La conjuración anticristiana tomo i

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LA

CONJURACIÓN ANTICRISTIANA Tomo I



Mons. Henri Delassus

LA

CONJURACIÓN ANTICRISTIANA Tomo I

Asociación Pro Cultura Occidental, A.C. Guadalajara, Jalisco, México


Primera Edición 1910

ueda prohibída la reproducción parcial o total de esta obra por cualesquier medios, ya sea mecánico o digitalizado u otro medio de almacenamiento de información, sin la autorización previa por escrito del editor.

Copyright Derechos Reservados Segunda Edición Enero de 2015 Asociación Pro Cultura Occidental, A.C. Avenida Américas #384 C.P. 44600 Tel. (0133) 3630 6142 Guadalajara, Jalisco, México www.editorialapc.com.mx apcbuenlibro@yahoo.com.mx

Impreso en México. Printed in Mexico.


ÍNDICE I ESTADO DE LA CUESTIÓN

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CAPÍTULO I Las dos civilizaciones

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CAPÍTULO II Las dos concepciones de la vida

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CAPÍTULO III El Renacimiento, punto de inicio de la civilización moderna

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CAPÍTULO IV La Reforma, hija del Renacimiento

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CAPÍTULO V La Revolución instaura el naturalismo

63

CAPÍTULO VI La Revolución, una de las épocas del mundo 73 CAPÍTULO VII Qué hace y qué dice de nuestros días la Revolución 81 CAPÍTULO VIII Para donde se encamina la civilización moderna 89 CAPÍTULO IX La francmasonería es la que conduce la guerra contra la civilización cristiana

105


II EL AGENTE DE LA CIVILIZACIÓN MODERNA. ANTECEDENTES. PRIMER PERÍODO

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CAPÍTULO X Los inicios de la Francmasonería

115

CAPÍTULO XI La Francmasonería en el siglo XVIII I.– Los Enciclopedistas

131

CAPÍTULO XII La Francmasonería en el siglo XVIII II.– Los Anarquistas

145

CAPÍTULO XIII La Francmasonería en el siglo XVIII III.– Los Iluministas

161

CAPÍTULO XIV La Francmasonería en el siglo XVIII IV. – Los Jacobinos

175

II EL AGENTE DE LA CIVILIZACIÓN MODERNA. ANTECEDENTES. SEGUNDO PERÍODO. LA REVOLUCIÓN EN LOS DÍAS ACTUALES

201


CAPÍTULO XV La Francmasonería bajo el primer Imperio

203

CAPÍTULO XVI Bajo la Restauración

219

CAPÍTULO XVII Bajo la monarquía de julio

235

CAPÍTULO XVIII Bajo la segunda República

243

CAPÍTULO XIX Bajo el Segundo Imperio

251

CAPÍTULO XX Bajo la Asamblea nacional

265

CAPÍTULO XXI Bajo la tercera República

281

CAPÍTULO XXII La separación entre la Iglesia y el Estado

295



LA CONJURACIÓN ANTICRISTIANA EL TEMPLO MASÓNICO LEVANTADO SOBRE LAS RUINAS DE LA IGLESIA CATÓLICA Las puertas del infierno no prevalecerán contra Ella. (Mat. XVI, 18)

s


A María PRESERVADA DEL PECADO ORIGINAL EN PREVISIÓN DE LOS MÉRITOS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO Dijo Dios a la serpiente: Pondré enemistad entre ti y la Mujer, entre tu descendencia y la descendencia de Ella. Ella te aplastará tu cabeza. Y tú pondrás asechanzas contra su talón. (Gén. III, 15)

Société Saint Augustin – Desclée De Brouwer et Cia., Lille, 41, Rue du Metz NIHIL OBSTAT: Insulis, die 11 Novembris 1910 H. QUILLIET, s. th. d. Librorum censor

IMPRIMATUR Cameraci, die 12 Novembris 1910 A. MASSART, vic. Gen. Dommus Pontificiæ Antistes


