanto, los denominados extensionistas forestales más que pensar en el bienestar de las comunidades, están actuando para generar ingresos económicos de acuerdo a los valores asignados por actividades en una oficina. El sistema así lo plantea, no es una crítica hacía los que realizan esas labores en terreno, simplemente no tienen margen para actuar de otra manera y

Para que las comunidades con bosque nativo puedan mejorar su calidad de vida con productos de éste, no sólo supone conservar y manejar este ecosistema, articularse al mercado y generar más ingresos monetarios, sino que también el acceso a los servicios que el bosque provee, ya sea alimentarios, recreativos, medicinales y energéticos. Por ende, es la organización social comunitaria la que tendrá que delimitar cómo abordar el tema. ¿Pero es ella la que determina las metas y objetivos de los programas y proyectos que se diseñan?; ¿Desde los proyectos y programas relacionados al bosque nativo se incentiva este contexto?, Al respecto, un primer gran punto a considerar: la asistencia técnica forestal, la extensión forestal y la transferencia tecnológica tienden en Chile a dirigirse

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han sido arrastrados con menor o más resistencia, hacía ese enfoque de trabajo, que por lo demás, no permite generar un entendimiento de la realidad sociocultural y económica de las comunidades.

sociales para relacionarse con autoridades externas a la comunidad; d)a la presentación de proyectos por parte de ésta; e)a la implementación de proyecto interculturales; f) a la difusión de experiencias propias , entre otras.

La siguiente figura representa el desarrollo y/o evolución de las interacciones entre profesionales y campesinoscomunidades.

Pero para la ONG FBN, con recursos provenientes del Estado, no es posible en la actualidad realizar Forestería comunitaria sin la complementación de recursos de otras fuentes de financiamiento no gubernamentales o de la sociedad civil. Por ende, ese modo de trabajo sostenido en la elaboración de planes de manejo, planes de negocio, asistencia técnica forestal, etc. está lejos de contribuir al desarrollo comunitario ya que opera desde la ideología dominante individualista, aunque se realicen acciones para valorizar el bosque nativo en el mercado, conservarlo y manejarlo. No se discute y planifica con las organizaciones, no se aplica el enfoque de extensión forestal. Con recursos de la cooperación internacional, la ONG FBN ha podido implementar ciertas acciones que fortalecen el sentido comunitario, aunque en momentos se continúa en una relación directa con los pequeños propietarios forestales y/o campesinos, sin mayor planificación territorial con sus organizaciones. Las causas van desde las dificultades para articularse con una organización, perfiles de trabajo que propenden al individualismo, una ruralidad en que las familias campesinas tienden a no planificar en conjunto con sus vecinos, cierta ceguera por el cumplimiento de las metas diseñadas desde oficinas públicas, no gubernamentales y académicas, y una fuerte sectorización tanto de las instituciones forestales y de un importante número de técnicos y ingenieros forestales por abordar las temáticas del bosque nativo (y plantaciones), sin incorporar interacciones con otras disciplinas vinculadas al desarrollo rural, no sólo silvoagropecuarios, sino que también de las ciencias sociales y de la educación. En esto hay una fuerte incidencia de las políticas públicas hacía la ruralidad, que no propician esa articulación, en que se han insertado operadores forestales que en la práctica no han tenido grandes logros. Un ejemplo de esto es la aplicación de la ley de bosque nativo, ya que desde su aplicación a diciembre 2012 sólo se había pagado un 4,7% de los fondos asignados por la ejecución de las actividades indicadas en los correspondientes planes de manejo.

Se observa la evolución de interacciones desde un nivel mínimo como la transferencia técnica o transferencia de información hacia un nivel alto de interacción como la gestión forestal y/o gestión territorial participativa con un enfoque de extensión forestal, en que las comunidades generan sus propios procesos de gestión.

Para que esto se rectifique, ya que lo consideramos un error respecto al desarrollo de las comunidades y la mejora de la calidad de vida de éstas, se plantea la necesidad de incorporar indicadores que permitan valorizar el trabajo desarrollado desde otro enfoque, por ejemplo, en el ámbito silvicultural propiamente tal, en que además de un número de planes de manejo elaborados, hectáreas conservadas, proyectos elaborados, entre otros aspectos, también se considere la satisfacción de los campesinos con el bosque nativo, la incorporación de conocimientos locales en la conservación y el manejo de este tipo de bosque, al igual que la participación de la mujer en estas actividades. Que respecto al fortalecimiento organizacional, se considere la percepción de los integrantes de la unidad de pequeña producción y de la comunidad, por la participación en organizaciones (calidad de información, defensa de los intereses individuales y comunitarios, equidad en las responsabilidades), por la resolución de conflictos; por demandas campesinas incorporadas a proyectos, programas y planes de desarrollo, por la incidencia campesina en las decisiones locales y de la sociedad, por la satisfacción con el trabajo grupal en las organizaciones y la valorización del trabajo comunitario.

