DiSeร o y LuCHa CoNTRa eL CaMBio CLiMรกTiCo
eCoDiSeÑo 2011
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1. Introducción.
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2. El cambio climático.
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2.1 Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia.
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2.2 Consecuencias del cambio climático.
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2.3 Las emisiones mundiales de CO2.
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3. ¿Qué puede hacer el ecodiseño para prevenir el cambio climático?
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4. La unión europea y el cambio climático.
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4.1. Plan de Acción sobre Consumo y Producción Sostenibles y una
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Política Industrial Sostenible. 4.2. Política de Producto Integrada. 5. El ahorro energético, estrategia contra el cambio climático.
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5.1. Ahorro y Eficiencia Energética.
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5.2. Consumo y abastecimiento energético.
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5.3. Consecuencias del consumo de energía.
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5.4. Herramientas de fomento del ahorro y eficiencia energética.
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6. Direcciones de interés.
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La preocupación por el deterioro del medio ambiente cada vez es mayor, como la exigencia por parte de los consumidores a las empresas que tomen conciencia del factor ambiental y en consecuencia disminuyan su impacto al entorno de manera decidida. No obstante este esfuerzo por parte de las empresas en ir mejorando y compatibilizando sus sistemas productivos y de comercialización a un mundo cada vez más global y “verde” deben ir acompasados a un incremento en la demanda de estos productos.
Indudablemente los desastres ecológicos ocurridos en las últimas décadas han puesto de relieve la necesidad de tomar las medidas urgentes a nivel global y mundial para evitar o, al menos, reducir el deterioro medioambiental.
En la actualidad se pretende seguir una estrategia global común como se ha planteado en las últimas cumbres mundiales sobre medio ambiente para alcanzar un desarrollo sostenible. Así, se han tomado importantes acuerdos sobre el cambio climático, la diversidad biológica y la desertización, y se ha comenzado con el compromiso de la reducción progresiva de las emisiones de gases que generan el efecto invernadero, la creación de infraestructuras que permitan el acceso del agua potable en la mayor parte del mundo, etc. La consecución de un desarrollo sostenible real implica la colaboración y el compromiso de todos los ciudadanos que constituyen los sectores, político y legislativo, económico y social. Por tanto, cada uno de estos grupos desempeñará una función específica en la sociedad y de forma coordinada permitirá lograr una sostenibilidad integrada.
Por ello es conveniente analizar y estudiar la relación entre la economía y el medio ambiente con la aplicación del principio de “desarrollo sostenible” a la actuación de las empresas; así como el introducir el factor ambiental desde el punto de vista del consumidor, en el mismo momento del diseño del producto.
El estado ambiental es preocupante y la realidad es que existen problemas acuciantes y urge el cambiar hábitos y costumbre tanto en el modelo de producción, distribución y consumo. Es evidente y así lo constatan numerosos organismos internacionales, que con el actual modelo de crecimiento se está consiguiendo un deterioro, en ocasiones ya irreversible, al medio ambiente, materializadas en impactos ecológicos tales como: la contaminación del aire y del agua; el efecto invernadero que los gases de dióxido de carbono (fundamentalmente: Dióxido de Carbono: CO2) generan al entrar en contacto con la atmósfera, provocando un progresivo recalentamiento de la tierra; la disminución de la capa de ozono que nos protege de las radiaciones de los rayos ultravioleta, el cambio climático global y la pérdida de la biodiversidad; el abuso y las malas prácticas en los sectores pesquero, ganadero y agrícola; la lluvia ácida; los productos manipulados genéticamente; etc. 8
La principal causa de estos problemas las encontramos en el crecimiento de un consumo desmedido de las sociedades más desarrolladas. A ello se ha de sumar determinadas prácticas de algunos sectores industriales y comerciales, así como la acción de administraciones que permiten dichas prácticas.
En este contexto, surge la necesidad de adoptar las medidas necesarias para frenar dichas amenazas y procurar el desarrollo sostenible. Así, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, con la aparición del Movimiento Conservacionista Americano (1890-1920), se producen los primeros intentos por frenar el deterioro medioambiental a través de la adopción de iniciativas tales como la educación ambiental de los estudiantes para incrementar su concienciación ecológica. Este Movimiento político-social, consciente del carácter interdisciplinar de los
conocimientos sobre gestión medioambiental, trató de aunar los esfuerzos sociales, gubernamentales y empresariales con el objetivo ético de garantizar la supervivencia de las generaciones futuras. No obstante, recién iniciado el siglo XXI, se ha de reconocer que todavía queda mucho camino por recorrer hasta conocer el desenlace de dichos esfuerzos.
Las administraciones juegan un papel muy importante, dinamizador y potenciador para que el mercado de productos ecológicos sea una realidad y no quede en una serie de Reglamentos Europeos y Decretos donde se recomiende a la misma administración la compra de productos ecológicos. Es lo que se llama “Compra Verde”. No se puede olvidar que las diferentes administraciones públicas mueven un 16% de los productos y servicios del mercado europeo. Los cambios en los hábitos de compra de los consumidores y su actitud favorable hacia el medio ambiente incentivan, por un lado, el desarrollo de una normativa medioambiental más estricta que garantice un comportamiento empresarial más sostenible y, por otro lado, que las empresas se involucren más con el medio ambiente mediante la consideración de éste como un factor estratégico más. Aparece, así, una nueva manera de entender la empresa que consistirá en la implicación de ésta con la mejora y la protección medioambiental mediante el control y la reducción de los impactos de su actividad /producto a lo largo del ciclo de vida de éstos y con la comunicación e información ambiental al consumidor. Esta filosofía es la que explica la aparición del marketing ecológico y su propósito de aprovechar las ventajas de la empresa que se compromete con el medio ambiente.
Por otra parte, otra de las herramientas que tiene la Administración, es la fiscalidad. En este sentido, el pasado mes de septiembre, se dio respaldo al informe de la ponencia de estudio de la Comisión Mixta (Congreso-Senado) para el estudio del cambio climático que, entre otras medidas, aboga por una fiscalidad ambiental y reclama que se detalle el coste ecológico de los productos, sobre todo los alimenticios, químicos y turísticos. De acuerdo a las conclusiones y recomendaciones del informe de la Comisión Mixta para el Estudio del Cambio Climático se pide la elaboración de una Ley de Cambio Climático que integre la obligación de acompañar los Presupuestos Generales del Estado con presupuestos de carbono, es decir, reflejar lo que España paga por sus emisiones de más.
Así, se reclama que se incorpore en dicha normativa, la obligación de que al presentar las cuentas anuales, se incluya una estimación de la huella ecológica en el registro mercantil; que se determine el contenido informativo sobre la huella ecológica en dichos productos, y que impulse y coordine la fiscalidad y los incentivos ambientales de las administraciones públicas.
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En este sentido, el estudio aconseja revisar y establecer sistemas de fiscalidad ambiental que permitan interiorizar las externalidades medioambientales en los impuestos existentes sobre el consumo de combustibles fósiles. En particular, recomienda la introducción de una tasa sobre las emisiones de CO2 (Dióxido de carbono) y su afectación al Fondo creado en la Ley de Economía Sostenible.
El informe sugiere también que se avance en la aplicación de incentivos fiscales que primen un uso eficiente y menos contaminante del vehículo privado. Igualmente, propone establecer deducciones fiscales a aquellas empresas que apuesten por el transporte sostenible en el desplazamiento de sus trabajadores hasta el centro laboral. Además, quiere que todas las administraciones públicas calculen con carácter general la huella de carbono en todos sus alcances e incorporen como requisito obligatorio en la contratación pública la valoración de la huella de carbono directa e indirecta de sus proveedores. También, se recomienda la aplicación generalizada del uso de la huella de carbono como indicador de eficiencia en el tejido empresarial. Asimismo, se propone que el Gobierno establezca un objetivo de reducción de las emisiones de CO2 en el sector energético en un 100 por cien en 2050 y hasta el 80 por ciento, de manera doméstica, en base a las emisiones del año 2005 y que adopte el marco pertinente para el cumplimiento de este objetivo, en colaboración con todas las administraciones públicas. Igualmente, cree necesario que el Gobierno apruebe una ley de Ahorro y Eficiencia Energética, en particular en los sectores de transporte y vivienda, facilitando una reducción del consumo energético y, por lo tanto, de la intensidad energética del país, disminuyendo el coste energético en la balanza comercial y la huella ecológica del consumo de España. 10
Por otro lado, considera que habría que intensificar la sustitución de combustibles fósiles como fuente energética en la industria española por otros combustibles, compuestos parcial o totalmente con todo tipo de biomasa, así como orientar las políticas de comercio exterior a la promoción de empresas y servicios que destaquen en la oferta de soluciones para la reducción de emisiones o la adaptación a los efectos del cambio climático. El documento estima preciso redactar una Ley de Energías Renovables y establecer una mayor contribución de las energías maduras, con el objetivo de que puedan financiar de forma interna y equilibrada los incentivos a las tecnologías de energías emergentes que sean más seguras, medioambientalmente aceptables y que permitan mayor independencia de suministro y desarrollo económico nacional. Del mismo modo, sugiere al Ejecutivo que presente un
programa estatal de observación y seguimiento del cambio climático tutelado por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que presente un informe anual de carácter divulgativo que destaque los principales resultados y conclusiones de su labor. También ampara la integración del vehículo eléctrico en el sistema, mediante una gestión inteligente de su recarga, así como una progresiva generalización de las etiquetas energéticas y de carbono, como medio de valorización del esfuerzo realizado ante el cambio climático. En materia de urbanismo y vivienda se propone que se impulse un gran plan de rehabilitación energética de viviendas a nivel de Estado para ahorrar, donde se combinen tecnologías con nuevos materiales y aislantes térmicos.
