CasaCor David Charette y Jay Britto, la dupla diseñadora junto con su mascota Kylo.
HOGAR DE ENSUEÑO Los diseñadores consideran que este espacio refleja parte de su esencia.
un comedor elegante Para la dupla diseñadora, este comedor es como un tablado de teatro. Cuando se alza el telón, ellos muestran su obra.
La Bahía del Callao en su máximo esplendor. La Casa Valega y el edificio Ronald abrieron sus puertas para mostrar los más impresionantes diseños de Casa Cor 2015. Jesús Cuzcano /
Augusto Escribens
El diseño de esta habitación llegó como una gran coincidencia para Jay Britto y David Charette. «Como jugando, ya habíamos diseñado un espacio en la computadora; y al llegar al Perú dimos con la coincidencia de que la habitación que nos dieron era exactamente igual: el mismo techo, las mismas proporciones», comentan. Ese fue el primer paso para la realización de su idea. En este espacio ambos exploran la cultura peruana. En el comedor, por ejemplo, se puede apreciar el rescate de elementos como la calamina de las casas populares, botijas de pisco o quipus; todos llevados a un nivel [en palabras de los diseñadores] más elevado. En las patas de la mesa se observan los detalles de las líneas de Nasca, en el espaldar de las sillas, los detalles lineales de las ruinas de Moray;
se rescatan las bancas, pero se las estiliza con pequeñas esferas de algodón de alpaca; se decora el espacio con fotografías de danzantes de tijeras o quipus que descienden del techo. Además, han aprovechado esta oportunidad para introducir su línea de vasijas decorativas llamadas ‘Wasi’, las cuales han ganado el premio Best of the Year de la revista Interior design magazine en Estados Unidos. Britto agrega: «Esta línea es un agradecimiento al Perú, porque los elementos decorativos que se tienen no se usan de la forma en la que se debería». En el espacio se puede apreciar un juego con las formas y colores dorado, plateado y negro. «Jugamos con las formas del día y de la noche; del oro, que es masculino, y el plateado que es femenino», comentan. Y es que Jay y David consideran que el desarrollo de este espacio es eso, un juego en el que dan rienda suelta a su imaginación. «Está habitación es un escenario de teatro. Es como si vieras al escenario. Este desaparecerá luego y no volverá a aparecer de nuevo», finalizan.