EL ABORTISTA
EL ABORTISTA Erasmo Javier Esparza González
Asociación Pro Cultura Occidental, A.C. Guadalajara, Jalisco, México
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Impreso en México Printed in Mexico
Prólogo En toda ocasión es bienvenida la lectura de libros que nos invitan a pensar por nuestra cuenta, para dejar de lado el que otros piensen y decidan por nosotros. La obra literaria que pone en nuestras manos el Dr. Erasmo Javier Esparza González, tiene el tinte de interesante novela con sustento científico que nos invita a preguntarnos si existen valores morales objetivos que nos ayuden a unirnos como gente de razón que procura la armonía y la felicidad. ¿Cuáles son esos valores y cómo reconocerlos en medio de la confusión de ideas? ¿Cómo vivir esos valores como individuos en una comunidad plural? Estas interrogantes siempre giran en torno al bien y al mal; y urge clarificarlos para no caer en equívocos irreparables o anclarse en posturas ideológicas que en cualquier momento caen por sus propios errores. Los científicos y los filósofos hablan del deterioro irreversible de la “casa” “oikos” ya construida que nos abrió sus puertas para que vivamos y, lamentablemente, no la hemos cuidado con responsabilidad. El terrorismo y el crimen organizados, formas de violencia que estamos padeciendo, han extendido sus alcances para manipular la identidad misma del ser humano: manipulación genética, clonación… reclaman urgentemente una reflexión ética y política muy amplia. En esta búsqueda están presentes y actúan con interés y esperanza hombres y mujeres que sostienen que el valor de la vida no tiene precio monetario, sino un valor transcendente que el hombre tiene que respetar.
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Erasmo Javier Esparza González El Dr. Erasmo Javier Esparza González nos ofrece en esta obra literaria una visión razonada del porqué hemos de respetar, promover y defender la vida del naciente. Con estilo literario ameno se lee esta historia de cada día en forma novelada. Además de las razones del porqué primero está el valor de la vida humana, antes que la fama, la ideología y el dinero. Sea bienvenida esta primicia literaria, fruto de la sólida formación que recibió en su familia y la comunica en su hogar con su esposa e hijos. Sea bienvenida esta obra que ha nacido de la tarea de cada día en la noble vocación y misión de poner la ciencia médica al servicio de la verdad y del bien. Pbro. Jesús Mendoza Preciado Rector de la Catedral de Colima, Colima, México
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Agradecimientos Ante todo, agradezco infinitamente a Dios el haberme permitido ser uno de sus instrumentos, el más pequeño, en esta batalla para defender la vida de los seres humanos más débiles, los que se están desarrollando y creciendo en el seno materno. Gracias por orientarme, por poner las palabras, los ejemplos (algunos de ellos reales) y por darme como fuente de inspiración y aliento a la Virgen de Guadalupe, Emperatriz de las Américas, de quien nunca dejé de sentir su amorosa orientación e iluminación. A mi amada esposa, Lolita, quien ha sido mi compañera en esta aventura de escribir un libro; ella fue quien me impulsó para que iniciara y para que continuara. Con paciencia, prudencia y amor aportó ideas y procuró que este libro se mantuviera en el camino seguro que marca la Santa Iglesia Católica. Sin ella, como consejera y como modelo de vida, esta obra no habría llegado a su fin. A mis hijos José Javier, Paola Carolina y Marco Antonio, quienes a pesar de la inocencia de sus cortos años, han sido mis mejores maestros de apologética, defendiendo, sin medir las consecuencias, su fe, el derecho a la vida y a la familia en su escuela y con otras personas adultas y de su edad, sin temor al escarnio. A mis queridos padres, Jesús Erasmo y Aurelia, quienes me formaron en los valores transcendentes, más que con palabras, con su ejemplo de vida recta y honesta. Ellos me dieron la oportunidad, con enormes sacrificios, de estudiar en las mejores escuelas y universidades de este país y del extranjero, vigilando siempre que los conocimientos fueran emparejados a la voluntad de servicio desinteresado. 7
Erasmo Javier Esparza González Agradezco a mis hermanas, Martha Azucena, Leticia, Silvia y Rosa Edith quienes comparten conmigo los mismos valores en la defensa de la vida, y a lo largo de mi formación como médico me dieron su apoyo incondicional; y continúan dándomelo. Por supuesto que aquí están incluidos sus esposos, hijos y nietos. Agradezco a monseñor José Luis Amezcua Melgoza, Obispo de la Diócesis de Colima y al presbítero Adrián Ruiz Ávalos, todos ellos insignes defensores de la vida y de la familia; al presbítero Jesús Mendoza Preciado, rector de la Catedral de Colima, quien con suma amabilidad y paciencia tuvo a bien corregir, cribar y enriquecer el contenido de esta obra. Al padre Rafael Jácome, L.C., modelo de sacerdote y en quien fue depositada la confianza de valorar el Imprimátur por parte del Obispo de Colima, monseñor José Luis Amezcua Melgoza. El padre Rafael Jácome no sólo hizo esto, sino que me abrió las puertas para que esta obra llegara a su fin, con el espaldarazo que saben dar los amigos.
