Proyecto, Patrimonio y Sustentabilidad Anuario de Investigaci贸n
Anuario de investigaci贸n 1 Facultad de Arquitectura UAI
Buenos Aires 2012
UAI-FA Proyecto, Patrimonio y Sustentabilidad Anuario de Investigación - 1a ed. - Buenos Aires : Ediciones UAIi, 2012. 228 p. ; 23x23 cm. ISBN XXX-XXX-XXXX-XX-X 1. Arquitectura. 2. Proyecto. 3. Patrimonio 4. Sustentabilidad
Fecha de catalogación Edición: Arq. Roberto Fernández Corrección: Fernanda Pérez Diseño Gráfico: Jimena Durán Prieto (c) Universidad Abierta Interamericana Hecho el depósito que previene la Ley 11.723 Impreso en Argentina – Printed in Argentina 2013 Universidad Abierta Interamericana, Chacabuco 90, 1er. Piso. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Tel.: 4342-7788. www.uai.edu.ar Editorial UAI pertenece a la red de Editoriales de Universidades Privadas (REUP). Derechos reservados, prohibida su reproducción total o parcial, su almacenamiento en sistemas informáticos, su transmisión por medios electrónicos, fotocopias y otros métodos, sin el permiso previo del editor. Imagen de la cubierta Sigeru Ban: Auditorio de L´Aquila 2011
Después del sismo que devastó la región, la ayuda internacional proveyó soluciones de emergencia, entre ellas algunas intervenciones del diseñador japonés como este centro de reuniones resuelto en cartón y acrílicos traslúcidos, aunando la voluntad de proyectar en condiciones de sustentabilidad y emergencia, buscando a la vez otorgar a una arquitectura que pudiera parecer efímera y elemental las condiciones que logren paliar en la memoria de los habitantes, los signos de la destrucción patrimonial.
Imagen al inicio de la Sección 1 Sáez&Barragán: Casa Pentimento, Tumbaco, Quito, Ecuador. 2005 Imagen al inicio de la Sección 2 Blanqui&Primoli: Basílica Nuestra Señora del Pilar, Buenos Aires. 1732 Imagen al inicio de la Sección 3 Cartografía patagónica Familias Tipográficas: Rosario y Roboto Slab de Omnibus Type 4
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Universidad Abierta Interamericana
Facultad de Arquitectura
Dr. Edgardo Néstor De Vincenzi Rector
Arq. Gloria Diez Decana
Dr Francisco Esteban Vecerrector Académico
Arq. Juan Manuel Borthagaray Coordinador General
Dr. Marcelo De Vincenzi Vicerrector de Gestióny Evaluación
Arq. Hillman Alicia Director Regional Rosario
Ing. Luis Franchi Vicerrector de Extensión
Arq. Vicenta Quallito Secretaria Académica
Lic. Rodolfo N. De Vincenzi Vicerrector Administrativo
Dr. Arq. Roberto Fernández Secretaría de Investigación
Lic. Silvia Álvarez Secretaría Académica Lic, Ariana De Vincenzi Secretaría Pedagógica Dr. Mario Lattuada Secretaría de Investigación
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Índice
Prólogo Proyecto, patrimonio y sustentabilidad Roberto Fernández
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Capítulo 1. Estudios sobre los Modos del Proyecto 1_
Morfologías arquitectónicas y viviendas de interés social Análisis, categorizaciones y aplicaciones Irma Abades
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2_
Lógicas globales & modos locales: teorias de proyecto Roberto Fernández
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Salamone. Desplazamientos y tropismos de la modernidad local Luis del Valle
55
3_
El desafío de comprender las formas del crecimiento urbano Mónica Giglio
73
Capítulo 2 . Estudios sobre el Patrimonio 4_
Arquitectura religiosa de Buenos Aires Carlos Bozzoli & Luis Manuel Márquez 5_
103 Anuario 2012 Arquitectura
7
5_
Catálogo bioclimático de arquitectura vernácula Aportes al proyecto del hábitat popular Ana M. Compagnoni
125
6_
Convivir Barracas: reordenar el barrio con su gente Una experiencia de aprendizaje-servicio en arquitectura Jorge Fucaracce & Vicenta Quallito
147
Capítulo 3 . Estudios sobre la Sustentabilidad 7_
Chacras de hidrógeno en la Patagonia argentina Alternativas, consecuencias y posibilidades Juan Manuel Borthagaray
171
8_
Las reglas del arte de la construcción Enrique Botto
183
9_
Estructuras a la luz de la biónica: cubiertas adaptables Gloria Diez y Eduardo Hougassian
193
10_
Reglas de autómata celular y tránsito de Buenos Aires Sergio Iguri
207
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Diseño, creación de valor y regulaciones Una comparación de marcos regulatorios actuales para el ejercicio de la profesión de la arquitectura Enrique Talenton
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Prólogo
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Con este Anuario la Facultad de Arquitectura de la Universidad Abierta Interamericana
Roberto Fernández
(UAI) inicia la modalidad del registro anual de sus avances de investigación como una
Coordinador de Investigación de la Facultad
importante pieza más de su estrategia de trabajo en este componente sustancial de la
de Arquitectura de la UAI.
experiencia educativa en que se sustenta y que promueve una articulación entre enseñanza, extensión e investigación como pilares de la modalidad didáctica que esta universidad avala. La investigación, en este ámbito de la Facultad de Arquitectura de la UAI se entiende básicamente como aporte a la consolidación teórica y epistemológica de los contenidos básicos de la enseñanza de la arquitectura, la cual se orienta hacia un objetivo profesionalista que sin perder de vista tal funcionalidad socio-productiva pueda profundizar su pensum didáctico y abarcar aspectos de exploración de áreas y temáticas orbitales a las prácticas profesionales como las que se entrelazan con cuestiones inherentes a la extensión, en cuanto a atención de necesidades de colectivos sociales ajenos o lejanos a la posibilidad de recibir prestaciones profesionales. Así también la investigación en arquitectura debe producir conocimiento en aquellas cuestiones supuestamente naturales de las prácticas, tales como la función, la construcción, la forma, la comunicación o la estructura, aspectos que en su mutación de sentido y manifestación obligan a indagar en sus características epistemológicas y de cara a perfeccionar a través de la crítica, las relaciones entre teoría y práctica de la arquitectura. En ese supuesto plano de naturalidad (naturalidad entendida como cuestión axiomática que no se pone en crisis o discusión sino que meramente se asume y ejerce) destaca la necesidad de reflexionar en torno del concepto de proyecto no sólo, o no tanto, como dispositivo instrumental de la praxis arquitectónica (aquello que articula una ideación mental del sujeto proyectista con las representaciones e instrucciones aptas para convertir tal
roberto fernández
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idea, grafo o concepto en objeto real) sino en torno del potencial cognitivo de tal concepto de proyecto, en tanto diríamos, forma o modalidad disciplinar de relacionar el saber de la arquitectura con una determinada o específica manera de resolver problemas sociales y/o generar eventos culturales, asociado todo ello al manejo de procedimientos técnicos. Sin embargo la investigación en el campo de la arquitectura resulta –en parte por lo ya expresado– una esfera de relativo escaso desarrollo y todavía está fuertemente vinculada a mejorar el discurso pedagógico de modo que es predominante un tipo de investigación muy relacionada con la voluntad de aportar a la enseñanza y tal propósito resulta distante o algo marginal a la investigación en otros campos temáticos y disciplinares, en que la misma apunta a producir descubrimientos científicos y aplicaciones tecnológicas tanto como a profundizar en el cuerpo teórico-conceptual de tales campos y del desarrollo de experimentaciones orientadas a la innovación y en general a los modelos llamados R+D (research + development, investigación + desarrollo o investigación propendiente y contributiva al desarrollo de fronteras en el área que se tratare). En el campo de la arquitectura existe un escaso desarrollo por ejemplo, en laboratorios o áreas de experimentación que por caso, pudieran ofrecer avances conceptuales innovaciones en los temas de la tecnología, siendo un poco más desarrollados los trabajos ligados a la historia de la arquitectura o los vinculados a las investigaciones urbanísticas, cuyo rigor metodológico muchas veces depende de paradigmas investigativos, criterios y métodos, en tales casos, respectivamente vinculados a la investigación histórica o sociogeográfica. Frente a este panorama general y la realidad específica de la Facultad, con trabajos de investigación realizados como parte de su dedicación, por profesores cuyo eje central es más la docencia que la investigación propiamente dicha (ya que sólo muy pocos de ellos poseen antecedentes relevantes en investigación o una carrera relativamente profesionalizada como tal) las tareas a realizarse plantearon aspectos de reorganización de temas y áreas de trabajo así como de formación (o completamiento de formación) para mejorar el perfil de investigación de los docentes de esta facultad que forman parte del plantel de investigación de la misma mediante la asignación de algunas horas de sus dedicaciones. En orden a tal voluntad formativa que ocupa parte de la agenda de las reuniones de seminario más abajo descriptas, del grupo de profesores-investigadores, se han ido planteando y discutiendo algunos temas generales – como aquellos referentes al estatuto epistémico de la investigación como producción de conocimiento- y algunos más específicos – como la discusión, recurriendo al análisis de algunos casos, acerca de la forma de producir un artículo o ensayo científico que dé cuenta de logros y resultados de un trabajo de investigación, siendo además una pieza de interés en cuanto a su calidad literaria y atracción para su lectura, además de contener los términos de transmisión de aquellos hallazgos de 10
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la investigación- todo ello para contribuir si se quiere, a un proceso de formación continua del equipo en materia de investigación. En relación a los temas generales recién mencionados destacan algunas cuestiones que son materia permanente, diríamos, del proceso de trabajo en las investigaciones que se hacen en nuestro campo. Uno de tales temas es el relativo a la elección del tema u objeto de investigación, que muchas veces es meramente subsidiario del campo didáctico en que trabaja el docente-investigador. En este sentido se ha recomendado dedicar un trabajo de estudio y preparación de un tema – una vez que éste ha sido preliminarmente seleccionado- realizándose si cabe, un exhaustivo análisis del estado de la cuestión respectiva, análisis orientado a detectar en tal estado, la existencia de espacios de vacancia epistémicos o sea, subtemas o aspectos de escaso o nulo desarrollo, con lo cual se estaría garantizando que el tema u objeto finalmente escogido en la investigación tenga más posibilidades de obtener un grado de aportación al conocimiento. Asimismo, en la consideración más puntillosa del estado de la cuestión cabe también ubicarse en la cartografía temática de aportes y autores, buscando referencias de alineación o seguimiento y adscripción, ya que toda investigación tiene un contexto de conocimiento previo. Quizá paradójicamente se trata de conseguir una buena conjugación de referencialismo e innovación, de inserción dentro de linajes o secuencias de trabajos previos en una cierta temática y de aportación o avance dentro de tales campos referenciales. Siendo que la arquitectura como disciplina no posee, al menos en esta etapa de su desarrollo histórico, un alto grado de espesor teórico, un segundo ítem relevante es como suele generarse conocimiento, no tanto entonces en relación a desarrollos teóricos, sino alrededor de consideraciones casuísticas. En efecto, los casos, las experiencias previas, resultan bastante protagónicos en las argumentaciones generadoras de conocimientos disciplinares arquitectónicos y en tal aspecto es significativo analizar cómo procesar tales casos, cómo elegirlos u otorgarles una relevancia determinada, cómo deconstruirlos desde una perspectiva crítico-analítica, cómo ubicarlos en torno de la producción de sentido o argumentaciones teóricas, etc. Subsidiariamente también es importante manejar la casuística como modelización de realidad y en tal sentido, usar los casos como elementos de una muestra, encuesta o reflejo consistente de una cierta totalidad o efectuar la selección que otorgue consistencia a las conclusiones a construir en la aportación de conocimiento que la investigación propone. La apelación a un determinado procesamiento casuístico en una gran mayoría de investigaciones arquitectónicas no sólo podría tener que ver con aquella levedad teórica de la arquitectura (que dificulta o impide por así decirlo, el ejercicio de las metodologías epistemológicas kunhianas o sea, aquellas orientadas a la rupturas y superaciones de roberto fernández
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paradigmas constituidos que resulta notorio en áreas como las de la Matemática, Física o Biología ) sino como una cierta manera de articular la investigación en si con componentes clásicos de la investigación en general, tales como el campo o el experimento. Un campo en tal sentido – por ejemplo, en referencia a la expresión trabajo de campo, ir al campo, etc.- suele devenir así en un determinado conjunto de casos. Y la noción de experimento podría vincularse no tanto a realizar experimentos del orden del laboratorio (probar tentativamente cosas que trasciendan determinadas fronteras fenoménicas y cognitivas) sino a plantear que un caso dado, configurado o existente podría asimilarse a un experimento o prueba y el análisis de dicho caso operaría así, como una evaluación de resultados experimentales o pruebas que tal caso ha alcanzado. Por otra parte, si comparamos el proceso habitual de las investigaciones arquitectónicas con los procedimientos básicos de las ciencias experimentales ( en las que las certezas o asertos son consecuencia de algo que comprueban los experimentos; de allí que éstos anticipan nuevos modelos de realidad, que en tal aspecto serían consecuencia de una ampliación o verificación generalizada del experimento) está claro que no tenemos tradición experimental mas allá de la acumulación de casos: pero el caso en arquitectura, es una realidad, no una prueba; por consecuencia la experimentalidad de la arquitectura no suele ser un desarrollo comprobatorio de una hipótesis ( es decir, una modelización teórica previa a un estado de realidad) sino una porción concreta de realidad. Sin embargo la noción de proyecto – entendida no como realidad sino como modelo- puede ser llevada a unas dimensión de experimentalidad, en el sentido de espacio epistémico de prueba o instancia que pretende verificar el grado de realización de una hipótesis. Por ellos, es que existe la posibilidad de montar laboratorios de proyecto, en los cuáles cabe la posibilidad de realizar experimentos y en tal caso parece interesante a ese fin y vinculado con una cierta multiplicación de pruebas o ensayos, trabajar con ejercitaciones de alumnos, en las que puede alcanzarse una cierta masa crítica experimental. En estas instancias será relevante analizar el diseño del experimento en tal laboratorio, es decir, cómo se concibe y programa la actividad proyectual experimental, cómo se formulan las hipótesis, cómo se garantiza la consistencia del experimento a través de un número razonable de pruebas, etc. Otro de los temas relevantes es el de la producción es decir, responder al interrogante: ¿Qué produce una investigación? Por un lado estaría claro que hay una productividad interna dable en una mayor formación o versación del investigador en si dentro de una determinada temática, como si fuera un avance en su formación o una aprehensión de conocimientos nuevos mediante un aprendizaje íntimo basado en estudiar y comprehender una temática. No hay garantías objetivas de tal proceso y el investigador, fecundado por una incursión determinada en un campo de estudio, podría devenir en especialista en 12
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tal o cuál tema, podría ser dueño teórico de un tema o enfoque, podría ser mejor didacta o docente en el campo que estudió, etc. Aunque esta cuestión pueda ser significativa en el sentido que un investigador luego de un trabajo determinado, devenga en ser poseedor de un conocimiento específico y que haya adquirido por así decirlo, un saber determinado, lo cierto es que la investigación se valida objetivamente alrededor de productos emergentes a tal proceso. En este sentido hay que decir que por lo menos un investigador debe comunicar o transferir fragmentos consistentes de resultados de su propio proceso de estudio e investigación, lo que suele manifestarse en dos productos clásicos de transferencia y aportación pública de resultados: las ponencias o comunicaciones en eventos colectivos de discusión de temáticas y los artículos científicos. Nosotros hacemos énfasis en que estos emergentes objetivos de una investigación no tienen que consistir en un intento de transmitir el proceso íntimo que el investigador sostuvo sino en una presentación de resultados; no un testimonio de un proceso cognitivo-formativo sino una presentación pública de resultados. Y no cualquier resultado, sino aquellos que el investigador evalúa como contributivos al estado de la cuestión en que se insertó su trabajo.
Políticas de investigación en FA UAI La estrategia de la UAI propone que cada profesor regular mantenga, articuladamente a su plan de trabajo en enseñanza, una actividad específica en investigación o extensión. Como es norma en UAI este propósito alcanza a demandar de cada profesor que articule la enseñanza con la extensión o la investigación pero en Arquitectura, habida cuenta de su perfil profesionalista y su relativamente escaso desarrollo en el campo de la investigación científico-académica. La investigación tiende a complementarse fuertemente con la enseñanza, es así que el plantel de investigadores de la facultad se compone en su mayoría, de docentes que asignan un tiempo de su dedicación a trabajos de investigación más unos pocos casos de investigaciones subsidiadas, que son proyectos presentados fuera de tal plan de trabajo que aúna docencia e investigación, y reciben cierto financiamiento. Frente a tal situación resulta dominante que las investigaciones en curso sean trabajos muy vinculados con la docencia y el campo temático específico de la docencia (como ocurre en los proyectos de Abades, Botto, Bozzoli-Márquez, Compagnoni, DiezHougassian y Fucaracce-Quallito), trabajos de aplicación emergentes de saberes propios de las asignaturas enseñadas (como en el caso de Iguri, que efectúa aplicaciones de modelos físicos para analizar una problemática urbana) o trabajos ligados con aspectos inherentes al perfil profesionalista (como en el caso de Talenton, quién se ha propuesto trabajar en un análisis del valor de los servicios profesionales según distintas formas de evaluarlos). A ello roberto fernández
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se agrega una investigación subsidiada que pretende dar forma a la temática general de los modos de proyecto (Fernández-Del Valle) y otras investigaciones subsidiadas centradas en propuestas alternativas de energías no convencionales y desarrollo territorial (Borthagaray) y en el análisis de formas de desarrollo urbano (Giglio). De los diez proyectos de cuyos avances da cuenta el presente Anuario, cinco eran continuidad y redesarrollo de trabajos previos y otros cinco se iniciaron bajo esta gestión. Si bien en todos los casos son trabajos realizados por miembros propios de la facultad y en ningún caso fruto de nuevas incorporaciones que pudieron haber sido específicamente convocadas para desarrollar temáticas requeridas o consideradas estratégicas ni tampoco convocando investigadores profesionales. Ante ese panorama al inicio de la presente gestión y como parte del plan de mejoras presentado a Coneau, se decidió reorganizar la estructura temática de las investigaciones acorde a tres grandes líneas o campos:
Estudios sobre los Modos del Proyecto Abarcaría en general las investigaciones centradas sobre problemas o modalidades del proyecto, apuntando a indagar en cuestiones teóricas y analítico-críticas de los mismos, ya sea en dimensión histórica en general y vinculada a los modos proyectuales en la modernidad, centrando este eje en el análisis de las características de unas eventuales o singulares modalidades de proyecto en la dimensión geocultural americana.
Estudios sobre el Patrimonio Implica el campo de trabajo relacionado con la preservación y conservación del patrimonio urbano-arquitectónico en particular y, extendidamente, el patrimonio cultural, inmaterial o simbólico, popular, antropológico, etc. Abarcando distintos aspectos tales como el relevamiento e inventarios de corpus patrimoniales, el análisis de áreas urbanas de interés patrimonial o cultural, las acciones sobre áreas o elementos del corpus patrimonial, las teorías y metodologías inherentes a este campo, etc.
Estudios sobre la Sustentabilidad Refiere al impacto a nivel de la arquitectura y urbanismo de las recientes caracterizaciones acerca de la crisis de sustentabilidad y la necesidad de desarrollar políticas y actuaciones responsables frente a los agotamientos de recursos naturales renovables y a los déficits energéticos de los cuales surge la necesidad de desarrollar transformaciones de la teoría y práctica de la arquitectura a fin de contribuir a modelos largoplacistas de manejo de la racionalidad ambiental y el potenciamiento de una administración adecuada y estratégica del capital natural regional, nacional y local.
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Criterios de implementación de la investigación FA UAI Luego de la primera evaluación Coneau y acorde a muchas de las recomendaciones de su dictamen, las políticas de investigación FA UAI se revisaron y se produjo una redefinición de sus características y alcances según se formuló en el ítem precedente, básicamente mediante el establecimiento deseable de tres grandes campos o líneas de trabajo a las cuáles gradualmente van amoldándose las investigaciones de cada docente, la mayoría de las cuáles eran previas a esta reorganización, lo cual implicará un proceso de ajuste y reencauzamiento del futuro trabajo de cada uno. Además quedaron definidas cinco modalidades de implementación y control de los procesos y productos de investigación, a saber, los seguimientos, los seminarios, las jornadas, los anuarios y la revista. Los seguimientos fueron relaciones puntuales con cada investigador tratando de dar opinión sobre aspectos cruciales de cada trabajo y según lo fuera requiriendo cada uno: así se sostuvieron diálogos acerca de las presentaciones de nuevos proyectos o sobre los informes parciales y finales, para ayudar a que cada proyecto aclare sus objetivos y perfile su metodología y luego, que alcance resultados. En algunos casos estos seguimientos implican sugerir foros para la presentación de ponencias o publicaciones donde editar artículos emergentes de las investigaciones e incluso ayudar a la preparación de tales artículos. En otros casos esta instancia de seguimiento implica un diálogo y un vertido de opiniones sobre el enfoque de cada trabajo y su ajuste para que consiga mejores resultados. Los seminarios son sesiones que se efectúan con una frecuencia trimestral y una convocatoria específica, además de registrar los mismos en un acta que da cuenta de lo realizado. El propósito básico de los seminarios es que cada investigador ofrezca una síntesis de su trabajo reciente y que luego esa síntesis sea materia de opiniones, debate y de cierta evaluación, a veces seguida de propuestas específicas de continuación o profundización. La idea inicial era sostener un ámbito de reflexión e intercambio que luego devino además en una instancia de formación o capacitación en torno de los métodos de la investigación, los modos de alcanzar resultados o los criterios de comunicación de los mismos. En este último sentido, en varios seminarios recientes se analizaron ensayos o artículos divulgativos que fruto de una investigación, devenían en escritos para revistas del ámbito científico. A propósito de ello se redactó y discutió un pequeño manual de procedimientos para escribir esos artículos, como una serie de recomendaciones o sugerencias para tal tarea visto la necesidad de mejorar este indicador de productividad. Las jornadas consisten en una reunión anual en que cada investigador debe efectuar una presentación, según ciertas pautas, del estado de su trabajo según éste haya concluido o se encuentre en proceso. Tal presentación se hace frente a la facultad – o roberto fernández
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sea es abierta a los docentes y alumnos de la misma- y frente a un evaluador externo de reconocida carrera de investigación, el cual ofrece una devolución oral y luego escrita, de su evaluación de los proyectos a través de sus presentaciones. El evaluador externo invitado cierra la jornada dando una conferencia pública sobre su propio trabajo de investigación. Al presente se han realizado las I Jornadas de Investigación FA UAI, realizadas en noviembre de 2011, lo que se reeditará cada año sobre esa época de final de año académico. Los anuarios – del cual el presente, en su primera versión da cuenta del estado de las investigaciones sobre el año previo a su edición- constituyen un emergente divulgativo pero de rigor académico de cada trabajo puesto que cada investigador o equipo realiza un ensayo equivalente a una publicación en un medio especializado de modo de conformarse un síntesis integrada de los trabajos. Cada anuario será sometido a un arbitraje (dentro de las normas UAI) por lo que los artículos alcanzarán tal rango en cada currículo personal. El primer y presente anuario se organiza en tres áreas, cada una destinada a las grandes líneas de investigación arriba citadas, dentro de cada cual se insertan los diferentes ensayos. En ulteriores anuarios el propósito será otorgarles a éstos un carácter monográfico más aglutinador de las diferentes presentaciones, sin hacerles perder a estas su especificidad. De todos modos debe quedar claro que el anuario agrupa escritos o ensayos emergentes o resultantes o ilustrativos de las investigaciones, cuyo sentido es dar a cada texto un cierto valor de síntesis y de comunicación a la comunidad de investigadores externos a la facultad de los trabajos allí realizados, ya que cada investigación arriba y produce en otro sentido sus propios resultados y productos. La revista – que a la fecha de esta edición ha publicado tres números- se denomina Modos del Proyecto y coincide así con una de las grandes líneas de investigación programadas. La estructura monográfica de la revista coincide con esa línea y con la investigación del mismo nombre, dentro de la cual se presentan, en diferentes secciones, distintos abordajes crítico-analíticos a proyectos regionales y nacionales que son presentados por una parte, como aportes concretos y valorables de la profesión y por otra, como oportunidad de discusión de aspectos inherentes a la disciplina, constituyendo en esa forma, un medio especializado que aporte a la profesión y también a la comunidad educativa de esta y otras facultades de la región. La revista, dentro de su lógica monográfica y de secciones, incluye algunos ensayos escritos por investigadores de la facultad, generalmente en virtud de un encargo específico.
El Anuario 1 2011 Este anuario registra avances de la producción de la investigación desarrollada en FA UAI según los trabajos reportados a fines de 2011. Desde este año 2012 la FA UAI editará 16
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un Anuario que informe sobre la producción registrada a fines del año precedente y de acuerdo a las líneas maestras consignadas en las políticas de investigación de la facultad. En principio esta publicación recoge las ponencias presentadas en las Jornadas del año precedente y se organiza según un criterio de publicación arbitrada, armada con un conjunto de ensayos o artículos redactados según el criterio de las publicaciones científicas aunque mezclando el rigor emergente de una presentación de resultados de investigación junto a la voluntad de ofrecer discursos de carácter divulgativo o de difusión al colectivo disciplinar (investigadores, docentes, etc.) de resultados o hallazgos propios de los trabajos realizados. En esta oportunidad el Anuario se organiza en relación a las tres grandes ideasfuerzas de las líneas matrices de investigación y de tal manera la orientación monográfica que postulamos se centra en presentar escritos agrupados en torno de tales ideas-fuerza: proyecto, patrimonio y sustentabilidad. El concepto de proyecto implica explorar condiciones modales o metodológicas de la proyectación en base al análisis de criterios que expliciten la racionalidad de los procesos de proyecto a fin de mejorar su eficacia técnica y social. En términos todavía más
E. Norten. Conjunto de Vivienda. México
generales, esta línea buscaría indagar sobre como la solución proyectual (esto es, la mirada técnico-propositiva del proyectista) se configura en una posible aportación disciplinar para ofrecer una clase de soluciones a cierta clase genérica de problemas (digamos: los problemas de orden habitativo). A su vez, los estudios centrados en la temática de lo proyectual buscan desentrañar las formas de producción de ciertos proyectos de modo que el conocimiento críticoanalítico generado sirva para desarrollar otros proyectos o más precisamente y dentro del entorno educativo, ofrecer guías para enseñar a proyectar. El ensayo de Irma Abades ilustra sobre su investigación en la forma de la vivienda colectiva, planteando cómo los análisis morfológicos deconstruyen ciertos objetos canónicos (la autora trabaja sobre un corpus determinado de casos) o ejemplares de la producción arquitectónica histórica y reciente para establecer cierta metodología de estudio poniendo foco en cuestiones que deben transitarse en nuevos proyectos de vivienda colectiva y desarrollando cierta argumentación comparativa entre casos históricos de roberto fernández
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eficacia más o menos comprobada (el Barrio Los Andes por ejemplo) con casos recientes (el Barrio Monteagudo) lo cuál por una parte permite verificar comparativamente la permanencia o no de ciertos criterios formales de proyecto y por otra parte, analizar cierta declinación de la idea misma de las casas colectivas o los llamados conjuntos de interés social, por lo menos en cuanto a su calidad de paisaje público-social y de su integración urbana. Se trata por otra parte, de una investigación asociada a la enseñanza de la morfología en los cursos de arquitectura, de manera que podrían preverse sus aplicaciones pedagógicas en tal sentido. El ensayo de Roberto Fernández remite a una presentación general de los propósitos del proyecto de investigación que éste dirige y enfoca la relación entre sistemas globales de pensamiento arquitectónico (las llamadas lógicas TYING, Klong Toey 2010
de proyecto, que como se indica, fueron motivo de investigaciones y publicaciones anteriores) y sistemas locales o estructuras de sentido de prácticas proyectuales más empíricas y general, referenciadas a contextos geoculturales locales (que en esta investigación se nombran modos del proyecto) lo cual remite a indagar con aparatos crítico-teóricos mas pertinentes, las arquitecturas locales y regionales en su grado de aportación a la actual
F. Salamone, Cementerio de Azul
cultura proyectual. El ensayo de Luis Del Valle, adjunto del precedentemente comentado proyecto de investigación Modos del Proyecto, encara dentro de una producción episódicamente conectada con el análisis de algunas referencias de los modos proyectuales de la modernidad local y regional, una primera reflexión sobre la actividad polémica en los años 40, de Francisco Salamone, cuya significativa obra de casi 80 trabajos construidos, realizada en el breve lapso de menos de cuatro años, enteramente para el gobierno conservador-populista de Manuel Fresco en la provincia de Buenos Aires, es muy interesante como corpus demostrativo por una parte de complejas elaboraciones de articulación entre voluntad de sentido y simbolismo junto a intencionalidades políticas y por otra, de particulares derivas de manejo y adaptación de legados de la modernidad central, interpretados en clave autónoma e innovativa aún en sus facetas de anacronismo estilístico y político.
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El ensayo constituye una pieza o capítulo de otras tantas recurrencias a exponentes cuya obra en conjunto permita dar cuenta de modos de proyecto en el contexto de la modernidad americana tanto como con actuaciones contemporáneas. El ensayo de Mónica Giglio aborda, en la dimensión urbanística aplicada al análisis de la estructura urbana de Buenos Aires, por una parte, la caracterización de las formas físicas articuladas a procesos socio-económicos de la evolución histórica de ese conglomerado y por otra la identificación de unidades o tipos específicos de manifestación de dicho crecimiento, tales como aquellos ligados a estrategias planificadas (como los ensanches o los polígonos) o a las no planificadas (como los asentamientos marginales) todo ello dialogando con las metodologías de análisis propuestas y aplicadas para el caso de Barcelona por Manuel Solá Morales y que estaría abriendo la posibilidad de algunas indagaciones comparativas de casos abordados en red. Estos estudios remiten, en la dimensión urbana, también al análisis de modos o formas singulares y específicas de producción de partes o fragmentos de ciudad, permitiendo justamente el reconocimiento de estrategias proyectuales o de planificación concreta de tales elementos o componentes. También se articulan con estrategias pedagógicas en los cursos urbanísticos que dirige su autora y han servido como armazón conceptual de un trabajo de tesis de maestría, algunos de cuyos resultados analítico-cartográficos se anexan a la presentación. El concepto de patrimonio se vincula al análisis, reconocimientos o relevamientos, diagnósticos e intervenciones y criterios de gestión ligados a una noción amplia o extendida de patrimonio que alude tanto a colecciones o repertorios de piezas monumentales o selectas cuanto a complejos o sistemas de carácter urbano tales como fragmentos urbanos, barrios, paisajes específicos, etc. Si bien esta temática ha dado paso en los últimos años a cierta esfera especializada y cultivada sobre todo en capacitaciones de postgrado, está claro que la investigación orientada a conocer la entidad patrimonial de áreas urbanas ligadas a un criterio de valoración y consolidación de actitudes unida a la memoria e identidad ayuda a fortalecer un criterio axiológico general de proyecto, atento si se quiere a la voluntad de contextualizar nuevas intervenciones en ambientes persistentes, así como entender a éstos como posibles puntos de partida de actuaciones proyectuales, evitándose el pernicioso modelo de las arquitecturas de tabula rasa. El ensayo desarrollado por el equipo de Carlos Bozzoli y Manuel Márquez da roberto fernández
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cuenta de algunos resultados emergentes de un proyecto de investigación que produce un inventario o catalogación de la arquitectura religiosa de Buenos Aires, en línea con trabajos anteriores del mismo equipo en que se desarrollaron investigaciones semejantes sobre la arquitectura educativa. En este caso el estudio cataloga según un criterio uniformizado de análisis que fue efectuado con el concurso de alumnos de las cátedras de Historia de estos profesores, una muestra significativa de la arquitectura religiosa porteña, avanzando en algunas propuestas valorativas de su condición patrimonial según distintas cualidades como la histórica, la artística, las de manifestación de cambios funcionales y simbólicos de las actividades cúlticas albergadas, las de expresión de entidades etno-populares o barriales, etc., ayudando en tal sentido a establecer criterios ampliados en la construcción del paradigma del patrimonio, mientras que también se consideran cuestiones tales como las relaciones entre aggiornamiento de las formas de culto y propuestas de la arquitectura moderna. Como se apuntó más arriba este estudio se enlaza con experiencias pedagógicas en las cuáles se integran alumnos Temple Paradis Lyon 1566
en las tareas de relevamiento para que estos adquieran destrezas en el análisis y evaluación histórica de objetos singulares de la arquitectura. El ensayo de Ana M. Compagnoni alude a la exposición de algunas conclusiones emergentes de estudios sobre las arquitecturas vernaculares o populares de diversas regiones argentinas, en las que se analiza precisamente la articulación entre formas tipológicas de tales expresiones en relación con las pautas climático-ambientales de cada región. Para llevar adelante estos análisis se han confeccionado algunos instrumentos de registro y catalogación como fichas descriptivas, que fueron realizadas por alumnos de la cátedra de Arquitectura y Ambiente que regentea su autora, ayudando así a discutir tal temática unida a una recopilación de expresiones de arquitectura popular presuntamente calificadas por una relación racional entre arquitectura y ambiente, en muchos casos fruto de largos procesos de experimentación y adaptación en base a criterios de prueba y error. Los estudios avanzan en tal sentido a ampliar el horizonte de lo que se podría considerar patrimonio popular o antropológico que mas allá de los repertorios de alta cultura forma parte de expresiones que deben indagarse, registrarse y catalogarse dado su carácter marcadamente ajeno a las formas tipificadas del patrimonio cultural tradicional o establecido.
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El trabajo, sin embargo, también se vincula con las otras líneas matrices de investigación ya que se indaga en modos o formas alternativas de proyecto, basados en la repetición y ajuste de ciertas nociones básicas en el uso de tipologías funcionales y constructivas, de las que la investigación trata de examinar su potencial aplicativo para el diseño contemporáneo de arquitecturas de interés social, así como se analizan cuestiones ligadas con el
Tipologías vernaculares
paradigma de la sustentabilidad en tanto muchas de las experiencias consideradas remiten a búsquedas de racionalidad en la relación entre forma arquitectónica y datos de emplazamiento, mediante el aprovechamiento de las condiciones de clima, ambiente natural y el uso específico de materiales y técnicas constructivas del orden de la sustentabilidad. El ensayo de Jorge Fucaracce y Vicenta Quallito sintetiza su trabajo de extensión o investigación-acción realizado con alumnos de la asignatura Problemática de la Arquitectura Contemporánea en el marco de una estrategia educativa alternativa de aprendizaje-servicio, que se explicita brevemente en el ensayo consignado y que otorga un peso educativo superlativo a la imbricación del alumno sujeto de aprendizaje en una situación real, con problemas y actores concretos, lo cual abre una motivación especial en el alumno así como exige del equipo actuante la responsabilidad de una gestión capaz
Estación Yrigoyen
de aunar objetivos pedagógicos junto a la provisión de resultados efectivos a la comunidad participante. Si bien este trabajo se inscribe en el rubro de extensión dentro de la organización de la facultad, se ha resuelto incluirlo en este anuario puesto que manifiesta, fuera de su praxis claramente extensiva y de inserción en un colectivo social barrial, un criterio de investigación-acción en tanto metodologías y estrategias generadoras de nuevo conocimiento en esta primera instancia, mas articulado con un modo de alcanzar un diagnóstico de problemas y potencialidades existentes en un área de Buenos Aires como es el barrio de Barracas, caracterizada por largos procesos de ocupación dominantemente ligados a la industria y luego cierta declinación y retroceso que plantea la existencia de antiguas infraestructuras y edificaciones urbanas de los usos precedentes que ahora pueden operar a favor del relanzaroberto fernández
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miento barrial en base a su condición de centralidad y mejor conectividad urbana. De tal forma se configura un caso paradigmático de arqueología industrial por una parte y por otra, de análisis de las estrategias de conservación y remozamiento de un paisaje urbano de fuerte identidad en la historia de la ciudad, hechos que inscriben estas actuaciones en el precitado campo ampliado de la noción de patrimonio, en este caso, barrial, popular y urbanístico-edilicio todo lo cual fue central animación del intenso proceso participativo de vecinos que la actividad de investigación-acción logró conciliar. El concepto de sustentabilidad remite al paradigma recientemente consolidado en el campo conceptual y en las acciones prácticas vinculadas con la evolución de un estado de crisis en materia de recursos naturales no renovables y su impacto en relación a la materia y la energía, cuestión general que debería orientar análisis y reflexiones que, desde nuestro campo, contribuyan a ofrecer alternativas, innovaciones, paliativos, cambios de estrategias operativas, etc. Se trata pues de un área relativamente novedosa y ahora bastante central en las agendas políticas, científico-técnicas y culturales pero que todavía está lejos de impactar positivamente en cambios curriculares de la arquitectura o desplazamientos de sus focos de interés, aunque al mismo tiempo, resulta imprescindible que una parte de la investigación que se haga dentro de las escuelas de arquitectura sirva como exploración de nuevos temas y problemas que pasen luego a ser internalizadas en escenarios de proyecto. El ensayo de Juan M. Borthagaray registra el estado de desarrollo de una larga actuación de su autor que bien puede caracterizarse como un proyecto de desarrollo regional-territorial o iniciativa de promoción del desarrollo basado en la utilización de un potencial de energía alternativa. Para la fundamentación de esta iniciativa, que implicó numerosas actividades de gestión y conexión de diferentes aportes científico-técnicos, se produjo una tarea de investigación que debió sistematizar la información existente y las condiciones de factibilidad de la iniciativa. Los estudios realizados, que el ensayo sintetiza, abarcan tanto el análisis del estado de desarrollo de la tecnología de producción de energía basada en el uso de hidrógeno cuanto la indagación de las condiciones regionales aptas para la promoción de energía alternativa, para lo cual se analizaron los potenciales de energía heliotérmica del piedemonte andino y de energía eólica en la región patagónica, área en la cual finalmente, su autor propuso el modelo de desarrollo de chacras de hidrógeno, o sea áreas de colonización territorial de territorios desérticos basados en modelos de clusters de pequeños establecimientos familiares. 22
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Proyecto, patrimonio y sustentabilidad
El estudio emprendido trabaja así doblemente en el paradigma de la sustentabilidad, al indagar en las posibilidades de energías alternativas de carácter renovable que se conviertan en opciones sustentables frente a la crisis y agotamiento de las energías fósiles y al proponer estrategias de ocupación productiva de espacios vacios, desérticos y de bajísima densidad ocupacional así como amplias reservas de tierras de propiedad fiscal. El carácter científico de la investigación se ratifica al plantear en su propio desarrollo, las dificultades
Esquema del modelo de explotación
y obstáculos insalvables, para la implementación de las propuestas, destacando la intención de proponer alternativas realmente viables siendo que ellas quizá demanden todavía, nuevos desarrollos tecnológicos para abatir el costo de producción de la energía propuesta en el marco de su modo de producción microproductiva familiar. El ensayo de Enrique Botto refiere a una investigación que plantea si se quiere, la perspectiva de un análisis microtecnológico de la sustentabilidad en arquitectura al pretender redefinir en clave contemporánea la antigua expresión reglas del arte de la construcción, que todavía suele figurar en tal nivel impreciso o voluntarista de definición en numerosos contratos de construcción sin que se haya avanzado demasiado en profundizar las nuevas condiciones tecnológicas productivas de la edificación arquitectónica, las nuevas rutinas de protección y aseguramiento de los obreros de la construcción o las nuevas cualidades prestacionales que se pretende ofrezcan los edificios contemporáneos en términos de confort, funcionalidad, condiciones saludables, utilización responsable de la energía, etc. Frente a todo ese cúmulo de nuevas condiciones genéricamente vinculables al progreso técnico pero también a la búsqueda de mejores condiciones de calidad de vida, se plantea la revisión del tradicional sistema de las reglas del arte de la construcción. Componentes constructivos
El ensayo de Gloria Diez y Eduardo Hougassian adelanta algunas observaciones de sus estudios sobre la condición o cualidad de sustentabilidad (medida según parámetros de calidad normada de sustentabilidad, como las normas LEED) de las estructuras de cubiertas móviles, en este caso centrándose en la indagación de las cualidades alternativas de construcción y prestaciones de soluciones estructurales basadas en las reglas de la biónica, en tanto utilización de las nociones de racionalidad técnica implícitas en objetos complejos de la naturaleza. Si bien la utilización de soluciones tecnológicas ligadas al aprovechamiento de prestaciones emergentes de formas y funciones devenidas de organismos naturales pueden, en el presente estado del desarrollo de tales tecnologías, constituirse roberto fernández
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en alternativas de alto costo y difíciles perspectivas de una utilización más generalizada, el propósito de estos enfoques de investigación radica en considerar los aportes que surgen de estas innovaciones, comparativamente superadores de otras tecnologías y establecer las mejoras que estas opciones presentan siendo luego materia de otras indagaciones, el logro de formas resolutivas más generalizadas y accesibles. Asimismo el propósito de este tipo de investigación tiende a perfeccionar la formación técnica del proyectista, haciendo que su creatividad resulte mejor sustentada en fundamentos técnicos lógicos, viables y de mejores prestaciones para la arquitectura que utilizará nuevas soluciones tecnológicas. El ensayo de Sergio Iguri expresa un cierto alcance del desarrollo de investigaciones que se basan en utilizar criterios Pabellón Venezuela
de ciencias establecidas (en este caso, las llamadas reglas de autómata celular, analizadas desde el punto de vista de la Física, disciplina del autor de esta investigación) para efectuar aplicaciones modelísticas útiles para indagar en problemáticas específicas, en este caso, del orden del urbanismo al aplicar tales modelos a los análisis del tránsito y en especial, de sus condiciones de flujo óptimo o al contrario, de los conflictos y entorpecimientos de tales condiciones ideales de flujo. Por una parte en tal sentido esta clase de investigación se inserta en la cadena de estudios interrelacionados que se efectúan en ese rubro específico de la Física (y así,
Congestión vehicular
los resultados se deberán medir, en su grado de novedad y aporte, dentro de ese linaje de investigación disciplinar específica) pero por otra parte, las aplicaciones de diagnóstico de la problemática urbanística citada que esta modelística permite, deben entenderse como un grado alternativo o complementario de novedad y aporte que se hace a conocer y resolver o gestionar una típica problemática de tráfico urbano que luego es operada por los criterios de la ingeniería de tránsito. Se supone que disponer de modelos alternativos de comprehensión de una problemática como la del tránsito urbano ayudarán a mejorar la condición de sustentabilidad urbana propia de garantizar mayor capacidad de recepción de vehículos de los vectores circulatorios y mejor flujo, menos congestión y contaminación inherente y menores tiempos de traslados.
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Proyecto, patrimonio y sustentabilidad
El ensayo de Enrique Talenton registra una parte de su investigación ligada al análisis de las formas con que se define y estipula el valor de los servicios de la arquitectura en base en su investigación, a la comparación de instrumentos nacionales e internacionales de tal regulación de calidad.
Experiencia como valor
El trabajo se inscribe así en una forma de incorporar a una condición de sustentabilidad según la cuál las diversas prácticas proyectuales se efectúan según parámetros de eficacia técnica y social y de eficiencia en el sentido de conseguir los mejores resultados con los menores medios. En el ensayo aquí presentado su autor alude más específicamente, en su comparación de regímenes diversos de regulación del valor de las prácticas proyectuales, a la oposición entre formas de capacitación conducentes sin mayores exigencias externas a una matrícula profesional (norma nacional) frente a controles de valoración de servicios profesionales de proyecto que se puedan hacer al margen o suplementariamente de la capacitación convencional (sugerencias de las prescripciones internacionales). Lo cuál en todo caso, abre la cuestión de internalizar en la experiencia educativa de la formación del arquitecto, las cuestiones inherentes al valor de sus prácticas y la atención específica a las regulaciones existentes o por desarrollarse al respecto.
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Proyecto, patrimonio y sustentabilidad
Estudios sobre los Modos del Proyecto
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Salamone. Desplazamientos y tropismos de la modernidad local
Morfologías arquitectónicas y viviendas de interés social Análisis, categorizaciones y aplicaciones
Si bien los numerosos estudios existentes acerca de conjuntos habitacionales destinados a
Irma Abades
vivienda social, indagan acerca de variables espacio-funcionales, tecnológico-constructivas
Profesora Titular de Morfología en la FA,
o socio culturales de los mismos; no se registran datos de análisis y posteriores categoriza-
UAI, a cargo del proyecto de investigación
ciones de dichas propuestas desde un recorte morfológico que permitan hacer aportes a
Análisis morfológico y viviendas de interés
la resolución de la vivienda social desde su carácter individual, grupal y contextual. En aten-
social (2010-2012).
ción a ello se inició una investigación de carácter exploratorio donde la expectativa general se orientó a develar modos de generación y transformación morfológica aplicados a dichas viviendas. Se propuso explorar las dimensiones morfosintáctica, teórica, crítica, modelística y paradigmática para poder aplicarlas a futuro sobre casos concretos en contextos existentes, aplicando una metodología apoyada en el trabajo analítico, comparativo y conclusivo sobre una casuística inicial, que en etapas sucesivas fue ampliada y diversificada. La preocupación por indagar acerca de los modos en que la morfología puede contribuir en la constitución de la vivienda social obligó a estructurar una estrategia de abordaje al problema donde la primera acción fue suspender variables de fuerte anclaje en los procesos proyectuales, como son las disposicionales, las de materialidad y las tecnológico-constructivas. Despojada momentáneamente de las mencionadas condiciones, la forma quedó expuesta para responder a la demanda de la investigación desde su genética, su derivación y sintaxis en una búsqueda de patrones reiterativos. En etapas posteriores se orientó la exploración a consolidar estas primeras aproximaciones al problema y aplicarlas sobre casos específicos dentro de la ciudad de Buenos Aires. El análisis de casos permitió indagar acerca de las características de la estructura general compositiva de los conjuntos, de las relaciones de borde que presentaban y de las cualidades de aquellos espacios sociales de encuentro e intercambio que portaban la propiedad de convocantes, así como un análisis morfológico específico de las unidades.
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Al iniciar la etapa de análisis de las partes se recurrió al simulacro de desagregar (aislar de una visión totalizadora) determinados núcleos conceptuales intervinientes en el todo y nombrarlos. Para poder aislar estos núcleos se observaron sus características singulares en cuanto a sintaxis morfológica y ordenamiento en su interioridad para luego operar con ellos a los que denominamos unidades espaciales lo cual demandó una revisión del concepto de unidad espacial ya que en esta etapa asume el carácter de objeto de estudio. El concepto de unidad espacial queda sujeto a ciertos relativismos ya que se puede señalar como aquel recorte espacial determinado por el observador, acción que le permite destruir momentáneamente la visión de la arquitectura como una unidad develada desde su contemplación global. Según Cortese1 toda entidad que sólo se aprecie como una totalidad primaria, constituye una apropiación ingenua poco conciente, no especializada, hasta que algún tipo de construcción mental no la desarme y la reconstruya como totalidad, situación que se presentará como totalidad construida consciente. La validez seductora de este dispositivo2 se funda en que crea la base de un espacio cognitivo utilizable en la interpretación, descripción, crítica y gestación arquitectónica. La selección de casos se orientó a incorporar, ex profeso, aquellos que presentaran diversidad en sus características topográficas que repercutieran en los modos de implantación y toma disposicional de los conjuntos en el sitio. Otra de las variables consideradas fue la diversidad de planteos ligados con las solicitaciones de programa, con las presiones contextuales, con los modos de abordar la gestión y especialmente con los usos, costumbres, tradiciones y singularidades de la vida cotidiana de los destinatarios de dichas viviendas. Antes de exponer los casos seleccionados y en atención a que el presente trabajo plantea el análisis y la posterior categorización de morfologías arquitectónicas aplicables a viviendas de interés social, amerita acotar este último concepto, señalando los posibles destinatarios de este hábitat. Las viviendas seleccionadas para su estudio permitieron delinear el perfil de los usuarios ya que no son viviendas diseñadas para casos de catástrofes, para sustitución o reformulación de sectores dentro de barrios de emergencia ni planteos de alta densidad. Se estudiaron conjuntos de baja densidad emplazados en topografías y contextos diferentes cuyos destinatarios eran familias que hasta el momento, por motivos diversos, no habían podido acceder a su primera vivienda y que a través de procesos de autoconstrucción o por acceso a un primer sistema de crédito podían llegar a hacerlo.
