Anuario 2013 uai arq web

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Forma: Arquitectura y Ciudad Anuario de Investigaci贸n

Anuario de investigaci贸n 2 Facultad de Arquitectura UAI

Buenos Aires 2013


Diez, Gloria Susana Forma: Arquitectura y Ciudad : Anuario de Investigación - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Universidad Abierta Interamericana, 2014. 182 p. : il ; 23x23 cm. ISBN 978-987-1550-74-6 1. Arquitectura. 2.Urbanismo. I. Título CDD 711

Fecha de catalogación; 19/08/2014 Edición: Arq. Roberto Fernández Corrección: María Virginia Villamayor Diseño Gráfico: Jimena Durán Prieto (c) Universidad Abierta Interamericana Hecho el depósito que previene la Ley 11.723 Impreso en Argentina – Printed in Argentina 2013 Universidad Abierta Interamericana, Chacabuco 90, 1er. Piso. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Tel.: 4342-7788. www.uai.edu.ar Editorial UAI pertenece a la red de Editoriales de Universidades Privadas (REUP). Derechos reservados, prohibida su reproducción total o parcial, su almacenamiento en sistemas informáticos, su transmisión por medios electrónicos, fotocopias y otros métodos, sin el permiso previo del editor. Las imágnes de cada capítulo fueron provista por los autores. Imagen de la cubierta 200 Fifh Avenue New York

La forma de la ciudad se multiplica en la yuxtaposición de las geometrías urbanas, pensadas cada una en diversos modos de proyecto y se difracta en la imágenes reflejadas y recordadas en lo múltiple y amplio de una idea de patrimonio que es identidad, en un cristal espejado que remite a la frágil sustentabilidad de ciudades densas, abarrotadas de usos y de gentes y al límite de su racionalidad energética, funcional y productiva. Imagen al inicio del Capítulo 1 Ludwig Mies van der Rohe: Casa Tugendhat, Brno, Chequia. 1928 Imagen al inicio del Capítulo 2 Antonio Bonet: Casa Oks, Vicente López, Buenos Aires. 1953 Imagen al inicio del Capítulo 3 Oscar Niemeyer: Nossa Senhora do Aparecida, Brasilia.1958 Familias Tipográficas: Rosario y Roboto Slab de Omnibus Type

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Facultad de Arquitectura Arq. Gloria Diez Decana Arq. Juan Manuel Borthagaray Coordinador General Arq. Emilio Farruggia Director Regional Rosario Arq. Vicenta Quallito Secretaria Académica Dr. Arq. Roberto Fernández Secretaría de Investigación

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Índice

Prólogo Forma, Arquitectura y Ciudad Roberto Fernández

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Capítulo 1. Estudios sobre los Modos del Proyecto 1_

Espacios para Habitar en el Movimiento Moderno. Lectura interdisciplinar morfológico-espacial de la vivienda individual Irma Abades

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2_

El Suelo en la Vivienda Popular. Deseos y realidades Juan Manuel Borthagaray y Carlos Bozzoli

39

3_

Modos Americanos de Proyecto. Hibridez, Ilustración, Naturaleza Roberto Fernández

55

4_

Observando las formas de crecimiento urbano de Buenos Aires Mónica Giglio

79

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Capítulo 2 .Estudios sobre el Patrimonio 1_

Alberto Prebisch.Una modernidad restitutiva Luis del Valle

97

2_

Convivir Barracas.Una experiencia de formación en contextos reales de práctica. Jorge Fucaracce y Vicenta Quallito

109

3_

La Casa Oks y el programa de las Case Study Houses Luis Márquez

123

Capítulo 3 . Estudios sobre la Sustentabilidad 1_

El espacio de transición como motor de aprendizaje sobre el desempeño ambiental del hábitat residencial Ana María Compagnoni

137

2_

Tecnología engarzada en la Naturaleza. La biónica como referencia del diseño estructural Gloria Diez y Eduardo Hougassian

153

3_

La Física y el Tráfico Vehicular Sergio Iguri

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Prólogo

Forma: arquitectura y ciudad

Este segundo Anuario de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Abierta Interameri-

Roberto Fernández

cana (UAI) según la modalidad del registro anual de sus avances de investigación iniciada

Coordinador de Investigación de la Facultad

con el primer volumen, ratifica su valor como parte de la comunicación de avances de

de Arquitectura de la UAI.

investigación, ese elemento de la experiencia educativa de la Facultad que auspicia una imbricación entre enseñanza, extensión e investigación según el espíritu de la modalidad didáctica que sustenta la UAI. La investigación en Arquitectura se estrecha en sus vínculos con la enseñanza disciplinar de la profesión tratando de ayudar a entender el sentido de las formas del proyecto (y del proyecto de las formas) según básicamente, una indagación sistemática de la experiencia histórica y más aún, de la experiencia histórica reciente o propia de la modernidad. Por andariveles diferentes a los del trabajo en las Escuelas de Arquitectura discurren otra clases de investigación quizá equiparables a las básicas de otros campos del conocimiento, tales como la investigación sobre nuevos materiales y aplicaciones o la innovación en cuanto a los servicio a proveerse desde el artefacto arquitectónico o a través de él. Tal clase de investigaciones se realizan en campos o laboratorios tecnológicos vinculados con centros específicos de I+D pero de todas modos son escasas, costosas e insuficientes para proveer al desarrollo técnico de la disciplina. La superación de fronteras fácticas del hacer arquitectura mediante nuevos dispositivos y metodologías técnicas son todavía un escalón por desarrollar en el seno de las Escuelas y quizá conlleven un financiamiento que debería ser afrontado concurrentemente con la dimensión empresarial de la construcción, que a la sazón es la menos innovadora, comparada con otras ramas empresariales como la farmacéutica, la alimenticia o la automovilística, por nombrar solo algunos campos en que la investigación es fuertemente requerida para la renovación de los productos tanto como sustentada por grandes inversiones.

Roberto Fernández

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El problema central de la investigación actual en Arquitectura es estrechar la relación entre disciplina y profesión, tomando de aquella las experiencias previas que dejan sentidos positivos de aplicación y generalización cognitiva y de ésta la necesidad de responder a más demandas de la sociedad y hacerlo de manera más inclusiva y racional. Se abre así una perspectiva de investigación sobre la oferta de la arquitectura, es decir que se ofrece a la sociedad, qué servicios y productos y cómo se amplía el espectro de realización de elementos que puede proveer la arquitectura para satisfacer las necesidades de la sociedad. Y asimismo existe la posibilidad de investigar sobre la demanda de arquitectura, es decir conocer lo que la gente quiere o necesita en sus diversidades sociales y culturales. Factores propios del momento histórico específico en que se investiga, también definen campos de interés como actualmente lo serían los temas de la arquitectura como generación de productos de resonancia cultural más que de pura eficiencia funcional, la reflexión proyectual sobre la expansión social del ítem de la memoria y su asociación con las temáticas de lo patrimonial expandido (de los monumentos a las referencias a la memoria e identidad popular) y la necesidad de reproyectar o reaprovechar materiales edilicios preexistentes en desusos o el replanteo del trabajo arquitectónico para entender y atender mejor los aspectos conectados con la crisis de sustentabilidad. Investigar en Arquitectura es además o por sobre todo, perfeccionar la reflexión sobre la calidad de lo producido o proyectado, crear o ampliar la conciencia crítica y autocrítica en el proceso proyectual para advertir los rasgos de esa mejora o ampliación de calidad. Ratificamos así algunos criterios ya esbozados en nuestro Anuario precedente como el que la investigación… se entiende básicamente como aporte a la consolidación teórica y epistemológica de los contenidos básicos de la enseñanza de la arquitectura, la cual se orienta hacia un objetivo profesionalista que sin perder de vista tal funcionalidad socio-productiva pueda profundizar su pensum didáctico y abarcar aspectos de exploración de áreas y temáticas orbitales a las prácticas profesionales como las que se entrelazan con cuestiones inherentes a la extensión, en cuanto a atención de necesidades de colectivos sociales ajenos o lejanos a la posibilidad de recibir prestaciones profesionales. Dentro del perfil profesionalista es preciso no obstante (o para mejor efectuar la práctica de la profesión) producir conocimiento en aquellas cuestiones supuestamente naturales de las prácticas, tales como la función, la construcción, la forma, la comunicación o la estructura, aspectos sobre los cuáles aun es necesario seguir profundizando en su aprehensión dada su preponderancia en la actividad proyectual y atento a que la misma se revista de intereses teóricos y críticos más allá de la pura praxis profesionalista. Dentro de la presentación de avances en proyectos que siguen desarrollándose en relación a las tres estructuras programáticas de estudios que tiene la Facultad (Estudios 10

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sobre Modos del Proyecto, sobre Patrimonio y sobre Sustentabilidad) los trabajos de este Anuario aportan, desde su diversidad, diferentes argumentos acerca de la noción amplia de forma y es por ello que titulamos de tal forma la presente antología de ensayos que resumen los avances de este período: Forma: Arquitectura y Ciudad. La investigación sobre temas de forma, cruza aspectos básicos del proyecto, como las decisiones topológicas y morfológicas o la organización física de los modelos del housing o el análisis de los procesos de desarrollo urbano, en torno de la transformación de los tejidos parcelarios de la ciudad, aquellos que de alguna manera contienen y determinan formalmente el ulterior despliegue de decisiones formales de la arquitectura, sea en relación a su materialización –o como la forma se resuelve mediante decisiones de estructura y construcción– , sea en relación a su expresión o como la forma instaura un cierto fundamento estético y perceptual para determinados modos de vida. Continuando las tareas formativas de los investigadores –en paralelo al desarrollo de sus trabajos– se realizaron en el año que se informa sesiones de seminario para discutir los avances y los métodos, las formas de búsqueda de datos o fuentes y el camino para la escritura de los ensayos que comunicaran los logros de cada trabajo. También se realizaron las Jornadas correspondientes al año que se informa con el carácter de volcar resultados al colectivo de investigadores y al público de la Facultad (su comunidad de docentes y alumnos) a lo que se agregó la presencia de una evaluación externa –a cargo de la Dra. Sandra Sánchez (CONICET)– que tuvo como relevancia la enunciación detallada de argumentos de análisis crítico de los trabajos desarrollados y expuestos y la orientación de criterios para su mejoramiento y profundización. Asimismo se realizó un seminario formativo1 orientado a discutir genéricamente la investigación en Arquitectura y específicamente, la pertinencia y posibilidad de una llamada investigación proyectual (investigación sobre o con el proyecto) que quizá signifique uno de los campos propios y autónomos de la creación de conocimientos dentro del saber de la Arquitectura dentro de la división general del trabajo intelectual que como ocurre en diversas áreas promoción de la investigación (como por ejemplo, el CONICET) a veces emerge muy difuminado e impreciso o meramente tributario de necesarias adscripciones a otros campos del saber más constituidos, legalizados o reconocidos (como la Historia, la Geografía, las Ciencias Sociales o los Estudios de Tecnología). Los presentes avances de investigación siguen inscriptos en la estructura temática de las investigaciones acorde a tres grandes líneas o campos que son los que siguen, someramente descriptos:

1 El resultado de esta actividad fiue la publicación del libro de Fernández, R., Inteligencia Proyectual. Un manual de investigación en Arquitectura, Editorial UAI-Teseo, Buenos Aires, 2013. Roberto Fernández

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Estudios sobre los Modos del Proyecto Abarcaría en general las investigaciones centradas sobre problemas o modalidades del proyecto, apuntando a indagar en cuestiones teóricas y analítico-críticas de los mismos, ya sea en dimensión histórica en general y vinculada a los modos proyectuales en la modernidad, ya sea centrando este eje en el análisis de las características de unas eventuales o singulares modalidades de proyecto en la dimensión geocultural americana.

Estudios sobre el Patrimonio Implica el campo de trabajo relacionado con la preservación y conservación del patrimonio urbano-arquitectónico en particular pero, extendidamente, el patrimonio cultural, inmaterial o simbólico, popular, antropológico, etc., abarcando distintos aspectos tales como el relevamiento e inventarios de corpus patrimoniales, el análisis de áreas urbanas de interés patrimonial o cultural, las acciones sobre áreas o elementos del corpus patrimonial, las teorías y metodologías inherentes a este campo, etc.

