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Presidente: Rafael Tovar y de Teresa
CENTRO DE LAIIIlGEN Directora: Patricia Mendoza
LUNA C6RNEA Dirección: Pablo Ortiz Monasterio Edición: Patricia Gola Editor asociado: Alfonso Morales Producción: Fidelia Castelán, Jorge Lépez.
Agustín Estrada y Gonzalo Sánchez. Comercialización: Sandra González
MAURICIO MOLlNA
El corazón de las tinieblas 4
CONSEJO ASESOR
LUISA RILEY
Manuel Álvarez Bravo, Graciela Iturbide,
No hay más Dios que Dios 10
Víctor Flores Olea, Pedro Meyer, Mariana
JEAN MEYER Yampolsky, Patricia Mendoza. Enrique Flores,
Las guerras de una Yugoslavia difunta 18
Rogelio Rangel, Georgina Rodríguez. Olivier Debroise, Roberto Tejada, Gilberto Chen, José
TRISHA ZIFF
A. Rodríguez, Alejandro Castellanos, Gerardo
Algunos años son peores que otros 26
Suter, Francisco Mata, Alberto Ruy Sánchez Luna Córnea es una publicación cuatrimestral
ESTELA TREVIÑO
África: un territorio común 32
editada por el Centro de la Imagen, CNCA. Editor responsable: Pablo Ortiz Monasterio Licitud de título: 6766, de contenido: 7277
BORIS KOSSOY
Antonio Conselheiro 40
Número de reserva al Título de Derechos de
SIERVOS DE DIOS
Autor: 1306/93. Impreso en México por
Agravios y desagravios 46
Imprenta Madero. ISSN: 0188 - 8005
LEÓN TORAL Los trabajos aquí publicados son responsabili-
Memorias de una madre resignada 51
dad de los autores. Lo revista se reserva el derecho de modificar los títulos de los artículos.
JOSÉ EMILIO PACHECO
Oficinas: Centro de la Imagen Plaza de la
El emperador de los asirios 56
Ciudadela 2, Centro Histórico, México D. F.
ALFONSO MORALES
06040 Tel: 7095974 Fax: 7095914
La casa de la higuera 64
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JORGE ALBERTO MANRIQUE
Ataque al Museo de Arte Moderno 74 ARMANDO BARTRA
Papeles ardientes 80 JOSÉ ANTONIO RODRíGUEZ
Márquez: un universo idílico 92 ARMANDO BARTRA
El interventor l OO A.D. COLEMAN
Censura al estilo U.S.A. 104 RYSZARD KAPUSCINSKI
Oficio: demoledor de estatuas 110
Abbas. Guerri llero kurdo durante los combates
contra el gobierno islámico. Irán, 1979. Eugene Smith. Ku Klux Klan. Caroli na del Norte,
Estados Unidos, 1951. Revista Vea. Núm. l . México, noviembre de 1934.
POR T A DA: Anónimo. Tou l Sleng. Cambodia, 1975-1979.
In to l e ra nc ia
An贸nimo. Tuol Sleng. Cambodia 1975- 1979.
EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS Mauricio Molina
Próximamente aparecerá en Twin Palms, la prestigiosa editorial norteamericana que dirige Jack Woody, The Killing ,i.llls, libro que
reúne parte del material fotográfico recuperado de la antigua prisión Tuol Sleng, ahora Museo del Genocidio, con la liberación de Cambodia de la tiranía de Poi Poto Th. Killing ,i.IlIs fue
editado por Chris Riley y Douglas Niven, e incluye un texto de Sara Colm y David Chandler. (Internet: www.Twinpalms.coml.
1 LOS ROSTROS DE KAMPUCHEA Los rostros que acompañan este texto pertenecen a los prisioneros que el Khmer Rojo encarceló en el campo de exterminio de Tuol Sleng, llamado también S-21 , en Phnom Penh, Camboya, entre 1975 y 1979. Más de un millón doscientos cincuenta mil camboyanos -uno de cada seis de la población total- murieron a manos del Khrner Rojo, dirigido por un oscuro y misterioso dictador llamado PoI Pot. Bastaba con usar lentes, conocer un idioma occidental, ser periodista, pintor o tener libros en casa para ser condenado a muerte. Las esposas y los esposos de los condenados, así como sus hijos, corrían el mismo destino. Las torturas aplicadas a los prisioneros eran simples y primitivas: golpes en todo el cuerpo, cortes en la piel, o simplemente los dejaban morir de hambre. Los bebés de brazos eran arrojados al aire y al caer se clavaban en las ballonetas de los verdugos. Largos interrogatorios precedían las ejecuciones. La pregunta fundamental era: piensa porqué estás aquí, quiénes son tus cómplices, busca en lo más profundo de tu mente cuál es la razón por la que fuiste encarcelado, recuerda que el Partido nunca se equivoca. PoI Pot había diseñado una gigantesca maquinaria de exterminio cuya premisa básica era la noción de que todos son culpables hasta que se demuestre lo contrario. En el idioma de Camboya la palabra "prisionero" significa literalmente "culpable", de modo que de entrada, como en las fantasías paranoicas de Kafka o de Lewis Carroll, primero era la ejecución y después el juicio. Una de las frases predilectas que los verdugos decían a los prisioneros era: "Es mejor que mueras por error a que vivas por error". 11 EL DESTINO PARADÓJICO DEL PINTOR VANN NATH Esta historia bien podría pertenecer a los anales de la Historia Universal de la Infamia: quizá no exista mejor definición del paraíso
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para un artista que ser escogido para dedicarse a su arte: tal fue el destino del pintor campesino Vann Nath. Una mañana, a fines de diciembre de 1977, Vann Nath fue seleccionado para cortar bambú en la selva. Su corazón latía con fuerza, pues era el único que había sido escogido para llevar a cabo la faena. Sus amigos y compañeros de trabajo se lo llevaron y al anochecer pernoctaron en una cabaña. En la madrugada fue amarrado y encadenado, no sin pesar, por sus propios camaradas. ¿Qué he hecho?, preguntó Vann Nath. No lo sé, le respondieron. Lo esposaron y lo subieron a un camión. Pasaron un río caudaloso y unas ruinas, donde un dios de piedra miró impávido a Vann Nath. Al atardecer, Vann Nath escuchó el rugido lejano de un tigre y sintió el olor de los mangales. Finalmente llegaron a la Pagoda de Kandal. Era el primero de enero de 1978. Vann Nath fue llamado a interrogatorio, el cuarto estaba lleno de manchas de sangre y olía a sudor y humanidad corrupta. El verdugo le conectó un cable a las esposas y a la ropa, y le preguntó: ¿Cuál es el problema que causó tu arresto? No lo sé, respondió Vann Nath. La organización no es estúpida, le respondió el verdugo; nunca acusa a quienes no son culpables. Ahora piensa: ¿qué fue lo que hiciste? No lo sé, respondió Vann Nath, y en ese momento sintió la primera de las innumerables descargas eléctricas que le fueron aplicadas. Siete días después fue llevado al campo de exterminio de Tuol Sleng o S-21. Ahí permaneció preso durante dos meses infernales. Unas cuantas cucharadas de arroz al día eran su único alimento. Los prisioneros morían lentamente de hambre o eran retirados y
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desaparecidos. Las víctimas eran llevadas al campo, donde cavaban sus propias tumbas. Se les destrozaba el cráneo de un golpe o se les arrojaba directamente a las fosas para matarlos de asfixia. Matarlos con balas era demasiado caro. Vann Nath permaneció encadenado hasta que una mañana vinieron por él. Pensó que aquél sería su último día. Lo llevaron a una oficina y le preguntaron si sabia pintar; él respondió que sí. Le mostraron una foto de PoI Pot y le ordenaron que lo pintara. Al principio tenía que pintarla en blanco y negro. Después los verdugos accedieron a que lo hiciera con acuarelas. Durante un tiempo ejecutó sus pinturas. En 1979 las tropas vietnamitas entraron en Camboya y derrocaron
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al Khmer Rojo, que era apoyado por China. PoI Pot huyó a Pekín. Vann Nath y seis prisioneros más fueron los únicos que se salvaron. Todos los demás presos del campo de exterminio de Tuol Sleng fueron ejecutados. La culpa de Vann Nath había sido también su salvación. Era culpable de pintar y por ello fue arrestado, torturado y puesto en prisión, y esa misma culpa fue lo que le permitió sobrevivir. Hoy, Vann Nath tiene un pequeño café en Phnom Penh y de vez en cuando cuenta su historia.
Anónimo. Tuol Sleng. Cambodia,
1975-1979.
ID LA CANCIÓN DEL VERDUGO (Extracto del Manual del Interrogador del campo S-21): El propósito de la tortura es conseguir respuestas/ No es algo que hagamos para divertirnos/ Sólo debemos lastimarlos para que respondan con rapidez! Hay que hacer que pierdan la voluntad! Los golpeamos para atemorizarlos, no para matarlos/ Para torturarlos hay que revisar su estado de salud primero y la condición del látigo/ No seas tan cruel como para matarlos rápidamente o nunca obtendrás la información necesaria! Encuentra sus puntos débiles/ Doblégalos con propaganda o con tortura! No permitas que mueran! No permitas que se deterioren al punto de que no sea posible interrogarlos/ Nunca se interroga a un prisionero al cien por ciento/ Un prisionero puede confesar, pero si se ha tragado anzuelos, tiene que pasar mucho tiempo entre doctores y medicinas útiles/ El partido es pobre y no se puede dar esos lujos ... IV RÉQUIEM Lo más enigmático del Khmer Rojo era su voluntad de probar y documentar. Cada uno de los prisioneros del campo de exterminio S-2l era fotografiado ya cada imagen se le anexaban los pormenores de su interrogatorio. Cada que alguien muere, un mundo desaparece. Cada ser humano se lleva a la tumba el enigma de su propia identidad. Estos rostros enigmáticos, rostros que nos miran desde la muerte, nos revelan que toda esta alteridad no puede ser sometida y que aún después de muertos estos seres se llevaron consigo la prueba de su libertad más profunda: ocultos bajo esos ojos, bajo ese gesto impávido, bajo esas miradas perdidas, estos seres se
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Anónimo. Tuol Sleng. Cambodia, 1975- 1979.
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llevaron consigo el secreto de sus sueños y sus deseos, el secreto de 4 sus infancias y de sus amores . Torturados y póstumos, aún • después de muertos son libres. Durante el breve tiempo que duró la República Popular de Kampuchea, PoI Pot, un oscuro maestro de escuela que había estudiado radio y electrónica en • . Francia en los años cincuenta, y cuyo verdadero nombre era Saloth / -'- " Sar, prohibió el cine, la televi sión ,/ y casi cualquier tipo de publicación. Su modelo era el proceso de colectivización llevado a cabo por Stalin en Ucrania en los años treinta y, sobre todo, la formación del Hombre Nuevo a partir de la Revolución Cultural de la China de los años sesenta. El único medio de comunicación posible era el radio. Innumerables discursos eran transmitidos a la población por altoparlantes. A diferencia de los rostros de sus víctimas, se conocen muy escasas fotos de PoI Pot. Su única presencia fue la de la voz, una voz maligna que venía del más allá. Ninguna pesadilla de Kafka o de Orwell podría compararse con la fascinante maquinaria paranoica del Khmer Rojo. Lo que ocurrió en Kampuchea es un recordatorio y una advertencia: Auschwitz está entre nosotros; la limpieza étnica, la purificación por el fuego, la barbarie, en suma, forman parte del corazón de nuestra era. Ahí están Sarajevo, las masacres de Ruanda o las masacres de palestinos para corroborarlo. En el lugar donde antes estuvieron los campos de exterminio en Camboya, se erigió el Museo del Genocidio. Expertos museógrafos alemanes fueron invitados para su diseño y construcción. La barbarie se transmuta en un fenómeno cultural, casi artístico. El genocidio es cultura. Los nazis fueron derrotados, pero Auschwitz sobrevivió; cayeron los verdugos, pero sus acciones se han vuelto inmortales, ya que son ellas las que se han perpetuado; cayó Stalin, pero sobrevivieron los Gulags; desaparecieron las dictaduras militares, pero la tortura es hoy el pan de cada día. En el momento en que estas líneas son escritas o son leídas, una persona está siendo torturada. Los hornos siguen encendidos. Un nuevo Poi Pot espera siempre, acechante, en el corazón de las tinieblas. {
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NO HAY MÁS DIOS QUE DIOS Luisa Riley
Abbas. De la serie:
Irán: Los guerreros de Alí, 1978.
Abbas. De la serie:
Irán: Los guerreros de Alí. Retrato del Ayatola Jomeini , 1978.
Una mujer con velo, cien, miles y millones de cuerpos que se escudan de "los vicios occidentales". Una multitud que carga a una prostituta calcinada en las "llamas que purificaron Teherán". La imagen del Ayatola en una marea humana que proclama que no hay más Dios que Dios. Un billete desafiante con el rostro del monarca desterrado. Imágenes de una revolución que se enfrenta, con el Corán en la mano, a uno de los ejércitos más poderosos del mundo y a la policía política más temida en su tiempo, la Savak... Es el fin de una monarquía ostentosa y corrupta que prometía convertir a Irán en el Japón del Medio Oriente Un reinado que se instaura en 1921 y no logra prolongarse más allá de 1979, cuando al rey lo destituye y lo expulsa de Irán un pueblo que le pierde el miedo a sus armas. Un pueblo que sale en masa a conquistar las calles y su historia, sofocada por el peso modernizador del monarca, el Sha Mohamed Reza Pahlevi. En 1978, el duelo y las plegarias islámicas acaparan las primeras planas de la prensa internacional. Alá, Mahoma y sus seguidores, los chiítas, asombran al mundo.Un sin fin de caras y cuerpos sin nombre adquieren los rasgos de un rostro inalterable y asceta, los del Ayatola Ruhollh Mussavi Jomeini. El Sha cree que volverá a Irán, pero los aliados en Occidente lo apoyan sólo en su
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Abbas. Cuatro generales del Sha, ejecutados después de un proceso "islámico", breve y secreto. Teherán, 1979.
peregrinar por el exilio. Su imagen imperial, impresa aliado de los grandes forjadores de la historia contemporánea, se pierde en el rostro de un hombre demacrado, que huye de la prensa, recluido en alguna mansión de la ciudad de Cuernavaca, en México.
res les arrebató el chador, no permitió que se retrataran camellos por considerarlos animales relacionados con el atraso y utilizó la artillería para destruir las mezquitas. Esta herencia le legó a su hijo, junto con un ejército que fundó con 150 mil hombres, y que bajo el mandato de Mohamed Reza Pahlevi se convertiría en uno de los cinco más poderosos del mundo. Reza Pahlevi, el último Sha de Irán, gobernó a la usanza de su padre y contribuyó a la modernidad de Irán con la creación de la Savak, la policía política que tuvo 60 mil hombres y tres millones de informadores: "¡ Democracia, libertad, democracia! ¿Qué significan estas palabras?", se preguntaba el Sha. "Aquí fusilar a determinada gente", decía, "es justo y necesario. Aquí el pietismo es absurdo". 2
"Antes que un hombre soy un rey". I Mohamed Reza Pahlevi fue hijo de Reza Khan, Sombra del Todopoderoso, fundador de la dinastía Pahlevi que reinó en Irán durante 58 años. Fue su padre un cosaco analfabeta que conquistó Teherán en febrero de 1921 y ordenó que Persia se llamara Irán. Reza Khan fue propietario de 3000 pueblos y de sus 250 mil habitantes, prohibió a los hombres el uso del gorro iraní ya las muje-
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Abbas. Una de las últimas partidarias del Sha es apedreada por la multitud. Teherán, 1979.
Al Sha lo perdió el desconocimiento de su país. Pasó su vida viendo hacia Occidente y encerrado en un palacio donde servían el té con tazas y cucharas de oro y en mesas decoradas con esmeraldas, rubíes y zafiros. Lo perdió la vanidad, como la que mostró en la fiesta para celebrar los 2500 años del imperio persa: un festejo que costó 300 millones de dólares y para el cual mandó construir el campamento del Paño de Oro, a los pies de las ruinas de Persépolis, y que decoró con terciopelos rojos y lámparas de bronce. Allí hospedó a los representantes de Estados Unidos y de sus aliados en Europa, además de los príncipes y monarcas invitados al festín que ofreció el restaurante parisino Maxim's y dónde sólo el caviar era persa. El Sha quiso conservar el trono, pero
sus nervios no aguantaron el rechazo de un pueblo que él creyó que lo adoraba; lloró cuando tuvo que abandonar Irán. "No podía llevarse consigo las joyas de la Corona, valuadas en 130 millones de dólares. Un souvenir. En huelga, desatada la vorágine, los empleados del Banco Central se negaron a abrir las cajas de seguridad para obsequiar el último capricho del rey" .) A las 14 horas del 16 de enero de 1979. Radio Teherán anunció la salida del monarca que desde 1941 ocupaba el trono.
"El Islam, en el año de 1978, no fue el opio del pueblo, porque fue el espíritu de un mundo sin espíritu".' El 8 de enero de 1978 explota la cólera y la
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Abbas. Musulmanas conmemorando a un mártir, cuarenta días después de su muerte. Irán, 1978.
desesperanza del pueblo iranÍ. El detonante: un artículo contra el Ayatola Jomeini que publica el diario oficial. En la ciudad sagrada de Qom, unos a otros se contagian, en la plaza leen a gritos el escrito, vencen el miedo hasta convertirse en multitud. El ejército dispara. La plaza entera queda cubierta de cadáveres. A los 40 días, según el rito del duelo chiíta, en las mezquitas de muchas ciudades de Irán, se reúne la gente para recordar a los muertos de Qom. En Tabriz, el ritual desemboca en una sublevación. Se inicia el ciclo de procesiones enlutadas que cada 40 días y hasta agosto habrán de incendiar primero a las ciudades de Tabriz, Isfahán, Meshed hasta llegar a Teherán y al final extenderse a todas las ciudades de Irán. "Un diluvio,
un auténtico diluvio, cuya virulencia no tardará en absorberlo todo e inundarlo todo. Un bosque de puños rítmicamente alzados, un bosque amenazador y terrible. Multitudes que cantan, multitudes que gritan: ¡Muerte al ShaP El 4 de septiembre de ese 1978, día de Aid-el-Fetr, es una jornada más de duelo, aunque sea una de las pocas celebraciones del calendario islámico, pues es la fiesta del fin del ayuno, del Ramadán. Las mujeres dejan a un lado su velo floreado y visten con chador negro. Entre súplicas, cantos y plegarias desafían al rey y sus sueños de gran civilizador. Irán le da la espalda a la opulencia petrolera y se vuelve hacia su historia. Occidente, dicen las multitudes, esclavizó nuestra voluntad,
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Abbas. Los guerreros de Alí. Irán, 1978.
nuestros pensamientos y nuestro corazón. La revolución iraní es el levantamiento de los esclavos.
"¿Cómo dos mil? ---dijo sorprendida una mujer- Eran cinco mil, ¡diez mil!, ¡dos millones!" Y es que "cuando se tienen las manos vacías, si se suman los muertos reales y los imaginarios, se conjura el miedo".7 En Behesht Zahra, o Paraíso de Zahra, el cementerio de Teherán, durante días y días hombres y mujeres claman por las víctimas de la plaza Jaleh : "El Ellah-o-el Allah, no hay más Dios que Dios y no hay más partido que el partido de Alá", repiten en tono de plegaria.
"Alá Akbar, Dios es grande. Irán, Irán, Irán es sangre, es muerte, es rebelión".6 El que mate a un creyente voluntariamente ---dice el Corán- tendrá el infierno por recompensa y en él permanecerá eternamente. El viernes negro, una multitud avanza hacia los tanques, los soldados desafían nuevamente al profeta Mahoma. Sin escuchar el llamado de "sus hermanos musulmanes", abren fuego en la plaza Jaleh en Teherán. El dolor estalla: "Alá, Alá, se han atrevido". El gobierno informa que son 95 los muertos. Algunos dicen que son dos mil.
No es un pueblo hambriento, es una revolución espiritual. Mire a la gente que destroza todo: lo destroza todo. No se queda con nada. 8
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Una cortina de llamas ilumina Teherán, la ciudad está en manos de jóvenes insurrectos. No queda en pie ningún expendio de bebidas alcohólicas, los bancos son pisoteados y arden junto con las fotos del rey, los bares, los hoteles y edificios del gobierno. "El 5 de noviembre, Teherán es quien prende fuego a Teherán. Porque Teherán no se identifica con Teherán. Y en cada avenida, en cada calle, los habitantes han de atacar los símbolos del régimen o de la civilización extranjera".9
Una república que intenta restaurar un sueño vivido más de mil años atrás, cuando Mahoma gobernó en Medina, en el siglo VII. Desde entonces, los chiítas seguidores de Alí, yerno de Mahoma y padre de sus dos únicos nietos, habrán de vivir un destino trágico. Alí, el primer imán, es apuñalado. Su hijo Hussein, segundo líder del pueblo chiíta, muere de sed, cercado por 30 mil jinetes de Yazid el Cruel, en el desierto de Kerbalá. El último de los imanes fue Mohammed. Desapareció en una gruta de la gran mezquita de Samarra, en Irak, en el año 878. Le llaman el Imán Oculto, el Esperado, que habrá de volver al final de los tiempos, para liberarlos de la tiranía. En la sangre de los imanes vive la sangre del profeta. El imán es el nieto de Hassan, príncipe de los mártires: es el descendiente de Mahoma y de Alá.
"Sobre los muros, las terrazas y los automóviles, las consignas están escritas en verso, y los manifestantes las corean como cantos".1O Los duelos acaban sobreponiéndose unos a otros. El día del Achura, que conmemora el martirio y la muerte de su primer imán Hussein, son millones los que salen a las calles en todo Irán. En Teherán, sólo los niños pequeños, los ancianos, los inválidos y algunas mujeres se encierran en sus casas. Ese 10 de diciembre es un día de duelo, pero la multitud ríe, de ella se desprende una fuerza extraordinaria: sabe que ha ganado. Unas semanas después el Sha y la familia real vuelan hacia el exilio.
"Levántate, levántate, resucita el gobierno del derecho y de la justicia... Imán, el Imán ha venido. Ayatola Imán Jomeini, has venido por fin" .13 El primero de febrero de 1979, el ayatola Jomeini regresa a Irán, tras 16 años de exilio dictado por el monarca ahora desterrado. En el aeropuerto de Teherán y a lo largo de los 33 kilómetros que conducían al cementerio de Behescht Zahra, el de los mártires de la revolución, millones lo acompañan, las manos se abren y forman la V de la victoria. Es el Esperado y llegó a salvarlos de la miseria y las persecuciones. Un niño recita un verso del Corán: "Aquéllos que han luchado y se han sacrificado conocerán la felicidad del paraíso". El mártir es el corazón de la historia del pueblo chiíta. La ideología que honra al martirio -dice Jomeini- rechaza la esclavitud. Y allí, entre los muertos, los iraníes que lo aclaman, escuchan esa voz monocorde, ese sonido si n ritmo que, desde
"Dios ha prometido a los creyentes, hombres y mujeres, jardines regados por corrientes de agua: allí permanecerán eternamente" .11 Las grandes manifestaciones del Aid-el-Fetr, el horror del viernes negro, han engendrado un sueño y un mito irresistible: el mejor de los mundos musulmanes, una sociedad ideal, purificada, que reúna al fin la vida política, civil y religiosa. La república de Platón dirigida por los ayatolas filósofos. Una república sencilla, austera, que vive en la pobreza y en la meditación .... 12
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una grabadora, presidió algunas marchas de la revolución: " En nombre de Dios misericordioso: hemos conquistado grandes victorias y padecido grandes duelos [... ]. Designaré mi gobierno". "Queremos una República Islámica", grita un miembro del clero islámico, un molaj . "Sahih ast, dice la verdad", responde la multitud congregada en Behesht Zahra. Pero la estructura militar y policial que sostuvo al Sha seguía en guardia ante un monarca ausente. Se improvisa la insurrección, una multitud de huelgas paraliza la economía, cuerpos de la guardia imperial se consumen en el fuego. Aquéllos que con las manos vaCÍas se enfrentaron a los tanques de la monarquía comen armados en los salones imperiales. El clero islámico lucha ahora contra la izquierda laica y las minorías kurdas. El velo islámico, escudo contra Occidente, símbolo de las mujeres en lucha, se impone como una muralla. Irán se cierra al mundo, vuelve a su pasado y cada viernes a la hora de la oración común, en todas las plazas, uno por uno los iraníes desenrollan su alfombra de flores, llegan a ser millones. Siete veces se arrodillan y se yerguen, como si fueran uno solo. Permanecen en fila recta, silenciosos, con sus rostros vueltos hacia la Meca y de espaldas a Occidente.
Abbas. EL cuLto a Los mártires aviva La LLama de La revoLución. Teherán, 1979.
del poder. Editorial Anagrama, 1987. Canto de los manifestantes durante la revolución. Ibid. 7 Briére y Blanchet, op. cit. • Estudiante en Teherán. Ibid. 9 Ibid. 10 Abbas. Iran: La revolution confisquée. Clétrat / Abbas. París, 1980. " El Corán. Sura IX 73 . Editorial Nacional, 1958. 12 Briére y Blanchet, op. cit. Il Clamor que recibió a Jomeini en el cementerio Behesht Zahra. Scherer y Maza, op. cit.
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NOTAS: I Mohamed Reza Pahlevi. Entrevista de Oriana Fallaci. Teherán, octubre de 1973. Entrevistas con la historia. Editorial Noguer, 1981 . 2 Ibid. J Julio Scherer García y Enrique Maza. Proceso 165-04.3 1 de diciembre de 1979. 4 Michel Foucault. Entrevista de Claire Briére y Pierre Blanchet. Irán: la revolución en nombre de Dios. Editorial Tierra Nova, 1980. , Ryszard Kapuscinski . El Sha o la desmesura
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Gilles Peress. Bosnia, 1993.
LAS GUERRAS DE UNA YUGOSLAVIA DIFUNTA jean Meyer
Las imágenes que acompañan el texto del historiador Jean Meyer pertenecen a Gmes Peress, fotógrafo de MAGNUM, que se ha caracterizado por cubrir algunos de los principa· les conflictos sociales, políticos y religiosos, que han asolado a di· versas regiones en lo que va del siglo. Destacan, entre su vas· ta producción, los libros
Silell,e, sobre el éxodo y los campos de refu· glados en Ruanda, y releJ( Ir611, un reportaje de la revolución iraní. Reproducimos algunas fotografías, aparecidas en su libro 'arellllell lo 80slIia. Actualmente, Pere.. trabaja en otro libro sobre Yugoslavia, que habrá de llamarse Makill' Pea,e.
Cuando cayó el muro de Berlín, Francois Fejt6 se preguntó qué haría Metternich de vivir en ese tiempo. ¿Cómo redibujaría el mapa de Europa el artesano del mapa de 1815? Entre otras cosas, Ha los pueblos de Yugoslavia, en peligro de libanización, les aconsejaría detenerse antes de cometer lo irreparable: ni el más enérgico, ni el más sabio de los hombres políticos puede impedir la autodestrucción de estados multinacionales, sin más legitimidad que la fuerza bruta". Milosevich y Tudzman, los presidentes antes comunistas de Serbia y Croacia, no captaron el mensaje y lanzaron a todos los pueblos de la ex-Yugoslavia al desastre. La crisis del estado yugoslavo estaba inscrita en su estructura misma: compuesta de seis repúblicas y dos provincias autónomas hasta 1989, Yugoslavia contaba con seis naciones oficiales, 18 minorías nacionales, cinco idiomas reconocidos, tres religiones y dos alfabetos, e l latino y el cirílico. Creada después de la primera guerra mundial, sobre los escombros de los imperios difuntos, Yugoslavia albergaba pueblos que habían vivido una historia diferente: Eslovenia y Croacia en el imperio austrohúngaro; Serbia, Montenegro y Macedonia en el imperio otomano, y entre los dos, Bosnia-Herzegovina, tomada a los turcos por Viena, a fines del siglo XIX. Desde la muerte de Tito, inventor del sistema federalista -único denominador común de ese mosaico de pueblos-, la crisis estaba latente. La precipitó la perestroika soviética, la caída del muro de Berlín, en 1989, y la desaparición de la URSS, tres años después. Es en 1991, precisamente, cuando comienza la guerra por iniciativa de la república serbia, la más poderosa de todas, dueña del ejército mal llamado yugoslavo y, últimamente, de instituciones federales vacías de toda realidad. La guerra empieza en Eslovenia. Desde 1987, esa pequeña
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Gilles Peress. Bosnia, 1993.
república que colinda con Hungría, Austria e Italia, se había volcado a la perestroika: pluralismo político, economía de mercado, estado de derecho. La vecina Croacia, aunque más lentamente, había tomado el mismo camino, mientras que Serbia se oponía a todas las reformas. El número dos serbio, el comunista Slobodan Milosevich, apoyándose en el nacionali smo serbio en pleno auge, eliminó a su presidente, usando, demagógicamente, la "cuestión del Kosovo" y minando la Yugoslavia que pretendía conservar. En 1989, dos provincias, Voivodina (al norte, sobre la frontera húngara, con una importante minoría magyar) y Kosovo (al sur, sobre la frontera con Albania, con una población en la que el 90 por ciento es albanesa), perdieron su autonomía y fueron incorporadas al estado serbio en 1990. Los
albaneses del Kosovo comenzaron a sufrir una terrible represión que continúa hasta la fecha, a la que respondieron con la elección (no reconocida) de su líder Ibrahim Bugova y con el boicot de las instituciones políticas, administrativas y escolares serbias. Ese golpe de Estado dado por Milosevich, destruyó la federación yugoslava. El proceso de desintegración política empezó tan pronto el presidente serbio Milosevich rompió el equilibrio, al acabar con las autonomías. En la provincia de Kosovo instauró, con el pretexto de defender a la minoría serbia, un gobierno dictatorial y militar que oprimió a la mayoría albanesa. Cuando Serbia, la más importante república de la federación, anexó la Voivodina y el Kosovo, se apropió de sus votos en la
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Gilles Peress. Bosnia, 1993.
en 1991-1992) y, más tarde, BosniaHerzegovina (1992-1995). En cada una de estas etapas, el horror fue creciendo. Ese ejército enorme, costoso, necesitaba de un estado al cual pertenecer. Por eso le convenía el proyecto de la Gran Serbia.
presidenci a colectiva que dirigía el estado desde la muerte de Tito. Serbia di sponía así, con el voto de su aliado Montenegro, de cuatro de los ocho votos. Su política de destrucción de la autonomía de la mayoría albanesa en el Kosovo despertó el miedo y el coraje en Eslovenia y Croacia, y la angustia en Bosnia-Herzegovina y Macedonia. El programa nacionalista y agresivo de la Gran Serbia se hizo evidente. Su nacionalismo militante despertó los otros nacionalismos. Eslovenia fue la primera en salirse de la federación, con un costo mínimo: algunos balazos y 80 muertos. Serbia quedó con cuatro votos de siete, dueña del estado y con el apoyo total de un ejército supuestamente federal, que de hecho era serbio. El ejército atacó durante algunos días Eslovenia, luego Croacia (en lo que fueron meses de verdadera guerra,
La nieve y los perros Así se llama la novela de Vidosav Stevanovich. Una vez más, por tercera ocasión desde que comenzó la guerra en los Balcanes, la nieve se ha derretido, descubriendo los cadáveres y las osamentas. En los llanos, en los valles, en la sierra, en las ciudades sitiadas se muere la gente de muerte nada humana; se mueren los presos en los campos y las mujeres en los camposburdeles; los tiros de minas están llenos de cuerpos. Por todos lados andan sueltos los perros, "aquellos grandes perros negros,
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Gilles Peress. Bosni a, 1993.
siempre más negros, siempre más silenciosos". Stevanovich nos enseña lo que se ve, cuando los periodistas extranjeros -expulsados por el gobierno serbio- han debido retirarse, cuando no hay más cámaras de televisión. "En los Balcanes no se hace la guerra. En los Balcanes se mata todo lo que vive, todo lo que se mueve, todo lo que está muerto, todo lo que existe o podría existir. .. Iglesias, templos, mezquitas, panteones, museos, bibliotecas. Para que del Otro no quede nada, ni un recuerdo hi stórico, para que no vaya a servir de prueba algún día". De chico leí el Diario de Ana Frank, vi Noche y neblina de Alain Resnais, el Guernica de Picasso; después vi y no pude olvidar los cuadros de Goya sobre las atrocidades cometidas por los franceses en
España, leí y no pude olvidar el Archipiélago Gulag y los Relatos de Kolyma de Shalámov. El libro de Stevanovich nos lleva a lo mismo, con la diferencia de que no se trata de una pesadilla del pasado , sino de un presente demasiado presente, demasiado actual y prolongado. El infierno sobre la tierra. Hace unos años alguien dijo que el infierno había quedado vacío, porque todos los diablos se encontraban en Ruanda. Algunos siguen pastoreando sus perros negros en Bosnia, y les gustaría pasearse también en el Kosovo vecino, y aliado, en Macedonia. Supimos o creímos saberlo todo: los libros blancos, azules, negros, informes de comisiones internacionales, reportajes. Leímos y hasta oímos en televisión los testimonios de presos que habían sido
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Gilles Peress. Sarajevo, 1993.
torturados, de mujeres violadas, de esqueletos vivientes, de niños mutilados. El libro suma todo eso y más , porque habla a través de la conciencia alucinada de los verdugos. El serbio Stevanovich, durante un tiempo exiliado, ahora presente, en un acto de valentía, revela el apocalipsis, cuando los jinetes andan sueltos: "Unos milicianos ordinarios queman a una niña de diez años, lentamente, sobre una parrilla. La mojan con raki (alcohol) -arde mejor. Mean. Se hunden luego en sus sueños de hombres brutos. Y la queja identificada aniquila nuestras noches". Me cuesta trabajo copiar estas frases . Es el libro de los infiernos vividos por una familia sin adjetivos (los milicianos tampoco son calificados), que se está desintegrando a través del éxodo y la peregrinación . Los hombres (no sé si son
hombres o perros) se hacen verdugos al incorporarse a las bandas del "Capitán", que bien podría ser el siniestro "héroe" serbio, Arkán , señalado como criminal de guerra para el improbable juicio de Nuremberg. Son tantos los Arkán en este interminable episodio de matonería balcánica. El martirio de las poblaciones atrapadas en aquella trampa es insoportable, porque Stevanovich nada perdona. Dedica el libro a las víctimas enterradas vivas, en las catacumbas de la ciudad bombardeada, vigilada sin piedad por los francotiradores durante 40 meses: Sarajevo. "Remember Sarazhevo" . Serbio, el autor salva el honor de los serbios (por cierto, hay entre 150,000 y 300,000 muchachos serbios que se han negado a hacer el servicio militar, para no tener que tomar parte en la barbarie). Este
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Grossmann 1 y Gheorghiu, en las oficinas de los verdugos negros y rojos que se entregan a los cuerpos atormentados de los herejes. Nos ayuda a entender cómo el estalinismo, cómo el comunismo, fue la "estructura absoluta" que intentó apoderarse del alma de Rusia, de Europa, de Yugoslavia, país que soñó, como nadi e, en ser Europa. Nos ayuda a entender, no solamente el mortífero pasado escrito por la Gestapo y la KGB , los chetnik 2 y los comunistas, sino lo que pasa hoy, y por qué esa "isla de los Balcanes" es uno de los puntos del mundo en el que más se sufre hoy en día. Una vez más, los "soñadores asesinos de soñadores" han emprendido una ses ión de autodestrucción. El odio alimenta a esos hombres deshechos - un odio inventivo, recocido, que se justifica con todas las religiones, con todas las hi storias nacionales. Odio en 1913,odioen 1941 , odio en 199\... Chosich nos ha dado, como Dostoievski , una leyenda del gran inquisidor (Petar, el cheki sta, "creyente" e inquisidor de la última de las grandes sectas cristi anas, el bolchevismo), una nueva versión de los "poseídos", esos ho mbres inhumanos que marcan aún con sangre nuestra hi storia poscri stiana, posmoderni sta, poscomuni sta. Un amigo me escribe que el sol brilla en Sarajevo, que las calles están llenas de gentes que salen a tomar el sol -con todo y el regreso intermitente de la ten sión y de los francotiradores. Y me cita, en su esperanza indestructible, este "verso demente" del gran poeta serbio Niegoch: " ¡Que sea lo que ser no puede!" ¡Que venga la paz!
escritor del Círculo de Belgrado no guarda ninguna ilusión acerca del porvenir inmediato. Conoce demasiado bien el sonambulismo de los verdugos, esos "combatientes del pueblo" inmunizados por la lógica implacable del odio racial y del "nacional-comuni smo de guerra". Imposible separar lo político de lo humano. El régimen de Belgrado es responsable. Mucho más que no sé qué maldición balcánica, que hace de todos los hombres de aquella "isla" matones y sádicos potenciales. Más atroz aún que Ivo Andric, Stevanovi ch no nos aflige por completo, dej a " una pequeña brecha de esperanza". María, en su sótano, próxima a morir, sigue escribiendo su diario ; su perro no tiene nada que ver con los malditos perros negros. Cristos, un niño de 5 años, se ha condenado a no hablar más; el hermano misterioso comparte su mi seria con Ismae l, el albanés del Kosovo, otro peregrino condenado por la opresión. Aque llos "casi incapaces de mantenerse de pie" son, en última instancia, los vencedores, que obligan a los verdugos, los perros negros, los políticos, a preguntarse: "¿cómo es que no logramos vencer a esas sombras, a esos fan tas mas?" Este libro, publicado en París (Belfond, 1993) nos remite a la gran confesión que hace otro serbio, Dobritsa Chosich, en El tiempo del mal (editado por L' Age d' Homme, en 1990). Chosich cuenta, en esa inmensa novela de dos tomos, la confrontación entre el comunismo y el fascismo en una "porqueriza" humana en la que las "tribus yugoslavas" daban al enfrentamiento un paroxismo especial. Su novela permite entender mejor lo que está pasando 50 años después en la ex-Yugoslavia y es, al mi smo tiempo, una confesión comunista. Chosich busca la incierta frontera en la que los dos totalitarismos del siglo se encuentran, y la halla, como
N O T A S I Vassili Grossman. Vida y destino (escrito en 1962, publicado en 1980). Verghil Gheorghiu. La hora 25. El primero es ruso, el segundo rumano. 2 Se trata de la guerrilla antinazi no comunista.
