Luna Córnea 35. Viajes al Centro de la Imagen III. Aproximaciones al fotoperiodismo mexicano

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El diario a diario  |  Un señor toma el tranvía después de comprar el diario y ponérselo bajo el brazo. Media hora más tarde desciende con el mismo diario bajo el mismo brazo. Pero ya no es el mismo diario, ahora es un montón de hojas impresas que el señor abandona en un banco de plaza. Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que un muchacho lo ve, lo lee y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que una anciana lo encuentra, lo lee y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Luego se lo lleva a su casa y en el camino lo usa para empaquetar medio kilo de acelgas, que es para lo que sirven los diarios después de estas excitantes metamorfosis. Julio Cortázar, Historias de Cronopios y de Famas, 1962.






Consejo Nacional para la Cultura y las Artes Presidente: Rafael Tovar y de Teresa Secretario Cultural y Artístico: Saúl Juárez Vega Secretario Técnico: Francisco Cornejo Rodríguez Centro de la Imagen Dirección: Itala Schmelz Subdirección Operativa: José Luis Coronado Coordinación de publicaciones: Abel Muñoz Hénonin LUNA CÓRNEA Director: Alfonso Morales Carrillo Coordinación editorial: Alejandra Pérez Zamudio Editores invitados: Valeria Pérez Vega, Luis R. Hernández, Isaura Oseguera Pizaña Cuidado de edición: Claudia Monterde Diseño editorial: Carolina Herrera Zamarrón Asistente de diseño: Carolina Fernández Cuidado de producción: Pablo Zepeda Martínez Reprografía y digitalización de imágenes: César Flores / Agustín Estrada / Araceli Limón Ventas por Internet: www.educal.com.mx Director fundador: Pablo Ortiz Monasterio Consejo editorial: Manuel Álvarez Bravo†, Graciela Iturbide, Patricia Mendoza, Víctor Flores Olea, Pedro Meyer, Mariana Yampolsky†, Olivier Debroise†, Roberto Tejada, Gilberto Chen, José A. Rodríguez, Alejandro Castellanos, Gerardo Suter, Francisco Mata y Alberto Ruy Sánchez Dirección del Centro de la Imagen: Plaza de la Ciudadela núm. 2, Centro Histórico, México, DF, CP 06040 Tel. 4155 0850 lunacornea.ci@gmail.com Editor responsable: Alejandra Pérez Zamudio Licitud de título: 04-2014-110412553200-30 Licitud de contenido: 10049 Número de reserva al Título de Derechos de Autor: 04-2014... Preprensa e impresión: Gráfica, Creatividad y Diseño, S.A. de C.V. México, D.F. Impreso en México issn: 0188-8005

Tiraje: 4000 mil ejemplares Los trabajos aquí publicados son responsabilidad de los autores. La revista se reserva el derecho de modificar los títulos y subtítulos de los artículos. Número 35 / 2014 Todas las imágenes aparecen por cortesía de sus respectivos autores, excepto que se indique lo contrario.

Imágenes de las páginas anteriores : Página 1: Juan Guzmán. Quiosco de periódicos frente al Palacio de Bellas Artes,

ciudad de México, ca. 1940. Colecciones Fotográficas Fundación Televisa/Fondo Juan Guzmán. Páginas 2 y 3: Carlos Contreras. Quiosco con impresos periodísticos editados el 19 de septiembre de 1985, día en que la ciudad de México fue conmocionada por un terremoto. Esta imagen formó parte de la exposición A un año del temblor, presentada en 1986 en la Casa de la Fotografía. Archivo Centro de la Imagen/ Fondo Consejo Mexicano de Fotografía. Páginas 4 y 5: Carlos Aranda. Del reportaje En busca del asesino del metro Balderas. Esta imagen formó parte de un reportaje sobre Luis Felipe Hernández Castillo, quien fue protagonista de un hecho criminal en la estación Balderas del metro de la ciudad de México, el 18 de septiembre de 2009. Luego de escribir en un muro del andén “Este gobierno de delincuentes y criminales con colmillaje y engaños nos conllevan a morir de hambre y sed por los efectos del calentamiento global de la tierra”, y gritar consignas políticas y religiosas, Hernández Castillo disparó con el arma que portaba a pasajeros y guardianes del orden, provocando la muerte de dos personas e hiriendo a cinco más. La imagen fue tomada en Jalisco, lugar de procedencia de quien fue conocido como el asesino del metro Balderas.

Luna Córnea agradece la colaboración y el apoyo que para la realización de este número, tercero de la serie Viajes al Centro de la Imagen, le brindaron las siguientes personas, instituciones y publicaciones:

Cecilia Absalón, Guadalupe Aguilar, Lizeth Arauz, Francisco Barrón, Armando Bartra, Erick Beltrán, Diego Berruecos, Ignacio Betancourt, Fernando Brito, Ximena Bruna, Julio Candelaria, Jesus Carlos, Valentín Castelán, Jorge Claro León, Narciso Contreras, Alejandro Cossío, Armando Cristeto, Genaro Cruz, Juan Carlos Cruz, Marco Antonio Cruz, Ireri de la Peña, Ricardo del Castillo, José Luis Esquivel Hernández, Gustavo Fuentes, Iván Gómez, José Carlo González, Luis Alberto González, Sergio González Rodríguez, Claudia Guadarrama, Héctor Guerrero, Frida Hartz, Jonathan Hernández, Luz María Jasso, Manuel Larios, Fabrizio León, Darío López Mills, María Luisa López, Luis Lupone, Norma Madero, Alejandro Magallanes, Mauricio Maillé, Vivian Mansour, María E. Marines, Mayra Martell, Francisco Mata, Adrian Mealand, Elsa Medina, Daniel Mendoza, Pedro Meyer, Gilberto Meza, Rebeca Monroy, Fernanda Monterde, Clementina Montes de Oca, Iris Moreno Aldana, Rodrigo Moya, John Mraz, Héctor Orozco, Raúl Ortega, Víctor Ortiz Partida, Fernando Osorio, Consuelo Pagaza, Mauricio Palos, Daniela Pastrana, Rubén Pax, Alejandro Pérez Cervantes, J. Raúl Pérez Alvarado, Ulises Pérez, León Portman Berlinsky, Carmen Ramírez, Darío Ramírez, Ramón Reverté, Enrique Rivera Barrón, Vania Rojas, Grant Romer, Elizabeth Romero, Saúl Ruelas, Santiago Salmerón, Marta Sánchez, Gladys Serrano, Enrique Serrato, Miriam Silva Alcaraz, Marcela Turati, Pedro Valtierra, Lucía Vergara, Fernando Villa del Ángel, Astrid Villanueva Zaldo, Juan Villanueva, Enrique Villaseñor. Archivo Fotográfico Manuel Ramos, Archivo Hermanos Fuentes, Archivo Histórico Editorial Televisa, Archivo Noticieros Televisa, Article 19, Biblioteca Lerdo de Tejada/shcp, Centro Nacional de Comunicación Social A.C. (cencos), El Diario de Juárez/PM, El Debate, Fototeca Nacional/inah, Fundación Televisa, Hemeroteca Nacional/unam, La Jornada, Luces del Siglo, Museo del Periodismo y las Artes Gráficas de Guadalajara, Noroeste, Periodistas de a Pie, Proceso.


viajes al centro de la imagen III:

Aproximaciones al fotoperiodismo mexicano 9 Presentación 13 Vulnerabilia (fotógrafos) Jonathan Hernández

28 Reivindicaciones del fotoperiodismo mexicano (1976-2006) Isaura Oseguera Pizaña

126 Derecho de mirada Juan Manuel Aurrecoechea

136 Expofotoperiodismo 155 Periodismo gráfico en Proceso J. Raúl Pérez Alvarado

192 Genealogía de un partido Diego Berruecos

202 Crónica personal de pequeños sucesos Elsa Medina

213 Miguel Sierra y el fotoperiodismo en Coahuila Alejandro Pérez Cervantes

244 Los estigmas de la tierra Héctor Orozco

272 Guardias en el pasado meridiano Mayra Martell

298 Narciso Contreras y las encrucijadas del fotoperiodismo globalizado

333 Contra el silencio forzado: el periodismo mexicano en la hora del lobo Astrid Villanueva Zaldo

3a y 4a de forros: Por el regreso de los alumnos ausentes: de Buenos Aires a Ayotzinapa Encarte: FotoNews Efemérides para la documentación del periodismo gráfico como medio, industria y oficio Luis R. Hernández


Juan Guzmán. Oferta de revistas y magazines en un quiosco frente al cine del Hotel del Prado. Avenida Juárez, Ciudad de México, junio de 1953. Colecciones Fotográficas Fundación Televisa/Fondo Juan Guzmán.


A veces imagino lo que habrán de decir de nosotros los historiadores futuros. Les bastará una frase para caracterizar al hombre moderno: fornicaban y leían periódicos. El personaje Jean-Baptiste Clamence en La Caída (1956) de Albert Camus.

El fotoperiodismo surgió en la segunda mitad del siglo xix para dar testimonio visual de los agitados y expansivos tiempos modernos, como parte del desarrollo técnico y comercial de las industrias que hicieron posible la edición masiva de diarios y revistas ilustrados. Al tiempo que enriquecían la oferta de estas publicaciones periódicas, sus registros puntuales de sucesos del presente, cuya difusión no se circunscribió al consumo local, contribuyeron a la creación de una nueva conciencia histórica del devenir humano. Los avatares del mundo ancho y ajeno se volvieron asunto doméstico mediante la circulación efímera pero constante, y a precios módicos, de papeles con palabras e imágenes impresas.

Los oficios de la crónica y la búsqueda de noticias se redefinieron con el uso de las cámaras fotográficas y el trajín de quienes, con ellas en las manos y delante de los ojos, las llevaron a testificar acontecimientos de la más diversa índole. Con el trabajo cotidiano y ubicuo de quienes serían llamados repórters, reporteros gráficos, fotorreporteros, fotoperiodistas, se hizo visible esa dimensión temporal que acabaría por ser la rectora de la convivencia social en todas las regiones del planeta: la actualidad, el hoy que resultaba de la suma desglosable de miles y miles de instantes. En pos de la fugacidad del tiempo presente, la crónica fotoperiodística sería a la vez el destello de la noticia que era comidilla del día y el archivo de las novedades caducas, en cualquier caso una narración siempre uncida a las minucias de la vida cotidiana, de las que el fotorreportero aprendió a ser tanto testigo como catalizador. México puede preciarse de contar con una sólida tradición fotoperiodística, en la cual están representados no solo los usos y prácticas nacionales de ese género informativo, y las habilidades profesionales de los reporteros locales, sino también el margen de maniobra que al ejercicio de nuestro periodismo gráfico le han permitido los intereses políticos y económicos que son también parte de las circunstancias en que las imágenes se vuelven noticia o reportaje impresos. El reconocimiento de los fotoperiodistas como autores no puede olvidar que su labor es parte de un complejo engranaje editorial y que sus imágenes, antes de llegar a los lectores de diarios y revistas, pasan por el filtro de múltiples mediaciones. En las imágenes publicadas está presente el ojo de un testigo-creador con cámara, pero igualmente los presupuestos establecidos por sistemas de información y regímenes de gobierno que tienen, como en el caso mexicano, distintas maneras de influir en los contenidos de las publicaciones periódicas. 9


Aunque no se duda del valor histórico que tienen los registros fotoperiodísticos, el reconocimiento a los reporteros gráficos no ha sido fácil de obtener en corporativos empresariales que suelen relegarlos a posiciones secundarias. También son parte de la historia del fotoperiodismo, en el mundo y en México, las batallas que los fotorrepor­ teros han emprendido para reivindicar su oficio como profesión, trabajo creativo, memoria histórica y legado cultural. En los tiempos que corren, la profesión del fotoperiodista está sufriendo transformaciones motivadas por los nuevos desarrollos técnicos de los medios de comuni­ cación, la reorganización del mercado global de la información noticiosa y las tendencias dominantes en los hábitos de consumo de los bienes culturales. ¿Qué lugar van a ocupar los fotoperiodistas profesionales en una narrativa cotidiana cada vez más acelerada y no únicamente dependiente de la información provista por los medios tradicionales? ¿Qué fotoperiodismo surgirá de la masificación de los testigos ciudadanos, dueños de pequeños aparatos que son capaces de registrar y transmitir instantáneamente noticias fotográficas, de lectores que se enteran por las múltiples vías que les ofrece internet, del flujo de información visual controlado por las grandes agencias trasnacionales, del reiterado réquiem que se canta en honor a la inminente desaparición de los periódicos en papel impreso? Con el ánimo de sumarnos a las reflexiones sobre el destino próximo del fotoperiodismo, y al mismo tiempo, con el deseo de recuperar la historia de su pasado reciente en México, la tercera entrega de Viajes al Centro de la Imagen se adentra en la memoria que de ese género periodístico tiene bajo su custodia el susodicho Centro —en particular en el fondo compuesto por las Bienales de Fotoperiodismo, proyecto del que fue aliado institucional—. Como en las anteriores ediciones de la serie, la revisión de fondos fotográficos y acervos documentales se ha complementado con cotejos contemporáneos de sus temáticas medulares. Esta edición puede verse asimismo como homenaje a quienes desde la prensa diaria, la edición, la investigación, los museos y la academia, han revelado la rica contextura del fotoperiodismo mexicano, cuya reivindicación les resulta a los editores de Luna Córnea política y culturalmente necesaria, sobre todo por los vínculos que la difusión de testimonios y relatos fotográficos tiene con la libertad de expresión y el derecho a la información.  |  A lfonso Morales C arrillo

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Portada y planas del periódico francés Libération, edición del jueves 14 de noviembre de 2013. “Por primera vez en su historia, Libération aparece sin fotografías. En su lugar, una serie de recuadros vacíos que crean un espacio de silencio bastante incómodo: es evidente, hay una falta de información, como si nos hubiéramos vuelto un periódico mudo”. Con estas palabras, sus editores presentan este número especial que se propuso resaltar la importancia de la fotografía como contenido periodístico. Fue puesto en circulación para acompañar la apertura del festival Paris Photo 2013.


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V ulnerabilia   |  En el Café Comercial de la ciudad de Madrid, Jonathan Hernández (ciudad de México, 1972) maduró la propuesta de ensayos iconográficos que luego decidió titular como Vulnerabilia. Corría el año 2002 y, a esa venerable cafetería, el artista mexicano solía acudir a desayunar y a leer El País. Fue a partir de entonces que se obsesionó con las imágenes publicadas en los diarios, que le atraían no tanto por sus valores informativos como por sus potencialidades icónicas. Recortadas, clasificadas y reorganizadas en series temáticas, desprovistas de créditos y referencias, esos fragmentos de información gráfica le sirvieron a Hernández para formar un archivo y a partir de él armar compendios que invitaban a la realización de lecturas multívocas y a la construcción de relatos abiertos. La primera publicación que resultó de esos ejercicios de montaje fue You are under Arrest 2000-2002, libro basado en imágenes de detenidos que se editó en 2003. Dos años después se imprimió Vulnerabilia 2002-2004, volumen en el que Hernández manejó por primera vez un término tomado del título de un disco realizado por un grupo británico de rock-pop, en el que consideró cifrada la mezcla de memoria y fragilidad contenida en los recortes periodísticos que nutrían sus compendios. A esas ediciones se agregaron títulos como Vulnerabilia (cierto desierto), aparecido en 2008, Vulnerabilia (Printed Matter), armado como libro digital en 2011, y Vulnerabilia (ver llover) 20082012, publicado en 2012, además de varios ensambles en otros formatos, todos ellos derivados del mismo archivo. Vulnerabilia no es una recopilación conjuntada con propósitos históricos, que apueste a la futura rememoración de algunos momentos del pasado, aunque no por ello sus montajes dejan de poner en juego señales e indicios que informan sobre los viejos y nuevos recursos que la prensa, en alianza con otros medios, utiliza para reconfigurar la percepción del presente. La reactivación de esas claves reclama un lector más participativo que aquel que se ha resignado al consumo rutinario de lo que las industrias del periodismo venden como recuentos objetivos de los sucesos, empaquetados las más de las veces en relatos estandarizados. Vulnerabilia, que en las siguientes páginas se hace presente con un breve ensayo sobre la ubicuidad del acto fotográfico, arroja luz sobre los impulsos docuficcionales del periodismo gráfico, que aún se cuenta entre los principales sustentos de nuestra conciencia sincrónica de la actualidad.  |  AM 12

Páginas 13 a 23:

Jonathan Hernández. Vulnerabilia (fotógrafos), 2014. Todas las imágenes han sido recogidas de la prensa internacional durante los años 20122014 y pertenecen a sus autores y/o agencias.


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Como sucedió en otras latitudes, el comienzo del fotoperiodismo mexicano se hizo posible gracias a la introducción de las técnicas que permitieron el tramado de imágenes fotográficas y su impresión en diarios, semanarios y otras publicaciones cuyo principal propósito era dar noticia de los sucesos de actualidad. En el prospecto de la revista El Mundo, publicación propiedad de Rafael Reyes Spíndola, que se editaba en la ciudad de Puebla, se publicaron, en octubre de 1894, las primicias de esa modalidad informativa, que trajo por consecuencia la creación del oficio de reportero gráfico. Al tiempo que en los medios periodísticos de nuestro país se perfeccionaban los recursos y las prácticas para hacer de la fotografía un género noticioso, el trabajo de los fotógrafos que hacían la crónica de acontecimientos que iban de lo previsible a lo extraordinario consiguió difundirse a través de otras vías: mediante la edición de postales, álbumes, suplementos y libros; la organización de exposiciones y concursos; y, sobre todo, la creación de archivos y agencias que, al permitir el resguardo de las imágenes producidas por los fotorreporteros, brindaron la posibilidad de usos y revisiones posteriores, y reivindicaron el valor que las mismas tenían como testimonios, documentos y expresiones de una mirada autoral. Esa difusión, paralela a las exigencias de la agenda informativa, confirma el papel activo que los fotoperiodistas mexicanos desempeñaron como compiladores, archivistas, editores, expositores y defensores de los intereses de su comunidad gremial. El reconocimiento que Agustín Víctor Casasola merece como uno de nuestros primeros reporteros gráficos, debe extenderse al papel que desempeñó como uno de los organizadores, en 1911, de la Asociación de Fotógrafos de la Prensa Metropolitana y de la exposición que sus integrantes presentaron en un céntrico local de la ciudad de México, así como a la creación, un año después, de la Agencia Mexicana de Información Fotográfica —génesis del que luego sería conocido como Archivo Casasola—, y a la producción editorial que inició, ­en los años veinte 24


Páginas 24-27:

Juan Guzmán. Reporteros gráficos y periodistas que hicieron la cobertura del III Informe de Gobierno del presidente Manuel Ávila Camacho, en la Cámara de Diputados. Ciudad de México, 1 de septiembre de 1943. Colecciones Fotográficas Fundación Televisa/Fondo Juan Guzmán.

del siglo pasado, con la publicación de los cuadernos del Álbum histórico gráfico —primera entrega de las sagas históricas ilustradas que el fotógrafo y sus familiares difundieron a lo largo de esa centuria—. Lo mismo puede decirse de otros fotógrafos que fueron parte de la nómina de nuestros más importantes magazines ilustrados —Enrique Díaz, los Hermanos Mayo, Nacho López, Héctor García, Rodrigo Moya—, quienes consiguieron sortear la inevitable caducidad de la información noticiosa, gracias a los proyectos archivísticos, editoriales o museográficos que facilitaron la resurrección y reposicionamiento, en muy diversos contextos, de al menos un conjunto representativo de las imágenes de su autoría. En este proceso fue fundamental la participación de las personas e instituciones que apoyaron el rescate, estudio, difusión y reactivación de su legado. La historia de nuestro fotoperiodismo no únicamente debe atender al inmenso conjunto de las imágenes publicadas en función de los requerimientos cotidianos, semanales o mensuales de las empresas periodísticas, porque también es parte de ella la larga batalla que los fotorreporteros han librado para ganar no solo una mayor visibilidad, sino la valoración de sus trabajos, no siempre apreciados con justicia por los mismos medios para los que prestaban sus servicios. Desplegadas en función de criterios editoriales en los que la opinión de los reporteros gráficos tenía poca influencia, las imágenes noticiosas sufrieron asimismo los efectos del control y la censura que sobre la prensa ejercían los gobiernos en turno. Héctor García debió crear, con la ayuda del periodista Horacio Quiñonez, una publicación independiente —Ojo! Una revista que ve— para informar sobre las manifestaciones de protesta que en la ciudad de México llevaron a cabo organizaciones de maestros, ferrocarrileros y estudiantes, en los meses de agosto y septiembre de 1958. Una década después, imágenes proporcionadas por este mismo fotógrafo fueron parte de otra atípica publicación contrapuesta a la línea oficial de los gobiernos priistas, 25


en este caso el encabezado por Gustavo Díaz Ordaz: la edición 345 del suplemento La Cultura en México, publicado como parte del semanario Siempre!, en la que se ofreció “una versión del movimiento estudiantil” que documentaba el desarrollo que la rebelión había tenido entre el 23 de julio y el 17 de septiembre de 1968. En la lucha en contra de las rutinas que colocaban a la fotografía de prensa y a sus hacedores en posiciones subordinadas, y a favor del más amplio reconocimiento de las imágenes fotoperiodísticas como testimonios acordes a la complejidad y aceleración de los tiempos modernos, se inscribió asimismo la muestra Palpitaciones de la vida nacional. México visto por los fotógrafos de la prensa, que en 1947 llevó al Palacio de Bellas Artes una selección de imágenes de varias generaciones de reporteros gráficos. Organizada con el apoyo de la revista Mañana y la Asociación Mexicana de Fotógrafos de Prensa, fundada el año anterior, esta exposición colectiva rindió homenaje a quienes el crítico y periodista Antonio Rodríguez describía como “ases de la cámara” y reconocía como autores de una obra “de fuerte valor documental e indudable proyección estética”, que debía ser considerada “como una de las vigorosas expresiones de nuestra época”. Medio siglo después de la presentación de Palpitaciones de la vida nacional, se iniciaron las Bienales de Fotoperiodismo, a partir de una iniciativa encabezada por el arquitecto y fotógrafo Enrique Villaseñor, a la que se sumaron decenas de fotorreporteros y el apoyo institucional del Centro de la Imagen. A lo largo de sus once años de existencia —de 1994 a 2005—, y como resultado de sus seis convocatorias dirigidas a fotógrafos dedicados al trabajo informativo y documental, las Bienales de Fotoperiodismo compusieron un muestrario inevitablemente parcial pero asimismo representativo de la producción fotoperiodística que se hizo pública en diversos medios en el periodo en que fueron noticia el alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el ascenso al poder presidencial de un partido 26


de oposición, el Partido Acción Nacional. Lo mismo por la diversidad de sus participantes que por sus inclinaciones temáticas o por las polémicas que suscitaron, las Bienales conformaron un archivo de imágenes y documentos escritos que puede ser de enorme utilidad para el estudio de lo que el fotoperiodismo mexicano ha sido en el pasado reciente. Por decisión de Enrique Villaseñor y otros animadores de las Bienales de Fotoperiodismo, esa memoria se integró a los fondos que custodia el Centro de la Imagen. Su debida catalogación y documentación, que está en proceso, habrá de alentar en el futuro toda clase de provechosas relecturas. La historiadora Isaura Oseguera Pizaña, quien trabajó en el ordenamiento inicial de este fondo, ofrece en los siguientes apuntes un recuento de las propuestas editoriales y museográficas, generadas en el medio fotográfico, que antecedieron o acompañaron la realización de las seis Bienales de Fotoperiodismo, de las que asimismo hace una crónica puntual. Al perfilar el contexto en que se dieron esas Bienales y sus propuestas afines, Oseguera Pizaña pone de manifiesto la perseverancia con la que los fotoperiodistas mexicanos activos en ese periodo, a pesar de sus conflictos, desencuentros y divisiones, impulsaron la defensa de su oficio y el reconocimiento a su creatividad.  |  AM

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Reivindicaciones del fotoperiodismo mexicano (1976-2006) Apuntes sobre publicaciones, agencias, exposiciones y bienales Isaura Oseguera Pizaña

Periodismo en tiempos de crisis En la segunda mitad del siglo xx, múltiples expresiones de descontento social y de disidencia política, como fue el caso del movimiento estudiantil de 1968 y la insurrección guerrillera que le siguió en la década posterior, hicieron evidente que el sistema presidencialista y monopartidista que gobernaba en México desde los años veinte requería de un urgente remozamiento para no debilitar su hegemonía. Durante la década de los años setenta, el régimen en el poder realizó una serie de reformas constitucionales mediante las que se propuso canalizar las demandas de democratización de estudiantes, sindicalistas, activistas agrarios, organizaciones populares y partidos independientes de derecha como Acción Nacional o de izquierda como el Comunista Mexicano, y así obtener nuevas fuentes de legitimidad.1 La llamada “reforma política” de 1977, que fue impulsada por Jesús Reyes Heroles, entonces secretario de Gobernación, a principios del sexenio presidido por José López Portillo (1976-1982), 2 y que implicó la modificación de diecisiete artículos constitucionales, permitió ampliar el espacio de participación política de las organizaciones opositoras. El 6o constitucional fue uno de los artículos modificados al adicionarle el enunciado: “el derecho a la información será garantizado por el Estado”. En ese momento una parte del debate giró en torno a la diferencia entre la libertad de expresión como una garantía individual y el derecho a la información como una garantía social de los receptores de los contenidos informativos, es decir, de la sociedad. Sin embargo, al poco tiempo fue evidente que el concepto de derecho a la información, se refería explícitamente solo al derecho de todos los partidos políticos a tener acceso a los medios de difusión masiva. En otras palabras, el derecho a la información fue solo un componente de la reforma política que se 1 María Fernanda Somuano, “Movimientos sociales y partidos políticos en México: una relación voluble y compleja”, en Ilán Bizberg y Francisco Zapata (coords.), Movimientos sociales, México, El Colegio de México, 2010 (Los grandes problemas de México, vol. 6), p. 254. 2 El decreto que modificó 17 artículos de la Constitución se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 6 de diciembre de 1977, pp. 2-6. 28


Reporteros gráficos cubriendo las actividades de José López Portillo, candidato del pri a la presidencia de la república en las elecciones de 1976. Archivo Hermanos Fuentes.

instrumentó para revitalizar la legitimidad y la hegemonía del régimen gobernante.3 Aunque los gobiernos emanados del Partido Revolucionario Institu­ cional (pri), partido beneficiario de las prebendas oficiales durante medio siglo, no estaban dispuestos a realizar cambios que pusieran en riesgo su control de las riendas del poder, lo cierto es que en el contexto de la “reforma política” se generaron condiciones favorables a un ejercicio más amplio y diversificado de la libertad de prensa, que a su vez dio motivo a una mayor oferta de publicaciones independientes. En ese ámbito periodístico, que fue propicio a la renovación de prácticas y géneros, ocuparon un lugar destacado el semanario Proceso y los diarios Unomásuno y La Jornada. La revista Proceso nació en 1976, luego de que el gobierno de Luis Echeverría orquestara un golpe contra el equipo que editaba el diario Excélsior. Dirigido por Julio Scherer desde agosto de 1968, este matutino de circulación nacional se había consolidado como un espacio plural y crítico, en el que no eran infrecuentes los señalamientos dirigidos en 3 Enrique E. Sánchez Ruiz, “Hegemonía y reformas preventivas. Reforma política y derecho a la información, 1977-1982”, en Comunicación y Sociedad, núm. 9, mayo-agosto de 1990, pp. 78-79. 29


contra del dispendio, la ineficiencia y la corrupción de la clase política.4 Luego de ser objeto de toda clase de presiones, entre ellas el recorte de la publicidad gubernamental, Scherer y su equipo se vieron obligados a salir de Excélsior el 8 de julio de ese año, tras la celebración de una hostil y amañada asamblea de la cooperativa que era la propietaria de la empresa periodística. Solo unos meses después, con fecha del 6 de noviembre de 1976, comenzó a circular Proceso, semanario en el que muchos de los periodistas expulsados de Excélsior, con Scherer a la cabeza, refrendaron su apuesta a favor de un periodismo comprometido con las necesidades informativas de la sociedad y no subordinado a los intereses de los gobiernos en turno. El diario Unomásuno fue también producto del golpe echeverrista al diario Excélsior y de la decisión de otro grupo de sus excolaboradores de no someterse a la censura gubernamental. Fundado y dirigido por Manuel Becerra Acosta, inició su circulación el 14 de noviembre de 1977, con una oferta editorial que se proponía seguir el pulso de los cambios que tenían lugar en la convulsa vida político-social del país y de Latinoamérica, en una época marcada por movilizaciones e insurrecciones de toda índole. 4 El 7 de junio de 1976, además de celebrar el Día de la Libertad de Expresión y Prensa, que había sido instaurado por el presidente Miguel Alemán en 1951, el presidente Luis Echeverría hizo entrega del Premio Nacional de Periodismo e Información, en una ceremonia en la que abundaron los discursos sobre la libertad de prensa. No iba a transcurrir ni un mes para que el régimen priista asestara, con el golpe a Excélsior, uno de los mayores ataques contra la prensa escrita. 30


Rubén Pax. Formación e impresión del primer número del diario La Jornada, 18 de septiembre de 1984.

Una de las novedades de este periódico fue el lugar que se les dio a las imágenes fotográficas, las cuales dejaron de ser un mero complemento visual de la información escrita. Tanto Becerra Acosta como el encargado del departamento de fotografía, Aarón Sánchez, propiciaron el desarrollo de un tipo de fotografía de prensa más autónoma y autosuficiente, que dio mayor libertad a los fotógrafos para experimentar y expresarse. Christa Cowrie —quien llegó a ser la primera jefa del departamento de fotografía de un periódico—, Martha Zarak, Pedro Valtierra, Armando Salgado, Enrique Ibarra, Gustavo Miranda, Jorge Barragán, José Luis Rocha, Miguel Castillo, Rogelio Cuéllar y Héctor García, formaron parte del equipo de fotorreporteros de Unomásuno.5 A finales de 1983 tuvo lugar la escisión de un grupo de directivos, periodistas y fotógrafos de Unomásuno, que habría de derivar en la fundación de un nuevo diario: La Jornada. El 29 de febrero de 1984 se presentó en el Hotel de México la convocatoria para construir ese foro periodístico independiente, a la que se sumaron un buen número de científicos, académicos, artistas, escritores, cineastas, militantes políticos de varias tendencias y luchadores sociales. El proyecto se hizo realidad gracias a 5 Cfr. María Antonieta Barragán, “Fotógrafos del Unomásuno. Manuel Becerra Acosta y la fotografía”, en Cuartoscuro, año XI, núm. 66, junio-julio de 2004, pp. 45-54; Ernestina Hernández Solano, Unomásuno. Testimonios 1977-1997, México, Editorial uno, 1998; Adriana Malvido, “Fotógrafos del Unomásuno. La mirada de Manuel Becerra Acosta, detonador para el nuevo fotoperiodismo”, en Cuartoscuro, año XI, núm. 66, junio-julio de 2004, pp. 12-36. 31


las aportaciones en especie, trabajo o dinero que hicieron personas de la más diversa condición social. Artistas como Rufino Tamayo y Francisco Toledo donaron obra, Alberto Bitar ofreció su imprenta, Vicente Rojo se hizo cargo del diseño de la publicación y Juan Sepúlveda rentó el edificio de Balderas 68 donde el diario estableció su primera sede. Al cooperar con veinte o treinta dólares de aquella época, estudiantes, obreros, amas de casa, profesionistas, campesinos y pequeños comerciantes se convirtieron en accionistas del periódico. Con Carlos Payán Velver como su directorfundador, el primer número de La Jornada comenzó a circular el 19 de septiembre de 1984.6 En la década de los ochenta, cuando el poder presidencial pasó de manos de José López Portillo a Miguel de la Madrid Hurtado, quien gobernaría al país de 1982 a 1988, los mexicanos sufrieron los efectos de sucesivas crisis motivadas por la caída de los precios del petróleo, las fugas de divisas, la inflación desbocada y las altas tasas de interés, entre otras desgracias económicas. En un contexto dominado por la depauperación y el desempleo, y asimismo por un nuevo activismo político de la sociedad civil, temas cuya exhibición pública antes estaba controlada o prohibida —como la corrupción de funcionarios y políticos de primer orden, el fraude electoral, las protestas de la oposición, el narcotráfico, la represión y la defensa de los derechos humanos—,7 fueron abordados por Proceso, Unomásuno y La Jornada y, a través de sus páginas, por los fotoperiodistas que con su trabajo contribuyeron a enriquecer la memoria documental de ese periodo. De Imagenlatina a Cuartoscuro En marzo de 1984, los fotógrafos mexicanos Pedro Valtierra, Luis Humberto González, Marco Antonio Cruz, Rubén Pax, Fabrizio León y el brasileño Jesús Carlos, fundaron la agencia Imagenlatina, con los propósitos de “crear las condiciones óptimas para desarrollar una fotografía periodística alternativa” y “mostrar la realidad social, económica, política y cultural de los países latinoamericanos, a través de una fotografía dinámica, expresiva y crítica”. 8 El fotógrafo brasileño Jesús Carlos comenta sobre esa experiencia: 6 Carmen Lira, “La sociedad en el espejo de las Princesas”, en 1984-2004. La Jornada, México, Demos Desarrollo de Medios, S. A. de C. V./Agencia de Servicios Integrales de Comunicación S.A. de C.V., 2004, p. 4. 7 Manuel Alejandro Guerrero, “Los medios de comunicación y el régimen político”, en Soledad Loaeza y Jean-François Prud’homme (coords.), Instituciones y procesos políticos, México, El Colegio de México, 2010 (Los grandes problemas de México, vol. 14), p. 253. 8 imagenlatina-Agencia de Fotografía y Editora, 1984. Archivo Pedro Valtierra. 32

Carlos Contreras de Oteyza. Fin de sexenio, 1986. Obra participante en la I Bienal de Fotoperiodismo, en 1994. Archivo CI/ Fondo BFP.



En São Paulo ya existían algunas experiencias de pequeñas agencias de fotografía como la SIGLA, Fotojornalismo y la F4, que fue la mejor conceptualizada y exitosa de las propuestas de agencias creadas por fotógrafos independientes. Eran cuatro fotógrafos y un grupo de amigos que trabajaban como freelance en la fotografía de prensa y editorial. Teniendo esa información conmigo y viviendo en México desde hacía dos años, conociendo un poco de la fotografía de prensa, los fotógrafos y el mercado editorial mexicano, empecé a pensar ¿por qué no crear una agencia de fotografía independiente con fotógrafos dispuestos a trabajar en un mercado que estaba en expansión, en donde como autores de las imágenes pudiesen montar sus archivos, editar sus fotos, proponer pautas temáticas y hacer respetar los derechos morales y patrimoniales de la fotografía? Fue desde esa pregunta que empecé a conversar y discutir con Pedro Valtierra, Marco A. Cruz, Fabrizio León y Luis Humberto González la idea de una agencia. Por tanto es en ese contexto, y después de muchas discusiones, que en 1984 surge la propuesta de la agencia Imagenlatina, una fotografía crítica y diferenciada. […] Tiene que ponerse claro que el proyecto de Imagenlatina fue colectivo. Fueron discutidos todas las cuestiones que envolvía una empresa con las características que queríamos. Mercado editorial, participación de los fotógrafos, contenido de la fotografía y lenguaje fotográfico, edición de imágenes, archivos de fotos, derecho moral y patrimonial, pautas sugeridas y producidas por los fotógrafos, laboratorio fotográfico, precios y todo relacionado con la fotografía en la prensa mexicana.9

El proyecto de la agencia se mantuvo activo durante seis meses. Se suspendió por falta de recursos, de experiencia y, sobre todo, porque Valtierra les propuso a los integrantes de Imagenlatina ser el equipo base para la formación del departamento de fotografía del periódico La Jornada. Ahí trabajaron durante dos años. En 1986, cuando se decidió constituir el Sindicato Independiente de Trabajadores de La Jornada (Sitrajor), dos corrientes se confrontaron en pos de la secretaría general: Unidad y Democracia (UyD), encabezada por el caricaturista Magú (Bulmaro Castellanos), y Azul Celeste, que impulsaba a Pedro Valtierra. Las posiciones de estos bandos se polarizaron:

9 Comunicación vía correo electrónico con el fotógrafo Jesús Carlos, el 15 de septiembre de 2014. 34


A rriba : Rubén Pax. Brindis con motivo de la impresión del primer número del diario La Jornada, 18 de septiembre de 1984. Aparecen entre los retratados: Carlos Payán Velver, Carmen Lira, Vicente Rojo y Pedro Valtierra. I zquierda : Portada

del libro Imágenes de Brasil de Jesus Carlos, editado por la Comunidad Brasileña en México e impreso por la Federación Editorial Mexicana, 1984.

A quienes coincidieron con las ideas de Magú muchos trabajadores los identificaron con la empresa. Y a los que simpatizaban con Valtierra se les adjudicó la intención de “querer apoderarse del proyecto periodístico” y de “estar ligados al psum”. El ambiente de “desunión” estaba presente. “Por un lado —escribió un reportero en una carta que circuló entre el personal—, estaban los trabajadores de redacción y, por otro, los empleados que representaban a talleres, circulación y al área administrativa”.10

Aunque había coincidencias en las plataformas de ambas plantillas —la mejora salarial, la petición de dos días de descanso, la lucha por el registro sindical y el Contrato Colectivo, la retabulación, la partición de los trabajadores en el Consejo Editorial y el acceso de los empleados a las acciones comunes—, había claras señales de que las simpatías del director Carlos Payán estaban a favor del grupo de Magú.11 El 21 de agosto de 1985 la planilla Azul Celeste perdió las elecciones y seis meses después, a principios de febrero del año siguiente, Miguel Ángel Granados Chapa dimitió como subdirector del periódico junto con un grupo de correctores de estilo y secretarios de la mesa de redacción. Seguirían sus pasos, el 28 de ese mismo mes, seis reporteros gráficos: Pedro Valtierra, Marco Antonio Cruz, Andrés Garay, Herón Alemán, Rubén Pax y Arturo Fuentes. Ya fuera de La Jornada, el grupo de fotógrafos acordó retomar el proyecto de la agencia Imagenlatina.12 Valtierra, Cruz, Garay y Alemán quedaron como inversionistas, Pax diseñó y fabricó todos los muebles del laboratorio, además de aportar el equipo de ampliadoras 10 Matilde Pérez (coord.), Sitrajor. Memoria de un proceso de unidad 1985-2006, México, Sindicato Independiente de Trabajadores de La Jornada, 2008, p. 28. Las siglas psum se refieren al Partido Socialista Unificado de México, fundado en 1981 como resultado de la fusión del Partido Comunista Mexicano con otras organizaciones de izquierda. 11 Entrevista a Marco Antonio Cruz por el equipo de Luna Córnea en la ciudad de México el 27 de mayo de 2014. 12 Matilde Pérez (coord.), op. cit., p. 40. 35


y charolas,13 y Fuentes participó en la agencia como colaborador. Granados Chapa fue sin duda un gran apoyo para Imagenlatina, pues gracias a él, la Agencia Mexicana de Información les cedió a sus integrantes un espacio para que empezaran a trabajar, primero sin cobrar renta y después por una cantidad muy modesta. Como organización colectiva, los fotógrafos acordaron el reparto de tareas: Cruz fue el encargado de la información, Valtierra de la promoción, Garay de la administración y Alemán del laboratorio.14 Siete meses después, Valtierra decidió desligarse de Imagenlatina y, al poco tiempo de esa renuncia, Garay también abandonó las filas de la agencia. A esas salidas habría de sumarse la muerte de Herón Alemán en un accidente, razón por la que Marco Antonio Cruz y Rossy Alemán, viuda de Herón y también fotógrafa, debieron hacerse cargo de todas las actividades de la agencia, hasta que el equipo se pudo reforzar con la incorporación de la fotógrafa Ángeles Torrejón. Cruz dirigió la agencia durante diecisiete años, de 1986 a 2003, la mayoría de ellos bajo una intensa presión laboral: cubrir las órdenes de trabajo, revelar los rollos e imprimir las imágenes seleccionadas, enviar el material impreso a los distintos destinos del país donde se ubicaba su decena de clientes — entre ellos el semanario Proceso, para el que reservaban sus mejores trabajos—. En la época en que la agencia no disponía de la capacidad técnica para hacer transmisiones a larga distancia, no había otra que contar con la buena voluntad de desconocidos pasajeros a punto de emprender sus vuelos para que transportaran el sobre con las impresiones fotográficas. Como coordinador de Imagenlatina, Cruz debió de adaptarse a los cambios que se dieron en la producción y distribución de la información fotográfica. Por esa razón considera que Imagenlatina fue también una escuela: el espacio formativo de muchos fotógrafos noveles.15 13 Comenta el fotógrafo que durante el tiempo que colaboró en la agencia no se le pagó por sus servicios. Entrevista con Rubén Pax, en la ciudad de México, el 8 de diciembre de 2014. 14 Entrevista a Marco Antonio Cruz por Yoania Alejandra Torres Luna, en la ciudad de México, el 21 de octubre de 2008. Cfr. Yoania Alejandra Torres Luna, Marco Antonio Cruz López. Una mirada documental a los indigentes de la ciudad de México, México, Tesis de maestría en Historia del Arte-unam, 2009, p. 92. 15 Entrevista a Marco Antonio Cruz por el equipo de Luna Córnea, op. cit. 36


A la salida de Imagenlatina, Pedro Valtierra encaminó sus esfuerzos hacia la creación de su propia agencia de servicios fotográficos, la cual comenzaría a funcionar en 1986 con el nombre de Cuartoscuro. Inspirada por la agencia francesa Magnum, desde el principio tuvo clara la importancia de obtener recursos financieros propios para no tener compromisos con ningún tipo de poder. Se planteó como sus objetivos: a)  Ser una agencia independiente para trabajar con absoluta libertad en función del interés de clientes y lectores. b)  Apoyar a los fotógrafos mexicanos para que desarrollen todo su potencial creativo y aprendan las bases del fotoperiodismo. c)  Formar fotógrafos que sean autosuficientes, no solo técnicamente, sino como periodistas. Desde siempre, ha sido y es A rriba : Pedro Valtierra.

obligatoria la lectura de por lo menos un medio impreso para estar al tanto de

Prisión de Huatulco, Oaxaca, 1987. adam

la noticia y de la grilla, porque somos periodistas: reporteamos y escribimos

I zquierda :

con imágenes las noticias. Un fotógrafo puede tener una gran técnica, pero sin

Herón Alemán. Mexicanos deportados por las autoridades migratorias estadounidenses. Tijuana, Baja California, ca. 1985. Archivo Alfonso Morales (adam).

información, las imágenes no trascienden ni van más allá de su publicación. d) Exigir al joven fotógrafo que se cuestione a sí mismo día a día para que sea más exigente con su trabajo. e) Comprender que la mejor manera de aprender es dejar la vanidad a un lado.16

En un inicio los clientes de Cuartoscuro se encontraban en el norte del país y en la ciudad de México: El Norte, de Monterrey; El Mañana, de Reynosa; El Debate, de Sinaloa; Vanguardia, de Saltillo; El Día, diario dirigido por Socorro Díaz, y Punto, semanario encabezado por Benjamín Wong Castañeda, ambos editados en el Distrito Federal. También en esta agencia aprendieron o reforzaron el oficio varias generaciones de fotoperiodistas. Entre los primeros se encontraron Liliana Contreras, Miriam Hernández, Juan Antonio Sánchez, Tomás Martínez, Eloy Valtierra, Gerardo Moctezuma, Francisco Segura, Joel Merino, Adrián Álvarez, Víctor Mendiola y Julio Candelaria. Como señala Ana Luisa Anza, los fotógrafos de Cuartoscuro fueron los primeros de una agencia nacional en cubrir eventos a nivel internacional como la invasión de Estados Unidos a Panamá, las elecciones en Nicaragua —documentadas por Víctor Mendiola—, parte de la guerra en El Salvador —que cubrieron 16 Pedro Valtierra, “Cuartoscuro en contexto”, en Cuartoscuro, año xviii, núm. 108, juniojulio de 2011, pp. 33-34. 37


Tomás Martínez y Eloy Valtierra—, y los conflictos políticos en Guatemala —registrados por Rodolfo Valtierra—.17 La agencia Cuartoscuro amplió sus actividades con la edición de una revista mensual que llevó su mismo nombre, la cual publicó su primer número en junio-julio de 1993. Dirigida desde entonces por Pedro Valtierra esta publicación se ha ocupado de la diversidad de las prácticas fotográficas, sin dejar de destacar las aportaciones de la fotografía periodística y documental.18 Para la editora Ana Luisa Anza, la revista nació: a partir de la idea original de crear también un espacio en donde publicar las fotos que se quedaban fuera de las páginas de los periódicos y atender un viejo reclamo de los fotógrafos en general que se quejaban siempre por la falta de espacios para publicar y exponer sus portafolios en México. Esta revista, que llega a su mayoría de edad este junio, y se fundó con recursos de la agencia y la solidaridad de los anunciantes, nace también para incluir a todos los géneros fotográficos de lo que se hace no solo en el Distrito Federal sino en todos los estados.19

A finales de los ochenta y principios de los noventa, el medio fotoperiodístico se enriqueció con el surgimientos de otras agencias radicadas en la ciudad de México: en junio de 1988 Enrique Villaseñor estableció la agencia Graph Press, dirigida hacia el mercado fuera del Distrito Federal; en 1989 los hermanos Miguel e Ignacio Castillo dieron vida a la agencia mic Photo Press, también encaminada a prestar servicio a los diarios de los estados; en 1992 Luis Humberto González fundó la agencia Silva; y en 1993 Rubén Pax creó la Agencia de Servicios Fotográficos e Informativos prisma, que se propuso solventar las carencias que había en cuanto a la cobertura de las actividades artísticas y culturales del país.20 Por esos mismos años, la agencia Imagenjarocha, reconocida como la primera de su especie que había sido creada en una entidad del interior de la república mexicana, tuvo un papel pionero en la descentralización de la oferta de servicios fotográficos. Con sede en Xalapa, Veracruz, fue fundada en 1987 por los fotógrafos Daniel Mendoza, Sergio Maldonado, Héctor Vicario y 17 Ana Luisa Anza, “25 años desde el Cuartoscuro”, en Cuartoscuro, año xviii, núm. 108, junio-julio de 2011, pp. 26-27. 18 Entrevista con Pedro Valtierra en la ciudad de México, el 25 de agosto de 2014. 19 Ana Luisa Anza, op. cit., p. 27. 20 Agencia de Servicios Fotográficos e Informativos prisma, (documento sin fecha). Archivo personal de Rubén Pax. 38


A rriba : Portada y páginas interiores del libro La vida en broma de Luis Humberto González, Gobierno del Distrito Federal, 2000. I zquierda : Portada del

primer número de la revista Cuartoscuro, junio-julio de 1993.

Víctor León, quienes habían sido compañeros de estudios en la Facultad de Artes Plásticas de Xalapa, y a ella se sumaría el norteamericano Joel Beeson, a quien conocieron en la capital veracruzana en 1988. 21 A su paso por esa Facultad, los fundadores de Imagenjarocha se convirtieron en discípulos de Nacho López, cuyo magisterio iba más allá de las aulas escolares. Hasta la muerte de López, en 1986, Mendoza mantuvo una relación cercana con su maestro. Fue a través de él que tuvo contacto con los fotógrafos de la ciudad de México, cuando le acompañaba a las reuniones que tenía con ellos en los días en que se estaba formando el periódico La Jornada. Así fue como conoció a Marco Antonio Cruz, Pedro Valtierra, Rubén Pax, Andrés Garay, Enrique Villaseñor, y a otros colegas. El vínculo entre los “nachitos” —como eran conocidos los alumnos de López— de la ciudad de México con los de Xalapa se formalizó en el Primer Coloquio Nacional de Fotografía, realizado en Pachuca, Hidalgo, en junio de 1984.22 Daniel Mendoza ya trabajaba en Xalapa para el periódico Política y el semanario Punto y Aparte cuando ingresó a la Asociación de Reporteros Gráficos del estado de Veracruz en 1987. En una serie de mesas redondas organizadas por esta agrupación, dio a conocer la iniciativa que condujo a la creación de una agencia fotográfica local, partiendo del ejemplo de las agencias Imagenlatina y Cuartoscuro. Imagenjarocha dio cobertura a todos los temas, a festejos tradicionales como el Carnaval de Veracruz o el de La Candelaria en Tlacotalpan, pero sobre todo a actividades políticas, como el movimiento ecologista de Laguna Verde o las elecciones presidenciales. En un inicio distribuía sus imágenes solo en el estado: en Xalapa, el puerto de Veracruz y Coatzacoalcos, después también en Oaxaca y más tarde le dio servicio a la agencia Imagenlatina. En junio de 1988, el norteamericano Beeson, a quien Mendoza conoció mientras 21 Entrevista con el fotógrafo Daniel Mendoza, en la ciudad de México, el 8 de diciembre de 2014. 22 Ídem. 39


fotografiaba una manifestación en Xalapa en contra de la Central Nuclear de Laguna Verde, fue invitado a cubrir, junto con Maldonado, las elecciones presidenciales para Imagenjarocha.23 La actividad de la agencia veracruzana concluyó en 1993, poco antes de que Mendoza aceptara la invitación de Marco Antonio Cruz a integrarse a Imagenlatina, requerida de fortalecer su equipo luego de que se hiciera público, el 1 de enero de 1994, el alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas. Muchos reporteros debieron trasladarse a San Cristóbal de las Casas para dar cobertura al desarrollo de la insurrección indígena que tenía como icono mediático al Subcomandante Marcos.24

L a Jornada Los directivos fundadores del diario La Jornada no fueron insensibles a las propuestas planteadas por su equipo de reporteros gráficos, para quienes las tareas informativas del diarismo no estaban reñidas con el respeto a su mirada autoral y a sus capacidades expresivas. Los logros obtenidos por este grupo de fotoperiodistas fueron fundamentales no solo para que la imagen fotográfica ganara mayor y mejor espacio en las páginas de ese periódico sino para alentar la reivindicación de la fotografía de prensa en general. En palabras de Marco Antonio Cruz: 23 Joel Beeson, “Currents of Change, Mexico”, en Sunday. The Columbia Missourian Magazine, 18 de septiembre de 1988, p. 3. 2 4 Entrevista con el fotógrafo Daniel Mendoza, op. cit. 40

Dos imágenes de la autoría de Daniel Mendoza, realizadas en los años en que fue integrante de la agencia Imagenjarocha. I zquierda : El fotógrafo Nacho López retratado en su casa de Coatepec, el 27 de abril de 1985. D erecha : Cartel promocional de la agencia Imagenjarocha, ilustrado con la imagen de una manifestación realizada en la ciudad de Xalapa en contra de la Central Nuclear de Laguna Verde, 1988.


fueron dos años [1984 a 1986] de un trabajo muy propositivo y creativo, de hecho aún se recuerda porque fueron momentos muy importantes para la fotografía, rebasamos en mucho a otros medios como Excélsior o Unomásuno y trabajamos con pocos recursos, pero con muchas ganas de proponer. […] En La Jornada se logró hacer un periodismo integral, desde la mesa de redacción, editores, caricatura, fotógrafos, etcétera. Todos los que trabajábamos ahí proponíamos, de forma que fuimos creando un perfil en la prensa, en su momento novedoso.25

De acuerdo a Pedro Valtierra, las ideas sobre fotoperiodismo que dieron vida a la agencia Imagenlatina también se hicieron presentes en la organización del departamento de fotografía de La Jornada. El fotógrafo las tomó como base para armar la propuesta que, con fecha del 29 de febrero de 1984, le hizo llegar a Carlos Payán. 26 En ese proyecto se planteaba lo siguiente: Es conveniente que el fotógrafo participe, en la medida de las posibilidades, en la deliberación de las Juntas de Evaluación para que desde ahí se exponga el material que nuestro departamento producirá. Marco Antonio Cruz. Edificio Nuevo León del conjunto habitacional Tlatelolco colapsado por el terremoto de 8.1 grados Richter que el 19 de septiembre de 1985 cimbró la ciudad de México.

También debemos participar en la planeación de reportajes, entrevistas y noticias. De tal manera que junto con el reportero se tenga un mejor conocimiento de lo que se va a realizar, en pro de la calidad periodística. 25 Entrevista a Marco Antonio Cruz por Yoania Alejandra Torres Luna, op. cit., p. 91. 26 Pedro Valtierra, op. cit., p. 31.

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[…] revalorar nuestra actividad y la producción de fotografía dentro de la estructura del periódico; darnos un trato diferente que nos permita mayor influencia en la decisión para publicar tales o cuales fotos, y también para ubicación y tamaño de las mismas; por supuesto, sin detrimento de la autoridad de nuestros jefes inmediatos, además de tener el control del archivo para salvaguarda del mismo. […] darle a la foto más utilidad; después de que se publicó en las páginas del periódico o, incluso, aunque no se haya publicado, puede cobrar vida en suplementos, libros, galerías, museos y otros espacios, así como todas aquellas formas que convengan al fotógrafo y al periódico para publicarlas. […] el asesoramiento para la conservación de los negativos y fotos de la Fototeca de Pachuca, con quienes hay buenas relaciones y conocen bien las características que debe tener un archivo histórico.27

Pedro Valtierra, Luis Humberto González, Marco Antonio Cruz y Fabri­ zio León fueron los fotógrafos fundadores del departamento de fotografía 27 Pedro Valtierra, “El proyecto fotográfico que fue”, en Cuartoscuro, año xv, núm. 93, diciembre de 2008-enero de 2009, pp. 58-59. Para conocer la experiencia de Pedro Valtierra durante esos años, consultar la entrevista hecha por Luis Jorge Gallegos al fotógrafo en 1999. Cfr. Luis Jorge Gallegos, Autorretratos del fotoperiodismo mexicano. 23 testimonios, México, Fondo de Cultura Económica (Col. Vida y Pensamiento de México), 2011, pp. 263-279. 42

Primeras planas del diario La Jornada con imágenes realizadas por Fabrizio León. I zquierda : Fosa colectiva con víctimas de las explosiones sucedidas en la planta de almacenamiento de gas de Pemex en San Juan Ixhuatepec, Estado de México, 19 de noviembre de 1984. Hemeroteca Nacional/unam. D erecha : Momento en que el fotógrafo de La Jornada es agredido por guardias del orden mientras documentaba el desalojo de un plantón organizado por campesinos y maestros en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el 23 de julio de 1985. Hemeroteca Nacional/unam.


de La Jornada, que asimismo contó, en sus inicios, con la colaboración de Rogelio Cuéllar, Andrés Garay, José Gómez de León, Rubén Pax, como asesor técnico, y Frida Hartz, como laboratorista. A lo largo de 1985 y 1986 se fueron incorporando Herón Alemán, Lucio Blanco, Arturo Fuentes, José Luis López, Arturo Guerra, Luis Alberto Rodríguez, Jesús Carlos, Francisco Mata y Elsa Medina. Eniac Martínez estuvo solo seis meses en 1988. En opinión de Andrés Garay, tanto el ejemplo de fotoperiodistas de anteriores generaciones como el trabajo difundido por los nuevos medios independientes permitieron la apertura de espacios para una fotografía más crítica: Fue decisivo el aporte de los hermanos Mayo, así como la labor de Nacho López y otros pioneros. Eso desde diarios como unomásuno, La Jornada, donde se dio un parteaguas. Hicimos, con el apoyo de La Jornada, una búsqueda para demostrar que la fotografía no era solo un oficio, sino una forma de vida. De ahí salimos un grupo importante y La Jornada se convirtió en el escaparate de los demás medios. Decían: ¡miren lo que están haciendo esos cabrones! Eso hizo justicia en aspectos como los créditos de las fotos. 28

Reconocido en el medio por sus conocimientos técnicos, en particular de los procesos de revelado e impresión, Rubén Pax 29 se hizo cargo del laboratorio fotográfico de La Jornada, junto con Frida Hartz. La situación económica del diario permitía contar apenas con lo indispensable, obligando a los laboratoristas a buscar soluciones que fuesen, a la vez, eficientes y ahorrativas: Lo que hacía era preparar las fórmulas fotográficas. En ese tiempo el periódico no tenía muchos recursos económicos, entonces me hice un formulario para poder procesar las películas. Las pociones las comprábamos en la droguería; no se compraba nada de fábrica, todo se hacía ahí, eso era interesantísimo. El revelador que usábamos se llamaba el D23: un revelador excelente que no necesitaba muchos otros componentes, era muy práctico y sencillo de hacerse. De esa manera el diario no tenía que gastar grandes sumas de dinero comprando reveladores originales. Comprar película y papel fotográfico era inevitable, pero compraba película en rollos, en cargas, rollos de cien metros,

28 “En fotografía importan el qué y el para qué, no la cámara: Garay”, en La Jornada, Sección Espectáculos, 26 de julio de 2014, p. 9. 29 Docente de vocación, Rubén Pax dio clases de fotografía en la Escuela de Diseño y Artesanías de 1974 a 2009. Para conocer su trayectoria cfr. Alfonso Morales Carrillo, “Rubén Pax. Exposición de exposiciones”, en Luna Córnea, núm. 33, 2011, pp. 95-109. 43


y yo me encargaba de hacer los rollitos de 36 exposiciones y dárselos a los fotógrafos según las órdenes de trabajo que tenían.

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Pax se propuso romper ciertos mitos en cuanto a la manera informal como se solía trabajar en los laboratorios de prensa. De ahí su insistencia en que el laboratorio estuviera libre de humo y ceniza de cigarro, y en que los negativos estuvieran bien revelados y debidamente guardados. En un inicio también fue el encargado de organizar el archivo, para lo cual habilitó gavetas donde fueron guardados sobres rotulados con el nombre de cada fotógrafo y la orden del día, conteniendo tiras de cinco negativos. Para llevar un seguimiento de esas órdenes e irlas sumando, cada uno tenía su archivo personal de tal manera que se podían ver los negativos por separado de cualquier reportero.31 Una vez que se echó a andar tanto el laboratorio como el archivo, Pax se integró a la planta de fotógrafos de La Jornada. En junio de 1985 se le promovió al puesto de reportero gráfico categoría A.32

30 Entrevista con el fotógrafo Rubén Pax, op. cit. 31 Ídem. 32 Memorándum de Pedro Valtierra, responsable de fotografía, dirigido a David Márquez Ayala, gerente de La Jornada, fechado el 12 de junio de 1985. Archivo personal de Rubén Pax. 44

Frida Hartz. Sepelio, Huasteca Veracruzana, enero de 1986.


Frida Hartz fue la única mujer en el equipo que echó a andar el departamento fotográfico de La Jornada. Luego de estudiar un diplomado en la escuela de fotografía del Colegio Columbia Panamericano ingresó al Centro de Educación Artística de Bellas Artes, donde tuvo como compañero de clases a Fabrizio León. Al poco tiempo de haber terminado sus estudios en ese Centro, Pedro Valtierra la invitó a ser parte del proyecto de La Jornada, cuando el diario apenas estaba conformando el equipo de sus fotógrafos: Puesto que yo tenía conocimientos bastante sólidos al respecto, obviamente académicos, sobre la fotografía, me invitaron inicialmente al laboratorio. Justamente el argumento fue “la chava sabe bien de fotografía porque estudió fotografía y conoce”. En La Jornada empezamos a hacer nuestros propios procesos fotográficos a partir de las fórmulas químicas; resultábamos exquisitos al tener, mantener y conservar nuestros negativos. Yo lo considero algo muy bueno, no una exquisitez, aunque en un periódico sería obviamente una exquisitez. Para nosotros era muy claro que lo que más importaba era la conservación de nuestros negativos. Desde entonces, y a partir de los procesos fotográficos preparados con las fórmulas originales, empezamos a trabajar de esta forma, en La Jornada, Rubén Pax y yo.33

Hartz decidió que no quería ser solo laboratorista sino fotógrafa, por lo que habló con Valtierra y, en enero de 1985, comenzó a trabajar como reportera. A mediados de 1986 ingresó al diario Elsa Medina y poco tiempo después, al área del laboratorio, Ireri de la Peña. A la salida de Pedro Valtierra del periódico, Rogelio Cuéllar, en agosto de 1985, se hizo cargo del área de fotografía hasta mediados de 1988. De ese año a 1995, Frida Hartz fue la responsable de coordinar las tareas de un departamento que ya para entonces era reconocido plenamente por sus aportaciones al fotoperiodismo mexicano. Tras su reincoporarción al periódico, Pedro Valtierra llegará a reemplazar a Hartz, desempeñándose como jefe del área fotográfica haste el año 2000. De entonces a la fecha las actividades fotográficas de La Jornada han sido coordinadas por Heriberto Rodríguez (2000 a 2002), Fabrizio León y José Núñez. Francisco Mata ha valorado de este modo la novedad de las coberturas fotográficas de La Jornada, a cuyo equipo se sumó en 1986: La Jornada era el único periódico que se distinguía del resto de los medios, era el periódico de oposición por definición y el que estaba en contra de muchas partes del sistema 33 Entrevista hecha por Luis Jorge Gallegos a la fotógrafa Frida Hartz, en 2002. Cfr. Luis Jorge Gallegos, op. cit., p. 424. 45


político mexicano, La Jornada se encargaba de cuestionar muchas áreas que hasta hace poco en aquellos años eran intocables. […] La mayoría de los fotógrafos trabajaban con flash en aquel entonces, por ejemplo, y de una manera muy formal, muy respetuosa, muy silenciosa, y nosotros irrumpíamos en el sentido de que al no trabajar con flash y trabajar solo con luz ambiente, con luz directa, obviamente tomábamos otro tipo de fotografía y esa misma condición nos exigía a nosotros un acercamiento distinto al sujeto fotográfico, entonces nos acercábamos más, empezamos a utilizar de una manera más común los grandes angulares que no se usaban más que para tomar fotos abiertas, nosotros usábamos el gran angular para deformar, para caricaturizar, para acercarnos demasiado buscando ángulos en contra picada con estos grandes angulares, para integrar a los personajes con su contexto, fue cuando se empezaron a hacer famosas todas estas fotografías del personaje político con las grandes imágenes propagandísticas que hacían, por ejemplo, en la ctm, esos Fideles enormes, o una foto famosísima de Andrés Garay, de La Quina con unas botellas de Brandy Presidente en primer plano, en fin, entonces no solo era que La Jornada fuera un periódico incómodo por su contenido, sino que eran incómodos hasta los trabajadores.34

Reforma y Milenio Semanal El fotoperiodismo mexicano recibió un nuevo impulso con la aparición, en la última década del siglo pasado y en la primera del presente, de publicaciones como el diario Reforma (1993), la revista Milenio Semanal (1997) y el periódico Milenio Diario (2000). De acuerdo a información proporcionada por el fotógrafo Julio Candelaria, para la realización de Reforma, en un principio se tomó en cuenta al staff de fotógrafos que eran corresponsales del periódico El Norte de Monterrey, Nuevo León. Los integrantes de ese primer equipo fueron: Juan Manuel Villaseñor, como coordinador, Enrique Ruiz, José Alemán, Jorge Núñez, Carlos Castillo y el mismo Candelaria. Ya iniciada la planeación y ejecución del nuevo proyecto del periódico, Villaseñor fue el encargado de reclutar a los integrantes del nuevo staff, del que formaron parte Tomás Martínez, Paola Urdapilleta, 34 Entrevista inédita a Francisco Mata por Iris Moreno Aldana, en la ciudad de México, el 25 de mayo de 2006. 46

Andrés Garay. Joaquín Hernández Galicia la Quina, secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, en una reunión de su gremio, 3 de diciembre de 1984.


Gabriel Jiménez, Paulo Vidales, Ana Lorena Ochoa, Ricardo del Castillo y Adrian Mealand. Este último recuerda así su ingreso: Me enteré del proyecto de Reforma por una amiga exalumna de la Ibero, me dijo que estaban buscando gente para formar equipo de un nuevo proyecto del periódico El Norte de Monterrey. Fui a un par de entrevistas y me aceptaron. El departamento de fotografía al principio no estaba dividido en secciones del periódico. Todos los fotógrafos cubrieron todo. Comparado con otros periódicos de esta época me gustó la libertad que nos dieron en la foto.35

En una segunda etapa se integraron a Reforma, Juan Manuel Salas Ferrer como editor de fotografía y Joel Merino como coeditor, mientras que al staff de reporteros se sumaron Dario López Mills, Jaime Boites, Luis Jorge Gallegos, Rubelio Fernández, Valeria Ascencio, Elena Ayala, Rodrigo Vázquez y Fernando Villa del Ángel.36 El 1 de septiembre de 1997 comenzó a circular el número 1 de la revista Milenio Semanal. El acento en política y mil cosas más, con Ana Lorena Ochoa Paulo Vidales. Protesta al desnudo, 1995. Imagen participante en la II Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP.

35 Comunicación vía correo electrónico con el fotógrafo Adrian Mealand, el 9 de octubre de 2014. 36 Comunicación vía correo electrónico con el fotógrafo Julio Candelaria, el 25 de septiembre de 2014.

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El Dientes posa para el retrato que le obligó a realizar al fotógrafo Gunther Sahagún, a las puertas de la cantina La Valenciana, en el centro de la ciudad de México. Imagen publicada en la primera plana del diario Reforma, el 17 de febrero de 2000, que participó en la IV Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP. Sobre la publicación de esta imagen, el fotógrafo y crítico José Raúl Pérez comentó lo siguiente: “La fotografía, ligeramente fuera de foco —lo cual es comprensible si consideramos el estado de nervios de su autor— seguramente no habría alcanzado el honor de una primera plana de no ser por la anécdota que la respalda. Sin embargo, es un hecho que ahí está, que proporciona al modelo una gloria efímera y que nos permite reflexionar acerca del papel de la imagen y de los medios masivos de comunicación en nuestra sociedad. Sí, “de Dientes pa’ fuera”, porque como sabemos, los medios masivos son capaces de “construir” desde estrellitas marineras hasta guerras, pasando, por supuesto, por políticos de utilería, tema del que estamos a punto de no querer saber más. No solo son los “hartistas” (así, con hache) quienes llenan las pantallas de nuestros televisores, el tiempo de nuestro entorno doméstico y, con ello, las mentes de cantidad de ingenuos. El políticamente incorrecto “Dientes” nos recuerda que para convertirse en un personaje de la élite defeña no es necesario recurrir a uno de estos “políticamente correctos mercadólogos políticos” que tan de moda están, sino simplemente ser uno mismo y encontrarse en el lugar correcto en el momento correcto… o asaltar al personaje correcto. Privilegio de una cultura mediática en la cual la forma ha apabullado al contenido, serán más o menos efímeras, pero lo serán al fin y al cabo, las glorias de esos personajes que pueblan esta galería nacional que ya no es ni surrealista ni kafkiana, sino simplemente una descripción objetiva de nuestra decadencia”. “De Dientes pa’fuera”, Reforma, 18 de febrero de 2000. 48


como editora de fotografía. Rodrigo Vázquez, Roberto Velázquez, Fernando Villa del Ángel y Adrian Mealand conformaron la nómina inicial de reporteros; Carlos Madrid se integró unos meses más tarde, en tanto que Ernesto Ramírez y Víctor Mendiola lo hicieron un año después.37 Para Ramírez, la primera etapa del semanario, cuando Ana Lorena Ochoa era la editora de fotografía, fue muy interesante en cuanto a la experimentación en el retrato, que le dio un sello distintivo a la publicación. La segunda etapa, que tuvo a Fernando Villa del Ángel como editor, le dio continuidad al proyecto y además permitió apuntalar “el aspecto de reportaje, aportación que hicimos Víctor Mendiola y yo, por ser fotoperiodistas […]”.38 Por su parte, el periódico Milenio Diario empezó a circular el 1 de enero de 2000, teniendo a Fernando Villa del Ángel y Víctor Mendiola como editor y coeditor, respectivamente, de su información fotográfica. La planta de fotógrafos estuvo integrada por Arturo Bermúdez, Patricia Aridjis, Héctor Téllez, Claudia Guadarrama, Gustavo Graf, Lizeth Arauz, Javier García, Paola García, Luz Montero y Martín Salas.39 Desde la primera junta de Milenio Diario, Villa del Ángel planteó a sus directivos la pertinencia de “tener un espacio para que los fotógrafos se expresen, porque no es suficiente una foto en una plana”.40 De ese reclamo a favor de un mayor despliegue del trabajo fotográfico surgió la sección Derecho de Mirada, que fue parte del periódico desde sus comienzos. La sección se publicaba semanalmente, los días sábados, compuesta por tres páginas dedicadas en exclusiva a la presentación de ensayos y reportajes realizados por fotoperiodistas y fotodocumentalistas. En un principio publicaron sobre todo los fotógrafos de planta, como Patricia Aridjis, Ernesto Ramírez y Lizeth Arauz. Tiempo después, el espacio se abrió a colaboraciones pagadas y su convocatoria fue atendida incluso por jóvenes creadores como Cannon Bernáldez y José Luis Cuevas. Derecho de Mirada se publicó durante los tres años que Villa del Ángel formó parte de Milenio Diario. En 2004, cuando el editor se integró al equipo del diario El Independiente, retomó la 37 Desde agosto de 1998, Fernando Villa del Ángel fue editor de fotografía, Ana Lorena Ochoa formó parte del staff y Roberto Velázquez dejó la revista. Cfr. Milenio Semanal, números 50 y 53. 38 Entrevista que Luis Jorge Gallegos realizó, en 2002, al fotógrafo Ernesto Ramírez. Op. cit., p. 580. 39 En ese momento todavía trabajaban con película: negativo para el periódico y diapositiva para la revista. Por decisión de Villa del Ángel, los fotógrafos dejaban escaneos de sus fotografías para que pudieran quedarse con su material. Entrevista realizada por Alfonso Morales y Carolina Herrera a Fernando Villa del Ángel, en la ciudad de México, el 11 de agosto de 2014. 40 Ídem. 49


sección por un periodo de nueve meses, hasta el cierre de la publicación. En las ediciones semanales de esa segunda etapa, compuestas por cuatro planas, se mostró la obra de Ernesto Ramírez, Patricia Aridjis, Giorgio Viera, Rosaura Pozos, Daniel Aguilar y Ángeles Torrejón, entre otros fotógrafos. Al indiscutible mérito de defender un espacio permanente y digno para la fotografía en publicaciones periodísticas como Milenio Diario y El Independiente, a Villa del Ángel también hay que reconocerle sus empeños en otros terrenos a favor de la valoración de los fotógrafos como autores. Derecho de Mirada fue, además del título de la sección que editó a lo largo de cuatro años, el concepto rector de una batalla jurídica que, gracias a su iniciativa y al apoyo de un grupo de sus colegas, tuvo efectos en la Ley Federal de Derechos de Autor.41 Con la firme convicción de que los fotógrafos son los dueños de las imágenes que producen, y luego de múltiples consultas y cabildeos, el 25 de octubre de 2002 Villa del Ángel presentó

Planas de apertura de Milenio Semanal. En ellas, un suceso ocurrido en la semana anterior era comentado con una imagen y un breve texto. Se reproducen en estas páginas imágenes de: A rriba , izquierda :

Adrian Mealand, núm. 43, 22 de junio de 1998. A rriba , derecha :

Víctor Mendiola , núm. 62, 2 de noviembre de 1998. A bajo, izquierda :

Fernando Villa del Ángel, núm. 53, 31 de agosto de 1998. A bajo, derecha :

41 El derecho de autor es la rama de la propiedad intelectual que tiene por objeto otorgar protección a los creadores literarios y artísticos, entre los que se encuentran tanto periodistas como fotógrafos. Cfr. Adriana Berrueco García, “Nuevo régimen legal de los trabajadores de la información”, en Derecho Comparado de la Información, Instituto de Investigaciones Jurídicas-unam, núm. 10, julio-diciembre de 2007, pp. 31-56. 50

Adrian Mealand, núm. 52, 24 de agosto de 1998.


A rriba , izquierda :

Ernesto Ramírez, núm. 99, 26 de julio de 1999. A rriba , derecha :

Ernesto Ramírez, núm. 86, 26 de abril de 1999 A bajo, izquierda :

Ernesto Ramírez, núm. 79, 8 de marzo de 1999.

ante los integrantes de la Comisión de Educación y Cultura de la Cámara de Senadores, la propuesta para reformar y adicionar varios artículos de la ley relativos al gremio fotográfico.42 De los artículos que el editor planteó modificar, finalmente se reformaron el 27, en su fracción I, el 86, 88, 89 y 90; y se adicionaron el 83 bis y el 92 bis.43 Suplementos Secciones como Derecho de Mirada fueron poco frecuentes en la oferta de los diarios y semanarios editados en nuestro pasado reciente, por mucho

A bajo, derecha :

Víctor Mendiola, núm. 81, 22 de marzo de 1999. Archivo Fernando Villa del Ángel.