1 Cortese, C., Seis Análisis Básicos de Morfología Arquitectónica, Edición FADU-UBA, Buenos Aires, 2010. 2 La noción de dispositivo fue definida por Foucault como un conjunto decididamente heterogéneo que consta de discursos, instituciones, planificaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas; en síntesis, lo dicho, así como lo no dicho y desarrollada por Deleuze quien presenta y entiende a los dispositivos como máquinas para hacer ver.
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Análisis introductorio de casos Entre los casos seleccionados, de los cuales emergieron conclusiones significativas aplicables a viviendas de interés social, se encuentra el conjunto de viviendas de Enrique Norten, localizado en la ciudad de México donde se estudió la organización general compositiva, la relación con el entorno físico inmediato, el sistema conectivo, la estructura3 geométrica sustentante y las leyes de orden de la totalidad en cuanto a constitución de tramas y subtramas sustentantes, así como la sintaxis entre unidades. El caso mexicano presenta especialmente como datos de interés el modo de dar respuesta a solicitaciones contextuales con preexistencias de valor patrimonial, a un terreno con exigencias dimensionales y la posibilidad de reelaborar tipologías populares como los callejones, que conjugan características urbanas con el carácter de organizaciones colectivas comunitarias. En contraposición con esta agrupación se analizaron otros conjuntos emplazados en ámbitos no urbanos, como el conjunto de viviendas auto construidas de Blanca Sánchez Lara en Lantejuela, Sevilla, España y las viviendas localizadas en Etchevarri, país Vasco, de Luis María Uriarte. Dichas agrupaciones permitieron desocultar variables compositivas en función de su condición de emplazamiento y exponer situaciones espaciales posibles de optimizar en atención a lo cual se propusieron nuevos criterios de orden superadores de la condición primaria de la vivienda. Con ese fin, y superada la fase inicial de análisis, se pasó a una etapa de derivación morfológica donde la vivienda original fue contemplada como matriz significativa. Para ello se señalaron y suspendieron variables; se analizaron entidades segmentándolas del todo organizado al que pertenecían (despiezar para descubrir), se investigaron genéticas morfológicas y se propusieron alternativas de derivación que potenciaron el sistema reformulando su constitución inicial. E. Norten. Conjunto Viviendas. México
Lo singular dentro del proceso de investigación se presentó al estudiar los conjuntos de viviendas de Alejandro Aravena. La idea de este equipo de arquitectos, bajo la denominación de Elemental, es hacer un planteo de vivienda
3 Se nombra como estructura a aquel sistema de conceptos coherentes enlazados cuyo objetivo es precisar la esencia del objeto de estudio.
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Conjunto Viviendas Lantejuela. Sevilla. España
social que permita al gobierno considerarla como una inversión lucrativa pues ésta, debido a su crecimiento, aumenta de precio conforme va trascurriendo el tiempo lo que a su vez redunda en beneficio directo para el usuario de pocos recursos. El análisis de estos casos posibilitó un enfoque directo sobre la problemática de la unidad como parte de una totalidad mayor en cuanto a su genética morfológica y a sus posibilidades de transformación y crecimiento en manos de los propios usuarios, generando una imagen final singular y poética. El estudio iniciado con las 93 viviendas en Iquique denominado Quinta Monroy develó una organización que expone un tipo de crecimiento endógeno (de relleno de vacíos de la forma generadora) basados en una gramática ordenada según un conjunto de leyes geométricas-genéticas posibilitadoras de desarrollos de partes dentro del todo, con activa participación del usuario. En este sentido incluso se acepta una personalización del espacio a cargo del usuario, ya que el soporte básico de la vivienda propuesta debe ser vestido o revestido por el ocupante, el cuál por su origen social, otorga a su intervención una cualidad diríase banal o kistch, lo cual parece ser aceptado e incluso estimulado por el proyectista. El análisis se desarrolló observando espacios privados de habitar y espacios públicos conectantes, la sintaxis de las agrupaciones propuestas y en especial el diseño poroso de la volumetría lo cual organiza el crecimiento particular dentro de la estructura inicial de la obra. A modo de verificación conceptual se incluyeron una selección de obras construidas del mismo estudio en Chile, que apelan a resolver el problema de habitabili-
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dad de sectores de bajos recursos con focalización especial en la variable de crecimiento planificado dentro de la vivienda. Los conjuntos de vivienda analizados que permitieron una comparación posterior y la verificación del crecimiento celular son las 30 viviendas del Conjunto Lo Espejo 1 desarrollado como volumetría continua, con viviendas de un piso en el primer nivel y unidades dúplex en segundo y tercer nivel, como variante del proyecto realizado anteriormente en Iquique; las 125 viviendas de Lo Espejo 2 donde replica la actitud proyectual, así como la modalidad tipológica y la estructura general compositiva; el conjunto articulado de tiras de Viviendas en Temuco con 159 unidades donde la variable cromática es un rasgo distintivo
A. Aravena Quinta Monroy Iquique Chile
de la totalidad; el conjunto de 170 Viviendas en Renca organizado en base a una asociación de células en secuencias lineales acotadas y agrupadas en sectores, destacándose la modulación, la proporción dada a las aberturas y la diferenciación de materialidad en el zócalo que actúa como elemento ligante. Finalmente se estudiaron las 95 viviendas de un Conjunto en Antofagasta donde se destaca la adaptabilidad a las exigencias topográficas y el carácter de mimesis que adopta el conjunto. El recorrido reflexivo sobre estos casos permitió analizar y valorar especialmente este plus que portan las unidades al contemplar los naturales cambios producidos en el núcleo familiar a la vez que asignan un sello de identidad a cada célula donde el usuario se ve reflejado fortaleciendo el sentido de pertenencia de su hábitat.
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Conjuntos habitacionales en Buenos Aires Como tarea previa al análisis de dos conjuntos habitacionales situados en Buenos Aires, se incluyeron a modo referencial una selección de barrios de viviendas en esta ciudad con el fin de dar un marco conceptual-temporal desde donde orientar la mirada para el estudio y posterior transformación de los conjuntos seleccionados. Si bien los casos seleccionados no responden a las características espaciales compositivas de los conjuntos de viviendas hasta el momento analizados, todos ellos constituyen ejemplos significativos para satisF. Bereterbide. Los Andes. Geometría del Conjunto
facer necesidades del habitar en la ciudad de Buenos Aires desde 1907 hasta 1950. De este período se seleccionaron para su análisis el Barrio Buteler, la Casa Colectiva Valentín Alsina, los Barrios Cafferata, Nazca, Segurola y Rawson, la Casa Colectiva Los Andes y los Barrios Cornelio Saavedra y Simón Bolívar. Como culminación de esta fase de la investigación se incorporó para su análisis morfológico el Conjunto Monteagudo localizado en Parque Patricios del año 2007. Si bien este último ejemplo se seleccionó fuera del corte temporal donde se ubican los anteriores, a modo de cierre, se lo considera integrador de criterios compositivos morfológicos que se han estudiado a lo largo del presente trabajo. Debe destacarse en el caso Monteagudo que si bien la intervención es reciente, ella se aplica a unas construcciones industriales previas bastante anteriores. Se propuso al finalizar esta parte de la investigación una comparación entre los conjuntos Los Andes y Monteagudo rescatando semejanzas y oposiciones entre ambos. Para el análisis de los ejemplos mencionados se observaron las siguientes
Los Andes Relación lleno vacío
variables: localización general de la obra (barrio, calles limitantes, etc.); emplazamiento (ubicación dentro de la manzana); fecha (de inicio de obra o de entrega de proyecto); autores del proyecto; descripción general de la obra (texto descriptivo, sintetizado); cantidad de unidades de vivienda; tipología (agrupadas, en tira, en altura, otros); estructura compositiva en cuanto al orden disposicional, conectivo y estructural; perforaciones (relación entre llenos y vacíos, porcentajes); materiales (de cerramiento, de estructura, de cubierta); contexto socio-económico.
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Los 17 cuerpos que componen el conjunto Los Andes, diseñado por Fermín Beretervide, con 150 unidades, presenta como datos relevantes el diseño de los sectores de acceso; la relación lleno-vacío del conjunto donde el espacio abierto oficia de expansión para las viviendas, cumpliendo a la vez la relevante función de vinculante social; la gradación espacial con que se articulan dichos espacios abiertos; el criterio de asoleamiento implementado; la articulación entre bloques de vivienda y el lenguaje asignado a lo envolvente para dialogar con el entorno inmediato. Como finalización de esta etapa y a los fines de cotejarlo con el Conjunto Los Andes (1928) se incluyó el análisis del Conjunto de Viviendas Las Flores (1924) localizado sobre las calles Yerbal, Gavilán y Caracas de la ciudad de Buenos Aires. En este caso se verifican las mismas intenciones proyectuales de Fermín Bereter-
Los Andes Gradaciones espaciales en espacios exteriores
vide en cuanto a recomposición edilicia sobre la línea municipal, resolución de accesos, tratamiento de espacios abiertos, recorte volumétrico, distribución en cuerpos contenedores de diferentes tipologías de células habitacionales, proporción de áreas densas y vacías, relación de espacio público-espacio privado, y oferta de diálogo con el entorno existente. Si bien las unidades diseñadas por Beretervide no contemplan la posibilidad de adaptarse a los cambios familiares, la propuesta vanguardista del conjunto y de las viviendas conlleva una poética difícil de superar hasta nuestros días, además de la concepción comunitaria en la organización de un conjunto articulado de viviendas en torno de un amplio y complejo espacio abierto, así como en relación a un diversificado equipamiento barrial complementario a las viviendas.
Consideraciones sobre emergentes de la investigación Hasta el momento se presentaron múltiples y en ocasiones simultáneos ejemplos de análisis de casos así como procesos de transformación de los mismos, con el objetivo de señalar no sólo cómo se fue realizando la acción sino el porqué y el para qué, todo lo cual arrojó Irma Abades
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una serie de ideas-miradas complementarias de análisis así como diversas propuestas de cómo podrían potenciarse las matrices originales. Este fenómeno de develar lo construido (lo que es) se complementó en ocasiones con el ejercicio de reconstruirlo (lo que puede ser) tendiendo a acotar la distancia entre el pensar y el hacer, lo que permitió fortalecer el análisis y posterior categorización de morfologías arquitectónicas tendientes a brindar aportes a la vivienda de interés social. Llegado a este punto vale detenerse y reflexionar brevemente sobre la metodología empleada, observando cómo se realizó el recorrido en principio declarado. La tarea de inicio se abordó desde una postura que podría presentarse como fenoménica erradicando del campo de observación todo aquello que alejara al investigador de la esencia morfológica. En esta etapa de suspensiones se colocó entre paréntesis todo aquello que no fuera concerniente a la forma en vínculo directo con la vivienda social, respecto a la percepción (cómo se la percibe), a la comprensión (cómo se la decodifica y aprehende), a su genética (desde qué modalidades pudo gestarse) y a la derivación (desde dónde podría reorientarsereformularse). Este criterio adoptado obligó a operar con un orden que permitió obtener una amplia variedad de miradas de análisis y resultados parciales los que, al totalizarse garantizaron que no se produjeran omisiones conceptuales. En aquellos casos en que aparecieran dichas ausencias se retomó la acción para suturar el vacío detectado y llegar luego al momento de integración del conocimiento construido. Entendiendo que investigar implica construir conocimiento, corresponde recorrer el camino para dicha construcción donde se reconoce: al sujeto que conoce, al objeto por conocer y posteriormente conocido y a la operación misma de conocer. Dentro de este esquema se pueden señalar tres niveles para la construcción del conocimiento: un nivel de conocimiento sensible donde se produce el contacto con el objeto de estudio (el objeto a develar) obteniéndose una primer información acerca del mismo; otro nivel corresponde al conocimiento conceptual ligado con representaciones universales y esenciales (nombrando como concepto a un conocimiento estructurado) y un tercer nivel es el que corresponde al conocimiento holístico donde se capta al objeto estudiado en un contexto amplio, se lo relaciona con otros objetos y desde ese lugar se explica el fenómeno, sus relaciones, sus cambios y sus características. La etapa final en esta tarea de construir conocimiento, corresponde al análisis y la posterior categorización de morfologías arquitectónicas realizadas sobre el Conjunto Monteagudo localizado en el Barrio de Parque Patricios en Buenos Aires. El proyecto y la dirección de obra es del Estudio PfZ Arquitectos (Pfeifer-Zurdo-Di Clérico-Pfeifer-Qüesta) y cuenta con un total de 326 unidades incluyendo Guardería, Salón de Usos Múltiples y locales de comercio diario. Las pautas proyectuales declaradas por dicho estudio expresan objetivos vin36
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culados con: cantidad, calidad y tipología de las unidades, criterios de orientación, sintaxis con las preexistencias barriales y especialmente señalan la incorporación de espacios destinados al equipamiento urbano con el objetivo de promover la integración vecinal. Para resolver la estructura general compositiva, se recurrió a la organización de viviendas en tira con unidades habitacionales a ambos lados de las mismas y articuladas por una rítmica de calles-patio que constituyen valiosos espacios comunes de encuentro. Este balance entre espacios de uso habitacional y espacios conectivos que ofician de interruptores dentro de la volumetría, asigna una rítmica espacial y, en simultáneo otorga criterio de identidad a la envolvente, verificable en todo el perímetro del Conjunto Monteagudo. En cuanto a la tipología edilicia que presenta el Conjunto Monteagudo se la puede leer según consideraciones presentadas por Alfonso Corona Martínez cuando explica que si bien es cierto que son los períodos de repetición los que definen un tipo edilicio, son los de variación los que definen una tipología, puesto que exhiben la dirección de un cambio morfológico que
Estudio PfZ y otros. Conjunto Monteagudo
refleja a la vez un cambio significativo, o contribuye a producirlo.4 El sistema vinculante incluido en las tiras aparece como una unidad espacial en sí misma, repetitiva, homogénea, acotada, legible y económica en cuanto a la extensión de su propia misión conectante a la vez que genera, en esta yuxtaposición entre células de vivienda, el valor agregado del equilibrio. El establecimiento de un lugar habitable es un acontecimiento. Y obviamente tal establecimiento supone siempre algo técnico. Se inventa algo que antes no existía; pero al mismo tiempo hay un habitante, hombre o Dios, que desea ese lugar, que precede a su invención o que la causa.5 Es importante dejar constancia de la existencia de
4 Corona Martínez, A., Ensayo sobre el Proyecto, Editorial Kliczkowski, Buenos Aires, 1998, p.136. 5 Derrida, J., Architetture ove il desiderio può abitare, entrevista de Eva Meyer, Domus, 671, Milán, 1986, p.16. Irma Abades
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principios conceptuales organizadores del discurso que, como constructos de sentido, permiten leer analogías entre dos conjuntos analizados: el Conjunto Monteagudo y la Casa Colectiva Municipal Parque Los Andes en cuanto la recomposición de la manzana, el diseño del límite, la cuidada escala peatonal de los accesos, el privilegio de los espacios de encuentro, la similitud de desarrollo en altura, el logro de una poética espacial y la fundamental necesidad de construir un digno lugar habitable. Citando a Maurice Merleau-Ponty podemos acordar: He comenzado a reflexionar, mi reflexión es reflexión sobre algo irreflexivo, no puede ignorarse a sí misma como acontecimiento, y por ello aparece como una verdadera creación, como un cambio de estructura de la conciencia y le compete reconocer más acá de sus propias operaciones el mundo que es dado al sujeto porque el sujeto es dado a sí mismo. La presente investigación, formulada como una búsqueda experimental, se orientó a develar fundamentos y sentidos que permitieran colaborar en los procesos de Conjunto Monteagudo Estudio morfológico
síntesis formal arquitectónica aplicados a la proyectación de vivienda social y a la vez reconocer y actuar con modelizaciones, operantes en distintos grados de concreción, en los procesos proyectivos aplicados a formas del habitar haciendo uso de variables perceptivas como rasgos que viabilizan la identificación, reconocimiento y caracterización de las mencionadas viviendas en cuanto a su organización a nivel individual y grupal dentro de un conjunto y en lo concerniente a su estructura espacialmorfológica-contextual. Para alcanzar las metas propuestas se diseñó un andamiaje conceptual sobre el cual se deslizó la práctica concretándose el campo del objeto de estudio. La preocupación por indagar acerca de los modos en que la morfología puede contribuir en la constitución de la vivienda social, exponiendo al tema como problemática, obligó a estructurar estrategias de abordaje transitando desde campos abstractivos hasta campos de alta concreción arquitectónica. De los estudios realizados emergieron algunas constantes referidas a la estructura compositiva del conjunto, verificándose en especial la presencia de sitios que permiten el encuentro e intercambio social. Si bien es manifiesta la búsqueda de síntesis dentro del trazado del sistema conectivo, la posibilidad de transformación de la célula inicial en cuanto a crecimiento y/o de adaptabilidad de las unidades no se comprueba en la totalidad de los conjuntos analizados hasta el momento. Se verifica un criterio de homogeneidad
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logrado por aplicación de recursos tales como: selección y aplicación de acotada paleta cromática o ausencia de cromatismo, escala dimensional y perceptiva de la totalidad, criterio de agrupación de las unidades, propuesta de materialidad, síntesis morfológica y conectiva y tratamiento de espacios destinados al encuentro social. Cabe agregar que la respuesta a la variable asoleamiento fue determinante en la disposición de las bloques y en la escala de los espacios conectantes entre ellos. Este trabajo conlleva el deseo de poder difundir el camino recorrido en cuanto a reconocer, analizar, categorizar y aplicar normas y fundamentos que estructuran, en un nivel generalizador, los procesos de síntesis formal arquitectónica aplicados a la proyectación de viviendas orientadas a satisfacer necesidades básicas, como es el habitar y destinadas a sectores de población de ingresos bajos y medios. Asimismo se expone con especial énfasis la preocupación de constituir el espacio de habitar como espacio de sentido; en palabras de Ignacio Lewkowicz y Pablo Sztulwark: humanizar el espacio es constituirlo como espacio de sentido así como explorar, analizar y categorizar el contexto espacial como marco referencial de las formas del habitar, como condicionantes de dichas formas aplicadas a la vivienda social y finalmente hacer uso de las variables morfo-sintácticas como rasgo que posibilitan la identificación, reconocimiento y caracterización de la vivienda social.
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Lógicas globales & Modos locales: Teorías de proyecto
El origen de este escrito proviene de dos demandas: por una parte el desarrollo de un pro-
Roberto Fernández
yecto de investigación1 que pretende discutir la noción de modos del proyecto (como aquella
Doctor, Profesor de Historia de la Arquitec-
opción estratégica que un proyectista escoge en un momento determinado de su trabajo den-
tura y el Urbanismo en las universidades de
tro de lo que podríamos llamar la cultura histórica del proyecto o sea el campo de influencias
Mar del Plata y Buenos Aires. Investigador y
al que cualquier proyectista responde ya que nunca actúa en un estado de vacío referencial)
Coordinador de Investigaciones de la FA UAI.
en tanto voluntad de ordenar o tipificar un determinado mapa de tales opciones apuntando a tratar de establecer ideas sobre la teoría de la arquitectura no como una esfera ontológica, sino como un sustrato conceptual de operaciones proyectuales concretas y puntuales. Esa investigación acerca de los modos se establece como una fase ulterior a un trabajo previo de investigación acerca de las lógicas del proyecto, tratando de reflexionar a la vez, en un marco más históricamente extendido (y no limitado como en el caso de las lógicas, al período cultural posmoderno con su carga pretensiosa e infructuosa de liquidación de la modernidad) y geoculturalmente inclusivo o sea, capaz de referir a la dicotomía entre globalidad y localidad, entendiendo la segunda como una cierta fragmentación de totalidades y fundamento posible de un estatus de multiculturalidad. De tal manera la idea de los modos se abre a un procesamiento de la cultura histórica –el tiempo corto (que se hace largo en la medida que el proyectista internaliza la experiencia de proyectistas anteriores, o sea según el grado de conciencia histórica del mismo) de la memoria del proyectista que puede en ocasiones devenir en el tiempo largo de la
1 Se trata de la investigación Modos del Proyecto. Mapa de la arquitectura americana que desarrollo en la Facultad de Arquitectura UAI (Buenos Aires-Rosario, 2011) que da base además a la revista monográfica Modos del Proyecto (Buenos Aires-Rosario, 2011 en adelante: su número 1 es de Julio de 2011 y está dedicado al tema Imaginación Técnica, el 2 es de Febrero de 2012 y trata de Geometrías Habitables y el 3 está en curso de edición bajo la temática denominada Proyecto Anterior).
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memoria del proyecto o suerte de aportación a una históricamente evolutiva teoría del proyecto– y a un procesamiento de la condición del proyecto en el seno de la actual situación de tensión entre el discurso global de pretensión hegemónica y la fragmentación multicultural. Por cierto, tratando de fortalecer el polo de lo local geo-culturalmente situado y en particular, el mundo del proyecto americano, que ya no sería un mundo-en-sí de relativa autonomía o aislamiento y con la tentación de una fundamentación esencialista sino un mundo relacional, un mundo fuertemente entrelazado en que se acentúa y complejiza la urdimbre de articulaciones entre lo central y lo periférico que había caracterizado ciertos aspectos de la historia de la modernidad, vista y actuada en tal caso, desde las culturas periféricas. La segunda demanda originaria de estas indagaciones proviene de un deseo de revisar mi trabajo enseñando Historia de la Arquitectura en la FADU UBA a partir de hipótesis vinculadas no tanto a la forma historiográfica clásica de presentar estratos históricos de relativa autonomía, superpuestos y conectados en el tiempo así como asociados a focos o áreas de cierta centralidad discursiva hegemónica, como la visión eurocéntrica2. En esa idea pareció interesante trabajar más que en la descripción de tales estratos, con argumentos de relativa efectividad descriptiva de derivas no sólo manifiestas a lo largo del tiempo, sino también relativizando aquella localización de corte eurocéntrico. En lugar entonces de estratos, mundos o épocas3 prevalece así la voluntad de analizar trayectos, destinos y fortunas de ideas, conceptos o experimentos tanto extemporizados como deslocalizados, es decir, considerando su movilidad en el tiempo de la historia y el espacio de la geografía. Así hemos propuesto un conjunto de 6 pares de nociones (lo clásico / lo barroco, lo técnico / lo utópico, lo ilustrado / lo híbrido, lo moderno / lo vanguardista, lo natural / lo artificial y lo autónomo / lo heterónomo) que si bien son en si históricas –o sea contingentes o no ontológicas, surgidas en un momento y lugar concretos– aparentemente servían para analizar mas derivas o flujos que estratos o capas históricas, activando una caracterización más compleja y móvil de épocas y lugares. Es decir, pienso que tales categorías además de admitir el análisis, por así decir, dicotómico de cada par (en la línea del discurso nietzcheano del par apolíneo / dionisíaco
2 La revisión del dictado de la asignatura Historia de la Arquitectura y el Urbanismo 1-2-3 del Taller que dirijo en la FADU UBA implica un cambio de estrategia didáctica y una reorganización programática a partir del curso del 2011 y también un trabajo seminarial e investigativo que el equipo de la cátedra conecta con el proyecto de investigación Ubacyt a mi cargo, El Laboratorio Americano, iniciado en 2009 y en curso.
3 Seguimos aquí los argumentos de Agacinski, Sylviane en su libro El pasaje: Tiempo, modernidad y nostalgia, Editorial La Marca, Buenos Aires, 2009, texto cuya discusión de sus fragmentos iniciales formaron parte del trabajo seminarial de la cátedra indicados en la nota precedente.
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o de la oposición wolffliniana entre lo óptico y lo táctil ) y en ello percibir cierto desarrollo histórico diría, a lo Hegel –en tanto confrontación y superación– podrían aportar al análisis de los modos o formas que configuran en cierta manera, la teoría de la arquitectura en tanto, si no conjunto axiomático de naturaleza pre-científica, sí estructura o depósito de opciones y configuraciones modales de las prácticas proyectuales que procesan aquel contenido de cultura histórica que consideramos operante en el imaginario operativo del proyectista actual y local y de cualquier época y lugar. La cuestión de los pares confrontados permite asimismo dar cuenta de numerosas instancias históricas en que la teoría emergió como consecuencia de la confrontación por ejemplo, entre el par clásico-barroco (en que lo barroco actúa como degradación, manipulación y procesamiento del material lingüístico clásico), entre el par antiguo-moderno en el siglo XVII francés (en que lo moderno irrumpe como posibilidad de transgresión relativa de ciertas figuras proyectuales propias del cánon academicista: lo que institucionalmente crea otra dicotomía entre academicismo-antiacademicismo) o entre el par racionalismo-expresionismo (que podría situarse en torno a la condición resultante o fundante de la noción de espacio). Con lo cuál respecto de las 12 nociones modales señaladas, podría decirse que importa tanto su análisis en sí cuanto la consideración dialéctica de su relación dual. Por cierto que este enfoque basado en los modos –como el anterior en las lógicas– refiere a un propósito determinado de calidad, complejidad y voluntad de convertir el trabajo del proyecto en algo singular y susceptible de recibir un grado de valorización calificativa por parte de la crítica, sino de la historiografía: es decir, no se pretende aludir a toda o cualquier producción de proyectos de arquitectura sino aquellos investidos por su
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autor y sus condiciones de situación, en proyectos densos en reflexión y experimentalidad, en propósitos de formar parte de la creación cultural y en voluntad de aportar ideas innovadoras del pensum disciplinar, en trabajos en suma, que recuperarían aquella perdida (según Benjamin) condición aurática, como fragancia y personalidad de autor. Esto podría traer el problema de un argumento circular: se trata de establecer la idea de conductas o procedimientos proyectuales ya sea bajo la noción de lógica como la de modo, en relación a un corpus de experiencias singulares e historiográfica y críticamente seleccionadas respecto del universo total de las prácticas proyectuales siendo que tal selección reconoce o amerita en el proyectista en cuestión, una voluntad de adscribir a una manera o modalidad específica de proyectar. Roberto Fernández
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Hay así una sintonía en lo que el proyectista construye como su estrategia reflexiva aplicada en su trabajo singular y las categorías descriptivas de los modos o las lógicas. Por tanto éstas suelen emerger como proposiciones consecuentes y no fundantes de esa masa crítica de proyectos singulares, lo que deviene de paso, en una proposición teórica más explicativa que orientativa, más de trazar balances o cartografías que de indicar direcciones o metodologías. Tales dos situaciones originantes y demandantes del presente trabajo (la sincrónica-proyectual y la diacrónica-histórica) pueden asociarse – y ese sería un argumento o hipótesis central del mismo- para funcionar al mismo tiempo como un repertorio de P. Zumthor Kolumba
modalidades de proyecto que estarían en la conciencia del proyectista como aquél background llamado cultura histórica y por otra, como una forma de indagar concretamente en esa cultura histórica en la circunstancia concreta de enseñar historia a futuros proyectistas, de tal forma de transformar esa tarea en enseñar cultura histórica a futuros proyectistas que proyectarán operando de ciertas maneras sobre tal sustrato. Incidentalmente queda claro además que se estaría proponiendo a la vez, una estrategia historiográfica diferente y una articulación entre historia y proyecto que supere el determinismo de las historias llamadas operativistas dado que se concibe el sustratum de lo histórico no como un repertorio pasible de rescrituras o citaciones sino como un telón de fondo teórico-cultural del nuevo proyecto. Como se mencionó, pensamos en trabajar esta temática en la forma del después de un trabajo de investigación previo que discurrió alrededor de la noción de lógica proyectual o lógicas del proyecto4. Esas tareas y sus resultados tendieron a formular diría, una lectura cartográfica del proyecto contemporáneo al filo del 2000 (o más precisamente, entre 1980 y 2000, un período signado por el duelo moderno y a la vez por cierto entusiasmo decontenidista en el sentido derrideano de la noción de frivolidad) es decir, un intento
4 Estos trabajos se realizaron entre 1998 y 2006 y fueron decantando en numerosos seminarios de posgrado en que se iban presentando avances y en dos libros: El Proyecto Final. Lógicas Proyectuales al final de la Modernidad, Editorial Dos Puntos/UdelaR, Montevideo, 2000 y Lógicas del Proyecto, Editorial Concentra, Buenos Aires, 2007.
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de desciframiento de la maraña de sucesos arquitectónicos que aparecían si se quiere, en un momento histórico –la posmodernidad– cuyas características, de cara al trabajo críticohistoriográfico, se nos presentaba como posestilístico e incluso, posvanguardista y en ambos casos, por lo tanto y por así decirlo, fuera de cánon 5. Es decir: esas antiguas categorías clasificatorias del estilo o la vanguardia (desde los numerosos enfoques dieciochescos de talante académico ecléctico-historicistas hasta los ismos modernistas o la figura de los masters form-givers) permitieron nutrir vertientes historiográficas para describir el desarrollo histórico de formas o maneras de producir arquitectura y a la vez sirvieron para establecer ideas remozadas de cánon. En este punto cabe sugerir el interés de explorar las relaciones entre las aparentemente antinómicas categorías de cánon y vanguardia, relaciones que tal vez contengan las claves interpretativas más fructíferas del valor propedéutico y didáctico del movimiento moderno, en su oscilación entre norma y experimento. Las ideas preorganizadoras de un hacer proyectual y al mismo tiempo, suscitantes de ciertas valoraciones críticas fueron resultado de una singular operación de legalización historiográfica por la cual autores como Sigfried Giedeon paradójicamente historizaron algo que les era contemporáneo de una manera que siguiendo las repertorizaciones de las historias artísticas –el nomenklatur de ismos que explica el período que va de 1870 a 1930– se pudo proveer una clasificación de alternativas proyectuales modernas más o menos derivada del dualista modelo nietzcheano-wölffliniano apolíneo-dionísíaco / clásico-barroco
5 Las teorías e historiografías ligadas a la definición de una norma cultural-epocal si bien remiten a las poéticas clásico-académicas del siglo XVIII se ejemplifican nítidamente con la construcción que Harold Bloom propone en su célebre El Cánon Occidental. La escuela y los libros de todas las épocas (Editorial Anagrama, Barcelona, 2005, el original norteamericano se editó en 1994) donde postula desde una estética neoconservadora, la preeminencia de unos sistemas discursivos acotados –alrededor de la recurrencia a lo sublime y a lo natural– que se despliegan a lo largo de cuatro eras históricas (la teocrática, la aristocrática, la democrática y la caótica, siendo esta última, la referente a la modernidad literaria, ya que Bloom desconoce la noción de posmodernidad) y que establece una preceptiva estrictamente vinculada a la reelaboración de las propuestas de sus 26 referentes según una heurística condenada a padecer una angustia de las influencias (Noción que presenta en su libro The Anxiety of Influence: A theory of Poetry, OUP, New York, 1973). La perspectiva de Bloom resulta influyente para establecer un marco de referencia para la analítica crítica (que se restringe a un posicionamiento en la cartografía canónica y en el rastreo de las influencias) y fue utilizada en Arquitectura en la elaboración de una historia centrada en la canonización, ya sea en autores de perspectiva científico-histórica como A. Pérez-Gómez – en su importante estudio Architecture and the Crisis of Modern Science (OUP. New York, 1983), ya sea en diversos autores más sesgados por diversas opciones ideológicas tales como Pevsner, Zevi, Giedeon, De Fusco o Rykwert y matizada o rebatida en Argan, Benévolo, Tafuri, Collins, Colqhoun, Frampton o Banham. Por mi parte desarrollé esta temática en el ensayo que bajo el título “La angustia de las influencias. Teoría y práctica de formas genealógicas de proyecto” se incluye en mi libro Mundo Diseñado. Para una Teoría Crítica del Proyecto Total, Editorial UNL, Santa Fe, 2011.
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que propuso el par racionalismo-expresionismo y dentro de éste concepto tributario de la estilística, la ulterior posibilidad de delinear recorridos signados por individualidades geniales más o menos capaces de organizar movimientos de adhesión y programas de trabajo. Este razonamiento es el que alimenta la mencionada hipótesis de la confluencia conceptual de cánon y vanguardia para una posible explicación del movimiento moderno, más allá de entender éste como una suerte de manojo de comportamientos anarco-geniales. El deslizamiento moderno, visible en las artes visuales en general y en la arquitectura en particular, desde las agrupaciones, movimientos más o menos programáticos –definidos por preceptivas dictadas en manifiestos o cartas de intención– o ismos (aunque éstos pudieron resultar de definiciones externas a las propias preceptivas de los artistas) hacia prácticas fuertemente signadas por sujetos orlados de cierta distinción genial (característica que empero es sintomática de la formación de la cultura llamada manierista, alusiva a manieras individuales ) establece una cesura entre modernidad ortodoxa –la de los diferentes ismos que A.&P. Smithson6 definieron como modernidad heroica, es decir orientada por cierta densidad cultural de pretensión crítica y voluntad socialmente reformista– y modernidad establecida o aquella modernidad que se inserta en la lógica del mercado. La modernidad heroica puede estar tensada por el acople de una férrea actitud experimental sin embargo anclada en la afirmación de las típicas utopías sociales que atraviesan la historia de la modernidad entre mediados del XIX y la primera guerra mundial. La segunda modernidad, confirmada después de la segunda guerra y de cierto statu quo político-económico que descentra o anula los discursos utópicos podría estar presentando la ambivalencia de una escena dominada por la voluntad de los masters en cuanto a proponer piezas ejemplares para la nueva ciudad (que terminan por configurar el último repertorio de monumentos singulares sobre los que aplica el movimiento Docomomo, en tanto expansión de la idea clásica de objetos singulares ejemplares de una cultura) respecto de la emergencia de una suerte de clase media de proyectistas que justamente se ocuparán de satisfacer las demandas de las nacientes clases medias sociales o en atender desde el Welfare State, necesidades de cierta modernización socio-urbana, digamos aquella que transcurrirá entre la segunda guerra y 1970 y su crisis energética. En esta categoría hay que valorar la arquitectura social de módulos habitativos de talante comunitarista hecha desde las oficinas municipales –los british councils en el caso inglés y de Londres en particular– por ejemplo en la obra realizada por Hubert Bennett o Neave Brown. Tal deslizamiento introduce si se quiere cierta preparación del terreno para explicar la condición posmoderna cuya reivindicación de la autonomía del artista y del
6 Alison&Peter Smithson, Heroic Period of Modern Architecture, Editorial Thames& Hudson, Londres, 1981. Este libro reelabora un número monográfico del mismo título que los autores habían preparado para la revista Architectural Design.
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retorno a una idea de in-utilidad o art pour l’ art puede conciliarse con la importancia de aquellos sujetos magistrales. Todo ello atravesado por tempranas dudas ligadas a reconocer o no el estatus de obra de arte de los productos de la arquitectura, ya que ésta se debatía como signo de modernidad, entre su propia agenda dualista de cultura técnica y utopía social7, lo que conllevaba a problemas derivados en articular eficazmente las nuevas tecnologías y los avances científicos con una noción de lenguaje y a discutirse o negarse la cualidad in-útil de la obra de arquitectura (que Hégel había planteado como la condición de pertenencia al sistema de las artes ) toda vez que, vinculado a las pretensiones del pensamiento utópico socialista se imaginaba un rol socio-político singular para la arquitectura de las nuevas ciudades industriales. Un rol que se arrogaba el saber mínimo necesario para la concepción de esas ciudades –el Urbanismo– y que se planteaba la posibilidad de reformatear los objetos de cara a su posible serialidad industrial con lo que irrumpían –quizá ingenuamente como Morris u Hoffmann– en la noción de la mercancía capitalista. Por los 80 esas categorías parecían exhaustas y quizá como tributación a enfoques estructuralistas nos pareció de interés examinar la cuestión de las lógicas, un poco en la forma que utilizó esa noción Gilles Deleuze8, es decir como lógicas de sentido: cauces, vías o formas de otorga-
7 Veáse mi libro Utopías Sociales y Cultura Técnica. Estudios de Historia de la Arquitectura Moderna, Editorial Concentra, Buenos Aires, 2005. 8 Deleuze, G., Lógica del Sentido, Editorial Paidós, Barcelona, 2005 ( el original es de 1969). Existe además una versión digital del libro en www.philosophia.cl, sitio de la Escuela de Filosofía de la Universidad Arcis. Del ensayo de Espinoza Lolas, R., Deleuze; en torno a una lógica de la sensación, en revista Observaciones Filosóficas 3, 2006, Valparaíso y a propósito del libro de Deleuze, Francis Bacon: Lógica de la Sensación, Arena Libros, Barcelona, 2005 (el original francés es de 1981) se lee el siguiente párrafo que trabaja en general la idea de lógica en Deleuze y su interés en recaer en la cosa concreta como generadora de sentido a través de la impresión que suscita en tanto imagen: El carácter físico de la actualidad expresa a las cosas en cuanto “están” presentes en la intelección. En ese “estar” se juega propiamente lo que sea lo físico, lo real mismo. Que las cosas estén aprehendidas como reales significa que son aprehendidas en su simple, pero originario carácter físico en tanto que “están presentes”. Deleuze lo expresa siempre en su estilo concreto, monádico de su lógica de la pintura y no podría realizarlo de otra forma, pues sería concederle al logos predicativo y la metafísica, en todas sus vertientes, un horizonte “óptico”, de significación, universalidad desde donde se aplica, se concreta, en cada caso: la dualidad de los mundos. Deleuze nos señala que para superar la figuración, la metáfora, le hermenéutica, el estructuralismo, el psicoanálisis o cualquier modo de representación o narración tenemos que pensar en términos de figura, sensación y cuerpo. Y para esto la pintura de Cézanne es buena indicadora: “Hay dos maneras de superar la figuración (es decir, a la vez lo ilustrativo y lo narrativo): o bien hacia la Forma abstracta, o bien hacia la Figura. A esta
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miento de sentido a un producto cultural –en este caso, proyectos de arquitectura realizados o no– más que mecanismos de pertinencia entre lo buscado y lo obtenido. En la introducción de su libro, que se desarrolla en 34 capítulos que llamará series, Deleuze apunta: A cada serie corresponden pues unas figuras que son no solamente históricas, sino tópicas y lógicas. Como sobre una superficie pura, algunos puntos de tal figura en una serie remiten a otros puntos de tal otra: el conjunto de constelaciones-problemas con las tiradas de dados correspondientes, las historias y los lugares, un lugar complejo, una «historia embrollada». Este libro es un ensayo de novela lógica y psicoanalítica. Y Deleuze propiciará un intento de clasificación que antepondrá a la positividad de lo taxonomizado, lo paradójico de la convivencia de entes diversos y a la supuesta voluntad estructuradora, la emanación de acontecimientos que subjetivizan todas las objetividades y fantasmas que relativizan las racionalidades conscientes. Desde ese enfoque deleuziano emergía la posibilidad de redefinir categorías de pertenencia para performances diversas, incluso in-conscientes de tal pertenencia para sus autores, a grandes y diversos esquemas de significación, no tanto desde la perspecGangotena&Barragan Casa Entremuros
tiva del lenguaje arquitectónico utilizado en cada operación sino mas indagando como tales resultados proyectuales se encuadraban en ciertas alternativas de procedimientos de desarrollo del proyecto, entendiendo éste no como un hacer específico, sino como una manera más de producir objetos de cultura (como un libro, un film o una partitura musical ) o, un poco más reductivamente, obras de arte. El proyecto es así, no algo en sí mismo como una suerte de patrimonio intrínseco de un saber/hacer del arquitecto, sino la forma, lenguaje o procedimiento por el cual el arquitecto (o más bien sólo aquellos arquitectos persuadidos de un rol más intelectualvía de la Figura Cézanne le da un nombre sencillo: la sensación. La Figura es la forma sensible relacionada con la sensación; actúa inmediatamente sobre el sistema nervioso, que es carne. Mientras que la Forma abstracta se dirige al cerebro, actúa por mediación del cerebro, más cercano al hueso”. Esto que parece difícil de comprender de las taxonomías de Deleuze nos indica dos modos de hacer filosofía que no pretende ser ni fenomenología ni hermenéutica.
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cultural que técnico-profesional de su actividad) glosa, rescribe o tematiza cuestiones del mundo epocal genérico de la cultura en que se sitúa. Se trató de elaborar un mapa de posturas de otorgamiento de sentido –que fueron las 8 lógicas examinadas, a su vez organizadas como cuatro pares, uno de los cuáles se consideró más bien autónomo y los restantes más bien heterónomos en tanto saberes dominantemente construidos desde dentro o fuera del campo cognitivo arquitectural– que servía como rejilla o cedazo para examinar la neo-ecléctica producción de la cultura arquitectónica posmoderna particularmente referida al período de las últimas dos décadas del siglo XX . En uno de sus libros-testamento 9 –de carácter más bien fragmentario y aforístico– Héctor Libertella apunta (e inmediatamente duda o clausura lo dicho) lo siguiente: El ojo es una perla de gelatina concreta que late y mira, mientras la interpretación y el sentido quedan como ilusiones ópticas. (No. Tachar esto. Es apodíctico.) En cierta forma se está refiriendo allí al tándem de una objetividad visual o visiva (del autor/productor) y una subjetividad interpretativa, ilusión óptica, fantasma o espejismo (¿Del crítico/re-productor?). Quizá esa dudada tarea de interpretar u otorgar sentido tiene que ver con el propósito cartográfico que implica sistematizar cierto conjunto de ilusiones ópticas (o también trampadeojos) con la voluntad de organizar en totalidades más o menos epocalmente previsibles aquellas operaciones visuales tendientes a presentar perlas de gelatina concretas, instantáneas cristalizaciones de divagares experimentales. El enfoque ciertamente estructuralista de nuestras lógicas (una de ellas resultó así llamada, pero todo el enfoque tributaba a la idea estructuralista de una clasificación) tenía que ver, en el momento que iniciamos aquella investigación, con algunos postulados esgrimidos por ciertos diagnósticos teórico-críticos que requerían o recomendaban dicho enfoque, por ejemplo, lo formulado por Solá Morales10: Desde el momento en que cae el sistema ideológico construido por las vanguardias históricas y el proyecto moderno –refiere Solá al momento del cese de aquellas certezas– se hace problemático o no es posible diseñar “desde una silla a una ciudad” con la misma seguridad con que lo hacían los arquitectos de la generación de los maestros. Hasta aquí pues se alude a la situación de incertidumbre canónica o taxativa de una arquitectura ulterior a la modernidad que despojada de referencialidades sistémicas recae en ejercicios narcisistas, autorreferenciales o frívolos. Frente a tal constatación, Solá entiende que los proyectistas resultan incapaces de producir discursos teóricos y pre-proyectuales susceptibles de conjurar en algún sentido, la cruda arbitrariedad de ciertos haceres sin sustrato o sin pensamiento por así llamarlo, programático.
9 Libertella, H., Zettel, Letra Nómade, Buenos Aires, 2009, fragmento 33. 10 Solá Morales, I., Sadomasoquismo, crítica y práctica arquitectónica, ensayo incluido en el libro Diferencias. Topografía de la arquitectura contemporánea, Editorial G.Gili, Barcelona, 2003, p. 151. El escrito fue realizado hacia 1988 y publicado entonces en la revista italiana Casabella.