SECRETERIA DI STATO DI SUA SANTITA Dal Vaticano, 23 octobre 1910 Monseñor, El Santo Padre Pío X recibió con paternal interés la obra intitulada: La Conjuración Anticristiana”, que me solicitasteis presentarle a vuestro nombre. Su Santidad os felicita afectuosamente por haber llevado a buen término la composición de esa obra importante y sugestiva, en secuencia de una larga serie de estudios que igualmente hacen honra a vuestro celo y vuestro ardiente deseo de servir a la causa de Dios y de la Santa Iglesia. Las ideas directoras de vuestro bello trabajo son aquellas que inspiran a los grandes historiadores católicos: la acción de Dios en los acontecimientos de este mundo, el hecho de la revelación, el establecimiento del orden sobrenatural, y la resistencia que el espíritu del mal opone a la obra de la Redención. Vos mostráis el abismo que conduce el antagonismo entre la civilización cristiana y la pretendida civilización que retrocede en dirección al paganismo. ¡Cuánta razón tenéis en establecer que la renovación social sólo se podrá hacer a través de la proclamación de los derechos de Dios y de la Iglesia! Al expresaros su gratitud, el Santo Padre hace votos de que podáis, con una salud siempre vigorosa, realizar enteramente el plan sintético que trazasteis, y como señal de su paternal benevolencia, Él os envía la bendición apostólica.


Con mis agradecimientos personales y mis felicitaciones, recIbíd, Monseñor, la certeza de mis bien devotos sentimientos en Nuestro Señor. Cardinal MERRY DEL VAL


La Conjuración Anticristiana

L

as dos ediciones francesas de la obra EL PROBLEMA DE LA HORA PRESENTE están agotadas. Quedan algunos ejemplares de la versión italiana1. Los libreros piden que esa obra sea reimpresa, para que puedan atender a los pedidos de sus clientes. El autor entendió no deber ocuparse con la reimpresión. El problema que el Americanismo había presentado inicialmente a sus meditaciones lo hizo luego en su espíritu el de la Revolución, después o de la civilización moderna que se remonta del Renacimiento. Hoy, él lo concibe en una amplitud aún mayor: es el problema de la resistencia que el naturalismo opone al estado sobrenatural que Dios se dignó ofrecer a sus creaturas inteligentes. Así considerado, el problema abarca todos los tiempos. Éste se presentó en la creación de los ángeles, en el paraíso terrenal, en el desierto donde Cristo quiso someterse a la tentación; y continua1 Desclée et Cie. Rome, Piazza Grazioli, Palazzo Doria; Lille 41, rue du Metz.

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Mons. Henri Delassus rá colocado, para la cristiandad y para cada uno de nosotros, hasta el fin del mundo. Rehacer la obra agotada ofrecía, bajo ese punto de vista, dos ventajas. Después de madura reflexión, el autor prefirió seccionar su obra. El problema estaba puesto de la siguiente manera: existe una lucha entre la civilización cristiana que está en posesión del Estado y la civilización moderna que quiere suplantarla; ¿cuál será la salida para ese antagonismo? De ahí tres cuestiones: La del judío y del francmasón que son precisamente hoy, a los ojos de todos, los sitiadores de la ciudadela católica. La de la Democracia que es, en el decir de los propios sitiadores, la sugestión madre de que se sirven para atacar la civilización cristiana en la opinión pública y en seguida en las instituciones. La de la renovación religiosa, social y familiar, exigida por las ruinas ya amontonadas y aquellas que el anticristianismo todavía realizará. Esas tres cuestiones fueron íntimamente unidas en el libro intitulado El Problema de la Hora Presente. El autor creyó que era bueno separarlas a fin de poder tratar cada una de ellas más a fondo. La cuestión de la democracia fue retomada en la obra que acaba de aparecer bajo el título: VERDADES SOCIALES Y ERRORES DEMOCRÁTICOS. La cuestión de la conjuración anticristiana, de la cual la secta judío-masónica es el alma y el brazo, es el objeto del presente libro. El autor no se detuvo en buscar los orígenes de la secta; no se preocupó en estudiarla desde puntos de vista diversos, en los cuales otros publicistas se colocaron. Lo que él quiso traer a luz 14