El pobre aporte de la Ley de Bosque Nativo al desarrollo rural Las condiciones en las que se implementa la Ley de Bosque nativo y su fondo asociado, son insuficientes para promover el manejo y conservación de los bosques, ya que el acceso a financiamiento está limitada a una fracción de los bosques nativos, no contempla la asesoría técnica ni seguimiento de las actividades realizadas en el bosque y los montos de bonificación son mezquinos, formulándose como incentivo a diferencia del DFL 701 en que la bonificación asociada cubre prácticamente la totalidad de los costos de la actividades realizadas. Bajo dichas condiciones es extremadamente difícil cambiar las actitudes, conductas y decisiones respecto del uso y valoración del Bosque Nativo. El siguiente cuadro muestra los montos asignados y

Respecto al ámbito económico, considerando la comercialización, son importantes las satisfacciones de los campesinos sobre a)el esfuerzo realizado para producir y el precio logrado en relación al trabajo dedicado; b)a la dependencia de ingresos intraprediales y extraprediales; c)al desarrollo de habilidades

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comunidad, potencien el desarrollo de herramientas para la resolución de conflictos y al logro de consensos.

y pagados desde que se dio inicio al fondo concursable al fondo de la Ley de Bosque Nativo.

Por ende, a partir de nuestra experiencia se puede señalar que iniciativas de Forestería comunitaria en Chile no son muchas debido a que se requiere de una serie de condiciones, como algunas de las que mencionamos, que no son frecuentes en las comunidades campesinas de nuestro país. La ONG FBN, a través de su trabajo práctico tiene algunas experiencias, por ejemplo, en el territorio de San Juan de Costa, en que se desarrolla un trabajo conjunto con la comunidad Pucatrum Pucatrihue, y otra similar es la realizada con la comunidad Lomas de Sol en la comuna de Valdivia, pero en otros territorios de la Provincia de Valdivia, Chiloé, Llanquihue, se incorporan de manera no configurada algunos elementos de la Forestería comunitaria, generando esquemas de ésta como una manera de adecuarse al contexto local y fuentes de financiamientos. Es así como se incorpora la asesoría forestal, transferencia tecnológica, gestión de proyectos y articulación con otros actores. Ejemplo son las acciones desarrolladas en comunas como Corral, Máfil y Mariquina en la Provincia de Valdivia, Ancud, Quemchi y Chonchi en Chiloé, por nombrar algunas.

Cuadro 2. Monto Asignado y Pagado en Concurso Ley de Bosque Nativo (UTM)

Fuente: Conaf en www.conaf.cl

Con sentido comunitario, la ONG FBN gradualmente está incorporando en sus acciones la planificación desde y con la comunidad, aportando además a la integración con otros actores que intervienen tanto en ésta como en los predios de sus integrantes. En esto las Municipalidades y equipos de PRODESAL han sido vitales. Parte de éstas acciones de articulación se deben a la necesidad de generar ordenamientos prediales en que los diferentes subsistemas productivos de las comunidades se consideren y coordinen, desafío que tiene ciertas dificultades para la ONG FBN considerando su énfasis respecto al bosque nativo, y que es un factor muy importante respecto a la gestión que se pueda realizar, ya sea desde la misma ONG FBN o como asesores directos de las comunidades rurales. Se ha asumido que la construcción de propuestas desde arriba no es ni lo óptimo e incluso se cuestiona su grado de legitimidad social, esencia de la implementación de la Forestería Comunitaria en Latinoamérica de la década de los setenta del siglo pasado luego del fracaso de los programas diseñados desde oficinas públicas y no gubernamentales que no consideraron a las comunidades campesinas.

