Variaciones 1995-1997
Manuel Ă lvarez Bravo
Variaciones 1995-1997
Manuel Álvarez Bravo
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""'''I oora la <:..ultilla'! las ArIes
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CENTRO DE L~ IMAGEN
P resentac
ón
Maes tro de va ri as ge ne rac iones, a rti sta d e se nsibilid ad exce pcional, Manuel Álva rez Bravo no es so lamente un o d e los mayo res fo tógrafos co n tempo ráneos , s in o un poe ta y un intérprete de la im age n del ti empo y el es pac io mex ica nos. Su a rte, fru to de un espí ritu ind agad or, desc ubre siempre nuevas perspecti vas de esa ti erra , en ta ntos se nti dos ignota y p ro fun d a, qu e es Méx ico . Al mismo ti empo , Álva rez Bravo es poseed or de un a mirada capaz d e perc ibi r, en un le nguaje uni ve rsa l, signos invisibl es de objetos y se res , ángul os y paisajes , cu yos sent id os no pueden se r restrin gidos al terri to rio de un país o una cultura. Muestra de ell o , de la obra d e un arti sta a rraigado y uni ve rsa l, es el adm irabl e co nj unt o d e fotografí as que ah ora prese nta el Ce nt ro de la Im age n d e este gran cread or q ue, a sus n ove nta y cin co añ os, se mantien e en ac ti vid ad . To madas por Álva rez Bravo entre 1995 y 1997 , co mo un a parte de su producc ión rec iente, estas Variacio nes ex pl o ran la natu ra leza y la vida co tidi a na. Trazos marcad os po r
un árbo l y otros cuad ros , cuyo profund o se ntid o no adve rtiría el ojo común , son el co nte nid o de una muestra que , en a rmo nía co n la trayecto ria del gran fotógrafo , rec rea la grandeza de nuestro país y de la realidad , multiplicada en im áge nes sumamente exp resivas , pobl adas de sentidos y de inco ntabl es alusiones . Co n la ex posición Variaciones 1995-1997 , Manuel Álva rez Bravo extiende so bre esta se lección de sus fotografías de los últimos añ os las cualid ades fund a mentales que han ca rac teri zad o , d esde hace décadas , a su trabajo : la búsqued a co ntinua y el h all azgo de lo sie mpre in édi to en form as , tex turas,
Rafa el Tova/' y de Teres a
lu ces y so m b ras co mo ve nt a n as qu e p ro-
Pre si dente del Con sej o Na ci o n a l
p on e n vis io nes úni cas a to d as las mirad as .
para la Cultura y las Arte s
Introduce
ón
¡Qu é clamar el del tronco
Como un niño inratigable , don Manuel Álvarez Bravo re
uando talad o y hu eco
rre , de la mano del siglo y
re onaba invocando a lo divin o!
de su tiempo , ca ll e , bo ques y jardines de
Ro sano Caste ll anos
México y del mundo con su mirada siempre alena y su cáma ra sie mpre lista a los guiños que la vida le orrece . A los 95 años , pleno de energía y lucidez y co n un tremend o bagaje cuILural e intelecLUal , don Manuel vuelve a sorpre nd ernos con una extensa y extraordinaria mue tra de
u talenLO. Testimonios de
u
andanzas y nuevos
imereses, las imágenes que componen esta Variacion e han sido tomadas durante lo úILimo ne año . A la manera de la
variaciones de un tema musi al , esta colección de
rOLOgrafías orrece al es pectado r una se ri e de ca mbi os mínimos de una toma a otra , de un in tame al siguie m e. A veces, más en deuda co n el cine, nos regala pausada secue ncias que nos retan a advenir leves cambios en la luminosidad , en el tratamiento rormal. Enamorado de la música --en su casa y en su laboraLOrio pueden escucharse a toda horas óperas o piezas contemporáneas- don Manuel sabe trasladar su magia y su poesía a las imágenes que brotan de su mirada sabia y lúdica. Im posible rec rrer la seri e "Más de cien" -dedicada a los árboles, la maleza, el rollaje- sin se ntir que avanza mos armo niosamente como las notas de una sinronía , con us diversos movimientos y sus mome ntos de intensidad y calma. elva de ombra y penetraciones, de abrazos y manos suplicantes, de
árboles mutilados, reLOrcidos o llenos de oquedades; troncos añosos o meros muñones de
r rma
capricho as , casi humana ; ralo turgentes
y espaldas de
piel rugo a pintada de ca l; árbol es desnudos y tristes , solos; rollaje de