42 Fernando Villa del Ángel, et. al., Propuesta para reformar y adicionar artículos de la Ley Federal de derechos de Autor, concernientes a los fotógrafos, 25 de octubre de 2002, pp. 1-3, Archivo Fernando Villa del Ángel. En diciembre de 2002 fueron incluidos en el dictamen que aprobaba el decreto para modificar diversos artículos de la ley, los artículos 27 fracción I, 40, 83, 86, 88, 89, 90, 92 bis y 148 fracción IV. Vid. “Dictamen que aprueba el decreto por el que se reforman y adicionan diversos artículos de la Ley Federal del Derecho de Autor”, Cámara de Senadores, Procesos legislativos, 12 de diciembre de 2002, pp. 26-30. 43 “Decreto por el que se reforma la Ley Federal del Derecho de Autor”, publicado en el Diario Oficial de la Federación, Primera Sección, 23 de julio de 2003, pp. 5-7. Para más información sobre este tema, cfr. Juan Manuel Aurrecoechea, “Derecho de mirada” en este mismo número, p. 126. 51


que sus directivos tuvieran conciencia de la importancia documental de la fotografía. Para dar a conocer su trabajo al margen de las restricciones, exigencias y urgencias de la agenda noticiosa, los fotoperiodistas debieron buscar en otra clase de publicaciones la vía para permitir un mejor aprecio de sus imágenes y relatos: suplementos, ediciones especiales, publicaciones monográficas y, finalmente, revistas y libros que se ocupasen por entero de la creación fotográfica, haciendo posible tanto su difusión como su valoración crítica. El diario Unomásuno dio albergue al suplemento Cámara Uno, cuyo único número se dio a conocer a mediados de noviembre de 1981.44 Editado por iniciativa de Martha Zarak, y coordinado por Pedro Valtierra y la misma Zarak, estuvo conformado por dieciséis páginas —dos de las cuales se destinaron a la publicidad que los propios coordinadores se dieron a la tarea de conseguir—. La mayoría de las treinta y seis imágenes tienen título pero ninguna tiene crédito, ya que así fue acordado por los fotógrafos que participaron en la edición: Luis Borboa, Christa Cowrie, Carlos Franco, Héctor García, Lázaro González, José Luis Rocha, Armando Salgado, Aarón Sánchez, Valtierra y Zarak. En cada página hay tres fotografías, una tamaño media página, y las otras dos, de un cuarto de página, y solo en las páginas centrales se ubican cuatro fotos del campamento de refugiados guatemaltecos La Esperanza. Veintiún imágenes son de niños, de campesinos y de personas humildes, incluida la portada y la contraportada; el resto muestra a la gente en las calles de un Belice independiente y de una Cuba socialista. Dos fotografías que se muestran hacia el final —una de la primera ministra inglesa Margaret Thatcher colocada frente a otra de Indira Gandhi, la primera ministra de la India—, llaman la atención por el contraste que ofrecen con las realidades de México y Centroamérica, temáticas dominantes de la publicación. Las últimas tres imágenes son de José López Portillo en los días que realizaba su campaña como candidato presidencial. 4 4 Suplemento Cámara Uno del periódico Unomásuno, año 1, núm. 1, 14 de noviembre de 1981. 52


I zquierda , arriba : Portada

del único número del suplemento Cámara Uno, publicado por el diario Unomásuno, con fecha del 14 de noviembre de 1981. Hemeroteca Nacional/unam. Páginas 52 y 53, abajo :

Portada e interiores del suplemento fotográfico publicado por el diario La Jornada con motivo de su séptimo aniversario, del que formaron parte imágenes de la autoría de Elsa Medina, Frida Hartz, Guillermo Sologuren, Arturo Guerra, José Antonio López y Francisco Olvera, entre otros. Archivo Elsa Medina.

El político priista estaba a un año de concluir su periodo de gobierno cuando estas fotografías fueron publicadas en Cámara Uno. No fueron muchos los suplementos fotográficos que, sobre todo por motivos conmemorativos, llegó a editar La Jornada en sus primeros tres lustros de existencia. Un buen ejemplo de este tipo de publicaciones editadas de tanto en tanto lo constituye la titulada “Mirar después. Fotógrafos de La Jornada”, que circuló cuando el diario cumplió su séptimo aniversario. Distribuidas en ocho páginas, se publicaron 25 imágenes de la autoría de Elsa Medina, Omar Meneses, Frida Hartz, Francisco Mata, Arturo Guerra, Fabrizio León, Guillermo Sologuren, José Antonio López, Raúl Ortega, Francisco Olvera, Carlos Cisneros y Raúl Ramírez. En 1998 comenzó a circular con el sello de La Jornada la publicación Foto,45 un suplemento que asimismo se distribuía como impreso independiente. Era, sin duda, el proyecto de mayor ambición que hasta entonces había promovido el diario en relación a la fotografía. Desarrollado a partir de una iniciativa de los fotógrafos Raúl Ortega y Graciela Iturbide, Foto se propuso redimensionar la fotografía de autor en un contexto periodístico. La idea tomó forma luego de que Ortega, quien se encontraba en el estado de Chiapas, aceptara colaborar con el fotógrafo brasileño Sebastião Salgado, gracias a la intermediación de Graciela Iturbide. Salgado y Ortega trabajaron un mes en Chiapas y otro más en la ciudad de México. Durante ese tiempo conversaron sobre la posibilidad de publicar un suplemento 45 Suplemento Foto del periódico La Jornada, publicación mensual. Tuvo 25 números, desde el 13 de junio de 1998 hasta el 24 de junio de 2000.

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fotográfico, considerando que en ese momento La Jornada era el lugar idóneo para impulsar un proyecto de esa índole. El respaldo de Iturbide, de Salgado y del escritor Carlos Monsiváis, ayudó a que la directora del periódico, Carmen Lira, diera luz verde al proyecto.46 El primer número estuvo dedicado a Chiapas, que en esos días seguía siendo objeto de la atención nacional e internacional a causa de la persistencia de la rebelión indígena impulsada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional. El contenido visual estuvo conformado por imágenes realizadas por Sebastião Salgado y Raúl Ortega, y el literario por un texto del escritor portugués José Saramago. Desde un principio se planteó que los escritores invitados trabajasen en función del material fotográfico seleccionado para cada una de las ediciones. El suplemento se publicó mensualmente a lo largo de dos años, siempre bajo la coordinación de Raúl Ortega. Durante el primer año, su editor fue Francisco Mata y, en el segundo, Graciela Iturbide.47 Ortega pondera de este modo las aportaciones de Foto:

46 El suplemento contó con un consejo editorial en el que participaron Eduardo Galeano, Graciela Iturbide, Eniac Martínez, Susan Meiselas, Carlos Monsiváis, Patricia Mendoza, Pablo Ortiz Monasterio, Carlos Payán, Sebastião Salgado y Lélia Wanick Salgado. 47 Participaron, entre otros, Mariana Yampolsky, el iraní Abbas Attar, la española Cristina García Rodero, Graciela Iturbide, Maya Goded, Duilio Rodríguez, Omar Meneses, Ulises Castellanos, los cubanos Cristóbal Herrera y Raúl Cañibano, Silvia Calatayud y Patricia Aridjis. Los escritores Eliseo Alberto, Carlos Monsiváis, Eduardo Galeano, José Agustín, Elena Poniatowska, el español Alfonso Cervera, Angélica Abelleyra, Carlos Montemayor y Juan Villoro. 54

Portada e interiores del número que el suplemento Foto, publicado por el diario La Jornada, dedicó al tema del futbol, con fecha de 11 de julio de 1998. adam.


Insertar la fotografía dentro de un suplemento que no tuviera las fotografías periodís­ ticas del día a día sino una visión distinta de autores y de temas diversos, además de, era mi idea, poderlo relacionar con textos escritos exprofeso para esas fotografías de distintos autores. […] Periodísticamente era exactamente al revés de como se había trabajado la fotografía: La Jornada y este suplemento le dieron la posibilidad a la fotografía de que los escritores escribieran en razón de las imágenes porque normalmente las imágenes van acompañando a los textos, entonces esa sí era una manera distinta, tal vez sin estar innovando, pero sí era algo que dentro de los medios de comunicación en ese momento era distinto.48

A partir del año 2000, La Jornada inició la edición de Anuarios, en formato de libro, mediante los que hacía el repaso de los principales acontecimientos de los anteriores doce meses mediante el uso de abundantes testimonios fotográficos. Mención aparte merecen los volúmenes que el diario publicó con motivo de sus veinticinco y treinta años de existencia.49 La última de estas celebraciones fue acompañada por la presentación de una muestra en la galería abierta de Chapultepec y la impresión de carteles con seis de las imágenes más célebres de su producción fotoperiodística. En esta vertiente de publicaciones conmemorativas, circunstanciales o retrospectivas, se inscriben las ediciones especiales preparadas por la revista Proceso, en cuyas páginas las imágenes fotográficas han sido información complementaria, o bien, han constituido el contenido principal.50 El trabajo de los fotoperiodistas de este semanario ha sido motivo asimismo de varias presentaciones museográficas. Entre el último lustro del siglo pasado y la primera década del siglo xxi, el diario Reforma ha dado cobijo a dos suplementos fotográficos. El primero de ellos, llamado Sale la Foto!, se distribuyó mensualmente como encarte para los 120 mil suscriptores del periódico, entre los años 1996 y 2008. Se trató de un proyecto independiente impulsado por León Portman y José Luis Mier y Díaz, quienes contaban con amplia experiencia en la industria fotográfica. Señala Portman que al momento en que surgió Sale la foto!, ya existía un buen número de revistas que se ocupaban de la fotografía, pero que esas publicaciones estaban segmentadas: 48 Comunicación vía telefónica con el fotógrafo Raúl Ortega, el 28 de agosto de 2014. 49 Para los 25 años se publicaron los libros: 25 años en imágenes de La Jornada y Las Princesas, recopilación de las primeras planas desde 1984. Para los 30 años: El rostro de un país, selección de las principales noticias, y Portadas que se hacen historia, recuento de 260 primeras planas que han trascendido en la vida del país. 50 Entre otras, la edición especial número 31, ¡Vámonos a la bola! 1910-2010 (con imágenes del Archivo Gráfico de Proceso), la número 43, El alzamiento zapatista. 20 años después, y Proceso. 35 años de fotoperiodismo (1976-2011). 55


eran para profesionales o para aficionados, o bien muy especializadas. Al acercarse con algunos integrantes de la industria fotográfica y saber que era económicamente viable producir un suplemento, sus futuros editores pensaron en el diario Reforma como su vía de distribución, lo cual resultó benéfico para el periódico porque antes de este suplemento no tenía vinculación con esa industria.51 El equipo dirigido por Portman tuvo toda la independencia tanto comercial como editorial, mientras que Reforma fue su medio de difusión: les diseñaba, imprimía y distribuía. Comenta Portman que la relación fue muy valiosa: porque nosotros teníamos la experiencia en la comunicación y la fotografía y ellos tenían la otra parte que no habían llenado, paradójicamente, con sus propios reporteros. Hubo una anécdota curiosa: nosotros dijimos vamos a dignificar el papel de los reporteros en Reforma, vamos a darles espacios y no, el Reforma dijo esto es independiente. Como que editorial lo sintió amenazante. Entonces en vez de que nos permitieran poner fotografías de sus fotoperiodistas más bien lo iban evitando, y luego fue chistoso, cuando fuimos haciendo entrevistas a los distintos fotógrafos con más reconocimiento en México; los fotógrafos que nos mandaban para cubrir la entrevista estaban encantados, porque si no los mandaban a cubrir bodas […] además les poníamos su crédito.52

Mientras que la única participación del staff del periódico Reforma se limitaba a tomar las fotos de los fotógrafos a los cuales se entrevistaba, en la sección La Fotografía tiene su Chiste se incluyeron imágenes de fotoperiodistas de otros medios, como La Jornada o Milenio. En las veinte páginas que conformaban cada una de sus entregas se ofrecían artículos sobre foto arquitectónica, deportiva, publicitaria, usos de la foto en la ciencia o en el arte, técnica fotográfica, exposiciones, novedades editoriales, así como también anuncios de marcas de equipos fotográficos, laboratorios, estudios. La sección En sus Marcas difundía las novedades tecnológicas de la industria; la sección ReVistazo hacía el recuento de lo que contenían las revistas de fotografía mes a mes; la sección El Gran Acercamiento, presentaba entrevistas con destacados fotógrafos, entre ellos Mariana Yampolsky y Enrique Bostelmann. Para Portman lo interesante de Sale la Foto! fue que mezcló en un mismo espacio dos ejes: “profesional y aficionado” y “cultura y consumo”, lo que permitió la vinculación con los fotógrafos reconocidos y con los principiantes, con el Centro de la Imagen y con la industria. A los 51 Comunicación vía telefónica con León Portman Berlinsky el 22 de noviembre de 2014. 52 Ídem. 56


Portada del número 7 del suplemento Pixel, publicado por el diario Reforma, en octubre de 2007. adam.

anunciantes les beneficiaba que por primera vez en México el tema de la fotografía tuviera una difusión de ciento veinte mil ejemplares mensuales.53 El suplemento llegó a su fin en buena medida a causa del cambio tecnológico: la transición de lo análogo a lo digital. Por un lado, empresas como Polaroid y Kodak no actualizaron sus productos y terminaron quebrando, lo que eliminó a los anunciantes tradicionales. En tanto que empresas como Sony o Panasonic, que tenían el dinero y la mercadotecnia para invertir en la promoción de sus nuevas cámaras, no lo hicieron en anuncios porque ya tenían contratos anuales con el periódico Reforma. El segundo suplemento editado por Reforma llevó el emblemático título Pixel, que confirmaba el dominio de las técnicas digitales en la producción de las imágenes fotográficas. También destinado solo a los suscriptores del diario, tuvo una periodicidad semestral. El fotógrafo Ricardo del Castillo, subdirector gráfico del periódico, explica cómo fue que nació este proyecto: Siempre tuvimos la sensación de que las fotos del día se publicaban muy pequeñas o en el peor de los casos no se publicaban, por lo tanto le hicimos un proyecto a la Dirección de crear un suplemento exclusivamente fotográfico, impreso en un papel de buena calidad, pero sobre todo, que fuera rentable económicamente. Así surgió Pixel, donde un consejo de diseñadores y fotógrafos seleccionábamos lo mejor de los seis meses para poder publicarlo. Editorialmente solo contenía una editorial y pies de foto.54

Publicado a color y en blanco y negro, en ediciones compuestas de cincuenta y seis páginas, Pixel circuló entre 2004 y 2008. El armado de sus secciones se realizaba en función del material producido en los seis meses previos, siempre atendiendo al propósito de dar mayor visibilidad al trabajo de los reporteros gráficos de Reforma. El 3 de diciembre de 2008 53 Ídem. De hecho, durante su primer año, el suplemento tenía como título ¡Sale la Foto! Revista fotográfica cultural y de consumo. 54 Comunicación vía correo electrónico con el fotógrafo Ricardo del Castillo, el 1 de diciembre de 2014. 57


fue inaugurada en la Galería del Auditorio Nacional la muestra Lo mejor de Pixel. Las mejores fotografías de Reforma, integrada por cincuenta reproducciones de gran formato agrupadas en los temas: retrato, entretenimiento, moda, vida cotidiana y noticias. 55 Erika Sosa, editora gráfica del suplemento, fue la responsable de la curaduría y museografía de esa exposición, nutrida con imágenes rubricadas por autores que eran representantes de una nueva generación de fotoperiodistas: Aggi Garduño, David Oziel, Fabián García, Gunther Sahagún, Enrique Ortiz, Miguel Tovar, Jorge Luis Plata, Luis Castillo, Jorge Delgado, Israel Rosas, Héctor García, Sergio Castro, Edgar Medel, Gabriel Jiménez, Ricardo Aldayturriaga, Carlos Figueroa. A partir de 1996, al inicio de cada año, Reforma ha publicado un suplemento especial llamado Anuario Reforma, compendio de noticias e imágenes relevantes de los previos doce meses. De la edición fotográfica del primero de ellos —Anuario ‘95—, fueron responsables Julio Candelaria y Luis Jorge Gallegos. Además de ofrecer una cronología con asuntos destacados en política nacional e internacional, negocios, ciudad, deportes, cultura y espectáculos, el suplemento dedicaba una página a la sección llamada Imágenes del Mundo, con fotografías procedentes de las agencias afp, Reuters y ap, y seis páginas a la sección titulada Imágenes de México, donde se incluyó una selección de fotografías, en blanco y negro y a color, producidas por los reporteros del diario, entre ellos: Adrian Mealand, Miguel Velasco, Pilar Urdapilleta, Rubelio Fernández, Carlos Ochoa, Elena Ayala, Agustín Márquez, Ana Lorena Ochoa, Tomás Martínez, Fernando Villa del Ángel, y los editores de ese primer Anuario del diario Reforma.56 R evistas Entre fines de los años sesenta y los ochenta del siglo pasado, revistas especializadas como Fotomundo, Fotoguía y Fotozoom57 fueron reflejo de la expansión de la fotografía como hobby, profesión y medio expresivo. En sus páginas, muchas de ellas dedicadas a la promoción comercial de 55 Jorge Ricardo, “El mundo a través de la lente”, en Reforma, Sección Cultura, 4 de diciembre de 2008, p. 7. 56 Periódico Reforma, suplemento especial Anuario Reforma ‘95, 6 de enero de 1996. 57 Para más información sobre la revista Fotozoom, cfr. Luis R. Hernández, “Ángel Cosmos en Fotozoom. La audacia de lo interdisciplinario”, en Luna Córnea, núm. 33, 2011, pp. 289-301. 58

A rriba : Portada del

Anuario ‘95 del diario Reforma, 6 de enero de 1996. Hemeroteca Nacional/UNAM. D erecha : Portada del primer número de la revista Alquimia, editada por el Sistema Nacional de Fototecas del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Número dedicado al archivo fotográfico de Agustín Víctor Casasola. Archivo Centro de la Imagen.


equipo fotográfico, se ponderó la obra de fotógrafos practicantes de distintos géneros, pero fue excepcional la presencia de artículos referidos al quehacer fotoperiodístico. Con la aparición en la década de los noventa de las revistas Luna Córnea (1992), la ya mencionada Cuartoscuro (1993) y Alquimia (1997), se abrieron nuevos espacios para la revisión histórica y contemporánea del trabajo de los fotorreporteros y fotodocumentalistas nacionales.58 En estas tres últimas publicaciones hemerográficas, existentes hasta la fecha, se dio un salto cualitativo en cuanto a la valoración crítica, revisión histórica y comprensión teórica de la fotografía como fenómeno cultural. La contextualización de la producción fotográfica mexicana, el estudio de la especificidad de sus prácticas y aportaciones, y el rescate de sus episodios perdidos o poco conocidos, han sido temas frecuentemente abordados por los editores y colaboradores de esas revistas, para quienes la indagación sobre las imágenes fotográficas, o afines a ellas, dejó de ser una mera curiosidad historiográfica. El surgimiento de publicaciones como Luna Córnea, Cuartoscuro y Alquimia respondió sin duda al proceso de sistematización de la fotografía mexicana como objeto de estudio, que había tenido su inicio en un conjunto misceláneo de proyectos editoriales, archivísticos y museográficos realizados en las anteriores dos décadas, a los cuales los fotoperiodistas no fueron ajenos. En los años sesenta y setenta todavía se hacían presentes los reporteros gráficos de la vieja guardia: los compendios históricos derivados del archivo Casasola seguían acumulando reediciones y en 1961 fue publicado el libro 15 aniversario. Asociación Mexicana de Fotógrafos de Prensa. 1946-1961, donde se hacía un recuento de la historia de esta asociación constituida el 4 de enero de 1946 por un grupo del que formaron parte Enrique Díaz, los Hermanos Mayo, Ismael Casasola, Aurelio Montes de Oca 58 Editada bajo los auspicios del Centro de la Imagen, a Luna Córnea se le ha reconocido por ser un espacio para fotógrafos y especialistas en la materia. Trabajos monográficos diversos confluyen en sus páginas: ensayos especializados, textos clásicos que muestran el proceso creador, así como textos teóricos e históricos. De los 34 números que se han editado, dos han sido sobre fotoperiodistas: el número 26, dedicado a Héctor García, y el número 31 a Nacho López. Editada por el Sistema Nacional de Fototecas del inah, Alquimia ha explorado desde diferentes enfoques los archivos y la fotografía histórica de México. Hasta la fecha se han editado cincuenta números, y de ellos, con temática fotoperiodística, se encuentran el número 1, sobre Agustín Víctor Casasola, el 2 dedicado a Nacho López, el 25, dedicado a nuevas relecturas del Fondo Casasola y, el 39, sobre Revolución e imagen. Por su parte, Cuartoscuro ha publicado números dedicados a los fotoperiodistas Manuel Ramos, Walter Reuter, Rodrigo Moya, Juan Guzmán, Enrique Bordes Mangel, entre otros. 59


y Anselmo Delgado, entre muchos otros reporteros.59 La incorporación, en 1976, del Archivo Casasola al Instituto Nacional de Antropología e Historia, que dio pie a la fundación de la Fototeca Nacional, y la presencia de varios de esos fotógrafos en el libro y la muestra Imagen histórica de la fotografía en México (que en 1978 acompañaron la celebración del Primer Coloquio Latinoamericano de Fotografía y la presentación de la Primera Muestra de la Fotografía Latinoamericana Contemporánea) fueron indicativas del nuevo lugar que en la conciencia histórica y cultural de la segunda mitad de los años setenta comenzaron a tener las imágenes surgidas del trajín periodístico y los documentos fotográficos en general. Las versiones editorial y museográfica de Imagen histórica de la fotografía en México, que contenían el panorama de mayor alcance que hasta entonces se había dedicado a la memoria fotográfica de nuestro país, y la organización del coloquio y la muestra que vinculó por primera vez a la comunidad fotográfica latinoamericana, marcaron el debut del Consejo Mexicano de Fotografía, cuyos múltiples esfuerzos por conseguir reconocimiento para la creatividad fotográfica incluyeron, en los siguientes años, varias actividades relacionadas con el oficio fotoperiodístico. A lo largo de los años ochenta, la fotografía terminó por consolidar su respetabilidad académica y artística en México. En 1980, el fotógrafo Manuel Álvarez Bravo inició la formación de una colección fotográfica con el apoyo de Fundación Cultural Televisa, la cual tendría como fin ser la base de un museo.60 En ese periodo se integraron al Archivo General de la Nación (agn) los fondos generados por dos agencias que habían sido pilares de nuestro quehacer fotoperiodístico: en 1982, el procedente de Foto Hermanos Mayo 61 y, en 1985, el conformado por Fotografías de Actualidad. El primero de ellos contaba con cinco millones de negativos que daban cuenta del ubicuo y versátil trabajo realizado por la cooperativa organizada por un grupo de refugiados 59 15 aniversario. Asociación Mexicana de Fotógrafos de Prensa. 1946-1961, México, Editorial Helio-México, 1961. Sobre la historia de esta asociación cfr. Rebeca Monroy Nasr, Historias para ver: Enrique Díaz, fotorreportero, México, unam-iie/inah, 2003. 60 El Centro Cultural Arte Contemporáneo, ubicado en la ciudad de México, abrió sus puertas en 1986 y fue clausurado en 1998. Su colección está conformada por más de 790 fotografías y medios audiovisuales. 61 Archivo General de la Nación, Contrato de compraventa y acuerdo de incorporación de documentos entre Alejandra Moreno Toscano, como directora del agn, y Julio Souza Fernández, como miembro del Archivo Fotográfico de los Hermanos Mayo, 22 de julio de 1982. 60

Portada del número 31 de la revista Luna Córnea, dedicado a la vida y obra del fotógrafo Nacho López. Archivo Luna Córnea.


Faustino Mayo. Imagen que formó parte del fotorreportaje “Pasos en el cielo”, realizado de manera conjunta por Faustino Mayo y Nacho López, y publicado en el número 426 de la revista Mañana, en la edición correspondiente al 27 de octubre de 1951. Esta imagen fue utilizada como emblema de la exposición Asamblea de ciudades, montada en el Palacio de Bellas Artes en 1992 y asimismo ilustró la portada del catálogo de la exposición México a través de la fotografía, que se presentó en el Museo Nacional de Arte en 2013. Archivo Luna Córnea.

españoles — Francisco, Cándido y Julio Souza Fernández, y Faustino y Pablo del Castillo Cubillo—, desde la llegada a México de sus primeros integrantes en 1939. El segundo, que sumaba alrededor de cuatrocientos mil negativos, era resultado de la larga trayectoria desarrollada por el reportero Enrique Díaz y de las aportaciones de sus colegas Enrique Delgado y Manuel García, quienes dieron continuidad a la agencia que el veterano fotoperiodista fundó en 1920 y encabezó hasta 1961, el año de su fallecimiento.62 Los miles de negativos que por varias décadas habían producido y resguardado las agencias fundadas por Enrique Díaz y los Hermanos Mayo pasaron a formar parte del Centro de Información Gráfica, área creada en 1979 para hacerse cargo de la catalogación de los documentos iconográficos. A principios de los años ochenta, con el propósito de dar a conocer la riqueza de su patrimonio fotográfico, el agn había publicado su primer Catálogo de fotografías y apoyado la edición de los veinte volúmenes que conformaron la colección Memoria y Olvido, de cuyo diseño y producción 62 El Archivo Fotográfico Enrique Díaz, Delgado y García llegó al Archivo General de la Nación el 15 de agosto de 1985 proveniente de la Lotería Nacional. Cfr. Rebeca Monroy, op. cit., p. 21. 61


se encargó la Secretaría de Educación Pública y la editorial Martín Casillas. En cada una de las entregas de esta serie, una selección de imágenes sirvió como punto de partida para la elaboración de un texto encomendado a un historiador o a un escritor.63 El rescate y difusión de los archivos fotográficos estuvo presente en el Primer Coloquio Nacional de Fotografía, que se llevó a cabo del 7 al 10 de junio de 1984, y que tuvo como sede la Fototeca Nacional, en la ciudad de Pachuca, Hidalgo. La entonces directora del agn, Leonor Ortiz Monasterio, en su ponencia “La fotografía histórica y su trascendencia actual”, reconoció el valor potencial que los documentos fotográficos tenían en manos de los historiadores: En el Archivo General de la Nación entendemos, como parte de nuestras funciones, el recolectar y preservar los testimonios que puedan servir de fuentes a los investigadores. Es por esto que se ha formado el Centro de Información Gráfica, en donde se concentran importantes colecciones fotográficas, provenientes, en algunos casos, de los propios fondos documentales que custodia el Archivo, entre los que destaca la serie Propiedad Artística y Literaria, con material de fotógrafos como C. B. Waite, Lupercio, H. J. Gutiérrez, y en otros, de incorporaciones recientes de archivos fotográficos, siendo el más importante el Archivo de los Hermanos Mayo. 64

Por su parte, Eleazar López Zamora, quien dirigía la Fototeca Nacional del inah, llamó la atención, en sus comentarios a la ponencia de la directora del agn, sobre las características de los fondos fotoperiodísticos que ambas instituciones custodiaban y la obligación que estas tenían de difundirlos en círculos más amplios que el compuesto por los investigadores:

63 Algunos de los títulos de la colección son: El Henriquismo, una piedra en el camino, de Carlos Martínez Assad; La intervención norteamericana, Veracruz, 1914, de Andrea Martínez; El pri y sus antepasados, de Alejandra Lajous; Las casas campesinas en el porfiriato, de Guillermo Boils; Paseando por Plateros, de Fernando Curiel; Celia Montalván (Te brindas, voluptuosa e impudente), de Carlos Monsiváis; y Las intimidades colectivas, de David Huerta. 64 Leonor Ortiz Monasterio, “La fotografía histórica y su trascendencia actual”, en Memoria del Primer Coloquio Nacional de Fotografía, México, Instituto Nacional de Bellas Artes/Gobierno del Estado de Hidalgo/Consejo Mexicano de Fotografía, A.C., 1984, p. 92. 62


la fotografía de prensa con carácter histórico tiene menos que ver con la imagen fotográfica y más con sus depositarios. En nuestro país son generalmente los organismos culturales del Estado los que definen —en tanto custodios de acervos fotográficos importantes— la significación actual de la fotografía con carácter histórico, en sus manos está delinear el uso que se da a las imágenes. En este punto retomo la ponencia de Leonor Ortiz Monasterio en su parte final, la que menciona la relevancia del Centro de Información Gráfica del agn, mención que yo completaría Portada de dos libros con tema fotoperiodístico de la colección Río de Luz. Archivo Centro de la Imagen.

en el sentido de que no basta con poder recibir cada vez a un mayor número de investigadores; es necesario que las fototecas y los equipos de trabajo, en su rededor, seamos capaces no solo de proponer y aplicar los programas de trabajo más adecuados a nuestras colecciones y que podamos atender a quienes se acerquen a nosotros, es necesario pasar —a pesar de todas las dificultades— al diseño de una difusión que dé verdaderamente trascendencia a nuestros materiales, que nos permita compartir el aprendizaje histórico y el gozo estético con sectores amplios de nuestra comunidad. Solo así la fotografía histórica tendrá verdadera trascendencia.65

En los años ochenta también se dio a conocer la colección Río de Luz, primera serie bibliográfica que la prestigiada editorial mexicana Fondo de Cultura Económica le dedicaba a los fotógrafos como autores. Coordinada por el también fotógrafo Pablo Ortiz Monasterio, se conformó de veinte títulos, publicados entre 1984 y 1989. Tres de ellos estuvieron dedicados a fotoperiodistas mexicanos: Yo, el ciudadano (1984) de Nacho López, Escribir con luz (1985) de Héctor García y Jefes, héroes y caudillos (1986) de Agustín Víctor Casasola. Ortiz Monasterio estaría asimismo involucrado en la organización del conjunto de muestras y publicaciones con las que en México se celebraron, en 1989, los 150 años del nacimiento de la fotografía. Tres años después, a fines de 1992, aparecería el primer número de Luna Córnea, revista de la que el fotógrafo fue el director-fundador. En 1985 apareció el libro El poder de la imagen y la imagen del poder. Fotografías de prensa del porfiriato a la época actual,66 sin precedentes en 65 Eleazar López Zamora, “Comentario [a la ponencia de Leonor Ortiz Monasterio]”, en ibid., p. 94. 66 El poder de la imagen y la imagen del poder. Fotografías de prensa del porfiriato a la época actual, textos de Flora Lara Klahr y Marco Antonio Hernández, México, Universidad 63


cuanto a su aspiración de ofrecer una secuencia histórica del fotoperiodismo mexicano, atendiendo sobre todo a la cercanía condescendiente o a la distancia crítica que los fotógrafos habían mantenido con los poderes políticos. La publicación fue editada por la Dirección de Difusión Cultural de la Universidad Autónoma de Chapingo, luego de que quien la encabezaba, el escritor Ignacio Betancourt, apoyara la propuesta de armar un proyecto editorial con esa temática, que le fue planteada por Pedro Valtierra, entonces jefe del Departamento de Cine y Fotografía de la misma Dirección. El fotógrafo coordinó la edición del libro, para el que fueron reunidas imágenes realizadas por Agustín Víctor Casasola, Andrés Garay, Dante Bucio, Enrique Bordes Mangel, Francisco Martínez, Héctor García, Hermanos Mayo, Jorge Acevedo, Luis Humberto González, Marco Antonio Cruz, Nacho López, Robert Capa, Rubén Cárdenas, Rogelio Cuéllar, Víctor León y el propio Valtierra, entre otros reporteros gráficos. Otro fotoperiodista en funciones de editor, Marco Antonio Cruz, fue el responsable del libro Fotografía de prensa en México. 40 reporteros gráficos, 67 impreso en 1992. Esta publicación tuvo su origen en un concurso organizado por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, al que fueron convocados los fotógrafos de nota roja. A Cruz

Autónoma de Chapingo, 1985. En 1984, Ignacio Betancourt era jefe de la Dirección de Difusión Cultural en la Universidad Autónoma de Chapingo. Comunicación vía correo electrónico con Ignacio Betancourt, el 10 de septiembre de 2014. 67 Marco Antonio Cruz (coord.), Fotografía de prensa en México. 40 reporteros gráficos, México, Disigraf, S.A. de C.V., 1992. 64

Páginas interiores del libro El poder de la imagen y la imagen del poder. Fotografías de prensa del porfiriato a la época actual, editado por la Universidad Autónoma de Chapingo. La foto de la izquierda es de Pedro Valtierra y la de la derecha de Luis Humberto González.


Portada del libro Fotografía de prensa en México. 40 reporteros gráficos. La imagen pertenece a Mario Díaz Canchola. adam

se le invitó a realizar la curaduría de la exposición de ese concurso, que luego se montó en una galería de aquella institución capitalina. En la inauguración de la muestra, el fotógrafo tuvo oportunidad de conversar con el procurador Ignacio Morales Lechuga y proponerle editar un libro que considerara el amplio espectro de la fotografía de prensa mexicana. Conseguido el apoyo del funcionario, Cruz se decidió por armar un libro a partir del trabajo de cuarenta fotoperiodistas, quienes desempeñaban sus labores informativas tanto en la ciudad de México como en los estados. 68 Participaron, entre otros: Christa Cowrie, Ángeles Torrejón, Frida Hartz, Lucio Blanco, Luis Jorge Gallegos, Gustavo Camacho, Alberto Carrillo, Marcelo Cervantes, Roberto Córdova, Mario Díaz Canchola, Guillermo Castrejón, Pedro Valtierra, Luis Humberto González y el propio Marco Antonio Cruz. En Imágenes de Nicaragua (Editorial Casa de las Imágenes, 1988) y Chiapas: El fin del silencio (Aperture- era, 1998), dos libros de cuidada factura, Antonio Turok compendió el trabajo periodístico y documental de amplio espectro que había realizado en la nación centroamericana y en la entidad del sureste mexicano, a las que se refieren los títulos. En la primera de esas publicaciones brindó su testimonio de la vida en Nicaragua, en los primeros años del gobierno instaurado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional. En la segunda documentó la inveterada marginación de las comunidades indígenas en Chiapas y la aparición pública del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el movimiento guerrillero que conjuntó la defensa de los pueblos originarios con el combate a las políticas neoliberales. En las últimas décadas nuestra bibliografía no ha dejado de enriquecerse con volúmenes editados por iniciativa de fotoperiodistas. Entre ellos se pueden mencionar los pertenecientes a las colecciones Historias de la Ciudad y Ojo de Venado. Francisco Mata Rosas y Eniac Martínez dieron forma a la primera de esas series en la década 68 Señala Marco Antonio Cruz que cuando nombraron a Morales Lechuga como Procurador General de la República apoyó la edición del libro que incluyó textos de Miguel Ángel Granados Chapa y Humberto Musacchio. Se publicaron imágenes de Carlos Salinas de Gortari que no fueron del agrado de la Presidencia y por eso bloquearon la distribución del libro cuando ya estaba impreso. Comunicación vía correo electrónico con el fotógrafo Marco Antonio Cruz, el 9 de septiembre de 2014. 65


de 1990, a través de la editorial Grupo Desea, fundada por Mata. En ella se publicaron: Contra la pared de Marco Antonio Cruz, Sábado de gloria del propio Mata Rosas, Pabellón 0 de Raúl Ortega, Interno de Carlos Somonte, Primer Cuadro de Pía Elizondo, Del río amarillo al colorado de Odette Barajas y Retratos de Tijuana de Yvonne Venegas. Ojo de Venado, surgida a partir de un propuesta de Ernesto Ramírez y Omar Meneses, se hizo posible gracias a las aportaciones de los propios autores de los libros y al apoyo del programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales del fonca. La primer parte de esta colección se dio a conocer en el año 2012 con Ojos de papel volando de Patricia Aridjis; Vidas en tránsito de Ernesto Ramírez; Historia y vida de Omar Meneses; y Contra el olvido de Raúl Ortega. La segunda parte, que apareció al año siguiente, incluyó Un día cualquiera de Alfredo Estrella; Hecho en Ciudad Juárez de Germán Canseco; Víctor Mendiola de Víctor Mendiola; Mirar para contarlo de Jesús Quintanar; y A veces la vida de Cecilia Candelaria. Por su parte, la fotógrafa Ana Lorena Ochoa, quien fuera editora de la revista Milenio Semanal, publicó en el año 2000 su primer libro, titula­do Zafra, compuesto por imágenes obtenidas en el entorno laboral de las cuadrillas de cortadores de caña y de los trabajadores del ingenio de Tamazula, ubicado al sur de Jalisco. Diez años después dio a conocer su segundo libro, Ciudad concreto, en el que documentó la historia de la construcción del segundo piso del periférico de la ciudad de México, resultado de cuatro años de trabajo al lado del cineasta Juan Carlos Rulfo mientras éste realizaba el documental En el hoyo. En la circulación editorial del trabajo fotoperiodístico por vías alternas a las de los impresos de vida efímera deben considerarse, por supuesto, los estudios publicados en formato de libro que han permitido tener un

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Portada del libro Pabellón 0 de Raúl Ortega, tercer volumen de la colección Historias de la Ciudad, publicado por la editorial Grupo Desea en 1994. Archivo Centro de la Imagen/Biblioteca.

Páginas interiores del libro Ciudad concreto de Ana Lorena Ochoa, editado por Cresce Consultores en 2010. adam.


Portada de dos de los libros que forman parte de la colección Ojo de Venado. adam.

conocimiento más preciso de la trayectoria vital y laboral de un buen número de nuestros principales fotorreporteros. Gracias a estos libros, nuevas generaciones de lectores y espectadores han podido recuperar fragmentos de distinta dimensión con los cuales armar el rompecabezas de una prolífica memoria que solo en parte hicieron visible las publicaciones periódicas. Títulos como Nacho López y el fotoperiodismo mexicano en los años cincuenta (Océano/inah, 1999) de John Mraz; Historias para ver: Enrique Díaz, fotorreportero (unam-iie/inah, 2003) de Rebeca Monroy; Atila de tinta y plata. Fotografía del zapatismo en la prensa de la ciudad de México entre 1910 y 1915 (inah, 2010) de Ariel Arnal; Rodrigo Moya: una mirada documental (El Milagro, 2011) de Alberto del Castillo Troncoso; Manuel Ramos. Fervores y epifanías en el México moderno (Archivo Fotográfico Manuel Ramos/La Casa de los Árboles de Apizaco, A.C., 2011) de Alfonso Morales, se cuentan entre la nutrida bibliografía que en las últimas dos décadas ha intentado desbrozar el camino que conduce hacia los diversos afluentes del fotoperiodismo mexicano.69

69 Entre otros: Mirada y memoria: archivo fotográfico Casasola. México 1900-1940, investigación y edición de Pablo Ortiz Monasterio (Turner, 2002); Trasterrados: braceros vistos por los Hermanos Mayo, John Mraz y Jaime Velez Storey (Universidad Autónoma Metropolitana/agn-Secretaría de Gobernación, 2005); Hugo Brehme y la Revolución Mexicana = Hugo Brehme und die Mexikanische Revolution, editado por Claudia Cabrera Luna (inah, 2009); El instante luminoso: los artistas plásticos a través de la mirada fotográfica de Juan Guzmán, edición de Maricela González Cruz Manjarrez y Cecilia Gutiérrez Arriola (unam-iie, 2009); Sara Castrejón. Fotógrafa de la revolución, Samuel Villela (inah, 2010); Pedro Valtierra: mirada y testimonio, textos de Alberto del Castillo Troncoso, Rebeca Monroy Nasr y Mónica Morales Flores (fce, 2012); y Nacho López, ideas y visualidad, editado por José Antonio Rodríguez y Alberto Tovalín Ahumada, (inah/Universidad Veracruzana, 2012). 67


E xposiciones La organización de exposiciones fue, a lo largo del siglo xx, otra de las estrategias usadas por los fotoperiodistas mexicanos para reivindicar tanto los méritos de sus imágenes como el respeto por su oficio. Sin embargo, su actividad en el terreno museográfico, normalmente copado por las artes visuales legitimadas desde siglos atrás, no fue tan productiva como la desarrollada en el ámbito de las publicaciones. Antes de las seis Bienales de Fotoperiodismo, realizadas entre 1994 y 2005, son escasos, circunstanciales e intermitentes los proyectos expositivos animados por el gremio de los reporteros gráficos. Si a aquellos contados fotógrafos que eran reconocidos, no sin ciertas reservas, como autores de obra de calidad artística, les resultaba difícil hacerse de un lugar en los recintos museísticos, es entendible que quienes venían del mundo del periodismo tuvieran ese acceso todavía más limitado. La primera exposición fotoperiodística de que se tiene noticia fue organizada a fines de 1911 por los integrantes de la Asociación de Fotógrafos de la Prensa Metropolitana, entre quienes se contaban Agustín Víctor Casasola, Ezequiel Álvarez Tostado, Samuel Tinoco, Ezequiel Carrasco y Antonio Garduño.70 La exposición se inauguró el 8 de diciembre de 1911, en un amplio local en la calle de San Francisco, en el centro de la capital mexicana, con los nobles fines de dar a conocer el trabajo de los reporteros gráficos y de recaudar fondos para su recién creada organización. Semanas atrás, el 26 de octubre, se habían reunido en el restaurante Tarditti de esa misma ciudad, en la que muy pronto sería investido como presidente de la república el 70 “Exposición de Arte Fotográfico”, en El Correo Español, 9 de diciembre de 1911, p. 4. 68

Manuel Ramos. Integrantes de la Sociedad de Fotógrafos de la Prensa en el local anexo a la joyería La Esmeralda, sede en la que la recién fundada organización gremial se dio a conocer con una muestra fotográfica. Ciudad de México, diciembre de 1911. Archivo Fotográfico Manuel Ramos.


revolucionario Francisco I. Madero, “varios fotógrafos de los principales periódicos metropolitanos, con el propósito de estudiar la manera más eficiente de constituir una agrupación mutualista, formada solo por fotógrafos de la prensa, que bien es sabido, son un factor importantísimo del periodismo moderno”.71 En el semanario ilustrado Arte y Letras se publicó una reseña de la muestra con el título “La primera Exposición de Arte Fotográfico en México”, destacando que “todas las fotografías expuestas revelan el adelanto que en este ramo se ha logrado en México, y desde recuerdos de la Revolución, hasta paisajes, figuras, fantasías, etc., etc., todo ha constituido un alarde de buen gusto, de arte y de belleza”.72 Debieron pasar tres décadas y media para que, de nueva cuenta, otra organización gremial conformada por fotoperiodistas fuera capaz de lucir sus artes y oficios a través de una exposición. Esa muestra llevó por título Palpitaciones de la vida nacional. México visto por los fotógrafos de la prensa y fue inaugurada en el Palacio de Bellas Artes el 27 de julio de 1947. Resultado de un concurso, la muestra que presentó por primera vez el trabajo de los fotorreporteros en el máximo recinto de la cultura nacional fue organizada por la revista Mañana —cuyo director era Regino Hernández Llergo— y por la Asociación Mexicana de Fotógrafos de Prensa —que se había fundado a principios del año anterior y era presidida por el reportero gráfico Enrique Díaz—, contando con los auspicios del recién creado Instituto Nacional de Bellas Artes. Señala Rebeca Monroy que el 22 de junio de 1946 se dio a conocer la convocatoria al concurso de fotografía, estableciendo sus bases: Primero que las fotografías tuvieran un carácter eminentemente periodístico. También se explicaba la manera en que se presentaría a los diferentes fotógrafos participantes, con la idea de difundir su biografía y su trabajo desde la revista Mañana, con una serie de entrevistas y textos acompañados por las imágenes más relevantes. Se proponía un jurado calificador con los más destacados artistas y fotógrafos nacionales que dictaminarían los premios; asimismo, se prometían varias cosas: premios, catálogos —de ser posible— y la intención de que cada año se hiciera una edición semejante con los trabajos fotoperiodísticos del año respectivo.73

71 “Los fotógrafos de los periódicos ante el Sr. Presidente”, en El Imparcial. Diario independiente, 27 de octubre de 1911, p. 8. 72 “La primera Exposición de Arte Fotográfico en México”, en Arte y letras. Semanario ilustrado, núm. 247, 17 de diciembre de 1911, s.p. 73 Rebeca Monroy Nasr, Ases de la cámara: textos sobre fotografía mexicana, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2010 (Col. Científica, 525. Serie Historia), p. 52. 69


La organización de Palpitaciones de la vida nacional estuvo a cargo de Antonio Rodríguez, escritor, crítico y periodista de origen lusitano que a su vez se hizo cargo de la publicación de la serie de semblanzas de los reporteros que la revista Mañana publicó bajo el título de “Ases de la cámara”.74 Del jurado fueron parte el fotógrafo Manuel Álvarez Bravo, el cinefotógrafo Gabriel Figueroa, el grabador y entonces director de la Escuela de Bellas Artes Carlos Alvarado Lang, el director de El Universal Gregorio López y Fuentes, y el jefe de propaganda de la Secretaría de Educación Pública, el escritor Luis Spota. Cinco meses después de la exposición, que recibió favorables comentarios, se realizó la entrega de los premios en sus distintas categorías: el Premio Presidente de la República a la mejor fotografía fue para Antonio Carrillo Jr. por su imagen del Tata Cárdenas. El primer lugar se le otorgó a Faustino Mayo por su gráfica Alfabetización; el segundo lo ganó Enrique Díaz por su reportaje Cedillo rebelde; el tercero lo recibió Manuel Montes de Oca por su fotografía Motín comunista; el cuarto lugar lo obtuvo Ismael Casasola por su imagen Lenguaje popular y el quinto fue para Faustino Mayo por Degradación.75 El 13 de octubre de 1951 se publicó en la revista Mañana la convocatoria para la segunda edición del concurso-exposición, la cual especificaba:

74 Abarcaron los números 147 al 165, con fechas del 22 de junio al 26 de octubre de 1946. 75 En total fueron nueve los fotógrafos premiados: el sexto lugar fue para Ugo Moctezuma, el séptimo para Armando el Chamaco Zaragoza, el octavo para Julio León y el último se le otorgó a Agustín el Chino Pérez. Rebeca Monroy Nasr, Ases de la cámara… op. cit., pp. 54-55. 70


Políptico de la exposición Palpitaciones de la vida nacional. Archivo Luna Córnea.

Condiciones de admisión. Para participar en este concurso-exposición se requiere: 1) Ser trabajador activo de la prensa mexicana (de la capital o de los estados) y estar debidamente reconocido como tal por la Asociación Mexicana de Fotógrafos, por alguno de los más importantes órganos periodísticos del país; 2) los trabajos presentados deben tener un valor esencialmente periodístico, esto es, deben constituir una “revelación”, una “denuncia”, ilustrar un hecho o una noticia de importancia pública y de interés popular, o ejercer una acción social sobre la conciencia del país y 3) las fotografías sometidas a concurso deben haber sido realizadas después de la Primera Exposición Nacional de Fotografía de Prensa, organizada por la revista Mañana en el año de 1947. Único. Pueden participar en este certamen y aspirar a cualquiera de sus recompensas, todas las fotografías realizadas después de la referida fecha, incluyendo las que hayan tomado parte o ganado premios en exposiciones o concursos organizados por otros periódicos, revistas o clubes nacionales o extranjeros. Particularidades técnicas de admisión. Los participantes pueden concursar en cualquiera de las diferentes ramas de la fotografía periodística (foto sensacional, deportiva, reportaje completo, etc.) simultáneamente y aspirar a los diversos premios que corresponden a cada rama, con las siguientes fotos: 1) fotografías aisladas: hasta nueve (o menos) de formato 8 x 10 y una 11 x 14; 2) reportajes: hasta once fotografías (o menos) de formato 5 x 7 y una (la que a juicio del fotógrafo constituya el eje del reportaje, o le interese más destacar) de 11 x 14. […] Premios y recompensas. Para cada uno de los géneros de que está formada esta exposición-concurso, se instituyen los siguientes premios: a) Premio Presidente de la República, que será atribuido a la fotografía que, a juicio del jurado, constituya, en absoluto, la mejor y más destacada fotografía del certamen; b) premio Francisco Mayo, para la fotografía “periodística por excelencia”; esto es, que capte un hecho 71


Antonio Carrillo Jr. Lázaro Cárdenas firmando la entrega de tierras a los campesinos de la aldea La junta, en el Estado de Michoacán. En 1947, el autor participó con esta imagen, bajo el título Tata Cárdenas, en la exposición-concurso Palpitaciones de la vida nacional. México visto por los fotógrafos de la prensa, haciéndose merecedor al Premio Presidente de la República. Cortesía Colecciones Fotográficas Fundación Televisa. 72


sensacional, inusitado, en el momento más propicio y oportuno; c) premio para la fotografía periodística de mayor profundidad humana; d) premio para la fotografía periodística más importante en el dominio de los deportes, incluyéndolos todos; e) premio para el reportaje más completo, más bien realizado, más original o de mayor interés público; y g) premio para la fotografía o reportaje que ejerza mayor y más benéfica acción sobre la vida del país. […] el jurado . El jurado de la Segunda Exposición Nacional de la Fotografía

Periodística estará formado por las siguientes personas: a) revistas, de la Asociación Mexicana de Fotógrafos de Prensa (o en quien este organismo delegue) y de las cadenas periodísticas nacionales; y b) por artistas de las siguientes ramas: pintura, fotografía artística y fotografía cinematográfica. […] Especial: Los organizadores de este concurso-exposición aceptan cambiar las bases aquí expuestas, de acuerdo con las sugerencias lógicamente razonadas de los fotógrafos profesionales de México, por conducto de su respectiva Asociación, si esos cambios tienen por objetivo realzar y hacer más viable este certamen.76

La organización de la Segunda Exposición Nacional de la Fotografía Periodística recayó en Antonio Rodríguez, quien contó una vez más con el apoyo de la revista Mañana, que ahora tenía al periodista Daniel Morales como director-gerente, y el respaldo de la Asociación Mexicana de Fotógrafos de Prensa, cuya presidencia era ocupada por Alfonso Manrique. Sin embargo, después de varios meses de haberse dado a conocer la convocatoria, el concurso-exposición nunca se llevó a cabo y tampoco se expusieron las razones de su incumplimiento en la revista Mañana o en algún otro medio. La cancelación pudo haber sido por varias razones, de acuerdo a la opinión de Rebeca Monroy: desde la situación política del momento hasta la falta de objetivos comunes y comunicación entre Rodríguez, Morales y Manrique.77 Lo cierto es que no volvió a convocarse a un concurso ni a una muestra de esa magnitud sino hasta finales del siglo xx. El 9 de diciembre de 1977 se inauguró en el Museo Carrillo Gil la exposición El arte en la fotografía periodística, organizada por la Asociación de Reporteros Gráficos de los Diarios de México, A. C. Esta organización gremial se había fundado a raíz de un accidente aéreo ocurrido el 25 de enero de 1970 en las cercanías del aeropuerto de Poza Rica, Veracruz. Al estrellarse en el cerro del Mesón uno de los cuatro aviones en que se trasladaba la comitiva de prensa que cubría la campaña presidencial de Luis Echeverría, perdieron la vida varios enviados, entre ellos seis fotógrafos: Ismael Casasola Tezcucano y Eduardo Quiroz 76 Revista Mañana, núm. 424, 13 de octubre de 1951, p. 21. 77 Para conocer las hipótesis de la autora cfr. Rebeca Monroy Nasr, op. cit., pp. 60-69. 73


González de El Heraldo de México, José Ley Zárate y Lorenzo Hernández Borboa de El Sol de México, Rodolfo el Pelos Martínez de La Prensa y Jaime González Hermosillo de Excélsior. 78 La muestra del Carrillo Gil, patrocinada por el Instituto Cultural Domecq, se derivó de un concurso dirigido a reporteros gráficos que tuvo por tema “La proyección de México en el ámbito internacional a través de la fotografía periodística”. Resultó ganador Adalberto Arroyo, quien era en ese momento presidente de la mencionada Asociación. De acuerdo a sus declaraciones la agrupación que encabezaba tenía como propósito “afrontar la necesidad de analizar el resultado del trabajo cotidiano, vinculando la belleza de este país y la visión periodística”.79 La presencia de José López Portillo, quien era entonces presidente de la república, y del director general de información y relaciones públicas de la presidencia, Fernando M. Garza, dio relevancia a la inauguración de la muestra, confirmando de paso el buen trato que había entre el primer mandatario y los reporteros gráficos que trabajaban para medios seguidores de la línea oficial —“No pago para que me peguen”, afirmó el jefe de la nación en una de sus frases que se hicieron célebres—. En 1981, un año antes de dejar su cargo, López Portillo tuvo un gesto todavía más significativo para la Asociación de Reporteros Gráficos de los Diarios de México que engalanar la apertura de una de sus muestras, al donarle a través del Departamento del Distrito Federal un terreno en un fraccionamiento del Pedregal de Carrasco, ubicado en el sur la ciudad de México, para la construcción de su sede. 80 En mayo de 1978 se abrió al público la muestra Imagen histórica de la fotografía en México, presentándose en dos museos simultáneamente: en el Museo Nacional de Historia, donde se abordaron los orígenes de la fotografía y su evolución en el siglo xix, y en el Museo Nacional de Antropología, donde se mostró la producción fotográfica en el siglo xx. En el segundo de estos apartados participaron los Hermanos Mayo, quienes desde Palpitaciones de la vida nacional no habían expuesto en un recinto museográfico. 81 Imagen histórica de la fotografía en México coincidió con 78 “La última misión”, en Tiempo, vol. lvi, núm. 1448, 2 de febrero de 1970, pp. 44-47 y 50-52. 79 Archivo del Museo Carrillo Gil, exposición El Arte en la Fotografía Periodística, diciembre de 1977. 80 “Decreto por el que se desincorpora del dominio público del Departamento del Distrito Federal el terreno descrito en el considerando I de este Decreto y se autoriza al propio departamento para enajenarlo a título gratuito a favor de la Asociación de Reporteros Gráficos de los Diarios de México, A.C.”, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 12 de noviembre de 1981. 81 Eugenia Meyer, “Introducción”, en Imagen histórica de la fotografía en México, México, 74


El presidente José López Portillo posa al lado de reporteros gráficos en la inauguración de la muestra El arte en la fotografía periodística, que se presentó en el Museo Carrillo Gil a fines de 1977. Archivo Hermanos Fuentes.

otra mucho más amplia y de carácter internacional que tuvo como sede al Museo de Arte Moderno: la Primera muestra de la fotografía latinoamericana contemporánea, 82 organizada, como ya se ha dicho, por el Consejo Mexicano de Fotografía en el marco del I Coloquio Latinoamericano de Fotografía. El fotógrafo Nacho López, miembro fundador del Consejo, tuvo una gran presencia en el Coloquio al participar como expositor en la sección de invitados y al formar parte del comité de selección en la exposición de fotografía latinoamericana, al lado de Fernando Gamboa, Pedro Meyer, Jaime Ardila y Raquel Tibol: El ser miembro del Comité de Selección para elegir las fotografías a exhibirse en la Primera Muestra Latinoamericana de Fotografía —dijo López— me permitió observar que existe una gran inquietud en América Latina por plantear cuestiones

Instituto Nacional de Antropología e Historia/Secretaría de Educación Pública/Fondo Nacional para Actividades Sociales, 1978, p. 11. 82 Hecho en Latinoamérica. Primera muestra de la fotografía latinoamericana contemporánea, Secretaría de Educación Pública/Instituto Nacional de Bellas Artes/Consejo Mexicano de Fotografía, 1978. 75


diferentes dentro del contexto de un lenguaje fotográfico nuevo. Brasil es de los países, por ejemplo, que llevan la vanguardia en la revolución gráfica, su gente se encuentra sumamente preocupada por crear una fotografía-denuncia que es por supuesto consecuencia del régimen en que viven. 83

En 1980 se fundó la Casa de la Fotografía, que sirvió como sede y centro operativo del Consejo Mexicano de Fotografía. Las galerías de ese recinto, ubicado en la colonia Roma Sur de la ciudad de México, albergaron exhibiciones de las más diversas temáticas. Una revisión del Archivo Casasola, que ya estaba bajo la custodia del inah, y una colectiva de fotógrafos cubanos dieron contenido a la exposición inaugural, titulada Dos momentos revolucionarios. En la programación de los años posteriores siguió habiendo espacio para propuestas vinculadas directa o indirectamente al quehacer fotoperiodístico: en marzo de 1981 se presentó la muestra Nicaragua: dos visiones de Rosa María Roffiel y Enrique Villaseñor y, en julio del mismo año, México. La década de los cuarenta, compuesta por una selección de imágenes procedentes del Archivo Hermanos Mayo; en mayo de 1983, Los refugiados guatemaltecos en México de Christa Cowrie, José Luis Rocha, José Ángel Rodríguez, Antonio Turok y Martha Zarak y, en octubre de ese año, Bienvenidos a la Tierra del Quetzal de Pedro Valtierra; en marzo de 1984, El Salvador: treinta fotógrafos, coordinada por Susan Meiselas, Fae Rubenstein y Harry Mattison; en septiembre de 1986, la colectiva A un año del temblor con la participación de los fotoperiodistas Jorge Claro León, Francisco Mata Rosas, Enrique Villaseñor y la agencia Imagenlatina —Marco Antonio Cruz y Andrés Garay—; en enero de 1987, Argentina, sucesos recientes (1977-1986). Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina; 83 “La fotografía trasciende si posee valor intemporal: Nacho López”, en Excélsior, 6 de mayo de 1978, p. 10-C. 76

Ceremonia inaugural de La Casa de la Fotografía del Consejo Mexicano de Fotografía, cuya primera exposición fue Dos momentos revolucionarios, compuesta por una revisión del Archivo Casasola y una selección de fotografía cubana. Ciudad de México, 8 de julio de 1980. En la imagen de la izquierda Pedro Meyer hace uso de la palabra acompañado por fotógrafos y funcionarios de México y Cuba, entre ellos Juan José Bremer, director del Instituto Nacional de Bellas Artes. En la imagen de la derecha, entre los asistentes y reporteros que acudieron al evento, se encuentra Eleazar López Zamora, entonces a la cabeza de la Fototeca Nacional del INAH. Archivo Pedro Meyer.


Fotógrafos cubanos participantes en la exposición Dos momentos revolucionarios son entrevistados por la crítica y periodista Raquel Tibol en su programa de televisión. Ciudad de México, 8 de julio de 1980. Archivo Pedro Meyer.

y en septiembre de 1988 Diez fotógrafos de prensa, integrada con obras de Guillermo Castrejón, Marco Antonio Cruz, Andrés Garay, Frida Hartz, Fabrizio León, Francisco Mata Rosas, Elsa Medina, Rubén Pax, Heriberto Rodríguez y Pedro Valtierra. 84 También en 1980 tuvo lugar la Primera Bienal de Fotografía, organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes. 85 En este certamen participaron fotógrafos de todas las vertientes, incluidas la periodística y la documental. La situación política y social que se vivía tanto en el país como en Centroamérica se hizo presente en las obras evaluadas por el jurado. Uno de sus integrantes, el crítico Antonio Rodríguez, animador décadas atrás de la muestra Palpitaciones de la vida nacional, hizo una evaluación entusiasta de los resultados del concurso: El análisis de la Primera Bienal de Fotografía nos comprueba por fortuna, que poseemos muchos fotógrafos de alto nivel, y pone de manifiesto que nuestros artistas de la cámara, sobre todo los jóvenes, son dueños de una personalidad definida; conocen lo que pasa en el mundo y reflejan, en su obra, las grandes inquietudes de la fotografía actual. Las reivindicaciones populares de México, la represión en América Latina, la lucha del pueblo nicaragüense contra la dictadura de Somoza, ocupan un sitio de relieve en las preocupaciones de nuestros fotógrafos a quienes debemos una obra que es, a la vez, testimonio, protesta y arte. 86 84 Exposiciones en la Casa de la Fotografía. Archivo Centro de la Imagen/Consejo Mexi­ cano de Fotografía. 85 Antes de que existiera un concurso de esa naturaleza, en 1977 las obras fotográficas entraron a competir en la I Bienal de Gráfica junto a los trabajos de otras disciplinas visuales. El jurado de ese certamen se declaró incompetente para calificar las fotografías presentadas, lo que mostró la necesidad de crear una Bienal de Fotografía. 86 Salón Nacional de Artes Plásticas. Sección Bienal de Fotografía 1980, México, Instituto Nacional de Bellas Artes/Secretaría de Educación Pública, 1980, p. 25. 77


En la I Bienal resultaron premiados Víctor León Diez, quien durante 19781979 trabajó en el Diario de México y en el semanario Proceso, y Pedro Valtierra, entonces fotógrafo del Unomásuno, quien participó con su serie sobre Nicaragua. A partir de entonces las Bienales se convirtieron en foros en que una nueva generación de fotoperiodistas dio a conocer sus planteamientos y búsquedas en relación a la fotografía como crónica social. En la III Bienal, organizada en 1984, se le otorgó el premio de adquisición nuevamente a Pedro Valtierra por la serie El Sahara (República Árabe Saharahui Democrática), realizada dos años antes. 87 En 1986, Marco Antonio Cruz participó en la IV Bienal con la serie De Pánuco al Zócalo. Movimiento de prostitutas en la ciudad de México, que le hizo merecedor de una beca de producción. La V Bienal de 1988 fue conocida como la “Bienal del Fotoperiodismo”, dado que tres de los cuatro premios de adquisición se le otorgaron a fotoperiodistas. Armando Cristeto, quien fue uno de los integrantes del jurado de esa Bienal, comentó al respecto: Los 4 premios se los otorgamos a los que pensamos que ya eran, en sí mismos, conjuntos “cerrados”, y fueron para Fabrizio León con Aquí empieza la atención porta­ folio magistralmente fotografiado y editado, con imágenes editoriales, que contenían lo mismo oficinas que retratos, particularmente de los 3 candidatos presidenciales de ese momento, Salinas, Cárdenas y Clouthier. Francisco Mata, Balnearios, obviamente sobre los balnearios, en este caso del área metropolitana del df, que después se 87 Salón Nacional de Artes Plásticas. Sección Bienal de Fotografía 1984, México, Instituto Nacional de Bellas Artes/Secretaría de Educación Pública, 1984, p. 6. 78

Pedro Valtierra. Ejercicio militar. República Árabe Saharahui, 1982.


Francisco Mata. Balneario olímpico. Pantitlán, ciudad de México, 1989.

convertiría en Sábado de Gloria, que se editaría al poco tiempo en la colección de los pequeños libros Historias de la ciudad, hoy día algunas de esas imágenes son clásicos de la fotografía mexicana. Andrés Garay con China, de un viaje reciente por aquel país, y el díptico de Rogelio Rangel, Tauromaquia, sobre imágenes de las corridas de toros trasmitidas por tv, pequeños murales trabajados a posteriori con viradores. 88

Después de cinco años, en 1993, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes junto con el inba convocaron a la VI Bienal de Fotografía. Para esas fechas el Centro de la Imagen no disponía aún de su sede en el edificio de La Ciudadela, en la ciudad de México, pero ya había iniciado las actividades que en los siguientes años lo convertirían en la principal institución dedicada a la promoción de la cultura fotográfica. A decir de la coordinadora de esta Bienal, Emma Cecilia García, la obra seleccionada mostró en su mayoría una fuerte inclinación por la producción del trabajo construido, manipulado y de corte experimental. Sin embargo, en ella obtuvieron mención honorífica dos series presentadas por fotoperiodistas: Ciegos en México de Marco Antonio Cruz y Víctor el Chiquilín de Raúl Ortega. 89 Otras exposiciones realizadas en los años ochenta y noventa dieron constancia del interés que otras instituciones culturales, además 88 Comunicación vía correo electrónico con el fotógrafo Armando Cristeto, el 17 de octubre de 2014. 89 Catálogo de la VI Bienal de Fotografía, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-Centro de la Imagen, 1994, pp. 36-43. 79


del Consejo Mexicano de Fotografía —cuyas actividades menguaron a fines de la primera de esas décadas—, tuvieron por el fotoperiodismo y el fotodocumentalismo. En 1985 se exhibió la muestra Nicaragua, testimonio gráfico de tres fotógrafos mexicanos, de Pedro Valtierra, Andrés Garay y Marco Antonio Cruz, en el Museo de Arte Moderno; en 1988 el Museo Nacional de Culturas Populares fue sede de la exposición Cien años de fotografía indigenista en México, organizada por el Instituto Nacional Indigenista y coordinada por el fotógrafo Agustín Estrada; en 1989, como parte del programa organizado con motivo de los 150 años de la llegada de la fotografía a México, se presentaron Nacho López, fotorreportero de los años cincuenta, en el Museo Carrillo Gil, y Memoria del Tiempo, en el Museo de Arte Moderno. En 1991 y 1992, la Coordinación de Exposiciones y Eventos Temporales del Conaculta, área en la que se dio forma al proyecto del Centro de la Imagen, organizó una serie de actividades y muestras que tuvieron como tema común la historia de la ciudad de México entre las décadas de 1920 y 1950. En ese marco se presentaron las muestras Bailes y Balas. Ciudad de México 1921-1931, que fue acogida por el Archivo General de la Nación y estuvo integrada por imágenes del fondo fotográfico Enrique Díaz, Delgado y García, y Asamblea de ciudades. Cultura y vida cotidiana en la ciudad de México, 1920-1950, que tuvo por sede el Palacio de Bellas Artes e hizo amplio uso de la memoria fotoperiodística.90 Como en el caso del recuento que se hizo de las publicaciones y agencias nacionales que enriquecieron la difusión del trabajo fotoperiodístico, 90 Muestra que formó parte de una serie de encuentros, exposiciones, conciertos y espectáculos en instituciones oficiales y privadas, con el tema “Años 20s/50s. Ciudad de México”, durante los meses de febrero y marzo de 1992. 80

Portada y páginas interiores del catálogo de la exposición Memoria del tiempo: 150 años de fotografía en México, curada por Francisco Reyes Palma y Mariana Yampolsky.


la relación que a grandes trazos se ha perfilado hasta aquí de los proyectos museográficos que compartieron el mismo propósito no es sino representativa de un proceso que merece ser documentado con mayor detalle. Se consideró necesario hacer estas apretadas recapitulaciones para entender la secuencia histórica a la que pertenecen las Bienales de Fotoperiodismo, que entre 1994 y 2005 fueron las iniciativas que mayor capacidad de convocatoria tuvieron entre los fotógrafos dedicados al trabajo informativo y documental. Con la integración al Centro de la Imagen de un buen número de los documentos y obras que fueron parte de la historia de sus seis episodios, se ha hecho posible el estudio de las Bienales de Fotoperiodismo en sus respectivas particularidades y la aproximación a lo que ofrecen en tanto miradores de los valores que rigieron el ejercicio del fotoperiodismo mexicano a lo largo de una docena de años. Las notas que a continuación se presentan constituyen simplemente un ejercicio de ordenamiento de la información disponible, que se complementó con la revisión de otras fuentes. Primera y Segunda Bienales de Fotoperiodismo El proyecto de las Bienales de Fotoperiodismo tuvo su primer antecedente en 1991, en la ciudad de Monterrey, en el marco de las II Jornadas Periodísticas de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Organizadas por el periodista Juan Francisco Salazar, a solicitud del académico José Luis Esquivel Hernández, de ellas formó parte una exposición dedicada a la fotografía de prensa de la que fue responsable Enrique Villaseñor, quien entonces encabezaba la agencia Graph Press. De acuerdo a un testimonio del Dr. Esquivel Hernández así se dieron los sucesos que condujeron al montaje de la muestra que llevó por título México: Imágenes de prensa: La historia comienza con el reconocimiento al trabajo de la agencia Graph Press, de Enrique Villaseñor, quien ofrecía sus servicios a medios impresos de todo el país y al hacer contacto con Juan Francisco Salazar, coordinador editorial de El Diario de Monterrey, entablaron una relación comercial que facilitó el posterior intercambio con la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde fungía como responsable del área de periodismo el Lic. José Luis Esquivel Hernández. Al enterarse el Lic. José Luis Esquivel Hernández del interés de los alumnos por la fotografía de prensa, le pidió a Juan Francisco Salazar que organizara en 1991 las II Jornadas Periodísticas de la institución con un enfoque exclusivo al reportaje gráfico, de modo que se le ofreció el escenario a Enrique Villaseñor para llevar a cabo una magnífica exposición en el edificio principal y varias conferencias ad hoc con tres 81


empleados de la agencia Graph Press, las cuales fueron muy ilustrativas.91

En México: Imágenes de prensa se mostraron fotografías realizadas por Elsa Medina, Marco Antonio Cruz, Pedro Valtierra, Raúl Ortega, Andrés Garay y Héctor García. Dos años después, con el apoyo del Museo Mural Diego Rivera, que dirigía Dolores Arbide, Villaseñor reorganizó y amplió la exposición que había presentado en Monterrey. Bajo el nuevo título de fotoperio dismo: más allá de la información,92 contó con la participación de 39 autores, entre ellos: Elsa Medina, Keith Dannemiller, Fabrizio León, Francisco Mata, Omar Meneses, Joel Merino, Marco Antonio Cruz, Rossy Alemán, Guillermo Castrejón, Christa Cowrie, Pedro Valtierra, Arturo Fuentes, Luis Jorge Gallegos, Andrés Garay, Gerardo García, Lucía Saad, Gerardo Magallón, Heriberto Rodríguez, Víctor Mendiola y Raúl Ortega. En opinión de Alejandro Castellanos, la muestra posibilitó: trazar algunas constantes en relación a su lenguaje creativo y a la manera en que éste aporta nuevas premisas dentro de un ámbito donde la verosimilitud del mensaje es una condición fundamental para la información que se desea transmitir. Aquí reside la principal aportación de la exposición, luego de que dicha cualidad ha sido puesta en evidencia por la creciente experimentación con el medio, así como por los adelantos tecnológicos.93

El interés que esta exposición generó en el gremio fotográfico hizo pensar a Enrique Villaseñor en la conveniencia de darle continuidad. A partir de esa premisa comenzó a gestionar y organizar la que se conocería como Primera Bienal de Fotoperiodismo. El 9 de agosto de 1994 se reunieron en el Centro de la Imagen los miembros del Consejo Mexicano de Fotografía 91 Comunicación vía correo electrónico con el Dr. José Luis Esquivel Hernández, el 6 de noviembre de 2014. 92 La inauguración tuvo fecha del 17 de marzo de 1993, como lo indica la invitación a participar en la exposición fotográfica Fotoperiodismo: más allá de la información. Archivo Centro de la Imagen/Fondo Bienales de Fotoperiodismo (en adelante Archivo CI/ Fondo BFP). 93 Alejandro Castellanos, “Fotoperiodismo: más allá de la información”, en Unomásuno, Sección Cultura, 3 de abril de 1993, p. 26. 82


para que el Comité Coordinador Provisional, integrado por Gilberto Chen, Julieta Giménez Cacho, Marco A. Pacheco, Armando Cristeto y el propio Enrique Villaseñor, presentara su informe de actividades y un nuevo proyecto de trabajo. Dicho Comité, que estuvo en funciones de julio de 1993 a julio de 1994, puso a consideración de la asamblea los diecisiete puntos que darían cauce a sus futuras actividades, las cuales contarían con el apoyo del Centro de la Imagen. La Bienal de Fotoperiodismo era el tercero de esos puntos: Este proyecto, coordinado por Enrique Villaseñor, pretende crear un espacio independiente para la valoración, promoción y difusión de la fotografía de prensa en México. El financiamiento de este evento fue posible gracias a la participación de cuatro instituciones: El cmf, el museo mural diego rivera , la agencia graph press y una beca de coinversión otor-

gada por el fonca- conaculta . Cada una de estas instituciones Enrique Villaseñor. A rriba : Cartel de

la I Bienal de Fotoperiodismo con una fotografía de Christa Cowrie, 1994. Archivo CI/Fondo BFP. I zquierda : Publicidad

de la Agencia Graph Press, 1993. Archivo CI/Fondo BFP.

aportó —en la medida de sus posibilidades— trabajo y recursos para el proyecto. En síntesis, esta bienal abarca cuatro aspectos: - Un concurso fotográfico a nivel nacional con N$ 35,000.- en premios. - Una exposición en el Museo Mural Diego Rivera con el apoyo de su directora Dolores Arbide. - La edición de un libro-catálogo a cargo de Francisco Mata. y, por último; - Un coloquio de fotoperiodismo en noviembre. Este coloquio se celebrará en el Centro de la Imagen y será coordinado por Armando Cristeto y Patricia Mendoza. Se tienen confirmadas conferencias magistrales de Pedro Meyer y John Mraz entre otros. La Bienal de Fotoperiodismo es asesorada por un Consejo Consultivo integrado por: Enrique Villaseñor, Dolores Arbide, Armando Cristeto, Marco Antonio Pacheco, Enrique Bordes Mangel, Rogelio Cuéllar, Marco Antonio Cruz, Andrés Garay, Héctor García, Miguel Ángel Granados Chapa, David Hernández, Graciela Iturbide, Fabrizio León, Francisco Mata, Faustino Mayo, Elsa Medina, Patricia Mendoza y Antonio Reynoso. A la fecha se formuló la convocatoria y se invitó a todos los fotógrafos de prensa del país. 1500 fotógrafos y 300 medios fueron invitados. La obra se integrará a finales de septiembre. El Jurado aún no ha sido definido.94

94 Informe propuesto por el Comité Coordinador del cmf, fechado el 9 de agosto de 1994, p. 3. Archivo CI/Fondo BFP. 83


Aunque la I Bienal estaba considerada dentro de los planes del nuevo rumbo que tomaría el cmf, la realidad es que ya estaba en marcha y con la elección de Villaseñor como presidente de la mesa directiva su continuidad estaba asegurada. 95 Sin embargo, una vez que terminó su periodo como presidente del cmf, Villaseñor decidió asumir por su cuenta la organización de las Bienales de Fotoperiodismo. Apoyado en los recursos proporcionados por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (fonca), respaldado por el Centro de la Imagen y con buenos contactos en el medio fotográfico, fue coordinador de las Bienales que se celebraron entre 1994 y 2005. La convocatoria de la Primera Bienal de Fotoperiodismo salió a mediados de 1994 y la recepción de los trabajos concluyó el 30 de septiembre.96 En este primer certamen, el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional fue un tema dominante. Dos fotógrafos de La Jornada fueron reconocidos por su cobertura a ese movimiento insurreccional surgido en comunidades indígenas de Chiapas: Raúl Ortega obtuvo el premio adicional del jurado por la serie Construcción de Aguascalientes. Chiapas 1994 y una mención honorífica por la foto individual Subcomandante Marcos, en tanto que Carlos Cisneros recibió mención honorífica por el reportaje Sublevación en Chiapas. Los asesinatos de importantes políticos que conmocionaron la vida pública también se hicieron presentes: el premio Fotoprensa México Fotorreportaje fue para Asesinato del presidente del pri, José Francisco Ruiz Massieu de Jorge H. Mateos (El Nacional) y el de Fotoprensa México Fotonoticia para Colosio herido es cargado después del atentado de Efrén Mota Cabrera (El Mexicano). A la serie Sinaloa, la cara del narco de Eloy Valtierra (El Noroeste) se le otorgó un premio adicional del jurado. Los 95 Los demás integrantes de la mesa directiva fueron Saúl Serrano como vicepresidente; Marco A. Merino como tesorero; Marco A. Pacheco como secretario; Armando Cristeto, Rogelio Cuéllar y Oscar Necochea como vocales; y Mariana Dellekamp y Mónica Cervantes como comisarios. Boletín del cmf fechado el 9 de agosto de 1994. Archivo CI/Fondo bfp. 96 Convocatoria de la Primera Bienal de Fotoperiodismo, 1994. Archivo CI/Fondo bfp. 84

Víctor Mendiola. Plaza de la Constitución, 1993. Primer lugar en la categoría Vida Cotidiana de la I Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo bfp.