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El cambio climático es una de las principales amenazas para el desarrollo sostenible, representa uno de los principales retos ambientales con efectos sobre la economía global, la salud y el bienestar social. Sus impactos los sufrirán aún con mayor intensidad las futuras generaciones. Por ello, es necesario actuar desde este momento y reducir las emisiones mientras que a su vez se buscan formas para adaptarse a los impactos del cambio climático. Según el Grupo Intergubernamenal de Expertos de Cambio Climático (IPCC), en la contribución del Grupo de Trabajo I al Cuarto Informe de Evaluación, aprobado en París el 2 febrero 2007, el calentamiento global es inequívoco y se atribuye a la acción del hombre con una certidumbre superior al noventa por ciento. La temperatura global media en la superficie terrestre se ha incrementado en los últimos cien años en 0,74 [0,55 a 0,92]ºC, las proyecciones indican cambios
en la temperatura de la superficie en los últimos diez años del siglo XXI con respecto a los últimos veinte años del siglo XX de un rango de 1,8 a 4,0 ºC, así mismo, la concentración atmosférica de CO2 se ha incrementado en un 35,36% desde la época pre-industrial. España, por su situación geográfica y sus características socioeconómicas, es un país muy vulnerable al cambio climático, como así se viene poniendo de manifiesto en las más recientes evaluaciones e investigaciones. Los graves problemas ambientales que se ven reforzados por efecto del cambio climático son: la disminución de los recursos hídricos y la regresión de la costa, las pérdidas de la biodiversidad biológica y ecosistemas naturales y los aumentos en los procesos de erosión del suelo. Asimismo hay otros efectos del cambio climático que también van a provocar serios impactos en los sectores económicos.
2.1. Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia Como un intento a nivel nacional de responder frente a este reto, se publicó la Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia (EECCEL) que forma parte de la Estrategia Española de Desarrollo Sostenible (EEDS). La EECCEL aborda diferentes medidas que contribuyen al desarrollo sostenible en el ámbito de cambio climático y energía limpia. Por un lado, se presentan una serie de políticas y medidas para mitigar el cambio climático, paliar los efectos adversos del mismo, y hacer posible el cumplimiento de los compromisos asumidos por España, facilitando iniciativas públicas y privadas encaminadas a incrementar los esfuerzos de lucha contra el cambio climático en todas sus vertientes y desde todos los sectores, centrándose en la consecución de los objetivos que permitan el cumplimiento del Protocolo de Kioto. Por otro lado, se plantean medidas para la consecución de consumos energéticos compatibles con el desarrollo sostenible. Estas medidas configurarán una base para la planificación en materia energética de las administraciones públicas y demás entes públicos y privados. 14
Esta Estrategia cuenta como marco de referencia con la “Estrategia Española para el cumplimiento del Protocolo de Kioto” que fue aprobada por el Pleno del Consejo Nacional del Clima el 10 de febrero de 2004. Sin embargo, las previsiones de emisiones al alza hacen necesario contemplar medidas adicionales que contribuyan a la obtención de un escenario para el desarrollo económico, social y medioambiental sostenible. El crecimiento de la población y el desarrollo económico registrados en España en los últimos años son factores críticos en la evolución de las emisiones de GEI y por tanto deben de tenerse muy en cuenta a la hora de tomar decisiones. Esta situación ha generado un aumento de la demanda de energía, con los consecuentes aumentos de las emisiones de GEI, lo que precisa acciones sobre la producción y el consumo energético que apoyen las tres dimensiones del desarrollo sostenible.
Esta estrategia está estructurada en dos capítulos, en el primero se han definido actuaciones para luchar contra el cambio climático y en el segundo para conseguir una energía más limpia. Estas acciones están estrechamente relacionadas, dado que las medidas relacionadas con la energía tienen un impacto directo en la reducción de las emisiones de GEI y por tanto sobre el cambio climático. Cada capítulo incluye una descripción de la situación actual, cúales son los objetivos perseguidos, las medidas propuestas y una selección de indicadores para su adecuado seguimiento. España ante el cumplimiento del Protocolo de Kioto En el año 2004 las emisiones totales de GEI alcanzaron en España las 427,9 Mt de CO2-equivalente. Esta cifra supone casi un 48% de aumento respecto a las emisiones del año base, o lo que es lo mismo, casi 33 puntos porcentuales de exceso sobre el compromiso adquirido en el Protocolo de Kioto. La tendencia que siguen las emisiones totales de GEI en el período 1990-2004 es en buena parte consecuencia de un crecimiento económico rápido y sostenido, y de un aumento de la población en los últimos años. Pero también debe señalarse el insuficiente esfuerzo realizado desde 1990 en España en materia de ahorro y eficiencia energética. En lo que respecta a las emisiones per cápita, el crecimiento económico superior al de la media europea se ha visto compensado parcialmente por el importante incremento de la población. Como consecuencia de ello, y a pesar de haber crecido notablemente, en la actualidad las emisiones per cápita se sitúan en el entorno de la de los Estados Miembros que participaron en el reparto de los objetivos establecidos en el Protocolo de Kioto (UE-15). Así pues, la evolución de las emisiones pone de manifiesto las dificultades que se están encontrando para conjugar la convergencia económica con la Unión Europea y la limitación del crecimiento de las emisiones de GEI. La Estrategia pretende abordar simultáneamente los siguientes objetivos: ▀▀ respetar el compromiso internacional asumido por España con la ratificación del Protocolo de Kioto; ▀▀ preservar la competitividad de la economía española y el empleo; ▀▀ resultar compatible con la estabilidad económica y presupuestaria. ▀▀ garantizar la seguridad del abastecimiento energético.
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El Plan Nacional de Asignación 2008-2012, aprobado por el Real Decreto 1370/2006, el 24 de noviembre, establece la senda de cumplimiento fijada por el Gobierno. La misma se describe gráficamente en la siguiente figura:
Esta senda de cumplimiento tiene novedades respecto a la que se incluyó en el Plan Nacional de asignación 2005-2007. En dicho Plan se establecía un objetivo de estabilización de las emisiones en el trienio alrededor de +40%. Dado el comportamiento de las emisiones hasta la fecha, se ha hecho necesaria su revisión. Según los cálculos de proyecciones de emisiones realizadas aplicando la metodología desarrollada por la Universidad Politécnica de Madrid, el incremento de emisiones promedio en 2008-2012 se situará en +50%.
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No todos los sectores contribuyen por igual a dicho exceso. La proyección del reparto en el inventario nacional entre emisiones imputables a sectores industrial y energético y sectores difusos refleja, para el quinquenio 20082012, una tendencia al crecimiento más acentuada en los sectores difusos, en particular en el transporte y en el residencial. Se prevé que, para los sectores difusos, el crecimiento medio de las emisiones sobre las del año base sea de +65%, mientras que para los sectores industriales y energético el incremento sea de +37%. A la vista de estos datos, el Gobierno ha establecido el objetivo del quinquenio 2008-2012 en conseguir que el crecimiento de las emisiones de los sectores difusos no supere, respecto a las emisiones del año base, el 37% proyectado para los sectores industriales y energéticos. Esto supone 22 puntos porcentuales de diferencia respecto a +15%, de los cuales el 2% debe obtenerse mediante sumideros y el resto (20%) mediante mecanismos de flexibilidad (adquisición de créditos de carbono). A la vista del objetivo establecido, el Gobierno y las restantes Administraciones Públicas deben identificar y poner en marcha medidas adicionales de reducción de emisiones, de fomento de la absorción de carbono por los bosques y otras masas vegetales, de estudio de potenciales almacenamientos geológicos de CO2 y su marco normativo tanto para reducir nuestras emisiones como el volumen de créditos de carbono que será necesario adquirir. El objeto de esta Estrategia
es precisamente proporcionar un marco en el cual puedan desarrollarse las políticas públicas requeridas para tal fin, previendo la participación tanto del Gobierno como de las restantes Administraciones Públicas. Asimismo, dada la envergadura de las necesidades de España en relación a los Mecanismos Flexibles del Protocolo, esta Estrategia aborda las medidas necesarias para asegurar su viabilidad, optimizando al mismo tiempo el potencial de los mismos como instrumento de cooperación, vector de promoción del desarrollo sostenible en los países anfitriones y apoyo a la actividad internacional de las empresas españolas.