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Gilles Peress. Sarajevo, 1993.
TRADUC C IÓN DEL INGL É S : FÁTIMA ANDRE U
ALGUNOS AÑOS SON PEORES QUE OTROS ... Trisha Ziff
Trisha liff vivió en la ciudad de Derry entre 1981 y 1985, es autora y editora de
Still War, Images from IIortllerll Irelalld ill J990 (New Amsterdam
Press, USA). Además de escribir, liff es curadora y vive con su familia en los Ángeles. E"a está encargada de la exposición Cercallías Distalltes, exposiciólI de arte cllicallo,
irlalldés y mexicallo, la cual abrirá sus puertas en el Museo Carrillo Gil de la ciudad de México, en febrero de 1997.
La temporada de marchas comienza en mayo y dura todo el verano en el norte de Irlanda; es una época de fuertes tensiones, cuando cualquier línea imperceptible de separación entre las dos comunidades' se redefine y aumenta. Los ataques sectarios en contra de la comunidad nacionalista viven su peor momento, los hogares son atacados con bombas caseras y las escuelas católicas son incendiadas; es también en esta época cuando ocurren asesinatos sectarios al azar. Algunos años son peores que otros .. . Los "lealistas",2 miembros de la "orden naranja" / y los "muchachos aprendices" se visten con sus mejores galas, se ponen sus bandas y sombreros de bombín recién desempolvados para celebrar la histórica victoria del Rey Billy (la derrota del rey católico James a manos del rey protestante William 111, en la Batalla de Boyne, ocurrida en 1690) y para reconocer el heroísmo de trece "muchachos aprendices" que, pese al hambre inminente, mantuvieron el sitio de Derry contra el rey James durante todo el año anterior, en 1689. Los "naranjistas" marchan por los vecindarios nacionalistas, no por los propios, reafirmando su origen, su dominio sobre estas comunidades; la historia es regurgitada, es un pretexto para regodearse en un tribalismo crudo, a expensas de la comunidad minoritaria. La Policía Real de Ulster (The Royal Vlster Constabulary, RUe), apoyada por la fuerza de la policía local protestante, hace caso omiso de los deseos democráticos de las comunidades locales. La RUC, respaldada por la fuerza del Ejército Británico, se desplaza hacia los barrios católicos y levanta barricadas, aprisionando a la gente en sus propias calles, impidiendo que vayan a trabajar, que salgan de compras o lleguen a los hospitales ... propiciando, con el uso de la fuerza, la posibilidad de que los "lealistas" puedan desfilar por esas mismas calles. Lo menos que se puede decir es que es un acto de provocación. Esto no es una fiesta .. . si bien se ha fomentado la tolerancia hacia los "naranjistas" desde la ... Jarlath Kearney. La policía de Ulster reprime la protesta nacionalista contra la marcha de la "orden naranja", en un distrito del norte de Belfas!. Irlanda del Norte, junio de 1996.
Jarlath Kearney.
So ldados ingleses acordonan la ciudad de Derry. Irlanda del Norte, agosto de 1996.
instaurac ión del proceso de paz por parte de muchos nacionali stas, con el propósito de establecer puentes entre las dos comunidades, los esfuerzos tendientes al diálogo tienen poca posibilidad de desarrollo mientras la cultura de los "Ieali stas" se niegue a reconocer los derechos de los nacionalistas, a respetar su separación e igualdad y a llevar sus desfil es hacia otra parte. El " Ieali smo", con todo su fanatismo e intolerancia, se ha construido sobre las espaldas de la ideología coloniali sta y funciona a expensas de la comunidad minoritaria. Estas marchas no tendrían razón de llevarse a cabo, si no fuera por el propósito de afi rmar su dominio. Los hechos ocurrieron este verano después de los frágiles comi enzos de di álogo entre las comunidades locales, pese al rechazo a ni vel ofi cial por parte del gobierno británico de participar en las pláticas de paz y reconocer el cese al fuego iniciado por Gerry Adams, en 1994. Los "Ieali stas" marcharon, como siempre, a través de las calles de los barrios nacionali stas de Belfas t, Belaghy, Derry y Newry, negándose a respetar los deseos de los residentes locales en cuanto a la reali zación de sus marchas en otra parte. El mundo vió las dramáticas imágenes del sitio de Garvaghy Road, en Portadown, que terminó cuando la RUC
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Jarlath Kearney. Un
grupo de católicos se enfrenta a la Policía Rea l de Ulster. Belfast, lrlanda del Norte, junio de 1996.
consiguió hacer entrar un desfile de "naranjistas" en un área nacionalista que había sufrido ataques durante varios días. Estas fotografías pertenecen a una serie tomada por un fotógrafo de Derry, Jarlath Keamey. Fueron realizadas en agosto de 1996, cuando los "muchachos aprendices" de Derry marcharon por la ciudad y alrededor de las murallas de Derry, representando una vez más el sitio y heroísmo de los "muchachos aprendices" y de los "mártires". La ciudad de Derry está integrada por una comunidad predominantemente nacionali sta, sin embargo, los "naranjistas" se movilizan por miles y llegan de todos los lugares del norte de Irlanda y Escocia para tomar las murallas de la ciudad y reclamarlas como suyas. Tocan sus tambores en son de triunfo y lanzan misiles desde las murallas de la ciudad a los nacionalistas que viven abajo, en el Bogside, provocan a las personas y se burlan de ellas, lo que nos recuerda los días de 1969, cuando lanzaban moneditas de un centavo desde las murallas hacia los ' barrios pobres' del Bogside. Esto no es un espectáculo ni tampoco una nueva puesta en escena "callejera" de la historia, sino un aferrarse macabro a la historia, con el fin de reafirmar una superioridad que se manifiesta económica, política y cultural mente, a lo largo y ancho del norte de Irlanda.
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Jarlath Kearney. Acorralado yen silencio, lo re identes nacionalistas le dan la espalda a la marcha de los
"muchachos aprendices". Derry, Irl anda del Norte, agosto de 1996.
El 14 de julio de este año (un mes antes), la RUC había invadido el centro de la ciudad de Derry, cerrando la calles. Lo que parecía ser un viernes por la noche
normal se convirtió en un pandemónium, cuando los jóvenes comenzaron a salir de los clubes y bares locales para ser emboscados y atacados con balas de plástico por
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La marcha de los "muchachos aprendices" tuvo lugar cuatro semanas más tarde; las tensiones se mantenían en su punto más alto. Sin embargo, a pesar de las súplicas de los líderes de la comunidad local, los "Iealistas" estaban decididos a marchar. Los fotógrafos de todas partes del mundo se dieron cita en Derry. Preparados para un espectáculo, buscaban el dramatismo y la acción, el regreso a "los problemas", "el fracaso del cese al fuego" -uno podía imaginar los encabezados del Time de Newsweek, del Paris Match de esa semana. No había un solo cuarto de hotel disponible. Sin embargo, debido a los esfuerzos locales y a la abstención de la comunidad, no hubo imágenes de disturbios, camiones quemados o jóvenes encapuchados ... La única violencia que se desató fue a causa de la RUC y, ante la provocación, los nacionalistas dieron la espalda a los "muchachos aprendices" en una protesta silenciosa (ver fotografía). Desde entonces, las comunidades locales han marcado lineamientos para el futuro, con la idea de desarrollar negociaciones comunitarias para las temporadas de marchas en los años por venir. Está por verse si la tradición "lealista" es capaz de desprender e de su pasado ectario y reinventarse a sí misma, para que estas marchas se conviertan en días de fiesta públicos, en las fiestas que aparentan ser.
N OT A S : I
"Dos comunidades" hace referencia aquí, por una parte, a la comunidad "lealista", cuya mayoría es protestante y leal a la corona británica y a la unión con Inglaterra, y por la otra, a la minoría, la comunidad nacionalista, cuya mayoría es católica, se considera irlandesa y anhela la reunificación de la isla de Irlanda. 2 Colonos leales a la Gran Bretaña. (N. de la T.) 3 Los "naranji stas", miembros de una sociedad irlandesa, protestante y secreta. (N. de la T.)
miembros de la RUC, que aguardaban con su equipo completo para disturbios. La RUC admitió haber disparado 900 balas de plástico esa noche. Doscientos residentes locales fueron lesionados y Dermot Mc Shane, un joven que regresaba a su casa, fue muerto.
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Fazal Sheikh.
Camposanto compartido. EtiopĂa, 1992- 1993.
ÁFRICA: UN TERRITORIO COMÚN Estela Treviño
Fazal Sheikh. Peter Sham, menor sin acompañante. Sudán, 1992-1994.
En la difícil geografía de las regiones africanas, las rivalidades tribales se conjugan con la lucha por la imposición de religiones, los resabios colonialistas y una sequía prolongada. Etiopía, Kenia, Mozambique, Somalia, Sudán y Ruanda han sido el escenario de numerosos conflictos bélicos interétnicos, así como de éxodos masivos en el que cientos de miles de personas emprenden la huída de sus países de origen hacia territorios vecinos. Desde el siglo XVI y de manera ininterrumpida, navegantes portugueses, holandeses, españoles, alemanes, franceses e ingleses fundaron pequeños puertos comerciales, en lo que, en aquel entonces, era Guinea. Francia e Inglaterra ocuparon, a fines del siglo pasado y principios del presente, no sólo la región de Guinea, sino muchos otros territorios del interior africano. Los ingleses adoptaron un sistema según el cual no se cambiaban las instituciones tribales, a menos que fueran opuestas a la moral europea o incompatibles con las instituciones británicas. En las colonias francesas, en cambio, se pretendía transformar al nativo en un "negro francés". Ubicados al centro y sureste del continente, estos países presentan características geológicas y climáticas semejantes. Unas tres cuartas partes del territorio es árido. Las tierras de cu ltivo y pastoreo se encuentran en la meseta meridional. La abundante extracción de piedras preciosas contrasta con las precarias condiciones de vida de los habitantes. Predominan las creencias autóctonas y las iglesias cristianas nacionales (que no son católicas ni protestantes, sino semejantes a las de los cristianos coptos de Egipto), pero también hay un gran número
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Fazal Sheikh. Willi am Ga i (izq.) y Peter Deng, menores sin acompaĂąantes. SudĂĄn, 1992-1994.
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Fazal Sheikh. Jamaa Abdu ll ai y su hermano Adรกn. Somali a, 1992- 1994.
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Fazal Sheikh. Wezemana ("Dios es grande") con su hermano dormido, Milonze. Ru anda, 1994.
de musulmanes y protestantes. La situación de estos países continúa hoy tan inestable como en los tiempos del coloniali smo decimonónico. En 1991 , Kenia recibió el primer éxodo de Somalia y se creó el Campamento para Refugiados Liboi. Un año más tarde, alrededor de 500 mil refugiados somalíes habían sido instalados en di stintos campamentos por la Comi sión para Refugiados de Naciones Unidas. La causa, los conflictos conoc idos como "guerras de fa mili a" . En Mozambique, los estragos de la guerra civil y las sequías forzaron a un millón 700 mil personas a buscar as ilo en seis países cercanos. La situación no era menos drástica en Ruanda y Burundi. Los asesinatos de sus presidentes, ocurridos en 1994, ayudaron a reavivar los conflictos bélicos originados, hace más de un siglo, entre tutsis y hutus. El 29 de abril de 1994, la hi stori a registró la huída de 250 mil ruandeses. Para julio, ya eran 500 mil. En 1995, el campamento de la frontera de Ruanda con Tanzania contaba con 583 mil refugiados. La persistencia de las violac iones generali zadas de los derechos humanos en Burundi y Ruanda ha provocado la huída del país de cientos de miles de personas. Aunque sin alcanzar los niveles que se registraron durante el genocidio de 1994, en Ruanda siguieron produciéndose grav ísimas violaciones a los derechos humanos. La situación en las prisiones seguía siendo moti vo de preocupación. Había en ellas cas i 70.000 presos encarcelados sin cargos ni juicio, y en condic iones intolerables. Más de 200 mil refugiados burundeses y aproximadamente un millón 700 mil ruandeses hutus se encuentran aún en campos de refugiados de Zaire y Tanzani a. En los campos de Burundi hay decenas de miles de refu giados ruandeses. Hoy, después de una semana de infructuosa caminata, unos 600 mil hutus se hallan perdidos en los bosques, en la frontera entre Ruanda y Zaire, intentando regresar a Ruanda. El 29 de julio de 1993, el mini stro que asiste al presidente en Kenia negó, ante el parlamento de su país, que refugiadas somalíes hubieran sido violadas, pues afirmó que "sólo lo denunciaban para atraer la simpatía y dar al gobierno una publicidad adversa" .
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Fazal Sheikh. Borana, viuda de guerra. Etiopía, 1992- 1993.
Finalmente, fundamentó su premisa en que la policía no había recibido ningún reporte de violación (Daily Nation , julio 29 de 1993). Sin embargo, existen testimonios que contradicen esta declaración: Me llamo Halima y vine a Kenia desde Kismayo, Somalia, cruzando las zonas rurales de lafrontera. Nuestros padres viajaban en camellos y nosotros, a pie, detrás de ellos. Cuando cruzamos el desierto, mis hermanos menores murieron. Al llegar a lafrontera cercana a Liboi, nos topamos con la policía en un lugar que estaba muy solo. Ellos separaron a las mujeres; nos llevaron detrás de los arbustos y nos violaron. Nuestros padres se sentían lastimados y lloraban, pero no podían ayudarnos, La policía los tenía encañonados. Después de ello, un hombre blanco de Naciones Unidas llegó en coche a la zona donde estaban nuestros padres y les preguntó si tenían algún problema. Ellos dijeron que sus hijas habían sido llevadas. Cuando la policía vió al hombre blanco, salió. Después, un policía nos trasladó a donde estaban mis padres y nosotras le dijimos que habíamos sido violadas. Cuando el hombre blanco vió ese sucio y amarillo líquido, ese fluído en nuestros cuerpos, se enojó mucho y le preguntó a la policía: ¿ qué les hicieron a estas personas ? La policía insinuó entonces que éramos bandidos y que habíamos llegado a la zona ilegalmente. Después, el hombre blanco nos llevó hacia Liboi, donde platicamos con el jefe de policía, quien nos pidió señalar a nuestros atacantes. Al terminar, nos llevaron al hospital y nos limpiaron. Fuimos registrados en el campamento para refugiados de Hagadera, donde nos establecimos. Después de un tiempo resulté embarazada. La gente comenzó a abusar de mí. Me sugerían que tomara alguna medicina para abortar, o bien, que bebiera detergente con agua. Pese a todos los consejos, nunca intenté abortar. Cuando di a luz, sentí verguenza. No fui al hospital porque me preguntarían el nombre del padre y dirían que tuve un hijo negro.
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Fazal Sheikh. Gulma Duba Salo, anci ano de la tribu Borana, originario de Arero, 1992-1993. (detalle).
Dí a luz en casa de una mujer a la que apenas conocía. Ellafue mi partera. Estuve ahí una semana, antes de que los vecinos oyeran la historia y empezaran a rumorar sobre mi situación. Cuando cuento mis problemas a la gente, algunos los encuentran ridículos, pero otros se sienten apenados o me dicen que como mi niño es negro e hijo de un keniata, debería tirarlo. Yo ya no puedo regresar a Somalia porque me encontraría a la gente que me conoció sin hijo, gorda y bonita. Pienso que no podría regresar, porque la gente diría del bebé que es negro e hijo de un keniata. De hecho, cuando veo a los keniatas me bloqueo. Esto es por el problema que tuve con ellos. Lloro todo el día ... pero sólo le pido a Dios que deje crecer a mi hijo grande y capaz de caminar. Fazal Sheikh es enviado por la Comisión para Refugiados de Naciones Unidas para documentar esta dolorosa situación africana. Durante dos años -de 1992 a 1994- viaja acompañado de dos periodistas, un camarógrafo y seis rescatistas. En su primer visita, un oficial para Asuntos Públicos de Naciones Unidas, le informa de los 25 mil refugiados del campo, y en particular, del caso de los "menores sin acompañantes" , unos 12 mil niños y jóvenes, entre los 8 y 18 años de edad, que fueron llevados desde el sur de Sudán hasta Etiopía para ser "instruidos". Al poco tiempo de permanecer allí, palabras como "acompañante", "huérfano", "sufrimiento" se convirtieron en obsesiones para Fazal. Secuestrados supuestamente por miembros del Ejército Popular de Liberación Sudanés y trasladados a Etiopía, estos jóvenes fueron entrenados para atacar al gobierno de Sudán, mayoritariamente islámico. El vocero de Naciones Unidas argumentaba que los estudiantes habían sido manipulados por los "maestros". La tragedia en los campamentos de refugiados y en las zonas de conflicto bélico es evidente. Muchos fotógrafos han captado el horror, en un intento porque la opinión pública conozca una realidad despiadada. La estrategia de Fazal Sheikh es diferente. Su obra traduce una visión que nos habla de la voluntad de supervivencia del individuo, aun dentro de la miseria y la barbarie-no de un tiempo que se traduce en horror, sino de una realidad de niños huérfanos, mutilados, de jóvenes viudas y mujeres violadas, sobreviviendo por un futuro incierto pero, pese a todo, esperanzado.
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Fazal Sheikh. Halima y su hijo. Campo somalĂ para refugiados . Kenia, 1993.
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t~i ado Il.adoi' elu l\'lOIlIC···· Anónimo. General Eugenio y su estado mayor en Montesanto. Nordeste de Brasil , 1897.
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...
TRADUCCIÓN DEL PORTUGUÉS: FÁTIMA AN DR EU
ANTONIO CONSELHEIRO: EL RETRATO DE LA MUERTE
l
Boris Kossoy
Una verdadera revolución cultural, patrocinada por la élite de la sociedad brasileña, tiene lugar en los años posteriores a la proclamación de la República, en 1889. Existe, en esos primeros años del nuevo régimen, una necesidad imperiosa por exaltar el contenido simbólico de los términos "orden" y "progreso".
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La fotografía se prestará notablemente como un medio de documentación y propaganda, institucional e ideológica, de las tran sformaciones urbanas que ocurren en las principales ciudades del país en su ansia de modernización. Y también de las rebeliones políticas que surgen en la época. El episodio de Canudos,2 incidente al que el gobierno le atribuye una connotación político-ideológica, es un interesante reflejo de esta mentalidad. Se trataba, en realidad, de eliminar del mapa el poblado de Canudos, en el interior de Bahía, que albergaba miles de hombres del campo de toda índole, encabezados por el beato Antonio Vicente Mendes Maciel, vulgarmente conocido como Antonio Conselheiro o Bom Jesus Conselheiro. A lo largo de 20 años, entre 1876 y 1896, este Consejero (Conselheiro) deambuló por el interior del Nordeste y reunió un grupo numeroso de "fieles", que más tarde constituirían la población que conformaría el caserío de Canudos, aldea de Anónimo.
Aspecto de Canudos después de las batallas. Nordeste de Brasil, 1897.
Anónimo. Cuatroc ientos jagU/l("os prisioneros. Nordeste de Bras il. 1897 .
barro erigida sobre un trazado de ca ll ej ones y callej as. A la crec iente simpatía que el Consejero despertaba en las pobl ac iones pobres de las ciudades vecinas, le correspondía el temor a los saqueos por parte de los hacendados. No pasó mucho ti empo antes de que la prensa ll amara la atención acerca del peligro político que representaban los fanáticos, "enemi gos de la Repúbli ca". Entre 1896 y 1897, Canudos res istió cuatro ex pediciones militares, en las que participaron más de 12,000 hombres. ) De nada valieron los principios estratég icos de combate empleados por las fu erzas regul ares frente a
las ingeni osas respuestas de los sertaneros (equipados con armas rú sti cas y caseras), verdaderas acc iones de guerrill a para las cuales los militares profesionales no estaban preparados. No fue sino hasta la última incursión, después de violentos combates, que Canudos sucumbe trágicamente: "Cayó el día 5 [de octubre de 1897], al atardecer, cuando cayeron sus últimos defensores, que muri eron todos. Eran sólo cuatro: un viejo, dos hombres heridos, un niño, frente a qui enes cinco mil so ldados rugían rabi osamente".4 Resultaba abso lutamente necesari o para el nuevo rég imen resaltar la valentía de las
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Anónimo. Captura de jagunros por parte de la caball ería. Nordeste de Brasil , 1897.
conforme se divulgó en un periódico local. El anuncio, además, decía que, de entre los 25 cuadros que componían el espectáculo [sic] , el público podría ver "el verdadero y fiel retrato del fanático Conselheiro, fotografiado por órdenes del general Artur Osear".' En las imágenes aquí reproducidas 6 no se ven escenas de acción , salvo una de ellas que tiene por título: "Captura de jagum;os' por parte de la caballería", y que se parece más a un ingenuo montaje ... Otras imágenes se prestan más para retratar a los "héroes" de las fuerzas federales, después de la matanza, posando orgullosamente para la
fuerzas del gobierno, liberando al país de los fanáticos seguidores del " monarquista" Antonio Conselheiro. Le tocó al Gobierno Federal dirigir al pueblo la " lectura" de la Campaña de Canudos según la óptica de la victoria "del bien sobre el mal ". En Río de Janeiro, meses después, el hombre de la ciudad, distante de los acontecimientos sangrientos en el interior bahiano, llenaba sus momentos de ocio "presenciando" escenas de " la Guerra de Canudos, tomadas en el campo de batalla por el fotógrafo expedicionario Flavio de Barros", a través de "proyecciones eléctricas", en la calle Gon¡¡:alves Dias, 46,
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posteridad. Todavía en otras más, se ve, realmente, la destrucción del poblado. Dos de las fotos de este conjunto son muy significativas: en una de ellas, que tiene por título: "400 jagun(:os prisioneros", pese a la escasa calidad técnica y al mal estado de conservación se puede notar el aire de constreñimiento, tristeza y miedo de las personas que eran, hasta donde se logra distinguir, en su mayoría, mujeres y niños. En la última imagen se busca, a través de la evidencia fotográfica y dentro del más puro espíritu positivista de la época, comprobar que el orden había sido finalmente restaurado. La fotografía de Conselheiro muerto surge como el testimonio definitivo: el certificado de defunción del mal que afectaba a la naciente República. La pluma de Euclides da Cunha da sentido al retrato de la muerte:
N O T A S : I El presente texto fue extraido y readaptado del artÍCulo del autor: "Estética, memoria e ideologia fotográficas: decifrando a realidade interior das imagens do passado". Acervo. Rio de Janeiro, Archivo Nacional, v.6 , n. l/2, enero/die 1993. 2 Sobre la historia de Canudos, ver la obra clásica de Euclides da Cunha:Os Sertijes (Rio de Janeiro, Livraria Francisco Alves, 1952. La primera edición de la obra es de 1902). En castellano ver: Los Sertones (UNAM, México, 1977). 3 Rui Facó. Cangaceiros efanáticos; genes e e lutas. Rio de Janeiro, Civiliza<;:ao Brasileira, 1983 . p. 125. 4 Euclides da Cunha, op. cit., p. 541-2. Después de la masacre, la preocupación de las fuerzas federales era demoler completamente el caserío: "El día 6 acabaron de destruirlo, desmantelando las casuchas, 5, 200, cuidadosamente contadas". 5 Gazeta de Noticias. Rio de Janeiro, 2 de febrero 1898, p. 4. El nombre completo del fotógrafo era Antonio Flávio de Barros, de quien tenemos pocas referencias. Tuvo un estudio fotográfico en Salvador, en la década de 1890 y, a principios de siglo, anunciaba su establecimiento, "Photographia Americana" en la Rua da Misericordia 3, como se comprueba en el Almanak Administrativo, indicador, Noticioso, Commercial e Litterario do Estado da Bahia para o Ano de / 903, p. 511 . Se atribuyen a él las fotos de la batall a de Canudos; no es posible saber si este "fotógrafo expedicionario" se encontraba en el escenario de las operaciones por cuenta propia o contratado por el gobierno. El hecho es que ex iste otra referencia sobre la actividad de otro fotógrafo, Juan Gutiérrez, español establecido en el país, propietario de la "Companhia Photographica Brazileira", estudio reconocido en Rio de Janeiro en la década de 1890, que también habría participado en aquel episodio y habría sido muerto cuando la masacre final de Canudos. Tal referencia la obtuve en Orlando da Costa, Ferreira, Imagen e Letra. Sao Paulo, Melhoramentos I EDUS P I Secretaria da Cultura, Ciencia e Tecnología, 1977, p. 250, y la
El cadáver del Conselheiro Antes, al amanecer de aquel día, la comisión escogida expresamente había descubierto el cadáver de Antonio Conselheiro. Yacía en una de las casuchas anexas al cobertizo, y fue encontrado por indicación de un prisionero. Una vez removida la delgada capa de tierra, apareció en el triste sudario de una sábana inmunda, en que manos piadosas habían esparcido algunas flores marchitas, reposando sobre la vieja estera de tabla, el cuerpo del "célebre y bárbaro " agitador. Estaba hediondo. Envuelto en el viejo hábito azul de algodón americano, las manos cruzadas sobre el pecho, el rostro tumefacto y escuálido, ojos hundidos llenos de tierra .. . Lo desenterraron cuidadosamente. Dádiva preciosa - ¡único premio, únicos despojos de tal guerra! Lo fotografiaron después. Y se asentó un acta rigurosa afirmando su identidad: era necesario que el país se convenciera de que, por fin, estaba extinto aquel terribilísimo antagonista.8
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Antonio Conselheiro, após a
exhunla~ao
Anónimo. Antonio Conselheiro, después de la exhumación. Nordeste de Brasil, 1897.
reproduje en mi Origens e expansiio da fotografia no Brasil; século XIX. Rio de Janeiro, MECIFUNARTE, 1980, 74-5. 6 En diciembre de 1978 me encontraba en Salvador, investigando en el Instituto Geográfico e Histórico de Bahía, cuando di con un viejo álbum de pasta de cuero, color rojo, que contenía en su interior 68 fotos, la mayor parte descoloridas y en mal estado de conservación. Se trataba de un álbum con el título manuscrito "Canudos", sin identificación del fotógrafo. Sólo las imágenes estaban identificadas. (Ver "nota sobre las fotos".) Tuve la oportunidad de ver,
finalmente, escenas del dramático episodio relatado por Euclides da Cunha, que daría origen a su obra mayor Os Sertijes: un pasaje de la historia de Brasil que llevaría a Mario Vargas Llosa, cerca de 80 años más tarde, a escribir La guerra delfin del mundo , que obtuvo comentarios favorables por parte de la crítica. 7 Con este nombre se conoce a los seguidores de AntOnio Conselheiro (N. de la T.). 8 Euclides da Cunha, op. cit., p. 542 (subrayado mío). Este texto puede ser visto también en Susan Sontag. On photography. New York, Farrar, Straus and Giroux, 1977. p. 196.
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Manuel Ramos.
De la caj a: Crucificados. Pรกtzcuaro, Mi choacรกn. ca. 1935.
Manuel Ramos.
De la caj a: Crucificados. Pรกtzcuaro, Mi choacรกn. ca. 1935.
An贸nimo. Jefe cristero de la zona de Colima, ca. 1928 .
Archivo Hist贸rico de la UNAM.
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SIERVOS DE DIOS AGRAVIOS Y DESAGRAVIOS
1921. Estalla una bomba de dinamita en la
Anónimo. Manuel Marcué. Guadalupe Hidalgo, 1924. Col. Alfonso Morales,
Basílica de Guadalupe. Se derrumban candelabros, tibores y jarrones, pero la imagen de la Virgen resulta ilesa. El Jefe de la Policía Reservada considera que el atentado es una artimaña para provocar indignación entre los católicos. En desagravio, se organiza una multitudinaria manifestación de protesta frente a la Catedral Metropolina. 1923. Infringiendo la ley, monseñor Ernesto Filippi encabeza la ceremonia de colocación de la primera piedra del monumento a Cristo Rey, en el cerro del Cubilete, Guanajuato, y sale expulsado del país. 1925. Con apoyo gubernamental, se pretende fundar una iglesia cismática mexicana, desvinculada del Vaticano. Se crea la Liga Nacional Defensora de la • Libertad Religiosa, organización clandestina en la que participan activamente las mujeres. Integrantes de la Confederación Regional de Obreros Mexicanos se enfrentan con miembros de Acción Católica de la Juventud Mexicana. Entre este año y el siguiente son cerrados más de 70 conventos. ,' , 1926. Entran en vigor las reformas de la "Ley Calles", que obliga a que todos los sacerdotes se registren en la Secretaría de Gobernación. El episcopado mexicano, con el aval de la Santa Sede, decreta la suspensión de cultos. A partir del 31 de julio, cerradas las vías legales de negociación, se inicia la lucha armada, dirigida a deponer al gobierno e instaurar un régimen favorable a las creencias católicas. 1927. La capital se convierte en el soterrado escenario de misas secretas y reuniones clandestinas. La rebelión cristera se extiende a los estados de Jalisco, Colima, Michoacán, Guanajuato, Zacatecas, Querétaro y zonas aledañas. Luna Córnea agradece a Carmen Nava y a Editorial Clío, en especial, a César Moheno
su ayuda para la ilustración de este artículo.
Durante los siguientes dos años y medio los contingentes cristeros sostienen una lucha cruenta y si n cuartel contra el ejército callista: hasta quince mil efectivos que dominan las tácticas de la guerrilla y confían en el escudo de sus escapularios. Los fusilamientos de Víctor Segura Vilchis, del padre Agustín Pro y de otras personas acusadas desatan la ira de la grey católica. 1928. La Liga impugna toda iniciativa de los sectores moderados del Episcopado tendiente a buscar una solución pacífica al conflicto. El 18 de julio, el general Álvaro Obregón, reelecto presidente de la República, es asesinado en el restaurante La Bombilla de San Ángel, a manos del caricaturista José de León Toral. 1929. Con Emilio Portes Gil como presidente, se firman los "arreglos"
Quema de santos por una organ ización anticlerical. Ciudad de México, 1927. Archivo Díaz, Delgado y García, AGN .
que dan fin a los conflictos entre la iglesia y el Estado. Algunos cristeros se niegan a deponer las armas y hablan de traición a la causa. 1931. El 12 de diciembre, un millón de feligreses festejan el IV Centenario de la aparición de la Virgen de Guadalupe. Los muertos ilustres de la Cristiada circulan en imágenes que guardan para la eternidad su condición de mártires.
(Cronología: Patri cia Gola y Alfonso Morales.)
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LEÓN TORAL. MEMORIAS DE UNA MADRE RESIGNADA
El año de 1911 se radicó la familia en México. Pepe tenía II años, pues iba con el siglo. En México, lo mismo que en Monterrey, siguieron Pepe y todos sus hermanos en las Escuelas Cristianas. • Desde entonces iba a misa a la parroquia del Espíritu Santo. Allí lo conoció un señor anciano, don José Mendizábal, virtuoso y bueno; se hizo su amigo y comenzó a hacerle muchos obsequios y a interesarse tanto por él que acabó por no dejarlo libre ni un momento . • Reza todos los días el rosario de cinco; la misa, la sagrada comunión, tus oraciones de costumbre al acostarte y levantarte y tu rato de oración mental con el examen de conciencia. • Así, alegre y contento, siempre dedicado a su trabajo, a sus prácticas religiosas (porque siempre fue muy piadoso) y a su juego de futbol que tanto le agradó toda la vida, llegó hasta los 22 años. De entonces en adelante comenzó a sentir inclinación por el estado del matrimonio, según lo comunicó a su madre, consultando el caso como siempre lo hacía en todo, pues nunca tuvo secretos para ella.
Anónimo. José de León Toral y
• En julio del año de 1926, y a consecuencia de la Ley de Cultos que el Gobierno presidido por el general don Plutarco Elías Calles puso en vigor, se formó la Liga Defensora de la Libertad Religiosa. Había, gracias a Dios, muchos valientes hasta la temeridad. Entre ellos estaban los hermanos Pro. No descansaban.
Concepción de la L1ata (la madre Conchita) en la cárcel, 1928. Archivo Manuel Ramos.
• Siguió la Liga luchando por otros medios. Entre ellos hicieron más de mil globos que se repartieron en otras tantas casas de la ciudad. A Pepe le llevaron uno con su respectiva cartilla, donde se explicaba la manera de inflarlo y el tiempo que debía emplear para que a las doce
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en punto se soltara; hora en que con una precisión admirable se vieron elevarse llenando el espacio aquella enorme cantidad de globos, que, a cierta altura, al reventarse un pequeño depósito, dejaban caer una infi nidad de propaganda en ligeros pedacitos de papel. • Pepe era un apasionado por el dibuj o y la pintura. Con mucho gusto de sus padres entró a la Academia de San Carlos, y su papá le decía que nunca fa ltara a la clase de II a 12, que era la más importante; que si algún trabajo había de importancia lo encomendara a su hermano Federico o le av isara a él, pero que no dejara nunca de ir a la Academia. Como todo lo consultaba con su madre, a ell a le expuso sus dudas sobre si entraría a la clase de desnudo. • Humberto Pro era el jefe de la Liga en Santa María. Ese puesto lo ocupó luego Pepe. Al recibir su nombrami ento se dedicó en cuerpo y alma; no descansaba .
Anónimo.
• El domingo 15 de jul io, día de la entrada de Obregón a Méx ico, vio María a su hijo más preocupado que de costumbre. Llegó él después de las cuatro de la tarde, y casi no comi ó. Dijo que se sentía muy fati gado. Se acostó, y se durmió luego.
José de León Toral en su ce lda, 1928. Archivo Condumex .
• - ¿Qué le pasa, mamá, que viene a esta hora? - Es -dijo ella- que no hallo qué hacer de angustia. Vine a decirte que pidas mucho a Nuestro Señor por Pepe, que a esta hora ha de estar sufriendo horriblemente: lo tienen preso porque él mató a Obregón. • -¿Quién te impulsó? - le dijo el general Calles cuando lo llevaron a su presencia. - Yo obré solo --contestó Pepe-, para que reine Cristo en Méx ico de una manera absoluta, no a medias. • Se preparó con la oración desde el día siete de julio hasta el diecisiete. Le pidió a Dios con toda confia nza y fe rvor que si era su voluntad que él matara a Obregón le concediera dos cosas como
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NUMEROSOS LESIONADOS DURANTE EL SEPELIO DE JOSE DE LEON TORAL
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OTRO ATENTADO FERREO EN LA VIA DE COLIMA
señal: que nadie le impidiera entrar al lugar donde había de efectuarlo y que siquiera una bala le diera en el corazón, para conocer que Obregón se sal vaba. Y las dos cosas le concedió el Señor. • Se llegó el día fatal. En la mañana del viernes, después de mj sa, fue a ver Maria a su hijo. Por el camino, no cesó de pedirle a Dios Nuestro Señor que la sostuviera y que pusiera en su boca lo que había de decir al momento de verlo. Al entrar a la celda, estaba Pepe como azorado, los ojos muy abiertos y la ansiedad pintada en el rostro, temeroso, según dij o después, de que su madre no pudiera soportar verlo en esos momentos; pero Nuestro Señor la ayudó y, en lugar de llorar y lamentarse, le dij o mientras llegaba junto a él: -¿Con que siempre se va mi hijito al cielo? ¡Dichoso de ti !