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De allí imagina Solá un deber-ser de una nueva teoría crítica: Entender el propio trabajo, poderlo problematizar, exige un cierto extrañamiento, una operación de alienación en el más estricto sentido etimológico de esa palabra. Ese extrañamiento como operación de alienación respecto de las maniobras del proyectar es una indicación para el trabajo crítico que en todo caso, no requiere ser hecho por extra-proyectistas sino que puede emerger –como una de las cualidades derridianas de la posmodernidad– como tarea del propio proyectista, rasgo por demás evidente por ejemplo en Eisenman, Venturi o Rossi pero también en Koolhaas, Tschumi, Libeskind, Sejima, Zaera Polo, Maas u Holl. Sin embargo Solá parece estar interesado en algo más que el análisis crítico reducido a cada proyecto y en eso consistiría la proposición de cierta topografía o cartografía del presente proyectual: Puesto que la práctica aislada carece de discurso –continua Solá su argumentación– la arquitectura se ve muy a su pesar, necesitada de ensayos de entendimiento más allá del marco concreto de una determinada obra. Las revistas de arquitectura, casi todas, muestran en la incómoda disociación de textos e imágenes, la real disociación entre objeto y discurso, entre práctica y crítica. De estos razonamientos emerge si se quiere, cierta voluntad de registración cartográfica que quise otorgar a mi investigación acerca de las lógicas o aquella que inspira según creo, las obras de voluntad sistematizante de José M. Montaner11. En cualquier caso subsisten postulados de Solá que pueden debatirse: [1] la práctica aislada (¿Un proyecto?) carece de discurso [2] la arquitectura se ve, muy a su pesar, necesitada de ensayos de entendimiento y [3] la incómoda disociación de textos e imágenes (de las revistas de arquitectura) como expresión de la real disociación entre objeto y discurso, entre práctica y teoría. En mi caso me acogí a la recomendación genérica de Solá para emprender mis investigaciones sobre las lógicas proyectuales, pero es la necesidad de discutir esas tres consideraciones polémicas apuntadas lo me induce ahora a descreer de la importancia de lógicas proyectuales mas bien deductivistas (que bajan de principios más o menos generales para explicar el sentido de prácticas aisladas, en todo caso, tratando de aportar la discursividad de la que carecerían) a favor de indagar en torno de modos proyectuales que podrían inducir desde dichas prácticas aisladas efectos o propuestas de discursividad que podrían no ser de un necesario extrañamiento o ajenidad respecto del proceso de proyecto sino parte constitutiva del mismo. En tales procesos por otra parte, puede desaparecer la dicotomía entre los bloques conceptuales [1] texto/discurso/teoría y [2] imagen/objeto/práctica que nos presenta Solá: no
11 Montaner, J.M., Después del Movimiento Moderno (1993), La Modernidad Superada (1997) y Las Formas del Siglo XX (2003), todos ellos publicados en Barcelona por Editorial G. Gilli. 50
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estoy en absoluto seguro que el segundo grupo no piense (en el sentido de ejercer una suerte de pura praxis carente de autorreflexividad) ni mucho menos que deba ser pensado por el primero. La centralidad de la acción proyectual que propongo como eje de esta nueva indagación teórico-crítica en todo caso también supone descreer de la disociación texto/imagen (como indicio de la disociación objeto/discurso) discutiendo o directamente negando, la aparente subalternidad epistémica de la imagen-objeto respecto del texto-discurso. Subalternidad que tendría que ver con que siempre un texto-discurso debe explicar, valorar y posicionar una imagen-objeto, como si la imagen-objeto careciera de la entidad que le otorgara un estatuto de pertenencia a una determinada cultura: este investimiento le debiera ser otorgado por una textualidad explicativa-presentativa-valorativa. Dos fragmentos más del texto de Solá curiosamente demarcan según creo, por una parte, la necesidad de las lógicas y por tanto, para mí, cierto otorgamiento de relevancia a los esfuerzos cartográficos: Pensar que puede acotarse un espacio de análisis , de problematización y de articulación interna de la disciplina al margen de las corrientes del pensamiento contemporáneo es un puro engaño, un defensivo posicionamiento que autoexcluye la arquitectura y los arquitectos del universo de la cultura. Pero por otra parte, pocos renglones mas debajo de esta cita, Solá podría estar anticipando la perspectiva de un enfoque inductivo, desde las propias obras hacia los pliegues de tal universo de cultura: Es posible pues la construcción de discursos internos desde la
A. von Chrisma. Experimentos textiles
experiencia, sobre la práctica pero con intención de razonarla, sopesando las palabras que se utilizan y huyendo de la pura autobiografía. Porque el discurso de los arquitectos sobre la arquitectura no es todavía un juicio crítico, no es la confrontación global en la que consiste la cultura pero es una voz necesaria, tan imprescindible como la de cualquier otro agente cultural que quiera intervenir en la construcción de sentido. Frente al supuesto grado excesivo de abstracción de la idea de lógica (confrontada ahora, en nuestra propuesta, a la aparentemente mucho mas empírica y multisubjetiva de modo) me parece por último adecuado, recoger un apunte de Giorgio Agamben12 que dice: En contra de lo que suele creerse el
12 Agamben, G., Signatura Rerum.Sobre el método, Editorial Adriana Hidalgo, Buenos Aires, 2009, p.8. Roberto Fernández
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método, de hecho, comparte con la lógica la imposibilidad de estar del todo separado del contexto en el que opera. No existe un método válido para todos los ámbitos así como no existe una lógica que pueda prescindir de sus objetos. El enfoque de proponer un conjunto de lógicas que pretenden explicar la heterogeneidad descategorizada de prácticas proyectuales posmodernas –y por tanto, desprovistas de la canonicidad moderna– no puede aun en una metodología deductiva, prescindir en su formulación de un repertorio de objetos y quizá ellos, en la índole de su selección y en la posesión relativa de algunos rasgos comunes, presienten y determinan su adscripción lógicocategorial y por tanto las lógicas no resultan invenciones abstractas o expresiones de cierta cosmovisión histórica sino nada más que formulaciones emergentes de conjuntos de objetos. Los esfuerzos cartográficos, como mi trabajo sobre las lógicas, supusieron creo, la adscripción a cierto pensamiento estructuralista que como desarrolló Barthes, sostenía primordialmente una voluntad didáctica o reproductiva ya que el intento de explicación de unas vías lógicas de sentido como sistematización ex post de una masa de acciones proyectuales dadas –aunque casi contemporáneas a nuestra propósito sistematizador y por tanto anulando la pretensión de clasificaciones más bien historiográficas en que aparezcan indicios de sanciones socio-culturales favorables o negativas o alguna decantación del gusto– se proponía antes que nada, exponer posibilidades re-productivas ligadas al desarrollo de nuevas acciones proyectuales en tanto el conocimiento sistematizado de lo previo pudiera servir, en un ambiente desprovisto de indicaciones canónicas, para conformar dichas nuevas acciones. En cualquier caso la potencia cognitiva o didáctica de cualquier sistema ordenador de la masa de acciones dadas, como el esquema de las lógicas, dependerá de la pertinencia de la selección de tales acciones ya que es imposible pretender referirse a la totalidad de acciones y ni siquiera a repertorios suficientemente demostrativos de tal totalidad. La pregunta es entonces: ¿Qué acciones (proyectos) poseen la entidad tal para conformar el conjunto de hechos sobre los cuáles, ex post, configuramos nuestra propuesta de lógicas? Respuesta: Aquellas acciones poseedoras de una relativa consagración disciplinar-institucional obtenida mediante su identidad en un conjunto de medios, por ejemplo, revistas, premios, utilización referencial en escuelas de arquitectura, etc. Se trata pues, en razón del poder de construcción discursiva de tales medios, de repertorios de hechos proyectuales connotados por cierta validación o consagración que podríamos adjudicar a la cultura de la globalización. Frente a lo cuál sería posible contraponer otras acciones proyectuales –quizá menos visibles e investidas de valoraciones– como serían aquellas no-globales, menos globales o directamente, locales. En este punto quizá convenga dejar sentado que a mi juicio y dada hoy la multiplicación de canales de información, no puede sostenerse la dicotomía global/local y más bien esta segunda categoría de 52
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lo local debe entenderse como alguna clase de visión, lectura o fragmentación de la escena de la globalización y, por tanto, no existiría aquella dicotomía sino una multiplicidad de grados de totalización/fragmentación de la noción de globalidad, incluyendo los modos de fragmentar o des-totalizar lo global que asumen el rango de una crítica política. Es como si la desinformación casi orlada de ingenuidad que otrora caracterizaba las posturas locales hoy resulta comunicacionalmente imposible y en tal sentido la perspectiva naïf actualmente ya no es natural sino que debe formar parte de un programa laborioso de distinguirse en el irreprimible magma de lo global. Por tanto, inmediatamente, podríamos dudar acerca de la entidad del repertorio de acciones proyectuales del que partimos para proponer nuestra clasificación lógica. En efecto, existiría la posibilidad de considerar otros conjuntos de acciones proyectuales, los que sólo incidental o indirectamente podrán compartir rasgos de nuestra clasificación o formar parte de ellas, por ejemplo en el caso de conjuntos de acciones proyectuales que podríamos referir como populistas, comerciales, mass-mediáticas, corporativas, etc. En todo caso, aquí, querría pues dejar constancia de la relatividad constitutiva del repertorio del cual se partió (en cuanto el puntual conjunto de acciones proyectuales que nos propusimos clasificar) para presentar las categorías explicativas de las lógicas y que, por tanto, sería posible imaginar otros repertorios y de ellos, otras clasificaciones. Debería entonces advenir un momento menos sistémico-estructuralista que se presente como fenomenológico, un pasaje de la deducción lógica-proyecto a la inducción proyecto-modo y sin embargo estas instancias pudieran ser más que antagónicas o polares, más bien complementarias. Desde luego, podría suponerse que en arreglo con el talante estructuralista, las lógicas componen un sistema más bien axiomático que dio paso a una exhibición de cierto orden por el cuál los proyectos se agrupaban en posibles categorías conceptuales y que, inclusive, los repertorios figurativos también pudieron formar parte de tal característica axiomática. En cambio, el pasaje a la noción de modo no sólo se vincularía al advenimiento a una instancia por así decir, posestructuralista (como la describía por ejemplo Deleuze) sino además a la pérdida del rigor axiomático que devendría como efecto de un clima filosófico mas fenomenologista. Será lo que llamamos modo, algo parecido al oficio en tanto conducta de cierta recurrencia escogida por un actor individual para superar una fase de empirismo puro o absoluto dentro de la pretensión de un hacer arquitectónico de talante cultural? Una parte de los trabajos que ahora nos proponemos intentará ensayar respuestas o confirmaciones a esta hipótesis. Tal idea de oficio supera sin embargo, una mera o absoluta empiria ya que según lo que propongo, tal praxis de proyecto se desenvuelve, al menos, sobre la base de la existencia de cierta cultura histórica en la conciencia del proyectista. Creo que aquello que Solá llamaba Roberto Fernández
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corrientes del pensamiento contemporáneo, como un horizonte referencial ideal de proyectos con vocación de constituir-se (en) objetos o productos de cultura refiere más bien a cierto corpus bastante acotado y selecto incluso dentro del campo de trabajos arquitectónicos que gozan de cierto investidura en tanto prácticas con reconocimiento institucional. En efecto, tal vez, el conjunto de proyectos que nosotros utilizamos en nuestra investigación sobre las lógicas pudiera arrogarse tal cualidad: proyectos de alta visibilidad y reconocimiento institucional a la vez que proyectos que buscan conscientemente cierta clase de diálogo con aquellas corrientes, que nosotros traducíamos y limitábamos a determinados linajes dominantemente emergentes de los campos de las filosofías científicas y estéticas. Una gran proporción de obras significativas contemporáneas que gozan de reconocimiento institucional –son materia de publicaciones, exposiciones, premios, utilización referencial en la didáctica, etc.– sin que en su contexto teórico se manifieste aquella voluntad explícita (a menudo laboriosa y a veces forzada) de dialogar con las corrientes del pensamiento contemporáneo, aunque por otra parte, tampoco son manifestación pura de la aplicación de cierto magisterio de oficio en tanto sus autores – aunque en soledad, o sea sin pretender inscribirse en aquellas cartografías más arduas y abarcantes – intentan ir algo mas allá de la respuesta a una demanda profesional: en el espesor de tal mas allá querríamos situar problemáticamente la cuestión de los modos de proyecto. Lo cierto es que la voluntad fenomenologista (invirtiendo si se quiere, el enfoque estructuralista) se propone fijar un punto de vista analítico en la soledad del proyectista pero no como un actor mecánicamente ejecutante de un saber técnico individual sino como un sujeto involucrado en el desorden de las múltiples experiencias del mundo que habita, conoce y percibe y también como un agente socio-económico implicado en las contingencias de lo que aquí llamaríamos oportunismo profesional y que, si se quiere, pondría el acento en el concepto de mercancía que determina un proyecto y en la existencia de un actor cliente/consumidor cuya incidencia no es pasiva ni meramente receptiva del aporte del sujeto que proyecta. Digamos que hoy es mucho más complejo programar/proyectar o que esas tareas no son exclusivas del arquitecto13.
13 Tafuri insistió en estas contingencias y nadie como él se manifestó en flagrante duda respecto de la verdadera autonomía del proyectista al que quizá se le limitaba un campo fáctico casi reducido a operaciones de lenguaje. Incluso esa postura la extiende en sus últimos estudios, a una mirada francamente alternativa de la arquitectura renacentista-manierista en la que advierte marcadas preponderancias del cliente en la determinación de múltiples opciones de proyecto. Veánse sus estudios palladianos (en Retórica y Experimentalismo. Ensayos sobre la arquitectura del los siglos XVI y XVII, Universidad de Sevilla, 1978, en especial el ensayo IV: Clientela y tipología en las villas palladianas) y sus estudios tardo-renacentistas (en Sobre el Renacimiento. Principios, ciudades, arquitectos, Editorial Cátedra, Madrid, 1995 –donde Principios traduce erradamente del italiano Principi, Príncipes– en especial su capítulo III). 54
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Salamone. Desplazamientos y tropismos de la modernidad local
Las obras de Francisco Salamone en la provincia de Buenos Aires realizadas por
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encargo la gobernación de Fresco fueron parte del programa de modernización sin refor-
Investigador Asociado de la investigación
mas estructurales puesto en marcha por el gobierno conservador. Pero más allá de eso, y
Modos de Proyecto, FA UAI, 2011-3.
junto a las articulaciones entre política y arquitectura, las intervenciones de Salamone se dirigieron no sólo a la construcción de obras que podrían ser pensadas como obras en el paisaje sino principalmente a la construcción de un paisaje. Un paisaje que debía construirse como una red extensa sobre el territorio de la provincia y como expresión del proceso de modernización y de presencia estatal que se suponía para la época. Este plan requirió de un conjunto de diversos programas que funcionaban como representación de la necesidad de una presencia de lo institucional y de las demandas de lo público. Salamone proyectó y ejecutó así una gran cantidad de obras destinadas a municipalidades, mercados, cementerios, escuelas, plazas, equipamiento urbano y mataderos que se diseminaron por toda una cantidad de pueblos y ciudades del interior de la provincia con diferentes escalas y tipos de intervención: en Alem, Azul, Balcarce, Cacharí, Carhué, Cnel. Pringles, González Chaves Chillar, Guaminí, Laprida, Pellegrini, Saldungaray, Salliqueló, Tres Lomas o Vedia, entre otros. En muchos de estos programas, como en el caso de las municipalidades, las escuelas o los cementerios, el peso de la tradición representaba una presencia difícil de eludir, aportando soluciones o tipologías ya comprobados a lo largo del tiempo. Precisamente se adoptó un conjunto de resoluciones formales o tipológicas que no presentaban ninguna revisión ni reformulación en los usos o las funciones. Tampoco proponían ninguna relación con nuevas formas del habitar o con una reelaboración de las maneras de pensar el espacio público o de los impactos que una revisión de los modos de
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apropiación de lo público podrían tener en una definición de lo tipológico, lo configurativo o lo programático. En este sentido los programas no tuvieron ninguna intención ni propuesta transformadora, limitándose a cumplir los cánones del trabajo, la enseñanza o la recreación, más allá de la búsqueda de un lenguaje. De este modo, y si hiciéramos una traslación de las relaciones entre ideología y arquitectura al campo específicamente disciplinar, podría decirse que las convenciones del programa fueron puestas a salvo – en virtud de las capacidades transformadoras o revolucionarias que el mismo posee – y que la revisión estuvo puesta en la forma y en el lenguaje, algo que podría llevarnos a otro debate1. En este caso particular, las transformaciones a nivel de la concepción del programa y sus capacidades contestatarias o diluyentes de los modos canónicos de lo social hubieran requerido de un sustrato ideológico del cual Salamone carecía, aunque no pueda decirse que se tratara de una operación de simple cosmética. En el caso de los mataderos, este programa no tenía antecedentes en su concepción y se arrastraban las soluciones dadas por la costumbre en el tema, lo cual permitió inventar concepciones y resoluciones con un cierto grado de libertad. Esto se vio reflejado en los aportes, no sólo formales, sino también en cuanto a la organización de las tareas y en la configuración de un objeto que por su ubicación debía plantear cierta relación con su contexto físico. El programa en sí incorporó normas de salubridad al proceso de faenamiento, con mejoras en el control veterinario, en el aseo de las instalaciones y en el tratamiento de los efluentes. Esta modernización se hallaba vinculada al imaginario higienista, en este caso aplicado a las actividades industriales o laborales y que se remontaba al rol del estado en la tradición de la modernidad iluminista en la creación y las características de nuevos programas de carácter social y público: el hospital, la cárcel o la fábrica. La incorporación de tales mejoras en el proceso productivo era parte de la creación de una industria rural y del desarrollo y potenciación de los modos productivos de la época, pero por otra parte no dejó de poseer un carácter de fantasmagoría, al menos en las visiones del marxismo y de su relectura por parte de Benjamin. Tal estado fantasmagórico proponía una mejora de las condiciones laborales, de higiene y salubridad productivas, pero en definitiva no modifica-
1 Los debates acerca de las capacidades críticas o transformadoras de la forma y del programa han atravesado todo el arco de la Modernidad. En tales circunstancias pueden encontrarse los momentos tanto en donde la forma sólo ha dado lugar a un formalismo indiferente o sustitutivo como a aquellos en donde la misma ha cumplido una clara función crítica o desestabilizadora o se ha propuesto como una forma de conocimiento. Del mismo modo el programa ha fungido como elemento de una crítica. social o cultural. La crítica operativa ha ido demostrando sus posibilidades y limitaciones y los cambios en los modos de abordaje y análisis también han ido construyendo nuevas miradas.
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ba las relaciones sociales del trabajo ni las características de la explotación rural, manteniendo y consolidando la organización productiva y la noción de propiedad de acuerdo a la estructura jerárquica tradicional, a pesar de las declaraciones políticas de ocasión: Queremos que la repartición de la riqueza sea una realidad tangible en la provincia de Buenos Aires y, sin insinuar siquiera la posibilidad de despojo, entendemos que los que tienen demasiado, deben pensar en la conveniencia de ceder un poco; al servicio de esta idea
Escuela de Balcarce
pondrá el gobierno todo su poder político para los que no tienen nada, tengan algo también.2 La definición de la forma y del lenguaje en estas obras de Salamone va a seguir los principios de la tradición compositiva, basada en la jerarquía, el equilibrio, la frontalidad, la simetría, la axialidad y la centralidad. En el caso de los mataderos, Salamone propuso una tipología –no así un modelo– con la que daba respuesta a dos cuestiones opuestas pero complementarias. Por un lado cada resolución tipológica se acomodaba al problema funcional –el acceso del ganado, el sacrificio, el desposte, el despacho y los locales de servicio y administración– con lo cual podría decirse a simple vista que esas formas respondían al destino o los usos requeridos. Pero por otro la conformación tipológica y la estructura compositiva constituían claramente un procedimiento de combinación formal. Basado en tales criterios compositivos Salamone compone unidades formales y elementos que se proponen eminentemente como una cuestión de forma, independiente del programa o de su destino, ya que ese repertorio obedece a un concepto de forma que sirve para cualquier
2 Citado por Longoni, Quinteros, Molteni, Álvarez y Bevilacqua en La Modernidad en la Pampa Bonaerense. Los edificios para mataderos municipales de Francisco Salamone. Anales del IAA Nº 33-34 FADUUBA –1998-1999– Cita Nº 7, pág. 185..
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aplicación. En este caso la forma no obedece a ningún uso, sino que es un concepto a priori basado en un conjunto de categorías y procedimientos determinados. Este trabajo con la tipología reconoce el ascendente de la tradición iluminista de fines el siglo XVIII, desde la mecánica combinatoria de Durand, en un extremo, hasta las invenciones y el llegar a la propia disolución del término tipología por parte de Cementerio de Azul
Piranesi, en el otro. Aquí Salamone, mucho menos erudito, se ubica en un punto interme-
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dio. No cristaliza el problema de la combinación compositiva como Durand, que lo lleva a un mecano de partes totalmente neutro y vacío de significados, ajeno a todo programa o materialidad. Tampoco desestabiliza el criterio, como hiciera Piranesi, al provocar su puesta en crisis mediante su total exacerbación y saturación. Salamone deja a salvo las convenciones de la disciplina en términos de la forma en un juego equilibrado, casi correcto, entre el canon y la innovación, trasladando un mecanismo formal a un nuevo programa e introduciendo la contaminación. Por otra parte su manipulación tipológica da lugar a una casuística, a una serie de unidades formales, basadas en un conjunto de elementos y reglas combinatorias limitadas pero en donde cada uno es irrepetible; una serie basada en la salvaguarda del principio y en la manipulación de la diferencia. Este trabajo plantea una tensión entre dos polos bien definidos. En un extremo se ubica la altísima singularidad expresiva de muchas de las obras de Salamone, una exaltación de los rasgos y de las cualidades formales más propia de la obra singular, única, y que por lo tanto mantiene su carácter aurático respecto de la individualidad del autor –en tanto sujeto identificable– y de los modos de producción unitarios y de recepción. Pero en su otro extremo, estos objetos singulares, únicos, fueron pensados para ser repetidos, o al menos con la intención de que en su carácter de tipos repitieran soluciones con una vocación de universalidad. Entre relación, singularidad y repetición ya era una problemática que atravesaba a toda la cultura moderna y a sus expresiones artísticas, con obras que preservaban su condición singular y única en tanto objeto creado de acuerdo a un modo de producción aurático pero que a su vez incorporaban el uso de materiales o procedimientos formales tomados de los medios industriales de repetición o de los medios de comunicación. Una problemática moderna que puede constatarse desde Picasso a Le Corbusier en sus expresiones menos radicalizadas hasta Moholy-Nagy y su procedimiento de dictar la ejecución de una obra por teléfono. De todos modos resulta notable como esta relación entre singularidad o exaltación expresiva y repetición que en otras disciplinas se conceptualizaba más profunda o mediadamente –como en el cine o en las artes plásticas– en el caso de la arquitectura se problematizaba en forma reduccionista y aún se banalizaba. Lo que no sucedía necesariamente en otras disciplinas, en la arquitectura singularidad y repetición se convertían en términos no sólo opuestos, sino irreconciliables, sobrealimentado a la vez por una historiografía tendenciosa. Tal vez esto se debiese a tres causas diferentes pero asociables: al supuesto y unidimensional carácter pragmático de la arquitectura –y su concepción de que toda exaltación expresiva, exuberancia o saturación llevaban a un derroche de costos, en una unilateralidad arbitraria entre economía y economía expresiva–, a la componente sachlicht que había consagrado la alianza entre abstracción, objetividad y modernidad, o a la concepción Luis del Valle
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evolutiva de la cultura que asociaba evolución formal, eficacia y reducción expresiva; en definitiva, todo lo antedicho no fue sino una de las vertientes de lo moderno apoyada por el grueso de la historiografía más convencional de la arquitectura, aunque otros recorridos nos permitan evidentemente otras interpretaciones. En el caso de Salamone estas articulaciones entre singularidad y repetición se hallaban dadas por la herencia academicista, por los referentes culturales y por ese filón de lo moderno que no renegaba de una acentuación de la cualidad expresiva. Su formación academicista en la Universidad de Córdoba, las influencias de las relaciones entre tradición y modernidad del Art Decó o la herencia de la tradición monumentalista italiana se encontraban atravesadas de una búsqueda singular sobre las capacidades expresivas de la forma y del lenguaje, procediendo a cruzas, yuxtaposiciones o superposiciones dadas por una poética personal, por las relaciones entre tradición e innovación en el tejido social, productivo y cultural del momento y sus formas de representación y legitimación ya mencionadas. Las categorías o procedimientos de la composición tradicional y su singularidad expresiva preservaban al objeto de su reproducción como mercancía, lo mismo que la idea de erigir monumentos que celebraran el ciclo modernizador. Acá la singularidad del monumento y su origen cultual actuaban junto a un momento cualificado de la forma como medio de escape al proceso de cosificación. Aún bajo la forma de producción, circulación y consumo capitalista, el momento de la forma podía, y puede, funcionar como un factor emancipador en su dimensión negativa o al menos de denuncia en su acepción afirmativa. Y en el caso de Salamone estas articulaciones entre singularidad y repetición no pueden ser separadas de la tensión existente entre el dinamismo, la ascensión y una visión de futuro por un lado y las componentes tradicionales de jerarquía, símbolo, alegoría o centralidad por el otro; casi a la manera de un retro-futurismo. Por lo hasta aquí señalado no coincidimos con el juicio de valor de Longoni3 quien califica a las composiciones de Salamone como una “rémora académica” que debilitaría su modernidad ni su reductiva visión de lo moderno en cuanto esa modernidad en Salamone se remitiría a que las formas responden a la función. Esto significa desconocer las ya trilladas relaciones entre tradición y modernidad y la presencia de principios compositivos en figuras insignes de lo moderno como Le Corbusier, Mies, Mendelsohn o Loos. Otros autores se han referido a desarticulación de elementos4 o de lo que mejor dicho podría llamarse una descomposición de la forma en sus elementos o partes constitutivas: planos, volúmenes y líneas. Pero esta operación no alcanza a una descomposición real
3 Longoni, Quinteros, Molteni, Álvarez y Bevilacqua. Obra citada 4 Liernur, Jorge F. Salamone, Francisco. Voz del Diccionario de Arquitectura en la Argentina. Vol. S-Z, Clarín, Buenos Aires, 2004.
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de la forma convencional; la forma es puesta a salvo como entidad reconocible en tanto totalidad o unidad cerrada. De ahí que las operaciones formales de Salamone no puedan reconocerse como una configuración –en los términos en que plantearon sus investigaciones sobre descomposición de la forma el Neoplasticismo o el Constructivismo, Rietveld, Melnikov o Moholy-Nagy– sino que se mantengan dentro del concepto de composición. En ésta no existen las transformaciones superadoras del criterio de forma, no hay crisis respecto de los criterios de verdad, conveniencia e integridad equilibrada en su concepción y recepción; no existe el conflicto que va a plantear el montaje. Los criterios de definición de la forma en Salamone son absolutamente tradicionales y pretenden eludir todo conflicto refugiándose en una estructura convencional, planteando una cierta renovación del repertorio lingüístico pero conservando la estructura profunda. Pero este refugiarse en una esencia de la disciplina –dictada por una continuidad entre Clasicismo y Racionalismo– va a revelarse como un intento vano. Aún sin quererlo Salamone va a terminar denunciando el conflicto, el choque de miradas. Estos conflictos han atravesado todo el arco de lo moderno y se han expresado, entre otras cosas, en las dialécticas y tensiones entre figuración y abstracción, entre singularidad y repetición, entre forma y técnica o entre subjetividad y objetividad. ¿Puede decirse que lo moderno se reduce a una esencialización en la expresión, a una adscripción a un código lingüístico basado en la abstracción, o en realidad existe también toda una constelación de experiencias y vocaciones que la modernidad técnicoabstracta y sus panegíricos historiográficos se encargaron de silenciar? ¿No ha existido, y existe acaso, toda una modernidad basada en la exaltación de los rasgos expresivos, en los contrastes, en la fantasía o en una componente poética –en tanto distancia o salto– y que no reconoce la hegemonía racionalista y propone una forma de conocimiento y de construcción de la realidad alternativas, el impresionar los sentidos, el asombrar o el meditar por medio de la emoción? Un breve análisis del lenguaje desarrollado por Salamone en sus obras pampeanas nos permitirá algunas observaciones. En primer lugar surge un aspecto paradójico ya que si bien puede hablarse de una arquitectura elementarista –producto de una descomposición de la forma en ciertos elementos componentes– y cuyas partes son reducidas a una esencia, a una esencialización de tales elementos, al mismo tiempo se propone una profusión expresiva y una exaltación de los rasgos construidas a partir de esa primera reducción. La forma se ha descompuesto para volver a integrarse en una nueva totalidad profusa. Dejando de lado toda cuestión estilística el lenguaje desplegado por Salamone es eminentemente moderno por su condición de heterogeneidad. La forma y el lenguaje no reconocen una pureza de genealogía sino que surgen de un sincretismo, de una serie de Luis del Valle
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yuxtaposiciones y superposiciones espaciales y temporales: Iluminismo, Academicismo, Art Decó, Futurismo, Modernismo Centroeuropeo, Constructivismo, Retro-Futurismo, Expresionismo y Monumentalidad Italiana. Y esta diversidad de genealogías no implica la presencia de una cuestión de estilo, sino la desestabilización de todo canon a manos de la mezcla y de una creatividad personal; ninguna unidad estilística y más aún, invención de categorías. El sincretismo de Salamone se opone al modelo que contemporáneamente va a sostener Prebisch: en Prebisch la arquitectura es el lugar de la esencia, de un espíritu de verdad por el cual en lo moderno perdura una tradición de la pureza de la idea y del alma que provienen de Platón y el Clasicismo esencialista de Boullée, y que preserva en las secretas fórmulas de la armonía la expresión de esa alma –y en nuestro caso de una identidad– frente a la disolución y el objetivismo producto de una acción indeseable de eso mismo moderno. Pero este análisis también se propone la refutación de ciertas versiones que podrían ver en Salamone la presencia lineal de estos referentes, o dicho de otra manera, para aquellos que explican la arquitectura por medio de una serie de concurrencias de referentes dados. Junto a la fantasía y a su alto grado de expresividad, las formas y los lenguajes de Salamone se vinculan con los imaginarios y las cualidades de lo urbano. Si bien no se trata de un traslado directo –su sola inserción en un medio rural ya importaría la construcción de nuevos contenidos– es cierto que se pone en evidencia una fuerte presencia de arquitecturas que ya eran decididamente metropolitanas, propias de un sistema de producción material y simbólico de las modernidades urbanas, de las sociedades de masas o de los medios masivos, como el Art Decó, lo cual no deja de ser paradójico en relación a su inserción. Del mismo modo en que lo hiciera una parte del Constructivismo – aunque con contenidos absolutamente diferentes – el lenguaje de Salamone posee un referente técnico, su estética está basada en una expresión de lo constructivo y de la técnica como posibilidad de forma. Pero si en el Constructivismo, y en virtud de sus contenidos ideológicos, las relaciones entre técnica, forma y expresión se imbuían de la desestabilización y ruptura de la disciplina y de lo social más extremas, en Salamone la expresión de la técnica se constituye en su estetización, en metáfora de la técnica. En el Constructivismo la teoría formalista y la invención tecnológica fueron la base para una innovación técnica y formal, para su expresión y para la creación de nuevas categorías y procedimientos: montaje, collage, dislocación, fragmentación. En Salamone las relaciones entre forma, técnica y expresión no llevan a tal criterio superador y desestabilizador, estando como están atravesadas por la presencia de la tradición y de otros núcleos teóricos. En su caso se trata de una representación de la técnica, de la metáfora de algunas de sus cualidades como el dinamismo, el 62
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Cementerio de Saldungaray
movimiento, la elevación o la homogeneidad epidérmica. ¿Qué otra cosa que una representación de esas cualidades es el revoque que unifica las obras y les otorga esa apariencia de forma acabada, unitaria, homogénea en su percepción? ¿No cumple acaso el revoque una función de representación de esas cualidades de lo moderno ocultando los medios tradicionales y artesanales de construcción con los que en realidad es ejecutada la obra? El Constructivismo construye tales cualidades, Salamone las representa; El Constructivismo trabaja las relaciones entre forma, técnica y expresión en base a la colisión y la heterogeneidad, Salamone reintegra la diversidad de genealogías en una unidad equilibra-
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da; en el Constructivismo la forma surge como proceso constructivo de la misma, en Salamone es una figura a priori. No obstante, Salamone intenta plantear una fusión entre imaginación y ciencia, al crear un lugar en el que la técnica no implique la reducción y la simplificación de los componentes, procedimientos y su silencio expresivo a manos de la reproducción seriada, sino que mantenga una cierta concepción aurática en los vínculos entre forma, material y expresión y en aquella tensión entre singularidad expresiva y repetición. Por otra parte la presencia de la tradición en Salamone es liminar y es lo que le niega una mayor componente desestabilizadora aunque al mismo tiempo lo dota de una alta complejidad y contradicción. Esa presencia de la tradición no se limita a los dispositivos tipológicos o compositivos del Iluminismo y del Academicismo, sino que existe también una influencia de la tradición italiana, basada en la monumentalidad, la clasicidad y la retórica. Estas características han sido una constante en la arquitectura italiana y ni siquiera el fulgor ígneo del Futurismo arquitectónico se vio plenamente exento de ellas. Ese Futurismo se hará presente también en el Salamone pampeano vía Marinetti – quien en el ’25 visita no sólo Buenos Aires sino también Córdoba y Rosario – Chiattone y Dulgheroff, junto a las arquitecturas constructivas o tipográficas de Depero o Dazzi. Liernur5 aduce que en la época el término futurismo se aplanaba aplicándose indiscriminadamente a todo aquello que presentara un rasgo innovador, cuestionador del pasado o con ausencia de decoraciones figurativas. Eran futuristas las volumetrías cubistas, las composiciones dinámicas, los autos, los aviones, el cine y la electricidad. Pero en este caso se planteaba una nueva paradoja, ya que parecía tratarse más de un futurismo vuelto hacia el pasado, de un retro-futurismo, de un futuro preñado de un arcaísmo de origen ya que las propias imágenes arquitectónicas de Salamone parecían cristalizar un tiempo perdido al cual resultaba vano revivir. Por otra parte, diferencia de las imágenes futuristas dotadas de una imaginación anticipatoria de una película como Lo que vendrá6 en las obras de Salamone no hay anticipación. Mucho menos la concepción vanguardista del Futurismo y su culto a la máquina, la velocidad, el ruido o la guerra. Para completar este cuadro, si bien provisoriamente, tenemos la presencia del trabajo con la alegoría, y lo alegórico en Salamone está asociado directamente con el monumentalismo. Esta relación entre alegoría y monumentalismo se puede encontrar en algunos
5 Liernur, Jorge F. Historia de la Arquitectura en la Argentina en el Siglo XX, Editorial Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, 2001.
6 Lo que vendrá (Things to come) película de William Cameron Menzies y Vincent Korda de 1936. 64
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ejemplos contemporáneos, sobre todo en aquellos propios de la expresión de un poder político. Tal vez no casualmente aparece en algunos ejemplos del monumentalismo soviético –como en el proyecto para el Ministerio de la Industria Pesada de Melnikov, el del Palacio de los Soviets de Iofan o los destinados al Mausoleo de Lenin–, del nazismo o del fascismo italiano. Tal relación inmediata entre poder político y expresión ya ha sido transitada desde diversas interpretaciones, y por lo general esa apelación a la alegoría, y por lo tanto a la tradición, paradójicamente lo hizo invocando al cambio, la transformación y aún a la revolución; nuevamente un acto fundacional hacia el futuro desde un regreso al pasado, en este caso decididamente mítico por cuanto todo aquello que de mítico posee la figura alegórica, mucho más la de la alegoría política. Pero en el caso de Salamone la presencia de la alegoría se circunscribe al programa de los cementerios, con lo cual una figura tradicional no alude a una posibilidad de futuro –en tanto gesta transformadora– sino a un programa y a un rema tradicionales como la muerte y la trascendencia. Más aún, la figura alegórica aparece en los portales de los cementerios como una puerta entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos. Esto reconoce también toda una serie de antecedentes vinculados a la tradición hermética y a las escatologías, si bien desconocemos en este momento las posibilidades de una filiación de Salamone con el culto esotérico. Lo cierto es que aquí la alegoría política se ha transformado en alegoría religiosa y que la operación no deja de ser notable. Salamone sustituye la idea del pórtico tradicional de los cementerios, resuelta en la severidad para la ocasión del dórico o en un estilo que dé cuenta de la cultura propia en el caso de los cementerios pertenecientes a alguna colectividad nacional, por la de un portal en el que ha trasladado al acceso figuras extraídas de la lápida o de la bóveda. No era extraña la presencia de estas figuratividades en la ciudad de los muertos y Salamone en todo caso produce una traslación de un lugar a otro. Lo notable es la operación de extrañamiento que ocurre en tal traslado, un extrañamiento dado por el inmenso cambio de escala y por el gigantismo de las figuras, que dejan la escala de la tumba para pasar a la escala de todo el conjunto. Y resulta más notable aún que esta apelación a la tradición –en la figura de la alegoría– se realice por medio de una operación eminentemente moderna como el extrañamiento. Las relaciones entre forma y símbolo proveen a la arquitectura de una función propagandística y de una capacidad simbólica que en el caso de Salamone no pueden escindirse, en primer término, de constituirse en un sostén del programa político del gobierno conservador. Pero ahora, en plena década del ‘30 y acusando los contenidos de tal programa, el repertorio academicista será sustituido por un nuevo léxico que acusará el proceso de modernización parcial que el gobierno intentaba implantar. Nuestra modernidad, como tantas otras, en su propia concepción contradictoria y aporética va a permitir que un grupo o elite recoja los términos de un repertorio identificado con temas y representaciones en Luis del Valle
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Matadero de Guaminí
tanto emblemas de lo nuevo pero sin que se produzcan las transformaciones y rupturas en el campo social, productivo y cultural. Pero esto, como ya se ha dicho, no constituye una modernidad incompleta sino una de las tantas formas de lo moderno, en este caso de lo que podría llamarse una modernidad sin modernización7. El supuesto contenido liberador de lo moderno es sólo una de sus componentes, y la asociación lineal entre arquitectura moderna y democracia o emancipación es tan sólo una de las posibles interpretaciones acuñada por cierta historiografía. En tanto no existe una relación unidimensional entre forma e ideología o ética y estética, la arquitectura moderna también ha de poder vincularse con el autoritarismo –como en el caso de los vínculos entre Terragni y el fascismo mussoliniano– o a una elite o a un contexto que los acuñe también como una identificación propia: en
7 Tomamos aquí los términos Modernidad, Modernismo y Modernización de acuerdo a las definiciones dadas por Habermas en Modernidad, un proyecto incompleto, en AA.VV, El debate modernidadposmodernidad, Editorial Puntosur, Buenos Aires, 1989. 66
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Salamone. Desplazamientos y tropismos de la modernidad local
nuestro caso el camino de autocelebración de las elites agrarias tradicionales y del régimen conservador. Es aquí donde aparecen entonces las capacidades monumentales unidas a la tradición de algunas estéticas modernistas en una vertiente de modernidad monumentalista aliada a la capacidad de persuasión o simbólica del poder. Tales formas y lenguajes podían asumir una representación de las necesidades de autocelebración de la elite o de las instituciones como poder del Estado, en un momento, no hay que olvidar, en que elite y estado coincidían. Muchas veces se ha argüido la presencia que tuvo el estado como agente interventor y regulador en los años ’30, pero habría que recordar entonces que no se trataba de un estado a la manera de la Viena Roja o de la socialdemocracia alemana, sino de un Estado en perfecta alianza con la elite tradicional de la cual se proponía cumplir con sus objetivos particulares. Pero, por otra parte, esas formas y lenguajes también asumieron las posibilidades de representación de vastos sectores medios –en su otra cara de legitimación– y fueron parte de los nuevos programas vinculados a lo masivo, los medios de comunicación o el movimiento, programas que como también ya se dijo eran eminentemente metropolitanos. Y es con esto donde la experiencia de Salamone cobra un sentido más significativo en el contexto de nuestra modernidad. Si en primer término se ponía en evidencia aquella relación entre arquitectura y contenido político, un análisis más detallado nos revelará otros niveles de significación. El programa implementado por el gobernador Fresco tenía un sentido claramente anti-urbano, ya que se trataba de contrarrestar el flujo migratorio hacia la ciudad, potenciar y consolidar la radicación rural y proveer de infraestructuras y mejoras al interior de la provincia. Lo paradójico es que este modelo anti-urbano se llevara adelante justamente por medio de una arquitectura metropolitana. El modernismo arquitectónico había surgido en principio como parte del proceso de modernización que incluía el cambio filosófico, los aportes de la revolución técnica y de la ciencia y el paulatino pero constante fenómeno de conversión de las ciudades en metrópolis. La alianza moderno-público-masivo-transformación tenía su espacio natural en el espacio de la ciudad, la mayoría de sus programas eran metropolitanos y los imaginarios de lo moderno otorgaban a la ciudad la sede de la innovación. Para algunos autores puede resultar que esta paradoja encerrara una contradicción, algo llamativo en el traslado extrañado de la ciudad al mundo rural por parte de Salamone. Pero no hay que olvidar el carácter universalista que pretendía la Modernidad en su conceptualización en tanto creación de un nuevo sujeto habitante de un nuevo ambiente, o aún en el peor de los casos en su pretensión de aplicación a cualquier contexto. A esto podría sumarse el progresivo proceso de artificialización total del ambiente y el rol jugado por el Modernismo en tal proceso. Por otra parte, esto no era nuevo. Independientemente de las insalvables diferencias de contexto, esto ya había sido propuesto por los imaginarios de los constructivistas rusos en los que la imagen tecnológica con sus conteniLuis del Valle
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dos de innovación podía aplicarse en el marco de las ubicaciones rurales como parte el programa de modernización de extensas regiones de la URSS. En aquellos idearios del programa soviético, tecnología y proceso de transformación radical preveían una asociación sin fisuras ni contradicciones entre los mundos moderno y rural, no obstante en la práctica esto fuese discutible. En el caso de Salamone este proceso de trasformación se ha dicho que no existía y sus contaminaciones entre tradición y modernidad le otorgaron un cariz particular. Pero no obstante sus intervenciones aparecen como proclamas de futuro en plena llanura, y en su contaminación no dejan de tener un sentido teatral y efectista, casi dramático. Esto reafirma la fusión entre ciencia e imaginación, o entre razón y persuasión, en la imaginación radicada en la manera de combinar genealogías, formas y contenidos, y en el efecto persuasivo de estar construyendo un paisaje. A partir del traslado de un lenguaje eminentemente urbano al universo rural, a partir de ese extrañamiento, es que se da cuenta de una acción más próxima a la impostación que a un proceso de desarrollo natural en el cometido de hacer irrumpir la modernidad en el interior, en los pequeños pueblos y ciudades. Y referido a este punto, las intervenciones de Salamone poseen en definitiva tres dimensiones respecto de la noción de escala: la escala del objeto, la escala simbólica de su sistema de representación político y la escala del territorio. Más allá de la escala inmediata del objeto, las obras de Salamone señalan un área de influencia territorial, una presencia en el territorio que significa los alcances de una acción para el desarrollo regional y la impronta de lo moderno como declaración simbólica y fáctica, y que por ende conlleva la intención de construir un paisaje. Si bien las obras de Salamone se presentan como objetos en el paisaje, a su vez exponen la vocación de construir un paisaje, uno nuevo, moderno y también futuro, que puede surgir de la confrontación de unas geórgicas pampeanas y lo artificial, y aún hacerse insólito, quimérico. No cabe duda de que Salamone era consciente y partícipe de este proceso de artificialización del mundo natural, de esta acción de colonización del territorio y de su respectiva construcción de un paisaje a partir de intervenciones que proponían no sólo una presencia sino también un futuro, en el cual se darían las respuestas necesarias a las demandas de progreso y de bienestar. Y es que tal vez esto constituya la verdadera paradoja. Tales presencias eran hitos de un futuro por venir pero que finalmente nunca llegaría. Son así vestigios de un futuro no cumplido, el avance hacia un nuevo horizonte, emblemas lanzados a un porvenir promisorio pero que en realidad provenían de un mito, se revelarían arcaizantes. Hoy los contemplamos con asombro o perplejidad, nos impacta su presencia extraña, más aún, extrañada, arrancada, insólita, quimérica, desacomodada. En algunos casos vuelven a construir un paisaje, pero ahora un paisaje surreal o heterotópico ya que denuncian los encuentros extraños, las presencias inquietantes, el lugar de reunión de dos 68
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dimensiones irreconciliables, tal vez siniestras8. El extrañamiento del gigantismo de las ale-
Municipalidad de Guamini
gorías, las torres enhiestas, la sordidez del abandono y de lo incumplido, un reloj que señala el vacío y un tiempo metafísico: como naves encalladas en el espejo de la Pampa, como el encuentro casual de una máquina de coser y un paraguas en una mesa de operaciones. Hoy se nos aparecen como mudos vestigios, espectros de piedra de lo que Benjamin llamara una ur-modernidad, o expresiones de la fantasmagoría que también es parte de lo moderno. Del mismo modo en que Hubert Damisch analizara las imágenes fo-
8 Tomamos el concepto de lo siniestro en los términos en que fue planteado por Freud en Das Unheimlich –lo siniestro–, en Freud, Sigmund. Obras Completas, Biblioteca Nueva, Madrid,1974.
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tográficas de Jacqueline Salmón de la villa de Charles de Noailles9 , también aquí podemos decir que las obras de Salamone, las obras modernas, no fueron el telón de fondo pasivo, inmóvil, sobre el cual se representaban las acciones de lo moderno, sino que, aún en su regresividad, se constituían en elementos activos en la construcción de esa acción, eran actores partícipes del movimiento. ¿Es posible, tal cómo se pregunta Damisch, percibir hoy, en esos mudos testigos, la vida de entonces? ¿Existen fantasmas de la acción?… ¿Fantasmas de nuestras acciones pasadas? Los minutos vividos, ¿No dejan huellas concretas sobre el aire y sobre la tierra? 10. Y, ¿Es posible entonces que las acciones que allí tuvieron lugar en su tiempo hayan dejado en los muros de la arquitectura huellas que aún hoy podamos percibir? ¿Qué perfume, tal como diría Tafuri, es el que se puede arrancar de la historia?11 Estas presencias, hoy fantasmales, reverberan quedamente en su condición de choque, como en los paisajes metafísicos de De Chirico o de Carrá. Porque en ese paisaje hoy fantasmal se produce una reunión inquietante entre lo extraño y lo familiar que es producto de la manipulación sobre los objetos o las situaciones que son en principio comunes, cotidianas. Lo que resulta en realidad misterioso o inquietante es el hecho de esa reunión, el espacio de ese encuentro entre lo familiar y lo extraño y que coincide con esa definición de unheimlich – lo siniestro – que diera Freud: Lo siniestro sería aquella suerte de espantoso que afecta a las cosas conocidas o familiares desde tiempo atrás…unheimlich es todo aquello que debería haber quedado oculto, secreto, pero que se ha manifestado.12 Lo que hoy nos ha quedado es un paisaje de despojos de una cultura incumplida. Objetos ahora inútiles, flotantes en un vacío en el que no existen relaciones, en el que el sujeto no ha podido o ya no puede educarse. Lo que se ve tan sólo puede ser mostrado en el silencio terrible de esa frontera de lo que fue real y ahora es extraño; despojos de lo que ya no es –o todavía no es– es lo que se exhibe. Lo que hace siniestro ese encuentro es en definitiva el incumplimiento de la promesa de una Modernidad que nos cambiaría y mejoraría, la cancelación de un programa del cual quedan sus ruinas, los fragmentos ante los cuales se ve suspendido el Angel de la Historia de Benjamin. Pero ese encuentro entre dos dimensiones opuestas, a la postre, irreconciliables, es doble. Por un lado se trata de la inquietud y del misterio producto de la reunión de la inmensidad sublime del paisaje pampeano, de la soledad de su vértigo hori-
9 Damisch, Hubert. El Desnivel. La Fotografía puesta a prueba, Editorial La Marca, Buenos Aires, 2007. 10 Damisch, Hubert. Obra citada 11 Tafuri, Manfredo. Teorías e Historia de la Arquitectura, Celeste Ediciones, Madrid, 1997. 12 Freud, Sigmund. Obra citada. 70
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zontal que se rehúsa a ser colonizado y del objeto que se exhibe como declaración de cultura, presencia del dominio imposible de cumplir pero que la Modernidad no podrá dejar afanosamente de perseguir. Por el otro, esa otra inquietud que nos acomete al ser testigos de que lo que también se reúnen son esos objetos que fueron parte de una vida cotidiana, de un mundo dado por su uso y su apropiación y la pérdida definitiva de ese valor de uso. En su origen, los objetos-obras tenían un valor verdadero, una cualidad concreta, tangible, real. Era el valor de uso de esos objetos lo que los hacía verdaderos, sus posibilidades de apropiación por pertenecer a un mundo cotidiano. Es muy profunda la impresión que nos producen los muebles abandonados en parajes desiertos, en medio de la naturaleza infinita. Imaginarnos un sillón, un diván, sillas agrupadas en una planicie griega, desierta y llena de ruinas, o en las praderas sin tradición de la lejana América.13 Ahora, esos objetos, al estar abandonados, se han desprendido de ese valor de apropiación, han perdido su conexión con la vida, se han hecho mudos, silenciosos, perdieron su sentido. Tal vez habréis advertido qué singular aspecto toman las camas, los armarios de espejo, los sillones, los divanes, las mesas, cuando se los ve de repente en la calle, en medio de un decorado en el que no estamos habituados a verlos, como ocurre en las mudanzas, o en determinados barrios, ante la puerta de los comerciantes o revendedores que exponen en la acera las mejores piezas de su mercancía. 14 Los objetos, al perder su valor de uso, su sentido, en su abandono, se vuelven mercancía. Nadie se apropia de ellos, dándoles un valor afectivo, propio, cotidiano, humano. Quedan en suspenso, como la mercancía en la abstracción del mercado; nada resulta tan impersonal, tan despojado de contenido, de afecto, que la mercancía en la neutralidad anónima del mercado. Desnudan en su abandono todas las fantasmagorías, las promesas realizadas, su realización elusiva, las falsificaciones de las que también está hecha la Modernidad. Quedan investidos de la más profunda soledad: ese momento en que se convierten en mercancía. Pero esa suspensión que los objetos han sufrido significa que su espacio y su tiempo también han dejado de ser concretos: su lugar y su instante se alargan en una equivalencia infinita, se hacen abstractos. Y esas relaciones lógicas que abandonan de repente a los objetos sólo pueden tener un origen, el valor de uso de cada uno de ellos. Dejados de su valor, los objetos dejan también el tiempo y el espacio concretos en el que, hasta ahora, nos pertenecían. El vacío, la soledad, el silencio del que habla De Chirico, no
13 De Chirico, Giorgio. Estatuas, muebles y generador, en AA.VV. La Pintura Metafísica, Editorial Neri Poza, Venecia, 1979. 14 De Chirico, Giorgio, Obra citada. Luis del Valle
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son sino la consecuencia de descubrir el hechizo de tal enajenación. Aquel programa de modernización y progreso ocupa el lugar de una razón cuyo orden, cuyo poder, está necesariamente falsificado, incumplido. Todo aquello que la inteligencia y la racionalidad se ocupan de ordenar, establecer, metabolizar, redimir, ante las irredentas aporías de lo moderno; la tensión entre la pretensión de eternidad –la utopía– y la verificación del instante –el fragmento–. Esa razón llama a una totalidad incumplida cuya reconstrucción siempre es subjetiva, asaz frustrante. Utopía. Nostalgia. Silencio. En los intentos de comprensión-superación de esa trágica aporía –el deseo de lo acabado y el reconocimiento de la falsedad de su armonía– tal vez se encuentre el interminable trabajo de la historia.
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El desafío de comprender las formas del crecimiento urbano
El crecimiento de las ciudades ha sido históricamente uno de los principales problemas
Mónica Giglio
que el urbanismo ha debido resolver. A la complejidad que han alcanzado actualmente los
Profesora Titular de Planeamiento Territo-
centros urbanos, se van sumando las exigencias de plantear soluciones urbanas sustenta-
rial y Urbano I y II en la FA, UAI, a cargo del
bles para el siglo XXI.
proyecto de investigación Observatorio de
Para poder formar a los profesionales que deben enfrentar este desafío, es
la sustentabilidad del crecimiento urbano
necesario replantear las prácticas de la enseñanza del urbanismo en búsqueda de nuevas
(2011-2013) junto a la adjunta Valeria Mu-
respuestas. Las preguntas que debemos tratar de responder son: ¿Cómo hacer para pensar
chinsky. Las ilustraciones de este artículo
en el urbanismo frente a un futuro incierto?, y ¿Cómo hacer para aprovechar las experien-
fueron elaboradas por Yasmin Hodara, como
cias del pasado, sabiendo que el futuro será diferente?
parte de su trabajo de tesis de graduación,
Las teorías urbanísticas más recientes nos hablaban de un crecimiento urbano
que se basó en la presente investigación.
que podía calcularse mediante proyecciones (económicas, demográficas, etc.) y controlarse mediante la aplicación de estándares. La respuesta propositiva formulada a partir del manejo de estas técnicas, fue la sustitución de un tejido bajo, compacto y monótono, por una tipología de altas densidades en altura, pensada para ser complementada con amplios espacios abiertos. El actual Código de Planeamiento Urbano de la Ciudad de Buenos Aires trata de responder a estos principios, aunque la sociedad ya no acepta el modelo impuesto y reclama la protección de valores que la norma pretende cambiar. Detrás de cada norma hay una idea de ciudad, y la materialización de los distintos idearios urbanos que hubo en la ciudad de Buenos Aires pueden identificarse en las diferentes formas de crecimiento urbano que fueron materializándose históricamente en la ciudad. El tema de las distintas formas de crecimiento urbano fue trabajado desde hace varias décadas en la Universidad Politécnica de Catalunya, donde se desarrolló una metodología, partiendo de estudios sobre el crecimiento urbano en la ciudad de Barcelona. Analizando las diferentes maneras de organizar las calles, las parcelas y las casas – infra-
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El desafĂo de comprender las formas del crecimiento urbano
estructuras, parcelas y tipos edificatorios- se combinan las distintas formas urbanas. La publicación de esta experiencia pedagógica, permitió su difusión en diversos ámbitos y la aplicación de esta metodología de análisis en ciudades de varios países. La simplicidad del método y las experiencias de su aplicación en contextos muy diferentes, constituyen elementos importantes para tener en cuenta en un proyecto pedagógico que pretende integrarse, en un futuro, a las experiencias de otras ciudades, tomando parámetros de sustentabilidad como base de comparación. La intensión es trasladarse hacia el pasado para volver al futuro (parafraseando a la conocida película), evaluando el comportamiento de ciertos indicadores de sustentabilidad en los distintos ejemplos y compararlos con los indicadores para la ciudad deseada, propuestos a partir del Plan Urbano Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires.