7
IntroduCC
on
ramas serpentin as que apuntan a un cielo cruzado de cabl es. La mirada co mpasiva de Álvarez Bravo desc ubre los restos de la se nsualid ad salvaje en medio de la depredac ió n de la naturaleza y del ho mbre mi smo . Una se nsació n pa recida nos invade al co ntemplar las imágenes de "Jardín interi o r". El entramado del fo ll aje juega co n los arabescos de rejas y de puertas, las
De la s er i e
Jardrn interi o r
8
IntroduCCIón
frágiles ramas parecen bailar entre luces y sombras, como si se burlaran de los calcetines y los delantales colgados en el patio, allá abajo. Don Manuel nos obsequia su intimidad convertida en intensa observación - "pensando a través de mis ojos", escribió Joyce- como si cada imagen lo llevara a los inicios de su indagación fotográfica, como si cada una de ellas nos trajera algo de aquellas primeras obras maestras: las escaleras de piedra milenaria, las misteriosas cortinas de enredaderas, la humedad que se esconde de la luz del sol, el día abriéndose paso por cada resquicio de la maleza. La de don Manuel es una mirada nostálgica que, sin embargo, está abierta a la captación de los nuevos signos. Ya desde sus primeras imágenes, don Manuel consignaba el extraño e inexorable maridaje entre el mágico mundo ancestral de los indígenas y la avasallante marcha hacia el progreso de la civilización occidental. Muchas de sus fotografías están tomadas desde un auto en marcha , y algunos autorretratos no son sino su tímido reflejo en el espejo retrovisor. Las imágenes mismas de los maniquíes desnudos, deidades posmodernas abandonadas en la soledad de los aparadores, son un comentario elocuente de la condición humana en el aciago final de este siglo. Curioso insaciable, Manuel Álvarez Bravo sigue con interés los caminos de la fotografía digital y aumenta su colección de discos láser. No en vano , recientemente afirmó : "Creo que la verdadera libertad existe en la utilización de las posibilidades del arte". Sus Variaciones son , entre otras cosas, la encarnación viva de una libertad poco común, de una búsqueda y de un riesgo que
Patricia Mendoza
sólo puede ser asumido por quien es, hoy por
Di rectora del
hoy, el fotógrafo más importante de México .
Centro de la Imagen
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o e I a se" e Mรกs de cien
10
La
m
rada como canto de v i t a l
dad La
búsqueda
Incesante de Manuel
Con una nueva serie de imágenes desafiantes, Manuel Álvarez Bravo -con más de setenta años de ser fotógrafo y noventa y cinco de edadnos sorprende de nuevo . Lo primero que asombra es la manera tan sistemática con la que esta mirada privilegiada explora incesantemente las cosas que la rodean y establece implacablemente ciertas líneas de búsqueda. Esta exposición es una rica muestra de sus más recientes exploraciones sistemáticas. En todas ellas hay siempre hallazgos, innovación, y a la vez fidelidad a los grandes temas de su obra. Por ejemplo, la serie dedicada a mirar maniquíes nos recuerda inevitablemente algunas de sus más célebres fotografías de 1930, como Maniquíes riendo , o Maniquí con voz. En estos nuevos maniquíes hay una fascinación renovada por esas presencias semiengañosas que simulan cuerpos de personas ofreciéndonos, no una ilusión completa de realidad pero sí un gesto, una posición y un volumen que son reales. La cámara captura esa realidad entera y la enfatiza ante nuestros ojos que así aprenden a mirarla con más atención. Nos enseña a ver cómo un maniquí frente al balcón mira al horizonte mientras, extrañamente, como sin quererlo , los árboles reflejados en la ventana nos hablan de lo que tal vez mira. Otra mujer maniquí , por la posición que tiene casi parece haber sido congelada mientras caminaba. El reflejo de los automóviles en su ventana nos brinda una calle por donde podría suceder esa caminata. En cada caso el fotógrafo completa el cuadro vital aumentando lo enigmático que de por sí ya tienen esas presencias fantasmales , al añadir un reflejo como elemento semitransparente en un collage.