Estudios sobre la Sustentabilidad Refiere al impacto a nivel de la arquitectura y urbanismo de las recientes caracterizaciones acerca de la crisis de sustentabilidad y la necesidad de desarrollar políticas y actuaciones responsables frente a los agotamientos de recursos naturales renovables y a los déficits energéticos de lo cual surge la necesidad de desarrollar transformaciones de la teoría y práctica de la arquitectura a fin de contribuir a modelos largoplacistas de manejo de la racionalidad ambiental y el potenciamiento de una administración adecuada y estratégica del capital natural regional, nacional y local.

El Anuario 2 2012 Este anuario registra avances de la producción de la investigación desarrollada en FA UAI según los trabajos reportados a fines de 2012. En principio esta publicación recoge las ponencias presentadas en las Jornadas de tal año y se organiza según un criterio de publicación arbitrada armada con un conjunto de ensayos o artículos redactados según el criterio de las publicaciones científicas aunque mezclando el rigor emergente de una presentación de resultados de investigación junto a la voluntad de ofrecer discursos de carácter divulgativo o de difusión al colectivo disciplinar (investigadores, docentes, etc.) de resultados o hallazgos propios de los trabajos realizados. En esta oportunidad el Anuario reitera su relación con las tres grandes ideasfuerzas de las líneas matrices de investigación consignadas y de tal manera la orientación monográfica que postulamos se centra en presentar escritos agrupados en torno de tales 12

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ideas-fuerza (proyecto, patrimonio y sustentabilidad) atendiendo en este caso a una generalizada intención de analizar como tales campos genéricos se manifiestan más puntual aunque no exclusivamente, alrededor del tema de la forma. En relación a la primera de las líneas programáticas consignadas de investigación (Estudios sobre los Modos del Proyecto) la relación entre proyecto y forma implica explorar condiciones modales o metodológicas de la proyectación en base al análisis de criterios que expliciten la racionalidad de los procesos de proyecto a fin de mejorar su eficacia técnica y social. En términos todavía más generales, esta línea buscaría indagar sobre como la solución proyectual (esto es, la mirada técnico-propositiva del proyectista) se configura en una posible aportación disciplinar para ofrecer una clase de soluciones a cierta clase genérica de problemas (digamos: los problemas de orden habitativo). A su vez, los estudios centrados en la temática de lo proyectual buscan desentrañar las formas de producción de ciertos proyectos de modo que el conocimiento críticoanalítico generado sirva para desarrollar otros proyectos o más precisamente y dentro del entorno educativo, ofrecer guías para enseñar a proyectar. El ensayo presentado por Irma Abades (Espacios para Habitar en el Movimiento Moderno. Lectura interdisciplinar morfológico-espacial de la vivienda individual) consiste puntualmente en una investigación sobre procesos de formalización en proyectos canónicos de la modernidad como los analizados de Rietveld, Mies o Corbusier, para mejorar la descripción de tales procesos que revelan en general, rasgos de generación de objetos arquitectónicos complejos –articulando aspectos como la tectónica, la espacialidad o la superficialidad en tanto generación de la envolvente afuera– adentro de cada pieza arquitectónica –que proveen finalmente un edificio–,que en estos casos son ejemplares y paradigmáticos y que lo son porque operó un determinado proceso de manipulación formal y aplicación de criterios geométricos generativos que en general podríamos decir que explican la evolución del modo de proyecto que se sustancia desde la composición planimétrica tipo Beaux Arts del Roberto Fernández

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siglo XIX a la modelación de intrincadas relaciones tridimensionales formales entre materia y espacio propias de la modernidad del siglo XX encarnada en los autores y edificios estudiados en este ensayo. El escrito presentado por Juan Manuel Borthagaray y Carlos Bozzoli (El Suelo en la Vivienda Popular.Deseos y realidades) resume el interés investigativo acerca de la relación entre arquitectura y ciudad –y concretamente la de la arquitectura de la vivienda colectiva– que ocupó largamente la actividad proyectual y didáctica de Juan M. Borthagaray que en este caso reflexiona acerca de una de tales experiencias, el Barrio Illía proyectado y construido en los 80 y cuyo desarrollo permite evaluar resultados positivos y resaltar falencias, todo en línea con la intención de proponer algunos criterios generales para atender tipológicamente la crítica relación entre suelo y volumetría edilicia en la franja de productos de media densidad que atenderían la demanda de los sectores populares mediante propuestas de vivienda colectiva lo más racionales posibles y lo más alejadas de las formas adocenadas y monótonas del esquema monoblok. Se apunta así a tratar de conseguir el mejor rendimiento del bien más escaso (hoy ya se sabe que llamado problema de la vivienda es el problema del suelo para la vivienda) para encontrar un balance entre el más intensivo aprovechamiento posible de parcelas suburbanas sin perder una cierta diversidad de los conjuntos colectivos a desarrollar, que buscan conseguir el objetivo que en este ensayo se pone en boca de una antigua usuaria del conjunto arriba referido: conseguí una casita en vez de un departamento que se repite al infinito… Referente a la forma, este trabajo se propone optimizar si cabe, una relación entre la forma de la masa edilicia a destinar a vivienda colectiva según hipótesis de densidad media y de voluntad de proveer identidad a cada célula habitativa y la forma ideal del parcelario a destinar al desarrollo de cada unidad según tal voluntad de identificación de la misma dentro del conjunto. 14

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El estudio desarrollado por Roberto Fernández (Modos Americanos de Proyecto. Hibridez, Ilustración, Naturaleza) cierra la investigación acerca de los modos de proyecto y sus resultados, que darán paso a dos publicaciones en curso, una referente a los Modos Históricos de Proyecto en la Arquitectura de Occidente y otra destinada al tema Modos Históricos del Proyecto en la Arquitectura Americana de la cual el presente estudio es un fragmento. Asimismo la investigación decantó en lo referente al tema teórico-crítico de los modos del proyecto en la publicación Modos del Proyecto2. El ensayo aquí inserto alude a tres rasgos modales centrales de la cultura americana y en especial, de su arte y arquitectura, a saber, lo híbrido-mestizo, lo ilustradoculto y lo natural-popular, estructuras productivas y estéticas asociadas a las características socio-históricas del desarrollo articulado dependientemente de Occidente que caracterizó el caso latinoamericano. Esas tres cualidades estético-culturales se asocian así a determinadas condiciones etno-sociales de producción y consumo, elaboran datos de las matrices culturales originarias y tensionan y problematizan la condición colonial, desarrollando ideas de forma basadas en la precariedad relativa de la instalación urbana, de los factores de cierta materialización pobre o ascética en lo tecnológico y en la convergencia hacia lo que Lezama Lima caracterizó como el barroquismo que dominantemente impregna la condición y producción cultural latinoamericana, con su tematización del paisaje natural, su redundancia formal y tendencia al horror vacuii, su potencialidad basada en la comunicación entre imágenes (más que cosas) e imaginario y su afecto por la obra en eterno progreso, basada en cualidades de indeterminación. El ensayo de Mónica Giglio (Observando las formas de crecimiento urbano de Buenos Aires) resume su trabajo interpretativo de la constitución de las formas urbanas propias del crecimiento de Buenos Aires, trabajo que fue realizado tomando como modelo analítico referencial al encuadre tipológico presentado por Manuel Solá Morales en sus estudios acerca de Barcelona. Lo que permitió reconocer en el caso analizado algunas variantes específicas de aplicación de aquellas tipologías, tales como el ensanche, los polígonos, el barrio jardín o la ciudad informal o popular: formas puntuales de hacer ciudad cruzadas cada una con estratos sociales específicos de producción y consumo de ciudad y contributivas

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Fernández, R., Modos del Proyecto, Sociedad Central de Arquitectos-Nobuko, Buenos Aires, 2013.

Roberto Fernández

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todas a caracterizar la complejidad heterogénea de la forma urbana de la ciudad moderna y en especial como se verifica tal clase de ciudad en América Latina y Buenos Aires en particular, casos en los cuáles la estructura urbana históricamente constituida resulta emerger de una superposición o articulación según los casos, de tales diferentes tipologías generativas de forma urbana.

En relación a la segunda de las líneas programáticas de investigación (Estudios sobre el Patrimonio) las ideas imperantes en los avances que incluimos ratifican la necesidad de explorar dos cauces convergentes para profundizar la conceptualización de lo patrimonial y sus valoraciones. Por una parte, la necesidad de desarrollar estudios históricos particularizados que resulten útiles para conocer aspectos específicos del desarrollo histórico del proyecto y por otra parte, la importancia de construir acuerdos participativos a fin de establecer los elementos y los argumentos válidos para forjar la idea de identidad, sobre todo la de identidad barrial entendible como la asunción de un estado de pertenencia a cierta antropología habitativa basada en el pago chico, el vecindario y lo comarcal, incluso o sobre todo dentro del magma de la supuesta inserción en por así decirlo, una cultura metropolitana. La noción de forma emerge en tales estudios en diversas cualidades: en los trabajos de del Valle y Márquez se consideran dos momentos (la obra de Prebisch y la relación del Movimiento CSH con Bonet) en que aparecen reflexiones acerca de la formalización arquitectónica en relación la ciudad y la tradición (y también a la relación de ello con nacientes estéticas de vanguardia) en el caso Prebisch y acerca de la ilusión del progreso técnico asociado a cierta confianza en lo tecnológico que se transfiere de manera más problemática a la escena periférica en la difusión de las ideas CSH. Y en los estudios barriales acerca de la relación entre patrimonio difuso o popular e identidad tiene que ver en el trabajo sobre Barracas sobre cómo se identifica esa formalidad en lo que se reivindica como identitario y como tal cuestión deviene eje pedagógico en la modalidad extensiva que adquiere el trabajo con la participación de alumnos y vecinos.

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Forma: arquitectura y ciudad


El ensayo de Luis del Valle Alberto (Prebisch.Una modernidad restitutiva ) cierra por una parte su participación como investigador del equipo dedicado al tema Modos del Proyecto en referencia a expresiones modales de proyecto que hubieran sido desarrolladas en el ámbito rioplatense de la modernidad y abre su nueva línea de trabajo orientada a verificar imbricaciones de todos los campos culturales –como la literatura o el cine– para profundizar la caracterización de la modernidad en esta región y analizar bajo tal perspectiva multimodal el papel innnovativo o no de la arquitectura en esa construcción cultural. El caso de Prebisch es muy singular y pertinente no sólo por su activa participación en movimientos de renovación estética (como el grupo Martín Fierro) sino por la complejidad sincrética de su producción que incluye registros cercanos el espíritu weimairiano en su casa Romanelli hasta incursiones eclécticas y teñidas de ciertos gustos oligárquicos (como la casa colectiva afrancesada de la calle Crámer) pasando por el trabajo sobre el Obelisco como monumento representativo de la porteñidad y su serie de grandes cine-teatros (como el Gran Rex o las salas rosarina y tucumana) donde su relativa racionalidad se acerca a motivos típicos de la modernidad espectacular de USA. La investigación que informa el artículo de Jorge Fucaracce y Vicenta Quallito (Convivir Barracas.Una experiencia de formación en contextos reales de práctica) está más interesada en como el caso sirve para una alternativa pedagógica de la formación de los estudiantes que participaron en la experiencia que en la reflexión específica acerca del significado y valores patrimoniales de la instancia barrial de Barracas con cuyos vecinos trabajaron en este desarrollo. En todo caso más que aventurar criterios propios sobre esa valoración y eventual tipificación de lo patrimonial, el grupo trata de registrar la opinión de los participantes y dejar asentado sus interpretaciones del cambio que sufre el barrio así como sus apreciaciones críticas al respecto o sus expectativas de evolución y progreso. La culminación de los trabajos con la realización de un concurso en que grupos de estudiantes aportaron ideas acerca de tal situación y evolución del barrio Roberto Fernández

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permitirá en una última instancia ulterior a esta etapa arribar a conclusiones que permitan considerar las relaciones entre propuestas proyectuales y expectativas ciudadanas. El estudio de Luis Márquez (La Casa Oks y el programa de las Case Study Houses) es un primer avance de sus indagaciones y se ocupa por una parte de presentar sucintamente el contexto y la experiencia del caso de las CSH y en torno de uno de sus protagonistas, Richard Neutra, que fue influyente en Sudamérica donde viajó varias veces, la relación posible entre tal experiencia californiana y puntualmente la obra de Antonio Bonet en Buenos Aires, centrada en el desarrollo de la casa Oks, con sus semejanzas y diferencias respecto del modelo CSH y su impacto en un contexto productivo y social bien diferente del norteamericano, dejando por otra parte, insinuada, no solo la relación entre las CSH y la casa Oks sino al revés, el impacto que otras arquitecturas de su autor – como las obras uruguayas de Bonet en conjunto con Dieste que Neutra visita- pudieron suponer en el desarrollo ulterior de la arquitectura de éste, como por caso, su adopción de bóvedas para la casa del embajador dentro de su proyecto para la Embajada de USA en Karachi, Pakistán. En relación a la tercera de las líneas programáticas de investigación (Estudios sobre la Sustentabilidad) se afirma y continua el interés en explorar aspectos diversos de la compleja –y a veces demasiado abstracta– noción de sustentabilidad, tratando que la noción recaiga en exploraciones más puntuales y si se quiere, más cercanas a lo proyectual. En este caso por ejemplo mediante el análisis de componentes que en el hábitat colectivo se sitúan en la interfase de lo privado y lo público o mediante la indagación de los procesos de biomímesis que informan sobre ciertas operaciones proyectuales y en especial, en el diseño de las estructuras portantes de los complejos edilicios. Desde la perspectiva de las modelizaciones de otras disciplinas, como es el caso de la Física, también se aporta a revisar los paradigmas de análisis de aspectos como la densidad y congestión del tráfico vehicular, una de las manifestaciones más nítidas de la condición de crisis de sustentabilidad que atraviesan las grandes aglomeraciones urbanas.

