Boletín Informativo Nº 31
Octubre 2005
Cáritas Diocesana de Valladolid Trabajamos por la justicia
Cáritas Diocesana de Valladolid. C/ Simón Aranda, 15 - 47002 VALLADOLID - Teléfs. 983 39 79 30 / 983 20 23 01 - Fax 983 39 67 26 www.caritasvalladolid.org - diocesana@caritasvalladolid.org
Comenzamos un nuevo curso en Cáritas Diocesana. Frente a la incertidumbre del tiempo nosotros queremos aportar ilusión y generosidad para ver en él una posibilidad de hacer el bien y acercar la caridad cristiana especialmente a los “últimos y no atendidos” de nuestra sociedad. En el campo de la caridad siempre existen retos nuevos que debemos afrontar y especialmente a lo largo de este tiempo se señalan los siguientes: - Revitalizar la dimensión caritativo y social en la comunidad cristiana, parroquial y diocesana. - Hacer visible y eficaz a través de la caridad el compromiso eclesial por la evangelización y la presencia del Reino sobre todo entre los pobres de nuestra sociedad. - Potenciar la presencia en todo el territorio diocesano de la acción de Cáritas Diocesana. - Favorecer la integración en las comunidades cristianas de las Hijas de la Caridad, fundadas por San Vicente personas en exclusión social a través del acogimiento y la escucha. de Paúl. Premio Príncipe de Asturias 2005. - Favorecer la acogida y la presencia de los inmigrantes, especialmente católicos, en nuestras comunidades parroquiales. - Ganar en calidad, cercanía y relaciones humanas en nuestro trato con las personas excluidas como forma de expresión concreta de la caridad. - Favorecer y cultivar la espiritualidad de la caridad en nuestro hacer cotidiano. - Sentar las bases de un programa de cooperación internacional y codesarrollo a nivel diocesano. - Favorecer la coordinación en el trabajo de todos los organismos diocesanos que trabajan en el campo caritativo y social. Estas son algunas de las pistas importantes por las que vamos a trabajar a lo largo de este tiempo que ahora se nos abre. Son dimensiones fundamentales de nuestro hacer y de nuestro trabajo. La construcción de la comunidad cristiana en su gran expresión, que es la diocesana, implica un compromiso serio, profundo y visible, por los pobres como destinatarios de la evangelización. No podemos fallar ni hacer cesación de nuestras responsabilidades achatando la gran riqueza de la experiencia cristiana reduciéndola a rezos y prácticas rutinarias. La sensibilidad por los que sufren es piedra de toque de nuestro vivir cristiano. En este nuevo curso pastoral estamos llamados a vivir todo esto y a dar una respuesta a los sufrimientos de las personas que están cerca de nosotros. El tiempo se nos da y las personas nos esperan. No defraudemos las expectativas que hay puestas en nosotros y en la entidad en la que estamos desarrollando nuestro trabajo y dedicación.