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Alvarez
Bravo
La
mir a d a
co m o
c ant o
d e
vita li dad
En OLra imagen , la muj er conge lada en su balcón es visLa por el fOLógrafo tan desde abajo que es esa misma posición forzada la que compleLa y aumenta lo enigmático de la fotografía. La presencia misLeriosa del maniquí crece al hacerse notar sutilmente la presencia implícita del que mira, es deci r, del fOlógrafo. Hay fOLógrafos que casi se borran de su obra, o tros que se borran aunque no quisieran . Hay Lambién quienes enfaLizan su presencia con burdos manierismos que afecLan la eSLética de sus fOLografías . Manuel Álvarez Bravo , al conLrario, sabe eSLar presente de ma ne ra sULil pero decidida . En toda la se rie de maniqu íes hay un sobreentendid o, algo que no se ve dentro de la fOLografía pero que e lla nos dice que ex isLe: la mirada fascinada del fotógrafo que vuelve excepcional para nosotros las cosas de la call e. Cosas que tal vez miraría mos al pasar sin da rles impo rLa ncia. Es curioso que en el cine, el gé nero do nde más se utiliza el procedimiento de Lener e invocar presencias importantes fuera de la pantalla, "fuera de cuadro", sea e l ci ne de misterio. Y es indud able que la ob ra de Manuel Álvarez Bravo, con su gran dominio de las presencias implíciLas, cultiva y fij a el miste rio e le mental de la vida. La magia misma que ti ene la vida y el acto extraño de poder mirarla , de poder deLenerla en una fOLografía , de poder enfatizar cie rtos rasgos de esa vida d ete nida . El fotógrafo mezcla sus pasos Cy su mirad a) co n el riLmo de la vida . Luego nos trae , con su cáma ra, el LeSLimo nio asombrad o de ese paseo ríLmico, d e esa danza senci ll a que , como la de un chamá n lleno de visio nes, nos recuerda la dime nsió n mágica que hay e n la vida . Po r eso tal vez, esta nueva se ri e de maniquíes nos recue rda ta mbié n la fid elidad de Manuel Álva rez Bravo al principi o viLal que él descifró desde
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la
mllddd
como
(anto
de
.... t a l . d a d
los inicios de su carre ra e n las imágenes de ese Olro gra n fOlógrafo de las cosas de la calle , el francé Eugéne Atgel. El fotógrafo mex icano escribió en 1939 que el secreto abie n o de Atget consistía e n transfo rma r el torbellino d e técni cas y teo rías de' s u ti empo "en la magia se ncill a de vivir y trabaj a r". Yeso es lo que nos ofrece con esta nueva ex posición Manuel Álvarez Bravo , un canto s iste máli co y profund o a la magia se ncill a de la vida . Y desde mucho a nle é a e la primera y más fu e n e de la presencias implícitas en la obra de e le a ni la, la del homb re que fesleja , al rilmo de us pasos, con la mirada y u cá mara , la magia de vivir y trabajar. Por otra pa n e , e ta nueva exposició n de bú queda muestra ta mbié n de q ué mane ra , las im ágene
i te máticas nos
e ncill a de Álvarez Bravo
son parad ójica me nte el producto d e una me nte barroca. Pa ra come nzar, su sencillez pa rece ba a rse en el obreentendid o, en la co mposi ión de prese ncias implícitas que me ncio nába mos antes. Y la prime ra de ell as , siempre sutilmente pre e nle e la del que mira y nos hace mirar.
u mirada es un
dedo que eñala , que hace dibujos misterio os en el aire . Pero u filigrana de pases mágico y a n e anale se resuelve fina lmente en una imagen sencilla que a pa re e eña lada ante nuestros ojos po r ese o rfebre paradójico. La me ntalid ad barro a se reconoce po rque está poseída por la pasi ón del orfebre que pul e de mil mane ras su pieza hasta logra r la form a de purad a que prete ndía mo tra rno . Para varios histo riado res de las fo rmas artísticas, el barroco es el a n e de la a rgucia, del argumento sagaz que se ñala lo inédi to , el arte de la agudeza . Es una a tucia d e la formas que reve la relacione inédita , comenzan do co n nue tra propia relació n d e espectadores con las co as que nos
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la
ml'ada
(omo
(,]n I O
de
vItalidad
rodean. La mentalidad barroca intensifica altamente esa relación. Por eso el barroco es también un erotismo. Una pasión astuta que nos relaciona de manera más intensa con las cosas del mundo. Todo orfebre es en el fondo un erotómano. Todo hombre barroco guarda con el mundo una relación fundamentalmente erótica que lo hace indagar sistemáticamente los pliegues de su magia. Manuel Álvarez Bravo es un hombre barroco pero pausado. La se ncillez de cada imagen es un momento de su ritmo complejo. Estas series de imágenes sistemáticas revelan a este hombre barroco como un gran orfebre apasionado. Y pa ra mí es evidente que su relación con el mundo es altamente erótica. Mira un pequeño espacio o un traspati o como quien corteja. Entra en la intimidad de las luces y las sombras como quien escucha entre unas y otras un a invitación , una demanda de tocar con la mirada. Espera a que la luz cambie como si esperara a que creciera en el mundo el deseo de su mirada. Entre los árboles y los cables eléctricos descubre, o establece , un abrazo caprichoso. Sabe que el mundo es un cuerpo extendid o ante nosotros como un desierto poblado de espejismos. Él mismo se mira como un espejismo, un reflejo en las partes brillantes de ese cuerpo. Espejismo es el bosque que flota sobre el cristal inclinado de un automóvil. Pero en el ámbito imaginario creado por la fotografía los espejismos son reales yesos bosques sí pesan , cuentan como formas de composición. Nuestra imagen puede hasta extraviarse en ellos. En el jardín interior de su casa similares espej ismos eróticos proliferan. Lo distinto se une, lo que tiene materia más distante se unifj ca~ El hierro
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llega a pesar lo mismo que una hoja y que su sombra: todo y nada. Los herrajes de su ventana, las enredaderas y la fili grana de sombras atan y desatan una co mplicid ad ex traña porq ue en la fotografía, para una composició n, todo lo negro pesa lo mismo , aunque sea vegetal, hierro o sombra. En ese jardín interior, las mismas sombras se treparon alguna vez sobre un cuerpo desnudo, tocándolo , poseyéndolo. El fotógrafo dijo en el título de esa im age n que e ra un a te la de araña. Posesión eró ti ca por medio de las somb ras. Pero es evi dente que el erotismo de Álvarez Bravo no está únicamente en sus cé leb res desnud os. Incluso la fotografía reciente de un a muj er frente al ma r, de espa ld a a nosotros, aunque está vestida, tiene tal carga erótica que podría ser exhibid a co n sus desnudos. Su erotismo generali zado es el co nductor de su tre mend a afirm ación vital. La alegría de vivir y trabaj ar, que Álvarez Bravo festejaba en el fotógrafo francés Atget , en él se convirtió en alegría eróti ca. Y su magia sencilla es la del deseo . La magia de la atracció n que nos imponen las formas pa ra penetrar en su misterio.