Aproximación al conocimiento de las formas de crecimiento urbano Siendo el crecimiento urbano uno de los principales problemas para la sustentabilidad de las ciudades, la técnica urbanística ha ido desarrollando distintas formas de crecimiento, respondiendo a esta problemática. En ciudades como Buenos Aires, donde por sus características se ve limitada a crecer en extensión (colonizando territorio rural), el problema se focaliza en el crecimiento por densificación, pero en los últimos años se han planteado cuestionamientos desde distintos sectores de la comunidad, al crecimiento en altura de la ciudad y a la sustitución de su tejido histórico. Por otro lado, desde hace dos décadas, no para de crecer el área metropolitana en forma dispersa, con un gran consumo de suelo, mediante la modalidad de barrios cerrados, creando serios problemas de sustentabilidad. También podemos mencionar los datos de los dos últimos censos de población, que indican el estancamiento del crecimiento poblacional de la Ciudad de Buenos Aires, pero sin embargo se incrementa la concentración de la población en las villas. Para intervenir en este contexto, se debe tener una comprensión de los procesos urbanos que desencadenan la situación y de los recursos que el arquitecto tiene para formular sus proyectos. Si bien existe una abundante bibliografía sobre el crecimiento de las ciudades en general, y sobre la evolución de la Ciudad de Buenos Aires en particular, la citada experiencia del curso de Urbanística I de la Universidad Politécnica de Catalunya, publicada en el libro Las Formas del Crecimiento Urbano de Manuel Sola Morales aporta, como óptica propia para el análisis urbano, la estricta obligación de discutir el crecimiento de la ciudad en sus alternativas de forma y la lectura de los elementos urbanos (calles, casas, solares, servicios, centros) como materia sustancial de la teoría. La extensión de la ciudad sobre el medio natural es un proceso que dio origen a distintas técnicas del urbanismo moderno. A partir de este hecho se visualizan dos probleMónica Giglio
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máticas, por un lado, el ordenamiento urbano que regula el funcionamiento de la ciudad, y por otro, las consecuencias ambientales del consumo de suelo, necesario para desarrollar múltiples actividades productivas, que a su vez sostienen a la ciudad. En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, el crecimiento por extensión ya no es posible porque todo el territorio se encuentra urbanizado, sólo podrían darse casos de completamiento de algunos vacíos urbanos, pero el potencial de crecimiento se encuentra en el proceso de densificación que no sigue los principios de “Proyecto de Reforma Interior” que se aplica en los planes españoles, sino que sigue una lógica anacrónica de sustitución edilicia, materializada parcela por parcela, de acuerdo a la conveniencia del mercado inmobiliario. Ahora bien, si el crecimiento de la ciudad no se dará por extensión, sino por densificación, ¿Qué aplicación tiene estudiar las distintas tipologías de formas de crecimiento urbano? En primer lugar hay que reconocer que el crecimiento de la Ciudad de Buenos Aires no se desarrolla solamente dentro de su territorio, sino que repercute en el Área Metropolitana. En segundo lugar, la identificación de la lógica de la conformación de las distintas tipologías de crecimiento que se han aplicado en la historia de la ciudad, permite detectar los condicionantes para la transformación de distintos sectores urbanos y consecuentemente, plantear las hipótesis de crecimiento adecuadas para cada caso.
Proceso de Urbanización Para entender el proceso de urbanización en la Ciudad de Buenos Aires, es necesario tener en cuenta el contexto en el cual se desarrolla este proceso, ya que las políticas nacionales inciden fuertemente en la dinámica metropolitana, pero también las corrientes internacionales, tanto de pensamiento, como económicas, con intereses focalizados en las zonas de oportunidad. Se dice que un país tiene un nivel de urbanización más alto, cuanto mayor es la proporción de sus habitantes que viven en ciudades1. Ésta es una lectura a partir de la dinámica demográfica, muy utilizada por los organismos y las estadísticas internacionales como parámetro de comparación, pero los procesos de urbanización son indisociables de la evolución social y económica y del progreso técnico. La urbanización en América Latina tiene características muy especiales que, en cierto modo, ponen en duda algunas de las conclusiones extraídas del análisis de la urbanización en los países con economías desarrolladas que se intentan aplicar para su interpretación. En esta parte del continente, la urbanización no es una consecuencia directa de la
1 Vinuesa Angulo, V., Los procesos de Urbanización, 1991, página 25. 76
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industrialización, sino que se adelanta a ella2. Entre 1940 y 1980 se produjo una fase intensa de desarrollo urbano y de crecimiento económico sostenido en toda la región. Cuando la crisis de los años ochenta golpeó a América Latina, el crecimiento urbano comenzó a decrecer, ya que, por naturaleza, está vinculado al ritmo y la forma del desarrollo económico3. Buenos Aires y su área metropolitana conforma hoy una de las diez mayores aglomeraciones urbanas del mundo, concentra cerca del 35% de la población nacional y aproximadamente el 53% del PBI. Esto la posiciona dentro de la realidad nacional, como la principal aglomeración del País y a nivel internacional, como una megaciudad, basándonos en términos de su poder gravitacional en relación con amplias regiones del mundo. Las condiciones actuales de la Ciudad de Buenos Aires, reflejan el resultado de un proceso de configuración urbana en el cual cada período histórico va dejando su impronta en el territorio. Desde su origen como ciudad colonial y luego, a partir de su declaración como Capital Federal de la República Argentina en 1880, Buenos Aires representa el punto de enlace entre el interior del territorio del País y el exterior. Esta situación la hace muy sensible a todos los cambios que se van produciendo, tanto a nivel nacional como internacional y en su desarrollo urbano se percibe claramente la secuencia de los distintos ciclos económicos, políticos y sociales. Para comprender el proceso de urbanización de la Ciudad de Buenos Aires, debemos hacer un repaso por las principales etapas de su historia, partiendo de su fundación en el año 1580, en la época colonial. Su casco histórico tenía una superficie de 327 hectáreas y la importancia estratégica de la ciudad estaba focalizada en el puerto. Su trazado en damero, diferenciado sólo por la existencia de la plaza mayor, fue transformado luego de la independencia, por el trazado de los ejes monumentales, siguiendo las pautas del urbanismo francés del siglo XIX. En el año 1880 se conformó el Distrito Federal, al cual se anexaron otros territorios, quedando en 1889 definitivamente establecidos los límites de la ciudad con unos 200 km2 de superficie, contando en 1895 con 780.000 habitantes, que representaban el 20% de la población del país. En el período de organización nacional se producen en la ciudad de Buenos Aires y en el País, cambios políticos, económicos y culturales fundamentales. Con la declaración de Buenos Aires como capital nacional en 1880, se consolida lentamente el poder municipal y comienza a crearse una conciencia cívica pública, casi inexistente hasta entonces. En lo político, se institucionalizó como centro de decisiones nacionales, y como
2 Hardoy, J., El proceso de urbanización y las áreas metropolitanas, 1975, página 42. 3 Gilbert, A., La ciudad latinoamericana, 1997, página 49. Mónica Giglio
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municipio concentró los recursos del país, convirtiéndose en el punto de convergencia de los intereses internos y externos4. Distintos acontecimientos obligaron a estudiar una reforma del régimen municipal. El primero fue la realización del primer censo nacional en 1869, el segundo, las epidemias de cólera y fiebre amarilla en 1867 y 1871, que costaron más de 30.000 vidas y revelaron las deficientes condiciones sanitarias de la ciudad; el tercero fue la prolongada guerra del Paraguay. El núcleo central de la ciudad fue creciendo desde el casco fundacional, en tres direcciones –noroeste, oeste, sur- sobre los caminos que la vinculaban con el interior del territorio. El crecimiento y diversificación de las actividades urbanas y la llegada continua de nuevos habitantes, no sólo impulsaron el crecimiento de la ciudad, sino que modificaron el carácter de los barrios. Los sectores tradicionales y los populares casi nunca se mezclaron5. La mayoría de los nuevos sectores populares –artesanos, pequeños comerciantes- se radicó en los suburbios urbanizados que todavía no estaban completamente edificados. Más allá, en las orillas, fue desarrollándose un sector marginal, entre criollo e inmigratorio. La influencia de las políticas nacionales y los distintos ciclos de desarrollo económico del País, fueron marcando los ritmos y formas de crecimiento de la metrópoli, dejando huellas significativas en la estructura urbana.
Etapa agroexportadora Es una etapa todavía pre-industrial, cuando el país se inserta dentro de una división internacional del trabajo, asumiendo un rol de productor de materias primas, principalmente agropecuario. El esfuerzo estaba centrado en la expansión de la frontera agrícola y la colocación de la producción en Europa. La población era predominantemente rural y la política migratoria trataba de captar población extranjera, que llegando primero a la ciudad, se radicaba luego en distintas zonas del país, incentivada por políticas de fomento a la colonización del territorio. El transporte y las comunicaciones, se basaban principalmente en el ferrocarril, que fue estructurándose en forma radial, en función del traslado de la producción hacia el puerto de Buenos Aires. En cierta forma se mantenía la estructura centralizada de la época colonial, donde la ciudad se articulaba como cabeza de puente con Europa. Durante esta etapa, se jerarquiza la Ciudad de Buenos Aires como cabecera logística del movimiento de mercancías y sede administrativa y financiera. Se acompaña
4 Romero, J., Buenos Aires. Historia de cuatro siglos, 2000, página 406. 5 Romero, J., op. cit., página 408. 78
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El desafío de comprender las formas del crecimiento urbano
este proceso de gran expansión económica, con importantes obras públicas (edificios de gobierno, escuelas, hospitales, parques, construcción del eje cívico, infraestructuras para la provisión de agua potable, desagües cloacales, redes de energía y transporte, etc.).
Etapa de sustitución de importaciones A partir de la segunda guerra mundial, se inicia un período donde la economía se caracteriza por el impulso de la industrialización, comenzando un proceso de sustitución de importaciones y aliento estatal a la expansión del mercado interno, en un contexto de crisis internacional (primero la crisis de los años treinta y luego la segunda guerra mundial). En este período, las grandes industrias comienzan a ocupar el Área Metropolitana de Buenos Aires, buscando buena accesibilidad (por rutas o por ferrocarril). La necesidad de mano de obra genera un proceso migratorio interno del campo hacia las ciudades, principalmente de Buenos Aires, que tiene ya ventajas comparativas (accesibilidad por todos los medios, red vial, ferroviaria y subterránea y la infraestructura sanitaria dimensionada para absorber mayores demandas) y a pesar del desborde del crecimiento sobre los municipios linderos, mantiene el crecimiento del área central y su condición de principal fuente de empleos. Para su localización, las industrias buscan la proximidad a los cursos de agua (arroyos) donde volcar sus efluentes, ya que el agua se obtenía fácilmente mediante perforaciones. Con relación a los servicios sanitarios, la mayor parte de la población urbana, se encuentra servida por agua y cloacas al inicio del período, pero con el proceso de urbanización acelerada, se pierde este equilibrio. La nacionalización de los ferrocarriles y el subsidio al transporte público, fomenta el alejamiento de la población del centro. La construcción de barrios obreros, la facilidad de venta de lotes en mensualidades y la autoconstrucción de viviendas (individual, en cooperativa o financiada por el Banco Hipotecario Nacional) van definiendo la ocupación del territorio, sin un ordenamiento urbano previo rigiéndose por las reglas del mercado. Bajo estas condiciones se consolida la primera corona metropolitana con una suma de acciones: el mercado inmobiliario provee lotes (sin infraestructura, pero con facilidades de financiamiento), el Estado completa la infraestructura y la gente construye su vivienda. La primera etapa del proceso de industrialización basada en la sustitución de importaciones, comienza a declinar y se continúa con una serie de políticas desarrollistas, que predominantemente mantienen el “estado de bienestar”, pero que en el ámbito urbano comienza a acusar desequilibrios. La facilidad de vender lotes en mensualidades con una mínima inversión. Si bien significó para una gran parte de la población, el acceso al lote propio y de acuerdo a sus posibilidades el acceso a la vivienda, la especulación inmobiliaria Mónica Giglio
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y el loteo indiscriminado sin infraestructura, dejó a gran parte de la población sin posibilidades de acceder a los servicios públicos (especialmente agua y cloacas). La localización de la industria rodeada por viviendas (originalmente de los obreros, pero luego fueron cambiando de dueños), genera conflictos de convivencia por las molestias ocasionadas por los procesos productivos y la maquinaria obsoleta, siendo necesario controlar la ubicación de actividades productivas de acuerdo a su grado de molestia. En este período, la mayor expansión se produce sobre la segunda corona, a pesar de que continúa siendo mayor el crecimiento de población en la primera corona. En términos de sectores, el mayor crecimiento se da hacia el sector sur.
Últimas décadas del siglo XX La crisis económica de los años setenta, el vacío político que se produce a la muerte del presidente constitucional en 1974, el avance del terrorismo, crean el clima para el golpe militar del año 1976. La pérdida del empleo industrial, la disminución de los ingresos de los asalariados, el aumento del empleo precario y la economía informal de los sectores populares, son el ámbito en el que se desarrolla el crecimiento de la tercera corona metropolitana y comienza a descender fuertemente el ritmo de crecimiento poblacional del conjunto del Área Metropolitana respecto al total del País. A partir de 1976, comienza a producirse una apertura económica, permitiendo el ingreso de mercadería importada, con la una política cambiaria que favorece la importación. Esto inicia un proceso de desindustrialización, inducido especialmente en el Área Metropolitana, que altera fuertemente la base económica de la región. Cuando comienza el período democrático en 1983, se intentan cambiar las pautas del sistema, pero se termina en una hiperinflación que obliga a un cambio anticipado de mandato presidencial en el año 1989, a partir del cual se profundizan las pautas de la economía neoliberal, que termina en la crisis del año 2001.
Buscando un patrón comparativo Varias ciudades europeas, como por ejemplo Barcelona, tienen su origen a partir de ciudades medievales rodeadas originalmente por murallas, con una historia y una lógica de conformación muy diferente a las ciudades fundadas en América durante la época colonial. Casi podríamos decir, que a partir de la aplicación de la metodología del ensanche en las ciudades españolas, es posible encontrar coincidencias entre las formas de crecimiento urbano en ambos continentes. En la ciudad medieval, se reconocían claramente los hitos que la estructuraban, 80
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la iglesia, el castillo y la plaza del mercado. El crecimiento se daba orgánicamente, agregándose cada edificio dentro de la muralla, ocupando los espacios vacíos o densificando la construcción en altura. La extensión de la ciudad era posible sólo a partir de la eliminación de las murallas. La ciudad colonial, fundada bajo el ordenamiento de las Leyes de Indias, contemplaba la extensión ilimitada de la ciudad, solo acotada por las barreras naturales (como el río en la ciudad de Buenos Aires). En torno a las ciudades se organizaban las chacras que proveían el alimento que se consumía en la ciudad y que iban siendo incorporadas al tejido urbano. A pesar de estos puntos de partida tan diferentes, se puede observar como durante el siglo XIX, se va aceptando en algunas ciudades españolas al damero colonial como un posible ordenador del crecimiento urbano. En el caso particular de Barcelona, no se trata simplemente de la forma urbana de extensión de la ciudad, sino de la propuesta formulada por Cerdá, de una manera diferente de hacer ciudad, tanto que a partir de aquí podemos hablar del urbanismo en los términos que lo comprendemos actualmente.
Las distintas formas del crecimiento urbano En la bibliografía que se tomó como base para el reconocimiento de las distintas formas del crecimiento urbano, Solá Morales analiza la evolución de las ciudades españolas, especialmente las de Catalunya, llegando a clasificar nueve procesos tipológicos principales, incluyendo operaciones de transformación en la ciudad existente. Aplicar esta metodología al caso de Buenos Aires, plantea una visión desde el proyecto, más que desde el reconocimiento geográfico de ese crecimiento. Miradas de esta forma, las diferentes maneras de organizar calles, solares (lotes) y casas –infraestructuras, parcelas y tipos- son formas de Urbanización, Parcelación y Edificación que, en sus diferentes combinaciones, dan lugar a las formas urbanas6. De la amplia experiencia de trabajo recopilada durante más de dos décadas, tomamos algunas definiciones que aplicamos al caso de la ciudad de Buenos Aires para probar como funciona esta metodología en el caso local. Para ello utilizamos los siguientes elementos7:
6 Solá Morales, M., Las Formas de crecimiento urbano, 1997, página 15. 7 Solá Morales, M., op.cit. página 78. Mónica Giglio
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Componentes materiales del proceso de construcción de la ciudad • Parcelación, (P) entendida como transformación del suelo rural en urbano. • Urbanización, (U) operación de construcción de los elementos físicos colectivos de la ciudad.
• Edificación, (E) construcción de la edificación. Tipología estructural como consecuencia de las operaciones: Procesos reconocidos por el planeamiento
• Ensanche
P+U+E
(Ensanche, donde primero se proyecta un parcelamiento, luego se urbaniza y finalmente se edifica.)
• Crecimiento Suburbano U + P + E (Crecimiento suburbano, donde primero se da la presencia de una infraestructura a partir de la cual se parcela y luego se edifica.)
• Polígono
PUE
(Polígonos, que se caracterizan porque se da simultáneamente la parcelación, urbanización y edificación.)
• Ciudad Jardín
UP + E
(Ciudad jardín, tiene la particularidad de que se parcela y urbaniza en forma conjunta, luego se edifica.)
Procesos no reconocidos por el planeamiento. (Sectores marginales, donde se edifica sin disponer de urbanización, pudiendo tener o no un parcelamiento)
• Barraca • Invasión • Procesos marginales de urbanización
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El desafío de comprender las formas del crecimiento urbano
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Aplicación de la metodología al caso de Buenos Aires Partiendo como base para el estudio, de los distintos planos históricos de la ciudad, se pueden identificar las sucesivas formas de parcelamiento que fueron conformando la ciudad. Analizando diversos estudios sobre la dotación de infraestructura, de identifican los datos del proceso de urbanización. Finalmente, tomando estudios sobre el tejido urbano y las distintas tipologías edificatorias, se obtiene información sobre las formas de edificación. Aplicando la experiencia al caso local, se ha detectado que todas las tipologías que se describen para el caso de Catalunya se encuentran en la Ciudad de Buenos Aires, existiendo dificultades en la diferenciación de algunas tipologías, que ameritan un estudio más profundo. El resultado de una primera aplicación de esta metodología, permite visualizar de una manera diferente la evolución de la ciudad, pudiendo identificar las prácticas urbanísticas que se implementaron en cada período histórico. Este tipo de estudios, permite combinar los resultados, obteniendo diferentes lecturas, pudiendo cada una de las tipologías identificarse en su ubicación temporal y geográfica y observar, por ejemplo, la forma de ensanche, hasta cuando se implementó y en que sectores de la ciudad se aplicó. Algunas de las situaciones observables al mapear la información, revelan que a principios del siglo XX, la ciudad ya había llegado con algunos barrios hasta el actual límite de la ciudad, la Avenida General Paz, dejando importantes vacíos urbanos intersticiales, con lo cual se verifica que la extensión de la mancha urbana no siguió la lógica de la ciudad compacta proyectada originalmente. A mediados del siglo XX, la tama urbana ya ocupaba prácticamente todo el territorio, quedando únicamente localizados los vacíos urbanos en el sur de la ciudad. De los resultados preliminares de los primeros estudios, se pueden aventurar algunas hipótesis sobre la aceptación o rechazo de algunas de las distintas formas de crecimiento materializadas en la ciudad. Por ejemplo, el polígono, que en el caso de Buenos Aires se ha aplicado principalmente a la vivienda de interés social, resulta ser un producto terminado, que es muy difícil de adaptar a los cambios de las demandas sociales, especialmente los de mayores dimensiones. Curiosamente, se ha buscado demostrar con estas tipologías, una forma diferente de construir ciudad, pero que no ha tenido mucha aceptación. En contraposición con lo anterior, la forma de crecimiento de ciudad jardín es socialmente muy valorada y utilizada especialmente en el área metropolitana para el diseño de barrios cerrados, con los problemas del consumo de suelo que implica la ciudad Mónica Giglio
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difusa en términos de sustentabilidad ambiental, económica y social. Esto indica que la valorización social que se hace de una determinada forma urbana, no se corresponde a veces con los criterios de la eficiencia técnica. En todos los casos, la base de información construida con esta metodología, nos permite relacionar la secuencia temporal de la urbanización con su contexto histórico, así como analizar el apogeo o decadencia de la aplicación de determinadas formas de producción de la ciudad.
Profundización de estudios por caso Los polígonos urbanos se caracterizan por ser intervenciones en las cuales las variables de urbanización, el parcelamiento y la edificación se han ejecutado en forma conjunta, generalmente sobre intersticios urbanos remanentes o áreas anexas a la trama urbana edificada que aún no ha sido ocupada. A partir de estudios existentes, se han identificado diversos conjuntos de vivienda social, materializados en las últimas décadas del siglo XX, seleccionando aquellos que tuvieron una intervención en la trama urbana existente (evitando los conjuntos desarrollados dentro de una misma manzana). De la diversidad de casos registrados y de su análisis morfológico-urbano-temporal, se ha podido identificar cuatro subcategorías, en razón de su escala, su implantación dentro de la trama, la infraestructura que posee y su perfil urbano-arquitectónico; cualidades que las diferencian pero que poseen un patrón común: su impronta en el territorio modifica la trama urbana tradicional.
Las subcategorías determinadas son: - Polígonos Urbanos con Equipamiento (PUE+E): Conforman intervenciones habitacionales con equipamiento que complementan al conjunto haciéndolas funcionalmente autosustentables. Logran conformar micro-ciudades dentro de la trama urbana.
- Polígonos Urbanos bajo postulados CIAM (PUE-C): Configuran conjuntos urbanos conformados por pabellones habitacionales sobre mantos verdes, que pueden contar o no con equipamiento recreativo o comercial complementario.
- Polígonos Urbanos de Vivienda Individual (PUE-I): Constituyen intervenciones de viviendas individuales que se han planificado en forma conjunta a fin de conformar una unidad urbana identificable pero desprendiéndose de la idea de conjunto con espacios comunes. La característica particular de estos polígonos es que rompen con la modulación de cuadrícula característica de la ciudad para subdividirse conformando las denominadas “manzanas tallarín”.
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- Polígonos Urbanos sobre Trama Orgánica (PUE-T.O.): Al igual que en el caso anterior, está conformado por viviendas individuales pero su particularidad está en su implantación en el tejido urbano con propuestas de espacios verdes propios o entorno a uno común y con una diagramación urbano-geométrica que la distingue de su entorno. En esta primera etapa de búsqueda documental, se dispone de un material muy interesante para trabajar en nuevas hipótesis, por ejemplo, sobre la localización de la mayoría de los polígonos habitacionales en el sector sur de la ciudad. También la clasificación de los polígonos de acuerdo a sus características, nos permite ver como ciertas tipologías son utilizadas en distintos períodos históricos, mientras que las experiencias de los conjuntos aquí definidos como polígonos urbanos con equipamientos, se concentran en ocho intervenciones, siete de las cuales se ubican en el sur de la ciudad, y se desarrollaron entre los años 60 y 80.
Aportes pedagógicos de la experiencia El trabajo de investigación iniciado, no intenta competir con otros estudios existentes sobre crecimiento urbano, que registran con mayor profundidad y precisión el proceso de crecimiento de la ciudad de Buenos Aires, en este caso se busca mejorar la enseñanza del urbanismo rescatando de experiencias pasadas para formular propuestas futuras. El aporte didáctico es para entender el proceso de urbanización de la ciudad y al urbanismo como un proceso, que se tiene que ir adaptando a los cambios sociales futuros. Se trata de mostrar de una forma diferente al crecimiento de la ciudad, interpretando cada parte en su contexto histórico y vincular al proceso de urbanización con el proceso de planeamiento. Este ejercicio nos ayuda a comprender que la diferencia entre un proyecto de arquitectura y un proyecto urbanístico, no es sólo un cambio de escala o de nivel de complejidad, implica fundamentalmente tener una noción del manejo del tiempo.
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Estudios sobre el Patrimonio
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El propósito general fue indagar el patrimonio que tiene la arquitectura religiosa de la Ciudad de Buenos Aires, evidenciando sus características principales a lo largo del tiempo y exponiéndolas ordenadamente. Para ello, se partió de las siguientes hipótesis: En primer lugar, que la arquitectura religiosa, por su carácter eminentemente representativo de la arquitectura oficial, recibe, asimila y expresa las tendencias dominantes de la arquitectura oficial en cada época. En segundo lugar, se asume que la arquitectura religiosa responde a las condiciones particulares de cada comunidad, de cada barrio, y que
Carlos Bozzoli & Luis Manuel Márquez Profesores Titular y Adjunto de Historia de la
Arquitectura en FA UAI e investigadores del proyecto Arquitectura Religiosa en Buenos Aires (2009-2012).
es de todos, incluye a todas las clases sociales, aun cuando la arquitectura oficial sea inicialmente promovida por los estamentos sociales más altos, a través de la imposición de arquitectos “oficiales de la Curia”, fenómeno típico hasta la primera mitad del siglo XX.1 En tercer lugar, que la arquitectura religiosa se presume que es conservadora, que las vanguardias han tenido terreno poco propicio en el área pero que, sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo XX pueden verificarse innovaciones afines al Movimiento Moderno, por la reforma litúrgica de 1963 y por otros movimientos anteriores.2 No obstante, el motivo principal de la investigación fue también la curiosidad de los suscriptos por el concepto de “espacio sacro”. Las preguntas a responder fueron ¿Qué características tiene la sacralidad expresada en un espacio arquitectónico? ¿Es un concepto fijo o varía con las concepciones de la fe que se practica, o con el devenir del tiempo? ¿Hay opciones válidas para adoptar un criterio u otro para producir la calidad sagrada de un espacio? ¿Cuáles son las opiniones de los expertos? Los interrogantes que surgen de esta temática, (la idea de sacralidad), son poco
1 Caso típico en Buenos Aires es la producción del Arq. Carlos C. Massa, durante el periodo 1925-1950 2 Nos referimos al Movimiento de renovación litúrgica promovido en Bélgica y Alemania por Dom Lambert Beaudouin (1873-1960), Ildephons Herweggen (1874-1946) y Dom Odo Casel (1886-1948).
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populares en este tiempo, pero sin embargo subyacentes, y podrían ser evidenciados; o, por el contrario, establecer los efectos que la decadencia de lo sagrado en la sociedad produce en los remanentes edificios religiosos. Los autores son plenamente conscientes que en el mundo moderno la preocupación dominante no pasa precisamente por las cuestiones religiosas. Antes al contrario, percibe que la idea de trascendencia (existencia de Dios más allá de la nuestra propia) está desapareciendo del mundo, especialmente entre los intelectuales y los artistas, aunque todavía existen vestigios entre los legos, reemplazada apenas por la idea de Inmanencia de Dios (Dios con nosotros)3 La crisis de la fe cristiana ha permeado de tal manera a la cultura occidental que podría hacer suponer que en el futuro lo sacro pasará a ser un tema a tratar por la antropología histórica. Pero por otra parte se percibe que, a medida que el hombre se acerca al final de su vida, estas cuestiones podrían volver a tener entidad.
Desarrollo de la investigación: Se inició con un relevamiento de los ejemplos existentes de templos católicos en la Ciudad de Buenos Aires, encargada a los alumnos de los diferentes cursos de Historia de la Arquitectura I, II y III, desde 2010 hasta 2011. Se relevaron 128 ejemplos que revisten buena calidad informativa (hubo otros Iglesia del Gesu, Roma, de Jacopo Barozzi di Vignola, 1568. Modelo de iglesias, represento el desiderátum de los Jesuitas y se traslado a la América Española.
65 casos en que la calidad informativa era muy baja o inconsistente). De todas maneras el material existente cubre los más importantes edificios sa-
3 Aquí se sigue la teoría formulada por Mark Torgerson, explicitada en
An Architecture of Immanence: Architecture for worship and ministry today, Eerdsman Publishing Company, Grand Rapids, Michigan / Cambridge, UK, 2007.
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cros de Buenos Aires; todos los del periodo colonial, todos los del periodo 1810-1880 y la abundante producción del periodo 1880-1930, sin dejar de lado un particular periodo (19201950) de crecimiento edilicio religioso4. Hay también ejemplos post conciliares, y algunos muy particulares como capillas muy sencillas o casas transformadas en templos en los últimos años (1970-2010). Por otra parte se ha accedido a abundante documentación sobre el tema del espacio sacro. A juzgar por la extensión del material a considerar, se presume que se ha cubierto con cierta suficiencia el estado de la cuestión. La primera hipótesis, respecto a que la arquitectura religiosa, por su carácter eminentemente representativo de la arquitectura oficial, recibe, asimila y expresa sus tendencias dominantes, ha sido probada, por el paralelismo existente entre lo que, en cada periodo ocurre con el resto de la arquitectura oficial, pero solamente hasta los años 1930. A partir de 1930 la arquitectura religiosa no es permeable al Movimiento Moderno, que solo se hará presente a partir de 1970. La segunda hipótesis, en la cual se asume que la arquitectura religiosa responde a las condiciones particulares de cada comunidad, no se cumple casi en absoluto hasta la década de 1960, cuando se des-monopoliza el diseño de iglesias del control del Episcopado. La tercera hipótesis, (respecto a que la arquitectura religiosa es conservadora, que las vanguardias han tenido terreno poco propicio en el área, pero que sin embargo a partir de la segunda mitad del siglo XX pueden verificarse innovaciones afines al Movimiento Moderno, por la reforma litúrgica de 1963 y por otros movimientos anteriores) se cumple plenamente. Está bien claro que la influencia del movimiento moderno, y de otras arquitecturas no ortodoxas pero contemporáneas aparecen, pero tardíamente, en coincidencia con las reformas litúrgicas del Concilio Vaticano II (a partir de 1965), que obligan a intervenir en todas las iglesias.5
4 El periodo 1930-1950 fue el denominado de la Argentina Católica. Incluyo el Congreso Eucarístico Nacional de 1934 y la influencia creciente de la Iglesia Católica Argentina en el Gobierno del General Justo (1932-1938) y posteriores, incluyendo el primer gobierno del General Perón (1946-1952).
Capilla del Castillo de Hartenfels, Torgau, Alemania, 1525. Con leves modificaciones, Martín Lutero predicó desde aquí en el comienzo de la reforma. Nótese la ausencia de iconografía y el papel predominante del pulpito, aunque el altar todavía tiene importancia.
5 La modificación principal es transformar el altar tradicional, contra el ábside o el final del templo, en Carlos Bozzoli & Luis Manuel Márquez
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Con respecto a la indagación sobre el espacio sacro, de la lectura de las fuentes bibliográficas se puede inferir que hay dos posiciones encontradas, y otras intermedias. Una posición, que podemos denominar “conservadora”, postula que toda renovación eclesial en el templo realizada por la arquitectura contemporánea ha sido atentatoria con la idea misma de templo (su esencia es la sacralidad); y que es una experiencia que no hay que repetir, mas aún, hay que volver a la situación tradicional6.Para dar un ejemplo, un autor, Michael S. Rose7 afirma que los rasgos definitivos del espacio sacro católico son la verticalidad, la permanencia y la existencia de iconografía en el interior y el exterior del templo. Algo así como una tríada vitruviana aplicable a los templos católicos. La posición opuesta, es la de quienes valoran los aportes de la arquitectura moderna y postmoderna en la ideación de espacios sacros, como Luis Aymá González8, brindando numerosos aportes que entienden que la arquitecTemple Paradis, Lyon, Francia. C. 1656: El espacio sacro protestante, donde el pulpito es el centro de la comunidad.
tura moderna interpreta suficientemente una mesa sacra que permite al sacerdote ser visto por la feligresía, llamado altar coram populo.
6 Significa centro focal en el altar, uso jerárquico de imágenes, separación del clero de la feligresía, uso de estilos probados (clásico, paleocristiano, románico, gótico, barroco, neoclásico), y recuperación de la idea de carácter propia de la tradición Beaux Arts.
7 Rose,M., Ugly as Sin: why they chaged our churches from sacred places to meeting places and how we can change them back again, Sophia Institute Press, Manchester, New Haven, USA, 2001 8 Aymá Gonzalez, L., Estética de la Arquitectura Sacra contemporánea. Un enfoque desde
la filosofía relacional. Memoria presentada para optar al grado de Doctor. Universidad Complutense de Madrid, Madrid, 2003
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bien los modos de entender la fe actualmente. Esto presume la idea de que en los espacios sacros actuales se celebra la inmanencia de Dios (Dios está entre nosotros, en nuestra comunidad) y aún no desestimando la trascendencia de Dios (Dios es independiente, tiene vida propia separada de la creación), la reconoce pero no la exalta. En realidad lo que está subyacente en esta polaridad es también la idea de fe vivida y expresada en la comunidad, versus la experiencia intima, personal, de lo sacro. De allí que los primeros sostengan que un templo es esencialmente la casa de los creyentes congregados en el culto a Dios y los segundos, por el contrario, la casa de Dios. Posteriores lecturas aportaran mas ideas respecto a estas tensiones, que también están ligadas a las concepciones tradicionales de la fe católica9, y otras más abiertas
Nuestra Señora del Pilar, Buenos Aires. A. Blanqui y J. B. Primoli. El modelo jesuítico instalado en la América hispánica.
al ecumenismo y a la idea de abrirse a otras comunidades religiosas cristianas, además de otras no cristianas. Aplicando estos conceptos a la porción de estudio que nos convoca (las iglesias católicas de Buenos Aires) se podría determinar qué cantidad de ellas adhieren a un polo o al otro, y si hay opciones que no respondan a ninguna de ellas. Una vez recolectada la información, se tuvo que procesarla. En primer lugar conviene referirse al contexto histórico y político. El proceso de erección de parroquias de Buenos Aires no significa necesariamente la erección de edificios, que bien pudieron ser construidos antes o después de los autos de erección por parte del Obispo u Arzobispo, pero dan una idea de la actividad de cada uno de ellos. Así, si consideramos los periodos siguientes, que se corresponden con hechos políticos importantes del país, podemos inferir las siguientes conclusiones: En el periodo colonial, de 1622 a 1810, se erigieron solamente 8 parroquias, durante un periodo de 180 años, lo que da un promedio de 0,04 parroquias por año y 1 parroquia cada 22, 5 años. En el periodo 1810 a 1860, hasta la reorganización nacional, en 50 años se erigieron 3 parroquias, equivalente a 0,06 parroquias por año y 1 parroquia cada 16,6 años. En el periodo 1860 hasta 1910 (el Centenario), en 50
9 Actualmente llamadas fundamentalistas. Carlos Bozzoli & Luis Manuel Márquez
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años se erigieron 11 parroquias más, equivalente a 0,22 parroquias por año, es decir 1 parroquia cada 4,5 años. Este periodo coincide con un notable aumento demográfico en la Ciudad. En el periodo 1910 a 1960, en 50 años se erigieron 117 parroquias, es decir 2,34 parroquias por año. Este periodo, de máxima erección, incluye el periodo así llamado de “la Argentina católica”, desde los años 1925 a 1955, donde se erigieron 66 parroquias, es decir 2,64 parroquias por año. Coincide en su mayor parte con la gestión del Arzobispo Cardenal Copello (1930 a 1955), y también con los gobiernos constitucionales de Alvear, Yrigoyen, Uriburu, Justo, Ortiz, Castillo, Farrell y Perón. En el periodo 1960 a 2010, se erigieron en 50 años 52 parroquias, lo que indica que se erigieron 0,96 parroquias por año y 1,04 parroquias cada año. Aquí ya se nota una declinación en la cantidad de nuevas parroquias, coincidente con la estabilización de la población de la Ciudad de Buenos Aires respecto al resto de la región metropolitana. Este breve recorrido cronológico permite entender los resultados concretos, en términos cuantitativos, como se señala seguidamente.
Parroquia Nuestra Señora de Fátima Franklin D. Roosevelt 2066, Buenos Aires. Típica iglesia posterior al Concilio Vaticano II, con la expresión de edificio profano, tan criticada por el polo conservador.
Los aspectos observados fueron categorizados de la siguiente manera: - a) Nombre de la Iglesia, Parroquia o Santuario: el nombre oficial que tiene en el registro del Arzobispado.
- b) Año de proyecto y construcción: a veces se indican dos fechas, la de inicio y la de terminación del edificio, y también si han habido intervenciones posteriores.
- c) Tipo de planta: a pesar de la dificultad de transferir verbalmente las características de cada planta, se intenta clasificar según diferentes tipologías a las cuales adherir: Nave única, Nave central y dos laterales; Nave central, capillas laterales y cúpula; Idem, pero agregando transepto; espacio único; planta central; planta central compleja.
- d) Estado del edificio, en las gradaciones: muy bueno, bueno, deficiente y en reparación.
- e) Estilo o lenguaje arquitectónico: también fue difícil tratar este término, pero se refiere básicamente a percibir el lenguaje global del edifico en términos fácilmente identificables por el lego. Por ello, aún admitiendo críticas, se han clasificado los siguientes tipos de estilo:
- Neorrománico, - Neogótico, - Colonial, 108
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- Neorrománico (con sus variantes lombardas, alemanas, italianas, bizantinas);
- Neoclásico (con sus variantes renacentistas, italianizantes, neobarrocas);
- Contemporáneo (Arquitectura moderna); Ecléctico románico-gótico.
- f) Responsables del diseño: Cuando fue posible, indicando el nombre del profesional o del constructor. En muchos casos no fue posible rastrear el nombre del diseñador.
- g) Relación con el entorno urbano: se ha indicado cuando el edificio estaba sobre calle, en esquina, sobre plaza bien destacada, entre medianeras muy estrechas, sobre calle pero retraída de la línea municipal, sobre avenida, en espacio abierto, exenta, y aislada en medio de una manzana; todas con variantes calificativas (bien destacada, notable, poco visible, oculta, etc.)
- h) Inmanencia vs. Trascendencia: ambos términos se aplican según la concepción
Parroquia Nuestra Señora de Fátima, Franklin D. Roosevelt 2066, Buenos Aires. Interior que enfatiza la comunidad antes que los focos tradicionales del altar y el sagrario.
de Torgerson10.
- i) Elementos iconográficos (pintura o vitrales): Se incluyen aquí todas las imágenes bidimensionales, aun las exaltadas por la luz exterior, que es el caso de los vitrales.
- j) Elementos iconográficos (retablos)11: - k) Elementos iconográficos (escultura); en este caso nos referimos a las imágenes de bulto, tridimensionales; pueden ser realizadas en madera, la mayor parte pintadas, o en mármol. Incluimos en este grupo los relieves.
- l) Grado de concentración de iconografía: Depende fundamentalmente de la cantidad y frecuencia con que encontramos imágenes bi o trimensionales.
10 Ver nota 3, Torgerson,… 11 El nombre de retablo proviene de las palabras retro tabula, es decir detrás de la mesa, haciendo referencia al lugar donde se lo coloca. Es como un frente ornamentado de un edificio, entre columnas o pilastras, que encierran hornacinas, cajas o nichos donde se ubican las imágenes o cuadros de santos. Los retablos se subdividen en niveles, separados entre sí ya sea por dinteles o por cornisamientos. Por lo general, poseen retablos las iglesias coloniales y las del periodo 1810-1860, y algunas del periodo 1860-1910 poseen retablos; los templos más modernos ya no lo usan.
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-
m) Foco principal de atención: Este ítem
tiene mucho que ver con la categoría “Inmanencia vs. Trascendencia”, y detecta las situaciones espaciales que más llaman la atención a primera vista, cuando se entra al templo. Por lo general, las consideradas “trascendentes” enfatizan el altar y sus adyacencias; las “inmanentes”, el espacio de reunión de los fieles.
-
n) Elementos litúrgicos auxiliares: indica
la presencia de candelabros, estaciones de la Cruz, credencias, custodias del Santisimo Sacramento y demás elementos complementarios para la liturgia.
-
o) Uso de la Luz: Se refiere a la adminis-
tración de la luz natural y/o complementada por la artificial. Por lo general las iglesias tradicionales buscan la luz escasa y concentrada en los puntos significativos, como el altar, el transepto, los espacios cupulares por encima del transepto. Las iglesias no tradicionales tienen luz difusa, absteniéndose de enfatizar sectores especiales.
-
p) Calidad constructiva y de detalles: esta
característica es fácil de detectar, cuando estamos frente a una parte u objeto que tiene calidad artesanal, bien terminada y definida.
- Parroquia San Martín de Porres Virrey Loreto 2161, Barrio Belgrano, Arq. Jose Luis Eiras, c. 1967. La dificultad de diferenciar lo sagrado de lo profano al aplicar el lenguaje contemporáneo.
q) Valor patrimonial: este ítem está aso-
ciado al prestigio de su diseñador, a su significación histórica, a su calidad de diseño o a su especial creatividad, en el caso de no tener antecedentes o tratarse de estilos tradicionales modificados por el talento del diseñador.12
- r) Otras observaciones: en estos casos se registran observaciones no catalogables, como coherencia de diseño, carácter histórico, modificaciones efectuadas, etc.
12 Como el caso de los templos diseñados por el Pbro. E. Vespignani a principios del siglo XX. 110
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Las conclusiones cuantitativas de los ejemplos relevados son: Año de proyecto y construcción: los ejemplos relevados van desde 1713 (Parroquia de San Ignacio) hasta 2007. Tipo de planta: La inmensa mayoría de los templos analizados son basilicales, con sus variantes: nave única, nave central y dos laterales, cúpula sobre transepto, ábside; hay pocos ejemplos de planta central. Estado del edificio: Se han registrado un 14 % en estado Muy bueno; 49 % en estado Bueno; 4 % en estado deficiente y 2 % de iglesias en reparación. Esto indica que hay al menos un 63 % de templos en estado bueno o muy bueno. Estilo o lenguaje arquitectónico: Predominan los edificios Neorrománicos (36,67 %), que incluyen variantes: Neorrománico genérico, 14,67 %; Neorrománico francés (8%); Neorrománico italiano genérico (4%); Neorrománico lombardo (4%); Neorrománico alemán (2,67%); Neorrománico bizantino (2,67%) y Neorrománico-moderno (2, 67 %). Le siguen los edificios de lenguaje clásico ( 27,37 % ), en sus variantes Neoclásico italianizante (18%), Neoclásico genérico (2,67 %); Neoclásico colonial (2,67 %); Neoclásico-barroco (4 %). Los edificios en estilo contemporáneo presentan un 10,67 % de ejemplos. El estilo Neogótico presenta un 6,67 % de ejemplos; el Colonial original un 4 % de
Parroquia San Martín de Porres Virrey Loreto 2161, Barrio Belgrano, Arq. José Luis Eiras Con lenguaje contemporáneo más la presencia de objetos litúrgicos elaborados, logra un moderado equilibrio entre la expresión de lo inmanente y lo trascendente.
ejemplos, y termina la lista con edificios Neocoloniales (1,33%); Neo-prerrománico (1,33 %); Ecléctico románico-gótico (1,33 %) y sin definición clara de estilo, (1,33 %) La posible razón de que los edificios Neorrománicos sean los mas numerosos es que en esta muestra estamos incluyendo los edificios mandados construir por el Arzobispo Cardenal Copello, en el periodo 1925-1950, en general diseñados por su arquitecto preferido, Carlos Bozzoli & Luis Manuel Márquez
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Carlos Massa. En el estilo siguiente, el Neoclásico, se observa la predominancia del Neoclásico italianizante, ligado a la abundancia de arquitectos de origen italiano como Juan A. Buschiazzo, Canale, y otros, comunes en la época de la inmigración europea masiva entre 1880 y 1910. Relación con el entorno urbano: Se han detectado un 26,47 % de edificios sobre calle, un 16,18 % de edificios en esquina, notables; un 13,24 % de edificios bien destacados sobre plazas; un11, 76 % de edificios sobre avenida, y el resto, en porcentajes mínimos, en situaciones variadas. De esto se deduce que hay un 31 % de templos bien destacados, sean es esquina, plazas o avenidas. Es significativa, entonces, la presencia arquitectónica de la arquitectura religiosa en la acentuación del carácter de los sitios en la ciudad. Inmanencia vs. Trascendencia: Como era de esperar, el 74,03 % de los ejemplos se clasifican como de Transcendencia; el 15,58 % son de Inmanencia y solo un 2,6 % son indefinidos en este sentido. El dato de edificios con énfasis en la Inmanencia está relacionado principalmente con los edificios de estilo contemporáneo, donde, debido a la influencia del movimiento de Renovación Litúrgica13, se prefirió los templos considerados como “Casa del pueblo de Dios”. Elementos iconográficos (pintura o vitrales): Se verifico que en la mayoría de los ejemplos la pintura era inexistente (12,99%); pobre (6,49 %); escasa (16,88%); notable (11,69 %) y muy importante en el 5,49 % de los ejemplos. También hay dos casos (2,60 %) con pinturas de autores argentinos de nota, como Gastón Jarry y Raúl Soldi, y el grupo Mediator Dei (1948-1952). Elementos iconográficos (retablos): En este caso la mayoría corresponde al 42,46 % que no tiene retablos de ningún tipo; hay un 16,88 % de ejemplos considerados “importantes”, un 10,39 % considerado “muy importantes” y un 7,79 % de retablos calificados como “pobres”. Dentro de esta categoría se han incluido altares de particular magnificencia, con baldaquino y acceso a capilla superior, en dos ejemplos paradigmáticos: El Santísimo Sacramento, de Coulomb y Chauvet, y San Carlos Borromeo, del Pbro. Vespignani, pero ambos representan solo el 2,6 % de los ejemplos. San Cayetano, Vidal 1745; R.J.Berbery, Arq. Terminada en 1972 El lenguaje contemporáneo dramatizado por el uso de la luz modera la tensión entre lo trascendente y lo inmanente del espacio.
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13 Comenzado a fines del siglo XIX, logro su mayor resonancia en los primeros años del siglo XX, promovido por Dom Lambert Beauduin (1873-1960); tuvo influencia en Alemania, con los monjes de Maria Laach dirigidos por el Abad Ildefons Herweggen (1874-1946). Se continuó con la asistencia de Romano Guardini (1885-1968) y Dom Odo Casel (1886-1948)
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San Cayetano, Vidal 1745; R.J.Berbery, Arq. Terminada en 1972 El exterior pareciera pretender sugerir los grandes portales de ingreso de las catedrales medievales.