2.2. Consecuencias del cambio climático. Las consecuencias de las acciones que hagamos ahora solamente tendrá un impacto limitado sobre el clima de los próximos 40 ó 50 años. Por otra parte, las medidas que se adopten en los próximos 10 ó 20 años influirán profundamente sobre el clima de la segunda mitad del siglo actual y del siguiente. Si bien es cierto que nadie puede predecir con total certeza las consecuencias del cambio climático, sí que se dispone de suficientes conocimientos para percibir los riesgos que supone. Los datos que están a nuestra disposición, conducen a poder afirmar que si ignoramos el cambio climático, se producirán en su día consecuencias negativas para el ser humano y el resto de seres vivos. Primero por que este proceso ya está empezando a sentirse. Por ejemplo, en Europa las regiones montañosas, las zonas costeras, los humedales y la región mediterránea son especialmente vulnerables.
El cambio climático constituye una amenaza contra los elementos básicos de la vida humana en distintas partes del mundo: acceso a suministro de agua, producción de alimentos, salud, uso de las tierras y medio ambiente. 17
Observaciones realizadas desde 1961 muestran que la temperatura media de los océanos del mundo ha aumentado hasta profundidades de, al menos, 3000 m y que el océano está absorbiendo más del 80% del calor añadido al sistema climático. Dicho calentamiento hace que el agua de mar se expanda, lo cual contribuye a elevar el nivel del mar. También, los glaciares de montaña y la cubierta de nieve han disminuido como promedio en ambos hemisferios. Las reducciones generalizadas en los glaciares y en los casquetes de hielo han contribuido a la elevación del nivel del mar (los casquetes de hielo no incluyen las contribuciones ni la de los mantos de hielo de Groenlandia y de la Antártida). Los datos satelitales desde 1978 muestran que la extensión media anual del
hielo marino ártico ha disminuido un 2,7 [2,1 a 3,3]% por decenio, con las mayores disminuciones de 7,4 [5,0 a 9,8]% por decenio durante el verano. El nivel actual de gases invernadero en la atmósfera equivale a unas 430 partes por millón (ppm) de CO2 (1) en comparación con los 280 ppm que se supone que existía con anterioridad de la Revolución Industrial. Estas concentraciones han llevado ya a un calentamiento global del planeta de más de medio grado Celsius y con todo lo realizado por el hombre hasta la fecha, se estima que durante las próximas décadas se elevará otro medio grado más. Aun en el caso de que el ritmo anual de las emisiones no aumentará por encima de su índice actual, el nivel de gases invernadero en la atmósfera alcanzaría el doble de su nivel preindustrial (550 ppm CO2e) para el año 2050, para seguir aumentando, a continuación. Lamentablemente, el ritmo anual de las emisiones se está acelerando, a medida que las economías en rápido crecimiento invierten en infraestructura alta en carbono y la demanda energética y de transporte va incrementándose en todo el mundo, siendo posible que se alcance un nivel de 550ppm CO2e para el 2035. Según la Agencia Europea del medio ambiente (2) para el año 2100, se prevé en Europa un incremento de la temperatura entre 2 y 6,3 ºC respecto a los niveles de 1990 Si continuamos emitiendo la misma cantidad de gases de efecto invernadero que en 1990, la concentración de estos gases podrían triplicarse para finales del siglo actual, con lo que existiría un riesgo casi total que durante las décadas siguientes, se produjera un cambio en la temperatura media mundial superior a 5ºC. No podemos olvidar que la temperatura actual es solamente 5ºC más alta que la existente durante la última glaciación.
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Numerosos informes y estudios, entre los que podemos destacar los realizados por Oxfam, afirman que las repercusiones del cambio climático no se distribuirán equitativamente, siendo los países y las poblaciones más pobres los que sufrirán antes las consecuencias y con mayor intensidad. Esta ONG está trabajando en analizar e intentar mitigar los efectos del cambio climático en los países más pobres, en especial en África, a través de estudios y proyectos concretos. En su informe “Evidencia que duele” (3) pone de manifiesto que los efectos del cambio climático afectan principalmente y de manera más acusada a los más pobres. En dicho informe se recuerda que no podemos obviar que los patrones climáticos tan imprevisibles están causando sequías, inundaciones, hambruna y diversas enfermedades alrededor del mundo.
Las emisiones de GEI en 2007 son un 51,6% más elevadas de las de 1990, valor muy por encima del compromiso de España para cumplir con Kyoto, que es del 155 para el periodo 2008-2012. Según se pone de relieve distintos estudios coordinados por la Oficina Española de Cambio Climático, nuestro país podría ser uno de los más afectados por el (1) Conocido como equivalente de CO2, CO2e (2) EEA Briefing 2005/03. Vulnerabilidad y adaptación al cambio climático. (3) http://www.oxfam.org/es/campaigns/climatechange/about
cambio climático dada su ubicación. Entre las consecuencias de este cambio climático que se espera cabe destacar: una disminución generalizadas de las precipitaciones en toda la península llegándose al 40% en la mitad sur, ascenso del nivel del mar entre 50 cm y un metro e importantes pérdidas en sectores tan importantes como agricultura, turismo, energético y forestal.
2.3. Las emisiones mundiales de CO2 (4) El efecto beneficioso de la crisis financiera sobre las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) ha sido escaso y ha durado apenas 12 meses. Tras el paréntesis del 2009, en el 2010 se volvió a batir el récord de producción con 30,6 gigatoneladas, un 5% superior al 2008, según las estimaciones presentadas ayer por la Agencia Internacional de la Energía (AIE). China y la India son las grandes responsables del cambio de tendencia. La AIE, organismo autónomo creado por la OCDE, recuerda que, si se quiere evitar que la temperatura media mundial aumente dos grados con respecto a los niveles preindustriales, considerado el umbral que separa lo asumible de lo catastrófico, “la concentración en la atmósfera de CO2 y otros gases de efecto invernadero no debería superar las 450 partes por millón ppm”. Y para que ello sea posible, prosigue la AIE, durante los próximos 10 años no se debería superar el registro anual de 32 gigatoneladas; es decir, el margen de maniobra es escaso. La concentración de CO2 y gases equivalentes (metano, CFC, NO2 y HF6) se situó en 430 ppm en el 2010. En el caso del CO2, que representa el 75% del efecto invernadero de origen antrópico, ha pasado de 310 ppm en 1950 a unos 390 en el 2011. La AIE advierte de que un 80% de las emisiones procedentes de la producción eléctrica que se esperan para el 2020 ya están comprometidas, a la vista de las centrales que ya están en funcionamiento y las que se están construyendo. En el 2010, un 44% del CO2 industrial procedió de la combustión del car- bón, el 36% del petróleo y el 20% del gas natural. Pese al descenso en las emisiones del 2009, la fuerte recuperación de China, la India y otras potencias emergentes han vuelto a tirar del carro, asume la AIE. Así, los países industrializados de la OCDE siguen representando un 40% del CO2 generado en el mundo, pero solo contribuyeron en un 25% al incremento constatado en el 2010. No obstante, en términos relativos, cada ciudadano de la OCDE genera unas 10 toneladas de CO2 anuales y en EEUU se rozan incluso las 20. Mientras, el nivel en China es de 5,8 toneladas per cápita, en Brasil e Indonesia se sitúa en 2 y en la India no se rebasan 1,5 toneladas. Richard Stern (5), en declaraciones al diario británico The Guardian, considera que, de continuar la tendencia hay un 50% de posibilidades, de un aumento en las temperaturas mundiales de más de cuatro grados para el 2100. “Un calentamiento así puede interrumpir la vida y los medios de vida de cientos de millones de personas en todo el planeta, llevando a una migración masiva y al conflicto”.