¿ o es ésta una manera de entender la pasión obsesiva po r los árboles y sus formas mi steriosas que muestra Álvarez Bravo en esta nueva serie de im ágenes) Observa r estas fo rmas ca pri chosas de la naturaleza, es detenerse en sus texturas acc id entadas , los giros de sus tro ncos y de sus ramas, la ga ma de sombras que despliegan , es reconoce r que se hicie ron lentamente, como todos los cuerpos, en el torbe llino fo rtuito y sistemático de la vida. Cab les y ramas tejen un ciel o para nuestros ojos. Es cotidiano y a la vez extraño. Sólo una mirada barroca lo descubre, lo ex plo ra , y lo muestra pausadamente, co n si mplicidad . Sólo una mirada eróti ca se deja enredar en sus
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la
mirada
co m o
c anto
de
v i talidad
nervaduras y goza ex pl o rand o su imaginaria bóveda de venas , sus colum nas orgánicas, su anatomía de gestos indescifrab les. Otra observación minuciosa sucede en un pequeño espacio, cercano a su casa, dond e el fot ógrafo mira día a día las va ri acio nes que puede ex perim entar un te nd ede ro . Más allá de su ya clásica im age n de sábanas secándose sobre magueyes que él agudamente llamó Las la va nderas sob re-
entendidas, ve mos en esta nueva se rie de sobree ntendid os al sol, ese deseo pausado de un hombre metiéndose intermitenteme nte en el ritmo de la vida. El artista aquí mete su cuchara , su cá mara, su mirada curiosa , en el espacio pequeño que otros transfo rman día a día. y el sol también ayuda, como las nubes.
u deseo de intervenir pausadamente lo lleva a variar sus
propios ángulos. Princi pi o erótico po r excelencia: el artista se mete ahí como si cada vez hicie ra lo mismo pero nunca es igual. El hombre barroco parece repetir hasta la saciedad lo que en rea lidad es apasionada proliferación de sutiles diferencias . Esta afirmación vital de Manuel Álvarez Bravo es un nuevo canto a la vida en forma de fuga barroca de imágenes que se persiguen mientras las vemos. Aprendo de nuevo a mirar con ellas, a entrar en el mundo de otra manera, a ser amante pausado (pero obsesivo) de lo que uno mira. Muchas de las imágenes creadas por Manuel Álvarez Bravo form an , desde hace varias décadas, parte de nuestra piel cultural. Hemos crecido con ellas y hemos aprendido a sentir y observar las cosas de otra manera a través de sus fotografías .
o son parte de nuestro
Albert o Ruy Sán chez
patrimonio (algo que se tiene) sino mucho T]1.ás:
MéxICO
son parte de nuestro cuerpo (algo que se es).
Junio de i997
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S e r i e
Espejismos
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S e r i e
ManiquĂes
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Mรกs de cien
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S e r i e
JardĂn interior
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5 e r i e
En un peque単o espacio
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S e r i e
Andante con moto
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S e r i e
10 de junio, 1997
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Semblanza M anuel
Alvarez Mex
Bravo J
D F
1902
Result a imposible imagin a r la ruta que habría seguid o la
Israe l (1983) y el Museo de Arte Mode rn o de
rotogra na en México sin la obra d e Manue l Álva rez Bravo .
( 1997). Me reced o r de los premi os más impo rta ntes en el
El itine ra rio de su vid a y su trabajo han id o a la pa r de l
á mbito ro togrMi o internac io nal, como el Hasselblad
camino seguido po r este medi o en nuestro siglo, abrien-
( 1984), Hugo Errurth (1991) y Leica ( 1995), Ál va rez
d o un cauce que ha do tado de poder, sentid o y uni ve r-
Bravo ha sido también distinguido como Maestro po r el
ueva Yo rk
e ntro Inte rnacional de la Fo tograna (1 987), Beca rio de la
salid ad a la rotogra na mexicana . En los años ve inte y tre inta, Manue l Álva rez Bravo asimiló
Fund ació n Guggenhe im (1 975) y O ncial de la O rden de
plen amente las ense ñanzas de los rotógraros mode rnistas
las Artes y las Letras po r el go bie rn o de Francia ( 1981).