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El trabajo que presenta Ana María Compagnoni (El espacio de transición como motor de aprendizaje sobre el desempeño ambiental del hábitat residencial) continua con su interés básico en investigar el componente de racionalidad ambiental propio de las arquitecturas vernaculares y si es posible asignar a estas experiencias- en sus diversas expresiones tipológicas como las organizaciones en torno de lo que esta vez llama espacios de transición: patios, galerías, áreas de articulación entre lo privado y lo público, entre lo arquitectónico o doméstico y lo público o urbano- el carácter de casos en los que analizar su comportamiento bioclimático del cual deducir si cabe, posibles aportes al diseño de nuevos proyectos , sobre todo de vivienda colectiva, capaces de recoger y desarrollar esa experiencia de cara a mejorar la relación entre la forma urbano-arquitectónica y el alcance de mejores condiciones de sustentabilidad (como el ahorro energético y matérico). El grupo de Gloria Diez y Eduardo Hougassian (Tecnología engarzada en la Naturaleza. La biónica como referencia del diseño estructural) concluye con este resumen sus indagaciones acerca de la relación entre sustentabilidad y la forma técnica de las estructuras determinantes de cierta clase de edificio en los que la cubrición resulta el elemento central. En este caso su análisis se centra en valorar los modelos biomimeticos de desarrollos tecnológicos asociados a la interpretación de modelos formales derivados del mundo orgánico-natural, tanto en el sentido de examinar fenómenos de emulación o representación formal –en trabajos que van desde Gaudí hasta Calatrava– cuanto en la dirección más científicotecnológica que aportan por caso, desde Fuller o Otto, quiénes se interesan no en imitar o emular las formas naturales sino en investigar aspectos inherentes a la morfogénesis o procesos de generación de forma. El ensayo de Sergio Iguri (La Física y el Tráfico Vehicular) sintetiza la investigación en curso acerca de las relaciones entre la física y ciertos fenómenos urbanos característicos como el tráfico vehicular o más bien Roberto Fernández

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los colapsos o conflictos que éste presenta como fallas sistémicas (congestión vehicular, embotellamientos, limitaciones severas al flujo y movimiento de los vehículos, etc.). El trabajo selecciona nociones y modelos desarrollados desde la ciencia física que sean susceptibles de aplicaciones para entender, calcular y transformar las características de los flujos circulatorios, a la búsqueda de posibles aportaciones para una ingeniería de tráfico que garantice la eficacia de esas articulaciones urbanas.

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Forma: arquitectura y ciudad


Roberto Fernรกndez

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Estudios sobre los Modos del Proyecto

roberto ferรกndez

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Espacios para habitar en el movimiento moderno Lectura interdisciplinar morfológico-espacial de la vivienda individual

Si bien las propuestas de los maestros de la arquitectura de principios del siglo XX

Irma Abades

aplicadas al tema de la vivienda individual han sido estudiadas y presentadas a través de

Profesora Titular de Morfología en la FA,

innumerables publicaciones y recortes conceptuales, el propósito de esta presentación es

UAI, a cargo del proyecto de investigación

indagar acerca de la vivienda individual en los inicios del Movimiento Moderno desde el

Análisis morfológico y viviendas de interés

campo morfológico explorando posturas proyectuales, criterios organizacionales y sintaxis

social (2010-2012).

de totalidad y partes. Para ordenar observaciones se propone e implementa como modalidad operativa la presentación de casos que permitan analizar y reflexionar sobre procesos genéticos-morfológicos en articulación con movimientos provenientes del ámbito de la plástica como colaborantes en el encuadre y fundamentación teórica para el estudio de las obras seleccionadas. Como propósito, vale aclarar que más allá de presentar un análisis pormenorizado de obras de arquitectura se tiende a develar criterios morfológicos y explorar enlaces conceptuales con otras disciplinas de modo que puedan surgir de los mismos, aportes singulares sobre el tema. En atención a ello, la lectura morfológico espacial de la señalada vivienda individual, declarada como objeto de estudio, queda analizada dentro de un mallado de relaciones morfológicas, espaciales, disposicionales, perceptivas y tecnológicoconstructivas atravesadas por expresiones provenientes del ámbito de la plástica. A los efectos de presentar un estudio de carácter morfogenético se acota el tema focalizando inicialmente la mirada en casos localizados en Europa a principios del siglo XX para lo cual se seleccionaron autores y obras de arquitectura que posibilitan un análisis inicial y una articulación reflexiva posterior. Las obras seleccionadas son de Gerrit Thomas Rietveld (Casa Schröder, Utrecht, Holanda), Le Corbusier (Villes Stein y Savoye,Francia, Petit Maison, Suiza) y Mies van der Rohe (Ville Tughendat, Brno, Chequia, estudios para las Casas Patio).

Irma Abades

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Cabe destacar que, a los fines de confirmar actitudes proyectuales que devienen en nuevas morfologías arquitectónicas y en nuevas significaciones y articulaciones espaciales, se incluye la casa Farnsworth, a pesar de situarse fuera del marco geográfico y temporal y el Pabellón de Alemania en la Exposición de Barcelona de 1929, ambos pertenecientes a Mies van der Rohe, por considerarlos reales manifiestos arquitectónicos del Movimiento Moderno.

La casa A la hora de observar estas viviendas surge la pregunta ¿qué concepto conllevan estas casas? ¿Son casa nido, casa refugio, abrigo, lugar de sueños? ¿Son todo ello y además el resultado de una arquitectura que expresa el poder de lo tecnológico aunado con un refinado gusto por el detalle constructivo? Quizá se impone indagar en otras categorías atravesadas por otras disciplinas que permitan develar otros contenidos. En atención a la propuesta de articular la mirada morfológica con acciones producidas dentro del universo de la plástica, se examina el movimiento neoplasticista en paralelo con la obra de Rietveld, el purismo en articulación con la obra de Le Corbusier mientras que las obras y estudios de Mies van der Rohe se abisagraron con las búsquedas específicas de la escuela Bauhaus. En simultáneo se introduce el diseño objetual de los mencionados arquitectos como complemento-aporte generando una triangulación conceptual al anexarlo con la postura arquitectónica desde su pensamiento y fundamentación teórica y con el mencionado campo de la plástica. Si bien se entiende que esta propuesta de articular arquitectura, artes plásticas y diseño objetual construye una mirada integradora y aportante sobre la evolución morfológica espacial de la vivienda individual en los inicios del Movimiento Moderno en Europa, vale destacar que el eje ordenador de este trabajo queda centrado en la búsqueda morfológico-sintáctica con aplicación directa sobre procesos de proyectación

Inferencia Inicial Los casos presentados exponen posturas que denotan rupturas radicales con toda otra arquitectura anterior, conllevan una estructura disposicional-espacial ligada teóricamente con manifestaciones del arte y a su vez presentan coherencia con diseños objetuales en cuanto al carácter compositivo de los mismos. El estudio de la morfología en cuanto a genética y transformación de la materialidad, del sistema constructivo, de las relaciones espaciales, de la elección de la paleta cromática, de la construcción del límite y de la vinculación contextual, exhiben en estos casos una intención de alejarse de los patrones funcionalistas imperantes hasta el 26

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Morfologías arquitectónicas y viviendas de interés social


momento manifestando a la vez una nueva propuesta de relación del sujeto con el espacio que lo cobija.

La casa manifiesto Operativamente, se presenta como primer caso a abordar la Casa Schröder, de la cual se estudian sus partes constitutivas fundantes desde el aspecto morfosintáctico relacionándola con las conceptualizaciones presentadas por el movimiento De Stijl para lo cual se estudian obras de Mondrian, Pieter Oud y Theo Van Doesburg en articulación con la producción objetual de Rietveld que acompaña a la propuesta arquitectónica. El mecanismo aplicado para el análisis de la obra consiste en desarmar la totalidad para entender sus partes y modos de relación y a posteriori producir un rearme del sistema para la relectura de conjunto en cuanto su propia estructura compositiva y en relación con otras variables intervinientes como son el contexto físico, histórico y cultural donde está incluido. El encargo de la Sra. Truus Schröder deviene en una vivienda con características singulares. En cuanto al emplazamiento se adiciona lateralmente a la secuencialidad

Rietveld Casa Schröeder. Despiece Plantas

de las preexistencias vecinas, construye con su lenguaje particular el remate de las construcciones seriadas de los Prins Hendrikjaan a la vez que recede en el resto de su perímetro y da paso a un jardín respetuoso de la preexistencia de un árbol. La morfología descansa conceptualmente en la idea de plano y línea que se articulan y construyen límite, que se independizan flexibilizando la disposición interior, que se modulan y con la inclusión del color acentúan y determinan la identidad de cada parte. Flexibilidad y continuidad espacial en consonancia con una poética neoplasticista son logros obtenidos en virtud, operar con planta libre y separación formal entre estructura y cerramientos. El lenguaje geométrico con el que se define la morfología de la casa se presenta del mismo modo en los componentes del equipamiento, diseñados según formas planas, sencillas y sin perfiles elaborados todo lo cual remite a la preciada condición de carpintero de su autor.

Despiece morfológico de la Casa Schröder Desarmar el todo para analizar las partes y modos de relación para luego producir un rearme del sistema y una nueva lectura de conjunto en cuanto su propia estructura compositiva y en relación con otras variables intervinientes.

Irma Abades

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La arquitectura como síntesis de una nueva expresión plástica

Despiece fachada N-Este

Despiece Sistema Conectivo Despiece fachada S-Oeste

Otra estructura para el habitar La observación puesta en obras de Le Corbusier en Francia como la Ville Savoye en Poissy ,la Ville Stein en Garches y en Vevey, Suiza la Petit Maison si bien revela un cambio de escala social, disposicional, dimensional y perceptiva así como saltos temporales significativos, las aúna el carácter exento de las volumetrías dentro del terreno, la preocupación rigurosa por la proporción y la modulación, la inclusión de entidades curvas articuladas con morfologías prismáticas, la postura del autor frente a la relación con el paisaje, el criterio asignado a las perforaciones -relaciones Despiece fachada Sur

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lleno-vacío- el criterio conectivo y fundamentalmente la dimensión

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poética de cada uno de estos casos. Si bien el estudio de la casa Schröder permitió una relación con conceptos provenientes del movimiento neoplasticista, en el caso de los trabajos de arquitectura de los períodos iniciales de Le Corbusier se articula la mirada con obras puristas del mismo autor y también de Amendée Ozenfant agregándose el atelier de este último en Paris como exponente espacial relacionado con el movimiento purista. El uso de formas básicas despojadas de elementos superfluos, la actitud de evitar lo transitorio, lo efímero y concentrarse en lo inalterable focalizando en la esencia de lo real así como el modo de trascender la forma hasta recuperarla en toda su pureza, son rasgos que aúnan la morfología de estas viviendas con la postura purista del mismo autor. Esta breve presentación de obras de Le Corbusier se inicia en 1922-24 con la Ville Le Lac, continúa con la Ville Stein en Garches en 1926-28 y finaliza con la Ville Saboye en 1929. Si bien la observación hasta el momento se orientó a articular morfología arquitectónica con movimientos de la plástica, no se puede quedar ajeno a situaciones relevantes de distinto orden provenientes del contexto global producidas en 1929. Mientras en la Ópera de Paris Igor Stravisnky estrena El canto del Ruiseñor y Manuel de Falla hace lo propio en España con El Sombrero de Tres Picos con decorados de Picasso, una simultaneidad de acontecimientos de carácter socio político, como la entrada en vigencia el Tratado de Versalles o la situación planteada por el partido Obrero Alemán convertido en NSDAP (Partido Nacional Socialista Alemán del Trabajo) o Gandhi iniciando una campaña de desobediencia civil en la India, son entre otros, el preanuncio de que Europa se prepara para enfrentamientos dolorosos que provocarán grandes cambios a nivel mundial. Le Corbusier Ville Stein. Planta Estructura

Despiece morfológico de obras de Le Corbusier Despiece en Unidades Espaciales en Ville Stein 1 Se desagregaron los niveles constitutivos de la totalidad, señalando entidades conectivas como unidades espaciales pregnantes articuladoras de las partes [ver imágenes página actual y siguiente]. Se señala como unidad espacial a aquel recorte del espacio con características morfológicas y sintácticas semejantes que puede (o no) coincidir con unidades funcionales, que permite ser desagregada del todo para su posterior análisis y que su selección depende de la subjetividad del observador que la analiza.