Carlos Cisneros. El ejército nacional recupera el Palacio Municipal de San Cristóbal, de la serie Sublevación en Chiapas, 2 de enero de 1994. Fotorreportaje que obtuvo mención honorífica en la I Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP.

ganadores por categoría fueron: en Política, Mito y realidad de Fernando Castillo (El Financiero); en Policiaca, Simulacro hecho realidad por Enrique Hernández (La Prensa); en Vida Cotidiana, Plaza de la Constitución de Víctor Mendiola (La Jornada); en Cultura, Espectáculos y Sociales, Cada chango a su mecate de Ireri de la Peña (La Jornada); y en Deportes, De caras y gestos de Esteban López (Novedades). Obtuvieron mención honorífica los fotorreportajes: Balcones de Gus­ tavo Camacho (Excélsior), Ensayo sobre pescadores de Sylvia Calatayud (inédito), Haití. El color, el dolor, la magia y la pobreza de Jesús Díaz (revista Época) y La esperanza más allá del bloqueo de José Luis Magaña (Agencia ap); y las fotos individuales Sin título de Héctor García Sánchez (El Economista), Carretera a Guanabo, Cuba de Gerardo Magallón (La Jornada), Concierto por la Raza/Slam de Jorge Claro León (revista La Mosca), Discoteca Boss de Patricia Aridjis (revista Tips), Los descuidos de Madonna de Gustavo Camacho (Revista de Revistas), Danza Butoh de Christa Cowrie (Unomásuno), Beso sin límites de Ireri de la Peña (inédita), Oentelli, Australia de Lorenzo Hagerman (revista La Máquina Gorda), Operativo policiaco en La Casa de Todos, albergue de niños de la calle de Carlos Cisneros (La Jornada), De la patada I de Ulises Castellanos (Proceso) y Sin título de Arturo Fuentes (revista Motivos). 85


86


A rriba , izquierda :

Jorge Claro León. Protesta gay en el museo, 18 de julio de 1995. Imagen que obtuvo el primer lugar en la categoría Cultura, espectáculos y sociales de la II Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP. A rriba , derecha :

José Antonio López. El diputado priista Humberto Roque Villanueva celebra el aumento del diez al quince por ciento del Impuesto al Valor Agregado con esta imagen conocida como “roqueseñal”, 31 de marzo de 1995. Imagen que ganó el primer lugar en la categoría Política de la II Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP. I zquierda :

Jorge Héctor Mateos. Serie Asesinato del presidente del PRI, José Francisco Ruiz Massieu, 28 de septiembre de 1994. Ganadora del premio Fotoprensa México Fotorreportaje en la I Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP.

La segunda edición tuvo las mismas categorías y premios, solo añadiendo los premios Hoy con los que se quiso reconocer al diario y a la revista “que haya tenido el mejor manejo de la imagen fotográfica”.97 Se reconoció la trayectoria del fotógrafo Enrique Metinides con el premio Espejo de Luz. El jurado estuvo conformado por los fotoperiodistas Aarón Sánchez, Marco Antonio Cruz y Francisco Mata, la fotógrafa Mariana Yampolsky y el editor y curador Alfonso Morales, quienes otorgaron los premios principales Fotoprensa México Fotorreportaje a Érase una vez, una noche de Francisco Olvera (La Jornada) y Fotoprensa México Fotonoticia a Triste regreso a casa para un mojado de Darío López Mills (Agencia AP). Los primeros lugares por categoría se distribuyeron del siguiente modo: Política (individual), Festejo del diputado Roque Villanueva por la aprobación del iva de José Antonio López (La Jornada); Política (reportaje), El Ejército Popular Revolucionario de Darío López Mills (Agencia AP); Policiaca (reportaje), Crónica de una muerte anunciada de Carlos Taboada (El Financiero); Policiaca (individual), Ancianos desalojados de Arturo García Campos (El Nacional); Vida Cotidiana, una foto de la serie Niños de San Antonio Huitepec, Oaxaca de Guillermo Castrejón (revista 7 Cambio); Vida Cotidiana (reportaje), La vida en el Valle de San Quintín de Víctor Mendiola (La Jornada); Cultura, Espectáculos y Sociales (reportaje), Manos a la obra de Ana Lorena Ochoa (Reforma); Cultura, Espectáculos y Sociales (individual), Protesta gay en el museo de Jorge Claro León (inédita); Deportes (individual), Mike Powell, salto de longitud de Daniel O. Aguilar (revista Época); y Deportes (reportaje), Hipódromo de las Américas de Jaime Boites (Reforma). Les fue otorgada la Mención Honorífica a las fotos individuales: Éxodo zapatista de Ángeles Torrejón (publicada en La Jornada); Presos perredistas, acusados del secuestro del Presidente Municipal miembro del pri de Alfonso Carrillo Vázquez (Agencia México Noticias); Linchamiento… Ley del pueblo de Francisco Olvera Reyes (La Jornada); La doña en la soledad de 97 Convocatoria de la Segunda Bienal de Fotoperiodismo, 1996. Archivo CI/Fondo bfp. 87



A rriba : Jaime Boites. Limpiando la ciudad, 1995. Imagen que obtuvo Mención Honorífica en la II Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP. I zquierda :

Francisco Olvera. Serie Érase una vez, una noche, 1995. Ganadora del premio Fotoprensa México Fotorreportaje en la II Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP.

su sufrimiento de Benjamín Chaires (Excélsior); Manos negras de Fernando Luna Arce (El Financiero); Limpiando la ciudad de Jaime Boites (Reforma); Reto sobre Balderas de Rodolfo Valtierra (Agencia Cuartoscuro); la foto Ceremonia Escolar de la serie Guerra interna entre los Triquis de Ernesto Ramírez (La Jornada) y la serie Trance traumático de Jorge Suro Cedano (Siglo 21, Guadalajara). L a T ercera Bienal y la Parabienal 99 Para la tercera edición de la Bienal de Fotoperiodismo se hicieron varias adiciones al formato original, entre ellas la organización de una muestra de invitados de otros países, cuyos trabajos podrían verse tanto en sala como en una galería virtual pero estarían fuera de concurso. Se sumó asimismo la categoría de fotografía en video y se eliminó el premio Hoy destinado a diarios y revistas.98 En la premiación destacó nuevamente el tema zapatista: el premio Fotoprensa México Fotorreportaje se otorgó a Desplazados: la otra cara del conflicto de José Carlo González (La Jornada) 98 Convocatoria de la Tercera Bienal de Fotoperiodismo, 1998. Archivo CI/Fondo BFP. 89


y el Fotoprensa México Fotonoticia lo recibió Mujeres empujando a soldados de Pedro Valtierra (La Jornada). En la categoría Vida Cotidiana el primer lugar fue para Chiapas, México de Raúl Ortega (La Jornada) y una de las menciones honoríficas la obtuvo Carlos Cisneros con su foto Niño y soldado (La Jornada). Los primeros lugares por categoría fueron otorgados a los siguientes trabajos: Política (reportaje), Pinochet, dos puntos de vista de Darío López Mills (Agencia ap); Política (individual), 5 de febrero en Querétaro de Lizeth Arauz (El Financiero); Policiaca (reportaje), Movilizaciones policiacas de Carlos Ramos Mamahua (La Jornada); Policiaca (individual), Disputa por la vivienda de Salvador Chávez (La Prensa); Vida Cotidiana (reportaje), Sobre las vías del tren. Frontera Sur, Chiapas de Juan Carlos Morales (revista Marie Claire); Cultura, Espectáculos y Sociales (reportaje), Los últimos días de Jorge Claro León (publicado en Milenio Semanal); Cultura, Espectáculos y Sociales (individual), Mariana Yampolsky de Sofía Elena Ayala (Reforma); Deportes (reportaje), Paisaje en medio de la batalla de los guerreros de Oaxaca de Marcela Taboada (publicado en la revista Cuartoscuro); Deportes (individual), Las novilladas en la Plaza México de Fernando Luna Arce (El Financiero). Las menciones fueron para Mundial en el Zócalo de Angélica Jurado (Siglo 21, Guadalajara); En la coladera de Duilio Rodríguez (La Jornada); Los caminos de Rulfo de Ana Lorena Ochoa (Milenio Semanal) y Atornillado de Daniel Gasca (inédita). Los resultados de la III Bienal causaron gran controversia entre los participantes desde el momento en que se leyó el acta de premiación del jurado, integrado por los fotoperiodistas Elsa Medina y Andrés Garay, el fotógrafo Gilberto Chen, el también fotógrafo y editor Pablo Ortiz Monasterio, y el investigador John Mraz. En ese documento se hicieron las siguientes observaciones: Una carencia en esta bienal fue la inexperiencia de algunos de los fotógrafos para construir historias o reportajes en seis a diez imágenes, estructurando una narrativa, un principio, un desarrollo y un final, delimitando la jerarquía de las imágenes hegemónicas, subsidiarias y de liga. Algunos reportajes no serían seleccionados por contener varias imágenes que no aportaban o incluso dañaban al conjunto. En estos casos el jurado decidió retirar esas imágenes para hacer que la serie fuera más contundente y sólida. Esta decisión sería en beneficio de la exposición final, de los propios fotógrafos y principalmente, constituiría un instrumento de ayuda para evaluar el proceso de edición; además, este criterio nos permitirá mostrar en la exposición imágenes valiosas que no hubieran podido exponerse, de haberse eliminado algunos portafolios completos. 90


Juan Carlos Morales. Parte de la serie Sobre las vías del tren. Frontera sur, Chiapas, 1997. Fotorreportaje ganador del primer lugar en la categoría Vida Cotidiana de la III Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP.

Esta decisión fue comunicada posteriormente a cada uno de los autores. La casi totalidad de ellos estuvieron de acuerdo en el criterio final de la selección.99

Inconformes con la decisión del jurado, los fotógrafos Elena Ayala, Ana Lorena Ochoa, Víctor Mendiola, Ernesto Ramírez, Atonatiuh Bravo, Carlos Madrid, Adrian Mealand y Paulo Vidales, por iniciativa de Fernando Villa del Ángel, organizaron una Bienal paralela que se conoció como la Parabienal 99, así como una serie de mesas redondas cuyos temas fueron: Fotoperiodismo y los medios; Las mujeres y el Fotoperiodismo; Fotoperiodismo en México; Fotografía: Convocatorias, concursos y jurados; y Derechos de autor. Esos encuentros se proponían los siguientes objetivos: 99 Acta del jurado de la Tercera Bienal de Fotoperiodismo, 13 de abril de 1999. Archivo CI/ Fondo bfp. Las negritas son del original. Cabe señalar que en la convocatoria de esta bienal solo se menciona en el punto número 9 que si el jurado así lo considera podrá “juzgar las imágenes en categorías distintas a las que fueron inscritas” pero nunca se especifica que el jurado podría modificar en alguna manera los fotorreportajes enviados. Cfr. Convocatoria de la Tercera Bienal de Fotoperiodismo, op. cit. 91


revisar el nivel del fotoperiodismo en México, analizar el desempeño de todos los actores: editores, diseñadores, reporteros y los mismos fotógrafos. Invitar a la reflexión, autocrítica y estimular la participación, ya que somos los principales responsables de la situación actual de la fotografía, con sus aciertos y errores, así como del crecimiento y alcance que logremos en el próximo siglo.100

La principal queja de los impulsores de la Parabienal, aunque no la única, fue la edición que el jurado hizo de varias de las series enviadas por los fotógrafos. Villa del Ángel publicó una nota en la revista Milenio Semanal donde manifestó su descontento con esa intervención: La selección de la III Bienal [de Fotoperiodismo] que organiza el Centro de la Imagen se dio a conocer la semana pasada y para sorpresa de muchos fotógrafos participantes —se recibieron alrededor de 165 propuestas—, el jurado intervino algunos de los ensayos presentados. ¿Por qué esa súbita transformación de los jueces en editores? Lo único que lograron fue destrozar propuestas, menoscabar el criterio de los fotógrafos e incluso orillar a algunos a renunciar por no estar de acuerdo con sus improvisados remiendos. […] A estas alturas, se antoja necesario revisar minuciosamente los términos de las convocatorias a éste y otros certámenes de foto; consolidar las bases para lograr una mayor participación: estímulos económicos reales —que al menos permitan al fotógrafo cumplir los costos de producción y envío de sus materiales—, cumplir con el acuerdo de publicación o exposición de los trabajos premiados, claridad en los criterios de selección y, sobre todo, un compromiso real por parte del jurado de elegir con cierta objetividad, y de parte de los fotógrafos, entregar material de calidad.101 100 La exposición tuvo lugar en la Casa de Cultura de Azcapotzalco, del 28 de mayo al 28 de junio, y el ciclo de mesas redondas se llevó a cabo en el Café de Nadie, del 31 de mayo al 4 de junio de 1999. Cfr. Presentación de las mesas de fotoperiodismo de la Parabienal 99, 31 de mayo de 1999. Archivo Fernando Villa del Ángel. 101 Fernando Villa del Ángel, “¿Qué pasó con la selección de la III Bienal de Fotoperiodismo?”, en Milenio Semanal, núm. 85, 19 de abril de 1999, p. 53. 92


Carlos Ramos Mamahua. Parte de la serie Movilizaciones policiacas, 1997. Fotorreportaje ganador del primer lugar en la categoría Policiaca de la III Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP.

En una carta resumida, publicada en el mismo semanario, John Mraz respondió a Villa del Ángel: […] Parece que lo que más le molesta es que, como jurado, alteramos unos pocos (3) de los ensayos presentados, aunque consultamos con los fotoperiodistas los cambios introducidos. Contesto a título personal porque fui yo quien más insistió en la necesidad de hacer pequeños cambios. Creo que todos podemos aprender de la crítica constructiva. […] Mis estudios en el fotoperiodismo mexicano me han dejado con la impresión de que los fotoperiodistas mexicanos podrían aprender bastante de la crítica constructiva de un jurado compuesto por un editor de la talla de Pablo Ortiz Monasterio, de fotoperiodistas experimentados como Elsa Medina y Andrés Garay (el último también director de una escuela de fotoperiodismo), de un artista como Gilberto Chen y de mi experiencia. Por esta razón (y para no tener que eliminar fotos buenas para incluir fotos malas) insistí en la idea de que los fotoperiodistas podrían aprovechar la edición de unas cuantas imágenes de unos pocos ensayos. ¿O acaso son los únicos en el mundo que, por gracia divina, hacen trabajos inmaculados e inviolables desde que nacen? Hablar, como Villa del Ángel, de “destrozar propuestas” o quejarse de la premiación de la foto de Pedro Valtierra porque ya había recibido un premio internacional es ignorar el hecho de que las obras, en general, fueron de una calidad marginal…102

Para el momento en que se da esta polémica, habían pasado tan solo tres años de que Mraz publicara su libro La mirada inquieta: nuevo

102 John Mraz, “La egolatría de los fotoperiodistas mexicanos”, en Milenio Semanal, núm. 88, 10 de mayo de 1999, p. 54. En el listado de control del jurado de la III Bienal se anotaron la cantidad de imágenes que se eliminaron de diez participantes: Rafael del Río, Ulises Castellanos Herrera, Adrian Mealand Workman, Juan Carlos Morales, Víctor Mendiola Galván, Omar Torres, M. Antonio Nava Hernández, Cannon Bernáldez, Raúl Ortega y Marcela Taboada Avilés. Cfr. Control Jurado. Tercera Bienal de Fotoperiodismo, 20 de febrero de 1999, pp. 4, 6, 9, 11, 12 y 14. Archivo CI/Fondo BFP. 93


fotoperiodismo mexicano: 1976-1996,103 en el que aplicaba el membrete de “nuevo fotoperiodismo” sobre todo a trabajos realizados por fotógrafos adscritos a los periódicos Unomásuno y La Jornada. Apuntaba Mraz en esa publicación: Si tuviéramos que escoger una palabra para describir los cambios que se encuentran en el fotoperiodismo de Unomásuno y La Jornada, ésta sería incluyente. Estos periódicos abren espacios nuevos para incluir lo que antes era excluido por la prensa mexicana. Veremos más adelante en detalle cómo lo nuevo de este periodismo se va construyendo al incluir los siguientes elementos: la expresión personal de los fotoperiodistas y sus búsquedas formales; el pueblo y su vida cotidiana; la oposición política y sus desafíos al pri; la realización de exposiciones y la publicación de fotografía no periodística, y el nuevo papel de la mujer. Además de permitir la entrada en sus páginas a elementos nuevos en la prensa mexicana, la línea editorial de La Jornada también se abre a su público. El nuevo periodismo depende más de sus compradores y menos de los subsidios gubernamentales que la vieja prensa.104

En opinión de Mraz, los fotógrafos de Unomásuno y La Jornada habían retomado el fotoperiodismo comprometido con las causas de la crítica política y la denuncia social, previamente desarrollado por los Hermanos Mayo, Nacho López y, en menor medida, Héctor García. Otra característica que Mraz tomaba en cuenta para su valoración de lo “nuevo” era la elaboración de imágenes que privilegiaban aspectos de la vida cotidiana de la gente común, colocadas en las antípodas de aquellas que se subordinaban a los requerimientos de la fotografía oficial. Para Mraz no podía considerarse como “nueva” la manera en que otros jóvenes fotógrafos, que trabajaban para medios no reconocidos como de izquierda, intentaban registrar los sucesos diarios desde su propia perspectiva personal y política. En una entrevista realizada años después, al ser cuestionado sobre el posible impulso que Milenio, cuando estuvo coordinado por Fernando Villa del Ángel, pudo haberle dado al nuevo fotoperiodismo, Mraz respondió que no hubo tal aportación “porque la fotografía que producían no cabía dentro de la definición [de nuevo fotoperiodismo] y si no entienden que parte de ella es una crítica social, pues entonces no vamos a ningún lado, yo creo que Milenio no llegó a ningún lado”.105 En el encuadre

103 John Mraz, La mirada inquieta: nuevo fotoperiodismo mexicano: 1976-1996, México, Conaculta-Centro de la Imagen/Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 1996. 104 Ibid., p. 33. 105 Entrevista inédita a John Mraz por Enrique Rivera Barrón en la ciudad de México, el 11 de mayo de 2006. 94


Duilio Rodríguez. En la coladera, 1997. Imagen que obtuvo Mención Honorífica en la III Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP.

fundamentalmente ideológico que Mraz trazó para definir el “nuevo fotoperiodismo” no fue lo suficientemente flexible para apreciar los valores que distinguían a una generación emergente de fotoperiodistas. De esos jóvenes fotógrafos Alejandro Castellanos hizo el siguiente perfil: A diferencia de una parte de la generación de fotoperiodistas surgidos en los años setenta y ochenta, que logró articular su discurso renovador con el momento social y con las políticas editoriales de algunos medios, los fotógrafos de mayor capacidad expresiva surgidos en los noventa han mantenido una mirada escéptica y distante del poder y de la política. Autores como Patricia Aridjis, Jerónimo Arteaga, Federico Gama, Víctor Mendiola, Omar Meneses y Ernesto Ramírez, han desarrollado un escepticismo crítico hacia las tradiciones de la épica documental, que les permite dar paso a la subjetividad al momento de abordar sus temáticas. Su independencia del realismo convencional hace posible ver sus imágenes en conexión con las de sus colegas que no se dedican al periodismo…106

106 Alejandro Castellanos, “Transmigraciones. La Fotografía en México 1989-2001”, en Alejandro Castellote (ed.), Mapas abiertos. Fotografía latinoamericana 1991-2002, Barcelona, Lunwerg/Fundación Telefónica/Institut de Cultura del Ajuntament de Barcelona, 2003, p. 297. 95


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Cuarta y Quinta Bienales de Fotoperiodismo El conflicto que generó la Parabienal 99 se vio reflejado en la convocatoria de la IV Bienal, a la que se hicieron cambios y precisiones. La categoría de Fotografía en Video fue eliminada y, como lo propuso Paulo Vidales en su intervención durante las mesas de fotoperiodismo, la de Cultura, Espectáculos y Sociales fue separada en tres.107 Se añadió además la de Humor. En cuanto a las especificaciones derivadas de la Parabienal, estas se incluyeron en los puntos 4 a 8 de la convocatoria y se destacaron en negritas: 4.- Cada autor podrá enviar un total máximo de ocho imágenes individuales y dos fotorreportajes o series. Los fotorreportajes o series se integrarán con 6 a 10 imágenes c/u. 5.- En caso de ser seleccionados, los fotorreportajes se exhibirán íntegros en el orden indicado por el autor. 6.- Todas las imágenes, incluyendo las de los fotorreportajes e independientemente de la categoría en que se inscriban, podrán concursar (si el autor lo desea) como imágenes individuales. 7.- Si el autor de algún fotorreportaje desea que sus imágenes concursen también como fotos individuales, deberá solicitarlo y autorizarlo por escrito al momento de registrar su obra. 8.- De un fotorreportaje no seleccionado, el jurado podrá elegir como máximo, dos imágenes para concursar como fotos individuales. Estas se expondrían [sic] independientes.108

Jorge Claro León. Imagen de la serie Los últimos días, 1999. Fotorreportaje ganador del primer lugar en la categoría Cultura, espectáculos y sociales de la III Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP.

Durante esta cuarta edición se celebró el Primer Coloquio de Fotope­ riodismo México 2001, coordinado por Luis Jorge Gallegos. Se llevaron a cabo cinco mesas redondas: “Los derechos de autor ¿Son derechos los derechos?”; “¿Debe continuar la Bienal de Fotoperiodismo?”; “Críticos e investigadores. Reflexión en torno a los críticos”; “Abriendo diversos espacios. Cada cual su espejo”; y “Edición y coordinación ¡Quien manda… mutila!”.109 107 El punto 6 de su intervención dice: “Las categorías deben de estar bien separadas y completas, proponemos: Noticia, Retrato de personajes públicos, Política, Vida cotidiana, Deportes, Cultura, Espectáculos, Policiaca, Naturaleza y medio ambiente y, finalmente, Científica. Estas categorías engloban el quehacer periodístico más importante.” Parabienal 99, transcripción de la mesa 4 “Fotografía: Convocatorias, concursos y jurados”, 3 de junio de 1999. Archivo Fernando Villa del Ángel. 108 Convocatoria Cuarta Bienal de Fotoperiodismo, 2000. Archivo CI/Fondo BFP. Las negritas son del original. 109 En la primer mesa participaron Víctor Hugo Rascón Banda, Patricio Luna, Gregorio Castillo y moderó Andrés Garay; en la segunda Francisco Mata, Alejandro Castellanos, 97


Además tuvieron lugar cuatro charlas con distintas generaciones de fotoperiodistas: “Los maravillosos 50’s 60’s” con Héctor García, Enrique Bordes Mangel y Agustín Pérez Escamilla; “Del fotoperiodismo a la foto personal” con Aarón Sánchez, Pedro Valtierra, Marco A. Cruz y Fabrizio León; “La llamada generación X” con Marco Ugarte (Agencia ap), Federico Gama (revista Cambio), Víctor Mendiola (freelance), Ernesto Ramírez (Milenio Semanal), Eloy Valtierra (Crónica) y Héctor García Sánchez (Reforma); y “Como se ven las nuevas generaciones” con Patricia Aridjis (Milenio Diario), Jesús Quintanar (Agencia Imagenlatina), Gustavo Graft (Milenio Diario), Octavio Gómez (Proceso) y Luis Alonso Anaya (revista Cambio). El premio Fotoprensa México Fotorreportaje fue para Preparativos para el adiós definitivo de Patricia Aridjis (Milenio Diario) y el de Fotoprensa México Individual a Malecón de La Habana de Raúl Ortega (publicada en La Jornada). Los ganadores de los primeros lugares por categoría fueron: Política, la serie El Mexe de Jerónimo Arteaga (La Jornada); Policiaca, la foto individual Captura de Chuy Labra de Anónimo (diario Frontera, Tijuana); Vida Cotidiana, la serie Migración Mazahua a la ciudad de México de Jesús Isaías Quintanar (La Jornada); Cultura, dos fotos de la serie El crítico y el arte de Barry Domínguez (publicadas en La Jornada); Espectáculos, la serie Movimiento en círculo de Luis Alonso Anaya Labastida (revista Cambio); y Deportes, la serie Mujeres al borde del knock out de Gustavo Graf Maldonado (Milenio Diario). Como la mayoría de las menciones se otorgaron a la categoría de Vida Cotidiana, el jurado conformado por el fotógrafo Jaime Bailleres, los José Antonio Rodríguez, María Luisa López, Patricia Mendoza, Enrique Villaseñor y el moderador fue Pedro Meyer; en la tercera John Mraz, Alejandro Castellanos, Rebeca Monroy, Juan Antonio Molina y Rosa Casanova como moderadora; en la cuarta Enrique Villaseñor, Sergio Dorantes, Pedro Meyer y moderó Patricia Mendoza; en la quinta estuvieron Fernando Villa del Ángel, Julio Candelaria, Ulises Castellanos, John Moor, Enrique Martínez y como moderador Alfonso Morales. 98

Jesús Quintanar. Parte de la serie Migración mazahua a la ciudad de México, julio de 1999. Fotorreportaje que obtuvo el primer lugar en la categoría Vida Cotidiana de la IV Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP. Quintanar se dedicó casi un año a descubrir las transformaciones “en la identidad del pueblo urbano mazahua, que intenta subsistir adaptándose a los cambios que impone la sociedad mexicana contemporánea”, para ello siguió el rastro de este pueblo recorriendo las comunidades rurales de El Porvenir, San Antonio, Pueblo Nuevo y La Providencia, así como el municipio de Chimalhuacán en el Estado de México y el Centro Histórico de la ciudad de México.


fotoperiodistas Luis Jorge Gallegos y Omar Meneses, y el investigador Alejandro Castellanos, manifestaron al respecto: 2.- La categoría donde se recibieron trabajos de mayor relevancia fue la de Vida cotidiana, espacio que supone una mayor libertad por parte del fotógrafo para desarrollar su labor. La variedad de temas y enfoques, así como la calidad narrativa de los reportajes en este campo deriva en la asignación al mismo de los premios principales y de la mayoría de las menciones honoríficas. 3.- Una hipótesis relacionada con el punto anterior es que la preocupación de los autores se ha venido concentrando en la categoría donde pueden desarrollar nuevas perspectivas en torno a la fotografía de prensa, a partir de nociones y estrategias que, sin dejar de lado su carácter informativo, se afanan por presentar la opinión del autor de las imágenes, incluso a través de referentes estilísticos no convencionales.110

Los trabajos merecedores de las menciones fueron: Sin título de Alberto Contreras Rojano (inédita); Solitario de la serie Soledad subterránea de Jorge Luis Silva Poblete (inédita); Volcán erupción de Marco Ugarte (Agencia ap); Muxes de Juchitán de Vittorio D’Onofri (inédita) y Vidas de perro de Gerardo González Jiménez (inédita). En cuanto a los premios por categoría, este fue el listado de los ganadores: Política, La Intifada sin fin de José Manuel Jiménez Rodríguez (Proceso); Deportes, Paraolímpicos de Jorge Arturo Bermúdez González (Milenio Diario) y Perra brava de Pablo Salazar Solís (Reforma); Espectáculos, Compay, la bocanada de Octavio Gómez Piña (Proceso) y Edward James Olmos de Atonatiuh Sánchez Bracho (Milenio Semanal). El premio Espejo de Luz reconoció en esta ocasión la trayectoria de Héctor García. 110 Acta del jurado de la Cuarta Bienal de Fotoperiodismo, 9 de junio de 2001. Archivo CI/ Fondo BFP. 99


En julio de 2002 se presentó el libro-catálogo correspondiente a las cuatro ediciones hasta entonces realizadas de la Bienal de Fotoperiodismo. La publicación incluía un cd que contenía mayor información visual que la recogida en la edición impresa.111 Sin la compañía de ningún texto descriptivo o informativo, las imágenes que daban contenido al libro-catálogo fueron agrupadas en doce apartados temáticos: cuerpo, multitudes, México, Cuba, Chile, guerras, armas, a correr, Chiapas, políticos, volar y fotógrafos. El lector únicamente disponía de una breve explicación para enterarse de lo que podía encontrar en el libro y el cd. Poco tenía que ver este compendio meramente iconográfico de las Bienales I a IV con el catálogo más tradicional que se había publicado como memoria de la primera de esas convocatorias, en 1994.112 Esta edición contaba con textos de Carlos Monsiváis —sobre la fotografía testimonial—, de Enrique 1 11 1a > 2a > 3a > 4a Bienal de Fotoperiodismo, México, Centro de la Imagen, 2001. 112 Primera Bienal de Fotoperiodismo, México, Consejo Mexicano de Fotografía/Bienal de Fotoperiodismo, 1994. 100

Jerónimo Arteaga Silva. Parte de la serie El Mexe, 19 de febrero de 2000. Fotorreportaje ganador del primer lugar en la categoría Política de la IV Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP.


Habitantes del municipio de Tepatepec, en el estado de Hidalgo, desarmaron y retuvieron durante varias horas a decenas de granaderos después de que miembros de la policía estatal detuvieran a estudiantes y maestros que mantenían una huelga en la Escuela Normal Rural de El Mexe. Los granaderos estuvieron semidesnudos en la plaza central del pueblo amenazados con ser linchados si no eran liberados los estudiantes presos; al cabo de varias horas de negociaciones con las autoridades estatales, los estudiantes y maestros fueron liberados.

Villaseñor —sobre la trayectoria que el certamen había recorrido de Monterrey a la ciudad de México—, y de Héctor García —sobre el fotógrafo Faustino Mayo, primer homenajeado con el premio Espejo de luz—. Los responsables del catálogo de la I Bienal fueron el propio Villaseñor y Armando Cristeto, en tanto que Eniac Martínez se encargó de la edición fotográfica. La memoria de 1994 ofrecía además de la lista de obra de la exposición en el Museo Mural Diego Rivera, una numeralia sobre el concurso: cuántos fotógrafos participaron, en qué estados del país se ubicaban, para qué medios laboraban. En la V Bienal se suprimieron las categorías Humor y Sociales —las cuales, por cierto, el jurado de la IV Bienal declaró desiertas—, y se añadieron las de Ciencia y Tecnología, y Ecología. El jurado decidió no premiar a los ganadores de cada categoría como lo indicaba la convocatoria, sino otorgar galardones, galardones especiales y menciones honoríficas en general. Solo se premiaron, tal como se establecía en la convocatoria, el Fotorreportaje (noticioso o informativo), la Foto individual (noticiosa o informativa), el Fotorreportaje o foto individual (documental o de ensayo) 101


y el recién incluido Fotógrafos Jóvenes, reconocimiento al trabajo de participantes menores de veinticinco años. El Espejo de Luz se le otorgó a Enrique Bordes Mangel. El jurado estuvo integrado por los fotoperiodistas Sergio Dorantes y Rodrigo Moya, la periodista María Luisa López y el crítico José Antonio Rodríguez, quienes aseguraron que: La selección resultante se debió a criterios divergentes y/o unánimes acaso debido a que el jurado fue conformado por dos vertientes: profesionales del fotoperiodismo, y en otra parte críticos y curadores de la imagen fotográfica. Ante la dificultad de establecer criterios uniformes, ésta se pudo allanar solo mediante la reflexión y la argumentación exhaustivas.113

En el acta del jurado se asentaron las respectivas razones por las que se otorgaron los tres premios principales Fotoprensa México y el de Fotógrafos Jóvenes, así como el Galardón Especial Fotoprensa México. El Fotorreportaje (noticioso o informativo) se le dio por unanimidad a Ricardo González Macías por la serie La muerte de Ramón Arellano (El Debate, Mazatlán). Sin embargo, tanto la Foto individual (noticiosa o informativa), cuyo ganador fue José Núñez por Echeverría ante la justicia (La Jornada), como el Fotorreportaje o foto individual (documental o de 113 Acta del jurado de la Quinta Bienal de Fotoperiodismo, 17 de mayo de 2003. Archivo CI/ Fondo BFP.

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Giorgio Viera. Imagen de la serie Anatomía del dolor, 2001. Ganadora del Fotorreportaje o foto individual (documental o de ensayo) en la V Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP.


José Núñez. Echeverría ante la justicia, 9 de julio de 2002. El expresidente Luis Echeverría al terminar su segunda comparecencia ante la Fiscalía Especializada en Movimientos Sociales y del Pasado, a quien le gritaron en medio de empujones: “¡Asesino! ¡Asesino!”. Imagen ganadora de la Foto individual (noticiosa o informativa) en la V Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP.

ensayo), donde se premió a Giorgio Viera con la serie Anatomía del dolor (Milenio Diario), se resolvieron mediante una votación dividida: Premio fotoprensa méxico. Categoría Foto individual noticiosa o informativa José Refugio Núñez Lizárraga. “Echeverría ante la justicia”. Después de amplias discusiones y análisis se consideró la fotografía en cuestión, por su contenido y peso informativo. Transmite de manera directa el deterioro y caída de la retórica presidencial, creando una imagen que sirve de contrapeso a la mitología oficial. Excepto José Antonio Rodríguez, la decisión fue común a los tres jurados restantes. Premio fotoprensa méxico. Categoría Fotorreportaje o foto documental o de ensayo. Giorgio Viera. Serie “Anatomía del dolor”. Se considera que es una secuencia fotográfica profundamente dramática no solo por el tema que aborda sino por la forma como está concebido, con una gran sencillez y con gran pertinencia técnica: con una homogénea tonalidad y de gran calidad en la impresión en blanco y negro —con lo cual José Antonio Rodríguez está en desacuerdo—. Es evidente el compromiso por parte del fotógrafo, quien aborda uno de los problemas más graves del país, por ello su pertinencia y eficacia. Este premio fue otorgado con José Antonio Rodríguez en desacuerdo.114

El jurado en su conjunto sugirió se desterrase de futuras convocatorias el concepto “ensayo fotográfico” —por ser un “término ambiguo”, que “nada explica sobre los contenidos de una narración fotográfica”—,115 y 1 14 Ídem. 115 Ídem. 103


en particular uno de su integrantes propuso reconsiderar la aceptación de imágenes inéditas: José Antonio Rodríguez opina que, a pesar de que en la convocatoria se establezca la pertinencia de enviar trabajo publicado o no en cualquier medio (primer punto de la misma), recomienda reconsideración, ya que el fotoperiodismo está regido precisamente por la carga ideológica, informativa y social del medio impreso. El que se acepte obra no publicada no debería de corresponder a esta bienal.116

Los demás reconocimientos otorgados de forma unánime fueron el de Fotógrafos Jóvenes para la foto Violencia intermitente de Omar Antonio Martínez (diario Frontera, Tijuana) y el Galardón Especial Fotoprensa México para Sergio Ortiz Cortez para la imagen Decenas de niños viven y conviven con peligrosos reos (diario Frontera, Tijuana). De igual manera, el 116 Ídem.

Sergio Ortiz Cortez. Decenas de niños viven y conviven con peligrosos reos, de la serie Tras las rejas, 2002. Imagen que obtuvo el Galardón Especial Fotoprensa México en la V Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP.


Ricardo González Macías. Serie La muerte de Ramón Arellano, 10 de febrero de 2002. Ganadora del Fotorreportaje (noticioso o informativo) en la V Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP.

jurado decidió otorgar el Galardón Fotoprensa México a Germán Canseco por dos fotografías de la serie Frontera Sur (Proceso), a Luis Fernando Moreno Coronel por la serie Aves errantes (inédita) y a Grace Navarro por dos fotos de la serie Quien no conoce Los Ángeles no conoce México (inédita). Obtuvieron mención honorífica la serie Aquí estubo su padre… de Pericles Lavat (página web), dos fotos de la serie Los muchachos de abajo de Rafael del Río (inédita), dos fotos de la serie Colombia: el dolor del exilio de Grace Navarro (revista Día Siete), la serie Secuestros de Rodolfo Felipe Zepeda (Proceso), dos fotos de la serie Tameme de José Antonio León Castañares (La Jornada de Oriente), Pacheco 2 de Carla Haselbarth López (revista Mujer Ejecutiva) y una foto de la serie Huracán de Carlos Alberto Contreras Durán (inédita).

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L a Sexta Bienal de Fotoperiodismo En la cuarta mesa sobre fotoperiodismo organizada por la Parabienal 99, Víctor Mendiola había formulado las siguientes preguntas: ¿La categoría de política —yo me pregunto— se refiere a la foto política tradicional?, ¿se refiere a retratos de política?, ¿a conflictos sociales generados por una razón política?; los deportes o la categoría de deportes, es una categoría bastante definida pero cabría preguntarse ¿se consideraría como reportaje o ensayo una serie de retratos de deportistas?; la categoría de cultura, espectáculos y sociedad es quizá una de las que más problemas presenta, me pregunto, ¿la cultura es lo que tiene que ver con la cultura de un pueblo? (…) ¿los espectáculos entran en cultura?, vista como se plantea la convocatoria ¿o se refieren más a quien se dedica a los espectáculos y, por lo tanto, puede ser considerado como un artista, tal vez?; la siguiente categoría, la de vida cotidiana, tan amplia como la vida misma, también es una categoría ambigua, ¿es vida cotidiana una imagen tomada durante una filmación que refleja o escenifica una catástrofe y que incluye elementos urbanos y personajes de la vida cotidiana, pero que sabemos que son actores o que es la idea de un director de cine?, ¿puede entrar aquí el seguimiento de un deportista durante sus actividades cotidianas descontextualizadas de su actividad deportiva?; la siguiente categoría, policiaca… en México hay una gran tradición de la fotografía de nota roja, choques, suicidios, asesinos, asesinatos, ¿en dónde se separan la foto policiaca de una foto de represión policiaca que tenga un origen político?, ¿en dónde se inscribe una y en dónde se inscribe la otra?; ¿en dónde podemos inscribir el ensayo o la fotografía individual de una catástrofe, un incendio, una erupción de volcán, una inundación, un huracán?, ¿se inscriben en vida cotidiana, se inscriben en policiacas?; estoy mencionando esto para señalar las ambigüedades que existen en el planteamiento de las categorías…117

La convocatoria para la VI Bienal parecía haber atendido en cierto modo a esos cuestionamientos, al ofrecer una reagrupación más simplificada de las categorías en que los fotógrafos podían competir: • Noticias de actualidad. Política, policía, movimientos sociales, eventos de alto Pericles Lavat. Parte de la serie Aquí estubo su padre..., 2002. Reportaje que obtuvo Mención Honorífica en la V Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP.

impacto. • Vida cotidiana. La gente en sus actividades habituales. • Deportes. La acción o su mundo. • Arte y cultura. Arte, espectáculos, cultura popular. • Ciencia y medio ambiente. Tecnología, ecología, naturaleza. • Retrato. Entrevista, estudio, portafolio sobre un personaje.118

117 Parabienal 99, transcripción de la mesa 4 “Fotografía: Convocatorias, concursos y jurados”, 3 de junio de 1999. Archivo Fernando Villa del Ángel. 118 Convocatoria de la Sexta Bienal de Fotoperiodismo, 2004. Archivo CI/Fondo BFP. 107


En cuanto a los premios, hubo dos novedades: el de Cultura y Espectáculos Iberoamérica, patrocinado por el Auditorio Nacional con un monto de dos mil quinientos dólares y al cual podían aspirar en automático quienes compitieran en la categoría Arte y Cultura. Arte, Espectáculos, Cultura Popular, y el Galardón Iberoamérica 2005, dirigido a fotógrafos de comunidades y países de Iberoamérica bajo la temática “Las sociedades iberoamericanas”.119 El premio Espejo de Luz reconoció la trayectoria de Rodrigo Moya y el de Fotógrafo Joven se le otorgó a la imagen Gay de Jorge David Jaramillo. El jurado de esta edición, integrado por la fotógrafa Lourdes Grobet, el fotoperiodista Darío López Mills y la periodista Blanca Ruiz, destacó en general la calidad de los trabajos fotográficos enviados al concurso, pero hizo hincapié en la poca atención que se daba a los acontecimientos políticos y sociales del país, así como a los eventos deportivos y culturales. Hizo otro señalamiento en relación a la edición de los reportajes, los cuales se consideraron pobremente armados, situación que les obligó a rechazar algunos. Proponía por lo tanto que en lo sucesivo se conformaran con ocho imágenes como máximo. Por último recomendaba que los concursantes enviaran su material bajo seudónimo y que los seleccionados produjeran sus imágenes en formatos, soportes y soluciones técnicas diferentes a las convencionales para darle más dinamismo a la exposición. El premio Fotoprensa México Fotorreportaje lo obtuvo Jorge López Viera (conocido como Giorgio Viera) por su serie Mexicaltzingo, territorio rebelde (El Independiente) y Fotoprensa México Fotonoticia se le otorgó a Alfredo Domínguez por la imagen Linchados Tláhuac (La Jornada).120 Los primeros lugares por categoría se asignaron de la siguiente manera: Noticia de actualidad, a la imagen Mamá atropellada de Carlos Cisneros (La Jornada) y al reportaje Huautla de Jiménez de Tomás Martínez (Reforma); Vida Cotidiana, a la imagen Ladrido motorizado de José Alberto Granados Neri (Metro) y a la serie Zacatecas Company LTD de Ernesto Moreno (Notimex); Deportes, a la imagen Delirio por Ana de Claudio Cruz Valderrama (Agencia ap, El Universal, El Gráfico) y a la serie Días de vuelo extremo de Marcos Fuentes Hernández (Diario Monitor); Arte y cultura, a la imagen Tatoo de Carlos Gerardo Domínguez (inédita) y a la serie Suspensión de Jorge Eric Sánchez Vázquez (Cambio de Michoacán); Ciencia y medio ambiente, a la imagen Infierno sobre ruedas

119 Como resultado del interés de Enrique Villaseñor por vincularse con otros países y ampliar la experiencia de la bienal allende las fronteras del país. 120 Acta del jurado de la Sexta Bienal de Fotoperiodismo, 28 de mayo de 2005. Archivo CI/ Fondo BFP. 108


José Alberto Granados Neri. Infierno sobre ruedas, 14 de junio 2004. Imagen de trabajadores de la planta procesadora de basura Bordo Poniente que retiran llantas cerca de un incendio en un predio ubicado en los límites de ciudad Nezahualcóyotl. Se le otorgó el primer lugar en la categoría Ciencia y medio ambiente en la VI Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP.

de José Alberto Granados Neri (Metro) y a la serie Mal de jóvenes. El cáncer óseo de Rafael Carlos Gaviria Santos (inédita); Retrato, a la imagen El segundo lugar de Herbert Camacho Vega (inédita) y a la serie Durmiendo con el enemigo de Carla Verea Hernández (inédita). Obtuvieron mención honorífica: Haití de Daniel Aguilar (Agencia Reuters); Aquellos que se quedan de César Damián (inédita); La Santísima de Fernando Castillo (MIC Photo Press); La antítesis del rey Midas de Fernando Luna Arce (El Independiente); Cicatriz de Carlos Cazalis (inédita); 48.89 segundos mejor tiempo versus 24 cuadros por segundo de Víctor Mendiola (Vía 69); Como hormigas: los obreros del segundo piso del Periférico de José Carlo González (La Jornada); Intento de linchamiento en Milpa Alta de Salvador Chávez Martínez (La Prensa); Lotería 2004. Juego de poder de Luz Esther Montero Sánchez (La Revista, periódico El Universal); Indiferencia y olvido de Luis García Soto (El Universal); Accidente 1 de Jesús Villaseca (La Jornada); y Sin título de Walter Shintani Yoshida (Reforma). A unos días de haberse dado a conocer los resultados de la VI Bienal, Darío López Mills recibió la imagen que Chien-Chi Chang, fotógrafo de la agencia Magnum, había realizado en el barrio chino de Nueva York en 1998, en la cual aparecía un inmigrante chino en una azotea. Dada la similitud entre esa fotografía y la que Viera había titulado “Alma en la azotea”, López Mills la compartió con los miembros del consejo consultivo de la Bienal, convocándose de inmediato a una reunión urgente del consejo y el jurado, la cual tuvo lugar el 6 de junio de 2005. Ahí se decidió por mayoría que no se le retiraría el premio a Viera. Sin embargo, tanto

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las posiciones del jurado como las del consejo consultivo se dividieron en dos: los que dudaban de la ética de Viera y los que cuestionaban que sus fotos fueran periodísticas. Darío López Mills manifestó su inconformidad en una carta remitida al consejo consultivo: Para muchos la similitud entre las dos fotos es verdaderamente increíble, pero no fue suficiente para convencer a la mayoría del jurado y del consejo consultivo de que había en el menor de los casos un plagio y en el peor, dadas las otras acusaciones en torno a esta foto, una recreación de una escena usando la foto del Sr. Chang como guía y usando a la señorita Alma como modelo. […] Yo hice mi trabajo como juez en esta Bienal de fotoperiodismo. Yo juzgué el trabajo del Sr. Viera como si fuera fotoperiodismo pero me quedo con la duda sobre la ética de cómo utilizó a Alma en este documento social y cómo concibió esta imagen. […] Dejo asentado aquí que me voy en desacuerdo con la decisión final que la mayoría del jurado tomó en la reunión de urgencia del 6 de junio del 2005. […] Por otro lado, quiero también dejar claro que el Sr. Viera acudió al consejo consultivo de la Bienal de fotoperiodismo el 31 de Marzo del 2005 pidiendo ayuda para que avalaran su trabajo ya que un jurado de Francia también había retenido su premio debido a ciertas dudas sobre la ética de su trabajo. El consejo consultivo envió una carta apoyando el trabajo y la trayectoria del Sr. Viera y firmó colectivamente, incluyendo mi nombre por error involuntario, ya que yo no estaba presente, ni fui informado al respecto de esta carta enviada a la organización del Festival Fotolatina en Francia apoyando al Sr. Viera.121

Carla Verea. Parte de la serie Durmiendo con el enemigo, 2004. Serie realizada a escoltas en la ciudad de Guatemala donde, relata Verea: “entre más observaba más retrataba su espera. La espera fue el elemento clave del proyecto”. Obtuvo el primer lugar en la categoría Retrato de la VI Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP.

López Mills aludía al Primer Festival Internacional de la Fotografía Latinoamericana que había tenido lugar en París, Francia, en el marco de los festejos del Mes de la Foto, durante noviembre de 2004. El primer premio que Viera había ganado en ese Festival con su imagen Última palabra estaba retenido, por generar dudas en cuanto a la forma en que había sido realizada.122 Pero se lo retuvieron por cuestionarse la forma en que había sido realizada. En una entrevista que Anasella Acosta le hizo a Enrique Villaseñor, el coordinador de la Bienal de Fotoperiodismo, se refirió a lo ocurrido entre Viera y el Festival, así como la reunión del consejo consultivo en la que López Mills y otros dos de sus integrantes no estuvieron presentes:

121 Carta de Darío López Mills enviada al consejo consultivo de la Sexta Bienal de Fotoperiodismo el 7 de junio de 2005, en www.fotoperiodismo.org 122 “Logra México Premio Internacional de la Fotografía”, en El Universal, 13 de noviembre de 2004. 111


Lo supimos un poco antes de la reunión en la que se nombró al jurado porque Giorgio Viera se acercó a nosotros, nos pidió que lo apoyáramos porque él había ganado un premio y había ese cuestionamiento. […] Hubo un problema de un error involuntario, que asumo. Se hizo la reunión, se mandó la carta y a la parte del Consejo Consultivo, pues le puse copy y paste y se fueron tres nombres de personas que no estaban en esa reunión. Ni me di cuenta, ahí yo le pedí disculpas a Darío (López Mills) y a otros dos colegas, y ya, hasta ahí… Ningún miembro del jurado tenía en absoluto conocimiento de ese problema.123

Tal vez el desconocimiento que tuvo el jurado sobre “ese problema” fue lo que dio pie a la polémica que enturbió la VI Bienal, provocó la polarización del gremio fotoperiodístico y eventualmente condujo al término de las Bienales de Fotoperiodismo. Lo cierto es que nadie esperaba que las 123 Anasella Acosta, “De filosofías, fotoperiodismo y bienales. Entrevista a Enrique Villaseñor”, en Cuartoscuro, año xii, núm. 73, agosto-septiembre de 2005, p. 48. 112

Páginas 112 a 115:

Giorgio Viera. Serie Mexicaltzingo, territorio rebelde, 2003. Ganadora del premio Fotoprensa México Fotorreportaje en la VI Bienal de Fotoperiodismo. Archivo CI/Fondo BFP.


reacciones llegaran a escalar al grado en que lo hicieron. Giorgio Viera, por su parte, rechazó en todo momento las acusaciones que cuestionaban tanto la originalidad como el valor documental del trabajo que había resultado ganador en la categoría de fotorreportaje: Mi proyecto “Mexicaltzingo, territorio rebelde” se desarrolló en un antiguo barrio de la ciudad de Guadalajara, donde vivo desde hace más de tres años, lo que me ha facilitado el contacto directo con los habitantes de este lugar. Es la escena de todos los días lo que esta impreso en este proyecto, lo que me permitió crear un discurso fotográfico con carácter intimista y humano, como bien se hace referencia en el acta del jurado de la a

6 Bienal de Fotoperiodismo. […] En cuanto a la foto de la que tanto se ha polemizado, es una fotografía tomada una mañana en la azotea de mi casa a una vecina, una joven llamada Alma, mientras fuma un cigarro. Este lugar era un sitio frecuente de reunión para las personas que habitaban en la misma casa que ella. Lo único de premeditado que puede tener esta foto es que yo conocía que en la azotea, repito, hacían reuniones frecuentemente y esa mañana estaba ella allí, conversamos un rato, le tomé muchas fotos y finalmente esa fue la que más me gustó; es todo lo que puedo decir y que tantas veces he repetido. […] Son dos escenas de la vida íntima cotidiana, muy parecidas y tomadas de manera semejante, es una sorprendente coincidencia, no puedo explicar lo inexplicable, es todo cuanto puedo decir y es la absoluta verdad. Considero que en la imagen las coincidencias pueden existir porque ya prácticamente todo esta fotografiado, solo el ojo con el que se mira puede ser diferente, y en efecto, esta no es la primera vez que sucede algo así, creo que sería una reflexión muy premeditada considerar lo contrario. […] 113


Por otro lado, pienso también que existe una diferencia entre la foto periodística y documental, ambas son muy cercanas pero la foto hecha para un periódico necesita de la inmediatez, el momento oportuno y la capacidad de reacción, mientras que en la foto documental, en mi opinión, el fotógrafo puede intervenir, siempre y cuando no se descontextualice el sujeto, ni se altere la realidad. Para mi es muy difícil esta situación; y además, que se ponga en tela de juicio mi trabajo y el fotorreportaje en cuestión, que es de mi total autoría y creación, eso no es discutible.124

Aquí es necesario apuntar que el 15 de marzo de ese mismo 2005, Ulises Castellanos publicó en el foro Ojo por Ojo de www.procesofoto.com.mx el post “De premios al talento y un engaño atroz”, donde, a propósito de la Mención Honorífica que el concurso internacional de fotoperiodismo World Press Photo le había otorgado al fotógrafo Daniel Aguilar —por una foto tomada en Haití durante la crisis política que atravesó aquel país en 2004—, dio a conocer que el fotógrafo Giorgio Viera había ganado en 2003 el segundo lugar en la categoría Vida Cotidiana de ese mismo certamen con la fotografía Alma en la azotea. Aseguró entonces que: Giorgio ganó con una imagen de una supuesta prostituta en un barrio pobre de Guadalajara y que además aparece presuntamente fumando marihuana en la imagen, esto sin duda conmovió al jurado, pero la realidad es muy distinta a esa “puesta en 124 Carta de Giorgio Viera enviada al consejo consultivo de la Sexta Bienal de Fotoperiodismo el 7 de junio de 2005, en www.fotoperiodismo.org 114



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escena”, es un secreto a voces entre los fotógrafos de Jalisco, que la “modelo” de la foto, era amiga del fotógrafo y se llamaba Alma, es psicóloga, no se prostituye y ni siquiera fuma tabaco, menos mariguana. ¿Hasta dónde se vale mentir, para conseguir una buena imagen?, desde mi punto de vista es inaceptable en ningún caso el engaño, no culpo al jurado del World Press Photo, simplemente porque ellos no sabían nada, pero, y la ética de Giorgio ¿dónde queda? y con él, la credibilidad del fotoperiodismo y la fotografía documental.125

Aunque Ulises Castellanos hizo circular un correo electrónico con esa información al gremio fotoperiodístico y se presentó en los medios de comunicación para contar la historia,126 tanto Lourdes Grobet como Blanca Ruiz reafirmaron su decisión de otorgarle a Viera el premio, argumentando que: Como integrantes del Jurado de la VI Bienal de Fotoperiodismo, mantenemos nuestra firme postura de otorgar el premio a Giorgio Viera, por su serie “Mexicaltzingo, territorio rebelde”, porque como lo señalamos en su momento, su trabajo es el más contundente tanto en contenido como en su tratamiento formal. ¿Plagio, paralelismo? A diferencia de un hecho noticioso que es sintetizado en una sola fotografía, una historia documental puede ser narrada con mayor libertad temática y expresiva y trascender influencias, —que todos los fotógrafos tienen— para ofrecer un trabajo valioso y vinculado siempre con la realidad. Lamentamos este repentino descontento en el medio fotoperiodístico, que, en algunos casos, sería deseable encontrar en la defensa de una mayor presencia de la propia fotografía en los medios impresos, donde los espacios notablemente se han reducido.127

Por otro lado, una parte de los fotógrafos seleccionados en la misma Bienal desacreditaba a Giorgio Viera no por un posible plagio al fotógrafo Chien-Chi Chang, sino por armar un montaje que iba en contra de valores

Página de Milenio Diario con la nota de Erika Núñez, “Cuestionan premio de fotoperiodismo”, del miércoles 8 de junio de 2005. Hemeroteca Nacional/unam.

125 Consultado en www.fotoperiodismo.org puesto que en la página www.procesofoto. com.mx ya no se encuentra el post; sin embargo, la periodista y colaboradora de la revista Proceso, Blanca González, hace referencia a él en la edición impresa aunque señala que la fecha de dicho post fue el 28 de marzo de 2004, cfr. Blanca González Rosas, “La 6a Bienal de Fotoperiodismo”, en Proceso, núm. 1493, 12 de junio de 2005, p. 69. Desafortunadamente no se pudo obtener el testimonio de Ulises Castellanos en relación a la VI Bienal de Fotoperiodismo. 126 Entre otros, en el noticiero matutino Primero Noticias conducido por Carlos Loret de Mola, transmitido por el Canal 2 de televisión abierta, el 15 de junio de 2005. 127 Comunicación de Lourdes Grobet y Blanca Ruiz enviada al “Debate abierto en torno a la fotografía periodística y documental” de la Sexta Bienal de Fotoperiodismo, el 9 de junio de 2005, en www.fotoperiodismo.org 117


que consideraban consustanciales al fotoperiodismo, como lo manifestaron por escrito el 9 de junio, día en que fue inaugurada la exposición en el Centro de la Imagen, en el documento en que asimismo comunicaron su decisión de retirar sus fotografías: El trabajo ganador en la categoría de “Foto Prensa México 2004 Reportaje” de la sexta emisión presenta elementos contundentes que ponen en duda su calidad y veracidad como trabajo periodístico. No discutimos si es bueno o malo técnicamente, si es creativo o si fue un plagio o no: solo que esta serie realizada por Giorgio Viera puede ser muy buena en un concurso abierto de fotografía en donde hay la oportunidad de recrear determinadas situaciones. […] En una Bienal de Fotoperiodismo no se puede premiar una serie fotográfica de situaciones construidas y preconcebidas por el autor; si fuera así no habría una razón por la cual ir hasta el lugar de los hechos y esperar el momento oportuno para accionar nuestras cámaras si tan fácilmente se puede construir una gran historia. […] Como fotoperiodistas tenemos un gran compromiso de informar con honestidad, transparencia y veracidad por lo que este hecho no debe pasar inadvertido. Por lo anterior y siendo titulares de los derechos morales y patrimoniales de nuestras fotografías que fueron seleccionadas en la Sexta Bienal de Fotoperiodismo y conforme a lo dispuesto en el artículo 21 fracción III, artículo 27 fracción II, inciso a y artículo 85 de la Ley Federal del Derecho de Autor hacemos pública nuestra decisión de retirar de forma inmediata nuestra obra fotográfica de la Bienal de Fotoperiodismo A.C.128

Durante la apertura también fue leída la carta en que Viera anunció su renuncia al premio de cincuenta mil pesos. En ella, además de defenderse de nueva cuenta de las acusaciones de plagio, pidió se considerara el valor visual y la efectividad del trabajo fotográfico que estaba siendo cuestionado: 128 Documento entregado al director del Centro de la Imagen el 9 de junio de 2005, pp. 1-2. Archivo CI/Fondo BFP. Los fotógrafos que retiraron su obra fueron: Daniel Aguilar, Fernando Castillo, Claudio Cruz Valderrama, Luis García Soto, Tomás Martínez Rodríguez, Carlos Cazalis, Guillermo Arias Camarena, Héctor Guerrero Skinfill, Claudia Guadarrama, Marco Aurelio Vargas López, José Carlo González Moreno y José de Jesús Villaseca. Los fotógrafos cuyo trabajo fue seleccionado pero que también pidieron ser desmontados de la exposición fueron: Marco Aurelio Vargas López, Occidente, tierra entre ríos (Milenio Jalisco), Claudia Guadarrama, M18 (Milenio Diario), Héctor Guerrero Skinfill, Sin título (Agencia AFP) y Guillermo Arias Camarena, Comando Jaramillista (Agencia AP). Fechada el mismo 9 de junio, Daniel Aguilar publicó una carta en la revista Cuartoscuro donde hizo pública su postura ante la premiación de Giorgio Viera en particular y la Bienal de Fotoperiodismo en general cfr. Daniel Aguilar, “Honrar un compromiso”, en Cuartoscuro, año xii, núm. 73, agosto-septiembre de 2005, p. 41. 118

Página de Diario Monitor con la nota de Alida Piñón y Sara Mascarúa Sánchez, “Imágenes de la discordia”, del jueves 9 de junio de 2005. Hemeroteca Nacional/unam.


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Después de la polémica que se ha desatado sobre una de las fotos que componen la serie “Mexicaltzingo, territorio rebelde” he decidido no recibir el premio que me otorgó el Jurado de la Sexta Bienal de Fotoperiodismo. […] No es un plagio y mantengo que el proyecto es de mi total autoría y creación, eso no es discutible. Más allá del parecido de las imágenes valdría la pena preguntarse sobre el valor visual de la fotos y si son efectivas para el propósito para el que fueron creadas. Calificar de engaño las imágenes que son producto de la “re-construcción” de la realidad, parece en estos tiempos muy anquilosado, cuando la fotografía periodística puede tener las cualidades de la inmediatez de la foto-acontecimiento, o bien el tratamiento más interpretativo, secuencial y narrativo del reportaje. […] Me quedo con la satisfacción del reconocimiento a mi trabajo y ojalá que el estímulo económico de mi premio sirva para preservar un certamen tan importante y valioso como es la Bienal de Fotoperiodismo.129

El 15 de junio de 2005, el Consejo Consultivo emitió un comunicado donde abrió un espacio para debatir entre el gremio las definiciones de los géneros fotográficos, su ética y límites, así como nuevos planteamientos para el desarrollo de la Bienal. Llama la atención que en dicho comunicado se señalara la proximidad entre dos ramas de la fotografía como motivo de la discusión y la confusión : El primer punto de la convocatoria, en donde se invita a participar a “fotoperiodistas y fotodocumentalistas”, ha generado discusión y confusión en torno a los conceptos de fotoperiodismo y fotodocumentalismo. Esta discusión es constructiva, ya que los límites entre éstas dos ramas de la fotografía son inciertos y se redefinen constantemente. Desafortunadamente, en algunos momentos, las diferencias conceptuales han derivado en descalificaciones, lo que genera desconcierto y división innecesarios.130

Página de Milenio Diario con la nota de Erika Núñez y Jesús Alejo, “Renuncia Giorgio Viera a Premio de Fotoperiodismo”, del viernes 10 de junio de 2005. Hemeroteca Nacional/unam.

Pero ¿cuál fue la confusión?, ¿que en las primeras dos convocatorias se invitara a participar específicamente a fotoperiodistas, mientras que en la tercera y la cuarta a fotodocumentalistas?, o ¿que las convocatorias de la quinta y sexta se hayan dirigido a fotógrafos en general?, ¿que únicamente en la última de las seis emisiones se invitara a concursar “con trabajos pertenecientes a los géneros informativo y documental”?131 En cualquier 129 Carta de Giorgio Viera explicando que dona a la Bienal de Fotoperiodismo A.C. el monto económico del premio, enviada al Centro de la Imagen el 9 de junio de 2005. Archivo CI/Fondo BFP. 130 Comunicado del consejo consultivo de la VI Bienal de Fotoperiodismo, 15 de junio de 2005, en www.fotoperiodismo.org 131 Cfr. Convocatorias de la Primera a la Sexta Bienal de Fotoperiodismo. Al inicio de la convocatoria de la Sexta Bienal de Fotoperiodismo se asentó que: “Con la finalidad 121


caso, la polémica se centró entonces en que la VI Bienal había premiado una serie “posada” o “construida” y no un reportaje de prensa (“verídico”, “objetivo”). Para Jorge Claro León, uno de los fotógrafos que participó en la discusión derivada de esa polémica, quedaba claro que el fotoperiodismo y la fotografía documental no podían ser definidos al margen de su uso social: El sustento teórico y práctico de la actividad fotoperiodística se desprende y alimenta del postulado dogmático de que la fotografía documental (en su atribución de garantía testimonial de la verdad), se vincula indefectiblemente al compromiso de no modificar ni influir sustancialmente la realidad. Inclusive, la confusión de algunos fotógrafos contemporáneos los conduce a asegurar todavía, que el método de la fotografía documental es la fotografía directa, y que este modo de acercarse neutralmente a la realidad, evita su manipulación y la prevalencia de lo estético sobre el simple registro de los acontecimientos sociales. […] En resumidas cuentas, toda fotografía periodística que tenga el carácter, el estilo, y la intención documental, solo puede ser comprendida y definida como tal, por el uso social que se haga de ella. Es decir, toda fotografía, incluyendo a la fotoperiodística, puede producirse, leerse e interpretarse desde una perspectiva documental.132

Mes y medio después de que los participantes inconformes con los resultados de la VI Bienal retiraran su obra del Centro de la Imagen, un colectivo de fotógrafos encabezado por José Manuel Jiménez, Daniel Aguilar, Ulises Castellanos y Omar Meneses organizaron las Mesas de discusión y reflexión sobre el fotoperiodismo actual en el Club de Periodistas, del 27 de julio al 4 de agosto de 2005, donde también expusieron sus fotografías. En la primer mesa “Antecedentes de los premios, convocatorias, concursos y bienales” participaron la crítica de arte, Blanca González, el director del Centro de la Imagen, Alejandro Castellanos y el organizador de las Bienales de Fotoperiodismo, Enrique Villaseñor. La segunda versó sobre la “Ética y credibilidad del fotógrafo” y contó con la presencia del fotógrafo Pedro Meyer y el catedrático Jacob Bañuelos. En la tercera mesa, “Edición en los medios”, conversaron los fotógrafos Marco Antonio Cruz, Frida Hartz y Federico Gama. En la última mesa se trató el tema “Fotoperiodismo y nuevas tendencias” con Omar Torres, editor de apoyar y difundir la fotografía en México, la Bienal de Fotoperiodismo A.C. invita a participar en su sexta emisión, con trabajos pertenecientes a los géneros informativo y documental”. Archivo CI/Fondo BFP. 132 Jorge Claro León, “Los géneros fotoperiodísticos: aproximaciones teóricas”, en Ireri de la Peña (coord.), Ética, poética y prosaica: ensayos sobre fotografía documental, México, Siglo xxi, 2008 (Col. Diseño y comunicación), pp. 156-157. 122

Página de Diario Monitor con la nota de Sara Mascarúa Sánchez, “La Bienal de Fotoperiodismo. Un retrato de familia”, del jueves 23 de junio de 2005. Hemeroteca Nacional/unam.


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de la agencia afp en México. Este grupo de fotógrafos propusieron dos espacios de exposición y contacto para el gremio: el sitio en internet www. fotomexico.net y un Festival Internacional de Fotoperiodismo que, según anunciara Ulises Castellanos, se realizaría durante una semana en octubre de 2006.133 Sin embargo, la página ya no existe y el festival nunca se llevó a cabo. Con el dinero del premio que rechazó Giorgio Viera se editó el catálogo de la VI Bienal. Con ese propósito el consejo consultivo solicitó a varios especialistas textos teóricos sobre la ética, la realidad y lo documental. Asimismo se organizaron dos mesas redondas en torno a esas mismas temáticas: en la primera “Sentido de realidad en la fotografía documental”, que se llevó a cabo en el Museo de la Ciudad de México el 29 de julio de 2006, participaron Alfonso Morales, editor de la revista Luna Córnea, el investigador Diego Lizarazo y el fotógrafo cubano Eladio Reyes. La segunda, dedicada al tema “Ética y fotodocumentalismo”, tuvo lugar el 3 de agosto de ese mismo año en el Centro de la Imagen, con la participación del fotógrafo Pablo Ortiz Monasterio, la investigadora Laura González y el catedrático Alfredo Cid. Un año más tarde, Ireri de la Peña coordinó la edición del libro Ética, poética y prosaica. Ensayos sobre fotografía documental, con textos sobre fotografía periodística y documental realizados por Diego Lizarazo, Juan Pablo Aguilar, Ángeles Eraña, Juan Antonio Molina, Laura González, Alberto Carrillo, Gabriel Meraz, Katya Mandoki, Alfredo Cid, Jorge Claro León, John Mraz, Rebeca Monroy y José Antonio Rodríguez.134 En la introducción, De la Peña señala que: El debate puso de manifiesto la urgencia de esclarecer el significado de términos como verdad, verosimilitud o realidad, cuando hablamos de imágenes, y la relación que guardan con la ética. Considerados tradicionalmente como decisivos para el fotoperiodismo y el fotodocumentalismo, son conceptos cada vez más cuestionados y replanteados por quienes crean o estudian las imágenes. Al catálogo de la VI Bienal se integraron una serie de textos que aportaban mayores elementos teóricos al debate. Algunos de los artículos entonces publicados dieron origen a este libro. Aquí se presentan reflexiones más vastas y profundas sobre un añejo problema de la fotografía: verdad, verismo, sentido de realidad o ficción.135

133 María Eugenia Sevilla, “Protegen al fotoperiodismo”, en Reforma, Sección Cultura, 26 de agosto de 2005, p. 6C. 134 Comunicación vía correo electrónico con Ireri de la Peña los días 26 y 29 de octubre de 2014. Como parte del Consejo Consultivo de la VI Bienal, su testimonio fue muy importante para conocer los pormenores de lo que sucedió en ese momento. 135 Ireri de la Peña, op. cit., p. 9. 124


El “añejo problema” al que aludía Ireri de la Peña, que fue uno de los componenetes que motivaron la crisis de la VI Bienal de Fotoperiodismo y pusieron fin a las convocatorias organizadas bajo ese nombre, no dejó de hacerse presente en la comunidad foperiodística nacional e internacional en los siguientes años. Las discusiones en torno a la objetividad de los registros fotográficos, la ética de los fotoperiodistas o las posibilidades creativas del trabajo documental, se reformularon a la luz de nuevos conceptos, prácticas y recursos tecnológicos. Al tiempo que el proyecto encabezado por Enrique Villaseñor entraba en su etapa final, al no poder mantener su representatividad ni su capacidad de convocatoria, ganaron presencia otras propuestas de la comunidad fotoperiodística mexicana para reivindicar la importancia y el valor de sus testimonios y documentos. Es el caso del proyecto Expofotoperidismo, que en enero de 2005 inauguró la primera de sus muestras anuales. Esas iniciativas surgidas del gremio de los fotorreporteros, han sido acompañados, como en otros tiempos, por investigaciones, publicaciones y revisiones museográficas que han enriquecido el panorama histórico de nuestro fotoperiodismo. Todo lo benéfico y criticable que pudieron tener las seis Bienales de Fotoperiodismo ya es parte de ese relato, del que todavía nos falta mucho por conocer.136

136 Luego de concluir su etapa como organizador de las Bienales de Fotoperiodismo, Enrique Villaseñor siguió impulsando otras iniciativas de apoyo al gremio de los reporteros gráficos. A la fecha coordina el Foro Iberoamericano de Fotoperiodismo. En 2014 concluyó el doctorado en Imagen y Nuevas Tecnologías en la Universidad Auntónoma Metropolitana con la tesis La fotografía periodística mexicana en el marco de la Bienal de Fotoperiodismo y de las nuevas tecnologías. 125


Derecho de mirada Juan Manuel Aurrecoechea

Fernando Villa del Ángel nace en 1968. En 1994, a los 26 años, tras el aprendizaje básico del oficio en la Casa de las Imágenes, la escuela de Carlos Morales, ingresa al entonces recién creado periódico Reforma. Su primera tarea es documentar hoteles, parques, edificios públicos y demás etcéteras urbanos para el archivo del nuevo diario, hasta que a pulso se gana un lugar como reportero gráfico normal. En los tres años que pasa en Reforma se convence de que lo suyo es el color y sus luces, así como la experimentación del ángulo insólito y revelador, pero también advierte ser “muy bueno para pelear” y asume como la tarea política de su vida la defensa de la integridad fotográfica; lo que él llama el derecho de mirada, inspirado en las ideas de Marc Riboud y en el planteamiento de que la fotografía es mensaje autónomo “por definición”. Desde entonces ha dado la batalla por los derechos autorales en los distintos medios por lo que ha pasado en sus prolíficos veinte años de carrera como fotógrafo y editor de fotografía: Reforma, Milenio, El Independiente, El Universal y El Economista, donde actualmente colabora. Al lado de Juan Manuel Salas, el editor de fotografía del Reforma de veinte años atrás, Villa del Ángel aprende a defender a las imágenes de la manipulación de diseñadores, editores y jefes de redacción o sección, para quienes estas no representaban más que ilustraciones de textos y noticias. Muy pronto, su concepto de la fotografía y su mirada educada le ganan un lugar como editor fotográfico en las ediciones de fin de semana. En aquellos días, cuando está aprendiendo —en la práctica y el ejercicio diario—, gajes y posibilidades de la edición fotográfica, la existencia de un nuevo periodismo mexicano es ya indiscutible y signo inequívoco de que el país pasa por una etapa de cambios profundos —etapa que muchos analistas llamaron la transición a la democracia y otros la era neoliberal—. Este nuevo periodismo, que surge en 1976 con la expulsión de Excélsior de Julio Scherer y el equipo que lo acompañó, da lugar al nacimiento de publicaciones como Unomásuno y Proceso que, al plantear una nueva relación entre periodistas y poder —pero sobre todo entre medios 126


Interiores de la edición núm. 92 de Milenio Semanal, 7 de junio de 1999. Fotografía de Víctor Mendiola. Archivo Fernando Villa del Ángel.

y lectores—, afectará a todo el periodismo mexicano transformándolo afortunada e inexorablemente. Cuando todo está cambiando, natural es que también cambie el estatuto de la fotografía. Los antiguos fotógrafos de prensa se transforman en fotoperiodistas y nace una nueva mirada. Sobre este fenómeno han corrido ríos de tinta, como ejemplifica e ilustra este número de Luna Córnea. En el mismo lapso, México revalora su fotografía —no solo su fotografía periodística—, como muestran infinidad de publicaciones y exposiciones, redescubre su fructífero pasado —obviamente a Nacho López, Héctor García, Rodrigo Moya o Enrique Metinides— y se reviven viejas discusiones sobre el arte y la técnica de capturar el tiempo como imagen, así como sobre sus múltiples usos. Si la fotografía es una expresión estética independiente de todo tipo de subordinación, es cuestión que no afecta únicamente a quienes ejercen el oficio como arte, sino también y profundamente a los fotoperiodistas; quienes, pese a declarar reiteradamente no sentirse artistas y afirmar que lo suyo es atestiguar acontecimientos — estar ahí—, no dejan de aspirar al libro bellamente editado ni a ver sus imágenes colgadas en muros de museos. Porque antes que fotoperiodistas se saben fotógrafos, seres con doble cámara, como se autodefine Rodrigo Moya; es decir poseedores de una mirada con derechos específicos. En el contexto de este México cambiante y sus discusiones fotográficas, Villa del Ángel se indigna cuando la gráfica de algún compañero o las suyas propias son maltratadas, manipuladas, recortadas, reencuadradas o usadas fuera de contexto. Porque entiende que el fotógrafo tiene que hacerse responsable del producto final de su trabajo y su despliegue, se plantea la urgencia de defender los derechos de fotógrafos y fotógrafas, que son también los derechos de la imagen y los derechos de lectores y lectoras. En agosto de 1997, Villa del Ángel deja Reforma para incorporarse a Milenio Semanal, que dirige Federico Arreola. Las plumas que registra su directorio garantizan la calidad del nuevo semanario: Arturo Cano, Beatriz Rivas, Ciro Gómez Leyva, Denise Maerker, Eduardo Lizalde, Federico Campbell, Francisco Martín Moreno, Galo Gómez, Gerardo Moncada, Ignacio Rodríguez Reyna, Jaime Avilés, Juan Balboa, Luis 127


Manuel Guerra, Magali Tercero, Marco Corral, Poli Delano, Raymundo Riva Palacio, Román Revueltas, Sylvie Duchamp. El equipo de caricaturistas es muy amplio y también de primera calidad: El Fisgón, Helguera, Hernández y Patricio, al que más tarde se incorporarán el argentino Fontanarrosa y Trino. Los fotógrafos iniciales son: Adrian Mealand, Ana Lorena Ochoa, Carlos Madrid, Fernando Villa del Ángel, Roberto Velázquez y Rodrigo Vázquez; a los que posteriormente se agregan Ernesto Ramírez, Jorge Claro León, Sergio Dorantes y Víctor Mendiola. Milenio Semanal es quizá la primera publicación en México que cuenta con un editor de fotografía al que su directorio acredita como tal y con el mismo nivel de autoridad que el resto del equipo directivo de la revista. La fotógrafa Ana Lorena Ochoa es la primera en ocupar el cargo. A partir del número 50 de la publicación, correspondiente al 10 de agosto de 1998, la sustituye Fernando Villa del Ángel. Desde su primer número, la revista busca proyectar una nueva imagen y apuesta por una manera inédita de fotografía periodística, una fotografía editorial que no se conforma con registrar y consignar sino que se atreve a opinar, comentar e interpretar. Muchos otros medios seguirán a la revista en esta arriesgada idea hasta que esa manera de fotografía se convierta en lugar común del periodismo mexicano. Donde Milenio Semanal llevó más lejos el experimento fue en el retrato de personajes de la vida pública, a los que lo mismo toma desde ángulos insólitos o somete a picados, contrapicados y close-ups extremos, que los hace posar como modelos de revista. “Hacíamos cosas súper distintas” —afirma Villa del Ángel—. En estos retratos, producidos en complicidad entre retratado y fotógrafo, la tensión entre lo que el primero quiere proyectar y lo que el segundo busca descubrir, se resuelve en una especie de caricaturización, que más que mostrar al personaje lo comenta y editorializa. Así, una enorme bota vaquera calzada por Vicente Fox y colocada informalmente sobre una mesa, ocupa todo el primer plano de una imagen, en cuyo fondo se ve el rostro medio desenfocado del ranchero que ganará la elección presidencial del año 2000 (Adrian Mealand, Milenio 23, 2 de febrero de 1998). La serie de Ana Lorena Ochoa de los moneros Calderón, Carreño, El Fisgón, Helguera, Hernández y Nerilicón fotografiados tras cristales en los que dibujan distintas versiones del presidente Zedillo, ya no es la ilustración de algún artículo, sino un 128

Portada del núm. 23 de Milenio Semanal, 2 de febrero de 1998. Fotografía de Adrian Mealand. Archivo Fernando Villa del Ángel.


