¡BASTA YA! SE ME LLENO LA CACHIMBA

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ยกBASTA YA! SE ME LLE ร LA CACHIMBA


¡Basta ya!, Se me llenó la cachimba. Perdonen por la frase pero la otra que quisiera decir seria no apta para publicarla. Soy cubano y vivo en Las Vegas, V, ya hace varios años, viví cuatro años en la ciudad de Miami a mi arribo a los Estados Unidos. La comunidad cubana por acá es pequeña comparada con la que desde 1959 ha arribado por diferntes motivos y vive en el estado de la Florida y en particular en Miami. Con mucha tristeza y algo de indignación veo como algunos compatriotas a mí alrededor, e ignoro si en otras ciudades, se expresan sobre la ciudad de Miami y en particular de los cubanos de allá al decir que no les gusta vivir en dicha ciudad por el “cubaneo”, que es como vivir en Cuba. ¿Es que acaso venimos del planeta Marte o de otro lugar? ¿Por qué ese antagonismo con los cubanos, que por varias generaciones, han arribado por diferentes vías y por motivos tan diversos a dicha ciudad? Por lo general los que se expresan así han


arribado a este país o bien por la lotería de visa o por terceros países y nunca han vivido en Miami y si lo hicieron fue por muy poquito tiempo lo que hace que no pudieran adaptarse ni comprender la forma de vida de allá. Todas las personas tienen el derecho de vivir en la ciudad que más les plazca o bien por su clima, (que por cierto en el caso de Miami es muy parecido al de Cuba, y aun asi lo critican tambien), o por alcanzar un mayor bienestar económico, pero no es ético y mucho menos despreciar a una masa de compatriotas que desde los comienzo empezaron a hacer esa gran ciudad hasta llegar a ser la segunda ciudad de los cubanos y hoy la capital de Latinoamérica. Fueron precisamente los cubanos que habitan en dicha ciudad a lo largo de los años los que crearon las bases, legislaron, influyeron y abrieron las puertas para que muchos de nosotros pudiéramos legalizarnos a nuestro arribo a este país, algunos de inmediatos y otros al año y un día. Como quisieran otras nacionalidades tener ese privilegio que tenemos nosotros.


Esos cubanos que hablan del “cubaneo” o de los “cubiches” de Miami, ven esta ciudad del mismo modo que ven a Cuba, como un polo turístico, como lo puede ser Punta Cana en República Dominicana o Cancún en México, pero no para vivir. Se olvidan además que fue esta ciudad la pionera de los vuelos a Cuba, que permitió que muchos familiares de ambas orillas se reencontraran después de muchos años de separación y que hoy en día se pueda viajar a nuestra querida Patria frecuentemente si así lo deseamos. El cubano siempre ha sido jaranero, dicharachoso, habla alto, etc: pero también sabe ser amigo, es humanitario y afable. En los últimos tiempos su lenguaje ha tomado un matiz más popular y eso se observa tanto en la actualidad en Miami, en la Cuba actual como en la ciudad donde vivo actualmente, entonces ¿por qué criticar cuando al llegar a una cafetería o un local de venta popular que te digan _que quieres mi amor, un café o un cortadito? O papi, la lotto es por la otra caja… Pero para aquellos que critican, eso no lo veras en un lugar de lujo, ni en Miami ni en


la Cuba actual, al menos eso me consta. Luego dejemos ya de dividirnos, esa ha sido una fórmula muy efectiva que se nos ha aplicado y ha devenido en la situación actual que tenemos nosotros los cubanos, los cuales de ser un pueblo no emigrante y que con orgullos levantábamos el lema “Conozca a Cuba primero y al extranjero después” nos hemos desperdigados por todo el mundo. Todos somos cubanos, los de Miami, los de Las Vegas, otras ciudades de EU, los que están España, los que están por todo el mundo, los de Cuba… ¡y debemos sentir orgullo de serlos! Siempre que oigo hablar a cubanos de otros cubanos y en ocasiones frente a otras nacionalidades, que no comprende nuestro dolor ni nuestra situación me viene a la mente aquello que escribió ese gran cubano desaparecido que se llamó Agustín Tamargo, que dice así: SOY CUBA O Por Agustín Tamargo