Elementos iconográficos (escultura): Parecería ser que la escultura no es muy frecuente en los ejemplos analizados. Es inexistente en el 14,29 %; escasa en el 22,08 %; pobre en el 7,79 % de los casos; están incluidas en los retablos en el 14,29 % de los casos; y solamente es considerada muy importante en el 1,3 % de los casos. Grado de concentración de iconografía: a este respecto se ha registrado que el 37,65 % de los casos es bajo; en el 27,27 % de los casos es medio; en el 18,18 % de los casos es
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alto, y muy alto en el 3,9 % de los casos. Observando los registros individualmente, el grado muy alto se verifica en los templos que han sido donados íntegramente, y construidos sin dilación, como la Basílica del Santísimo Sacramento (1915), ya citada y la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús. Foco principal de atención: Los registros indican que en el 49,35 % de los casos el foco principal de atención está en la Nave central, con todas sus variantes (Nave central con altar, con transepto, con capillas laterales, con retablos en altares mayor y sus altares laterales, etc.); en el 16,88 % de los casos el foco principal está en el altar mayor con todas sus variantes (retablos, pinturas absidales, santuario accesible elevado, vitrales en tímpano absidal), y luego siguen otros focos de atención como los altares que tienen baldaquinos (2,6 %); Cúpula (2,6 %); Espacio central (2,6 %); Transepto y cúpula (2,6 %); Crucero (1,3 %) Custodia del Santísimo Sacramento y altar (1,3 %) y Retablo en ábside y altar (1,3 %); hay también casos de foco de atención difuso (2,6%). Se explica que el foco principal de atención sea mayoritario en el caso de las naves centrales, ya que al ser la mayoría de planta basilical, la primera impresión del visitante se dirige a la perspectiva profunda de la nave que termina en el altar. Los baldaquinos llaman también la atención pues son poco frecuentes pero muy impresionantes, hecho que se repite con las Custodias permanentes del Santísimo Sacramento. Los casos de foco de atención difuso o indefinido ocurren principalmente en los templos de lenguaje contemporáneo, de características inmanentistas. Elementos litúrgicos auxiliares: Son profusos y abundantes en el 35,38 % de los casos; notables, en el 3,77 %; medios, en el 28,30 % de los casos; reducidos, en el 3,77 % de los casos; y bajos, en el 3,77 % de los casos. Los casos profusos y abundantes se corresponden con ejemplos de templos anteriores a 1920. Los casos de media o baja concentración se corresponden con edificios de lenguaje contemporáneo, en consonancia con la abstracción y minimalismo implícitos en la arquitectura modernaUso de la Luz: La luz natural abundante se da en el 32,45 % de los casos; la luz natural escasa se da en el 11,6 % de los casos; los ejemplos donde predominan la oscuridad (excepto cuando se usa luz artificial) son el 18,18 % de los casos; los casos de templos muy luminosos son el 2,6 % de los casos; y los casos donde la luz natural está focalizada, sin necesidad de luz artificial, son el 2,6 % de los casos. Hay un 28,57 % de ejemplos que no proporcionaron datos, dado que las imágenes disponibles eran solamente exteriores. Calidad constructiva y de detalles: es muy buena en el 29,87 % de los casos; buena en el 27,27 % de los casos; Mediana en el 14,29 % de los casos; baja en el 9,09 % de los Carlos Bozzoli & Luis Manuel Márquez
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datos; en reparación el 1,30 % de los casos; y hubo un 16,88 % de los casos en que este parámetro no pudo ser constatado. Valor patrimonial: es muy alto en el 11,69 % de los casos; alto en el 25,97 % de los casos; medio en el 29,87 % de los casos; bajo en el 15,68 % de los casos; y hubo un 16,88 % de casos en los cuales este parámetro no pudo ser constatado. Si sumamos los casos “muy alto” y “alto” llegamos a un 37,66 % de los casos. Pero hay que advertir que extrapolar este valor a todos los edificios religiosos católicos de Buenos Aires seria imprudente, pues por las antedichas razones de seguridad, no se llegaron a relevar templos en barrios alejados, donde probablemente haya edificios de valor patrimonial bajo. Otras observaciones: Un 18,18 % de los casos correspondió a edificios diseñados con alto grado de unidad y coherencia; y hubieron 3 casos (3,90 % del total) en la curiosa situación de viviendas convertidas en capillas o templos, con una apariencia totalmente inesperada para el observador. Además, existen templos que reúnen a comunidades extranjeras radicadas en el país, con muy particulares elementos litúrgicos, poco comunes respecto a resto.
El espacio sacro en la ciudad de Buenos Aires Para hacer una síntesis de la aplicación de este concepto en el ámbito de la investigación, la ciudad de Buenos Aires, se puede decir a manera de conclusión: Las iglesias de Buenos Aires son todas posteriores al año 1700, siendo la primera la de San Ignacio. La serie de iglesias “coloniales” siguen el modelo jesuítico, el que mejor está representado por la Iglesia del Gesú de Vignola. Consiste en una planta basilical de una nave con capillas laterales, un transepto con cúpula y un presbiterio donde se aloja el altar y el tabernáculo, todos alineados sobre el eje de simetría. Tanto el ábside que contiene el tabernáculo14 y el altar15, como las capillas laterales poseen retablos, con imágenes de santos, tanto pintadas como esculpidas. Los cielorrasos y paredes laterales tienen profusa ornamentación pictórica, y la característica esencial es que estas iglesias no estaban divididas, como las medievales, en presbiterio separado del lugar de los fieles, porque los jesuitas no oraban comunitariamente en presencia de los laicos, sino en lugar aparte. Lo que a los jesuitas les
14 También conocido como “sagrario”, es un pequeño gabinete o receptáculo, habitualmente muy ornamentado, que contiene la Sagrada Forma ya consagrada, y permite su decoroso almacenamiento. 15 Es el principal plano de apoyo para la liturgia de la Eucaristía; a veces es complementada atrás por el retablo, y por delante el comulgatorio o balaustrada que separa el presbiterio de la nave. Anteriormente al Concilio Vaticano II, también incluía en el centro al sagrario. Es de presencia obligada en las iglesias católicas, y en las protestantes también aparece aunque sin la relevancia del caso anterior.
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interesaba más era la predicación, por eso el púlpito, elevado en uno de los costados de la nave central, a una distancia equivalente al tercio del largo de la nave única, permitía al clero llegar claramente con su voz a los fieles. Estos disponían de lugares más acotados para la oración personal, como las capillas laterales dedicadas a los santos mas venerados. En este sentido, tanto los jesuitas con este modelo, como los protestantes, coincidían en que la iglesia debía satisfacer una necesidad práctica, ser el lugar donde se propaga la palabra de Dios, aunque los jesuitas, como católicos que eran, también daban importancia al altar y al tabernáculo, para subrayar el carácter sacrificial de la Santa Misa. La concepción teológica del catolicismo romano, que adora a Dios pero venera a los Santos, como ejemplos de criaturas que llegaron a la perfección en su santidad, esta sostenida por la existencia de altares laterales, indicando bien las prioridades: Sólo a Dios se adora; la Santísima Virgen recibe un culto de hiperdulía, los Santos reciben un culto de dulía16. Las iglesias posteriores al periodo colonial no son demasiado distintas de las coloniales en el sentido tipológico. A la Catedral de Buenos Aires se le agrega un pórtico neoclásico, de moda en la época Rivadaviana, pero no hay grandes novedades hasta el fin de la época de Rosas. A partir de 1860 empiezan a llegar a la Argentina corrientes inmigratorias de varios países del mundo. Especialmente con los italianos vienen profesionales como los hermanos Canale, arquitectos que también acogen en su estudio a Juan A. Buschiazzo. Estos profesionales traen educación académica de buen nivel, pero su repertorio es básicamente el de un neoclasicismo itálico muy marcado. La iglesia redonda de Belgrano (Inmaculada Concepción), con planta central, es un buen ejemplo de esta corriente neoclasicista itálica que dominó la arquitectura eclesiástica no solamente en Buenos Aires sino en otras ciudades del interior hasta el 1900. Juan A. Buschiazzo, sucesor de los hermanos Canale, es también autor de otras iglesias de Buenos Aires. Posteriormente, hacia 1870, aparecen las variantes revivalistas de otras naciones europeas. Un ejemplo de ello es la Iglesia votiva de Santa Felicitas, de Ernesto Bunge, un brillante ejemplo del románico alemán, que introduce el rundbogenstil en la Argentina. Mas tarde, otro ejemplo del románico francés es la Basílica del Sagrado Corazón, ubicado en la Av. Vélez Sarsfield 1351, del Ing. Rómulo Ayerza, en Barracas, donada por la familia Pereyra Iraola. Posteriormente, el románico francés aparecerá nuevamente con la Basílica del Santísimo Sacramento, de Coulomb y Chauvet, en San Martin 1039, de gran valor patrimonial.
16 Este concepto no ha sido suficientemente comprendido aun hoy por los protestantes, quienes lo consideran cercano a la idolatría. Carlos Bozzoli & Luis Manuel Márquez
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Para el caso del revival neogótico, el primer ejemplo que aparece en Buenos Aires es la Iglesia de la Santa Cruz, de data del año 1894, y es obra del ingeniero inglés E. L. Merry.17 Más tarde, se proyecta y construye la Parroquia de San Agustín, realizada por Luis A. Broggi, situada en Avda. Las Heras 2560. El aporte original de un sacerdote-arquitecto, el Pbro. Ernesto Vespignani, es la muy importante Iglesia de San Carlos Borromeo, complementada con otro aporte menos conocido, la parroquia de Santa María de los Buenos Aires. Vespignani tiene tambien el merito de haber dirigido la obra de Coulomb y Chauvet, en la Basilica del Santísimo Sacramento. Otro aporte originalísimo, dentro del eclecticismo académico dominante hecho por Alejandro Christophersen, es su Parroquia de Santa Rosa de Lima, con un estilo Románico-BiParroquia Madre del Redentor, México 2745, autor desconocido. La adaptación de la tipología de vivienda popular porteña modificando el coronamiento con la alusión a un frontis clásico.
zantino, en Av. Belgrano 2216, del año 1928 y terminada en 1934. Más tarde se llega al periodo donde se construyeron mas templos en Buenos Aires, entre 1930 y 1955, cuando era Arzobispo de Buenos Aires el Cardenal Copello, llegando al record de 66 templos en solamente 25 años. Aquí el principal protagonista fue el Arq. Carlos A. Massa, seleccionado directamente por el Cardenal como su profesional de confianza. Copello tenía preferencias por el Neorrománico, que siendo un estilo de la Edad Media garantizaba, tanto como el Neogótico, una auténtica cristianidad. Consideraba al neorrománico más expresivo de la solidez y permanencia incólume de la Santa Iglesia, frente a los peligros de los años 1930, el socialismo y el comunismo; y prefería el neorrománico en lugar del otro posible, el neogótico, por considerarlo “decadente” y más afín a las culturas del norte de Europa, mientras que el neorrománico afirmaba mejor la identidad latina de Buenos Aires. Sin embargo, en las ultimas obras de Carlos Massa, aún bajo el patrocinio de Copello, se nota la influencia de los arquitectos alemanes católicos enrolados en el movimiento de renovación litúrgica18, y una cierta admisión de la austeridad ornamental y decorativa que seguramente fue impulsada por el Movimiento Moderno. Estos edificios aparecen más despojados, más simples; pero conservan las características compositivas usuales.
17 El neogótico en Buenos Aires aparece por primera vez en la capilla del hoy inexistente cementerio de disidentes, diseñado por Richard Adams en 1833 (citado por De Paula, Alberto S.J., en Documentos para una historia de la arquitectura argentina, Ediciones Summa, Buenos Aires, 1984). 18 Otto Bartning, Dominikus Bôhm, Rudolf Schwarz, Karl Moser, entre otros. 118
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El periodo posterior a 1955 se caracteriza por pocas realizaciones. Parecería que Buenos Aires ya tiene suficientes iglesias, y esto coincide con el hecho de que su población se estanca, aunque el conurbano en cambio crece radicalmente. No obstante, hay algunos indicios de que el Movimiento Moderno está ya influyendo en los pocos edificios religiosos que se proyectan y construyen. Un claro ejemplo de ello es la Parroquia Sagrada Eucaristía, de Plaza Italia, proyectada por el Arq. Federico Ruiz Guiñazú, (1948-1952) de inspiración perretiana19, y otro ejemplo es Santa María de Betania, (1963-1966) ubicada en Medrano 752, del Arq. Federico de Achaval, un alarde de tecnología del hormigón que recuerda los hangares de dirigibles de P. L. Nervi en los años 1930 en Italia. Otro ejemplo que muestra una moderada influencia del Movimiento Moderno es la Parroquia San Tarsicio, ubicada en Demaría 4430.Ya con un lenguaje contemporáneo maduro, se pueden citar la Parroquia Nuestra Sra. de Lourdes, ubicada en Ramón Freire 2490 del barrio de Belgrano, o la Parroquia de San Martín de Porres, del Arq. Jorge Eiras. No obstante, existen ciertos edificios religiosos que no pueden ubicarse en las categorías habituales. Tal es el caso de las viviendas modificadas para funcionar como parroquias, en particular la Parroquia Madre del Redentor, en México 2745, que no es más que una casa adaptada para ser templo. Aquí es evidente la fusión del edificio iglesia con el entorno circundante, mediante el cual solo es posible distinguir lo que es por las inscripciones que tienen en sus fachadas. En general, se trata de modificaciones mas o menos importantes para dotarlas de un salón grande que sirva de lugar de asamblea para la comunidad, pero que siguen teniendo la apariencia de locales de una vivienda común. Aquí toman importancia los objetos litúrgicos, que le dan cierta referencia al observador de que está en un espacio sacro, aunque los limites sean inciertos y poco caracterizados. La reciente inmigración de los países vecinos ha producido algunos templos de fuerte contenido representativo de lo vernacular de un país vecino. En este caso, la Parroquia Nuestra Señora de Caacupé, Osvaldo Cruz 3470, del barrio de Barracas, tiene formas exteriores y pinturas interiores que se refieren a la vida cotidiana de los fieles en su país de origen, Paraguay. Construida con extrema modestia, es obra de idóneos y no de artistas reconocidos; el templo muestra una faceta insospechada de los templos porteños. Finalmente cabe decir que aún en los templos que acusan influencias del Movimiento Moderno, no es posible decir que haya algunos que opten decididamente por el polo de inmanencia, tan reconocible en la nueva arquitectura religiosa de los países del hemisferio norte. Aún en los templos más despojados, la presencia de iconografía y objetos religiosos tradicionales se asocian con lo que uno normalmente encuentra en una iglesia
19 Por la iglesia de Notre Dame Le Raincy, de Auguste Perret, Paris, 1923. Carlos Bozzoli & Luis Manuel Márquez
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tradicional, con lo que es posible decir que la opción inmanencia-trascendencia no es aún significativa en Buenos Aires, por ahora. Lo que predomina es la trascendencia.20
La polaridad Trascendencia / Inmanencia: aportes positivos y negativos Lo positivo de la inmanencia, es que, mediante el Movimiento Moderno, permitió utilizar técnicas modernas, aliadas a la industrialización, un menor costo y un menor tiempo de construcción. La flexibilidad aportada por el hormigón armado, el acero estructural y el vidrio en grandes paños, permitió crear espacios amplios, fluidos, aptos para albergar la comunidad religiosa. Esto favorece una variedad mayor en las posibilidades de acción litúrgica, como variar la posición de los bancos, la ubicación de agrupaciones para fines litúrgicos particulares. La fusión del presbiterio con la nave, produjo la exaltación de la unidad entre clero y fieles, ambos dando alabanzas y gracias a un mismo Dios. La proximidad del altar o mesa del sacrificio con los laicos dan un sentido de comunidad y solidaridad, especialmente en la Eucaristía. El aplicar un minimalismo estético en los objetos litúrgicos, que los hacen pasar a un segundo plano, destaca como punto central el altar o mesa del sacrificio. Los aspectos negativos que se le atribuyen son, en primer lugar, su tendencia a favorecer la no distinción del edificio religioso del secular. Robert Venturi criticó a la arquitectura moderna por la reducción del simbolismo y su enfoque básicamente a-histórico, que no era necesario a su juicio. También lo hizo Ernest Short21, a fines de la década del 1940, indicando que al momento existía una tendencia a evitar las convenciones eclesiásticas en los edificios, como si el respetarlas fuera un obstáculo para lograr un nuevo tipo de espacio sacro, propio del siglo XX. Aunque aprecia los esfuerzos por lograr esto, prosigue Short, debería recordarse que en las edades de la Fe (refiriéndose a la Edad Media), los edificios religiosos siempre fueron bien distinguibles de los seculares. Otros pensadores más conservadores han coincidido con Short, como Schloeder, Stroik y Rose. Su argumento principal es que la virtud de retener al menos un vocabulario básico, histórico, comunitario y simbólico para el exterior y el interior del edificio sacro, reconoce que la fe cristiana ofrece una forma alternativa de existencia a las formas del mundo; que es algo que trasciende al tiempo y que mantiene la conexión entre los creyentes mas allá de limites culturales.
20 Ver la Parroquia de San Martin de Porres, de. Jorge Eiras, y la de San Cayetano, de Rodolfo J.Bebery. 21 Short, E., Post War Church Building. Londres, Halls y Carter, 1947, p. 45 (citado por Torgerson, en An Architecture of Inmanence).
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Steven J. Schloeder concentra su frustración con los establos pintados de blanco de la modernidad. Busca recapturar una conexión con las pautas históricas del diseño de iglesias, para diseñar iglesias que se parezcan a iglesias. También busca enfatizar la procesión del culto, creando una mas pronunciada distinción jerárquica entre el clero y los laicos, reintroducir una iconografía mas tradicional y elevar la significación del sagrario o tabernáculo
Parroquia Nuestra Señora de Caacupé, Barrio de Barracas. Autores anónimos; influencias de la comunidad paraguaya en Buenos Aires. Un caso típico de arquitectura popular, realizada solamente por idóneos.
en el espacio sacro.
Carlos Bozzoli & Luis Manuel Márquez
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Duncan G. Stroik se desempeña actualmente en la Universidad de Notre Dame, Indiana, y en 1998 inicio la publicación de una revista llamada Sacred Architecture que fomenta la restauración de la tradición arquitectónica del catolicismo romano. Especialmente lamenta la libertad concedida que ha permitido erigir templos muy de acuerdo con las tendencias actuales en arte y arquitectura, pero que no prestan atención a la significación de espacios dedicados a la oración privada. Michael S. Rose, por su parte, plantea una filosa crítica al diseño moderno de templos católicos, indicando que ha habido una patente mala interpretación de los documentos del Concilio Vaticano II, y los concentra en la influencia que ha tenido el pensamiento de Edvard Sôvik, arquitecto luterano que ha sido aceptado como consejero aún en ámbitos católicos. A fin de moderar la critica de Rose, es necesario puntualizar que en su libro22 elige especialmente los ejemplos más inmanentes, ignorando otros diseños contemporáneos que han ya incorporado simbolismos mas complejos con referencia históricas, y su exposición también ignora el establecimiento reciente de una tradición moderna. Esta tradición moderna es perceptible también en la arquitectura religiosa argentina, aunque en el caso particular de la ciudad de Buenos Aires haya pocos ejemplos. Mark A. Torgerson, en su libro An Architecture of Inmanence, mantiene una posición intermedia. Valora el aporte del Movimiento Moderno en el diseño de espacios sacros, y valora también el hecho de que quizás el siglo XX sea recordado en la historia por enfatizar el polo de la inmanencia antes que el de la trascendencia, aunque reconoce que ambos son consustanciales a la idea del Dios cristiano. Pero también señala que Jesús es no solamente humano, sino el Rey de los Cielos que reina en la eternidad, creador de todo y juez de suprema instancia de todo. En ese sentido, la tesis doctoral de Aymá Gonzalez también coincide con la posición intermedia de Torgerson, a través de un extenso y profundo análisis de las iglesias diseñadas en el siglo XX, aunque no lo presenta como una oposición entre lo inmanente o lo trascendente En un articulo aparecido en 198223, A. G. Bellucci sostiene que tratar sobre arquitectura religiosa resulta un tema sumamente complejo, dado que por su carácter esa arquitectura participa al mismo tiempo de la naturaleza estética del producto artístico y de la metafísica propia de la experiencia religiosa. En cuanto a la idea de templo, Bellucci dice que en el templo se condensa esa sacralidad en un espacio físico definido, en un lugar especialmente diseñado para la medi-
22 Rose, M.,Ugly as Sin: why they changed our churches from sacred places to meeting places and how we can change them back again , Sophia Institute Press, Manchester, New Haven, USA, 2001. 23 Ver Summa, Octubre de 1982, dedicada a Arquitectura religiosa en la Argentina. 122
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tación trascendente, la oración o el culto comunitario. Es recién el cristianismo el que convierte el templum (edificio) en ecclesia (congregación, asamblea) y lo establece definitivamente como recinto del culto colectivo.24 Es que la arquitectura religiosa cristiana debe expresar, por una parte, la realidad trascendente de lo divino, pero proveyendo los elementos físicos necesarios para la liturgia. La liturgia católica, que ha evolucionado a lo largo del tiempo, ha partido de un espacio esencial, mayestático, estable, acentuando el altar, y luego el púlpito, y ha atravesado etapas mas espectaculares que limitan con lo teatral, con las iglesias barrocas, para volver a una mayor serenidad, desde la restauración neoclásica, hasta el minimalismo de algunas expresiones modernas. La impresión final que queda a los autores luego de haber realizado esta investigación es que queda aún mucho por explorar en lo que respecta al concepto de espacio sacro. En lo que cabe a la arquitectura religiosa de Buenos Aires, todo hace presumir que en el futuro no es probable que se construyan más templos, sino que la tarea estará concentrada en la restauración y renovación o reciclado de los existentes, más que en la creación de nuevos. Con respecto al lenguaje arquitectónico, ya existe una tradición de lo moderno, no perceptible tanto en Buenos Aires sino en la región metropolitana que la rodea y en algunas provincias. Parecería lo que queda es afianzar un lenguaje contemporáneo que provea de una equilibrada concepción del espacio sacro, que tenga en cuenta la doble condición de ser casa de Dios y casa de la Comunidad de fieles. Toda desviación hacia uno u otro extremo conducirá o al extrañamiento del espacio sacro, convirtiéndolo en algo indistinguible del profano, o una mera regresión al pasado que condena a la repetición de los modelos ya consagrados.
Bibliografía Aymá Gonzalez, L., Estética de la Arquitectura Sacra contemporánea. Un enfoque desde la filosofía relacional, UCM, Madrid, 2003. Departamento de Investigaciones Históricas del Arzobispado de Buenos Aires, La Creación de Parroquias en la Iglesia particular de Buenos Aires, parte 3: 1962 a 1998, Arzobispado de Buenos Aires, Buenos Aires, 2004. Kilde, J., Sacred space: an introduction to Christian architecture and worship Oxford University Press, 2002. Lahitou, L., La Creación de Parroquias en la Iglesia particular de Buenos Aires parte 2: 1923 a 1962, Arzobispado de Buenos Aires; Buenos Aires, 2004
24 Ibidem nota 22. Carlos Bozzoli & Luis Manuel Márquez
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Rose, M., Ugly as Sin: Why They Changed Our Churches from Sacred Places to Meeting Spaces, - and How We Can Change Them Back Again, Sophia Institute Press, 2001. Salvia, E., La Creaci贸n de Parroquias en la Iglesia particular de Buenos Aires, parte 1: desde la Colonia hasta 1923, Arzobispado de Buenos Aires; Buenos Aires, 2003 Seasoltz, K., Sense of the Sacred: Theological Foundations of Christian Architecture and Art, Editorial Continuum, USA, 2005. Torgerson, M. An Architecture of Immanence: Architecture for worship and ministry today, Eerdsman Publishing Company, Grand Rapids, Michigan / Cambridge, UK, 2007.
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Catálogo bioclimático de arquitectura vernácula Aportes al proyecto del hábitat popular
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Lo Vernáculo y lo Bioclimático
Profesora Titular de Ambiente y Arquitec-
En el marco de la actual crisis de sustentabilidad surge la necesidad de controlar y optimi-
tura en FA UAI y titular del proyecto de in-
zar el consumo de recursos disponibles, tanto energéticos como materiales, en el hábitat
vestigación Arquitectura vernácula y pautas
construido, evitando además la generación de residuos innecesarios a lo largo de todo el
de sustentabilidad para la vivienda social
ciclo de vida de los edificios. Por otra parte, teniendo en cuenta que el hábitat popular
(2009-2012). Han colaborado en el equipo la
está destinado a un usuario con escasas posibilidades de mantenimiento y acondicionamiento de los espacios que habita, esto exige gran responsabilidad de los proyectistas en la definición de proyectos que integren criterios de eficiencia tanto en el uso de la energía como en el aprovechamiento de materiales disponibles localmente. En el caso de la vivienda popular, se plantea el desafío de establecer criterios de diseño que contemplen la necesidad básica del usuario de acceder a una vivienda ambiental y energéticamente eficiente para las condiciones climáticas específicas de los entornos urbanos o periurbanos donde se localizan. En este sentido se considera que, en contextos fuertemente caracterizados por el entorno,
docente Carla Serafíni y la asistente-alumna Daniela Segad Scarpatti.
los testimonios vernaculares son referentes ineludibles al momento de tomar decisiones proyectuales para la vivienda, sobre todo en lo referente a la definición de envolventes eficientes tanto de espacios interiores como exteriores. Sin embargo, a pesar de tener la intuición de que el entorno nos da las pautas para el desarrollo de proyectos más sustentables, la interpretación de ese entorno muchas veces está teñida de folklorismos o alusiones formales a testimonios históricos, sin demasiado fundamento científico que le de crédito ambiental a las decisiones de diseño. Por otra parte, a esta altura de los tiempos, los principios de construcción sustentable planteados por la Agenda XXI para el Hábitat Construido (CIB, 2000) son adoptados por los métodos
Ana M. Compagnoni
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de certificación edilicia en diferentes países del mundo, incorporando al diseño bioclimático como indicador necesario para acceder a una mejor performance edilicia. Surge entonces el cuestionamiento de si todo lo producido por las culturas vernáculas es transferible a los nuevos proyectos y si es bioclimáticamente verificable, por lo que se consideró válido indagar en los criterios aportados por la arquitectura vernácula, en especial la vivienda en su relación con el entorno, para integrarlos en proyectos actuales con criterios de sustentabilidad y específicamente de diseño bioambiental. Este enfoque permitiría promover el rescate de valores culturales regionales fundamentados en criterios de diseño verificables desde una metodología establecida y probada. Para darle un encuadre conceptual y poder hacer confrontaciones posteriores, surge la necesidad de aclarar qué se entiende por términos como vernáculo y bioclimático. Según la perspectiva de trabajo, orientada a lograr evidencias en diferentes zonas bioclimáticas del país, se toma como definición de arquitectura vernácula a …aquellos sistemas constructivos resultado de sus recursos disponibles y que utiliza tecnologías producto del conocimiento colectivo tanto en su concepción como en su modo de ejecutarla… y cuyas propuestas ...identifican al grupo que las produce… (ICOMOS, 1992) complementando con la idea de que …el Patrimonio Tradicional o Vernáculo construido es la expresión fundamental de la identidad de una comunidad… que además …constituye el modo natural en que las comunidades han producido su propio hábitat. Forma parte de un proceso continuo, que incluye cambios necesarios y una continua adaptación como respuesta a los requerimientos sociales y ambientales… (ICOMOS, 1999).También se tiene en cuenta que las viviendas son “la construcción vernácula mas típica… y entre sus características principales se destacan […] trabajar con el lugar de emplazamiento, y con el micro-clima; respeto hacia las demás personas y sus casas y, en consecuencia, hacia el ambiente total, natural o fabricado por el hombre” (Rapoport, 1972). En cuanto al diseño bioclimático, Evans y de Schiller lo definen como aquel que …tiene por objetivo la optimización de las condiciones de confort en los edificios y en espacios exteriores a través del diseño. Este proceso de optimización involucra tres niveles de trabajo o sistemas en equilibrio: el medio, el hombre y el hábitat. Hacen referencia a las virtudes de las viviendas vernáculas como ejemplos de adaptación al clima con recursos de diseño que modifican el clima natural exterior para mejorar las condiciones de confort, destacando sin embargo que las mismas responden a condiciones históricas específicas que difieren de las que rigen en la actualidad. También refieren a la forma en que las viviendas vernáculas responden al clima en todas las escalas, desde el emplazamiento, la forma y organización de la planta, hasta los detalles constructivos y el uso de materiales. (Evans y de Schiller, 1991)
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Catálogo bioclimático de arquitectura vernácula
Las normas, el estado y la investigación En otra esfera de interés, el avance en estos conocimientos considera además la potencialidad de transferir estos lineamientos hacia normativas locales, promoviendo desarrollos habitacionales con criterios de eco-diseño en sus diferentes escalas de abordaje. Esta posible derivación del conocimiento, se fundamenta en algunos trabajos realizados anteriormente en los que se ha demostrado que el marco regulatorio medioambiental presenta grandes carencias y variedad de áreas vacantes que permiten abrir nuevos campos de investigación. Se destacó también la obsolescencia de las normas establecidas en los códigos, que no contemplan requerimientos de calidad de vida y habitabilidad en relación al contexto ambiental que reglamentan, resultando generalmente en la producción de un espacio público y privado residual por sus condiciones de disconfort. (Compagnoni y de Schiller, 2000). Se detectaron además, algunas áreas vacantes en normativa ambiental de exigencia obligatoria que se relacionan con aspectos constructivos en viviendas de interés social, y su adecuado uso para cada región bioambiental del país. Además, es importante mencionar que, aunque las Normas IRAM de habitabilidad para vivienda tienen décadas de evolución, algunos relevamientos realizados en conjuntos habitacionales de gran escala, han demostrado que en la práctica muchos proyectos de vivienda de interés social, fueron construidos ignorando los respectivos Certificados de Aptitud Técnica (CAT) que avalaban el cumplimiento de la norma exigida. (Compagnoni, 2001; Compagnoni, de Schiller y Evans 2003). Esto da pié a reflexionar sobre la necesidad de mayor control en obras de proyectos destinados al hábitat residencial, así como la capacitación de técnicos que tienen a cargo la verificación del cumplimiento de la normativa. En este sentido, la reciente reglamentación de la ley 13059 de la provincia de Buenos Aires, cuyo objetivo es “establecer las condiciones de acondicionamiento térmico exigibles en la construcción de los edificios, para contribuir a una mejor calidad de vida de la población y a la disminución del impacto ambiental a través del uso racional de la energía.” presenta un gran desafío para arquitectos, asociaciones profesionales y dependencias municipales en términos de capacitación y actualización de procedimientos administrativos para poner en marcha las gestiones necesarias que aseguren el cumplimiento de la normativa exigida y otorgar condiciones mínimas de eficiencia en la envolvente de los edificios. Sin embargo, esta iniciativa recientemente reglamentada aún no ha sido adoptada por la totalidad del territorio, lo cual pone en desventaja competitiva a los profesionales de la provincia de Buenos Aires. Esto merece una reflexión conexa en cuanto a que, si el ambiente no responde a delimitaciones políticas sino a comportamientos ecosistémicos, la normativa para construcción sustentable en el ámbito nacional deberían responder a criterios bioclimáticos contemplados en las Normas IRAM. Ana M. Compagnoni
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Complementariamente, en los últimos años se han hecho avances en investigación sobre criterios bioclimáticos y eficiencia energética aplicados al diseño de la vivienda popular, donde por lo general el acento estuvo puesto en la eficiencia térmica de la envolvente, pero con poca consideración de aspectos morfológicos de unidad y conjunto, limitándose a resolver un prototipo que luego termina siendo multiplicado indefinidamente en el territorio, especialmente cuando se trata de mega desarrollos de planes de vivienda promovidos por el estado. Sin embargo, investigaciones realizadas en el ámbito del CIHE- FADU- UBA han demostrado que en el caso de la vivienda colectiva, tanto el comportamiento térmico como la eficiencia energética se ven influenciados no sólo por el sistema constructivo y su adecuación a la norma, sino que adquieren relevancia aspectos morfológicos de diseño: tipología edilicia, orientación y ubicación de cada unidad dentro del conjunto. (Compagnoni, de Schiller y Evans 2003; Compagnoni y Evans 2005). Estas apreciaciones derivan en la necesidad de establecer pautas que regulen el accionar proyectual, desde la escala regional (características de una región bioambiental), hasta la escala municipal, (particularidades del entorno inmediato a escala edilicia y microurbana), a fin de optimizar este tipo de propuestas edilicias y su interacción con el ambiente. En relación a esto, cobra especial interés la definición de normas que incorporen dichas pautas en la planificación y desarrollo de planes de viviendas de diferente escala, tanto en el marco de políticas públicas como en desarrollos cooperativos de autoconstrucción. Algunos antecedentes latinoamericanos resultan de interés por sus investigaciones focalizadas en la evaluación del confort y comportamiento térmico en viviendas de interés social con base a técnicas bioclimáticas de la arquitectura vernácula de México (Carrasco y Morillon, 2005); así como sobre estudios específicos de desempeño bioclimático del patio de las casas tradicionales de Guadalajara (Varela Ferrer; Gomez Amador; Alcántara Lomelí y Galindo Estrada, 2005) y otros, que demuestran la mayor adecuación de la vivienda vernácula al clima local en comparación a viviendas de interés social de construcción actual, debido al uso de tipologías y tecnologías coherentes con estrategias bioambientales para esa localización. A pesar de la variedad de estudios en diferentes escalas que muestran la estrecha relación entre el microclima local y el desempeño de las viviendas, hasta la actualidad la inercia y resistencia de los organismos públicos encargados del desarrollo de proyectos de gran escala, hizo prevalecer el criterio de repetición indiscriminada de prototipos indiferenciados en todas las latitudes, altitudes y longitudes del país. Los argumentos de índole económica, no consideran en el balance costo-beneficio, los gastos por mantenimiento durante el ciclo de vida que el estado tiene que desembolsar por deterioro del parque edilicio, derivado en un deficiente desempeño en diferentes climas ni la incapacidad de sus ocupantes para solventarlos. 128
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Con evidencias suficientemente comprobadas del despilfarro de recursos y la falta de apropiación por parte del usuario que estas mega-propuestas han generado, algunas regiones del país han comenzado un proceso de revisión de sus formas de encarar el problema de la vivienda social. En este sentido, algunos Institutos de la Vivienda del interior del país tienen por objetivo agiornar sus equipos de diseño para el desarrollo de este tipo de proyectos. Ejemplo de esta nueva tendencia es el Instituto de la Vivienda de Chubut que cuenta ya con una trayectoria en el desarrollo de viviendas rurales bioclimáticas, con fuerte apropiación por los usuarios debido al sistema de participación que incluyen estas prácticas, haciendo más sustentable tanto los resultados como los procesos de construcción del hábitat. Estas acciones, aunque puntuales, merecen ser destacadas ya que implican un cambio en la mentalidad de las autoridades políticas que, reconociendo la insustentabilidad de las prácticas desarrolladas durante décadas en el ámbito público, apuestan a la capacitación de sus equipos técnicos para mejorar no solo los prototipos de vivienda sino una forma de proyectar la arquitectura para el hábitat popular, devolviéndole al usuario la dignidad del acceso a una vivienda sustentable en el tiempo, donde las futuras generaciones puedan seguir reconociendo su identidad con el lugar.
El planteo del Problema En el marco de Ambiente y Arquitectura, asignatura obligatoria de la carrera de Arquitectura de la UAI, y teniendo en cuenta la etapa académica que transitan los alumnos, con reciente iniciación en la práctica proyectual de conjuntos habitacionales de pequeña escala, se decidió aportar nuevos conocimientos hacia la promoción de viviendas con fuerte arraigo local. En esta línea de pensamiento, se planteó el cuestionamiento sobre ¿Cuáles son los patrones tipológicos y constructivos de origen vernáculo en las diferentes regiones del país, que podrían ser integrados en el diseño y producción sustentable de viviendas para el hábitat popular? Este interrogante fue argumento para la búsqueda de evidencias, resultando orientador de todo el proceso de indagación realizado a lo largo de los últimos años en el marco de la propuesta de investigación de cátedra, que buscó rescatar valores culturales, potenciando el rol de la vivienda como hábitat privilegiado de integración con el medio. Otro aspecto motivador de la propuesta de trabajo fue la creciente demanda de vivienda en las áreas metropolitanas del país, donde el avance de la ciudad sobre el territorio productivo se hace insostenible. Ante este panorama, algunos autores sostienen que el desafío no es la producción masiva, dando solo respuesta cuantitativa al problema, sino buscar mecanismos de inserción de pequeños agrupamientos en contextos urbanos semiconsolidados, trabajando sobre la ciudad existente y evitando la construcción de conjuntos Ana M. Compagnoni
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habitacionales de gran escala con unidades de viviendas mínimas. Estos, en definitiva reinstalan el tema de la ciudad dormitorio y el debate sobre el peligro de reproducir ghetos de pobreza, promoviendo la marginalidad y la exclusión social. Una evidencia del fracaso de estos proyectos es que con las primeras entregas pudo observarse que los adquirentes inmediatamente las venden, sin mencionar los problemas que muchos tienen para obtener su título de propiedad en estos mega-proyectos, por no prever la subdivisión de dominios en esos vastos territorios que, al decir de Evans y de Schiller (1995) terminan siendo espacio de todos – tierra de nadie. En este punto vale la pena citar a Iglesia (2010) cuando menciona que habitar supone hacer habitable un espacio, destacando algunos conceptos significativos como la idea de espacio vivido donde está implicada la noción de entorno, este concepto acentúa la relación del hombre con su hábitat, considerándola como flujo de experiencias implicadas unas con otras en el tiempo y en el espacio. Añade además que …el espacio para habitar no puede ser el lugar de nada o el lugar de nadie. Es una extensión donde algo tiene o puede tener lugar. Idea que termina de definir algunos aspectos sobre los cuales interesa indagar, especialmente cuando se pretende abordar el tema del conjunto o formas de agrupamiento posible que hagan más equilibrada la relación entre el interior (espacio construido) y el exterior (ambiente) que, en el contexto nacional presenta fisonomías de gran variedad con condicionantes muy específicos y a los cuales la arquitectura vernácula ha ido adaptándose a lo largo del tiempo. En este sentido, aplicar estrategias bioclimáticas en la producción del hábitat residencial, además de significar reducciones importantes en la demanda de energía, a escala nacional; local y del edificio, con los consecuentes beneficios a sus ocupantes y al ambiente, implican la integración de espacios de uso social propio y comunitario que promueven el desarrollo e integración social de las comunidades a sus entornos urbanos o periurbanos. Además, el desarrollo de tipologías adaptadas al clima genera microclimas que favorecen las actividades recreativas y productivas al aire libre promoviendo también el desarrollo local. En contraste con estos conceptos, los entornos metropolitanos reflejan una evidente sobrevaloración de la alta tecnología para resolver problemas del habitar, con fuertes impactos al ambiente y en desmedro de los valores culturales y tecnológicos apropiados por las diferentes culturas y regiones de nuestro país. Esto termina de orientar la reflexión y centra el eje de la investigación en la identificación de recursos de la arquitectura vernácula coherentes con criterios de diseño bioclimático para la promoción de un hábitat social más sustentable. Se partió entonces del supuesto de que la aplicación de tipologías edilicias y sistemas constructivos de origen local al desarrollo de conjuntos habitacionales, disminuye el impacto ambiental por consumo de recursos y promueve desarrollos locales más sustentables. 130
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En línea directa con estos fundamentos, se busca promover la aplicación de normas que rescaten el uso de materiales; tecnologías y tipologías adecuadas al clima de cada lugar, a fin de disminuir la demanda de energía y recursos no renovables, para lograr confort en viviendas y minimizar su consecuente impacto sobre el ambiente.
Hacia una catalogación bioclimática de la vivienda vernácula En virtud de lo mencionado, se consideró oportuno aprovechar el ámbito académico para desarrollar investigaciones de tipo proyectual orientadas a incorporar metodologías de diseño fundadas en la aplicación de criterios verificables de relación con el entorno. Desde esta perspectiva y en el marco de la asignatura Ambiente y Arquitectura, resultó de especial interés identificar el aporte que ofrece la producción vernácula desde la óptica bioambiental, para generar pautas de diseño del hábitat que incorporen rasgos culturales propios de cada comunidad en contextos actualizados, promoviendo la apropiación de la vivienda por el usuario. Considerando que la eficacia en la aplicación de criterios de diseño bioambiental está condicionada por su ajuste a la escala de proyecto, dependiendo además del tema de arquitectura en cuestión, resultó de gran utilidad abordar el tema de la vivienda social abarcando tres escalas básicas de intervención en el proceso proyectual: el conjunto, la unidad y el sistema constructivo. Asimismo, el trabajo realizado permitió corroborar que en investigaciones con enfoque marcadamente proyectual, resulta de gran utilidad la selección de variables que en cada escala permitan confrontaciones futuras entre los casos de estudio (testimonios vernáculos recopilados) y posibles alternativas que surjan de procesos de diseño bioclimático. En este sentido el trabajo se concentró en la identificación de rasgos invariantes que caracterizaban las diferentes escalas. El trabajo de investigación en el marco de la asignatura incluyó tres etapas diferenciadas: Relevamiento; Análisis y Desarrollo Propositivo, de las cuales la instancia analítica, objeto de esta presentación, concentra el mayor interés del trabajo teniendo por objetivo conocer los patrones tipológicos y constructivos de la arquitectura vernácula que se corresponden con criterios de diseño bioambiental y cuyos resultados han sido insumos para futuros desarrollos. A fin de conocer los recursos ambientales, materiales y energéticos de origen local para la producción de viviendas, la caracterización del entorno es el paso inicial en este proceso. En la búsqueda de información tienen especial relevancia factores climáticos; factores geográficos con sus características topográficas e hidrográficas; disponibilidad de recursos naturales y energéticos, así como factores socio-culturales de producción del hábitat y testimonios de arquitectura vernácula característica de la zona (Ilustración 1). Ana M. Compagnoni
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Ilustración 1
Todos estos, permiten identificar aspectos favorables y efectos adversos del contexto para el diseño de formas de agrupamiento para la vivienda, así como prever innovaciones en el desarrollo de tipologías que, tomando como referencia los espacios significativos de la vivienda vernácula, propongan soluciones alternativas que integren saberes ancestrales adaptados a nuevos contextos socioculturales. La selección de zonas, con el criterio de trabajar con localizaciones de rasgos microclimáticos diferenciados, trató de abarcar equilibradamente las diferentes regiones bioclimáticas del país. Este tipo de relevamiento depende en gran parte del acceso a datos meteorológicos, así como de la disponibilidad de testimonios vernaculares. El trabajo se concentró predominantemente en las regiones del NEA y Patagonia combinadas en forma alternada con las del NOA y Cuyo, trabajando en diferentes localizaciones dentro de cada zona. Estas grandes regiones, no implican estrategias bioclimáticos uniformes a lo largo y ancho de su extensión, lo cual queda en evidencia al observar el mapa bioclimático del país (Ilustración 2). Sin embargo, a los fines de sintetizar la información resultó práctico hacer
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una primer clasificación regional, para luego incorporar dentro de ella las diferentes zonas
Ilustración 2
bioambientales relevadas. La interpretación de condiciones ambientales del entorno se complementa con la identificación de estrategias bioambientales para optimizar condiciones de confort en espacios interiores y exteriores, que implican además la elaboración de pautas específicas para cada escala de diseño a fin de orientar el desarrollo de soluciones alternativas para cada zona (Ilustración 2). Los casos de estudio seleccionados respondieron a la idea de tomar la vivienda vernácula como construcción tradicional más típica, producto de la evolución de sucesivas culturas en un entorno dado y que además se caracterice por el uso de tecnologías locales. Con este criterio, fueron incorporados tanto ejemplos de culturas originarias como productos de la integración de culturas inmigrantes características de cada región. Sobre los mismos, se analizaron formas de agrupamiento, tipologías edilicias y sistemas construc-
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tivos empleados por la arquitectura vernácula local, a fin de detectar criterios adoptados con base bioclimática. Ante la repetición de casos entre las sucesivas comisiones de alumnos y a fin de aumentar la diversidad de ejemplos, se recomendó además la búsqueda de información complementaria en latitudes y condiciones ambientales semejantes a las zonas de estudio, así como de arquitectura contemporánea con recursos locales. Aunque esta información no fue volcada al catálogo por exceder los objetivos del trabajo, desde el punto de vista pedagógico representó un complemento interesante de aportes para la etapa propositiva. En la escala edilicia, fue posible identificar: tipologías de vivienda; jerarquización y distribución funcional; respuestas espontáneas al clima; uso de espacios exteriores y de transición. En cuanto a la adecuación del sistema constructivo al entorno, las variables de interés son: Características de los materiales; Tecnología empleada; Tipos de CerraIlustración 3
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miento; Tipo y Proporciones de aventanamientos. El análisis del material en base al uso
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de ideogramas permitió un acercamiento y especificidad mayor en el conocimiento del caso, a la vez que sirvió de entrenamiento para los alumnos en la comunicación de ideas a través de imágenes conceptuales que en la etapa propositiva usarían como recurso para el planteo de alternativas (Ilustración 3). En virtud del volumen de información recopilada y la cantidad de zonas relevadas durante los períodos 2006-2009 y 2010–2011 fue necesario confeccionar una planilla para incorporar la información relevante en relación a las variables de análisis establecidas para el trabajo. A los fines pedagógicos y con el objetivo de desarrollar un documento de consulta útil para el proyectista y a la vez abierto a la incorporación de nuevos casos de estudio, surgió la idea de armar un catálogo de casos que refleje todo el proceso de análisis con instancias de síntesis sobre los aspectos bioclimáticos evidenciados en los ejemplos estudiados. En base a una planilla Excel, se diseñó un fichado por regiones, donde se agruparon las localidades sobre las cuales se trabajó. A su vez, se seccionó cada región en hojas, diferenciadas por escala de análisis, lo cual permite ver en formato digital la información o bien editarlo en formato impreso (Ilustración 4). Esto permite tener un registro digital y/o impreso a modo de catálogo abierto que podría estar disponible para su consulta en
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Ilustración 4
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bibliotecas, así como transformarse en una herramienta interactiva entre los alumnos para la búsqueda e incorporación de información. A modo conclusivo, fue importante implementar un sistema que facilitara la síntesis y reflexión sobre los temas abordados. Por tal motivo, se armó un cuadro por región que, en base a las estrategias bioclimáticas recomendables para cada zona, identifica aspectos considerados o no en los casos vernaculares analizados. Estos cuadros síntesis complementan el mismo catálogo a modo de cierre por región, pudiendo incorporarse en el futuro con otros de mayor especificidad por zonas bioclimáticas dentro de cada región (Ilustración 5). Adicionalmente, aun no siendo objeto de esta presentación, es importante destacar que en investigaciones de cátedra con orientación proyectual, toma especial relevancia la transferencia que el alumno hace de los conocimientos adquiridos en la indagación hacia su actividad de taller. Por tanto es interesante observar los resultados de la etapa propositiva donde en algunos casos el planteo de alternativas integra aspectos vernaculaIlustración 5
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res reelaborados en la propuesta de soluciones espaciales innovadoras (Ilustración 6). Esto
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habilita además etapas futuras donde esas alternativas propuestas en las diferentes esca-
Ilustración 6
las, se traduzcan en lineamientos y recomendaciones de diseño para conjuntos habitacionales de escala controlada adaptados al ambiente, con potencialidad de ser incorporados en la normativa local.
Algunas conclusiones Puede verificarse que tanto tecnología, tipología edilicia como formas de agrupamiento fueron evolucionando a partir de pautas introducidas sobre las culturas originarias, produciendo una mayor complejidad en las relaciones funcionales en diferentes escalas.
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Aparentemente, la afinidad entre las condiciones ambientales de los lugares de origen de las culturas introducidas con las condiciones ambientales de los territorios ocupados, han logrado una mayor integración y equilibrio con el entorno natural. Sin embargo, algunos factores impuestos por las formas de colonización que caracterizó nuestro territorio generan inconsistencias desde el punto de vista ambiental. En este sentido la cuadrícula, que en su afán por ocupar el territorio homogeniza planicie y declives, desierto y monte, ha provocado quizás uno de los mayores impactos al ambiente en términos de adaptación al terreno y sus condiciones de topografía, hidrografía etc. Muestra de ello es la propia ciudad de Buenos Aires, donde tanto relieve como cursos de agua han sucumbido bajo la impronta de la cuadrícula urbana, ignorando los efectos ambientales que estos factores geográficos podrían haber aportado integrados al paisaje de la ciudad. Retomando el hilo de este trabajo, importan estas argumentaciones a los fines de comprender que, exceptuando la vivienda rural aislada, todo testimonio de arquitectura vernácula a partir de la colonización española ha sido teñido por estas formas de ocupación formal del territorio, caracterizada por el loteo sobre la manzana tradicional. En este juego de interacción entre lo originario y lo incorporado, un factor que parece determinante es el grado de sedentarismo-nomadismo de la cultura originaria que condicionó la influencia de culturas inmigrantes sobre culturas locales, reflejando el grado de integración tanto de tecnologías como de tipologías edilicias. En este sentido, podría decirse que los pueblos del NOA, con fuerte influencia de culturas incaicas, manifiestan en la vivienda un predominio de lo originario, mientras que los patagónicos han absorbido con mayor facilidad las influencias de los inmigrantes europeos.
