Universidad AutĂłnoma de Guadalajara Guadalajara, Jalisco, MĂŠxico
Primera edición 1990, Librería Espiritual, Ecuador Coordinación de edición Miguel Ángel Limón Ornelas Coordinación de producción Eduardo Miranda Ortega Captura tipográfica María Guadalupe Avelar Aguilar Corrección María Luisa Rolón Velázquez Silvia Madrigal López María Félix Lozano Vidal Eduardo Miranda Ortega Diseño de portada Flavio Antonio Mota Velasco Diseño de interiores Alejandra González Razo Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier forma, ya sea mecánica, eléctrica, electrónica u otro medio de almacenamiento de información sin la autorización previa por escrito del editor. © Copyright Derechos Reservados Segunda edición Septiembre de 2003 folia universitaria Universidad Autónoma de Guadalajara Avenida Patria 1201 Colonia Lomas del Valle Código Postal 45129 Guadalajara, Jalisco, México Teléfono (33) 3648 8824 extensión 32654 folia@uag.mx www.folia.uag.mx Impreso en México Printed in Mexico
Guayaquil, 18 de agosto de 1990
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on mucho agrado doy el nihil obstat para la publicación del libro La contracepción ¿si o no? del doctor Antonio María Lem Taverne presbítero, ya que contiene una clara y recta doctrina sobre un asunto de tanta transcendencia en los momentos actuales. Es preciso que la sociedad contemporánea reflexione sobre la necesidad de acatar las normas que Dios mismo, en su infinita Sabiduría y Bondad, ha establecido para bien de los hombres y que la Iglesia, depositaria de la verdad, debe proclamar hasta el fin de los siglos, con la asistencia del Espíritu Santo. Este libro suscitará, precisamente, esa conveniente reflexión, para estimular el acatamiento de la Ley de Dios y de la Iglesia. Que el Señor recompense a quien se ha esforzado para difundir la verdad, en términos claros y seguros.
Juan Larrea Holguín. Arzobispo de Guayaquil.
Contenido
Introducción ........................................................... 9 Los contraceptivos .............................................. 13 Don recíproco ...................................................... 65 Una sola carne ...................................................... 77 Creced y multiplicaos........................................... 95 Significado unitivo y procreador del acto conyugal ................................................. 113 La anticoncepción y los métodos naturales ......................................... 127 Dios es creador .................................................. 149 La contracepción es camino de muerte ......................................... 173 Consciencia humana ......................................... 185 Bibliografía ........................................................... 195
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a opinión pública está de acuerdo con el control de la natalidad, acepta la planificación de la familia por métodos mecánicos y químicos de la anticoncepción y no entiende ni comprende por qué el Magisterio de la Iglesia Católica rechaza de una manera radical el uso de los contraceptivos. Cardenales y obispos suplicaron al Papa Paulo VI en julio de 1968 no publicar su encíclica: Humanae Vitae y Paulo VI se cambió en un hombre solitario siguiendo su consciencia. Hay obispos y muchos sacerdotes que aceptan y hasta, en algunos casos, aconsejan el uso de contraceptivos. Esta actitud, inspirada por un sentimiento erróneo de caridad y de comprensión hacia el prójimo viene principalmente de una ignorancia total de los motivos profundos del rechazo de los contraceptivos y de la anticoncepción en general por la Iglesia. El fin de esta investigación es justamente buscar, encontrar y exponer las motivaciones principales por qué la
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Iglesia rechaza el control de la natalidad como se practica en la actualidad en todos los países del mundo. Esta investigación es buscar la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad sobre este asunto que toca a todos los seres humanos y decide del avenir de los pueblos, del bienestar de la humanidad, del equilibrio y de la felicidad de las familias, de guerra y de paz. Raras veces se puede conversar, hablar y discutir de contracepción sin que las mentes se acaloren; podemos y constatamos dos campos radicalmente opuestos: campo de todos aquellos que están en favor de la contracepción, del control de la natalidad, del aborto y de la eutanasia. Campo de todos los que están en favor de la vida, de toda vida, del respeto de la naturaleza y en favor de los niños. Campo de proaborto y campo de antiaborto. Hasta la elección del señor presidente de los Estados Unidos depende de su toma de posición en este asunto. Existe una tremenda presión social de los medios de comunicación y de las demás grandes organizaciones internacionales como las Naciones Unidas que acaban de aprobar un presupuesto de 9 millones de dólares para el control de la natalidad en el Ecuador en los cinco años venideros. La Iglesia Católica se opone y es absolutamente indispensable saber por qué lo hace. Ella conoce y comprende el problema de una fecundidad descontrolada; comparte con muchas parejas las situaciones dramáticas que no les permite prever una nueva procreación. Ella conoce la naturaleza del hombre y de la mujer, la influencia profunda y muchas veces decisiva de la genética en cada persona humana, su historia, su pasado, la educación que recibió o no recibió, la falta de orientación, la cultura y principalmente la ausencia de educación religiosa, de formación moral y de una auténtica vida espiritual.