Sobre mi mesa de trabajo encontré una nota. o sé


de dónde vino, ni quién la escribió, acaso fui yo mismo en días que he olvidado. Pero quiero transmitirla a mis lectores porque creo que recoge un sentimiento colectivo. La nota dice así:

Soy cubano. Para algunos tal vez no es mucho, pero a mí me basta y me sobra. Soy cubano. Podría ser venezolano, español o norteamericano. Pero sería un modo de ser artificial, de voto y pasaporte, hijo del papel y la tinta, que no cuadra a mi naturaleza. Soy cubano. Un cubano integral, de las buenas y de las malas. Soy cubano. Tengo un himno y una bandera. Y tengo, sobre todo, una historia, llena de nombres, hechos y lugares gloriosos en la que bebo, como en una fuente, cada vez que me acosa el desaliento. ¿Podría cambiar por algún hecho histórico extranjero a Las Guásimas, Palo Seco y Peralejo? ¿Podría negociar por algo el 10 de Octubre, el 24 de Febrero, Baraguá, Playa Girón o El Escambray? Soy cubano. Cubano de café negro, de tabaco y de casabe, de son y de ron, de baile en La Tropical y de


guateque guajiro. Soy cubano de hablar a gritos, de jugar a la pelota, de piropear a las mujeres. Y de bajar como un río de fuego por la escalinata de la Universidad. o soy un hombre, si se mira bien, soy una pasión que camina, y cuando enfrento la realidad última de mi vida, que es la de que no tengo patria, me vuelvo una verdadera furia. Por eso los extranjeros no me entienden. ¿Cómo van a entender que quien lo tiene todo siga pidiendo más? Y es que esos extranjeros no saben que ese todo, adquirido en tierra prestada y bajo sol ajeno, no puede curar una enfermedad fatal que se llama nostalgia de la tierra natal. Dicen que lo bello, cuando se pierde, se vuelve más bello todavía. ¿Y qué era Cuba desde que la bautizó Colón sino la tierra más hermosa que ojos humanos vieron? Así, dentro del alma, carga el cubano a Cuba por todas partes como un escapulario para defenderse de la soledad. Podría decir también como un


escudo. Con la historia de Cuba al brazo va el cubano por el mundo defendiendo a su tierra bien amada frente al envidioso y el calumniador. Cuba es su niña. Cuba es su obsesión y su desvelo. Cuba es su madre, pero es también su hija. Cuba es su amante lejana inolvidable. Los libros que el cubano no leía en la isla los lee ahora aquí. La música que allá no escuchaba la escucha ahora aquí. Los cuadros que allá no miraba los mira ahora aquí. El cubano no vive en una casa ni en un apartamento, vive en un baúl de recuerdos. Cada vez que abre ese baúl y encuentra una fotografía marchita por el tiempo sufre una herida. Cada palabra criolla que no conocía o había olvidado y redescubre de pronto se le transforma en un instrumento defensor de su autenticidad. En el hipódromo de Hialeah hay una hermosa guardarraya de palmas. o son palmas canas, ni palmetos, sino palmas reales, ésas que en Cuba coronan las lomas y las riberas de ríos. Están allí, pero fueron traídas de allá. Se asegura que por las noches un


Me disculpan si con este escrito hiero susceptibilidades en algunos de mis compatriotas o a alguien en particular, no es mi intensión. En el no hay nada personal para ninguno, solo quiero llamar a la reflexión de todos nosotros para que seamos ejemplos y admiración para otras nacionalidades que conviven con nosotros. El divisionismo nos ha traído malos resultados desde la Guerra de Independencia hasta nuestros dias. unca la frase "Divide y Venceras" ha sido tan efectiva en nosotros por años. Seamos tolerantes y respetemos la forma de pensar de los demás aunque no estemos de acuerdo. Hagamos la frase de Marti , " Con todos y para el bien de todos" nuestra bandera. Luis Brito 29 de septiembre 2012



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