--e n particula r de Tina Modotti , Albe rt Renge r- Patzsc h
Asimismo, en México recibi ó el Premi o
y Euge ne Atget -, ro rmándo e tam bién po r el cont ac to
en 1975 . Desde 1980 es miemb ro ho no rario de la Acade-
lue mantuvo con el movimiento plástico mexicano más
mia de Artes y en 1993 rue designad o Creado r Emé rito
impo rtante de nuestro siglo : el muralismo. El estilo surgi-
po r el Consejo
d o de tale influe ncias rue reco noc ido g racias a muestras
a tod os los reconoc imientos públicos citados , destaca una
co mo el Primer Salól1 Mexica l10 de Fotografía (19 28), la
de sus mayo res a po rtacio nes, la enseñan za, enca rnada en
exposició n Fotografías: Ca rticr Brcssol1, Alvare:: Bravo ( Pala-
un selecto grupo de rotógra ros, e n mayo r o meno r medid a
cio de Be llas Artes , 1935) y Mcxique (ex posición surrea-
discípulos de Álva rez Bravo: Hécto r Ga rcía,
li ta o rga ni zad a po r André Breton e n la gale ría Renou et
G rac iela Iturbide, Rarae l Do ni z, Flo r Ga rduñ o, J osé Ángel
o lle, Pa rís, (939) . El pOlencial o nírico y mágico en sus
acional de Arte
acio na l pa ra la C ultura y las Artes . Frente
acho Ló pez,
Rodríguez y Jesús ánc hez Uribe.
rotogra na , consolidado plenamente en los años cuarenta,
Todo lo ante ri o r describe un pasad o que constituye una
se desplegó posterio rmente en di ve r as exhibiciones, entre
pieza medular de la rotogra na e n México; sin e mbargo, no
las que destaca n: La fo tografía como arte ( ociedad de Arte
es menos impo rta nte reconoce r que aquí y aho ra, a sus
Mode rn o , 1945), Mal1uel Alva rc:: Bravo, Fotografías de 1928-
noventa y cinco años, Manuel Álva rez Bravo nos sigue mos-
1966 (Palacio de Bella Arte 196 ) Y las retrospecti vas o r-
trand o la ruta, trazada po r e l coraje y la pasión creati va del
ga ni zadas po r el Musco de Arte Mode rn o de México ( 1978),
rotógra ro capaz de hace r de
la Galería Corco ran de Washington (1978), el Museo de
su o ncio una ro rma de vida.
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Aleja ndro Cas tell a l1 0s
n d
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Presentación
Rafael Tovar y de Teresa
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Introducción
Patricia Mendoza
La
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m i rada como canto de
Alberto Ruy Sánchez
S e r
vital
dad
11
e s
Espejismos Maniquíes
18 24
Más de cien
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Más de cien, entre otros Jardín interior
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En un pequeño espacio Andante con moto
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8 junio, 1997
10 de junio, 1997
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S e m blanza
Alejandro Castellanos
E n 9 I
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t e x t s
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Variacion es 1995- 1997 se presentó en el Centro de la Imagen, del 10 de julio al 31 de agosto de 1997, y constó de 170 fotografías impresas por Leticia Gómez Gil. Las fotograffas fueron realizadas de enero 1995 al 8 de junio de 1997.
Del a s e "e Ecos
English texts
Pr csc nt a t i o n
Possessing an except ional artistic sensibil ity and having mentored various generations of photographers, Manuel Alvarez Bravo is not only a great contemporary photographer but a poet and interpreter of images of Mexican time and space . His art, the re sult of an inqu iring spirit, is always discovering new perspectives in the topography of Mexico, a land w ith many as yet unexplored depths. Alvarez Bravo' s gaze has the ability to perceive, and tran slate into a universal language, the invisible signs tran smitted by objects and beings, angles and landscapes, whose mean ings cross over a country 's territorial and cultural boundaries.The astound ing series of photographs now on exhib it at the Centro de la Imagen is a show of th is universally influential art ist' s oeuvre, as he continues to produce work at the age of ninety-five . Shot between 1995 and 1997 as part of his recent work, these Variations explore nature and everyday life . Among st other photographs, one of outl ines sketched by a tree, whose deeper mean ing an untra ined eye wou ld fa il to notice, forms part of a show fitting harmon iously into the great photographer 's life 's work, recreating the splendour of our country and its real ity, captured time and again in highly expressive images, th ick w ith mean ing and innumerable allusions. The selection presented in Variations 7995-7997 further exemplifies the fundamental qualities that have characterized Manuel Alvarez Bravo' s work for decades: the continuous search for - and discovery of-
new forms, textures, lights and
Rafa el Tov a r y de Te res a
shadows that funct ion like windows offering
Pre si dent ,
unique visions to anyone who peers through them .
ConsejO Nac i onal pa r a la Cultura y la s A rt e s
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l ntrodu c tion
What a raeh et made the trunh Like a tireless child walking hand in hand with the
When felled and holl ow
century and his own epoch, don Manuel Alvarez
It re so unded, beggi ng Cood for merey!