(4) Fuente: El Periodico 2011 (5) Sir Richard Stern, prestigioso profesor de la London School of Economics, autor del famoso Informe Stern, elaborado para el Gobierno Británico. Es un informe sobre el impacto del cambio climático y el calentamiento global sobre la economía mundial. Fue publicado el 30 de octubre de 2006.
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¿Qué PueDe HaCeR eL eCoDiSeÑo PaRa PReVeNiR eL CaMBio CLiMáTiCo?
La sociedad se va acercando peligrosamente hacia una situación de agotamiento de los recursos naturales y, lo que es más grave aún, hacia un cambio climático que pone en peligro muchas especies de seres vivos e incluso puede arrastrarnos a procesos ambientales irreversibles. Por ello, debemos impulsar y fomentar el uso de herramientas de carácter preventivo, como lo es el ecodiseño. En este sentido, el ecodiseño debe, pues: ▀▀ Integrar los aspectos ambientales al producto desde las primeras etapas del diseño. ▀▀ Considerar los aspectos ambientales junto con otros requerimientos del producto. ▀▀ Tratar el impacto global del producto a través de todo su ciclo de vida.
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El ecodiseño, es la Integración de los aspectos medioambientales en el diseño del producto con el fin de mejorar su comportamiento medioambiental a lo largo de todo su ciclo de vida.
El ecodiseño toma en consideración el conjunto de requerimientos e impactos ambientales para cada una de las etapas de su ciclo de vida. Son muchos los organismos internacionales, Universidades y Centros tecnológicos que están advirtiendo a los gobiernos nacionales que el modelo de producción y consumo son insostenibles y que deben ser reorientados con el fin de reducir el impacto ambiental de productos y servicios. Nuevos retos se plantean a la humanidad en este Siglo XXI, entre estos cabe destacar: la explosión demográfica y su concentración en megaurbes, el tipo de crecimiento económico (uso creciente e ilimitado de recursos naturales); la energía basada en combustibles fósiles y que producen gases de efecto invernadero (cambio climático), hacer más equitativo el reparto de la riqueza y del trabajo. En lo referente a la producción de bienes y servicios, así como del consumo, el ecodiseño, constituye un paso importante en la reorientación, ya que toma en consideración los posibles impactos ambientales en el origen y no en la gestión de residuos e impactos en las etapas finales. Por ello, poner en práctica el ecodiseño, es diferenciar el producto por el hecho de incorporar e integrar criterios específicos medioambientales al resto de variables utilizadas en los estudios de valoración del comportamiento del producto y su proceso a lo largo de su ciclo de vida (producción, distribución, utilización, reciclaje y tratamiento final).
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Ejemplos de criterios pueden ser el ahorro de energía, agua y de recursos en general, la minimización de residuos y emisiones externas o el uso de combustibles procedentes de fuentes renovables que generan emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Entre los resultados del ecodiseño aplicado la concepción de un producto se encuentra la reducción de la variedad de materiales que lo componen para facilitar su separación y clasificación final de su uso, el incremento del empleo de materiales reciclables o la maximización de componentes provenientes a su vez de canales de recuperación. Entre las estrategias de ecodiseño (reducción del consumo de energía) que previenen de una manera más efectiva el cambio climático, están aquellos productos desarrollados mediante el análisis y toma en consideración del consumo de energía durante todo el ciclo de vida del producto, incluyendo, su desensamblado, recuperación y llegado el caso, su destrucción. En esta línea estratégica de actuación, se basa la Directiva sobre diseño ecológico , la cual establece normas para la definición de requisitos de diseño ecológico de los productos que consumen energía con el fin de garantizar su libre circulación en el mercado interior, desde la perspectiva del ciclo de vida. Aunque no introduce directamente requisitos vinculantes para productos específicos, la
Directiva permite a la Comisión, asistida por un Comité, establecer medidas de aplicación sobre productos específicos y sus características medioambientales (como el consumo de energía, la producción de residuos, el consumo de agua o la prolongación de la vida útil) tras realizar una evaluación de impacto y consultar a las partes interesadas. En la actualidad, la Directiva sobre diseño ecológico (Directiva 2009/125/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de octubre de 2009, por la que se instaura un marco para el establecimiento de requisitos de diseño ecológico aplicables a los productos relacionados con la energía), se ha transpuesto este año 2011 en el Real Decreto 187/2011, de 18 de febrero, relativo al establecimiento de requisitos de diseño ecológico aplicables a los productos relacionados con la energía. Mediante esta última disposición aplicada a los productos relacionados con la energía se incluyen además de los productos que utilizan energía, que constituían el ámbito cerrado de la Directiva 2005/32/CE, otros muchos productos relacionados con la energía que tienen un importante potencial de mejora para reducir las consecuencias medioambientales, como ventanas y materiales aislantes utilizados en la construcción o algunos productos que utilizan el agua, tales como las alcachofas de duchas o los grifos, que mediante un mejor diseño ecológico también pueden contribuir a un ahorro energético importante durante su utilización. El Objeto y ámbito de aplicación, del R.D. 187/2011, es el establecimiento de los requisitos de diseño ecológico aplicables a los productos relacionados con la energía, con el fin de contribuir al desarrollo sostenible y a la protección del medio ambiente, a través del incremento de la eficiencia energética, disminución de la contaminación e incremento de la seguridad del abastecimiento energético. Por ello lo dispuesto en el presente real decreto se aplicará a los productos relacionados con la energía sobre los que resulten aplicables medidas de ejecución para poder ser introducidos en el mercado o puestos en servicio. Se ha de considerar que este R.D. no se aplicará a los medios de transporte de personas o mercancías y será de aplicación sin perjuicio de la legislación comunitaria aplicable en materia de gestión de residuos y de productos químicos, incluida la legislación comunitaria sobre gases fluorados de efecto invernadero. En este R.D. hay una serie de definiciones interesantes que conviene tener en consideración: ▀▀ «perfil ecológico»: una descripción de acuerdo con la medida de ejecución aplicable al producto, de las entradas y salidas, tales como materiales, emisiones y residuos, asociadas al producto a lo largo de su ciclo de vida, que sean significativas desde el punto de vista de su impacto medioambiental y se expresen en cantidades físicas que puedan medirse; ▀▀ «comportamiento medioambiental de un producto «: los resultados de la gestión por el fabricante de los aspectos medioambientales del producto, tal como se reflejan en su documentación técnica;
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▀▀ «mejora del comportamiento medioambiental»: la mejora del comportamiento medioambiental de un producto, en generaciones sucesivas, aunque no necesariamente respetando todos los aspectos medioambientales del producto simultáneamente; ▀▀ «diseño ecológico»: integración de los aspectos medioambientales en el diseño del producto con el fin de mejorar su comportamiento medioambiental a lo largo de todo su ciclo de vida; ▀▀ «requisito de diseño ecológico»: todo requisito en relación con un producto, o con el diseño de un producto, destinado a mejorar su comportamiento medioambiental o para el suministro de información sobre los aspectos medioambientales de un producto; ▀▀ «requisito genérico de diseño ecológico»: todo requisito de diseño ecológico basado en el perfil ecológico en su conjunto de un producto sin establecer valores límite para determinados aspectos medioambientales; ▀▀ «requisito específico de diseño ecológico»: un requisito de diseño ecológico cuantificado y mensurable en relación con un aspecto medioambiental concreto de un producto, como el consumo de energía durante el uso, calculado para el rendimiento de una unidad de producción determinada En el artículo 14 del R.D. se cita un aspecto muy interesante sobre información al consumidor. Los fabricantes garantizarán, en la forma que consideren apropiada, que se facilita a los consumidores de productos toda la información necesaria, redactada en castellano (pudiendo incorporar además otros textos idénticos en otras lenguas oficiales de España), referida a: 1. la información necesaria sobre la función que pueden desempeñar en la utilización sostenible del producto; 2. el perfil ecológico del producto y las ventajas del diseño ecológico (cuando las medidas de ejecución así lo requieran). 24
En el Anexo 1 del R.D. 187/2011, se expone el Método para establecer requisitos genéricos de diseño ecológico y en concreto se indica que las empresas fabricantes deben determinar los aspectos medioambientales significativos con referencia a las siguientes fases del ciclo de vida del producto, en la medida en que guarden relación con el diseño del mismo: 1. selección y uso de materias primas; 2. fabricación; 3. envasado, transporte y distribución; 4. instalación y mantenimiento;
5. utilización; 6. fin de vida útil, entendiéndose por ello el estado de un producto que ha llegado al término de su primera utilización, hasta la eliminación final. Y que en cada fase deben evaluarse, en su caso, los siguientes aspectos medioambientales: 1. consumo previsto de materiales, de energía y de otros recursos, como agua dulce; 2. emisiones previstas a la atmósfera, al agua o al suelo; 3. contaminación prevista mediante efectos físicos como el ruido, la vibración, la radiación, los campos electromagnéticos; 4. generación prevista de residuos; y 5. posibilidades de reutilización, reciclado y valorización de materiales y/o de energía, teniendo en cuenta la Directiva 2002/96/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 27 de enero, sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, transpuesta mediante Real Decreto 208/2005, de 25 de febrero, sobre aparatos eléctricos y electrónicos y la gestión de sus residuos. En definitiva, el diseñador de estos productos deberá contemplar todos estos aspectos con el fin de diseñar un producto acorde a esta nueva legislación y para evaluar el potencial de mejora de los aspectos, analizará: 1. a) peso y volumen del producto; 2. b) utilización de materiales procedentes de actividades de reciclado; 3. c) consumo de energía, agua y otros recursos a lo largo del ciclo de vida; 4. d) utilización de sustancias clasificadas como peligrosas para la salud o el medio ambiente(6)
(6) De conformidad con la Directiva 67/548/CEE del Consejo, de 27 de junio de 1967, relativa a la aproximación de las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas en materia de clasificación, embalaje y etiquetado de las sustancias peligrosas y teniendo en cuenta la legislación relativa a la comercialización y el uso de determinadas sustancias, como las Directivas 76/769/CEE, del Consejo, de 27 de julio, relativa a la aproximación de las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas de los Estados miembros que limitan la comercialización y el uso de determinadas sustancias y preparados peligrosos, y la Directiva 2002/95/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de enero, sobre restricciones a la utilización de determinadas sustancias peligrosas en aparato eléctricos y electrónicos.
