Edición 1 Dr. Roberto Castro
Salud mental
Mascotas para superar la depresión
Evitar la ansiedad y aprender a mejorarla
Deporte para la depresión
Activa tu hormona de la felicidad
Felicidad
La felicidad es una emoción que se produce en un ser consciente cuando llega a un momento de conformación, bienestar o ha conseguido ciertos objetivos que le realizan como individuo, aunque cada persona puede tener su propio significado sobre qué significa la felicidad para ella. Algunos psicólogos han tratado de caracterizar el grado de felicidad mediante diversos textos y han llegado a definir la felicidad como una medida de bienestar subjetivo que influye en las actitudes y el comportamiento de los individuos.
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Salud mental ¿Qué es la salud mental? La salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social. Afecta la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando enfrentamos la vida. También ayuda a determinar cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con los demás y tomamos decisiones. La salud mental es importante en todas las etapas de la vida, desde la niñez y la adolescencia hasta la adultez y la vejez. ¿Qué son las enfermedades mentales? Las enfermedades mentales son afecciones graves que pueden afectar la manera de pensar, su humor y su comportamiento. Pueden ser ocasionales o de larga duración. Pueden afectar su capacidad de relacionarse con los demás y funcionar cada día. Los problemas mentales son comunes, más de la mitad de todos los estadounidenses serán diagnosticados con un trastorno mental en algún momento de su vida. Sin embargo, hay tratamientos disponibles. Las personas con trastornos de salud mental pueden mejorar y muchas de ellas se recuperan por completo. ¿Por qué es importante la salud mental? La salud mental es importante porque puede ayudarle a: •Enfrentar el estrés de la vida •Estar físicamente saludable •Tener relaciones sanas •Contribuir en forma significativa a su comunidad •Trabajar productivamente •Alcanzar su completo potencial Su salud mental también es importante porque puede afectar su salud física.
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¿Qué puede afectar mi salud mental? Hay muchos factores diferentes que pueden afectar su salud mental, incluyendo: Factores biológicos, como los genes o la química del cerebro Experiencias de vida, como trauma o abuso Antecedentes familiares de problemas de salud mental Su estilo de vida, como la dieta, actividad física y consumo de sustancias También puede modificar su salud mental tomando medidas para mejorarla, como hacer meditación, usar técnicas de relajación y ser agradecido. ¿Puede cambiar con el tiempo mi salud mental? Con el tiempo, su salud mental puede cambiar. Por ejemplo, puede estar enfrentando una situación difícil, como tratar de controlar una enfermedad crónica, cuidar a un pariente enfermo o tener problemas de dinero. La situación puede agotarle y abrumar su capacidad de lidiar con ella. Esto puede empeorar su salud mental. Por otro lado, recibir terapia puede mejorarla. ¿Qué debo hacer si creo que tengo un problema de salud mental? Si cree que puede tener un problema de salud mental, busque ayuda. La terapia de conversación y / o los medicamentos pueden tratar los trastornos mentales. Si no sabe por dónde comenzar, hable con su profesional de la salud.
Evitar la ansiedad y
aprender a mejorarla
Ansiedad y estrés: diferencias .La ansiedad y el estrés tienen mucho en común, pero no son exactamente lo mismo. El estrés es una respuesta de nuestro cuerpo a situaciones que percibimos que no podemos controlar. Normalmente, cuando desaparece la situación que lo genera, el estrés remite. La ansiedad, en cambio, no es tan específica y las sensaciones de temor e inseguridad que se experimentan no están tan relacionadas con un hecho concreto. Además, la ansiedad se suele experimentar de forma anticipada, es decir, por algo que aún no ha sucedido y que, en realidad, no sabemos si sucederá o no. O, incluso, permanecer cuando la causa ya ha desaparecido. Es lógico que la atención constante a un familiar enfermo se convierta en una fuente de estrés y genere ansiedad. Es lo que se conoce como el síndrome de sobrecarga del cuidador. Pero ni el estrés ni la ansiedad son malos en sí mismos. Son reacciones naturales y necesarias para mantener la motivación y la capacidad de actuar en el día a día. No obstante, si se sostienen en el tiempo a un alto nivel, pueden generar malestar, interferir en las actividades diarias y alterar el sistema inmunológico, haciendo a la persona más propensa a padecer enfermedades.