1 Gráficos pertenecientes al alumno Ignacio J. Alcaide Irma Abades

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Le Corbusier Ville Stein.. Estructura de orden

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1_ Despiece N-Este 2_ Despiece N-Oeste 3 y 4_ Despiece Unidades Espaciales

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Análisis de partes y criterio conectivo Ville Le Lac (Une Petite Maison)

Se señala como unidad espacial a aquel recorte del espacio con características morfológicas y sintácticas semejantes que puede (o no) coincidir con unidades funcionales, que permite ser desagregada del todo para su posterior análisis y que su selección depende de la subjetividad del observador que la analiza.

Dicha unidad espacial, considerada como dispositivo fundante al momento de estudiar los casos, se puede categorizar en unidad espacial concreta: cuando presenta limitantes concretos, definidos, envolventes; en unidad espacial virtual: cuando alguno/s de sus limitantes son virtuales e inferidos por el observador y en cuanto a su conectividad puede nombrarse como unidad espacial conectada según quede ligada con otras unidades espaciales y/o conectante si ella misma es quien efectúa el vínculo. Al momento de analizar morfológicamente los casos enunciados se señala, dentro del mecanismo de exploración, a la unidad espacial como dispositivo de análisis, recurriendo a la momentánea suspensión de variables como estrategia activa y utilizando el despiece morfológico como herramienta operativa para tal fin. Si hasta el momento se presentaron como dispositivo de análisis las unidades espaciales, cabe atravesar este concepto con el de unidad cultural definida como aquello que está delimitado culturalmente, distinguido como entidad y que puede ser una persona, un lugar, una cosa, un sentimiento, una situación, una fantasía, una alucinación, una esperanza o una idea. [Schneider, 1968, pág. 2] Por lo cual se toma al lugar capturado por medio del croquis como unidad cultural que permite la aprehensión de la propuesta morfológica, en esta oportunidad de la Ville Savoye, y para fortalecer la idea de apropiación se instrumenta un recorrido preposicional que indica no sólo posición del observador sino su voluntad de comprensión ante esa situación espacial.

Irma Abades

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Croquis en terraza.

Croquis desde rampa.

En los recorridos presentados, no hay un dentro y fuera determinados sino que especialmente se seleccionan y señalan situaciones espaciales donde el borde es difuso, donde la masa juega con el vacío en una armonía tal que el límite se difuma, la sintaxis se produce por el vacío y éste asume carácter de contenedor tanto como la masa.

Diseño de Equipamiento Hasta el momento se presentó la lectura de diferentes morfologías bajo un orden donde el análisis de las partes quedó sometido a la tiranía del despiece morfológico para luego comprobar relaciones sintácticas, modos de articulación espacial y desde lo Croquis bajo cubierta.

perceptivo verificar escalas, relaciones contextuales y a posteriori una recomposición de la totalidad. Se mencionaron autores neoplasticistas y puristas que permitían enlazar situaciones espaciales con posturas del ámbito de la plástica. Para completar esta visión integradora se incluye el equipamiento a los fines de verificar coherencias entre el diseño de éste, el pensamiento proyectual y el resultado morfológico arquitectónico La forma del equipamiento conlleva códigos de percepción formal y de conformación de estos objetos que se relacionan estrechamente con el espacio donde quedan incluidos. Los diseños de equipamiento Le Corbusier (la silla LC1 presentada en 1928, la chaise longue LC4 presentada en 1929, los LC2, LC3, LC5 y sofás de 1,2 y 3 plazas) están rea-

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lizados en términos de confort garantizado por estudios antropométricos previos, exponen la misma racionalidad que demuestra en sus obras de arquitectura (independencia de la estructura, privilegio por la línea y el plano, formas geométricas puras) y el mismo criterio purista de sus obras pictóricas (representación clara y precisa, depuración formal y sometimiento a un riguroso control del color. En cuanto a Rietveld, el diseño de su equipamiento queda estrechamente vinculado con las destrezas adquiridas en el taller de ebanistería de su padre siendo la Silla Roja y Azul al igual que el diseño y la articulación de las partes de la mencionada vivienda Schröder en Utrech como claro exponente de esa actitud proyectual. Lo peculiar de sus diseños de equipamiento (mesa Schröder, silla Roja y Azul, silla Zigzag entre otras) y de su diseño arquitectónico reside en una reducción de los objetos a simples elementos geométricos y lineales, modulados y bajo un cromatismo acotado que responde a la influencia del grupo De Stij.

Otras constelaciones de sentido La etapa siguiente corresponde a una selección de obra construida de Mies van der Rohe articulándola con la postura y objetualidad emergente de la escuela Bauhaus en el período que se establece en Berlín con Mies como director de la misma. Lo singular de esta etapa reside no sólo en la articulación de los tres universos mencionados sino en especial en los estudios de las casa patio de Mies, sobre los cuales Iñaki Ábalos señala que lo importante será la idea de individualizar un “sistema”, esto es, de operar con pocas variables ligadas entre sí para obtener resultados completos y diversos, tanto constructivos como espaciales o estructurales. A nivel comparativo con las obras anteriormente nombradas estos estudios de casa patio no señalan un sujeto a quien pueden estar destinada la vivienda ni presentan indicios de posible núcleo familiar, permiten reconocer continuidades perceptivas y conectividades dentro de un sistema oponiéndose a divisiones, fragmentaciones y segregaciones espaciales. Como constantes se pueden señalar: que son viviendas poco compactas, abiertas a espacios libres contenidos por muros perimetrales cuyo patio, que nunca ocupa una posición central sino que se lateraliza, actúa como intervalo entre la arquitectura y el muro que la contiene, es mediador entre la casa y el sitio de emplazamiento y genera continuidades visuales. Para la observación de obras de Mies se selecciona la casa Tugendhat en Brno comparándola con la Farnsworsth a pesar de estar esta última fuera del recorte geográfico y temporal establecido para este estudio. Lo valioso de ello es que, a nivel comparativo y a pesar de presentar diferencias significativas en cuanto a la morfología de los terrenos donde se emplazan y los tiempos en que fueron ejecutadas, en ambas quedan expresadas tanto la síntesis de elementos intervinientes como la búsqueda de morfologías racionales Irma Abades

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que forman un todo continuo. En cuanto a su emplazamiento, la casa para Fritz y Grete Tugendhat, coetánea con el Pabellón de Barcelona, se localiza sobre un terreno en pendiente y resuelve su complejidad programática en tres niveles mientras que la Farnsworsth se sitúa en medio de prados con árboles de gran tamaño bordeando el río Fox en Plano, Illinois y se caracteriza por ser un prisma vidriado con estructura de sostén metálica contenedor de todas las funciones que la vivienda requiere. La Farnsworsth responde a la concepción de mirador vinculándose a través de su transparencia con el espacio que la circunda mientras que la Tugendhat, emplazada en un medio urbano responde al compromiso del desnivel del terreno negando visuales hacia la calle y abriendo la fachada opuesta hacia vistas más favorables como es el casco antiguo de la ciudad.2 Casa Farnsworsth. Despiece Unidades espaciales.

2 Gráficos pertenecientes al alumno Ignacio J. Alcaide 34

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Casa Tugendhat. Estudio de unidades espaciales

Casa Tugendhat. Estudio de unidades espaciales

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Como constantes en ambas obras se señalan: la independencia estructural, el hecho que la estructura de acero permite ordenar la espacialidad con gran libertad, la concepción de plano libre posibilita que los espacios ligados a funciones determinadas se definan sin separaciones, entrada de luz lateral, vista panorámica, cubierta homogénea y continua y altura constante. La Casa Farnsworth se resuelve sobre plataformas horizontales, paralelas al terreno pero separadas de él. La Casa Tugenhad si bien se adhiere al terreno, aparece el recinto-basamento que se diferencia de ámbitos diurnos-nocturnos los cuales se resuelven en planos horizontales paralelos. El Pabellón de Barcelona se resuelve sobre un basamento que define el ámbito del proyecto y lo separa visualmente del suelo exterior En cuanto al equipamiento que Mies incorpora en estas viviendas, mantiene la estética del diseño moderno tales como formas simples basadas en una geometría pura y ausencia absoluta de ornamento.

Croquis de prefiguración Sillón.

Resulta valioso incluir en este relato, gráficos del autor que anteceden al sillón Barcelona y que dan cuenta, en esa prefiguración, de la búsqueda geométrica y del cuidado en la sintaxis entre las partes que lo conforman.

Reflexiones sobre lo presentado Este breve recorrido por obras de valiosos representantes del Movimiento Moderno en Europa, permite verificar posturas y rescatar constantes como la ruptura con todo conven-

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cionalismo preestablecido, la fuerza expresiva de la función que deviene en forma, la coherencia entre morfología arquitectónica, movimientos del campo del arte y diseño objetual y de equipamiento, la propuesta de una nueva rítmica ordenadora del todo y las partes, así como la adecuación de la vivienda a recursos y necesidades humanas. El arco temporal de observación se inicia en 1922 con la obra de Le Corbusier en su época de artista plástico purista abordando el atelier de su amigo Ozenfant en Paris al tiempo que diseña la casa para sus padres en Vevey. De 1922 al 24 mientras Le Corbusier lleva adelante la construcción de la Ville Le Lac, Rietveld acomete con la casa Schöder. Mientras la pequeña casita condensa funciones dentro de un prisma y se articula con el exterior a través de una escala poética, la vivienda en Utrecht presenta una propuesta en traducción neoplasticista en cuanto al uso de los limitantes, a la aplicación de una paleta cromática acotada al lenguaje de la totalidad y con una singular propuesta de flexibilidad asignada a la zona privada. De 1926 al 28 Le Corbusier resuelve y construye la Ville Stein en Garches donde apela a una envolvente de morfología cúbica para cobijar complejidades funcionales resueltas en cuatros niveles para ser compartidos por la familia Stein y por Gabrielle de Monzie. El juego de la piel de la Ville Stein se cierra en la fachada de acceso con un orden estricto basado en proporciones áureas mientras en la fachada posterior expone una complejidad de perforaciones y juegos volumétricos en comunicación con el jardín. Esta actitud de opacidad en el acceso y apertura perspectívica en la cara posterior se encuentra también en la Tugendhat de Mies en Brno. Esta última, si bien presenta la mencionada semejanza con la Ville Stein, con respecto a la Ville Savoye (con la que es contemporánea, año 1929) también expone coincidencias aunque sólo en cuanto tecnología y uso de materialidad, pero a la vez presenta diferencias significativas en cuanto a decisiones proyectuales, morfología, actitud disposicional, emplazamiento, criterio estructural, propuesta de conectividad y relación con el entorno inmediato. Son dos posturas diferentes pero coherentes con la postura de cada autor y enmarcadas dentro del Movimiento Moderno. En función del estudio realizado, que permitió articular disciplinas varias y observar a estos referentes de la arquitectura moderna a través de las viviendas aquí presentadas, se verifica que son portadores de valores en cuanto al carácter morfo-sintáctico expresivo asignado a sus obras, al criterio tecnológico constructivo aplicado aunado con la elección de materialidad y con la propuesta cromática, con la construcción de nuevas tensiones perceptivas y fundamentalmente con la construcción de un nuevo lenguaje y con una poética que emerge de cada una de las obras presentadas.