La Conjuración Anticristiana fue la parte de acción que la secta judío-masónica tiene en guerra declarada a la institución católica y a la idea cristiana, y el objetivo de esa guerra. Ese objetivo es arrancar a la humanidad del orden sobrenatural fundado por la Redención del divino Salvador y de fijarla definitivamente en el naturalismo. Faltará hablar de la renovación. Ella no puede ser fruto sino de la restauración de la Autoridad: La autoridad de Dios sobre su obra, particularmente sobre las creaturas inteligentes; La autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, el nuevo Adán, sobre la humanidad que Él rescató con su Sangre y de la cual Él es el Señor por su personalidad divina. La autoridad de la Iglesia sobre los pueblos que ella dotó de civilización cristiana y que se precipitan en sus brazos bajo la presión del abandono en que los va lanzando el progreso de la civilización moderna; La autoridad de las familias principescas sobre las naciones que ellas construyeron; La autoridad del padre en su familia y la de los ancestrales sobre las generaciones de que fueron principio. En fin, el derecho de propiedad sobre los bienes de que la familia o el individuo se volvieron autores por su trabajo y sus virtudes, y no sobre las riquezas adquiridas por la usura y la injusticia. La renovación exige esa séxtuple restauración. Si ella no comienza a producirse en un futuro próximo, la sociedad familiar, civil, religiosa se precipitará al abismo en dirección al cual ella corre con una velocidad que se acelera cada día. Hecho ese tercer trabajo, faltaría reconstruir la síntesis de la cual brotaría la solución del enigma que inquieta a las generaciones contemporáneas y que proyectaría su luz sobre el futuro de la humanidad. 15


Mons. Henri Delassus Septuagenario hace cinco aĂąos, el autor no puede esperar cumplir tal encargo. Quiera Dios, si esto entra en sus designios, confiarlo a quien pudiere llevarlo a buen tĂŠrmino.

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I ESTADO DE LA CUESTIÓN



CAPÍTULO I LAS DOS CIVILIZACIONES

E

l Syllabus de Pío IX termina con esta proposición condenable y condenada: “El romano Pontífice puede y debe reconciliarse y transigir con el progreso, con el liberalismo y la civilización moderna”. La última proposición del decreto llamado Syllabus de Pío X2, proposición igualmente condenable y condenada, concluye así: “El catolicismo actual no puede conciliarse con la verdadera ciencia, si no se transforma en un cristianismo no dogmático, es decir, en un protestantismo amplio y liberal”. 2 El Syllabus de Pío IX (8/12/1864) se refiere decreto que expone los errores modernos condenados por la Iglesia. El Syllabus de San Pío X (3/7/1907), conocido también como decreto Lamentabili sine exitu es el que expone los errores condenados del Modernismo.

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Mons. Henri Delassus No fue seguramente sin intención que estas dos proposiciones fuesen puestas en último lugar apareciendo como la conclusión en ambos Syllabus. En efecto, ellas resumen las proposiciones anteriores y precisan su espíritu3. Es necesario que la Iglesia se reconcilie con la civilización moderna. Y la base propuesta para esta reconciliación, no es la aceptación de los datos de la verdadera ciencia que la Iglesia jamás repudió, que ella siempre favoreció, y a los progresos que ella siempre aplaudió y contribuyó más que nadie, sino el abandono de la verdad revelada, abandono que transformaría al catolicismo en un protestantismo amplio y liberal dentro del cual todos los hombres podrían encontrarse, cualquiera sean sus ideas sobre Dios, sobre sus revelaciones y sus mandamientos. Sólo así, dicen los modernistas, por este liberalismo es que la Iglesia puede ver nuevos días abrirse ante ella, y procurarse el honor de entrar en las vías de la civilización moderna y marchar con el progreso. Todos los errores indicados en ambos Syllabus se presentan como las distintas cláusulas del tratado propuesto a la signatura de la Iglesia para esta reconciliación con el mundo, para ser así admitida en la ciudad moderna. Civilización moderna. ¿Hay pues, civilización y civilización? ¿Hubo pues, antes de la era llamada moderna una civilización distinta de la que goza, o al menos procura el mundo de nuestro tiempo? En efecto, la hubo, y la hubo en Francia y en Europa: fue una civilización llamada la civilización cristiana. 3 En la deliberación de la ley sobre la libertad de la enseñanza superior, M. Challemenl-Lacout dijo: “Las universidades católicas que quieran preparar a los futuros médicos, abogados, magistrados, los auxiliares del espíritu católico, deberán sostener y aplicar los principios del Syllabus. Ahora bien Francia, en su gran mayoría, considera las proposiciones condenadas por el Syllabus como los fundamentos mismos de nuestra sociedad”.

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