• - Mamacita, yo le ofrezco pedirle mucho a Dios Nuestro Señor por usted, mi papá y Paz, do bY..' r.L I'''~~~~<~~~~~::¡:'It para que les conceda la fuerza y nrbre C'OftlU , .. El .\.a6d ·"lt'DI tMiombn. dt Iot '*" ;!'.ü~,~r:::.:; "" ....... ". ,...... ,alb " '- "\ resignac ión, y con seguridad lo __~_~~_~ J hará, pues todo lo que le pido me lo concede: ¿no ve que voy a morir en sábado, grac ia que siempre se la he pedido y deseado ardientemente? • El sacerdote y el médi co que lo arreglaron y amortajaron llamaron a María di ciéndole: - Venga usted, y antes de comenzar bese la fre nte de un santo. ~.
Portada de La Prensa. l l de febrero. Méx ico, 1929.
[Fragme nt os de Memo rias d e María Tora l de De LeólI , mad re de José de León To ra l. Pró logo de Sa lvado r Aba sc a l. Méx ico. T radic ió n, 1972. Se lección: Patr icia Go la.]
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Agustín Víctor Casasola. Robos y atentados a las iglesias. México, ca. 1924. Anónimo. Reliquia. Fotos del fusilamiento de los hermanos Pro. México, 1927.
III
EL EMPERADOR DE LOS ASIRIOS José Emilio Pacheco
José Emilio Pacheco
LLEGARON del desierto y no eran como nosotros. Inundaron nuestra
(ciudad de México,
tierra con su caballería, bañaron en sangre nuestras montañas, colmaron de cadáveres nuestros valles, quitaron de sus altares a Cristo Rey . Señor, mira la soberbia de los asirios y apiádate de tu siervo. Dios mío, escúchame. Tú ejecutas las hazañas, las antiguas, las de ahora, las que vendrán después. Heme aquí. Todos Tus caminos están di spuestos. Ve que tienen un ejército poderoso, se engríen de sus caballos y jinetes, se enorgullecen de sus infantes, y no saben que Tú eres el señor de las Batallas y Tu nombre es Yahvé. Quebranta su fuerza con Tu poder, pulveriza su reciedumbre con Tu ira. Porque han violado Tu santuario y profanado el Tabernáculo en que se posa la gloria de Tu nombre. Pon los ojos en su soberbia, descarga Tu cólera sobre su cabeza, da a la mano del último de Tus siervos el poder de ejecutar lo que ha premeditado. No está en los valientes Tu fuerza: Tú eres el Dios de los humildes, el defensor de los pequeños, el amparo de los débiles, el refugio de los desvalidos y el Salvador de los que no tienen esperanza. Escucha mi plegaria en esta hora. Déjame cortar la cabeza del Emperador de los Asirios que vino del norte con la multitud de tropas. Déjame aniquilarlo, Señor Omnipotente. No caerá a manos de los guerreros, no será herida por los titanes ni lo derribarán gigantes altivos. Yo, el más débil de los humildes, haré que los asirios se estremezcan de espanto. Los persas temblarán con mi audacia y los medos se pasmarán con mi temeridad. Apenas soy nada para serte ofrecido en holocausto. Déjame aniquilarlo, Señor Omnipotente. Sea para Tu eterna gloria mi martirio.
1939) es narrador, critico literario, poeta y traductor. En 1958 aparecieron sus obras La sangre de Medusa y La noche del inmortal; dos años más tarde, dos libros de cuentos: Ellliento distante y El principio del placer.
Su obra más deslumbrante quizá sea Las batallas en el desierto (1981).
En 1980, apareció Tarde o temprano, su poesia completa, a la que se han ido sumando nuellos titulos. El cuento que a continuación presentamos fue incluido en la Antología del cuento
cristero, realizada por Jean Meyer y Juan José Doñán.
EL RÍO de la Piedad, el parque de La Lama, la Calzada Nueva de Insurgentes, los maizales, los pirules, los fresnos, las ladrilleras, Mixcoac, el Ajusco azul en este día clarísimo. Y abajo está San .. Foto de familia: José de León Toral, su esposa Paz Martín del Campo, su madre María Toral y su padre Aureliano de León. Archivo Histórico de la UNAM.
Ángel, y en San Ángel yo sé lo que me espera. Él no. Él ignora que lo he seguido desde su regreso. De la estación Colonia al Centro Obregonista, del Centro Obregonista al parque Asturias, del parque Asturias a su casa en avenida Jalisco 85. Y durante todo este tiempo me dije: cuando menos se piense yo seré el arma de Dios para cobrar la sangre derramada que clama venganza. Pero la duda, la indecisión, la cobardía ¿no van a dejarme nunca? ¿Estaré temblando? El taxista me observa por el espejo. Nadie va en libre a San Ángel y no le dije exactamente a dónde. ¿Será un agente de la Reservada? Imposible que no cuiden a Obregón después de los atentados. La ciudad entera sabe que el Manco está en peligro. Una y otra vez me lo han dicho varias personas. ¿Cómo pueden saberlo si a nadie he hablado de lo que voy a hacer? Hay tantas cosas que no entiendo. Sólo sé que Dios me ha escogido y en el Libro de Judit escribió lo que ahora me dispongo a ejecutar.
Anónimo. Corazón de León Toral, atravesado por una bala. Recto y verso. México, 1928. Archivo Condumex.
TODO el mundo lo sabe, todo el mundo lo espera. Y en cambio yo ignoro incluso si Obregón está en el "Treppiedi" o en "La Bombilla". Lo encontraré, me llevará hasta él la mano de Dios. Voy a morir. No debo tener miedo. Qué gran consuelo saber la hora de nuestra muerte. Sólo conocerán mi nombre gracias a las iniciales grabadas en mi anillo: lL.T. Juré Liquidarte, Tirano. Lo siento por mis padres que
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son tan buenos. Cómo van a sufrir ellos y Pilar y los niños. Pero qué orgullosa de mí va a sentirse La Madre. Diü's-mío, perdóname. Es pecado, es vanidad, es locura que la opinión de La Madre sea lo que más me importa en este momento. En el fondo ella nunca me ha creído capaz de hacer lo que no lograron ni siquiera los valientes como Carlos Castro Balda ni los mártires como Segura Vi1chis y Tirado Arias. EL PADRE PRO fue un santo. Miguel Agustín Pro me estará viendo desde su eterna gloria. Si no lo hubieran asesinado yo no estaría en este viaje sin regreso. Siempre lo admiré, siempre quise ser como él. Tuvo todas las cualidades; a mí ninguna me fue dada. Ni siquiera estaba dispuesto a derramar mi sangre o la sangre ajena por Cristo Rey. Mira cómo son las cosas, padre Pro: yo que en nuestro equipo jamás anoté un gol ; yo que en los pleitos siempre puse la otra mejilla y fui débil de espíritu y de cuerpo, ahora estoy a punto de ejecutar al Emperador de los Asirios, al Caudillo poderosísi mo que jamás ha perdido una batalla. Asesino lo es, enemigo de Cristo Rey lo es - ¿pero menos que Calles? Sin embargo también es humano y, como yo, tiene una esposa y unos hijos si n culpa. Pobrecitos, cuánto sufrirán por lo que yo haga. Quisiera pedirles perdón. Y dicen que es bravo, inteligente, simpático; y puede ser generoso y quiere acabar con la persecución. No, nada se arreglará mientras él viva. Eso me dio a entender La Madre. Ella nunca me ha dado órdenes. La única orden la recibí de Dios y está escrita en el Libro de Judit. Dios me eligió por mi fe como arma de su justicia. Ya no soy yo. He dejado de ser José de León Toral, nunca más seré Pepe. Ahora soy todos, soy más que yo mismo. Soy los cristeros del campo, los muchachos de las ciudades, los mártires, los torturados, los presos. Soy la Comunión de los Santos, la Fe que no morirá nunca y de esta persecución saldrá más fuerte, como salió del circo romano. A MEDIDA que me acerco pierdo el miedo. Qué extraño. ¿Traigo todo?: lápiz, block de dibujo, pistola Star calibre 22. Manuel Trejo me dio la pistola. Él trabaja en las fábricas del Ejército. El padre Jiménez le echó la bendición. ¿No saben? ¿Será posible que ellos dos no lo sepan? Si lo supieran, los de la Liga Defensora de la Libertad Religiosa vendóan conmigo a matarlo. Me estarían cuidando para que nada fallase. 0, mejor, hubieran mandado a alguien con experiencia, a un valiente como Carlos Castro Balda. No a mí, no a Pepito , a quien nadie ha tomado nunca muy en serio. Claro, es lógico. Si lo supieran vendrían conmigo, habría otros autos, como en Chapultepec, cuando la bomba. ¿O será precisamente por eso que me han dejado solo? Qué extraño.
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DIOS mío ¿por qué ahora me quitas el miedo y me traes la desconfianza? Señor, es otra prueba: no me crees digno. Lo reconozco: no soy digno de lo que me encomendaste. Sé que no he sido nada ni seré nada. Pero nací, señor, para este día, sólo para ser instrumento de tu justicia este día, 17 de julio de 1928. Tú guías mi mano y están conmigo los mártires de la fe. Es tarde para retroceder, tarde para dudar; yo que siempre dudé de todo menos de Ti. Nunca tuve fuerza de voluntad para nada, jamás quise hacer daño a nadie, no fui lo que intenté ser: un gran dibujante, un buen futbolista, un guerrero de Cristo Rey. '.
Manuel Ramos. Catedral y Zócalo de la ciudad de Méx ico, ca. 1928.
¿y SI ESTO fuera una enorme trampa en que, movidos por la fe, caímos todos? ¿Y si nadie, ni siquiera La Madre, supiese a quién estamos sirviendo en realidad, a quién conviene la muerte de Obregón a manos de un militante católico? ¿Quién dijo en público que el Manco no volvería a la Presidencia, quién tiene hombres en todas partes, maneja todos los hilos, escucha todas las conversaciones, lee nuestros actos, sabe encauzamos sin que nos demos cuenta, nos conoce tan bien que nos hace avanzar por donde quiere? No no no no. Es natural: en condiciones así los perseguidos sospechamos hasta de nosotros mismos; nos preguntamos de dónde sale
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el dinero para las armas, para las casas clandestinas, para las misas, para tanta gente que no vive de nada. Pero hoy más que nunca debo rechazar las dudas y disipar las sospechas contra personas a quienes ni con el pensamiento he de ofender. Si dudo no acturé nunca. Judit no dudó en el campo de los asirios. Son incertidumbres que me manda el Señor para tentar mi fortaleza ante la máxima prueba. ¿CUÁNTO es? Aquí tiene. Muchas gracias. Buenas tardes. Qué extraño. Pensé que habría guardias, temí que fueran a cachearme a la entrada. No hay nadie. Me acerco a la barra, pido una cerveza, la tomo, nunca me ha gustado la cerveza; pregunto por algún asesino de cristeros, por ejemplo el general Saturnino Cedillo. No sé, debe de estar en el banquete de los diputados guanajuatenses al señor presidente electo. ¿En cuál cenador del restaurante?, interrogo. En el kiosco central, por supuesto. Parece una enorme cabaña, me recuerda algo, no sé. De allá viene la música. Esa cancioncita, qué curioso, la canción que le gusta a La Madre: "Al pasar por la ventanal me tiraste un limón.! El limón me dio en la cara,! el zumo en el corazón." Entro en la cabaña sin que nadie me lo impida, qué raro. Saco el block y dibujo caras. El pulso no tiembla. Sí, desde luego hay aquí polizontes. Los que están a ambos extremos de la mesa son de las Comisiones de Seguridad, los conozco de vista. Allí está Obregón. De cerca no es un monstruo como me imaginaba. Y no se ve tan viejo. parece buena persona. ¿Por qué estará tan triste Obregón, en qué piensa? Ese hombre -debe ser Fausto Topete- se me queda mirando y busca a alguien. No está la escolta de siempre. Es increíble pero todo puede pasar. Antes de que Topete me pregunte le ofrezco mis trazos. Él señala uno sin hablarme. Le digo: Voy a mostrárselos al señor general. Me abro paso por detrás de las sillas, entre los arreglos florales que parecen coronas de muertos y dicen: HOMENAJE DE LOS DIPUTADOS GUANAJUATENSES AL C. GENERAL ÁL V ARO OBREGÓN, Compermiso, por favor compermiso, mil gracias. Ahora está por debajo de mí el rayo de la guerra, el general que jamás ha perdido. Aarón Sáenz está junto a él. Obregón levanta la cabeza y me mira. He dibujado su perfil en unos cuantos segundos. Observa el dibujo. Le gusta. Sonríe. Qué amable. No tenía por qué sonreírme; pudo haber sido altivo como Topete. Lástima. Pero ya es tarde. Heme aquí, Señor. Cambio de mano el block y saco la pistola. Ése que abrió la boca debe de ser Ezequiel Padilla. Sólo se escucha la música. Y ahora rápido, rápido. La primera en la frente, las otras balas en el cuerpo rociándolo. Qué estruendo. Parece como si todos hubieran disparado al unísono. Y Obregón cae de bruces, su cuerpo se resbala de la silla, qué horror, cuánta sangre, y gritan y ya me están golpeando. Gracias por darme fuerza, Señor. Sea mi martirio para Tu eterna Gloria, Dios mío. ¿Qué pensará de mí La Madre, qué pensará?
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Juan Rulfo. Barda de iglesia, ca. 1950.
Rafael Doniz. Atotonilco, Guanaj uato, 1984.
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~
'(
Manuel Ramos. Casa donde nació San Fel ipe de Jesús. Ciudad de Méx ico, 1934.
LA CASA DE LA HIGUERA Alfonso Morales
A Teresa Ramos In memoriam
Manuel Ramos. ilu strísimos y reverendos prelados que asistieron al Congreso Eucarístico Nacional, 1924.
El primer vástago que en estas tierras tuvieron los peninsulares Antonia Martínez y Alonso de Casas, vino a nacer en la calle Tiburcio de la ciudad de México, precisamente en la casona de San Eligio, rumbo al convento de Regina, el primero de mayo de 1572. Según ha escrito Eduardo Enrique Ríos, uno de sus más informados biógrafos, el tal Felipe de Jesús, hijo de un mercader que viajaba al puerto de Acapulco para hacer negocio con la preciada carga -almizcle, vasijas, hilos, estribos y medias de coloresde los navíos llegados del Perú y las Filipinas, tuvo una infancia sin carencias ni preocupaciones. Estudiante expulsado del colegio, inconstante aprendiz de las artes de la plata, Felipillo alcanzó la edad adulta sin querer sentar cabeza. Ni los regaños ni las cristianas enseñanzas habían podido combatir los demonios de la disipación y la vagancia. Pero el pendenciero sin oficio ni beneficio, preocupación de su progenitor y desvelo de su madre, iba a resultar un elegido. Enderezó su torcida vida hasta el punto de vestir los hábitos franciscanos y entregarse al servicio de su credo, para unirse a los bonzos de Luzón y acabar como intrépido evangelista entre los paganos del lejano Oriente. El fin de sus días terrenales le llegó en Nagasaki , Japón , el día 5 de febrero de 1597. Sobre una loma
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de trigales, la sentencia del emperador Taico Sama se cumplió, levantando veinti éis cruces para el martirio de otros tanto frailes que predicaban entre la gente de su reino. Dio comienzo la vida eterna de San Felipe de Jesús, y del a cen o de u alma rindieron testimonio un cuerpo que al mes de crucificado y alanceado eguía fre co, y un dulce ro tro frente al que e ab tuvieron de comer los cuervos. Al otro lado del mundo, en la casa paterna, el an uncio se hi zo a través de la higuera muerta que en un tiempo fue la sombra de su patio. "E más fácil que esa higuera reverdezca - había apo tado sobre seguro u nana negra, cuando supo que un pícaro de su calaña había entrado en la orden de lo padre de calzo - que a Felipe le veamo anto". y fue de e e mismo tronco apolillado que re urgieron los retoños. Las nueva rama comunicaban y celebraban el men aje de lo. cielos: Felipe de Jesús era el primer crioll o con halo sobre la testa y con li cencia para hacer milagros.
Como algunos cuerpos que tienen la propiedad de reflejar la luz o repercutir el sonido, es costumbre de los hombres repetir lo que oyeron de sus antepasados, haciendo uso del recuerdo y la palabra má que de lo libro y la escritura afirmaba Vicente Riva Palacio al principio de u versión de la leyenda, recogida en lo Cuentos deL General ( 1896). La tradiciones viven de e e modo y por e o on frescas, encantadoras y subyugante , y por lo mismo concluía el fundador de EL Ahuizote- son reaci as a las indagac iones de la Hi storia, "porque e empañan con el polvo de lo archivo , e amaneran con el buen decir de los literatos y pierden u hechizo bajo el pe o de lo reflexivo e tudios de lo eruditos". El militar y e critor liberal prefirió p r e o evocarla como la e cuchó de niño por "boca de aquellas vieja, a la que la ignorancia daba la voz de la inocen ia' , haciéndo e cargo también de la fama del "tronco seco, enteramente eco, pero respetado", de aq uel árbol que pudo llegar al patio de la ca a de Felipe de Je ús como las otra higuera que adornaban la principale ca a de la capital de la Nueva E paña: llevada de de Jerusalén, ob equio de lo religio o que emprendían el viaje a lo Santo Lugare y traían como recuerdo lo e queje que, replantados, eran el principio de u hermo a frondas.
La vida ejemplar del protomártir de la India, beato desde el 14 de eptiembre de 1627, pero canonizado ha ta el 8 de junio de 1862, e una de la má revi itada por nue tra hagiografía. Má allá de lo derecho reservado que el catolicismo mexicano reclama sobre uno de sus héroes hi stóricos, las aventuras del mozalbete frívolo y sacrificado han sido incorporadas libremente al catálogo de la tradicione y leyenda nacionales: un relato a la deriva que no requirió de papele probatorio para cruzar la frontera generacionale , verdadero por reiterado, vivo en la exten a cauda de los escuchas y relatore que, por razones religiosas o literaria , giraron y dan vuelta en torno a la parábola de la Higuera Reverdecida.
En 1934, la leyenda de San Felipe de Jesús todavía contaba con un domicilio y un lugar en lo plano . El fotógrafo Manuel Ramo , que recorría la vieja traza de la ciudad en u papel de in pector de monumento coloniale , regi tró la fachada e interiores de u ca a, poco ante de que e volvieran ca cajo. En el me de julio inició la crónica de u demolición, documentando lo que para u catolicismo militante no podía entender e sino como sacrilegio. Ha ta el
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fi n defendió como pudo los últimos retoños del mil agro, el árbol tenaz y solitario que, en una casa sin techos y con los muros derruidos, quedó al cuidado de una mi steri osa guardiana. Para entonces, la Revolución ya se comportaba como gob ierno institucional y entre sus actividades no era la última la de patrocinarse autohomenajes. Por eso, ningún nombre mejor que el de 20 de Nov iembre, la fec ha que el apóstol Francisco Madero fij ó como principio del levantami ento contra la dictadura de Porfiri o Díaz, para señali zar a la gran avenida que, por primera vez, se atrevía a enfrentar el encierro colonial de l centro capitalino. La nueva rúa, que correría desde el Zócalo hasta Cuauhtemotzín , inicia su construcc ión el 6 de abril de 1934, siendo Jefe del Departamento Central Aarón Sáenz y pres idente de la República el general Abelardo L. Rodríguez. Su apertura es emblemática de los aires modernizadores que sopl an sobre la ciudad de Méx ico. La Comisión de Planificac ión, que presidía el Jefe del Departamento y tenía al arquitecto Vicente Urqui aga como su secretario, y de la que formaban parte Carlos Obregón Santacilia y Manuel Orti z Monasterio, era presa de una acti vidad fe bril que por doquier multiplicaba hoyancos y montones de tierra; trincheras que, decían en broma los capitalinos, eran
Manuel Ramos. Efectos de l atentado al Altar Mayor de Santa Brígida. Méx ico, 1925.
peores que las de la guerra y debían sortearse en aeropl anos. Esta Comi sión era la instancia responsable del levantamiento del Centro Escolar "Revolución", en los terrenos que antes ocupaba la cárcel de Belén, y de un conjunto habitacional para obreros en Balbuena. A
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su cargo tenía la pavimentación con concreto reforzado de la calle Manuel Payno y las obras de saneamiento e introducción de agua en las colonias Doctores, Obrera y Algarín; en Jamaica y Vallejo construía colectores y en la Magdalena Mi xuca había perforado un pozo profundo que iba a aportarle a la ciudad cien litros de agua por segundo. Pondría, además, remedio al añejo problema de las tolvaneras con un sistema de bombas que en el Vaso de Aragón elevarían el agua de desecho para luego irrigar y volver productivas las llanuras del Lago de Texcoco. En el barrio del Carmen, por si faltara en qué ocuparse, se afanaban los albañiles en la construcción de un mercado que en el nombre rendiría tributo al presidente en turno. La modernización de la infraestructura venía aparej ada a la de los gustos, entre ellos el tabaco, Agustín Lara, las medias SexAppeal y los automóviles V-8 . El Teatro Principal devino salón cinematográfico y para su inauguración anunciaba el estreno de la película Tormenta sobre México, del polémico cineasta ruso Serguei Eisenstein. En los linderos más cercanos del estado de México, abriría sus puertas un casino totalmente up-to-date: el Foreign Club, provisto de todo lo necesario --cabaret, salón , grill , buffet y hasta un gigantesco amuleto de cabeza de elefante en altorrelieve- para que los privileg iados de la Revolución pudieran hacer vida mundana, enfundarse en los trajes que en algo di simulan sus pistolas recién apaciguadas, pero todavía nerviosas.
Con el empuje de la modernidad que tantas otras cosas prometía, se empuñó la picota contra la ciudad de las casonas, los callejones y las calles estrechas. La urbe, afirmaban sus planificadores, requiere de una funcionalidad que dé curso a sus prisas. Ha de pensarse en grande, desde la altura,
Manuel Ramos. Trabajos de ampli ación de la A venida 20 de Novie mbre. Obra proyectada por el arq uitecto Vicente Urq ui aga y construida entre 1934 y 1936. Ci udad de Méx ico.
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donde las calles son una retícul a y las manzanas se agrupan en bl oques. De anacrónicos y tradicionali stas son tildados quienes claman al cielo por todo lo que se vendrá abajo: alrededor de setenta y cinco construcciones que incluyen el Portal de las Flores, la iglesia de San Bernardo, el
curato de la parroquia de San Miguel y la casa de San Felipe de Jesús, entre cuyos escombros deambula un hombre recogiendo las hojas secas y las ramas caídas de una higuera que, a su entender, debió merecer el trato de reliquia. Por "no observar lealtad al Gobierno Constitucional", ha causado baja
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como fotógrafo inspector de monumentos coloniales desde el 10 de noviembre de 1934. Teresa Ramos, la hija menor de don Manuel, lo recordaría transportando a la casa de Cuauhtémoc 40, en Popotla, los costales que había llenado con la bendita pedacería. Hizo los viajes que pudo para salvar la higuera de San Felipe y, seguramente, repasó con la familia los episodios de su martirio. En ese hogar no eran desconocidas las apariciones. Cuando la suspensión de cultos durante el callismo, en esa casa que había sido sede de misas secretas y reuniones clandestinas, la mi sma Teresa, jugando con un gis, había garabateado sobre la puerta de un pequeño armario unos desordenados trazos infantiles que, al ser borroneados, ofrecieron a la vista de todos los presentes el Divino Rostro de Jesús, una señal de la que don Manuel también se apuró a dejar testimonio fotográfico. En el conflicto religioso de la década anterior, Manuel Ramos había puesto al servicio de su fe las habilidades de su oficio y las seguridades de su familia. La batalla que ahora libraba era contra algo más sutil y poderoso que unos generales ateos, enemigos políticos de la jerarquía eclesiástica. Sus creencias se enfrentaban con una avenida del siglo XX, contra los tramos de asfalto y banqueta que en su tráfico futuro se unirían al diluvio del México Moderno: un mundo materialista que se alejaría de las nociones de moralidad y decencia que fueron la preocupación de sus ancestros y pastores. En esa vitrina llena de tentaciones -el perfume o el anuncio luminoso, la novela sentimental o el ritmo de brule- , tendrán que combatir las huestes de la Acción Católica Mexicana, para quienes el fotógrafo retrata las estatuas vivientes que ilustran los "Cuadros Evangélicos". Instrucciones para personificar Vírgenes y
Apóstoles en cualquier rudimentario foro ; espectáculos para una sola voz que invita a sus oyentes a invertir "la clepsidra del tiempo", a dejar que "en ella caiga la leve arena de diecinueve siglos" para volver a los días en que María Magdalena ungió con esencia de nardos los pies de Jesucri sto.
Dos años y medio después de inici ado, ya bajo la administración del presidente Lázaro Cárdenas, el proyecto arquitectónico de la A venida 20 de Noviembre concluye su primera etapa. Para la segunda, según informó a la prensa su realizador Vicente Urquiaga, se deja la construcción de una gran plaza que, llevando el mismo nombre, sería su remate en el extremo opuesto al Zócalo y de la cual partirían dos diagonales, una para conectarla con la Calzada de San Antonio Abad , al sureste, y otra que conduciría a las avenidas de Terrés y Pasteur, hac ia el suroeste. En el plan estaba prev isto el levantamiento de un edificio semejante al del Departamento Central en el solar que se hallaba en la desembocadura de 20 de Noviembre con la Plaza de la Constitución. Hasta ese momento se habían in vertido 2 200 000 pesos en los trabajos de ampliación, de los cuales el 75 % eran aportac ión de particulares. Todas las indemnizaciones por concepto de expropiación habían sido cubiertas. El 20 de noviembre de 1936, la Revolución Mexicana cumplía el vigésimo sexto aniversario de sus inicios y el general Cárdenas no se encontraba en la capital para encabezar los festejos ; estaba de gira en la Comarca Lagunera repartiendo parcelas a los campesinos. El día de la efeméride se la pasó en un pueblito llamado Santa Lucía, en Durango, observando un desfile de veteranos que en vez de armas mostraban las herramientas que el gobierno les había obsequiado para el trabajo de sus tierras. El
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coronel villi sta Fernando Murguía, combatiente de los "Dorados" de la División del Norte, le e ntregó en agradecim iento una carabina 30-30 que había escupido fuego en las batallas de Gómez Palacio y Torreón. Le dijo, según José F. Rojas, enviado del periód ico Excélsior: " Mi Presidente: te entrego este rifle en cambio del arado; pero si alguna vez neces itas de mis servicios, me lo devolverás para empuñarlo de nuevo y defender a la Revo lución". El presidente Cárdenas no pudo ver, entonces, que en e l desfile conmemorativo de la ciudad de Méx ico, además de los contingentes obreros y campes inos de costumbre, marc haban a la cabeza del Frente Intern ac ional Popul ar los pintores Frida Kahl o y Diego Ri vera, arrancando viv as para la IV Internaci onal y mueras contra Plutarco Elías Calles y Saturnino Cedillo, y contra Hitler y Mussolini. No pudo esc uchar tampoco a la miliciana Caridad Mercader, que en la descubierta caminó del brazo de Vicente Lombardo To ledano y Fidel Velázquez, y en su turno al micrófono agradec ió el apoyo que el gobierno de México le prestaba a la República Española en su guerra contra el fascismo. Casi simultáneamente a estos eventos, un as cuadras hacia el sur, en la esquina de El Salvador y 20 de Noviembre, se co locaron un toldo y un centenar de sill as para cumplir con el protocolo de una ceremoni a que resultó desangelada . La Banda de Policía dio comienzo al acto con la Marcha Triunfal de Tanhausser y, en el mi smo, la poetisa América López leyó una de sus obras. Finalmente Adolfo Rui z Cortines, Oficial Mayor del Departamento Central, inauguró oficialmente la A venida 20 de Nov iembre. En las siguientes elecciones
Manuel Ramos. Aparic ión del Div ino Rostro de Jesús en la casa de la familia Ramos. Popotla, ciudad de México. 1927 .
pres idenciales, Manuel Ramos iba a votar y hacer proselitismo por Juan Andreu Almazán, el opos itor que aglutinó y terminó por defraudar las simpatías contrarrevolucionarias. Diec iséis años después, el burócrata que había descorrido la cortinilla sobre la pl aca inaugural de la A venida, candidato del partido en el poder, era ungido como el nuevo presidente.
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Ed Van der Elsken. Chiapas, 1961 . Pablo Ortiz Monasterio. Nanacatlรกn. Puebla, 1984.
ATAQUE AL MUSEO DE ARTE MODERNO Jorge Alberto Manr i que
Jorge Alberto Manrique realizó estudios de historia de la cultura y del arte en París y en Roma. Fue profesor investigador en El Cole· gio de México y direc· tor del Museo de Arte Moderno en distintos periodos. Desde 1968 es investigador del Instituto de Investiga· ciones Estéticas en la UIAM. Entre los libros
que ha publicado cabe mencionar: El ,eome· trismo mexicano (en colaboración) y La dispersión del manie· rismo. Manrlque es, además, coautor de la
Historia del Arte Mui· cano y ha escrito para numerosas publica· ciones especializadas.
Como parte de las actividades normales del Museo de Arte Moderno, dependiente del Instituto Nacional de Bellas Artes, que yo dirigía en 1987, estaba el hacer la sección de "Arte Alternativo" del Salón Nacional de Artes Plásticas. Así se había ll amado a una sección en que se proponían formas y objetos, más normalmente instalaciones, que por sus características no podían entrar a las secciones de pintura o escultura. Se hi zo la convocatoria y se estableció el jurado. Como director me mantuve ajeno a las deliberaciones de éste. Debo deci r que las decisiones de un jurado, en casos como éste, se basan en proyectos en papel, que tienen que adecuarse al apoyo que el museo pueda proporcionar, según sus li mitados recursos, y a los espacios disponibles a los cuales los artistas tienen que sujetarse irremisiblemente. De modo que entre el proyecto, que es lo que se j uzga en una pri mera vuelta, y la realización, hay una diferencia no siempre predecible. Se seleccionaron 20 instalaciones para realizarse. Una de ellas fue la de Rolando de la Rosa. No fue la premiada. Pero fue la causante involuntaria de los hechos de intolerancia que se sucedieron. La instalación de De la Rosa era un espacio que comprendía diversas piezas. Todas ellas tenían, ciertamente, una carga provocadora, pero -así lo sostuvo el autor- con un sentido crítico. Procedían de imágenes previas, manejadas o superpuestas unas y otras, de modo de cobrar un sentido di stinto al original. Ese recurso se ha usado con frecuencia en el arte contemporáneo. Lo peculiar del trabajo de De la Rosa era su específico sentido de carga provocadora. La fig ura quizá, después, más comentada y más reproducida en la prensa era una Virgen de Guadalupe, cuyo rostro se había substituido por el de Marilyn Monroe, que mostraba unos senos desnudos y a los lados dos listas con las inscripciones: " ni mi hermana" y "ni mi madre". Otra era una versión barata, de esas reproducciones que se
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EN UN MUSEO DE BELLAS ARTES
Portada del semanario Linterna. 20 de febrero de 1988.
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editan por miles, del Cenáculo de Leonardo, donde el rostro de ::::risto estaba cambiado por el de Pedro Infante, con todo y sombrero. En el piso una bandera mexicana con dos botas texanas LA VIRGEN CON LA CARA DE MARILYN encima. Y así las otras, como un Santo Niño con un balón de futbol en vez de cabeza, u otra y CRISTO CON LA DE PEDRO INFANTE vez la efigie de Infante ocupando el lugar de la de Cristo en una reproducción de Crucifijo de Velázquez. Etcétera. Mi lectura de la instalación es muy simple. Creo que se trataba de una reflexión sobre el mundo de imágenes del mexicano medio y su falta de conciencia sobre él. Si uno va a un taller mecánico, a un peluquería de barrio, a una plomería, ve casi indefectiblemente un retablo de imágenes baratas, entre las que están las imágenes de devoción preferidas (Cristo, la Guadalupana, la Virgen de San Juan de los Lagos, el Santo Niño), y junto a ellas la foto del o la cantante favorita (Pedro Infante, Jorge Negrete o La Tariácuri), y también el equipo favorito de futbol u otros ídolos Portada de Peligro, con populares, como boxeadores o luchadores. Y más allá mujeres fragmento s de la obra de desnudas o en paños muy menores, que siguen los cánones de belleza Rolando de la Rosa. anglosajones. Lo que De la Rosa hizo fue encimar unas imágenes con México, 1988. otras, ya no vecinas sino superpuestas, y mostrar así el absurdo de esos tan comunes retablos. O bien la incongruencia de quienes gritan vivas a México el 16 de septiembre, pero tienen como modelo la vida de los vaqueros texanos. Yo me encontraba fuera del país cuando se inauguró la exposición, en noviembre de 1987. Habiendo regresado no puede dejar de advertir que, pese a la intención incluso moral del autor, la instalación Luna Córnea podría resultar fuerte y agresiva para algunos y temí la posibilidad de agradece a la edi torial actos de vandali smo. Un museo no censura, no es ésa su función . Y Casa de las Imágenes un director de museo no puede objetar la decisión de un jurado. Sin su colaboración para embargo, hablé con De la Rosa y le expuse mi preocupación. No le pedía ni que quitara ni que modificara nada, pero le externé que si la ilustrar este artículo.
iSACRllEGIOI
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Rolando de la Rosa. Coll age de la instalación
Real templo I Templo real. 1987.
obra fu era obj eto de agres iones que, a mi juicio, pusieran en peligro el acervo y las instalaciones, tal vez tuviera que retirarl a. Él colocó a la entrada de su espacio un letrero que decía más o menos: "Si le molesta la manipulación de la imágenes en un sentido crítico, no entre". En diciembre de 87 y enero de 88 no hubo una sola protesta ni un sólo hecho vandálico. En febrero aparec ió un artículo en el periódico Excélsior contrari o a la instalación. Estábamos aparentemente todavía en el terreno de una di scusión pública. Pero lo que se estaba preparando, desde la propia Iglesia y utili zando al grupo "Pro-vida" y a otros grupos de extrema derecha y corte fascistoide, era un ataque al museo, cosa que yo ignoraba completamente. No hubo ninguna comunicación dirigida a mi o a las autoridades del Instituto de Bellas Artes pidiendo el retiro de las obras. Parece que la gente de sotana se enteró bastante tarde de lo que había en el MA M, pero vio una oportunidad de hacerse notar y mostrar su fuerza. Todo cobra más sentido si se piensa que estábamos en vísperas de elecciones, y la ocasión les pareció propicia. Un sábado que yo - sin saber lo que se tramaba ni de los volantes convocatorios en las iglesias- había salido con mis estudiantes a una visita académica, atacó al museo una hueste compuesta por esos grupos, viejitas beatas y jóvenes fortachones de universidades confesionales. El subdirector, Antonio Luque, decidió prudentemente cerrar la sala. Más tarde, ante el poco apoyo de las autoridades y con
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Guillermo Castrejón. Marcha de desagravio. Zócalo de la ciudad de México. 18 de febrero de 1988.
la anuencia de De la Rosa, que estaba naturalmente muy asustado, decidí desmontar y guardar la instalación. A partir de ahí sucedieron varias cosas. Las autoridades del INBA, ante mi reclamo de que se fincaran responsabilidades a los agresores, primero me dieron largas y luego no movieron un dedo. Los periódicos publicaron el asunto más o menos escandalosamente; especialmente los periódicos de nota roja y amarillistas, como Linterna, Peligro O Quehacer político, publicaron la cuestión en primera plana, con titulares como "Ofensa a la bandera ya la Guadalupana", "Se burlan de la Virgencita" o "¡Sacrilegio! " ... "Pro-vida", siempre como brazo armado de la Iglesia, organizó el 28 de febrero un "acto de desagravio" en el Zócalo, con peregrinación a la Villa de Guadalupe. En la peregrinación anual al templo de Cristo Rey en el cerro del Cubilete se me acuso de extranjero (¿extranjero yo?), lo que ya también se había hecho con De la Rosa. Fue interesante e importante la respuesta de artistas e intelectuales. Coincidía el ataque al museo con otro a una exposición de Montoya en la Galería del Auditorio y las amenazas a un espectáculo teatral de Jesusa Rodríguez. Se advirtió todo un proyecto de frenar la libertad de expresión y de someter a morales particulares el quehacer de la gente. En la plaza de Santo Domingo se organizó un festival en protesta a esos actos y en favor de la libertad en el quehacer intelectual y artístico. Se formaron organizaciones en este sentido, como COTA VLE, se discutió el asunto en los periódicos. Había la conciencia de todos de que era necesario dar respuestas enérgicas, a riesgo de, de no hacerlo, regresar a pasados tiempos donde se imponía la mojigatería eclesiástica. Dos meses después el Director de Bellas Artes, por
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Guillermo Castrejón. Marcha de desagravio. Zócalo de la ciudad de México. 18 de febrero de 1988.
instrucción del Secretario de Educación, me pidió mi renuncia a la dirección del museo, pidiéndome que la hiciera "por razones personales". Fue a esto a lo que no accedí, lo cual también produjo cierto revuelo. En todo caso, el incidente sirvió para advertir que la hidra de mjl cabeza de la intolerancia no pierde oportunidad de sacar una de ellas, aunque se le hayan cortado otras. Y para poner en alerta a los artistas e intelectuales. Al fin y al cabo creo que, contra las afiladas uñas de la represión, siempre instrumento de los poderes, la libertad de expresión consiguió consolidarse más en México. Aunque el peligro siempre reaparecerá ...