Irma Abades

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El suelo en la vivienda popular Deseos y realidades

El problema de la tierra se plantea en toda su implacable complejidad en cuanto se programa un programa de vivienda popular medianamente ambicioso. La casa en sí es el elemento, si bien decisivo, más fácil denormalizar, en cuanto a costos, superficies (generalmente inadecuadas, por su mezquindad) calidad de materiales, instalaciones y servicios. El qué resulta, pues, relativamente fácil de establecer, pero mucho más complejo es el dónde. Lo que nos lleva inexorablemente a interrogarnos sobre el cómo, vale decir, las tipologías que dichos programas tiendan a favorecer, pues de ellas depende, y mucho, como se verá a través de este análisis, la dimensión de la tierra que se necesitará. Como los programas de vivienda popular se implementan para satisfacer la necesidad de casas de aquellos sectores de la sociedad a los que las ofertas del mercado, tanto en alquiler o propiedad les quedan fuera de su alcance, resulta necesario tener en cuenta los deseos y aspiraciones de dichos sectores. Para ello, si queremos escapar de los fáciles esquematismos de quienes preten-

Juan Manuel Borthagaray Dr. Arquitecto, Coordinador General de la Facultad de Arquitectura UAI. Director del proyecto de investigación Suelo y vivienda (2010-2).

Carlos Bozzoli Profesor Titular de Historia de la Arquitec-

tura en Facultad de Arquitectura UAI y codirector del proyecto de investigación Suelo y vivienda (2010-2).

den saber qué quiere la gente, y cómo vive la gente sería necesario realizar sondeos sociales con métodos incuestionables. A los efectos del presente trabajo, basados en nuestra experiencia personal, nos permitiremos arrogarnos cierta pretensión de lo que acabamos de criticar en el inicio de este párrafo. Creemos, como también lo creen muchos políticos que han hecho su carrera en contacto íntimo con estos sectores, que las grandes mayorías aspiran a una casa individual, edificada sobre un terreno propio, que es lo que realizan, por autoconstrucción, en tanto y cuanto pueden. Intentaremos demostrar, cómo esta aspiración de lograr el derecho a la vivienda deseada choca en gran medida, con la aspiración, no menos legítima, del derecho a la ciudad. Para ello, ejemplificaremos con una operación, relativamente modesta, de 168 casas, y las veremos bajo distintas alternativas. Dos de casas individuales, las variantes

Juan Manuel Borthagaray & Carlos Bozzoli

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A y B; dos de casas colectivas, agrupadas en bloques de planta baja y tres pisos altos, (variante C1, de crujía simple y C2, de doble crujía) y dos soluciones intermedias, en base a duplex en tira, una real: el Barrio Presidente Illía y otra teórica, la variante D, que es la que los autores preconizan. Variante A 6 manzanas

Variante B / esquema de 4 manzanas 4 manzanas 42 lotes 168 lotes en total Lotes de 10 x 30 m

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cada manzana contiene: 8 lotes de 10 x 50m 12 lotes de 10 x 30 8 lotes de 10 x 30

Ancho de calles: 8m Ancho de aceras: 3m


C1 Variante en dos manzanas Simple crujĂ­a

C2 Variante en dos manzanas Doble crujĂ­a

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Barrio Presidente Illia (a la izquierda barrio completo, a la derecha sector ampliado)

Esta tipología, la de los duplex en tira, no es la más generalizada en los planes de vivienda corrientes. Del análisis siguiente surge que es posible, mediante su uso, duplicar la densidad con respecto a un loteo convencional, pues la variante A, correspondiente a un loteo convencional, requiere seis manzanas, mientras que en la variante D es posible ubicar las 168 casas de este ejercicio en un área equivalente a tres manzanas (seis medias manzanas) Esto hace más fácil obtener tierras contiguas a un casco urbano y su damero existente y mantener las casas dentro de distancias peatonales con respecto al casco urbano. Queda claro que esta tipología no puede competir con soluciones de casas colectivas de planta baja y tres altas, aún en ejemplos muy poco intensivos como lo demuestra el estudio de la variante C1, pero (manteniendo muchas virtudes de casas individuales) es posible lograr densidades intermedias del doble de las convencionales. A los efectos de este análisis, las variantes teóricas A, C y D se examinarán sobre una cuadrícula de supuestas manzanas de 100x100m, con calles de 8m de ancho y veredas de 3m a cada lado. Se ha tratado de usar dimensiones, si no exactas, aproximadas a las cuadrículas que predominan en casi todos nuestros núcleos urbanos, a los efectos de que los modelos sean aplicables con pequeños ajustes, según sean las condiciones del entorno. La variante B que prevé manzanas de 210m de lado mayor, es acoplable, interrumpiendo las calles intermedias.

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Para analizar la variante A, si hemos de respetar la Ley que fija un lote mínimo de 10m x 30m, aún para los lotes de esquina, tendríamos 28 lotes por manzana, y para las 168 necesitaríamos seis manzanas, que supondremos agrupadas en dos hileras de tres manzanas. Por lo tanto, para el total requeriríamos un rectángulo de tierra de un lado mayor de 100m x 3 = 300m más 4 anchos de calle de 14m= 56m (Cada calle con un ancho de calzada de 8m más dos veredas de 3m), lo que da un total de lado mayor de 356 metros. El lado menor de 100mx2=200m, más 3 anchos de calle de 14m=42m totaliza para dicho lado menor 242 m lo que da una superficie de suelo para la alternativa A de 86.152 m2 (356x242). Si, en todos los casos suponemos que las calles de los bordes también están pavimentadas, hacen falta17 tramos x 100m de calles= 1.700 x 8= 13.600 m2 más 12 bocacalles de (8mx8m=64) x12= 768m lo que totaliza 14.368 m2 de pavimentos. A los efectos de simplificar, no calcularemos las veredas, dado que están en función del frente de los lotes, constantes en ambos casos A y B.Las cifras obtenidas nos arrojan un total de suelo unitario por casa de 86.152m2/168= 512,80m2 y una superficie unitaria de pavimentos de 14.368m2/168=85,52m2. Una primera observación crítica de la alternativa A nos permite constatar una aparente irracionalidad por lo desparejo de la profundidad de los lotes. Esto nos lleva a considerar una alternativa B en base a manzanas de 60m de profundidad, formadas exclusivamente en base a hileras de lotes iguales de 10m de frente por 30m de fondo. Supondremos que las 168 casas las disponemos en 4 manzanas de 42 lotes cada una, o sea de 210x60m. Las 4 manzanas se inscribirán, pues, en un rectángulo de tierra de un lado mayor de 210x2=420m más 3 anchos de calle de 14m=42m que totaliza para dicho lado mayor 462m. El lado menor resulta de 60x2=120 más 3 anchos de calle =42m lo que totaliza para el lado menor 162m. Ello da una superficie de suelo para la alternativa B de 74844 m2 (462x162m). A lo que se agregarían 13.536m2 de pavimentos (210x6=1.260m+60x6=360, 1.620x8=12.960m2 de calles más 9 bocacalles de 64x9=576m2). La superficie de suelo por unidad resulta de 74.844/168=445,50m2 y la superficie unitaria de pavimento asciende a 13.536/168=80,57m2. Del análisis comparativo entre las alternativas A y B nos surge (1) en cuanto a las áreas de tierra necesarias por unidad: alternativa A: 512,80m2, alternativa B: 445,50, diferencia a favor B= 67,30m2 o sea que la alternativa B es un 13,12% más favorable y (2) en cuanto a la superficie de los pavimentos por unidad: alternativa A: 85,52, alternativa B: 80,57, diferencia a favor B= 4,95m2 No debe sorprender esta diferencia tan pequeña, dado que Juan Manuel Borthagaray & Carlos Bozzoli

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el área de pavimento está en función del frente de 10m de los lotes, la diferencia surge del pavimento redundante de los lotes de esquina, que son 24 en la variante A, contra 16 en la B. Dicho de otro modo, las diferencias entre los costos de 67,30 m2 de terreno y de 4.95m2 de pavimento, cualesquiera que ellos sean, de adoptarse la variante B, podrían (a iguales inversiones totales) destinarse a mejorar la calidad de las casas. Ello sin tomar en cuenta las posibles economías en las redes externas de servicios de infraestructura que, a los efectos del presente ejercicio no se cuantifican, por considerar que las diferencias no son significativas. Analizaremos ahora una variante C1 en base a viviendas colectivas, que supondremos agrupadas en bloques de 4 plantas, la baja y tres altas. A los efectos de la simplificación del cálculo, los supondremos que todos tienen estar-comedor, cocina-lavadero, tres dormitorios y baño, desarrollados en módulos de 3,30m de frente, a razón de dos para el estar y cocina, uno para cada uno de los tres dormitorios y medio para el baño. Esto nos da un desarrollo de frente de 3,30 x5,5= 18,5m, digamos 19m con espesores de muros Los supondremos con una escalera cada dos unidades, contenida en otro módulo de 3,30m.

Alternativa C1 una sola serie de unidades en simple crujía

El conjunto de dos unidades, más la escalera intermedia, tendría entonces 19x 2=38 más 3,30 de la escalera = 41,30m de frente. Los suponemos de 5,60m de profundidad. Si los ubicamos en manzanas convencionales de 100m de lado, podríamos ubicarlos de a dos conjuntos apareados, en el ancho, con un frente total de 41,30x2=82,60m la diferencia con 44

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los 100 de ancho de la manzana es de 17,400m que repartimos en dos retiros laterales de 8,70m cada uno. Un tal bloque podría tener esa profundidad total de 5,60m si lo suponemos de simple crujía, para asegurar ventilación cruzada y óptima orientación. En el sentido de la profundidad podríamos disponer 4 bloques. Tendríamos así 5,60x4=22,40 más dos retitos de líneas municipales de 6m cada uno, nos suma 34,40 que, restados de los 100m de profundidad de la manzana, nos da 65,60m a repartir en tres distancias entre bloques de 21,87m. Cada bloque contiene 4 viviendas por planta, o sea 16 en sus cuatro plantas. Los 8 bloques dispuestos en las dos manzanas contienen 16x8=128 o sea 40 casas de menos que la referencia de 168 pero, a los efectos de la comparación entre tipologías seguimos adelante con el análisis. Para la disposición que acabamos de describir se requieren dos manzanas de 100x100m. o sea que de acuerdo con el método con el que hemos calculado la variante A requeriremos, un rectángulo de tierra con un lado mayor (100x2= 200+3 callesx14m= 42m) de 256m y un lado menor (100 + 2 callesx14= 28m) de 128m. El total del suelo C1 (256x128) sería de 32768m2, el total del suelo para pavimentos C1 (100x7=700x8= 5.600m2+6 bocalles x64= 384m2) asciende a 5.984m2 y por tanto, el valor de suelo unitario es de 256 m2 (32.768/128) y de suelo usurario de pavimento (5.984/128) de 46,75m2.

