Boletín Informativo Nº 47
Mayo 2007
Cáritas Diocesana de Valladolid Trabajamos por la justicia
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PROHIBIDA SU VENTA
El 1 de enero de 2007 entró en vigor la llamada Ley de la Dependencia, o mejor, Ley de de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia. El viernes día 20 de abril el Consejo de Ministros aprobó el primero de los tres Decretos Leyes que desarrollarán esta ley. Desde Cáritas Diocesana de Valladolid decimos: Bienvenida sea esta ley que crea un derecho subjetivo en la persona para ser atendido y cuidado para poder desarrollar las actividades básicas de la vida diaria. La bienvenida es sincera y generosa.Todos conocemos situaciones dramáticas donde los cuidadores y los dependientes viven circunstancias de heroicidad y que merecen todo el reconocimiento para ser apoyados por la sociedad, y no solo como un premio ante tamaño esfuerzo, sino como un derecho de la persona amparado por las garantías públicas de un Estado de Derecho que se identifica como Social. El Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia, SAAD, establece garantías públicas para el ciudadano, se basa en los principios de igualdad, equidad, y calidad de los servicios prestados. Pondrá a prueba el principio de cooperación interadministrativa dentro del Estado español y el buen funcionamiento de este principio hará que el sistema de ayuda a la dependencia sea eficiente y adecuado o por el contrario la obstrucción y falta de colaboración de unas administraciones con otras y las luchas por las competencias y la financiación hará que el sistema se bloquee y quede inservible. El desarrollo de esta ley, aunque no exento de dudas, generará un importante campo de acción para las entidades del tercer sector entre las que se encuentra Cáritas. Es una oportunidad que no debemos dejar pasar. En primer lugar luchar porque nuestros usuarios, muchos de ellos lejos del ejercicio de sus derechos sociales, sean también los beneficiarios del sistema, cuando se encuentren en situación de dependencia. Se presenta también una buena ocasión para los llamados servicios de proximidad en la atención a personas dependientes.Todo esto generará una buena oportunidad laboral para personas pertenecientes a los colectivos de riesgo de exclusión social; trabajadores a los que habrá que formar y acompañar en sus procesos de inserción laboral. La aplicación de la Ley de la Dependencia va a brindar una buena ocasión para dignificar el trabajo en el hogar y establecer un cauce legal más justo que el actual para este tipo de trabajo. Aunque para las entidades del tercer sector la ley no está exenta de riesgos, desde aquí decimos: sea bienvenida. El responder a este reto nos a suponer un esfuerzo y sacrificio, pero tendrá sin duda sus compensaciones y sus beneficios especialmente para aquellos que son los beneficiarios últimos de la misma.