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MAN'Y A ROSA'Y
Niuglo. Revista Vea. Núm. 532. Portada.
22 de enero de 1955. México.
PAPELES ARDIENTES PUBLICACIONES GALANTES Y CENSURA EN EL MEDIO SIGLO
Armando Barlra
I. Farenheit 451 De cuantas pudieron haber hicieron un grandísimo montón y le prendieron fu ego en la plaza del mercado. Francisco Javier Clavijero. Historia antigua de México
La mujer debe ser amiga del esposo. Rev ista Vea. Núm. 532. 22 de enero de 1955.
A la diez de la mañana se empezaron a reunir los estudiantes en la Plaza Santo Domingo. El con ti gente marchó por Brasil, se siguió por Monte de Piedad y desembocó en el Zócalo. No gritaban consignas, sino porras, pero los bien dibujados carteles proclamaban los objetivos de la movilización de ese sábado 26 de marzo de 1955: " iLa familia mexicana exige respeto! ¡Salvemos a la niñez! " Al llegar a la plaza los mil manifestantes se arremolinaron frente a los balcones de Palacio Nacional. El primero en tomar la palabra fue Alberto Pulido Silva, maestro de Ética, quien desde el toldo de un automóvil arengó a los jóvenes: " iLa pornografía provoca disolución familiar y degeneración de los individuos!" En el mismo tono airado se expresó el profesor Raúl Cordero Amador: "Hay que perseguir la inmoralidad en todos los frentes: en las revistas, los cines, en los teatros ¡Nuestra juventud corre gravísimo peligro! ¡Defendámosla con todas las armas a nuestro alcance! ", mientras que el doctor Manuel y rizar Lasso, en representación de la Asociación de Profesionales Mexicanos y del Consejo de Profilaxis Social, rindió un aplaudido homenaje a la concurrencia: "Estos jóvenes han logrado en un par de semanas lo que en muchísimos años no habíamos logrado hacer los padres de familia ." Y al final, Leónidas Flores Guerra, también representante de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), fue la voz tonante de los organizadores de aquel mitin: "La familia mexicana ---dijo- amenaza desintegrarse debido a una serie de factores que la están minando. Uno de ellos y muy importante es el
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El Burro o La Rata Muerta. Y, a veces, hasta terminaban juntos en las democráticas veladoras de Santita o los igualitarios caldos de Indianilla. Con el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines termina la fiesta y empieza la cruda. Desde el principio de su sexenio se hace público lo que todos sabían: el presidente Alemán, "primer obrero de la nación", había sido truhán y manirroto. Y el nuevo mandatario ---de moteada corbata de moño y emblemática austeridad- la emprende contra la corrupción y el derroche ... de los mexicanos sin Cadillac. Los grandes cochupos institucionales quedan impunes, pero se persiguen los "excesos" inocuos mediante acciones de corte inquisitorial. La pregonada campaña moralizadora deviene en moralina. La mojigatería es autoritaria y tiene el rostro mofletudo de Ernesto P. Uruchurtu. El "regente de hierro"---que manda en el D.F. de 1952 a 1958 y de 1964 a 1966persigue y clausura lo poco que a las infanterías citadinas les había tocado de la parranda alemanista. Difunde la floricultura de camellón, parte las glorietas en gajos para agilizar el tránsito vehicular, multiplica los semáforos, proscribe el uso del claxon y anticipa el acoso posmoderno al tabaquismo, prohibiendo fumar en cines y teatros. Pero, sobre todo, "Don Justu" aniquila la vida nocturna. No sólo la que transcurre de noche, sino, en general, los ámbitos obscuros del desfogue popular, los modos más o menos sublimados de aplacar los gremlins de la frustración social y sexual. Suprime el burlesque, pero también la simple parranda larga, la revista jariosa y el baile a deshoras, el sketch político mandado y las películas suecas del Novelty. Con Uruchurtu los locales públicos tienen que cerrar antes de la una de la mañana, los inspectores de espectáculos acendran la censura política y sexual, y, por si fuera poco, clausura los entrañables Tívoli y
que constituyen las revistas pornográficas. La campaña contra la pornografía no debe terminar ahora, debe ser permanente". Concluida la oratoria, se amontonaron sobre la plaza del Zócalo tres mil revistas para prenderles fuego. Los jóvenes saltaban en tomo a la pira y se apeñuscaban para salir en la foto. Como fin de fiesta, se contó con la paternal y solidaria presencia del subjefe de la Policía Metropolitana, general Ricardo Topete, quien felicitó a los universitarios. Los periódicos del día siguiente dieron la noticia en primera plana. Excélsior cabeceó: "Con beneplácito policial, los estudiantes hicieron ayer nueva quema de revistillas". El Universal habló de una "campaña contra el vicio", destacando la foto del general Topete entre el tumulto juvenil. Novedades denunció, valiente: "Hay leyes contra la inmoralidad; pero no se aplican, debido a sórdidas complicidades" ... Extraño movimiento, éste, que contaba con el auxilio de la fuerza pública, el beneplácito del gobierno, la simpatía de las centrales obreras, el estímulo de la iglesia y sus organizaciones confesionales, y el aplauso de la prensa. ¿Por qué esta repentina y unánime exaltación decentista? En los años del alemanismo, México era una fiesta. Del brazo de los norteamericanos habíamos derrotado a las potencias del Eje y el país ingresaba a la modernidad, merced a las oportunidades económicas de la posguerra. La nueva era se iniciaba con talante festivo y ánimo celebratorio; aunque sólo unos cuantos tenían, en verdad, algo que celebrar. Y quizá, como dicen las malas lenguas, la fiesta no fue sino una orgía de derroche, saqueo del erario público y corrupción generalizada. Pero los privilegiados del "despegue" estaban dispuestos a compartir su alegría, y mientras celebraban en el Ciro's o el Ambassadeurs, el pueblo llano podía reventarse en El Tranvía,
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on Beneplácito policial, los Estudiantes Hicieron Ayer Nueva-Guema
Pira de revistas galantes en el Zócalo de la ciudad de México. Excélsior. Domingo 27 de marzo de 1955 .
aumentar las penas respectivas. El Consejo demanda, asimismo, la colaboración de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y de la Comisión Calificadora de Publicaciones. Por último, exige a la Productora e Importadora de Papel que niegue la materia prima a las publicaciones inmorales. Aplauden, naturalmente, las Comisiones de Decoro y Buenas Costumbres de la Unión Familiar Cristiana y de las Juventudes Católicas, pues se trata de una añeja demanda de la derecha confesional y de un leiv-motiv de la Legión Mexicana de la Decencia. Pero algo en el ambiente indica que esta vez va en serio. Al filtrarse que la iniciativa tiene la venia presidencial, se desata la "cargada". La Asociación Nacional de Actores (ANDA) emprende, inopinadamente, un singular activismo a favor de la censura. Su
Waikiki. En cambio, los exclusivos bu les de La Bandida, emblema prostibul ario del alemanismo, siguen tan campantes. La mano férrea de Uruchurtu también está detrás de la quema de revistas galantes y la súbita moralina persecutoria que se desata a principios de 1955. Pero este aquelarre antipornográfico tiene muchos cómplices y su breve historia es un excelente ejemplo del comportamiento de las "fuerzas vivas" del sistema mexicano. El jueves 3 de marzo, la Comisión de Gobernación del Consejo Consultivo de la Ciudad, hace suya la propuesta presentada por Fernando Yllanes Ramos para que se reprima la circulación de publicaciones obscenas, demandando al regente que, a su vez, solicite al Presidente de la República una iniciativa de modificaciones al artÍCulo 200 del Código Penal en el sentido de
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capitaneada por Víctor Gómez Salas, sale de la preparatoria uno, recorre las calles del centro y saquea puestos de periódico y peluquerías. El botín de revistas "inmorales" es quemado frente al edificio de la Lotería Nacional. Esto se produce a un par de cuadras de la Alameda, donde la Inquisición daba fuego a los herejes, y sucede ventiún años y diez meses después de que los Deutsche Studente hitlerianos quemaran libros y revistas en las plazas alemanas. Claro que los fanáticos de por acá no incineran las novelas de Jakob Wasserman o de Tbomas Mann, sino las modestas historietas de Adolfo Mariño y las fotografías de Olguín, Herrera, Ciros y Devars, pero por algo se empieza ... y es que, al calor de las hogueras purificadoras del jueves 24 y el sábado 26 de marzo, se desatan los viejos demonios de la intolerancia. "¡Asesinos del espíritu juvenil! ¡Envenenadores del alma mexicana!", aúlla un catedrático mientras arden las revistas heréticas. Pero estos son exabruptos, la intolerancia como moral pública y proyecto social corre por cuenta de la iglesia católica, que ve llegado el momento de hacer valer su autoridad sobre las conciencias. La Legión Mexicana de la Decencia despotrica, no sólo contra las revistas, sino también contra los libros, el teatro y el cine, que es el caballito de batalla de su boletín semanario. El Secretariado Social la emprende contra "el paganismo y la inmoralidad que ha hecho presa de los sindicatos" y la Buena Prensa dice que también hay que perseguir otros vicios, "como el divorcio". Pero son las declaraciones de Pedro Velázquez, presidente del Secretariado Social, las que develan el subyacente proyecto de rectoría moral del clero: "La gran desgracia de nuestro pueblo y causa de esta inmoralidad o amoralismo que en todos los órdenes nos asfixia es que, desde hace más de cien años, no hemos
Revista Vodevil. Número de aniversario. Núm. 52. 1953.
tenido verdadera educación en nuestro país: primero fue la amorfa escuela laica, después, la escuela socialista y hoy la escuela neutra --oficial-, dentro del más retrógrado monopolio estatal. ¿Cómo puede pensarse que puede haber verdadera moralidad, sin religión?" Amedrentados por la campaña, los representantes corporativos de los vendedores de periódicos y de los peluqueros se proclaman adalides de las buenas costumbres. La Unión de Expendedores y Voceadores de Periódicos anuncia que sus agremiados dejarán de distribuir las revistas censuradas. La Cámara de la Industria del Embellecimiento Físico se afilia a la causa del acicalamiento moral y proclama que las 80000 peluquerías de la
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Son los primeros síntomas de una cruzada que no es cosa de curas y beatas, sino consigna del sistema. La luz verde viene de la propia SEP, encabezada por José Ángel Ceniceros, cuando el jueves 17 de marzo declara: "Nos ahoga un ambiente de crisis moral. La acción aislada de las autoridades es insuficiente. Muchos sectores soc iales pueden y deben cooperar". El lunes siguiente, la Comisión Calificadora de Revi stas pide a la Procuraduría General de la República la consignación de los editores de 25 publicaciones. El mi smo día, la Confederación Revolucionaria Obrera Mexicana y la Confederación General de Trabajadores ofrecen sus contingentes proletarios a la causa de las buenas costumbres y anuncian la organización de conferencias moralizadoras para obreros. El martes 22, la FEU da a conocer la formación de un Comité Universitario para el caso; a su llamado los estudiantes rompen clases y se lanzan a secuestrar pasquines. Sin embargo, la jornada del miércoles 23 se la lleva la iglesia católica, que no está dispuesta a que los inquisidores de último minuto se alcen con el mérito. En una circular a su Arquidiócesis, Lui s María Martínez, arzobispo primado de México, instruye a sus sacerdotes para que prediquen contra la inmoralidad, no sólo en las revistas sino en la radio, el cine y la incipiente televisión. Un día después, la temperatura del movimiento alcanza los 451 grados Farenheit: una brigada de la FEU,
SECRETARIA ULTIMO MODELO
Chicharín. Revista Vodevil. Núm. 2. 1° de junio de 195 1.
secretario general, Rodolfo Landa, de nombre real Rodolfo Echeverría, es hermano de Luis Echeverría, futuro presidente de la República y a la sazón encargado de la Oficialía Mayor de la SEP, instancia de la que depende la Comisión Calificadora de Revistas, donde se ha venido preparando en secreto una denuncia penal contra los pornógrafos. Una vez hecha pública, dos semanas después, los promotores espontáneos y desinteresados de la moralización, como la ANDA, la presentan como un triunfo de su campaña.
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república retirarán sus modestas bibliotecas sicalípticas. Hasta los industriales del cine anuncian un plan moralizador. Pero lo más aterrador es la unanimidad con que la maquinaria del sistema asume cualquier causa que tenga la bendición presidenci al. El general Miguel Molinar, Jefe de la Policía del D.F., envía a sus 6 000 ángeles de la decencia a perseguir pornógrafos y, entre otros, el dibujante Adolfo Mariño Ruiz, creador de El Charro Negro y editor de Picante, Deseo y Afrodita, tendrá que pagar sus pecados con cárcel. El subjefe del Servicio Secreto, José López Hernández, tiene al respecto su propia línea de investigación: "Los verdaderos responsables, es decir, los que producen estas inmoralidades gráficas, continuamente cambian de domicilio, son en su mayoría fotógrafos fracasados". Por lo pronto, e l poder judicial se pone a las órdenes del ejecutivo: los jueces de di strito deciden por sus pistolas cancelar una garantía constitucional y piden a la SEP la li sta de los editores encausados, para negarles el amparo si llegaran a solicitarlo. Los empresarios, por su parte, representados por la Confederación Nacional de Cámaras de Comercio, le dan al tema de la pornografía un sesgo de clase: "Trabajar poco o trabajar mal, como consecuencia de la inmoralidad, es obviamente dañoso. Se di storsiona la economía de quienes caen bajo la corriente inmoral , invirtiéndose los salarios, en artículos perjudi ciales. Junto a eso viene la ineptitud para la producción : el sujeto se separa de la línea ordenada conforme se adelanta en el vicio y la inmoralidad, y su desarrollo termina en aspectos antisociales" . El "cuarto poder" se desgañita alabando las "azañas" (s ic) de los jóvenes vándalos, en un drástico quiebre de su habitual repul sión por las marchas de protesta y, en particular, por los "escándalos de pseudoestudiantes". El Universal llega a sugerir que, como en el caso de Giordano Bruno, se queme a los autores junto con su obra. Las publicaciones perseguidas terminarán por desaparecer o domesticarse, y pronto ya no habrá nada que quemar. Pero la semilla estaba sembrada. Dos años después, la FEU y la "porra" universitaria que pastorea Luis Rodríguez "Palillo", queman di scos, carteles y revistas de Elvis Presley con acompañamiento de mariachi y la proverbial complacencia del general Topete. El destino de los decenti stas es ejemplar: Palillo pasa de animador del destrampe a grupo de choque al servicio de la rectoría y termina administrando un prostíbulo en la esquina de Bucareli y Artículo 123. El curso del general Topete es aún más paradigmático.
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Antonio Garduño. Nahui Ollin (Carmen Mondragón). Semanario rotográfico Ovaciones. Núm 48. Sábado 3 de septiembre de 1927. Ciudad de México.
OLA YVIBRA fN NAJlUI OUN, LA HfRMOSA ItxJCANA Df fSPIRJTU IllQUIfTO y UNtA IIPftW
Quien en 1955 apadrinara en el Zócalo a los incendiarios de revistas, tres años después apalea en el mismo lugar a los maestros huelguistas de la sección nueve del SNTE, reprime el brote independentista del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Méxicana y se ensaña con los
ferrocarrilero s que encabeza Demetrio Vallejo. El 30 de agosto de 1958, de nuevo, los estudiantes llegan al Zócalo. Pero ahora son muchos más. No gritan: "¡La familia exige respeto!", sino: "¡Muera el mal gobierno!", y no queman inofensivas revistillas, sino los autobuses del "pulpo
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camionero", en repudio al alza de pasajes y por la municipalización del transporte público de la ciudad. Ese día, en el lugar de la hoguera inquisidora de 1955, los estudiantes queman en efigie al general Topete, protector de pirómanos más dóciles en tiempos menos agitados.
11. Las musas de Onán Hay mujeres que son monumentales y abiertas cual jardines o portales Renato Leduc Señora, estos desnudos están ...están ...¡encuerados! Comisario Rousselet, a la tratante Berthe Weill, quien exhibía pinturas de Modigliani
Entre los papeles que ardieron en las piras de 1955 había ejemplares de la revista Vea, la más famosa de las revistas galantes en el México del siglo XX. Heredera del semanario Ovaciones -tribuna de los encueres frívolos de Nahui Ollin- , en su primer número, aparecido el 2 de noviembre de 1934, el director, Luis G. Pereda, anuncia sus intenciones: "Vea pretende hacer frivolidad, cultivar el humorismo sano y ensayar la sátira dentro de los límites de la discreción". Pero el verdadero editorial está en los forros , cubiertos por un gran fotomontaje, a dos planas, que pone en colindancia un par de indiscutibles monumentos nacionales: el Palacio de Bellas Artes, a medio terminar, y la tiple Sofía Álvarez, a medio vestir. Las fotos son de Martín Ortiz y señalan el rumbo de la publicación que alimentará las fantasías sexuales de dos o tres generaciones de mexicanos. El semanario de Pereda es la extensión en el papel de la vida nocturna, ámbito, desde los años veinte, de una relativa permisividad sexual. Los textos e imágenes
de Vea abordan obsesivamente la sexualidad en cuanto tal, no como medio para la reproducción, aliciente del matrimonio o pilón del amor espiritual, sino como contundente hecho físico. Se trata, sin duda, de una sexualidad cosificada y falocrática, pero no por ello menos develadora de cuestiones casi siempre soslayadas por la "gente bien". En un medio tan puritano como el nuestro, en los treinta y cuarenta, cobra carta de naturalidad en la cultura popular industrial el tema de la sexualidad no legitimada por el matrimonio. Y lo hace, sobre todo, a través de personajes femeninos explícitamente sexualizados e ilimitadamente promiscuos, como los que llenan escenarios, boleros, pantallas, historietas y revistas picantes. La ruptura del tabú es trascendente, aunque al principio los nuevos asuntos se traten con clisés morales y estéticos, provenientes del universo temático anterior. Vea ejemplifica ese doble discurso: carnalidad y pretensiones espirituales; el arte como coartada de lo obsceno. Hipócrita dualidad que se acentúa en 1937, cuando el semanario es víctima de una campaña de censura moral, a la que los editores responden sustituyendo al director satanizado y proclamando sus elevadas intenciones: "Los espíritus selectos sabrán distinguir entre la ruindad pornográfica y la elevación humorística. De la primera Vea se apartará rotunda y completamente" . Sin embargo, bajo las direcciones de Isaac Araiza y después de Florián Oropeza, Vea sigue viviendo de publicar fotos de señoras encueradas y sabrosos reportajes de época, como las "Memorias de un viejo verde", la biografía imaginaria de un tal Zeferino C. Craaps que, con el seudónimo de Larriva Urías, escribe Carlos Rivas Larrauri, el legendario "poeta del arrabal" . Vea deja de salir en 1940, para
Revi sta Pigal. Campeona de la lucha. Núm. 31. Marzo de 1954.
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Por entre la bala ae aaoma un .ena maravilloBos perl1les, qua .eúa la dención de el m1ámo Cavernario . lindo, y hallta de no.otroa miamos .er luchador.....
Niuglo. Revista Vea. Anuncio. Núm. 494. 10 de mayo de 1954.
Tanabonga, Moana, Namora, Turanda, Osmara y Krissan. Reinas de la pasarela como Tongolele, Gema y Kalantán. Nombres y grupas inolvidables como los de Karolinda Vodevul, Amapola Devodier y la negra Clara Luz. El voyeurismo de buró encuentra cada vez más adeptos entre los mexicanos jariosos, pero pobres, que suplen la deseada pero incosteable promiscuidad por la más económica "manogamia". En la línea de Vea aparecen Vodevil (1951), Pigal, Eva y Can-Can (1953), y Frívola (1955). Para este último año, los censores de la Comisión Calificadora calculan que, semanalmente, se imprimen entre 150 y 200
reaparecer cuatro años después, con portada a todo color y publicada por Editorial Salcedo. En su segunda época dirige el semanario Miguel Tomasini, al que sustituye poco después Emilio Zambrano y más tarde Jorge Tomasini. El sprit galante se mantiene en una época en que las musas de Onán han cambiado para actualizarse. Clausurado el Teatro Apolo, de Vizcaínas, es el Tívoli, de Libertad, el nuevo semillero de las que ahora ya no son "tiples" ni "divas", sino "exóticas". Desnudistas que vienen de Cuba, Estados Unidos o la colonia de los Doctores, pero que Pancho Junco rebautiza con sonoridades del poeta Nicolás Guillén: Krumba, Macumba,
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mil ejemplares de revistas obscenas y circulan más de 35 mil fotografías pornográficas, comercio lúbrico que sostienen unas cuantas venus del cine, el teatro y, sobre todo, el burlesque. Confeccionar imágenes femeninas a la altura del mito no es tarea fácil. Se trata de un acto de creación colectiva, de una "fábrica de ilusiones" profesional y especializada. En el voyeurismo de papel, el fantaseo creativo empieza con la propia condición artificiosa de la fotografía erótica al uso: tomas realizadas en estudios -cuyas luces y parafernalia crean el clima adecuado- y habitualmente construidas, actuadas e intervenidas. Por su parte, las modelos son auténticas profesionales de la impostura; sabias en ocultar lo que sobra, aparentar lo que falta y sugerir lo que no puede mostrarse. El resto depende de la cámara, lentes, filtros y encuadre elegidos por el fotógrafo. Pero la falsificación creativa del referente empírico no termina ahí: los autores manipul an e intervienen sus negativos, y con frecuencia aun la copia final recibe un último retoque depilatorio proveniente de la autocensura editorial. En el mejor de los casos, el resultado es una obra de arte -una imagen poderosa y sugerente-, pero siempre se trata de una invención, una impostura creativa. En el tiempo de los mass media , estas representaciones , transidas por la lujuria, suplen a la mujer concreta, convirtiéndose en fetiches sexuales. La mujer no sólo deviene cosa, sino una mercancía por cuyos servicios hay que pagar. Y los precios fluctúan según se trate de un consumo activo o de una fruición contemplativa, de un disfrute directo o representado. El original, claro, es siempre más costoso que las reproducciones. Y como la mujer más barata es la de papel, los mexicanos rasos y quebrados se adhieren con singular entusiasmo al fetichismo de Vea, Pigal y Vodevil, reforzado -cuando la lumbre les llega a los aparejos- por una memorable visita a las galerías del "Tivolacho", la tribuna
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Niuglo. Naná y eLdiabLo. Revi sta Vea. Núm. 310. México, 21 de octubre de 1950.
desde donde algunos tuvieron el privilegio de ver cómo Naná era despaciosamente encuerada por el Diablo. El faje idiosincrático, revanchista, entre una güera de leche y miel, y ellatin lover que todos llevamos dentro.
Luis Márquez. México, ca. 1940.
MÁRQUEZ: UN UNIVERSO IDÍLICO José Antonio Rodríguez
Cuarenta fotografías dan cuenta de un hecho escasamente difundido en la fotografía de desnudo en México. Cuarenta imágenes de las cuales apenas unas cuantas comienzan hoya conocerse. Cuarenta fotos de desnudo masculino hechas en un periodo aproximado de 1930 a 1945. Caso raro en el recuento de nuestra historia de las imágenes fotográficas. Hacia finales de los setenta, el Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México -bajo la dirección del historiador y crítico de arte Jorge Alberto Manrique, y a instancias de éste-, adquiriría casi ocho mil quinientos negativos del archivo del fotógrafo Luis Márquez, provenientes de la familia; entre éstos, cuarenta placas de nitrato de 5 x 7 pulgadas que erigían diversas alegorías sobre el cuerpo masculino. Poco se sospechaba de un trabajo de esta naturaleza en la producción de Márquez. Sus datos externos poco hablaban de un ejercicio así. Después de una estancia en Cuba desde 1914, Márquez regresa a México en 1921.' Aquí continúa sus estudios de fotografía durante varios años en el taller de foto de la Dirección de Educación Pública, y es a mediados de 1930 cuando comienza a mostrar, de manera personal , toda una esforzada representación mexicanista, muy acorde con un arte nacional que vivía su gran momento, con todo y que el fotógrafo
exaltaba en demasía un folklore tipificador, esquemático, idílico sobre México. 2 A esto debió contribuir la presencia, decisiva en México y en el trabajo de Márquez, de Sergei Eisenstein. De su cercana relación con éste,3Márquez retoma el contrapicado y los encuadres centrados en los rostros que le otorgan a sus escenas y personajes una nobleza exaltada. Es significativo cómo, en las páginas de Nuestro México (donde Márquez es uno de los más relevantes colaboradores), se llega a entrelazar el trabajo de ambos, a principios de la década de los treinta. Márquez continúa, en sus acomodadas escenas nacionalistas, una tradición de los tipos mexicanos, para entonces ya añeja, aunque ahora matizada con un atavío festivo, enaltecedor de una raza indígena (aunque, en ocasiones, quienes llegaban a vestir los lujosos y limpios ropajes no tenían nada que ver con ninguna etnia). Una mirada que se maravilla de antemano y reelabora la escena: registra rostros
Luna Córnea agradece al Archivo Fotográfico del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM
por habernos facilitado las fotografías de Luis Márquez.
Luis Márquez. México, ca. 1940.
su gran momento. Si, precisamente, en 1930 realiza la que debió haber sido su primera exposición individual, a principios de 1932 también lo hará en Hollywood. 5 Durante esa década colabora con sus imágenes en diversas publicaciones como Mapa, México Al Día o Revista de Revistas. Incursiona fugazmente en una fotografía modernista que se acerca a la construcción geométrica. 6 Sus imágenes aparecerán invariablemente en libros que edifican un costumbrismo nacionalista a tono con A Treasury of Mexican Folkways, de Francés Toor (Nueva York, 1947), o Lindas tierras de México, de Salomay Lauderdale Harrison (Boston, 1944), hasta que, en 1950, edita, tanto en inglés como en español, el que llegó a ser su primer y mejor libro: Folklore mexicano. 100 fotografías de Luis Márquez (Eugenio Fischgrund editor). 7
ensoñadores, orgullosos, que miran hacia arriba y en lontananza, escenas idílicas de parejas salidas del fotograma cinematográfico, rostros de tehuanas de forzada inocencia, mujeres jóvenes en apacibles jardines interiores o contritas ante un cristo,' y escasamente una pose o una mirada retadora. Todo ello contribuirá a construir un escenario positivista, que tiene sus inmediatas raíces en la fotografía hecha durante el Porfuiato, en donde los sujetos parecen vivir en el mejor de los mundos posibles, y desde luego, también en la comedia ranchera, en su aproximación idílica de lo campirano. En las imágenes de Márquez, el sentido social se elimina --el dramatismo de Eisenstein ya no tiene cabida- para dar paso a una iconografía escultórica e idealista. Durante los años treinta, Márquez vive
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Luis Márquez. México, ca. 1940.
¿Dónde se ubican, entonces, estos desnudos no difundidos en su época dentro de esa extensa obra de un imaginario nacionalista? Márquez es un fotógrafo que continúa esquemas gráficos con sus respectivas variantes idealistas (algunos desnudos femeninos, pertenecientes a otro grupo de dieciocho, los realiza en poses similares a las de sus retratos costumbristas y aun con rebozos enmarcando el cuerpo). En ese sentido, Márquez también responde en sus desnudos masculinos a una iconografía preestablecida. Continúa una tradición fotográfica que viene desde el siglo XIX. G. Marconi (activo entre 1862 y 1874) provée a los profesores de la clase de anatomía de la Escuela de Bellas Artes, en Francia, de fotografías con modelos masculinos como recurso referencial para la práctica académica de la pintura. El
sustento de Marconi, a su vez, son los cuerpos representados en la pintura histórica que domina la pintura de academia. Él reelabora sus escenificaciones de antiguos lienzos (por ejemplo, Caín y Abel, 1550-53, del Tintoretto). Al "largo dominio que une la gracia a la seducción erótica" del desnudo femenino, "él lleva frecuentemente a escena los cuerpos masculinos, en donde privilegia la expresión de la energía".8 Y esa retroalimentación será parte de una tradición también en Márquez. Sus esquemas prototípicos sobre la estampa mexicanista se adecúan ahora a otro universo ideal, bucólico, en donde llegan a asomar los tonos clasicistas de estilo escultórico (que, en parte, pueden remitirse a Miguel Ángel, en especial al Jeremías del episodio de "La separación de la luz de las
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Luis Márquez. México, ca. 1940.
tinieblas" del Génesis, en la Capilla Sixtina, en donde aparece el cuerpo en medio círculo o en escorzo, las piernas flexionadas, que se reflejan en el fotógrafo). Un trabajo de puestas en escena en donde la figura está a tono con los ambientes. Relación dual proveniente de una narrativa mítica vuelta imaginería visual (el efebo -Narciso- junto a las cristalinas aguas, un fauno que se arropa con piel de felino o hierbas enmedio de la espesura de un bosque). En Márquez hay marcados ecos de un pictorialismo
romanticista (a la manera de Robert Demachy, que también utilizó con sus jóvenes modelos femeninos, las pieles de leopardo, las coronas de flores , las vestimentas exóticas, los ambientes boscosos 9), y aun de los espacios edénicos del barón Von Gloeden (que se conoció en México gracias a las fotografías que aparecieron de él en el Manual práctico y recetario de fotografía, en 1912, de Rodolfo Namías). A este respecto, en charla con Armando Cristeto, curador de fotografía, él apuntaba que lo que hay aquí es una especie de "montaje para still, de prueba para comedia musical , y que, a diferencia de las imágenes mexicanistas de Márquez, estas fotografías tienen un tono fársico. Márquez, en palabras de Armando, intenta ser muy hierático y dignificante, pero en realidad lo que aflora es un tono de comedia. El punto de partida en esa fotografía en la que aparece un joven reflejado en un estanque, dice Armando, es el mito de Narciso. Pero en esa foto, aunque él no se asoma directamente a su reflejo, la triangularidad está dada por el propio fotógrafo. El muchacho no se mira en el reflejo que forma el agua, pero finalmente se sabe fotografiado. Es una situación pactada, en la que el reflejo permanente no lo da el agua (porque esto es efímero), sino la fotografía.
Conversación con Armando Cristeto JAR: ¿Encuentras en estas imágenes una pulsión erótica? AC: No mayormente. Sin duda, siempre lo he dicho, cualquier cuerpo desnudo, por muy "deteriorado" que esté o por grotesca que sea la imagen, siempre dará un toque de erotismo. No clasificaría estas fotografías
Luis Márquez. México, ca. 1940. (Páginas anteriores).
como esencialmente eróticas, pero sin duda tienen sus connotaciones. En los años 30 y 40 imperaba aún el desnudo académico. Estas imágenes se hicieron, más que con ese fin , con la justificación de lo académico. Márquez, a mi modo de ver, quería, por un lado, encuerar a esos muchachitos, y por otro, justificar algo. JAR: ¿Una cierta estética? AC: Exactamente. Cincuenta años después, pese a todos los movimientos de liberación homosexual, pese a lo que se ha avanzado, todavía hay qui enes quieren justificar. Cualquiera que los hubiera visto habría dicho: son ensayos para unos estudios académicos, o algo por el estilo .. . Las poses y los fondos, las fuentes, las balaustradas se utilizaban también en los modelos anatomistas. Estas imágenes son las fotos de mayor regodeo formal, las más eficaces. Si bien es cierto que tienen como punto de partida el estudio dancístico, también tienen una deuda con el cine. Yo creo que están pensadas, que son premeditadas, que están, pues, hechas con la conciencia de la cámara fo tográfica. JAR: ¿Hay, entonces, algo de mirada voyeur con esa justificación de puesta en escena academicista? AC: En un momento dado, sí justificaría estas puestas en escena como estudios para danza. Pero también está el hecho de que se haya escogido para las tomas muchachos que se podrían clasificar como efebos. El efebo pertenece a la simbología homosexual de todas las épocas. El gran ejemplo es Von Gloeden. Bien se podría decir: se trata de un Von Gloeden, pero a la mexicana ... Es claro que Von Gloeden prexistía en la memoria. A mí me parece un tanto obvio insistir en estos asuntos. ¡Ah!, es como Von Gloeden, pero nuestra mirada y nuestro conocimiento es muy otro. JAR: ¿Por qué crees que estas imágenes no hayan sido conocidas en su tiempo?
AC: En la actualidad, en pleno 1996, hay una vuelta a un moralismo. Yo no estoy en contra de esa vuelta, pero sí de una cierta "moralina". Hoy por hoy no es políticamente correcto desacreditar a alguien por su identidad homosexual o por sus imágenes homosexuales. Te autodescartas, por decirlo de alguna manera, íntimamente, y a veces ni tan íntimamente: hay todavía una satanización de lo homosexual , y esa satanización incluye, en principio, desacreditar a la persona, y más tarde, a su propio trabajo. Incluso personas más o menos avanzadas lo piensan, aunque no lo digan abiertamente. Si ésta es la realidad en los ochenta y noventa, pues máxime en los años en que Márquez estaba produciendo estas imágenes. Independientemente de la apertura liberalizante de los años treinta y cuarenta, me refiero al resurgimiento del arte mexicano y a la adecuación de un arte moderno : realizar este tipo de fotografías podía significar un descrédito. N O T A S: 1 El México de Luis Márquez. Mobil Oil de México, 1978. 2 "La exposición de Márquez". Nuestra Ciudad. Julio de 1930. pp. 33-34. 3 Próspero Mirador. "Luz de Eisenstein en el ojo de México". Revista de Revistas. 17 de enero de 1932. pp. 47-48. José Gorostiza. "Estampas mexicanas". Nuestro México. Marzo de 1932. pp. 6-7 . 4
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Nuestro México , op. cit., p.7.
"Estudios fotográficos de Luis Márquez". Nuestro México. Agosto 1932, p. 15, Y "Estudios fotográficos de Márquez", ibid. Octubre de ese mismo año, p. 19. 7 Véase también Danzas de México. Colección Anáhuac de Arte Mexicano, vol. 22, 1948. 8 Sylviane de Decker Heftler, "Le nu Photographique. Art impur / Art realiste". Photographies. Diciembre de 1984. p. 60. 9 Robert Demachy, Photographe, Sociéte Francaise de Photographie. Contrejour, 1990. 6
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EL INTERVENTOR Armando Bartra
ese intento desesperado por dar f orma a las obsesiones. Joseph Comell
Hay muchas especies de coleccionistas, y además, en cada
UIIO
de
ellos opera una profusiólI de impulsos. Y entonces, es el coleccionista Fue/lS el que enseña al teórico a captar muchas cosas cuyo acceso le había cerrado su tiempo. Fue el coleccionista el que cayó en terrellos límite - la caricatura, la representación pornog ráfica- , en los que, más tarde o más temprano, queda en ridículo toda una serie de patrones de la historia tradicional del arte. Walter Benj amin . Historia y Coleccionismo.
•<evista Vea. Núm . 499. 5 de junio de 1954.