Indicadores urbanísticos de la solución C El Factor de Ocupación del Suelo (FOS) surge del cociente entre superficie edilicia en PB (82,60x5,60= 462,56x4 bloques= 1.850,24m2) y los 10000m2 de la manzana, lo que da un FOS de 0,185. El Factor de Ocupación Total (FOT) resulta del cociente edificado (1850,24x4 plantas = 7.400,96m2) y los 10000m2 de la manzana, lo que arroja un FOT de 0.74 Esta solución C1 puede llevarse a una compacidad mayor, si se sacrificasela ventilación cruzada y se recurriese a una solución de doble crujía, conlo que se estaría dentro del máximo de cuatro puertas por piso de escalera, recomendado por los expertos, y aun dentro de indicadores razonables, sin embargo, aunque se considera adecuada la intensidad lograda con la crujía simple, se analizará una variante C2, de doble crujía

Juan Manuel Borthagaray & Carlos Bozzoli

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Alternativa C2 2 unidades en doble crujía

Los bloques tendrían entonces el doble de profundidad1, vale decir 5,60x2= 11,20. si analizamos la disposición en la manzana con la misma cantidad de 4 bloques, deberíamos calcular 11,20x4=44,80 más los dos retiros de 6m c/u 44,80+12= 56,80, que restados de los 100m de la manzana nos arroja 43,20, que dividido por las tres separaciones entre bloques necesarias, nos da 14,40m que consideramos insuficientes para asegurar las horas de asoleamiento mínimo requeridas. Haremos entonces el análisis de esta variante con una disposición de tres bloques por manzana. Entonces 11,20x3=33,60 más los 12m de retiros=45,60, que restados de los 100 nos deja 54.40 a repartir entre dos espacios de 27,20m cada uno. Con esta solución cada uno de los seis bloques contiene 8 unidades por planta, y en las 4 plantas, 4x8=32 unidades, por lo tanto en los 6 bloques caben 32x6=192 unidades, que se comparan ventajosamente con las 128 de la variante C1, pues se han ubicado 64 unidades más en la misma superficie total y la misma superficie de pavimentos. Queda claro que este rendimiento se obtiene al precio de sacrificar la ventilación cruzada y la orientación y asoleamiento óptimos que son posibles en la variante C1

1 Existen pequeñas diferencias respecto a las medidas de las figuras respecto de las del texto. 46

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La superficie de suelo unitario en la variante C2 es de 170,67 m2 (32768/192) y la superficie unitaria de pavimento es de 31,17 m2 (5984/192) y los indicadores urbanísticos (todavía razonables) serían FOS de 0,83 (82,60x11,20=925,12x3=2.775,36x3=8.326m2, sobre los 10.000 m2 de la manzana) y FOT de 3,33 (8.326 x 4 plantas= 33,304m2 respecto de los 10.000 m2 de la manzana). Queda claro que una solución de vivienda colectiva aún más rendidora Podría lograrse agregando pisos a los bloques, hasta llegar a economías de terreno y pavimentos que superen el punto de indiferencia con el costo de los ascensores indispensables. Pero en este caso la decisión no pasará por lo estrictamente económico, sino por otros factores, como los indicadores urbanísticos, densidades, alturas permitidas y sombras arrojadas al entorno propias del lugar específico, tanto como el asoleamiento de las propias unidades. Sin embargo, con estas realidades nos hemos alejado, y bastante, de la aspiración de la casa individual, propia, que hemos definido, al principio, como la aspiración de nuestro cliente. ¿No habrá, acaso, soluciones intermedias? Las hay, y se ha ensayado una, la de los duplex en tira, proyectados y construidos en el ámbito de la entonces Comisión Municipal de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo de uno de los autores del presente artículo, Juan M. Borthagaray. Tipología de duplex D Planta Baja Escala 1:50

Superficie en planta baja 29,02m2

Juan Manuel Borthagaray & Carlos Bozzoli

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Tipología de duplex D Planta Alta Escala 1:50

Superficie en planta alta 29,02m2

Superficie cubierta total: 58,04m2 Superficie del terreno: 54m2 Las paredes portantes son de 0,20m

Comprometidos a disponer 500 casas en cinco manzanas de Flores Sur, los proyectistas idearon un prototipo de planta baja con estar, baño y cocina en la planta baja y dos dormitorios en la alta. Les asignaron una parcela de tierra de dimensiones mínimas, pero aún suficientes para dejar un pequeño retiro de frente, para que los ocupantes pudiesen expresar su individualidad y un fondo libre suficiente para tendedero y parrilla. El barrio fue bautizado Presidente Illia y se proyectó en 1984. En procura de una alta intensidad de ocupación, a la vez que evitar la monotonía que desgraciadamente muchas veces aqueja a los desarrollos de viviendas populares, se evitaron las tiras demasiado largas, se colocaron algunas a 90 grados con respecto a las otras, se recurrió a calles peatonales internas, también encontradas a 90 grados, y se buscó producir ensanches a manera de placitas, para juegos infantiles. Con esta estrategia se logró ubicar más de 100 casas por manzana. A 30 años de su ocupación a Borthagaray le surgen numerosas autocríticas, aunque desea comenzar por una reivindicación.

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El suelo en la vivienda popular


Barrio Presidente Illia (a la izquierda barrio completo, a la derecha sector ampliado)

Un día, a última hora de la tarde, le tocó tomar el ascensor junto con la señora que se ocupaba de la limpieza del taller de diseño, sobre una de cuyas mesas había quedado la maqueta de una de las manzanas. El arquitecto no puede olvidar la luminosidad de la sonrisa con la que la señora exclamó “¡qué lindo, arquitecto, son casitas!” o sea, qué suerte que por una vez no son monobloques. Ahora las autocríticas. En primer término la tecnología. Quiso el destino que las licitaciones (para las que a las quinientas las dividimos en unidades de contrato accesibles a empresas pequeñas y medianas) las ganara a todas menos una, que incluía elementos atípicos, una importante empresa, en base a precio más bajo, mediante una propuesta de semi-prefabricación pesada al pie de obra. En cuanto a la tecnología: Primera amarga lección, nunca debe usarse una técnica que no esté dentro del alcance de la población que va a ocupar las casas. Pequeños desplazamientos de las grandes piezas pesadas, o inconvenientes de juntas, les resultaron irreparables, mientras que los problemas del conjunto que ganó y construyó una pequeña empresa en base a construcción tradicional están siempre al alcance de los propietarios o de algún allegado. No debe verse en esto una posición negadora de toda industrialización de la construcción, pero sí un llamado de atención para tomar con pinzas las innovaciones constructivas en el campo de la vivienda popular.

Juan Manuel Borthagaray & Carlos Bozzoli

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En cuanto al diseño de las unidades, es un error que no cuenten con sanitario en planta alta. Las dimensiones entre ejes divisorios son demasiado mezquinas, si se tuviesen que reproyectar sería deseable una mayor dimensión (por ejemplo de 7m entre ejes), lo que abre posibilidades enormes, entre ellas un indispensable tercer dormitorio y otro sanitario en planta alta. En cuanto al diseño urbano. A 20 años vista, puede constatarse que el intento de densificar colonizando el interior de la manzana con peatonales ha fracasado. Se habían previsto algunas dársenas para estacionamiento anexas a las calles perimetrales, pero para los habitantes, un vehículo es el primer paso para una proto-empresa, que les permita el autoempleo, sea como pintores, yeseros, plomeros, etc, dentro de las amplias oportunidades que el mantenimiento abre. El ansiado vehículo, ya sea como realidad o como proyecto, a medida que se van obteniendo los repuestos para armarlo, debe estar bajo constante vigilancia, so pena de que sea robado o depredado. Hemos visto vehículos llevados a pulso, entre varios, para depositarlos en los exiguos jardincillos de frente de las casas. Las trabazones de los bloques, proyectadas para evitar la temida monotonía, produjeron el desconcierto tanto de los pobladores como de sus visitas, al no tener referencias dentro de la ciudad circundante. Todo esto nos hizo revisitar, con otros ojos, las manzanas tallarín de las inmediaciones del Parque de Agronomía, solución que descartamos por la gran incidencia de calles con respecto a las áreas útiles de lotes. A 30 años vista, puede constatarse que las casas de las manzanas tallarín de hace 80 años no sólo conservan su valor, sino que se transan en el mercado a mayores precios que algunas de sus vecinas más nuevas. No puede decirse lo mismo de las del Barrio Illía. Para ser justos, hay que reconocer la influencia decisiva del entorno, de sólida clase media en Agronomía, lo que ha llevado a la gentrificación del barrio (pero esta es otra historia). En el caso del Illía, la influencia es la de la contigua y famosa Villa 1-11-14, una de las mayores y más peligrosas, si no la más, de las villas de Buenos Aires, lo que condiciona fuertemente su ocupación. La falta de medios general de sus habitantes, para realizar imprescindibles reparaciones, ha llevado a su deterioro y tugurización. Pero creemos que la principal clave del éxito de Agronomía consiste en la calidad ambiental de sus calles, con amplias aceras generosamente arboladas, que el tiempo ha recompensado. Esto influye a tal punto, que compensa la carencia de áreas libres en las parcelas. Como conclusión: Si tuviésemos que repetir una experiencia de desarrollar una alternativa D en base a duplex en tira, comenzaríamos por dar a las viviendas un ancho entre ejes de 7m y situarlas sobre calles vehiculares normales, como las de Agronomía. Siguiendo con nuestra hipótesis de manzanas teóricas de 100mx100m hemos hecho una primera en base a dos calles intermedias de 14m. Nos quedan entonces, para repartir en tres bandas 100-28=72m, que divididos por las tres tiras de lotes que se tocan por el fondo, 50

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nos da 24m. Nos quedarían entonces, superficies de 7m de frente por 12m de fondo que, aunque factibles, nos parecen demasiado ajustados. Ensayamos, entonces, con una sola calle intermedia, entonces 100-14= 86 que dividido en dos bandas nos da 43m, entonces la mitad es 21,50m que nos parece un fondo adecuado, y hasta de una cierta generosidad. Sobre parcelas de 7 x21,50 pueden desarrollarse, de manera airosa, prototipos de tres dormitorios, con un jardincillo en un retiro de frente, para afirmar la apropiación e identidad de la familia ocupante, y un fondo interesante para tendedero y parrilla.

Análisis de una alternativa D en base a duplex en tira. Este ejercicio se realizará hipotetizando la introducción de una calle intermedia, semejante a las cortadas de Palermo, en las inmediaciones de la Plaza Cortázar. En los 100m caben, en el ancho, 14 parcelas de 7m de frente 14 x7=98 o sea que en cada una de estas medias manzanas de 100-14= 86/2= 43m de profundidad caben 28 parcelas, o sea 56 por cada manzana entera. Se requiere entonces para ubicar las 168 casas de este ejercicio comparativo, un área equivalente a tres manzanas enteras, que, divididas en seis medias manzanas nos arroja 28 x6=168. El lado mayor (100x3=300)+(14x4= 56) es de 356m y el lado menor (100+14x2= 28) del 128m de lo que la superficie de suelo necesaria para la variante D es de 45.568 m2 (356 x 128) y la superficie para pavimentos ascendería a 10.720m2 (100x9=900+43x 8=344=1244x8 mas bocacalles 64x12=768m2) los que arrojaría una superficie de suelo unitaria de 271.23 m2 (45.568/168) y de suelo unitario de pavimentos de 63,81 m2 ( 10.720/168).

Conclusiones Creemos, sin ninguna duda, que las oportunidades de calidad de vida de la solución D son mucho mayores que las de las soluciones C1 y C2, por lo tanto se acercan mucho más a las aspiraciones de nuestro cliente y valdría la pena pagar los costos adicionales de la superficie de tierra y pavimentos de calles. Esta solución D, que preconizamos, tiene el inconveniente, con respecto a las A y B de que sus parcelas no se pueden dividir, y que es necesario tomar cada tira como una unidad colectiva dentro del régimen de la Ley de Propiedad Horizontal, de 14 unidades sobre una parcela de 100m x21,50. Pero como había dicho aquella señora de la anécdota no son departamentos en un monobloque ¡son casitas! Juan Manuel Borthagaray & Carlos Bozzoli

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Para la comparación tipológica se ha tomado, como ya se ha dicho, un damero de manzanas teóricas de 100mx100m que puede no corresponder exactamente, pero sí de manera muy aproximada, a los amanzanamientos Típicos de nuestros núcleos urbanos. La variante B se ha teorizado sobre manzanas de 60m x 210m, que también podrían anexarse a una cuadrícula de aproximadamente 100x100 interrumpiendo algunas calles intermedias. Pero las alternativas A y B, al ser tan exigentes en materia de superficie de suelo requerida, difícilmente encuentren tierra adyacente a cuadrículas consolidadas, y entonces, para ejercer el derecho a la ciudad, sus habitantes deban recurrir a movilidad propia, porque las distancias al comercio diario, escuelas, sanidad y esparcimiento excederían las peatonales. Ante las dificultades para acceder a autos, muchos recurrirán a ciclomotores de baja cilindrada, con su secuela de posibles accidentes. Los vemos a cada rato, el padre adelante, la madre atrás, y en el medio uno, dos y hasta tres niños, yendo de compras cuando no hay nadie con quien dejar los chicos. Es el precio que deben pagar para acceder a la vida urbana. Unas palabras más con respecto a la movilidad, que surgen del análisis de la variante C2 si se previese estacionamiento para todos los 192 departamentos, previendo 2,50mx7,50m= 18,75m2 por plaza tendríamos x 192 = 3600m2 (¡más de un tercio de manzana!). En cuanto a la variante D el vehículo puede estacionarse en la calle, en el frente de 7m o en el retiro, soluciones ambas poco satisfactorias pero usuales en la ciudad. Por último, las generosas separaciones de más de 20m entre bloques de las variantes C se corresponden con las concepciones higiénicas de Ville Radieuse de la arquitectura y el urbanismo moderno de asegurar ventilación y asoleamiento, parques y deportes al pie de la casa. La experiencia de décadas en este tipo de conjuntos nos dice que a menudo el mantenimiento de dichas áreas resulta demasiado oneroso, tanto para los vecinos como para los exigidos presupuestos municipales, lo que hace que los espacios resulten descuidados e inseguros. En la variante D todas las áreas están asignadas a la pertenencia de cada casa, y este riesgo no aparece. El problema de la tierra, vale decir el adónde mencionado al comienzo se hace particularmente grave porque en los desarrollos de vivienda popular se busca que las tierras sean lo suficientemente baratas como para encuadrar en una grilla de costos preestablecida. El sólo anuncio de un Plan hace que las tierras aptas para estos desarrollos suban automáticamente de precio, por lo cual deba recurrirse a tierras en general públicas y no desarrolladas. A menudo estas áreas no están desarrolladas por muy buenas razones, en general por inconvenientes ambientales. Se recurre entonces a conceder créditos de construcción para propietarios de lotes, solución deseada porque responde al ideal de construir 52