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Contenido Prólogo..........................................................................................5 Agradecimientos.........................................................................7 Introducción............................................................................. 11 Capítulo primero Padre e hijo................................................................................ 13 Capítulo segundo Cómo se envilece el alma....................................................... 19 Capítulo tercero El crimen perfecto................................................................... 33 Capítulo cuarto Una visita inesperada.............................................................. 41 Capítulo quinto La venganza.............................................................................. 49 Capítulo sexto Cambiando identidad.............................................................. 59 Capítulo séptimo Mi vida sin valores................................................................... 73 Capítulo octavo La sabiduría de mi madre....................................................... 93
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Capítulo noveno Cómo se desarrolló la apuesta............................................107 Plano de la posibilidad..........................................................123 Plano de la certeza natural...................................................131 Conocimiento vulgar............................................................132 Conocimiento científico.......................................................139 Conocimiento filosófico o reflexión a la luz de la razón............................................150 Conocimiento teológico o a la luz de la fe.......................157 Capítulo décimo La exposición ante los legisladores....................................165 Capítulo decimoprimero Cuando la vida depende de la decisión de otros............187 Capítulo decimosegundo Encuentro en el hotel Nikko..............................................207 Epílogo.....................................................................................219
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Introducción ¿Alguna vez has pensado cómo y cuándo vas a morir? ¿Será acaso hoy? Yo creo que sí lo has hecho; inclusive has pensado diversas formas en que no te gustaría morir y también has escogido cuál tipo de muerte es el que más te agradaría. ¿Recuerdas cuántas veces has pensado que te gustaría acostarte a dormir y ya no despertar? ¡Claro que a todos nos gustaría una muerte sin dolor! Y a la gran mayoría de las personas le gustaría morir cuando todos sus proyectos se hayan realizado, cuando hayan visto crecer a sus hijos, cuando consideren que ha valido la pena vivir, tanto con las alegrías que les hicieron liviana la carga, como con los sinsabores que hicieron que el costal de la vida pesara más. ¿Alguna vez pensaste cómo se sentirá si, repentinamente, mientras duermes plácidamente, una persona te comenzara a destazar? O más aún, ¿cómo se sentirá que una aspiradora te comience a succionar partes de tu cuerpo arrancándolas con dolor intenso, indescriptible, mientras sigues vivo hasta que aspiran por último tu cabeza? Te arranca todo el brazo y mano izquierdos; la sangre fluye a borbotones, salpicando todo a tu alrededor. Pero no puedes defenderte. Tu atacante es mucho más fuerte que tú, y no te da tiempo a reaccionar cuando, inesperadamente, sientes cómo ambas piernas te son succionadas con un sufrimiento que nunca imaginaste. Te queda la mano derecha; con ella tratas de retirar el instrumento cortante, pero éste te arranca los dedos; aún así tratas de retirarlo, pero la aspiradora te gana y comienza a absorber tus intestinos, tu hígado, tus riñones, tus pulmones, tu corazón, ¡todas tus vísceras! De 11
Erasmo Javier Esparza González tus ojos corren lágrimas; en tu boca se queda ahogado tu último suspiro; tu cerebro comienza a ser succionado; entonces… Ya te terminaron de aspirar completo. ¡Todo acabó, estás muerto!
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CapĂtulo primero Padre e hijo
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ndrés, ahora que has concluido la carrera de Medicina, ¿has decidido si deseas comenzar a trabajar o si deseas continuar estudiando? — ¡Sí, papá, he decidido continuar estudiando una especialidad, como tú! — ¿Y ya elegiste alguna en particular? — ¡No, papá! Te confieso que me gusta tanto la Medicina General, que no he podido elegir con certeza. Tengo pensadas algunas opciones, pero todavía no me decido. Y ya tengo que hacerlo, pues mañana tengo que inscribirme al Examen Nacional de Residencia y tengo qué especificar que especialidad es la que deseo. ¡Por favor, ayúdame a escoger! — Eso es algo que sólo tú puedes decidir, pues sólo tú conoces tus preferencias e intereses. Mi hijo suspiró; se quedó callado por unos segundos; repentinamente fijó sus ojos en los míos, mientras me decía: — Papá, tú eres un médico de prestigio y también lo son todos los que se reúnen contigo para su convivio mensual. Yo quiero ser como ustedes. — ¿Y qué opinión tienes de todos nosotros?
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Erasmo Javier Esparza González — ¡Que son excelentes médicos, muy profesionales todos! ¡Realmente son un ejemplo para todos los de la Facultad de Medicina! — ¡Gracias, Andrés, por lo que piensas de nosotros! Todos nos hemos entregado de lleno a servir a nuestros semejantes. Que no te quepa la menor duda de que hemos dado lo mejor de nosotros para mitigar el sufrimiento de otros. ¿Recuerdas en cuántas ocasiones, a punto de salir a un paseo o una fiesta, o durante la cena de Navidad, tenía que dejarlos a ti, a tu mamá y tus hermanos para ir a atender alguna emergencia? Andrés lanzó su mirada hacia arriba, dirigida al infinito del universo; se quedó haciendo memoria; entonces dijo: — ¡Fueron tantas veces que ya ni me acuerdo de cuántas, papá! — Mis compañeros y yo estudiamos cada caso, leemos infinidad de libros y artículos en revistas médicas especializadas. ¡Nunca paramos de estudiar! Y a pesar de eso, todos llegamos a cometer algún error, o a tener problemas con un paciente, o que nuestro trabajo fuera mal interpretado, o sufrido una demanda, o… — ¿En verdad? ¡Yo pensé que como son excelentes médicos sus carreras nunca habían sufrido algún tropiezo o tenido alguna mancha! — Hijo, ¡no existe algún médico que no tenga algún paciente que haya presentado complicaciones o que no haya quedado con alguna secuela! ¡Somos humanos, no dioses! — Bueno, yo sólo… — Todos tenemos una mancha en nuestro pasado. Fuera de nuestro grupo, nadie más lo sabe; puede ser que alguien lo sospeche, pero nadie tiene certeza de esta mancha. Te voy a contar lo que le sucedió a uno de nuestros amigos que 16