Sobre cuestiones de Implantación Ilustración 7
En el universo de las zonas investigadas se ponen en evidencia formas de agrupamiento espontánea entre unidades de vivienda, que no responden estrictamente a criterios bioclimáticos. Para ejemplificar este concepto sirve de referencia la vivienda galesa, utilizada en enclaves donde la rigurosidad del clima exigiría desde la óptica bioclimática agrupamientos compactos y sin embargo, solo se establecen niveles de proximidad semi-disperso entre la vivienda y dependencias funcionales anexas, relacionadas con la actividad productiva familiar (Ilustración 7). Tanto en la región del NOA como en la de CUYO, la multiplicidad de microclimas debido a las diferencias de altitud, presenta mayor variedad tipológica en las formas de agrupamiento que van desde la casa patio, típica de la zona de la quebrada de Humahuaca, con tendencia a la conformación de un tejido abigarrado y compacto, con gran
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inercia de conjunto, hasta la dispersión de la casa Tafí en Tucumán, en respuesta a las condiciones menos rigurosas del valle y las actividades productivas del lugar. En estas regiones la influencia de las comunidades aborígenes en combinación con el aporte de la cultura hispana y su riguroso trazado en las áreas urbanas ha complementado el espectro de variantes para la diversidad microclimática (Ilustración 8). En los casos de la región del NEA, las culturas originarias plantean la vivienda como un hecho aislado o integrando conjuntos dispersos en el territorio, lo cual tiene coherencia con los requerimientos de ventilación necesarios para zonas templadas o cálidas, con fuerte incidencia de la humedad relativa (Ilustración 9). Sin embargo, la influencia colonizadora y el avance de las prácticas agrícolas de monocultivo a gran escala, incorporan la tipología de estancia, formando los agrupamientos típicos de entornos rurales de la región central de nuestro país.
Sobre aspectos tipológicos Los diferentes casos analizados han permitido identificar tipologías características con algunas variantes dentro de cada región, que sirven de referentes e inspiración a la hora de proponer alternativas actualizadas en las formas de habitar la vivienda con ajuste a cada microclima y contexto social. Como respuestas coherentes a condiciones ambientales diversas dentro del territorio, se destacan la vivienda patio en PB, para entornos fríos y secos de altura con marcada amplitud térmica; la vivienda aislada, separada del suelo con galería perimetral adosada, para las condiciones de climas húmedos y la vivienda aislada y de volumen compacto, con pequeños aventanamientos y accesos protegidos o espacios vidriados adosados, característica de los climas fríos patagónicos (Ilustración 10). Entre estas tres tipologías existen variaciones de las mismas que incluyen a la vivienda típica del campo argentino con grandes patios y galerías que lo circundan o las viviendas en “L”, con su versión urbana en la casa chorizo. Pero, teniendo en cuenta la contundencia de los tres tipos mencionados al principio, es allí donde se evidencia la respuesta a climas bien diferenciados y donde se ponen de manifiesto contundentes formas de transición entre interior y exterior, generando microclimas que posibilitan el habitar tanto en espacios interio-
Ilustración 8
res como exteriores. Tratándose de viviendas para el hábitat popular, en general limitadas en superficie interior y muchas veces destinadas a un habitante cuyo sustento depende de un oficio, el tratamiento de los espacios de transición adquiere especial relevancia tanto como complemento de los usos de la vivienda, como en el desempeño de la envolvente del conjunto. La transición interior-exterior incluye tanto espacios propios de la vivienda como comunes Ana M. Compagnoni
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del conjunto y también los espacios de circulación y accesos en relación a los entornos urbanos. Esta consideración ha derivado en la inquietud respecto del aporte que estas formas de transición pueden hacer al confort de la vivienda en climas extremos del país.
Sobre tecnologías constructivas En el contexto de nuestro país, con regiones que abarcan condiciones microclimáticas tan disímiles, se pone en evidencia que el uso generalizado de la tecnología de adobe no responde específicamente al clima sino a los materiales disponibles en el lugar, presentándose como recurso de construcción a lo largo y ancho del territorio (Ilustración 11). Esta tecnología, aunque con variaciones en la composición del mismo, que responden siempre a recursos del contexto inmediato, permite una cierta adaptación a las condiciones de climas diferentes. Presenta además, características versátiles y con grandes potencialidades Ilustración 9
para resolver cerramientos que requieren inercia térmica, así como para combinarse con sistemas estructurales que resuelvan el problema sísmico característico de la zonas cordilleranas. Se destaca también el uso de la piedra como material de gran inercia térmica y con alto potencial para la acumulación de energía en zonas de gran amplitud térmica como es característico de la región del NOA. En esta escala, se destaca como aporte diferenciado el uso del material vegetal en las zonas del NEA como forma de cerramiento liviano, compatible con las características de la región y la disponibilidad del recurso (Ilustración 12). También el uso de estructuras madereras para cerramientos verticales y cubiertas con material vegetal, siempre que el uso de este recurso no implique el desmonte indiscriminado. Las cubiertas verdes, en actual auge, fueron incorporadas ya por la arquitectura vernácula en diferentes zonas del país y representan un aporte tanto por sus condiciones aislantes como por su inercia térmica,
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según la composición del sustrato. Por lo que puede ser una solución tanto para condicio-
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nes cálidas como frías. Otro material incorporado y asimilado por la arquitectura vernácula es la chapa acanalada que, adaptando su componente aislante según la zona, puede responder al requerimiento, predominante en todas las latitudes, de aislación para cubiertas. Su uso sustentable, sólo estaría condicionado a la disponibilidad local del material (Ilustración 13). Así también algunos aportes a la captación de ganancia solar para climas extremos lo constituyen las ventanas salientes a modo de bow-window característico de las zonas más australes de nuestro país. Asimismo y teniendo en claro que el objetivo final es la producción sustentable de viviendas en contextos históricos actuales, resulta de gran interés la investigación complementaria realizada sobre la disponibilidad de residuos de la producción local, transferibles a la producción de viviendas. En el actual contexto
Ilustraciones 11 (arriba) y 11b (abajo)
de grandes niveles de consumo urbano con la consiguiente generación de residuos, el estudio de la potencialidad de los mismos para la producción de componentes constructivos para la vivienda es de especial relevancia y logró captar el interés de los alumnos como aporte de recursos disponibles que, aunque no naturales, son de origen local y su reutilización es coherente con criterios de construcción sustentable, especialmente si además significan aportes en términos de eficiencia energética. Por otra parte, la investigación conjunta sobre arquitectura vernácula y recursos locales disponibles para la construcción de viviendas, permitió indagar en las posibilidades que ofrecen materiales y tecnologías locales en la definición de sistemas que exceden la escala de lo constructivo para convertirse en generadores de espacios de diferente escala (Ilustraciones 14 a 18).
Sobre el trabajo realizado Los avances realizados han permitido verificar en algunas escalas la compatibilidad entre pautas bioclimáticas de diseño y criterios de desarrollo de la vivienda vernácula, que inducen al aprovechamiento de estos recursos para el mejoramiento de las condiciones de la vivienda económica, especialmente en la escala constructiva. Sin embargo, quedan también en evidencia algunas incompatibilidades que se manifiestan más específicamente en la escala de conjunto, donde aun no es Ana M. Compagnoni
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posible establecer una correlación vernáculabioclimática en una proporción de casos considerable. Se considera que la metodología empleada y su forma de registro, representa un aporte pedagógico para los alumnos de la carrera y eventualmente para su difusión a través de los medios que dispone la universidad. De los resultados obtenidos se destacan algunas alternativas propuestas por los alumnos, donde se pone de manifiesto la aplicación de algunos conceptos extraídos de la arquitectura vernácula, aplicables en algunas de las escalas de diseño. En la mayoría de las
Ilustraciones 12 (arriba),13 y 13b (abajo)
propuestas, estos criterios no se verifican en todas las escalas y en gran parte la inclusión de los mismos se limita al uso de materiales y tecnología local como conservación de la tradición constructiva. Sin embargo, se han planteado algunos avances innovadores que integran el uso de tecnología local como generadora de una tipología de unidad o conjunto, lo cual representa un mayor nivel de transferencia e integración de los conocimientos a la práctica proyectual específica.
Algunas reflexiones finales En la práctica cotidiana de taller, cuando el alumno tiene que transferir los conocimientos adquiridos en estos procesos indagatorios a nuevas propuestas habitacionales, se plantea la dificultad en la definición de las diferentes instancias de transición espacial en propuestas alternativas de conjuntos. Existe una tendencia al diseño de la unidad para luego proponer formas de adosamiento entre unidades, lo cual difiere conceptualmente de la idea de conjunto, donde el sistema integrado debería ser más que la simple sumatoria de partes. En este sentido, el procedimiento genera habitualmente dificultades en resolver los intersticios entre las partes, por desconocer las interrelaciones que se establecen en esas interfaces entre el adentro (hábitat construido) y el afuera (entorno). Esta reflexión sobre las formas habituales de concebir un tipo de agrupamiento específico, nos lleva a la pregunta ¿Qué es la transición? En términos ecológicos se podría establecer una analogía con los ecotonos o interfaces entre ecosistemas y en este sentido comprender que no se trata de un espacio de tránsito, como parece inducir el término, sino 142
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de espacios para habitar de una manera diferente del adentro o del afuera. Esto le otorga el carácter de indefinición o indeterminación que caracteriza a este tipo de espacios y que los hace tan complejos e inaprensibles conceptualmente, donde intervienen múltiples variables produciendo redes de interacciones entre ámbitos como el adentro y el afuera. Surge entonces otra pregunta: ¿Cómo conceptualizar la transición en las diferentes latitudes de nuestro país para producir conjuntos habitacionales más sustentables? Ante este interrogante y bajo el paradigma de la sustentabilidad, surge como posible derivación del trabajo realizado, la profundización en el análisis y desarrollo de formas de transición en diferentes escalas para zonas específicas del país. En este punto, surge la idea de “sucesión de transiciones” al modo de las capas de una cebolla. Haciendo referencia a las tres escalas analizadas, se puede sintetizar que la envolvente o piel de la unidad es la primer
Ilustraciones 13b (arriba) y 14(abajo)
transición interior-exterior a la que le suceden los espacios anexos como galerías; luego los espacios exteriores propios; los espacios comunes; los límites entre el conjunto y el espacio urbano etc. La cantidad de capas de cebolla dependerá de la escala de conjunto que se trate, pero la performance de las mismas debería estar en consonancia con ese complejo sistema de interrelaciones entre las diferentes variables que inciden en su definición espacial y material. En la búsqueda de promover una arquitectura capaz de reaccionar ante los estímulos de materia, energía e información que recibe del lugar en el que se emplaza y teniendo en cuenta la incidencia de la variable tiempo como modificadora de esas interacciones, la arquitectura vernácula representa el testimonio de la relaciones sociedad naturaleza en el pasado y como tal, puede anticipar el desempeño de futuras acciones proyectuales Ana M. Compagnoni
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que incorporen saberes adquiridos en esos procesos de prueba y error a lo largo del tiempo. Con la expectativa de poder avanzar en el conocimiento de estos temas, surgió la idea de complementar el trabajo realizado, indagando sobre tipologías de espacios de transición o fuelles y su contribución al desempeño bioclimático de viviendas, tema que será motivo del próximo proyecto de investigación de cátedra y consecuentemente de futuros ensayos.
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Convivir Barracas: reordenar el barrio con su gente Una experiencia de aprendizaje-servicio en arquitectura
…aprender sirve y servir, enseña. Díaz-Aguado, M., Educar para la ciudadanía en el ámbito escolar, Madrid, 2005
Introducción Las prácticas educativas solidarias que tienen lugar en la Educación Superior argentina se desarrollan a partir de marcos teóricos y metodológicos muy variados, y se encuadran en marcos institucionales muy diversos: desde los programas de extensión a las prácticas pre-profesionales, o en los ámbitos del voluntariado; pueden nacer por demandas de la comunidad o propuestas desde los claustros; se pueden desarrollar desde una sola cátedra, en toda una Facultad o articular esfuerzos de diversas Facultades1. Esta es una manera de educar para el ejercicio de la ciudadanía responsable, lo cual significa comprometerse socialmente. El Aprendizaje-Servicio es una propuesta educativa que combina procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un solo proyecto bien articulado, en el cual los participantes se forman al implicarse en necesidades reales del entorno con la finalidad de mejorarlo.
Jorge Fucaracce & Vicenta Quallito Profesor titular y adjunta de las asignaturas
Introducción a la Arquitectura y Problemática de la Arquitectura Contemporánea en FA UAI y directores del proyecto de extensióninvestigación-acción denominado Nuevos Enfoques en la enseñanza universitaria. El Aprendizaje y Servicio en la carrera de arquitectura. Convivir Barracas.Proyecto consensuado de reordenamiento barrial de un sector de Barracas (2009-12).
Nuestra propuesta curricular de la carrera para la innovación en la enseñanza se sustenta en la misión de la Universidad Abierta Interamericana. En ese marco se desarrolla la práctica de esta experiencia pedagógica que más adelante desarrollaremos, indica que su compromiso es la formación de profesionales que posean reflexión crítica sobre el contexto, estén comprometidos con la defensa de valores y derechos y sean capaces de operar sobre la realidad desde una postura humanista y transformadora. La realidad social reclama permanentemente la presencia activa de profesionales que se atengan a sus necesidades, en nuestro caso específico de arquitectos. Dado el contexto citado en los párrafos anteriores, creemos desde nuestra
1 Ministerio de Educación. El Aprendizaje-Servicio en la Educación Superior. Una mirada analítica desde los protagonistas, 2008.
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facultad y específicamente de nuestra carrera de arquitectura en la UAI, que es el momento apropiado para iniciar el camino hacia la transformación de la enseñanza en las carreras de grado. Compartimos la siguiente reflexión de Maria Nieves Tapia2 en la que indica que estamos viviendo en este momento la tensión entre tres modelos posibles, cada uno con implicancias muy claras en cuanto a la relación entre la Universidad y la comunidad. Culturas y modelos institucionales que van del templo del saber a la responsabilidad social y el aprendizaje-servicio. Queriendo conjugar esta propuesta educativa con la necesidad de un nuevo enfoque en la enseñanza de la arquitectura en nuestra carrera3, es que desde la asignatura Problemática de la Arquitectura Contemporánea - en la cual estamos trabajando desde la creación de nuestra facultad de Arquitectura de la UAI - surgió en el 2009 la inquietud por parte de un grupo de autoridades académicas, profesores y alumnos, de dar inicio junto con la comunidad de Barracas un proyecto solidario y educativo que nos involucrara a todos en este intercambio de dar y de recibir distintos grados y tipos de aprendizajes al
2 Capítulo 1, Aprendizaje y Servicio en la misión de la Educación Superior, de la publicación del Ministerio de Educación, El Aprendizaje-Servicio en la Educación Superior. Una mirada analítica desde los protagonistas, 2008.
3 Esta necesidad de un nuevo enfoque se ve reforzado por la Resolución 498 del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología que en su anexo 1 que trata acerca de los contenidos curriculares básicos para la carrera de arquitectura, especifica que el perfil profesional del arquitecto debe responder no solo a las incumbencias actuales reservadas a tal título sino que además debe dar respuesta a los nuevos cambios sociales, la globalización y el desarrollo tecnológico. El mismo comprende no solo el rol tradicional del arquitecto de proyecto y dirección de obra sino además a las siguientes áreas profesionales: • El planeamiento estratégico ambiental y urbano, y la participación en múltiples formas de gestión política, económica y técnica, referida al hábitat humano. • La participación dentro de equipos interdisciplinarios en el diseño de operaciones de intervención en la ciudad. • La participación en la configuración de espacios, en órganos estatales y privados que administran la ciudad, el ambiente urbano, la calidad de vida, o actividades específicas como la salud, la educación, la vivienda, Etc. • La investigación, el diagnóstico, la propuesta y la normativa en cuestiones edilicias urbanas y ambientales. • La participación en las formas atípicas de gestión del hábitat social, organizaciones comunitarias intermedias, estatales y de base. Diseño de acciones y operatorias del sector vivienda y equipamiento social • La intervención y administración del patrimonio urbano arquitectónico y cultural de la ciudad, poniendo en valor sus cualidades estéticas culturales y sociales. Esta ampliación del campo de acción pone énfasis en la formación ética y la responsabilidad política y social que conllevan las acciones profesionales. Las prácticas profesionales reconocen escenarios y formas de acción que dan lugar a una participación diversa y múltiple del arquitecto donde se reafirma esta formación.
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mismo tiempo que se realiza aporte solidario a la comunidad. La situación problema diagnosticado liga una problemática arquitectónica a la que debimos darle atención con una demanda y una situación conflictiva real y concreta detectada por la vecindad. Se están analizando, evaluando y buscando diferentes alternativas de soluciones junto a los vecinos del lugar para hacer del barrio un verdadero sitio de convivencia reclamado largamente por la comunidad. Esta experiencia formativa en el grado busca compartir algunas aproximaciones hacia la construcción de una política de formación del estudiante como miembro de una comunidad disciplinar que vincula el aprendizaje con el servicio solidario hacia otras instituciones insertas en el sistema educativo.
Identificación de la problemática que se busca atender: Acerca de Barracas Barracas es un barrio profundamente ligado al inicio del poblamiento de la ciudad, es uno de los que integran el área fundacional de Buenos Aires y debe su nombre a las antiguas barracas que comenzaron a construirse a fines del siglo XVIII en la orilla izquierda del Riachuelo. Se calcula que las primeras construcciones eran improvisados y precarios galpones que se usaban para almacenar cueros y otros productos que debían embarcarse en el Riachuelo los cuales se hallaban entre las actuales barrancas del Parque Lezama y la Vuelta de Rocha (Enrique Puccia, 1998). El Siglo XIX fue para Barracas años de grandes cambios; se comienza a vivir un proceso de transformación, con nuevos asentamientos producto de la masa de inmigrantes que ingresa al país, convirtiéndose en un barrio popular con pobladores de diversas nacionalidades, siendo los italianos los que se radicaban principalmente a orillas del Riachuelo. Con el transcurrir de los años Barracas fue convirtiéndose en una zona de gran esplendor, el lugar fue adquiriendo mayor relevancia al instalarse en este espacio, casonas, quintas y verdaderos palacios de las familias más adineradas de Buenos Aires. Nunca dejó de ser un barrio floreciente por la movilidad que producían los intercambios comerciales, las fábricas y la importancia estratégica que significó la construcción del puente de Gálvez sobre el Riachuelo, obra que desde 1791 que registra su creación fue varias veces reconstruida. Es durante la segunda mitad del siglo XX que este barrio comienza a sentir el impacto de los procesos recesivos que se producen en la Argentina, habiendo dejado profundas huellas el cierre de fábricas, el deterioro por la disminución de las fuentes laborales y la construcción de la autopista. Esta sucinta historia es el marco que permite interpretar las problemáticas que Jorge Fucaracce & Vicenta Quallito
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afectan a Barracas actualmente. El barrio aparece atravesado por situaciones comprometidas desde varias dimensiones: la ambiental general, el deterioro patrimonial, la pérdida de oportunidades de consolidación de su identidad en virtud de su valor histórico, los problemas habitacionales, el deterioro de fuentes de trabajo, entre muchas otras. La construcción de la Autopista 9 de Julio Sur generó severas transformaciones y un fuerte impacto sobre la zona y sus habitantes. Demoliciones, mudanzas obligadas, migraciones y abandono de predios propios, se convirtieron en procesos recurrentes en un contexto de pauperización y desamparo de propiedades y sitios de alto interés sociohistórico y estético. Los vecinos expresan que la construcción de la Autopista dividió al barrio en dos sectores: por un lado, la Avenida Montes de Oca con sus departamentos modernos, sus negocios, las iglesias, los bares donde se dan cita la cultura, el tango; por otro lado, pasando la autopista, las calles tranquilas con casas bajas, como atesorando aún el rastro del pasado. El progreso que implica abrir nuevas y modernas vías de comunicación entre las poblaciones, cuando se planifica descuidando la vida y el patrimonio propio de los lugares puede ocasionar efectos no deseados. Paradójicamente, Barracas vivió la ruptura en la comunicación al interior de la Comunidad causada por este avance; situación que se vio agravada por el desmejoramiento de la situación económico-productiva y la declinación de la oferta laboral antes protagonizada por las fábricas y los intercambios comerciales. Una zona que contagiaba dinamismo y vitalidad, poco a poco se fue transformando en un sector más despojado y la fuerza y movilidad que antes lo representaba aparecía como esfumada. Desde una perspectiva holística, la realidad socio-ambiental se configura en forma individual y subjetiva poblacional, razón por la cual cobra mayor énfasis la necesidad de atender a la red de relaciones que une a esos individuos en colectivos, ya que en ellos adquieren su identidad y sentido. Trasladando este enfoque a Barracas, se observa que existen potencialidades que no encuentran la vía para su desarrollo ni los recursos o estrategias para su canalización, no obstante, manifestarse firmes voluntades vecinales que pugnan por salir de la situación de abandono progresivo, pauperización y deterioro ambiental.
La experiencia pedagógica. Génesis, antecedentes y acciones previas La Universidad como institución, en parte emplazada en el barrio de Barracas, reflexiona sobre su misión de servicio y toma conciencia de la responsabilidad social que le cabe asumir como parte integrante de este colectivo social y cultural. Así, unida a las voluntades y motivaciones de los vecinos, decide hacer frente a esta realidad y producir en forma conjunta una transformación en ella, que no sólo favorezca el desarrollo sostenible de la Jorge Fucaracce & Vicenta Quallito
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población del barrio, sino que estimule a seguir escribiendo su historia, retomando las huellas dejadas por sus antepasados en cada impronta que aún se conserva en el barrio; es decir relaciona aquella idea de sustentabilidad como ésta en que la potenciación de la memoria popular construya una idea diferente de patrimonio. Para ello, en julio del 2009, se comienza realizando una observación sistemática de la zona, relevando sus características, a fin de contar con antecedentes fidedignos sobre las vivencias y manifestaciones de los vecinos respecto a la situación emergente de la descripción antes mencionada, que da inicio al proyecto originario que se llamó Barracas se descubre a sí misma. Así, el proceso de diálogo iniciado con algunos representantes de la comunidad barrial permitió identificar, en forma más precisa, sus necesidades Boulevard Iriarte
específicas. Este proceso de relevamiento e investigación, dio cuenta de un campo fecundo para la intervención solidaria y proactiva desde la Universidad, atento a las múltiples problemáticas presentes en este sector. Del mismo modo que se pudo observar y captar la voluntad de los miembros integrantes de la comunidad barrial, adquiría relevancia generar la misma intensidad de energía al interior de la comunidad universitaria, para que la unidad aprendizaje-servicio solidario actuara como un proyecto común, fortaleciendo la voluntad de sentido, el compromiso compartido y la responsabilidad por el bien común. De este modo, se enfatizó la importancia de comprometerse y participar activamente en la preservación y mejoramiento de los aspectos del espacio que comparten el barrio, su gente y la Universidad como institución inserta en su contexto del que se nutre y al que debe servir. Comienza así a delinearse en forma conjunta con la comunidad barrial, la necesidad de impulsar un mejoramiento del lugar y su puesta en valor. Esta intencionalidad conjunta converge en la acción participativa que permita generar acciones para recuperar y re-significar las marcas de identidad y las huellas de pertenencia que unen a Barracas con su gente, a través del aprovechamiento integrado de los recursos. La búsqueda estratégica de soluciones Se inscribe en un fuerte compromiso y una nueva capacidad auto-organizativa de la comunidad en su conjunto, respetando y revitalizando sus valores culturales, la creatividad popular, la preservación de su patrimonio cultural y su potencial innovador. Analizados los intentos de revitalización que existieron en el barrio, se observó que sus resultados no han sido satisfactorios ni perdurables. Intervenciones como: el uso que se la ha dado a la plaza que se encuentra ubicada detrás de la Estación Irigoyen; a los espacios residuales ubicados a lo largo de los arcos del viaducto; las ocupaciones ilegales, el Boulevard Iriarte, el Centro de Arte y Diseño, los espacios bajo autopista, centros comerciales, no han representado mejoras sustantivas para la zona. El débil impacto que
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han tenido estas acciones puede estar asociado a varios factores: aislados esfuerzos de transformación; ausencia de estrategias de intervención racionalmente planificadas y falta de integración entre la sustentabilidades ambiental, social y económica, aspectos prioritarios que se interrelacionan en el concepto de articulado de sustentabilidad para aportar al proceso de desarrollo (Cortés, A., 2001) La primera reflexión que se planteó la Universidad fue tomar la decisión de trabajar en un proyecto integrador e integrado siempre que permitiera lograr la convergencia entre el impacto educativo en términos de aprendizaje-servicio de los alumnos y el impacto social y solidario en términos de aprendizaje-servicio de la comunidad. Para ello, ambos protagonistas deberían estar unidos a través de un riguroso diseño de las acciones, un conocimiento compartido del proyecto y una clara intencionalidad de lograr conjuntamente sus metas. Desde este marco, se analizaron las mejores oportunidades y potencialidades para el aprendizaje de los alumnos y la pertinencia del proyecto educativo. El primer paso fue considerar la posibilidad de armonización entre las necesidades identificadas, los intereses y motivaciones de los protagonistas del servicio, las expectativas de la comunidad y los recursos disponibles en la institución. El estudio del contexto y los principios sostenedores de la intencionalidad del
Espacios residuales
proyecto, dieron como resultado la necesidad de abordarlo interdisciplinariamente. Desde esta dimensión y desde la Facultad de Arquitectura, precisamente en la cátedra de Problemática de la Arquitectura Contemporánea, ubicada en el quinto año de la carrera, y en colaboración con otras disciplinas como el Planeamiento Territorial y Urbano, la Sociología, las Ciencias Ambientales y las Ciencias Políticas, se ha estado desarrollando un proyecto de reordenamiento barrial para colaborar en la revitalización de un área de Barracas que presenta muestras de degradación, respondiendo a las necesidades y demandas de su comunidad. Se contribuye así a la preservación del patrimonio histórico-cultural, a los valores y tradiciones identitarios del barrio y al cuidado del medio ambiente. Jorge Fucaracce & Vicenta Quallito
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Se espera favorecer el desarrollo de estrategias en red que permitan a la gente de Barracas empoderarse y replicar este tipo de experiencias en otros barrios. El proyecto Convivir Barracas es la continuación y consecuencia del proyecto iniciador e inspirador del que se explicitó brevemente en párrafos anteriores llamado Barracas se descubre a sí misma. El desarrollo de sucesivos talleres participativos y de mesas de diálogo con los vecinos ha hecho re-direccionar el proyecto original y derivarlo a un proyecto cada vez mejor y más consensuado con los vecinos. En un principio se entendió que estructurar un circuito turístico en este sector sería la respuesta adecuada para su revitalización pero se fue desprendiendo que la necesidad del vecino es conservar la identidad del barrio en la búsqueda de mejores espacios públicos y de una mejora en la restructuración y re-planificación barrial a nivel de infraestructura y de crecimiento poblacional controlado y planificado, en miras de una revitalización del barrio que fuera más allá de un mero circuito turístico. De allí que este nuevo re direccionamiento realizado -que le permite llevar otra denominación al proyecto- reformula, replantea y reflexiona sobre qué barrio es el que desea y necesita Barracas y cómo se organizan los vecinos para llevar adelante las acciones necesarias para defender este deseo y necesidad de la comunidad de Barracas frente a organismos e instituciones apropiadas que les permitan poder concretar y materializar de alguna manera estas acciones y proyectos.
Diagnóstico Estación Yrigoyen
Dos realidades muy diferentes convergen en Barracas, de un lado se puede ver una clase media y media alta desde la Avenida Montes de Oca hasta la Avenida Regimiento de Patricios con sus importantes edificios y casas a su alrededor, del otro lado a la vera del Riachuelo se vive una realidad muy diferente, donde las condiciones de precariedad y marginalidad son moneda corriente en las villas Zabaleta y 21-24. En el diagnóstico realizado a través de diferentes visitas concretadas al lugar, del encuentro con actores sociales diversos y de varias reuniones con las organizaciones no gubernamentales de Barracas, se ha podido detectar que la comunidad posee potencialidades artísticas culturales de relevancia, aunque se carece de herramientas adecuadas que actúen en forma integrada para el logro de las aspiraciones declaradas y el desarrollo pretendido. En forma recurrente, manifiestan alto interés por recupe-
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rar su identidad y pertenencia, actualizando y resignificando quiénes son, su historia, sus
Pasaje Bardi
tradiciones, sus costumbres. Desde la vivencia de su falta, expresan la necesidad de unir las partes disgregadas, segmentadas, aisladas, construyendo un lugar de encuentro, como instancia inicial y fundacional de un proceso de revalorización progresiva. A partir de esta necesidad se ha trabajado conjuntamente entre profesores, alumnos e integrantes de la comunidad de Barracas en la elaboración de estrategias de desarrollo social para mejorar las condiciones de vida en Barracas y contribuir, como ya se expresó anteriormente, a la promoción de capacidades autogestivas y con fuerte impacto multiplicador en otros focos del barrio Para ello, se propuso tomar una unidad de estudio donde se puedan identificar las características dominantes en el barrio y ser eventualmente replicadas en otro sector. Las variables que se establecieron pasan por reconocer: valor arquitectónico (revitalización de veredas, calles, fachadas, equipamientos, etc.); raíz histórica del origen de la ciudad (lugares y edificios significativos, etc.); raíz cultural de Barracas (expresiones artísticas-culturales: la murga, el tango, artesanías, etc.); identidad; tradiciones; usos y costumbres.
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La unidad de estudio seleccionada, por considerarla como la más representativa es la comprendida entre el Boulevard Iriarte, Vieytes, Santa María del Buen Aire y el Riachuelo. Se han definido posibles puntos estratégicos de debate entre los vecinos como áreas a ser repensadas y revaluadas tales como la estación de ferrocarril Yrigoyen, los pasajes Darquier y Bardi, los espacios que se hallan a lo largo y por debajo de las vías del Riachuelo
ferrocarril ( arcos ocupados actualmente de manera ilegal y los espacios residuales a su
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alrededor), el Boulevard Iriarte, la calle Jorge, la periferia del centro de Arte y Diseño, las márgenes del Riachuelo, galpones en abandono y el bajo autopista.
El objetivo Desde la perspectiva de proyecto-servicio se trata de lograr diseñar un programa de intervención socio comunitaria en un área degradada (social, económica y ambientalmente) de la Capital, de modo de promover la apropiación de estrategias que faciliten su rediseño a través del reencuentro con los valores y tradiciones del barrio, generando capacidades en los vecinos que les permitan accionar sus propios proyectos. Desde la perspectiva de los aprendizajes de los estudiantes se trata de procurar que logren integrar los marcos teórico-conceptuales de los distintos cuerpos disciplinarios y aplicarlos al diagnóstico de problemáticas sociales significativas para la comunidad, desarrollar habilidades específicas ligadas al relevamiento de los problemas comunitarios prioritarios a través de herramientas metodológicas propias del área, desplegar competencias evaluativas que vehiculicen la identificación de indicadores de recursos comunitarios disponibles para la respuesta a situaciones problemáticas detectadas, potenciar habilidades de diseño y planificación de proyectos de intervención socio-comunitarios respetando las necesidades e intereses de sus pobladores, en orden a sus problemáticas específicas, implementar, a través del desarrollo de recursos y estrategias pertinentes, las acciones necesarias para hacer efectivo el proyecto, enfatizar aptitudes y disposición hacia la reflexión crítica y auto evaluativa, focalizándola sobre las acciones realizadas en el marco del proyecto, desde aproximaciones disciplinarias diversas y hacia el trabajo colaborativo en un ámbito de respeto ante pluralidad de opiniones y visiones con una disposición favorable hacia las particularidades multiculturales.
La metodología La metodología implementada en el proyecto se centra en un diseño de investigaciónacción y se utilizaron los siguientes instrumentos, técnicas de recopilación de información y actividades tales como visitas al lugar, relevamiento socio-económico; ambiental; poblacional; histórico-cultural, relevamiento bibliográfico, documental y en campo, registros etnográficos, observación participante, entrevistas informales y a informantes clave y líderes comunitarios (agentes de organizaciones civiles, equipos de investigación y de intervención conformados por docentes y estudiantes), crónicas y diarios de campo, encuentros participativos con las organizaciones barriales y vecinos significativos del lugar. La metodología empleada entre los vecinos fue poner en mesa de debate en los talleres participativos y entrevistas especificas, temas y situaciones particulares específicas Jorge Fucaracce & Vicenta Quallito
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y otras conflictivas como ser el modo de uso de los espacios comunes, cuidado y mantenimiento de áreas recicladas; etc. Se utilizaron planos catastrales; mapeo del sector; relevamiento fotográfico; relevamiento histórico; relevamiento y análisis del código de planeamiento urbano y código de edificación; relevamiento gráfico in situ; relevamiento bibliográfico; relevamiento de relatos e historias del lugar. Este proyecto como hemos explicitado anteriormente es la consecuencia de un proyecto anterior - Barracas se descubre a sí misma- del cual hemos tenido en cuenta no solo todo lo que hemos desarrollado en él durante los años 2009 y 2010 sino también los resultados obtenidos hasta ese momento. Durante estos años se ha trabajado en la historia, la cultura y en la identidad de Barracas. Se ha realizado un taller con los vecinos en noviembre del 2010, a partir cual construimos una crónica junto a colaboradores como el sociólogo Enrique Bareillles y el director de Proyectos de CEPA (Centros de Estudios para la Proyectación Ambiental), arquitecto Pedro Pesci. Esta crónica fue la disparadora, direccionadora y generadora del nuevo proyecto Convivir Barracas. Las acciones se proyectan a tres años ya que están planteadas dentro del espacio curricular obligatorio de la asignatura Problemática de la Arquitectura Contemporánea y dentro del esquema general de Proyectos de Planes Trienales que estructura la Universidad, además de ser considerado un tiempo mínimo y adecuado para llevar adelante el proyecto con los objetivos estipulados. A raíz de los talleres, charla, entrevistas, y aproximaciones realizadas anteriormente entre la comunidad de Barracas y además de las investigaciones desarrolladas y siempre en busca de la conservación de la identidad barrial que caracteriza a este sector, se consideró importante y necesario plantearnos cuál es la Barracas que quiere y que necesita el vecino de esta zona. Para lo cual surgen así diferentes problematizaciones, como por ejemplo, pensar en cómo materializar el resultado de esta Barracas reordenada y replanificada; reflexionar en si la Barracas que quiere el vecino es la misma que necesitan; pensar si están capacitados para gestionar este tipo de proyectos o hay que ayudarlos a generar este tipo de capacidades. Para ello, se planificaron distintas fases de desarrollo de acciones para poder ir dando respuestas a estas problematizaciones planteadas:
Fase 1 Diagnóstico Esta primera fase se desarrolla en tres etapas simultáneas por un lado, desde la propia asignatura PAC en donde por grupos los alumnos desarrollaron una búsqueda de informa160
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ción registrando el estado y estudio de las normativas vigentes, de proyectos de intervención en la zona por parte del GCABA y por parte de emprendimientos privados. Se realizaron planos de relevamientos de usos y funciones actuales, colaborando para esta etapa exploratoria, desde otra disciplina, la asignatura Planeamiento territorial y urbano a cargo de la Dra. Mónica Giglio. Por otro lado, se realizaron capacitaciones a docentes, alumnos y extensionistas a través de dos Talleres Interdisciplinarios para la enseñanza de herramientas para operar en proyectos de aprendizaje y servicio, en los que se vertieron los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para que el cursante logre Identificar la dinámica de un dispositivo de intervención basado en el APS, conocer sus fundamentos teóricos y su aplicación en sus diversos ámbitos, y analizar los procesos de implementación de un programa de esta naturaleza. Finalizando el segundo Taller se diseñó un instrumento de indagación que permitió obtener información sobre cuáles son las preocupaciones respecto a la convivencia que los vecinos de Barracas perciben. Por último se realizó un Taller en el Bar Los Laureles con vecinos referentes de Barracas en el que se aplicó el instrumento confeccionado en los talleres y además se planteó como disparador un documento gráfico que formularon los alumnos en función de toda la investigación que se realizó paralelamente a los talleres respecto de normativas y del uso y mantenimiento de los espacios que ya habían sido re proyectados por el Gobierno de la Ciudad. Finalmente esta primera etapa concluyó con la elaboración de un informe de análisis producto de los resultados de los talleres realizados entre la comunidad a través de los instrumentos utilizados (crónicas y entrevistas). El proyecto continua con las siguientes fases a desarrollarse en los siguientes años:
Fases 2 a 5 2 Propuesta de reordenamiento Se realizará a continuación de los resultados anteriores, un estudio comparativo entre el código real, la propuesta del GCABA, las propuestas de emprendedores privados y la propuesta de la comunidad. Esta comparación será tema a debatir en las mesas entre los vecinos en próximas convocatorias. Se discutirá la comparación entre el barrio existente, el barrio deseado por el GCABA y el deseado por la comunidad. Y reflexionar además sobre cuál es el barrio que necesita en la búsqueda de una propuesta de reordenamiento barrial consensuada y que de respuesta a las necesidades reales de la comunidad-.
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3 Devolución comunitaria de resultados Se presentará/n la/s propuesta/s de reordenamiento barrial como producto de las diferentes mesas de debate y de talleres participativos realizados con la comunidad en el aula Taller junto a los docentes.
4. Implementación Se definirán las acciones correspondientes para encaminar la propuesta por parte de la comunidad con el apoyo de nuestra Institución.
5. Evaluación La evaluación de la implementación se desarrollará de manera participativa y apreciativa. Se realizarán evaluaciones una vez finalizada la implementación Reunión participativa Bar Los Laureles 2011
de las acciones de corto plazo. De esta manera los participantes tendrán la oportunidad de mejorar las acciones como consecuencia de las evaluaciones y juicios elaborados participativamente.
Conclusiones El Aprendizaje-Servicio es, pues, una metodología, orientada a la educación para la ciudadanía, que articula cuatro dimensiones fundamentales del aprendizaje:
• a) Aprender a ser (Actuar por sí mismo, elaborarse un proyecto de vida personal). • b)Aprender a convivir (Desarrollar empatías, generar capacidades para comprender el lugar del otro, hacer cosas en beneficio de los demás).
• c) Aprender a formar parte de la sociedad (Respetar las normas sociales, participar activamente en la mejora de la vida pública).
• d) Aprender a habitar el mundo (Superar las fronteras de lo propio, trabajar por la implantación de la justicia global)4 Esto exige aportar conocimientos, aprender contenidos, exigir rendimientos y responsabilidades, conseguir resultados. Pero requiere también de manera primordial, educar actitudes, formar visiones del mundo y crear personalidades capaces de posicionarse y situarse ante sí mismos y su entorno, no sólo como consumidores y productores sino también como ciudadanos con responsabilidad social.
4 Ministerio de Educación, El Aprendizaje-Servicio en la Educación Superior. Una mirada analítica desde los protagonistas, Buenos Aires, 2008.
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En el aprendizaje-servicio, las prioridades son dos y ambas igualmente impor-
Taller APS 2011
tantes: la acción solidaria y el proceso de aprendizaje que ésta comporta. Para ello, son testimonio las propias palabras de nuestros alumnos de la carrera de arquitectura que han participado de este proceso de aprendizaje: …No se puede ni debe proyectar de acuerdo a lo que miramos desde afuera, hay que ponerse en la piel del otro y desde allí seguramente vamos a tener una mejor resolución del proyecto… (Sofía Salgado, alumna de PAC 2011). ..Me pareció interesante y práctica la idea de las actividades interdisciplinarias… Creo que el aporte de otras carreras va a hacer mucho más rico el proceso en el que se está trabajando. En lo personal fue una experiencia nueva muy positiva ya que logramos un contacto con la realidad (o sea, con los vecinos)… (Emanuel Demeglio, alumno de PAC 2011). Creo que a nivel general la materia me sirvió para ver a la arquitectura desde la problemática de la gente que habita un lugar y se siente identificada con él… Si no hubiéramos
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tenido este contacto muchos de los análisis a los que podríamos haber llegado hubiesen sido erróneos, es muy importante tener conversaciones con gente de un lugar al momento de encarar un proyecto… Esta experiencia no se hubiera visto ni experimentado si no lo hubiésemos llevado a campo ( Esteban Poles, alumno de PAC 2011). Como producto esperado de esta propuesta pedagógica que finaliza en marzo del 2014, la Facultad de Arquitectura espera lograr un proyecto sustentable de reordenamiento barrial-consensuado entre la comunidad afectada y los proyectistas (alumnos y docentes) de este sector definido de Barracas. Concretamente la propuesta es la búsqueda de un código morfológico producto de las diferentes entrevistas, talleres participativos y de los análisis de códigos Festejo Pizzeria Los Campeones
existentes y de proyectos de intervención tanto del GCABA como de emprendedores privados, la búsqueda –en definitiva- de un reordenamiento que sea la respuesta consensuada a la Barracas que necesitan los propios vecinos, basándose en la recurrencia a fortalecer la identidad patrimonial barrial. Ello debería además, desarrollarse a la vez de analizar y debatir las siguientes inquietudes:
• ¿Cómo creemos que estamos dando respuesta a este modelo de aprendizaje? • ¿Puede este modelo articular docencia, investigación y extensión? • ¿Cuáles son los resultados concretos de esta experiencia? • ¿Cómo se evalúan a los estudiantes en este tipo de aprendizaje? • ¿Qué evalúa un docente en esta práctica? • ¿Qué conocimientos deberían prevalecer en este proceso de aprendizaje? ¿Los conceptuales, los procedimentales o los actitudinales? En concreto los alumnos han desarrollado y experimentado todo tipo de conocimientos de manera simultánea e integrada: han aprendido conceptos que son los contenidos del programa de la asignatura específicamente en lo que respecta a las problemáticas arquitectónicas y al desarrollo proyectual ambiental como así también – al ser una asignatura de 164
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5° año- este proyecto actúa a su vez, de proyecto integrador de conocimientos anteriores aprendidos en las asignaturas de otros años, han desarrollado de manera procedimental y de manera interdisciplinaria el aprendizaje de estos contenidos y han desarrollado particularmente las actitudes únicas que sólo este tipo de modelo promueve, desarrollado destrezas únicas y específicas que solo el aprendizaje y servicio pueden dar, que solo esta experiencia vivencial real puede dar, han también investigado, en la búsqueda de la historia, de la cultura, de las normativas, de la ubicación geográfica, física, de su posicionamiento social, político, y ambiental, han elaborado conclusiones y realizado propuestas que han actuado de disparadoras de otras situaciones y propuestas que han permitido re direccionar en varias ocasiones el proyecto, han realizado extensión, contactándose con los vecinos y han realizado gestión, y por ende, han aprendido a ser, a convivir, a formar parte de la sociedad, a habitar el mundo.
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roberto ferรกndez
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Chacras de hidrógeno en la Patagonia argentina Alternativas, consecuencias y posibilidades
La investigación se inicio basándose en una idea que es análoga a la que se hizo exitosamente a partir de 1880 en la Argentina, cuando se extendieron las fronteras para utilizarlas en agricultura y ganadería, más allá de los estrechos limites que existían antes de esa fecha. La región donde se produjo esa transformación fue la pampa húmeda, en combinación con algunos factores, como la extensión de la red ferroviaria y vial, la utilización del barco frigorífico, el aporte de mejores semillas para trigo, maíz, lino, sorgo, etc., el
Juan Manuel Borthagaray Consultor académico de la Facultad de Arquitectura UAI donde dirige el proyecto de investigación Chacras de Hidrógeno (2010-2).
mejoramiento de las razas bovinas, y la posibilidad de acoger una numerosa inmigración en búsqueda de mejores condiciones de vida, provenientes en su mayoría de la Europa mediterránea.
La idea aplicada al mundo actual Trasladada al momento actual, y si se considera que la región patagónica tiene bajísima densidad de población, comparada con el resto de las regiones argentinas, y que existe una fuente de energía renovable, no convencional, como el viento, la idea se definía como la posibilidad de generar las condiciones de colonización con existencia económica, a través de la creación de chacras, que en lugar de dedicarse a la agricultura o la ganadería (de difícil implementación en esa región por el tipo de suelos y el régimen de lluvias), se dedicará a la captación de energía eólica con molinos de viento, que luego se transformarán en energía eléctrica para accionar hidrolizadores que a su vez producirían hidrógeno, que sería transportable por vehículos de carga a los centros de consumo. La existencia, dentro de la Argentina de un territorio de un millón de Km2 de extensión, con una población de menos de un habitante por Km2, con posibilidades mínimas de explotación productiva, salvo la extracción de recursos minerales y de petróleo (su manto
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vegetal es tan frágil que hasta la ganadería ovina extensiva termina desnudando los suelos. La Argentina sufre y ha sufrido desde el inicio de su desarrollo industrial, (1900 en adelante), varias crisis energéticas crónicas, que se intentaron resolver con la exploración y explotación de hidrocarburos, (tanto en la Patagonia como en Mendoza y Salta) con los consecuentes cortes que interrumpen penosa y repetidamente los consumos domésticos e industriales. Por otra lado, en muchas oportunidades las repercusiones políticas de estas necesidades insatisfechas dieron lugar a prolongados debates donde se planteaban opciones a veces contradictorias: la autarquía energética (con la creación de YPF hacia los años 1920), la concesión a compañías multinacionales, el recurso fácil pero oneroso y dependiente de la importación de petróleo, carbón y gas. Para un simple ejemplo, las posturas oscilantes del primer gobierno de Perón, que en principio potenció el desarrollo autárquico y terminó, en 1954, otorgando concesiones a compañías extranjeras; la famosa Batalla del Petróleo continuada por el presidente Frondizi en 1958, a través de confiar extensas regiones a la exploración y explotación a compañías multinacionales; la reacción del presidente Illia cuando en 1963 anuló esos mismos contratos propuestos por su antecesor, el presidente Frondizi; en periodos posteriores, una política de desarrollo mixto (YPF y el capital privado, nacional o extranjero) y, finalmente la privatización de YPF por el presidente Menem en la década del 1990. Hoy el mundo está sediento de energía, y a la vez cada vez más preocupado por las consecuencias ambientales de la producción de la misma por lo métodos predominantes (2010) a través de combustibles fósiles (carbón, petróleo y derivados) con sus consecuencias de emisión de gases de efecto invernadero GHG que inciden sobre el cambio climático. Existen hoy grandes esperanzas de una inagotable fuente de energía nuclear limpia de GHG, hasta hace poco consideradas la alternativa válida (alto costo de inversión, bajo costo de producción) pero que han sido comprometidas luego de las tragedias de Ocupación territorial
Chernobyl en la ex URSS, y recientemente en Fukushima, Japón, con la consecuente generación de una desconfianza hacia la energía nuclear por su falta de seguridad, a pesar de los altos standards técnicos alcanzados en ese campo. La situación internacional, especialmente en Medio Oriente, fuente principal del petróleo usado en el mundo, que ha originado picos de precios del petróleo crudo, además de perturbaciones políticas que han llegado a hechos bélicos, como las intervenciones norteamericanas en el Golfo Pérsico, en Irak y ahora en Afganistán. Todos estos hechos han intensificado el interés por las fuentes limpias y renovables, principalmente las solares y eólicas. Pero además se ha generado un creciente interés con el que se ha comenzado a considerar al hidrógeno como el vector energético ideal, dado que su combustión sólo produce vapor de agua, de manera que evita simultáneamente los desechos de los hidrocarburos (que acelera el cambio climático) y el peligro latente
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de las plantas nucleares (que produce catástrofes por la incontrolada radiación nuclear) Esta concatenación de circunstancias indujo a este investigador a concebir una visión de colonización del desierto patagónico argentino a través de clusters de chacras de hidrógeno. Según la hipótesis ¿Cómo serían estas chacras? Serían PYMEs familiares dedicadas a cosechar energía eléctrica a partir de molinos-generadores, y aplicarla en hidrolizadores que producirían hidrógeno a partir de agua. La familia chacarera viviría de la venta de hidrógeno a usuarios más o menos remotos, entradas que deberían bastar para pagar los equipos y asegurar un nivel de vida
Meseta central
confortable.