Interiores del núm. 27 de Milenio Semanal, 2 de marzo de 1998. Fotografía de Ana Lorena Ochoa. Archivo Fernando Villa del Ángel.

documento autónomo que podría prescindir de texto, sin dejar por ello de ser lo que es: un retrato preciso de una época en que la relación entre periodismo y poder ha cambiado profundamente y en la que el humor ocupa un lugar fundamental (Milenio 27, 2 de marzo de 1998). En la época que Del Ángel ocupa el cargo de editor de fotografía, en Milenio aparecen dos nuevas secciones fotográficas. La primera es una especie de editorial gráfico, consistente en una única fotografía que cubre el total de una doble página, a la que acompaña un titular y un texto muy breve —en junio de 1999, la cnte ocupa el Zócalo capitalino y una instantánea de Víctor Mendiola que destaca el azul plástico de las carpas del campamento magisterial aparece en esta sección con un titular que dice: “Mar de confusiones”—. Aquí es difícil distinguir si fue la imagen la que activó la idea o es al revés: si la foto ilustra un mensaje. La otra sección completamente fotográfica de la revista, la constituye un ensayo o serie que se extiende a lo largo de seis o siete páginas de cada número de la revista. Esta sección muestra cómo los fotógrafos se han apropiado completamente de parte del semanario y prefigura la que, dirigida también por Fernando Villa del Ángel, aparecerá en Milenio Diario poco tiempo después con el nombre común de Derecho de Mirada. Derecho de Mirada, sección sabatina de Milenio Diario, aparece desde el número uno del diario, porque el día elegido para lanzar el nuevo periódico —1 de enero del año 2000— cae en sábado. Derecho de Mirada tiene dos etapas: se mantiene en Milenio Diario hasta octubre de 2003, cuando Villa del Ángel se suma al equipo que lanzaría El Independiente, donde la 129


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Interiores del núm. 65 de Milenio Semanal, 23 de noviembre de 1998. Texto de Eva Bodenstedt y fotos de Rodrigo Vázquez. Archivo Fernando Villa del Ángel.

sección vive una segunda vida de nueve meses. Con el mismo argumento que sostienen los columnistas que publican en varios medios, Del Ángel logra mantener el título de la sección nacida en Milenio en El Independiente. En cada entrega, esta suerte de columna fotográfica presenta una serie de algún fotógrafo o fotógrafa que se despliega a lo largo de tres o cuatro páginas completas. No se trata aquí de “ilustrar” el trabajo de distintos autores, sino de que las imágenes ocupen el centro, que se expresen por sí mismas. Los textos son mínimos y rara vez proporcionan más datos que los inscritos en las fotos. A modo de portada, Derecho de Mirada abre casi siempre con una página ocupada en toda su extensión por una sola foto, en la que no hay más palabras que el título del ensayo y el crédito autoral. Aunque podríamos forzadamente encontrarle antecedente en los suplementos en sepia de la era del rotograbado que aparecieron como suplementos dominicales entre los años veinte y cincuenta del siglo pasado, nunca antes el periodismo mexicano se había atrevido a un despliegue de la fotografía como el de Derecho de Mirada, en la que además el papel editorial lo tienen principalmente los creadores de las imágenes. Derecho de Mirada publica trabajos de una diversa y cuantiosa pléyade de fotógrafos y fotógrafas: Adán Gutiérrez, Adrian Mealand, Antonio Nava, Antonio Oropeza, Araceli Herrera, Arturo Bermúdez, Arturo Fuen­ tes, Cannon Bernáldez, Carlos Aranda, Carlos Contreras, Claudia Gua­ darrama, Duilio Rodríguez, Enrique Ramírez, Enrique Rivera, Ernesto 131


Lehn, Ernesto Ramírez, Fernando Soto, Giorgio Viera, Gustavo Graf, Héctor Téllez, Jaime Boites, Javier García, Jerónimo Arteaga, Jorge Claro León, José Cuevas, José Luis Guzmán, José Téllez, Karla Atonal, Lizeth Arauz, Luis Cortés, Luz Montero, Natalia Fregoso, Patricia Aridjis, Paulo Vidales, Omar Meneses, Rodrigo Vázquez, Santiago Salmerón, Sergio Dorantes, Tatiana Lans, Tomás Bravo, Víctor Mendiola, son solo algunos en la cuantiosa y calificada lista de quienes colaboraron en la legendaria sección dirigida por Fernando Villa del Ángel. La sección toma riesgos insólitos para el diarismo mexicano, como la publicación de La apestosa, reportaje de José Cuevas realizado en el “oscuro, maloliente, sucio… y cálido” Salón Orizaba, cervecería del Centro Histórico cuyos parroquianos bautizan cariñosamente como “la apestosa”. Incluye homenajes a fotógrafos consagrados —como el dedicado a Mariana Yampolsky, en ocasión de su fallecimiento en marzo de 2002—, y reportajes que podríamos definir como etnografías visuales, pero también se compromete con quien trabaja la propia intimidad, como Cannon Bernáldez, que publica su “Diario” en la sección. Aquellas páginas memorables ejemplifican el buen momento que vive la fotografía mexicana, e ilustran algo que le está sucediendo, lo que términos como Fotoperiodismo, Fotodocumentalismo o Fotoensayo apenas alcanzan a definir, porque quizá lo que está ocurriendo es que fotógrafas y fotógrafos están ejerciendo su derecho de mirada. ¿Por qué la fotografía y los fotógrafos no cuentan con el mismo respeto que cualquier otra obra autoral?, ¿qué derechos tienen los fotógrafos sobre las imágenes que publican en los diarios y publicaciones que pagan su trabajo?, ¿qué derechos tienen diseñadores y editores para usar dichas imágenes a su antojo?, ¿cómo enfrentar a la censura?, ¿qué clase de autoría es la del fotoperiodista? Son cuestiones que se discuten cotidianamente en el medio, pero en circunstancias como la Bienal de 1999 se vuelven álgidas y conmueven al medio, ya que en ese año un grupo de fotógrafos identificados con los planteamientos de Fernando Villa del Ángel, en el que participan Adrian Mealand, Ana Lorena Ochoa, Carlos Madrid, Elena Ayala, Ernesto Ramírez, Paulo Vidales y Víctor Mendiola, organiza una Parabienal que cuestiona al comité organizador de la Bienal oficial de ese año por manipular las series, arguyendo la defensa del “discurso personal de los 132

La Apestosa, ensayo fotográfico de José Luis Cuevas publicado en Derecho de Mirada, suplemento del periódico El Independiente, domingo 13 de julio de 2003. Archivo Fernando Villa del Ángel.


fotógrafos” o derecho de mirada, al que el grupo define como “el respeto irrestricto al ojo del fotógrafo en su carácter de comunicador”. Cincuenta y ocho fotógrafos de los ciento sesenta y cinco que participaron en la Bienal 1999 se unen a la Parabienal rebelde, donde en cinco mesas de trabajo se debate ampliamente la situación de la fotografía mexicana, el fotoperiodismo y sus derechos. En ese contexto se expresan las inconformidades de los fotógrafos con los medios y se plantean cuestiones tales como: la autonomía de la fotografía periodística, las cualidades del editor de fotografía, la necesidad de alguna especie de defensor u ombudsman de fotógrafos e imágenes; se pregunta a quién corresponde la decisión sobre cómo editar o publicar una imagen. Fernando Villa del Ángel concluye que la fotografía periodística no tiene por qué supeditarse al diseño ni al argumento literal del texto escrito ni debe permitirse ninguna clase de modificación de su 133


contenido, formato o encuadre, porque una fotografía es finalmente una “combinación equilibrada de factores documentales, estéticos y conceptuales… noticia por sí misma”. Como consecuencia de aquellas discusiones se plantea la necesidad de crear una asociación civil y luchar por que se reconozcan los derechos autorales de los fotógrafos, su derecho de mirada. Villa de Ángel será en los siguientes años promotor principal de estas iniciativas. El derecho de mirada se ejerce en el trabajo cotidiano y sus peleas, se discute en redacciones y talleres, en pláticas y foros de periodistas y fotógrafos, pero también llega hasta el ámbito legislativo cuando un grupo de ochenta y cinco fotógrafos dirigido por Fernando Villa del Ángel consigue que su propuesta para elevar los derechos de los fotógrafos a rango de ley se discuta en el Congreso. En el contexto de las reformas y adiciones a la Ley Federal de Derechos de Autor que se debate en 2002, Villa del Ángel logra que el planteamiento del derecho de mirada llegue hasta la Comisión de Educación y Cultura de la Cámara de Diputados. Con el argumento de que “la fotografía es integral, sistema de expresión creado libremente, y por lo tanto nadie tiene derecho a intervenirla, alterarla, mutilarla, recortarla o manipularla digitalmente”, Del Ángel solicita que se consagre el: respeto absoluto a la autonomía intelectual; al formato, encuadre y al contenido de la toma fotográfica para evitar la manipulación, alteración e intervención digital y manipulación editorial, de curaduría, de museografía, y la explotación comercial tanto de la imagen presentada como individual, así como en la construcción narrativa de las imágenes en conjunto, es decir foto reportajes, foto ensayos y series fotográficas…

Pese a que el término derecho de mirada tiene que ser retirado de la iniciativa por no haber ningún antecedente en otras legislaciones que permita argüir el derecho comparativo, y a que no se establece un capítulo especial en la Ley Federal de Derechos de Autor para los fotógrafos, en varios párrafos de la ley reformada se consignan algunos derechos autorales para estos. La ganancia no es menor. 134

Señores olvidados, ensayo fotográfico de Rodrigo Vázquez sobre el pueblo minero de San José, San Luis Potosí. Publicado en Derecho de Mirada, sección del periódico Milenio Diario, sábado 26 de enero de 2002. Archivo Fernando Villa del Ángel.


Finalmente y como en todo, en el derecho de mirada quedan muchas cuestiones pendientes, por pelear pero también por discutir. La cuestión autoral es muy complicada en el ámbito donde la frontera entre información y trabajo artístico es ambigua y resbaladiza. Además de las manipulaciones de los dueños de los diarios, están los derechos de los lectores y lo que podríamos llamar los derechos de los acontecimientos. En sintonía con el planteamiento de Harum Farouki, quien llama a desconfiar de las imágenes, Diego Osorno, cronista de la “caravana por la paz” que recorrió Estados Unidos con Javier Sicilia, y quien publicó la crónica diaria del recorrido en Reforma, se pregunta: ¿Se vale utilizar el dolor y la realidad para hacer literatura?, ¿no sería lógico que un periodista se horrorice al darse cuenta de que está haciendo literatura o poesía con sucesos dolorosos?, ¿cómo narrar un crimen sin caer en la tentación de hacer novela policiaca o literatura negra? En el periodismo lo que importan son los hechos, interesa el registro y la información, luego está la literatura, y en el caso de la fotografía, la imagen. Si literatura y fotografía son básicamente artificio, ficción, arte de imaginar, inventar o crear, el periodismo no tiene nada que ver con ellas; usa las palabras y las cámaras pero de otra manera. Donde lo importante es el registro y la comunicación del acontecimiento, el resto o sobra o viene añadido. ¿Cómo fotografiar un cadáver sin caer en la tentación del arte?, ¿cuáles son los derechos y los privilegios de quien mira y atestigua?, ¿cuáles sus deberes?

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E xpofotoperiodismo  |  Si bien la Bienal de Fotoperiodismo se cerró definitivamente en 2005, el 12 de enero de ese mismo año ya se había inaugurado ExpoFotoperiodismo, exposición colectiva anual, producto de la iniciativa de siete fotoperiodistas en activo:1 Santiago Salmerón de Notiver, José Carlo González de La Jornada, Juan Pablo Zamora de Cuartoscuro, Alfonso Manzano de Notimex, Carlos Ramírez de El Economista, Antonio Nava, independiente, y René Soto de Milenio. El principio fue similar al que había motivado a fotoperiodistas de otras épocas: darle salida al material que no pueden publicar en sus respectivos periódicos o semanarios por cuestiones de espacio o de línea editorial. La primera convocatoria, enviada por correo electrónico, se abrió en septiembre de 2004 a todos los reporteros gráficos en activo para que participaran con una imagen producida a partir del año 2000 y hasta la fecha de publicación de la convocatoria, con el único requisito de que la fotografía propuesta tuviera carácter periodístico o documental. Los fundadores: se plantearon como propósito abrir un mecanismo de convocatoria y un punto de reunión para colegas y jóvenes aspirantes a incursionar en ese género periodístico. Entonces se pretendía integrar un acervo de imágenes lo más amplio posible y un fichero de autores que se conocieran y reconocieran en el ejercicio de su labor, que compartieran, aprendieran y enseñaran; puertas abiertas, y como único filtro el de cuidar la técnica de la fotografía y de la impresión.2 Lilia Alejandra Hernández Fierro. Caracol informativo. El jefe de gobierno capitalino, Alejandro Encinas Rodríguez, saluda a miembros de la prensa tras la entrega de viviendas en el Centro Histórico de la ciudad de México, octubre de 2005.

La primera edición de la muestra se montó en el Centro Cultural San Angel, y contó con una considerable respuesta tanto del gremio como del público, hecho que sirvió como argumento para llevar la exposición —dividida según las posibilidades de los centros que la acogieron— a estaciones del metro, universidades, y disímbolos espacios dentro y fuera del Distrito Federal. En

1 A lo largo de las siguientes ediciones, algunos de estos fotógrafos dejarán el colectivo, y se incorporarán otros: Mónica González Islas de Milenio, Octavio Nava, Fernando Luna y Alfredo Coria. 2 Rosario Novoa Peniche, “Expofotoperiodismo 2012”, en FID PRENSA Magazine, año 1, núm. 1, septiembre-octubre de 2012, p. 4. 137


las siguientes ediciones, esta política de abrir espacios que usualmente no exhiben fotoperiodismo continuó e incluso se expandió. El acercamiento del colectivo con la jefatura de gobierno del Distrito Federal tuvo buen puerto cuando su titular en 2006, Alejandro Encinas, emitió un Acuerdo en la Gaceta Oficial del Distrito Federal que instituía la Jornada de Fotoperiodismo el día 12 de enero, y establecía al Museo de la Ciudad de México como sede de la muestra. No obstante, el cambio de administración a finales de ese año, así como la inexperiencia del colectivo en temas de gestión, fueron mermando el ímpetu de ese colectivo fundador. Aun así, las tres ediciones siguientes se llevaron a cabo bajo los mismos principios que la primera, hasta que el desgaste natural les hizo ceder la estafeta a un nuevo colectivo en 2009. Este nuevo grupo organizador estuvo conformado por Claudia Gua­ darrama, Alfredo Estrella, Eduardo Jiménez, Javier Otaola y Cristina Rodríguez.3 Los dos principales factores que reforzaron en esta etapa fueron: profesionalizar la exposición y coadyuvar a la profesionalización del gremio. Lo primero se logró estableciendo la figura de un curador externo al comité, convocando únicamente a fotoperiodistas profesionales, y aprovechando las bases sentadas por el colectivo fundador, consiguiendo el apoyo de una beca de fomento y coinversiones del fonca a partir de 2010. La profesionalización del gremio se impulsó a través de la organización de charlas y mesas redondas con los curadores de las distintas ediciones (Enric Martí, de ap, en 2009; Claudia Daut, Reuters, y Víctor Mendiola, independiente, en 2010; Darío López Mills, ap, y Keith Dannemiller, independiente, en 2011; y John Moore, de Getty Images, en 2012), así como con la organización de talleres con fotógrafos (Emilio Morenatti, ap ; Walter Astrada, Getty Images; los ya mencionados Keith Dannemiller y John Moore, así como Christopher Morris de la agencia VII Photo, quien ofreció una conferencia en 2012). Respecto a los participantes de los talleres, Claudia Guadarrama afirma: Las personas que seleccionábamos eran esos fotógrafos que tenían carencias, pero que se veía en su trabajo que tenían muchas ganas de trabajar y aprender. Era lo importante. No le dábamos el lugar que ya tenía una trayectoria y que tenía más posibilidades de buscar otros medios para seguir estudiando… Buscábamos a estos fotógrafos que… a la mejor en mucho tiempo no iban a conocer a una persona que les dijera: “hazlo así, hazlo asado”. Fotógrafos que tal vez estaban en el anonimato, pero que el taller les iba a hacer reflexionar: ¿en dónde estoy?, y ¿hacia dónde voy? Mucha gente se inconformó porque estaba acostumbrada a que se seleccionara a los

3 También participaron: Gretta Hernández, Iván Stephens, Eduardo Verdugo, Jefté Argüello y Rodrigo Ramos. 138


más buenos para el taller. Pero eso a mí se me hacía un poco irracional, yo decía: no. Si queremos salir adelante como gremio, tenemos que ir todos juntos y tenemos que apoyarnos todos. Y no se pueden quedar unos rezagados y otros más adelante. Hay que empujar desde abajo. Y esos rezagados tienen el compromiso de decirle a los compañeros: “es que dijeron esto y aprendí esto”… A la mejor suena muy utópico, pero lo logramos. Invitamos a fotógrafos de otros estados —que también esa parte estaba abandonada, como que no se tomaba mucho en cuenta— y logramos traerlos, para que tomaran los talleres. Para incluirlos en la exposición y en los talleres. Arturo Lara. Un grupo de punks manifiesta ante la prensa su rechazo a la tribu de los emos, quienes marchaban hacia el tianguis del Chopo para demandar tolerancia tras los ataques de los que fueron víctimas durante las últimas semanas. Ciudad de México, 29 de marzo de 2008.

Si bien en esta segunda etapa la itinerancia de la exposición no se mantuvo, y el número de participantes menguó, podemos afirmar que los objetivos de profesionalización tanto de la muestra misma como del gremio fueron alcanzados. Tras el amable préstamo de los materiales de archivo de las Expofo­ toperiodismo por parte de sus organizadores, presentamos un portafolio mínimo de las imágenes que nutrieron sus diferentes ediciones, de los años 2005 al 2012, algunas de las cuales se acompañan de comentarios proporcionados por sus autores.  |  Luis R. Hernández / Isaura Oseguera

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Lizeth Arauz. Integrantes de la LVIII Legislatura reaccionan ante la llegada tardía de una diputada a la sesión fotográfica con que conmemoraron el cierre del periodo ordinario de sesiones. San Lázaro, ciudad de México, 30 de abril de 2003.

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Elizabeth Velázquez Ramírez. El priista Omar Fayad confronta a la prensa en un mitin político. Pachuca, Hidalgo, 2010. La fotografía fue tomada como una asignación del periódico Milenio Hidalgo para cubrir el cierre de campaña del entonces candidato a la gubernatura de ese estado, Francisco Olvera Ruiz. El Partido Revolucionario Institucional, después de la muerte de su candidato a gobernador en Tamaulipas, Rodolfo Torres Cantú, tomó la decisión de no hacer una verbena para el cierre de campaña de su candidato en Hidalgo. En su lugar, se realizó una megamarcha que recorrió las principales calles de Pachuca el 30 de junio de 2010. Las personas que aparecen en la imagen son: Manuel Ángel Núñez Soto, exgobernador de Hidalgo; Francisco Olvera Ruiz, hoy gobernador de Hidalgo; Omar Fayad Meneses, quien era el encargado de la campaña y ahora es senador de la república, y Alfredo Ahedo, encargado de la seguridad del candidato, hoy Secretario de Seguridad de ese estado. Recuerdo que la marcha fue larga y terminó en la avenida Río de las Avenidas. Al detenerse el contingente, varios reporteros intentaron entrevistar al candidato, quien junto con su equipo subió a una camioneta. Se veía la mala organización del evento y ellos no quisieron dar declaración alguna, argumentando que se trataba de una marcha silenciosa; a pesar de ello, varios nos quedamos en el lugar. Yo había seguido la marcha desde el inicio y era la única que seguía haciendo fotos, me pareció interesante ver cómo no querían hablar con los medios. Estaba levantando imágenes con una cámara 50 D que pertenecía al diario, cuando es-

cuché la voz de Omar Fayad pidiéndome que ya no tomara más fotos, sin embargo, no hice caso. A mi lado, una reportera me veía con cara de “¡no bajes la cámara!”, al menos eso observaba con el otro ojo (el que no estaba enfocando en la cámara), y es que de repente sirve mucho mirar a todo lo que ocurre a tu alrededor. Al no hacer caso a la petición del ahora senador, este se acercó a mí y apuntándome con el dedo me dijo las palabras que no se me olvidan: “Sí, tú, a ti te estoy hablando: baja la cámara”. Yo seguí haciendo fotos durante unos minutos. Llegué a la redacción acompañada de Misael Zavala, el reportero asignado para cubrir la marcha y quien estuvo en el momento en que tomé la fotografía. Contamos lo ocurrido y de inmediato mi editor (Eduardo Jiménez) la propuso como foto de portada, pues la acción era un poco incongruente en una marcha en contra de la violencia. Se realizó la junta en que se valoró qué se publicaría o no y finalmente esa foto no se imprimió en el diario. Tiempo después la envié a la Expofotoperiodismo, donde quedó seleccionada. Decidí enviarla porque habla de cómo opera en ciertas ocasiones la censura a la prensa: cuando lanzan la invitación a sus eventos y pretenden decirte qué quieren que fotografíes y qué no. Pedir que bajes una cámara en un lugar público, en un evento masivo, es tanto como decirte en qué momento también la levantes, como si decidieran por mí qué puedo y qué no puedo fotografiar.

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Camilo Olarte. De la serie Sonideros. El baile de los olvidados. Atizapán de Zaragoza, Estado de México, 2011. En esta serie documenté los bailes en el Distrito Federal y el Estado de México, durante un año. En las zonas más populares del df, casi todos los días de la semana hay un sonidero haciendo bailar a miles de personas. Esta fiesta, que tuvo su origen en el barrio Peñón de los Baños hace medio siglo, es el acontecimiento social más importante para muchos de sus habitantes. Los sonidos, en la mayoría de los casos, son negocios familiares heredados a través de los años y cuyo prestigio depende de la aceptación de la música por parte de su público y el carisma de los animadores. Creo que los bailes y los sonideros son fenómenos culturales muy importantes que, sin embargo, no han tenido la difusión que merecen. El reportaje completo, que comprendía fotografía y texto, lo produje como freelance y se publicó en la revista Chilango.

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Esta imagen [izquierda, abajo] fue tomada en un acto realizado durante noviembre de 2011 en Atizapán de Zaragoza, en el cual estuvieron presentes los sonideros más importantes del df. En ese momento estaba sonando una cumbia que puso don Ramón Rojo, de La Changa. El personaje hacía parte de un grupo de unas diez personas, hombres y mujeres. La escogí sobre todo por la actitud eufórica del personaje, que al mismo tiempo es delicada; pareciera que además del cuidado con que sostiene la cerveza en su mano, también busca la precisión en sus movimientos. Su actitud cuidadosa contrasta con su indumentaria. La foto fue tomada con una cámara Canon 5D Mark II, y un flash 430 EX II.


Claudia Guadarrama. El Crimen, 2005. El Crimen, de 24 años de edad, miembro de la Mara 18, cumple una condena de treinta y cinco años de prisión en la cárcel de Chalatenango, en la República de El Salvador. 143


Nicola Ókin Frioli. De la serie Al otro lado del sueño, 2011. “Al otro lado del sueño” es un proyecto personal que trata de alertar sobre las dificultades que enfrentan aquellos migrantes que no pueden completar el sueño americano. Los sueños de cientos de miles de indocumentados perdidos en territorio mexicano son destrozados cuando se convierten en víctimas de violencia sexual o accidentes durante su largo periplo hacia una mejor vida. Hombres, mujeres que viajan solas, niños y personas mayores, decidieron emprender esta búsqueda por una mejor vida o simplemente por sobrevivencia. Llegan desde Honduras, El Salvador, Guatemala o Nicaragua con la idea de que su destino está del otro lado, que es como los migrantes se refieren a los eua. Estos migrantes dejan sus hogares por problemas económicos, por la violencia que ejer-

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cen diversas pandillas en todo Centroamérica, por la falta de oportunidades para mejorar sus condiciones de vida, o simplemente para seguir a un familiar que pudo cruzar la frontera. Esta fotografía en particular [derecha] fue tomada durante una residencia artística en el albergue Hermanos en el Camino de Ixtepec, Oaxaca, en julio de 2011. Delsy, una chica que contaba con diecinueve años en ese momento, comenzó a viajar sola tras haber sido víctima de violencia por parte del tío con quien inició su camino. Según lo dicho por ella, no fue solamente una amenaza de violación lo que sufrió por parte del tío, como escribe en el cartón que sostiene. La serie fue publicada en enero de 2012 en GUP magazine (web).


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Rolando Schemidt. Cobertura sobre el incendio en la guardería ABC. Hermosillo, Sonora, 2009. Esta foto [arriba] fue tomada el 7 de junio de 2009 en el cementerio de Hermosillo, mientras eran sepultadas las víctimas del incendio de la guardería ABC. Forma parte de una serie de fotografías que hice durante la cobertura del incendio para la Agencia France Presse (afp), como una asignación específica. La persona que aparece en ella es la madre de uno de los cuarenta y nueve niños que fallecieron, reaccionando al ver el ataúd de su hijo. Recuerdo lo fuerte del momento, lo triste de la escena y compañeros comentando la desgracia que había sido ese incendio. Fue publicada en varios medios nacionales e internacionales; El País de España, The New York Times, entre otros, le dieron bastante espacio en sus ediciones a este hecho, y siempre que la vi, fue publicada como la produje. Fue tomada con cámara Nikon D3 y lente 70-200.

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Eduardo Jiménez. Grandes bolas de fuego. Oaxaca, 2006. Era 2006. Tenía tres o cuatro meses de haber comenzado a trabajar como fotógrafo de prensa para la agencia fotográfica eikon, cuando me enviaron a Oaxaca. Una noche antes se dio la noticia de que habían asesinado al periodista Brad Will y herido de bala al fotógrafo Oswaldo Ramírez, en el marco del conflicto magisterial de la Sección 22. Mi jefe y editor, Eloy Valtierra, me envió a cubrir el conflicto. Mi estancia en la ciudad, por mes y medio, no hubiera sido posible sin la ayuda de un amigo fotógrafo, Abdel Meza, que en aquel entonces trabajaba para Excélsior. El equipo que traía era una Canon D30 y 2 lentes: un 28-50 y un 300mm; este último se descompuso al llegar a Oaxaca. La Policía Federal se acercaba por la avenida Periférico y los maestros, en su afán por detener su marcha, prendieron fuego a todo tipo de objetos. Muchos de mis compañeros traían telefoto, pero aquella tarde únicamente trabajé con el angular porque era el único que funcionaba. Un poco desesperado, sentía que se me estaban escapando instantes por el hecho de no poder “telefotear”, por lo que decidí arriesgarme y me acerqué a la escena. El calor era impresionante:

sentía cómo brotaba el sudor, pero quería resistir y obtener la foto, una en que los federales estuvieran más cerca y donde igual que yo, sintieran el calor de las llamas. Recuerdo que días después llegaron dos corresponsales al restaurante en que estábamos cenando, uno de Proceso y otra de El Universal; la reportera llegó casi gritando: “¿Ya vieron qué buena foto de Cuartoscuro publicaron en Cambio?”. Todos quisimos verla enseguida y cuál fue la sorpresa... era mi foto, sin autor, acreditada únicamente como eikon, la foto de un novato que se arriesgó. Esta fotografía fue el inicio de mi carrera como reportero gráfico, a los 26 años. Tiempo después, cuando Ulises Castellanos me entrevistó para obtener una plaza en el periódico El Centro, me dijo: “te contrato, porque no te da miedo el fuego”. Fue publicada en la página de la Agencia eikon, en la revista Cambio, así como en blogs —donde la han reencuadrado y hasta hecho montajes—. También formó parte de exposiciones itinerantes en Berlín, en las estaciones Garibaldi y Pino Suarez del metro de la ciudad de Mexico, Expofotoperiodismo 2006 y en la FES Aragón.

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Guillermo Arias. De la serie Los muertos de todos los días. Ciudad Juárez, Chihuahua, 2009. Es una respuesta visual al sentimiento de indefensión y vulnerabilidad que experimento como ciudadano ante los problemas de violencia e inseguridad que vive México; como tal, es un tema que es necesario mostrar de una forma u otra. La guerra contra el narco —lanzada los primeros días del sexenio de Felipe Calderón— evidenció y potenció la descomposición política y social que rige en gran parte de México. La imagen surgió al poco tiempo de empezar la asignación llamada “Mexico drug war”, en Tijuana, en 2008, para la agencia Associated Press (ap). Fue tomada en el centro de Ciudad Juárez el 13 de septiembre del 2009, cuando Juaritoz acaparaba los reflectores por la violencia relacionada con

la lucha contra el crimen organizado en México. Aunque en ese momento cubría el asesinato de un hombre en la vía pública, me concentré más en retratar el contexto de la escena: la silueta del soldado resguardando el perímetro del lugar del crimen, los camiones de color rosa en el pa­radero, todo enmarcado por un cielo azul, llamaron inmediatamente mi atención. Esta fotografía no es de “gran impacto”, por el contrario, es más bien sobria e invita a la reflexión. Fue publicada antes de Expofotoperiodismo por la agencia ap, y a través de esta, en algunos medios en México y el mundo. La fotografía fue tomada con una cámara Canon EOS 5D mark II, y un lente Canon 70-200mm.


Juan Carlos Cruz. De la serie Narcoguerra en México. Culiacán, Sinaloa, 2008. La fotografía forma parte de una serie que documenta las consecuencias del combate que realizan autoridades federales y estatales contra diferentes cárteles de la droga en México. Además de miles de muertos, la guerra contra el narcotráfico ha dejado cientos de huérfanos, viudas, familias desin­ tegradas, desplazados, desaparecidos, y decenas de comunidades abandonadas o sumidas en el terror. Desde hace veinte años he documentado este y otros aspectos de la guerra con fotografías y textos periodísticos. En este tiempo me he dado cuenta de su evolución y de su impacto para la sociedad. He tratado de ir más allá de la simple cobertura diaria de la “nota roja”, para hacer trabajos más a fondo y rescatar la historia humana que queda tras un hecho de sangre. En 2008, tras la detención de Alfredo Beltrán Leyva el Mochomo, el cartel de Sinaloa se fractura y se detona una disputa entre varios cárteles de la droga. Aunque inició en Culiacán, pronto se esparció por Sinaloa y después se extiendió a casi todo México.

Tomé la fotografía en 2008 y corresponde al asesinato de un “empresario” que circulaba por una avenida de la colonia Juntas del Humaya. El joven circulaba en una camioneta Cherokee cuando fue emboscado por un grupo de sicarios que le dispararon en más de cien ocasiones con fusiles de asalto AK-47. Eran coberturas que realizaba para la revista Proceso, para la cual sigo colaborando, y para el periódico Noroeste. La foto pertenece a una serie de seis imágenes que fueron seleccionadas en la Expofotoperiodismo y las escogí porque de alguna forma representan, resumen y documentan las consecuencias de lo que estaba pasando, no solo en Sinaloa, sino en gran parte de México. Posteriormente, esas imágenes también formaron parte de una serie con la cual gané el tercer lugar del concurso internacional Photofest 2012, en la categoría de Fotografía Documental.

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Bernardino Hernández. I zquierda : Vista del interior de un autobús urbano en el que miembros

del crimen organizado ejecutaron al “chalán” del chofer. Avenida Ruiz Cortines, Acapulco, Guerrero, 1 de agosto de 2011. A bajo : Exterior del Mercado Central de Acapulco, escenario de una ejecución.

Guerrero, 2 de septiembre de 2011.

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Nicolás Tavira. La comunera de Cherán. Michoacán, 2011. La imagen es parte de un trabajo que realicé para Notimex en 2011, preocupado por la situación que ahí se vivía. Antes de este trabajo había cubierto la “caravana por la paz” del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad que fue acompañada, entre otros, por algunos comuneros de Cherán. Se hablaba mucho de la labor que estaba realizando el pueblo entero para acabar con el crimen organizado y para defender sus montes. Al finalizar la caravana, el mpjd visitó Cherán durante dos días para llevar víveres y aliento, y para que representantes de los medios pudiéramos ser testigos de lo que estaba pasando en el pueblo. Así conocí Cherán. Una vez hecho el contacto, regresé dos semanas después para documentar la problemática que vivían sus pobladores. Durante una semana platiqué con comuneros y con algunas esposas de los comuneros desaparecidos a manos de taladores y del crimen organizado. Fue en una de estas entrevistas que conocí a la señora de la foto, a quien el crimen organizado le secuestró a su marido. Hasta la fecha no ha sabido nada de él. Durante la plática me contó que fueron las mujeres 152

quienes, cansadas de ver subir y bajar camiones del monte con toneladas de árboles, hicieron frente a los talamontes, parándose frente a los camiones e impidiéndoles el paso. Después de esta acción, el pueblo entero se armó de valor y comenzaró a levantar barricadas en los accesos al pueblo y a realizar labores de vigilancia por la noche, además de quitar de sus funciones al presidente municipal. La señora perdió a su marido antes de estos hechos, ya que él subía a cuidar el monte de las personas “malas”, que es como ellos nombran a los delincuentes. Esto lo hacía a diario, hasta que un día no regresó y no han vuelto a saber de él. Como parte de su lucha para encontrar a su marido estaba bordando una servilleta que ilustrara su sentir y el coraje que lleva dentro. Le pedí que me dejara retratarla con fotos de su marido y con la servilleta, con la condición de que no mostrara su rostro completamente, por causas de seguridad. El trabajo fue publicado en los diarios La Jornada y El Universal, lo que ayudó a que más compañeros se interesaran en el caso y le dieran su propio seguimiento.


Pablo Ramos. Barricadas en Cherán. Michoacán, 2011. La imagen es producto de una visita que hice durante ocho días a la comunidad purépecha de Cherán. En ese entonces era fotógrafo independiente y tomaba fotos para mejorar mi técnica e ir aumentando mi portafolio, me financiaba haciendo otro tipo de fotografía. Regresaba de fotografiar durante un año Ciudad Juárez, por lo que estaba inmerso en el tema de la violencia generada por el narco. Fue tomada a las 10:44 p.m., del 4 de julio del 2011, como parte de un recorrido que hice para retratar a integrantes de varias barricadas de vigilancia. Las familias purépechas hacían guardia durante toda la noche, sobre la calle, para defenderse de posibles ataques de miembros del crimen organizado. La población de Cherán se había levantado contra

el crimen organizado desde el 16 de abril. Tenían fogatas con barricadas hechas de piedras y palos en cada esquina de la zona urbana con el fin de evitar la entrada de las camionetas agresoras. Todas las colonias, cuadras, familias e integrantes de ellas participaron en ellas. Había tensión por temor a ataques nocturnos, pero todos estaban dispuestos a defenderse; se habían cansado de las extorsiones, secuestros y violaciones. En las mismas barricadas se preparaba comida para quienes llegasen a hacer guardia. La publiqué por medio de mi cuenta de Twitter: @doncaiman. Fue tomada con una cámara Canon T-1i y un lente Canon 24-70 2.8; modo manual, distancia focal de 24 mm; IS0 1600, 1/30, f2.8.

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Periodismo gráfico en Proceso J. Raúl Pérez Alvarado

Cartel promocional del semanario Proceso, cuya circulación inició el 6 de noviembre de 1976. En el teclado de la máquina de escribir aparecen los nombres del equipo inicial de colaboradores y de su director fundador. Archivo Revista Proceso.

Proceso es el semanario de política y análisis más importante de México, y referencia obligada para conocer con la mirada del periodismo crítico, la historia del país y del mundo, desde los años setenta del siglo xx hasta nuestros días. En febrero de 2011 tuve la oportunidad de colaborar en el archivo fotográfico de la revista Proceso. Bajo la coordinación de Marco Antonio Cruz, se inició el proyecto para realizar un número especial de conmemoración de los 35 años del semanario. El resultado se tituló: Proceso. 35 años de fotoperiodismo 1976-2011. Para la elaboración de dicho ejemplar se consultaron todas las ediciones publicadas desde el 6 de noviembre de 1976, lo que nos permitió conocer de manera más amplia el archivo y observar la evolución del espacio asignado a la fotografía en sus páginas. El archivo fotográfico de la revista Proceso cuenta con alrededor de quince mil imágenes (positivos), las cuales complementan la historia del país a lo largo de las tres últimas décadas. Entre su acervo es posible encontrar temas políticos, de movimientos sociales, de tragedias y desastres, de personajes de la cultura y el espectáculo, deportistas y, por supuesto, los relacionados con el narcotráfico y la violencia que ha generado. Además, el archivo cuenta con un banco de fotografías de la Revolución mexicana,1 en el que es posible observar imágenes relacionadas con las festividades del centenario de la Independencia de México, escenas de la Decena Trágica, algunas campañas militares realizadas en los estados del país y de personajes como Álvaro Obregón, Francisco Villa y Venustiano Carranza. Entre los autores de este banco de imágenes figuran Jesús H. Abitia, Osuna, Miret,2 Manuel Ramos, Teodoro Chávez, H. J. Gutiérrez, Eduardo Melhado, L. V. García, Hoyos, C. C. Harris, F. K. México y W. Roberts.3

1 La colección de mil piezas fue adquirida en el año 2009 y está formada, en su mayoría, por impresiones realizadas en gelatina dop, impresas en papel de fibra y tamaño postal. En general, las imágenes presentan un buen estado de conservación. 2 Algunas fotografías de Osuna y Miret corresponden a escenas de la Decena Trágica. 3 Gran parte del trabajo de este fotógrafo fue realizado en el norte del país, específicamente en Sonora. 155


Un fondo más resguarda el trabajo de algunos fotógrafos destacados en el ámbito fotoperiodístico: Ignacio (Nacho) López, Héctor García, Armando Salgado, Enrique Bordes Mangel, Ricardo Salazar. Además, contiene una serie de retratos de diferentes personajes realizada por los hermanos Mayo. De las fotos de López, por ejemplo, sobresalen un autorretrato y cuatro fotografías relacionadas con un posible fotorreportaje de la industria nacional. Las de García muestran algunas escenas de Elena Garro bailando con Gabriel García Márquez y Arturo Ripstein en el cumpleaños 37 de Carlos Fuentes. De Salgado destacan escenas del llamado Halconazo, del 10 de junio de 1971, y un par de retratos sobre Genaro Vázquez Rojas. Del legado de Bordes Mangel se aprecian retratos de Julio Bracho, Efraín Huerta y José Pagés Llergo en compañía de Mario Moreno Cantinflas. Sin embargo, la colección de Ricardo Salazar es la más completa en lo referente a retratos de escritores mexicanos figuran, entre otros, Salvador Novo, Juan José Arreola, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska o Alfonso Reyes. Las fotos de Octavio Paz en los alrededores del barrio de Mixcoac, y Rosario Castellanos en diferentes fases su vida, son las dos series mejor conformadas de esta colección. El archivo fotográfico de la revista Proceso se ha constituido con la colaboración de diferentes profesionales de la lente. Rogelio Cuéllar, Juan Miranda, Andrés Garay, Ulises Castellanos, Germán Canseco, Maritza López, Ángeles Torrejón, Araceli Herrera, Christa Cowrie, Antonio Turok o Marco Antonio Cruz son solo algunos de los experimentados fotorreporteros que han legado un valioso material y contribuido para que el lector complemente la información emanada de las notas y reportajes que semana a semana publica la revista. No obstante, el espacio con el que actualmente cuenta la fotografía en la revista fue un lento posicionamiento ligado a las condiciones editoriales. Una forma de observar este proceso es, a mi juicio, la división en tres momentos de la evolución del departamento de fotografía. El primero de ellos iniciaría con la integración del primer equipo de fotógrafos de la revista. El segundo estaría marcado por la participación 156

I zquierda :

Portadas de las primeras tres ediciones del semanario Proceso, con fechas del 6, 13 y 20 de noviembre de 1976. La imagen que ilustra la tercera entrega es de la autoría de Manuel Carrillo. Archivo Revista Proceso. D erecha :

Material fotográfico con marcas de encuadre utilizado en distintas ediciones de la revista Proceso.


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de la agencia Imagenlatina y la implementación de un coordinador quien, en colaboración con otros fotógrafos y el trabajo de otras agencias, daría al semanario un mayor número de opciones para la selección de imágenes. El tercer momento se definiría por la intervención de las plataformas digitales para dar sustento a la agencia fotográfica ProcesoFoto. Integración del equipo (noviembre de 1976 a noviembre de 1986) El golpe al interior de la cooperativa del periódico Excélsior, llevó a Julio Scherer García, entonces director del diario, y a un grupo de periodistas a fundar, el 7 de noviembre de 1976, el semanario Proceso. Su propuesta editorial y su responsabilidad social les permitieron romper con el periodismo subordinado al Estado mexicano y abrir un camino para espacios donde se pudiera ejercer un periodismo crítico y honesto. Pensado desde un principio como un medio de análisis y reflexión, los reportajes y notas ocuparon un espacio prioritario y sustancial, pero las imágenes quedaron relegadas a un segundo plano. Muestra de ello fue su escasa publicación, la utilización del retrato como acompañamiento de los reportajes y las vagas apariciones del crédito otorgado a los fotógrafos cuyo directorio se reajustó constantemente con el paso de los años: Rogelio Cuéllar y Roberto Bolaños fueron los primeros fotógrafos, posteriormente, ingresaron Maritza López, Enrique Ibarra, Juan Miranda, Víctor León y Francisco Daniel. Tanto Bolaños como Cuéllar fueron quienes, junto con el grupo disidente de reporteros, apoyaron a Scherer en su salida de Excélsior. Ambos, colaboraron en el suplemento Revista de Revistas de dicho diario, coordinado por Vicente Leñero hasta el 8 de julio de 1976, y

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Juan Miranda. Julio Scherer García, acompañado por el caricaturista Abel Quezada, el historiador Gastón García Cantú, y otros colaboradores del periódico Excélsior, caminando por Paseo de la Reforma, luego de que fueran expulsados de ese diario por presiones del presidente Luis Echeverría. Ciudad de México, 8 de julio de 1976. Archivo Revista Proceso.


Vicente Leñero, Efrén, Julio Scherer García y otros colaboradores de Proceso, revisan pliegos de una edición de este semanario. Ciudad de México, 1 junio de 1981. Archivo Revista Proceso.

fueron también los profesionales indicados para iniciar el nuevo proyecto que Julio Scherer, Miguel Ángel Granados Chapa, Miguel López Azuara y Vicente Leñero tuvieron para bien lanzar el 6 de noviembre de 1976. La incorporación de Juan Miranda al semanario fue mediante una entrevista con Carlos Marín, quien en la junta semanal mostró al resto del equipo la serie fotográfica del momento en que el equipo de Scherer salió del edificio de Excélsior. Como fotógrafo de la revista Sucesos —dirigida por Gustavo Alatriste—, Miranda cubrió el hecho y posteriormente parte de su material se publicó en la misma revista.4 Gracias al contacto que realizó en la Revista de Revistas con Vicente Leñero, Miranda logró quedarse en Proceso y, a la postre, convertirse en el primer coordinador de la sección fotográfica del semanario. En esta etapa vale la pena comentar el trabajo de Rogelio Cuéllar,5 el cual —se intuye— quedó al frente del Departamento desde el 15 de enero de 1977. Si bien Proceso no brindaba un espacio amplio para la publicación de fotografías, Cuéllar supo provechar la sección de Cultura para 4 El 8 de julio de 1976, Juan Miranda y Armando López Becerra, editor de la revista Sucesos, fueron informados por el caricaturista Magú de los hechos acontecidos al interior de Excélsior. Ambos se trasladaron al periódico ubicado en Reforma 18 y a su llegada encontraron un ambiente tenso, pues varias personas sostenían algunas pancartas. Alrededor de las dos de la tarde, los gritos de “¡Scherer! ¡Scherer!” que coreaba la multitud se escucharon al interior del edificio. Aunque estaba un poco retirado del lugar, Miranda regresó corriendo y empezó a tomar las fotografías de frente al grupo. Sin despegarse de ellos y con una cámara de medio formato Kowa, continuó su trabajo hasta que lo golpeó una persona del equipo de Julio Scherer. El fotógrafo entendió que en ese momento fue el coraje el que los hizo actuar de esa manera. Sin embargo, ello no impidió que Miranda siguiera capturando las imágenes que luego fueron publicadas en Sucesos, con una crónica de Armando López. Entrevista a Juan Miranda por J. Raúl Pérez Alvarado, México, D.F., martes 22 de julio de 2014. Inédita. 5 Con el fin de celebrar diez años como fotógrafo, Rogelio Cuéllar organizó una exposición el 2 de marzo de 1978 en la fotogalería de la Alianza Francesa de Polanco con su serie La piel de estas paredes. En ella, el autor buscó explotar la luz y la sombra como una metáfora de la usencia del hombre en su hábitat. 159


dar cuenta del quehacer fotográfico realizado en la capital a finales de la década de los setenta y principios de los ochenta a través de una columna.6 Muestra de ello fue su primer texto publicado en la edición 71, fechada el 13 de marzo de 1978. En ella, el autor reflexiona sobre tres momentos cruciales que tuvo la fotografía mexicana para su evolución y, de manera paralela, da cuenta de nueve exposiciones realizadas de enero a febrero del mismo año,7 así como de algunas galerías donde se empezaban a montar exposiciones. 8 6 Durante ese periodo las reseñas que hizo Cuéllar fueron: “La fotografía en México”, Proceso, núm. 71, 13 de marzo de 1978, p. 59; “Imágenes clásicas de Héctor García”, Proceso, núm. 73, 27 de marzo de 1978, p. 60; “El arte fotográfico expuesto en la calle”, Proceso, núm. 76, 17 de abril de 1978, p. 59; “El retrato, expresión de una época”, Proceso, núm. 78, 1 de mayo de 1978, p. 60; “Primer coloquio latinoamericano”, Proceso, núm. 81, 22 de mayo de 1978, p. 59; “Coloquio sin temario”, Proceso, núm. 84, 12 de junio de 1978, p. 62; “Crítica fotográfica y fotógrafos críticos”, Proceso, núm. 87, 3 de junio de 1978, p. 87; “Exposición de los reporteros gráficos”, Proceso, núm. 89, 17 de julio de 1978, p. 89; “El árbol, tema para técnica y arte”, Proceso, núm. 94, 21 de agosto de 1978, p. 58; “Nuevos fotógrafos, nuevas galerías”, Proceso, núm. 96, 4 de septiembre de 1978, p. 61; “De la fotografía oficial a la demagogia visual”, Proceso, núm. 99, 25 de septiembre de 1978, p. 56; “El Rollo y los libros”, Proceso, núm. 103, 23 de octubre de 1978, p. 57; “Fotografía y derechos de autor”, Proceso, núm. 106, 13 de noviembre de 1978, p.106; “En defensa del fotógrafo”, Proceso, núm. 107, 20 de noviembre de 1978, p. 57; “Siete mujeres fotógrafas”, núm. 116, 22 de enero de 1979, p. 55; “Imágenes de Nicaragua”, Proceso, núm. 118, 5 de febrero de 1979, p. 54; “Tina Modotti, fotógrafa y revolucionaria”, Proceso, núm. 120, 19 de febrero de 1979, p. 52; “Dos puntos de vista fotográficos sobre Cuba”, Proceso, núm. 124, 19 de marzo de 1979, p. 56; “26 fotógrafos independientes”, Proceso, núm. 127, 9 de abril de 1979, p. 56; “Lola Álvarez Bravo expone en Polanco”, Proceso, núm. 129, 23 de abril de 1979, p. 59; “Latinoamérica en Europa”, Proceso, núm. 132, 14 de mayo de 1979, p. 59; “El archivo histórico fotográfico”, Proceso, núm. 137, 18 de junio de 1979, p. 58; “Bienal de gráfica y fotografía”, Proceso, núm. 152, 1 de octubre de 1979, p.54; “Romualdo García y los niños de principio de siglo”, Proceso, núm. 160, 26 de noviembre de 1979, p. 58; “Para integrar el rostro de un país”, Proceso, núm. 179, 7 de abril de 1980, p. 55. A partir de esta última nota, la columna de foto se volvió esporádica. 7 Las exposiciones presentadas en aquellos meses fueron: Rubén Cárdenas, La naturaleza, el hombre y la ausencia; Edoard Boubat, Los reporteros gráficos de México; David Warman, Daisy Asher junto con Adolfotógrafo, Juan José Gurrola y Manuel Peñafiel, Lo real, lo irreal y lo imposible; Roberto Aguilar, Foro de Danza en Colonia; Nadine Markova, Manuel Carrillo, Daisy Asher y Jesús H. Abitia, Un fotógrafo en la Revolución; Rogelio Cuéllar, La Fotografía en México, Proceso, núm. 71, 13 de marzo de 1978, p. 59. 8 A partir de los sesenta, las galerías que abrieron sus puertas para la foto fueron las siguientes: José Clemente Orozco, el Museo Carrillo Gil, el Museo de Arte Moderno, la Casa del Lago, las galerías Juan Martín, el Taller y Arvil, el Salón de la Plástica Mexicana, el Instituto Goethe, la Alianza Francesa y el Instituto Mexicano-Norteamericano de Relaciones Culturales. 160


Víctor León. Los líderes Cuauhtémoc Paleta, Fidel Velázquez ­— secretario general de la Confederación de Trabajadores de México­, ctm—, Napoleón Gómez Sada y Felipe González en un convivio del sindicalismo oficial. La imagen superior fue publicada como ilustración del artículo “La ctm puede democratizarse con o sin Fidel” de Salvador Corro, publicado en el número 151 de la revista Proceso, del 24 de septiembre de 1979. Archivo Revista Proceso.

En sus columnas se encuentran, por ejemplo, las reseñas de la exposición titulada La gracia de los retratos antiguos, de Felipe García Beraza, exhibida en el Instituto México-Norteamericano de Relaciones Culturales;9 del primer Coloquio Latinoamericano de Fotografía,10 así como algunas 9 Cuéllar da cuenta, de manera sintetizada, de la forma en que fueron retratadas las clases sociales del siglo xix. También resalta la labor que realizó José Chávez Morado con el rescate del material recopilado por el fotógrafo guanajuatense Romualdo García; con ello —aseguraba el autor—, era posible “percibir un mundo totalmente fenecido de la vida cotidiana de la gente del pueblo, mineros, cilindreros, fogoneros y todos esos personajes que existieron”. Rogelio Cuéllar, “El retrato, expresión de una época”, Proceso, núm. 78, 1 de mayo de 1978, p. 60. 10 La reseña de ese evento corrió a cargo de Raquel Tibol y Rogelio Cuéllar. En el texto, Tibol reflexiona sobre la valoración que debería tener la fotografía latinoamericana en 161


crónicas de muestras hechas por Lázaro Blanco y Lola Álvarez Bravo. Destacan también sus comentarios de exposiciones colectivas como la organizada por un grupo de fotógrafos independientes, integrado por Gilberto Pergón, Rubén Cárdenas, Miguel Fermatt y Adolfotógrafo, quienes exhibieron su trabajo de una forma sui generis, el 8 de abril de 1978, en las calles de Londres y Génova, en la Zona Rosa. 11 La constante búsqueda de espacios para la fotografía llevó a Cuéllar a levantar la voz para denunciar el poco espacio con el que contaban las imágenes en las casas editoriales para su publicación y difusión. Su argumento: la edición de libros sobre fotografía era prácticamente reducida. Ante tal situación, Cuéllar celebra el surgimiento en 1977 de El Rollo, un

el ámbito mundial y comenta sobre los escasos trabajos teóricos y críticos para abordar la imagen. Considera que era necesario empezar a crear un método propio que respondiera a las necesidades latinoamericanas y donde entrara la función del crítico de arte. Por su parte, Cuéllar resalta la participación de sus colegas y la muestra montada en los museos de Arte Moderno, Nacional de Historia y Nacional de Antropología. Plantea la necesidad de seguir con el movimiento foto-latinoamericano que brindó a México algunas bases para iniciar de manera formal una investigación sobre la historia de la fotografía en México. “Crítica de la fotografía en América Latina” y “Primer coloquio latinoamericano” en Proceso, núm. 81, 22 de mayo de 1978, p. 59. 11 Al cumplir dos años de formación, el grupo de Fotógrafos Independientes presentó una exposición itinerante. El montaje fue sencillo, consistió en amarrar un cordel de un árbol hacia un parquímetro de donde sujetaron las fotografías con pinzas para colgar ropa. La idea de exhibir de esta forma las fotografías “nació de la necesidad de que un sector más amplio viera el trabajo; particularmente las clases populares, que pocas veces o nunca entraban a una galería y también porque en algunas galerías los fotógrafos esperaban meses de trámites burocráticos”. La muestra inició en las calles de Londres y Génova de la Zona Rosa, después se presentó en Tepito, el Zócalo y Satélite. Rogelio Cuéllar, “El arte fotográfico expuesto en la calle”, Proceso, núm. 76, 17 de abril de 1978, p. 59. 162

Marco Antonio Cruz. El escritor y periodista Vicente Leñero revisa material fotográfico en la redacción de la revista Proceso. Ciudad de México, 1987. D erecha :

Portada del número 392 de Proceso, del 7 de mayo de 1984. Estas imágenes documentaron, desde dos perspectivas, la detonación de una bomba lanzada a uno de los balcones de Palacio Nacional, en el curso del desfile obrero celebrado el 1 de mayo de ese año. Archivo Revista Proceso.


colectivo de fotógrafos integrado por Enrique Castillo, Emilio García, Cristina Montoya y Víctor Trejo, quienes elaboraron un boletín mensual en el que publicaban fotografías de autores amateurs.12 En cuanto al fotoperiodismo, durante esos años Cuéllar reflexionó sobre la fotografía oficial. A su juicio, dicho material “presentaba una imagen institucional propia de los políticos mexicanos”,13 presentados como solemnes personajes y censuradas las gráficas donde se mostraban como hombres que sonreían, se agachaban, dormían o se rascaban la cabeza. Era lamentable el hecho —comentó— de que este tipo de tomas fueran guardadas en el archivo personal, en lugar de publicarlas en el diario o la revista donde trabajaban sus colegas. Poco a poco, la participación de Rogelio Cuéllar disminuyó hasta que apareció por última vez en el directorio del semanario: el 14 de diciembre de 1981. Con su salida se redujo la información del quehacer fotográfico durante esos años. Los comentarios relacionados con el tema quedaron a cargo del agudo ojo crítico de Raquel Tibol, quien en 1989 publicó el libro Episodios fotográficos. La obra editada por Proceso conmemoró los 150 años de la fotografía. El reportero Roberto Ponce se dio a la tarea de recopilar una serie de textos periodísticos escritos por Tibol en diferentes revistas y suplementos culturales del país, así como prólogos de libros, ponencias en congresos y catálogos de exposiciones. Además de comentar los trabajos de Alfred Stieglitz, Man Ray, Luis Márquez, Tina Modotti, Manuel Álvarez 12 Rogelio Cuéllar, “El Rollo y los libros”, Proceso, núm. 103, 23 de octubre de 1978, p. 57. 13 Rogelio Cuéllar, “De la fotografía oficial a la demagogia”, Proceso, núm. 99, 25 de septiembre de 1978, p. 56. 163


Retratos de Carlos Salinas de Gortari, presidente de MÊxico de 1988 a 1994, que ilustraron portadas de la revista Proceso entre los aùos 1994 y 2004. Archivo Revista Proceso. 164


Bravo, Henri Cartier-Bresson, Gisèle Freund, Lola Álvarez Bravo, Paulina Lavista, Graciela Iturbide, Lourdes Grobet, entre otros destacados fotógrafos, el libro contiene seis apartados en los que la autora “reflexiona sobre planteamientos teóricos, estéticos y técnicos empleados para la captura de imágenes”.14 Al paso de los años, los espacios para las imágenes siguieron reducidos en Proceso. Durante un lustro, los únicos fotógrafos que aparecieron en el directorio fueron Francisco Daniel y Juan Miranda. La situación cambió hasta junio de 1986, cuando se registró por primera vez el material producido por Imagenlatina,15 así como algunos anuncios de su agencia. Este hecho conduce al planteamiento de la segunda etapa en la historia fotográfica del semanario. Coordinación y exposiciones (noviembre de 1986 a enero de 2002) El inicio de la segunda fase de la evolución del Departamento de Fotografía del semanario Proceso arranca sin variar su diseño —impresión a dos tintas (negra y roja), formato vertical (de 21 ∑ 27 cm) y el uso del retrato en sus notas­—, sin embargo, destacan dos características: la publicación de imágenes de la agencia Imagenlatina y la implementación del puesto de Coordinador. Juan Miranda fue el primero en ocupar el puesto y posteriormente, Ulises Castellanos. Con la incorporación de Imagenlatina en junio de 1986,16 se observa un cambio en la propuesta fotográfica. A pesar 14 Raquel Tibol, Episodios fotográficos, México, Editorial Esfuerzo, 1989, p. 9. 15 La agencia fotográfica Imagenlatina fue fundada en 1984 por cuatro fotógrafos: Andrés Garay, Herón Alemán, Marco A. Cruz y Pedro Valtierra. El proyecto desde el inicio no contempló un director, mucho menos un fundador. Cada miembro desempeñó diferentes funciones. Pedro Valtierra era el encargado de las relaciones públicas, Marco Antonio Cruz monitoreaba la información para conseguir órdenes de trabajo, Andrés Garay era el responsable de las finanzas y Herón Alemán tenía a su cargo el laboratorio. Los cuatro, sin distinción alguna, cubrían diferentes eventos. En el desarrollo de la agencia se pueden señalar tres momentos. El primero solo duró unos meses y en él colaboraron los fotógrafos antes mencionados hasta que fueron invitados a fundar el Departamento de Foto de La Jornada. El segundo, arrancó en 1986, cuando se refundó la agencia a causa de la salida del diario; se integraron al equipo Rubén Pax y Luis Humberto González. El último momento se desprendió de una diferencia entre Andrés Garay y Pedro Valtierra; al frente quedó Marco Antonio Cruz, ya que Herón Alemán falleció en un accidente automovilístico. Durante esta etapa colaboraron Ángeles Torrejón, Rossy Alemán, Lucio Blanco, Darío López, Tomás Bravo, Martín Salas, Antonio Turok y Damián Lovarganes, entre otros. Entrevista a Marco Antonio Cruz por J. Raúl Pérez Alvarado, México, D.F., viernes 19 de septiembre de 2014. Inédita. 16 La agencia fue invitada a participar en Proceso por el director Julio Scherer quien, de alguna manera, se sintió identificado con Pedro Valtierra, Marco A. Cruz y Andrés Garay. Dichos fotorreporteros abandonaron La Jornada por considerar errónea la nueva 165


de continuar con el retrato como género fotoperiodístico, se percibe que las fotografías de la agencia estaban impregnados de los elementos que John Mraz denomina “nuevo fotoperiodismo”; es decir, las imágenes presentaban otro tipo de encuadres, angulaciones y juegos compositivos, elementos que las volvían más dinámicas, expresivas y críticas. Marco A. Cruz, Arturo Fuentes, Herón Alemán, Guillermo Castrejón, Martín Salas, Ángeles Torrejón, Carlos V. Taboada y, posteriormente, Rubén Pax, junto con otros fotógrafos, figuraron con el nombre de la agencia para el crédito fotográfico. En febrero de 1987 esta aportación generó la publicación de los créditos correspondientes a los fotógrafos “de casa”. Para junio de 1987, en el directorio se leía a Juan Miranda como coordinador, además de Francisco Daniel y la agencia Imagenlatina; posteriormente se integró Andrés Garay. Durante doce años (1987-1999)  se  registró  en  el  directorio la participación de fotógrafos como: Francisco Ortiz, Carlos Castillo, Ulises Castellanos, Joaquín Cato, Germán Can­ seco, Martín Salas, Benjamín Flores, Araceli Herrera, Silvia Trujillo y Rossy. También se dio crédito a las agencias Associated Press (ap), gamma México y Cuartoscuro. A través de sus imágenes, aunadas a los reportajes, la revista presentó episodios nacionales entre los que destacan las reformas agrarias salinistas, la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, las campañas presidenciales de 1994, los asesinatos del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, el priista José Francisco Ruiz Massieu y el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, el conflicto armado en Chiapas y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (ezln) y la Huelga en la unam, entre otros sucesos históricos. Para marzo de 1999, la revista presentó cambios significativos. Uno de ellos fue en la Dirección Editorial, pues al frente de la publicación quedó Rafael Rodríguez Castañeda, quien implementó cambios en el diseño de la revista. El primero respondió a una necesidad comercial, ya que los anunciantes solicitaron publicidad a color. La solución política editorial que tomó el diario. Así, Imagenlatina se volvió uno de los principales clientes del semanario por alrededor de 17 años. Ídem. 166

I zquierda : Retrato del subcomandante Marcos, vocero del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que ilustró la portada del número 926, del 1 de agosto de 1994. Archivo Revista Proceso. D erecha : Portada del número 1235, del 4 de julio de 2000, ilustrada con la imagen de un mitin panista a favor de la candidatura de Vicente Fox, quien resultó ganador en la contienda por la presidencia de la república. Archivo Revista Proceso.


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fue la introducción de un encarte a color a la mitad de la publicación, acompañado por un reportaje especial. De esta forma, Proceso renovó su imagen —aunque sin modificar su tipografía distintiva— y dejó atrás el papel estilo periódico, las tintas rojas y negras, el diseño hecho con el programa QuarkXpress y, sobretodo, las portadas con el diseño de caja, planteadas y coordinadas por el ojo crítico, mordaz y, en ocasiones, irreverente de Vicente Leñero. Con su vasta experiencia, el escritor decidía  en  buena  medida  tanto  los  diseños como las imágenes que aparecían al frente de la revista. Portadas emblemáticas como las de Carlos Salinas de Gortari, Octavio Paz o el subcomandante Marcos quedaron impregnadas en el imaginario colectivo de los lectores. También en marzo de 1999, Ulises Castellanos  se  integró  al  Departamento  de Fotografía como coordinador e implemen­tó una serie de cambios sustanciales en el área:  “en  primera  instancia,  se  acordó junto con la nueva dirección la participación activa del área en la junta editorial, se replanteó la forma de trabajo de los fotógrafos, se estableció una nueva relación con el Departamento de Diseño, se compraron equipos nuevos y se contrató a nuevos elementos con una visión fresca”.17 Con ambas designaciones, la revista empezó a tener algunos cambios en su diseño interior pues, a pesar de seguir un tiraje a dos tintas, se observó una nueva organización en sus secciones, un papel más brilloso para su impresión y el aumento de anuncios publicitarios. Las fotografías empezaron a tener un dimensionado diferente para su puesta en página, algunas ocupaban un cuarto de plana (¼) o en ocasiones páginas completas. Ahora su función estaba estrechamente vinculada con los contenidos de los temas centrales que abordaba cada sección. Otra labor desempeñada por Ulises Castellanos durante su dirección fueron las exposiciones con motivo de 17 Ulises Castellanos, Manual de fotoperiodismo. Retos y soluciones, México, Universidad Iberoamericana, Proceso, 2010, p. 66. 168

Germán Canseco. A toda m…, imagen de Vicente Fox, candidato del pan a la presidencia de la república, en un acto de campaña. Esta fotografía ilustró la portada del número 1219 de Proceso, del 11 de marzo de 2000, y asimismo participó en la IV Bienal de Fotoperiodismo (2001). Archivo Centro de la Imagen/Fondo bfp.


Portadas de tres ediciones en que la revista Proceso se ocupó de Martha Sahagún, primera dama, y Vicente Fox, presidente de México, en el periodo del año 2000 al 2006. Números 1283, 1542 y 1611, publicados el 3 de junio de 2001, el 21 de mayo de 2006 y el 16 de septiembre de 2007. Archivo Revista Proceso.

los aniversarios de la revista. La primera se realizó en noviembre de 1999, bajo el título Fotoperiodismo fin de siglo. Los fotógrafos de “Proceso” 23 aniversario. La muestra incluyó una selección de las mejores portadas desde su fundación, así como las mejores fotografías de ese año. Sobresalió la portada de la edición 926, cuya imagen no necesitó de texto alguno ya que “mostró solo el ojo derecho del subcomandante Marcos asomándose por la rendija del pasamontañas; su piel rojiza contrasta con el negro de la tela y su pupila dilatada apenas deja ver el color café de su iris”.18 La exposición fue en el Centro de la Imagen y estuvo acompañada de tres mesas redondas con el tema “El papel de los fotógrafos de prensa y su relación con los medios impresos”. Participaron Germán Canseco, Ulises Castellanos, Joaquín Cato, Francisco Daniel y Benjamín Flores, fotógrafos de planta de la revista. Con motivo del 24 aniversario del semanario, en el año 2000 se montó la segunda exposición, pero esta vez en el Centro Cultural San Ángel. Titulada La transición, la muestra “exhibió imágenes de políticos, campañas, desastres, personajes de la cultura y los diversos problemas sociales que ocurrieron en México en dicho año”.19 A esta muestra se sumaron los fotógrafos Octavio Gómez, José Manuel Jiménez y Rodolfo Zepeda. Los certámenes tuvieron una constante durante siete años hasta que se presentó la última en la Casa de Cultura de Azcapotzalco en enero del 2006.

18 “Los fotógrafos de Proceso exponen en el Centro de la Imagen”, Proceso, núm. 1204, 28 de noviembre de 1999, p. 57. Como parte de los festejos se lanzó un calendario para el 2000 con las mejores fotos del año. 19 La transición: Trabajos de los fotógrafos de Proceso en el Centro Cultural San Ángel, Proceso, núm. 1254, 12 de noviembre de 2000, p. 78. 169


El salto digital (enero de 2002 a julio de 2012) En enero del 2002, aún bajo la coordinación de Ulises Castellanos en el Departamento de Fotografía, comenzaron a publicarse anuncios de la página electrónica ProcesoFoto, sitio en internet donde se ponían a la disposición de otros medios alrededor de cuarenta y cinco mil imágenes con el sello de los fotógrafos de Proceso.20 Eran fotografías con contenido informativo y crítico, así como retratos periodísticos crudos que rompían con los paradigmas y, a su vez, mostraban a personajes públicos en otras facetas de su actitud oficial. Para noviembre del 2005, Castellanos apareció por última vez en el directorio como coordinador del Departamento. A partir de entonces, su labor se limitó solo por unos números más, a dirigir el recién lanzado sitio de internet ProcesoFoto: Agencia fotográfica. En marzo del siguiente año fue designado Marco Antonio Cruz como nuevo coordinador del Departamento de Fotografía y editor de la agencia web. En cuanto a la cara gráfica de la revista, solo las secciones Internacional y Reportaje Especial se imprimían a color. El cambio para unificar a toda la publicación con más tonalidades se dio hasta la edición 1548, publicada el 4 de julio del 2006. Con este nuevo diseño se incluyó una serie de imágenes consideradas como las más representativas de los años que terminaban.21 Además, se imprimirían fascículos coleccionables y comenzaron a lanzarse números especiales de mayores dimensiones.22 El lanzamiento de la agencia fotográfica permitió que las imágenes captadas por la lente al estilo Proceso ya no estuvieran limitadas a publicarse solamente en sus páginas.23 Ahora los fotógrafos Germán Canseco,

20 Dentro de los medios a los cuales hace referencia el anuncio destacaban: El Financiero, Zócalo, Reforma, Quién, Expansión, Chilango, Al Punto, Carta de México, Voz, Voto, Diario Monitor, The New York Times y Playboy. 21 Alejandro Valdés Kuri, coordinador del Departamento de Diseño Gráfico, medió con Rafael Rodríguez Castañeda, director del semanario, para emigrar de taller y así “tirar” o imprimir toda la revista a color, pero su propuesta no terminó ahí: él fue el artífice del nuevo rediseño de la portada que trajo el aprovechamiento al máximo de la fotografía. 22 Un ejemplo de ello fueron los publicados para conmemorar el centenario de la Revolución mexicana y el bicentenario de la Independencia. 23 La presentación de la Agencia ProcesoFoto fue realizada en el marco de la XIV Feria Internacional del Libro en Monterrey del 2004 y su lanzamiento corrió a cargo de Ulises Castellanos y el fotógrafo Octavio Gómez. 170

Retrato en que aparecen Julio Scherer, director fundador de Proceso, y el narcotraficante Ismael el Mayo Zambada, que fue portada del número 1744, del 4 de abril de 2010. Esta edición ha sido una de las de mayor venta en la historia del semanario. Archivo Revista Proceso.


Capturas de pantalla de las páginas electrónicas de proceso.com.mx y procesofoto.com.mx , octubre de 2014.

