Como nos recuerda Reinert, tras la segunda guerra mundial el Plan
Morgenthau pretendió convertir Alemania, considerada entonces respon
sable de las dos guerras mundiales, en un «Estado pastoril». El general
George Marshall, en cambio, contribuyó a la «Edad Dorada» keynesiana
de posguerra con su plan para acelerar la recuperación económica y la
reindustrialización de Europa occidental y el nordeste de Asia, con el fin
de asegurar un cordón sanitario de crecimiento económico alrededor del
bloque soviético. La generosa contribución estadounidense a la recupera
ción de posguerra ofrece un acentuado contraste con su contribución ac
tual a la «ayuda al desarrollo», no sólo cuantitativo, sino también en cuan
to a la «financiación del presupuesto estatal» y el «margen de maniobra
político» que los gobiernos del Tercer Mundo se esfuerzan por ampliar.