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5. cantidad y naturaleza de consumibles necesarios para un mantenimiento y utilización adecuados; 6. facilidad de reutilización y reciclado, expresada mediante: número de materiales y componentes utilizados, utilización de componentes estándar, tiempo necesario para el desmontado, complejidad de las herramientas necesarias para el desmontado, utilización de normas de codificación de materiales y componentes, con el fin de determinar los componentes y materiales adecuados para la reutilización y el reciclado (incluido el marcado de partes plásticas de conformidad con las normas ISO), utilización de materiales fácilmente reciclables, facilidad de acceso a componentes y materiales valiosos y reciclables, facilidad de acceso a componentes y materiales que contengan sustancias peligrosas; 7. incorporación de componentes usados; 8. no utilización de soluciones técnicas perjudiciales para la reutilización y el reciclado de componentes y aparatos completos; 9. extensión de la vida útil expresada a través de: vida útil mínima garantizada, plazo mínimo de disponibilidad de piezas de repuesto, modularidad, posibilidad de ampliación o mejora, posibilidad de reparación; 10. cantidad de residuos generados y cantidad de residuos peligrosos generados; 11. emisiones a la atmósfera (gases de efecto invernadero, agentes acidificantes, compuestos orgánicos volátiles, sustancias que agotan la capa de ozono, contaminantes orgánicos persistentes, metales pesados, partículas finas y partículas suspendidas), 12. emisiones al agua (metales pesados, sustancias con efectos nocivos en el equilibrio de oxígeno, contaminantes orgánicos persistentes);
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13. emisiones al suelo (especialmente vertidos y pérdidas de sustancias peligrosas durante la fase de utilización del producto, y el potencial de lixiviación al eliminarse como residuo).
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La uNióN euRoPea Y eL CaMBio CLiMáTiCo.
4.1. Plan de Acción sobre Consumo y Producción Sostenibles y una Política Industrial Sostenible(7). La Unión Europea ha adoptado importantes iniciativas para lograr sus objetivos de crecimiento y empleo. La Estrategia de Lisboa ha dado resultados significativos(8). Aún reconociendo que deben mejorarse diversos aspectos en lo relativo a la producción y el consumo. El objetivo es ahora integrar la sostenibilidad en esta evolución. El desarrollo sostenible consiste en una mejora continua de la calidad de vida y del bienestar de las generaciones presentes y futuras(9). Constituye un objetivo clave de la Unión Europea. Sin embargo, los cambios cada vez más rápidos que se producen a escala mundial, desde el derretimiento de los casquetes polares hasta el aumento de la demanda de energía y de recursos, dificultan la consecución de ese objetivo. (7) COM(2008) 397 final (8) Propuesta relativa al Programa Comunitario de Lisboa 2008-2010 [COM(2007) 804]. (9) Estrategia revisada de la UE para un Desarrollo Sostenible, Consejo de la Unión Europea, 10917/06.
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Estos retos están directamente ligados a nuestro modo de vida. Nuestro modo de producción y de consumo contribuye al calentamiento terrestre, a la contaminación, al uso de materiales y al agotamiento de los recursos naturales(10). El consumo en la UE tiene repercusiones a nivel mundial, puesto que la UE depende de las importaciones de energía y de recursos naturales. Además, una proporción cada vez mayor de productos consumidos en Europa se produce en otras partes del mundo. Urge más que nunca la adopción de modelos de consumo y de producción más sostenibles. Es posible conseguir muchas mejoras para la industria y los hogares europeos, y obtener beneficios netos. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, puede reducirse en un 30 % la energía utilizada en edificios y generar beneficios económicos netos desde ahora hasta el 2030. La presión mundial para aumentar la eficiencia de los recursos y los esfuerzos por mejorar la sostenibilidad podrían convertirse en una fecunda fuente de innovación y un importante factor de competitividad industrial. El Plan de Acción sobre Consumo y Producción Sostenibles y una Política Industrial Sostenible expone la estrategia de apoyo de la Comisión a un planteamiento integrado en la UE, y a escala internacional, para fomentar el consumo y la producción sostenibles y promover una política industrial sostenible. Esta estrategia complementa las políticas existentes en materia de consumo energético, en particular el paquete sobre energía y cambio climático adoptado por la Comisión en enero de 2008. La base del Plan de Acción consiste en un marco dinámico destinado a mejorar las características energéticas y medioambientales de los productos y potenciar su utilización por parte de los consumidores. Entre otras cosas, es preciso establecer normas ambiciosas en todo el mercado interior que garanticen la mejora de los productos (en consecuencia afectará al mismo diseño de los productos) mediante un planteamiento sistemático sobre los incentivos y las compras e incrementar la información destinada a los consumidores mediante un marco sobre etiquetado más coherente y simplificado, para que la demanda contribuya a la aplicación de esa política. El planteamiento se aplicará a los productos con posibilidades significativas de reducir el impacto medioambiental. 30
Se pretende crear un círculo virtuoso: mejorar las características medioambientales generales de los productos durante todo su ciclo de vida, promoviendo y estimulando la demanda de mejores productos y tecnologías de producción y ayudando a los consumidores a elegir mejor gracias a un etiquetado más coherente y simplificado. Las medidas destinadas a lograr una producción más ajustada y a tratar los aspectos internacionales contribuirán a reforzarlo y a ampliarlo.
(10) Estudio EIPRO (Environmental Impact of PROducts; Impacto medioambiental de los Productos), Centro Común de Investigación - Instituto de Prospectiva Tecnológica (IPTS); estudio NAMEA (National Accounting Matrix with Environmental Accounts - Matriz de Contabilidad Nacional y Cuentas Ambientales), Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Estos estudios muestran que en la UE los sectores de consumo de los alimentos y las bebidas, la vivienda (con inclusión de la calefacción, el agua y los electrodomésticos) y los viajes son responsables de entre un 70 y un 80 % de todo el impacto medioambiental.