Benjamín Flores, Octavio Gómez, Eduardo Miranda y Miguel Dimayuga, cuentan con la oportunidad de mostrar su trabajo en línea a través de los sitios procesofoto y proceso.com. Su trabajo tiene tres opciones de difusión: Los fotógrafos de Proceso nos movemos en tres pistas para la difusión de la fotografía. Una para la revista, la segunda para la agencia y, la tercera, para el sitio proceso.com. En una orden asignada o en un acto de relevancia, el fotógrafo debe tener presente la función de hacer una fotografía fresca para publicarse en la galería de proceso.com, sitio para la inmediatez, lugar en constante actualización; otra fotografía para la página de la agencia dirigida a consumidores de este material y fotografías que documenten o sustenten los reportajes o crónicas que semana a semana realizan los reporteros de la revista.24

La agencia ProcesoFoto también destaca por el espacio en su página electrónica, donde se exhiben fotoensayos de diferentes fotógrafos durante determinado tiempo. En cuanto a la forma de trabajar hacia el interior de la agencia, es importante enfatizar que la designación de órdenes de trabajo de los fotógrafos depende del coordinador y el asunto mismo que se quiera cubrir. En ese momento es cuando más se aprecia la experiencia de cada fotógrafo. Por ejemplo, trabajos como el de Germán Canseco, quien 2 4 Apuntes tomados por el autor en el cuarto Taller Básico de Fotoperiodismo, impartido por el fotógrafo Eduardo Miranda en las instalaciones de la revista Proceso, en mayo del 2011. 171


presentó en junio de 2008 un excelente y, a la vez, crudo fotorreportaje de los “picaderos” o lugares donde se vende y consume droga en Ciudad Juárez, Chihuahua, y con el cual se hizo acreedor del Premio Nacional de Periodismo de ese mismo año. Otro trabajo destacado, arriesgado y lleno de adrenalina, fue el hecho por Eduardo Miranda, quien cubrió la redada para detener al narcotraficante Arturo Beltrán Leyva en diciembre de 2009. No menos importantes fueron las coberturas del aguerrido movimiento magisterial en 2006, con los profesores disidentes de Oaxaca, bajo la mirada de Miguel Dimayuga o, recientemente, el trabajo realizado, en agosto de 2011, por Marco Antonio Cruz en Ciudad Juárez, para mostrar el grado de violencia que ha permeado en la vida cotidiana de esa localidad. La agencia se mantiene también con el trabajo enviado por algunos de los corresponsales de los estados. Es el caso de Ricardo Ruiz, cuyas imágenes han permitido denunciar los feminicidios cometidos en Ciudad Juárez; o el de Margarito Pérez, quien ha dado a conocer escenas relacionadas con la violencia que ha dejado la guerra contra el narcotráfico en Morelos. Si bien los fotógrafos producen el doble que cuando lo hacían con película fotográfica, las fotografías digitales almacenadas en discos duros o servidores tienen el riesgo a desaparecer, pues una falla de índole electrónica o tecnológica podría terminar de golpe con ese testimonio documental. Los cambios tecnológicos han contribuido a tener una modificación en el ritmo de trabajo de los fotorreporteros. Actualmente, los fotógrafos de la agencia, gracias a los nuevos dispositivos como las tarjetas de memoria con wifi trasmiten las fotos de los eventos de manera inmediata para la página de la agencia, el iPhone es, en ocasiones, otra herramienta de la cual se valen los fotorreporteros para registrar hechos que por su misma naturaleza no permiten la utilización de las cámaras profesionales. Al mismo tiempo, aplicaciones como Twitter, Tss, Google+, Facebook 172


Portadas de algunas de las ediciones en que la revista Proceso se ha ocupado de la violencia generada por las actividades del crimen organizado y la guerra que emprendió en su contra el presidente panista, Felipe Calderón. Números 1707 (19 de julio de 2009), 1592 (6 de mayo de 2007), 1688 (8 de marzo de 2009), 1676 (14 de diciembre de 2008), 1729 (20 de diciembre de 2009) y 1785 (16 de enero de 2011). Archivo Revista Proceso.

o Instagram permiten la difusión de las fotografías distribuidas por la agencia, siendo las últimas dos aplicaciones las más utilizadas por los usuarios que siguen el semanario. La constantes cambios tecnológicos han provocado una manera distinta de difundir los sucesos, la multimedia, por ejemplo, es otra forma con la que la prensa da a conocer las notas. Dicho modo de informar es una carencia del departamento de fotografía. Vale destacar que el video, en combinación con la imagen fija, es una evolución a la cual se tendrán que adaptar la agencia y los fotógrafos, para mantener informados, tanto al lector devoto del semanario, como a las nuevas generaciones que indagan en distintos portales o redes sociales. Sin embargo, para realizar este tipo de renovaciones es necesario contar también con capital económico que permita la compra de equipo tecnológico, cuestión limitada con la que actualmente se enfrenta el semanario debido al constante golpeteo por parte del gobierno federal, el cual, desde 1982 con José López Portillo “ordenó un boicot publicitario a la revista ya que exponía en ese momento la decadencia de su gobierno, el ‘no pago para que me peguen’ se ha ido extendiendo desde Portillo hasta pasar por los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto”.25 El caso más reciente fue el del gobernador Ángel Aguirre, quien se molestó por el texto publicado por Gloria Leticia Díaz, sobre sus actividades sociales en momentos en que comenzaba la tragedia humanitaria a causa del huracán Manuel, titulado: “Y el gobernador y sus amigos, de fiesta”. Aguirre no pudo contenerse y “en declaraciones a dos periodistas de Radio Fórmula que le preguntaron sobre una supuesta campaña en su 25 Jorge Carrasco Araizaga “Ángel Aguirre: las bajezas” Proceso 27 de septiembre de 2013. Artículo consultado el 29 de septiembre de 2014 en http://www.proceso.com. mx/?p=353916 173


contra por parte de la revista y del periódico Reforma, Aguirre comenzó por la descalificación y siguió con la aplicación del principio ‘yo no pago para que me peguen’: ‘Usted sabe que algunos medios actúan luego por términos económicos y publicitarios, no obstante que a la revista Proceso se le otorga, tengo entendido, una plana cada semana… Se trata de una bajeza…’”.26 Si bien es cierto que los avances tecnológicos permiten la difusión de información de manera mas rápida, también han provocado un reajuste en el ámbito organizativo al interior de las redacciones, tal como fue el caso de Sun-Times de Chicago, el cual despidió a toda su plantilla de fotógrafos y en su lugar dotó a los reporteros con un iPhone, los resultados obviamente no fueron los mismos ya que las gráficas carecieron de fuerza visual. El anuncio en The New York Times para cerrar su edición impresa es otra muestra de la migración a la era digital, Arthur Sulzberger director general del periódico, anunció en la Cumbre Internacional de Prensa de Londres, en 2010, el abandono de la edición impresa en papel para centrar su atención en los contenidos de la página web y de esta forma permitir otras formas de acceder a las noticias. Debe señalarse que la revista ya cuenta con versión digital en formato pdf, la cual es compatible con diversos dispositivos móviles y cuenta con la opción de consultar desde el último número hasta algunos atrasados. Asimismo, el nuevo rediseño de la página permite ubicar de mejor forma las fotos del día, así como algunas coberturas especiales. Una pestaña en dicha página permite acceder a dos colecciones fotográficas donde es posible consultar imágenes del Archivo Histórico de la Revolución Mexicana y un conjunto de vistas estereoscópicas del fotógrafo y viajero Guillermo Rodríguez Morales. La imágenes capadas por dicho fotógrafo, en la década de los veinte, son la última adquisición del archivo fotográfico, y en ellas es posible observar paisajes en tercera dimensión de la ciudad de México, vistas de la Sierra de Puebla, Veracruz, Oaxaca, así como del Estado de México. Como se puede constatar, la fotografía en el semanario Proceso ha ganado, poco a poco, más espacio para su publicación, tanto en las páginas impresas como en los sitios electrónicos. Asimismo, se observa que el retrato ha sido el género fotoperiodístico más desarrollado hasta convertirse en la especialidad de los fotógrafos de la revista. Es, a través de este, que los fotógrafos contextualizan, resumen, informan y critican los momentos relevantes que, a la posteridad, marcarán la historia de nuestro país. 26 Ídem. 174


Archivo Archivo fotográfico de la revista Proceso.

Entrevistas Entrevista inédita a Juan Miranda realizada por J. Raúl Pérez Alvarado, en la ciudad de México, el martes 22 de julio de 2014. Entrevista inédita a Marco Antonio Cruz, realizada por J. Raúl Pérez Alvarado, en la ciudad de México, el viernes 19 de septiembre de 2014.

Hemerografía Cuéllar, Rogelio, “El Rollo y los libros”, Proceso, núm. 103, 23 de octubre de 1978, p. 57. , “De la fotografía oficial a la demagogia”, Proceso, núm. 99, 25 de septiembre de 1978, p. 56. Díaz, Gloria Leticia, “Y el gobernador y sus amigos de fiesta” en Proceso, núm. 1925, 22 de septiembre de 2013. “Los fotógrafos de Proceso exponen en el Centro de la Imagen”, Proceso, núm. 1204, 28 de noviembre de 1999. “La transición: trabajos de los fotógrafos de Proceso en el Centro Cultural San Ángel”, Proceso, núm. 1254, 12 de noviembre de 2000.

Bibliografía Castellanos, Ulises, Manual de fotoperiodismo. Retos y soluciones, México, Universidad Iberoamericana, Proceso, 2010. Leñero, Vicente, Los periodistas, México, Joaquín Mortiz, 1991. Mraz, John, con la colaboración de Ariel Arnal, La mirada inquieta: nuevo fotoperiodismo mexicano: 1976-1996, México, cnca-Centro de la Imagen-uap, 1996. Tibol, Raquel, Episodios fotográficos, México, Editorial Esfuerzo, Proceso, 1989.

Otros medios Chicago Sun-Times, fotoperiodismo con iPhones: http://www.caborian.com/chicago-suntimes -fotoperiodismo-con-iphones/ The New York Times anuncia el fin de la edición impresa: http://www.ticbeat.com/ tecnologias/new-york-times-anuncia-fin-edicion-impresa/

Páginas 176-177: Miguel Dimayuga. Pobladores de San Salvador Atenco mantienen tomada

la carretera Texcoco-Lechería. Estado de México, 3 de mayo de 2006. 175


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A rriba : Benjamín Flores. Felipe Calderón Hinojosa, presidente de México, acompañado por Guillermo Galván, Secretario de Defensa, y Francisco Saynez, Secretario de Marina, en Palacio Nacional, mientras presenciaban el desfile conmemorativo del CI Aniversario del inicio de la Revolución Mexicana. Ciudad de México, 20 de noviembre de 2011. D erecha : Miguel Dimayuga. El Presidente Felipe Calderón en la ceremonia de inauguración de la planta de tramiento de aguas

residuales de la residencia oficial de Los Pinos. Ciudad de México, 15 de octubre de 2012. Página 180: Benjamín Flores. Incineración de más de siete toneladas de cocaína procedente de Colombia.

El aseguramiento, por parte de la Marina Armada de México, se hizo a bordo de dos lanchas rápidas tipo Go Fast en las costas del Estado de Oaxaca, el 19 de julio de 2009. La quema de la droga se llevó acabo en el Sector Naval de Huatulco, Oaxaca, el 4 de agosto del mismo año. Página 181: Germán Canseco. Elementos del Ejército Mexicano realizan revisiones al azar en el centro de Ciudad Juárez,

Chihuahua, 12 de septiembre de 2009. 178


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A rriba : Germán Canseco. Imágenes del reportaje El inframundo: los picaderos de Ciudad Juárez, publicado en el número 1653 de la revista Proceso, el 5 de julio de 2008. Por este trabajo Canseco obtuvo el Premio Nacional de Periodismo 2008 en el rubro de Fotografía.

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A bajo : Germán Canseco. Aspectos de la zona en que habita el grupo criminal conocido como “artistas asesinos”

en el Cereso de Ciudad Juárez, Chihuahua, 17 de junio de 2011.

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Páginas 184-185:

Juan Carlos Cruz. Con golpes en la cabeza, una fractura en el tobillo, una aparente herida de bala y flotando en las aguas del canal El Diez fue encontrado un vecino del poblado Bachigualatito. La Policía Ministerial del estado informó que la víctima fue identificada como Jorge Alonso Beltrán Orozco, de 30 años, con domicilio en dicho poblado. 1 de marzo de 2011.

D erecha : Germán Canseco. Integrante de las Autodefensas que tomaron, con el apoyo de policías federales y policías estatales, los poblados michoacanos Tombiscatio, Las Cañas, el Infiernillo y Arteaga. 22 de abril de 2014. I zquierda , arriba : Germán Canseco. José Manuel Mireles en una reunión informativa de autodefensas en el pueblo de Arteaga, Michoacán, tierra de Servando Gómez Martínez alias la Tuta, el 25 de abril de 2014. I zquierda , centro : Miguel Dimayuga. Integrantes de las llamadas guardias comunitarias de autodefensa de Michoacán avanzan en la carretera Apatzingán-4 caminos, en su marcha hacia la ciudad de Nueva Italia, en la región de Tierra Caliente. En esta zona continúa la disputa entre los Comunitarios y los Caballeros Templarios. La imagen, tomada el 12 de enero de 2014, muestra un comunitario herido durante uno de los enfrentamientos. I zquierda , abajo : Germán Canseco. Casa de seguridad de Autodefensas. Arteaga, Michoacán, 25 de abril de 2014.

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Eduardo Miranda. Marcha organizada con motivo de la cuarta jornada de la “acción global por Ayotzinapa”. En la imagen, el momento en que arde, en la plancha del Zócalo de la ciudad de México, una figura representando al presidente Enrique Peña Nieto. 20 de noviembre de 2014. 188


Miguel Dimayuga. Miles de ciudadanos marcharon desde varios puntos de la ciudad de México hacia el Zócalo capitalino, en el marco de la cuarta jornada de la “acción global por Ayotzinapa”, cuya exigencia principal fue la aparición con vida de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, que fueron secuestrados en la ciudad de Iguala. 20 de noviembre de 2014. 189


Genealogía de un partido  |  Fundado en 1929 con el nombre de Partido Nacional Revolucionario (pnr) y transformado en Partido de la Revolución Mexicana (prm) en 1938, el organismo político que llevó a la presidencia a Pascual Ortiz Rubio, Abelardo L. Rodríguez, Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho, inició su vida como Partido Revolucionario Institucional ( pri), en 1946, para refrendar su récord victorioso con la candidatura de Miguel Alemán. Lo mismo haría en las elecciones presidenciales de 1952, 1958, 1964, 1970, 1976, 1982, 1988 y 1994, si bien en las dos últimas debió enfrentar fuertes movimientos opositores. A causa del crecimiento de la disidencia política, el descontento social motivado por reiteradas crisis económicas, la fallida conducción de sucesivos gobiernos, la descarada corrupción de la clase política, y asimismo del desgaste de un régimen apoyado en la verticalidad presidencialista y en la hegemonía de un solo partido, se dieron las condiciones para que el pri fuera derrotado en los comicios del año 2000. Por más de setenta años los gobiernos emanados del pnr-prm-pri habían estado en el poder, siendo garantes por algunas décadas de un prometedor desarrollo económico y de una estabilidad política que dejaba poco espacio al ejercicio efectivo de la democracia. Establecidas las redes del priismo como las vías exitosas para acceder a los puestos de mando y al manejo de los recursos públicos —fuente de innumerables fortunas personales y empresariales—, los modos en que el partido en el gobierno se agenciaba o brindaba apoyos, movilizaba multitudes, cooptaba personas y organizaciones, defendía con desplantes retóricos su credo nacionalista y se volvía imbatible en las elecciones, hicieron que el pri fuera mucho más que un partido para convertirse en la modalidad idiosincrásica de la política nacional, con su picaresca incluida. Con la pieza Cronología del poder (1932-2000), rastreo de la cobertura fotoperiodística de las elecciones presidenciales, presentada en la XII Bienal de Fotografía de 2006, el fotógrafo Diego Berruecos (ciudad de México, 1979) inició su abordaje de las distintas expresiones del priismo, al que siguió tanto en su declive, que condujo a la alternancia de los gobiernos del Partido Acción Nacional (de 2000 a 2012), como en su retorno, en 2012, investido como “nuevo pri”. En información dada a conocer en impresos periodísticos o conservada

en archivos públicos, Berruecos ha recuperado documentos que hacen visibles las tramas en que se entretejen las relaciones de los poderes dominantes, a los que el pri no ha dejado de prestar buenos servicios. 190


Berruecos invita a reconsiderar el significado de testimonios aparentemente marginales, en los que sin embargo están inscritas las marcas de algún modus operandi: postales que tuvieron como destinatario al presidente Miguel Alemán; un álbum fotográfico en que se ve a José López Portillo haciendo campaña —a pesar de carecer de contendientes y tener garantizado un triunfo que a la postre se daría con el 91.90% de los votos a su favor—; las abundantes esquelas que en enero de 2007 se publicaron en los diarios nacionales para dar el pésame al gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, por la muerte de su esposa Mónica Pretelini, con cuyo compendio y despliegue el artista hizo evidente el respaldo político-empresarial-mediático con el que contaba la figura que ya desde entonces se perfilaba como el candidato que recuperaría para el PRI la silla presidencial. En la documentación de la presencia real y simbólica del PRI, que ha agrupado bajo el nombre de PRI: Genealogía de un partido, Berruecos recicla imágenes periodísticas pero asimismo realiza registros fotográficos de inmuebles, monumentos y paisajes en que se perciben los rastros de la acción política oficialista: el poco agraciado sitio en que fue abatido Luis Donaldo Colosio, el pueblo fantasma en que se convirtió el ejido coahuilense de Batopilas, el edificio con el que presume su poder el sindicato de taxistas de Quintana Roo… Sin ser el motivo principal, el régimen priista se hace igualmente presen­te en la exposición El uso político del fenómeno solar, que Berruecos presentó en la galería Gaga Arte Contemporáneo en 2013. La muestra, que partió de una amplia revisión de las entregas de la revista Proceso, presentaba “dos ejercicios casi abstractos: encabezados sin formato y portadas desprovistas de cualquier escritura”. Frente a una serie de serigrafías que habían Páginas 192 a 195:

Diego Berruecos. Imágenes de la serie Cronología del poder, trabajo en curso que fue seleccionado en la XII Bienal de Fotografía (2006) del Centro de la Imagen.

reducido a coloridos polígonos una selección de portadas del semanario fundado por Julio Scherer García, se desplegaba un vinil de grandes dimensiones con frases copiadas de titulares. El murmullo tipográfico extraído de uno de los contados impresos mexicanos que no se sumaban al pregón de las verdades oficiales resultaba inquietante: las reiteradas denuncias de las trapacerías y desgracias de nuestra vida pública, enunciadas en tiempos pretéritos, no habían dejado de ser vigentes en los inicios de la segunda década del siglo XXI.  | AM

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A rriba : Diego Berruecos. Vista general y detalle del collage Genealog铆as, que fue parte de la exposici贸n Tiempos violentos,

montada en el Museo Carrillo Gil a fines de 2010.

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A bajo : Diego Berruecos. Vista general y detalle de la exposición El uso político del fenómeno solar, montada en la galería Gaga Arte Contemporáneo de la ciudad de México, del 21 de marzo al 4 de mayo de 2013.

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Reproducción de tres serigrafías que formaron parte de la exposición El uso político del fenómeno solar, 2013. A la izquierda de esta página, dos de las portadas de la revista Proceso que le sirvieron a Diego Berruecos como punto de partida para la elaboración de esas obras. 198


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Crónica personal de pequeños sucesos  |  Elsa Medina Castro (ciudad de México, 1952) trabajó como fotoperiodista durante cerca de tres lustros, entre los años 1986 y 1999. Esa profesión la ejerció principalmente en el diario La Jornada, de cuya planta de reporteros en la capital mexicana formó parte en dos etapas —la primera de 1986 a 1993 y la segunda de 1994 a 1996—. Entre 1993 y 1994 residió en Acapulco, Guerrero, mientras laboraba para El Sur y, de 1997 a 1999, fue corresponsal de La Jornada en Tijuana, Baja California. Antes de portar las credenciales que la acreditaban como fotógrafa de prensa, Medina había realizado estudios en diseño industrial —en la Universidad Iberoamericana de la ciudad de México—, recibido lecciones sobre técnicas y procesos fotográficos —en la Universidad de San Diego, en Estados Unidos—, y trabajado como diseñadora gráfica y eventual fotógrafa para instituciones públicas como el Consejo Nacional de Población (Conapo) o empresas privadas como Multivisión. Para un cuaderno de trabajo publicado a fines de 1981 por el Conapo, como parte del Programa de Integración de la Mujer al Desarrollo, Medina considera haber realizado su primer trabajo fotográfico de corte documental. Mediante el uso de viñetas de cómic, fotografías y otros recursos, esa publicación tenía como destinatarias a mujeres campesinas, a quienes les reconocía el valor de su trabajo no remunerado en el hogar y alentaba a tener participación social más allá de las ataduras de los quehaceres domésticos. Estos tratos intermitentes con la fotografía hallaron su cauce definitivo luego de que Medina tomara, a mediados de los años ochenta, los cursos que Nacho López impartía en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos. Las enseñanzas brindadas por López fueron para Medina determinantes e inolvidables: “Nacho López me abrió los ojos y me ayudó a estar consciente de que cada uno de nosotros fotografía a partir de lo que somos, de sus prejuicios y atavismos; asimismo a partir de una posición crítica me impulsó a aprender cómo la foto puede ayudarnos a entendernos como individuos en esta sociedad”. Medina se incorporó en 1986 a La Jornada, en una etapa en la que el departamento de fotografía se reorganizaba luego de la salida de una parte del personal que lo había fundado. Adaptada a los requerimientos de un periódico que se había ganado prestigio como informante crítico y vocero de los movimientos de la disidencia de izquierda, pero que disponía de modestos 201


recursos materiales para enfrentar sus tareas informativas, Medina ganó experiencia como reportera y asimismo tomó conciencia de su punto de vista: la mirada desde la que pudo dar constancia de la condición poliédrica de las realidades que habitaba como persona y como ciudadana. La fuerza significativa de algunas de sus imágenes publicadas le hicieron un lugar en las revisiones que en las últimas tres décadas se han dedicado al fotoperiodismo mexicano. Hace falta, sin embargo, trascender el merecido reconocimiento 202


a esos iconos para revisar con detenimiento el trabajo fotográfico que Elsa Medina realizó a su paso por La Jornada y El Sur. En 1999, por motivos de salud, Medina debió alejarse de las actividades fotoperiodísticas. La necesidad de estar cerca de su madre enferma y otras complicaciones familiares obligaron a que concentrara su atención en su entorno privado, que convirtió en tema principal de sus exploraciones fotográficas. La urgida cobertura de sucesos misceláneos que realizaba para La Jornada dejó paso a una distendida crónica de las peripecias de su intimidad. Acogida a las facultades memoriosas y balsámicas de la fotografía, Medina retrató a su madre durante diez años, hasta el día de su muerte, periodo en el que asimismo hizo un inventario evocativo de su propia morada, ante la exigencia de desalojarla y la inminencia de su demolición. Esa casa, ubicada en el número 404B de la calle Xola, frente a un cine que tenía en su fachada la réplica de un castillo de fábula, hoy también desaparecido, había sido por Elsa Medina. I zquierda :

De la serie Xola, ciudad de México, ca. 2000. A bajo : El día después

del 8 de octubre, Puebla, Puebla, 2010.

muchos años residencia de la fotógrafa, de varios de sus ancestros y de un buen número de sus amigos. Si el decaimiento físico de su madre fue el tema de un vasto y entrañable reportaje, la despedida que la fotógrafa tributó a la morada de Xola mostró su sensibilidad para producir obras de amplias resonancias poéticas. En los proyectos que ha realizado en los años recientes, Elsa Medina no ha dejado de valorar a las imágenes fotográficas como registros documentales , pero se ha propuesto potenciarlas en sus posibilidades expresivas, conformando con ellas series, secuencias, polípticos, montajes, escenificaciones y libros-objeto. Su trabajo ya no está destinado a los medios en que se informa de los aconteceres de la vida social y política, de lo que hacen las celebridades y los poderosos en turno, de las múltiples razones del descontento ciudadano, porque ahora nutre la libre edición del diario íntimo y multidisciplinario que da cabida a sus intuiciones, obsesiones y hallazgos. Con la crónica de la muerte de un pájaro atrapado en una luminaria pública, Elsa Medina no pretendió ganar los titulares de un periódico. Las noticias que en el presente le ocupan tienen que ver con el inmediato mundo que le rodea y sus sutiles desplazamientos. | AM 203


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Elsa Medina. De la serie Demolición, ciudad de México, 2012. Árbol (arriba), Pared azul (izquierda, arriba) y Bloque de vidrio (izquierda, abajo). 205


Elsa Medina. Tres imágenes de la serie Demolición, ciudad de México, 2012: En el mar de concreto (arriba), Así era (izquierda, abajo) Quemar las naves (derecha, abajo). Chega y la luz, ciudad de México, ca. 2005 (derecha, arriba). Páginas 208 y 209: Plaza Bonita, San Diego, California, 1999.


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Elsa Medina. Alto vuelo, ciudad de MĂŠxico, 2012. 211


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Miguel Sierra y el fotoperiodismo en Coahuila Alejandro Pérez Cervantes

Miguel Sierra. Imagen tomada en febrero de 2007 que ilustró la portada del periódico Zócalo de Saltillo, en su edición del 18 de febrero de 2014, al cumplirse ocho años de la tragedia que cobró la vida de 65 mineros en Pasta de Conchos, Coahuila.

Conocí a Miguel Sierra en el verano de 1998. Yo era entonces un joven practicante en un periódico de Saltillo, la capital de Coahuila. Recién llegado desde su natal San Sebastián, España, Miguel se distinguía por su recurrente ironía, su barba cerrada y su trato generoso y jovial con nosotros, los principiantes. Por ese tiempo aún trabajábamos al modo analógico. A los fotógrafos de entonces se les asignaban, junto a su orden de trabajo, un par de rollos de película con los que debían cumplir la encomienda del día. De regreso a la redacción, se entregaban al laboratorio y después se visionaban las tomas en un dispositivo conectado a un monitor, seleccionando algunas, que luego se turnaban a los incipientes departamentos de fotografía digital, donde se escaneaban. De ahí en delante, estos negativos se perdían para siempre. Salvo que el propio fotógrafo los rescatara y fuera formando su archivo personal. Con Miguel aprendí el valor de preservar esos registros. De todo el periódico, solo él y Enrique el Pollo Sifuentes se preocupaban por recuperar los negativos seleccionados. Con el tiempo, mi joven mirada fue encontrando en el trabajo de Miguel valores que entonces no sabía explicar, pero que ya conformaban para mí y para otros aspirantes a fotógrafos un modelo, un canon a seguir. A lo largo de los años, el ejemplo y la generosidad de Miguel Sierra hizo escuela. Sin su labor y su referencia no podríamos entender el trabajo de grandes fotógrafos coahuilenses como Enrique Sifuentes, Marco Medina Adriano, Héctor García, Alberto Puente o Daniel Becerril. Las vicisitudes laborales nos llevaron y nos trajeron. Casi un lustro después, convertido yo en editor de una sección de cultura, nuestros caminos volvieron a encontrarse. Ya Miguel era responsable del área de fotografía del periódico más importante de la capital coahuilense, dejando atrás aquel otro malpagado y progobiernista donde desperdiciaba su talento cubriendo giras de candidatos o eventos de quienes solía describir como “personajes impresentables”. Este tránsito fue consolidando un ejercicio personalísimo de la fotografía, una pasión a toda prueba, un compromiso exento de demagogia, que lo convirtieron en el autor más consistente de la fotografía documental 213


coahuilense en los tiempos actuales. Me parecía, sin embargo, que el valor de sus imágenes no era debidamente apreciado a causa de que siempre estaban sujetas a la vorágine de la edición diaria y únicamente se daban a conocer en impresos efímeros. Fue así que surgió en mí la necesidad de reconfigurar la visión de los materiales de origen fotoperiodístico, de llevarlos a otros planos, de reconocerles su propio espacio: un valor no subordinado a las urgencias noticiosas, sustentado en sus propios contenidos, es decir un valor estético. Así empezaron las primeras y muy mal curadas exposiciones dedicadas a la fotografía documental coahuilense. Imágenes fruto del diario devenir llegaron a los museos, y creo que fue ahí, en esos momentos, a finales de los años noventa y principios del 2000, cuando muchos de estos fotógrafos empezaron a tomar conciencia por vez primera de las implicaciones y las múltiples dimensiones de su trabajo. Pioneros La documentación visual sobre el territorio que hoy ocupa el estado de Coahuila tiene una larga historia. Como lo consigna el historiador Carlos Recio en su libro Voces, textos e imágenes. Hacia una historia de los medios de comunicación en Coahuila, sus orígenes en la vertiente fotográfica se remontan a aquellos misteriosos daguerrotipos realizados por las tropas norteamericanas durante la ocupación de Saltillo, en los primeros meses

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D erecha :

Plana del diario El Siglo de Torreón, de la edición publicada el 7 de octubre de 1972, con imágenes que documentaron los daños causados por el accidente ferroviario sucedido dos días antes en las cercanías de Saltillo, Coahuila. La cobertura fotográfica fue realizada por M. E. Garibay y Juan de Ayala. Hemeroteca Nacional/UNAM. I zquierda :

Fotógrafo no identificado. Vista de una calle de Saltillo, Coahuila, en los días en que tenía lugar la invasión de tropas de Estados Unidos al territorio mexicano, ca. 1847. Imagen tomada del libro Eyewitness to War: Prints & Daguerreotypes of the Mexican War, 1846-1848 de Martha A. Sandweiss, Rick Stewart, Ben W. Huseman, catálogo de la exposición homónima. La publicación fue editada en 1989 por la Smithsonian Institution Press y el Amon Carter Museum of American Art. En la colección fotográfica de este museo, con sede en Forth Worth, Texas, se conserva el daguerrotipo reproducido.


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I zquierda : Secuencia fotográfica en la que Adolfo González registró los momentos finales de una persona que se quitó la vida arrojándose desde la parte superior de la catedral de Saltillo. Fue publicada en la primera plana del diario El Sol del Norte, el 4 de abril de 1975.

de 1847. En el conjunto de los testimonios realizados por fotógrafos locales destacan las imágenes que dieron cuenta, 125 años después, del suceso que puso el nombre de esta provincia en la cresta de las noticias el 5 de octubre de 1972: el descarrilamiento en el extrarradio sur de capital de Coahuila de un tren que provenía de las festividades en honor de San Francisco — en el poblado de Real de Catorce, San Luis Potosí—, con sobrecarga de pasajeros. El accidente provocó cientos de muertos —versiones no oficiales hablan de 190—, desbordando los esfuerzos del gobierno y la sociedad de aquel entonces. Fotos realizadas por los reporteros coahuilenses Isidro Aguirre, Adolfo González y Héctor García Bravo dieron la vuelta al mundo, mostrando la catástrofe material y humana que implicó el trenazo de Puente Moreno, del que también informaron reporteros nacionales como Enrique Metinides. Reproducidas en las revistas más importantes del orbe, hicieron merecedores a sus autores de diversos premios. Otro hito de la fotografía documental coahuilense le corresponde al recién fallecido Adolfo González. El fotógrafo, entonces adscrito a la fuente de Palacio de Gobierno, estaba en el céntrico restaurante La Playas acompañado de un colega, un mediodía cualquiera de 1974. Al cruzar por la Plaza de Armas alcanzó a distinguir la silueta de un hombre que se movía entre las torres de Catedral. Intuyó que algo iba a suceder, pero en ese momento estaba desprovisto de su cámara. No dudó en arrebatar la de su compañero, enfocando de inmediato hacia el lugar de la acción. Consiguió realizar una secuencia de tres tomas que registraron el primer suicidio por salto que acontecía en la centenaria edificación: imágenes del hombre al borde del abismo, de su caída y de su cuerpo tendido en el piso del atrio. Por el registro del final trágico de quien luego se supo era 216


GermĂĄn Siller. Trabajador de la Expo Feria de Saltillo (arriba) y enfermera e indigente frente a la puerta principal de la catedral de la misma ciudad (abajo). ImĂĄgenes incluidas en el libro A travĂŠs del postigo. Un rostro de Saltillo, editado por el Consejo Editorial del Gobierno de Coahuila y el Archivo Municipal de Saltillo en 1994.

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Germán Siller. Jóvenes a las puertas de una paletería (arriba) y función de lucha al aire libre (abajo). Imágenes incluidas en el libro A través del postigo. Un rostro de Saltillo (1994).

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un enfermo terminal procedente de León, Guanajuato, Adolfo González obtuvo el Premio Nacional de Periodismo de ese año. A la vieja guardia conformada entre otros por el propio González, Isidro Aguirre o Gabriel Berumen, le siguieron una serie de jóvenes recién egresados de las entonces incipientes escuelas de Ciencias de la Comunicación y de Artes de la Universidad Autónoma de Coahuila. A diferencia de la mayoría de sus antecesores, hechos al fuego de la calle, estos reporteros estaban provistos de una visión más especializada de la fotografía y de un enfoque más consciente y profesional del periodismo. El periódico Vanguardia, fundado en 1975, y otras publicaciones periódicas (El Coahuilense, El Diario, además de El Sol del Norte, que ya desde 1955 intentaba un periodismo de provincia), dieron cabida al trabajo de fotoperiodistas como Pedro Pérez, Othón Figueroa, Marco Medina padre y, posteriormente, Enrique el Pollo Sifuentes, Oliverio del Ángel, Germán Siller —quien hizo estudios de fotografía en Boston—, Héctor el Cabrito López —un notable fotógrafo prácticamente desconocido— y el ubicuo maestro normalista Jesús Grimaldo Sánchez. A principios de los años ochenta del siglo pasado el periodismo coahuilense se benefició de varios desarrollos tecnológicos. Prensas y papel de mayor calidad permitieron la reproducción de fotografías a color, en tanto que la disponibilidad de equipo fotográfico más completo —ampliadoras, telefotos para la cobertura de deportes, filtros, lentes de focal corta, ojos de pez para espacios cerrados y eventos políticos— hizo posible una diversidad mayor en la documentación visual de la realidad coahuilense. A Jesús Grimaldo Sánchez sus contemporáneos le reconocen el papel renovador que tuvo en el medio periodístico. Con sus tomas en contrapicada y enfoques a ras de suelo, la utilización de cámaras caseras y experimentación con perspectivas poco comunes, quien era entonces fotógrafo del periódico Vanguardia inició la ruptura con la rígida forma de ver que era heredera del fotoperiodismo mexicano de los años cuarenta. Grimaldo Sánchez se retiró de la fotografía a mediados de los noventa. Desgraciadamente no se conservan ni negativos ni impresiones de la obra de este destacado fotógrafo, debido al descuido que tanto los medios como la mayoría de los autores han tenido en cuanto a la preservación de sus archivos. También en los años ochenta, ya inmerso en la fotografía de autor, Germán Siller realizó el trabajo que sería la base para el libro A través del postigo. Un rostro de Saltillo, editado en 1994 por el Archivo Municipal de Saltillo, que fue sin duda una publicación pionera en la difusión de la fotografía documental que se hacía en Coahuila. 219


A ese medio fotográfico, en el que destacaban fotógrafos como Gri­ maldo Sánchez y Germán Siller, y en el que comenzaba a descollar una joven generación de fotoperiodistas con formación universitaria, se incorporó a principios de los años noventa Miguel Sierra, luego de trabajar en periódicos de San Sebastián y otras provincias españolas, y de cumplir con asignaciones aleatorias de publicaciones como la afamada Interviú. M ás allá de la rutina Hoy pienso que la llegada del precario acceso a internet en la comunidad, a mediados de los años noventa, orilló a reformar los criterios editoriales, obligando a los periódicos a una diversificación en sus coberturas. Diarios de provincia que se conformaban con seguir la agenda oficial de las instituciones y la acostumbrada rutina de los eventos sociales y deportivos, pronto se vieron empujados a ofrecer contenidos de mayor interés para mantener la atención de sus lectores. Esta coyuntura fue un campo fértil para que los fotógrafos desarrollaran y desplegaran una mayor capacidad técnica. De ruedas de prensa con políticos y bodas se pasó a la cobertura de carreras de autos, incendios forestales, accidentes de carretera, partidos de futbol profesional en Monterrey y luego en Torreón, la liga mexicana de beisbol, desastres naturales, festividades populares y el azaroso

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Izquierda:

Christopher Vanegas. Víctimas de la delincuencia Organizada, Saltillo, 2013. Con esta imagen, tomada en el sur de la capital de Coahuila, el fotógrafo obtuvo el tercer lugar dentro de la categoría Noticia en el concurso World Press Photo 2014. Derecha:

Jetzabé Múzquiz. Reportero, de la serie La muerte Impresa. Con este trabajo el fotógrafo obtuvo el primer lugar en el Concurso Nacional de Fotografía La Catrina, convocado por la revista Cuartoscuro en 2012.

registro de lo inesperado. Los periódicos empezaron a dar espacio a “la foto del día”: imágenes curiosas o notables, no meramente informativas, que valían por sí mismas. Recuerdo perfectamente que muchas de las mejores tomas de Sierra o del Cabrito López, o del Pollo Sifuentes se daban en estas circunstancias: fotógrafos que no se limitaban a registrar la cobertura encomendada, sino que siempre con la cámara colgada al cuello, en el extrarradio o en el tránsito de la acción, esperaban ese parpadeo de la realidad, ese “instante decisivo”. El ánimo presto para capturar los detalles más insospechados y la búsqueda de los secretos resortes de los sucesos cotidianos están presentes en todas y cada una de las imágenes memorables generadas en las últimas dos décadas en Coahuila. Los años de fuego Sin embargo, ni los adelantos tecnológicos ni la diversificación de las fuentes ni la evolución de los medios, ni tampoco el reconocimiento a su trabajo ni la profesionalización de su oficio, pudo preparar a los fotoperiodistas locales para lo que traerían consigo los años de fuego, la violencia que acompañó la transformación del escenario político y social de la región a partir de 2008. La llegada de grupos delincuenciales que peleaban el territorio noreste de México cambió el ejercicio fotográfico para siempre. Enfrentamientos

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armados a plena luz del día, toques de queda autoimpuestos motivados por la inseguridad, ejecuciones, seres humanos convertidos en objetos de una semiótica macabra —el cuerpo es el mensaje— aterrorizaron y reconfiguraron el concepto de violencia para la sociedad coahuilense. El horror se mudó a vivir entre nosotros, noche y día, incansable, múltiple, inédito. Ante la evidencia de medios amenazados y silenciados, y de periodistas asesinados debido a alguna cobertura, los fotógrafos empezaron a extrañar los años apacibles cuando se podía ir por la calle con una cámara colgada al cuello. Algunos tomaron cursos de cómo moverse en escenarios de guerra. Los protocolos cambiaron. Las fuentes se cerraron. El reportero tuvo que empezar a buscar sus propios contactos entre las fuerzas de seguridad, multiplicada la complejidad que implicaba hacer un registro fiel de ese vértigo. Paradójicamente, este nuevo nivel de exigencia y de especialización llevó a que agencias nacionales e internacionales empezaran a valorar y sacar provecho del talento de los fotorreporteros coahuilenses: Alberto Puente empezó a trabajar para AP, Karla Itzel Ruiz para Cuartoscuro, Daniel Becerril lo siguió haciendo para Reuters y Miguel Sierra para EFE. Trabajos referidos al entorno asediado por la violencia de todo signo fueron asimismo merecedores de reconocimientos: por su serie sobre la cobertura nocturna de la fuente policiaca, Jetzabé Múzquiz, obtuvo el Premio Nacional convocado por la revista Cuartoscuro en 2012, en tanto que Christopher Vanegas —hijo del también fotógrafo Víctor Vanegas— fue tercer finalista en la categoría Noticias de uno de los galardones más codiciados por los fotoperiodistas de todo el orbe —el World 222

Miguel Sierra. Perito policial recoge un paquete de casquillos de alto calibre en el sitio en que fueron ejecutadas cuatro personas. Zona residencial al norte de Saltillo, 2012.


Miguel Sierra. Operativo militar en busca de personas armadas y narcomenudistas en la colonia La Madrid, una de las zonas marginadas de Saltillo, 2009.

Press Photo—, con su imagen Víctimas de la delincuencia organizada. El trabajo de estos jóvenes autores, de 26 y 28 años respectivamente, y el de otros nuevos valores como Gabriela Balleza, Víctor Mendoza y el ilustrador Federico Jordán, ha dado continuidad a una historia en que se condensan miradas, generaciones, vidas, oficios, imágenes y palpitaciones de un trabajo colectivo de casi medio siglo. Este primer acercamiento a la fotografía documental coahuilense es parte de una investigación que está en sus comienzos. Su punto de partida es la innegable necesidad de reflexionar acerca del poderoso trabajo de decenas de fotógrafos que en la volátil y efímera experiencia diaria quedan relegados de un registro histórico, siendo ellos protagonistas esenciales en la percepción de los hechos que han ido conformando el rostro de nuestra sociedad. Con un trabajo de esta naturaleza se pretende alentar el rescate de los archivos generados en al menos el último medio siglo de ejercicio fotoperiodístico en el estado de Coahuila, para con ellos delinear genealogías, tendencias, trayectorias, hitos. Puede asimismo ayudar a replantear las prioridades en torno al manejo de los archivos fotográficos por parte de los autores y de los medios periodísticos, tomando en cuenta los beneficios y limitantes de los nuevos soportes. Hay mucho que ver en los fragmentos memoriosos producidos por los fotoperiodistas, piezas desperdigadas que al irlas reuniendo (mirando, leyendo) nos ordenan y nos ayudan a construir un lugar en medio de la

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apariencia volátil del mundo. Creemos que dialogar desde la escritura con la obra de estos fotógrafos documentales nos permitirá comprender aspectos insospechados de nuestra realidad, más allá de ideas unificadoras o preestablecidas. Nos ayudará también a entender el proceso de su producción, que ha sido una laboriosa y accidentada medición del entorno. ¿Cuántos latidos resuenan en una imagen? Estamos delante de un territorio informe hecho de preguntas, miradas, reinvenciones, incontables registros, muchos de ellos irremediablemente perdidos. Solo tenemos la certeza de que la fotografía documental coahuilense continúa construyéndose y reformulándose. El ojo y el corazón El recuerdo fotográfico más remoto de Miguel Sierra, quien hoy cuenta con cincuenta y dos años de edad, es una imagen de sí mismo a los cinco años sosteniendo una rudimentaria cámara de cartón en la playa de San Sebastián, una mañana luminosa. La fotografía seguiría con él en aquella primera juventud en que aprendió el oficio de reportero en diarios del País Vasco y el Sur de Francia, y en el viaje que lo trajo a México a principios de los años noventa. Con ese bagaje a cuestas, se consolidó como uno de los fotoperiodistas más relevantes de Coahuila y del noreste mexicano. Delimitar los valores de su obra al campo de un absoluto dominio técnico sería reducir el entendimiento de sus aportes. Trátese de incendios forestales o niños en villas perdidas, de tragedias y épicas mínimas, de fiestas populares o fieros gestos dibujados un milisegundo en el campo deportivo, las imágenes de Sierra ofrecen algo más que el congelamiento de un retazo del vértigo. Se trasluce en ellas la mirada de alguien que contempla e interroga. Sierra es un paciente cazador que mira y espera, y en esa espera, más que aprehender, comprende. Su obra no solo documenta, también reconstruye a partir de evidencias y de huellas en el paisaje. La mirada de Miguel Sierra participa de la sutileza de las contradicciones, de una intuición semiótica de las cosas y los objetos, pero sobre todo de algo que parece rarísimo en estos tiempos tan cínicos: de una profunda compasión ante todo gesto de lo humano. En las imágenes de Sierra no hay intención lastimera o piedad indulgente, sino una absoluta empatía y compenetración con el valor que los retratados tienen como personas. Tres miradas coinciden y se entreveran en los juegos de espejos que suelen instaurar las fotografías de Sierra: la del fotógrafo, la del sujeto fotografiado que mira al fotógrafo y la de los espectadores que observan a ambos a través de las imágenes. 224

Miguel Sierra. Perpetuo Socorro. Vista de la iglesia del Perpetuo Socorro desde el interior de un auto robado. Suroriente de Saltillo, 2008.


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Huracán. Piedras Negras, Coahuila, julio de 2010. Han pasado apenas unas horas de la llegada del huracán Alex. Cerca de la frontera ha caído un helicóptero con funcionarios estatales que sobrevolaban y evaluaban el desastre. El meteoro achica todo lo que toca: los muros rotos parecen de juguete. El metal de las varillas ha sido doblado por los etéreos brazos del aire. Los elementos hacen del hombre su marioneta sin que este pueda tomárselo a juego: en la región norte y carbonífera de Coahuila han quedado más de ochenta mil damnificados. La diagonal del plástico de seguridad nos advierte y nos guía hasta el centro de la imagen, esa hecatombe que ha vuelto el paisaje negras manchas flotantes, vida cotidiana reducida a restos y evidencias informes. Todo pareciera emerger de un mismo punto: la catástrofe, la fragilidad, el mal agüero; destrucción condensada y surgida desde ese abismo negro, ese cuadrado hocico sin dientes. Rota caja de block. Norteña caja de Pandora. Depósito del diablo. 226


Noches de Bohemia. Nueva Rosita, Coahuila, enero de 2011. No, no se trata de aquella antigua región que comprendiera el territorio de la actual República Checa. Tampoco de un círculo de artistas, librepensadores o agnósticos. La pregunta es otra: ¿Qué se tolera en las zonas de tolerancia? Es tierra de mineros, y esta cuadra polvorienta no puede alcanzar a merecer llamarse de tal modo: un puñado de cantinas donde los mineros buscan arrancar a su rutina fugaces momentos de esparcimiento con la misma desesperación con la que cavarían el vientre oscuro de la piedra. Más que edificios, son cajones de penumbra y cemento apenas iluminados por el neón de alguna radiola. Un lugar como El lugar sin límites que dibujara en aquel Chile, también minero, don José Donoso. Han pasado apenas un par de años de la tragedia, un goteo que no cesa. La bailarina es tan pequeña que pareciera que el vaquero se recuesta solo contra la sombra. La luz es aún más esquiva entre esas texturas lunares: rebota de las sillas de plástico al blanquísimo sombrero; al cinto piteado. A pesar de la lepra en las paredes, esos planos superpuestos —volver a espiar en lo espiado— tienen algo de aquel célebre cuadro de Velázquez; aquel donde se pintaron otras niñas. Pero eran otras voces, otros ámbitos. 227


Los Destroyers. Sur de Saltillo, abril de 2009. 1.  La foto parece de 1950. No “nomás” la capital mexicana tiene su raza de bronce, sus barrios bravos. En gestas y gestos, el sur de Saltillo no le pide nada a Tepito, Tacubaya o Iztapalapa. Han pasado ya edades geológicas desde la extinción de los míticos Panchitos. El complejo presente añora los tiempos en que aquella pandilla se hizo legendaria, muchachos atrabancados a quienes gustaba alterar el orden. La raza de acá ya “no hace tantos panchos”. Ser banda es más una cuestión de actitud y de boga. Si no, miren esos lentes de armazón claro. Esa chamarra como reciclada de una cobija. Esa camisa abrochada hasta el último botón, donde aun así flota un cuello escuálido. ¿Se puede ser sobrio y desenfadado a la vez? Sí. ¿Se puede apelar a la guasa, al desmadre, sin abandonar el fervor religioso? Sí. Hay risas que revelan una visión y un lugar en el mundo. Ser un Destroyer es algo parecido a la fe. Lo repite el rostro del Divino Maestro con gesto manso y dedos entrelazados. El bling bling de la oreja izquierda donde refulge sagradamente cool una diminuta cruz. En esa repisa ausente, seguro se posaba una veladora. Esa Santa Cena en la pared, presidida por la Virgen María, lo reconfirma: Jesús también era banda y “no hay amor más grande que dar la vida por los amigos”. 228


2.  Cuentan los enterados que el asunto de las pandillas empezó en Saltillo por culpa de una película: The Warriors (Walter Hill, 1979), que llegó a nuestra ciudad a principios de los años ochenta. Cuentan que debido a su ejemplo, las palomillas que iban al Cine Saltillo o al Plaza empezaron a delinear territorios, vestimentas, apodos. En la Zapa o la San Ra*, oyendo “remal” el inglés, queriéndose llamar The Warriors, la banda quedó en The Wanders, en el Barrio de El Águila de Oro —lugar primigenio de la ciudad— se formaron Los Pelones; para el rumbo del Cerro del Pueblo, periferia semidesértica, Los Aterrados. Y así en cada colonia, en cada barrio. Y empezaron a buscarse. A medirse. En mi colonia se llamaban Los Nazis, y los de allá abajo Los Británicos. Se paseaban en bola y chocaban. Primero se mentaban la madre. Luego se peleaban a puño limpio y a patadas. A veces salían a relucir las manoplas, los chacos. Y en la estratégica retirada, de cuadra a cuadra —“pura bala fría”— las pedradas. De aquellas épicas de principios de los ochenta quedaron algunos muertos o “picados”, descalabrados, contusos y muchos señores casados. Las pandillas ahora son otras. Dice la Diócesis de Saltillo que ahora son casi setecientas. Segundas o primeras familias, urbanas manadas, espacio superpuesto donde repartir el gusto, la fe y el peligro. La pandilla es esa telaraña concéntrica pintada en el muro, la mirada o la risa sobreentendida: el fervor perpetuo de la cábula. Esa seña, ese peinado, esa esquina que me dicen, que me gritan: yo soy el otro. * Se trata de las populares colonias San Ramón y Zapalinamé, esta última, retomando el nombre del tramo de la Sierra Madre que preside desde el oriente la ciudad, misma que rinde homenaje al imbatible caudillo indio Zapalinamé, que como líder de la tribu de los huachichiles combatió a los conquistadores españoles en el siglo xvi. 229


Futbol y crepúsculo. Nueva Rosita, Coahuila, 2011. Al niño no le importa la noche. Ni la ominosa maquinaria recortada contra el cielo. Su juego es un canto a un dios mineral. El niño es todos los niños, jugando hasta que la bola deja de verse, equilibrando el mundo en su frente. Allá a lo lejos, las lavadoras de carbón, pozos insondables, memoria del subsuelo. Ese fulgor sobre sus manos, apenas susurro de lumen —flash en sordina— es posmoderno vestigio del tenebrismo de Caravaggio o de Metinides. La luz es una y cambiante, onda y partícula, en la lentitud de la nube —razón del volumen de la circunferencia— o en los múltiples haces que rompen la piedra. 230


Lucifer. Barrio del Ojo de Agua, Saltillo, Semana Santa de 2011. El diablo nos observa entre incrédulo y burlón. Su rostro delata el brillo del esfuerzo realizado. Sus labios apenas se entreabren, no sabemos si en un intento de articular alguna blasfemia o solo mostrarnos sus colmillos. Todo conspira contra la rolliza figura clavada en la cruz: los cuernos pegados con cinta canela, el rumor siniestro del lejano helicóptero astillando la tarde, el peso de las nubes — como hechas de cemento armado—, el tridente de alambrón, la multitud congelada en una noche a las tres de la tarde. En la penumbra se disimula el milenario drama: policías municipales travestidos de soldados romanos, altavoces y elotes con chile, la Magdalena llorando su pena en una jardinera. 231


El Gallero. Faldas del Cerro del Pueblo, Saltillo, marzo de 2001. Era aún impensable el horror y el fuego de los años venideros. En Coahuila eran espaciados y raros los crímenes violentos, y más aún aquellos donde se involucraban las fuerzas del orden o las armas de fuego. Miguel Sierra me dice que es una de las fotos a la que le guarda más cariño. Recuerda que era un domingo por la mañana. La hoy Fiscalía del Estado de Coahuila, con sus equipos de respuesta rápida gates y groms no existían: se llamaba Policía Estatal, a secas. Se recibió un reporte de un palenque clandestino en la periferia sur de la ciudad, por las faldas del Cerro del Pueblo. Entre calles sin asfaltar, vestidos con ropa vaquera y portando rifles de asalto, unos agentes llegaron a una humilde casa, urgiendo a sus ocupantes a salir. Uno de ellos se acercó hasta la puerta. Por la ventana, un brazo armado de un revólver asomó y le disparó a quemarropa. Era el organizador de ese entretenimiento ilegal, a quien días después la prensa de Saltillo se referiría como el Gallero. El inusitado asesinato de un agente de la ley a manos de un civil puso a la ciudad en alerta. Hasta la falda del cerro llegaron todos los miembros de la corporación, acompañados del ejército, iniciando un largo sitio a la humilde vivienda construida con block. La calle se llenó con decenas de policías y soldados que le apuntaban. Horas después, el drama se potencializó cuando la negra puerta de lámina se abrió lentamente para dejar ver asomarse a un hombre de estatura mediana, con bigote, patillas y una gorra negra, como salido de un corrido norteño de los años setenta, apuntando con su pistola a un aterrorizado adolescente, su sobrino, a quien había tomado de rehén. Los policías —desacostumbrados, atónitos— lo instaban a dejar el arma. El pistolero rodeado de un hálito de calma, como hipnotizado, no supuso otro camino que avanzar calle abajo, a través de ese embudo de cañones donde él era el epicentro. Miguel no sabe qué pulsión lo llevó a situarse en su camino. Aunque al final el pistolero se rindió, la imagen aún comunica esa extraña tensión, una ventana con primeros planos en fuera de foco, marcos borrosos que guían nuestra mirada hacia al menos treinta personajes: policías y militares formando un pasmado abanico de rostros en torno a un chico que mira hacia atrás como pidiendo ayuda, y un hombre cabizbajo, casi despreocupado, avanzando con paso resignado al encuentro de su destino. 232


Caminos que no llevan a ninguna parte. Libramiento Norponiente entre la carretera a Torreón y la autopista Monterrey-Saltillo, 6 de marzo de 2009. La determinación de una idea fija ofrece a veces motivos insondables. ¿Es un mismo caminante el que no ha dejado de medir a pasos la tierra? Caín errante tras su crimen, los ejércitos de niños en las Cruzadas. Nuestro vagabundo Crates, que retrató Leobardo López. “En el desierto, todas las carreteras son salidas”, “Cicatrices de asfalto que se internan en la nada”, ha escrito el poeta coahuilense Luis Jorge Boone. ¿En qué resplandor estará perdido este Diógenes de los huizaches? Un ubicuo mantra consigna que “Hay que saber llegar”: así, no importa lo interminable de esa serpiente negra, ni los ciclistas rezagados, ni el frío ni el calor ni la dimensión extrahumana de los parques industriales, espejismos entrevistos por Rimbaud en la lejanía. ¿Sería Leonardo vagabundo cuando inventó la perspectiva atmosférica? ¿Ese círculo en el cuello es una banda de Moebius?

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Incendios. Sierra de la Marta, abril de 2011. Eróstrato quiso alcanzar la inmortalidad incendiando una biblioteca. En esta montaña no faltan motivos tan elevados, se necesita nomás algún descuido campista. O el persistente sol y un culo de botella como puesto por Leeuwenhoek contra la piel seca del pastizal. Este tramo de la Sierra Madre, que circunda al oriente de Saltillo, se extiende hasta el vecino municipio de Arteaga y continúa hacia el estado de Nuevo León, se reparte en cientos de hectáreas de bosques de coníferas. Tierra negra que propicia el cultivo de manzana, guarida del oso negro y del venado cola blanca, es escenario persistente para el fuego que cada verano aferra su garra. Cada Semana Mayor deja sus saldos de ceniza. Aunque estas figuras solitarias contra un paisaje desastrado podrían situarse en cualquier rincón del mundo, se trata de un incendio forestal en la Sierra de la Marta, entre los estados de Coahuila y Nuevo León, en abril de 2011. Nunca un sombrero, una chamarra fueron tan mínimos. Y un marco de piedra donde no cabe tanto: diagonales de hierba y piedra. “Las montañas esperan”, sentenció Bolaño. ¿En qué piensa el hombre que mira? ¿En el helicóptero particular que “nomás” aventó agua y químicos de este lado de Coahuila, que solo combatía el fuego sobre sus terrenos? ¿En esas nubes a ras de suelo que son desde que el hombre es hombre? ¿En la curiosa forma de flamas de los arbustos? El humo que se eleva, lo verde que arde, lo quemado, nutricio de lo verde. Ciclo vital reducido a espirales de savia y de ceniza. 234


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Coyote y minero. Región carbonífera de Coahuila, 2007. Han pasado algunos días ya luego de la explosión. Los familiares siguen acampando, exigiendo a las autoridades el rescate de los trabajadores vivos o al menos de sus cuerpos. El gobierno del estado de Coahuila sigue responsabilizando a la Secretaría del Trabajo. La Secretaría del Trabajo a los dueños de la mina. Los dueños de la mina a los inspectores. La Diócesis de Saltillo al gobierno. Y así hasta el infinito. Estamos a principios de febrero de 2006, una explosión por acumulación de gas en una mina de la región carbonífera ha sepultado a poco más de setenta trabajadores. A diferencia de un caso semejante sucedido en Chile, los pronósticos son desalentadores. Al paso de los días, una comisión mixta establece que debido a la fuerza de la explosión y el posterior derrumbe, con toda seguridad los trabajadores están muertos. Se asevera que una operación de rescate pondría en peligro a más vidas. Al igual que corresponsales de todo el país y el mundo, Miguel Sierra estuvo ahí, registrando durante días el dolor y la impotencia de cientos de familias que toparon contra un muro imbatible. Vio ir y venir a las comisiones de gobierno, vio marcharse a los corresponsales. Fue y vino. Muchas veces, solo para reconfirmar que luego de la tragedia de esta vez, como en las acontecidas muchas décadas atrás, absolutamente nada pasaría. Los “pocitos” seguirían trabajando. Las minas seguirían contratando menores de edad con mínimas condiciones de seguridad. El gesto taimado en la calca del coyote y la mirada del minero que vuelve a subir al autobús —ese que lo llevará otra vez al hocico oscuro de la mina— nos lo dicen: todo cambia, todo es igual.* * Desde la tragedia minera de Pasta de Conchos en 2006, a la fecha han fallecido 105 mineros en accidentes relacionados a su trabajo. 237


Congreso charro. Saltillo, Coahuila, 2011. ¿Es un centauro el que cae? El polvo le abre paso, abierto como un mar rojo. Las grecas de su camisa de rodeo delatan su origen norteño. Atrás, apenas borrones, unánime mezclilla observa el devenir del cataclismo. Las pezuñas hienden el aire, el sombrero se dispara hacia una dimensión de polvo. En la firma de esa figura —el trazo de una constelación— se simboliza el dominio del hombre sobre la naturaleza: un cuerno clavado en la tierra.

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Muñeca. Extrarradio oriente de Saltillo, 2013. Las casas al fondo no son casas, son esbozos de sombra. Un territorio como devorado por un crepúsculo interminable. La bruma cubre la montaña, la oculta. La pintura en el ángulo de metal está herida, de arañazos y golpes: guerras dominicales. Dice el fotógrafo que esa breve luz y esas ominosas masas de sombra en el cielo lo empujaron a ver. ¿Qué quisieron decir? ¿Cómo será la mirada del niño que descuartizó y colgó esa muñeca en un campo de juego? 239


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Santa Muerte. Saltillo, 2011. La familia vivía en las afueras de la capital de Coahuila. Un reportero avisó al fotógrafo de la peculiaridad: papá, mamá, hijos, hijas, niños, todos devotos de la Santa Muerte. Una fascinación que no se agotaba en los dichos, asentándose en la propia piel. Las hijas eran guapas. De esas estirpes norestenses: morenas, espigadas, herederas del garbo huachichil. Y cada pretendiente que se acercaba se volvía iniciado también. Tanto si querían formalizar la relación de novios o desposar a alguna de ellas, la consigna era sumarse al apego de esa fe. Y firmarla con un tatuaje. Así, la imagen se multiplicaba, se expandía diversificándose. Con capucha o con medieval guadaña, sonriente o en labor de advertencia. Niña Blanca: vanitas y tzompantli, evolución kitsch e hiperrealista de Manilla, Rivera o Posada, esa risa última se pretendía refugio y reflejo. El peculiar clan regenteaba un hotel a las orillas de la carretera. Hasta el día en que en un incidente confuso el jefe de la familia fue asesinado. Luego, como a toda familia, el viento los dispersó. 241




Los estigmas de la tierra Fotoperiodismo contemporáneo en Sinaloa Héctor Orozco

Celajes de papel El triunfo del vandalismo sobre la civilización es momentáneo, porque el estado de agitación y de violencia no es lo que conviene a la sociedad. Lema del periódico El Alacrán, 1852.

En Sinaloa, estado localizado en el noroeste de la República mexicana, la agricultura es la actividad primordial. Su geografía irrigada por once ríos que desembocan al oeste en el Mar de Cortés y el Océano Pacífico, hacen de su suelo el más productivo del país, y de su extenso litoral de 622 kilómetros, una región pesquera, comercial y turística de gran importancia económica. El territorio sinaloense colinda al norte con el estado fronterizo de Sonora (con el que compartió el nombre de Estado Interno de Occidente hasta 1823) y al sur con Nayarit. Al este limita con la Sierra Madre Occidental, frontera natural que lo separa de los estados de Chihuahua y Durango.1 En esta porción del país se labró durante el siglo xix una rica tradición periodística que dio inicio con El Espectador Imparcial, una hoja informativa impresa por ambos lados que comenzó a circular el 11 de julio de 1827 en Real de Minas de Cosalá, territorio del entonces Estado Interno de Occidente. Los Gracos, editado en Culiacán a partir de 1832, fue el primer periódico del Estado Libre y Soberano de Sinaloa, al que le siguieron títulos como: Asesinatos en el estado de Sinaloa y nuevo descubrimiento para satisfacer a la vindicta pública (Culiacán, 1834), Tercer Azote a un Charlatán (Culiacán, 1837), Mercurio Agóreo (Mazatlán, 1844), El Sinaloense (Mazatlán, 1847), El Alacrán (Culiacán, 1852) y La Tarántula (Mazatlán, 1871) entre muchos otros.2

1 El territorio donde convergen estos tres estados se conoce como el Triángulo Dorado,

importante zona de cultivo de enervantes y refugio de narcotraficantes. 2 Cfr. Héctor R. Olea, La imprenta y el periodismo en Sinaloa, 1826-1950, Sinaloa, Universidad Autónoma de Sinaloa (uas) y Dirección de Investigaciones y Fomento de Cultura Regional (difocur), 1995. 244

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Leo Espinoza. El 30 de abril de 2008 una serie de sucesos violentos marcó el inicio de la guerra entre los cárteles que operaban en Sinaloa. En la imagen, una balacera sucedida ese día en la colonia Guadalupe, a una cuadra de la entonces Casa de Gobierno del estado de Sinaloa, en Culiacán.


Gilberto Meza. De la serie Sinaloa, líder mundial en ejecuciones. El cuerpo de Carlos Arturo Vega Medina, de 28 años, quien había sido apresado por un comando armado al interior de su domicilio, en el fraccionamiento Santa Anita, fue hallado una semana después —el miércoles 2 de diciembre de 2009— a las afueras del Conalep de Navolato. El cuerpo presentaba huellas de tortura y las extremidades superiores cercenadas dentro de una hielera con el mensaje: “Esto les pasa a los que le roban a la familia Carrillo y faltan abogados largos y traicioneros”.

Mención aparte merecen El Precursor (Mazatlán, 1852), dirigido por Ignacio Ramírez el Nigromante y El Correo de la Tarde (Mazatlán, 1885), periódico en el que aparecieron publicados los primeros versos del poeta nayarita Amado Nervo. En este mismo periodo se localizan ya algunos ejemplos de prensa ilustrada como The Credit Foncier of Sinaloa (1888), un periódico editado en inglés para los colonos del puerto de Topolobampo en el que se incluían fotografías de Ira D. Kneeland, “el fotógrafo de la colonia”, quien en 1902 editó su propio periódico en Sivirijoa, Our Hatchet.3 La efervescencia informativa de aquellos años hizo de Sinaloa el segundo estado con más diarios impresos durante el porfiriato. Los quioscos sinaloenses de la primara mitad del siglo xx prodigaban un catálogo misceláneo que incluía publicaciones políticas, deportivas, poli­ciacas, obreristas, mercantiles, médicas, de variedades, culturales, carna­­valescas, chuscas, socialistas, literarias, católicas, masónicas, oficia­listas, feministas, escolares y taurinas. A este universo —reflejo de inquietudes y aficiones locales— se integró el 21 de marzo de 1941, 3 Cfr. Arturo Villaseñor Atwood, Orígenes históricos de Los Mochis, Sinaloa, Universidad de Occidente, 2001, pp. 150-151.

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El Debate, un modesto semanario mochitense convertido en diario tres años después. El grupo editorial fundado por don Manuel Moreno Rivas está conformado actualmente por cinco ediciones impresas de El Debate (Los Mochis, Culiacán, Mazatlán, Guasave y Guamúchil), por el policiaco La i (Culiacán, 2004) y por el popular La Sirena (Mazatlán, 2012). La poderosa cadena propiedad del coronel José García Valseca (hoy Organización Editorial Mexicana de Mario Vázquez Raña) tuvo presencia en Sinaloa a partir del 7 de diciembre de 1947, fecha en que comenzó a leerse El Sol del Pacífico (Mazatlán).4 Le siguieron, años después, El Sol de Sinaloa (Culiacán, 1956) y el El Sol de Culiacán (1963). De los grupos editoriales dominantes en el estado, el último en aparecer fue Editorial Noroeste, fundada en 1973 por los empresarios Enrique Murillo, Jorge del Rincón y —el candidato panista a la presidencia de México en 1988— Manuel Clouthier Maquío. El grupo cuenta actualmente con ediciones impresas en Culiacán y Mazatlán de sus dos periódicos: Noroeste (1973) y el policiaco Primera Hora (2000). El panorama de la oferta informativa actual estaría incompleto sin Ríodoce, semanario que comenzó a circular en febrero de 2003 gracias al empeño de Javier Valdez y un grupo de periodistas salidos de Noroeste: 4 Actualmente El Sol del Pacífico lleva por nombre El Sol de Mazatlán. 246

Enrique Rashide Serrato. El 11 de agosto de 2011, el empresario de origen coreano Octavio Man Ho Park, de 47 años, fue asesinado por un sicario en el cruce de Benito Juárez y Jesús Andrade, a una cuadra del Palacio Municipal de Culiacán. El asesino le disparó en por lo menos seis ocasiones con un arma 9mm.


Ismael Bojórquez, Alejandro Sicairos y Cayetano Osuna, quienes optaron por un periodismo crítico y de investigación que los confrontó casi de inmediato con el gobierno de Juan Millán Lizárraga (1999-2004). La llegada de Felipe Calderón a la presidencia y su cruzada contra el crimen organizado, en tiempos del gobernador Jesús Aguilar Padilla (20052010), hicieron que Ríodoce reorientara su periodismo hacia los temas de seguridad y narcotráfico, posicionándose como uno de los medios especializados más importantes del país.

Fernando Brito. El 22 de octubre de 2012, Efrén Hernández Romero, empleado de una fábrica de hielo, conducía un Grand Marquis blanco de la compañía cuando otro auto se le emparejó y sus tripulantes le dispararon sobre la calle Fray Marco de Niza, en la colonia San Rafael, en Culiacán. En el lugar se encontraron cinco casquillos calibre 45.

Memoria disidente En su artículo El periodismo que el narco nos dejó, publicado en la revista Nexos en julio de 2013, Andrés Lajous cuestiona la visión del lector capitalino respecto a temas del narcotráfico, una visión obnubilada por un periodismo especulativo difícil de confirmar y por información que ha pasado por varios filtros antes de difundirse a nivel nacional, “por eso, tal vez, la mejor forma de ir disolviendo ese criterio y creando nuevos referentes de confianza sea observando lo local, específico y cotidiano como valioso para quienes lo viven y son afectados por ello, no solo valioso para quienes se disputan el poder en el centro del país”. La exposición El privilegio de la memoria. Fotoperiodismo contemporáneo en Sinaloa, curada por quien esto escribe, se presentó por primera vez en

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la Galería de Arte Antonio López Sáenz de Culiacán, en 2013.5 El proceso de investigación, de más de un año, se llevó a cabo con los archivos de los fotógrafos participantes6 y de los periódicos El Debate y Noroeste (El Sol de Sinaloa declinó participar y Ríodoce respondió que no contaba con plantilla de fotógrafos ni archivo). Desde entonces era evidente que el fotoperiodismo en el estado atravesaba un gran momento y que debía ser revisado y revalorado in situ. Pulsiones de vida frente al paisaje aciago de Sinaloa. Como en la mayoría de los periódicos del mundo, la incursión de nuevas tecnologías precipitó un relevo generacional en el fotoperiodismo sinaloense. Desde hace poco más de un lustro jóvenes fotógrafos, muchos de ellos con formación universitaria y sólidas pretensiones artísticas, iniciaron sus carreras en los diarios policiacos La i y Primera Hora. Con base a esfuerzo y talento, algunos de ellos se hicieron de un lugar al lado

5 Un año después se presentó en la Galería de la sec, en Saltillo, Coahuila. 6 Los fotógrafos que participaron en la exposición fueron: Roberto Armenta, Fernando Brito, Luis Alberto Brito, Iván Contreras, Alejandro Cortés, Juan Carlos Cruz, Leobardo Espinoza, Marina García, Pedro Guevara, Eduardo Reséniz, Pascual Rico, Gladys Serrano, Enrique Serrato y Eloy Valtierra, además del videoasta Arturo Contreras. 248

Portadas y páginas interiores de los libros Narco Estado. Drug Violence in Mexico, de Teun Voeten (editado en Bélgica por Lannoo Publishers, 2012) y Heavy Hand, Sunken Spirit de David Rochkind (publicado en Reino Unido por Dewi Lewis Publishing, 2012). Colección Héctor Orozco.


A rriba : Pedro Guevara. El cuerpo de un joven de aproximadamente 25 años, fue encontrado con un impacto de bala

en la cabeza en un camino de terracería al norte de Mazatlán, 18 de abril de 2010. A bajo : Juan Carlos Cruz García. De la serie Guerra contra las drogas en México. Durante un partido de futbol en el

estadio Jimmy Ruiz, de la colonia Emiliano Zapata, en Culiacán, un comando de cerca de diez gatilleros armados con AK-47 y vestidos de negro, irrumpieron y asesinaron al delantero Francisco Arce Rubio, presunto miembro de los Ántrax. En los hechos de ese 1º de noviembre de 2011, también fue asesinado Sergio Barajas, quien formaba parte de la banca del mismo equipo. 249


de colegas más experimentados en los periódicos principales. La mixtura generacional logró un equilibrio que diluyó la aparente contradicción entre el valor documental (predominante en el trabajo de los veteranos) y el valor estético de las imágenes, permitiendo que algunos trabajos alcanzaran difusión y reconocimiento a nivel nacional e internacional. La multipremiada serie Tus pasos se perdieron con el paisaje de Fernando Brito, quien fuera editor de fotografía en El Debate,7 y las imágenes que circulan en revistas, periódicos y páginas web de los corresponsales Juan Carlos Cruz, de la agencia ProcesoFoto — Premio Nacional de Periodismo, 2001—, y Enrique Rashide Serrato, de la agencia Cuartoscuro —Premio Nacional de Periodismo 2013—, son solo algunos ejemplos del talento que emana del estado considerado la “cuna del narcotráfico”. Hasta hace algunos años cubrir “la policiaca” era encomienda para fotógrafos novatos e indisciplinados, ahora los temas agrupados bajo ese membrete resultan ineludibles aun para quienes se especializan en deportes, política o eventos sociales. La abundancia de hechos violentos ha ocasionado que fotorreporteros extranjeros lleguen a Sinaloa, y a otros estados asolados por la delincuencia organizada, para incluir en sus portafolios imágenes del “narco”. De estos periplos han resultado interesantes proyectos como los libros: Narco Estado. Drug Violence in 7 Cfr. Luna Córnea, núm. 33, México, 2011, pp. 258-261. 250

Marina García. Un militar inspecciona una casa que fue baleada e incendiada por un comando armado, de al menos cuarenta personas, que sitió, por más de tres horas, el poblado de Juantillos, en La Noria, la noche del 26 de septiembre de 2010. Los gatilleros buscaban a un hombre de nombre Javier quien había abandonado el pueblo con su esposa y su hijo menor unos días antes. Once horas después de iniciado el ataque llegaron al lugar militares, policías federales, estatales y municipales, así como algunos periodistas.


Fernando Brito. En un enfrentamiento entre pistoleros de grupos rivales ocurrido el 12 de julio de 2008, se dispararon más de mil balas y se hicieron estallar tres granadas, dejando severos daños en casas y autos de la colonia Rincón del Humaya, en Culiacán. El inmueble atacado, el 3031 de la calle Citlaltepec esquina con Cerro de Perote, era una casa de seguridad donde se hallaron armas de diversos calibres y uniformes apócrifos de la Policía Ministerial del Estado. No hubo víctimas ni detenidos.

Mexico, de Teun Voeten, y Heavy Hand, Sunken Spirit, de David Rochkind, ambos editados en 2012; además del documental Narco cultura (2013), del fotoperiodista y cineasta israelí Shaul Schwarz. Conscientes del impacto que estas imágenes provocan en la sociedad, los fotoperiodistas sinaloenses han desarrollado estrategias para difundir y documentar la violencia con sensibilidad y destreza. Alejándose de la fotografía macabra, tan recurrente en la “nota roja”, producen imágenes simbólicas y reflexivas que resultan de la paulatina supresión del cuerpo sin vida. “La verdadera noticia no es la sangre que corre sino la vida que se pierde”, advirtió el escritor Juan Villoro durante una conferencia que tuvo lugar en Culiacán, en febrero de 2013, con motivo del décimo aniversario del semanario Ríodoce. Lo que resulta inquietante es que las imágenes violentas se perfilen a la fotogenia alejándose del hecho preciso, olvidándose de su condición de informantes. Pero no es solo la imagen violenta la que perturba, obsesiona y fascina a fotógrafos y espectadores. El narcotráfico en Sinaloa ha cultivado, además de enervantes, un folclore en los linderos de lo fantástico. El apabullante poder adquisitivo y lo cinematográfico de la forma de vida de sus integrantes han sido ampliamente difundidos durante los decomisos realizados por el gobierno federal: mansiones, autos de lujo, aviones, yates, helicópteros,

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joyería, objetos bañados en oro como pistolas y celulares, millones de dólares en efectivo, toneladas de droga y armamento de todos los calibres. Su poder de penetración en la sociedad es enorme y muchos valores ya han sido subvertidos.