Ahí está, otra vez, en el extremo inferior de la impoluta entrepierna, un inesperado asomo de vello púbico. Vuelvo atrás las hojas buscando una imagen semejante vista de soslayo. Recorro de nuevo los insípidos "desnudos artísticos" de importación, las anónimas coristas sorprendidas en el camerino a medios cueros, las exóticas de cu los y nombres rotundos como Krumba, Katanga, Natabonga ... Y en efecto, ahí está: en el borde de otro pubis inmaculado y lampiño, una sombra obscura y la indudable insinuación del pliegue del sexo. En un cuarto de siglo de accidentada vida, la revi sta Vea tuvo años más permisivos que otros, pero coños nunca enseñó. Si alguna foto mostraba los pelos púbicos era rigurosamente rasurada - y c lausurada-, hasta conseguir un cerúleo e interminable monte de venus . Pero entre tanta falacia anatómica, ahí está, no cabe duda, un bajo vientre de verdad ... O casi de verdad, porque mirado más de cerca, se aprecia que no se trata del original, sino de una restitución: el retoque
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Revista Vea. Núm. 515. 22 de septiembre de 1954.
de un retoque. Y la lupa confirma mi sospecha: la intervención restauradora se realizó sobre la foto impresa. Estamos ante la obra inédita y única de un mirón con iniciativa. Buscando nuevas intervenciones, hojeo presuroso la docena de revistas Vea que restan de mi última visita a la Lagunilla. A la mitad de la tercera, otra vagina restituida ... pero también una cicatriz a medio mu slo, y más adelante un injerto de pene en vientre femenino . En los últimos números se atropellan queloides, cesáreas y mastotomías, amazonas con córneas clausuradas y uretras fuera de lugar, monstruos libidinales fabricados a fuerza de goma de borrar y crayón por un enemigo de la simetría anatómica. Despliego infructuosamente mi vieja colección de Vea. Por lo visto, los ejemplares intervenidos sólo están entre los doce que acabo de adquirir. Y la marchanta tenía más: un gran montón del que apenas revi sé las portadas y que promete otras obras inéditas del pornógrafo anónimo. Durante una interminable semana, acumulo teorías sobre "el interventor". Se trata, sin duda, de un justiciero que restituía la genitalia suprimida por la censura. Pero su vocación no era naturalista. Más que el realismo, practicaba la anatomía ficción, espejo de manías y obsesiones recónditas. (El domingo voy sin falta a La Lagunilla.) Porque era un obseso, un compulsivo que semana a semana transformaba la módica revistilla de peluquería en galería de perversiones. Imágenes que, sin embargo, no son más enfermizas que los retocados desnudos artísticos con los que el pornoguango de por
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Re vista Pigal. Núm . 16, 1953.
acá conformó el imaginario cachondo de varias generaciones de mexicanos. Y es que, detrás de las hojas de parra de la censura, se incuban arañas, pero también delirantes arborescencias genitales. (Ojalá que mi marchanta no haya vendido los Vea) ¿Y ellas? Dónde están esas mujeres que se ocultaron tras artificiosos desnudos mercenarios, fotografiados por profesionales de la pornografía suave, como Niuglo, Herrera o la mi steriosa Otylia, quienes, al suprimir del negativo vellos imprudentes y lonjas indeseables, borraron también las últimas señas de identidad, en una sucesión de ocultamjentos, veladuras e invenciones de la que "el interventor" es culminación y alegoría ... (Tengo que escribir eso). ¡Por fin domingo! Esta vez llego a Mosqueta y Reforma más temprano que de costumbre y componiendo rru mejor ex presión de jugador de póker, me aproximo al puesto de la vendedora de viejo. Reviso con fal sa displicencia el prorrusorio montón de rev istas. Hojeo cinco, diez, doce ejemplares. Nada. - De ésas aquí tengo más-anuncia la marchanta, señalando un cerro de Pigal, Venus, Eva y Vodevil. Por no dejar, hojeo a las émulas pobres de Vea, buscando dibujos de Neve, Durhok o Mariño. Y de pronto, en el número 16 de Pigal, me topo con Sil via Pinal, joven y tuerta, y más adelante con una fálica "dama de compañía" de reconocible factura . Por lo visto, el crayón de "el interventor" no se saciaba sólo con Vea. Me gana la codicia, pierdo la compostura facial y las revistas me salen carísimas. Pero vale la pena; mientras espero la cabeza de cabrito en El Correo Español, compruebo que mi acervo se ha engrosado con doce nuevos originales. Hoy le enseñé rru colección al editor de Luna Córnea. Opina que no es "interventor" sino "interventora" . Le parece evidente la "envidia del falo" y las cicatrices le sugieren exorcizantes referencias al cáncer de mama y las cesáreas. " Es una mujer torturada por su cuerpo", concluye. ¿Una Frida en los semanarios para caballeros? ¡Esto se está volviendo el enigma lagunillero más apasionante, desde que Salvador Elizondo descifró la trama subyacente en el epistolario de trujetas postales de la maestra Adelina García y sus pupilas! El martes tengo cita con rru marchanta en su bodega de Matamoros y Peralvi llo. Dice que tiene más revistas. Me va a presentar a la viuda que se las vendió.
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AndrĂŠs Serrano. Cristo en su orina. 1987. Original en color. CortesĂa: Paula Cooper Gallery, Nueva York.
TRADU CC iÓ N DEL I NGLÉS: ADR I ANA J EFF REY
CENSURA AL ESTILO U.S.A. A.D. Coleman
A.D. Coleman es un destacado crítico de la fotografía, historiador, conferencista y profe· sor. Recientemente se ha hecho acreedor de la beca Gelly y de la Fulbright. Coleman ha venido realizando investigaciones sobre el impacto de la lente en la cultura occidental antes de la invención de la fotografía y ha desarrollado un estudio sobre lo grotesco en fotografía.
Tratar de explicar las recientes controversias que surgieron en mj país en torno a las fotografías de Robert Mapplethorpe y Andrés Serrano tiene sus bemoles. Las diferencias de opinión sobre este asunto son tan ampli as aquí como en el extranjero, y generan formas de entendimiento muy peculiares. Considero extraordinario el que por fin se esté reconociendo, en todo el país, la energía y el poder de la fotografía creativa a través de airados debates sobre la importancia cu ltural de algunos ejemplos propios de ese modo de expresión. Soy lo que llamamos un absolutista de la primera enrmenda, lo que significa que defiendo, decididamente, la libertad de expresión, y me gustaría ampliar este concepto de "expresión" hacia otras formas verbales. Al mi smo tiempo (y hasta cierto punto por esta rmsma razón), he llegado a la dolorosa conclusión de que no puedo negarle a la estruendosa mayoría, o aun a la estruendosa minoría, el derecho a ejercer su destreza para influir en la política nacional. Es indudable que, en estas protestas, existen elementos de homofobia implícitos, racismo y prejuicios profundos, pero aquéllos que han movilizado la resistencia pública, asistiendo a las exposiciones de Mapplethorpe y Serrano, han trazado cuidadosamente los límites de la batalla. Y reconozco que sus argumentos no carecen de mérito. Defendería hasta las últimas consecuencias el derecho que tienen estos dos fotógrafos (o ahora, en el caso de Mapplethorpe, el Estado) de hacer, exhibir, publicar, vender o transportar sus obras por todo el país, pese a que nadie propone el que se prohiba que lo hagan. Lo que sugieren es que estas actividades no sean respaldadas con el erario público. Creo que nadie tiene derecho a patrocinios li bres de ataduras: las donaciones con el dinero de los contribuyentes no pertenecen a ningún artista. Por lo tanto, no estoy convencido de que éste sea un problema de libertad de expresión. El hecho desafortunado de que no hemos sabido establecer, como
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Robert Mapplethorpe. Dan. 1980.
nac ión, normas relativas al subsidi o gubernamental de las artes ha agudi zado este conflicto y sólo ha venido a agravar las cosas. Más bien hemos adoptado, a ni vel municipal, estatal, regional y federal, una variedad de prácticas bizarras y a menudo contradictori as, unidas a un códi go legal, de mencial y bizantino, en el que los límites de lo permitido han si do trazados arbitrariamente y de manera poco clara. Debido a que estas confusiones siguen sin ser resueltas, es pos ible predec ir ciertos melodramas. Con toda esta agitac ión, ¿cómo podríamos explicar el hecho peculi ar de que, pese a haber recibido Peter Witkin nada menos que tres becas de la Fundac ión Nac ional para las Artes (National Endowmellt fo r the A rts) , en 198 1, 86 Y 92, Y a su obses ión por la iconografía cri sti ana, no haya sido hasta ahora tocado por los censores? Sólo puedo atribui r esto al hecho de que, ya sea que uno se sienta encantado, sorprendido, consternado u ofendido por sus imágenes, éstas irradian la autoridad absoluta del auténticamente obses ionado. Y que, independi entemente de nuestra convicc ión, la mayoría de nosotros está aún poco dispuesto a interferir en las acc iones de los tontos sagrados. ¿Quién sabe?, tal vez estén a punto de descubrir algo revelador. Tambi én vale la pena señalar que Witkin trabaja fundamentalmente como un director de escena y que sus imágenes son más abiertamente teatrali zadas y fa ntásticas que las de Serrano o Mapplethorpe. A diferencia de Witkin, éste último coquetea, en sus obras más perturbadoras, con un estilo documental. De igual manera, Serrano es lo más pura y estrictamente fotográfico pos ible. Él ha escog ido un estilo contundente y llano --el acercamiento del fotógrafo de estudi o o documental - para mirar minuciosa y honradamente a sus modelos, a los que la mayoría de la gente teme enfrentarse o, por el contrario, da tanto por hecho que ya no los ve realmente. La carne, la sangre, la muerte, la religión, la iglesia son temas que Serrano introduj o pronto en su obra, con una serie de naturalezas muertas y de cuadros escenifi cados, y que continúa repitiendo una y otra vez. De estilo melodramático, aquéllas eran mucho más escandalizadoras que las obras por las que Jesse Helms y otros lo
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Robert Mapplethorpe. Melia Marden. 1983 .
satanizan (logrando con ello, canonizarlo). Su obra más famosa, Piss Christ (Cristo en su orina), de 1987, examina un crucifijo de plástico, sumergido en un líquido: aparentemente, la orina del propio fotógrafo. Esta imagen ayudó a avivar la crisis que sufrió la Fundación Nacional para las Artes en los últimos años de la década de los ochenta. Yo sigo pensando que esta fotografía podría ser considerada tan convencional como una obra de arte sacro. Lo que en realidad molestó a todos no fue la fotografía (la mayoría de los que a gritos la desaprueban ni siquiera la han visto), sino el título, de dos palabras, deliberadamente provocativo, y la afirmación del fotógrafo , imposible de comprobar, en cuanto a la naturaleza del líquido que utilizó. Es indiscutible que, al sacudir nuestra sensibilidad de manera sustancial, obligándonos a una reevaluación de los puntos de referencia establecidos, las imágenes de estos tres fotógrafos se apegan a la definición que ofrece Kenneth Burke sobre lo estético en el arte (que contrasta con lo anestésico). Por lo que argumentar a su favor no resulta difícil , aunque tampoco necesario. A diferenci a de Jock Sturges, quien fue perseguido sin tregua por el Departamento Federal de Investigaciones (FBI), ni Serrano ni Mapplethorpe ni sus obras han sido amenazados; tampoco han sido sujetas a hostigamiento por parte del sistema, no ha habido demandas
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Joel-Peter Witkin. La sabiduría de los
monos. Nuevo México, 1982.
o denuncias en su contra, ni arrestos por blasfemia, tampoco acusaciones de tráfico de pornografía, allanamientos en sus estudios, ni la policía ha confiscado sus obras. Por último, tampoco han padecido la secreta vigilancia de sus actividades, ni los han llamado a declarar en ningún asunto legal. Si hacemos a un lado la publicidad que acompañó al alboroto político y su inevitable intrusión en el trabajo diario, todos ellos han podido continuar con sus vidas como si nada hubiera ocurrido. Más bien su obra (y el patrocinio de la misma, con el dinero de los contribuyentes y sin previo consentimiento de los mismos) es lo que ha servido de vehículo para considerar esta difícil pregunta: ¿cómo
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debería una cultura manejar la transgresión voluntaria de sus normas mediante el subsidio estatal para los artistas? No pretendo determinar cómo una cultura que no sea la mía deba manejar esto, pero considero que nuestras propuestas son un modelo a seguir tan bueno como cualquier otro. La manera como lo hemos manejado aquí ha sido a través de debates públicos, discusiones difundidas en todos los medios de comunicación masivos y diálogos permanentes en varias comunidades microcósmicas, como la del mundo del arte, la derecha religiosa y el mundo académico. Políticos ambiciosos han hecho que el público pierda gran parte de su tiempo (y el dinero de los contribuyentes) tratando con leyes para que desaparezca la ofensiva, pero aun la Suprema Corte más conservadora del siglo se ha negado a implantar reglamentos que barran con las blasfemias y el contenido sexual en el arte. Si esto ha tenido un efecto desalentador entre los artistas y las instituciones de arte, no lo he advertido. A mí me suena como lo propio de un grupo que siempre se propone epater-le-bourgeois'. El resultado más tangible que he visto hasta ahora, ha sido el de la depuración de los límites que existen entre lo propio del patrocinio público y lo que debería depender del respaldo privado. Este asunto es penoso para aquéllos que afirman que la vanguardia no puede existir sin la aprobación y la ayuda del gobierno. Se trata, sin duda, de una de las ideas más estúpidas de nuestro tiempo y de la confesión de impotencia más vergonzosa que yo jamás haya escuchado. Hablando a título personal, y también en el plano profesional , encuentro esta di scusión mucho menos amenazadora que muchas de las que existen en el mundo del arte y en el medio académico. A mí, más bien, esto me huele a democracia en acción. Y el que este experimento democrático no haya fallado del todo en nuestro país es la razón principal por la que aún elijo vivir en esta tierra, a menudo desconcertante y desconcertada. Por eso digo: dejemos que les contretemps roulez. 2 N O T A S : I Algo así como "espantar al burgués" . (N . de la T.) , " Dejemos que pasen los contratiempos" . (N . de la T.)
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Joel-Peter Witkin. Mujer que fl/ e pájaro.
Los Ángeles. 1980.
Abbas. Estatua de l Sha. Fin de 2500 años de Imperio. Teherán, 1979 .
110
OFICIO: DEMOLEDOR DE ESTATUAS Ryszard Kapuscinski
Esta entrevista, incluida en el libro El SIIa o la desmesura del poder, fue realizada por un reportero del diario Kayllan, de leherán, a un hombre que destacó en la tarea de derribar las estatuas del Sha.
-En su barrio se ha ganado usted, Golam, la fama de destrozaestatuas. Le consideran incluso todo un veterano en ese campo. -Es cierto. Las primeras estatuas que destruí fueron las del viejo Sha, el padre de Mohammed Reza, cuando abdicó en 1941. Recuerdo cómo cundió la alegría por toda la ciudad cuando saltó la noticia de que se había marchado. Todo el mundo se lanzó en seguida a destruir sus estatuas. Yo era entonces un muchacho, pero ayudé a mi padre, quien, junto con sus convecinos, derribó el monumento que Reza Khan se había hecho erigir en nuestro barrio. Puedo decir que aquello fue como hacer mis primeras armas. - ¿Le persiguieron por ese motivo? -No, en aquella época eso aún no se hacía. Después de marcharse el viejo Sha se vivió todavía un tiempo de libertad. En aquel entonces, el joven Sha no tenía fuerza suficiente como para imponer su poder. ¿Quién iba a perseguimos? Todo el mundo se oponía a la monarquía. Al Sha lo apoyaban tan sólo parte de los oficiales y, cómo no, los americanos. Luego dieron el golpe, encerraron a nuestro Mossadegh , fusilaron a su gente y también a comunistas. Volvió el Sha e implantó la dictadura. Corría el año 1953. -¿Recuerda aquel año? -Claro que lo recuerdo. Fue el más importante, el del fin de la democracia y el del inicio de la dictadura. En cualquier caso, me acuerdo muy bien del día en que la radio dio la noticia de la huida del Sha a Europa y de cómo, al enterarse de ello, la gente se lanzó eufórica a la calle y empezó a derribar las efigies imperiales. En este punto debo aclarar que, desde un principio, el joven Sha erigió muchos monumentos a su padre y a sí mismo, así que durante aquellos años se fue acumulando bastante material para derribar. En aquella época mi padre ya había muerto, pero yo ya era un adulto y
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salí por primera vez como un tiraestatuas autónomo. -¿ y qué? ¿Las derribasteis todas? -Sí, no fue tarea difícil. Cuando volvió el Sha, tras el golpe, no quedaba ni una sola efigie de los Pahlevi. Pero no tardó nada en empezar a levantar nuevos monumentos, suyos y de su padre. -Eso significa que lo que usted había destruido él lo volvia a reponer en seguida, y que luego usted acababa destruyendo lo que él había repuesto, y así sucesivamente. -En efecto, así era, es cierto. Se puede decir que no nos dábamos abasto. Destruíamos una estatua, él levantaba tres; destruíamos tres, él levantaba diez. No se veía el final de todo aquello. - y posteriormente, después del 53, ¿cuándo volvisteis a la tarea? -Teníamos pensado hacerlo en el 63, es decir, durante la sublevación que estalló cuando el Sha encerró a Jomeini. Pero aquél inmediatamente ordenó una masacre tal que tuvimos que esconder nuestras cuerdas sin haber tenido tiempo de tirar una sola estatua. -¿Debo comprender que teníais cuerdas especiales para ese menester? -¿Cómo si no! Teníamos unas cuerdas de sisal fortísimas que guardábamos en el mercado, en el tenderete de un vendedor amigo. No se podía bromear con estas cosas; si la policía nos hubiese descubierto, habríamos acabado en el paredón. Lo teníamos todo preparado para el momento adecuado, todo estaba bien pensado y ensayado. Durante la última revolución, es decir, en el año 79, la desgracia consistió en que se lanzaron a derribar monumentos no pocos aficionados y por eso hubo muchos accidentes, porque los dejaban caer directamente sobre sus cabezas. Destruir un monumento no es tarea fácil; hace falta para ello profesionalidad y práctica. Hay que saber de qué material está hecho, qué peso tiene, cuál es su altura, si está soldado en
todos los bordes o si las junturas son de cemento, en qué sitio atar la cuerda, hacia dónde inclinar la estatua y, finalmente, cómo destruirla. Nosotros nos poníamos a calcularlo todo ya en el mismo instante en que se empezaba a levantar la siguiente estatua del Sha. Era la ocasión más propicia para averiguar cada particularidad acerca de su construcción: saber si la figura estaba vacía o llena y -lo que es más importante- cómo se juntaba con el pedestal, qué método habían utilizado para fijar la estatua. -Debíais de dedicar mucho tiempo a esas averiguaciones. -¡Muchísimo! Ya sabe usted que en los tres últimos años el Sha se hacía construir cada vez más monumentos. En todas partes; en las plazas, en las calles, en las estaciones, al borde de los caminos .. . Además, otros también se los erigían. El que quería conseguir un buen contrato y aplastar la competencia corría para ser el primero en rendirle este homenaje. Por eso muchos monumentos eran de construcción poco sólida y, cuando llegaba su hora, no nos costaba trabajo destruirlos. Pero debo reconocer que en algún momento dudé de si conseguiríamos derrumbar tal cantidad de estatuas: realmente se contaban por centenares. La verdad es que nos costó sangre y sudor aquel trabajo. Yo tenía las manos llenas de ampollas y llagas de tanto darle a la cuerda. -Pues sí, Golam, le tocó un trabajo interesante. -Aquello no era un trabajo: era un deber. Me siento muy orgulloso de haber destruido los monumentos del Sha. Creo que todos los que participaron en esa destrucción se sienten igualmente orgullosos. Lo que hicimos lo puede ver todo el mundo. Todos los pedestales están vacíos y las figuras de los Sha han sido destrozadas y yacen desmembradas por algún que otro patio.
Antonio Turok. Derrocamiento de la estatua de Diego de Mazariegos por organizaciones indígenas. San Cristóbal de las Casas. Chiapas, 12 octubre de 1992.
Anónimo. Atentado dinamitero a la escultura del presidente Miguel Alemán . Ciudad Universitaria. México, 1960. Archivo CESU , UNAM.
TOGA, BIRRETE Y DINAMITA El 18 de julio de 1952 se coloca, en Ciudad Universitaria, la primera piedra del monumento dedicado al licenciado Miguel Alemán, todavía presidente de México. La escultura de bronce, proyectada por Ignacio Asúnsolo, alcanzaría los 14 metros de altura y estaría ubicada entre el edificio del Instituto de Ciencias y la Rectoría. La estatua, finalmente tallada en piedra, fue inaugurada cuatro meses después. Ese mismo 18 de noviembre, Asúnsolo informó al Senado de la República sobre las modificaciones que se harían a la estatua para eliminar las semejanzas, que en opinión de muchos, ésta mantenía con la efigie del Padre de Todas las Rusias, José Stalin. Jamás aceptada por el estudiantado, el monumento de Miguel Alemán sufrió, en 1960, graves daños a causa de un atentado dinamitero.
Para restaurarla se acarrearon noventa bloques de piedra del volcán Popocatépetl y la base se reforzó para impedir la introducción de barretas. La "desestalinización" de la figura del primer presidente universitario requirió el recorte del bigote y la intensificación de los efectos del claroscuro en la cabellera. 40 mil pesos había costado el original de 1952 y, según informa Raquel Tibol, el gobierno gastó para su restauración otros sesenta mil. La estatua conoció su fin , después de una vida tribulada de rayones y tinterazos, en el conflicto estudiantil de 1968: las láminas que la cubrían se convirtieron en el soporte de murales efímeros realizados por pintores simpatizantes del movimiento: José Luis Cuevas y Manuel Felguérez, entre otros. (Patricia Gola y Alfonso Morales)
115
Ferdinando Scianna. Stalin. HungrĂa, 1990.
Jewgeni Chaldes. El poeta ruso Dolmatowski con la cabeza de Hitler. BerlĂn, 2 de mayo de 1945.
116
Pedro Meyer. Guerrillero sandinista. Nicaragua, 1982.
118
Pedro Meyer. Somoza destruido. Nicaragua, 1982.
119
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Demiáll Flores. A young printmaker bom in
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ARMANDO IARlRA
The Heart 01 Darkness 126
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LUISA RILEY
JOSÉ ANIONIO RODRíGUEZ
visual arts at the National
There is no god but God 129
Márquez: an ldyllic Universe 168
School of Fine Arts (ENAP)
JEAN MEYER
ARMANDO IARlRA
The Wars olthe Late Yugoslavia 134
The lnterventionist 172
IRIS HA ZIFF
I.D. COLEMAN
Sorne Year" are Worse than Others 138
Censorship, USo Style 174
National University of Mexico (UNAM). He has held eight solo shows ( "Line that Bites its Tail", "Palimpsest",
ESTELA IREVIÑO
RYSIARD IAPUSCINSKY
Africa: a Common Ground 140
Occupation: Statue Wreckler 176
"Binnigulaztl ", etc.) and participated in sixty group
10RIS 10SSOY António Conselheiro 143
exhibitions in Cuba, Poland, Spain, Kenya, Holland and Mexico. He has received
SERVANIS OF GOD Offenses and Amends 146
various awards lor his work
LEÓN lORAL
in the field 01 intaglio and
Memories
printmaking.
01 a Resigned Mother
147
JOSÉ EMILIO PACHECO The Emperor ollhe Assyrians 149
ALFONSO MORALES The House ollhe Fig Tree 153
JORGE ALIERTO MANRIQUE Anack on the Museum
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I The Faces of Kampuchea
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The faces that accompany this article belong to prisoners incarcerated between 1975 and 1979 by the Khmer Rouge in the Tuol 81eng death camp, also known as 8-21, in Phnom Penh, Cambodia. More than one million two hundred and fifty thousand Cambodians-one sixth of the country's total population-died at the hands of the Khmer Rouge, led by an obscure and mysterious dictator by tile name of Poi Pot. Wearing glasses, speaking a Western language, being a reporter or a painter, or having books in
one was guilty until proven otherwise. In Khmer the word for "prisoner" literally means "guilty," so "guilty prisoners" were executed from the outset and then tried in an enactement of Kafka's or Lewis Carroll's most paranoid fantasies. One of the executioners' favorite phrases was: "It's better for you to die by mistake than live by mistake." 11 Vann Nath: The Paradoxical Fate of a Painter This story could well be part of the annals of a Universal History of Infamy: For an artist to be able to dedicate his life to his art may come close to his definition of paradise: such was the fate of a country painter named Vann Nath. One morning in late December 1977, Vann Nath was chosen to cut bamboo in the woods. His heart beat strong, far he was the only one to be chosen to carry out the work. His friends and workmates took him away and they spent the night together in a hut. Early in the morning he was tied and shackled, not without regret, by his own comrades. What have I done? asked Vann Nath. We don't know, they answered. They handcuffed him and threw him in a truck. They passed a wide river and so me ruins, where a stone god watched Vann Nath impassively. At sundown Vann Nath heard the
distant roar of a tiger and smelled the sweet scent of mango groves. They finally arrived at the Kandal pagoda. It was January 1, 1978. Vann Nath was called for interrogation. The room was stained with blood and reeked of sweat and corrupt humanity. The executioner connected a cable to his handcuffs and to his clothes, and asked him: "What problem led to your arrest?" "1 don't know" answered Vann Nath. :'The organisation is not stupid." said the executioner, "it never accuses innocent folk. Now think: what did you do?" "1 don't know," answered Vann Nath. In that instant he felt the first of countless electric shocks he would be given. Seven days later he was taken to the Tuol Sleng death campo He remained prisoner there for two infernal months. A few teaspoons of rice a day was his only food. The prisoners died slowly of hunger or were taken away and never seen again: they were taken to the fields to dig their own graves. Their skulls were smashed with a blow to the head, or they were summarily thrown into the ditches, buried alive and left to suffocate. Shooting them was out 01 the question: bullets were too expensive. Vann Nath remained shackled until they came for him one day. He thought it would be his last. They too k him to an office and asked if
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he knew how to paint; he said yeso They showed him a photo of Poi Pot and ordered him to paint his portrait. At first he had to paint it in black and white. Later the executioners let him do it in watercolars. For a while he kept on with his portraits. In 1979, Vietnamese troups invaded Cambodia and defeated the Chinesebacked Khmer Rouge. Poi Pot fled to Beijing. Vann Nath and six other prisoners were the only survivors. AII the other captives at Tuol Sleng had been executed. Vann Nath's sin had al so been his salvation. Being a painter had both led to his arrest, torture and incarceration, and allowed him to survive. Today Vann Nath owns a small cafĂŠ in Phnom Penh and sometimes tells his story.
The prestigious ediloriol house T",in Palms, directed by Jacl Woody i$
publishing
Killing Fields.
The bool sho",s photographs talen ofthe old prison Tuol Sien, no", lno",n as the Genocide Museum,
",hich ..as
111 The Executioner's Song
madeintoa musuem ..hen
(Excerpt from The Interrogator's Manual, camp S-21) The purpose of torture is to get answers/ It's not something we do for fun/ We must only hurt them to hasten their answers/ We must break their wills/ We beat them to scare them, not to kili them/ Befare torturing them we must check the state of their health as well as the state of the whip/ Don't be so cruel as to kili them quickly or you will never obtain the necessary information/ Find their weak points/ Break them with propaganda or through torture/
Cambodio ..as freed from the dictatorship of Poi Poto Killing Fields lilas ediled by
Chris Riley andDouglas Ni~en and il includes some textual footage by Sara Colm and David Chandler.
Don't let them die/ Don't wear them out to the point when it's no longer possible to interrogate them/ Never interrogate a prisoner one hundred percenV A prisoner may confess, but if he has swallowed hooks, he'lI have to spend a long time with doctors and useful medicines/ The party is poor and cannot afford these luxuries ... IV Requiem
The most puzzling thing about the Khmer Rouge was their determination to observe and document. Each one of the death camp S-21 prisoners was photographed and the details of their interrogation attached to the im-
age. Each time a person dies a world disappears. Each human being takes the enigma of his own identity to his grave. These mysterious faces looking at us from beyond the grave reveal that individuality cannot be destrayed . Even in death these people carried with them the proof of their deepest freedom: hidden beneath those eyes, that impassive gesture, those distant stares, these people too k with them the secret of their dreams and desires, the secret of their childhoods and loves. Tortured and posthumous, they remain free. During the Popular Republic of Kampuc~ ea's brief existence, Poi Pot, an obscure school teacher who had studied radio and electronics in France during the fifties and whose real name was Saloth Sar, banned movies, television and almost all publications. His model was the collectivization process Stalin had carried out in the Ukraine during the 1930s and, aboye all, the creation of the New Man in the Chinese Cultural Revolution of the 1970s Radio was the only means of communication allowed. Countless speeches were broadcast to people through loudspeakers. Unlike the documention afforded the faces of his victims, there are comparatively very few pictures
of Poi PoI. His only presence was his voice, a malicious voice from beyond. None of Kafka ' s or Orwell's nightmares could be compared to the fascinating paranoid machinery of the Khmer Rouge. What happened in Kampuchea is a reminder and a warning : Auschwitz is still among us; ethnic cleansing, purification by tire, barbarity in short, farm part of the care of our epoch. Sarajevo, the Ruandan massacres and the slaughter of Palestinians prave that. A Genocide Museum now stands where the Cambodian death camps once did. German museography experts were invited to design and build it. Barbarism is tranformed into a cultural , almost artistic phenomenon . Genocide is culture. The Nazis were defeated, but Auschwitz survived; the executioners died but their self-perpetuating actions were immortalized; Stalin fell but the gulags still stand; military dictatorships disappeared, but torture is still our daily bread. At the very moment these lines are being written or read, someone is being tortured . The ovens are still kept burning. A new Poi Pot is always waiting, lurking in the heart of darkness.
TRANSLATED
A veiled woman, hundreds upon thousands upon millions of bodies shielding themselves from "Western depravity." A mob bearing a prostitute burnt in the "flames that purified Tehran." The Ayatollah ' s likeness in a human ti de proclaiming that there is no god but God . A defiant handbill with the face of the exiled monarch. Images of a revolution that, with Koran in hand, confronted one of the most powerful armies in the world and the most feared politieal poliee eorps of its time, the Savak ... An ostentatious and corrupt monarchy that had promised to turn Iran into the Japan of the Middle East had come to its end. A reign instituted in 1921 and unable to endure beyond 1979, when the king was ousted and expelled from the country by the Iranian people who no longer feared his weaponry. A people who took to the streets in masse, claiming themselves -and a history that had been suffocating under the rnodernizing weight of the Iranian monarch, Shah Mohammed Reza Pahlevi-as their own. In 1978, the bereavement and prayers of Moslems monopolized the front pages of newspapers the world overo Allah, Mohammed and their Shi 'ite followers produeed an international shock wave. An unending stream of nameless faces and bodies took on the features of the unchanging and ascetic
BY
MICHELLE
SUDERMAN
P ag. s
There is no god but God Luiaa Rile, countenance of the AyatoIlah Ruhallah Mussavi Khomeini. The Shah believed he would return to Iran, but the only pilgrimage his Western allies would support was his journey into exile. His imperial image, imprinted alongside those of the great forgers of contemporary history, was lost from sight in the emaciated face ot aman who , tleeing the press, took retuge in a mansion in the eity of Cuernavaca, Mexico.
chador trom women's heads and backs; he banned any portrayal ot camels as he considered them to be animals linked with baekwardness, and used his artillery to destroy the mosques .
"Before being a man, I'm a king_'" Mohammed Reza Pahlevi was the son ot Reza Khan, the Shadow ot the Almighty, founder ot the Pahlevi dynasty that reigned over Iran tor 58 years, an illiterate Cossack who eonquered Tehran in February of 1921 and decreed that Persia be renamed Iran. Reza Khan owned three thousand towns and their two hundred and titty thousand inhabitants , prohibited the use ot the traditional Iranian cap tor men and wrenched the
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10 - 17
press purpose the Shah ordered the construction of the Field of the Cloth of Gold at the feet of the ruins of Persepolis-decorating it with red velvet and bronze lamps-to lodge the delegations
This was the inheritance he left to his son , along with an army he had founded with 150,000 men and which, under Mohammed Reza Pahlevi's command, would become one of the five most powerful military forces in the world . Reza Pahlevi, the last Shah of !ran, governed as his father and made his own contribution to the modernization of Iran with the creation of Savak, the political police force of sixty thousand men and three million informers. "Democracy freedom democracy! What do these words mean?" pondered the Shah . "Here
necessary to shoot certain people," he said. 路Pietism is absurd here."2 It was the Shah's alienation from his country that defeated him . He spent his life with his gaze turned toward the West and confined to a palace where tea was served in gold cups and spoons at tables decorated with emeralds, rubies and sapphires. He was defeated by his vanity, which he demonstrated at the Persian empire's 2500th anniversary celebration, festivities that carried a price tag of 300 million dollars. For this ex-
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representlng the United States and hls European allies as well as the princes and monarchs that were invitad to the banquet served by the Parisian restaurant Maxim 's, where only the caviar was Perslan. The Shah sought to hold on to the throne but his nerves could not bear his rejection by the people he had thought loved him ; he cried when he was forced to leave Iran. "He was not able to take along the Crown jewels valued at 130 mili ion dollars . A souvenir. The maelstrom unleashed, striking Central Bank employees
refused to open the safetydeposit boxes to indulge the King ' s last whim ."3 At two o'clock on the afternoon of January 16, 1979, Radio Tehran announced the departure of the monarch who had occupied the throne since 1941. oc ••• Islam in 1978 was not the opium of the mas ses because it was the spirit of a world without spirit.'"
On January 8, 1978, the anger and despair of the Iranian people exploded. The detonator : an article criticizing the Ayatollah Khomeini published by the state newspaper. In the sacred city of Qom the mood quickly spread: the text was read out loud in the plaza, and people's fear was overcome until the group became a multitude. The army opened fire. The enlire plaza was covered with cadavers. Forty days later. in according wilh Shi'ite mourning ritual, people gathered in mosques throughoul many Iranian cities to remember those who died in Qom. The rites in Tabriz ended in revolt . A cycle of mourning processions was initiated: held every forty days until August , they inflamed the cilies of Tabriz, Esfahan and Meshed first, before reaching Tehran and finally all the cities of Iran. "A flood, a real flood, whose virulence will not take long to absorb everything and flood every place. A forest of clenched
fisls raised in cadence, a threalening and terrible foresto Multitudes chanting , multitudes shouting , "Death to the Shah!"5 September 4 of that same year-the day of Aidel-fetr when Moslems celebrate the end of the month of fasting called Ramadanwas converted into yet another day of mourning even though it is one of the few festive occasions in the Islamic calendar. The women put aside their flowered veils and donned black chadors. Amid pleading, chanting and prayers they defied the king and his dreams of being the great civilizer. Iran turned its back on petroleum opulence and reverted to its history. The Wes!. said the throngs, enslaved our will , our thoughts and our heart. The Iranian revolution is the uprising of the slaves. "Allah Akhbar, God is great. Iran, Iran, Iran, is blood, is death, is rebellion."6 Whoever willingly kills a believer, says the Koran, will be rewarded with eternity in Hell. On Black Friday, a mob advanced toward the tanks and the soldiers again defied the Prophet Mohammedo Without hearing the cry of "their Moslem brothers," they opened fire on Jaleh Plaza in Tehran. Pain surged forth: "Allah, Allah, they have dared to do it." The government reported
ninety-five dead. Some said there were two thousand. "Two thousand?" said one woman in surprise. "There were five thousand! Ten thousand! Two million!" The truth is that "when your hands are empty, if real and imaginary deaths are added together, fear is produced . '" In the Tehran cemetery Behesht-e-Zahra or Zahra Paradise, rnen and women clamor for the victims of Jaleh Plaza : "El Ellah-o -el Allah, there is no god but God and no party but Allah' s party" . They intone this over and over, as if in prayer. "It is not a starving peopie: it is a spiritual revolution. Look at the people who destroy everything. They destroy everything. They keep nothing."· A curtain of flames lit up Tehran; the city was in the hands of young rebels. No liquor retailer remained standing, banks were trampled and burned along with photos of the king, bars, hotels and government buildings. "On November 5 it was Tehran that set fire to Tehran . Because Tehran does not identify with Tehran. And on every avenue, in every stree!. her citizens must attack the symbols of the regime and of foreign civilization ."· "On the walls, balconies and automobiles, slogans are written in verse, and
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the demonstrators shout them in unison like hymns."'O The mourning periods were superimposed, one over the other. On the day 01 Achura commemorating the martyrdom and death of Hussein -one 01 the 1irst imamsmillions 01 people took to the streets all over Iran. In Tehran, only the youngest, the oldest, the ill and some women remained in their homes. That December 10 was a day 01 mourning , but the masses laughed, unleashing an extraordinary strength : they knew they had won. A 1ew weeks later the Shah and the royal family fled into exile. "Allah has promised believers, men and women, Gardens, wherein flow rivers, to abide therein, and goodly dwellings in Gardens of perpetual abode.'''' The massive demonstrations 01 Aid-el -1etr and the horror of Black Friday engen de red an irresistible dream and myth: the best of all Moslem worlds, an ideal society, purified , finally reuniting the political, civil and religious spheres of life. Plato's Republic managed by philosopher ayatollahs. A simple republic, austere, living in poverty and meditation ... , 2 A republic that attempted to restore a dream lived more than one thousand
years earlier when Mohammed governed Medina in the seventh century. Since then the Shi'ite followers of Ali, Mohammed's son-in-Iaw and father to his only two grandchildren, were doomed to a tragic existen ce. Ali, the first imam, was stabbed to death . His son Hussein and second leader of the Shi'ite people died of thirst in the Kerbala Desert, surrounded by thirty thousand of Yazid the Cruel's horsemeno Mohammed, the last of the imams, disappeared in a cavern in Iraq's great Samarra mosque in the year 878. He is called the Occult Imam, the Awaited One, who will return at the end 01 time to liberate his people from tyranny. The blood of the Prophet flows through the imam's veins. The imam is Hassan's grandchild, the prince of martyrs, the descendent of Mohammed and of Allah. "Arise, arise, bring back the govemment of law and justice. Imam, the Imam has come. Ayatollah Imam Khomeini has come at last."" On February 1, 1979, the Ayatollah Khomeini returned to Iran after sixteen years in an exile ordered by the now banished monarch . At the Tehran airport and all along the thirty-three kilometer route to the Behesht-eZahra cemetery where the martyrs to the revolution are buried, millions accompa-
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nied him, their fingers opening into the V for victory. He is the Awaited One, come to save them from misery and persecution . A child recited a verse from the Koran : "Those who have fought and sacrificed themselves will know the joy of paradise." The martyr is at the heart of the Shi'ite people's history. An ideology that honors martyrdom, says Khomeini, rejects slavery. And there, amid all the deceased . the Iranians who praised him listened to that monotonous voice, that sound without rhythm that had presided over some of the marches of the revolu tion 1rom a taperecorder: "In the name of merciful God , we have won great victories and suffered great sorrows. I will designate my government." "We want an Islamic Republic," shouted out a member 01 the Moslem clergy, a molaj . "Sahih ast, he speaks the truth," responded the multitude assembled in Behesht-e-Zahra. But the military and police structure that propped up the Shah remained on guard before an absent monarch. A rebellion was improvised, a multitude 01 strikes paralized the economy, imperial guard corps were consumed by the flames, those who had confronted the monarchy ' s tanks with empty hands were now armed and dining imperial salons. The Moslem
clergy initiated their fight against leftist laicism and the Kurdish minorities. The Islamic veil, a shield against the West, a symbol of women's struggle, was imposed like a wall. Iran closed itself off to the world and turned toward its past. In every plaza, every Friday at the common prayer hour, one by one and by the millions, the Iranians unroll their carpets of flowers. Seven times they kneel down and raise themselves as one. They stand in a straight line, silent, with their faces turned toward Mecca and their backs to the West. N o T E s:
Abbas, 1980. " The Holy Qur'an. Sura IX N· 72.