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Si desde 60 años la Iglesia Católica dice NO, es que tiene sus razones serias que encuentra en la antropología, la filosofía cristiana, en las ciencias naturales, en la medicina y evidentemente en la Sagrada Escritura, en la Tradición y en la Teología. Hemos buscado en diferentes fuentes profanas y religiosas la verdad sobre la contracepción para explicar y justificar la actitud de la Iglesia. La fundamentación la hemos encontrado principalmente en la Catequesis de los miércoles de Juan Pablo II desde 1979 hasta 1985, con exclusión del año 1984, que fue un año santo; en la medicina moderna y en el informe médico de las grandes organizaciones mundiales como la OMS, de la Federación Internacional de la Paternidad Planificada (IPPF), en las investigaciones y publicaciones de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland de los Estados Unidos. Todo este conjunto nos da y explica las razones y los motivos profundos del rechazo total de la Iglesia a toda forma de contracepción. Nuestro mundo moderno es un mundo secularizado. En la edad media habíamos comenzado con los argumentos teológicos; hoy preferimos comenzar con la parte médica para llegar finalmente a los argumentos teológicos. Juan Pablo II, pastor supremo de la Iglesia Católica aprovecha toda ocasión para condenar el uso de los contraceptivos; por lo menos una vez habla sobre este punto cuando se va de viaje hasta los confines de la tierra; sea en Europa, sea en África o América Latina, sea en el lejano Oriente, con expresiones cada vez más y más claras, denuncia al imperialismo de la contracepción. El Papa comprende y quiere comprender el sufrimiento de todos y en particular de los más pobres del Tercer Mundo; sin embargo, imperturbablemente continua a decir que la
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contracepción no es el camino de la verdad, ni de la esperanza y mucho menos el camino de un amor auténtico como Dios quiere. Con firmeza y claramente habla a los jóvenes sobre problemas sexuales y transmite la doctrina exigente del Evangelio. Si un pastor que muestra suficientemente su amor por sus ovejas, les cierra el camino de la contracepción debe tener entonces motivos muy serios que intentaremos buscar y explicar.
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a señora de Ramírez está preocupada porque acaba de dar a luz a su cuarto hijo y en vista de la situación económica del país en general y de su sueldo en particular no puede soportar un nuevo embarazo. Con su marido ella forma un buen matrimonio y los dos como todos los buenos matrimonios tienen más o menos cuatro a cinco relaciones íntimas por semana. Ella llama a su médico y toma una cita. Sentada frente a él, le explica la situación y el deseo de ambos de no tener más hijos por el momento. ¿Qué hago, doctor?, es su pregunta. El médico no tiene mucho tiempo. Muchos pacientes le esperan; él conoce bien a su cliente, una mujer sana y fuerte. Toma la píldora, es su respuesta. Él coge una hoja y anota en ella una de las numerosas píldoras modernas; en pocas palabras explica que se trata de tomarla todos los días, si es posible a la misma hora. El médico la tranquiliza: es un método seguro. “No va a salir encinta y podrá tener relaciones íntimas como siempre”.