Leo Espinoza. Policharro. Atado a un árbol de guamúchil y amarrado de pies y manos fue encontrado el cuerpo de un agente asignado a la Tercera Compañía de la Policía Ministerial, quien había sido levantado dos días antes. El cadáver se localizó el 25 de julio de 2008 en un campo de Bacurimí, sindicatura de Culiacancito.

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Fernando Brito. Un hombre de 29 años, licenciado en derecho, fue ejecutado cerca del poblado de Laguna Colorada, el 31 de octubre de 2009. En el lugar se localizaron veintidós casquillos de calibres 9 y 45 mm, y, sobre el cuerpo, los asesinos habían colocado una toronja y un cráneo de res. Al parecer, el hombre estaba relacionado con el robo de autos.

Imágenes coludidas La información en y sobre Sinaloa no solo se difunde a través de los trabajos periodísticos y los boletines de prensa oficiales. Los cárteles de la droga han implementado sus propios medios alternativos de enorme impacto social: blogs, videograbaciones, filtraciones telefónicas, volantes arrojados desde avionetas, mantas rotuladas y, sobre todo, mensajes en las escenas del crimen —frecuentemente escritos o grabados sobre el cuerpo de las víctimas—, estrategias de comunicación imposibles de regular.8 La prensa local ha optado por registrar, pero casi nunca difundir, este tipo de información. Para los cárteles tanto el medio, como el mensaje, suelen ser cadáveres: el cuerpo de un hombre, supuesto agente municipal, con una serpiente coralillo enredada en el cuello (Culiacán, 10 de julio de 2007); los restos del músico Iván López el Jeringas dejados en el interior de un tambo para freír “carnitas” con una pala de madera, en lugar de su cabeza los asesinos dejaron la de un cerdo (Mazatlán, 1o de septiembre de 2009); un balón de futbol al que le cocieron el rostro de un hombre identificado como Hugo Hernández (Los Mochis, 8 de enero de 2010); la cabeza de Arnoldo Gurrola con una flor en la oreja depositada como ofrenda ante la 8 El 26 de junio de 2013 el Congreso de Sinaloa aprobó un dictamen para castigar hasta con quince años de prisión a quien coloque narcomantas en la vía pública. Por esas mismas fechas, el área de comunicación del gobernador Mario López Valdez Malova se ocupó de impedir la transmisión en televisión abierta de un video en el que uno de sus escoltas, Frank Armenta — quien había sido “levantado” por un comando el 5 de junio—, lo acusa de tener vínculos con el cártel de Sinaloa.

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tumba del capo Arturo Beltrán Leyva el Barbas, en el panteón Jardines del Humaya (Culiacán, 17 de enero de 2010)… Pero la información deambula también por los bastos caminos de la cultura popular. A través de la ficción se asoman las historias que circulan de boca en boca, aquellas que ni la prensa ni el gobierno han podido confirmar, pero tampoco desmentir. Novelas, historietas, películas, telenovelas y corridos difunden información tan dudosa como cualquier otra. Es inevitable que estas formas de expresión más lúdicas, pero no por ello menos siniestras, den lustre a las ya de por sí relucientes vidas de los narcotraficantes a las que no les faltan ingredientes: rivalidades, intrigas, traiciones, amoríos, lujos, crímenes, cambios de identidad, resurrecciones, detenciones, fugas y recapturas. Mientras televisoras y editoriales encuentran en los temas del nar­ cotráfico una veta muy lucrativa y diversos cineastas y artistas plásticos son galardonados por hablar con valentía sobre este conflicto, en Sinaloa, desde mayo de 2010, el gobierno ha impuesto un veto a la interpretación pública de narcocorridos, argumentando que con ello se hace “apología de la violencia”. Ya Carlos Monsiváis advertía en La Gaceta Callejera de Vanegas Arroyo, ilustrada por José Guadalupe Posada, los antecedentes periodísticos de este género: “Los primeros cultivadores de la nota roja son los autores de corridos y los grabadores”. El periodismo gráfico y la música regional han mantenido con orgullo su asignación de pregoneros de lo macabro. “Andamos tras la noticia y la musicalizamos. Informamos musicali­ zando”, aseguraron los integrantes de Los Tucanes de Tijuana (de origen

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Shaul Schwarz. Los Buknas de Culiacán en una imagen publicitaria de la película Narcocultura, Los Ángeles, California, 2013.


Ulises Pérez. Sesión fotográfica con el cantante de narcocorridos Alfredo Ríos el Komander, vistiendo un chaleco antibalas con el diseño característico de la lujosa casa británica Burberry, en el estudio fotográfico del periódico El Debate, ca. 2011.

sinaloense) durante una entrevista con el semanario Proceso en septiembre de 2007.9 La entrevista fue acompañada con una imagen captada por el fotoperiodista Marco Ugarte en marzo del mismo año. Los músicos posan con armas de alto poder durante la grabación de su video El papá de los pollitos, la imagen otrora polémica palidece ante la estética de un subgénero sinaloense que se ha dado a conocer como “movimiento alterado”. Sus intérpretes salen al escenario ataviados con pasamontañas, pecheras antibalas, cargadores y armas de diferentes calibres que podrían, pero no parecen, ser de utilería. Las letras de los corridos “alterados” no dejan lugar a la interpretación, son claras, directas y ultraviolentas: Con cuerno de chivo y bazuca en la nuca volando cabezas al que se atraviesa somos sanguinarios, locos bien “ondeados” nos gusta matar. Pa’ dar levantones somos los mejores, siempre en caravana, toda mi “plebada”, bien empecherados, blindados y listos para ejecutar… 10

9 Columba Vértiz de la Fuente, “Corridos: Romanceros de capos”, Proceso, edición especial núm. 24, El México narco. Primera parte, 2009. 10 Fragmento de Sanguinarios del M1, corrido en el que participan El Komander (Alfredo Ríos), Los Buknas de Culiacán, Los Buitres, Los Buchones de Culiacán, Los 2 Primos, Erik Estrada, Noel Torres, El RM (Rogelio Martínez), Los Nuevos Elegantes y Óscar García. 255


El fenómeno de los narcocorridos y sus intérpretes responde a las mixturas, ambigüedades y disolvencias que rigen la existencia en Sinaloa. Lo que conocemos (por no encontrar un mejor apelativo) como “narcocultura” es tema recurrente en la labor fotoperiodística. Lo revelador es que las más de las veces aparece clasificado por los mismos periodistas como “nota local”, “vida cotidiana” o en el caso de los narcocorridos, “espectáculos”. Abundan las imágenes de la capilla de Jesús Malverde, el santo pagano al que se encomiendan traficantes y sicarios, ubicada frente al Palacio de Gobierno; o del panteón Jardines del Humaya, donde reposan los restos de varios capos originarios de la región en fastuosos mausoleos equipados con aire acondicionado y excéntricos lujos.11 Perturbadoras y deslumbrantes son también las mujeres hiperestili­ zadas que acompañan a selectos miembros del crimen organizado. Las buchonas, como se les conoce en Sinaloa, han creado una moda que confunde (salvo por lo original o lo falsificado de los accesorios) a quienes son y a quienes pretenden ser mujeres del narco. Una serie de imágenes en Facebook que se volvió viral, muestra a una joven culichi, de cuerpo espectacular, rodeada de lujos y armas. La historia, difundida como La Emperatriz de los Ántrax,12 fue retomada por los periódicos locales. Claudia Ochoa Félix, la protagonista, convocó a una conferencia

11 Un ejercicio interesante sobre el cementerio Jardines del Humaya es El velador, docu-

mental dirigido por Natalia Almada en 2011. 12 Los Ántrax es un grupo armado del cártel de Sinaloa. 256

Gladys Serrano. Algunas de los mausoleos más imponentes del panteón Jardines del Humaya, en Culiacán, donde reposan los restos de conocidos narcotraficantes, 21 de febrero de 2011.


A rriba izquierda :

Juan Carlos Cruz. Souvenir que conjuga la fotografía oficial del presidente Felipe Calderón y el rostro de Jesús Malverde, 1 de enero de 2010. Juan Carlos Cruz (2012), Enrique Rashide Serrato (2011) y Roberto Armenta (2014). Feligreses en la capilla de Malverde durante las conmemoraciones que cada 3 de mayo se llevan a cabo en aras del “bandido generoso” quien, según cuenta la leyenda, fue capturado y ajusticiado por “los rurales” del gobernador Francisco Cañedo, el 3 de mayo de 1909.

de prensa el 13 de junio de 2014, en la que leyó, con enormes esfuerzos, un comunicado acusando a los medios por haberla difamado, pero al no responder a ninguna pregunta de los reporteros las especulaciones continuaron. Según datos de la pgr, más del 41% de mujeres detenidas por delitos federales desde diciembre de 2006 están vinculadas con el narcotráfico. El gusto de los capos por las jóvenes hermosas, principalmente reinas de belleza, ha dado a la prensa, a la sociología y a la cultura popular abundante materia de trabajo: Kenya Kemmermand, Señorita Sinaloa 1958, se casó con un miembro de la mafia italiana y fue hallada muerta en su casa de Casteldaccia, Italia, en 1966; Rocío del Carmen Lizárraga, reina del carnaval de Mazatlán en 1989, fue testigo del asesinato de su esposo Francisco Rafael Arellano Félix, a manos de un hombre disfrazado de payaso, durante una fiesta en Los Cabos, Baja California, el 18 de octubre de 2013; Emma Coronel, reina de la Feria del Café y la Guayaba 2007, en Canelas, Durango, se casó al cumplir 18 años con Joaquín el Chapo Guzmán; Nuestra Belleza Sinaloa 2008, Laura Zúñiga, fue detenida en Guadalajara el 22 de diciembre del mismo año por presuntos vínculos con el cártel de Juárez, exonerada al poco tiempo, no pudo eludir la estigmatización que acrecentó la película Miss Bala (Gerardo Naranjo, 2011). A estas y otras historias se suma la de María Susana Flores Gámez, ganadora del certamen Mujer Sinaloa y concursante de Nuestra Belleza Sinaloa en 2012. La imagen de la joven de 22 años apareció en las portadas 257


de diversos periódicos el 25 de noviembre de 2012, al difundirse la noticia de su muerte en un enfrentamiento entre sicarios y militares. La información oficial indicó que la reina de belleza había atacado a los militares con un arma de grueso calibre, por lo que murió acribillada por el ejército.13 Nuevamente las estrategias de comunicación se pusieron a prueba cuando el Cholo Iván Gastélum, pareja sentimental de María Susana, difundió en mantas y volantes que llovieron desde una avioneta su versión de los hechos. Las imágenes con las que los periódicos de todo el país dieron cuenta de la muerte de la joven modelo, fueron captadas meses antes por los fotógrafos oficiales de los diferentes certámenes o por periodistas que como Gladys Serrano, entonces fotógrafa de El Debate, realizaron en sesiones privadas para proveer de material a las secciones de “sociales”. La sorpresiva noticia obligó a una frenética búsqueda en los archivos de periódicos y fotógrafos. Las imágenes que resaltan la belleza y juventud de María Susana aportan a la noticia elementos que generan en la sociedad un impacto mayor que la mera publicación de un cadáver. La imagen periodística no siempre se capta de manera oportuna y espontánea. Si bien es cierto que “en Sinaloa no todo es narcotráfico” —frase que suelen repetir como mantra sus habitantes y gobernantes—, también es cierto que lo que no es… se parece. En el sexenio de Vicente Fox, previo al baño de sangre calderonista y antes de que México se volviera un cementerio, el periódico Noroeste publicó, en 2004, con motivo del día de los Santos Inocentes, una extraña pieza titulada Capturan a “El Mayo” en Palacio. La falsa nota, ilustrada con evidentes fotomontajes, aseguraba que Ismael el Mayo Zambada se había hecho pasar por el gobernador Juan Millán gracias a una cirugía plástica. Periodismo chacotero que en el enlutado contexto actual resulta despiadado.14 13 La historia de María Susana Flores inspiró la telenovela Señorita Pólvora (Chava Cartas y Mauricio Cruz, 2014), coproducida por Televisa y Sony Pictures. 14 Noroeste acusó en diversas ocasiones al gobernador Juan Millán de estar coludido con el narcotráfico, en represalia el gobierno retiró toda publicidad oficial al periódico y “alentó” a otros anunciantes para que dieran por terminado sus contratos, ejerciendo una fuerte presión económica sobre el diario. En este ambiente de abierta confrontación el fotoperiodista Omar Rosales fue despedido de Noroeste por aceptar el Premio Estatal de Periodismo en el año 2000. Cfr. Frida Viridiana Rodelo Amezcua, Ejercicio 258

Portada del periódico La Prensa, del lunes 26 de noviembre de 2012, que daba cuenta de la muerte de María Susana Flores. La imagen fue captada en junio de 2012 durante la “presentación a los medios” de las concursantes de Nuestra Belleza Sinaloa y publicada en el sitio oficial del certamen sin crédito del fotógrafo. Colección Héctor Orozco.


Diseño de primera plana del periódico Noroeste, simulada en la página 16A del 28 de diciembre de 2004. La nota principal daba cuenta de la supuesta captura de Ismael el Mayo Zambada en el Palacio de Gobierno de Sinaloa. Según la nota, el capo, quien desde hace seis años gobernaba Sinaloa suplantando a Juan Millán, había sido detenido en la operación Máscara contra Cabellera en la que “5 mil militares tomaron por aire y tierra la unidad administrativa”. Hemeroteca Nacional/UNAM

La compleja relación entre periodismo, publicidad y narcotráfico tiene su epítome en un hombre robusto y de corta estatura. A pesar de que no abundan imágenes de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera el Chapo —solo algunos iconos reproducidos infinitamente— su fisonomía es la efigie del “narco” mexicano. La versión oficial sobre su espectacular fuga del Centro de Readaptación Federal de Puente Grande, Jalisco, el 19 de enero de 2001, escondido al interior de un carrito de lavandería, recuerda —por insólita— a la fuga de otro célebre sinaloense, Pedro Infante en su papel de Pepe el Toro, quien escondido en una caja con productos manufacturados en la prisión escapa del penal de Lecumberri (Nosotros los pobres, Ismael Rodríguez, 1947).15 A partir de entonces los medios de comunicación locales, nacionales e internacionales —pastoreados por el gobierno de Estados Unidos— se han encargado de ensalzar la figura del Chapo. El gobierno de Barack Obama lo nombró “el enemigo público número uno”, tras la muerte de Osama bin Laden; Jack Riley, jefe de la Agencia Federal Antidrogas (dea) en Chicago, de la libertad de prensa y sus limitaciones en entornos violentos. El caso de los periodistas de Culiacán, Sinaloa, México; tesis de maestría de la Universidad de Guadalajara, México, 2008. 15 Algunos investigadores sospechan, no de manera gratuita, que la representación icónica de Jesús Malverde está inspirada en Pedro Infante, estereotipo del ranchero sinaloense, “bronco pero festivo”. 259


lo comparó con Al Capone y lo calificó como “el criminal más peligroso del mundo”. Pero fue sin duda la revista Forbes, especializada en finanzas y negocios, la que lo encumbró de manera inusitada como el “ceo of the Sinaloa cartel” al incluirlo en su ranking de “multimillonarios” durante las ediciones anuales de 2009 a 2012. Por su parte, el gobierno mexicano, en una extraña estrategia de comunicación, reconoció haber fallado en diversas oportunidades para recapturar al capo, la última de ellas el 17 de febrero de 2014, cuando fue cercado por el ejército en una de sus residencias en Culiacán, logrando escapar por una compleja red de túneles escondida bajo la tina de baño. Finalmente fue capturado, cinco días después, en el departamento 401 de la torre residencial Miramar, en Mazatlán, durante la Operación Gárgola. El sanguinario “multimillonario” fue detenido sin realizarse un solo disparo. Las primeras imágenes de su captura — sometido, golpeado y con el torso desnudo— fueron difundidas antes que nadie por The New York Times, presuntamente filtradas por agentes de la dea que participaron en la operación. Durante los días que siguieron a la detención, el Miramar se convirtió en atracción turística, fondo de postal para visitantes y residentes que guardaron como recuerdo una imagen del último escondite del líder del cártel de Sinaloa. El “fenómeno Chapo” continuó el 26 de febrero con dos marchas en favor del capo y en contra de su extradición a Estados Unidos, una en Guamúchil y otra en Culiacán. La movilización en la capital sinaloense incluyó música de banda en vivo y narcocorridos emitidos por

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D erecha :

Iván Lizárraga. De la serie Miramar. Turistas y lugareños se toman la foto del recuerdo frente al edificio Miramar de Mazatlán, lugar donde fue detenido el Chapo Guzmán. Las fotos fueron tomadas durante los días de Carnaval, Semana Santa y la Semana de la Moto, fechas muy concurridas por el turismo. A bajo :

Juan Carlos Cruz/ Contraluz. Periódicos estatales del 23 de febrero del 2014 difunden en primera plana la captura del Chapo Guzmán. Según algunos voceadores de Culiacán, desde temprana hora cientos de lectores buscaron los ejemplares de los diferentes periódicos estatales y nacionales para conocer más detalles sobre la captura y las ventas se duplicaron.


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los estéreos de lujosos autos, algunos de los cuales realizaron arrancones y retaron a las patrullas presentes en el lugar. Los manifestantes, la mayoría jóvenes, portaban playeras con la foto del Chapo o con el número 701 —casilla que ocupó en su debut como uno de los hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes de 2009—. No faltaron consignas, porras y mantas con frases como: “No queremos otra guerra. Liberen al Chapo”, “El Chapo es defensor y protector del pueblo, exigimos su liberación” o “Chapo hazme un hijo”. ¿Qué dicen estás imágenes sobre el estado mexicano, sobre la sociedad sinaloense y sobre la relación de ambos con el crimen organizado?

Dulce Mercado. Primera marcha en apoyo al narcotraficante Joaquín Archivaldo Guzmán Loera el Chapo en la ciudad de Culiacán. El 26 de febrero de 2014 cientos de personas se congregaron en la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, mejor conocida como la Lomita, y marcharon con rumbo al Palacio Municipal. Horas más tarde la policía dispersó a los manifestantes congregados a la altura de la calle Ángel Flores.

Silencio o plomo La desigualdad social, los bajos salarios, el desempleo, la explotación infantil, la corrupción y la impunidad16 son solo algunos de los factores que nutren el crimen organizado en Sinaloa. Ante un problema social de estas dimensiones, policías estatales y municipales mal pagados, mal capacitados y mal armados son enviados a enfrentar el poder corruptor y destructor del narcotráfico. En enero de 2010, Genaro García Luna, entonces secretario de Seguridad Pública, admitió que el 61% de los policías municipales en el país percibían sueldos inferiores a cuatro mil pesos mensuales. Los fotoperiodistas sinaloenses también están entre los peor pagados del país. Lo que desde 2007 se dio a conocer en los medios como “guerra contra el narcotráfico” ha incrementado la responsabilidad, la carga de trabajo y el riesgo para los comunicadores, pero no sus ingresos. Mientras tanto, otros comercios y servicios han aprovechado la tragedia para obtener enormes ganancias como: las aseguradoras —que habilitaron nuevos planes sobre daños causados por el crimen organizado—, las agencias de seguridad personal —cuya oferta se disparó en un ochocientos por ciento— o las funerarias —el negoció más próspero en el estado, que ofrece innovadores velorios transmitidos vía internet, para no exponer a los deudos a hechos violentos—. Desde 2006 Reporteros sin Fronteras ha clasificado a México como uno de los países más peligrosos en el mundo para ejercer el periodismo. Bajo estas condiciones, en Sinaloa —“zona de muy alto riesgo” según el Mapa de riesgos para periodistas, publicado en 2013 por la Sociedad Interamericana de Prensa— el gobernador Mario López Valdez envió al Congreso la propuesta del artículo 51 Bis para la Ley Orgánica de la Procuraduría 16 En Sinaloa se resolvieron solo el 1.7% de los delitos violentos cometidos en 2010, el año

más cruento hasta ahora en el país. 263


General de Justicia del Estado. Aprobada por unanimidad el 30 de julio de 2014 y publicada al día siguiente en el Diario Oficial del estado, la ley prohibía “a los medios de comunicación el ingreso a los lugares de los hechos, la toma de audio, video o fotografía a las personas involucradas en un evento delictivo, y el manejo de información relacionada con la seguridad pública o la procuración de justicia”, obligándolos a reproducir los boletines de la Unidad de Acceso a la Información Pública, autorizados previamente por la Procuraduría General de Justicia del Estado. Violatoria a todas luces de los derechos más elementales de una sociedad democrática, la llamada “ley mordaza” contribuye a la opacidad, fomenta la impunidad y justifica los actos de intimidación y obstrucción de la labor informativa en un territorio lacerado por la violencia. Las protestas en calles de Culiacán, Guasave, Los Mochis, Guamúchil y Mazatlán no se hicieron esperar. El hashtag #LeyMordaza se difundió en más de cuarenta países y la denuncia fue replicada por The Washington Post y Los Angeles Times, entre otros medios solidarios. Finalmente la ley fue derogada el 21 de agosto con tibias disculpas del gobernador y algunos legisladores. La fuerza de un gobierno débil recae siempre sobre los débiles. El expresidente Felipe Calderón con frecuencia endosó a los medios de comunicación sus errores de estrategia contra el crimen organizado y les reprochó difundir una imagen violenta del país. Durante su sexenio, en agosto de 2010, los relatores Frank La Rue, de la Organización de las Naciones Unidas, y Catalina Botero, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, visitaron Sinaloa, el df, el Estado de México, Chihuahua y Guerrero para revisar la situación de la prensa en el país. El informe alertó sobre las constantes presiones que reciben los

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Leo Espinoza. De la serie Gajes del oficio. Un policía ministerial intenta impedir la cobertura de un enfrentamiento en la colonia Libertad, en Culiacán, donde murió un supuesto secuestrador y gatillero del cártel de Sinaloa, 31 de marzo de 2006.

periodistas por parte de grupos armados relacionados con el narcotráfico, pero también con empresarios, partidos políticos y gobierno. Desde que los cárteles de la droga y las fuerzas armadas del gobierno abrieron un frente de batalla por la percepción y la opinión pública, los trabajadores de la prensa han quedado en medio de un fuego cruzado que merma los derechos a la información y a la libre expresión. En Sinaloa, como en otros estados de México, los periodistas trabajan bajo la consigna “silencio o plomo”, paráfrasis poco alentadora de las conocidas posibilidades que prodiga el narco con su “plata o plomo”. Violencia que asegura el silencio pávido, respetuoso, indiferente o cómplice. Entre los embates sufridos por la prensa sinaloense abundan los robos de vehículos y agresiones físicas a reporteros y trabajadores. El poder de los grupos armados se ha manifestado también con violentos ataques a las instalaciones de Ríodoce (Culiacán, 7 de septiembre de 2009), El Debate (Mazatlán, 3 de octubre de 2010) y Noroeste (Mazatlán, 1o de septiembre de 2010). La barbarie se posó frente a las instalaciones mazatlecas del Noroeste y El Debate el día 2 de julio de 2011, cuando de manera simultánea fueron colocadas narcomantas acompañadas por cabezas humanas. La indudable complicidad de algunos sectores del gobierno y la incompetencia de los organismos procuradores de justicia ha dejado a los periodistas en completo desamparo. La lista de los comunicadores asesinados en Sinaloa durante los últimos años debería de preocupar y avergonzar a todo el país: el fotógrafo de El Debate, Gregorio Rodríguez Hernández Goyito (2004); el fundador de la Asociación de Periodistas 7 de Junio, Óscar Rivera Inzunza (2007); José Luis Romero del noticiero radiofónico Línea directa (2010); el periodista de Radiofórmula y director del

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diario digital A Discusión, Humberto Millán (2011) y Antonio Gamboa Urias, director de la revista Nueva Prensa (2014).17 “¡No se mata la verdad matando periodistas!”, “¿Quién sigue?”, “¡Ni uno más!”… son frases que resuenan durante las manifestaciones gremiales que todos los años denuncian la impunidad. El actual gobierno de Enrique Peña Nieto ha implementado, desde enero de 2013, una nueva estrategia de comunicación en materia de seguridad que pretende disminuir la presencia del crimen organizado en los medios de comunicación. Como resultado, a partir del primer semestre del sexenio, hubo una caída sustancial en la cobertura de temas de seguridad. Pero la situación en nada ha mejorado para periodistas y reporteros, tampoco para la población de los estados asediados por el crimen organizado, la ilusión del “Saving Mexico”18 ha terminado por desvanecerse de manera aparatosa tras los acontecimientos en Iguala (Guerrero) y Tlatlaya (Estado de México). La disputa por el control y la manipulación de la información — ambiente en el que ciudadanía, gobierno y crimen organizado son entidades que se diluyen y mezclan en sus bordes— deja entrever, por las agresiones en contra de los comunicadores, por el desinterés del gobierno en protegerlos y por la indolencia de la sociedad, que todos han apostado por el silencio. Aun bajo estas temibles condiciones un grupo de valientes periodistas y fotoperiodistas en Sinaloa ha aceptado la responsabilidad de contar las historias que suceden en una tierra donde la realidad supera la ficción.

17 Frida V. Rodelo enlista en su tesis a los periodistas asesinados a partir de la Operación Cóndor, un periodo de militarización de la sierra sinaloense que se caracterizó por la recurrente violación de los derechos humanos: Roberto Martínez Montenegro de Noroeste (1978); Aarón Flores Heredia, jefe de información de El Debate (1980); Pablo Nájera López del programa radiofónico Gaceta del aire (1986); Odilón López Urías, columnista de El Diario de Culiacán y director del semanario Onda (1986); Jesús Michel Jacobo, presidente de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de Sinaloa A.C. y colaborador de El Sol de Sinaloa (1987); Manuel Burgueño Orduño de El Sol de Sinaloa (22 de febrero de 1988); y Ruperto Armenta Pipo, editor de El Regional (1995). 18 La revista Time, en sus tres ediciones que circulan fuera de Estados Unidos (Pacífico Sur, Asia y la que agrupa a Europa, Medio Oriente y África), dedicó su portada del 24 de febrero de 2014 al presidente Enrique Peña Nieto. La fotografía tomada por Peter Hapak y coronada con la leyenda “Saving Mexico”, causó gran controversia y fue blanco de alteraciones digitales que circularon en abundancia por internet. 266


Eduardo Reséndiz. Tras algunas llamadas intimidatorias, la madrugada del 1 de septiembre de 2010, las instalaciones del periódico Noroeste, en el puerto de Mazatlán, fueron atacadas por dos pistoleros encapuchados que portaban fusiles AK-47, o “cuernos de chivo”. No hubo víctimas. 267



Guardias en el pasado meridiano  |  Ciudad Juárez, una de las ciudades y puntos de cruce más importantes en la frontera de México con Estados Unidos, ha tenido en la nota roja a una de las principales fuentes de su (mala) fama. Desde fines del siglo pasado, abundantes noticias de violencia, desaparición y muerte, acompañadas de imágenes macabras y truculentas, han consolidado la leyenda negra de una ciudad que ha sido escenario de toda clase de confrontaciones protagonizadas por bandas del crimen organizado, fuerzas militares y policiacas, autoridades gubernamentales de todos los niveles y comunes ciudadanos, a las que mucho han abonado la corrupción y la impunidad generalizadas. En los años en que el presidente de origen panista Felipe Calderón se empecinaba en su “guerra” contra los carteles del narcotráfico, Ciudad Juárez alcanzó sus mayores índices de mortalidad, convirtiéndose en la ciudad más sangrienta de México y en una de las más peligrosas del planeta: en los años 2008, 2009 y 2010, se colocó en la primera posición a nivel mundial de homicidios dolosos. Aunque en los siguientes años se pudo percibir una sensible baja en los índices de criminalidad, no es posible aún hablar del regreso a la tranquilidad en una ciudad que sigue pagando las consecuencias de un extraordinario desgaste en términos de vidas, bienes, memorias y formas de convivencia. En el recuento, documentación y percepción de la muerte que estigmatizó a Ciudad Juárez, los medios de comunicación locales han ocupado un lugar destacado. Lo publicado, en particular por las secciones de nota roja, ha contribuido a refrendar el perfil ominoso de Ciudad Juárez pero igualmente al esclarecimiento de los detalles de su historia cotidiana. Al tiempo que daba satisfacción a la alta demanda de información sobre sucesos criminales, sin prescindir para ello de ningún recurso sensacionalista ni dejar de sacar provecho comercial del morbo o la curiosidad de su lectores, esta prensa especializada en asuntos policiacos también ha podido compilar en sus páginas un amplio y puntual registro de los sucesos criminales que enlutaron a la urbe fronteriza en el pasado reciente. Es este último relato el que hay que atender y valorar en publicaciones como el diario vespertino PM, espacio periodístico en el que la información fotográfica ha sido un componente fundamental. Las imágenes, no hay que olvidarlo, acabaron por convertirse en 269


otro de los frentes en disputa por parte de los distintos bandos confrontados; en materia de sus juegos de exhibición y ocultamiento. PM fue fundado en el 2006 por la empresa editora de El Diario de Juárez, periódico que a su vez inició su circulación el 17 de febrero de 1976. Desde sus inicios dirigido por Osvaldo Rodríguez Borunda, El Diario de Juárez tuvo al principio circulación modesta, pero a la vuelta de un par de años extendió sus alcances al estado de Chihuahua y al suroeste de Texas. La iniciativa de tener un segundo periódico surgió de la idea de atender al público de los estratos populares. Según Rolando Nájera, primer editor en jefe de PM, la publicación de este diario fue todo un acontecimiento. Su fórmula no era otra que la que ha dado y sigue dando sustento al periodismo callejero: titulares llamativos e imágenes impactantes. PM arrancó con un equipo de diez personas y con Ernesto Rodríguez como su único fotógrafo, hasta que se desató la ola de violencia en el 2008 y debieron contratarse a otros dos reporteros gráficos. Se estableció como obligación de los fotoperiodistas retratar los cadáveres al descubierto. No estaban permitidas las imágenes de “fantasmas”: cuerpos ocultos por las sábanas. En la actualidad hay cinco periódicos en Ciudad Juárez: El Norte, El Diario de Juárez, Hoy, El Mexicano y PM, estos dos últimos con su fuerte en la sección policiaca. De todas esos impresos, PM es el más vendido. Su costo inicial fue de tres pesos; actualmente es de cinco. Tiene una circulación de 55 mil ejemplares diarios. La competencia directa es El Mexicano, que anteriormente era El Fronterizo, fundado el 10 de septiembre de 1947. En 1985 cambió su giro editorial y se especializó en la nota roja. Tiene un costo de 5 pesos y una circulación de 10 mil ejemplares por día.

Carlos Sánchez. Cadáver abandonado en la ruta Camino Real, en la colonia Granjas Unidas. Tenía la cabeza cubierta con una bolsa de plástico amarrada con cinta adhesiva y huellas de que le había pasado un automóvil por encima. Ciudad Juárez, 17 de julio de 2012.


PM es un tabloide de 25 x 30 cm. Sus páginas se reparten entre las secciones Policiaca, Panorama, Opinión, Farándula, Vida y Ocio, Clasificado, Deportes y La imagen sensual (desnudo de una mujer impreso a doble página colocado en el centro de la publicación). Entre sus columnas se pueden mencionar: Pregúntale a Erika (relatos de encuentros sexuales enviados por los lectores del periódico), El Tarot (consejos en función del signo zodiacal) y Consúltele a su abogado (asesoría sobre problemas legales). El autor encargado de esta última, el licenciado Salvador Urbina Quiroz, fue asesinado en mayo del 2014, en las instalaciones de su oficina. En 2008 corrió la misma suerte el reportero José Armando Rodríguez, en el exterior de su hogar. En 2010, el fotógrafo Luis Carlos Santiago murió a causa de un atentado en un centro comercial. El colega que lo acompañaba, el también fotógrafo Carlos Sánchez, resultó herido. El 19 de septiembre de 2010, tres días después del asesinato de Luis Carlos Santiago, El Diario de Juárez, en un hecho sin precedentes, publicó una carta abierta dirigida a los cárteles del narcotráfico en la ciudad, bajo el titular “¿Qué quieren de nosotros?”. El texto causó revuelo en los medios de comunicación nacionales e internacionales, al hacer evidentes las condiciones de inseguridad y vulnerabilidad en que los periodistas de Ciudad Juárez debían cumplir con su labor informativa. La fotógrafa Mayra Martell, en cuya obra, la destrucción y la resistencia a Carlos Sánchez. Cuerpo de una persona asesinada con arma de fuego en las calles Atenango y del Arenal en la colonia Plutarco Elías Calles. Ciudad Juárez, 23 de marzo de 2012.

desaparecer de Ciudad Juárez, su lugar de nacimiento, han sido motivos principales, nos ofrece en las siguientes páginas el recuento de una breve visita al mundo de los fotoperiodistas de PM y El Diario de Juárez. Los retratos y semblanzas que lo componen, son el principio de una revisión más amplia que se hará del trabajo de quienes se han dedicado a hacer la crónica del lado oscuro de uno de nuestros más emblemáticos laberintos citadinos.  |  am


David

Eran las once de la noche del sábado 20 de septiembre. Recién había llegado yo a las puertas del diario con la intención de cubrir el segundo turno, que iniciaba a esa hora y terminaba al día siguiente, a las 6 am. Estaba a punto de entrar a las instalaciones cuando escuché que alguien, tras de mí, pronunciaba mi nombre. Volteé y vi que quien me llamaba estaba sentado en el interior de una camioneta del propio periódico. Se trataba de David Cruz, el fotógrafo de la guardia nocturna. Lucía impecable con su camisa negra, su pantalón de pinzas, sus zapatos de vestir y su cabello acicalado y peinado hacia atrás. Me invitó a subir a la camioneta, que estaba impregnada de olor a perfume. Me sentí un poco apenada porque había estado todo el día bajo el sol y no había tenido tiempo de ir a mi hotel a ducharme. Lo único que hice fue soltarme el cabello y quitarme las gafas. Le pregunté si íbamos a entrar al diario y me dijo que no, que mejor diéramos una vuelta. Al mando de la camioneta, David Cruz hablaba con mucha propiedad sin hacer uso de malas palabras. Fuimos directo al centro de la ciudad. Al pasar por el mercado Juárez, Cruz me comentó: Mira, yo de chiquito vendía chicles aquí, cuando los gringos venían… Qué tiempos aquellos, ¿te acuerdas? Después, cuando transitábamos por la avenida Juárez, el fotógrafo de la noche saludaba a toda la gente que estaba en las banquetas: vendedores ambulantes, mariachis, chicas afuera de los bares, gente que iba pasando. Los taxistas le pitaban o le gritaban: ¡Ese mi Gato! Cruz se reía mientras me explicaba que tal era su apodo y que la gente lo conocía porque antes había sido taxista y siempre se movía por esos rumbos. Yo estaba feliz. Esa parte de la ciudad era una de mis favoritas, pero nadie se había aventurado a acompañarme y ahora podía recorrerla con la guía del Gato, quien resultó ser toda una celebridad entre los noctámbulos. Aunque la vida nocturna de la ciudad se ha reducido al diez por ciento de lo que era antes, la avenida Juárez no ha dejado de ser un lugar interesante. Cruz y yo conversamos sobre los lugares que cerraron: Las Vegas, Los Arbolitos, El Madelon. Al llegar a la calle Ignacio Mejía, nos estacionamos afuera de un bar de nombre Safari. El lugar no tenía ningún elemento que hiciera honor a su nombre, era una construcción bastante ordinaria donde solo relucían las letras de neón. Se acercó el señor que cuidaba carros, saludó a David de mano y me 272


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saludó a mí. Preguntó que si yo era de las chicas del Papillon, otro bar a la vuelta de la avenida Juárez. David se rio y cambió el tema preguntando por Stefanía. Minutos después, la mujer que responde a ese nombre, una guapa mesera de aproximadamente 23 años de edad, subió a la parte trasera de la camioneta. Estuvimos un rato conversando los tres, hasta que nos informaron de un choque. David Cruz tiene 47 años de edad. Empezó en la fotografía en 1999, cuando un amigo del barrio le vendió una cámara Pentax. En ese entonces era rutero, chofer de un camión urbano. Con aquella cámara se agenció algunos ingresos haciéndoles retratos a sus conocidos. Más tarde consiguió una credencial de prensa con otro amigo, quien tenía una revista de sociales. Cruz iba a los conciertos y vendía las fotos obtenidas en esos eventos. Después dejó el camión y empezó su vida como taxista, en el turno de la noche, lo que le permitió fotografiar varios choques. Las imágenes que tomaba de los accidentes las llevaba al periódico El Mexicano, donde además de comprarle fotos, le dieron trabajo de planta. Cruz no se imaginó que eso iba a pasar: Yo les llevé las fotos para regalárselas, a ver si les servían de algo y, bueno, pues salí con trabajo. Me emocionó el saber que iba a trabajar de fotógrafo. En El Mexicano le permitieron a Cruz seguir con su trabajo de taxista y cubrir al mismo tiempo las noticias. Un año después se cambió a El Diario de Juárez, donde ya tiene trece años trabajando en el turno de la noche. En opinión de Cruz los años de violencia extrema que se vivieron en Ciudad Juárez fueron una sorpresa para todos. La guerra se desató de repente. El escáner no dejaba de sonar: eran siete, diez, trece ejecutados en una misma escena, personas descuartizadas, quemadas. Las escenas más terribles se dieron en esos años, entre el 2008 y el 2011. Cruz recibió varias amenazas de sicarios con el objetivo de que no se publicaran las notas. Hace un año recibió la noticia de que un hijo suyo había sido ejecutado. El joven, de 22 años, había crecido con la madre y nunca había tenido cercanía con el fotógrafo. Este se enteró del homicidio por su prima, quien le mostró una foto del asesinato, publicada en PM. La escena que a Cruz más le ha conmovido documentar es una ejecución de ocho personas, entre ellas un expolicía a quien le habían cortado la cabeza. Los cuerpos estaban encimados y, de pronto, una persona que había sobrevivido al ataque se levantó entre la pila de cadáveres. En esa época la dinámica del turno de la noche se daba de otra manera, no había nadie en las instalaciones para pedir ayuda, solo la gente de seguridad. Así que muchas veces David Cruz pensaba que si le pasaba algo nadie lo iba a saber. Una madrugada se vio atrapado entre el fuego de los policías y los sicarios, y pensó que de esa situación no iba a salir con 274


Mayra Martell. Domingo 21 de septiembre de 2014, 1:30 am. El fotógrafo David Cruz cubre el choque de una camioneta Expedition, sin placas, que se impactó contra un negocio abandonado en el eje vial Juan Gabriel y avenida Los Insurgentes, en Ciudad Juárez. Los dos hombres que viajaban en la camioneta iban en estado de ebriedad. Nadie resultó herido.

vida: Yo iba a cubrir un homicidio en la esquina de la avenida Gómez Morín. Por el escáner me avisaron que la escena del crimen estaba peligrosa por la presencia de sicarios. Toda la gente de medios se retiró, pero otro fotógrafo y yo nos quedamos, junto con cinco policías ministeriales. Minutos después llegaron nueve camionetas con gente armada. El policía que estaba a mi lado agarró un arma R15 y le pasó una pistola a uno de sus compañeros. Apuntó a uno de los sicarios y gritó que nos iba a cargar la chingada a todos. Cuando vi eso, pensé que nadie iba a sobrevivir, porque los conté y eran como cuatro sicarios por camioneta. La primer camioneta se dio de reversa y las demás se acomodaron en forma de círculo para rodearnos. Yo agarré mi radio y le hablé a la gente del periódico para avisar que estábamos cercados por sicarios. Pasé la dirección, para que por lo menos pudieran encontrar mi cuerpo, pero nadie me contestó… Yo solo pensé que nadie se iba a dar cuenta. En eso, uno de los ministeriales oprimió el botón de pánico en su radio y pidió apoyo desesperadamente; ese botón es monitoreado por todas las corporaciones de cualquier distrito, estatales, municipales. Afortunadamente los sicarios decidieron retirarse, pero si no, eso hubiera sido una masacre… Al terminar el recorrido le pedí a David Cruz que me dejara ver algunas fotografías de sus anteriores coberturas. Me miró como si no entendiera lo que acababa de solicitarle. ¿Cuáles fotos?, me dijo. Pues tus fotos David, las de tu archivo de trabajo, le contesté, un poco desconcertada. Sin dejarme de ver con extrañeza, como si le estuviera pidiendo algo inverosímil, me dijo que no contaba con ningún archivo. ¿Cómo que no tienes? Y lo que sacas ¿dónde está?, le insistí. Pues está publicado. Yo dejo mi tarjeta con las imágenes tomadas en la recepción y el editor las baja. Yo no tengo nada guardado, me respondió, con toda naturalidad, el fotógrafo de la guardia nocturna. 275


Lucio

Puede decirse que Lucio Soria es el fotógrafo más célebre entre los reporteros gráficos que en este momento trabajan para El Diario de Juárez y PM. Esa fama se la debe sobre todo a la cadena televisiva Univisión, la cual le dedicó una hora en un programa de entrevistas y le rindió homenaje nombrándolo “el fotógrafo de la muerte”, luego de que en 2010 hubiera conseguido documentar más de dos mil homicidios. Hasta el 31 diciembre del 2010, Soria llevaba el registro fotográfico de 1998 muertes por asesinato en Ciudad Juárez, según el conteo que venía realizando desde 2008. A pocas horas de acabarse el 2010, recibió una llamada relacionada con un homicidio triple. Mediante la cobertura de este crimen múltiple llegó a las 2001 muertes documentadas. Desde que Univision lo convirtió en “el fotógrafo de la muerte”, la gente lo saluda cuando llega a las escenas del crimen. A mí nadie me ha dicho algo feo. Al contrario me felicitan por mi trabajo. Pero la ida a Miami creo que tuvo que ver, porque ya ves cómo es la gente, nomás sales en la tele y ya te quieren, me comenta Soria con una gran sonrisa. Lucio Soria es originario de Torreón, Coahuila. Tiene seseta y tres años. Desde hace veinte años trabaja como fotógrafo, cinco de ellos en la sección de sociales y quince en la policiaca. Cubre en El Diario de Juárez y en PM el turno de 6 am a 2 pm. Este horario es clave para la localización de cadáveres, ya que los asesinatos que suceden en la noche, a Soria le toca registrarlos en las primeras horas de la mañana. Entre los días más difíciles que le he tocado enfrentar, recuerda uno en particular, en el curso del año 2010, en que tuvo que cubrir 20 asesinatos en su turno. Ese día fue muy complicado para mí, el escáner sonó y me pasaron el dato de una balacera en una preparatoria, donde seis estudiantes fueron acribillados. Para mi suerte me presenté justo cuando llegaban las madres de esos muchachos. Tuve que fotografiar cuando estaban sosteniendo los cuerpos de sus hijos en el piso. Esa fue la primera vez que me sentí tan mal que se me salieron las lágrimas. De acuerdo al testimonio de Soria, la manera de cubrir la nota roja, cambió cuando llegó el ejército y la policía federal. La situación se tornó más compleja, ya que no querían que se hablara de los asesinatos y acordonaban con mucha distancia para que no pudiéramos acercarnos. Varios compañeros 276


Mayra Martell. Sábado 20 de septiembre de 2014, 13:00 horas. Lucio Soria en el bar El Recreo, ubicado en la avenida 16 de Septiembre, en el centro de Ciudad Juárez.

fueron agredidos físicamente por los federales. Y si no eran los “feos”, pues eran los sicarios; eran unos y otros, pero uno no podía llegar sin nada al periódico. Lucio Soria cubrió los dos homicidios que en años recientes marcaron la vida de El Diario de Juárez y PM, sumando a dos de sus reporteros a la larga lista de los periodistas mexicanos victimados por la violencia criminal. En el primero de ellos, perdió la vida José Armando Rodríguez, alias el Choco, reportero de la sección policiaca con quien Soria tenía una cercana relación de amistad. Fue asesinado el 13 de noviembre de 2008, en el exterior de su casa, cuando iba a dejar a la escuela a sus hijas, de siete y cinco años de edad. Soria se presentó en el domicilio de su colega a los pocos minutos de haberse cometido el atentado y se encontró con Blanca, esposa de Rodríguez y también amiga suya, al lado del periodista abatido. Yo llegué y Blanquita estaba a lado del cuerpo del Choco. Ella me vio y me pidió que no lo sacara así. Yo me sentía muy enojado, no entendía muchas cosas; me sentía muy incómodo, pero tenía que hacer las fotos. Así que solo me quedó sacar la cámara y fotografiar la muerte de uno de mis mejores amigos. El segundo homicidio sucedió dos años después, en el 2010, cuando Luis Carlos Santiago Orozco, de 21 años, y Carlos Sánchez, de 18, fueron atacados en el estacionamiento del centro comercial ubicado en la avenida Paseo del Triunfo. Era un 16 de septiembre por la tarde, cuando me avisaron 277


Lucio Soria. Fragmentos del cuerpo de un hombre, que fueron abandonados en el puente que se ubica sobre la calle Manuel J. Clouthier y avenida Las Torres. Junto a los restos humanos, los victimarios dejaron una manta con un narcomensaje. Ciudad Juårez, 5 de marzo de 2011. 278


Lucio Soria. I zquierda , arriba :

Cuatro hombres fueron encontrados muertos en un campo de futbol, en la colonia Lomas de Poleo, a un costado del Rancho Anapra. Todos tenían el tiro de gracia. Ciudad Juárez, 1 enero de 2011. D erecha , abajo :

Revisión de los cuerpos de cuatro hombres y una mujer, víctimas de ejecución, que fueron encontrados en las calles Artículo 124 y Plata de la colonia Juárez. Ciudad Juárez, 5 de marzo del 2011.

de una ejecución cerca del periódico. Nunca me imaginé que al llegar a la escena del crimen me iba a topar con el cuerpo de mi compañero. Había sangre por todos lados. En el auto estaba Luis con la cabeza sobre la ventanilla de la puerta. Hice las fotos y después me avisaron que estaba otro compañero herido dentro del centro comercial. Al entrar vi cuando subieron a Carlos a la camilla. Iba cubierto de sangre. Soria aceptó que la sesión de sus retratos fuera en el bar El Recreo, ubicado en la avenida 16 de septiembre. Me pidió que la hiciéramos rápido porque era sábado y su esposa lo estaba esperando para ver qué iban a comer. Pedimos una cerveza y seguimos conversando. Cuando me acomodaba para retratarlo, Soria explicó a la gente de la barra que las fotos eran para un reportaje que le estaban haciendo. Se veía contento. En la rocola del bar se escuchaba la voz de Janis Joplin cuando sonó el celular de Soria. Me dijo: Mayra hay que irnos ya. Mi esposa esta esperándome y no quieres verla enojada. Soltó una carcajada y regresamos al periódico.

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FERNANDO

Entrevistaba a Carlos Sánchez en el departamento de fotografía, cuando Fernando Méndez se presentó de manera intempestiva: Mayra, ¿quieres ir conmigo? Hay un homicidio, un 39 herido de bala. Acepté de inmediato la invitación y le pedí a Carlos que me dejara continuar con la entrevista en otro momento. Mientras Fernando tomaba el escáner y su equipo, yo cargué con la cámara con la que grababa a su colega. Ese día me subí por primera vez a una camioneta del periódico: una Toyota blanca con el nombre del diario escrito en letras verdes sobre las portezuelas. Fernando arrancó y luego empezó a monitorear el escáner para precisar la dirección a donde nos debíamos dirigir. Era por el paraje del Camino Real. Yo había estado allá en el 2009, por un caso de desaparición que estaba documentando. En esos años era todavía un barrio despoblado, ubicado a las orillas de un cerro, mas allá de la colonia Anapra. Fernando manejaba a toda velocidad, pasándose los semáforos en rojo, al tiempo que hablaba por radio. Me sentí en una película de acción. Por fin llegamos a Anapra. Decenas de niños corrían por la calle y Fernando tuvo que bajar la velocidad. Eran las ocho de la noche y el sol justo se estaba ocultando. No sabíamos bien dónde era la escena del crimen, pero vimos a un ministerial en una camioneta con la torreta prendida y lo seguimos. Al llegar al lugar de los hechos todo estaba acordonado. Había ministeriales, policía municipal y federal, gente del barrio que se aglomeraba detrás de las patrullas. Nadie sabía mucho acerca del crimen. Fernando empezó a sacar fotos desde el cordón amarillo, pero se lamentó: Ya valió, el cuerpo quedó adentro de la casa.

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Mayra Martell. Viernes 19 de septiembre del 2014, 20:00 horas. Fernando Méndez cubre el asesinato de 3 hombres en la colonia Francisco Sarabia, al suroeste de Ciudad Juárez. El hecho se registró cuando unos sujetos no identificados entraron al negocio de barbería Delgado’s, ubicada en la calle Sinaloa esquina con Ramón Rayón, y descargaron sus armas —al parecer un fusil AK-47, de los llamados “cuernos de chivo”—, matando al instante a dos hombres, de 19 y 26 de edad, y dejando herido a otro de 17, que moriría más tarde en el hospital.

Entre los mirones congregados, me llamó la atención una señora de alrededor de cincuenta años de edad, como de 1. 50 m de altura, de cabello negro y cubierta con un suéter azul, quien miraba con inocultable angustia hacia el local de una estética donde había ocurrido el asesinato. Se llevaba la mano a la boca como queriéndola tapar y después la pasaba por el cabello. La vi repetir varias veces ese movimiento. Me le acerqué y le pregunté si conocía a alguien del lugar donde se había cometido el crimen. Me contestó que su hijo Luis estaba en el local; que no trabajaba en la estética pero que se juntaba con los muchachos de ahí. Le dije a uno de los ministeriales que había un familiar y la hicieron pasar. Minutos después salió junto con una camilla: su hijo, de diecisiete años, había sido herido y tenía que ir al hospital. Los dueños de la estética, los hermanos Delgado, de diecinueve y veintiséis años de edad, habían sido asesinados por un sujeto que llegó a su local a dispararles. Fernando hizo los registros fotográficos que pudo y nos enfilamos de regreso al periódico. A la mañana siguiente el fotógrafo me comentó que el hijo de la señora con la que conversé, había muerto en el transcurso de la noche. Fernando Méndez tiene veinticinco años. Ingresó a PM a mediados del 2012. Cubre el turno de las 15 a las 23 horas. Tenía apenas tres semanas en el periódico cuando le tocó atestiguar, por primera vez, la agonía de una persona. Recibió el aviso de una balacera, que tenía lugar a solo seis o siete cuadras de donde él se encontraba. Así que consiguió llegar antes que todos al sitio señalado, una carnicería ubicada en la colonia Bellavista. Al entrar vio al encargado del establecimiento detrás de un mostrador y 281


a un hombre tirado en el piso, víctima de múltiples impactos de bala. Yo tenía poco tiempo cubriendo policiaca. Nunca me había tocado ver a alguien vivo cuando llegaba a la nota. Me acerqué hacia ese hombre. Me miraba con mucha desesperación, de la boca le salían escupitajos de sangre. Yo me quedé helado y no pude ni sacar la cámara, hasta que momentos después murió. A Fernando Méndez le gusta trabajar en la sección policiaca, aunque ello le causa algunos conflictos personales. Le pesa, sobre todo, hacer las fotos enfrente de los familiares de las víctimas. Le impacta que la gente lleve a sus niños a ver las escenas del crimen. A la gente le gusta ver cómo mueren las personas. El PM se vende porque muestra la escena tal cual. Ha habido ocasiones en que familiares vienen a buscarme, para que les enseñe más fotografías donde perdieron la vida sus seres queridos. Es como una necesidad saber cómo fueron los últimos momentos y en qué circunstancias. A mí me da mucha pena la situación y aunque evito mostrarles el material, ellos insisten y termino por dejarles ver el archivo. A mí ninguna escena me deja de sorprender; me deja pensando muchos días. Las cargo todas en mi memoria, pero, bueno, creo que con el tiempo eso cambia.

D erecha :

Fernando Méndez. Un hombre fue asesinado a golpes y su cadáver arrojado a un costado del Camino Real, en las inmediaciones de la colonia Gustavo Díaz Ordaz, a la altura de la calle Actopan. El hallazgo fue reportado a las 17:00 horas por vecinos del sector. Ciudad Juárez, 5 de mayo de 2014. izquierda :

Versión publicada en la portada del diario PM de la imagen arriba descrita.

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Fernando Méndez. I zquierda :

Cuerpo de un policía municipal que fue abatido en el estacionamiento de la tienda Soriana de la Plaza Sendero, en el cruce de las calles Valle de Arareco y Gómez Morín. Hombres armados despojaron a la víctima de su arma de cargo y con ella le disparan. Ciudad Juárez, 21 de mayo del 2014. D erecha :

Vivienda ubicada en las calles Chichimecas y Tlahuicas de la colonia Aztecas, en que fue asesinada una pareja de entre 55 y 60 años de edad. Las víctimas fueron encontradas en el interior de la recámara donde habitaban desde hacía un mes. Ciudad Juárez, 3 de enero del 2014.

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Jorge y ernesto

Jorge Jiménez es el editor de fotografía de El Diario de Juárez y de PM. Por teléfono acordé con él vernos el viernes 19 de septiembre, a las 10 am. Al llegar a las instalaciones donde se editan ambos periódicos, me pasaron directamente al departamento de fotografía: una oficina pequeña, de aproximadamente dos metros de ancho por cuatro de largo, separada de otros lugares de trabajo por cristales. Sobre los soportes ubicados detrás de los escritorios, se podían ver varias fotografías y un obituario dedicado a Luis Carlos Santiago, fotógrafo asesinado en 2010, en el que se le veía, en un retrato de perfil en blanco y negro, portando una cámara. Luego de recibirme, Jiménez me describió brevemente la organización del departamento que tenía a su cargo desde hacía cuatro años. Había tomado la decisión de reestructurar el equipo de los dos periódicos en uno solo, debido a que El Diario de Juárez tenía dieciocho fotógrafos y PM contaba solo con uno. Así que ahora había cuatro fotógrafos de planta encargados de la sección policiaca: Fernando Méndez, Lucio Soria, Carlos Sánchez y David Cruz. Mientras que los fotógrafos Luis Torres, Ernesto Rodríguez, David Peinado y Mauricio Jiménez se ocupaban de las demás secciones de El Diario, aunque de ser necesario debían apoyar en la cobertura de la nota roja a sus colegas de PM. De esta manera, de acuerdo a Jiménez, se podía hacer una amplia cobertura sin requerir de tanta gente. Los fotógrafos debían hacer las imágenes según el giro del periódico donde iban a ser publicadas. El primer fotógrafo de ese equipo que entrevisté fue Ernesto Rodríguez Pedroza. Llegó a la oficina con su cámara Canon 6D al cuello y su chaleco color negro con las iniciales PM. Sabía de la participación de Rodríguez en el libro Juárez. The Laboratory of our Future de Charles Bowden, publicado por la editorial estadounidense Aperture en 1995. Ahora, a sus 62 años de edad, era el segundo en el mando del departamento de fotografía y había dejado la nota roja para dedicarse a la cobertura de otras secciones. Rodríguez Pedroza hizo estudios de contabilidad, pero se ha dedicado a la fotografía desde sus años universitarios. En 1981 entró como fotógrafo en el periódico El Universal de Ciudad Juárez, donde permaneció hasta 1991, año en que se trasladó a El Norte. En 1995 se integró a El Diario de Juárez y en el 2006 se sumó a las filas de PM. En 1993 cubrió el terremoto 286


Mayra Martell. Domingo 21 de septiembre de 2014, 17:00 horas. Ernesto Rodríguez en el exterior de las instalaciones de El Diario de Juárez, ubicadas en avenida Paseo Triunfo del República, en Ciudad Juárez.

sucedido en Los Ángeles y participó en varios documentales sobre temáticas fronterizas, principalmente en el desierto de Arizona. Por una imagen que hizo del atentado con coche bomba que tuvo lugar, en el año 2010, en el cruce de la calle Bolivia y la avenida 16 de septiembre, obtuvo el premio La columna de Plata. Entre 2006 y 2010, Ernesto fue el único fotógrafo en la sección policiaca de PM. Le tocó vivir y documentar los años más violentos en la historia de Ciudad Juárez: Esos días fueron terribles, no había un solo respiro, no acababa de cubrir un asesinato, cuando ya me estaban llamando para otro. Llegué a tener un “récord” de veintitrés muertos por turno. Un día me ganó el estrés a consecuencia de un golpe de calor. Era el mes de julio, había una temperatura de cuarenta grados, yo cubría un doble homicidio, cuando sentí que las piernas no respondieron; perdí el control y me desplomé. Estuve una semana en el hospital. Desde su inicio, PM tuvo un giro sensacionalista, por lo que las imágenes crudas y directas eran parte vital de su contenido. Obtenerlas se volvió un encargo cada vez más peligroso para Ernesto: Las fotografías de “fantasmas” estaban prohibidas —es decir que los cuerpos no podían salir cubiertos por las sábanas—, así que tenía que llegar antes que la policía o esperar horas el momento en que levantaran la sábana y hacer la foto, lo que me trajo problemas con sicarios que a veces rondaban la escena del crimen. Una ocasión estábamos el reportero y yo tomándonos un refresco, a la vuelta de un homicidio que habíamos cubierto minutos antes. En eso llegaron dos camionetas Titán, descendieron dos individuos armados y entraron al establecimiento. Uno de los tipos se fue a donde estaban los periódicos, agarró un PM y, como si estuviera

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exprimiendo un trapo húmedo, dice: “Mira pareja, aún escurre sangre esto”. Y le pregunta al encargado de la tienda, señalándome a mí: “¿Este quién es?”. El encargado le contesta casi de una manera resignada y agachando la cabeza: “Pos del PM”. El tipo se me acerca y me dice, señalando la portada del diario: “A ver cabroncito, ¿tú sacaste esta foto?”. Yo asentí con la cabeza. Pasaron unos segundos en silencio, que pesaban como piedras en río hondo. El tipo se me acercó casi a centímetros de mi cara, sosteniendo el arma con su mano derecha a nivel de mi sien, mientras me decía que la próxima vez que me viera llegar a una escena del crimen antes que otros, me iba a dejar como una de mis fotos. A causa de estas amenazas, Ernesto tomó la precaución de no ser el primero en llegar a la cobertura de las notas criminales o bien esperar a otro compañero de medios para llevar a cabo su trabajo informativo. En los años del 2008 al 2011, El Diario de Juárez recibió varias ame­ nazas de los cárteles del narcotráfico que operaban en la ciudad, por lo que varias notas no se dieron a conocer. Al decir de Ernesto, decenas de asesinatos quedaron fuera del conocimiento público por órdenes del editor en turno, aunque sí quedaron registros de ellos en el archivo. Al tener enfrente a Ernesto y recordar algunas de sus fotos publicadas en PM, diario del que he sido seguidora por varios años, quise saber cuáles eran los efectos que había sufrido como persona luego de haber sido testigo de tantas escenas de muerte y violencia. Me respondió: Yo me acostumbré, el trabajo se hacía de una manera mecánica; buenos ángulos, hacer la nota, la espera… Se convierte uno en una especie de francotirador; no tienes que perder nada de la escena del crimen, tienes que estar alerta. Creo que eso te permite dejar de pensar o sentir otras cosas. Ernesto nunca se preguntaba sobre lo sucedido en las escenas del crimen. Y aunque llegó a estar tan cerca de los cuerpos inertes que podía percibir el olor de la sangre o de la pólvora, nunca tuvo ningún ataque de pánico o pesadillas. Tiene claro que fue una especie de corresponsal de guerra: Cuando se trataba de mutilados o gente quemada, ya fuera de un bando o del otro, solo pensaba, con asombro, ¡vaya, qué manera de hacerlo! Pero mi imagen es que era una guerra, donde el objetivo era horrorizar al cartel contrario con la forma de asesinar. Ese era el mensaje de ellos, exhibir lo más que se pueda. Los cuerpos eran expuestos regularmente a las cuatro de la tarde para aprovechar los noticieros en vivo, para que el grupo antagónico viera de qué manera mataron a su gente. Los fotógrafos solo nos acostumbramos a esta guerra. Sobre la fascinación de la gente por el periódico PM y sus altas ventas, Ernesto me comentó: La gente compra este tipo de diarios por las escenas violentas, sienten como si estuvieran viendo una película. Cuando hay un muerto la gente se acerca, va con sus niños y terminan aterrorizados, pero no dejan de 288


Ernesto Ramírez. Atentado que un grupo del crimen organizado realizó en contra de policías federales en las calles Bolivia y Guatemala de la colonia Partido Romero. Un camarógrafo de televisión del canal cinco resultó lesionado. Ciudad Juárez, 15 de julio del 2010.

hacerlo. De todo se hizo un espectáculo, donde cada quien agarra su lugar en primera fila desde el cordón amarillo. Ernesto Ramírez está al tanto de las críticas que entre ciertas personas genera el periodismo que se practica en PM. A las acusaciones de que las imágenes de violencia que se han difundido a través de la prensa nacional e internacional reafirman la visión negativa que se tiene de Ciudad Juárez, el fotoperiodista responde: La verdad es que no estamos mostrando cosas que no sean ciertas. Es la realidad. Muchos documentalistas han llegado con nosotros y hacen lo mismo: hacer la cobertura de lo que sucede aquí, cubrir una guerra. Terminé mi entrevista con Ernesto Rodríguez a las cuatro de la tarde. El fotógrafo tenía que bajar unas imágenes de tulipanes que servirían para ilustrar una nota sobre jardinería casera. Le pregunté si no extrañaba el trabajo en la nota roja. Claro que lo extraño, son ritmos de vida diferentes, pero hay que aprender a vivir también de una manera diferente. Quizás ahora vivo más lento, pero estoy tranquilo. Soy padre de una niña de cuatro años, a quien no puedo faltarle. La vida a veces se aprende de una manera distinta y para eso no importa la edad que tengas.


Carlos

La primera guardia completa que hice con un fotógrafo de PM fue con Carlos Sánchez. Como no había mucho trabajo en la oficina, me sugirió que mientras tanto podíamos ir a la imprenta del periódico a hacer los retratos que le había solicitado. A la mitad de la sesión fotográfica, Carlos recibió por teléfono la instrucción de ir a cubrir un choque cerca del aeropuerto. Guardamos el equipo y nos fuimos rumbo al sur de Ciudad Juárez. En el camino nos perdimos, pero cuando ya íbamos de regreso hacia al periódico dimos con el accidente. Se trataba de un automóvil color guinda, con placas de Texas, que estaba volteado boca abajo. El conductor era un hombre de aproximadamente cuarenta y cinco años, que al decir de los paramédicos estaba en estado de ebriedad. Debido al impacto era asistido en una ambulancia. Después de fotografiar la volcadura, regresamos al diario. Cuando íbamos a la altura del puente internacional Zaragoza, volvió a sonar el celular de Carlos. La llamada era del editor de PM, quien le encargaba al fotógrafo que fuera a recoger al reportero en turno, porque este debía hacer una nota. No necesitaba fotos, solo alguien que lo trasladara a un lugar en las afueras de la ciudad, donde debía entrevistar a una persona sobreviviente del huracán que en días pasados había azotado Los Cabos, Baja California; un señor de cuarenta y ocho años que había perdido todos sus bienes a causa del meteoro. Después de llevar al reportero a casa de un familiar del sobreviviente, esperamos en la camioneta alrededor de dos horas. Otra vez en camino hacia PM, a Sánchez le informaron de otro choque, ahora sucedido por el libramiento Las Torres. Nunca llegamos al lugar de los hechos porque nuestra camioneta se descompuso. Eran casi las diez de la noche y nosotros estábamos varados en un cruce de las afueras de la ciudad. Pudimos salir de ahí hasta que Carlos le habló a un reportero del canal 5, quien pasó por nosotros y nos llevó al periódico. Al día siguiente, sábado 20 de septiembre, más o menos hacia las once de la mañana, mientras esperaba a Ernesto Rodríguez en las oficinas de PM para revisar su archivo fotográfico, me encontré de nueva cuenta con 290

Mayra Martell. Sábado 20 de septiembre de 2014, 22:00 horas. Carlos Sánchez en las instalaciones donde se imprimen los periódicos PM y El Diario de Juárez.


Lucio Soria. El fotógrafo Carlos Sánchez recibe atención médica minutos después de haber sufrido un atentado en el estacionamiento del centro comercial Del Río, ubicado en la avenida Paseo Triunfo de la República. Iba acompañado de su colega Luis Carlos Santiago, quien perdió la vida. Los periodistas fueron atacados con un arma calibre 9 mm. Carlos recibió tres impactos de bala: uno le rozó la cabeza, otro le dio en el hombro izquierdo y el restant lastimó su abdomen y le perforó un pulmón. Ciudad Juárez, 16 de septiembre de 2010.

Carlos Sánchez. Me preguntó si quería acompañarlo a hacer una cobertura. Se trataba del funeral de una mujer de veinticinco años, fallecida un día antes en un accidente automovilístico. El auto en que viajaba, un sedán 2001, se había precipitado a un dique. Le acompañaban sus hijos, de nueve y seis años de edad, quienes tuvieron la suerte de salvarse la vida. El servicio religioso se iba a celebrar en el fraccionamiento Sierra Vista, en el suroeste de Ciudad Juárez. El reportero encargado de la nota propuso que Carlos y yo nos adelantáramos, porque iba a recoger a una amiga que podía ayudarnos a entrar al servicio religioso. Llegamos al sitio señalado y estacionamos nuestro vehículo no lejos de la iglesia donde tendría lugar el funeral. El reportero llegó después acompañado de una mujer joven, vestida de falda larga y con una Biblia en la mano, quien nos saludó y nos pidió que esperáramos unos minutos mientras hablaba con la gente de la iglesia. Nos dijo que ella era cristiana y que podía interceder para que nos autorizaran entrar al templo. Fue inútil nuestra espera. La amiga cristiana del reportero regresó con otro joven, quien nos pidió nos fuéramos del lugar y respetáramos el dolor ajeno. De nueva cuenta, Carlos y yo regresamos al periódico con las manos vacías. Unas horas más tarde llegó Lucio Soria, quien dijo que venía de cubrir el entierro de la señora fallecida en el dique. Carlos le comentó que la familia no quiso que cubriéramos el funeral. Soria le contestó, socarronamente: Ya ves Sánchez, eso de parecer malandro no es nada bueno; a mí hasta me invitaron un cafecito. Con Carlos Sánchez la relación fue muy diferente a las que conseguí establecer con los otros fotoperiodistas de PM. No hablábamos mucho pero me hacía sentir tranquila con su trato. Quedé sorprendida con el material que me mostró de algunas de sus coberturas noticiosas. Tiene apenas veintidós años de edad pero sabe utilizar la cámara desde que contaba con doce, porque tanto sus padres como su abuelo paterno son fotógrafos. En su corta carrera profesional ha visto de todo y en su cuerpo ya lleva las marcas de un oficio de alto riesgo. En el 2010, a dos semanas de haber ingresado al periódico, sufrió un atentando, en el cual su compañero Luis Carlos Santiago perdió la vida. Me contó lo que recordaba de ese ataque que fue su bautismo de fuego: Era un 16 de septiembre. Ese día salimos del diario, nos mandaron a tomar fotos urbanas, porque no había 291


mucho trabajo. Luis Carlos había conseguido que alguien del diario le prestara un carro; un reportero, no recuerdo bien, pero trabajaba aquí. Yo casi no conocía a Luis Carlos, era el primer día que convivíamos. Fuimos al centro y nos estacionamos enfrente de catedral. Dimos un recorrido, no sabemos si nos seguían desde ahí. Luis Carlos quiso ir al Chamizal a tomarle fotos a la bandera y después fuimos a casa de su novia. De regreso al diario, Luis Carlos me preguntó que si ya llegábamos o mejor íbamos al centro comercial Río Grande, ubicado en la avenida Paseo del Triunfo. Yo le dije que fuéramos al centro comercial un rato. Al llegar encontramos un cajón de estacionamiento, pero otro carro nos ganó. Luis Carlos dio de reversa y en eso un carro se nos emparejó de su lado. Quien iba de piloto empezó a disparar contra nosotros. Estaba a medio metro de distancia. Yo no recuerdo ni el carro ni nada, solo pensé que me iba a morir. Le grité a Luis Carlos: “¡Dale, dale!”. Sentí cómo el carro se iba para atrás, hasta que se impactó con otros vehículos. La puerta no se podía abrir, agarré mi cámara y salté por la ventana. Sin ver atrás me metí corriendo al centro comercial. Entré y el lugar se veía solo. Estaba una estética y les pedí que hablaran a una ambulancia. Me vi la sangre, me estaba sintiendo mal, sin aire, tenía mucho miedo; pensaba en Luis Carlos, en que quedó ahí en el carro y no tuvo oportunidad de escaparse. En eso me sentaron en el piso. Yo tenía la boca seca, estaba sin fuerzas, se me cayó la cámara y solo veía a la gente alrededor de mí. Miraba puros pies, hasta que todo se hizo borroso... Con dieciocho años de edad en ese entonces, Carlos Sánchez recibió tres impactos de bala calibre 9mm: uno que le rozó la cabeza, otro en el hombro izquierdo y el tercero en el lado derecho del abdomen. Esta última bala perforó el pulmón y quedó dentro del cuerpo. La sacaron por la espalda días después. Luego de pasar veintiún días en hospital, Carlos volvió a su trabajo en la sección policiaca del diario. Nunca se supo quiénes fueron los que perpetraron el ataque ni los motivos que tuvieron para llevarlo a cabo. Si fue a causa de que Luis Carlos y Carlos habían estado en el centro de la ciudad haciendo fotos, de que el vehículo era prestado, de que los confundieron con otras personas. Nunca se supo nada. Carlos lo único que recuerda es la mano del agresor con la pistola disparando hacia él y su colega.

Mayra Martell. A rriba :

20 de septiembre de 2014, 21:20 horas. Carlos Sánchez realiza tomas de una camioneta que se impactó contra un poste de luz en el bulevar Juan Pablo II casi esquina con avenida Francisco Villareal, en Ciudad Juárez. El conductor de la camioneta escapó, únicamente se encontraron unas cobijas dentro del vehículo. A bajo :

19 de septiembre de 2014, 22:37 horas. El fotógrafo Carlos Sánchez registra la volcadura de un automóvil en la calle Lucero casi esquina con avenida Enrique Pinocelli, al sur de Ciudad Juárez. La persona que conducía ese vehículo iba en estado de ebriedad, contaba con aproximadamente 50 años de edad y era residente de El Paso, Texas.

Páginas 294-295: Carlos Sánchez. Víctimas de un ataque armado sucedido en la colonia Loma Blanca. En el sitio se llevaba a cabo una reunión en que sus organizadores festejaban el triunfo de su equipo en un torneo de beisbol. El saldo fue de diez muertos y tres heridos; entre los primeros se encontraba una menor de 6 años. Ciudad Juárez, 22 de septiembre del 2013.

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Carlos Sánchez. Sitio en el que fueron acribilladas cuatro personas, dos de las cuales murieron. El ataque ocurrió después de las 23:00 horas, en el cruce del viaducto Díaz Ordaz y la calle Lucio Blanco. Las víctimas se encontraban bebiendo con unos familiares que atendían un puesto de tostadas. Ciudad Juárez, 7 de julio del 2013.


Carlos Sรกnchez. Escena del choque sucedido a la altura de la glorieta del km 20 de la carretera El Porvenir y avenida Panamericana. Ciudad Juรกrez, 24 de agosto del 2013. 297


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Narciso Contreras y las encrucijadas del fotoperiodismo globalizado Recorrido autobiográfico*

Nací en la ciudad de México el 1 de julio de 1975. Mi padre era profesor de filosofía y fue mi primer mentor. Mis primeras lecciones de filosofía las comencé a recibir de él cuando yo tenía menos de diez años. Filosofía, sindicalismo de izquierda, vida cultural, fueron el entorno en el que crecí. Mi padre fue un personaje clave en mi formación humana, ética, académica y personal; de él no solo aprendí el camino de la filosofía como vocación humana —el cual yo terminaría siguiendo profesionalmente al estudiar en la universidad—, también me introdujo en la fotografía, que él aprendió y ejerció como amateur. De alguna forma, y sin darme cuenta, seguí los pasos de mi padre. Primero en la filosofía y después en la fotografía. Aunque yo me detuve en la fotografía y él siguió después a la medicina. Académicamente seguí un camino que lindó siempre en el ámbito humanístico. Estudié Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México, Fotografía en la Escuela Activa de Fotografía y Antropología Visual en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

Narciso Contreras. Residentes sirios transitan una calle abandonada mientras se escucha la detonación de proyectiles de mortero. Distrito de Bustan AlPasha, Aleppo, Siria, 4 de diciembre de 2012.

