Hija de la Mía
La noticia vino por partida doble. Las mujeres, atraz quintas con verjas, salieron con cambio en bolsilla, esperando el regreso de nuestras.
Yo sé donde está mi hija, enterrada entre río mi búsqueda como Abuela de Playa del Mayo, un punto de interrogación trabada en sepulcro.
Por inmortales distancias, caminamos no en el cuadro, sino entre desiertos extranjeros a tí, voz alta. Ambladura con la sensación que estás cerca.
Cada jueves te veía, nieta mía sin saber tu sangre. Los siete años silenciosos, ya son mi entraña. Casi invisible en tu villa débil, la tercera te encontrará.