Lahore:
Ahmadiyyah
Anjuman Isha'at Islam, 1951 . " Briére and Blanchet, ibid. " The shout that greeted Khomeini in the Behes ht-eZahra cementery. Scherer and Mata, ibid.
'Mohammed Reza
Pahlevi. Interviewed by Oriana Fallaci , Tehran, October, 1973.
Interview
with
His tory. Boston: Houghton Mifflin, 1977. , Ibid. , Jul io García Scherer and Enrique Maza. Proceso (Mexico City) 165.04 (December 31, 1979) . • Michel Foucault. Interviewed by Claire
Briére
and
Pierre
Blanchet. Irán: la revolución en nombre de Dios y entrevista a Michel Foucault. Mexico City: Editorial Terra Nova, 1980. 5
Ryszard Kapuscinski. El Sha o
la
desmesura
del
poder.
Barcelona: Editorial Anagrama, 1987. , Demonstrators' chant during the revolution, ibid. , Briére and Blanchet , ibid. ' A student in Tehran, ibid. ' Ibid. ,. Abass. Iran: La révolution confisquée. Paris: Editions Clérat /
133
TAANSLATED
P a 9 e s
B Y
SUSAN
BAlANTE
18 - 25
lhe Wars 01 the Late Yugoslavia lean Meyer The images that accompany the text written by the Historian jean Meyercome fromMagnum photographer Giles Peress who has distinguished himself by covering some of the century '$ most important social, political and religious conflicts. Among his ample body of work, his books Silence on the Rwandan exodus and refugee camps, and Telex
Iran on the lranian revolutian, are
standouts. We are publishing a selection of photographs from his book
Farewell lo Bosnia.
When the Berlin Wall fell, Franeois Fejt贸 wondered what Metternich would do if he were alive today . How would this creator of the 1815 map re-draw Europe? Among other things, he would advise "the peoples of Yugoslavia in danger of absorption into Lebanese culture to restrain themselves before they commit an irreparable act : neither the most energetic nor the w isest of pol it icians can stop the self-destruction of multinational states that have no more authority than their brute force." Milosevieh and Tudzman , the anticommuni st presidents of Serbia and Croatia, did not understand the waming and hurled the people of the former Yugoslavia towards disaster. The crisis of the Yugoslavian state was inscribed in its very strueture: composed of six republics and two autonomous provinces since 1989, Yugoslavia eontained six official nations and eighteen national minorities, five recogn ized languages, three religions and two alphabets: Latin and Cyrillic. Created after the Se-
cond World War, over the ruins of fallen empires, Yugoslavia housed nations w ith different historieal pasts: Slovenia and Croatia formed part of the AustroHungarian Empire ; Serbia, Montenegro and Macedonia were once in the Ottoman Empire; and between the two is Bosnia-Herzegovina, se ized from the Turks by Vi en na at the end of the nineteenth eentury. The crisis has been latent sinee the death of Tito, inventor of the federalist system-the only common denominator in this mosaic of peoples. It was precipitated by Perestroika, the 1989 fall of the Berlin Wall and the dissolution of the Soviet Union in 1991. And it was in that very year when the war began, initiated by the Serb republie-the most powerful of all republics, controllers of the misnamed Yugoslavian army and, ultimately, of all these federal institutions , far removed from reality. So the war began in 1991 in Slovenia . Since 1987 this small republic bordering Hungary, Austria and Italy had turned itself around
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through Perestroika reforms: political pluralism, free-market economy, a legal state. Neighboring Croatia had followed the same path, although more gradually while Serbia opposed all reformo Bolstereo by a boom in Serb nationalism , the number two Serb leader , communist Slobodan Milosevich, demagogically eliminated their president using the " Kosovo question" as pretext and laying mines in the Yugoslavia that he claimed he was trying to preserve. In 1989, two provinces -Voivodina (along the Hungarian border in the north with an important Magyar minority) and Kosovo (along the Albanian border in the south with a population that is ninety pereent Albanian)-Iost their autonomy. They were incorporated in the Serb state in 1990. Kosovo Albanians began to suffer a terrib le repression that continues to date . They responded by electing as leader Ibrahim Bugova (the results were never reeognized ) and by boyeotting all Serb politieal, administrative and educational institutions. This coup lead by Milosevich destroyed the federal state of Yugoslavia. The Proeess of Politieal Disintegration began as soon as the Serb president di srupted the balan c e by putting an end to autonomous states . In Kosovo , a military dietatorship was in-
stalled and began to oppress Ihe Albanian majority under the guise of defending a Serb minority. When Serbia, the most important republic of the Federation , annexed Voivodina and Kosovo they took over the votes these two provinces held in the col/ective presidency that had governed the state since Tito's death. With the vote of its ally Montenegro, Serbia was ready with tour out of eight votes. Its policy of destroying the autonomy of the Albanian majority in Kosovo provoked fear and anger in Slovenia and Croatia, as well as anguish in Bosnia-Herzegovina and Macedon ia. The nationalist and aggressive program of Greater Serbia beca me apparent. Their militant nationalism awoke other nationalisms. Slovenia was the first to leave the federation at the minimal cost of a tew shoot-outs and eighty dead. Serbia was left with four of seven votes, virtual ownership of the state and the full support ot a supposedly federal army that was actually Serb. The army atlacked Slovenia over the course of a few days, then Croatia (during what were months of true war in 1991-1992) and later, Bosnia-Herzegovina (1992-1995). In each of these stages, the terror increased. That large expensive army needed lo be part of a slale . The project of Greater Serbia was appropriate lo their needs.
The Snow and the Oogs This is the title of a nove l by Vidosav Stevanovich. For the third time slnce war began In the Balkans,
j
prisoners are dying in camps and women in lorced prostitution, minefields are full of bodies . There are dogs loose all over the pla ce: "those big, black dogs that seem darker, quieter by the day." 8tevanovich shows us what one sees when foreign correspondents-expelled by the 8erb governmenthave left, when there are no more television cameras. "In the Balkans, they are not at
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moving, dead, everything that exists or could exist is kil/ed .. ." Churches, temples, mosques, cemeteries, museums, libraries. So that nothing of the Other remains, not one historie memory that could one day be used as proof. As a child, I read The Diary of Anne Frank, I saw Alain Resnais ' Night and Fog , Picasso ' s Guernica ; then I saw and could never forget Goya's works on the
atrocities committed by the French in Spain. I read and could never 10rget The Gulag Archipelago and Tales from Kolyma by Shalamov. Stevanovich's book is much the same except for the fact that it is not about some nightmarish past but about a present that is overwhelmingly present and prolonged. Hell on earth. A few years ago someone said that hell had been vacated because all of the devils were in Rwanda. Other demons continue to shepherd their black dogs through Bosnia; they are also fond 01 spending time in neighboring Kosovo and nearby Macedonia. We thought and we believed we knew it all: the white books, blue books, black books, reports by international commissions, in vestigations. We read and even witnessed on television the testimonies 01 prisoners who had been tortured, women who had been raped, living skeletons, mutilated children. Stevanovich's book includes all 01 this and more, because it speaks through the hallucinatory conscience of the executioner. Once living in exile, now bravely returned to his country, the Serb novelist reveals the apocalypse when the horsemen wander loose: "Some ordinary soldiers burn a ten-year-old girl slowly over a grill. They douse her with raki (Iiquor)to burn better. They piss. Later they sink into their
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brute dreams. And the moans coming lrom this already identified source annihilate our nights." It is difficult for me to copy these phrases. This is a book about the hell experienced by a family that delies adjectives (not even the soldiers are classifiable), a lamily disintegrating through exodus and pilgrimage. The men, I don't know if they are men or dogs, become executioners the moment they join the gangs 01 the "Captain" who might as well be the sinister Serb "hero" Arkan, denominated war criminal by the improbable Nuremberg tria!. There are many Arkans in this endless episode of Balkan bulIying . The martyrdom of the populations caught in this trap is insupportable, because Stevanovich 10rgives nothing. He dedicates his book to the victims buried alive in the catacombs of a bombed-out city mercilessly stalked by snipers for forty months: Sarazhevo . "Remember Sarazhevo ." The Serb author salvages the honor of the Serbians (there are between 150,000 and 300,000 Serb youth who have relused to serve in the military to avoid taking part in this barbarism). This writer lrom the Belgrade Circle has no illusions as to the immediate future. He knows all too well about the executioners ' somnambulism, about these "people's combatants" granted immunity by the in-
exorable logic of racial hate and the "national communism 01 war." It is impossi ble to separate the human from the politica!. The Belgrade regime is responsible. Much more responsible than some unknown Balkan curse that turns all men of that "island" into potential bullies and sadists. More brutal than even Ivo Andric, Stevanovich does not leave his readers entirely dismayed, he allows lor "a small crack 01 hope." In her basement, Maria continues to write in her diary although death is near; her dog has nothing to do with those cursed black canines; a liveyear-old boy named Cristos has been condemned to never speak again; his mysterious brother shares his misery with Ismael, an Albanian lrom Kosovo, an other pilgrim condemned by oppression. In the end, these people "who can barely hold themselves up" are the victors, those who 10rce the executioners, the black dogs and politicians to wonder "how is it that we have not defeated these shadows, these ghosts?" This book, published in Paris (Belfond, 1993), re minds us 01 another grand confession by the Serb novelist Dobrista Chosich enti tled A Time of Evil (published by l'Age d' Homme in 1990) . In this lengthy twos' -volume work, Chosich tells 01 the confrontation between communism and lascism in a human "pigsty" where the
"Yugoslavian tri bes" give this clash a special paroxysm. His novel , another communist confession, allows us to better understand what is happening fifty years later in the former Yugoslavia . Chosich seeks the uncertain border where this century's two tolitarian systems can be found. Like Grossmann and Gheroghiu, he finds this border in the offices of the black and red executioners where the tormented bodies of heretics are delivered. It helps us understand how Stalinism, like communism , was an "absolute structure" that tried to seize the soul of Russia, of Europe and of Yugoslavia-a country that dreamed like no other of being Europe. It helps us to understand not only the deadIy past written by the Gestapo and the KGB, the Chetn iks and the Communists, but also what is happening today and why this "Balkan island" is one of the most tormented spots in the contemporary world. Once again, the "dreaming assassins of dreamers" have embarked upon a session of self-destruction. Hatred feeds these violent men-a hatred invented and inflamed, one justified by all religions, by all national histories. Hatred in 1913, hatred in 1941, hatred in 1991. Like Dostoyevsky, Chosich offers us the legend of a great inquisitor (Peter, the Czech, "believer" and inquisitor of the last great Christian sect,
Bolshevism) a new version of the "possessed", these inhuman men that continue to leave bloodsta ins on our post-Christian , postmodem and post-communist history. A friend writes that the sun shines in Sarajevo, that the streets are full of people who have come out to enjoy the sun-despite the intermittent retum of tension and snipers . And he quotes for me with indestructible hope the "demented verse" of the great Serb poet Niegoch: "May that which cannot be, become! May peace come!"
<nI_
N o T E s: ' Vassili Grossmann.
Ute and Destiny (written in 1962,
published in 1980). Verghil Gheorghiu . The Twenty-tifth Hour. The first is Russian , the
second is Rumanian . 2
The story af a nan -cammunist,
anti -Nazi guerrilla.
P • 9 e s
28 - 31
Some Years are Worse lhan Others ••• Zi/I
Triaha Trisllo Ziff liv~d
ill
D~rry
Cityfrom 1981- 85 and
is the author alld editor of Stlll War, Images from Northem Ireland ill 1990, New AmstertUun Pr~ss,
USA. She
writes, curales
alld lives with her family in Los Ángeles.
She is curalor of Cercanías
Distantes-an exhibition of Chicallo, lrish andMexican ATt which will op~n
in Mexico
CiIy at the Carrillo Gil in February 1997.
The marching season begins in May and lasts the entire summer in the North of Ireland; it is a time of heightened tension when any blurring between the two communities' is redefined and heightened, sectarian attacks against the nationalist community are at their worst. homes are attacked with petrol bombs, Catholic schools burnt and random sectaria n murders take place. So me years are worse than others .... The Loyalists, members of the Orange Order and the Apprentice Boys dress up in their Sunday best, don their dusted bowler hats and sashes to celebrate the historic victory of King Billy, (the Protestant King William IlI's defeat over Catholic, King James at the Battle of the Boyne in 1690 and to ackn~wledge the heroism of thirteen protestant • Apprentice Boys who despite imminent starvation kept the siege of Derry going against King James through the previous year in
1689. The Orange men march through Nationalist neighborhoods, not their own, as-
serting their ascendancy, their dominance over these communities, history is regurgitated, an excuse to indulge in crude tribalism, at the expense of the minority community. Assisted by the force of the local Protestant police, (the Royal Ulster Constabulary- RUe), they ignore the democratic wishes of the local communities. The RUe backed by the strength of the British Army move into Catholic neighborhoods and build barricades, imprisoning people in thelr own streets. stopping them from going to work, shopping, getting to hospitals ... creating with the use of force the possibility for the Loyalists to then parade through the same streets. It is a provocative act to say the leas!. This is no fiesta ... and whlle a toleran ce towards the Orange Order has been fostered since the inception of the peace process by many nationalists in order to build bridges between the two communities, these efforts to create dialogue have little possibility of developing as long as the culture of Loyalism refuses to recognize
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the rights of Nationalists, respect their separateness and equality and take their parad es else-where. Loyalism with all its bigotry and intolerance has been built on the back 01 a colonialist ideology and functions at the expense of the minority community. These marches would have no purpose, no reason to take place if it were not to assert their dominance. Events this summer took place after the fragile beginnings of dialogue between the communities on a local level, despite the refusal at an officiallevel of the Bntish govemment to participate in peace talks and acknowledge the cease-fire which had been initiated by Gerry Adams in 1994 . Loyallsts marched as they always have, through the streets of the Nationalist barrios in Belfast, Belaghy, Derry and Newry refusing to take into account the wishes of local residents to take thelr marches elsewhere . The wor1d saw dramatic images 01 the siege of Garvaghy Road in Portadown which ended wlth the Rue forclng an Orange Parade through a nationalist area which had been under attack for several days. These photographs are from a series by Derry photographer Jarlath Kearney. They were taken in August '96 when the Apprentice Boys of Derry marched through the city and around the Derry walls reenacting
the siege and the heroics 01 the ' martyred ' Apprentice Boys. Derry City is a dominantly nationalist community, yet Orange men mobilize in their thousands coming Irom all over the north 01 Ireland and Scotland to take the city walls and claim them as their own. They beat their drums as though in triumph and throw missiles down Irom the city walls onto the nationalists living below in the Bogside, taunt and jeer at the peopie, reminiscent 01 the days belore 1969 when they threw pennies down Irom the walls into the 'slums' 01 the Bogside below. This is neither spectacle nor is it a "Iolksy' reenactment 01 history, but a macabre clinging to history in order to maintain and reassert a superiority which manilests itsell economically, politically and culturally through out the north 01 Ireland. This year on July 14th, (a month earlier) the RUC had invaded Derry city center and closed 011 streets; what appeared to be a regular Friday night , became mayhem when young peopie began leaving their local clubs and pubs, only to be ambushed by waiting RUC in lull riot gear, where they were attacked with plastic bullets . The RUC admitted liring nine hundred plastic bullets that night. Two hundred local residents were injured and Dermot McShane a young man returning home was killed.
The Apprentice Boys March took place lour weeks later, tensions remained high . Yet despite the appeals 01 local community leaders the Loyalists were determined to marcho Photographers lrom around the world descended on Derry prepared lor a spectacle, looking lor drama and action, the return 01 ' the troubles,' 'the failure 01 the Cease-fire' -one could imagine the headlines in that week's Time, Newsweek, Paris Match . There was not a spare room to be had in the city 's hotel. However, due to local efforts and the restraint 01 the community, there were no images of rioting, no burnt . buses or masked youths .. . The only violence which took place was by the RUC, and in the lace of provocation, Nationalists turned their backs on the marching Apprentice Boys in silent protest ( see photograph). Since then, lo cal communities have drawn up guidelines lor the luture, with the idea 01 developing community negotiations season, it remains to be seen il the Loyalist tradition can step outside its sectarian past and rein vent itsell in order that these marches become the public holidays , the liestas they purport to be.
NOTES:' Two communilies relers lo the Loyalisl community Ihe majority 01 whom are Protestant and maintain an allegiance to the British crown and Ihe Union with England, and the minority Nationalist community the majority of whom are Catholic and see Ihemselves as lrish and look lowards reuniling Ihe island 01 Ireland. Jarlath Kearney is a Ireelance photographer and mem ber 01 Ihe NUJ living and working in Derry __1I"'!!~~e~:..._~~ City.
TRAN S L A TED
P a 9 e s
B Y
RI C H A RD
M OS Z K A
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Africa: a Common Ground Estela Trevi単o
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In the complex geography of the African continent, tribal rivalries combine with religious conquest, the bad aftertaste of colonialism and a prolonged drought. Ethiopia, Mozambique, Somalia, the Sudan and Rwanda have been the stage of numerous inter-ethnic armed conflicts as well as massive exodus in which hundreds of thousand s of people have fled from their homelands to neighboring countries. Starting in the sixteenth century, Portuguese, Dutch, Spanish, German, French and English sailors founded small commercial ports in what was then Guinea. France and England occupied not only Guinea but many other territmies of the African interior in the late nineteenth and early twentieth centuries. The English adopted a system by which tribal institutions were left unchanged unless they went against European moral s or were incompatible with their British counterparts. By contrast, in French colonies the intention was to transform the native into a sort of "black Frenchman." Located in central and south-eastern Africa, these countries possess similar geological and climactic characteristics. Three-quarters of the land is arid. Land for crops and grazing is restricted to a southern plateau. The abundant extraction of precious stones contrasts with the inhabitants,
precarious living conditions. Autochthonous beliefs and the national Christian churches (neither Catholic nor Protestant, but rather similar to Egyptian Coptic) predominate, but there are also a great many Muslims and Protestants. The situation in these countries is just as unstable today as it was in the nineteenth century at the time of the colony. In 1991, Kenya played host to the first exodus of Somalis and the Liboi Refugee Camp was created. Ayear later, around five hundred thousand Somali refugees had settled in various camps overseen by the United Nations High Commission for Refugees. The cause: conflicts known as "clan warfare.路 In Mozambique, drought and the ravages of civil war forced one million seven hundred thousand people to seek refuge in six nearby countries. The situation was no les s drastic in Rwanda and Burundi: the assassinations of their presidents in 1994 helped revive centuryold clashes between Tutsis and Hutus. Two hundred and fifty thousand Rwandans fled on April 29, 1994. By July, their number had doubled. In 1995, the camps numbered five hundred and eightythree thousand refugees. The persistence of widespread human rights violations in Burundi and Rwanda has provoked the flight of hundreds of thou-
sands. Even without reaching the levels recorded during the 1994 genocide, extremely serious human rights violations are still taking place in Rwanda. The situation in jails continues to be a reason for concern. Seventy thousand prisoners were being held without charge or trial, under intolerable conditions. More than two hundred thousand Burundien refugees and approximately one million seven hundred thousand Rwandan Hutus are still living in refugee camps in Zaire and Tanzania. In the camps of Burundi there are tens of thousands of Rwandan refugees. Today, after a fruitless week-Iong trek, there are seven hundred thousand Hutus lost in the forests on the Rwanda-Zaire border, trying to get back into Rwanda. On July 29, 1993, a Kenyan cabinet minister denied before his country ' s parliament that Somali refugees had been raped, declaring that (the rapes) had been reported only to attract attention and give the government bad press. He backed his statement by saying that no official charges had been filed with the poliee (Daily Nation, July 29,1993). Nevertheless, testimony exists that contradicts his statement: My name is Halima and I came to Kenya from Kismayo, Somalia, crossing the border through the
countryside. Our parents rode on camelback and we fo/lowed them on foot. My younger brothers died while we were crossing the deserto We ran into the police in a deserted area at the border near Liboi. They separated the women in our party; they took us behind some bushes and raped uso Our parents complained and cried but couldn 't help us; the poliee held them at gunpoint. Later, a white man from the United Nations arrived by car to the place where our parents were and asked them if they had experieneed any problems. They told him their daughters had been taken from them. When the police saw the man, they left. Then a policeman took us baek to where our parents were and we told the man that we had been raped. When he saw the dirty yellow liquid, the fluid on our bodies, he got very angry and confronted the poliee, asking "What have you done to these people?" The poliee then insinuated that we were bandits and had entered the area iIlegal/y. The man took us to Liboi where we talked to the police commissioner, who asked us to identify our attackers. After this we were taken to a hospital and bathed. We were registered in
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the Hagadera Refugee Camp and settled there. Some time later I found out I was pregnant. People started treating me bad. They told me I should induce a miscarriage by taking some medicine or drinking water mixed with detergent. Despite all their urging, I never tried to aborto I was ashamed when I gave birth. I didn 't go to the hospital beca use they would have said that my chi/d was black and asked me for his father's name. I hardly knew the woman in whose house I gave birth . She was my midwife. I was there for a week before the neighbors found out and started spreading rumors about me. When I speak to people about my problems, they sometimes find them ridiculous, but others feel sorry for me and tell me that since my chi/d is black and the son of a Kenyan , I should get rid of him. I can 't go back to Somalia now because /'d run into people who knew me before, childless, fat and beautiful. I don 't think I could go back: people would talk about the baby being black and the son of a Kenyan. As a matter of tact, when I see Kenyans, I am paralyzed. That 's because of the problems I've had with them. I cry all day ... but alJ I ask of God is to let my son grow up big and strong enough to walk.
Fazal Sheikh was sent by the United Nations High Commission for Refugees to document this painful situation. For two years(from 1992 to 1994)-he travelled accompanied by two reporters, a cameraman and six rescue specialists. On his first visit, a United Nations Public Affairs official spoke to him about the twenty five thousand refugees in the camp, and more precisely of the case of "unaccompanied minors", some twelve thousand youths between the ages of eight and eighteen who had been taken from southern Sudan to Ethiopia for "training ." Shortly thereafter, words like "unaccompanied," "orphan" and "suffering" came to obssess Fazal. Assumed kidnapped by members of the Sudan ese Popular Liberation Front and taken to Ethiopia , these youths were trained to attack the mostly Islamic Sudanese government. The United Nations spokesperson argued that the students had been manipulated by their "teachers." The tragedy in refugee camps and warzones is evidento Many photographers have captured the horror in an atternpt to focus public opinion on an inhuman truth. Fazal Sheikh 's strategy is different. His work expresses a vision that speaks to us of an individual's will to survive in the midst of misery and barbarity-not of
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a moment expressed as horror, but of a reality of orphans, cripples, young widows and victims of rape, struggling to survive for a future that is uncertain but. in spite of everything, hopeful.
TRANSLATED FROM THE PDRTUGUESE BY FÁTIMA ANDREU P a 9 e s
Antonio Conselheiro: The portrait of death 1 Boris Kossoy In 1889 a true cultural revolution sponsored by the elite of the Brazilian society takes place in the years following the Proclamation of the Republic. In those first years of the new regime there is an imperative need to exalt the symbolical content of the terms arder and progress. Photography will be remarkably useful as documentation and for the ideological propaganda of the urban transformations occurring in the country ' s main cities in their yearning for modernization. As well as for the pOlitical uprisings that spring up at the time. The episode at Canudos,' incident to which a politicalideological connotation is atlributed by the government is an interesting exampie of such a mentality. It was really a question of destroying the village of Canudos , in the inland part of Bahia, inhabited by thousands of all kinds of country people, led by Blessed Antonio Vicente Mendez Maciel, commonly known as Antonio Conselheiro or Bom Jesus Conselheiro. For 20 years, between 1876 and 1896, the Coun-
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sellor roamed through the Northeast interior and gathered a large group of "followers" who would later become the population from the settlement of Canudos; a adobe village built in a tracing of alleys and narrow lanes. The increasing sympathy arisen by the Counsellor among the poor of neighboring villages was matched by the landowner's fear of plundering. It did not take long befo re the press warned OF the political danger posed by those fanatic "Enemies of the Republic" . Between 1896 and 1897 Canudos resisted four military expeditions , in which 12,000 men participated . The implementation of strategic principies of combat were of no help to the regular forces when faced with the slyness of the sertanejos" response (despite the fact that they had nothing more than homemade weapons)-true guerrilla warfare for which professional military were not prepared. It was not until the last incursion, after violent battles that Canudos succumbs tragically: .. . .. it fell on the 5th day, (October,
40·45
1897), at sunset, whent the last defenders , four of them, an old man, two wounded men, and a boy died, facing five thousand furious roaring soldiers.'" It was absolutely necessary for the new regime to glorify the bravery of the government forces liberating the country from the fanatic followers of the "monarchist" Antonio Conselheiro. It fell to the Federal Government to produce an appropriate "reading" of the Campaign of Canudos tor their citizens according to their vision of the triumph of "good over evil". Months later, in Rio de Janeiro, the urban man, removed from the bloody events in the Bahia interior, filled his moments of leisure "witnessing" scenes of the "War of Canudos taken right at the battlefield by the expeditionary photographer Flavio de Barros ... " by means of "electric projections" in Gon<;:alves Dias 46, as reported in a local newspaper. The announcement also said that, among the twenty-five photographs that made up the show [sic). the audience could see "the genuine and faithful portrait of the fanatic Counsellor, photographed on instructions of General Artur Osear ... '" Of the pictures repro duced here' none show moments of action except one entitled .. Jagum;os" captured by cavalry", and which looks more like a na'lve set
up ... Other images lend themselves more to the portrait of the "heroes" of the federal forces, after the slaughter, sitting proudly for posterity. Some others even show the actual destruction of the village. Two of these pictures are rather significant: in one of them titled "400 captures jagunr;;os," in spite of the faulty technique and its bad condition, one can observe an air of constraint, sadness and fear in the people, who were , as much as can be gathered, mostly women and children. The last picture through photographic evidence and according to the purest matter-of-fact spirit of the time attempts to demonstrate that order was finally restored; the picture of Conselheiro appears as the definite testimony: the death certificate of evil which affected the newborn Repu blic. The pen of Euclides da Cunha gives a meaning to death' s portrait:
nowned and barbarian" agitator. It stinked. Wrapped in the old blue American cotton habit, his hands crossed over his chest, his visage swelled and squalid, eyes sunk full of dirt. It was carefu/ly unearthed. Precious gift, the only prize, remains ... of such a war!.. . It was photographed later and an act was drawn up asserting his identity: it was necessary to convince the country that the most terrible antagonist was finally extinct."9 No T ES :
144
text
was
the author ' s work: "Estética, memoria e ideologia lotogrélicas: decilrando a realidade interior das imagens do passado". Acervo, Rio de Janeiro, National Archive, v.6, n. - jan/dec 1993. 2
As to the history 01 Canudos
see the classicaJ work by Cunha, Euclides da. Os Sertí5es , 22 ed., Río de Janeiro, Livraría Francisco Alves, 1952. The lisl editío n 01 this work ís Irom 1902. 3
Conselheiro's body "Before dawn that day, the commission express/y chosen had discovered the body of Antonio Conselheiro. It was found, thanks to one of the prisoner's advice, in one of the huts next to the shed. Once the thin ground layer was removed, he appeared in the sad shroud of a filthy sheet on which pious hands had scattered some withered flowers, Iying on an old wood mat, the body of the "re-
'This
abridged and readapted from
Facó, Rui. Cangaceiros e
fanáticos; genese e lutas. 7de. Rio de Janeiro , Civiliza<;:ao Brasileira, 1983, p. 125 • The inhabilants 01 the Sertao, a winterlander semi-arid zone in the
north-east
01
Brazil
(Translator's note) Cunha, Euclides da, op. cit., p. 541-2. After the slaughter, the
5
federal lorces were worried about the complete demolition 01 the hamlet: "On the 6th they linished dismantling the group of huts, 5 ,200, carefully counted" . 6
Gazeta de Notic ias. Rio de
Janeiro, lebruary 2th, 1898, p. 4.
The complete name 01 the phog-
tographs, most 01 them were
rapher was António Flávio de
laded and in very bad condi-
Barros, 01 whom we have litlle
tions. It was an album with the
relerences. He had a photogra-
handwritlen title "Canudos" in,
phy studio in Salvador around
with no identifications 01 the
1890 and, at the beginning 01
photographer, only the images
the century, he advertised his
were identificated . [see "note
establishment as "Photographia
about Ihe pictures]. 1, linally, had
Americana" on Rua da Miseri-
the chance of taking a look at
cordia, 3, according to evidence
the scenes from the dramatic
in the Almank Administrativo, in-
episode narrated by Euclides da
dicador, Noticioso, Commerical
Cunha, that led to his masler-
e Litterario do Estado da Bahia
piece Os SertOes, a survey of
para o ano de 1903, p . 511.
Brazil 's history that would lead
The photographs Irom the battle
Mario Vargas Llosa, nearly 80
01 Canudos are attributed to
years later, to write La Guerra
him; it is not possible to know il
del fin del mundo, for which he
this "expeditionary photograph-
obtained lavorable comments
er" was at the site 01 the battle
Irom the critics.
on his own account or hired by
• The followers of
the government. The lact is that
Antonio Conselheiro
there is some relerence to the
were known by this
activity Irom another photogra-
name. (Translator's
pher, Juan Gutiérrez, a Spanish
note)
citizen settled in the country,
9
owner 01 the "Companhia
da,op. cit., p. 542
Cunha, Euclides
Photographica Brasileira", a well
(underlined by me).
known studio in Rio de Janeiro in
This text c an be
the 1890's, who might have par-
found also in Susan
ticipated in such an episode
Sontag. On photogra-
and may have been killed when
phy. New York, Farrar,
the slaughter 01 Canudos hap-
Straus and Giroux,
pened. Such relerence comes
1977, p. 196.
Irom Ferreira, Orlando da Costa, Imagem e Letra. Sao Paulo , Melhoramentos / EDUSP / Secretaria da Cultura, Ciencia e Tecnologia, 1977, p. 250 and was reproduced in my Origens
e expansao da fotografia no Brasil; século XIX. Rio de Janeiro, MEC / FUNARTE, 1980, 74-5 7
In December 1978 I was in
Bahia, doing research in the Instituto Geográlico e Histórico de Bahia, when I came across an old album with a red leather cover, that contained 68 pho-
145
TRANSLATED
BY
t.AICHELLE
P • g • s 48 - 80
SUDERt.AAN
1
O,
Servants
God
Offenses and Amends P..atricia Gola / Alfonso Mora es 1921. A dynamite bomb explodes in the Basílica of the Virgin of Guadelupe. Candelabras, receptacles and urns tumble to the ground but the Virgin's image is unharmed . The Chief of Metropolitan Police Reserves believes the attempt was a cunning trick to sow outrage among Catholic!? In condemnation of the act. a massive protest demonstration is organized in front of the Cathedral. 1923. In violation of the law, Monsignor Ernesto Filippi
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presides over a ceremony to lay the first stone for , a monument to Christ the f King on CubiI lete hill in GuaI najuato and is deported from the country. 1925. With government support , an attempt is made to found a Mexican schis, ,
matic church, detached from the Vaticano The National League for the Defense of Religious Freedom-a country-wide clandestine organization-is founded. Confrontations occur between members of the Regional Confederation of Mexican Workers and Mexican Catholic Action Youth. Seventy-four monasteries and convents are closed during this year and the following one. 1926. The "Calles Law" reforms come into force, obliging all priests to register in the Ministry of the Interior. The Mexican episcopacy, backed by the Holy See, decrees the suspension of worship services. With all legal channels for negotiation closed, an armed conflict is launched on July 31 with the objective of deposing the government and instituting a regimen favoring absolute religious freedom . 1927. The Mexican capital is transformed into the covert setting for secret masses and clandestine meetings . The Cristero rebellion spreads to Jalisco, Colima, Michoacán, Guanajuato, Zacatecas and Queré-
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taro states as well as to surrounding areas. For the next two and a half years, Cristero contingents wage a bloody and merciless battle against President Calles' army with its troops that number as many as fifteen thousand soldiers and a perfect command over battle tactics . The execution of Víctor Segura Vilchis, Father Agustín Pro and other accused persons unleashes the ire of the Catholic congregation. 1928_ The League contests all initiatives from the Episcopacy's moderate sectors that tend toward the seeking of peaceful solutions to the conflict. On July 18, General Álvaro Obregónreelected the President of the Republic-is assassinated in the restaurant La Bombilla in San Ángel , at the hand of cartoonist José de León Toral. 1929. Under President Emilio Portes Gil, "arrangements" ending the conflicts between Church and State are signed . Some members of the Cristero movement, speaking of treason, refuse to lay down their arms. 1931. On December 12, a million parishioners celebrate the 400th anniversary of the appearance of the Virgin of Guadelupe . The images of those who died in the Cristero wars are circulated as martyrs.
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• The family moved to Mexico City in 1911. Pepe was eleven years old , he grew along with the century. In Mexico City, just as in Monterrey, Pepe and all his siblings pursued their studies in Christian schools. • From that moment on he went to mass in the Holy Spirit Parish . There he met an elderly gentleman-both virtuous and good-named José Mendizábal; Pepe became his friend and José began presenting him with so many gifts and taking so much interest in him that he wound up not leaving Pepe a single free moment. • He says the rosary every day: Mass, holy communion, the usual bedtime and morning devotions, and time for mental prayer with an examination of the conscience. • So , happy and content, always devoted to his work, to religious practices (for he was always very pious) and to playing soccer-which had such a positive effect on his whole life-he reached the age of 22. From that time on he began to feel an inclination toward marriage, as he expressed to his mother whom he consulted on this topic as on all matters, for he never kept any secrets from her. • In July 1926 and as a consequence of the law against worship services put into ef-
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Memories 01 a Resigned Molher Ma.r(1l Toril' fect by the Government presided over by General Plutarco Elías Calles, the League for the Defense of Religious Freedom was formed . (oo.) thanks be to God there were many peopie who were brave to the point of recklessness . The Pro brothers were arnong them. They never rested . • The League continued its fight through other means. For example, they made more than a thousand balloons and distributed them to a like number of houses in the city. They too k one to Pepe with its corresponding note explaining how to inflate it and when it ought to be used in order to release it at twelve noon on the dot. And with admirable precision, a huge number of balloons could be seen to rise up and fill the skies at that time. Once they reached a certain altitude they broke like a small reservoir, releasing a rnultitude of light scraps of paper bearing propaganda.
light of his parents he entered San Carlos Academy. His father told him to never miss the class held from 11 to 12 o'clock because it was the most important one, and if he had any tasks to take care of, that he should advise him or entrust them to his brother Federico, but that he should never sacrifice going to the Academy. As he consulted his mother on everything, he expressed his doubts to her on whether he would atlend the class on nudes.