*** El mío ha sido un proceso elíptico. De hecho, a pesar de que la referencia más temprana de la fotografía la tengo de mi padre, yo nunca me propuse hacer fotografía hasta que se convirtió, por accidente, en una necesidad. Estudié filosofía, pero no me interesó ser parte de la academia. Entonces busqué un campo donde hacer coincidir mis intereses, y este campo fue el cine. Me propuse estudiar fotografía cinematográfica para hacer documentales. Ese era el plan. Hice el examen para entrar al Centro de Capacitación Cinematográfica y me eliminaron en la etapa de fotografía, donde tenía que contar una historia en siete u ocho cuadros. Si no aprendía a hacer fotografía no iba a poder hacer cine documental. Esa fue *  La principal fuente para la edición de este texto, que finalmente tomó la forma de recorrido autobiográfico, fueron las respuestas escritas que el fotógrafo Narciso Contreras dio a un cuestionario remitido por el director de Luna Córnea a fines del mes de septiembre de 2014. El equipo editor de la publicación agradece la confianza y el apoyo de Contreras para el armado de este recorrido autobiográfico y asimismo del compendio de imágenes que en estas páginas ofrecen una muestra de sus coberturas fotoperiodísticas en diferentes partes del mundo. 299


la situación que me impulsó a estudiar fotografía. Desde entonces descubrí el mundo tan exquisito e íntimo de la fotografía, y lo sigo explorando. Aprendí el proceso analógico en película de blanco y negro, la “crema” de la fotografía: el sistema de zonas y el sistema de revelado e impresión fina. Me enamoré de la técnica y de las posibilidades de mirar el mundo que estaba redescubriendo. Ahora lo podía tocar de una forma diferente, íntima. Aprendí todas las técnicas de fotografía analógica, formato medio y gran formato, y continué al formato digital. En el tiempo en que yo estudié fotografía, el fotoperiodismo se encontraba en medio del gran debate sobre su transición y desafíos. La fotografía se convirtió para mí en una técnica para mirar, de un modo similar como lo hace la filosofía, pero desde una intimidad muy particular. No nací para ser fotógrafo, la fotografía apareció en mi camino, pero se volvió más bien un ejercicio de entendimiento, de comunicación, de interpretación. La fotografía es ahora esta vía de comunicación que se ajusta a mis capacidades o, mejor dicho, a la que yo me ajusto, y nos entendemos bien. Ahora, debido a las circunstancias de la industria de los medios, se espera que, como fotógrafo o como fotoperiodista, además hagas video. Cuando me sucedió a mí, lo vi más bien como una oportunidad de volver al origen. Un retorno al deseo primario: hacer fotografía para cine documental. El video es una aproximación a ese retorno. Estoy explorando, buscando, imaginando algo más allá de la construcción inmediata de las videonoticias. Es algo nuevo, pero que además resulta de la transformación de la que hemos sido testigos todos en esta industria, y concretamente en este fenómeno del fotoperiodismo. *** La lista de mis influencias como fotógrafo es muy extensa. Cada fotógrafo aporta una visión íntima, propia de su experiencia del mundo, lo que hace fantástica la experiencia de quien mira la foto final. Desde mi vida como espectador, luego como estudiante de fotografía y como profesional, he sufrido más de una epifanía, pero me apego a los nombres que se han quedado desde el inicio, como Sebastião Salgado, Don McCullin, James Natchwey, Raghu Rai, Ansel Adams, Massimo Berruti, Graciela Iturbide, Yuri Kozyrev y muy recientemente, Ernst Jünger, pero creo que entre todos y particularmente por la forma en la que explicó el hecho fotográfico en un famoso y pequeño ensayo, Henri Cartier-Bresson. Recientemente visité la exposición Génesis de Salgado en Estocolmo, y durante cuatro horas me maravillé y reflexioné sobre el propósito de la fotografía y el fotoperiodismo. Esa fue nuevamente una revelación fundamental para mí: el carácter de documento que tiene la fotografía más allá de la narrativa inmediata del evento, su carácter de permanencia. 300

Narciso Contreras. Azzi se transformó en una semiviuda el 8 de marzo de 2000, cuando Gulam Kahr, su esposo de cuarenta años de edad, fue obligado a abandonar su casa tras ser interrogado y golpeado frente a su familia por el 40º regimiento del ejército Ratchpur. Gulam todavía no ha vuelto. El ejército indio trató de disuadirla para cerrar el caso ofreciendo a la familia una indemnización de alrededor de dos mil dólares, pero Azzi se ha mostrado reacia: “Queremos el cuerpo, no su dinero”. Sin lágrimas, pero con la entereza de una mujer que crió a ocho hijos sin ayuda, sin su compañero de vida. Azzi dice: “Sé que un día va a volver”. Pueblo Santipora, distrito de Kupwara, en la sección de Cachemira administrada por la India.


Por supuesto, la fotografía es una forma de observar el mundo, de interpretarlo. En este sentido, la cotidianeidad es materia de observación, y la memoria el objetivo de la fotografía. Mi influencia más grande y mi vocación es la creencia que tengo y que es el motor de lo que hago: si olvidamos, ningún conocimiento ni evento habrá valido la pena. La fotografía es una herramienta para que no olvidemos. *** Llevo poco más de cuatro años de desempeñarme como profesional en el campo del fotoperiodismo. Inicié en 2007-2008 cuando terminé mis estudios en la Escuela Activa de Fotografía, haciendo reportajes que publiqué, sin cobrar, en un par de diarios en México. Paré por un periodo de año y medio cuando fui a vivir a un monasterio en la India. Me mantuve haciendo foto, pero mi principal actividad giraba en torno a mis estudios de filosofía. Al término de ese periodo, en 2010, volví a la fotografía y comencé a trabajar profesionalmente. Cubrí el conflicto étnico en Birmania para medios de la región. En 2011 di seguimiento al conflicto separatista de Kashmir para zuma Press. Al inicio de 2012 comencé a trabajar con Polaris Images mientras cubría la guerra en Kachin State, al norte de Birmania. Ese mismo año fui a Oslo, Noruega, a cubrir, para zuma, el discurso oficial por la entrega del Premio Nobel de la Paz a la 301


disidente birmana Aung San Suu Kyi, quien viajaba por primera vez después de veinte años de arresto domiciliario en su país. También en 2012 se dieron las condiciones para ir a Siria, donde me desempeñé como stringer para la agencia ap hasta octubre de 2013. En 2013 comencé a trabajar como contract photographer para The New York Times. A pesar de que mi portafolio no es muy extenso, he documentado una gran variedad de temas en diferentes países, colaborando con asignaciones y coberturas para muchos medios, periódicos y revistas alrededor del mundo. Actualmente mi trabajo lo representa Polaris Images y The New York Times. *** Todas las coberturas que he hecho tienen un valor especial para mí. Soy freelance desde el inicio, así que yo he elegido las coberturas, excepto cubrir el golpe militar en Egipto que fue una comisión para The New York Times. Esto significa que cada una ha tenido para mí una motivación particular. Cada uno de los trabajos o coberturas que he realizado representa una forma de aprendizaje completamente nuevo, donde he podido también aplicar diferentes metodologías de trabajo, con diferentes resultados. Al inicio no fui consciente de esto en absoluto, pero desde la cobertura que hice en Siria presto atención al método de trabajo que aplico y al abordaje que hago de los temas. Yo no demerito o aplaudo el resultado de mi propio trabajo; eso creo que lo hace la industria y los que miran la foto. Mi compromiso es seguir aportando con mi trabajo un poco en la construcción de esa memoria colectiva de la que todos somos responsables. Metodológicamente cada cobertura ha sido un desafío. En este sentido puedo hablar. Cada cobertura es valiosa para mí porque estoy retratando gente: su vida, su dolor, su angustia, su alegría, su sufrimiento, su fe, su intimidad. No creo que en mi caso haya algo parecido a “mis mejores trabajos”. Creo que eso se podrá evaluar en diez o veinte años más. Ahora me preocupa saber si lo que retrato se parece a lo que estoy viendo frente a mí, a lo que escucho, a lo que siento, a lo que entiendo. Me preocupa saber si al hacer una fotografía puedo dañar o no a alguien. Considero que hasta ahora no he logrado entrar aún en el fantástico mundo paralelo de la fotografía documental, y es una cuestión de metodología. *** En 2013 recibí el tercer lugar en POYi (Pictures of the Year International) en la categoría Spot News y asimismo, junto con otros colegas de la agencia ap, el premio Pulitzer en la categoría Breaking News Photography. En ese año sucedió un fenómeno muy interesante cuando se dieron premios 302


Narciso Contreras. “Espero el regreso de mi esposo”, dice Fameeda, una semiviuda que sufre de ataques de histeria como consecuencia del estrés postraumático que padece a raíz de la desaparición de su esposo, Abdullah, quien a principios de la década de 1990 fue desaparecido por las fuerzas fronterizas (bsf). El hermano de Abdullah, militante islamista, desapareció también. Distrito de Kupwara, en la sección de Cachemira administrada por la India.

alrededor del mundo. Muchos de los que formábamos la lista de ganadores éramos freelancers: fotógrafos y corresponsales que no teníamos el respaldo ni los recursos de las grandes agencias o medios para ir a un sitio y hacer una cobertura. Concretamente en mi caso, yo comencé a trabajar en Siria meses antes de entrar en contacto con la agencia ap. Eso significa que durante el tiempo en que hice la cobertura que ganó el Pulitzer no tenía en absoluto el respaldo de la agencia. Yo les vendía fotos y ellos las compraban. La relación que establecimos tuvo éxito porque les gustaban las imágenes que enviaba, pero la base de nuestro acuerdo era muy simple: yo era un freelance enviando imágenes desde una zona de guerra y ellos eran la agencia que adquiría y luego distribuía por el mundo esas imágenes. No había responsabilidad más allá de esto. No establecimos ningún compromiso laboral, ni tampoco firmé ningún contrato con la agencia. La logística, recursos, seguridad, equipo, todo básicamente dependía de mí. La agencia enviaba equipos de staff de tiempo en tiempo, pero no podían mantener permanentemente a nadie en el terreno, eso lo hacíamos los freelancers. Y eso me permitió también ir un poco más allá, entrar un poco más en la dinámica de la guerra. Entender lo que estaba sucediendo ahí. Elegir dónde, cómo, en qué momento y a quién iba a fotografiar. Las condiciones de trabajo fueron muy difíciles y demasiado peligrosas.

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Sin internet o con uno muy lento para enviar las imágenes, con la amenaza constante de los bombardeos y los ataques de mortero, etc. Si analizas la cobertura que han realizado los fotoperiodistas en esa guerra, caerás en la cuenta que la mayoría de imágenes —y las más íntimas— fueron hechas por freelancers. Eso habla de una crisis en la industria. Al final todos aplauden al que se lleva un premio, pero eso no cambia en absoluto las condiciones de trabajo y la falta de respaldo a quienes se juegan la vida por comunicar la historia. *** En un momento de insoportable presión —personal y profesoinal— cometí un error que me valió ser el protagonista de uno de los últimos escándalos en la industria de los medios de noticias al hacer una modificación en una de las imágenes que realicé durante mi cobertura de la guerra en Siria —a la que le borré la cámara de video de un colega que aparecía en la esquina inferior izquierda—. La eliminación de ese detalle abrió un debate extenso que se situó desde lo más obvio, como lo es el tema de lo que es aceptado o no en la edición de imágenes dentro de la industria, hasta los temas de fondo dentro del fenómeno del fotoperiodismo, como lo son la incipiente o indiferente relación desde los medios hacia los fotoperiodistas (especialmente los freelancers) hasta el propósito 304

Narciso Contreras. Una familia palestina se sienta en la entrada de su hogar, parcialmente destruido tras el bombardeo de artillería realizado como parte de la operación israelí Margen Protector. Esta ofensiva comenzó en el barrio de Beit Hoanoun, en la ciudad de Gaza. El 13 de agosto se decretó una tregua de cinco días entre Hamas e Israel, y la población civil pudo retornar a lo que quedó de sus casas y bienes en la Franja de Gaza, 16 de agosto de 2014.


y alcance mismo del fotoperiodismo como método de interpretación y registro. La alteración la comuniqué personalmente a uno de los editores de fotografía de ap, con el fin de que esa fotografía ya no fuese utilizada. A causa de ello, la agencia decidió dar por terminada la relación de colaboración que yo tenía con ellos, apelando a su código de ética. Esa fulminante determinación de ap y el acto que la había motivado causaron revuelo mediático. Yo fijé mi postura en una carta que hice del conocimiento público a través de Facebook: Queridos amigos, colegas, detractores, familia y mi amor Teresa. Para aquellos que se preocupan por esto y para los que no: Este es un momento muy confuso para mí, y probablemente también para algunos de ustedes. Estoy involucrado en el último escándalo de los medios noticiosos. Tomé una decisión equivocada mientras estaba realizando la cobertura de la guerra en Siria, y me estoy enfrentando ahora a las consecuencias. Me avergüenzo de ello, pero no estoy avergonzado de hacer lo que creo firmemente que es mi deber en la vida, como persona y como fotógrafo. No traté de ocultar mi error. Recientemente, previne a uno de los editores de foto de ap de no usar la imagen dado que estaba alterada y eso me trajo graves consecuencias en mi relación de trabajo con la agencia de noticias. Esta no es una excusa por haber hecho algo que estaba penado fuertemente por la pureza del fotoperiodismo. Soy un vivo ejemplo para los colegas, para nuevos fotógrafos y aspirantes a fotoperiodistas sobre lo que no es correcto hacer. Por favor, tomen mi desafortunada decisión como una lección de oro. La industria se sacudirá por un tiempo, pero como parte de la vida, se necesita del castigo público para enseñar a otros. Yo sigo siendo la misma persona que era cuando obtuve reconocimientos por mi trabajo en Siria o en cualquier otro lugar. Estoy en el mismo lugar en que estaba cuando empecé a colaborar con ap. Para mí, nada ha cambiado en términos de lo que asumo como mi deber en la vida y como mi compromiso de documentar lo que considero como momentos y acontecimientos noticiosos que conforman nuestra historia. Seguiré haciendo lo que hacía antes y después de ap. La industria crea los mitos y los personajes, y ya he mencionado lo arriesgado que es estar bajo la luz pública. Nosotros no somos la historia pero la industria nos convierte en la historia. El equipo de ap tomó su decisión basado en sus políticas y estándares. No podían hacer algo distinto excepto esto, y yo respeto su decisión. Cometí un error y lo asumo como una parte de lo que todavía estoy aprendiendo. En un mundo perfecto yo no sentiría siquiera la necesidad de ir a esos lugares terribles a documentar el desastre humano. Comprendo que lo que sucedió puede molestar a muchos y a ellos solo puedo decirles: lo siento, pero mis decisiones no son para complacerlos a ustedes y tampoco a nadie mas. Mi compromiso es con Krishna y con la comprensión del mundo que mis colegas y yo, a riesgo de nuestras vidas, hacemos para construir la memoria visual de nuestro tiempo. 305


Nadie me pidió que fuera a esos sitios y arriesgara mi vida para cubrir una historia, para fotografiarla; lo hice por decisión propia y como tal tengo que evaluar en cada momento el resultado de mis propias decisiones. Mi compromiso moral me obliga a disculparme cuando me equivoco y a responder por mis errores. Cumplo con mi deber y con mi trabajo, y no pido que tomen en consideración mi vida: solo pido que no cierren los ojos ante el sufrimiento y la injusticia de este mundo. No busco que me coloquen en el más alto de los pedestales ni en la posición más baja. Yo no soy la historia. No creo que nosotros, como testigos, seamos la historia. Si cometí un error, lo asumo, pero esto no significa que me dé por vencido. Para el mundo entero, si cometo un error o si cualquiera de nosotros lo hace, no podemos simplemente detenernos en esto: nuestro compromiso es por mucho mucho más importante que esto. Con amor y respeto para todos, Narciso Contreras. ¡Hare Krishna!

Creo que la carta definió mi posición al respecto en ese momento, y sigo creyendo que no fue equitativa la resolución respecto al caso que tomaron los ejecutivos de la agencia. El riesgo y el beneficio se evaluó en términos de lo que la agencia podía ganar o perder con este caso y no en otra cosa. No hubo diálogo, no hubo un juicio en donde dos partes exponen sus puntos. No. Y exactamente sucedió como sucede con lo que hacen hoy los fanáticos del Estado Islámico: se hizo una ejecución pública. ¿Cuál es el efecto? Exactamente el mismo, un efecto de propaganda. Por supuesto el debate se circunscribió a los temas de interés que justifican las bases operativas y que dan sentido al negocio de la información, pero creo que el debate radica en temas que son de mucha mayor profundidad. *** El argumento detrás del escándalo que rodeó a la imagen que envié a ap durante una cobertura en Siria era que la credibilidad de la agencia estaba en juego. La credibilidad es la delicada piedra de toque sobre la que descansa todo el ejercicio fotoperiodístico. Una credibilidad que además es un consenso del que no formamos parte; es un consenso definido y sustentado desde la industria misma. La credibilidad descansa en la oferta del producto, y porque se oferta a un alto costo, a nosotros nos corresponde aceptarlo o no. La credibilidad descansa en la confianza del lectorespectador al consumir el producto, pero del mismo modo nos es dicho cada día que consumir alimentos procesados es saludable. Ese es el rango de la objetividad. Hay una cita de Chris Anderson, fotógrafo de la agencia Magnum, que abre perfectamente la reflexión sobre este punto, donde sitúa a la 306


Narciso Contreras. Vista de un departamento destrozado por el bombardeo de tanques en un edificio residencial del barrio de Karmal Jabl, tras días de intensos choques entre fuerzas rebeldes y el ejército sirio. Aleppo, Siria, 28 de octubre de 2012.

fotografía, dentro de la industria que avalamos, como un “gran juego de caza” que ha servido para crear una visión hiperdramática del mundo, y este juego además se autocongratula al premiarse a sí mismo. El flujo de información está sujeto a las agendas de los dueños de los medios, que están vinculados al mismo tiempo y muy estrechamente con las agendas de los grupos de poder. La información no atiende en ningún momento a la necesidad de la verdad, desde el principio, porque la verdad no es un asunto que le corresponde a los medios, no forma parte de su naturaleza y propósito. La verdad es un tema que corresponde a otro tipo de investigación. Los medios venden la explicación de lo que las agendas marcan como tendencias para explicar parcialmente la naturaleza de los eventos y la veracidad de estos. La información sirve para legitimar las agendas de los grupos de poder. No existe la pretendida “objetividad” de principio, porque un evento no se explica sustrayéndolo de su contenido y de su contexto, por lo tanto lo que existe es una interpretación del evento y su difusión masiva. La fotografía es una construcción de la realidad, y como construcción es al mismo tiempo una interpretación, por lo tanto no es solo una evidencia. La fotografía es un ejercicio de construcción de sentido de


la percepción de nuestro mundo, y en tal dimensión es su responsabilidad ética. Pero no encuentro congruencia entre la realidad y la noticia. Las noticias son tendencias de la percepción de la realidad. *** El efecto del uso generalizado de nuevas tecnologías y la emergencia de toda clase de informadores ciudadanos es parte de la llamada “crisis” que ha puesto de cabeza a la industria noticiosa. Por un lado, la característica privativa de la información dio la impresión de que solamente los profesionales eran capaces de diseccionar y entregar un producto que explicaba la realidad. Y se dieron cuenta de que no era así. Y por otro lado, esto sucedía porque precisamente la información era privativa a un grupo de privilegiados, los fotoperiodistas, los que tenían acceso a la tecnología para crear imágenes. Este fenómeno se ajusta a lo que Walter Benjamin llamó “ubicuidad”: la democratización (masificación) de la tecnología para crear impresiones de la realidad. Lo que está en crisis es precisamente la productividad lucrativa de la imagen y el privilegio que ostentaban los fotoperiodistas frente a la accidentalidad del hecho fotográfico. Hoy en día cualquiera que tenga un teléfono con cámara puede hacer la foto que antes hacía exclusivamente un fotoperiodista. Pero esto no significa que la fotografía misma está en crisis, pues la fotografía sigue siendo un ejercicio de interpretación, de construcción, más allá del accidente inmediato de la noticia que pierde vigencia después de veinticuatro horas.

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Narciso Contreras. Un miliciano cristiano perteneciente a la etnia Karen, que lucha por su independencia del gobierno de Birmania, empuña un fusil mientras posa para un retrato dentro de una choza en el territorio ocupado por las milicias rebeldes, a unos kilómetros de la frontera sureste con Tailandia. El miliciano perdió la pierna al estallarle una mina de piso mientras patrullaba la selva, 2 de junio de 2011.


Narciso Contreras. Niños birmanos reclutas cubren sus rostros para evitar ser reconocidos, ya que se encuentran bajo custodia del Ejército Kachin para la Independencia (ika) en un centro de detenciones en la pertrechada ciudad de Laiza. Fueron forzados a unirse al ejército birmano, pero escaparon en cuanto tuvieron oportunidad. Hoy son considerados desertores y, como tales, no tienen ninguna posibilidad de regresar a sus hogares.

El acto fotográfico es un ejercicio de observación detallado, como lo describe Bresson, y eso no se ha modificado. Una fotografía perdura, es un documento humanista de la memoria colectiva. No estoy seguro respecto de cuáles son las motivaciones, ni éticas ni intelectuales, de todos los fotoperiodistas. A mí, personalmente, me gusta creer que la fotografía y sus autores están ligados a la responsabilidad de relatar el mundo para que los eventos que nos ocupan no caigan en el olvido. La fotografía creo que tiene una responsabilidad más allá del hecho simple de registrar un evento inmediato. Precisamente, una de las grandes carencias que tiene el proceso de la imagen fotográfica, hoy en día, es la falta de perspectiva, la falta de profundidad ética en el proceso de interpretación, en hacer la imagen, en la selección de la imagen, en la historia misma, en el procedimiento de creación. Si tú interpretas la realidad para que otros la entiendan, eso que tú estás haciendo puede crear la percepción de lo que estás viendo en un sentido u en otro. Y lo que es importante: ¿Para qué vas a cubrir? ¿A quién le vas a contar qué? Eso es fundamental. Y creo que en eso radica el trasfondo ético del proceso fotográfico. Cuando tú eliges el ángulo o la perspectiva desde la cual interpretas el conflicto o un evento de la realidad para transmitirla, sabes que eso va afectar a miles de personas y ellas van a entender el conflicto de tal o cual forma, entonces la responsabilidad es infinita. Y creo que es el 309


punto débil de todo este tema de la ética en el fotoperiodismo, sobre todo, de la ética en los medios. Es en este sentido que radica la responsabilidad y no en otro; cuando eliges de qué forma lo vas a cubrir, eliges qué observar y entender lo que está sucediendo, para después intentar explicarlo; crear un modo de cercanía con el fenómeno que estás tratando de entender, porque al final tú ves lo que otros verán también. Te conviertes en ese puente, en ese instrumento, tú eres los ojos de los otros. Y en ese sentido puedes afectar de una manera bastante dramática o positiva el fenómeno fotografiado. Esa fue mi experiencia en Siria, por ejemplo. Yo no sé hasta qué punto la cobertura que se hizo durante el pico más álgido del conflicto —que fue el segundo semestre del 2012, cuando estalla la guerra en Aleppo— afectó más a la gente que vivía el conflicto de lo que la ayudaba. Hasta qué punto las imágenes, o la cobertura que se estaba haciendo en ese momento, alimentaban más la maquinaria de guerra en lugar de llamar a un diálogo, en vez de frenar la “carnicería” que se estaba viviendo ahí. *** La industria de la información sigue estándares muy definidos de contenido y técnica. Puedes tener toda la libertad creativa que desees y hacer trabajos de documentación excepcionales, pero no encontrar un solo editor interesado en tu historia. La habilidad de la sobrevivencia como fotógrafo dentro de esta industria depende en gran medida de saber leer sus necesidades y la capacidad de concretar un producto que tenga interés en las mesas de edición. Es complicado crear un balance donde tu libertad creativa y de contenido sea respetada y al mismo tiempo encuentre un lugar de publicación. *** Todos hemos visto que desde que hay fotoperiodismo el mundo no ha dejado de padecer hambre, guerra, invasiones, saqueo, enfermedad. En­ton­ ces esta construcción de percepción —que además yo llamaría hiperdramática— del mundo generada por el fotoperiodismo, ¿de qué nos ha servido? Los fotoperiodistas fueron a los lugares más remotos del planeta para traer imágenes que hablaban de la condición infrahumana que se vivía ahí. Veinte o treinta años después esos lugares siguen viviendo la misma situación, o quizás peor. Y tal vez la razón de ello sea que esas imágenes nunca trascendieron a los eventos mismos. Hablar del hambre y fotografiar a un niño famélico en África no afectaron el hecho de que se siguieran aplicando, incluso hoy, las políticas económicas que son la causa del hambre, el saqueo y la guerra en ese continente. ¿Se tratará acaso de un problema de método? ¿Un error en el acercamiento a esos fenómenos? 310


Narciso Contreras. Mientras atardece en una zona controlada por rebeldes sirios, se aprecian edificios destruidos en la calle Sa’ar, entre los cuales destaca el hospital Dar Al-Shifa. Un avión de combate lo alcanzó la semana anterior aniquilando a docenas de personas, entre las que se encontraban civiles y personal médico. Aleppo, Siria, 29 de noviembre de 2012.

Las grandes agencias internacionales son capitales privados que además están a cargo de un derecho considerado humano: la comunicación. Hay una contradicción de fondo en este tema: un derecho humano en manos de capital privado. Creo que estamos pisando inevitablemente, de nueva cuenta, el tema de la ética. Al ser testigos de la muerte y del sufrimiento, de las masacres, del saqueo, se presenta una responsabilidad de correspondencia con los sujetos afectados por esos eventos. Es un llamado ético hacia el su­frimiento del otro y además nos impele la responsabilidad de comunicarlo, de transmitirlo. En este sentido la fotografía excede la experiencia íntima del mundo, y se vuelve un documento, un elemento de interpretación: un ancla profunda que evoca nuestro sentido de humanidad. Y eso es lo interesante de la foto. El problema es que la imagen fotográfica, a partir del fenómeno gigantesco de la industria de la comunicación, ha servido para crear una percepción hiperdramática del mundo con imágenes del sufrimiento ilimitadas; imágenes del sufrimiento que se vuelven un discurso infinito. Si revisas los últimos quince años de producción fotográfica en el mundo, a través de los concursos, de los medios impresos, te das cuenta cómo la imagen se ha ido alterando en un grado superlativo: el sufrimiento es cada vez más intenso, las imágenes son cada vez más dolorosas, aunque no sean

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gráficamente explícitas —es decir, que no se trate gráficamente de un mutilado—. Esto crea una percepción de hiperrealidad, de hiperdramatismo. La fotografía o todo el proceso creativo de la imagen, y esto incluye al cine, las gráficas o la animación, han creado esta percepción de hiperrealidad e hiperdramatismo, y esto a su vez ha acentuado, no sé si una insensibilidad frente a la realidad, pero por lo menos ha provocado que muchas cosas pasen sin que gran parte de la sociedad se detenga a verlas: invasiones, saqueos, matanzas, violaciones y una serie de cosas que en el pasado podían verse con más claridad. Hoy podemos incluso aceptarlo sin dudarlo, sin detenernos a pensar en ello. No sé si esto último sea un fenómeno intencionado, pero sí es un efecto de esta producción y consumo masivo a partir de la industria de la imagen, de la producción de la información, etc. En algún sentido la realidad se explica a partir de este fenómeno de los medios, del cual la imagen fotográfica forma parte, pero en otro sentido la realidad también subsiste por sí misma. ¿Dónde se ajusta ese discurso de la reproducción de la realidad con la realidad misma? Ese es justo el tema de la ética. *** En mi opinión, que puede diferir de la de muchos, el oficio de fotoperiodista se encuentra en la encrucijada por definir sus competencias y sus responsabilidades. La fotografía es un proceso de interpretación de la realidad, y como proceso de interpretación tiene momentos de observación, de análisis, de reflexión y de construcción: es todo un proceso muy completo de entendimiento. Ahora, en este sentido, la imagen tiene el poder 312

Narciso Contreras. Niñas desplazadas de la villa de Tawergha entonan el himno nacional como parte de sus clases en una construcción en la avenida Alfalah, en Trípoli. Este sitio es usado como refugio por los naturales de Tawergha después de haber sido forzados a dejar ese poblado por las milicias de Misrata durante el levantamiento contra el coronel Gaddafi en 2011. Ciudad de Trípoli, Libia, 13 de noviembre de 2014.


Narciso Contreras. Un migrante subsahariano que padece enfermedades mentales se sienta sobre un colchón, en el pasillo de un centro de detención a las afueras de la ciudad. Los ingresos por contrabando en Libia —incluido el tráfico de personas— equivale a alrededor del 10% del pib, lo que lo hace una de las actividades ilegales más rentables del país. A pesar de la preocupación internacional por violaciones a los derechos humanos, los migrantes subsaharianos arriesgan sus vidas en Libia, ya que pueden ser encarcelados, vendidos o secuestrados en su periplo a través del Sahara hacia los puertos libios, en sus intentos por llegar al continente europeo. Misrata, Libia, 20 de noviembre de 2014.

de crear o de afectar la percepción que pueda tener de la realidad aquel que observa la fotografía. Esto tiene una carga muy poderosa para comunicar nuestra experiencia del mundo. Y al hacerlo la percepción se vuelve un acto colectivo, un acto de conciencia, de solidaridad, de entendimiento, un acto de comprensión y un acto de reconocimiento en el otro, a partir del sufrimiento y de todas las cosas que están involucradas. Eso es lo increíble que tiene la fotografía. Ahora, en ese sentido la fotografía ha afectado de manera positiva y negativa todo ese proceso de comprensión y entendimiento del mundo. Por un lado, puede provocar una invasión, intervenciones, despojo; pero, al mismo tiempo, puede provocar entendimiento, y ese es uno de los aspectos más nobles del oficio. La fotografía puede ser un puente entre una realidad ajena y una realidad completamente humana. Al momento de fotografiar estás evocando ese sentido de humanidad frente a lo que fotografías: te vuelves un instrumento en ese proceso; un instrumento que sirve para comunicar esos dos aspectos de la realidad y unirlos en un punto común de entendimiento. En este sentido la imagen es poderosa y creo que los que la venden o la comercializan lo saben. Por otro lado, la industria ha reducido el campo productivo de la imagen fotográfica a dos vertientes: la fotografía de noticias y la fotografía de contenido, además de la que se considera fotografía documental. La industria se ha ido modificando en términos de la demanda y la oferta de la imagen, pues la industria descansa sobre la capacidad que tiene de vender imágenes e información. Este cambio en el mercado de la

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información gráfica ha forzado a las agencias a que tengan que redefinir constantemente su forma de operatividad, y los productos que ofrecen. En cada rubro de la industria de la imagen fotoperiodística hay nombres representativos que sobresalen porque marcan la tendencia que va si­guiéndose. Agencias como Magnum, Noor, Vu, Panos, entre otras, siguen siendo agencias líderes donde sus miembros-fotógrafos siguen marcando una línea muy clara en la fotografía documental y de contenido. Las agencias de servicios de wire internacionales tales como ap, afp, reuters, epa cuentan con fotógrafos que cubren básicamente todos los rincones del mundo y son las responsables de que la imagen fotográfica tenga vigencia en la inmediatez en que se transmite. La imagen fotográfica y periodística es solo una parte del proceso de información dentro del cual se encuentra inmersa. *** En este momento me he concentrado mucho en redefinir mi actividad profesional. Y me refiero a que, por elección de temas, me había limitado al entorno de la imagen de noticias, y precisamente estoy buscando ir más allá de la imagen de noticias. Cuando estuve en Gaza haciendo una historia para una revista de Bélgica, compartí spot con un colega que cubría la guerra para The New York Times. Todos los días nos sentábamos en la tarde y preguntaba mi opinión sobre las imágenes que enviaba al editor en Nueva York. Yo no iba a cubrir breaking news, pero buscaba retratar una guerra, que además de que estaba en su etapa final, no era diferente a todas las demás guerras que ha sufrido Palestina desde el inicio de la ocupación judía. Entonces caí en la cuenta de la diferencia de método al documentar un tema. Esto lo menciono porque ahora estoy iniciando un proyecto de documentación sobre el fenómeno de la migración en donde intento acercarme a él sin la carga de sentido que le daría una cobertura de noticias. *** Tengo pensado seguir cubriendo el Medio Oriente, pero estoy buscando también historias en África y tengo algunos temas definidos para cubrir en México. He estado trabajando con varios colegas sobre aspectos de logística, tanto la definición de los temas como el ángulo de las coberturas. Como lo mencioné arriba, aún no he entrado formalmente en la que creo que es la materia mas íntima de la fotografía, y busco moverme en ese sentido, sin dejar por supuesto de hacer cobertura de noticias. En cuanto a video hay tanto que hacer en este campo que prefiero entregar algo concreto antes de explicar lo que quiero hacer.

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Narciso Contreras. Desde el pasado 7 de noviembre de 2010, los enfrentamientos desencadenados en la ciudad fronteriza de Myawaddy, entre la guerrilla de la Facción escindida del dkba (Democratic Karen Buddhist Army) 5ª Brigada y las tropas de la dictadura militar que gobierna al país, puso en evidencia un conflicto que no ha cesado en más de sesenta años y que tuvo una escalada de violencia armada que no había presenciado el país desde hacía más de una década. El llamado a elecciones que convocó la junta militar en Rangoon, para ser celebradas ese mismo día, y que se consideró “vergonzoso” en la prensa internacional, fue la coyuntura idónea para poner en relieve la naturaleza de un conflicto social que ha golpeado la vida de las etnias en la región. A pesar de la guerra prolongada a baja escala que han sufrido los territorios en lucha por su independencia y autodeterminación, hasta este momento habían permanecido casi en el olvido. En la foto aparece un miliciano de veintitrés años herido por un mina antipersona que lo dejó ciego al explotar mientras hacía patrullaje en la zona de guerra en el sudeste de Birmania.


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A rriba :  Narciso Contreras. Un simpatizante del presidente depuesto Mohammed Morsi corre para guarecerse

de los choques con fuerzas de seguridad en las calles que rodean las mezquitas de Al-Raba’a Alawya. Distrito Nasr de El Cairo, 14 de agosto de 2013. Páginas 320 y 321:  Narciso Contreras. Opositores se resguardan de un cohete lanzado a un puesto del ejército sirio en Kafr Nabudah, ciudad en que se registran enfrentamientos con tropas leales al presidente Bashar AlAssad, que lanzaron una ofensiva para controlar la región. Provincia de Idlib, Siria, viernes 20 de septiembre de 2013.

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Páginas 316 y 317:  Narciso Contreras. Simpatizantes y detractores del presidente depuesto Mohammed Morsi se

enfrentan con piedras, fuegos artificiales y municiones reales en las calles aledañas al puente Ramsés. El Cairo, Egipto, 16 de julio de 2013. A bajo :  Narciso Contreras. Una pareja contrae matrimonio entre simpatizantes del presidente depuesto

Mohammed Morsi, durante la ocupación de la Universidad del Cairo. Distrito de Giza, 8 de agosto de 2013.




Narciso Contreras. Un grupo de kurdos, entre los que se encuentran militantes masculinos y femeninos de las “unidades de protección popular” (ypg), se niegan a dejar sus hogares en el distrito de Sheikh Maksoud. Cuando los opositores sirios se refugiaron en el barrio de mayoría kurda, miles de pobladores civiles se vieron obligados a huir a las afueras de la ciudad. Desde entonces, las fuerzas sirias han arrasado la zona con bombardeos, en su intento por desalojar a los opositores. Aleppo, Siria, 3 de mayo de 2013.

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Narciso Contreras. Omar, de cuatro años de edad e hijo del Dr. Osman, reacciona al llanto de un niño herido que recibe atención médica en la sala de urgencias del hospital Dar Al-Shifa. Al centro se aprecia a Fatimah, su madre, intentando mantener tranquila a su hermana Rached. Ambos niños suelen jugar en las instalaciones del hospital como parte de su rutina diaria, ya que pasan la mayor parte del día en este edificio, considerado un blanco por las fuerzas aéreas sirias. Aleppo, Siria, septiembre de 2012.

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A rriba :  Narciso Contreras. Una desplazada siria consuela a su nieto, de un mes de edad, dentro de una casa

de piedra en el conjunto de Kafr Ruma. Estas ruinas de la antigua Roma han sido tomadas como refugio temporal por las familias que huyen de los intensos ataques y bombardeos a la provincia de Idlib. Docenas de familias se asentaron aquí tras el inicio de hostilidades entre opositores sirios y fuerzas gubernamentales, hace más de dos años. El sitio, también conocido como “la ciudad perdida”, es considerado de valor patrimonial por la Unesco. 27 de septiembre de 2013. Páginas 326 y 327:  Narciso Contreras. Manifestantes levantan una barricada en el marco de los choques con la policía antidisturbios de Estambul. Esta irrumpió en un mitin pacífico que se realizaba en el parque Gezi de la Plaza Taksim, como parte de las protestas en Turquía. Calle Istiklal, Estambul, Turquía, 15 de junio de 2013.

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Narciso Contreras. Un combatiente de oposici贸n descansa dentro de una cueva en un campo rebelde. Provincia de Idlib, Siria, 17 de septiembre de 2013.

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A rriba :  Narciso Contreras. Una palestina carga el cuerpo de su familiar Zainah Abu Taqiya, de dieciocho meses de edad, durante el funeral realizado en su casa. Zainah murió tras un ataque aéreo en la zona conocida como Al-Nafak en Gaza, como parte de la operación israelí “Margen Protector”. Ciudad de Gaza, Franja de Gaza, Territorio Palestino, 24 de agosto de 2014. Páginas 330 y 331:  Narciso Contreras. Civiles palestinos se reúnen alrededor de la calle principal de la ciudad fronteriza de Khusa. Tras ellos yacen edificios en ruinas, un par de horas antes de que se rompa la tregua en la Franja de Gaza como parte de la operación militar israelí Margen Protector, 19 de agosto de 2014.

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Narciso Contreras. Palestinos entierran el cuerpo del hijo de Mohammed Al-Daif (quien no aparece en la imagen), de nueve meses de edad, muerto durante un ataque aéreo nocturno al barrio Sheik Redwan de la ciudad de Gaza. Así se reanudaron los ataques de la operación israelí Margen Protector tras una tregua en la Franja de Gaza. Ciudad de Gaza, Franja de Gaza, Territorio Palestino, 20 de agosto de 2014.

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Contra el silencio forzado: el periodismo mexicano en la hora del lobo Astrid Villanueva Zaldo

Todavía perdura una realidad que existe con independencia de los intentos por anular su autoridad Susan Sontag, Ante el dolor de los demás

Francisco Olvera/ La Jornada. Trabajadores de medios de comunicación durante la manifestación “los queremos vivos”, convocada para denunciar las agresiones en su contra y las condiciones de inseguridad en las que desempeñan su labor. Ciudad de México, 7 de agosto de 2010. La concentración comenzó a organizarse a través de Twitter bajo el lema “Porque los queremos vivos, no más violencia contra los periodistas”, luego de la liberación paulatina de cuatro reporteros secuestrados el 26 de julio de 2010 en Gómez Palacio, Durango.

El derecho a la libertad de expresión La organización internacional Article 19 tomó su nombre de uno de los principios plasmados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que a la letra dice: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.1 Esta organización de la sociedad civil (osc) fue proyectada inicialmente por J. Roderick MacArthur, magnate y filántropo estadounidense, quien se desempeñó como corresponsal de la agencia United Press en París, Francia, al final de la Segunda Guerra Mundial. La idea tomó forma hasta que los herederos de MacArthur delegaron su desarrollo en Martin Ennals, exdirector de Amnistía Internacional. Con sede establecida en Londres, Inglaterra, Article 19 inició actividades en 1987. Desde entonces ha destinado esfuerzos a la defensoría, vigilancia y promoción de las libertades de expresión e información, asumiendo que la práctica efectiva de estos principios es garante de otros derechos fundamentales. Article 19 Londres fue una de las organizaciones internacionales consultadas por el denominado Grupo Oaxaca 2 para nutrir la discusión que en México tenía lugar, a mediados del año 2001, en relación a una propuesta de ley que garantizase la transparencia y el acceso a la información pública. El colectivo conformado por periodistas, empresarios, académicos y especialistas en la materia, reclamaba el cumplimiento de una de las promesas de campaña realizadas por Vicente Fox cuando era candidato a la presidencia del Partido Acción Nacional. El gobierno foxista, surgido de un amplio movimiento opositor a favor del cambio, 1 Resolución de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, 217 A (III) del 10 de diciembre de 1948. 2 El Grupo Oaxaca se conformó a partir de la celebración del Seminario Nacional Derecho a la Información y Reforma Democrática, impartido en mayo de 2001 en la ciudad de Oaxaca, por convocatoria de la Universidad Iberoamericana, la Fundación Información y Democracia, la Fundación Konrad Adenauer, el periódico El Universal, la Asociación de Editores de los Estados, la Asociación Mexicana de Editores y la Fraternidad de Reporteros de México. Cfr. http://www.saladeprensa.org/art417.htm#6 333


luego de más de setenta años de gobiernos comandados por el Partido de la Revolución Institucional (pri) y sus antecesores, se desentendió de las demandas ciudadanas que pedían poner fin a la opacidad informativa y reclamaban la rendición de cuentas. Sin embargo, a pesar de las resistencias oficiales, las gestiones que el Grupo Oaxaca llevó a cabo con fracciones parlamentarias de diversas organizaciones partidarias —el Partido de la Revolución Democrática, el Partido Verde Ecologista de México, el Partido del Trabajo, Convergencia Democrática e incluso el pri—, consiguieron impulsar la publicación, en abril de 2002, de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública. Los programas de Article 19 están distribuidos en las áreas geopolíticas de Asia Pacífico, América Central, África Oriental, Europa-Asia Central, Oriente Medio-África del Norte, Sudamérica y África Occidental. Sus principales aliados han sido organismos internacionales no gubernamentales en razón de los pactos y convenios que en materia de derechos humanos han establecido con los gobiernos locales. Los tratados firmados aspiran a establecer un contrapeso político para disminuir las prácticas autoritarias que violentan las libertades de expresión, prensa e información. Los pronunciamientos y recomendaciones fruto de la observación, documentación y estudio de casos particulares o de acciones sistemáticas, son utilizados por Article 19 para llamar la atención del gobierno y de la ciudadanía sobre las afectaciones a esos derechos. Con un equipo a nivel mundial que apenas rebasa los sesenta colaboradores en trece oficinas, la relación que establecen con los comunicadores locales es fundamental porque de la experiencia endémica se nutren y surgen los programas de profesionalización, protección y asesoría legal. 334


Gráfica producida por miembros del movimiento estudiantil de 1968 en México, contenida en el libro La gráfica de 1968. Homenaje al movimiento estudiantil, recopilación, texto y diseño Grupo Mira, segunda edición Grupo Mira, El Juglar, Claves Latinoamericanas, S.A. de C.V. y Revista Zurda, México, 1988. Parte de la estrategia de comunicación del movimiento incluyó la denuncia del cerco informativo y del acceso restringido a los medios de comunicación; la parcialidad de las informaciones que fuera contrarrestada a través de la gráfica diseñada, principalmente, por alumnos de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, encontró su divulgación en mantas, volantes, pegas y carteles.

Article 19 Oficina para México y Centroamérica se instaló en la capital de la república mexicana en 2006, con el objetivo de incentivar la promoción y protección, y garantizar el cumplimiento de las libertades de expresión e información.3 La organización no tardó en apercibirse de que el ejercicio de estos derechos se enfrentaba a límites establecidos en la práctica por factores que Mariclaire Acosta, directora de Freedom House México, describió en septiembre de 2014 como estructurales y circunstanciales.4 Entre los primeros se destacan la concentración de las concesiones de los medios de comunicación en forma de monopolios u oligopolios, y la dependencia económica de estos con el poder gubernamental en razón de la publicidad oficial que despliegan. Como lo han señalado Ana Cristina Ruelas Serna y Justine Dupuy, autoras de El costo de la legitimidad: El uso de la publicidad oficial en las entidades federativas, la interdependencia entre el poder gubernamental y mediático, manifiesta en la compra o en el acceso gratuito de espacios para que los gobiernos se anuncien o informen acerca de sus programas a los ciudadanos, es definitoria en el ejercicio de la libertad de prensa. La investigación de Ruelas Serna y Dupuy, elaborada durante más de cinco años, recopila información de fuentes oficiales, entrevistas y análisis presupuestarios, entre otros datos, mediante los cuales pudieron “obtener la evidencia suficiente para afirmar que la asignación de la pauta publicitaria es por demás discrecional y arbitraria y que es una herramienta para el control político que ejercen los gobiernos 3 Cfr. http://www.articulo19.org/sobre-a19/nuestro-trabajo/ 4 Cfr. http://aristeguinoticias.com/0109/mexico/en-mexico-no-hay-libertad-de-prensa -freedom-house-en-cnn/ 335


sobre los medios y viceversa”.5 Otro elemento enunciado por Acosta es la subsistencia de los delitos contra el honor —calumnia, difamación e injuria— en trece estados del país.6 Estos elementos constitutivos se enmarcan en ambientes con diferentes índices de violencia, corrupción e impunidad. Pese a las diferencias, es posible afirmar que durante el primer año de la administración calderonista, el país en su conjunto comenzó a vivir un déficit en términos de seguridad y gobernabilidad. Del complejo entramado nacional e internacional de sus causas, acontecimientos y protagonistas, es necesario traer a primer plano la debilidad de las instancias gubernamentales a cargo de la seguridad y la impartición de justicia. En una declaración recogida por el diario español El País, Eduardo Medina, procurador general de la república de 2006 a 2009, declaró: En el pasado tuvimos circunstancias de seguridad pública que se percibían mejores, pero eso no necesariamente respondía a una estructuración institucional pertinente. El modelo funcionaba para algunos ciudadanos, pero era un modelo de delincuencia 5 Ana Cristina Ruelas Serna y Justine Dupuy, “El costo de la legitimidad: El uso de la publicidad oficial en las entidades federativas”, Article 19 Oficina para México y Centroamérica y Fundar, Centro de Análisis e Investigación, A.C., con el apoyo de Open Society Justice Iniciative, México, abril de 2013, p. 9. 6 Las entidades federativas que criminalizan estos delitos son: Baja California Sur, Baja California Norte, Sonora, Nuevo León, Zacatecas, Nayarit, Guanajuato, Colima, Tlaxcala, Hidalgo, Tabasco, Campeche y Yucatán. Fuente: “Guía práctica para entender la difamación en México Article 19”. Cfr. http://coberturaderiesgo.articulo19.org/wpcontent/uploads/2013/07/guia_practica_difamacion.pdf 336


I zquierda : Primera plana del periódico Metro, aparecido el 7 de septiembre de 2007, ciudad de México. adam. C entro : Primera plana del semanario El Nuevo Alarma!, aparecido el 31 de agosto de 2009, México. adam. D erecha : Primera y

última plana del periódico La Prensa, aparecido el 30 de julio de 2010, México. adam.

administrada. El crimen organizado desde el poder. Y ese modelo fue liquidado en los ochenta, pero no se sustituyó por unas instituciones sólidas. No las tenemos. La principal característica del problema de seguridad es su debilidad institucional.7

Este “modelo de delincuencia administrada” no puede olvidarse cuando se atiende a la línea argumental que mayor difusión tuvo por parte del gobierno federal y los medios de comunicación durante el gobierno de Felipe Calderón: la acción de los cárteles mexicanos involucrados en el narcotráfico como principal responsable de perturbar el estado de derecho en México. La respuesta de ese gobierno —a la que ha dado continuidad el de Enrique Peña— residió en la militarización del combate a los miembros de las corporaciones criminales, sin considerar, entre otros factores, que la corrupción e impunidad arraigadas en la administración pública y en las fuerzas del orden eran parte del problema. Al inicio del sexenio de Felipe Calderón, cuando el mandatario panista declaró una “guerra frontal contra el crimen organizado”, ni los medios de comunicación ni los periodistas poseían protocolos de seguridad para documentar los enfrentamientos entre los agentes de seguridad pública, el ejército y las organizaciones delictivas. Por su parte, el Estado mexicano no ha exigido a las corporaciones policiacas y castrenses actuar con apego 7 “El crimen organizado estaba tocando las puertas del Estado”, entrevista a Eduardo Medina, realizada por Pablo Ordaz. Sección Internacional del periódico El País, 23 de noviembre de 2008. Cfr. http://elpais.com/diario/2008/11/23/internacional/ 1227394806_850215.html 337


a derecho durante sus intervenciones al tratar de restablecer el orden público, a pesar de haber suscrito pactos internacionales en la materia. Esta falta ha permitido que las áreas de conflicto sean campo fértil para la violación constante de los derechos humanos. De acuerdo a los registros de Article 19 México, los comunicadores más agredidos son los reporteros, corresponsales, camarógrafos y reporteros gráficos debido a que las tareas que les competen requieren su presencia física y una declaración abierta de su identidad. Pero no solo el gremio periodístico ha sido violentado, presuntos delincuentes, migrantes en tránsito, grupos e individuos que han tenido la desgracia de habitar o circular en un territorio en disputa e incluso servidores públicos y militares vieron afectados sus derechos humanos. Si es cierto que las agresiones físicas y materiales in situ ocupan la mayor parte de las violaciones perpetradas contra los periodistas visuales, 8 también lo es que las amenazas y la censura realizadas por servidores públicos no han dejado de hacerse presentes. Las medidas de seguridad propuestas por esos periodistas y sus empresas —privilegiar las coberturas conjuntas entre miembros de diversos medios o suprimir la rúbrica autoral, entre ellas— resultaron a fin de cuentas insuficientes en un entorno dominado por la violencia. Sin embargo, quedó claro para los 8 El término designa a “camarógrafos y fotógrafos de medios escritos, electrónicos y digitales”. Silencio forzado. El Estado, cómplice de la violencia contra la prensa en México, Informe Anual 2011 de Article 19 Oficina para México y Centroamérica, México, marzo de 2012, p. 49. 338


Páginas de la Guía de seguridad para periodistas visuales, realizada por el Programa de Libertad de Expresión y Protección a Periodistas de article 19 en colaboración con Darío López Mills, Jefe de Fotografía en la agencia The Associated Press (AP) para México y Centroamérica, con el apoyo de World Press Photo, México, 2013. Las imágenes que presiden estos capítulos pertenecen a Lucía Vergara, Guillermo Arias, Fernando Brito, Jorge Serratos, Mauricio Palos y Alfredo Estrella. El documento puede ser descargado de la dirección electrónica: http:// coberturaderiesgo. articulo19.org/ wp-content/ uploads/2013/08/guia_ seguridad_pv.pdf

periodistas visuales que debían tener un papel activo en su propia protección y defensa, propósito en el que fueron acompañados por diferentes organizaciones de la sociedad civil. Un ejemplo de esa colaboración fue la publicación de la Guía de seguridad para periodistas visuales (2013).9 En ese documento, de 108 páginas, se recupera la experiencia arrojada por el primer taller de capacitación para periodistas visuales en zonas de riesgo, organizado por Article 19 y World Press Photo con la colaboración de 13 fotoperiodistas mexicanos, que se llevó a cabo en Toluca, Estado de México, en enero de 2012. Los participantes poseían experiencias diversas, y en este sentido, conocimientos empíricos sobre cómo introducirse y documentar áreas de conflicto. Los fotógrafos Fernando Brito, Rafael Durán, Alfredo Estrella, José Manuel Jiménez, Luis Manuel López, Saúl López, Prometeo Lucero, Abdel Meza, Mauricio Palos, Eduardo Quiroz, Jorge Serratos, Mario Vázquez y Lucía Vergara, además de verse requeridos a sistematizar sus aportaciones, fueron instruidos para fungir como entrenadores de otros periodistas visuales en subsecuentes talleres. Hasta octubre de 2014 se han celebrado cinco encuentros de esa misma índole, a los que se han incorporado otros fotógrafos como entrenadores, con la finalidad de replicar la experiencia en distintas partes de la república mexicana. 9 En la realización de la guía participaron el Programa de Libertad de Expresión y Protección a Periodistas de la Oficina para México y Centroamérica de Article 19 junto con Darío López Mills, Jefe de Fotografía en la agencia The Associated Press (ap) para México y Centroamérica, con el apoyo de World Press Photo. 339


A través de la documentación de agresiones contra periodistas, medios de comunicación y trabajadores de los medios de comunicación en todo el país, Article 19 México ha configurado un archivo que recopila informaciones sobre los casos ocurridos a partir de 2003.10 El desarrollo del Programa de Libertad de Expresión y Protección a Periodistas ha permitido al organismo efectuar un monitoreo de las condiciones en las cuales es posible, o no, ejercer el derecho a la libertad de expresión y prensa. La permanente observación arroja, a corto plazo, la emisión y publicación, a través de su página web, de comunicados periódicos sobre las 10 En términos generales, esta información se clasifica por el tipo de sujeto agredido: periodista, medio de comunicación y trabajadores de los medios de comunicación; tipo de violación perpetrada: intimidación/presión, amenaza, detenciones ilegales, calumnia/injuria/difamación, agresión física/material, secuestro, asesinato y desaparición; presunto responsable: funcionario público (fuerza policial, ejército o servidor), parti­do político, crimen organizado, empresario, sindicato, otro/particular, desconocido; tipo de medio: escrito, televisión, radio, internet; situación geográfica: nacional, regional, estatal y local. Además, evalúa la respuesta del Estado y de organismos no jurisdiccionales, como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. 340

Lucía Vergara. Técnicas de rescate y supervivencia implementadas en el taller de capacitación para periodistas visuales en zonas de riesgo, impartido por fotógrafos mexicanos en colaboración con Article 19 México y World Press Photo, en el marco del Encuentro Fotográfico México (efmex), Tlaxcala, Tlaxcala, octubre de 2012.


Lucía Vergara. Actividades de seguridad y protección implementadas en el taller de capacitación para periodistas visuales en zonas de riesgo, impartido por fotógrafos mexicanos en colaboración con Article 19 México y World Press Photo, Valsequillo, Puebla, octubre de 2013.

violaciones y agresiones perpetradas; a largo plazo, el establecimiento de herramientas objetivas de análisis —a través del estudio del cúmulo de la documentación— sobre el comportamiento de la violencia en contra de periodistas y medios de comunicación en diferentes zonas del país. Al incorporar la información de primera mano obtenida gracias a la asesoría que el Programa Legal de Article 19 para México y Centroamérica ofrece a los periodistas y medios víctimas de agresiones, se conforman investigaciones que permiten dilucidar las causas y señalar a los posibles responsables de manera fiable. Los datos recopilados y su análisis han quedado plasmados en la publicación ininterrumpida de un Informe Anual, aparecido por primera vez en 2009. Este reporte ha sido una referencia para especialistas en la materia y una fuente constantemente citada por diversos medios de comunicación al abordar el tema de las libertades de ex­presión, prensa e información. En tanto cartografía de las agresiones es útil, sobre todo, para los propios periodistas. De los resultados plasmados a lo largo de los informes anuales de Article 19 es posible extraer dos constantes: 1) Los periodistas más violentados son los que cubren la sección policiaca, temas relacionados con 341


secuestros, corrupción y política; 2) Los principales agresores en contra de los trabajadores de la información son funcionarios públicos, policías municipales y estatales, si bien los actos de secuestro, asesinato y desaparición se adjudican en un mayor porcentaje a organizaciones criminales. Estos datos suelen poner en entredicho las versiones oficiales, como aquella, sostenida por el gobierno de Felipe Calderón, que declaraba como principal responsable de los delitos en contra de periodistas y medios de comunicación a los miembros del crimen organizado. A decir del director de la Oficina para México y Centroamérica de Article 19, Darío Ramírez, “en el 2003, al inicio de la documentación de los casos de violación a la libertad de expresión, Article 19 afirmó contundentemente que el principal perpetrador contra la prensa son autoridades”.11 De acuerdo a las informaciones de las osc, incluso cuando el perpetrador es el crimen organizado, hay elementos para vincular los actos de violencia a los servidores públicos.12 La simulación suele ser la respuesta institucional más socorrida:

11 Darío Ramírez, carta de presentación al Informe Anual 2013 Disentir en silencio: violencia contra la prensa y criminalización de la protesta, México 2013, Article 19 Oficina para México y Centroamérica, Creative Commons, México, marzo de 2014, p. 7. 12 Declaración de Darío Ramírez en una videoentrevista concedida para el blog informacióncivica.info disponible en su canal de YouTube, infocivic, a partir del 21 de julio de 2010. 342

Ángel Bernardo Moncada. La tolerancia de nuestros guardianes. Susana González, fotógrafa de la agencia Reuters, es traslada por sus colegas tras recibir el impacto de un tolete en el rostro, disparado por el agrupamiento granaderos al tratar de contrarrestar la violencia suscitada al finalizar el partido entre las selecciones nacionales de futbol de México y los Países Bajos —celebrado en Francia durante la XVI Copa Mundial de Futbol—, ciudad de México, 25 de julio de 1998. Esta imagen formó parte de la Tercera Bienal de Fotoperiodismo 19971998 en el categoría Policía.


Ricardo Ruiz/Procesofoto/Chihuahua. Amenaza anónima dirigida a Martín López Castro, reportero del Canal 44, plasmada en una de las sucursales de la tienda de electrodomésticos Electra, ubicada en avenida de Las Torres de Ciudad Juárez, Chihuahua, 28 de julio de 2010. A través de su noticiero nocturno, la televisora local hizo pública la intimidación de la que fuera objeto López Castro, quien debió abandonar el país por motivos de seguridad. Armando Cabada, director del Canal 44, avaló el trabajo del periodista y ratificó: “seguiremos cumpliendo con nuestra función de informar a quien esté ahí frente a su televisor, no nos importa quién sea. Nos importa que nos vean, claro está, pero más nos importa hablar con la verdad, ser objetivos, ser equitativos, no meternos en una guerra que a nosotros no nos incumbe; una guerra, la que tenemos que narrar desgraciadamente día tras día. Esa es nuestra función única y exclusivamente, la de informar, y lo seguiremos haciendo”. Declaración recabada por el Centro de Periodismo y Ética Pública. https:// libexmexico.wordpress. com/2010/07/31/ periodista-de-ciudadjuarez-se-refugia-enestados-unidos-trasrecibir-amenazas-demuerte/

A pesar del simulacro institucional de tener una fiscalía especial en la pgr, de tener una ley y un mecanismo de protección para la prensa, de contar con un programa de agravios a periodistas en la cndh, el informe 2013 expone una realidad lacerante: la ineficaz respuesta del Estado mexicano va de la mano con un incremento en las agresiones contra la prensa. [...] La respuesta del Estado apunta en la dirección contraria de lo que aspiramos como una vida democrática plena. No podemos tener un Estado preocupado en simular que protege al mismo tiempo que ataca. La simulación nos está saliendo demasiado cara.13

Junto al pronunciamiento de A rticle 19 sobre la responsabilidad del Estado mexicano en el incremento sostenido de la violencia contra la prensa, se sitúa el de otras organizaciones como Reporteros Sin Fronteras (rsf), Periodistas de a Pie y el Centro Nacional de Comunicación Social A.C. (Cencos). Para estas, dado que el Estado ha sido incapaz de salvaguardar la integridad de los periodistas y de impartir justicia, es corresponsable de estos delitos. Los altos niveles de impunidad fomentan la reincidencia de los crímenes en contra de la prensa. La periodista Marcela Turati recupera en su crónica Tras las pistas de los desaparecidos, las palabras de Ángeles López, activista del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, pronunciadas a través de un altavoz en el trayecto de León, Guanajuato, hacia la ciudad de México, donde algunas madres de hijos desaparecidos realizaron un plantón el 10 de mayo de 2012:

13 Darío Ramírez, op. cit. p. 7. 343


[…] hay una política de desaparición forzada, una política apoyada por el Estado... El Estado apoya las desapariciones cada vez que no los buscan, cada que nosotros denunciamos los retenes o los puntos en las carreteras donde desaparecen y no hace nada; cuando no combate al crimen organizado; cuando no investiga las denuncias; cuando niegan que el delito exista; cuando no quieren darnos información […].14

Periodistas de a Pie Alrededor del año 2003, un grupo de jóvenes periodistas comenzó a reunirse en un restaurante de la ciudad de México, del que era dueño Antonio Beltrán. Reflexionar sobre su labor como informadores era el motivo de esos encuentros. En aquel sitio, recuerda Daniela Pastrana, “cenábamos, bebíamos y revisábamos nuestros trabajos periodísticos. A veces teníamos invitados. Así duramos como cuatro años”. Entre los asistentes a las tertulias se contaba Marcela Turati, quien habría de apartarse de las actividades del grupo luego que decidiera renunciar a su trabajo en el periódico Reforma y emprender un viaje por Latinoamérica. A su regreso propuso a sus compañeros establecer una red de periodistas para profesionalizar el trabajo social que desarrollaban otros colegas. La iniciativa de Turati —merecedora en 2014 del Reconocimiento a la Excelencia Periodística, Premio Gabriel García Márquez de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano—, finalmente condujo a la fundación, en mayo de 2007, de la agrupación Periodistas de a Pie, que inicialmente congregó, además de a Pastrana y a Turati, a Elia Baltazar, Margarita Torres, Thelma Gómez, Daniela Rea, Verónica García de León, María Teresa Juárez y Alberto Nájar. “No queríamos ser una asociación civil, lo único que queríamos era funcionar como el colectivo que ya éramos, en el que revisábamos nuestros textos. [...] No teníamos ningún interés en meternos al tema de la libertad de expresión”, comenta Pastrana. La realidad nacional habría de imponer una agenda distinta a la que aspiraban llevar los miembros de la red. A raíz del asesinato de José Armando Rodríguez, reportero del área de seguridad pública en Ciudad Juárez, sucedido en noviembre de 2008, Elia Baltazar planteó la elaboración de un pronunciamiento a nombre de Periodistas de a Pie. Este hecho, al decir de Pastrana, “generó la primer discusión en la red, la primera de muchas. Y la primera gran escisión”. La proposición de Baltazar encontró resistencia por parte de algunas fundadoras, pues en su opinión, el activismo era ajeno a los propósitos fundamentales de la organización. Pronunciarse implicaba tomar una posición frente a la atmósfera de 14 Marcela Turati (coord.), Daniela Rea, Entre las cenizas. Historias de vida en tiempos de muerte, México, Sur+ Ediciones, 2012, pp. 118-119. 344


Julio Aguilar/ El Diario de Juárez. © Publicaciones Paso del Norte. S.A. de C.V. Personal forense inspecciona el cuerpo de José Armando Rodríguez, colaborador de El Diario de Juárez, así como el escenario donde fue asesinado. Ciudad Juárez, Chihuahua, 13 de noviembre de 2008. El también camarógrafo se especializó en temas de seguridad y violencia; desde 1993 dio cuenta de los feminicidios ocurridos en dicha ciudad fronteriza.

violencia e impunidad en la ciudad fronteriza, replicada en otros puntos del país. En opinión de Pastrana, la necesidad de adecuarse a las condiciones del país provocó el asentimiento de la mayoría de los integrantes. “Tuvimos un taller de seguridad con Álvaro Sierra. Empezamos a oír historias terribles de los colegas de los estados. Y decidimos entrarle. Fue una decisión política”.15 A partir de estos sucesos, Periodistas de a Pie incorporó a su trabajo la defensoría de la libertad de expresión y prensa a través de la profesionalización. Buscaron tejer redes o fortalecer las ya existentes entre comunicadores de diversos estados, al interior y fuera de ellos, de manera que los veracruzanos se relacionasen con los chihuahuenses, por mencionar un caso. Desde 2009 a la fecha, la red ha gestionado la impartición de talleres y coloquios que promueven la reflexión sobre la praxis periodística y tienden a desarrollar las habilidades de los comunicadores para enfrentar las condiciones de discriminación, violencia e inseguridad que son parte de sus entornos laborales. Durante los primeros años, la mayoría de los colaboradores de Perio­ distas de a Pie se empleaban en algún medio de comunicación. En la actualidad la mayoría de sus integrantes trabajan como periodistas independientes. En este sentido, para la red ha sido primordial desarrollar y publicar sus propios proyectos periodísticos. Del interés común que 15 Las declaraciones entrecomilladas proceden de una entrevista realizada a Daniela Pastrana para la redacción de este texto, el 8 de octubre de 2014 en la ciudad de México. 345


tienen por los relatos contados por personas que suelen quedar al margen de las tramas dominantes, surgió el libro Entre las cenizas. Historias de vida en tiempos de muerte. La publicación compendia diez relatos de personas afectadas por la guerra del gobierno federal en contra del crimen organizado. El elemento común de los testimonios vertidos es la participación de sus protagonistas en organismos sociales que demandan y elaboran, al mismo tiempo, las investigaciones sobre los crímenes cometidos. Las historias plasmadas en Entre las cenizas tienen un correlato audiovisual producido por diez fotógrafos invitados, estrechos colaboradores de Periodistas de a Pie.16 Ante la mirada de frente o de soslayo de los reporteros convocados por el proyecto, quedaron registrados algunos gestos de los protagonistas que han realizado la difícil tarea de articular y documentar una historia comunitaria, para luego hacer el cotejo entre sus experiencias y las versiones oficiales. Este compendio y otras publicaciones editadas por la asociación están disponibles en la página web, que funciona como su principal plataforma de divulgación. Otra propuesta que ilustra claramente la agenda de Periodistas de a Pie es la edición titulada En el camino. Con el apoyo de la Open Society Foundation, se inició con la impresión de un periódico dirigido a migrantes de Centroamérica en tránsito por México hacia los Estados Unidos, cuyo primer ejemplar salió a la luz el 5 de agosto de 2013. Al 16 El trabajo de Erik Riverón, Jorge Serratos, Prometeo Rodríguez, José Manuel Jiménez, Celia Guerrero, Germán Canseco, Mónica González, Pablo Pérez, Alicia Araís Fernández y Michell García, está disponible en la página web http://entrelascenizas. periodistasdeapie.org.mx. 346

Alicia Fernández/ El Diario de Juárez. © Publicaciones Paso del Norte. S.A. de C.V. Lugar de trabajo que José Armando Rodríguez ocupara en las oficinas de El Diario de Juárez, Ciudad Juárez, Chihuahua, 11 de noviembre de 2014. El cubículo del periodista aún permanece vacío; sus colegas y familiares continúan exigiendo el esclarecimiento de su asesinato.


Portadas de los cuatro primeros números de En el camino (5 de agosto, 2 de septiembre, 7 de octubre y 4 de noviembre de 2013), periódico dirigido a migrantes de Centroamérica en tránsito por México hacia los Estados Unidos, elaborado por la red de Periodistas de a Pie con el apoyo de la Open Society Foundation. La publicación está inspirada en el proyecto homónimo del periódico digital El Faro, de El Salvador, pionero en la investigación sobre las vicisitudes experimentadas por centroamericanos durante su internación a México.

transformarse en un sitio web, ha podido dar cuenta de las experiencias de los centroamericanos durante su viaje o su estancia indefinida. En la información que se difunde participan jóvenes periodistas y compañeros de los estados, colaboradores de la red, quienes desde su mirador local y con su lenguaje, ofrecen testimonios que ayudan a comprender la complejidad del flujo migratorio. Este trabajo, además de ser un apoyo práctico para el principal propósito de los migrantes —arribar a Estados Unidos sanos y salvos—, da visibilidad a las vicisitudes de un sector que en nuestro país carece de protección jurídica y es víctima de toda clase de atropellos. A partir del pronunciamiento sobre el asesinato del reportero Armando Rodríguez, a finales de 2008, Periodistas de a Pie se convirtió en un referente nacional en materia de libertad de prensa y promoción del ejercicio periodístico con perspectiva de género y de derechos humanos. “De pronto, a partir del trabajo que empezamos a hacer de libertad de expresión, la red creció muchísimo. [...] Todo el mundo nos empezó a buscar… Creció mucho, más de lo que quizá podíamos manejar”, recuerda Daniela Pastrana, actual directora editorial de Periodistas de a Pie.17 En agosto de 2010, la red fungió como uno de los principales promotores y voceros de la manifestación que se convocó, a través de Twitter, con el lema: “Porque los queremos vivos, no más violencia contra los periodistas”. La concentración, que tuvo lugar el 7 de agosto en el monumento conocido como Ángel de la Independencia, en la ciudad de México, exhibió por primera vez a nivel nacional la violencia padecida por los informadores. Cientos de trabajadores de medios impresos, electrónicos, radiofónicos y 17 Op. cit., entrevista a Daniela Pastrana. 347


televisivos utilizaron el espacio público y la difusión mediática para exigir al gobierno garantías de seguridad en el ejercicio de su labor, respeto a la libertad de prensa, cese de los actos de violencia e intimidación, esclarecimiento de las desapariciones e investigación de los asesinatos que habían enlutado a su gremio. El comité organizador Los Queremos Vivos emitió una misiva titulada Por tu derecho a saber y mi derecho a informar, alto a la impunidad, no más agresiones, donde se hizo manifiesta la necesidad de acabar con “la indiferencia de las autoridades para garantizar la seguridad de los periodistas, los trabajadores de los medios y los ciudadanos en su conjunto”. La convocatoria se organizó después de la liberación de los camarógrafos Javier Canales, de Multimedios Laguna, y Alejandro Hernández, de Televisa Torreón, así como de los reporteros Héctor Gordoa, del programa televisivo Punto de Partida, y Óscar Solís, del periódico local El Vespertino, todos ellos secuestrados el 26 de julio en Gómez Palacio, Durango. Los cuatro periodistas estaban cubriendo las manifestaciones en apoyo a la exdirectora del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Gómez Palacio, Margarita Rojas, destituida por su probable complicidad con presos que presumiblemente salían del penal para cumplir “venganzas por encargo [...] utilizando vehículos oficiales para su traslado y ocupando las armas de los custodios para las ejecuciones”.18 De acuerdo a las 18 Declaración de Ricardo Nájera, vocero de la Procuraduría General de la República. Cfr. José Gerardo Mejía, “Sicarios hicieron guarida en penal”, periódico El Universal, 26 de julio de 2010. http://www.eluniversal.com.mx/nacion/179291.html 348

Lucía Vergara. Periodistas asistentes a la manifestación “los queremos vivos”, convocada para denunciar las agresiones en contra de los trabajadores de medios de comunicación en México. Ciudad de México, 7 de agosto de 2010.


Francisco Olvera/ La Jornada. Retratos de periodistas asesinados fueron colocados sobre el enrejado de la sede de la Secretaría de Gobernación, tras concluir la marcha silenciosa que los asistentes a la manifestación “los queremos vivos” efectuaron del monumento conocido como Ángel de la Independencia hasta la dependencia de gobierno. Ciudad de México, 7 de agosto de 2010.

declaraciones de las víctimas, la cobertura informativa del conflicto en el Cereso generó la molestia de sus plagiarios.19 El 27 de julio, por orden de los captores, Televisa y Multimedios emitieron, a través de sus noticieros locales, videos que debieron bajar de la página web blogdelnarco.com, en los cuales personas aparentemente amenazadas “denuncian la presunta complicidad entre integrantes de Los Zetas (grupo armado compuesto en su mayoría por exmilitares de élite) y autoridades policiacas de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo”.20 Hasta entonces, la exigencia de no hacer público el plagio había sido respetada por parte de las televisoras. Sin embargo, luego de la trasmisión de los videos a nivel local, el gobierno de Durango reveló el secuestro de los periodistas. Los captores, en respuesta, exigieron que los mensajes videográficos fuesen trasmitidos a nivel nacional por Milenio Televisión y el canal 2 de Televisa. Sobre las nuevas presiones de los criminales, Ciro Gómez Leyva opinó: “No se trataba de un asunto de medios de comunicación, sino de seguridad nacional. [...] No nos tocaba a 19 Violencia en México y derecho a la información. Análisis de las cifras. Article 19 Oficina para México y Centroamérica, Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos), Creative Commons, México, abril de 2011, p. 24. 20 “Grupo criminal ‘levanta’ a cuatro periodistas por su cobertura en Durango”, CNN México, 28 de julio de 2010. Cfr. http://mexico.cnn.com/nacional/2010/07/28/ grupo-criminal-levanta-a-cuatro-periodistas-por-la-cobertura-que-hacian 349


nosotros hacer lo que habíamos hecho desde el lunes: negociar una vida por minutos/aire”.21 Los equipos de producción del noticiero de Gómez Leyva y del programa Punto de Partida de Denise Maerker, apoyados por sus empresas, decidieron no atender dichas exigencias. Los medios nacionales debieron reconocer que en determinadas zonas del país se había perdido la posibilidad de ejercer derechos fundamentales como la libertad de tránsito, prensa y expresión. A poco menos de un año de estos sucesos, el 24 de marzo de 2011, alrededor de setecientos medios de comunicación firmaron el Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia. La idea surgió en el marco del segundo periodo de Iniciativa México con el fin de homologar criterios editoriales.22 El pronunciamiento consensuado se gestó por la necesidad de seguir informando en ambientes inseguros. Los firmantes declararon que “según los organismos internacionales más importantes en la materia, México es uno de los países más riesgosos para ejercer el periodismo y la libertad de prensa por la presión de la delincuencia organizada”, sin mencionar las fuentes consultadas o los datos que apoyasen la aseveración de que el crimen organizado fuese el único o el principal causante del hostigamiento y los crímenes contra la prensa. El acuerdo planteaba medidas conjuntas para evitar que los medios de comunicación fuesen “instrumentos involuntarios de la propaganda”23 de los grupos criminales sin ofrecer ningún cuestiona 21 Ciro Gómez Leyva, “Ya hablé con Blake”, en su columna La historia en breve, periódico Milenio, 5 de agosto de 2010. El artículo fue publicado con autorización de su autor en la página web: http://www.etcetera.com.mx/articulo/ya_hable_con_blake/4599/ 22 En 2010, cuarenta medios de comunicación mexicanos instituyeron un Consejo Consultivo para invitar a empresas y miembros de la sociedad civil a participar con ideas y proyectos que promoviesen el desarrollo social. Durante la segunda edición de Iniciativa México, ocurrida en 2011, el Consejo Técnico y el Consultivo seleccionó algunas propuestas para darles seguimiento a través de un programa televisivo, emitido de manera simultánea por el canal 2 de Televisa, 13 de TV Azteca, Milenio, Cadena Tres, Telefórmula y Foro TV. Los televidentes que siguieron la transmisión, colaboraron en la selección de veinticinco ideas que recibieron apoyo para su ejecución. 23 Los entrecomillados provienen del documento Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia, México, marzo de 2011, p. 1. 350

Cintillo con el que el programa Punto de Partida anunció la suspensión de su emisión del día 29 de julio de 2010, en respuesta al plagio de cuatro periodistas en Gómez Palacio, Durango, el 26 de julio de 2010, entre quienes se encontraba Héctor Gordoa, enviado especial del semanario televisivo transmitido por el Canal 2 de Televisa. Durante la emisión del día 29 de julio de 2010, Ciro Gómez Leyva —derecha—, titular de Milenio Noticias, cede la conducción del informativo a Joaquín Fuentes —izquierda—, como réplica ante el secuestro de cuatro periodistas en Gómez Palacio, Durango, el 26 de julio de 2010, entre quienes se encontraba su compañero Javier Canales, camarógrafo de Multimedios Laguna.


