Boletín Informativo Nº 56
Junio 2008
Cáritas Diocesana de Valladolid Trabajamos por la justicia
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PROHIBIDA SU VENTA
Es ya tradicional que el día del Corpus, Cáritas Diocesana de Valladolid, presente sus cuentas anuales del año 2007. La entidad rinde cuentas a los donantes, socios, parroquias, entidades administrativas y todos aquellos que hayan ejercitado la comunicación cristiana de bienes para dignificar la vida de los más desfavorecidos. A todos GRACIAS por las aportaciones realizadas.Toda la ingente obra social que se ha llevado a cabo durante 2007 no hubiera sido posible sin la aportación de los recursos materiales. Aunque estos no lo son todo, sí que han posibilitado el ejercicio concreto y organizado de la caridad. Los números de la Memoria 2007, debidamente desglosados y explicados, constituyen una expresión de solidaridad, pero también y sobre todo un profundo reto moral a todos los que tenemos el deber y el encargo de multiplicarlos en eficiencia social para el mayor bien de los sufren. No entenderlo así supondría codicia institucional y afán de atesorar, lo que va en contra del espíritu evangélico. Las cuentas están claras, debidamente auditadas y se presentarán en los registros públicos correspondientes. Los dineros han sido bien administrados y con ellos se han generado servicios para acompañar y promocionar a las personas que hasta nosotros se han acercado. Lo hemos intentado hacer lo mejor posible pues para todos los que tenemos responsabilidad o trabajamos en esto, debe ser una grave preocupación que los bienes sirvan a los fines, y aquí los fines son personas y estas sufrientes. Las cifras que se presentan no son sino un pequeño anticipo de lo que estas quieren significar pues las vemos con profunda carga simbólica.Todos somos conscientes que muchas de las personas que ofrecen su pequeña limosna, son con frecuencia personas mayores con exiguos recursos viviendo en austeridad; aún con todo todavía les sobra para compartir.Todos somos conscientes de las graves necesidades materiales que tienen que abordar algunas familias de nuestro entorno viviendo con menos de lo justo y adecuado, y todos los que estamos en el entidad bien sabemos del dolor que supone el tener que decir no en determinados momentos y ante peticiones concretas. En este día de Corpus y en el marco de la mesa del compartir, los que llevamos la fe de Jesús en nuestros corazones, estamos llamados a apostar por la caridad que rehabilita y reconforta, que revivifica y alienta la esperanza en el corazón de aquellos que sufren.Así es el Pan de la Vida, partido y repartido, para que todos tenga vida.