4.1.1. Directiva de Diseño ecológico. La Unión Europea ha adoptado un conjunto de políticas para mejorar las características energéticas y medioambientales de los productos. La Directiva sobre diseño ecológico(11) crea un marco para establecer los requisitos de comercialización de los productos que consumen energía. Otros actos legislativos abordan aspectos específicos del ciclo de vida de los productos, por ejemplo, de los residuos. Los sistemas de etiquetado establecidos por la Directiva sobre etiquetado energético(12), el Reglamento Energy Star(13), el Reglamento sobre la etiqueta ecológica(14) y otros sistemas desarrollados por los Estados miembros, los minoristas y otros agentes económicos ofrecen a los consumidores información sobre las características energéticas y medioambientales de los productos. Los incentivos y la contratación pública están siendo utilizados por los Estados miembros para estimular un mejor rendimiento de los productos. El Reglamento Energy Star obliga también a las instituciones de la UE y a las autoridades de los Estados miembros a adquirir equipos de oficina que cumplan niveles específicos de eficiencia energética. Sin embargo, estas políticas tienen varias lagunas que merman su potencial. La mayor parte de la legislación sobre los productos aborda únicamente aspectos específicos del ciclo de vida de un producto. Aunque la Directiva sobre diseño ecológico adopta una perspectiva basada en el ciclo de vida, el impacto medioambiental de los productos que consumen energía sujetos a la Directiva solo representa el 31-36 % del impacto medioambiental de los productos(15). La información facilitada a los consumidores en el marco de la política de la UE se ha centrado en la eficiencia energética de los electrodomésticos y los equipos ofimáticos de acuerdo con la Directiva sobre etiquetado energético y el Programa Energy Star, o abarca un número limitado de productos (de acuerdo con la Etiqueta Ecológica). Por último, las acciones no están coordinadas a nivel nacional. En general, los instrumentos voluntarios y reguladores no están suficientemente interconectados ni se aprovechan las posibles sinergias entre los distintos instrumentos. La aplicación no es suficientemente dinámica y prospectiva para mejorar las cualidades medioambientales de los productos. La existencia de planteamientos nacionales y regionales divergentes envía mensajes contradictorios a los productores que impiden aprovechar plenamente el potencial del mercado interior, así como la falta de Información ambiental contrastada y no interesada.
(11) Directiva 2005/32/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, por la que se instaura un marco para el establecimiento de requisitos de diseño ecológico aplicables a los productos que utilizan energía (DO L 101 de 22.7.2005, p. 29). (12) Directiva 92/75/CEE, de 22 de septiembre de 1992, relativa a la indicación del consumo de energía y de otros recursos de los aparatos domésticos, por medio del etiquetado y de una información uniforme sobre los productos (DO L 297 de 13.10.1992, p. 16). (13) Reglamento (CE) nº 106/2008 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 15 de enero de 2008, relativo a un programa comunitario de etiquetado de la eficiencia energética para los equipos ofimáticos (DO L 39 de 13.2.2008, p. 1). (14) Reglamento (CE) nº 1980/2000 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 17 de julio de 2000, relativo a un sistema comunitario revisado de concesión de etiqueta ecológica (DO L 237 de 20.9.2000, p. 1). (15) Véase el documento de trabajo SEC(2008) 2110: Evaluación de impacto de la Directiva refundida 2005/32/CE, cuadro 3.
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El nuevo planteamiento político pretende integrar el potencial de los distintos instrumentos de esta política y los aplica de manera dinámica. Dicho planteamiento comprende las acciones siguientes, desde la Comisión Europea: Se ampliará el ámbito de aplicación de la Directiva sobre diseño ecológico de los productos que consumen energía para que incluya todos los productos relacionados con la energía. Se establecerán requisitos mínimos para los productos que tengan un impacto significativo en el medio ambiente, centrándose en aspectos medioambientales clave. Asimismo, se establecerán avanzados patrones comparativos sobre características medioambientales para informar a los mercados acerca de los productos más ecológicos. Se revisarán periódicamente los requisitos mínimos y los patrones comparativos avanzados para adaptarlos al cambio tecnológico y ofrecer a las empresas una perspectiva a largo plazo del futuro marco regulador. Se seguirá desarrollando el etiquetado de los productos con arreglo a la Directiva sobre etiquetado energético y el Reglamento sobre la etiqueta ecológica y, tras una revisión de la Directiva sobre diseño ecológico en 2012, se complementará según proceda con una Directiva sobre etiquetado del diseño ecológico para ofrecer a los consumidores información sobre la energía y/o el comportamiento medioambiental de los productos. Se hará uso de la eficiencia energética y los criterios medioambientales previstos en estos sistemas para establecer una base armonizada aplicable a la contratación pública y los incentivos que ofrecen la UE y sus Estados miembros. Se superará así la actual fragmentación de los estímulos e incentivos en el mercado interior. Se emprenderán también otras acciones para lograr un consumo más inteligente. En particular, se aplicarán medidas con los minoristas y los productores para mejorar el nivel ecológico de sus propias actividades y cadenas de abastecimiento y concienciar a los consumidores en general y potenciar su papel proactivo.
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Con esta política se pretende acometer muchos retos medioambientales. La aplicación de este planteamiento a productos con un impacto medioambiental significativo podría generar sustanciales beneficios medioambientales y económicos. Por ejemplo, las acciones propuestas aumentarían los actuales índices de restauración de viviendas con ventanas más eficientes y un mejor aislamiento, lo que permitiría a los hogares reducir el consumo de energía, las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero y ahorrar calefacción.
4.2. Política de Producto Integrada En el documento Libro Verde sobre Política de Producto Integrada, de 7 de febrero de 2001, se propone en su anexo 3 una serie de instrumentos y acciones enfocadas hacia el mercado, con el fin de potenciar el mercado de productos ecológicos y que la oferta de productos ecológicos pueda ser una realidad, es decir, rentable para la empresa oferente.
INSTRUMENTO Instrumentos económicos
ACCIÓN PROPUESTA • Determinar los elementos de precio que dificultan un mayor grado de aceptación de los productos más ecológicos en el mercado • Investigar opciones para la tributación diferenciada (por ejemplo, tipo de IVA reducido para productos con etiqueta ecológica dentro de la Nueva Estrategia del IVA) etc.
Responsabilidad del fabricante
• Extender el concepto a otros ámbitos de la legislación comunitaria • Estimular iniciativas de los Estados miembros
Etiquetas ecológicas
• Extenderlas a más productos • Más financiación pública para comercialización y tasas • Revisar la estrategia de etiquetado ecológico comunitario • Utilizar criterios de etiquetado ecológico para otras aplicaciones (por ejemplo: compras, evaluación comparativa, ecofondos, indicadores, requisitos esenciales)
Declaraciones medioambientales
• Preparar el control del uso de las declaraciones medioambientales de los propios fabricantes • Establecer un marco para apoyar las declaraciones conforme al tipo III de ISO
Contratos públicos
• Adoptar una Comunicación interpretativa sobre contratos públicos y medio ambiente • Elaborar un manual de contratación pública ecológica • Coordinar y facilitar el intercambio de información sobre la contratación pública ecológica • Lograr que la propia contratación pública de la Comisión sea ecológica
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Información sobre el producto
• Relacionar la información existente sobre los impactos durante el ciclo de vida de los productos • Respaldar el desarrollo y la divulgación de instrumentos fácilmente aplicables para evaluar los impactos durante el ciclo de vida de los productos (en particular para las PYME) y mejorar el flujo de información a lo largo de la cadena del producto • Celebrar seminarios sobre las formas más eficientes de conseguir estos objetivos • Investigar los posibles programas para obligar/ animar a los fabricantes a facilitar información básica sobre las características ecológicas de los productos
Directrices de
• Promover la elaboración, divulgación y aplicación de estas directrices
diseño ecológico Normas
• Apoyar el desarrollo de normas sobre el diseño ecológico • Encontrar formas y medios en cooperación con todos los sectores interesados para conseguir que la “calidad medioambiental” se asocie sistemáticamente a todas las normas europeas
Nuevo Enfoque
• Examinar el potencial legislativo del Nuevo Enfoque para promover el diseño de productos más ecológicos • Asegurar un uso óptimo del Nuevo enfoque en la legislación, como la próxima Directiva de aparatos eléctricos y electrónicos
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Paneles de
• Desarrollar el marco de los paneles de productos
productos Instrumentos de apoyo
• Establecer la relación con el SGAM • Asegurar que la innovación de productos ecológicos sea una parte fundamental de los programas comunitarios de Investigación y Desarrollo • Investigar el potencial de la rendición de cuentas medioambiental • Centrar la atención del programa LIFE en la elaboración de productos ecológicos
Según indica el Libro Verde la PPI, para la industria y el comercio minorista, la Política de Productos Integrada ofrece la oportunidad de utilizar su experiencia para promover un enfoque empresarial de mercados más ecológicos sobre la base de la innovación y el crecimiento económico. Esta PPI es la base en la que se ha producido una serie de legislaciones europeas relacionadas con el ecodiseño.
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5
el aHoRRo eNeRGéTiCo, eSTRaTeGia CoNTRa eL CaMBio CLiMáTiCo.
