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Turquía, una nación en reconstrucción

Tras los devastadores efectos de los recientes terremotos, la industria de la TV en Turquía ha vuelto a los rodajes, mientras que los streamers y los nuevos compradores expanden el alcance de sus mundialmente famosas ficciones. Pero ¿qué impactos podrían generarse si asumiese un nuevo gobierno?

Por Nico Franks

En febrero, dos potentes terremotos mataron a más de 50.000 personas y lesionaron a más de 100.000 en la región central y sur de Turquía, además de las regiones norte y oeste de Siria. Se estima que los terremotos impactaron directamente en las vidas de 26 millones de personas entre los dos países.

Números tan enormes son difíciles de dimensionar y no reflejan la verdadera tragedia, definida por la Organización Mundial de la Salud como una de las peores calamidades europeas de los últimos 100 años, al haber reducido a escombros a varias ciudades.

Y aunque Estambul no se vio afectada esta vez, entre sus habitantes flota la sensación de que es una cuestión de tiempo para que un terremoto impacte en la capital turca en los próximos 10 años. Dado que Estambul es la sede de la mayoría de las compañías y rodajes audiovisuales, un escenario así tendría enormes consecuencias para la industria de la TV en el país.

“No es un rumor, es algo que sucederá”, dice Ekin Koyuncu, exdirectora ejecutiva de Kanal D International y actual directora de Distribución y Alianzas de OGM Universe, el nuevo brazo de ventas de OGM Pictures, productora de ficciones turcas como ‘Chrysalis’, ‘Golden Boy’ y la recientemente lanzada ‘Miracle of Love’.

La industria de la TV local, famosa por los melodramas que han cautivado audiencias a lo largo y ancho de América Latina, Europa Central y del Este (CEE), Medio Oriente y Norte de África (MENA), se viene esforzando para sostener a las millones de personas que luchan contra los efectos del terremoto.

Broadcasters turcos como ATV, Kanal D, Star TV, Show TV, TV8, Fox, TRT y Kanal 7 se unieron para presentar un programa especial en vivo para recaudar fondos y, en el período en que la producción nacional estuvo detenida, las productoras enviaron equipos como generadores y luces, además de ropa, para colaborar con los rescates.

Durante la pandemia de Covid-19 las cámaras en Turquía continuaron grabando mientras en otros lugares del mundo las producciones se cancelaban. Esto significó que la crisis sanitaria le dio un empujón inesperado a la industria de TV local. Pero en el caso del terremoto, la situación fue diferente ya que los ingresos por publicidad cayeron en picada tras la decisión de los anunciantes de retirar sus publicidades durante las tres semanas de duelo nacional.

Koyuncu sugiere además que un sector de la audiencia puede haber reaccionado negativamente hacia los broadcasters progobierno debido a la falta de cobertura periodística sobre la inadecuada respuesta ante el terremoto. Esto, a su vez, puede haber causado que estas audiencias se pasasen a servicios de streaming y a redes sociales. En las últimas semanas, sin embargo, “poco a poco” la confianza ha

País en foco: Turquía

Calinos Entertainment, que se encuentra comercializando series como ‘Adim Farah’ y ‘Twisted Lives’.

comenzado a ir en aumento, comenta la ejecutiva.

En marzo se retomaron los rodajes y los dramas turcos han vuelto a emitirse. Mustafa Ilbeyli, director de Publicidad y Ventas del broadcaster público TRT, señala que las ganancias y los ratings se han recuperado y que “todo ha vuelto a sus carriles” en cuanto a los cronogramas de filmación.

“Se aproxima una elección, por eso muchos de los anunciantes quieren implementar sus presupuestos antes del comienzo de la campaña electoral”, expresa Ilbeyli, quien cree que las audiencias turcas están buscando programas más livianos luego de la catástrofe.

Algo milagroso, dadas las circunstancias, es que la línea de producción de dramas turcos no se verá gravemente afectada por el terremoto, aunque los ejecutivos comentan que quizás se produzcan menos horas en comparación con otros años.