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ciudad dentro de la ciudad, aprovechando el capital social que ha desarrollado todo un entorno de calles, aceras, comercios y servicios de educación, salud y seguridad, de los cuales se ha beneficiado, casi siempre gratuitamente el propietario del lote. Las tierras anexas a los núcleos urbanos situadas en la dirección en que ese núcleo tiende a desarrollarse suelen ser las más valiosas, por lo que no es raro ver cómo a veces, bien intencionados planes de vivienda popular resultan, a la postre, en indeseadas deformaciones de los poblados. Al sector público se le hace extremadamente difícil desarrollar un banco de tierras (aunque no imposible, como lo atestigua la experiencia del Instituto ad-hoc del municipio de Moreno). En cuanto a las experiencias negativas citaremos sólo dos, una es la reciente invasión del Parque Indoamericano, en la que las autoridades tuvieron muy serios problemas para defender la integridad de un parque. La otra se produjo en la metrópolis brasileña de San Pablo, donde dictaron condiciones de uso muy restrictivas para proteger las áreas en torno de los manantiales de donde se toma el agua para abastecer a la ciudad. Como se estableció una muy severa restricción de usos, el valor comercial de las tierras cayó hasta extremos en que sus propietarios perdieron todo interés en ellas, y dejaran de custodiarlas. El resultado fue la invasión por favelas tremendamente pobladas, con lo que se consiguió el efecto inverso. La conclusión es que las metrópolis no soportan los vacíos.

TABLA 1

Variantes

Superficie del suelo (total)

Equivalente de manzana 100 x 100

Superficie de pavimentos (total)

Cantidad de unidades

A

86152

6

14368

168

B

74844

4

13536

168

C1

32768

2

5884

128

C2

32768

2

5884

192

D

45568

3

10720

168

Juan Manuel Borthagaray & Carlos Bozzoli

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Como colofón se han tabulado las cantidades de suelo y de pavimentos necesarios, unitarios y totales, para cada una de las tipologías analizadas. La elección de una de ellas, que hemos llamado el cómo, en general no depende de la voluntad del proyectista, sino de la tierra de la que se pueda disponer, vale decir el adónde. Esto nos ilustra en cuanto al grado de dependencia en que suelo y vivienda están relacionados. El presente trabajo pretende, a la vez que llamar la atención sobre las virtudes de las tipologías de duplex en tira, ofrecer un método de análisis para examinar cualquier alternativa de las relaciones entre suelo y vivienda.

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Modos americanos de proyecto Hibridez, Ilustración, Naturaleza

Roberto Fernández

1 Lo Híbrido

Doctor, Profesor de Historia de la Arquitec-

Algo parecido a las características de la hybris de la mitología grecolatina –en tanto ascenso

tura y el Urbanismo en las universidades de

y caída o castigo de dioses o héroes de la misma– ocurrió con las cosmogonías americanas

Mar del Plata y Buenos Aires. Investigador

que también conocen el proceso de estabilidad y caída, transgresión y castigo. En el caso

y Coordinador de Investigaciones de la FA

de las culturas andinas opera otra hibridación que es la intención ideológica de fusionar

UAI. Este es un avance de su investigación

o relacionar los dioses antiguos con la religión cristiana, tal como habían intentado los

Modos del Proyecto. Mapa de la arquitectu-

humanistas renacentistas, Pico o Ficino, al buscar en la mitología griega vestigios del Dios

ra americana, Facultad de Arquitectura UAI

cristiano en su forma trinitaria, siguiendo la tesis agustiniana acerca de esa posible exten-

(2011-2).

sión del modus católico trinitario hasta una época anterior a Cristo. Así se producirá una maridaje híbrido entre Pachamama y la virgen María, entre el todoterreno apóstol Santiago (que en España se convirtió en matamoros) y el dios tronante, Illapa, amén que este dios multifacético también fue asociado en su voluntad cristianizante a los ruidosos ángeles arcabuceros o entre Tunupa, el dios wari preincaico, con San Bartolomé. Illapa además, dentro de la posible asociación con la hybris griega, era multiforme o adoptaba múltiples nombres (Yaro, Cacha, Curi) y formas (de imagen antropomórfica en su dorado adoratorio cuzqueño o con tres piedras rituales en el santuario de Cacha). Además Illapa aludía y formaba parte de aquello anómalo en la vida cotidiana: uno de cada par de mellizos, considerados hijos del rayo, debía sacrificarse así como los hijos paridos en tormenta, casa tocada con un rayo era lapidada y campo chamuscado era cercado e impedido de pisar y cultivar. También se elaboró una noción trinitaria de Illapa, ligado a las formas en que se manifiesta el fenómeno natural triple y uno de relámpago, rayo y trueno.

Roberto Fernández

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En las cosmogonías de base guaranítica –pero también en el caso de los hopis del actual sur del USA o de los huicholes de Jalisco– también se manifiestan procesos rituales y fenomenologías de mutación / adaptación / castigo de lo cual emergen características culticas semejantes a la constitución de lo híbrido. Como lo demostró dentro su teoría de las pathosformeln, Aby Warburg se ocupó de investigar la persistencia histórica y la diversidad geocultural de conformaciones míticas asociables al tema de la hybris, como sus precisiones etnológicas sobre el motivo del Ourobouros y el ritual de la serpiente donde se desarrollan instancias de fusión de diferencias, zoormofismos o mixturas que, según exigencias de esos rituales, engendran sistemas estéticos y comunicacionales tributarios del modo híbrido. La mirada del descubridor –que puede ser acompañante más o menos objetivo o miembro mismo de la conquista ya que Colón o Cortés escriben lo suyo en plano de invención, que es la palabra usada en el XV para des-cubrir- se fija en la omnipotencia de lo natural o lo natural-americano como exceso, como ocurrirá en Fernández de Oviedo, el primer cronista significativo que escribe después de haber pasado largo tiempo en las India. El libro del filólogo italiano Antonello Gerbi1, en sus dos partes, primero efectúa cierta descripción y comentarios de los diversos cronistas de sociedad y naturaleza, de Colón o Cortés –como sujetos concretos de descubimiento y conquista pero también registradores o cronistas– a Nicoló Scillaci, Michele da Cuneo, Alberigo Vespucci, Pedro Mártir d´Anglería, Martín Fernández de Enciso, Antonio Pigafetta o Lombardo y Giovanni da Verrazzano y toda una segunda parte destinada a presentar vida y obra de Gonzalo Fernández de Oviedo que veremos en otra sección de este escrito. Toda esta primera camada de observadores mezcla realidades y fantasías y en general produce escritos de diferente valor por su acceso a la información. Schillaci (que escribe su fascículo De Insulis… en 1494), Da Cúneo (De Novitabus Insularum…, 1495) y D´Anglería (De Orbe Novo, publicado originalmente en latín y español en Alcalá en 1530) nunca viajaron a América y la conocieron por cartas de informantes y van a desarrollar ciertos tópicos sobre lo americano como el estado de lujuria, el canibalismo de seres salvajes sobre los propios americanos y la munificiencia de alimentos, como el maiz que el luego San Carlos Borromeo se ocupará de difundir e instalar en Lombardía. Anglería plantea el mito de la tierra de Jauja, donde abunda todo y se vive en estado natural de desnudez mientras Schillacci, que cree que Colón había llegado al Indico, refiere la mítica existencia del Reino de Saba. Los cronistas italianos –que quizá fueron más prolíficos y difundidos que los ibéricos– instalan el tema americano en la consideración europea y de ello dará cuenta el

1 Gherbi, A., La Naturaleza de las Indias Nuevas. De Cristóbal Colón a Gonzalo Fernández de Oviedo, FCE, México, 1978

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interés de algunos artistas por estas escenas novedosas y míticas, como el caso del músico veneciano Antonio Vivaldi que compone su dramma per musica en tres actos Motezuma en 1733, según libreto de Girolamo Giusti quien lo escribió basado en la Historia de la Conquista de México, de Antonio de Solís y Rivadaneyra (editada en Madrid en 1684). Esos registros de viajes –curiosos como el de Pigafetta (Relazione del primo viaggio intorno al mondo, 1524, que copiará el mismo a mano y regalará a varios monarcas europeos, Imagen 1) que es un cronista de la vuelta del mundo de Magallanes y que describe muy imaginariamente la fauna fantástica del mundo que descubre o el de Verrazano que es un italiano que despliega artes de piratería al servicio de Francia o el de Fernández de Enciso, adinerado caballero que participa de varias expediciones frustradas como la de la primera fundación de Panama y que retornado a Sevilla edita su Summa de Geographia, en 1519– fueron revisados y Imagen 1

descriptos en múltiples antologías e historias como la compilada por Sonia Mattalia y otros2 y también existen indagaciones sobre algunos que ocurrieron en el área sudamericana ya en el siglo XVIII como el trabajo de Marta Penhos3, que analiza las expediciones científico-políticas de Gerónimo Matorras (1774, gobernador de Tucumán que firma el primer tratado de coexistencia pacífica y fundación de reducciones con el cacique qom Paikin, en el sitio de La Cangayé a la vera del Bermejo), Félix de Azara (1782-1801, naturalista español que describió minuciosamente la fauna sudamericana corrigiendo a Buffon y anticipando a Darwin que conocía sus investigaciones) y Alejandro Malaspina (1789-1794, marino de orige nobiliario italiano al servicio de España para quién da una vuelta al mundo en 5 años con observaciones científicas sesgadas por su condición probable de masón herético y las proposiciones que España rechazará, acerca de favorecer la independencia de América en la forma de una confederación). En general de toda esta diversa registración histórica queda evidente toda una saga de abatimiento de las culturas originarias mediante diversas prácticas propias de la violencia colonizadora que instauran formas de hibridación en lo territorial, lo político y lo religioso, dando paso a formas nuevas, por ejemplo en las primeras formas urbanas dominicanas como los casale (quizá de origen itálico) a calles de casas agrupadas paralelas

2 Mattalia, S. et al, El viaje en la literatura americana. El espíritu colombino, Verviert, Frankfurt, 2008 3 Penhos, M., Ver, conocer, dominar. Imágenes de Sudamérica a fines del siglo XVIII, Siglo XXI, Buenos Aires, 2005

