Boletín Informativo Nº 34
Enero 2006
Cáritas Diocesana de Valladolid Trabajamos por la justicia
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Celebramos el domingo día 15 de enero la Jornada Nacional de las Migraciones. JUNTOS CONSTRUIMOS, el barrio, la ciudad, la Iglesia, el mundo. Nuestro país ha pasado de tener tres millones de españoles fuera de sus fronteras a ser receptor de inmigrantes en un breve período de tiempo. En el momento actual cuatro millones de personas que viven en España se consideran inmigrantes. Un dato social que se puede caracterizar como un “signo de los tiempos” que nos ha tocado vivir. Desde la perspectiva de las comunidades cristianas y en especial de las parroquiales nos podemos preguntar qué podemos hacer, cuál es el papel y la tarea de la comunidad cristiana en este fenómeno. En primer lugar ACOGER y COMPRENDER. Que nuestras parroquias sean lugares de recepción, pero no para alimentos y ropa o simple información, sino para acoger con el corazón y para que en el espacio fraterno de la comunidad creyente se encuentren “como en su casa”. Es tarea importante el ofrecer un espacio de fraternidad en las comunidades, que sea cálido y acogedor y que esté incluso traspasado por los sentimientos humanos más emotivos. En segundo lugar INFORMAR Y ACOMPAÑAR. El voluntariado tiene aquí un importante filón para poder trabajar. La buena información, el evitar los engaños y las explotaciones de los comienzos, el hacerse compañero de camino para escolarizar a los niños, acudir a los hospitales y solucionar un asunto administrativo. Estar cerca y al lado para hacerles las cosas más fáciles. En tercer lugar PROPONER y OFRECER actividades específicas para ellos. Actividades que tengan un carácter promocional y que sirvan para la integración y para la construcción de un espacio común para personas diferentes. Son varias las parroquias que están embarcadas en el estudio asistido con niños, otras en abrir espacios de encuentro y de inserción social entre inmigrantes y de estos con la sociedad, todos embarcados en la educación para la acogida y el respeto para que no les veamos como ciudadanos de segunda. Es mucho lo que queda por hacer en cuanto a la sensibilización social, en cuanto a la inserción social por el empleo, el campo de la promoción de la mujer resulta particularmente importante, qué decir de la formación en la infancia y de los derechos sociales en cuanto grupos humanos homogéneos. Mucho se está haciendo y mucho queda por hacer. Por último indicar que la COMUNIDAD CRISTIANA tiene que ofrecer el EVANGELIO DE JESÚS como Buena Noticia para ellos, especialmente para los que tienen un origen cultural católico, evitar que se sientan desarraigados en la fe, buscar que la comunidad creyente representada en la parroquia sea querida y apreciada por ellos, se sientan miembros vivos insertos en ella. Que la comunidad vea en ellos hermanos y hermanas, a veces pobres y desarraigados, con los que poder celebrar y compartir la misma fe en Jesús, de la que decimos que es CATOLICA y UNIVERSAL.