Bravo scours the streets, forests and the parks of
Rosar io Castellanos
Mexico and the world at large, his eyes always on the alert and his camera always at the ready for when life might wink at him seductively. At the energetic and lucid age of ninety-five, carrying a tremendous stock of intellectual and cultural knowledge, don Manuel surprises us once again with an extensive and extraordinary show of talent . Bearing evidence of his adventures and new interests, the images that make up Variations were shot during the last three years . Like musical variations on a theme, this collection of photographs offers the viewer a series of minimal alterations from one frame to the other, from one instant to the next. Sometimes we are treated to deliberately languid sequences -and these owe a particular debt to film- where the challenge is to notice slight changes in luminosity or formal image treatment. As a music lover -whether at home or in his lab, he incessantly listens to opera as well as more contemporary compositions -don Manuel knows how to transcribe his poetry and magic onto the images that well up in his wise and yet playful mind's eye . It's impossible to look through the series .. More than a Hundred" - devoted to trees, undergrowth and foliage- without feeling like we're walking in cadence with the notes of a symphony, its various movements and its moments of intensity and calm . A forest of shadows and interpenetrations, of embraces and imploring hands, of
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n 1 r
l
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mutilated. twisted and hollow trees; aged trunks or mere stumps. whimsically shaped. almost human; bulging penises and backs with pitted . rutted skin. painted with lime; sad. lonely and naked trees. the leaves on gnarled branches that point to a sky crisscrossed with electrical wires . Ă lvarez Bravo's compassionate eye unearths the remains of wild sensuality in the midst of nature's and man's own ravages . We are overcome with a comparable sensation at the sight of the images from the " Inner Garden" . A lattice-work of foliage plays with the arabesques of gates and doors. and fragile branches seem to dance among lights and shadows. as if mocking the socks
j a rd fn interior
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,1
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and aprons hang ing in the yard down below. When don Manuel presents his private life for us to look at, he does so w ith intense scrutiny -
o
th inking through my eyes o wrote
Joyce- as if each image were the principie of a photograph ic inqu iry, as if every image conjured up someth ing from his f irst masterpieces : stone sta irs one thousand years old, mysterious curta ins of vines, humid ity that hides from the sun , daylight forc ing its way through the undergrowth . Don Manuel 's vision is a nosta lgic one that nonetheless rema ins open to the influence of new tendencies . His very f irst images recorded the unnatura l but inevitable alliance between the mag ica l ancestra l world of indigenous people and western civilization 's overpowering course towards progress. Many of his photographs are taken from a moving car, and some of his self-portraits are nothing but the shy reflection of his face in t he rear-view mirror. Even the images of naked mannequins, postmodern deit ies abandoned to the solitude of window displays, are an eloquent commentary on the human condit ion at the dark end of th is century. Insatiably curious, don Manuel fo llows w ith interest
the evolution of digita l
photography while add ing to his collection of laser discs . He recently sa id: 01 th ink that true freedom lies in the use of the possibilit ies of art oo His Variations are , amongst other th ings , the sp irited embod i ment of an uncommon freedom , a quest and risk that can
Pa t ric ia Mend oza
on ly be ta ken by the man who, still today, we can
Di rec t or,
claim to be Mexico 's most important photographer.
Cen tro d e la Imagen
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With a new series of daring images, Manuel Alvarez Bravo, who
midstep beca use of the pose she assumes. The reflection of the
at ninety-five has worked more than seventy years as a
cars in her w indow reveals a street where she could be walking.
photographer, surprises us again. At first we are amazed by the
In each case the photographer completes the vital picture
systematic way in which this privileged gaze never ceases to
increasing the enigma implicit in those ghostly presences, by
explore its environs and implacably establishes certain lines of
adding a reflection as a semitransparent element in a collage.
inquiry. This exhibition is a rich display of his most recent
Another image of a woman frozen on a balcony is shot by
systematic explorations.
the photographer from below, from such a forced perspective
In each of them is always discovery, innovation as well as a
that it completes and increases the enigma of the photograph .
faithfulness to the great subjects of his work. For example, the
The mysterious presence of the mannequin grows while the
series devoted to mannequins unavoidably reminds us of some of
presence of the observer, that is to say, the photographer, is
his most famous photographs from 1930, such as Mannequins
subtly made known .
Laughing or Mannequin With Voice . These new mannequins
Some photographers are nearly invisible in their work, others
show a renewed fascination for slightly deceptive presences
unwillingly make themselves transparent. There are also those
which simulate the human body to offer us, not a complete
who emphasize their presence w ith crude gestures affecting the
illusion of reality, but rather, a pose and a volume which are real.
aesthetic of their images. Manuel Alvarez Bravo, on the contrary,
The camera captures that complete reality and emphasizes it
knows how to be present in a subtle but bold way.
before our eyes which learn how to view it more attentively.
Throughout the mannequin series is an implicit understanding,
We learn to see a mannequin on a balcony that appears to
something which is not seen within the photograph but makes its
look at the horizon while, strangely, almost incidentally the trees
presence known: the fascinated gaze of the photographer who
reflected in the w indow speak to us of what the mannequin
turns street scenes into something exceptional. Objects upon
sees. A female mannequin almost seems to have been frozen in
wh ich we might gaze in passing without paying attention to them.
