Boletín Informativo Nº 33
Diciembre 2005
Cáritas Diocesana de Valladolid Trabajamos por la justicia
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Dos palabras me evoca siempre el tiempo de Adviento: PREPARACIÓN y ESPERANZA. Frente a la Cuaresma, el Adviento se presenta como un tiempo de esperanza: va a venir un nacimiento, alguien va a nacer, y esto siempre se ve con ilusión. Desde el servicio a los pobres que intenta ser CARITAS en este tiempo de Adviento tendríamos que suscitar el don de la esperanza en nosotros mismos y saber transmitirlo a los demás bajo la forma de PAZ y ALEGRIA. El camino del Adviento desemboca en el pesebre de Belén, en el que hay un niño, Jesús, que es Buena Noticia para todos y en especial para los pobres. Los pastores, gente humilde que vivía al raso con las ovejas, fueron los primeros destinatarios de su presencia. En este año de 2005 que acaba y en esta sociedad que nos toca vivir el Adviento y la Navidad se nos presentan con unos rasgos propios. Si el adviento profano se llama lotería, salud y suerte, la Navidad cristiana se llama TERNURA, GRATUIDAD Y SERVICIO. El símbolo no es un billete de lotería, ni una botella, ni confetis, sino un niño recostado en el pesebre que suscita sentimientos de paz y alegría: Dios se hace humanidad para los hombres, especialmente para los que sufren. Movidos por la ternura de Dios que se hace hombre en Jesús de Nazaret, que nace de María Virgen, sintámonos llamados a amar y servir, a ser causa de alegría, a inspirar confianza, a transmitir un mensaje esperanzador. En este tiempo de Adviento: recojamos esperanza para sembrar con ilusión, abrámonos a la ternura para ofrecer cariño, preparemos el camino en nosotros para ofrecérselo a los demás; un nacimiento va a venir que será buena noticia. Jesús está entre nosotros.