Las dificultades en el desarrollo de la idea A pesar de las favorables condiciones ambientales para que sea desarrollada en nuestro país, la hipótesis no se ha verificado, por varios motivos básicamente referidos al costo de los equipos no está al alcance de una PYME, aunque se contara con una generosa línea de créditos. Un molino-generador de 1 Mw. de potencia está en el orden del millón de dólares. En cuanto a los hidrolizadores, el costo, aunque no tan abrumador, es también considerable. El almacenamiento y el transporte del hidrógeno presentan problemas aún mayores, aún a las máximas presiones, el contenido energético, y por ende su precio, de una camionada de hidrógeno es demasiado bajo como para justificar el movimiento. Llevarlo a su máxima compresión, al estado líquido, significa trabajar a temperaturas bajísimas con los consecuentes costos que hacen la operación impracticable. No obstante, estos impedimentos, decisivos en el presente estado de la tecnología, todas las poderosas razones que llevaron a la formulación de la hipótesis siguen estando allí, de manera que se justifica una actitud expectante ante la posibilidad de modificar alguno de los términos de la ecuación. Algunos ejemplos de ideas que se plantearon anteriormente, y que no prosperaron por falta de algún factor a la sazón inexistente plantean experiencias similares, como Juan Manuel Borthagaray
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ocurriera con los procesos evolutivos de la invención del avión y el helicóptero o del producto emblemático del siglo XX, el automóvil, técnicamente posible a partir de su invención en 1865, pero que no impactó hasta que en 1905 la manera revolucionaria de producirlo lo hizo accesible industrialmente al gran público. Algo semejante ocurrió con otros productos emblemáticos de fines del siglo XX e inicios del XXI, como la computadora, que requirió un largo proceso de desarrollo y miniaturización de componentes electrónicos desde la máquina de Babbage de 1837 hasta la palmtop. O el caso del teléfono móvil, que además de un proceso semejante del producto en sí, requirió el establecimiento de redes logísticas de servicio mundiales para llegar al estado actual.
Las posibilidades potenciales de la idea inicial No cree, por lo tanto, este investigador, que este proyecto de las chacras haya muerto, sino que está en suspenso, a la espera de los breakthroughs tecnológicos necesarios para que pueda convertirse en una posibilidad práctica. Cree que el mundo, y nuestro país con él, necesita marchar en esta dirección, que los costos de
Temperaturas
los equipos, por rediseño, bajará hasta hacerlos accesibles. En cuanto a los problemas de almacenamiento y transporte cabe destacar que en este momento mismo, el Dr. Mario Laborde, distinguido investigador de la UBA, se encuentra trabajando en el tema. Pero aún sin estas soluciones, el hidrógeno permite ahora salvar uno, o tal vez el mayor problema de la fuente eólica, que es la intermitencia. La acumulación de pequeñas cantidades de este elemento permitiría accionar un motor de combustión interna acoplado a un generador, para asegurar un flujo constante de energía eléctrica, a semejanza del dispositivo MAEL, desarrollado y patentado por el ITBA. 174
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En este caso, las chacras no serían para cosechar hidrógeno, sino energía eléctrica constante, y la clave sería encontrar a qué producción local podría agregar valor la aplicación de la misma. Desde ya la actividad minera y el confort habitacional del personal involucrado podrían ser respuestas inmediatas, aunque puntuales, a esta pregunta.
El estado actual en detalle En cuanto al proyecto original de las chacras de hidrógeno su desarrollo requiere ponderar positivamente el estado alcanzado, a partir de una simple visión de indefinición total, en que todas eran incógnitas, variables independientes, se ha podido llegar a una matriz completa, en que todo está expresado con sus unidades correspondientes, y que se cierra en un bucle de proceso que se desea autosustentable por retroalimentación. Las ideas fuerza del proyecto son la entrada en el campo de la producción de energía de nuevos actores, PYMES familiares que son, sin duda el sector más dinámico y
Lluvias
creativo de la sociedad, la colonización de áreas hoy totalmente improductivas, con énfasis en la Patagonia, por medio de chacras de hidrógeno, en las que se cosecharía energía eólica, cuyo proceso de producción no es contaminante, el almacenamiento en forma de hidrógeno de la energía cosechada y el traslado de tal energía-hidrógeno desde las fuentes de oferta a los focos de demanda, donde se usaría como combustible, con la ventaja, otra vez, de que su uso no es contaminante. Estas condiciones colocan al H2 como el combustible del futuro, toda vez que la concentración de vehículos de transporte individual y masivo en las ciudades, con su actual consumo de derivados del petróleo, contamina seriamente el
Fitogeografia
aire respirable urbano, a la vez que agrava el efecto invernadero. Hay empero, obstáculos no salvables por el momento. Para una primera puesta en marcha del proyecto chacras, los centros de consumo urbano están demasiado alejados, y se requiere una red de estaciones de servicio de H2, hoy existente sólo a nivel experimental en Europa y los EE UU. Una primera implementación del proyecto chacras había pensado instalar un cluster de chacras, a manera de pequeña colonia, en la parte árida de un campo de propiedad de la firma Albanesi, a la vez co-propietaria y operadora de una usina térmica en Bahía Blanca, que utilizaría el H2 como combustible alternativo, solo o mezclado con gas natural. Pero para que esto sea posible deben resolverse dificultades de dos órdenes: las derivadas del alto costo de los equipos necesarios y las que surgen del presente estado del arte, donde Juan Manuel Borthagaray
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algunos pasos son casi imposibles de implementar aún sino a costos muy elevados. Hay asimismo, algunos indicios prometedores de éxito tales como el hecho que la arquitectura de equipos y procesos con la que se piensa encarar las primeras chacras está inspirada en dos ejemplos preexistentes en nuestro país: el MAEL antártico desarrollado por el ITBA y la estación experimental de Pico Truncado. Básicamente esta arquitectura consiste en molinos generadores para convertir la energía del viento en electricidad, electrolizador para producir H2 a partir de agua, tanque de acumulación del H2 producido y camiones semirremolque para trasladar el H2 hasta el punto de consumo. Regimen de vientos
En cuanto al molino-generador, existen excelentes modelos en nuestro mercado, aunque su precio es un inconveniente serio, razón por la cual se están investigando posibles alternativas más accesibles, basadas en una turbina Savonius, que permitiría la aplicación de torres mucho más baratas. Se ha concertado entrevista con el profesor Erico Spinadel, reconocida autoridad internacional sobre el tema, para profundizarlo. Para electrolizador se considera ideal el modelo desarrollado por el ITBA y aplicado en el MAEL; por cuanto puede entregar el H2 a presiones interesantes sin uso de compresor. No puede abrirse juicio sobre su precio, pues aún falta desarrollo específico, pero la tecnología está. En cuanto al tanque y semirremolque, el problema es uno solo. Para avanzar en las necesarias definiciones que reclaman los temas enumerados, debe partirse de que la chacra debe ser económicamente sustentable. A estos efectos se ha tomado como hipótesis que se requiere una entrada semanal, por venta de H2, de u$s 5000, valor a tranquera de chacra, vale decir a esta cifra, más flete, para el usuario final. Este debe encontrar una ventaja, o por lo menos una equivalencia, en dinero, con respecto a su combustible habitual, en este caso el gasoil. Como método, se tomará el precio que se paga en usina por un litro de gasoil y se lo dividirá por la cantidad de Kcal. contenidas en esa unidad. Con este precio de la Kcal. se deducirá lo que se puede pagar por la camionada de gasoil. Idealmente, se piensa que la camionada debería contener la producción de H2 de una semana. Que sería entonces el tope de almacenamiento de H2 en chacra. Al cabo de la semana, vendría un tractor con un semirremolque vacío que dejaría, en sustitución del lleno que se lleva. La logística de cuántos semirremolques sean necesarios y como van llegando a la usina para ser consumidos sin que se acumulen cantidades de manejo peligroso, es
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cuestión aparte a la de las chacras propiamente dichas.
Esquema del modelo de explotación
El volumen de esta camionada semanal nos dará el parámetro de producción de H2 por hora que deberá rendir el hidrolizador, lo que a su vez dictará el requerimiento de energía eléctrica a generar por el molino. Del conjunto de cuestiones, la más problemática parece ser la del tanque-semirremolque, al que le hemos fijado el rol de contener u$s 5000 de H2, que, al precio actual del gasoil, parece requerir un volumen de N/m3 de H2 inmanejable. Si no se resolviese el problema del tanque fijo/móvil (que soportase un viaje de 300Km aprox.) la iniciativa resultaría inviable, por ahora.
Conclusiones Si bien no se ha demostrado la factibilidad de las chacras de hidrógeno se ha logrado un modelo completo, que permite jugar con sus variables. Si se desea que el chacarero y su familia estén tentados a radicarse en algún lugar desértico, y desarraigarse de su inserción precedente, deberían tener una perspectiva de un buen nivel de vida, digamos el equivalente a u$ 5.000 mensuales. Deberían vender H2, en tranquera de chacra, por un monto que asegure esta entrada, más una cuota que
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permita amortizar el equipamiento de la chacra, que esperamos contener dentro de los siguientes parámetros. La inversión necesaria es aproximadamente de medio millón de dólares para una unidad productiva como las descriptas, costo armado en base a proveer dos molinos generadores (unos 100000 dólares cada uno), un hidrolizador del tipo ITBA (100000 dólares) y un tanque semirremolque (200000 dólares). Para amortizar este equipo en 6 años se deberán pagar ese capital más intereses totales, es decir 700000 dólares que implicaría alrededor de 15000 dólares al mes, a lo que debería sumarse un monto de 5000 dólares Imagen Chacra
para subsistencia del colono, lo que redondea 20.000 dólares al mes o una facturación de 5000 dólares semanales en tranquera de chacra. Para que el cliente o comprador de este combustible hay que lograr que compita con el gasoil y para empatar sus costos deberían producirse por los 5.000 dólares facturados semanalmente unos 43 millones de kilocalorías, lo que actualmente es bastante difícil y exige revisar a la baja todos los costos de infraestructura productiva para este combustible. Este dato puede hacer abortar el modelo aún antes de la dificultad para trasladar el H2, pues la cantidad de N/m3 de H2 puede ser muy superior a la que pueda producir un hidrolizador potente a 10 horas diarias por 7 días, en 70 horas semanales. Se han tomado, por hipótesis, que las chacras estarán sobre parcelas de 30 hectáreas de extensión. No se ha tomado en cuenta el valor de la tierra, porque se toma como hipótesis que las parcelas serán cedidas, o bien por un instituto provincial de colonización, o bien por propietarios privados de grandes extensiones que obtendrán, con el establecimiento de un cluster de chacras, un notable incremento en el valor del resto de su propiedad. En cuanto a la matriz de costos presentada se infiera que el costo de 5.000 dólares para el nivel de vida de la familia colonizadora es ajustado y no puede reducirse, así como el costo de los hidrolizadores y molinos cuyo costo presentado es hoy también muy difícil de abatir. Si se podría quitar el costo de los transportes, si este quedara a cargo de las empresas compradoras o de una empresa logística ad hoc. Tampoco haría falta el tanque semirremolque si el hidrógeno se consumiese tranqueras adentro de la chacra, en algún proceso productivo de hidrógeno intensivo o que la chacra agregue en su productividad cultivos bajo riego por goteo, cuya cosecha se procese con hidrógeno. El modelo de desarrollo previsto de chacras debería darse en la forma de un cluster o enjambre de 12 chacras de 30 hectáreas cada una, y a los efectos de asegurar una vida lo más urbana posible, como de aldea, las dispusiésemos a lo largo de una calle de
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1800 metros de largo, dado que suponiendo una profundidad de parcelas de 1.000 metros, darían 300 metros de frente de parcela.
Posibles escenarios para continuar el proyecto Tal como fue concebido, como medio para colonizar y desarrollar territorios patagónicos desiertos cosechando energía eólica utilizando al hidrógeno como vector acumulativo de energía, y a su vez convertir al hidrógeno en una commodity transable y transportable desde la chacra patagónica, donde se produce, hasta el centro donde se consume. No es practicable, hoy en día, por las razones que se detallan seguidamente. Las razones de la impractibilidad actual son, en síntesis, la falta de tecnología accesible para acumular el hidrógeno producido en la chacra durante un período razonable, digamos una semana, o quincena, la falta de tecnología para transportar una cantidad semejante a lo largo de distancias medias a relativamente largas y el elevado costo de los molinos generadores de capacidad suficiente para accionar hidrolizadores que produzcan
Cluster Chacras
una cantidad razonable de hidrógeno. Haciendo un análisis de situación, podría pensarse que se ha perdido una batalla pero no la guerra. Evaluando la presente situación, surge la siguiente posibilidad. Postergar, hasta nuevo aviso, el tramo de llegar hasta el desarrollo del hidrógeno como commodity transable y transportable, y plantear su uso en el lugar de producción, vale decir, la propia chacra. En cuanto a los usos posibles de la energía generada se trata de responder a la pregunta: ¿Cuál sería el uso más rentable de ese hidrógeno, producido y almacenado en cantidades reducidas, que no presenten problemas en el estado actual del arte? Dejando esta pregunta abierta, una respuesta inmediata podría ser la utilización de ese elemento como combustible para un motor de combustión interna que mueva el generador en los períodos de viento flojo o inexistente. De esta manera, replicando el modelo usado por el MAEL antártico desarrollado por el ITBA tendríamos un dispositivo consistente en un molino de viento-generador de electricidad-hidrolizador de rendimiento modesto-tanque de hidrógeno de baja capacidadmotor de combustión interna acoplado al generador. Queda intacto el problema de abatir los costos de semejante tren de dispositivos hasta hacerlos accesibles a una PYME auxiliada por un rédito de fomento del tipo de los del Banco de la Nación o provinciales. También el de que cantidades de energía de los montos que podría producir una de estas PYMES no justifican el tendido de líneas para transportar la energía, y vale, también en este caso, la conveniencia de consumir la energía lo más cerca posible del lugar Juan Manuel Borthagaray
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de producción, vale decir, en la propia chacra. ¿Cuáles serían los usos más rentables, para convertirla in situ? El del confort hogareño de la propia chacra o de los pequeños poblados de la meseta central de la Provincia de Chubut, lugar que fue pensado como óptimo para el proyecto. La implantación de clusters de estas chacras en los poblados permitiría pensar en riego por bombeo de agua subterránea, para cultivos que generasen productos de alto valor agregado que, estos sí, justificaran su transporte hasta los centros de consumo. Con toda probabilidad, los cultivos deberían hacerse en invernáculos, para protegerlos del frío y del viento. La existencia de energía a bajo costo, una vez instalados los dispositivos, abre, a su vez, un campo de oportunidades de desarrollo (minería, manufacturas de alto consumo de energía, etc.) que merecen ser estudiadas en paralelo y en profundidad. Estos razonamientos se aplican a un sitio en particular – la meseta central chubuteña- y resulta de interés analizar lo que ya se está haciendo en el sitio que tiene una superficie de 100000 km2 y una población de apenas 6000 habitantes. Esta zona es muy similar a la del sur de la Provincia de Río Negro, donde podría ampliarse la aplicación del proyecto. Es una zona que pierde población, que emigra o a la comarca Andina o a la comarca Atlántica de la Provincia del Chubut. (El gobierno de la provincia ha dividido las provincias en Comarcas) La fundación Greencross, a la que la Provincia del Chubut encomendó un estudio sobre la provincia del Chubut, dividida por Comarcas: Andina, Atlántica, Cordón petrolero del sur, y la Meseta Central. A la provincia le interesa saber qué se puede hacer en la Meseta central. Hay allí un potencial desarrollo de minas de oro, cobre y plata, y uranio también. En ese lugar hay que poner gente, y cuando se dice poner gente, se necesitan viviendas. La fundación Greencross sostiene que necesario diseñar algo especial allí. El viento es permanente, por lo que no hay que renunciar a la chacra eólica. La Universidad de Buenos Aires, en una de sus unidades de investigación, está desarrollando una cartografía adecuada, replicando el Centro de Aplicación de Sensores Remotos, creada por la empresa Aeroterra, que ha provisto de información de interpretación de fotos satelitales a varias provincias argentinas. La empresa Pan American Silver, de origen canadiense, que esta realizando proyectos de explotación en Santa Cruz (Manantial Espejo) y en la misma provincia de Chubut, en la localidad Navidad, esta realizando exploraciones, ya que el principal inconveniente de Chubut es que esta en vigencia una ley que prohíbe las explotaciones mineras a cielo abierto, lo obliga a hacerlas subterráneas, que son por ahora inviables económicamente. 180
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No obstante, en un programa a largo plazo, la empresa ha desarrollado proyectos de desarrollo de infraestructura comunitaria a su costo. Por ejemplo, su subsidiaria Minera Argenta esta ahora trabajando con el Secretario de Trabajo de la Provincia en establecer una panadería que servirá como una escuela de panaderos y venta al público. Para mejorar la red de comunicaciones en el área, la misma Minera Argenta ha realizado un acuerdo con la municipalidad de Gan Gan para instalar una torre para facilitar el uso de teléfonos celulares, e instalar una radio propia (Radio Primavera), que ha sido provista de consolas, computadoras y todo el equipo necesario de radio transmisión. En la localidad de Blancutré, la compañía ha asumido un compromiso de apoyar la actividad económica local, ayudando a los dueños de rebaños ovinos a mejorar la salud y la calidad de sus ovejas. Ha instalado un consultorio veterinario con los elementos necesarios para tratar y prevenir las enfermedades ovinas en cabras y ovejas, administrado por la misma comunidad. Esta claro que toda esta colaboración es para promover la imagen de la empresa, que dice preocuparse de la sustentabilidad y protección del ambiente en sus explotaciones mineras, para que en un futuro no lejano la Provincia modere sus prohibiciones y permita, con los debidos controles, explotar la minería. El Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) propone usar turbinas de eje vertical, son mas baratas pues no necesitan estructura para elevar las hélices que captan el viento. Usar turbinas de eje horizontal es muy caro porque obliga a elevar una torre sin tensores pues impedirían el movimiento horizontal del eje (necesario para enfrentar al viento) al chocar con los tensores, que abaratarían los costos, de allí la ventaja de las turbinas de eje vertical. La Comisión Nacional de Energía Atómica (CONEA) ha ya realizado exploraciones mineras en Gaiman y Paso del Indio, para explotar uranio. En la actualidad las minas están abandonadas, porque hay abundante uranio en el mundo, y conviene importarlo. Esta claro que toda esta colaboración es para promover la imagen de la empresa, que dice preocuparse de la sustentabilidad y protección del ambiente en sus explotaciones mineras, para que en un futuro no lejano la Provincia modere sus prohibiciones y permita, con los debidos controles, explotar la minería.
Plan de acciones futuras A fin de continuar el proyecto, teniendo en cuenta las dificultades y oportunidades descriptas, el plan prevé desarrollar investigaciones para continuar con la búsqueda de soluciones mas económicas para reducir costos de los molinos de viento, los generadores de electricidad, los hidrolizadores y los contenedores de hidrogeno, explorar la introducción de Juan Manuel Borthagaray
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actividades económicamente viables – efectuando comparaciones con otras regiones mundiales semejantes- aparte de las ya descriptas (minería, explotaciones agrícolas, cultivos de piscicultura, turismo, etc.), relevar las fuentes de contacto con interesados en el tema (por ejemplo estrechando relaciones con los contactos ya establecidos: Albanesi, Air Liquide, Fundación Greencross, Provincia del Chubut, ITBA, UBA, etc. y buscar otros, sea en el país o en el extranjero) y realizar un plan maestro de integración económica y urbanística, lo que implicaría consultar a urbanistas, economistas, antropólogos, sociólogos, geólogos, geógrafos, etc., sean provenientes de universidades, organismos públicos, ONG`s o de empresas privadas, como las que ya se han citado. Como comentario final, la continuación de este proyecto se basa en dos ideas principales: abatir costos de equipamiento y encontrar aplicaciones factibles de explotar para la utilización del hidrógeno producido por energía eólica.
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Las reglas del arte de la construcción
Enrique Botto
Antecedentes históricos
Profesor Titular de Construcciones III en la
Considerando la evolución histórica del hombre desde que abandonó las cavernas, se
FA, UAI, a cargo del proyecto de investiga-
puede establecer que hubo en él una preocupación recurrente que no fue otra que la de
ción Enunciado de las Reglas del Arte de la
mejorar su hábitat; si bien la tendencia se inclinó hacia lograr tipologías constructivas que
Construcción (2011-2013).
se adaptaran convenientemente al clima del lugar donde establecía su residencia, se fue determinando una tecnología propia de cada asentamiento; tecnología que se desarrollaba a partir del uso de los materiales que en cada región se podían disponer. Al mismo tiempo y por las aplicaciones y usos de lo que estaba disponible, el hombre fue descubriendo las características y las posibilidades constructivas de cada material (maderas, piedras, arcillas, etc.) y fue dándose cuenta, en base a una continua experimentación de prueba y error, de que cada material imponía un modo inequívoco de manufacturarlo y de manipularlo, estableciéndose primitivas normas de trabajo que los maestros artesanos transmitían verbalmente a sus aprendices; generándose un proceso que se repetía de generación en generación. Estos primeros atisbos de transmisión de procedimientos que asegurarán que las construcciones quedarán bien terminadas y pudieran ofrecer una considerable duración; sin determinar una fecha específica aunque con una comunicación más bien oral, se los puede asociar a la génesis de Las Reglas del Arte de la Construcción. Es necesario rescatar la actitud que imperó en todo momento, a medida en que evolucionaban los tipos constructivos, también se evolucionaba en la búsqueda de nuevas soluciones que permitieran mejorar las técnicas de trabajo que se utilizaban, este hecho marca todo un hito en el transcurso de la historia de las construcciones; pudiéndose mencionar un ejemplo como el de las mezclas que se utilizaban para asentar los aparejos de piedra: de la primitiva mezcla de tierra con agua, al conocerse las propiedades de los
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asfaltos, se pasó a utilizar un mortero de tierra mezclada con asfalto; que obviamente, resultó de mejor calidad y ofrecía distintas aplicaciones que la anterior mezcla; hasta que se descubrieron las propiedades de la piedra caliza calcinada; hecho que dio lugar al nacimiento de las argamasas y hasta de los hormigones. Lógicamente, todas estas técnicas rudimentarias e intuitivas, que hoy denominaríamos Tecnología, exigían un modo único e inequívoco de ejecución que asegurará el éxito en la tarea emprendida. Estos procedimientos forjados a través de procesos de prueba y error, y reforzados por conceptos nacidos de la observación y del razonamiento que aportaban los artesanos en cada uno de sus emprendimientos, fueron estableciendo reglas de procedimiento para las construcciones; es decir, Las Reglas del Arte de la Construcción. ¿Por qué del Arte?: Porque los maestros artesanos eran considerados artistas; ya que a menudo, en las construcciones participaban escultores; aquellos que entendían no sólo de tallar la piedra, sino también de proporciones; de este modo, paso a paso y a medida en que evolucionaban las soluciones constructivas, se iban estableciendo reglas a seguir para bien ejecutar cada tarea en una construcción, y como se mencionó precedentemente, los maestros se las transmitían a los aprendices, y las premisas pasaban de generación en generación, no dejando testimonio escrito de cada una de ellas; es más, muchos procederes eran considerados no pocas veces, una técnica secreta de un artesano como ocurrió con los saberes de los masones – luego francmasones, nombre que deriva de su pertenencia mayoritaria a la región franca- del arte de la construcción de catedrales en el Medioevo, saberes que en principio eran pragmáticos y luego se transformaron en simbólicos y filosóficos. La historia registra muchos hechos, desde algunos muy sencillos hasta otros de estudiada complejidad, que aún se encuentran vigentes y forman parte del compendio no registrado oficialmente en 184
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Las reglas del arte de la construcción
ningún tipo de manuscrito y que hoy los asociamos íntimamente con lo que denominamos las reglas del arte de la construcción; desde los egipcios con su trascendental triángulo egipcio, un elemental juego de proporciones para poder determinar un ángulo recto. O los romanos, con el empleo universal que hicieron del arco del arco en todas sus construcciones como elemento plano y resistente, y sus posteriores evoluciones: En traslación desarrollaron las bóvedas y en rotación dio como resultado las cúpulas; todos desarrollos que se vieron masivamente empleados en la arquitectura cristiana en Occidente y en Oriente. La evolución del arco llegaría a su máxima expresión en la construcción de las catedrales góticas, obteniéndose el desarrollo de nuevos elementos estructurales como los arbotantes y las bóvedas de crucerías; la materialización de estos engendros exigió que se establecieran ciertas reglas para asegurarse una perfecta ejecución que garantizara la estabilidad de la construcción, reglas del arte de la construcción.
Los objetivos Viendo que en las últimas décadas se ha ido perdiendo el uso y costumbre de aplicar en la ejecución de cada uno de los rubros de una construcción los procedimientos indicados por las llamadas reglas del arte y producto de ello, se pueden observar en las construcciones contemporáneas, cada vez mayor cantidad de patologías, y para rescatar la calidad en nuestras construcciones, no queda otro camino que imponer nuevamente el apego a la aplicación de tales reglas del arte en cada procedimiento constructivo. Hay que recrear el oficio, que los oficiales recuperen la maestría artesanal con la que antiguamente se los solía distinguir; es necesario recapacitar al personal obrero, pero para alcanzar dicho objetivo, es necesario comenzar por la cúspide de la pirámide: Los profesionales que se encargan de dirigir las construcciones, cualquiera sea el rol que les quepa cumplir dentro de la cadena de producción (desde el pozo hasta la obra terminada), y para alcanzar este objetivo, una vez ordenadas, enumeradas y compendiadas en un manual que describa Las Reglas del Arte de la Construcción, obviamente rubro por rubro; se deberán encauzar primordialmente y con contundencia, dos acciones:
- (1) Proceder a la difusión entre los profesionales vinculados a la construcción por acción directa de sus Colegios y Consejos y
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- (2) Efectuar la difusión e instrucción de las reglas del arte a los estudiantes, en general en el cursado de la carrera y en particular en las materias que se encuentren directamente relacionadas con ellas. Más que aprender los componentes, procesos y productos de la tecnología de la construcción y sus instalaciones complementarias, correspondería primordialmente aprender las reglas, procedimientos o destrezas necesarias para elegir, aplicar y manejar tales componentes. Actual y desgraciadamente, los medios de comunicación nos informan periódicamente y quizá con más frecuencia que la deseable, sobre el desmoronamiento de muros medianeros y lamentablemente hasta del derrumbe de edificios, por influencia de trabajos de excavación incorrectamente ejecutados en predios linderos y se puede preguntar ¿Cuáles han sido las incorrecciones? La respuesta más común y verificable es que: no se cumplieron con las reglas del arte durante la ejecución de los trabajos. En este artículo, como avance de las características generales de la investigación y del resultado que se propone pero también como recordatorio o checking list útil para repasar la causa técnica de innumerables accidentes recientes de obra, se efectúa una primera enumeración de reglas, procedimientos o modalidades recomendables para garantizar la correcta construcción de esos pasos preliminares y luego ocultos de las obras, que sus trabajos de excavación y disposición de los terrenos para la cimentación.
Las reglas del arte de la construcción El manual en que se está trabajando mediante un proceso de investigación que procura sistematizar la experiencia empírica de las buenas prácticas de la construcción, incluye un capítulo relacionado con los procedimientos adecuados a las excavaciones, y que de haberse respetado estas indicaciones, podrían haberse evitado los siniestros acontecidos. Para un primer conocimiento de la índole de la investigación, se extracta una parte del contenido actualmente en elaboración y de tal manera, analizándose los pasos y las
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Las reglas del arte de la construcción
prescripciones técnicas de cada uno de ellos, podrían –en su grado de incumplimiento o defectuosidad– establecerse las causales técnicas objetivas de numerosos accidentes e incidentes de obras recientes.
Capítulo 2: Movimiento de suelos 2.1. Nivelación del terreno Cuando el terreno donde se va a ejecutar una construcción presenta ciertas irregularidades superficiales, que pueden dificultar el tránsito seguro del personal destacado en la obra y complicar las tareas de replanteo; se deberá proceder a su nivelación. Esta tarea puede ejecutarse tanto manual como mecánicamente y se refiere al desmonte de no más de 10cm del terreno natural para emparejar las superficies; eventualmente, este rubro incluirá el relleno y compactación simple de pequeñas oquedades; concluidos los trabajos, se debe proceder al inmediato retiro del predio, de los suelos sobrantes.
2.2. Desmalezamiento En todo terreno cubierto de hierbas y malezas, y a efectos de evitar patologías por la acción de estas o de sus raíces sobre los contrapisos ejecutados sobre terreno natural; es necesario realizar el desmonte de 15cm del terreno en todas las áreas donde se deban realizar solados. Esta tarea puede ejecutarse tanto manual como mecánicamente, y una vez concluida, se debe proceder al relleno y compactación con suelos seleccionados, ajustado a los niveles de la obra a construir.
2.3. Excavaciones Previo al comienzo de toda excavación que supere el metro de profundidad, es necesario conocer el ángulo natural del suelo a excavar, dato que debe solicitarse al encargado de realizar el ensayo de suelos. Este dato permite adoptar el talud adecuado para evitar todo riesgo de deslizamiento o desmoronamiento; eventualmente, podrá solicitarse directamente al ensayista, que recomiende el talud conveniente a observar. Sólo en terrenos con suelos de considerable dureza, clasificados como muy compactos por quién realizó el estudio de suelos, Enrique Botto
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se podrá realizar de modo vertical el corte de las excavaciones. Cualquiera sea su cometido; en caso contrario, se deberá realizar un talud que salvo indicaciones particulares, se recomienda practicar para suelos compactos la relación 1:3, para suelos medianamente compactos, la relación 1:2 y para suelos blandos y desmoronables, la relación 1:1. Es conveniente y a los efectos que puedan corresponder, tanto en el ámbito de la seguridad de las personas en particular, como el de la ejecución de los trabajos en general; solicitar al ensayista de suelos, que la recomendación se incluya en su correspondiente informe técnico. Toda vez que una excavación se deba realizar junto a un muro medianero, se deben verificar las características del muro a efectos de no comprometer la estabilidad del mismo con los trabajos de excavación; ante el mínimo riesgo, se debe proceder al apuntalamiento del muro, conforme a las características que presenta y a las de la excavación a realizar (Ver los ítems de Apuntalamiento).
Características a relevar del Muro Medianero Antes de desarrollar actuaciones de movimiento de suelos en el predio a construir debe efectuarse un relevamiento de las características y estado de los muros medianeros linderos, si éstos existieran, de acuerdo a los siguientes criterios: Función Portante: Se debe verificar si se trata de un simple muro de cierre y la construcción adyacente posee estructura independiente, o constatar que se trata de un muro portante; es decir, que toma la carga de entrepisos y/o cubiertas. Fundación Existente: Previo al comienzo de las excavaciones, se debe realizar un cateo a efectos de relevar el tipo de cimiento que posee el muro medianero; destacándose, sus características constructivas y la profundidad de fundación. Estado de Conservación: Se debe constatar que el muro no presente asentamientos diferenciales, fisuras y/o grietas que afecten su integridad y puedan comprometer su estabilidad durante los trabajos de excavación; en caso de observarse ciertas irregularidades; se deben documentar las mismas mediante fotografías y levantar un acta de constatación ante escribano público (hecho que resulta beneficioso al momento de realizar la liquidación de derechos de medianería). Con los datos recogidos en el relevamiento precedentemente descripto, se 188
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procede a establecer la estrategia necesaria para garantizar la seguridad de las personas y la factibilidad de ejecución de los trabajos conforme a las disposiciones vigentes, tanto legales como técnicas. Básicamente, esto se refiere a la elección y cálculo del apuntalamiento necesario, la ejecución del talud de excavación conveniente y la secuencia de apertura de las troneras en las excavaciones para sótanos.
Pozos absorbentes Cuando se encuentre un pozo absorbente durante los trabajos de excavación, se deberá proceder a su vaciado y/o relleno, de acuerdo al caso que se presente; distinguiéndose: Pozo activo: Luego de procederse a su vaciado, se realizará el curado del fondo del pozo esparciendo 2 bolsas de cal común, para proceder a continuación a su relleno. Pozo vacío: Se procederá a su relleno conforme al procedimiento más abajo indicado. Pozo rudimentariamente rellenado: Cuando un pozo absorbente haya sido llenado con suelos o escombros sin compactar, se retirará el material empleado y se lo reemplazará por un relleno adecuado. Los rellenos en general deben realizarse con suelo/cal: tierra colorada adicionada al 10% con cal hidráulica hidratada y batir la mezcla con agua al 50%. Si la placa de apoyo de una base aislada coincide con el perímetro del pozo, el relleno debe hacerse con suelo/cemento: tosca calcárea adicionada al 10% con cemento portland compuesto y batir la mezcla con agua al 50%. Los rellenos se realizarán por etapas, de 1.00m de espesor por cada una de ellas y esperando 10 minutos entre cada etapa para favorecer su asentamiento.
2.3.1. Excavaciones manuales 2.3.1.1. Excavaciones para zanjas Tanto en zanjas para cimientos corridos y/o el tendido de cañerías de las instalaciones, en que resulte necesario por el riesgo de desmoronamiento del terreno y para evitar complicaciones en la ejecución de los trabajos, la excavación será realizada con el talud aconsejado por el ensayista de suelos. Cuando la zanja posea más de 1.50m de profundidad, se debe realizar a media altura, una banquina de 0.50m de ancho; para la excavación de zanjas de más de 2.00m de Enrique Botto
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profundidad, se deben intercalar banquinas, como mínimo cada 2.00m de profundidad. En el caso de suelos muy desmoronables en los que realizar el talud necesario resultare una complicación para la ejecución de los trabajos; se deberá recurrir al entibado o apuntalamiento de las paredes de la excavación (Ver los ítems de entibados). En los casos en que por la consistencia del terreno y/o por su escasa profundidad, las excavaciones se puedan realizar verticalmente; en zanjas para el tendido de cañerías, se debe realizar el perfilado del corte efectuado al terreno. Para el tendido de cañerías con pendiente en que el fondo de la excavación deba observar una pendiente determinada, se debe tender una alineación auxiliar; esta alineación seguirá el trazado de las cañerías y se materializará con una tanza de nylon colocada a 1.00m por sobre el nivel del terreno natural, apoyada en caballetes que aseguren su correcta sujeción; los controles de nivelación deben realizarse sobre cada punto de desvío del trazado y a no más de cada 6.00m en los tramos rectos; el fondo debe ser perfilado para que la superficie quede perfectamente lisa, continua y sin sobresaltos. 2.3.1.2. Excavaciones para bases aisladas Cuando por el riesgo de desmoronamiento del terreno resulte necesario y para evitar complicaciones en la ejecución de los trabajos, la excavación será realizada con el talud aconsejado por el ensayista de suelos. En el caso de suelos muy desmoronables donde realizar el talud necesario pueda complicar ejecución de los trabajos; se deberá recurrir al entibado o apuntalamiento de las paredes de la excavación (Ver ítems entibados). Cuando la excavación posea más de 1.50m de profundidad, se debe realizar a media altura, una banquina de 0.50m de ancho; para las excavaciones de más de 2.00m de profundidad, se deben intercalar banquinas, como mínimo cada 2.00m de profundidad. En los casos en que debido a la consistencia del terreno, las excavaciones se puedan realizar de modo vertical, se debe realizar el perfilado del corte efectuado al terreno, y para evitar ligeros desmoronamientos que ensucien las armaduras de acero de las bases, se debe realizar el recubrimiento (azotado) de las paredes de la excavación con un mortero de concreto 1:3 (cemento portland compuesto + arena común). 190
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El fondo de la excavación debe perfilarse hasta que la superficie quede uniforme y perfectamente horizontal; previéndose en el caso de excavaciones bajo napa de agua, la ejecución en uno de los rincones, de un rebajo de 25cm x 25cm x 25cm para alojar la boba de achique. Cuando se deban ejecutar bases excéntricas de más de 1.50m de ancho sobre muros medianeros, la excavación se debe ejecutar parcialmente en anchos que no superen el precedentemente mencionado, y proceder al apuntalamiento provisorio de los sectores de cimientos descalzados. 2.3.1.3. Excavaciones para sótanos En general, su ejecución se realizará observando prescripciones similares a las descriptas en el párrafo correspondiente a excavación para bases aisladas. Si el sótano debe ejecutarse en un predio entre muros medianeros; se debe dejar paralela a ellos, una vereda perimetral de no menos de 60cm de ancho; a partir de los límites de esta vereda se tomará el ángulo del talud correspondiente al tipo de suelo para proceder a la excavación. La apertura de las troneras para el cierre perimetral de la excavación o para ejecutar la submuración o recalce de los muros medianeros, las unidades serán de no más de 1.50m de ancho, y en función del tipo de suelo excavado, se procederá a su apertura del siguiente modo: Suelos Compactos: Unidad por medio. Suelos Medianamente Compactos: De modo alternativo, se dejarán dos unidades entre cada una abierta. Suelos Blandos y Desmoronables: De modo alternativo, se dejarán tres unidades entre cada una abierta.
Conclusiones Al nivel divulgativo de este artículo es deseable remarcar los aspectos objetivos y por así llamárselos, científicos, que tiene para la realización de obras de arquitectura, la sujeción a normas o disposiciones mínimas de garantías de calidad técnica como son lo que aquí se denominan reglas del arte de la construcción, de las que, para su conocimiento en esta instancia ejemplificamos con el grupo de ellas ligadas a trabajos de excavación y preparación de los terrenos para tareas de cimentación y fundación. A menudo y con esa misma expresión, se deja constancia en las contrataciones Enrique Botto
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que deberán ajustarse los trabajos contratados a tales reglas, pero por la imprecisión, opinión o desdibujamiento de su precisión objetiva que éstas tuvieron, suelen omitirse en su detalle o considerarse de mera indicación genérica incluso en las especificaciones técnicas de licitaciones o contratos de obras. Se pierde así la oportunidad de dejar formalmente establecidas las características técnicas de cada momento o instancia del desarrollo de las obras o se considera que la definición de las mismas es parte de decisiones subjetivas de un proyectista y/o director de obras, que se supone tiene capacitación suficiente para decidir en cada caso. Comparando tal actividad con, por ejemplo, el piloto de un avión, éste también está visto con la capacitación y experiencia para tomar decisiones en cada circunstancia de su trabajo. Pero se sabe que un piloto está obligado a chequear toda su rutina con un manual de procedimientos de vuelo que lleva en la cabina y es usado estrictamente para comprobar la correcta y oportuna realización de cada acción o maniobra según una determinada secuencia que define cada paso e incluso instruye con precisión ante cada alternativa. La formalización manualizada de las reglas del arte de la construcción que plantea esta investigación tendría un similar propósito, serviría para detallar aquellos compromisos asumidos en un contrato, para guiar y chequear cada acción del desarrollo técnico de la obra de manera equivalente a los mencionados manuales de vuelo y determinaría las responsabilidades técnicas y profesionales de muchos incidentes de obra (se puede utilizar la descripción que se hiciera más arriba para especificar, en algún incumplimiento de una o más prescripciones, la causa o causas de recientes accidentes y eso, con tales definiciones, lo podría verificar un funcionario municipal, un perito judicial y hasta, un periodista técnico) pero, en este caso, con la pretensión que este trabajo ayude más que a precisar las responsabilidades o culpas, a adquirir la formación y la modalidad que aumente la seguridad y evite tales problemas.
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Estructuras a la luz de la biónica: cubiertas adaptables El concepto “adaptable” es universal y ambiguo. Únicamente es importante que aprendamos a trabajar en el sentido de una arquitectura verdaderamente humana.
Frei Otto
Los conceptos de adaptabilidad, flexibilidad y movilidad, carecen de una definición exacta en el lenguaje corriente y en la técnica de la construcción y se les atribuyen distintas significaciones según el contexto. Históricamente el concepto de adaptación –adaption o adaptation– proviene de procesos del mundo orgánico, por los cuales un organismo o de distintos miembros de él (estructuras naturales), se acomoda a su medio para conservar o mejorar sus condiciones de vida. En la adaptación de obras de arquitectura (estructuras artificiales), éstas no tienen la capacidad de adaptarse, sino que son adaptadas, es decir el constructor tiene la capacidad de construir las obras de tal manera que puedan adaptarse a las correspondien-
Gloria Diez y Eduardo Hougassian Profesores titular y adjunto de Estructu-
ras, FA, UAI, a cargo de la investigación La influencia de la movilidad estructural en el desarrollo de la arquitectura sustentable (2009-2011).
tes necesidades humanas, según lo expresa Ewald Bubner1. La sociedad actual nos pone frente a la necesidad de la funcionalidad, el cambio y la agilización de procesos, y la arquitectura, fruto de esa sociedad, debe responder a esas necesidades, aunque en su mayoría es inmodificable, haciendo la readecuación de espacio casi imposible, o excesivamente costosa. La posibilidad de que una obra de arquitectura tenga capacidad de transformación, es lo que la hace adaptable, de modo tal que pueda responder a las necesidades cambiantes del medio social y la utilización racional de recursos, materiales y fundamentalmente del espacio arquitectónico.
Una definición de Arquitectura La arquitectura es, esencialmente, la organización de los espacios para el habitar humano. El concepto de habitar evoluciona a través del tiempo, pero empieza por la noción de abrigo, de protección contra el medio natural.
1 Bubner, E., Arquitectura Adaptable, Tecnología y Arquitectura, 1979. Gloria Diez y Eduardo Hougassian
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Esta primera noción de abrigo es propia de todo ser vivo. Hasta los animales necesitan, en determinado momento del día, un abrigo donde protegerse del medio. No se trata de que el medio natural sea esencialmente hostil, pero el desarrollo del ser vivo necesita de momentos de relajación, de tranquilidad, de descanso (imagen 1). El abrigo, particularmente, es mucho más importante para el hombre, que tiene capacidad de razonamiento y de voluntad de dominio de la creación. Podríamos decir en tal sentido que la noción de Arquitectura remite al Arte, Ciencia y técnica de diseñar, proyectar y construir el hábitat humano, una intervención física, equilibrada y armónica con el ambiente, desde un accionar sensible, holístico y sistémico, imagen 1
logrando alcanzar una propuesta integradora con valores estéticos y significativos. La forma de construcción intuitiva de nuestros antepasados -basada en la experiencia inmediata de los procesos naturales- solucionó al mismo tiempo la funcionalidad, los cuidados y la protección térmica. Esta forma de construcción ya olvidada representa la más óptima y dinámica combinación entre el organismo vivo, su habitáculo, y la naturaleza circundante, que es considerada como un todo. El hábitat arquitectónico actual se presenta en su mayoría rígido, estático e inmodificable, haciendo casi imposible futuras transformaciones, así como cambios de forma y de espacio en el tiempo con fines adaptativos. El proyecto investigativo sostiene que la adaptabilidad y capacidad de transformación es una necesidad de la sociedad misma, y que la arquitectura y el diseño actual deben dar respuesta a ésta necesidad de cambio. Es aquí donde aparecen los sistemas móviles (que incorporando el concepto de retroalimentación para su control y movimiento) se perfilan hoy como una de las formas más eficiente para producir respuestas adaptativas, con el objetivo de aplicar las características de estos sistemas en la construcción y desarrollo de una arquitectura adaptable para satisfacer las necesidades del hombre actual, la sociedad y el mundo.
Planteamiento de la pregunta de investigación ¿Es posible la generación de una arquitectura biomimética, a partir de una retroalimentación entre el hombre, la arquitectura y el medio ambiente? La retroalimentación implica un intercambio de información, una interacción constante entre el objeto proyectado y su medio, y una evaluación permanente de resultados para generar procesos. Bajo este concepto puede entenderse la propuesta adaptativa como resultado de adquirir información y procesarla inteligentemente para producir una solución. 2
2 Franco Medina, Ricardo, Estructuras Adaptables, en Revista de Arquitectura, vol. 11, 2009, pp. 108-119. 194
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En una sociedad en permanente cambio, la arquitectura debe tener la flexibilidad para adaptarse a estos. Normalmente las obras de arquitectura, y por ende su estructura, son elementos rígidos, que mantienen un equilibrio estable, es decir están en reposo. Esto implica que aún frente a la acción de cargas dinámicas, sufren deformaciones que de ninguna manera alteran su morfología. En la actualidad se construyen edificios cuya estructura tiene movimiento y altera o modifica su forma, buscando dar respuesta a diferentes problemáticas, tanto funcionales, espaciales, como formales. Sin lugar a dudas, el avance tecnológico en la generación de software de cálculo ha contribuido facilitando el diseño y cálculo de las mismas, aunque en muchos casos se debe utilizar otros métodos de análisis estructural. La naturaleza, y en ella, todos los organismos, se van adaptando de modo de lograr la mayor efectividad con la mayor racionalidad, es decir el menor consumo. Este proceso ha llevado millones de años, y aquellos que no se han logrado han desaparecido. Es así que un diseñador puede tomar ejemplo de ellos, teniendo la seguridad de la mayor funcionalidad del todo y cada una de sus partes, y enriqueciendo de este modo su creatividad. La biónica es la aplicación de soluciones biológicas la técnica de los sistemas de arquitectura, ingeniería y tecnología moderna.3 Analizando la obra de Frei Otto, encontramos en él, uno de los investigadores en este campo. El principio de la construcción liviana comprende algunos conceptos más, como diseñar y construir tan liviano como sea posible, con capacidad de adaptación al sitio de implantación y según los principios de la naturaleza, abarcando entonces también, un significado ecológico. Otto dedicó sus investigaciones al estudio de la forma estructural adecuada, por medio del método de la autodeformación del objeto hasta alcanzar su equilibrio. Tomando como punto de partida el cable colgado de ambos extremos, éste se deformará por la acción de la gravedad, adoptando la forma de la catenaria, como la forma final en equilibrio estructural o una superficie curva de una burbuja de agua jabonosa, que puede ser analizado como una superficie membranal mínima, tensada en equilibrio estático. Estas analogías con la naturaleza, llevó a Frei Otto a denominarlas Construcciones Naturales, tomándolas como ejemplo para llegar a la forma óptima aunque por otra parte no libraba todo el valor de proyecto a la calidad de la solución orgánica o natural: El diseño arquitectónico integral no reemplaza al proceso de generación de la forma, las tareas de diseño deben considerar el factor entorno físico y socio-cultural.
3 http://es.scribd.com/doc/26276542/Introduccion. Gloria Diez y Eduardo Hougassian
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La problemática del Selbstbildungsprozessen (Los procesos de la autogeneración de la forma óptima), lo llevo a acercarse al campo de la biología4. En 1961 organizó con el profesor de biología y antropología JohannGerhard Helmcke de la Freie Universität Berlin (Universidad Libre de Berlin) una serie de seminarios sobre el tema Natur und Technik (Naturaleza y Técnica). Berthold Burkhardt comentó: al comparar la forma constructiva y funcional de por ejemplo una tela de araña, con estructuras similares, desde el punto de vista técnicoconstructivo se necesita un gran conocimiento para comprenderlas. Así la comparación y
imagen 2
meditación sobre sus leyes de generación y su materialización, llevan a considera a la naturaleza como el modelo a imitar. En la imagen 2 se observa alguno de los diferentes estudios que realizo Frei Otto, tomando como base comparativa a las estructuras naturales, y sus posibles aplicaciones en obras de arquitectura entre 1961-1962. Si bien el tema de espacios, que mediante el movimiento de algunos elementos, fundamentalmente la cubierta, puedan variar su funcionalidad es muy antiguo, los nuevos proyectos, teniendo como ejemplo actual las obras de Santiago Calatrava, entre otros, y utilizando todos los recursos que las innovaciones tecnológicas ponen a nuestra disposición, tanto en materiales, avances mecánicos, como softwares para el diseño y cálculo pueden dar al arquitecto un mayor vuelo en su creatividad para resolver diferentes planteos. Siendo, según el diccionario la biónica el estudio y la aplicación de los procesos biológicos al proyecto y realización de aparatos y sistemas electrónicos, particularmente en el campo de la automática, y utilizando el término como sinónimo de cibernética que significaría la creación de automatismos similares a los que posee un ser vivo, se plantea la posibilidad de utilizarla como símil para su aplicación al campo de las estructuras móviles. Etimológicamente, la palabra viene del griego bios; que significa vida y el sufijo ico que significa relativo a. La biomimetica, según David Kirkland (arquitecto del estudio Grimshaw, una de las oficinas mas renombradas de structural design) es el estudio y entendimiento de la
4 Jacobo, Guillermo, Ejemplo de diseño estructural experimental en arquitectura como metodología de diseño arquitectónico, revista Área Digital 9, Buenos Aires, 2008.