“Se enlentecerá un poco en cuanto a episodios al final de la temporada, pero creo que eso no afectará de manera significativa a los compradores internacionales en cuanto a contenidos terminados”, dice Robert Zara, Chief Operating Officer de la distribuidora

Zara también ve con buenos ojos las ventas de formatos como recurso para compensar cualquier pérdida potencial de ingresos, como es el caso de la adaptación de algunos programas de Calinos como ‘That’s My Life’ (Rumania, cuarta temporada), así como ‘Dila’, ‘The Bitter Life’ y ‘Starlust’, que tienen adaptaciones en camino en América Latina

Latina.

Las ventas de latas aún son la principal fuente de ingresos de la compañía basada en Estambul, pero Zara comenta que las ventas de formatos están creciendo y actualmente representan el 20% de sus ingresos comerciales, mientras que hace 12 meses ese número representaba la mitad.

Tradicionalmente, América Latina, CEE y MENA, así como partes de Asia, han sido terrenos fértiles para los distribuidores turcos luego del éxito global de ‘Las mil y una noches’. Sin embargo, este flujo se interrumpió a partir de una prohibición del contenido turco impuesto por broadcasters de Medio Oriente en medio de la tensión política entre Arabia Saudita y Turquía entre 2018 y 2022.

Una popular serie de Star TV titulada ‘Golden Boy’, producida por OGM Pictures y distribuida por Eccho Rights, frenó el bloqueo en Medio Oriente el año pasado al ser adquirida por el grupo MBC. La serie continuó rompiendo barreras, luego de que en marzo se convirtiera en el primer drama turco en ser licenciado por un grupo de TV abierta de Finlandia (MTV Oy) y por un broadcaster comercial en Suecia (TV4), un hito muy celebrado por los ejecutivos turcos.

‘Golden Boy’ fue la serie más vista de 2022 en Turquía y continúa posicionada como el drama número uno en el país semana a semana, según Eccho.

La serie, que Koyuncu describe como “un melodrama muy tradicional” y que es protagonizado por Afra Saraçoglu, Mert Ramazan Demir y Çetin Tekindor, cuenta la historia de dos hermanas que se enamoran del mismo hombre.

“Es una muy buena noticia. Los nórdicos tienen grandes producciones, principalmente series oscuras y de crimen. Su cultura es muy distante de la nuestra, a diferencia de América Latina, los Balcanes y Medio Oriente, que presentan muchas semejanzas, lo cual permite que sea más fácil traducir nuestras series hacia esas culturas”, agrega Koyuncu.

Eccho, Handan Özkubat, considera que las ventas a Finlandia y Suecia están relacionadas con la calidad del contenido, que ha sido licenciado a más de 35 territorios en menos de seis meses desde su lanzamiento, incluyendo España (Atresmedia), Chile (Mega) y Rumania (Antena 1/Happy Channel).

La directora de Drama Turco de Eccho, Handan considera Suecia con Chile y Rumania Channel)

‘Golden bien distintas de dramas que se produciendo actualmente en La primera es a todos los títulosmencionadoshastaahoraeneste

‘Golden Boy’ pertenece a una de las dos categorías bien distintas de dramas que se están produciendo actualmente en Turquía. La primera es la que Zara denomina como el “estilo telenovela”, que aplicaría a todos los títulos mencionados hasta ahora en este artículo. Conservadoras, producidas en (muy) altos volúmenes, orientadas a mujeres y audiencias mayores, y con guiones enfocados en temas familiares, de amor y de venganza.

La segunda es lo que Zara llama el “estilo occidental”. Se trata de series encargadas por plataformas de streaming como Netflix, Disney+ o Amazon en línea con contenidos adquiridos en otras partes del mundo: grandes presupuestos, temporadas más cortas, orientadas a audiencias jóvenes y con foco en géneros como la ciencia ficción.

“Todo este contenido refleja el poder y el potencial de nuestra industria”, dice Zara. Koyuncu coincide, ya que su compañía se convirtió en la primera del país en producir para streamers internacionales.

“‘Another Self’, serie que produjimos para Netflix, aborda un tema de nicho que difícilmente pueda llevarse a la pantalla lineal de un broadcaster. Sin embargo, en plataformas no lineales está

Handan

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