¿Qué es la ansiedad? .La ansiedad es una respuesta natural de nuestro organismo a un estímulo estresante que activa el sistema nervioso para responder a él. A diferencia del estrés, como hemos visto, la ansiedad permanece aunque la situación que la haya provocado desaparezca y puede aparecer de forma anticipatoria. En la medida adecuada, la ansiedad es positiva, ya que nos mantiene motivados, pero si perdemos el control sobre ella, podemos entrar en un estado de angustia e inquietud constante que puede desembocar en un trastorno psicológico. La realidad es que la ansiedad afecta a muchas personas que, a menudo, la sufren en silencio. Algunas de ellas pueden intentar controlarla mediante el consumo de alcohol, drogas o automedicándose, lo que, no solo no va a solucionar el problema sino que, normalmente, lo empeora. 5
¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad? Los cuidadores y afectados por la enfermedad de Alzheimer pueden sufrir varios síntomas de ansiedad, y su intensidad puede variar considerablemente de una persona a otra. Estos se asocian a los tres sistemas de respuesta que ofrece nuestro organismo: El primero es subjetivo: está relacionado con la experiencia personal y se expresa con preocupación, miedo o temores aparentemente injustificados, inseguridad, dificultad para tomar decisiones, pensamientos negativos sobre uno mismo, temor a perder el control, sensación de alarma o dificultades para concentrarse, entre otros. Este componente subjetivo conforma el núcleo central de la ansiedad. El segundo sistema de respuesta es fisiológico, responsable de algunos síntomas como sudoración, temblor, tensión muscular, palidez facial, aceleración del ritmo cardíaco, respiración agitada, ganas frecuentes de orinar, molestias digestivas, sequedad de boca, dolor de cabeza, mareos, alteración del sueño o cambios en el deseo sexual. El tercer sistema de respuesta de la ansiedad es el de tipo motor-conductual, reflejándose en aspectos como la expresión facial, los gestos, la postura corporal o la inquietud evidente, como rascarse repetidamente, dificultad para permanecer sentado, morderse las uñas, etc. A menudo, la ansiedad coexiste con la depresión o, al menos, con la presencia de síntomas depresivos.
¿Cómo evitar la ansiedad y gestionarla? No todo el mundo reacciona igual a una misma situación, ni es igual de vulnerable a padecer alteraciones del estado de ánimo. Esta reacción depende, esencialmente, de dos cosas: de cómo la persona interpreta la situación y de qué recursos personales tiene para afrontar dificultades, situaciones inesperadas o cambios a lo largo de la vida. Así pues, para gestionar la ansiedad de manera eficiente son importantes dos factores: En primer lugar, es importante tratar de cambiar la forma cómo interpretamos las situaciones. En segundo lugar, es necesario desarrollar estrategias para controlar los síntomas del estrés y la ansiedad cuando aparecen y también para minimizar su aparición en el futuro. También es importante comprender cómo nuestros pensamientos influyen en la aparición de los síntomas de la ansiedad y cómo, modificando los pensamientos poco adaptados a la realidad, se puede disminuir su presencia o intensidad.
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Activa tu hormona de la felicidad El nombre de la hormona de la felicidad es SEROTONINA. La serotonina es una sustancia química que produce nuestro cuerpo de forma natural tanto en el cerebro como en los intestinos. Es un neurotransmisor hormonal que posibilita la conexión entre las neuronas y que actúa no solo en el cerebro sino también en otras regiones de nuestro organismo. La serotonina resulta fundamental en la regulación del estado de ánimo y las emociones, ya que es capaz de generar las reacciones químicas necesarias para incrementar nuestros niveles de bienestar. El aumento de la serotonina en nuestro cuerpo genera automáticamente sensaciones de bienestar, relajación y positivismo. Niveles bajos de serotonina se relacionan con sensación de tristeza, desánimo y puede llevarnos a la depresión. Los estudios actuales relacionan el déficit de serotonina con los estados agresivos, la ansiedad y el trastorno obsesivo compulsivo ( TOC ). La serotonina además de su función en la regulación emocional y su relación con la felicidad, posee otras funciones como la regulación del sueño, de la función intestinal, de la temperatura corporal, del apetito, de la función sexual y de la coagulación. Entonces la clave es aumentar sus niveles de forma natural, para aprovechar todos sus beneficios psicológicos. Qué debo hacer? Realizar actividad física regularmente. El ejercicio tiene beneficios antidepresivos al aumentar los niveles de serotonina. Además el ejercicio favorece la liberación de endorfinas, relacionadas con el placer y el bienestar. La serotonina se produce a partir del triptófano, por eso es importante consumir alimentos