• Pepe's passion was drawing and painting. To the de-
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ried than usual. He came home after four in the afternoon and hardly ate. He said he felt very fatigued. He went to bed and fell asleep immediately. • "What has happened to bring you here at Ihis hour, Mother?" "1 am so anxious," she said, "that I don 't know what lo do with myself. I came to tell you to pray to the Lord for the sake of Pepe who must be suffering immenseIy right now. They have imprisoned him for the murder of Obregón." • "Who made you do it?" General Calles asked when Pepe was brought before
~~e:'7him. "1 worked alone," answered Pepe, "so that Christ's reign in Mexico be absolute, not partial." • He prepared himself Ihrough prayer between July 7 and 16. With complete faith and fervor, he asked for two signs lo prove it was God's will that he kili Obregón: first, thal noone prevent him from entering the place where the deed must be done, and second, that a single bullet wou/d strike the heart so he wou/d know Obregón had been saved. And both things were conceded him by the Lord.
• Humberlo (Pro) was the head of the League in Santa María. Pepe later occupied this post. When he was nominated he devoted himself to this task heart and soul; he never resled. • On Sunday, Ju/y 15, the day of Obregón's entran ce into Mexico City, María noted her son to be more wor-
Along the way she never ceased to beg Our Lord God that He stand by her and place in her mouth the words she musí speak the moment she saw her son. When she enlered the cell, Pepe appeared upset, his eyes wide open and anxiety painted on his face: fearful, as he later said, that his mother wou/d not be able lo bear the sight of him at such a moment. But Our Lord he/ped her and instead of crying and wailing, she said as she drew near to him, "So now my son is going to heaven? How lucky you are!" • "Molher, I offer lo pray lo Our Lord God for your sake, for my falher's and for Paz so He mighl give you strength and resignation, and He surely will because He grants me everything I ask of Him. Have you not noticed that I am going to die on Saturday, a favor that I have always asked of Him and yearned for ardently?" • The priest and the doctor who prepared Felipe's body and laid it out called María over, saving, "Come, and befo re we begin, kiss the brow of a saint." Excerpted lrom Memorias de María Toral de De León, madre de José de León Toral (The Memoirs 01 María Toral de León, Mother 01 José de León Toral).
• The fatal day arrived. On Friday morning, after Mass, María went lo see her son.
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Prologue by Salvador Abascal. Mexico City: Editorial Tradición, 1972.
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III
Ihe
Emperor 01 Ihe Assyrians José Emilio Pacheco
José Emilio Pacheco (Merico City, 1939) is afiction ",riter, literary critic, poet and translator. In 1958 his ",orles La sangre de
Medusa (Medusa's Blood) and La noche del inmortal (The Night of the Immortal) ",ere published, follo",ed two years later by two volumes of short stories, El viento distante (The Distant Wind) and El principio
del placer (The Pleasure Principie). His most remarkable ",ork to date is perhaps Las
batallas en el desierto (Battles in the Desert; Era, 1981). His complete poetic ",orks "'ere published in 1980 in a volume bearing the title Tarde o temprano (Sooner or Later). Since then, the author has been adding ne", titles to this listo The story that folla",s ",as included in the
Antología del cuento cristero (Anthology of Short Fiction on the eristero Movement), edited by Jean Meyer and Juan José Doñán.
THEY CAME FROM the desert and they were not like us o They flooded our land with their cavalry , bathed our mountains in blood, filled our valleys with corpses, took Christ the King from the altars oLord, look at the arrogance of the Assyrians and have pity on your servant. God, my God, hear me. You have executed heroic deeds, made the past, what is happening now and what will follow. Behold me here . AII paths are open before You . See the Assyrians boasting of their powerful army, glorying in their horses and their riders, exulting in the strength of their infantry, but in You they have not recognized the Lord of Battle whose name is Yahweh. Break their violence with Your might, in Your anger bring down their strength . For they have profaned Your holy places and defiled the Tabernacle, the resting place of Your glorious name. Observe their arrogance, release Your fury upon their heads , grant the least of Your servants the needful courage to execute your designs. Your force lies not in
the brave: You are God of the humble, the help of the oppressed, the support of the weak, the refuge of the forsaken. the Savior of the despairing. Hear my prayers at this hour. Let me sever the head of the Assyrian Emperor who came from the north with a multitude of troops. Grant me that I might annihilate him, AImighty God. He will not be felled at the hands of warriors. he will not be wounded by Titans nor defeated by haughty giants. 1, the weakest of the humble, will make the Assyrians shake with fright . The Persians will tremble at my daring and the Medes will be astounded by my temerity. I am hardly worthy to be offered you in holocaust. Grant that I m ight annihi late him, Almighty God . And that I might be a martyr for Your eternal glory.
Rlo Piedad, La Lama Park. the new boulevard Insurgentes , the cornfields. the pirules, the ash trees, the brickworks , Mixcoac. the blue Ajusco mountain on this very clear day. And below it: San
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Ángel ; and in San Ángel I know what awaits me. He does noto He is oblivious to the fact that I have been following him since his return. From Colonia Station to the Obregonistas center, from the Center to Asturias Park, from Asturias Park to his house at number 85 Jalisco Avenue. And all that time I told myself: when it is least expected I will be the arm of God to colleet in vengeance what spilled blood demands. But the doubt, the indecision, the cowardice, will they ever leave me? Will I tremble? The taxi driver watches me in his rearview mirror. No one goes to San Ángel in taxi and I didn't tell him exactly where he should take me . Could he be an agent? After all of the attempts on Obregón's life , they must be guarding him. The entire city knows that "the Crip" is in danger. I've heard it time and again from many people . How could they know if I've told no one what I am going to do? There are so many things I don 't understand. AIII know is God has chosen me and in the Book of Judith was written what I am now preparing to do. Everyone knows about it, everyone expeets it. And 1, on the other hand, don't even know if Obregón is in the Treppiedi or in La Bombilla. I will find him, I will bring the hand of God to him . I am going to die. I shouldn ' t be afraid. It's a great comfort to know the
hour of your death. They'lI only know my name from the initials engraved in my ring : J.l.T. Justice Levels Tyrants. I feel regret for my parents who are such good people. How they will suffer as will Pilar and the children. But how proud Madre Conchita will be. My Lord , forgive me. It is sin, it is vanity, it is mad to think that the opinion of Madre Conchita is the most important at this moment. Deep down inside she never thought me capable of doing that which not even the bravest men such as Carlos Castro Balda, not even the martyrs such as Segura Vilchis and Tirado Arias, could do. FATHER Pro was a saint. Miguel Agustín Pro will be watching me from his eternal glory. If they had not assassinated him I would not be on this journey from which I will never return. I always admired him, I always wanted to be like him. He had all of the best qualities; non e were bestowed upon me. I was not even willing to spill my blood or the blood of another for Christ the King . But loo k at how things have turned out , Father Pro . 1, who never scored a goal for our team, who in flights always turned the other cheek, who was weak in body and spirit , now I am about to execute the Emperor of the Assyrians , the most powerful caudillo who has never lost a battle. He is an assassin, ha is
an enemy of Christ the King . But is he any less an enemy than Calles? And yet he is human, and lika me he has a wife and children who share none of his guilt. Poor little things, how they will suffer for what I am going to do. I would like to ask their forgiveness. They say that he is
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fierce, intelligent, kind; and they say he can be generous and wants to end the persecution. No, nothing will change as long as he is alive . This is what Madre Con chita made me understand. She has never given me orders. The only order I received came from God
and was written in the Book of Judith. God has eh osen me because of my faith as an arm of his justice. I am no longer myself. I have ceased to be José de León Toral , I will never again be that mano Now I am everyone, I am more than myself. I am the Cristeros in the countryside, the young boys in the cities, the martyrs, those who have been tortured and imprisoned. I am the Communion of the Saints, the everlasting Faith that will survive this persecution to become stronger, as it did when it survived the Colosseum. AS I get closer I become less afraid. How strange . Did I bring everything: pencil, sketch book, .22 Star pistol? Manuel Trejo gave me the pistol. He works in the army ' s factories. Father Jiménez blessed it. Do they know? Could they not know? 11 they knew, those 1rom the League in Defense 01 Religious Freedom would have come with me to kili him. They would take care that nothing could go wrong. Or, better yet, they would have sent someone with experience, a brave man like Carlos Castro Balda. But not me, not "Little José", whom no one has ever taken very seriously. Of course, it makes sen se. 11 they knew they would have come with me, there would be other cars like there were 10r the Chapultepec bombing. Or could that be the very rea-
son they have left me on my own? How strange. My Lord why have you taken away my fear and replaced it now with distrust? Lord, it is another test: You do not believe me worthy. I realize this: I am not worthy of the task with which You have entrusted me . I know that I have not been anyone nor will I be. But I was bom tor this day, Lord, to be an instrument tor your justice on this day the seventeenth ot July 1928. You guide my hancLand the martyrs ot faith are with me . It is too late to turn back, too late tor me to doubt, although I have doubted everything but You. I never had will to do anything, I never wanted to harm anyone, I was never what I tried to become: a great artist, a good soccer player, a warrior tor Christ the King. ANO IF THIS was an enor-
mous trap into which we, moved by taith, all 1ell? And if no one, not even Madre Conchita, knew who we were really serving, who would benefit from Obregón's death at the hands of a Catholic militant? Who said in public that "the Crip" will never return to the presidency, who has men everywhere, who pulls all the strings, listens in on every conversation, reads our thoughts, spies on our acts, knows how to guide us without us realizing it, knows us so well he can make us
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move any where on a whim? No, no, no, no. It's normal; under these conditions the persecuted even begin to suspect one another. We ask ourselves where the money comes from for the arms, for the safe houses, for the Mass, for so many people who live on nothing. But today, more than ever before, I must reject the doubts and dispel my suspicions of people that I would never wish to harm not even with my thoughts. If I doubt I will never act o Judith did not doubt in the Assyrian camp o The Lord sends me doubt to tempt my strength before the ultimate test. HOW MUCH? Here you go. Thanks . Good afternoon . How strange. I thought there would be guards, I was afraid they would frisk me at
the door. No one is here. I walk up to the bar, order a beer. I drink it. I have never liked beer. I ask around for a Cristero killer, General Satumino Cedilla, for exampie. I don't know, he must be at the banquet the Guanajuato congressmen are throwing for the President eleet? Where? In the main gazebo, of eourse. It looks like a giant cabin and it reminds me of something, although I am not sure what. Music comes from over there. How strange, it's that little song Madre Conchita likes so much: "1 passed under your window / and you threw a lime at me. / It hit me in the face / but the real wound you cannot see." I walk right into the cabin being stopped. I take out my sketch book and begin draw ing faces. My pulse does not falter . Yes , of course there are cops here. Those seated at either end of the table are guards , I know them by sight. There's Obregón. Up close he's not the monster I' d imagined . And he doesn't look so old. He seems like a nice persono Why is he so sad? What is he thinking? That man-it must be Fausto Topete-keeps staring at me and looks around for someone. The usual guard is not there. l1's unbelievable but anything is possible. Before Topete can ask me what I'm doing, I show him my sketches. He points at one of them without speaking to me . I tell
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him : "I'm going to show them to the General" I make my way behind the chairs, through the flower arrangements that seem like grave covers and read: From the Guanajuato Congressmen in honor of General Alvaro Obregón. Excuse me , please. Excuse me , thank you. Now the thunderbolt of battle, the General who has never lost, is before me . Aarón Sáenz is next to him . Obregón looks up at me . I've done a quick profile of you. He looks at the sketch. He likes it. He smiles. How nice. He didn't have to smile at me. He could have been arrogant like Topete. What a shame . But it's too late . Behold me here, Lord. I take the sketch book in my other hand and pull out the gun . That one who opened his mouth must be Ezequiel Padilla. The music is all that sounds . And now quickly, quickly. First in the forehead, then the other bullets spraying the body. What an uproar! It is as if everyone was firing in unison oAnd Obregón falls face down, his body sliding from the chair, what horror, all that blood and they ' re shouting and they're beating me . Thank You tor granting me the strength, Lord. That I might be a martyr for Your eternal glory, my Lord. And what will Madre Conchita think of me? What will she think of me now?
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In memory of Teresa Ramos
Spaniards Antonia Martínez and Alonso de Casas' first child born in Mexican territory made his appearance in this world on May 1, 1572 at the San Eligio mansion on Tiburcio Street , Mexico City, along the route to the convent of Regina. Eduardo Enrique Ríos, one of his best informed biographers, has written that the boy in question, Felipe de Jesús-the son of a merchant who regularly joumeyed to Acapulco to trade in the valuable cargo of musk, dishes, thread, stirrups and colored stockings that came in on ships from Peru and the Philippines-passed a childhood free of wants or worries. A pupil expelled from school and an inconstant silversmith's apprentice, young Felipe reaehed adulthood without showing any signs of wanting to settle down. Neither scoldings nor Christian indoetrination had been able to combat the demons of dissipation and idleness. But this misereant with neither trade nor wage -cause for his father's eoneem and his mother's sleeplessness-was destined to be one of the ehosen few. He straightened out his crooked life to the point of donning the Franeisean monks' habit and devoting his life to rendering service to his creed, joining the bonzes of Luzon and beeoming an intrepid evangelist among the pagans of
lhe House 01 Ihe Fig Tree Alfonso Morales the Far East. The end of his earthly days arrived February 5, 1597 in Nagasaki, Japan. Atop a hillock in a wheat field, Emperor Taico Sama's death sentenee was earried out on twenty -six erosses raised for the martyrdom of a like number of friars guilty of preaehing to the people of his empire. Thus began St. Felipe de Jesús' eternallife, and his soul's aseent to heaven was attested to by his body-whieh had not begun to decompose a month after being erueified and speared-and sweet face before whieh the erows from eating. On the other si de of the world in his parental home , the
of his aseent was made by way of the dead fig tree that had at one time shaded the patio. "We are more likely to see this tree grow green again than we are to see Felipe sainted", had been his blaek nursemaid's eonfident predietion when she found out that a reprobate of his stamp had entered the order of barefoot priests. And it was from that very moth-
eaten trunk that new branches had sprouted, communicating and celebrating the message from the heavens: Felipe de Jesús was the first Mexican-bom Spaniard with a halo over his head and with a license to perform miracles.
books and writing, as Vicente Riva Palacio attested at the outset of his version of the legend, anthologized in Cuentos del General (The General's Stories , 1896). This is how traditions are able to live on and remain fresh, enchanting and ,. charming. They resist the inquiries of History for the same reason, concluded the founder of the magazine El Ahuizote, "because they gather dust from the ~ archives, they sink into afThe exemplary life of this fectation with the pretty proto-martyr of the Indiaswords of the literati and they beatified since September lose their charm under the weight of the thoughtful 14, 1627 but not canonized studies of scholars. " For that until June 8, 1862-is one of reason, this soldier and the most revisited chapters writer with liberal leanings of our hagiography. Indepreferred to evoke the story pendent of the copyright as he had heard it as a child, Mexican Catholicism claims from "the mouths of those over this histories hero, the old women whose ignoadventures of the frivolous rance gave them the voice of and sacrificed lad have been innocence," also embracing freely incorporated into the the tales of the "dry, comcatalogue of national tradipletely dry but venerable tions and legends; a tale adrift that did not require trunk" of that tree that had made it all the way to the paevidential documents to tio of Felipe de Jesús' home cross generational borders, like the other fig trees adomits truth Iying in its repetition, living on in the great ing the principal houses of the capital of New Spain : wealth of listeners and tellers brought from Jerusalem as a who, for religious or literary gift from religious pilgrims reasons, twisted and tumed who undertook the journey around the parable of the Fig Tree that Grew Green Again. to the Holy Places and reLike certain bodies that turned bearing as souvenirs possess light reflecting or the cuttings that, replanted , sound reverberating properwere the origin of their beauties, it is a human trait to retiful foliage . ~ peat knowledge passed down about one's ancesIn 1934 the legend of St o tors , making use more of Felipe de Jesús was still memory and words than possessed 01 a home and a
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place on the maps. Photographer Manuel Ramos, who surveyed the old layout of the city in his role as inspector of colonial monu ments, recorded the fayade and interior of the house a short while befo re it was turned into rubble. He initiated the chronicle of its demolition during the month of July, documenting that which-from the point of view of his militant Catholicism-could only be considered sacrilege. He did his best to defend to the bitter end the miracle's last signs of life: the stubborn and solitary tree that-in a house lacking a roof and with its walls demolished-was left in the care of a mysterious guardian. By that time the former revolutionary forces were behaving as an institutional government, the sponsorship 01 self-homages not the least of their activities . So, what better name than November 20-the date set by the apostle Francisco Madero as the commencement of the uprising against the Porfirio Diaz dictatorship -to designate the first large avenue to dare menace the colonial confinement of the capital's downtown. The new street would run from the Zócalo or main plaza as far as Cuauhtemotzin and its construction began on April 6, 1934. Aarón Sáenz was the Chief of the Central Department at the time, and Abelardo L. Rodríguez, the reigning President 01 the
Republic . The avenue's inauguration was emblematic of the modernizing airs blowing over Mexico City . The Planning Commissionpresided over by the Department Chief, with architect Vicente Uriquiaga as secretary and Carlos Obregón Santacilia and Manuel Ortiz Monasterio also forming part of it-was caught up in a feverish activity that was multiply ing holes in the ground and mounds of earth on all sides , as well as trenches that-joked Mexico City citizens- were worse than those built during the war and required airplanes to dodge them. Thi s Commission was the instigator of the erection of the " Revolution " Educational Center on the onetime Belén prison grounds, and of a workers' residential complex in Balbuena. It was responsible tor paving Manuel Payno street with reintorced concrete and providing sewage and water systems in the Doctores, Obrera and Algarín neighborhoods; it built sumps in Jamaica and Vallejo , and in Magdalena Mixhuca, sunk a deep well that would provide the city w ith one hundred liters ot water per second. The Commission would also remedy the age-old problem ot dust clouds with a pump system to elevate the waste water level in the Aragón basin which would then be used to irrigate and make productive the plains ot Texcoco Lake . In the
Carmen district-as it there were any lack of work to be done---construction workers toiled away to build a market whose name would pay tribute to the President in power at the time. The updated infrastructure was accompanied by the modernization of tastes, including tobacco, Agustín Lara, Sex-Appeal stockings and V-8 automobiles . The Principal Theater was converted into a cinematographic salon and tor its inaugural show , publicized the début of Tormenta sobre México (Storm over Mexico) by the controversial Russian film maker Sergei Eisenstein. And on the city 's outskirts near Mexico State a totally up-to-date casino opened for business: going by the name of the Foreign Club, it was provided with every necessity---cabaret, salon, grill, buffet, and even a gigantic relief talisman in the form of an elephant's head-so the Revolution 's privileged few might be allowed to live the high life, sheathed in suits that only partly hid their recently silenced but still nervous pistols.
view where the streets become a network and city blocks can be seen to form groups and squares. Those who cried out to heaven for all that would be destroyed were stigrnatized as anachronists and traditionalists. Around seventyfive constructions were slated for demolition, including the Portico of Flowers, San Bernardo church, the San Miguel parish curacy and the house of SI. Felipe de Jesús, arnid whose wreckage wandered aman gathering up the dry leaves and fallen branches of a fig tree that, in his view, deserved to be treated as a relic . For "not dernonstrating loyalty to the Constitutional Government,"
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í'i' With the push of modernity that promised so many other things, the city of man sions, alleys and narrow streets was pilloried . The metropol is, asserted its planners, required a functional character to channel its bustling activity. It needed to take a c o mprehensive look at itself, a bird ' s eye
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he had been discharged as colonial monument inspector and photographer as of November 10, 1934. Teresa Ramos, Manuel's youngest daughter, would later remember him transporting the sacks he had filled with the holy remnants to their home located at 40 Cuauhtémoc Street in Popotla. He made as many trips as possible to save St. Felipe's fig tree and doubtless re-examined the episodes of his martyrdom with the family . Apparitions were not unheard of in that household, the one-time seat of secret masses and clandestine meetings. At the time of the suspension of worship services during the Calles regime, Teresa herself, while playing with a piece of chalk, had scribbled some jumbled childish sketches on the door of a small wardrobe that, when rubbed, revealed to the eyes of everyone present the Divine Face of Jesus, a sign of which Manuel was also quick to leave photographic testimony. During the religious conflict 01 the previous decade, Manuel Ramos had placed the abilities of his occupation and his family's assets in the service of his faith. The battle that he was now waging was against something subtler and more powerful than some few atheist generais, political enemies 01 the ecclesiastic hierarchy . His b eliefs were con1ronting a twentieth-century avenue,
the stretches of asphalt and pavement whose future traffic would join the flood of Modern Mexico: a rnaterial ist world that would distance itsel1 from the notions of moral ity and decency that had so con cerned its ancestors and pastors . In this showcase teeming with temptations-perfumes or illuminated signs, romantic novel s or dance rhythmsthey would have to combat the followers of Mexican Catholic Action, for whom the photographer portrayed the living statues illustrating the "Evangelical Scenes." Instructions for personifying Virgins and Apostles in any rudimentary forum; spectacles for a solo voice inviting listeners to reverse the "clepsydra of time," to permit that "in it fall the lightsome sand of nineteen centuries" to return to the days when Mary Magda lene anointed Jesus Christ's feet with essence of spikenard.
'ÍI' Two and a half years after its launch, already under the administration 01 President Lázaro Cárdenas, the architectural project of the avenue called 20 de Noviembre completed its first stage. Stage two, as director Vicente Urquiaga reported to the press, allowed for the construction of a large plaza that, bearing the same name, would be the crown ing feature at the extreme opposite of the Zócalo and from whi c h would depart two diagonally aligned av-
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enues, one connecting the plaza to San Antonio Abad Drive in the southeast, and the other leading to the avenues Terrés and Pasteur, toward the southwest. The project also provided for the erection of a building similar to the Central Department offices, on the site located at the junction of 20 de Noviembre and the Plaza of the Constitution . Over two million pesos had been invested in the enlargement scheme up to that point , three - quarters of which came from private contributions. Al! indemnities for expropriation of properties had been covered. On November 20, 1936, the Mexican Revolution celebrated the twenty-sixth anniversary of its commencement and General Cárdenas -on tour distributing parcels of land to peasants in the lake district-was not to be found in the capital to preside over the festivities. He spent the day of the anniversary in a small town called Santa Lucía, in Durango , watching a parade of veterans who, instead of arms, displayed the tools bestowed upon them by the government to work their lands. As a show of appreciation, Colonel Fernando Murguía-a follower of Pancho Villa and one of the "Golden" fighters of the North Division-presented Cárdenas with a 30-30 carbine that had spit fire in the baltles of Gómez Palacio and Torreón. According to
Excé/sior correspondent José F. Rojas, Murguía said to him, "My President: I surrender this rifle to you in exchange for the plow; but if at any services, you will return it to me, and I will take it up once again to defend the Revolution ." President Cárdenas was thus unable to observe that in addition to the traditional contingent of workers and peasants in the commemorative parad e in Mexico City, painters Frida Kahlo and Diego Rivera marched at the head of the International People's Front, eliciting cheers of 'long live' for the Fourth International and shouts of 'death to' Plutarco Elías Calles and Saturnino Cedillo, as well as HitleF and Mussolini. Nor could he hear the militiawoman Caridad Mercader, who had marched in full view, arm in arm with Vicente Lombardo Toledano and Fidel Veláz-
quez, and in her turn at the microphone gave thanks for the assistance that the government of Mexico had given the Spanish republic in its war against fascismo Almost simultaneously with these two events, on the corner of El Salvador and 20 de Noviembre a few blocks to the south, an awning and some hundred chairs had been set up to comply with protocol in a ceremony that turned out to be completely spiritless. The Police Band got the event underway with Tanhausser's "Triumphal March" , and poet América López read one
of her works. Finally Adolfo Ruiz Cortines, Chief Official of the Central Department, officially inaugurated the avenue 20 de Noviembre. In the following presidential elections, Manuel Ramos would vote and proselytize for Juan Andreu Almazán, the opposition leader who agglutinatedbut in the end, defraudedcounterrevolutionary sympathies. Sixteen years later, the ruling party's candidatethat bureaucrat who had pulled aside the curtain to uncover the avenue's inaugural plaque-would be appointed the new President of Mexico.
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BY
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C HARD
MOSZKA
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Allack on 'he Museum
01 Modern Arl Jorge A berlo Mallrique Jorge Alberto Manrique studied cultural and art history in París and in Rome. He has been researcher and prolessor at El Colegio de Méxicoand director 01 Mexico's Museum o/ ModernArt. Since 1968 he has been a researcher at ¡he lnstitute for Aesthetic Studies 01 the National University 01 Mexico (UNAM.) Amonghis publications are the books: El geometrlsmo mexicano, La
dispersión del manierlsmo and Historia del Arte Mexicano.
He hasalso published articles in several
specialized journals.
As part of the regular activities of the Museo de Arte Moderno (Museum of Modern Art). under my direction in 1987 and a dependency of the Instituto Nacional de Bellas Artes (National Institute of Fine Arts) , I had to supervise the "Alternative Art" category of the Salón Nacional de Artes Plásticas (National Art Show). This category covered forms and objects-or more commonly, installations-that because of their characteristics couldn't enter into the painting or sculpture categories of the show. A call for submissions was put out and a jury established. As director I did not take part in their deliberations. I should mention that in cases like these jury decisions are based on written proposals that must be adapted to the facilities the Museum can provide with its limited resources and available space. This means that between the project proposal , which is what is judged in the first instance, and its realization, there is sometimes an unpredictable difference. Twenty installation pro-
jects were selected. One was Rolando de la Rosa's . Though it wasn't awarded a prize, it became the involuntary cause of the acts of intolerance that followed. De la Rosa's installation was a spatial grouping of various pieces. AII of these were certainly provocative but also-according to the author-critical. They consisted of found images, manipulated or superimposed to modify the rneaning of the original, a comrnon practice in contemporary artoThe particularity of De la Rosa's work was its specific sense of provocation. The figure that attracted the most cornmentary and was most reproduced in the press was perhaps that of the Virgin of Guadelupe, with her face replaced by Marilyn Monroe's and her breasts bared. Along the sides were two scrolls with the inscriptions "neither my sister" and "nor my mother." Another was a cheap version-one of those reproductions published by the thousands-of Leonardo da Vinci's Last Supper, in which Christ's face had been changed for Pedro Infante's, sombrero
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and all. Yet another consisted of a Mexican flag placed on the floor, with two cowboy boots on top of il. The rest were in the same vein: the Christ-child with a soccer ball instead of a head, or Infante's effigy once again replacing Christ's in a reproduction of Velásquez's Crucifix. My reading of the installation is very simple. I think it was a reflection on the image-world of the average Mexican and his lack of consciousness about it. If you go to the mechanic, the neighborhood hairdresser, the plumber's shop ... you almost always see an altar made of inexpensive storebought images, among them the preferred figures of devotion (Christ, the Virgin of Guadelupe, the Virgin of San Juan de los Lagos, the Christ-child ... ), and alongside them the picture of a favorite singer (Pedro Infante or Jorge Negrete or La Tariácuri. .. ) as well as the favorite soccer team or other popular idols such as boxers or wrestlers. And beyond that, pin-ups of women, naked or wearing skimpy outfits, following the canons of Anglo-Saxon beauty . What De la Rosa did was to put some images over others, no longer simply juxtaposed but superimposed, thus showing the absurdity of these ever-socommon altars .. . or the incongruousness of those who shout "Viva Mexico!" on the 16 of September but
whose ideal is the life of a Texas cowboy .. . I was out of the country when the show opened in November 1987. Upon my retum, I couldn't help noticing that des pite the author's even moral intention, the installation could come across to so me as too strong and aggressive, and I feared the possibility of acts of vandalism . A museum doesn't censor, that' s not its function. And a museum director cannot object to a jury's decision. Nevertheless, I spoke with De la Rosa and expressed my concern. I wasn't asking him to take down or modify anything, but I told him that if the work were to beco me the object of any aggressive act that could, in my judgement, damage the museum's property and installations, he may have to remove it. At the entrance to his space he put up a sign that read roughly: "Do not en ter if the critical manipulation of images bothers you ." There wasn't a single incident of protest or vandalism in December of '87 or January of '88 . In February an article appeared in a newspaper, the ExcĂŠlsior, expressing a negative opinion of the installation . Apparently, we were still in the realm of public debate. But what was in the workssomething I was completely unaware of-was an attack against the museum launched by the Church itself , with the help of Pro-
notice asking for the removal of the works, and neither did the authorities at Bellas Artes. It seems the clergy had found out relatively late about what
we had at the Museum, but had seen the opportunity to make its presence known and show off its power. Everything beco mes clearer if you consider that we were on the eve of an election and the occasion seemed ripe to.them. Unaware of the scheme and the flyers in the churches, I had gone on a school outing with my students one Saturday when the museum was altacked by a horde made up of members of these groups, sanctimonious old ladies and Catholic university bullies. The assistant director, Antonio Luque, prudently decided to close the room. Later, faced with little or no support from the authorities, I decided to take
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down and store the installation with the consent of De la Rosa, who was naturally very scared. Various things happened then. Confronted with my petition that the aggressors be held responsible, the Bellas Artes authorities were first evasive and then did nothing . The newspapers handled the affair rather like a scandal; it made the front page in tabloids like Linterna, Peligro and Quehacer Político, the headlines reading "Insult to the Flag and the Virgin of Guadelupe," "They're Mocking our Virgin" or "Sacrilegel"". Pro-Lifers, always
ready to take up arms for the Church, organized an "Act of Atonement" in the Zócalo (Mexico City's main plaza) on February 28 , followed by a pilgrimage to the basilica of the Virgin of Guadelupe. In the annual pilgrimage to the Cristo Rey Temple on the Cerro del Cubilete I was accused of being a foreigner (me, a foreigner?), just as De la Rosa had been. The response of artists and intellectuals was interesting and noteworthy. The attack on the Museum coincided with another on a show by Montoya in the Galería del Auditorio (Natio-
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nal Auditorium Gallery) and threats against a theatrical representation by Jesusa Rodríguez. A whole scheme to check freedom of expression and to subject people's daily activities to certain moral standards could be observed. A festival was organized in Santo Domingo Plaza to demonstrate against these actions and in favor of intellectual and artistic freedom. Organizations like COTAVLE formed along these lines, and the matter was discussed in newspapers. Everyone was conscious of the necessity for energetic responses : no response meant risking a retum to times past when ecclesiastical prudishness still imposed itself. Two months later the director of Bellas Artes, under instructions from the Minister of Education, asked me to resign "for personal reasons" as director of the Museum. I refused and that al so caused quite a stir. In any case, the incident served as a warning that the Hydra of intolerance doesn't miss an opportunity to rear one if its thousand ugly heads, even after others have been cut off, and to put artists and intellectuals on guardo When all is said and done I think freedom of expression in Mexico won out against the sharp claws of repression, always the loyal instrument of the powers-that-be. Although the threat is sure to reappear .. .
TRANSLATED
BY
LORNA
SCOTT
P a 9 e s
1. -Farenheit 451 Of all that they could find they made a great pi/e and set fire to it in the market square.
Francisco Javier Clavijero. Ancient History of Mexico
Burning Papers Saucy Publications and Censorship in the Mid-Twentieth Century Armando Barlra
At ten o'clock in the morning on Saturday, March 26 , 1955, the students began to assemble in Santo Domingo Plaza. The contingent marched up Brasil, past the Monte de Piedad pawnshop and entered the Zócalo. They were chanting taunts rather than slogans, but the motive behind this demonstration was clearly proclaimed on their banners: "The Mexican family demands respect! Save our children!" On reaching the great square, the thousand-odd demonstrators milled restlessly below the balconies of the National Palace. The first to speak was Alberto Pulido Silva, a professor of ethics , who harangued the students from the roof of a car: "Pornography destroys the fam ily and tums individuals into degenerates!" The same heightened feeling colored the language of fellowteacher Raúl Cordero Amador: "Immorality must be hunted down on all fronts: in magazines, in films, in theaters! Our young peopie are at terrible risk! Let us defend them with all the weapons at our disposal!"
Then Dr. Manuel Yrízar Lasso, on behalf of the Mexican Society of Professionals and the Social Prophylaxis Council, paid a much-acclaimed tribute to the crowd: "In a couple of weeks, these young people have achieved more than we parents were capable of in many years .. . " At the el ose of the meeting, the delegate from the Federéition of University Students (FEU), Leónidas Flores Guerra , made a keynote speech summing up the general mood: "The Mexican family," said he, "is threatened with disintegration due to a series of factors which are fatally undermining it. One of the most important is the proliferation of pornographic magazines. The campaign against pornography must not falter now : it must be permanent." After the speeches, three thousand magazines were heaped in the middle of the Zócalo and set alight. The students hopped gleefully around the pyre and fought for photo opportunities; the party ended under the benevolent, paternal auspices of the subchief of
the Metropolitan Police, General Ricardo Topete, who congratulated all those present. Next day, the event was front -page news . The Excélsior headline read, "Once Again, Students Burn Obscene Literature with Police Approval" . El Universal reported a "campaign against vice," giving pride of place to a picture of General Topete surrounded by students. Novedades fearlessly belabored the theme: "Laws against immorality exist, but they are not enforced owing to sordid complicities ... " A strange movement indeed , enjoying the assistance of the police, the blessing of the government, the sympathy of labor unions , the applause of the church and its lay branches, and the adulation of the press. What had brought about such a sudden, unanimous pass ion for propri ety? During the Alemán administration, Mexico had been one big party. Shoulder to shoulder with the United States we had routed the Axis powers, and the country was entering modernity thanks to post-war
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economic opportunities. The new epoch was hailed in festive mood, although in truth only a few had much to celebrate . Perhaps, as so me spoil-sports insinuated, the party had been nothing but a reckless potlatch, the squandering of public resources amid wholesale corruption. But the fortunate beneficiaries of the "take-off" were willing to share their good cheer, and while they toasted in Ciro's or the Ambassadeurs, the common people were welcome to drink themselves to death at El Tranvía, El Burro or La Rata Muerta. Why, they might even drink in unison at the den of democracy that was Santita, or share egalitarian soup at Indianilla's. With the accession of Adolfo Ruiz Cortines, the party ended and the hangover began. At the beginning of his six-year term, common knowledge became official fact: President Alemán, "the nation's First Worker" had been a crook and a thief. And the new leader, with his dotted bow tie and emblematic austerity, weighed in against the corruption and wastefulness ... of all those Mexicans without a Cadillac. The great institutional mobsters walked free, while harmless "excesses" were chastised with inquisitorial zeal. The vaunted moralization campaign collapsed into authoritarian prudery , embodied in the chubby features of Emesto P. Uruchur-
tu, head of the Department of the Federal District of Mexico City. This "Iron Regent", who governed the capital from 1952 to 1958 and from 1964 to 1966, persecuted and shut down what little was left for city-dwellers to enjoy of the Alemanist spree. A champion of floral highway dividers, he split the roundabouts into segments to make life easier for cars, multiplied the traffic lights, penalized the use of the horn and anticipated postmodern health obsessions by banning smoking in cinemas and theaters. But most of all "Don Justu" stamped out nightlife, and not only the recreation that goes on at night; he abolished all the seedier milieus for popular merrymaking and proscribed every more or less sublimated way of appeasing the gremlins of social and sexual frustration. He banned burlesque theater and long parties, lewd magazines and dancing after hours, impertinent political sketches and Swedish movies . Under Uruchurtu, public nightspots had to close by one a.m. while his entertainment inspectors tightened sexual and political censorship; adding insult to injury, the time-honored Tivoli and Waikiki clubs were closed down. Meanwhile, in the exclusive La Bandida, the supreme brothel of the Alemán era, it was business as usual. The iron fist of Uruchurtu
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can al so be detected behind the girlie-mag bonfires and the generalized vengeful priggishness that too k hold in early 1955. But this antipornographic sabbath had many adepts , and its brief history offers an excellent example of the behavior of the "live forces" of the Mexican system. On Thursday March 3, the Management Commission of the City Consultative Council adopted a motion tabled by Fernando Yllanes Ramos, stipulating the suppression of obscene publications and their distribution. It al so called upon the Mayor to appeal to the President of the Republic so that he initiate the process of modlfylng Article 200 of the Penal Code, with a view to increasing the sentences applied to felonies of this nature. The Council demanded active collaboration from the Secretariat of Public Education (SEP) and its affiliate, the Publications Classification Commission; lastly, it called upon the central Paper Producers and Importers to withhold raw material from any indecent publications. Predictably, these moves drew ecstatic praise from the Decorum and Proper Customs Commissions handled by the Union of Christian Families, as well as from the Catholic Youth groups, as they fulfilled longstanding demands pressed for by lobbies of the religious right such as the
Mexican Legion lor Decency. But something in the air suggested that this time they meant it. Once it emerged that the initiative had the President' s approval, all heaven broke loose. The National Actors' Association (ANDA) unexpectedly embarked on a militantly pro-censorship course. Its general secretary Rodollo Landa, whose real name was Rodollo Echeverría, happened to be the brother 01 Luis Echeverría, the luture president 01 Mexico who was then head 01 the SEP department which controlled the Publications Classilication Commission . Echeverría 's ollice had been secretly preparing a lawsuit against pornographers lor some time . Once this became public two weeks later, spontaneous and disinterested delenders 01 public morality (such as ANDA) immediately presented it as a triumph lor their campaign. Such were the lirst stirrings 01 a crusade which transcended the ranting 01 curates and bigots to become a hallmark 01 the system oThe greeri light came from the SEP, under José Ángel Ceniceros, who declared on March 17: "We are drowning in an atmosphere 01 moral crisis. Sporadic action from the authorities is not sufficient... many social sectors can and must cooperate." The lollowing Monday,
the Publications Classilication Commission asked the Attomey General 's Office to arrest the publishers 01 twenly-live magazines, and the Mexican Revolutionary Workers' Conlederation as well as the General Workers' Confederation offered up their proletarian hordes to the cause 01 polite manners: lectures lo moralize the working man would be organized forthwith. On Tuesday March 22, the FEU announced the lormation 01 a University Committee to assist in the emergency. Upon hearing its summons, students deserted the classroom to tear down naughty posters everywhere. But on Wednesday March 23 the limelight was stolen by the church, which had beco me alarmed at the possibility of such tardy inquisitors taking all the credit. In a circular to his archdiocese , Luis María Martínez, Archbishop of Mexico City, instructed all priests to condemn immorality from the pulpit, thundering against its presence in magazines,
radio , cinema and even in the nascent medium 01 televisiono One day later, the movement's temperature was pushing 451 0 Farenheit. An FEU brigade captained by Víctor Gómez Salas mar-
ched out of Preparatory School One and fanned through the streets of the historie city.center, looting newsstands and barber-
of "immoral" magazines was torched in front of the National Lottery building. This took place a couple of blocks away from the Alameda Park, where the Inquisition used to burn heretics, and twenty-one years and ten months after Hitler's Deutsche Studente lit their inlamous bonfires of books and journals in town squares all over Germany. Of course, our own fanatics were no! burning the works of Jakob Wasserman or Thomas Mann, merely the saucy comic strips of Adolfo
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MariĂąo or the photographs of OlguĂn, Herrera, Ciros and Devars, but one has to start somewhere ... The ancient demons of intolerance were certainly unleashed in the heat of the purifying fires of Thursday March 24 and Saturday the 26th. "Murderers of the youthful spirit! Poisoners of the Mexican sou"" screamed one academic as the heretical pages went up in smoke. But he was merely getting carried away; true intolerance, as public morality and social project , runs in the very veins of the Catholic church , which seized this propitious moment to regain its grip on the nation's conscience . In its weekly bulletins, the Mexican Legion for Decency tirelessly inveighed not only against magazines but also against books , plays and films . The Social Secretariat denounced "the paganism and immorality which has taken over the unions." La Buena Prensa
(Good Press) magazine added that other vices "such as divorce" should not be let off the hook. But the clergy's underlying bid for moral control of the population was most clearly revealed by the statements of Pedro VelĂĄzquez, president of the Social Secretariat: "The great tragedy of our people, and the cause of the rampant immorality or amorality that assails us on every side, is the fact that this country has been deprived ot true education tor over one hundred years. First we had the amorphous secular system, then socialist education, and now, this neutral-officialschooling dominated by a most backward state monopoly ... How can we expect a genuine morality to exist without religion?"