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naturaleza y como transferirlo o aplicarlo en la industria. Si bien algunos proyectistas utilizan esta palabra para hablar de diseño, a partir de la ingeniería genética, el ser humano ha utilizado la biomimética desde el principio de los tiempos, ya que consiste en aprender de la naturaleza. La biomimética o biónica toma a la naturaleza y sus soluciones, como ideas generales de diseño, desde el vuelo de un pájaro hasta la geometría de las colmenas. El poder de inspiración que tiene la naturaleza no es casual. Si nos fijamos en lo que sabemos acerca de cómo se han conformado los mecanismos naturales que nos rodean observaremos que se basan en leyes de adaptación regidas por mínimos consumos con máxima efectividad. Estos mecanismos han tenido millones de años para perfeccionarse o dejar de existir. De esta manera podemos estar seguros de que cualquiera de estos procesos poseen un gran valor funcional y por lo tanto
Imagen 3, Beijing National Aquatics Center
una gran herramienta para el diseñador que sea capaz de implementarlos en sus estrategias creativas.5 Cuando analizamos el funcionamiento de los pulmones, o un árbol con sus ramas, las ramificaciones de un río, podemos verificar que la naturaleza utiliza los menores recursos, tratando de obtener el mayor provecho, ya sea mayor luz solar en el caso de los árboles, el menor recorrido hacia el punto más bajo, en el caso del agua o la mejor distribución del oxigeno, en el caso de los pulmones. Las burbujas (pueden ser burbujas de jabón) contenidas dentro de un volumen, generan una geometría espacial, basado en la estructura de Weaire-Phelan, que ha inspirado a los diseñadores de la estructura del Beijing National Aquatics Center (I3). Nuestro planteo apunta a la adaptación del espacio según las posibilidades del objeto, de modo tal que estará sujeta a las propiedades de los materiales y las posibilidades de asociación entre ellos que permitan generar distintos espacios posibles para un mismo edificio, investigando el desarrollo de elementos o piezas variables que pueden ser trasladadas, rotar o plegarse. El objetivo general es determinar la relación entre los proyectos de arquitectura con partes móviles y la biomimética, entendiendo como tal, la aplicación de soluciones biológicas la técnica de los sistemas de arquitectura, ingeniería y tecnología moderna, especialmente en su utilización para el diseño de estructuras. Una exploración de nuevas
5 Carratalá, Sergio, Biomimética: donde la naturaleza y el diseño convergen Gloria Diez y Eduardo Hougassian
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Imagen 4, Flor de Hannover, ahora, Flor de Venezuela
formas estructurales basada en mecanismos existentes en la naturaleza partirá con muchas más ventajas y posibilidades de éxito. A continuación se recogen los pasos básicos en el análisis estratégico para implementar un diseño biomimético según:
• 1) Identificación de las necesidades a solventar • 2) Selección de la característica deseable de un organismo • 3) Detección de los principios, procesos y patrones que se repiten en diferentes organismos y dan solución
• 4) Elaboración del modelo descriptivo del sistema biológico, para desarrollar ideas y soluciones
• 5) Comprobación de la viabilidad de las propuestas adoptadas Se trata de incorporar un ejercicio de investigación sobre diseño arquitectónico en una materia técnica y trabajar el concepto del arte y la técnica como un todo indivisible. 198
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En el mundo del diseño estructural de estructuras y cubiertas móviles, existen algunos ejemplos de tecnologías existentes inspiradas en la naturaleza.
La Flor de Hannover ahora Flor de Venezuela Esta estructura (I4), diseñada por Fruto Vivas, fue el Pabellón de Venezuela en la exposición mundial de Hannover en el año 2000. En la actualidad se ha implantado en Barquisimeto. Se trata de una estructura de tres niveles con una bóveda de 16 pétalos que se abren y cierran según el estado del tiempo,sobre un tallo hidráulico de 19 metros de altura, que fue uno de los pabellones más experimentales de la muestra. Titulada Una flor para el Mundo, la estructura se inspira en los monolíticos tepuyes que se levantan imponentes en medio del paisaje de la Gran Sabana, así como en la flor nacional de Venezuela, la orquídea.6 Cuando está abierta, o en plena florescencia, si se quiere, la flor tiene un diámetro de 39 metros. La flor se caracteriza por la ligereza de la estructura de acero y vidrio, la movilidad de la cubierta y el contenido de la exposición basado en la biodiversidad del país. La solución técnica de la estructura móvil si bien no se basa estrictamente en la replicación de la biomecánica vegetal (cuya complejidad química y metabólica en si imposible de sintetizar y menos en la escala de una obra) si analiza la geometría genérica del objeto natural y no sólo efectúa una réplica simbólica o metafórica sino que asimismo extrae algunas pautas funcionales y formales del objeto natural.
Museo de Arte de Milwaukee/ Hemisferic El Museo de Arte de Milwaukee (I5), ubicado junto al lago Michigan, ocupaba inicialmente las dos plantas inferiores de un edificio diseñado en 1957 por Eero Saarinen. En 2004 se
Imagen 5, Museo de Arte de Milwaukee
encaró su ampliación cuyo diseño y ejecución se encargó a Santiago Calatrava. La estructura, cuya forma recuerda un barco, está realizada en acero blanco y cemento y se comunica con la Wisconsin Avenue a través de un puente peatonal atirantado. El diseño está rematado por una importante estructura cinética realizada en cristal y acero que se abre y cierra como las alas de un gran pájaro y cuyo eje es un mástil inclinado 47 grados, paralelo al mástil del puente peatonal adyacente. El complejo denominado Hemisferio (I6) fue el primer edificio abierto al público de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Es una construcción con
6 http://www.biotelsuites.com/conociendo-barquisimeto/flor-de-venezuela/ Gloria Diez y Eduardo Hougassian
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Imagen 6. Museo de Arte de Milwaukee
forma de ojo que en su interior alberga una gran sala con una pantalla cóncava de 900 m² y 24 metros de diámetro. La cubierta del cine parece los párpados de un ojo que se pueden abrir o cerrar. Nuevamente en este caso – y ello será evidente en casi los trabajos del valenciano Calatrava, de sólida formación técnica-ingenieril en Suiza- que el desarrollo técnico de las estructuras móviles de cubierta que suele desarrollar escogen y adaptan algunas características morfológicas de sus objetos de referencia, tanto del mundo orgánico – en cuanto a imitar el funcionamiento de los párpados oculares, pero la mecánica utilizada no puede replicar la cuestión compleja del cierre o apertura según estímulos luminosos – como del mundo técnico – en este caso, tratando de adaptar propuestas de diseño naval o aeronáutico con sus temas específicos de aerodinámica, liviandad y capacidad de la forma de sustentarse en medios ingrávidos, desafiando el peso y la tectónica-, etc.
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Estructuras a la luz de la biónica: cubiertas adaptables
Estadio de Oita El estudio de Kisho Kurokawa diseñó este edificio (I7) que fue una de las sedes más importantes en los juegos del Mundial 2002. En el diseño del estadio Oita una porción de esfera aparece sobre la tierra, que hace posible que su techo retráctil -uno de los más grandes del mundo- se mueva a lo largo del techo fijo durante unos veinte minutos para abrir, y otros veinte para cerrar. La elipse que describe el eje norte-sur de las porciones movibles del techo, vista desde arriba, se asemeja al parpadeo de un ojo; de allí el sobrenombre del estadio: El Gran Ojo. Los párpados son porciones de estructuras enmarcadas con membrana de teflón, cuya permeabilidad lumínica hace del sol la única fuente de luz diurna.7 Así, la posibilidad de realizar juegos se independiza totalmente de las condiciones climáticas,
Im agen 7. Estadio de Oita
y el césped natural de la cancha recibe luz solar directa. Los bordes del edificio rodean en un ciento por ciento al público, aunque su casco se encuentra levemente separado del piso y forma un espacio abierto entre los asientos y el techo, que brinda ventilación natural y permite a los espectadores disfrutar del paisaje a su alrededor. En este caso la innovación tecnológica de estas arquitecturas para el deporte y el espectáculo – es decir, espacios de grandes luces de cubierta para albergar multitudes- aúna modalidades de movilidad completa del cerramiento (para manejar situaciones de apertura total al aire libre) junto a características de los materiales de cubierta tales que maximicen la captación de luz y asoleamiento con lo cual se consigue no sólo que la actividad pueda hacerse al aire libre según las circunstancias climáticas favorables sino además que las características del cerramiento puede maximizar condiciones de economía energética en relación a luz y acondicionamiento. .
7 www.lanacion.com.ar/222804 Gloria Diez y Eduardo Hougassian
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Imagen 8, Stand Temático de la Sed en la Expo Zaragoza 2008.
Stand Temático de la Sed en la Expo Zaragoza 2008 Enric Ruiz se encargó del Pabellón de la Sed (I8), edificio destinado a albergar exposiciones temporales con motivo de la celebración Expo Zaragoza 2008. La estructura consiste en una cúpula de unos 40 metros de diámetro que cubre un espacio destinado a la exposición del mismo nombre.
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El pabellón pretende representar una montaña de sal. Para producir este efecto la cubierta presenta como singularidad el acabado de la cúpula, en la que la estructura se cubrirá con membranas de EFTE infladas sobre las que se pulverizará agua con sal de tal forma que a lo largo la exposición se consiga una cierta película de sal sobre la cúpula. Esta película de sal puede ser un problema importante para la estructura metálica, por lo que se tiene que independizar la estructura de cualquier contacto con ella. La estructura que soportará la cubierta de EFTE se resuelve con un entramado de barras distribuidas de forma orgánica alrededor de la cúpula. La geometría de la estructura responde a la voluntad formal del sistema del proyecto. La cúpula está formada por barras rígidas curvas formando hexágonos y pentágonos de diferente tamaño. Todos los perfiles son curvados según una circunferencia de 22.58m de radio en la zona central de la cúpula y según una de 3.75m en los apoyos de las barras en la cimentación. Los nudos entre barras se resuelven mediante tambores de diámetro variable según el tamaño de los perfiles que conforman dichos nudos.
Estadio Qi Zhong (La Magnolia) El estadio Qi Zhong (I9), donde se jugó el Master Cup de Shanghai 2007, se construyó especialmente para que se jugara este torneo, posee toda la tecnología y los detalles de confort, tanto para los asistentes como para los deportistas. Así lo pensó y lo proyectó el arquitecto japonés Mitsuru Senda, que tuvo como idea generadora para su diseño, una flor. Quería que el estadio fuera tan hermoso como lo es la flor característica de la ciudad de Shanghai: la magnolia. Como en casos precedentemente comentados la analogía arquitectónica utilizada toma del vegetal de referencia aspectos inherentes a su arquitectura formal, a su conformación geométrica y a las características geométricas de la flor. Debido al clima de la ciudad, que tiene estaciones muy marcadas, la lluvia se concentra en los meses de otoño, los veranos son muy calurosos y los inviernos muy crudos, por lo que el tema del cerramiento era un punto importante dentro del diseño. Es por esto que el techo se abre o se cierra según la necesidad, lo que genera una analogía con el florecimiento de la magnolia. La estructura del estadio –llamada estructura de anillo– tiene una forma fuerte y confiable. El techo movible del estadio está formado por ocho pétalos. Cada uno de éstos pesa dos toneladas y se apoya sobre una viga redonda de sección en triángulo invertido. Cada pétalo puede moverse por carriles, y juntos constituyen la viga voladiza. Este sistema puede soportar incluso la fuerza de un tifón. El edificio tiene un total de cuatro pisos y se eleva 40m sobre el nivel del terreno. El Qi Zhong fue pensado específicaGloria Diez y Eduardo Hougassian
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Imagen 9. Estadio Qi Zhong (La Magnolia
mente para el tenis, pero puede ser adaptado para otros deportes como el básquetbol, ping pong, vóleibol y gimnasia artística. Aquí también pueden situarse los límites que la tecnología arquitectónica tiene que asumir por sus características, para replicar de manera compleja las características orgánico-funcionales en este caso, de un elemento vegetal, ya que en esta referencia, la movilidad de los pétalos de la replicación de la magnolia debe resolverse primordialmente por medios mecánicos que logren desplazar piezas de considerable peso.
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Estructuras a la luz de la biónica: cubiertas adaptables
Conclusión Con el avance de la tecnología, actualmente la arquitectura recurre a proyectos que se apoyan en modelos o funciones matemáticas que resultan en soluciones de una gran complejidad, que adaptan y copian elementos de la naturaleza. A menudo se trata del desarrollo de modalidades que logren replicar las características de geometría compleja o variable de las piezas naturales que se imitan. Una de esas modelísticas que logrado acercar si se quiere, el mundo de las construcciones naturales con el de las arquitectónicas, es la utilización reciente de las geometrías fractales. En la Mediateca de Sendai (2001), el arquitecto Toyo Ito, utiliza la forma de los árboles en la concepción de la estructura, donde el espacio y la luz fluyen de manera franca entre los diferentes niveles del edificio (I10). Son 13 haces de estructuras tubulares de acero recubiertas en vidrio que, semejando una retorcida estructura orgánica semejante a un alga, atraviesan y sostienen las plataformas, hasta sobresalir en el techo. Aquí las referencias al mundo de la naturaleza va mas allá de las analogías es-
Imagen 10, la Mediateca de Sendai.
tructurales ya que la concepción arquitectónica hace que sus columnas arborescentes no sólo repliquen la función estructural de un tronco+ramas de arboles sino que también contengan los conductos de servicios de modo análogo a las nervaduras de savia que definen para los arboles, su condición y fisiología de crecimiento. Sin embargo como es obvio, el bosque de la mediateca de Ito no podrá componerse de piezas con vida, es decir, que crecen o mutan. La generación de formas se ha facilitado por los métodos de modelización digital con los que se posibilita una rápida conversión de formas complejas en objetos reales. La materialización de estas Gloria Diez y Eduardo Hougassian
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formas implica la incorporación del ambiente como variable a considerar en su búsqueda, mediante el uso optimizado de los materiales, la disminución del gasto energético total y la minimización del impacto ambiental. La simulación digital permite analizar y optimizar tanto el comportamiento estructural como el acústico, el lumínico y el climático. Pero las investigaciones sobre el aprovechamiento de las bioingenierías del mundo natural (que están seguramente más avanzadas en el diseño de piezas anatómicas artificiales para el reemplazo de diferentes órganos o piezas corpóreas) tiene todavía por delante un largo camino experimental en el caso de la arquitectura, sobre todo para reducir los costos de la mayor sofisticación técnica de materiales y procesos – por ejemplo, aquellos de los llamados edificios inteligentes, o edificios sensibles a estímulos externoso hacer que éstos puedan paulatinamente compensarse con ahorros energéticos, mayor durabilidad de los objetos, posibilidad de reducción de sus residuos y emisiones y disminución de los costes de mantenimiento y servicio. La biónica deberá evolucionar, con la experimentación adecuada, de un estatus que actualmente se caracteriza por lo que podría llamarse una biomórfica (es decir, una imitación analógica de condiciones formales devenidas del mundo natural) a situaciones más complejas del orden de la función y las prestaciones, incluidos factores de movilidad estructural y flexibilidad para la adaptación a cambios de programas en escala y función y todo ello dentro del crecientemente influyente paradigma de sustentabilidad matéricoenergética que tiene cada vez más a convertirse en dato central de las agendas políticas, económicas y sociales actuales.
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Estructuras a la luz de la biónica: cubiertas adaptables
Reglas de autómata celular y tránsito de Buenos Aires
Sergio Iguri
Introducción
Profesor Titular de Matemática y Física en
Las condiciones actuales de la movilidad en las grandes metrópolis, en particular en la
la FA, UAI, a cargo del proyecto de investi-
ciudad de Buenos Aires, generan múltiples interrogantes acerca de qué tan apropiados son
gación Reglas de autómata celular para el
los lineamientos de control de tráfico que tradicionalmente se implementan en las redes
flujo vehicular en la ciudad de Buenos Aires
urbanas. Sin embargo, el nivel de complejidad que supone la administración del tráfico de
(2011-2013), en el cuál también participan N.
alta densidad hace virtualmente imposible ensayar cualquier estrategia de control en forma
Kovenski y F. Saul, asimismo coautores de
directa sobre la malla vial, de modo que la utilización de plataformas de simulación resulta
este escrito.
inevitable a la hora de validar políticas de planeamiento urbano. Con esto en mente, hemos planteado el diseño de un algoritmo de autómata celular para la caracterización microscópica del flujo automotor con el objeto de reconocer nuevas magnitudes relevantes en lo que a la descripción del fenómeno vial respecta y reproducir satisfactoriamente el comportamiento vehicular en las proximidades de cruces viales. Las plataformas de simulación para tráfico urbano pueden ser catalogadas de acuerdo al modelo en que se sustentan, los cuales, a su vez, se clasifican en macroscópicos, microscópicos o mesoscópicos. Los modelos macroscópicos son, en general, apropiados para las aplicaciones de gran escala donde las principales variables de interés se encuentran relacionadas con las características globales del flujo. Su calibración puede llevarse a cabo de manera relativamente sencilla utilizando, por ejemplo, sensores de bucle inductivo. Los modelos microscópicos, por su parte, emplean la escala más reducida para la descripción y el análisis de los sistemas de tráfico urbano y en este sentido sus variables se relacionan con el comportamiento de vehículos individuales o “células” en relación a la infraestructura y a los demás conductores en malla. Por último, los modelos mesoscópicos presentan una aproximación intermedia entre los anteriores en la medida en que mezclan
Sergio Iguri
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conceptos y herramientas de ambos esquemas para analizar la evolución de los grupos vehiculares interpretados como entidades autónomas. El hecho de que los modelos microscópicos procuren representar comportamientos individuales aumenta en gran medida su complejidad y eleva los costos de las plataformas que los emplean. Sin embargo, su desarrollo es imprescindible a la hora de comprender ciertos fenómenos viales, como la nucleación y el embotellamiento, y de crear políticas de gestión de tráfico en las que intervengan la semaforización y el diseño estructural. De todos los modelos a pequeña escala, los esquemas de autómata celular han ganado particular interés en los últimos años debido a su sencillez conceptual y ductilidad en el armado de magnitudes observables. El primer modelo de autómata celular aplicado al tráfico vehicular fue propuesto en 1992 por Nagel y Schrekenberg [1, 2, 3], y si bien se lo puede tildar de simplista ya que está ba-sado exclusivamente en la correlación entre la distancia intercelular y las velocidades máximas, permite obtener una relación flujo-densidad realista y reproducir satisfactoriamente el embotellamiento espontáneo y la formación de ondas de choque en autovías. Desarrollos posteriores del modelo de NS han incorporado nuevos parámetros de control como la velocidad relativa intercelular [4, 5, 6] y la memoria a corto plazo del campo de velocidades [7, 8, 9, 10]. Se han consignado también estudios que han extendido los resultados para el caso de dos y hasta tres carriles simultáneos [11]. Recientemente se han publicado varios trabajos que emplean técnicas similares para el estudio de la movilidad vehicular en Portland, Los Ángeles, Tokio y Bogotá [12, 13, 14, 15]. Este último, que es el que presenta el caso de mayor contacto con la realidad de nuestra ciudad, merece una mención especial. Olmos y Muñoz incorporan tres nuevos elementos para el análisis de tráfico automotor en Bogotá: la histéresis entre el aumento y la disminución de la velocidad, el tiempo de reacción para la aceleración y el frenado instantáneo. Tras simular una línea simple de tránsito con condiciones periódicas de contorno obtienen un diagrama fundamental que ajusta correctamente con el experimental no sólo en el perfil de la función sino también en los valores numéricos de la capacidad vial y de la densidad de flujo máximo. Logran asimismo describir en forma satisfactoria la formación y posterior evolución de las ondas de choque y caracterizar la transición de fase entre tráfico libre y congestionado. El objetivo último de nuestro trabajo es la cuantificación de magnitudes de interés como las consideradas en estas referencias en función de describir el tránsito de automotores en las principales arterias de la ciudad de Buenos Aires y de estimar su capacidad vial y densidad de flujo extremo. Uno de los aspectos destacables del trabajo [15] es que permite reconocer en las condiciones periódicas de contorno una fuente para la aparición de falsos picos en el diagrama fundamental asociado a rutas cortas [16] lo cual sugiere, a su vez, que la consideración de condiciones de borde más realistas puede dar lu208
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Reglas de autómata celular y tránsito de Buenos Aires
gar a conclusiones fenomenológicamente relevantes en lo que a la evolución del tráfico en pequeñas vías respecta. No es aventurado predecir que cualquier conclusión en este sentido encontrará aplicaciones interesantes en el diseño de autovías y en su semaforización, aspecto que es dejado conceptualmente de lado en toda la bibliografía pertinente. Uno de los objetivos finales que se plantea en este trabajo es, pues, el de analizar los efectos del control de las condiciones de contorno en los modelos de autómata celular aplicados al tráfico vehicular, estudiando su comportamiento cerca de los cruces viales.
Autómatas celulares y el modelo de Nagel y Schreckenberg La principal hipótesis que sustenta la estocástica de autómatas celulares es que un número relativamente reducido de reglas permite reproducir en forma satisfactoria el comportamiento colectivo de los sistemas que se intenta describir. Por supuesto, existe una correlación determinante entre la constitución de estas reglas y la cantidad de magnitudes observables relevantes, lo cual le confiere especial simplicidad a este tipo de modelado en tanto se sostenga esta hipótesis de pocas variables. En caso contrario, se ve incrementado el costo computacional, hecho que redunda en el potencial predictivo del esquema teórico en cuestión. El modelo de NS es un modelo de tráfico para vías rápidas que provee una descripción minimal de las interacciones microscópicas entre vehículos. De acuerdo con este modelo, la autovía se presenta como un reticulado unidimensional de longitud L sujeto o bien a condiciones periódicas de contorno (NSp) o bien a condiciones de frontera abierta (NSa). Los sitios de la red pueden estar vacíos o dar cuenta de la presencia de un vehículo cuya velocidad v se corresponde con un valor entero comprendido entre 0 y vmax y es la cantidad de sitios que el vehículo recorre en un intervalo temporal. El número de automóviles en malla N es una variable predefinida del modelo. Las reglas del modelo de NS pueden resumirse de la siguiente manera:
• Regla 1. Aceleración. En cada instancia la velocidad se actualiza de manera que cada móvil acelera en una unidad hasta llegar, eventualmente, a la velocidad máxima, o sea, XXX1
.
• Regla 2. Frenado por la interacción con otros vehículos. La velocidad se actualiza de acuerdo con
XXX2, donde b es la distancia en sitios que
separa a un vehículo de su predecesor. Con esta regla se evitan los accidentes vehiculares.
• Regla 3. Randomización por frenado aleatorio. Con probabilidad p, si un vehículo no está completamente detenido, su velocidad se reduce en una unidad, o sea, Sergio Iguri
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su velocidad se actualiza como
XXX3.
• Regla 4. Evolución del sistema. Los móviles se desplazan de acuerdo con la velocidad determinada en los ítems anteriores. Las características propias de la malla que se describe y su administración permiten fijar las variables configuracionales y los demás parámetros de ajuste. Está generalmente aceptado que las reglas NS son consistentes con una longitud de célula de 7,5 m, equivalente al tamaño promedio de los vehículos y la distancia con sus predecesores en un congestionamiento, y una unidad temporal del orden del segundo. Con esto resulta que v=1 se corresponde con una velocidad de 27 km/h en malla y vmax=5 se corresponde con una velocidad máxima real de 135 km/h.
Modelo para intersecciones viales Inspirados en el modelo NS hemos diseñado un algoritmo para la simulación de cruces en rutas rápidas. En lugares predeterminados del reticulado vial se modelan estas intersecciones empleando tres nuevos parámetros: la probabilidad pout de que un vehículo sea retirado del sistema en un cruce, la probabilidad pin de que estando una intersección habilitada ingrese un nuevo vehículo al sistema y la velocidad de ingreso vin. Las reglas de autómata que se agregan a las anteriores son:
• Regla 2b. Egreso de móviles. Frente a cada intersección se contempla la posibilidad de que un vehículo sea retirado del sistema. La probabilidad de que esto ocurra es pout.
• Regla 4b. Ingreso de vehículos. En cada intersección se produce, con probabilidad pin, el ingreso de un nuevo vehículo con velocidad vin. Es relevante destacar que en nuestro caso el número de móviles en ruta no se prestablece sino que resulta determinado una vez que el sistema se relaja. El único saco que requiere de la inclusión de N como variable previa es el caso pin=pout=0, el cual se corresponde con el modelo NS con condiciones de frontera periódicas (NSp). Nótese que, por otra parte, el caso pin=pout=1 se corresponde con el modelo NS con condiciones de contorno abiertas (NSa), de manera que nuestra simulación brinda un continuo de modelos entre los modelos NS originales, esto es, un continuo de modelos que extrapolan entre las dos condiciones de contorno extremas consignadas en [1]. El algoritmo fue implementado en C++. En las I1, 2, y 3 se presentan las simula-
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Reglas de autómata celular y tránsito de Buenos Aires
ciones para tráfico libre, tráfico congestionado y tráfico en transición para L=60, vmax=5 y cuatro intersecciones equidistantes.
Resultados 1. Perfiles de densidad La densidad en el sitio i-ésimo de la ruta se define como: XXX4 Donde T es el tiempo de medida, t0 es el tiempo de relajación del sistema y ni(t) es 1 si el sitio está ocupado y 0 en caso contrario. En las figuras 4, 6 y 8 pueden observarse los perfiles de densidad obtenidos para una ruta con L=1024 sitios y una velocidad máxima vmax=5 en el caso determinista, o sea, con p=0. El tiempo de relajación fue fijado en t0=500000 loops y el número de corridas en equilibrio fue T=250000 loops. Los distintos valores de pin y pout que se indican corresponden a tráfico libre, transición y tráfico congestionado, respectivamente. en ciclos de longitud menor o igual a vmax, longitud
La variabilidad de
característica del sistema, no es representativa de la evolución real y es consecuencia de la discretización temporal propia de los modelos de autómata celular. En las I5, 7 y 9 se muestran los perfiles de densidad promediados sobre intervalos de longitud vmax.
2. Densidad, flujo y parámetro de orden En las I10, 11 y 12 se muestran la densidad, el flujo y el parámetro de orden para la posición central de la autovía en función de las probabilidades de ingreso y egreso. Los demás parámetros fueron fijados en los valores consignados anteriormente. El flujo se define como: XXX5 donde qi(t) es igual a 1 si en el instante t existe un vehículo localizado antes de la i-ésima celda que pueda alcanzarla en t+1 y 0 en cualquier otro caso. Por su parte, el parámetro de orden está dado por: XXX6 donde
es igual a 1 si la velocidad del vehículo en cuestión está
siendo afectada por o afecta a alguno de sus vecinos y 0 si no, i.e., el parámetro de orden cuantifica la fracción de móviles que están “clusterizados”. Resulta evidente de las figuras que la transición de fase entre régimen libre y tráfico congestionado se produce cuando 0,65 o bien para
XXX9 0,65 para
XXX7 para XXX10 0,65.
XXX8
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3. Diagrama fundamental y parámetro de orden vs. densidad En la I13 se presenta el diagrama fundamental o diagrama de flujo vs. densidad para el caso determinista. Como en el modelo NS original, en régimen libre la relación
XXX11, mientras que para el régimen de tráfico XXX12. La transición se produce cuando
entre estas magnitudes es congestionado se tiene que
XXX13 0,08.
El gráfico del parámetro de orden en función de la densidad se muestra en la figura 14. A partir de este gráfico puede determinarse el exponente crítico de la transición.
XXX14, con
Se obtiene:
XXX15 0,7.
Observaciones y trabajo a futuro Una primera observación que se desprende de las I13 y 14 es que entre
XXX16 0,1 y
XXX17 0,42 sólo el 1,1% de los modelos se ve representado. Esta
diferencia remarcable entre el modelo NS original (y otros modelos relacionados), en el que este gap no aparece, y nuestro esquema remite a la discusión de si la descripción apropiada del comportamiento vehicular observable requiere de funciones discontinuas o no [17]. Respecto de los perfiles de densidad puede verse que caracterizan la fase del sistema en que se producen. En el primer caso, es manifiesta la necesidad de emplear la escala propia del sistema, vmax, para obtener gráficos realistas. Este efecto se observa aún fuera del caso determinista y como efecto de borde para probabilidades de randomización bajas (
XXX18 0,2).
En cuanto a la continuación del trabajo, resta el análisis del caso determinista con un número de accesos mayor a uno y el estudio de los casos no deterministas. Además profundizaremos el estudio de la formación y las características de núcleos o clusters de vehículos.
Referencias bibliográficas [1] K. Nagel y M. Schreckenberg, J. Phys. I (France) I2, 2221 (1992). [2] K. Nagel, Phys. Rev. E 53, 4655 (1996). [3] M. Schreckenberg y K. Nagel, Traffic Jam Dynamics in Stochastic Cellular Automaton. LAUR 95-2132 (1995). [4] A. Schadschneider y M. Schreckenberg, J. Phys. A 26, L679 (1997). [5] B. Eisenblatter, L. Santen, A. Schadschneider y M. Schreckenberg, Phys. Rev. E 57, 1309 (1998). [6] G. Csányi y J. Kertész, J. Phys. A 28, L427 (1995). 212
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Ilustraciones 1,2 y 3: Simulaciones de autovías en régimen de tráfico libre, en plena transición y en régimen de tráfico congestionado. Con X se indican las células que serán removidas del sistema en el siguiente paso.
Ilustraciones 4 y 5: Perfil de densidad (por sitio y promediado en celdas de medida vmax) para pin=0,2 y pout=0,5.
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Ilustraciones 8 y 9: Perfil de densidad (por sitio y promediado en celdas de medida vmax) para pin=0,8 y pout=0,5.
lustraci贸n 10(a,b): Densidad vs. Pin, Pout.
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Ilustraciรณn 11(a,b): Flujo vs. Pin, pout.
Ilustraciรณn 12 (a,b): Parรกmetro de orden vs. Pin, pout.
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Reglas de autรณmata celular y trรกnsito de Buenos Aires
Ilustraci贸n 13: Diagrama fundamental (Flujo vs. densidad)
Ilustraci贸n 14: Par谩metro de orden vs. densidad.
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Diseño, creación de valor y regulaciones Una comparación de marcos regulatorios actuales para el ejercicio de la profesión de la arquitectura
Enrique Talenton
Introducción
Profesor titular de Proyectos, FA, UAI, a cargo
Los arquitectos trabajamos para una sociedad concreta en un contexto concreto. Si nuestra
de la investigación del mismo nombre que
producción es valorada por esta sociedad, somos parte activa de la misma. Cuando nuestra
este ensayo (2010-2012).
labor no se integra en una dinámica socio-profesional de mutua transformación, se produce un divorcio entre lo que valora el arquitecto y lo que percibe e interpreta la sociedad. Al interior de la profesión los criterios de valor o calidad otorgados a una práctica profesional suelen formularse según criterios que históricamente tratan de vincularse con la evolución de las prácticas y el ajuste de lo realizado según lo que se entienda como lo que corresponde a cada época: a menudo este criterio de avance – por ejemplo en figuras como Le Corbusier- implica proceder en el marco de experimentaciones de vanguardia legitimadas por ese mismo deseo de avanzar en el saber y las prácticas, algo común por lo demás, en todas las artes. A su vez, desde el punto de vista tecnológico la arquitectura valora internamente acciones que impliquen innovación y desarrollo lo cual – en casos como Norman Foster- implica fijar parámetros de calidad, ligados a la superación de prestaciones previas (más altura, más livianas, menos pesos, etc.). Pero la mayoría de – si no toda – la producción de arquitectura tiene un destinatario social, es decir, está motivada por una exigencia de calidad funcional (más allá de la calidad estética) y por tanto la sociedad que recibe tal trabajo puede formular una meta o requisito de calidad: en esa articulación de calificación endógena (de los arquitectos o productores) y exógena (de la sociedad) es que deben buscarse criterios comprehensivos de valor. Se trata, por ejemplo, de evitar el doble discurso que atraviesa una de las obras magnas de la arquitectura moderna, la Ville en Poissy, de Le Corbusier (1929), juzgada unánimemente por la historiografía como una pieza superlativa de la modernidad y que su dueña,
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Madame Savoye, apenas la habitó unas pocas semanas indignada por defectos elementales (como dice en una carta: arquitecto, llueve en el garage, en el living, en todas partes!!!). La Arquitectura es una profesión compleja, que provee a la sociedad de respuestas a sus requerimientos en términos de espacios y en general de disposiciones que permiten albergar y ejecutar numerosas actividades humanas. Sin embargo, en estas respuestas hayamos más valor que el solicitado por el cliente individual o la sociedad como sistema. La justa medida entre requerimiento, expectativa y satisfacción directa (S=R/E) tiene siempre componentes de valor diferencial que hacen de la Arquitectura algo más que una prestación de servicios o un proceso de producción - construcción. La indagación, interpretación y análisis crítico de los canales dinámicos que conectan al arquitecto con su contexto histórico y cultural ha dado y seguirá dando tema para muchos trabajos teóricos, ensayos y proyectos de investigación. En este caso la noción de valor producido en el acto de diseñar, como problema amplio, es analizada en un entorno muy restringido, el de las normas y regulaciones que lo condicionan. La ley, la norma, la regulación genera condiciones de borde a nuestro accionar; delimita nuestra formación básica, establece los conocimientos las condiciones y requisitos para ser un profesional matriculado, obliga a la creación de instituciones que velen por la seguridad del público en relación a nuestras prácticas, etc. Por esto, al momento de pensar en normas de ejercicio profesional, procedimientos de control de este ejercicio o los contenidos de los programas de formación y educación profesional, este tipo de indagación se hace relevante. Un proceso educativo, que interactúa con el contexto social, favorece la formación de profesionales capaces de dar respuestas a las problemáticas futuras de la cultura donde se insertarán. Quizá, expresándolo con más propiedad, una formación para que los arquitectos sean capaces de visualizar y plantear de un modo consistente los problemas futuros a los cuales dará respuesta. Las nuevas demandas sociales y expectativas sobre la Educación Superior han producido, y producen, cambios en el escenario laboral y profesional, tanto como en las formas de producción y legitimación de conocimiento y sus circuitos. La parte del contrato social que corresponde a los arquitectos ha cambiado permanentemente a lo largo de la historia, por lo tanto poder tener en claro cual es la demanda social sobre los profesionales de la arquitectura es un trabajo permanente que como disciplina debemos llevar adelante. Las sociedades crean y producen a partir de sus impulsos culturales primordiales, pero mantienen por la persistencia de los valores presentes en sus creaciones y productos. Toda creación no valorada fenece o es olvidada, es decir que el dotar de valor 220
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Diseño, creación de valor y regulaciones
a una cosa va mas allรก de la pura satisfacciรณn puntual, porque ademรกs contribuye a crear
Ilustraciรณn 1
conciencia histรณrica acerca de la calidad de algunas cosas respecto de otras (el reconocimiento puntual de un valor superlativo a una pieza respecto de otras es lo que funda el
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acuñamiento de la noción de patrimonio cultural, histórico o artístico). Es natural, entonces, la preocupación por entender que valor aportan los profesionales de la arquitectura a la sociedad y como ésta percibe este valor. La creación de un valor percibible por medio del diseño es lo que nos diferencia, a los arquitectos, del papel meramente funcional de constructores o edificadores. La Arquitectura, en tanto bien simbólico, es interpretada y valorada en un contexto de creencias artísticas; pero también es interpretada y valorada en un contexto de respuestas efectivas en términos funcionales, tecnológicos y económicos. El análisis de los fenómenos valorativos nos obliga a una visión múltiple de la producción de Arquitectura, pues más allá del marco referencial intra-disciplinario que tiene sus propios canales de valoración y legitimación (publicaciones, concursos y entornos de teoría y crítica, entre otros) está la interacción social como un sistema adaptativo complejo de referencias. En este sentido las profesiones más antiguas, la arquitectura entre ellas, se ven embarcadas muchas veces en inercias históricas que las mantienen en ámbitos de interpretación y valoración epistémicos poco permeables. Cabe mencionar también, que muchos intentos de abrir el espectro de sistemas de referencia a otras disciplinas terminaron en fiascos poco alentadores. Un buen número de intentos bienintencionados por producir una arquitectura más sociológica, o más industrializable, más mercable, más mediática o más amigable con el entorno, nos han dejado un tendal de ejemplos francamente olvidables. En muchos casos por desnaturalizar la actividad del diseñador de edificios, pero principalmente por la colisión valorativa dentro de la interacción disciplina – sociedad. Este trabajo busca ser un aporte a esa búsqueda permanente e irrenunciable de la profesión de la Arquitectura: El crear propuestas más precisas y enriquecedoras al requerimiento de una sociedad del hoy para mañana en términos de hábitat.
El problema valorativo y la noción de Valor Cuando alguien vende algo, se pregunta cada día qué valor tiene eso que va a vender para saber a qué precio lo va a ofrecer. Quién compra, por otro lado, se pregunta cuánto está dispuesto a pagar por eso que tiene que comprar; para saber si su valor es justo. Cuando se proyecta una inversión en bienes raíces, se analiza si la localización es valiosa, si el aporte del diseño agrega valor, si el costo de la construcción tiene un valor adecuado y si el valor de mercado, de aquello que se va a vender, es el que permite cerrar una ecuación con un saldo positivo, pues el objetivo es el lucro. Hasta aquí todo parecería ser pura matemática contable o financiera. 222
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Diseño, creación de valor y regulaciones
Entramos en un territorio de mayor complejidad cuando lo que queremos valorar va más allá de las reglas de un mercado con predominio de consideraciones microeconómicas de tipo comercial; por ejemplo, al tener que definir: ¿Cuánto vale la ley? ¿La salud? ¿Lla seguridad? O ¿La educación? Conforme las sociedades evolucionan y se complejizan se demuestra claramente que las instituciones subsisten, cuando el valor económico que le aportan a esa sociedad es superior al costo de mantenerlas funcionando. El sistema feudal, las monarquías y los imperialismos colapsaron al no poder aportar a sus sociedades el valor que estas les requerían. Esta última definición, de hecho, es aplicable a toda actividad humana, que sea susceptible de valoración por parte de un tercero. En este trabajo me voy a centrar en aquellos casos donde ciertas condiciones son obligatorias para poder actuar, como (por ejemplo) el acudir a los tribunales para solicitar justicia, contratar un escribano, un médico o
Ilustración 2
más específicamente, contar con un arquitecto para gestionar, diseñar, costear, construir u operar un edificio. Es estos casos donde la sociedad por medio de sus marcos regulatorios (leyes, ordenanzas, normas, recomendaciones, acuerdos, etc.) decide que hay un valor imprescindible con el que se debe contar; pues están en compromiso, entre otras cosas, la seguridad física de personas; la calidad de un contexto urbano o el cuidado del medio ambiente. Hasta aquí el contrato social y las reglas de mercado definen un sistema complejo, a modo de escenario teórico de reglas donde se crea e intercambia valor. Pero si extendemos este escenario al territorio de las creencias artísticas y los bienes simbólicos; nuestra posibilidad de arribar a una definición consistente de valor se torna aún más esquiva y compleja por lo cual llegar a la idea de valor es una tarea dificultosa. La noción de valor desde una perspectiva aristotélica - en cuanto a virtudes del individuo - implica inexorablemente un debate ad infinitum. Economistas como Smith, Marx o Ricardo, desde el siglo XIX nos han aportado visiones diferentes del concepto de valor sustentadas en modelos matemáticos o reflexiones filosófico – sociales. Y durante el siglo XX, sociólogos y teóricos del arte como Touraine, Bourdieu o Sontag, por nombrar algunos destacados, han escrito textos relevantes con enfoques originales e inspiradores, para la Enrique Talenton
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valorización de los fenómenos culturales en el terreno del arte o el diseño. En este vasto contexto, este proyecto de investigación propone focalizarse en la detección de ciertas condiciones de borde para la creación de valor en la tarea de diseño de edificios. Mas precisamente en un sector fronterizo entre las disciplinas de la Arquitectura, la Economía, el Derecho y quizá las Ciencias Sociales; por medio de la comparación entre las normas que regulan nuestro ejercicio profesional en la jurisdicción del Colegio Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU) y las recomendaciones de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) que figuran en el Accord de Beijing de 1999.
Creación de Valor, normas y regulaciones. ¿Por qué la perspectiva de la ley? Suele suceder que en las intersecciones de varios medios o ambientes se produce la mayor abundancia de fenómenos interesantes (Por ejemplo, en las marismas, donde se encuentran lo líquido con lo sólido y la atmósfera gaseosa, se producen innumerables cantidades de eventos complejos de tipo físico y biológico; se lo llama la cuna de la vida. Este carácter tan desafiante las hace especialmente atractivas para las actividades indagativas). Aclaremos entonces que por fenómenos interesantes entendemos aquellos que nos producen una gran curiosidad ante interrogantes complejos, respuestas difíciles y desafíos que entusiasman. Este tropismo hacia lo complejo, hacia aquellas zonas donde el modelo explicativo imperante pierde su validez; constituye el motor de la evolución de nuestro conocimiento. Esa zona, en nuestro caso, ya la definimos entre el diseño, la economía, la ley y la ciencia social. Allí es donde esta hipótesis de trabajo y sus problemas aparejados se amplifican y se hacen más visibles. Según define la UIA en su Acuerdo sobre normas internacionales de profesionalismo firmado en Beijing en 1999, las profesiones son controladas por organismos (instituciones) gubernamentales o no (por ejemplo en materia de educación, ética y patrones profesionales que deben observarse). Las reglas y normas son diseñadas en beneficio del público y no en beneficio privado de los profesionales. En nuestro país la ley reserva ciertos tipos de trabajos a la profesión de Arquitecto, no para favorecer a quienes la ejercen, sino porque esa labor sólo debe ser realizada por personas que posean la educación, la capacitación, y que apliquen los patrones y normas disciplinarios necesarias para la protección del público. Esto define el marco de condiciones, para el intercambio; entre los profesionales de la Arquitectura, la Sociedad en general y los clientes o usuarios en particular. Es en este entorno donde se postula que es posible interpretar que estos marcos regulatorios, son en si mismos una compilación del historial de las preocupaciones de la 224
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Diseño, creación de valor y regulaciones
sociedad; en relación a los requisitos de desempeño de los Arquitectos y obviamente a sus derechos y obligaciones. Lo que nos permite asumir que las instituciones aportan, por medio de sus recomendaciones y regulaciones, un patrón que debe ser tenido en cuenta al hablar de definiciones de carácter taxonómico respecto del Valor que aporta la Arquitectura a la Sociedad. Como ya dijimos la ley nos da una imagen del conjunto de preocupaciones de una sociedad. Pero para poder aislar y visualizar sus componentes con más claridad necesitamos de un sistema de referencia que no pertenezca al contexto de origen. De allí que se procedió a la lectura comparada de normas locales y las ya mencionadas recomendaciones de la UIA usando matrices de comparación. El primer gran problema, previsible por cierto, fue el de los conflictos de terminología y definiciones, por esta naturaleza transnacional de las normas empleadas; afortunadamente se contó con traducciones oficiales certificadas por la UIA. Para comprender cabalmente este procedimiento conviene describir la naturaleza de las
Ilustración 3
normas que conforman el universo de fuentes empleadas. Por un lado las recomendaciones de la UIA son el resultado de acuerdos internacionales de instituciones de Arquitectos (de la cual la Argentina es parte) por medio de los cuales se busca generar reglas de calidad, para una práctica profesional cada vez más necesitada de mecanismos que permitan la movilidad transnacional de servicios de arquitectura. Mientras que, por otro lado, las regulaciones nacionales -en este caso las correspondientes a la jurisdicción del CPAU- son el resultado de la evolución de las leyes locales. O sea, del acuerdo obtenido por representantes legislativos preocupados por dotar de reglas de juego a una actividad dada en un contexto histórico, social, cultural y económico concreto. Aclarado esto, se asume que tanto las preocupaciones de la UIA como las de nuestras leyes, apuntan a crear reglas de juego que beneficien a la sociedad. También, debe ser aclarado, que en su lectura pormenorizada se percibe la presencia de acuerdos de intereses y estrategias sectoriales que hacen a dinámica de la realidad nacional e internacional. Estos dos últimos aspectos nos permiten asumir tempranamente un alto grado de validez de la hipótesis en cuanto a la existencia de una cantidad de datos con los cuales definir criterios (regulatorios, legales, jurídicos, de marco normativo) de carácter Enrique Talenton
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taxonómico, que nos permitan clasificar ciertos componentes de Valor presentes en el ejercicio profesional. El ejemplo de la experiencia De entre las primeras conclusiones resultantes de esta investigación vale la pena destacar una de las más paradojales: el valor que la ley le otorga a la experiencia. La UIA en el Accord de Beijing define lo siguiente: La experiencia práctica, capacitación o internado constituye una actividad dirigida y estructurada en la práctica de la arquitectura durante la educación del arquitecto y/o posterior a la obtención de un grado profesional pero previo al registro, la licencia o la certificación. En nuestra legislación, por ejemplo en la Ley de ejercicio profesional, el Decreto-Ley 6070/58 se prescribe, en su artículo 5°, lo siguiente: Las funciones para las cuales capacita cada título serán determinadas exclusivamente por las universidades nacionales que los expidan, reconozcan o revaliden, para lo cual éstas tomarán en consideración los proyectos que propicie la Junta Central… El título otorgado por la institución educativa superior es habilitante; por lo tanto un egresado de una universidad reconocida por el Ministerio de Educación puede matricularse y ejercer la profesión de modo independiente sin más demostración de capacidad o idoneidad que la que le otorga el mismo. Desde una perspectiva social la experiencia es valor acumulado comprobable. Esto redunda en un menor riesgo por parte del público que contrata un servicio profesional a un arquitecto. Es así que existiría una brecha entre formación (para el otorgamiento de una matrícula habilitante) y experiencia (que implica desde tal punto de vista comparativo, un plus de valor). Por lo tanto podemos concluir que desde la perspectiva de nuestra ley la experiencia no constituye valor; pero sí el título universitario. ¿Constituye esto una divergencia? O ¿Estamos ante un caso donde la fe que tiene la sociedad en su sistema educativo es condición suficiente para habilitar a un profesional? En la ilustración 1 (I1) se informa sobre las distintas situaciones que en el mundo consideran, o no, la realización de prácticas tuteladas complementarias o integradas al modelo educativo y en las I2 y I3 se manifiestan las diferencias formativas que integran o no modalidades de control educativo y de práctica profesional según respectivamente, la UIA y la legislación imperante en nuestro país: como se advierte, en el primer caso ambos controles tratan de plantearse de una forma interactiva (dando peso a las prácticas tuteladas o sea, a agregar experiencia a la formación) mientras que en el segundo ambas esferas son autónomas y que la formación es el único requisito básico para el otorgamiento de incumbencia matricular profesional. 226
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Independientemente de las respuestas que podamos esbozar ante estas preguntas, hay algunas reflexiones a las cuales nos vemos obligados sobre el tipo de formación que reciben los arquitectos en relación a la práctica concreta de la profesión.
Todos los caminos llevan a los programas de estudios Por medio de este trabajo de investigación se busca clasificar y caracterizar el conjunto de la influencias que tiene el marco normativo en la creación de valor, entendidas como resultado de las preocupaciones de la sociedad acerca de los requisitos fundamentales del arquitecto: su educación, acreditación, validación y reconocimiento; la experiencia práctica, capacitación, internado o residencia; la demostración de conocimientos y capacidad profesionales; el registro, licencia, certificación; la ética y conducta; el desarrollo profesional continuo; y el alcance de la práctica profesional; en nuestro contexto en relación a las recomendaciones internacionales. Mediante la difusión de los resultados del presente proyecto se busca estimular trabajos futuros, que enfoquen otras áreas de interés relativas a la creación de valor, por medio del diseño de arquitectura e influir en la reelaboración de los contenidos curriculares de las carreras de arquitectura junto con aportar material sistematizado para la redacción de normas, recomendaciones y propuestas relativas al ejercicio profesional de la Arquitectura.
Referencias Bibliográficas Universo de normas para el estudio comparativo: UNESCO / UIA: Carta Unesco-Uia de la formación en arquitectura; UIA, Barcelona, 1996. UIA: Acuerdo de la UIA sobre normas internacionales de profesionalismo recomendadas para la práctica de la arquitectura; XXI Asamblea de la UIA; Beijing, 1999. Marco legal básico de Arquitectura y Urbanismo: Decreto-Ley 6070/58 | Ley de ejercicio profesional. Decreto Ley 7887/55 | Arancel de honorarios para Jurisdicción Nacional y Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Decreto 1099/84 | Código de Ética. Resolución 498/06 | Anexo V Actividades profesionales reservadas al título de arquitecto del Ministerio de Educación de la Nación. Reglamento Interno | Edición 2010.
Bibliografía de referencia: APAW-UIA-COAC; Professional Practice Around the World, Barcelona, 2005. Enrique Talenton
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