Boletín Informativo Nº 40
Octubre 2006
Cáritas Diocesana de Valladolid Trabajamos por la justicia
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Después del verano Cáritas comienza un “nuevo curso”. El inicio de esta etapa nos lleva a plantearnos la serie de retos que tenemos que ir asumiendo progresivamente a lo largo de este tiempo. Entre ellos voy citando: 1.- La vinculación más estrecha e intensa entre las Cáritas Parroquiales y la Cáritas Diocesana para potenciar y afianzar la sensibilización cristiana a la caridad a través de las comunidades cristianas. Es la animación comunitaria a la caridad que tiene sus importantes repercusiones en el entramado social. 2.- El discernimiento conjunto sobre el espacio de trabajo de los grupos parroquiales de Cáritas. El profundo reto que tenemos en nuestras comunidades cristianas para acoger a las personas inmigrantes, para que se sientan “hermanos nuestros” también en la vivencia de la fe en Jesucristo. 3.- Dentro del colectivo de personas inmigrantes, y en el campo parroquial, hacer una apuesta fuerte por la promoción de la mujer a través de la formación y el acompañamiento personal. 4.- A lo largo del tiempo que comienza se deberá hacer un discernimiento institucional sobre la labor hecha en cooperación internacional, concretamente en Puyo (Ecuador), para desarrollar el plan de trabajo para los próximos años. 5.- Se debe seguir potenciando la presencia de Cáritas en el mundo rural y en las poblaciones que no son Valladolid capital. Es preciso un mayor apoyo a personas y parroquias para esta presencia sea más generosa y real. 6.- Seguir profundizando en el campo de la formación de los agentes sociales de Cáritas, tanto de voluntarios como de profesionales, a través de la elaboración de un plan de formación para este curso y la voluntad para sacarlo adelante. 7.- Búsqueda de caminos para una mayor presencia y eficacia de la caridad en la configuración de la actual sociedad. Buscar un mayor aporte social de los principios de la caridad cristiana. Casi seguro que cuando esto se revise a final de curso aún quedarán muchas cosas por hacer, pero merece la pena afrontar estos retos. Es, sin duda, la ocasión de servir que en este tiempo se nos otorga como un don.