ricos en éste aminoácido. Los que más lo contienen son : Nueces, maní, chocolate negro, leche, queso y pescados. Los niveles elevados de estrés, disminuyen la serotonina. Por lo tanto se recomienda la práctica de ejercicios de respiración y relajación para controlar el estrés. La falta de sueño tiene influencia en los niveles de serotonina. Es importante tener una buena higiene del sueño para nuestro bienestar psicológico. Los estudios nos indican que la vitamina D interviene en la producción de serotonina y sabemos que ésta sustancia se aumenta con la exposición solar. Se indica la realización de actividades al aire libre. El café y otras sustancias estimulantes en exceso, dificultan la producción de forma natural de serotonina.Finalmente, existen otras actividades que aumenta la producción de la hormona de la felicidad : Reírse, escuchar música, bailar y abrazar a las personas que queremos. 8
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Mascotas para superar
la depresión
Mascotas como terapia Todos los que tenemos mascotas en casa sabemos que cuando nos sentimos tristes, estar a su lado nos cambia el ánimo. Llegar a casa y abrazar a nuestra mascota es una terapia maravillosa que puede alejar las penas del día. Muchos son los beneficios de tener una mascota. Uno de ellos es la posibilidad de curar o reducir la depresión. El amor incondicional de tu perro o gato suele ser más genuino que el de las personas que puedan rodearte. Según varios estudios, los animales tienen la capacidad para reducir de manera considerable todo tipo de sentimientos negativos. La fatiga, el estrés, la tristeza, la soledad, la angustia y la depresión se van como por arte de magia cuando estamos cerca de nuestras mascotas. Se ha comprobado que cuando nos miramos fijamente con nuestro perro, el cerebro produce más oxitocina, conocida como “la hormona la de la felicidad”. Por su parte, oír el ronroneo de un felino cerca de nosotros alivia la ansiedad y nos calma de inmediato.
Cómo elegir la mascota para este tratamiento En primer lugar, debemos escoger un perro o gato que sea tranquilo y relajado. No nos decantemos por las razas más enérgicas, pero también hay que informarse del comportamiento del animal en el día a día, por concordar con su carácter. Lo segundo a tener en cuenta, es que es una buena idea escoger una mascota que ya haya pasado su etapa de cachorro. Primero porque un animal adulto requiere menos atención que uno joven y segundo porque ya conoceremos más sobre su conducta o sus hábitos. Por último, hay que tener en cuenta que para tratar la depresión un perro suele ser mejor idea que un gato, por el simple hecho de que los gatos son más independientes. Un perro aceptará mimos en cualquier momento, y eso es lo que le irá bien al dueño depresivo.
Deporte para
la depresión
El ejercicio físico ha demostrado ser un complemento eficaz a la hora de prevenir y tratar la depresión. Entre otros efectos el ejercicio físico estimula la producción de proteínas que reparan las neuronas y aumentan su proliferación, regula los niveles de serotonina y otros neurotransmisores, aumenta el flujo sanguíneo cerebral y estimula la liberación de endorfinas.
¿Cómo puede el ejercicio físico prevenir y mejorar los síntomas de la depresión?
Las repetidas contracciones musculares producidas durante el ejercicio físico producen señales que afectan a todos los órganos y sistemas, entre ellos el cerebro. Los cambios producidos en el cerebro durante el ejercicio físico contrarrestan las alteraciones neuronales que ocasionan la depresión. Mientras realizamos ejercicio físico nuestros músculos liberan a la sangre multitud de sustancias químicas que afectan a nuestras neuronas haciendo que éstas puedan repararse, proliferar, mejorar su funcionalidad e incrementar sus conexiones (neuroplasticidad). Son los llamados factores neurotróficos. Precisamente, algunos fármacosantidepresivos median su acción incrementando los niveles cerebrales de estos factores, efecto producido de forma natural al hacer ejercicio físico. Las personas deprimidas tienen alterados neurotransmisores como la norepinefrina, la dopamina y la serotonina, factores que median nuestro humor (de ahí que uno de los fármacos más utilizados sean los inhibidores de la recaptación de serotonina). A nivel sanguíneo y cerebral el ejercicio incrementa los niveles de serotonina, revirtiendo así su alteración en los pacientes con depresión. Cuando una persona está entrenada no necesita estar haciendo ejercicio físico para que su cerebro se beneficie. Las personas físicamente activas poseen un mejor riego cerebral que les ayuda a oxigenar sus neuronas y eliminar los deshechos que éstas producen de forma natural. Además, muestran menor inflamación, una mayor capacidad antioxidante y un mejor metabolismo, todas ellas dianas en el tratamiento antidepresivo.
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