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Descubriendo en familia: Un balance en la era digital

Por: Mary Carmen Cabrera

Fundadora de BusinessKids

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Teléfono: 555 43 777 43

La era digital nos ha traído muchos beneficios y para los adultos representa muchas ventajas, como poder contactar con clientes en otras ciudades o países, hacer videollamadas con familiares y amigos y resolver la vida con un teléfono celular, desde hacer transferencias bancarias hasta saber lo que pasa en casa mediante cámaras de seguridad ligadas a una plataforma.

Todo es posible con un Smartphone y nuestra vida cambió desde junio de 2007, fecha en que se lanzó el iPhone al mercado, el primer smartphone.

Poco a poco fuimos entrando a la era digital, y los niños y adolescentes junto con nosotros, poco a poco nos fuimos acostumbrando a esta nueva forma de vivir, pero a partir de la pandemia causada por el Covid-19, este proceso de cambio se aceleró de forma importante.

La necesidad de las clases en línea hizo que los niños y jóvenes estuvieran más pegados a los dispositivos, el aislamiento les dejó como única salida las redes sociales y los videojuegos para poder estar en contacto con sus amigos.

Muchos padres de familia nos preguntan hasta dónde esto es positivo o si les afecta.

La respuesta es el balance. Si un niño juega horas y horas, se enoja cuando se le aleja del dispositivo, miente para seguir jugando o en las redes sociales y pierde el interés por otras actividades, podemos hablar de una adicción. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya califica el abuso del tiempo en videojuegos como una adicción.

Los dispositivos están diseñados para atraer, y eso hace que los niños sean presas fáciles.

Para encontrar un balance lo importante es que el niño no se aísle, que vea esos entretenimientos como uno de tantos más, lo que se logra al conectarlo con la realidad a través de la convivencia familiar, las salidas -sin dispositivos- al parque, a casa de familiares, a tomar un helado o simplemente a pasear.

Es importante que los niños conecten con la naturaleza, jueguen y se diviertan creando ellos mismos esas fuentes de diversión.

Si usan redes sociales, que no sustituyan la vida real por la convivencia digital, que conecten y compartan con sus amigos reales y con moderación, siempre estando sus padres o tutores al pendiente de las amistades que puedan llegar a tener en línea y verificando que sí sean personas reales.

Si mamá o papá usan dispositivos mientras están conviviendo con ellos, los niños seguirán el ejemplo; retomar la convivencia familiar, ver películas todos juntos o incluso jugar con consolas en equipo y no bajo el aislamiento de los teléfonos o tabletas puede mejorar las relaciones familiares.

El mundo cambió y todos debemos adaptarnos.

¡Ayudemos a los niños y adolescentes a que aprovechen la tecnología y evitemos que sea la tecnología la que se aproveche de ellos!

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