Por lo tanto, se está aplicando esquemas tendientes a desarrollar Forestería Comunitaria en algunos ámbitos de nuestra acción y así asumimos el concepto, y en casos más específicos en su totalidad. Pero esta acciones sumadas a la revisión de documentos, a la articulación con actores claves de la inserción de la extensión forestal en Chile, y el conocimiento de experiencias en terreno, nos a acercado al concepto de gestión forestal, instalándose desde nuestra práctica en el quehacer de

Así, incluso se han incorporado acciones que no están integradas en las metas iniciales de proyectos, pensando además en contribuir a la generación de conocimiento que justamente aporte a los objetivos del proyecto más que una meta en sí. Estos son procesos de aprendizaje mutuos en que la simetría de la ONG FBN con otras organizaciones afines y públicas, y con comunidades campesinas y/o indígenas e integrantes de éstas, se construye y se valoriza, en que los ingresos económicos son importantes para mejorar la calidad de vida, pero también lo son otros aspectos del quehacer cotidiano vinculado a temas afectivos, de cosmovisión y de participación real. Se asumió por parte de la Forestería Comunitaria implementada por la ONG FBN que la comunidad, producto de procesos económicos, sociales y culturales, esta integrada por unidades domésticas generalmente familiares y propietarias de sus predios, que tienden a mantener características campesinas pero también procesos de capitalización y otras de asalariamiento, en que lo referente a tierras de control colectivo en lo productivo, esta ajeno de toda propuesta local, pero eso no significa dejar de fortalecer una visión integral y complementaria de desarrollo por medio de actividades concretas o acciones que no propendan al individualismo, aporten al diálogo en la

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forestal, instalándose desde nuestra práctica en el quehacer de las comunas como unidades administrativas, específicamente por medio de proyectos y consultorías. Articular desde esa instancia diferentes programas, proyectos, actores, es vital para consensuar acciones y generar plataformas locales que conciban ordenamientos prediales, que potencian la conservación y el manejo del bosque nativo, que articulen actores locales y que generen habilidades y sustratos ideológicos para esto, más aún respecto a la incidencia en programas y proyectos relacionados a la conservación y manejo del bosque

nativo que permitan la construcción de propuestas con la participación de los diferentes actores vinculados al desarrollo rural y así asegurar para las comunidades los beneficios sociales, ecológicos y económicos de los bienes naturales como el empoderamiento de las propuestas. Así las comunidades desarrollaran sus propios procesos de gestión, organización y planificación de estrategias de desarrollo forestal considerando el entramado de los territorios en que se desarrollan y la generación de propuestas desde éstos, configurando todos los esfuerzos locales.

ONG Forestales por el Bosque Nativo (ONG FBN) en números Desde sus inicios la ONG FBN ha asesorado a familias campesinas, pero es durante la implementación (diseño territorial) y ejecución (acción directa) del Proyecto “Leña: Energía Renovable para la conservación de los bosques nativos del Sur de Chile”, el trabajo favoreció a más de 400 familias distribuidos entre la IX a XI regiones, que controlan más de 53.500 ha de bosque nativo, los cuales manejaron más de 4 mil hectáreas de bosque nativo. Algunas de ellas, aproximadamente 70, se organizaron y fortalecieron, formando asociaciones para comercializar sus productos -principalmente leña- a través de instancias gremiales y

cooperativas, aplicando modelos de autogestión y centros de gestión. La experiencia tuvo resultados contrastantes y que merecen un análisis particular en Valdivia, Hualaihue, Chiloé y Coyhaique. Adicionalmente y de manera indirecta, se promovió el manejo de 30 mil hectáreas de bosque nativo de proveedores de leña a comerciantes certificados. Hoy en día y luego de finalizado el Proyecto Leña el equipo de profesionales de la ONG FBN, está conformado por 19 forestales (ingenieros y técnicos), quienes trabajan con cerca de 300 familias.

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Partió iniciativa que aborda importancia estratégica del agua La iniciativa “Agua que has de beber” es un proyecto que impulsa la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo junto a la Corporación Canelo de Nos, Fundación Senda Darwin y el Instituto de Ecología y Biodiversidad, con el apoyo de la Unión Europea. El objetivo global de la iniciativa es reforzar la capacidad de actuación e interlocución de las organizaciones de la sociedad civil y de las autoridades locales de Chile para su participación en la definición y aplicación de estrategias de reducción de la pobreza y de desarrollo sostenible. Más información, noticias, fotos y opinión en aguaquehasdebeber.cl

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Inf贸rmate en: www.bosquenativo.org 56


www.bosquenativo.cl • email: coordinador@bosquenativo.cl • Casilla 1309 - Valdivia

La presente publicación ha sido elaborada con la asistencia de la Unión Europea. El contenido de la misma es responsabilidad exclusiva de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo y en ningún caso debe considerarse que refleja los puntos de vista de la Unión Europea. Esta entidad financia la revista como parte del Proyecto: Reducción de las Tasas de Desforestacion y Degradación de los Bosques Nativos en Chile y Argentina. 57


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