Boletín Informativo Nº 49
Octubre 2007
Cáritas Diocesana de Valladolid Trabajamos por la justicia
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En el editorial del Boletín de octubre de 2006, justo hace un año y en el inicio del curso, se planteaba como uno de los objetivos de Cáritas: Se debe seguir potenciando la presencia de Cáritas en el mundo rural y en las poblaciones que no son Valladolid capital. Es preciso un mayor apoyo a personas y parroquias para esta presencia sea más generosa y real. Como cumplimiento de este objetivo y como expresión concreta y puntual de la proyección de Cáritas Diocesana sobre todo el territorio diocesano se celebra el sábado 6 de octubre de 2007 en la localidad de Rueda una reunión general de todos los agentes sociales, voluntarios ante todo, que trabajamos en el mundo rural de nuestra Diócesis, y en concreto en muchas de sus poblaciones emblemáticas y significativas. Más que resultados este encuentro debe servir como encuentro, visibilización del trabajo y animación de iniciativas para mejor servir y llegar a los más cercanos a nosotros que sufren. La Diócesis de Valladolid en su distribución territorial presenta un profundo desequilibrio. Lo que llamamos el “área metropolitana” de Valladolid y su alfoz, atrae como poderoso imán, más del 80% de la población de la provincia, (420.000 habitantes), el resto de población llamada rural se visibiliza claramente en dos núcleos importantes: Medina del Campo – Tordesillas, con 30.000 habitantes; e Iscar – Pedrajas – Olmedo con 16.000 habitantes. El resto se muestra muy diseminado y disperso especialmente en la zona de Tierra de Campos. A pesar de este desequilibrado reparto poblacional, debemos hacer un esfuerzo por estar presente en él. La presencia en el territorio y la animación de la caridad también en las comunidades cristianas rurales constituye en estos momentos un objetivo importante para Cáritas. Nuevos retos nos esperan: la presencia de una importante población inmigrante en nuestros pueblos, la aplicación de la ley de la dependencia, el acceso a la formación para el empleo, la cercanía a las personas que sufren, el esfuerzo por dar una atención y servicio de calidad, la difusión de una conciencia más intensa en cuanto a la comunicación cristiana de bienes, el esfuerzo por ser solidarios también con los de cerca.Todo esto constituirá un profundo y amplio programa de trabajo para este curso 2007 – 2008 que deberá ir acompañado por un profundo esfuerzo de educación en la caridad y la solidaridad cristiana en nuestras comunidades parroquiales.