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Curiously enough, in cinema, the genre where the process of
simple magic of life . For a long time this has been the first and the
possessing and evoking important presences off the screen, out
most striking of the presences implicit in this artist's work, that of
of the frame, is mystery movies. Undoubtedly Manuel Álvarez
the man celebrating the magic of living and working, at his own
Bravo's work, w ith his great control of the implicit presence, is a
pace, through his gaze and his camera .
process of cultivating and fixing the fundamental mystery of life.
In addition, this new exhibition of a systematic quest
The magic of life and the strange act of being able to contemplate
demonstrates the way in which Manuel Álvarez Bravo's simple
it, of being able to capture it in a photograph, of being able to
images are paradoxically the product of a baroque mind . To
emphasize certain characteristics of that captured life .
begin w ith, his simplicity seems to be based on the implied, in
The photographer combines his steps (and his gaze) with the
the composition of those implicit presences mentioned before.
rhythm of life. Then through his camera he brings us, the
And the first of them always subtly present is that of he who
marvellous testimony of this rhythm ic walk, of this simple dance
observes and forces us to take a look. His gaze is a pointing
which, like that of a shaman full of visions, rem inds us of life 's
fi nger that outlines mysterious drawings in the airoBut his filigree
magical dimension o Perhaps that is why the new series of
of magical and hand-crahed passes is finally resolved in a simple
mannequins also rem inds us of Manuel Álvarez Bravo's loyalty to
image that appears before our gaze as directed by that
the vital principie that he found , early in his career in the images
paradoxical goldsmith .
of that other great photographer of street scenes, the Frenchman,
The baroque mentality is recogn izable in the goldsmith 's
Eugene Atget. In 1939 the Mexican photographer wrote that
pass ion, the way he polishes his piece in a thousand ways until
Atget's disclosed secret consisted of transforming the turmoil of
he achieves the pure form he wishes to show. For various historians
the techniques and theories of his time " into the simple magic of
of artistic forms, the baroque is the art of sophistry, of the w itty
living and working . And this is what Manuel Álvarez Bravo offers
argument that points to that which is unsaid, the art of wit.
in his new exhibition : a systematic and profound hymn to the
It is an astuteness w ith regard to form that reveals
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relationships, to begin with our own relationship as spectators to
floats in a car's windshield . But in the imaginary atmosphere
that which surrounds usoThe baroque mentality highly intensifies
created by the photographer, the illusions are real and those
that relationship. For this reason the baroque is also eroticism, an
forests take on weight, they are compositional forms. Our image
intense passion relating us more intensively with worldly things.
can even become lost within them .
In the end, every goldsmith is an erotomaniac. Every baroque man
In the indoor garden of his house, similar erotic illusions
maintains a fundamentally erotic relationship with the world,
proliferate. Difference is resolved, objects of strikingly different
which leads him to systematically explore the folds of its magic.
substance are unified. lron weighs as little as a leaf and its
Manuel Alvarez Bravo is a baroque, but deliberate mano The
shadow: everything and nothing. The ironwork of his window,
simplicity of each image offers a glimpse of his complex rhythm .
the twining and the filigree of shadows are bound and unloosed
These series of systematic images reveal this baroque man as a
in a strange complicity: in the photographic composition, all that
great passionate goldsmith. And for me, it is obvious that his
is black takes on equal weight, whether plant, iron or shadow. In
relationship with the world is highly erotic. He looks at a small
that interior garden, the same shadows once climbed over a
space or a backyard like someone who is courting . He enters the
naked body, touching it, possessing it. With the title of that
intimacy of lights and shadows as one who listens to an invitation
image the photographer declared it a spider's web. Erotic
in the voices of others, for a call to touch with the gaze. He waits
possession by means of shadow.
until the light changes as if waiting for the desire of his gaze to
But it is obvious that Alvarez Bravo's eroticism is not only
extend throughout the world . Among trees and power lines he
present in his famous nudes. In a recent photograph a woman
reveals, or establishes, a capricious embrace.
stands befo re the sea with her back to uso While clothed she is
He knows that the world is a body extended before us like a
charged with such eroticism that she could be exhibited
desert full of illusions. He sees himself as an illusion, a reflection
alongside his nudes. His generalized eroticism is the conduit for
in the brilliant elements of that body. An illusion is the forest that
his tremendous vital confirmation . The joy of living and
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working
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that Álvarez Bravo celebrated
in Atget, was
Implicit Laundresses, we see in that new series an understanding
transformed into an erotic joyo And his simple magic is that of
of the sun, the unhurried desire of aman intermittently
desire. The magic of attraction, imposed by form as a means to
penetrating life's rhythm . The artist intervenes, he works with his
penetrate mystery.