Brought to their knees by the campaign , the corporate representatives of newspaper vendors and barbers loudly clamored their commitment to respectability. The Union of Newspaper Sellers and Cryers announced that its members would no longer stock the censured items, and the Chamber of the Physical Beauty Industry joined in, pledging that the 80,000 barbershops across the land would clean up their reading matter. Even movie magnates outlined plans for more moral cinematography. Most sobering of all , however , is the unanimity with which the system rallied behind any cause with a presidential blessing . General Miguel Molinar, Mexico City police chief, despatched 6,000 avenging angels to bring pornographers to justice, with the result that
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Adolfo Mariño Ruiz, the cartoonist who created El Charro Negro (The Black Cowboy) and was editor of Picante (Spicy), Deseo (Desire) and Afrodita magazines, had to repent his sins in jail. The subdirector of the Secret Service, José López Hernández, had his own theories on the matter: "The real culprits, meaning those who produce these graphic immoralities, are constantly changing address; most of them are failed photographers." The judiciary bowed meekly to the will of the executive; district judges even took it upon themselves to waive a constitutional guarantee, requesting from the SEP the names of the publishers being charged so that they could refuse an injunction should any of them apply. The business sector, under the umbrella of the National Confederation of Chambers of Commerce, gave the topic an interesting new slant: "To work little or badly as a consequence of immoral ity is clearly pernicious .. . Those who tall prey to immoral trends tind their economies affected ... for they waste their paychecks on harmful articles ... this entails an ineptitude for production .. . the subject deviates from the prescribed line ... as he sinks into vice and immorality, while his development ... beco mes ever more antisocial". The "tourth estate" of the press dissolved into obsequious eulogies for the
"daring-do" (sic) of the youthful vandals, in a startling departure from its usual contempt for protest marches, especially when led by "unruly pseudo-students". El Universal went so far as suggesting that, like Giordano Bruno, authors ought to be burnt along with their works. The offending periodical s soon vanished or came into line, and there was nothing left to feed the flames. The trajectory of General Topete is even more paradigmatic. The man who in 1955 patronized the magazine burners in the Zócalo was in the same spot three years later, beating up striking teachers from Section 9 of the Education Workers' Union; he also helped crush the independent leanings of the Oil Workers' Union, and was merciless with the railwaymen's movement led by Demetrio Vallejo. On August 30, 1958, students invaded the Zócalo once more. But now there were many more of them, not shouting "Respect for the family!" but "Down with bad government!", not burning innocuous magazines but the vehieles of the "bus transport octopus," in protest against the fare hikes and the municipalization of the city's pub lic transport system. That day, the students also burned an effigy of General Topete , the erstwhile protector of more docile pyromaniacs in less troubled times.
11. -Onan's Muses Some women are monumental and open like gardens orgates
Renato Leduc But madam, these nudes are... are... naked!
Commissioner Rousselet, to dealer Berthe Weill , who was holding a Modigliani exhibition . Amon9 the papers that were carbonized in the bonfires of '55 were copies of Vea, the most notorious twent iethcentury men's magazine in Mexico. Its goals were outlined in the first issue (November 2, 1934) by director Luis G. Peredo: "Vea ... seeks to be lighthearted, cultivating healthy humor , venting its satire within the bounds of discretion." But the real editorial was on the front and back covers covered by a photomontage which juxtaposed two undisputed national monuments: the halfcompletad Palace of Fine Arts, and the half-dressed Sofía Álvarez. These pictures, by Martín Ortiz, heralded the direction taken by the joumal that was to nourish the sexual fantasies of two or three generations of Mexican meno Peredo's weekly was like a prolongation of the nightclub, a place of com parative sexual licence in
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Mexico since the 1920s. The texts and images were obsessively concerned w ith sexuality as such ; not as reproductive mechanism, incentive for marriage, or cherry on the cake of spiritu al love, but as inescapable physical fact. There is no doubt that it had a reifying, phallocratic outlook, but this does not detract from the way it looked square ly at the issues which are always glossed over by "nice" peopie. In so puritan a society as ours in the 1930s and 1940s, popular industrial culture naturally possessed itself of the theme of sexuality outside marriage. It did so aboye all through the image of the explicitly sexualized , unlimitedly promiscuous woman , versions of whom were the staple of stages , songs, screens, comic books and magazine spreads. The breaking of taboo was fundamental , although at first the delicate matter was treated with moral and aesthetic clichés drawn from the topical universe we have just described. Vea exemplified this double discourse: carnality and pretension, art as the alibi far obscenity . This hypocritical duality was accentuated in 1937, when the weekly became the butt of a censorship campaign to which the publishers responded by scapegoating and sacking the director. New, even loftier intentions were proclaimed : " .. .choice
minds will easily distinguish between base pornography and humarous edification. We uncornpromisingly turn our backs on the original Vea." However, under the direction first of Isaac Araiza then of Florián Oropeza, Vea continued to print pictures of naked ladies and titillating features such as "Memoirs of a Dirty Old Man". This was the imaginary biography of one Zeferino C. Craaps, penned by Carlos Rivas Larrauri (the legendary "poet of low life") under the pseudonym of Larriva Urías. Vea disappeared in 1940 only to reappear four years later published by Editorial Salcedo, now with a full-color cover. This second period was controlled tirst by Miguel Tomasin i, soon replaced by Emilio Zambrano who later gave way to Jarge Tomasini. Its wanton spirit kept its head up when Onan's muses were torced to change with the times. Now that the Apolo theater on Vizcaínas had been closed, it was the Tívoli on Libertad that groomed and launched women who were no longer called "girlies" or "divas", but "exotic dancers. " These strippers might hail from Cuba, the U.S. or down the road , but Pancho Junco rechristened themall with names that reverberated like a Nicolás Guillén poem : Krumba, Macumba, Tanabonga, Moana, Namora, Turanda, Osmara, Krissan.
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Queens of the catwalk like Tongolele , Gema and Kalantán; unforgettable names and forms like those of Karolinda Vodevil, Amapola Devodier or the swarthy Clara Luz. Desk-drawer voyeurism was claiming ever more adepts among red-blooded but penniless Mexicans, who had to satisfy their promiscuous longings with a "handogamy" that was suitable far all incomes. Along the same lines as Vea appear magazines bearing names such Vodevil (1951). Pigal, Eva and Can-Can (1953). and Frívola (1955). That last year, the censors of the Classification Commission estimated that something between 150 and 200 thousand copies of such unsavory magazines were being printed each week, and more than 35 thousand pornographic pictures were circulating, a lubricious trade supported by a handful of cinemas, theaters and especially burlesque shows. The fabrication of female images that might be worthy of the myth was no easy task. It was an act of collective creation by a specialized, professional "factory of illusions." In paper voyeurism, creative fantasizing began precisely with the artificial nature of erotic photography: studio sessions amid lights and props designed to convey a certain atmosphere, showing scenes that were constructed , acted
and manipulated. The modeis were genuine professionals of fraudulence, trained to conceal what was superfluous, feign what was lacking and suggest what could not be shown. The rest came down to the photographer's choice of lights, cameras, filters and framing. But the creative fakery of the empirical referent did not stop there: the authors altered and retouched their negatives, and even the final print often submitted to a last-minute depilatory intervention, imposed by editorial self-censorship. At best. the result was a work af art-a powerful and suggestive image-but in all cases it was fiction, a creative imposture. In the age of mass media, these representations steeped in desire supplanted the woman of flesh and blood, turning inta sexual fetishes. The woman not anIy became an object, she was al so a commodity whose services must be paid foroAnd the price fluctuated according to whether one was talking active consumption ar contemplative derivation, direct or representative bliss. The original, needless to say, was always more expensive than the reproduction. So, given that the mast accessible lover was a paper one, impoverished Mexican men ardently embraced the fetishism of Vea, Pigal or Vodevil, boost-
the tiers from which ~ome were fortunate enough to watch Nanรก being slowly Ur1dressed by the Devil. The idiosyncratic, vengeful lovedance between a milk-andhoney blonde, and the Latin lover who lurks deep in every mano
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Márquez: an Idyllic Universe José Antonio Rodrfguez
Forty photographs give an account of a scarcely heardof event in the field of nude photography in Mexico. Forty images of which only a few are starting to become known today. Forty pictures of mal e nudes taken sometime between 1930 and 1945. A strange case in the rediscovery of our history of photographic images. In the late seventies , the Institute for Aesthetic Research of the National Autonomous University of Mexico-at the request of its director Jorge Alberto Manrique, a historian and art critic-acquired almost eight thousand five hundred photographic negatives from the Luis Márquez family archi ves; among them were lorty 5X7 silver-nitrate pi ates representing allegories erected around the male body. Few suspected any work 01 this nature within Márquez's oeuvre. After a prolonged stay in Cuba starting in 1914 , Márquez returned to Mexico in 1921 .' Here he continued studying photography lor several years in the workshops of the Department of Public Education. In the mid-thirties he began private exhibits of his images of a wholely forced representation of Mexican mannerism, very much in line with a nationalist art movement experiencing its mo-
ment of glory. If that weren't enough, the photographer took to its extremes his exultant representation of a typifying, schematic, idyllic Mexican folklore.' Sergei Eisenstein's presence , as decisive in Mexico as in Márquez's work, surely contributed to this. Owing to their close relationship, ' Márquez appropriated the low camera angle and the facially-centered framing that confers an exalted nobility to his scenes and characters. It's significant that at the beginning of the thirties, the work of both were intertwined in the pages of Nuestro México (Márquez was one of its most relevant contributors). Márquez continued with his (by then deemed stale) tradition of representing archetypal Mexican characters in well arranged nationalist stagings. The scenes now appear to bear a festive touch, ennobling a native race (though sometimes those who wore the luxurious and immaculate vestments didn't represent any ethnic group whatsoever). A gaze in a priori wonderment recreates the scene, recording dreamy, proud faces looking up and into the distance; idyllic scenes of coupies taken from film stills; the forced innocence on the faces of young women in traditional Mexican dress,in peaceful interior gardens or repenting before a statue of Christ;' and the scant challenging look or pose. AII this
adds up to construct a positivist setting rooted in the photographic style of the era of the Porfirio Díaz régime (where the subjects appear to live in the best of all possible worlds) and of course in popular ranchera comedy, in its idyllic approximation of the pastoral. In Márquez's images, the sense of social consciousness is eliminated-Eisenstein 's drama has no place here-and gives way to a sculptural and idealistic iconography. For thirty years Márquez's work was very well received. Two years after his first solo show in 1930, he repeated his success in Hollywood. s During the thirties he was a collaborating photographer for several magazines such as Mapa, México al Oía and Revista de Revistas . He briefly approached modernist photography, with leanings towards geometrical construction .' His pictures invariably appeared in books exemplifying a nationalist mannerism in the same tone as Frances Toor' s A Treasury of Mexican Folkways (New York , 1947) or Salomay Lauderdale Harrison's Lindas tierras de México (Boston, 1944). In 1950, he finally published-in Spanish and English version-what would be his first and best book: Mexican Folklore, 100 Photographs by Luis Márquez (Eugenio Fischgrund publisher).' So where might these nudes-that were never dis-
seminated during that erabe fi! into this extensive ouvre, dealing with the nationalist imagery? Márquez is a photographer who follows aesthetic patterns and their respective idealized variations: there are some female nudes, pertaining to another group of eighteen, photographed in poses similar to those of his mannerist portraits (he even has rebozos or a traditional Mexican shawls framing the body). In this sense, Márquez's male nudes also respond to a pre-established iconography, carrying on with nineteenth-century photographic tradition. Active between 1862 and 1874, G. Marconi provided photographs of male models as a practical painting reference to anatomy professors at the French School of Fine Arts. Marconi based his own work on bodies represented in the historical scenes that dominated academic painting. His compositions were taken from classical canvases such as Tintoretto's Ca in and Abel (1550-1553). To "the great mastery that unites grace with erotic seduction" in the female nude "he often adds male bodies in which the expression of energy is privileged. ". And this reappropriation forms part of a tradition also evidenced in the work of Márquez. His prototypical sketch es of the Mexican mannerist hallmark are now adapted to another ideal, bucolic universe, revealing
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the classical tones of sculptural style (that find a partial reference in Michelangelo, especially in Jeremiah as portrayed in The Separation of Líght from Darkness of Genesis in the Sistine Chapel , where the figure appears foreshortened, crouching with his legs bent, mirroring the posture of the photographer). An scenographic oeuvre where the figure is in tune with his surroundings. A dual relationship arising from a mythical narrative turned into religious imagery (the ephebe-Narcissusnext to crystalline waters; a faun wrapped in jaguar pelts or leaves in the midst of a thick forest). In Márquez we find pronounced echos of romantic pictorialism (rather like Robert Demachy, who made his young female models wear leopard skins, flower wreaths and exotic garments against wooded backdrops' or even of the Baron Von Gloeden's Edenic spaces (he was known in Mexico thanks to photographs taken of him in Rodolfo Namías's Manual práctico y recetario de fotografía of 1912). In this respect, talking to photography curator Armando Cristeto, it was pointed out to me that here may be seen a kind of "montage for a film still, a proofprint for musical comedy, and that, unlike Márquez's pictures of Mexican manners, these photographs have a farsical tone ... Már-
quez," in the words of Cristeto "tries to be very hieratic and dignifying, but what really emerges is a comedic tone .. . The point of departure for the photograph of the boy reflected in a pond is the myth of Narcissus. But in this photo, even though he doesn't look directly at his reflection, the triangulation is given by the photographeroThe boy doesn't look at himself in the water, but he knows he's being photographed. l1's a formalized situation where the permanent reflection isn't in the water (since this is ephemeral), but in the photograph." Conversatíon wíth Armando Cristeto
JAR: Do you see an erotic impulse in these images? AC: Not especially. Without a doubt-I've always said this-any nude body, "spoiled" as it may be or grotesque as the image may be, always has a slight erotic charge to it. I wouldn't classify these images as essentially erotic, but they certainly have their connotations. The academic nude still ruled in the thirties and forties. These pictures were done, rather than with an erotic intention, as a justification of academic practice. The way I see it, Márquez on the one hand wanted to see these little boys naked and, on the other hand, justify something. AC: A certain aesthetic? JAR: Exactly. Fifty years later, despite the gay rights
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movement, despite the progress, there are still those who want to justify. Anyone who had seen them would have said they were proofs for sorne academic study or something like that. .. The poses and the backgrounds, the fountains, the balustrades were al so used with anatomy models. These pictures are the most formally enjoyable, the most effective ones. Although it's certain their point of departure is the study of dance, they also owe something to film. I think they've been thought-out, that they're premeditated, that they're, well, conscious of the photographic camera's presence. JAR: Then is there something voyeuristic along with this justification of academic staging? AC: In a given situation, I might justify these stagings as studies for dance. But there is also the fact that the boys he chose for the shots could be classified as ephebes. The ephebe belongs to homosexual symbology, throughout history. The best example is Von Gloeden. You could say: this is a Von Gloeden, Mexican style ... or, it's clear that Márquez knew and remembered Von Gloeden. It seems to me a bit obvious to insist on these details: Oh! l1's like a Von Gloeden, but our point of view and our references are very different. JAR: Why do you think these pictures didn't come to pub-
lie attention in their time? AC: Right now, in 1996, there's a eertain return to moralism . I'm not against this turn of events, but I am against petty moralizing. Nowadays it 's not politieally eorreet to diseredit someone for being homosexual or for representing homosexuality in his arto What we're dealing with is self-rejeetion, that's one way of putting it. Intimately, and sometimes not so intimately, homosexuality is still Satanized, and this Satanization is expressed , first by slandering the person and then his work. This is the opinion of some relatively progressive people , even though they won't admit to it openly. If th is is true in the 80s and 90s, it was even more so in the years when Márquez was produeing these pietures . Notwithstanding the growing openness of the 30s and 40s-l'm referring to the resurgenee of Mexiean art and its adjustment to modernism-making these kinds of photographs eould damage your reputation.
March 1932, pp. 6-7.
Colección Anáhuac de Arte
' Nuestro México, op. cit., p. 7.
Mexicano, vol. 22, 1948.
• "Estudios fotográficos de Luis
• Decker Heftler (de), Sylviane, "Le
Márquez ", Nuestro México,
Nu photographique, art impur /
August 1932, p. 15 & Estudios
art réaliste ", Photographies,
Fotográficos
de
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December 1984, p. 60.
Nuestro México, October 1932,
• Robert Dema chy, photogra-
p.19.
phe, Société franyaise de pho-
, See also Danzas de México,
tographie / Contrejour, 1990.
N o T E S : ' El M éxico de Luis
Márquez, Mobil Oil de México, S.A., 1978. 2
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Mirador, Pró spero, "Luz de
Eisenstein en ojo de México", Revista de Revistas , January 17, 1932, pp. 47,48 . • Gorostiza. José, "Estampas Mexicanas", Nuestro México ,
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TRANSLATED
BY
KAREN
PEÑA
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lhe Inlervenlionisl Armando Barlra ... Ihal desperale inlenl lo give form lo obsessions.
Joseph Comell There are many kinds of colleclors; and furthermore, in each one of Ihem Ihere funclions
a profusion of impulses .. .
And so il is Ihal Ihe col/ector Fuchs shows the theorist how
lo capture many Ihings lo which his time has shul him out. II was Ihe col/eclor who fell inlo Ihe fringes-Ihe caricature, Ihe pomographic representalion-where sooner or laler a who/e series of slandards of Iradilional art history become ridiculous.
Walter Benjamin There it is, again: on the extreme underside of the un blemished leg , that unexpected exposure of pubic hair. I flip back through the pages looking for that familiar image out of the comer of my eye. Once more, I skim through those insipid imported "artistic nudes·, those anonymous barely clothed chorus girls caught off guard in their backstage dressing rooms, those exotic dancers baring their asses as curvaceous as their names : Krumba, Katanga,
Natabonga ... And, in effect, there it is: on the border of another immaculate and almost hairless pubis, a dark shadow and the undeniable suggestion of a fold of genitalia. In the quarter-century of its stormy life, the magazine Vea had some years that were more permissive than others, but it never showed cunts. If some photograph displayed pubic hairs, it was always rigorously shavedand censored to achieve a blue and endless mound of Venus. But among such anatomic connivery, there it is, one cannot doubt it, a lower abdomen which is real .. . Or is almost real because looked at closely, one can see that it is not an original but a restoration; a touch-up of a touch-up. And the magnifying glass confirms my suspicions: the restorative rectification was done over the printed photograph . Before us is the unpublished and unique work of a voyeur with initiative. Searching for other rectified photographs, I quickly leaf through a dozen Vea magazines left over from my
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last visit to La Lagunilla market. Halfway through the third magazine another touched -up vagina .. . but also a scar halfway up the thigh and in the pages ahead a penis gratted onto female genitals. In the last issues keloids, cesareans and mastectomies are haphazardly put together by an enemy of anatomical symmetry; amazons with their corneas shut and their urethras out of place; libidinal monsters fabricated by dint of eraser and crayon. I frui tlessly spread out my old collection of Vea. From what I can tell, the rectilied copies are only among the twelve I just bought. And the dealer had more; a great big pile whose covers I barely skimmed and which promise to have other unpublished pieces by the anonymous pornographer. Throughout the interminably long week, I accumulate theories about the "interventionist" He is doubtless a champion of justice who restored genitalia supressed out by censorship. But his vocation was not to be a naturalist: more than realism, he practiced the liction 01 anatomy, mirror of manias and secret obsessions. (This Sunday, without fail, I will go to La Lagunilla.) Because he was an obsessive-compulsive who each week transformed the inexpensive barber-shop tabloid into a gallery of perversions. Nevertheless, they are images that are not much sick-
er than the retouched artistic nudes with which our homegrown freewheeling pornography transformed the randy imaginations of several generations of Mexicans. And it is because, behind the fig leaves of censorship, harlots as well as delirious arborescent genitals incubate. (Hopefully my magazine vendor has not sold the issues of Vea .) And the women? Where are those women who hid behind the skillful and mercenary images, photographed by professionals of soft porn, such as Niuglo, Herrera or the mysterious Otylia? They were the ones who, while supressing indiscreet hairs and undesirable rolls of fat from the negatives , erased the last distinguishing marks in a series of concealments, shrouds and inventions of which the "interventionist" is the culmination and the allegory ... (1 had to write that.) Sunday at last! This time I arrive at Mosqueta and Reforma earlier than usual, and putting on my best poker face, I approach the second-hand vendor's stand . I skim through the promising pi le of magazines with an air of false indifference. Ileaf through five, ten, twelve copies. Nothing. "1 have more of 'those', "announces the newsstand owner, pointing to a heap of Pigal, Venus, Eva and Vodevil. So as not to be negligent, I look through the poor imitations of Vea, looking for
pictures by Neve, Durhok, or Mariño. Suddenly, in issue number 16 of Pigal, I discover Silvia Pinal , young and cross-eyed and in the pages ahead, Pinal with a phallic "female companion" of recognizable features. From what I can tell , the "interventionist's" crayon was not satisfied with Vea alone. Overcame by greed, I lose my facial composure and the magazines cost me an arm and a leg . But it was worth it ; while I wait to be served my meal of goat's head meat in El Correo Español, I confirm that my stash has grown by twelve new originals. Today I showed my collection to the editor of Luna Córnea . He thinks that the "interventionist" is not a male but rather a female. The "penis envy" is obvious and the scars suggest exorcising references to breast and ovarian cancer to him. "It is a woman tortured by her body," he concludes. A Frida Kahlo in weeklies gentlemen's? This is becoming a more passionate gap-ridden enigma than when Salvador Elizondo deciphered the hidden plot in the collection of postcards by the professor Adelina García and her students! Tuesday I have an appointment with my vendor at her warehouse on Matamoros and Peralvillo. She says she has more magazines. She is going to introduce me to the widow who sold them to her.
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Censorship, U.5. 5lyle: New Whines and Old Battles A.D. Coleman A. D. Coleman
is a renowned photography eritie, historilln, lecturer and professor. He recently received grants from both the Getty and Fulbright foundations. Coleman has been doing research on the impact of the lens in western culture before the invention of photography and authored a study on the grotesque in photography.
Trying to explain the recent upheavals in my country over photographs by Robert Mapplethorpe and Andres Serrano has its ups and downs. The dillerences 01 opinion on this matter range as widely here as they do abroad, and create peculiar lines 01 agreement. For my part, I think it's terrilic that the entire country is acknowledging the potency and power 01 creative photography by luriously debating the cultural signilicance 01 some examples 01 that lorm. I'm what we call a FirstAmendment absolutist, which means that I support unequivocally the protection 01 Ireedom 01 speech; and I readily extend the concept 01 "speech" to include other than verbal lorms 01 expression . At the same time (and partly lor that very reason), I've come to the painlul conclusion that I can't deny a vocal majority-or even a vocal minority-the right to exercise its ability to inlluence national policy. There are undoutedly elements 01 homophobia, racism and other deep prejudices underlying these
protests, but those who have mobilized public resistance to showings 01 the work 01 Mapplethorpe and Serrano have drawn the battle lines very carelully, and their argumer.ts are not without merit. I'd delend to the limit the right 01 these two photographers to make, exhibit, publish, sell, or transport their work across state lines, but no one is proposing that they be prohibited Irom doing so. They're suggesting that those activities not be supported with public monies. I don 't believe that anyone has a right to nostrings-attached patronage; gifts 01 tax dollas are not owed to any artist. Consequently, I'm not convinced this is a Iree-speech issue. Exacerbating this conIlict is the unlortunate lact that we have as a nation lailed to articulate any principies conceming govemment subsidy 01 the arts. We have instead adopted a bizarrely varied and olten contradictory assortment 01 practices on the municipal, state, regional and lederal levels, coupled with an even more demented and byzantine legal code in which the
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boundaries 01 the permissible are arbitrarily and unclearly drawn. Because those conlusions remain unresolved, certain melodramas are predictable. Given all this uproar, how can we explain the peculiar lact that, despite his having received no less than three National Endowment lor the Arts lellowships-in 1981, '86 and '92-and his obsession with Christian iconography, the photographer Joel-Peter Witkin so lar has been left untouched by the censors? I can only attribute this to the lact that whether one is delighted, astonished, appalled or revolted by this imagery , it radiates the absolute authority 01 the authentically obsessed . And , whatever our persuasion, most 01 us are stillloath to interfere in the doings 01 holy lools; who knows but that they might be on to something revelatory. It's also worth pointing out that Witkin mostly works directorially, and his imagery is more overtly theatricalized and lantastic than either Serrano's or Mapplethorpe 's. Mapplethorpe, by contrast, flirts with documentary style in his most disturbing works. Similarly, Serrano is as purely and traditionally photographic as one can get. He has chosen a blunt, plain style-the approach 01 the archetypal studio photographer or documentarian---in which to look squareIy and closely at subjects most people are aIra id to
conlront, or else take so much lor granted that they don't really see them anymore. The recurrent themes in Serrano's work-Ilesh, blood, death , religion, the church-were introduced early on, in a series 01 still lifes and staged tableaux. Melodramatic in style, those were iconographically lar more shocking than the works for which Jesse Helms and others have demonized (and thereby canonized) him. The most famous 01 the latter, "Piss Christ" lrom 1987, studies a plastic crucilix submerged in a liquid, purportedly the photographer's own urine . This specilic image helped luel the National Endowment for the Arts crisis 01 the late 1980s, though I continue to contend that the image itsell could not be more conventional as a work 01 sacral art, and that what really upset everyone was not the picture (which most 01 those who objected most vociferously never actually saw) but its deliberately provocative two-word title and the photographer's unverifiable assertion as to the nature of the liquid he used. Undeniably, by shocking our sensibilities in substantial ways, forcing the reevaluation 01 established reference points, the pictures 01 all these photographers fulfill Kenneth Burke's definition of the aesthetic in art (which he contrasted to the anaesthetic). So making an argument in their delense is not
difficult. It is al so not necessary. Unlike Jock Sturges, viciously persecuted by the Federal Bureau of Investigation, neither Serrano or Mapplethorpe nor their work have been threatened or subjected to harassment by the system: no lawsuits against them, no indictments or arrests for blasphemy or trafficking in pornography, no raids on their studios, no seizing 01 their work by the police or covert surveillance 01 their activities . Nor have they been called to testity in any legal matter. Aside from the publicity attendant on the political uproar and its inevitable intrusion into their working lives, they've been left to go about their business. Instead, their work-and sponsorship of it with tax money but without prior approval-has served as a nexus for consideration of this difficult question: How should a culture deal with willful transgression of its norms by state-subsidized artists? I would not presume to prescribe for any culture other than my own , but our approach so lar seems as good a model as any. The way we've handled it here is with public debate-widespread discussion in all the mass media, as well as ongoing dialogue in various microcosmic communities, such as the art world and the religious right and the academic network . Ambitious politicians have spent a great deal of time (and tax-
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payers' money) trying to legislate away the offensive, but even the most conservative Supreme Court in a century balked at broad-brush regulations prohibiting blasphemy and sexual content in arto If this has had any chilling effect on either artists or arts institutions, I haven 't noticed it . Seems like business-as-usual in the epa terle-bourgeois crowd to me . The most tangible result I've seen so far has been a refining 01 the line between what's appropriate for public patronage and what should be left to depend on private funding. This has been most distressing to those who claim that the avant-garde cannot exist without government approval and assistance--surely one of the more idiotic ideas of our time, and the most embarrassing confession of impoten ce I've ever heard. Speaking both professionally and personally, I find this running argument lar less threatening than many of those in the art world and the academic environment. In lact , it smells like democracy in action to me. And the fact that the democratic experiment has not yet failed here entirely is the main reason I still choose to live in this often bewildered and bewildering land. So let the contretemps roulez, I sayo
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KAREN
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Occupalion: Slalue Wrecker yszari Kapuscinski In Ihe folloMl· ing lexl, a re· porter from Ihe Tehran neMlspaper
Kayhan inler· views aman famed for de· stroying stat· ues oflhe Sha. The interview was laken from Ihe book El Sha o
la desmesura del poder (The Sha, or POMler knoMls no Limits) by Kapuscinski.
In your neighborhood, Golam, you are well known as the destroyer of statues; they even consider you a veteran in that area. "It's true. The first statues that I destroyed were of the old Shah, of Mohammed Reza's father, when he gave up the throne in 1941 . I re· member how happy the city was when the news spread that he had left. Everyone immediately started to destroy his statues . I was a young man then but I helped my father who, together with his neighbors, knocked down the monument to Reza Khan that he had had built in our neighborhood. I can say that that incident was like making my first arms. Oid they persecute you for that reason? No, in that time that still wasn't done. After the old Shah left, we all
lived a period of freedom. During that time, the young Shah didn't have sufficient strength to impose his powero Who would have persecuted us? Everyone was against the monarchy. The only ones who supported the Shah were a few officials and of course , the Americans. Then came the coup, they captured our Mossadegh, shot his people and also communists. The Shah returned and established the dictatorship. It was 1953. Do you remember that year? Of course I remember. It was one of the most important years because it marked the end of democracy and the beginning of the dictatorship. In any case I remember very well the day that the radio broadcasted the escape of the Shah to Europe and how, when the people found out, they went euphorically into the streets and began to knock down the imperial effigies. I must clarify that from the beginning the young Shah built many monuments in honor of his father and of himself.
Therefore, during all those years there was quite a bit of material accumulated to destroy. By that time my father had already died, but I was an adult and I went outside for the first time as a autonomous destroyer of statues. And then? Oid you destroy all of them? Yes, it was an easy accomplishment. When the Shah returned , after the coup, not one Pahlevi effigy remained. But it waso'Uong before he began to build new monuments to himself and to his father. You mean that what you destroyed, he would replace immediately and then you would end up knocking down what he had replaced, and so forth, isn't that right? Yes, that's how it was, it is true. You might say that we didn't give him any leeway. We destroyed one statue, he would build three ; we destroyed three and he would construct ten. One couldn't see the end of it. And afterwards, after '53, when did you begin to work? We were thinking of beg inning in '63, that is, during the protest that broke out when the Shah captured Khomeini. But the Shah immediately ordered a massacre, so we had to hide the ropes without having had time to pull down one statue.
I understand that you had special ropes tor this project? But how else could we have done it? We had some very strong sisal ropes that we kept in the market, in of one of our merchant friends' stand. We couldn't joke about these things; if the police had discovered what we were up to, we would have been put up against the wall. We had everything planned for the perfect momento Everything was well thought out and prepared. During the last revolution , in '79 , the disaster took place because many enthusiasts began to knock down monuments. There were many accidents because they let the statues fall on their heads. To destroy a monument is not easy; to do it right , one has to have professionalism and practice. One has to know what material it is made out of, how heavy it is, how tall it is, if it is welded on its borders or if the joints are cement ; one has to know where to tie the rope, how far to lean the statue over, and final!y, how to destroy it. We would calculate it al! at the same time the next statue was being built. It was the best moment to figure out each particularity concerning its construction : to know whether the figure was hollow or not and, more importantly, how it was placed on its pedestal , what method they used to place the statue.
You must have dedicated much time to these investigations. Quite a bit! You know that in the last three years the Shah constructed more and more monuments. Everywhere: in the parks, on the streets, in the stations, on the roadside ... Also , others would build them. The person who wanted a good contract and to smother competition always hurried to be the first to render this homage. That is why few monuments were constructed solidly, and when the time came, it too k little effort to destroy them. I have to admit though that at one time I doubted that we would destroy such a large number of statues: hundreds of them. The truth is that this work cost us blood and sweat. I had my hands full of blisters and cuts 1rom pulling the rope so mucho Well, yes, Golam, you were involved in interesting work. That wasn't work; it was a duty . I feel very proud to have destroyed the Shah's monuments. I think that everyone who participated in the destruction felt equally proud. What we accomplished can be seen by the whole world: all 01 the pedestals are empty and the statues 01 the Shahs have been destroyed and are Iying dismembered in different courtyards.
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TRANSLATED
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Institute and the Admini s-
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tration buildings. The statue, finely worked in stone, was inau gu rated four months later on November 18. That same day, Asúnsolo made his report to the Mexican Senate on the modilications planned for the statue to eliminate any resemblance it Alfonso Morales held-as many people felt it did-with the effigy 01 th e Father of AII Russias , Joseph Stalin. Never ac cepted by the student body, the Miguel Alemán monu ment suffered severe damage due to a dynamite bomb attempt in 1960. To repair il, ninety blocks of stone were hauled from the Popocatépell vol cano and used to reinforce the base , so as lo prevent the inser, tion of sticks of dynamite. The "destalinization" of this image of the first university presidenl called for cutting back the moustache and inlensifying the chiaroscuro effecls on the hair. The 1952 original had cost forty thousand pesos and, according to Raquel Tibol, Ihe government spent another sixty thousand for its restoration . The statue came lo its end -following alife of tribulations that left it abraded and paint-stained-during the student conflict of 1968. The bronze leaf that covered it had been turned into a canvas for ephemeral murals made by painters sympaslill President of Mexico al the time. The fourteen-meter thetic to the movement : José Luis Cuevas and bronze sculplure designed Manuel Felguérez, among by Ignacio Asúnsolo was 10cated between the Science others.
Robes, Mortarboards and Dynamite Patricia Gola I
On July 18,1952, on the campus of the Nalional University, the first stone was placed lor a monument dedicated to Miguel Alemán ,
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