5.1. Ahorro y Eficiencia Energética. La Eficiencia Energética se puede definir como la reducción del consumo de energía manteniendo los mismos servicios energéticos, sin disminuir nuestro confort y calidad de vida, protegiendo el medio ambiente, asegurando el abastecimiento y fomentando un comportamiento sostenible en su uso. Los ciudadanos y empresas pueden empezar a poner en práctica el ahorro energético en los hogares y lugares de trabajo, tanto por el uso de equipos más eficientes energéticamente, como por la aplicación de prácticas más responsables con los equipos que la consumen. Por ejemplo, la adquisición de productos que consuman menos energía conlleva una reducción de la emisión de dióxido de carbono disminuyendo el efecto negativo de esta molécula (efecto invernadero). Por ello la estrategia de diseñar productos con menor consumo de energía tiene una incidencia directa en la prevención del cambio climático.
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Las empresas deben esforzarse en reducir el consumo de energía por unidad de producto producido o de servicio prestado, de esta manera se aumentará la eficiencia energética. En definitiva, tanto la tecnología disponible, como los hábitos responsables, hacen posible un menor consumo de energía, mejorando la competitividad de las empresas y la calidad de vida personal.
El consumo de cada persona en su vida diaria ligada a los edificios que en un día pasamos el día (propia residencia y el lugar de trabajo, así como de otros edificios, como los que prestan servicios docentes, sanitarios, culturales, etc), supone en España el 20% del consumo de energía final, un porcentaje que tiende, además, a incrementarse. Este consumo se realiza para atender distintas necesidades: calefacción, refrigeración, disponibilidad de agua caliente sanitaria, ventilación, iluminación, cocción, lavado, conservación de los alimentos, ofimática, etc.,
5.2. Consumo y abastecimiento energético. La energía mueve la sociedad. Sin la energía no tendríamos calefacción en invierno, refrigeración para conservar los alimentos, luz en nuestras casas, ciudades y empresas, los vehículos y otros medios de transporte de mercancías y pasajeros quedarían parados, en definitiva, nuestra calidad de vida se vería reducida a niveles inaceptables, por eso los gobiernos se preocupan de dar soluciones a la demanda de la energía de la sociedad de manera continua, a un precio asumible y con el menor impacto ambiental posible.
% consumo en un hogar español.
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4%
6%
45%
12%
Refrigeración Iluminación Cocina y horno
14% 19%
Ag. Caliente sanitaria Electrodomésticos Calefacción
Conforme una sociedad se desarrolla, el consumo de energía crece, pero no es menos cierto que éste debe realizarse de una manera responsable, es decir, evitando al máximo el impacto al medio ambiente de la energía producida, transportada y consumida. Las Fuentes de Energía son los elementos que la naturaleza suministra y el hombre utiliza para obtener energía. Estas pueden ser: ▀▀ Renovables ▀▀ No renovables. Las energías renovables, son recursos limpios e inagotables que nos proporciona la naturaleza (agua, sol, viento, biomasa, etc), tienen un impacto prácticamente nulo y siempre reversible. Las energías renovables, además, por su carácter autóctono contribuyen a disminuir la dependencia de nuestro país de los suministros externos, aminoran el riesgo de un abastecimiento poco diversificado y favorecen el desarrollo tecnológico y la creación de empleo. Energías Renovables: Solar
Hidráulica
Eólica
Maremotriz y olas
Biomasa
Geotérmica.
Las energías no renovables, son aquellas cuyas reservas son limitadas y a medida que se consumen no se pueden reponer, como por ejemplo (petróleo, carbón, gas, etc).
5.3. Consecuencias del consumo de energía. Asimismo el sector energético comprendiendo la extracción, producción, transporte y uso de la energía, es la fuente más importante de gases de efecto invernadero. Los principales gases de efecto invernadero producidos por el sector energético son el dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4) procedentes de la quema de combustibles fósiles, carbón (en disminución) y gas. A nivel internacional, y con el fin de controlar y reducir el efecto de los gases de efecto invernadero, se creo la Convención Marco de las Naciones sobre el Cambio Climático (UNFCCC) cuyo objetivo fundamental es la estabilización de las concentraciones de los gases de efecto invernado a un nivel que no implique una interferencia peligrosa con el sistema climático, y que permita un desarrollo sostenible. Como las actividades relacionadas con la energía (procesado, transformación, consumo...) representan el 80% de las emisiones de CO2 a escala mundial y la energía es clave en el cambio climático. Dentro de
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la Convención Marco de las Naciones sobre el Cambio Climático se ha firmado el Protocolo de Kioto en el que se establecen una limitaciones a las emisiones de los gases, o familias de gases, de efecto invernadero (CO2, CH4, N2O, PFC´s, HCFC´s y SF6). El Protocolo de Kyoto, auspiciado por la ONU en su convenio sobre cambio climático, y firmado en 2002 por la Unión Europea, tiene como objetivo que los países reduzcan sus emisiones por debajo del volumen de 1990 un 5,1 %. En el caso de la Unión Europea el objetivo en conjunto de ésta es la reducción de un 8% de para el período 2008-2012 con respecto a las emisiones de 1990.
5.4. Herramientas de fomento del ahorro y eficiencia energética: 5.4.1. Certificación energética. Casi el 30 % del consumo de energía primaria es debido a los edificios, y por ello las normativas europeas han intentado incidir sobre el consumo energético de las construcciones, en este caso creando una herramienta similar a la ya empleada en el caso de los electrodomésticos. El decreto obliga a clasificar las nuevas construcciones con una etiqueta que informe a los compradores del grado de eficiencia del edificio. Se trata de que cada edificio disponga de una etiqueta con su calificación energética (de la A, que correspondería a los edificios más eficientes, a la G, los edificios menos eficientes) y en la que se incluya su consumo estimado de energía y las emisiones de CO2 asociadas.
El objetivo de la certificación de edificios es incentivar a los promotores a construir edificios más eficientes y animar a la rehabilitación de edificios para que consuman menos energía.
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En resumen, la certificación energética quiere ser una evaluación cuantitativa y objetiva del comportamiento energético del edificio, que debe ser presentada de forma comprensible al usuario. El certificado de eficiencia energética se debe incluir en el libro del edificio y tiene una vigencia de 10 años, tras los cuales el edificio se debería volver a calificar para que la etiqueta que muestre sea adecuada a la realidad del edificio. La emisión y registro de certificados y los procedimientos de verificación y control son competencia de las comunidades autónomas y todavía están por definir, aunque ya se puede prever la inmensa dificultad que supondrá realizar el seguimiento. Esta etiqueta está normalizada y es estéticamente similar a la que ya se aplica a los aparatos electrodomésticos, con un código de letras (A para edificios más eficientes, G para edificios menos eficientes) y colores (verde más eficiente, rojo menos). También como en el caso de los electrodomésticos, las diferencias entre clases de eficiencia energética serían importantes. Por ejemplo, en la aplicación
de la calificación sobre un proyecto de dos viviendas unifamiliares situadas en Madrid, se estimó que la calificada como clase de eficiencia A emitiría 4 veces menos CO2 que la calificada como E.
Otras informaciones que aparecen en la etiqueta son la localidad y zona climática en la que se encuentra el edificio, el uso que tiene (residencial, comercial…) y el valor numérico del consumo de energía primaria estimado del edificio, expresado en kWh/año, las emisiones correspondientes de dióxido de carbono (kg CO2 /año), así como los mismos datos por m2 de superficie.
5.4.2. Iluminación eficiente. El Código Técnico de la Edificación (CTE) establece como exigencia básica que los edificios, tanto los nuevos como los que se reformen, dispongan de instalaciones de iluminación adecuadas a las necesidades de sus usuarios y a la vez eficaces energéticamente. Para ello la eficiencia energética del sistema de iluminación no deberá superar un valor límite y deberá contar también con un sistema de control que permita ajustar el encendido a la ocupación real de la zona, así como un sistema de regulación que optimice el aprovechamiento de la luz natural. Dicho Código Técnico de la Edificación hace obligatorio el aprovechamiento de la luz natural, mediante la instalación y utilización de sistemas de control y regulación, en aquellas zonas en las que la aportación de luz natural así lo permita. Por esta razón, lo que antes era exclusivamente una elección del proyectista es ahora obligación normativa. En definitiva, el CTE tiene como objetivo fundamental en lo referente a la iluminación, establecer un compromiso decidido con la finalidad de: Cumplir con las recomendaciones de calidad y confort visual. Crear ambientes agradables y confortables para los usuarios de las instalaciones públicas. Racionalizar el uso de la energía con instalaciones de mayor eficiencia energética.