Videogramas extraídos del registro que El Universal TV realizó sobre el Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia, firmado en el Museo Nacional de Antropología, ciudad de México, 24 de marzo de 2011. A rriba : Aparecen diversos conductores de noticieros radiofónicos y televisivos, de izquierda a derecha: Javier Alatorre (TV Azteca), Joaquín LópezDóriga (Televisa), Pedro Ferriz de Con (Grupo Imagen Multimedia), Adriana Pérez Cañedo (Canal 11 del Instituto Politécnico Nacional), Óscar Mario Beteta (Grupo Fórmula) y Ciro Gómez Leyva (Grupo Milenio). A bajo : Carlos Loret de Mola, titular del informativo Primero Noticias de Televisa (primer plano, izquierda); y Sergio Sarmiento, director del Comité Editorial de Noticias de TV Azteca (derecha).

Entre los empresarios asistentes se encontraban, sentados en la segunda fila, Rogerio Azcárraga (Grupo Radio Fórmula), Javier Pérez de Anda (Grupo Radiorama), Olegario Vázquez (Grupo Imagen Multimedia), Emilio Azcárraga (Grupo Televisa), Ricardo Salinas (Grupo Salinas), entre otros.

miento a la política de seguridad pública del gobierno de Felipe Calderón, que ya para entonces contaba entre sus “daños colaterales”24 la muerte de decenas de miles de personas. Pocos fueron los medios que cuestionaron la “verdad elemental” a la que se acogía el mandatario panista: “el verdadero enemigo, la amenaza a la sociedad son los criminales, no es el gobierno, por lo menos no en este 2 4 “A pesar de las muertes de civiles —niños, jóvenes estudiantes y adultos— en los enfrentamientos entre las fuerzas armadas y el crimen organizado, la estrategia se mantendrá, son daños colaterales que son lamentables”. La declaración fue pronunciada por el general Guillermo Galván, entonces secretario de la Defensa Nacional, al comparecer junto con los miembros del Gabinete de Seguridad Nacional ante el Senado de la República. En la comparecencia celebrada el 12 de abril de 2010, los senadores integrantes de la Junta de Coordinación Política demandaron exponer los resultados de la estrategia implementada en el combate al crimen organizado tras dos multihomicidios ocurridos la noche del 31 de enero de 2010. El primero fue perpetrado en la 351


caso”.25 El señalamiento de esta simplificación provino de organismos de la sociedad civil como Article 19 México, de la red de Periodistas de a Pie, Cencos, rsf, entre otros muchos. La reacción multitudinaria surgió de la ciudadanía, aquejada por la violencia generada tanto por las organizaciones criminales como por la política de seguridad del Estado con la que se pretendía combatirlas. El asesinato de Juan Francisco Sicilia, hijo del poeta Javier Sicilia, desencadenó una serie de acciones y manifestaciones que dieron pie a la creación del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (mpjd). La movilización aglutinó el trabajo de diversas asociaciones que sin ser anónimas, no gozaban de la difusión mediática del movimiento. Se organizó la “caminata del silencio”, salida de Cuernavaca, Morelos, el 5 de mayo de 2011, con destino a la ciudad de México, a donde arribó tres días después. Encabezada por Javier Sicilia y Julián LeBarón26 — cuya familia también se contaba entre las víctimas de la violencia—, a la marcha se “sumaron padres y madres que llegaron desde Tijuana, Ciudad Juárez, Acapulco o Cancún, con el mismo objetivo: pedir justicia para sus hijos”.27 colonia Villas de Salvárcar, Ciudad Juárez, Chihuahua, en una fiesta en la que estaban reunidos cerca de sesenta jóvenes estudiantes, dieciséis de los cuales fueron asesinados. El segundo tuvo lugar en un bar del municipio de Torreón, Coahuila, dejando el saldo de diez personas muertas. El testimonio del secretario de la Defensa fue tomado del artículo “Muertes de civiles en el combate al crimen, ‘daños colaterales’: Galván”, Víctor Ballinas, La Jornada, 13 de abril de 2010, p. 5. 25 Declaración del presidente Felipe Calderón pronunciada ante dueños y directivos de diversos medios de comunicación a pocos días de ser liberados los cuatro periodistas secuestrados en Gómez Palacio, Durango. Cfr. Jorge Ramos, “Calderón pide objetividad ante violencia”, periódico El Universal, 6 de agosto de 2010. 26 Líder mormón del municipio de Galeana, Chihuahua, ha participado como activista social a partir de múltiples asesinatos perpetrados en contra de miembros de su familia y amigos cercanos. Su hermano, Benjamín LeBarón, encabezó un movimiento antisecuestro pero fue abatido por negar el pago del rescate de Eric LeBarón, hermano de ambos. 27 Daniela Pastrana, “Las voces de la guerra”, en Entre las cenizas. Historias de vida en 352

Izquierda :

Germán Canseco/ La Jornada. Javier Sicilia, líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (mpjd), ofrece un discurso durante la “marcha por la paz”. Zócalo de la ciudad de México, 8 de mayo de 2011. Sicilia denunció la violencia de grupos criminales y del Estado mexicano, además de exigir al gobierno federal modificar la política de seguridad nacional. D erecha :

Alonso Gallegos. Salvador Campanur, emisario purépecha; Felipe Calderón, presidente de México; María Elena Herrera y Julián LeBarón, representantes del mpjd, en la mesa de Diálogos por la Paz con Justicia y Dignidad. Castillo de Chapultepec, ciudad de México, 23 de junio de 2011. Después que María Elena Herrera denunciara las omisiones del gobierno federal en la desaparición de cuatro de sus hijos y en otros miles de casos afectados por la guerra contra el narcotráfico, fue estrechada por Calderón.


I zquierda :

Prometeo Lucero. Nepomuceno Moreno [†], integrante del mpjd, en la manifestación con la que concluyó la “caravana del sur”. Zócalo de la ciudad de México, 19 de septiembre de 2011. El sonorense se unió al movimiento debido a la detención ilegal y desaparición de su hijo Jorge Mario. Nepomuceno, quien recopiló información relevante sobre el caso, fue asesinado en Hermosillo, Sonora, el 28 de noviembre de 2011. Su hijo permanece en calidad de desaparecido. D erecha :

Manuel Larios. Durante la “caravana por la paz” Méxicoeu, Javier Sicilia e integrantes del mpjd, acompañados de líderes de organizaciones religiosas defensoras de los derechos humanos de los centroamericanos, promotores de la legalización de las drogas y simpatizantes, se manifiestan frente a la Casa Blanca. Washington, D.C., Estados Unidos, 11 de septiembre de 2012.

La recepción en la capital mexicana fue cálida y multitudinaria, haciendo evidente que miles de personas compartían el grito de desesperación y enojo proferido por Sicilia: “¡Estamos hasta la madre!”. En los siguientes meses se organizaron otras caravanas que recorrieron el norte y el sur de la república mexicana, y se hicieron presentes en varias ciudades de Estados Unidos. Como la respuesta civil cobró dimensiones insospechadas, el gobierno federal promovió un encuentro entre representantes del movimiento, el presidente Felipe Calderón y miembros de su gabinete. El mpjd tuvo, entre otros méritos, la capacidad de rescatar la dimensión humana de las pérdidas producidas por las acciones y omisiones del gobierno calderonista, y confrontar directamente a las autoridades políticas y judiciales con el dolor de los agraviados. En palabras de Javier Sicilia: Logramos visibilizar a las víctimas, logramos poner en el centro de la conciencia nacional la tragedia humanitaria y la emergencia que tiene el país, logramos la Ley de Víctimas, pero logramos muy poca justicia, nada de paz y que la nueva administración [encabezada por el presidente Enrique Peña] intente de nuevo invisibilizar a las víctimas. Aunque no lo logrará. 28

Durante las caravanas y las concentraciones realizadas en diversas ciudades del país y en el extranjero, los deudos, al portar la imagen de los muertos y de los ausentes, al presentarlos reiteradamente, incesantemente, abrieron un espacio y un tiempo para ellos en el futuro. Los ciudadanos afectados se opusieron a la política gubernamental que pretendía criminalizar a las propias víctimas; un mecanismo retórico que ha servido a la autoridad para justificar la violación constante a los derechos tiempos de muerte, Marcela Turati (coord.), Daniela Rea, México, Sur+ Ediciones, 2012, p. 80. 28 Lolita Bosch, México. 45 voces contra la barbarie, México, Océano, 2014, p. 78. 353


humanos y la falta de transparencia en los procedimientos judiciales. Esta estratagema ha sido utilizada en más de una ocasión para vincular a los periodistas con el crimen organizado sin ofrecer las pruebas que acrediten esta aseveración. De la simplificación maniqueísta de la violencia vivida en el pasado reciente no solo son responsables los distintos niveles de gobierno. En relación a los hechos de sangre muchos medios no han sido capaces “de hacer otra cosa que rebajar toda la profundidad contemporánea a la actualidad de las banalidades necesarias a la sociedad del espectáculo” (Georges Didi-Huberman).29 De este tratamiento da inmejorable testimonio el surgimiento de los ejecutómetros, el conteo indiferenciado de los individuos asesinados en las distintas entidades federativas.30 Sin embargo, el modo espectacular de abordar los efectos de la violencia, sin preguntarse sobre sus causas, no resta un ápice a la realidad que se manifiesta en los crímenes, muertes y desapariciones. No hay distracción ni desviación posible ante la profundidad del dolor de quienes han padecido la violencia auspiciada por el crimen organizado, el Estado mexicano y la intrincada red de intereses y complicidades que los vincula hasta confundirlos. Veracruz, zona de riesgo Para mayo de 2012, algunas de las actividades de profesionalización organizadas por Periodistas de a Pie comenzaron a realizarse en el interior del país. Como parte de este esfuerzo, Daniela Pastrana junto a la reportera y fotógrafa Daniela Rea impartieron, con el apoyo del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, el taller Periodismo que no discrimina en Boca del Río, Veracruz. En días previos a la realización del encuentro cuatro periodistas fueron asesinados en aquel estado del Golfo de México. El organismo gubernamental les advirtió a las periodistas de los riesgos de llevarlo a cabo, pero las representantes de la red consideraron que era precisamente por causa de esas precarias condiciones de seguridad que resultaba indispensable su celebración. El primero de los asesinatos referidos fue consumado en contra de Regina Martínez, corresponsal en Veracruz de la revista Proceso y del periódico La Jornada, hallada muerta el 28 de abril de 2012 en su domicilio de Xalapa. Especializada en temas de narcotráfico, Martínez elaboró varios 29 Georges Didi-Huberman, Superveniencia de las luciérnagas, Madrid, España, Abada Editores, 2012, p. 49. 30 El Ejecutómetro del periódico Reforma, ha recabado y divulgado la “cifra de los ejecutados por el crimen organizado” a partir del 2008 hasta la fecha, con cifras históricas que datan del 2006. Otros medios impresos y el programa televisivo El Almohadazo, emitido por el canal 52mx de MVS Televisión, ostentan una sección homónima. 354


Páginas del artículo “Fueron los soldados, m'ija”, investigación de Regina Martínez [†] y Rodrigo Vera sobre la muerte de Ernestina Ascencio Rosario, publicada en el semanario Proceso, núm. 1584, el 11 de marzo de 2007. Hemeroteca Nacional/unam.

reportajes sobre el caso de la indígena Ernestina Ascencio Rosario, de quien se presumía había muerto tras ser víctima de una violación tumultuaria por probables efectivos del ejército mexicano en febrero de 2007. Para el periodista Jorge Carrasco, este era el primer caso del gobierno de Felipe Calderón en el que militares se veían involucrados como presuntos responsables de un crimen.31 La cobertura de Regina Martínez y Rodrigo Vera dio pie a una averiguación por parte de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Veracruz a casi un año de la muerte de Ernestina Ascencio. Los reporteros fueron señalados como presuntos culpables de la toma y la divulgación de una fotografía que acompañó una nota firmada al alimón, aparecida en marzo de 2007 en la revista Proceso.32 Ambos periodistas comparecieron ante el ministerio público a pesar de la recomendación emitida por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (cndh), que consideró un tipo de intimidación el hecho de solicitar a un profesional de la información el develamiento de su fuente. La imagen desplegada en el artículo “Fueron los soldados, m’ija” presenta el rostro de la mujer de 72 años, originaria de la sierra de Zongolica, postrado sobre la plancha donde le fue practicada la necropsia. El estudio del cadáver

31 Comentario recogido dentro del video Regina Martínez, en el marco de la campaña #impunidadmata La prensa entre la violencia y la impunidad, de la Oficina de Article 19 para México y Centroamérica, marzo, 2013. 32 Regina Martínez y Rodrigo Vera, “Fueron los soldados, m’ija”, Proceso, núm. 1584, 11 de marzo de 2007, p. 19. 355


Félix Márquez. Hallazgo de los cuerpos de Gabriel Huge, Guillermo Luna y Esteban Rodríguez, reporteros gráficos, e Irasema Bárcenas, exempleada de El Dictamen. Boca del Río, Veracruz, 3 de mayo de 2012.

dictaminó como causa del deceso una fractura craneoencefálica y cervical, y registró la existencia de desgarros en la parte vaginal y anal así como equimosis en el cuerpo. Los informes del gobierno federal y de la cndh ofrecieron una versión distinta: Ernestina Asencio habría muerto a causa de úlceras gástricas pépticas agudas. Tres años después del fallecimiento de la indígena veracruzana, el forense que estuvo a cargo de la necropsia, Juan Pablo Mendizábal, fue cesado de su cargo por “haber contaminado” las pruebas de la primera necropsia, por practicar la misma en un lugar no autorizado y por concluir, de manera errónea, la presencia de signos de violación sexual en el cuerpo de la anciana.33 En cuanto al homicidio de Regina Martínez, la Procuraduría veracruzana acusó a Jorge Antonio Hernández Silva como autor del crimen y dictaminó como su móvil el robo cometido en el interior de la residencia de la periodista. Hernández Silva fue absuelto en agosto de 2013 por recomendación del magistrado Edel Álvarez Peña, quien consideró que el incriminado había sido torturado para declararse culpable del homicidio. Sin embargo, en abril de 2014, el amparo interpuesto por el hermano de la corresponsal de Proceso y La Jornada, Ángel Alonso Martínez, logró la reaprehensión de Hernández Silva. Para la Oficina de Article 19 en México y Centroamérica, la solicitud de amparo favorable a la familia Martínez abrió la posibilidad de reformular la línea de investigación sobre la causa del asesinato de la periodista. En un comunicado la organización subrayó:

33 Cfr. http://www.cimacnoticias.com.mx/node/42952 356

Márquez debió salir del estado por motivos de seguridad, tras publicarse en la revista Cuartoscuro (marzo de 2013), algunas de sus imágenes donde se mostraban a varios sujetos armados en el municipio veracruzano de Tlalixcoyan, como evidencia de la conformación de un grupo de autodefensa. Para Gerardo Buganza, secretario de Gobierno, las fotografías procedían de un archivo; Arturo Bermúdez, titular de Seguridad Pública, declaró que las escenas capturadas eran un montaje. El fotógrafo recibió el apoyo de Pedro Valtierra, director de Cuartoscuro, quien dispuso el material fotográfico para su revisión.


Tanto la revista Proceso, como las organizaciones sociales defensoras de la libertad de expresión, consideran que existen suficientes elementos para presuponer que a Regina la asesinaron por su actividad periodística crítica de la administración pública (Federal y Estatal). Sin embargo, la Procuraduría veracruzana en ningún momento mostró interés en iniciar una línea de investigación relacionada con su ejercicio profesional.34

El 3 de mayo de 2012, cinco días después del descubrimiento del cuerpo sin vida de Martínez, fueron encontrados los restos de cuatro trabajadores de medios de comunicación veracruzanos: Gabriel Huge y Guillermo Luna, fotorreporteros de la fuente policiaca, colaboradores de la agencia fotográfica Veracruz News y exempleados del diario Notiver; Esteban Rodríguez, reportero nocturno para la sección policiaca de TV Azteca Veracruz y fotógrafo del diario AZ —quien al momento de ser asesinado trabajaba como soldador—; e Irasema Bárcenas, exempleada del diario El Dictamen y pareja sentimental de Guillermo Luna. Los cuerpos se hallaron en un canal conocido como La Zamorana, ubicado en las inmediaciones de la unidad habitacional Las Vegas II, municipio de Boca del Río. Los tres fotorreporteros fueron víctimas de desplazamiento forzado tras el homicidio de Yolanda Ordaz, reportera de Notiver, ocurrido en julio de 2011. Un mes antes, el 20 de junio, el gremio periodístico había sido sacudido por la noticia del multihomicidio que acabó con las vidas del columnista Miguel Ángel López, de su hijo, el fotógrafo Misael López y de Agustina Solana, esposa y madre, respectivamente, de estos dos periodistas que también trabajaban en Notiver. En el marco de una audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, efectuada el 27 de octubre de 2011, la organización Article 19 dio aviso sobre los riesgos que corrían Gabriel Huge, Guillermo Luna y Esteban Rodríguez. Los tres aparecían en una lista, de autoría desconocida, donde trece nombres de periodistas de Veracruz eran amenazados de muerte. Ante el reporte entregado a representantes del gobierno de Veracruz y de la Subsecretaría de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, los servidores públicos fueron omisos. A la luz de estos crímenes, el gobernador del estado Javier Duarte respondió con el anuncio de la creación de un organismo que otorgaría protección a periodistas y otro que daría atención a víctimas de la delincuencia organizada. En la nota de prensa que dio cuenta de la fundación de las comisiones se afirmaba: 34 “Dos años de impunidad para Regina Martínez”, Boletín de la Oficina de Article 19 para México y Centroamérica, 28 de abril de 2014. Cfr. http://www.articulo19.org/ dos-anos-de-impunidad-para-regina-martinez/ 357


Respecto de los homicidios ocurridos en esta zona conurbada de personas relacionadas a medios de comunicación, [Javier Duarte] indicó que las autoridades ministeriales poseen indicios, muy claros, de que se trata de un asunto vinculado con la delincuencia organizada que, por su naturaleza, requiere el concurso no solo de la autoridad local, sino de las instancias federales a las que por ley les compete.35

La impronta de brutalidad marcada en los cuerpos de los fotorreporteros, atribuida por el jefe del ejecutivo estatal a la delincuencia organizada, había tenido su correlato en una legislación que solapaba el silencio, el desplazamiento forzado, la desaparición y el asesinato de informadores. La acción del gobierno de Duarte llegó un año después de que rsf considerase al estado de Veracruz como uno de los lugares más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, basándose para ello en el registro de ataques graves contra la prensa que se documentaron desde 2007, cuando la entidad era gobernada por Fidel Herrera. A la par de la publicación de imágenes y notas sin firma o atribuidas a la editorial como medida de seguridad, en años recientes han surgido blogs y revistas electrónicas que devienen —en palabras de Daniela Pastrana al referirse a Plumas Libres— “en el último reducto de resistencia al silencio forzado de periodistas y medios de comunicación de ese estado suroriental, impuesto por los grupos criminales y avalado por autoridades de todos los niveles de gobierno”.36 La disminución de las coberturas realizadas por medios impresos y televisuales sobre los enfrentamientos entre miembros de seguridad pública y del crimen organizado o acerca de las pugnas sostenidas por facciones delincuenciales, incrementó el flujo de la información procedente de fuentes extra­oficiales. La escasa legislación del espacio cibernético, el resguardo parcial de la identidad de quien suscribe 35 “Creará Veracruz organismos de protección a periodistas y de atención a víctimas de la delincuencia: Javier Duarte”, Veracruz, Veracruz, 4 de mayo de 2012. Cfr. http:// www.veracruz.gob.mx/blog/2012/05/04/creara-veracruz-organismos-de-proteccion-aperiodistas-y-de-atencion-a-victimas-de-la-delincuencia-javier-duarte/ 36 Daniela Pastrana, “Veracruz, el miedo que silencia”, en ¿Por qué tanto silencio? Daño reiterado a la libertad de expresión en México, México, Cencos, 2012, p. 54. 358

I zquierda :

Meme publicado en la cuenta de Twitter de María de Jesús Bravo, acusada por el gobierno de Veracruz, junto con Gilberto Martínez, del delito de terrorismo y sabotaje por difundir información falsa a través de redes sociales sobre un ataque por parte de grupos criminales en contra de centros educativos en agosto de 2011. Fuente: @maruchibravo C entro y derecha :

Memes relacionados con el caso de los tuiteros veracruzanos María de Jesús Bravo y Gilberto Martínez, acusados de terrorismo por el Gobierno de Veracruz. Fuente: https://chingadanews. wordpress.com


y el grado de inmediatez en la difusión de la información gráfica y textual favorecen el uso de medios digitales. Un estudio formal sobre la emergencia de estas plataformas en la atmósfera de violencia generada por diversos actores nacionales e internacionales aún está por hacerse. Un hecho que ilustró tanto la presencia de nuevos canales de información como el afán de controlarlos por parte de las autoridades del estado de Veracruz, lo ofreció el caso protagonizado por la periodista María de Jesús Bravo y el profesor Gilberto Martínez, quienes fueron acusados de terrorismo equiparado y sabotaje por haber difundido mensajes, a través de Twitter, que informaban sobre presuntos ataques a centros escolares por parte de organizaciones criminales. En consecuencia, la Procuraduría estatal les dictó auto de formal prisión el 31 de agosto de 2011. Las protestas emitidas por usuarios de redes sociales y organizaciones defensoras de la libertad de expresión, y el reclamo que hizo el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad pronunciado a su paso por la ciudad de Xalapa, incidieron en las acciones tomadas por el gobierno estatal sobre el caso de los tuiteros. El gobernador Javier Duarte anunció el retiro de los cargos el 21 de septiembre a través de su cuenta de Twitter: “Al existir una nueva legislación que tipifica la conducta de las dos personas que causaron disturbios, la pgje se desistirá de la acción penal”.37 La creación de la figura de perturbación al orden público —artículo 373 del Código Penal—, promovida por Javier Duarte, fue aprobada y publicada en la Gaceta Oficial el día anterior a la divulgación del mensaje del jefe del ejecutivo estatal. María de Jesús Bravo y Gilberto Martínez obtuvieron su libertad tras ser dictado el auto de sobreseimiento el 22 de septiembre. La red de Periodistas de a Pie y Cencos celebraron la liberación, sin dejar de advertir sobre los riesgos que implicaba la puesta en marcha de la llamada “Ley Duarte”, por considerar que ponía en riesgo el ejercicio de la libertad de expresión al castigar a “quien realice afirmaciones falsas referentes a situaciones que causen alarma”.38 En julio de 2012, el gobernador Duarte propuso al Congreso local algunas modificaciones al Código Electoral para el estado de Veracruz. Entre estas, la relativa al artículo 48, Capítulo II, Del Acceso a Medios de Comunicación, donde quedó establecido que: “Las organizaciones 37 Andrés Timoteo Morales, “Liberan a tuiteros de Veracruz; el gobierno se desistió de cargos”, periódico La J ornada, 22 de septiembre de 2011, p. 34. http://www.jornada.unam. mx/2011/09/22/estados/034n1est 38 Finalmente, la figura de perturbación al orden público fue declarada inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación el 20 de junio de 2013, por ser incompatible con el ejercicio de la libertad de expresión. Cfr. http://www2.scjn.gob.mx/ ConsultaTematica/PaginasPub/DetallePub.aspx?AsuntoID=132774 359


políticas no podrán contratar espacios publicitarios en aquellos medios que aun habiendo efectuado los registros señalados en este artículo, publiquen mensajes en contra de cualquier partido, coalición o candidato”.39 Al respecto, el priista Eduardo Andrade, presidente de la Mesa Directiva del Congreso de Veracruz, declaró que si bien el párrafo sería retirado, la intención “nunca fue castigar a medios que hablaran mal. El propósito central de la iniciativa es evitar la guerra sucia”.40 El día antes de que Andrade hiciese esa declaración, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Veracruz anunció el inicio de la averiguación previa por la desaparición de Miguel Morales, fotorreportero del Diario Poza Rica. De acuerdo al órgano judicial, Morales comunicó a su empresa que “dejaría de enviar material fotográfico, toda vez que tendría que ausentarse de la ciudad para resolver algunos problemas personales”.41 Cuando la Oficina para México y Centroamérica de Article 19 quiso dar seguimiento al caso, encontró que el número de la averiguación no existía. En opinión de su director, Darío Ramírez, recogida por el programa radiofónico Atando Cabos, el 26 de julio de 2012, resultaba crucial que el órgano encargado de la investigación brindara información clara y fidedigna, porque de ello dependía que el caso no quedara en la impunidad 39 Gaceta Legislativa publicada el 20 de julio de 2012, p. 24. Cfr. http://www.legisver.gob. mx/gaceta/gacetaLXII/AnexoAGaceta102.pdf. 40 La declaración del funcionario fue recogida el 24 de julio de 2012 en el programa radiofónico Atando Cabos, conducido por Denise Maerker, difundido a través del 104.1 de FM, estación del Grupo Fórmula. 41 Cfr. “Reportan desaparición de fotorreportero en Veracruz”, Notimex/El Universal, 24 de julio de 2012, Xalapa, México. 360

Lucía Vergara. Periodistas, camarógrafos, reporteros, caricaturistas, trabajadores de medios de comunicación, defensores de los derechos humanos y simpatizantes se manifestaron contra los asesinatos de Regina Martínez, corresponsal del semanario Proceso, y de los reporteros gráficos Guillermo Luna, Gabriel Huge y Esteban Rodríguez, perpetrados entre abril y mayo de 2012 en el estado de Veracruz. Ángel de la Independencia, ciudad de México, 5 de mayo de 2012. El reclamo se hizo extensivo por los 79 periodistas asesinados o desaparecidos, el hostigamiento y las condiciones de inseguridad en las que los trabajadores de la información han desempañado su labor desde el comienzo de la administración calderonista.


Departamento de fotografía de la Coordinación General de Comunicación Social del Gobierno del Estado de Veracruz. Javier Duarte, gobernador de Veracruz, sostiene el reconocimiento que la Asociación Mexicana de Editores de Periódicos A.C. le otorgó por considerarlo un promotor de la libertad de expresión. Xalapa, Veracruz, 2 de abril de 2013. Miembros del gremio periodístico y organizaciones defensoras de las libertades de prensa y expresión recibieron con indignación la distinción conferida a Duarte. Desde el inicio de su gobierno y hasta la fecha mencionada, 9 periodistas fueron asesinados, 3 habían desaparecido y más de 20 abandonaron el estado por amenazas.

como los otros ataques contra la prensa y medios de comunicación en la entidad. Sin correspondencia alguna con el escenario de inseguridad y violencia que debían enfrentar a diario los periodistas en Veracruz, el gobernador Javier Duarte recibió de parte de la Asociación Mexicana de Editores de Periódicos A.C. (ame) un reconocimiento, que en su opinión se había ganado gracias a “los esfuerzos que ha hecho Veracruz para garantizar el pleno ejercicio de la libertad de expresión, al empeño por proteger a sus comunicadores con la creación de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas, un marco legal inédito en el país y en el mundo, que se logró con el apoyo del Congreso del Estado”.42 Para algunos medios y organismos defensores de la libertad de expresión, la entrega de ese reconocimiento, ocurrida el 2 de abril de 2013, resultaba una grotesca cortina de humo con la que se pretendía ocultar la larga lista de casos referidos a periodistas silenciados, amenazados, desplazados, asesinados y desaparecidos durante la administración de Duarte. El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal dio a conocer a principios de 2013 un informe sobre la violencia en México. El documento señalaba que en el país solo el 16% de los homicidios dolosos eran castigados; que menos de cinco de cada cien muertes eran sancionadas en los municipios más violentos, en tanto que, en los de menor índice delictivo, el 60% de los homicidios recibían condena. En el caso particular del estado de Veracruz, se señalaba como los cinco municipios más violentos a Pánuco, Martínez de la Torre, Veracruz, Boca del Río y Coatzacoalcos. El Consejo consideró que el principal factor en el aumento de la violencia, a nivel nacional, era la impunidad.43 Organizaciones como Periodistas de a Pie, Cencos, rsf, y la Oficina para México y Centroamérica de Article 19, han constatado y documentado, una y otra vez, la incapacidad y/o falta de voluntad que las autoridades de todos los niveles de gobierno tienen para respetar y hacer respetar 42 “Medios de comunicación, fundamentales para construir el futuro que queremos: Javier Duarte”, comunicado disponible en el sitio web del gobierno estatal: http://www. veracruz.gob.mx/blog/2013/04/02/48839 43 José Carbonell, Informe citado en “Impunidad, el verdadero motor de la violencia”, Sin embargo, 4 de marzo de 2013. Cfr. http://www.sinembargo.mx/opinion/04-03-2013/12962 Véase también: Gregorio Jiménez: asesinado por informar, Reporteros Sin Fronteras, Periodistas de a Pie, Casa de los Derechos de Periodistas, Sociedad Interamericana de Prensa, México, 2014, p. 16. 361


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los derechos en que se sustenta el libre ejercicio del periodismo. El Estado, al ostentar el monopolio en la impartición de justicia, es el responsable único de la impunidad en la que permanecen los crímenes contra los profesionales de la información. Ante la falta de castigo, la autoridad deja un amplio margen de maniobra para que nuevos actos criminales sean perpetrados por miembros del crimen organizado, servidores públicos o actores que encarnan simultáneamente más de uno de estos roles. Nos dueles Goyo Durante el tercer informe de gobierno de Javier Duarte, una veintena de periodistas exigió al secretario de Seguridad Pública del estado, Arturo Bermúdez, el cese de las agresiones por parte de la Policía Estatal Acreditable y el retiro de la protección oficial que los libraba de cualquier sanción. Los comunicadores aprovecharon la cobertura de los medios para denunciar la violencia de la que eran sujetos al cubrir manifestaciones, operativos de seguridad y eventos del gobierno estatal. Una nota del diario Notisur dio cuenta de esa protesta realizada a las afueras del recinto legislativo: Los fotoperiodistas y reporteros de a pie, que con malos salarios, sin seguro social y sin ninguna protección por parte de sus patrones y ex directivos —hoy, varios de ellos diputados locales—, ya están hartos de agresiones e impunidad y de que sobre la fría estadística de nueve periodistas asesinados en lo que va del sexenio de Javier Duarte, el cúmulo de violencia y hostigamiento contra la prensa, hace que se sienta cerca el número diez.44

Primeras planas del diario Notisur, editado en Coatzacoalcos, donde se da cuenta del secuestro y asesinato de su colaborador, Gregorio Jiménez, así como de las movilizaciones del gremio periodístico surgidas por la desaparición del fotorreportero, correspondientes a los días 6, 7, 10 y del 12 al 17 de febrero de 2014.

No iba a pasar mucho tiempo para que esa predicción se volviera rea­ lidad. El 5 de febrero de 2014, el reportero y fotógrafo Gregorio Jiménez de la Cruz fue víctima de un secuestro atestiguado por su familia. La respuesta del gremio periodístico ante la desaparición de quien era el corresponsal del diario Notisur en Villa Allende, Coatzacoalcos, fue inmediata. Colegas del periodista, en su mayoría de la fuente policiaca veracruzana, miembros de un grupo de WhatsApp, fueron los primeros en saber que Jiménez había sido sustraído con violencia de su domicilio alrededor de las 7:15 de la mañana de aquel día.45 Pese a ser los notificados iniciales,

4 4 “Periodistas exigen respeto a su trabajo”, Notisur, Coatza­coalcos, Veracruz, 23 de noviembre de 2013, p. 2. 45 “Gregorio Jiménez: asesinado por informar”, Reporteros Sin Fronteras, Periodistas de a Pie, Casa de los Derechos de Periodistas, Sociedad Interamericana de Prensa, México, 2014, p. 34. 363


los reporteros policiacos no participaron, por temor, en las dos primeras manifestaciones donde fue exigida la liberación del informador a pocas horas de conocerse el secuestro. El caso tuvo resonancia nacional e internacional gracias a las movilizaciones gremiales de su entorno inmediato y al apoyo de asociaciones y organizaciones defensoras de las libertades de prensa, expresión e infor­mación. En la difusión del secuestro, el espacio web se utilizó como herramienta de búsqueda y como plataforma para interpelar a los plagiarios y exigir la intervención de las autoridades. El día del secuestro circuló un pronunciamiento donde se exigía al gobierno estatal y federal “no descartar a priori ninguna línea de investigación, especialmente la que involucre su actividad como periodista”.46 Seis días más tarde, el 11 de febrero de 2014, se localizó el cadáver de Gregorio Jiménez en una propiedad deshabitada del municipio de Las Choapas, al sur del estado de Veracruz. El procurador estatal Felipe Amadeo Flores reportó que, de acuerdo a sus investigaciones, podía establecerse como móvil del crimen una venganza personal.47 El día que se descubrieron los restos mortales de Gregorio Jiménez, Marcela Turati publicó un texto dirigido, en tono íntimo, a modo de réquiem, al colega asesinado. “Me dueles Goyo, nos dueles Goyo”, tituló el texto en el que le hizo un recuento de las acciones que sus compañeras y compañeros de oficio emprendieron para encontrarlo y devolverlo a casa, extendiendo sus condolencias a “todos los Goyos desconocidos” y a los habitantes de un país “donde todos somos ejecutables y desaparecibles”. Hacia el final de su escrito, la periodista advierte: Lo que sigue, Goyo, es hacer periodismo. Es hacer lo que sabemos. Usar la rabia, la indignación, la tristeza hasta construir esperanza. Que nos tengan miedo, que aprendan a respetarnos, hasta lograr que esta historia de muerte no se repita. Lo que sigue es 46 “¡Queremos vivo al reportero Gregorio Jiménez de la Cruz!”, carta expedida el 5 de febrero de 2014, dirigida a Javier Duarte de Ochoa, gobernador de Veracruz; Amadeo Flores Espinoza, procurador general de justicia de Veracruz; Enrique Peña Nieto, presidente de México; Jesús Murillo Karam, procurador general de la república y a Raúl Plascencia, presidente de la cndh. 47 Cfr. “Gregorio Jiménez: asesinado por informar”, Reporteros Sin Fronteras, Periodistas de a Pie, Casa de los Derechos de Periodistas, Sociedad Interamericana de Prensa, México, 2014, pp. 38 y 39. 364

Prometeo Lucero. Pancartas dispuestas durante la concentración organizada para exigir la aparición con vida del reportero Gregorio Jiménez, Casa de Representación del Gobierno de Veracruz ubicada en la Colonia Juárez, ciudad de México, 11 de febrero de 2014. La tarde de este mismo día, el periódico Reforma dio a conocer el hallazgo del cuerpo sin vida de Gregorio Jiménez en un predio del municipio de Las Choapas, Veracruz. Horas más tarde, en conferencia de prensa, el procurador Amadeo Flores confirmó el asesinato y la captura de los probables responsables.


investigarlos. Otra vez silenciaron a uno de los nuestros, y ya estamos cansados. 48

Prometeo Lucero. Bajo los lemas “¡Justicia para Goyo!” y “¡Prensa, no disparen!”, periodistas y simpatizantes se manifestaron por el asesinato del reportero veracruzano Gregorio Jiménez en el monumento conocido como Ángel de la Independencia, ciudad de México, 23 de febrero de 2014. La protesta se amplió por la demanda de libertad y seguridad en el ejercicio informativo y el esclarecimiento de todas las desapariciones y homicidios perpetrados en contra de trabajadores de medios de comunicación en México.

En un hecho sin precedentes, dieciséis periodistas y cuatro organizacio­nes internacionales y nacionales —Reporteros Sin Fronteras (rsf), Periodistas de a Pie, la Casa de los Derechos de Periodistas y la Sociedad Interamericana de Prensa— conformaron una Misión de observación para investigar el secuestro, la tortura y el asesinato de Gregorio Jiménez. Las indagatorias que este grupo llevó a cabo, paralelas a la investigación realizada por la procuraduría veracruzana, partieron de un presupuesto distinto al que defendía a toda costa el gobierno veracruzano, para el que todos los homicidios cometidos en contra de periodistas, reporteros, fotógrafos o trabajadores de medios de comunicación, se debían a causas que poco o nada tenían que ver con el ejercicio de su labor informativa. La trama esbozada a continuación articula el testimonio visual de la fotoperiodista Lucía Vergara, producido durante la visita de la comisión a los municipios de Coatzacoalcos y Las Choapas, y las investigaciones plasmadas en el informe Gregorio: asesinado por informar, edición que mucho debe al interés de Daniela Pastrana y a su conocimiento sobre las condiciones en las que se ha ejercido el oficio periodístico en Veracruz. Cuando la Misión de Observación estaba organizada y, por seguridad de sus participantes, se hizo pública, 49 el procurador veracruzano Felipe Amadeo Flores dirigió, con fecha del 14 de febrero de 2014, una carta a Javier Estaban Hernández, representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. En la misiva señalaba, entre otros puntos, “que la investigación no se ha cerrado, continúan desahogándose indagatorias y parte de la pesquisa tiene que ver, por supuesto, con el trabajo periodístico de Gregorio Jiménez de la Cruz, a fin de esclarecer plenamente la causa de la agresión que le costó la vida”. En la segunda hoja del comunicado, Felipe Amadeo ofrecía: “Sé de la buena intención de sus expresiones en torno a este caso, razón por la que pongo

48 Todos los entrecomillados proceden del escrito de Marcela Turati, “Me dueles Goyo, nos dueles Goyo”, 11 de febrero de 2014. Cfr: http://nuestraaparenterendicion.com/index. php/blogs-nar/red-de-periodistas-de-a-pie/item/2195-me-dueles-goyo-nos-dueles-goyo 49 Daniela Pastrana, segunda entrevista realizada vía telefónica, en la ciudad de México, a principios de noviembre de 2014. 365


a su disposición toda la información recabada a lo largo de la investigación ministerial”.50 El escrito también fue enviado a la Oficina de Article 19 para México y Centroamérica, a la Casa de los Derechos de Periodistas, a la Coordinación del Programa para América del Comité para la Protección a Periodistas, a rsf y a Periodistas de a Pie. En el camino, la Misión de Observación conoció del ofrecimiento del procurador. Su oferta fue aceptada. Lo declarado por el procurador en la misiva donde expresaba su disposición a colaborar con la misión no era compatible con la información que el funcionario había proporcionado el día que fue encontrado el cadáver de Gregorio Jiménez, en la que mencionó la venganza personal como causa del crimen. Por otra parte, la anunciada recaudación de pruebas en torno al ejercicio informativo de Jiménez contravenía la investigación plasmada en las 340 fojas del expediente número Coat4/058/2014, al que tuvo acceso la Misión de Observación. Los artículos de trabajo del periodista —su cámara fotográfica, su computadora, el dispositivo usb donde copiaba sus notas— no fueron inspeccionados. Lo mismo sucedió con las herramientas utilizadas por el reportero en las redacciones de los diarios para los que trabajaba y el café internet desde donde solía enviar sus reportes. De todo el trabajo periodístico producido por Gregorio Jiménez, solo los artículos publicados entre diciembre de 2013 y febrero de 2014, en el diario Notisur, fueron considerados y transcritos en la investigación ministerial. De acuerdo al testimonio de la fotoperiodista Lucía Vergara, la Misión de Observación, efectuada del 15 al 17 de febrero de 2014, tuvo como objetivo primero la conformación de un cuerpo sólido de investigación que luego sería entregado a la Relatoría Espacial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización

50 La carta fue desplegada en el diario Notisur, Coatzacoalcos, Veracruz, el 15 de febrero de 2014, p. 7. 366

Lucía Vergara. Aspectos de la casa que construyó y habitó Gregorio Jiménez junto a su familia en Villa Allende. Coatzacoalcos, Veracruz, 14 de febrero de 2014.


Lucía Vergara. I zquierda : Fachada del

bar Palmar, ubicado en Villa Allende. Coatzacoalcos, Veracruz, 14 de febrero de 2014. De acuerdo a la investigación de la procuraduría del estado, Teresa de Jesús Hernández, dueña del establecimiento, fue señalada como la autora intelectual del homicidio de Gregorio Jiménez. D erecha : Vista del terreno deshabitado donde fueron exhumados los restos de Gregorio Jiménez. Las Choapas, Veracruz, 14 de febrero de 2014.

Todas las imágenes fueron capturadas durante la visita que la Misión de Observación realizó para investigar el asesinato de Gregorio Jiménez.

de Estados Americanos.51 Las imágenes que acompañaron el informe, algunas de ellas producidas por Vergara, sirvieron como herramienta para documentar el caso. El conjunto de testimonios reunidos fue amplio y diverso: entrevistas realizadas a familiares, vecinos, periodistas —colaboradores de Gregorio Jiménez—, directivos de medios de comunicación, funcionarios públicos; el análisis de la investigación ministerial; la documentación del quehacer periodístico de Jiménez; el trabajo de contextualización de su homicidio en una de las áreas más conflictivas del estado, la región sur, popularmente denominada “la boca del lobo”. Junto a Lucía Vergara, los fotógrafos José Manuel Jiménez y Ximena Natera formaron parte de la comitiva de Periodistas de a Pie en la misión. Para los miembros que la conformaron, al decir de Vergara, era necesario evidenciar el entorno social de Gregorio Jiménez y de su familia.52 Al ser la casa del periodista el escenario del secuestro, la documentación fotográfica abonaría a la investigación del móvil del crimen y aportaría más elementos para analizar las condiciones en las que vivía el reportero-fotógrafo. Nacido el 12 marzo de 1970, en Minatitlán, Veracruz, Gregorio Jiménez había aprendido el oficio fotográfico capturando escenas familiares en eventos sociales y elaborando retratos escolares con ayuda de su segunda esposa, Carmela Hernández. Luego de documentar sucesos de la congregación de Villa Allende, Coatzacoalcos, obtuvo su primer trabajo como reportero en el diario Liberal del Sur. Más tarde ocupó un puesto en la sección policiaca de La Red, de Coatzacoalcos. En el diario Notisur sus imágenes eran publicadas con frecuencia en la primera plana y varias de sus notas llegaron a ganar las ocho columnas. El Pantera, seudónimo con el cual solía firmar para evitar que sus coberturas para los tres medios aparecieran bajo la misma firma, cubría principalmente sucesos de la 51 Conversación sostenida el 3 de octubre de 2014 en la ciudad de México. 52 Ídem. 367


congregación de Villa Allende. Fungió como reportero de la sección policiaca, aunque también redactó y fotografió para las secciones de información general y sociales. En Villa Allende, asentamiento de treinta mil habitantes, carente de los servicios básicos de energía eléctrica, agua potable y drenaje, Goyo vivió casi toda su vida, junto a los tres hijos que tuvo en su primer matrimonio, su segunda esposa Carmela Hernández, los cuatro hijos procreados con ella y sus nueve nietos. Los conflictos de la zona que tuvo que enfrentar la familia Jiménez no eran menores, en opinión de Lucía Vergara, conocedora de las áreas que son paso o asentamiento permanente de migrantes. El lugar donde habitaba Goyo con los suyos, la colonia Ejidal, está situado frente a un terreno irregular, poblado por ciudadanos centroamericanos.53 De ellos, el crimen organizado obtiene parte de su botín obligándoles a pagar una “cuota”.54 Los trabajadores de los complejos petroquímicos de Pajaritos, La Cangrejera y Morelos, situados en Villa Allende, también padecen extorsiones por parte de organizaciones criminales, según se menciona en el informe de la misión de observación. Para la Oficina de Article 19 México y rsf, la relación de las autoridades veracruzanas, tanto a nivel estatal como municipal, con las organizaciones del crimen organizado, dificulta señalar a los responsables de los actos de agresión en contra de los periodistas. Antes de mayo de 2013, fecha en la cual quedó a cargo del Mando Único Policial la seguridad de Coatzacoalcos y de cuatro municipios más, “la participación de policías municipales y estatales con los grupos criminales existe y funcionan como su cinturón de protección, colaboran directa o indirectamente en secuestros, desapariciones de personas y asesinatos”.55 En épocas anteriores podía establecerse una relación cercana entre periodistas y miembros de la Policía Municipal e Intermunicipal, gracias a la cual era posible generar información de primera mano sobre las acciones de las corporaciones de seguridad. La instauración del Mando Único en Veracruz marcó un descenso en la divulgación de la información sobre las acciones de combate en contra del crimen organizado y un declive de las reseñas relacionadas con prácticas ilegales o de corrupción protagonizadas por agentes, públicos y privados, vinculados a facciones criminales. El decaimiento de las coberturas y la ausencia de imágenes

53 Ídem. 54 Cfr. Gregorio Jiménez: asesinado por informar, Reporteros Sin Fronteras, Periodistas de a Pie, Casa de los Derechos de Periodistas, Sociedad Interamericana de Prensa, México, 2014, p. 16. Con información disponible en el sitio web de Animal Político. 55 Ibídem, p. 21. 368


Primera plana y página interior del periódico Notisur del 29 de noviembre de 2013, donde se da cuenta del secuestro de dos adultos y un menor de edad retenidos en una casa de seguridad ubicada Coatzacoalcos, propiedad de Mari Sam, conocida empresaria de la región. La imagen, al igual que la nota —firmada por la Redacción para mantener el anonimato del autor, Gregorio Jiménez—, constituye la única referencia visual que algún medio local publicó sobre el caso.

puede ser explicado como efecto del descenso de las actividades delictivas. Sin embargo, a decir de Daniela Hernández, coordinadora del área de Educación e Investigación de Cencos: “A más agresiones violentas, menos denuncias públicas”.56 El binomio conformado por la implantación del miedo a través de la exhibición de crímenes atroces en contra de traba­ jadores de la información y la impunidad en la que han permanecido estos delitos, explica la instauración del silencio como medida de seguridad y de supervivencia, que no siempre resulta efectiva. La evidencia del restablecimiento de un ambiente propicio para ejercer el derecho de libertad de prensa no puede fundamentarse únicamente en la contabilidad de los ataques hacia periodistas, trabajadores de la información o instalaciones de medios. Los reportes textuales y gráficos de Gregorio Jiménez se referían en su mayoría a robos, accidentes viales y conflictos familiares. En los meses previos a su asesinato, en razón del aumento de robo a comercios, casas habitación y taxistas, dio cobertura a estos asuntos. En enero de 2014 se ocupó del secuestro de Ernesto Ruiz, dirigente sindical de la Confederación de Trabajadores de México, encargado de recoger las cuotas sindicales de Etileno xxi y de otros conjuntos aledaños. El cadáver del líder fue localizado el mismo día de la exhumación del cuerpo de Gregorio Jiménez en 56 Mariela Paredes, declaración recogida en “Panismo: 109 periodistas asesinados o desparecidos”, Contralinea, 3 de mayo de 2012. Artículo disponible en: http:// contralinea.info/archivo-revista/index.php/2012/05/03/panismo-107-periodistas -asesinados-desaparecidos/ 369


una fosa situada en el mismo terreno. El corresponsal de Notiver fue el único fotorreportero de quien se publicó la imagen de una casa de seguridad, propiedad de la familia Sam —empresarios con posibles vínculos políticos con el denominado Grupo Coatza, conformado por Marcelo Montiel, exalcalde priista de Coatzacoalcos y otros expresidentes de este municipio—, donde estuvieron retenidas tres personas secuestradas. La investigación y sentencia judicial del homicidio de Jiménez se concentró en el conflicto que sostuvo con la dueña del bar El Palmar, Teresa de Jesús Hernández, quien amenazó de muerte al periodista meses atrás por haber publicado una nota donde describía su negocio como un “bar de mala muerte”.57 De acuerdo a la fiscalía del estado, Hernández pagó a José Luis Márquez la cantidad de veinte mil pesos para privar de la libertad y la vida al fotorreportero. En el asesinato fueron inculpados asimismo Santos González, Jesús Antonio Pérez y Juan Manuel Rodríguez. A la falta de rigor en la investigación y en la reunión de pruebas, se suma la probable violación de los derechos de los presuntos responsables del secuestro y asesinato de Gregorio Jiménez. El septiembre de 2014, el juzgado Noveno de Distrito, con sede en Coatzacoalcos, otorgó un amparo para efectuar la revisión del caso, debido a que los inculpados declararon haber sido objeto de tortura física y psicológica durante el proceso y haber sido retenidos por más de 72 horas en calidad de sospechosos. Las precarias condiciones de vida de la familia Jiménez Hernández se agravaron al perder el ingreso que el periodista obtenía de los tres medios impresos en los que colaboraba. En el diario Notisur le otorgaban setecientos pesos quincenales como ayuda para transporte; a manera de sueldo podía ganar un máximo de mil quinientos pesos en pago de las notas publicadas, cuyo valor era de veinte pesos. De acuerdo a un testimonio recogido en el informe Gregorio: asesinado por informar, los colaboradores del rotativo, hasta un año y medio antes del asesinato de Jiménez, trabajaron bajo la figura de outsourcing para una empresa henequenera de Quintana Roo. Desde entonces están empleados sin contrato.58 En el periódico el Liberal del Sur, Gregorio Jiménez ganaba por su trabajo de corresponsalía 50 pesos por nota publicada, pudiendo completar un máximo de quince al mes. Este medio adeudaba a su empleado seis quincenas; cantidad que le fue entregada a su viuda, luego de restarle el monto de una cámara fotográfica 57 En la nota aludida no existe referencia alguna a “bar de mala muerte”. Cfr. Ricardo Hernández y el Pantera, “Lo agujerearon”, periódico Notisur, 24 de septiembre de 2013, http://www.diarionotisur.com.mx/index.php/noticias/policiaca/2442-lo-agujerearon 58 Gregorio Jiménez: asesinado por informar, Reporteros Sin Fronteras, Periodistas de a Pie, Casa de los Derechos de Periodistas, Sociedad Interamericana de Prensa, México, 2014, p. 28. 370


A rriba :

Uno de los aspectos de la página electrónica fotoxgoyo.jux.com donde se desplegaron las fotografías ofertadas en la subasta denominada FotoxGoyo, realizada en el Gimnasio de Arte de la ciudad de México el 3 de mayo de 2014. Aquí se observan, de izquierda a derecha, las piezas Faquir urbano de Isaac Esquivel; La cazadora de Eduardo Loza; El migrante de Elsa Medina y La mujer de la mezquita de Sara Escobar.

adquirida por el fotorreportero. En ningún medio donde Goyo laboró se benefició de prestaciones sociales o de un seguro de gastos médicos. El gremio fotográfico y fotoperiodístico mexicano reaccionó para apoyar a la familia de Gregorio Jiménez. Fernando Villa del Ángel, editor de fotografía del periódico El Economista, sugirió a la fotógrafa Mónica González y a la periodista Marcela Turati organizar una subasta fotográfica, destinada a cumplir una doble finalidad: por una parte, pronunciarse en contra del secuestro, tortura y asesinato de Jiménez, para evidenciar el clima de inseguridad y violencia en que se ejercía el periodismo visual en Veracruz, y, por la otra, apoyar con recursos económicos a los deudos

A bajo : Mario Castillo. Aspecto del salón donde se desarrolló la subasta FotoxGoyo. Gimnasio de Arte, ciudad de México, 2 de mayo de 2014.

371


de Goyo. El proyecto, encabezado por Mónica González y seis jóvenes fotógrafos y fotoperiodistas —Iván Castaneira, Mario Castillo, Sashenka Gutiérrez, Rodrigo Oropeza, Ginnette Riquelme y Lucía Vergara—, se difundió con el nombre FotoxGoyo. “Todos íbamos a título personal, no íbamos a título de algún medio u organización. […] En un inicio pensábamos que íbamos a tener diez fotografías, contando las seis nuestras, o sea, que cuatro más se iban a unir”, comenta Lucía Vergara. Pese a las pocas expectativas, la subasta que tuvo lugar en el Gimnasio de Arte de la ciudad de México, el 3 de mayo de 2014, en conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa y en homenaje a los fotoperiodistas asesinados Gabriel Huge, Guillermo Luna y Esteban Rodríguez, concentró un total de 106 obras fotográficas donadas por un centenar de autores nacionales y extranjeros.59 La generosa parti­cipación de tantos fotógrafos y la suma que se consiguió recaudar —131 mil pesos, resultado de la venta de 101 fotografías— 60 causó el asombro de los organizadores y del gremio en general. Al finalizar el evento, recuerda Vergara, “nos preguntaban: ¿Qué van a hacer para el próximo año? Nuestra respuesta fue: ¡No! ¡No tiene que haber 59 Lizeth Arauz, Fernando Brito, José Luis Cuevas, Maria Di Paola Blum, Sara Escobar, José Luis González, Gretta Hernández, Diego Mateos, Elsa Medina, Mauricio Palos, Jorge Arturo Pérez, Pedro Valtierra, por mencionar algunos donantes. 60 Cfr.  http://www.milenio.com/cultura/FotoXGoyo-FotoXGoyo-Gregorio_Jimenezsubasta_de_fotos-periodistas_asesinados_Mexico-periodistas_Mexico_0_291571140. html 372

Lucía Vergara. Mujeres tzotziles, San Juan Chamula, Chiapas, 20 de abril de 2011. Pieza donada por la fotoperiodista para la subasta FotoxGoyo.


próximo año! Esto fue una emergencia por un periodista asesinado. No tenemos que hacer una subasta cada que maten a un periodista porque el medio lo abandona, porque las autoridades lo abandonan”.61 Fotoperiodismo para A rticle 19 Egresada de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, Lucía Vergara (ciudad de México, 1989) adquirió parte de su formación profesional en la agencia MIC Photo Press, en la publicación digital Animal Político y en la Red de Periodistas de a Pie. Su quehacer fotográfico ha privilegiado la documentación de movimientos sociales: manifestaciones, caravanas, actos de resistencia civil, actividades de niños centroamericanos en la frontera sur y escenas de la vida cotidiana de migrantes en áreas fronterizas del norte de la república. Actualmente es colaboradora de la revista Emeequis y la responsable de comunicación y contenidos digitales de la Oficina de Article 19 para México y Centroamérica. La doble actividad que desempeña como activista y fotoperiodista le ha exigido conocer el entorno que retrata; no concentrar su mirada únicamente en el visor y tomar fotografías con ambos ojos, como sugiere una de las infografías diseñada por la propia Vergara, divulgada en la sitio web de aquella oficina.62 La fotoperiodista también participa en el diseño de los informes trimestrales —de los que surge la edición anual impresa— que Article 19 da a conocer en su página electrónica. El periodo que documenta el último informe parcial disponible —referido a los meses de julio, agosto y septiembre de 2014— ha sido el más violento en relación a los ataques al libre ejercicio del periodismo desde que se inició la administración de Enrique Peña Nieto, si bien el número de atentados disminuyó un nueve por ciento, comparado con el de 2013. En el documento electrónico se hace referencia, entre otros ataques, a los asesinatos de Norberto Herrera, camarógrafo del Canal 9 en Zacatecas, Zacatecas, y de Octavio Rojas, corresponsal del periódico El Buen Tono y vocero del Ayuntamiento de Cosolapa, Oaxaca. También se denuncia la desaparición y presunto asesinato de María del Rosario Fuentes, activista tamaulipeca conocida en Twitter como “Miut3”. Ad­ministradora de la cuenta “Responsabilidad por Tamaulipas”, emitía alertas sobre enfrentamientos del crimen organizado y exhortaba a la población a denunciar

61 Los entrecomillados corresponden a las declaraciones de Lucía Vergara, recogidas durante una conversación para la redacción de este texto, el 22 de septiembre de 2014, en el Centro Histórico de la ciudad de México. 62 “Tips para el registro visual de manera segura”, disponible en http://www.articulo19. org/tips-para-documentar-de-manera-segura/ 373


los ataques. Su labor informativa fue interrumpi­da el 15 de octubre al ser secuestrada.63 Un día después, la imagen de un cuerpo con impacto de bala, que presumiblemente correspondería al de la informadora ciudadana, fue publicada en su cuenta de Twitter junto con algunos mensajes. “#Reynosafollow. Encontré la muerte a cambio de nada” y “#Reynosafollow. No me queda más que decirles que no cometan el mismo error que yo. No se gana nada” fueron los textos que se divulgaron en dos de los últimos tuits aparecidos en la cuenta @Muit3. Como resultado del seguimiento y la investigación, y debido a la excepcionalidad de los casos, el Programa Legal de la Oficina de Article 19 para México y Centroamérica es colitigante en dos juicios donde el gobierno de Quintana Roo, encabezado por Roberto Borge, es juez y parte. La osc participa en la defensoría de Pedro Celestino Canché, periodista y activista de origen maya, detenido y encarcelado el 30 de agosto al ser acusado de “sabotaje” por la Procuraduría General de Justicia del estado, a pesar de contar con un amparo.64 Con base en las informaciones recabadas por 63 Cabe mencionar que las informaciones desplegadas por los medios profesionales acerca de este crimen son confusas. No hay consenso sobre el lugar del secuestro. Para algunos, la doctora fue sustraída del hospital donde trabajaba. Haber prestado atención médica a un sujeto con impacto de bala sería el probable móvil del secuestro. De acuerdo a otras versiones, el crimen habría ocurrido en una maquiladora donde María del Rosario Fuentes desempañaba labores en el servicio médico. Al cierre de esta edición de Luna Córnea, el cuerpo de Fuentes no ha sido localizado. 64 Sobre el comunicador pende la acusación de orquestar la protesta de un grupo de indígenas pobladores de Felipe Carrillo Puerto, quienes se manifestaron contra el 374

Lucía Vergara. María Maximina Girón (izquierda) y Priscila Cartagena (derecha), miembros de la IX Caravana de Madres Centroamericanas Buscando a sus Hijos Desaparecidos en Tránsito por México. Amatlán, Veracruz, 12 de diciembre de 2013. Girón busca a su hijo Luis Alirio Quiroz, salido de Tegucigalpa el 6 de agosto de 2007; Cartagena averigua el paradero de su hija Yesenia Marleni Gaitán, quien dejó Honduras el 19 de diciembre de 2008. Las hondureñas fueron retratadas en el exterior de la casa de un grupo de mujeres conocidas como Las Patronas, quienes a diario preparan comida para repartir entre los migrantes centroamericanos que viajan en el tren popularmente llamado La Bestia.


Lucía Vergara. Carmen Lucía Cuarezma, miembro nicaragüense de la IX Caravana de Madres Centroamericanas Buscando a sus Hijos Desaparecidos, sostiene el retrato de su hijo Álvaro Guadamuz Cuarezma y de sus compatriotas Juan Alberto Soza y Jorge Luis Cardoza Valdivia, también desaparecidos. Amatlán, Veracruz, 12 de diciembre de 2013. La imagen fue tomada en un tramo ferroviario de La Bestia, nombre popular del tren utilizado por migrantes centroamericanos que cruzan por la frontera de Tenosique en Tabasco, México.

Article 19, en días previos al encarcelamiento de Canché, “mensajes intimidatorios de Lino Magos”,65 titular de la Defensoría Pública del Poder Judicial del estado, fueron recibidos por el informador. El funcionario público también ha sido señalado por su presunta participación en hechos relacionados con la clonación sistemática de la versión digital e impresa del semanario Luces del Siglo —editada en Cancún—, y la divulgación de las versiones apócrifas. De acuerdo a Norma Madero, presidenta de la publicación, el gobernador Borge habría ordenado la edición y distribución de las falsas versiones, en tanto que Lino Magos habría difundido, a través de redes sociales, algunas portadas falsificadas. Al 26 de septiembre de 2014, se llevaba la cuenta de veintinueve portadas digitales modificadas en sus encabezados, convirtiendo las frases de disenso y crítica al gobierno estatal en menciones favorables; lo mismo ha sucedido con el caso de los cinco números impresos clonados, cuyo contenido crítico en las páginas interiores ha sido transformado. En septiembre de este año, el juez Miguel Nahim Nicolás Jiménez “otorgó una suspensión provisional [...] contra los actos del mandatario quintanarroense”.66 El gobernador fue llamado a explicar su probable responsabilidad en los actos imputados, además de alza en las tarifas y la instalación de medidores de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado. 65 Alerta: “PGJQR viola la ley al detener a un periodista que tenía amparo”, Article 19 México. Cfr. http://www.articulo19.org/alerta-pgjqr-viola-la-ley-al-detener-a-periodista -que-tenia-amparo/ 66 “Ordenan a Borge aclarar revistas falsas”, periódico Reforma, 24 de septiembre de 2014. Cfr. http://www.reforma.com/aplicaciones/articulo/default.aspx?id=348723 375


ordenar a Magos no distribuir portadas falsas del semanario y suspender la “transmisión de mensajes difamatorios, intimidantes o acusatorios”.67 La Consejería Jurídica del gobierno de Quintana Roo presentó el informe requerido con las respuestas del gobernador y, más tarde, interpuso una queja en contra del amparo solicitado por la directiva del semanario. En un primer momento, la justicia quintanarroense se inclinó a favor del gobierno al negar la suspensión definitiva solicitada por el semanario. Sin embargo, a comienzos de octubre de 2014, el Juez Séptimo de Distrito otorgó suspensión de plano a los directivos de Luces del Siglo “por la presunta difamación en su contra en medios locales”.68 Cabe señalar que la organización internacional Article 19 , hasta el momento, no tiene conocimiento de un caso similar sobre la clonación de un medio digital o impreso, de la sustitución de su contenido y de la divulgación de material apócrifo. Por una cobertura mediática transparente Como en el pasado reciente, en el panorama actual no se advierten mejoras en las condiciones del ejercicio de las libertades de prensa y expresión 67 Ídem. 68 Claudia Salazar y Pedro Diego Tzuc, “Denuncian nuevas agresiones de Borge”, sección Estados del periódico Reforma, 8 de octubre de 2014. 376

Cotejo entre algunas portadas originales (arriba) y las versiones clonadas (abajo) del semanario Luces del Siglo, editado en Cancún, Quintana Roo, correspondientes a los números 531 (del 8 al 14 de diciembre de 2013), 537 (del 9 al 15 de febrero del 2014), 542 (del 16 al 22 de marzo de 2014), 545 (del 6 al 12 de abril de 2014) y 548 (del 4 al 10 de mayo de 2014). La línea editorial de la revista ha sido crítica con la administración del gobernador Roberto Borge, señalado por los directivos de la revista como el responsable de la producción y distribución de las versiones apócrifas.


en México. A causa de la insuficiente cobertura nacional y local que se da al enconado entorno de violencia que vive el país, solamente se ha dispuesto de la información divulgada por contados medios, en particular internacionales, y por las voces de la sociedad civil organizada, en cuyas manifestaciones no han dejado de hacerse presentes los reclamos a favor de la libertad de expresión y la crítica al sesgo informativo que el Estado mexicano y los medios de comunicación más influyentes suelen dar a los conflictos sociales y a los actos de protesta. El 1 de diciembre de 2014, al cumplirse dos años de la actual administración, el periodista Ciro Gómez Leyva, publicó: La implacable crisis política y moral del otoño está marcando también la derrota del proyecto de la administración peñanietista para que los medios dejaran de informar sobre violencia e inseguridad. [...] Quedará para el análisis sosegado cómo una mayoría de medios [...] se plegó en 2013 y parte de 2014 a esta línea que salía de Los Pinos y Bucareli. Abordar el tema de la violencia se convirtió en un reto temerario al régimen. 69

La política de comunicación del gobierno de Peña Nieto, que apostó “al silencio mediático” y a la cual se plegaron la mayoría de los medios, de acuerdo a Gómez Leyva, no ha podido contener la realidad nacional. La divulgación de la ejecución extrajudicial de veintidós presuntos delincuentes en el municipio de Tlatlaya, Estado de México, a finales de junio de 2014, que alcanzó notoriedad internacional tras la cobertura de la revista Esquire Latinoamérica, a mediados de agosto, volvió a poner el dedo en la llaga sobre el desempeño del gobierno en materia de seguridad y derechos humanos. Pero han sido, sin lugar a dudas, la desaparición de 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, Guerrero,70 y el asesinato 69 Ciro Gómez Leyva, “La derrota del proyecto de censura del peñanietismo”, en su columna La historia en breve, periódico Milenio, 1 de diciembre de 2014. El 6 de diciembre, a pocos días del cierre de esta edición, Mario Alberto Crespo, reportero gráfico y corresponsal de la cadena informativa nacional UNO TV, fue reportado como desaparecido ante la Agencia del Fuero Común de Mazatlán, Sinaloa. El excolaborador de los diarios Noroeste y Primera Hora, fue visto por última vez el miércoles pasado al salir de su domicilio en Villa Galaxia con destino a Villas del Rey, ambas localidades ubicadas en Mazatlán. 70 En el trascurso de la escritura de este texto, fueron identificados los restos de Alexander Mora Venancio, uno de los 43 normalistas desaparecidos. El titular de la Procuraduría General de la República, Jesús Murillo Karam, confirmó el 6 de diciembre que las pruebas practicadas por especialistas de la Universidad de Innsbruck, Austria, a los fragmentos óseos hallados en el basurero de San Juan, en el municipio de Cocula, Guerrero, correspondían al normalista. 377


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Páginas interiores del semanario Luces del Siglo (arriba) y de la versión apócrifa (abajo), aparecidas en el número 537 del 9 al 15 de febrero de 2014. En las versiones impresas del semanario clonado las notas encomian las acciones de la administración estatal, a diferencia de le revista original, detractora del gobierno de Roberto Borge. 379


de seis personas —entre ellos tres normalistas—, ocurridos entre el 26 y 27 septiembre, los acontecimientos que han desatado una severa crisis política. Cuando la línea de investigación federal señaló al alcalde de Iguala, José Luis Abarca y a su esposa, María de los Ángeles Pineda, como los presuntos autores intelectuales del ataque contra los estudiantes, comenzaron a organizarse a nivel nacional e internacional una serie de manifestaciones en apoyo a los padres de los estudiantes desaparecidos, durante las cuales se ha exigido al gobierno estatal y federal la presentación con vida de los estudiantes. La generalizada protesta que suscitaron los asesinatos y desapariciones de los normalistas de Ayotzinapa, apoyada por organizaciones y ciudadanos de la más diversa índole, en México y en el extranjero, ha desnudado la política de comunicación del gobierno de Enrique Peña y de sus medios aliados.71 A la incredulidad sobre las declaraciones de los gobernantes se suma el descrédito de los medios profesionales que suelen privilegiar, por conveniencia, las informaciones oficiales. La defensa del ejercicio de la libertad de expresión en un entorno informativo determinado por el maridaje de los poderes políticos y mediáticos ha atravesado la historia contemporánea de México. De ello da testimonio la crisis que suscitó la visita de Enrique Peña como candidato presidencial del pri a la Universidad Iberoamericana, en mayo de 2012. Tras los abucheos y reclamos de algunos estudiantes por la actuación de Peña como gobernador del Estado de México en relación al conflicto social en los municipios de Texcoco y San Salvador Atenco en 2006, el candidato debió salir apresuradamente por la parte posterior de la univer­sidad seguido de manifestantes que gritaban: “¡Fuera Peña! ¡La Ibero no te quiere!” Los jóvenes fueron acusados por líderes políticos y medios de comunicación de actuar por instrucciones 71 El Dr. Sergio Aguayo —profesor e investigador del Colegio de México— señaló que en las coberturas sobre las manifestaciones del 20 de noviembre y 1o de diciembre, realizadas por los noticieros nocturnos de Televisa y TV Azteca: “Ambos reconocieron que las marchas fueron pacíficas y a esa idea dedicaron 8’50”; el contraste que desconcierta es que dedicaron 26’04” a transmitir imágenes de “vandalismo”, “encapuchados” y “desmanes”. Debería quedar registro visual de una sociedad ejerciendo pacíficamente sus derechos; en vez de ello queda una violencia que ni explicaron ni enmarcaron con preguntas relevantes”. Sergio Aguayo, “El miedo y la paz”, en la sección Opinión del periódico Reforma, 10 de diciembre de 2014. http://www.reforma.com/aplicaciones/ editoriales/editorial.aspx?id=51728#ixzz3LZPEDSGX 380

Cartel del movimiento estudiantil #YoSoy132, invitando a la marcha organizada para exigir apertura y veracidad en los medios de comunicación. El contingente partió de la Estela de Luz con dirección hacia la Plaza de la Constitución, haciendo una parada frente a las instalaciones de Televisa Chapultepec, el 23 de mayo de 2012.


Mauricio Palos/boreal collective . Segunda fiesta por la luz de la verdad, convocada por el #YoSoy132, ocurrida frente a las instalaciones de Televisa Chapultepec, ciudad de México, 26 de junio de 2012. La concentración formó parte de la agenda “seis días para salvar a México”, acciones y movilizaciones efectuadas por integrantes y simpatizantes del movimiento durante la veda electoral decretada por el Instituto Federal Electoral. Pese a que el organismo advirtió que sancionaría a quienes realizaran marchas los días previos a los comicios del 1 de julio de 2012, el movimiento #YoSoy132 llevó a cabo manifestaciones hasta un día antes de la jornada electiva.

de grupos cercanos a Andrés Manuel López Obrador, entonces candidato presidencial del Partido de la Revolución Democrática. En un video que circuló a través de YouTube y redes sociales, titulado “131 alumnos de la Ibero responden”,72 los estudiantes interpelaron a sus difamadores: “Estimados Joaquín Coldwell, Arturo Escobar, Emilio Gamboa, así como medios de comunicación de dudosa neutralidad. Usamos nuestro derecho de réplica para desmentirlos. Somos estudiantes de la Ibero, no acarreados, no porros. Y nadie nos entrenó para nada”. En el pronunciamiento, 131 alumnos mostraron su credencial y número de cuenta de la universidad como prueba contra las imputaciones. Al sumarse a su causa un número importante de instituciones universitarias, organizaciones sociales y ciudadanos de todo el país, el movimiento que hasta la fecha lucha a favor de la democratización y la transparencia de los medios de comunicación, adquirió el nombre #YoSoy132. La exigencia del movimiento estudiantil de una “cobertura mediática transparente” es aún más pertinente en las circunstancias que vive México, marcadas por la violencia criminal y por el actuar corrupto, negligente e impune de no pocas autoridades gubernamentales y políticos profesionales, cara visible de otros poderes fácticos. En tiempos de crisis se vuelve imprescindible disponer de información fidedigna y plural; tener 72 Cfr. https://www.youtube.com/watch?v=P7XbocXsFkI 381


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frente a nuestros ojos los textos e imágenes que nos ayuden a entender en dónde estamos y hacia dónde nos queremos dirigir. A este esfuerzo se encaminan los trabajos de Periodistas de a Pie y de la Oficina de Article 19 para México y Centroamérica, del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, Cencos, rsf, así como las acciones de muchas otras asociaciones de la sociedad civil. Para ellos, la defensoría de la libertad de expresión y prensa, tanto como la protesta social, son mecanismos que tornan real la participación ciudadana. Se requiere de ellas para hacer del espacio público un campo fértil para el disenso, para construir y defender un marco de legalidad en que el Estado mexicano sea el garante eficaz de la seguridad e integridad de todas las personas y voces que dan vida a la nación, y no un instrumento para su desaparición o acallamiento.

I zquierda : Alfonso Morales. Asistentes a la “segunda megamarcha contra la Imposición” (Plaza de la Constitución, ciudad de México, 22 de julio de 2012) y a la “toma simbólica y pacífica de las instalaciones de Televisa” (avenida Chapultepec, ciudad de México, 27 de julio de 2012). Ciudadanos, miembros del movimiento estudiantil #YoSoy132 y organizaciones simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, líder de la coalición Movimiento Progresista, expresaron su rechazo al resultado de las elecciones presidenciales del 1 de julio de 2012, en las que Enrique Peña Nieto, candidato del pri y del pvem, obtuvo el triunfo con 19,158,592 votos. Los manifestantes exigieron la anulación de los comicios a las autoridades electorales, además de señalar al consorcio Televisa como uno de los principales impulsores y aliados de Peña Nieto. Página 384: Miguel Dimayuga. Caseta de peaje de la autopista México-Acapulco, ubicada en el paraje Palo Blanco, en las inmediaciones de Chilpancingo, Guerrero. Este sitio fue ocupado por simpatizantes del movimiento en apoyo a los padres de los estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa. La imagen fue realizada en enero de 2015, cuando policías federales intervinieron para poner fin a la toma, que tuvo una duración de tres meses.

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