camera, his curious gaze on a smal! space that others transform
Might this be the way of understanding the obsessive
day after day. And the sun helps, as well as the clouds. His desire
passion for trees and their mysterious forms that Álvarez Bravo
to intervene causes him to vary his own perspective . An erotic
demonstrates in his new series of images? To observe these
principie by excellence: the artist penetrates the scene time after
capricious forms of nature is to pause within their troubled
time the same but always different. The baroque man seems to
textures, the twists of their trunks and branches, the variety of
continually repeat that which is actually the passionate
shadows unfolding. It is the realization that they were slowly
proliferation of subtle difference.
created, as are bodies, through the fortuitous and systematic
The vital confirmation of Manuel Álvarez Bravo is a new hymn
turmoil of life. Power lines and branches weave sky before our
to life in the form of a baroque fugue of images pursued before
eyes. It is common and also strange. Only the baroque gaze
our eyes. 1 learn again to see with them, to enter the world in
discovers it, explores it and reveals it little by little, with simplicity.
another way, to be a deliberate (but obsessive) lover of al! that 1see.
Only an erotic gaze allows itself to be entangled in its nervation
For many decades now, many of the images created by Manuel
and enjoys exploring its imaginary arch of veins, its organic
Álvarez Bravo form part of our cultural skin . We have grown with
columns, its anatomy of undecipherable gestures.
them and we have learned how to feel and look at things in a
Another meticulous observation occurs in a small space near
different way through them . They
his house, where the photographer observes the variations that
are not part of our legacy (that which
Albe rt o Ruy Sán chez
a clothes line can suffer day after day. Beyond his classical image
we have), they are much more: part
Mex ico
of sheets drying over magueyes that he cleverly named The
of our body (that which we are) .
June 199 7
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Biograph
e a I
o
l
e Manuel
Alvarcz
Bravo Mcxlco
Clly,
1902
It's impossible to imagine what route photography in Mexico would
Granted some of the most important awards in the field of inter-
have taken without the contribution of Manuel Alvarez Bravo. The
national photography, such as the Hasselblad Prize (1984), the Hugo
itinerary of his life and work parallels the path followed by the medium
Herfurth Prize (1991) and the Leica Prize (1995), Alvarez Bravo has also
itself in this century, breaking new ground and endowing Mexican
received the honorary title of Master from the International Center of
photography with power, meaning and universality. In the 1920s and
Photography (1987), a grant from the Guggenheim Foundation (1975)
'30s, Manuel Alvarez Bravo fully assimilated the teachings of the
and the title of Officier de I'Ordre des Arts et des Lettres of France. In
Modernist photographers -particularly those of Tina Modotti, Albert
Mexico, he was also awarded the Premio Nacional de Arte in 1975; he
Renger-Patzch and Eugene Atget-; his formation was also influenced
is an honorary member of the Academia de Artes since 1980 and in
by the contad he maintained with the most important Mexican visual
1993, was named Emeritus Creator by the Consejo Nacional para la
art movement of the century: Muralism. The style he developed from
Cultura y las Artes. Notwithstanding the aforementioned public
then on was revealed in exhibitions such as the Primer Salón Mexicano
acknowledgments, one might point to teaching as perhaps his greatest
de Fotografía (1928), Fotografías: Cartier-Bresson, Alvarez Bravo
contribution, as embodied in the work of a select group of
(Palacio de Bellas Artes, 1935) and Mexique (a Surrealist show organized
photographers, all of whom are, to a greater or lesser degree, disciples
by André Breton at the Galérie Renou et Colle in Paris, 1939). The
of Alvarez Bravo: Héctor García, Nacho López, Graciela Iturbide, Rafael
dreamlike and magical power of his photographs, fully mature by the
Doniz, Flor Garduño, José Angel Rodríguez and Jesús Sanchez Uribe.
'40s, was later showcased in various exhibitions: La Fotografía como
AII this describes a career that is a crucial piece in the history of Mexican
Arte (Sociedad de Arte Moderno, 1945), Manuel Alvarez Bravo,
photography; nonetheless, it is just as important to acknowledge that,
Fotografías (Palacio de Bellas Artes, 1968) and the retrospectives
right here and right now at the age of ninety-five, Manuel Alvarez Bravo
organized by the Museo de Arte Moderno in Mexico City (1978), the
keeps leading the way, with the courage and creative passion of a
Corcoran Gallery in Washington (1978), the Museum of Israel (1983)
photographer capable of transfor-
and New York's Museum of Modern Art (1997), to mention only a few.
ming his eraft into a way of life.
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Alejandro Cas tellanos
Variaciones
lDl'JIIlD
Manuel Ă lvarez Bravo
se termm6 de Impr im ir durante el mes de Julio de 1997
en los talleres de Imprenta Madero. S.A. de C.V. en la CIudad de MĂŠxICo. sobre papel Creapunt de 13S y 250 9rs . y guardas en papel Ingres de 90 9rs . Para su dlsel'lo ttpogrMlCo se utilizaron las fam ili as Frutlger y Berkeley.
El t I raJe fue de 2 000 ejemplares .