5.4.3. Aislamiento en la edificación. El aislamiento térmico es un aspecto fundamental en los edificios con el fin de optimizar y ahorrar energía. En este sentido, los edificios han de disponer de una envolvente de características tales que limite adecuadamente la demanda energética necesaria para alcanzar el bienestar térmico en función del clima de la localidad, del uso del edificio y del régimen de verano y de invierno, así como de sus características de aislamiento e inercia, permeabilidad al aire y exposición a la radiación solar, reduciendo el riesgo de aparición de humedades de condensación superficiales e intersticiales que puedan perjudicar sus características y tratando adecuadamente los puentes térmicos para limitar las
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pérdidas o ganancias de calor y evitar problemas en los mismos. La puesta en práctica de las medidas propuestas adecuadas dirigidas a la mejora del aislamiento térmico de los edificios, puede suponer unos ahorros energéticos, económicos y de emisiones de dióxido de carbono considerables, pudiendo llegar al 30%, debido a la reducción en el consumo energético en las instalaciones térmicas de los edificios.
5.4.4. Domótica. La domótica es la automatización y el control aplicados a la vivienda que se realiza mediante equipos que disponen de capacidad para comunicarse interactivamente entre sí, y con capacidad de seguir las instrucciones de un programa previamente establecido por el usuario de la vivienda y con posibilidades de cambio según sus intereses. Como consecuencia, la domótica permite una mayor calidad de vida, reduce el trabajo doméstico, aumenta el bienestar y la seguridad y racionaliza el consumo de energía. Mediante la incorporación de sistemas domóticos en el hogar, se puede gestionar inteligentemente la iluminación, climatización, agua caliente sanitaria, el riego, los electrodomésticos, etc. aprovechando mejor los recursos naturales, utilizando las tarifas horarias de menor coste permitiendo, de esta manera, reducir la factura energética mientras se gana en confort y seguridad.
5.4.5. Movilidad Sostenible. El transporte es el principal colaborador del desarrollo del efecto invernadero y del cambio climático. Este impacto tiene un carácter complejo y se produce al mismo tiempo que otros problemas ambientales, como la destrucción de la capa de ozono, la contaminación atmosférica, la desertización, la destrucción de los hábitats o la perdida de diversidad biológica.
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La “movilidad sostenible” engloba un conjunto de procesos y acciones orientados para conseguir como objetivo final un uso racional de los medios de transporte tanto particulares como profesionales. De lo que se trata es de reducir el número de vehículos que emitan contaminantes a la atmósfera, así como la reducción del ruido que producen. Con todo se lograría un ahorro energético considerable. Se ha de considerar que en torno a un tercio de los desplazamientos en coche que se realizan diariamente son de menos de 2 kilómetros, por lo que podrían hacerse a pie o a través de otro medio no contaminante. La ocupación media de los turismos en el mundo occidental no llega a los dos pasajeros por coche. Además, la contaminación relacionada con los medios de transporte sigue aumentando cada año, a pesar de las políticas orientadas a reducir las emisiones de gases. La Estrategia Española de Movilidad Sostenible, promovida por los ministerios
de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, y de Fomento, expone 48 medidas clasificadas en cinco categorías para un transporte económica, social y medioambientalmente más sostenible: territorio, planificación del transporte y sus infraestructuras, cambio climático y reducción de la dependencia energética, calidad del aire y ruido, seguridad y salud, y gestión de la demanda. La estrategia, dirigida a administraciones, empresas, agentes sociales y ciudadanos, pretende reducir el consumo energético y las emisiones de carbono, y promueve especialmente el transporte público ferroviario frente al vehículo privado. Su objetivo es mejorar el modelo actual para que sea más eficiente y sostenible, y cuidar especialmente las implicaciones de la planificación urbanística en la generación de movilidad.
5.4.6. Vehículos a motor. La Estrategia Española de Movilidad Sostenible propone las siguientes medidas en cuanto a los vehículos de motor: Impulsar la renovación del parque español de vehículos, como medio adecuado y necesario para favorecer la mejora de la seguridad activa y pasiva del parque automovilístico, así como para reducir las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) y otros contaminantes. Impulsar la renovación de las flotas de vehículos para el transporte colectivo y de mercancías hacia vehículos más limpios y eficientes. Apoyar y reforzar la investigación y el desarrollo de soluciones técnicas innovadoras y de nuevos vehículos más limpios y eficientes energéticamente, dentro de los Planes Nacionales de I+D+i. Impulsar el replanteamiento por parte de la industria de modificar sus producciones, actuando fundamentalmente en el desarrollo de nuevas motorizaciones como pueden ser los vehículos híbridos, o aquellos menos contaminantes o más eficientes (vehículos eléctricos, de hidrógeno, de gas natural comprimido, gas licuado de petróleo…) que resulten en cada momento viables o competitivos de acuerdo con su nivel de desarrollo (coste, autonomía, fiabilidad, logística asociada al combustible, etc.), incorporando nuevos materiales sustitutivos para la mejora de prestaciones y reducción de peso, teniendo siempre en cuenta mantener su capacidad para la seguridad, reciclado y reutilización. Promover el ecodiseño y las nuevas geometrías aplicadas al automóvil dentro de un nuevo campo de innovación, que permitirá en un futuro próximo mejorar los niveles de emisiones contaminantes. El consumo de energía de los vehículos privados representa en España alrededor del 50% del total de los consumos del transporte por carretera. El porcentaje restante corresponde fundamentalmente al tráfico de mercancías (alrededor del 47%), y, con una participación mínima, al transporte colectivo de pasajeros (un 3%).
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El dióxido de carbono (CO2), que se produce en la combustión de todos los combustibles fósiles, es el principal gas de efecto invernadero.
Por cada litro de gasolina consumido, un coche emite en promedio 2,3 kg de CO2 y por cada litro de gasóleo, unos 2,6 kg de CO2.
El IDAE, ofrece a través de su web (www.idae.es) una base de datos de vehículos más eficientes a nivel energético, acorde a la clasificación energética de los vehículos. En este sitio, se puede acceder a la información a través de tres criterios de búsqueda: marca y modelo, segmento comercial y clasificación por consumo relativo. También se puede obtener información de los coches de menor consumo.
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DiReCCioNeS De iNTeréS
Energía, ahorro y eficiencia energética: ▀▀ Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía. 47
www.idae.es El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, IDAE, es una Entidad Pública Empresarial, adscrita al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, a través de la Secretaría de Estado de Energía, de quien depende orgánicamente. Para solicitar información básica relacionada con el ahorro, la eficiencia energética o de energías renovables puede entablar contacto con el Servicio de Información al Ciudadano, a través del Servicio de Información al Ciudadano en Eficiencia Energética y Energías Renovables (SICE) mediante el envío del correo electrónico ciudadano@idae.es, el correo postal del Instituto: C/Madera 8, 28004-Madrid, o el teléfono 913 14 66 73 en horario de 10 a 14 horas de lunes a viernes. Fax: 91 523 04 14
▀▀ Registro general de documentos reconocidos para la certificación de eficiencia energética. http://www.mityc.es/energia/desarrollo/EficienciaEnergetica/ CertificacionEnergetica/DocumentosReconocidos/Paginas/ documentosreconocidos.aspx
▀▀ Agencia Valenciana de la Energía. http://www.aven.es La Agencia Valenciana de la Energía es la entidad de la Generalitat Valenciana adscrita a la Conselleria d’Infraestructures i Transport, que tiene por finalidad la gestión y ejecución de la política energética en el ámbito de la Comunidad Valenciana
▀▀ Asociación Española de Domótica (CEDOM). http://www.cedom.es
Movilidad Sostenible.
▀▀ Estrategia Española de Movilidad Sostenible. http://www.fomento.es/NR/rdonlyres/149186F7-0EDB-4991-93DDCFB76DD85CD1/46435/EstrategiaMovilidadSostenible.pdf 48
▀▀ Informe Stern. Resumen: http://www.ambientum.com/documentos/general/resumeninformestern.pdf http://www.catedracambioclimatico.uji.es/docs/informestern.pdf
▀▀ Ministerio de medio ambiente y medio rural y marino. http://www.marm.es/es/cambio-climatico/temas/default.aspx
▀▀ Otros organismos que, en el ámbito nacional, desempeñan diferentes funciones en la lucha contra el cambio climático podemos mencionar los siguientes: ▪▪ Oficina Española de Cambio Climático ▪▪ El Consejo Nacional del Clima ▪▪ La Comisión de Coordinación de Póliticas de Cambio Climático (CCPCC) ▪▪ Comisión Delegada del Gobierno para el Cambio Climático ▪▪ El Grupo Interministerial de Cambio Climático (GICC)
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PaTRoCiNa
PaRTiCiPaNTeS