Roberto Fernández

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a las costas o los hatos, formas de ganadería extensiva también aplicadas en las primeras conquistas insulares en base al uso de esclavismo indígena o negro y también para seguir en Dominicana, a experimentos como la producción de azúcar montada por los franceses hacia inicios del XVII para lo cual importaron más de medio millón de esclavos africanos. Dentro de la peculiaridad que presenta el barroco americano como ya vimos, en tanto manifestación singular de las prescipciones del barroco contra-reformista, algunas cualidades del mismo, vista las necesidades de articularse con la singular clientela de un público infiel, derivó en características de deformación, elementarización o utilización de recursos más bien pobres, todo dentro de expresiones que adquieren signos de hibridez como el caso de elementos de ligazón de culturas opuestas –como el caso del León del Sol, escultura pétrea en Cuautlacingo– o el de innovaciones funcionales y comunicacionales híbridas –como el escueto monumento funerario de Acatepec–. También se puede hablar de creatividad adaptativa Imagen 2

de saberes europeos transformados y recreados en la experiencia americana como la experiencia del poblano andalúz Luis Lagarto y sus hijos –iluminadores de textos sagrados y autores de caligrafías originales– o el caso de las esculturas de bulto que remiten a las prácticas de encarnadores como el caso de Francisco Xavier Carneiro (Imagen 2), ayudante del Aleijandinho en Congonhas a fines del XVIII y proponedor de unas escenas de los pasos de Cristo basados en la técnica de empastar y pintar grandes esculturas que por otra parte retrataban a personas cotidianas. Muchas veces el ideal de la mezcla o crisol se relacionaba con proyectos culturales precisos como parece ocurrir en el mito norteamericano del destino manifiesto, que supone imaginar o prever una vida histórica a la búsqueda del crisol de razas a favor de una novedad superior. Aunque esta voluntad de mezcla fue a menudo selectiva, como en los casos de la inmigración de pretensión nórdica que alentaban Sarmiento o Alberdi en Argentina o en la gran saga cinematográfica estadonunidense de David Griffith, Intolerancia, que si bien mitologizaba la idea del crisol como archipiélago de diferentes, se preocupó de esclarecer, incluso con el Klu Klux Klan que los negros quedaran fuera de tal destino manifiesto. La geocultura brasileña intersecta de manera ejemplar discursos coloniales y de relación entre metrópolis y periferias en la primera expansión capitalista europea junto a elementos tales como la apropiación productiva y transformación de una naturaleza hylética

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(al decir del sorprendido Humboldt en su viaje modelo americano a inicios del XIX) y a sedimentos de las modernas hibridices del mestizaje emanado de la negritud yuxtapuesta a etnias guaraníticas originarias, todo ello matizado de visiones afectivas de observadores europeos (de Rugendas a Levi Strauss) y de tematizaciones culturales entusiastas de las mescolanzas (de Freyre hasta Villalobos, de Andrade hasta Tarsila de Amaral o Hetor dos Prazeres, Imagen 3) junto a modernidades programáticas como la semana del 22 en San Pablo, los antropófagos y Pau Brasil y el modelo de una historia moderna acelerada en su pasaje de modos agrarios primitivos y esclavistas –desde el oro de Minas hasta las explotaciones salvajes de café, azúcar o caucho– a la industrialización emergente del grupo BRIC y los polos EPZ. La fusión de tales componentes culturales bizarros y divergentes en su posición sociopolítica (en un arco que diferencia lo popular y lo elitista) es asumida como un valor teórico –antes

Imagen 3

que un castigo de impurezas como ocurrirá en otras culturas americanas– y un marco programático de actuación que puede ser entendida precozmente y avant la lettre, como poscolonial por ejemplo, en el teatro de Augusto Boal o en las performances de Helio Oiticica o de Lina Bo Bardi, cuya obra-de-arte-total en los trópicos rebibuja su formación italiana y se abre fructíferamente a procesar el material popular en la saga de un trabajo eco-cultural protagonizado por caso por Roberto Burle Marx y la construcción en su Sitio BM (Imagen 4), durante años, de una metáfora americana al verificarse a la vez como vivero –de 300000 plantas– y museo artesanal –de 30000 piezas–. La catalogación burlemarxiana supone un enciclopedismo empírico cuyo elemento principal será el paisaje, punto de partida natural o de llegada cultural del ciclo análisis-proyecto y será empero, un enciclopedismo viciado del componente de fusión entre naturaleza y cultura inevitable en América o más precisamente, en Brasil. Todo lo cual descansa seguramente en la sociología del goce encarnada por Freyre que más que una ocultación del mundo de la negritud esclavizada en las grandes fazendas,es una proposición optimista de una weltanschaung mestiza y valoradora de mezclas quiméricas y hasta monstruosas. Algo de ese espíritu se descubrirá en el mito noveliRoberto Fernández

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zado de Macunaíma, en los modos de repensar una modernidad pacientemente anclada en los arcaísmos incluso coloniales en Lucio Costa o las alternativas de fashion-fusión del diseño de cosas de raigambre popular en los trabajos de los Irmaos Campana. Dentro de las formaciones de cultura mestiza cabe incluir para el caso dominantemente brasilero, el frecuente cruce e imbricación de posturas entre europeos y americanos como ocurrió en el connotado caso de Lucio Costa, formado en Europa y luego no menor polemizador de Le Corbusier o en el desarrollo de relaciones que podríamos instalar dentro del campo de cierto antropo-surrealismo, basado por una parte en los viajes de Claude Levi Strauss a Brasil (donde acuña su visión estructuralista-genetista) o de Pierre Clastres al mundo guaraní-

Imagen 4

tico paraguayo (donde desarrolla su antropología política de las leyes salvajes y las luchas contra las formas de Estado) hasta recalar en los tópicos que estudió Raúl Antelo sobre las influencias cruzadas de Roger Caillois –visitante americano durante la segunda guerra– y Georges Bataille respecto de las culturas americanas de fusión y exceso o las relaciones de la brasilera María Martins con Duchamp hasta llegar al cruce de Felix Guattari con la socióloga paulistana Suely Rolnik; toda una trama de préstamos e influencias, de mezclas que articulan lo ilustrado y lo popular. Precisamente podría demostrarse que la principal recusación de las antropologías y estéticas de cruces, mezclas y fusiones aparecerá en América en torno del moderado impacto del modo ilustrado, fundamentalmente en Argentina pero también en USA, Brasil y México modo empero más bien fracasado en su voluntad elitista de europeización o aún su caída en específicos regímenes de hibridación, de lo que emergerán formas expresivas de fusión y deformación de culturas como los temas del barrio, la orilla, la mezcla difusa campo-ciudad o la dificultad de aculturación urbana del migrante de origen rural (sea autóctono o europeo) y la expresión de lo popular como ideología multiclasista que en un sentido gramsciano incluye el procesamiento integrativo de los in-migrantes Así una parte relevante de la modernidad cultural americana verificará poderosas contaminaciones de una supuesta ortodoxia con recurrencias al clasicismo, el naturalismo, el anti-industrialismo o las apologías del artesanato y ciertas ideologías ligadas a la anti-urbanidad, por ejemplo en Niemeyer, Barragán, Costa, Recinos, Viva, Salmona, Dieste, Caveri o Bo Bardi. Y elementos de hibridación que también alcanzan y explican propuestas 60

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de la arquitectura contemporánea en la región, por ejemplo en Gangotena, los ya citados hermanos Campana, Von Chrisma o Benítez.

2 Lo Ilustrado La breve impronta ilustrada borbónica-hispana tuvo cierta incidencia en muy pocos sitios americanos y uno de ellos fue el Rio de la Plata (ver los estudios de José Chiaramonte4 en que compila el discurso ilustrado de escritores americanos). Políticamente aquí la ilustración resultó elitista y capitalina pero bastó para dar un tono de época cuyo efecto central fue la llamada Generación del 80 (o también la línea Mayo-Caseros) que cumplió varias cosas: exterminar las etnias originales y el elemento de negritud (en este caso aprovechando las guerras probritánicas), organizar un país agroproductivo inserto en la división del trabajo mundial con muy limitadas estrategias de reinversión de las enormes ganancias de dos décadas (1890-1910) –al contrario por ejemplo, de USA o Brasil , aplicadores a su manera del modelo de acumulación originaria de matriz inglesa– y efectuar un imperfecto lavado de sangre que eliminó vestigios originarios pero importó población rural sudeuropea en vez de la deseada nórdica y sajona con lo cual la elite católica local se cobró la moderada deuda jacobina de los primeros ilustrados (Moreno, Monteagudo, Castelli, etc.) ya que la inmigración recibida fue católica antes que la protestante protocapitalista. Esta configuración histórica se produce bajo la abstracta circunstancia del

Imagen 5

paisaje pampeano, apto parecería, para una cuadriculación terrateniente –equivalente a la que se montó Thomas Jefferson en USA, una infraestructuración de monoproducciones cribada de vectores territoriales y de pequeños poblados de servicio rural y una cabeza de Goliat. 4 Chiaramonte, J., Pensamiento de la ilustración. Economía y sociedad iberoamericanas en el siglo XVIII, Editorial Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1998, también disponible en versión digital

Roberto Fernández

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Hay que leer todo esto con Martínez Estrada, en el libro de ese título referido a Buenos Aires y en el más genérico Radiografía de la Pampa, entender su pesimismo militante y apreciar en ese marco como se acomodan los perdedores caudillos rurales federales y los ganadores caciques neoconservadores, populistas y suburbanos. La ilustración pampeana estaría visualizada, a partir del rol preponderante pero contradictorio de Alberdi (un intelectual que asume el bonapartismo como alianza entre autoritarismo y progreso tal que le permitiría proponer un modelo argentino de ese cuño pero autónomo de la Europa importadora, o sea capaz de poner en marcha una industrialización cuyos derrames sociales habría que esperarlos después de largos procesos) y Sarmiento (cuya referencia es el modelo USA y la confianza en la ecuación entre población educada –no importa de dónde viniera- y tecnología territorial) lo que es analizado en clave de pertenencia a la ilustración liberal por Tulio Halperin Donghi5 y que reconfigura en términos de los registros más ligados a la literatura político-territorial (presente en Mansilla, Hudson, Hernández, Sarmiento o Martínez Estrada) el evidente ya desde su título, texto– respuesta de Fermin Rodríguez6. La estética consecuente habría que analizarla en Xul o en Arlt –y quizá como lo propone Laura Malosetti Costa7 en los pintores centenarios como Sivori, De la CárcovaImagen 5- o Della Valle, pero también en la épica tanguera y barrial (de la que Borges es una caricatura y Manzi una especie de profeta incomprendido), en el conventillo y el sainete, en la europeización acelerada y plebeya– con una historia comprimida que rememora en tres décadas los neo-historicismos y los eclecticismos academicistas mal mezclados con idearios art nouveau y protomodernidades: historia comprimida que sin embargo se resiste a ser meramente mirada como espejo o réplica de modernidades centrales más bien canónicas. Y de allí una singularidad en una geocultura que podría abarcar a Güiraldes y Girondo junto a Berni, Williams y Prebisch, a los fundadores de una psicocrítica criollizante (Pichon, los Viñas y Contorno, Masotta, etc.), a cultores infructuosos de una poética creole-peronista (Marechal, Kusch, los Lamborghini, Santoro, Dolina, etc.) y a modernos-del-paisaje (como Ortiz, Saer, Gorriarena, Benedit, etc.). Dejando ahora la ilustración pampeana y extendiendo la búsqueda de ese modo en experiencias americanas en sus orígenes, es necesario considerar el caso de los documentos de registración de los taxonomismos que establecen descripciones geoculturales de territorios en los que se generan mezclas entre alusiones temporales y espaciales, entre la relación de toponimias o grafos territoriales y genealogías o linajes de gobernantes de 5 Halperin Donghi, T., Una nación para el desierto argentino, CEAL, Buenos Aires, 1989. 6 Rodríguez, F., Un desierto para la nación argentina, Eterna Cadencia, Buenos Aires, 2010. 7 Malosetti Costa. L., Los primeros modernos. Arte y sociedad a fines del siglo XIX, FCE, Buenos Aires, 2001

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determinados pueblos y en la interpretación minuciosa de las complejidades etnológicas y biológicas de territorios y ocupantes de los mismos, hoy diríamos con la voluntad comprehensiva cercana al holismo ecoambientalista. También se dan escrituras de registración de la antropomorfización de lo natural, es decir de la institución de las mitologías y los componentes de los sistemas religiosos de tipo panteístas, visibles en textos como el Popol Vuh (Imagen 6) y en general en numerosas registraciones en forma de ideografías que tratan de construir una discursividad compleja que incluye la descripción territorial tanto como la referencia a las características de los rituales instituídos sobre bases geográficas específicas. De hecho estos registros –aún referidos a casos más tardíos como las anotaciones descriptivas de rituales de los indios pueblo de fines del XIX o hasta de inicios del XX– fueron asumidos por los análisis de Aby Warburg realizados en su viaje americano, como producciones autónomas y coétaneas de diversos linajes cosmológicos de múltiples orígenes histórico-geográficos como los análisis que en la línea de su trabajo mnemosyne Warburg incluye en su registro del viaje de 1923.8 Pero la complejidad de los registros precolombinos no sólo plantean fusiones de espacio y tiempo sino que se instalan en las formas de la producción ideográfica, que hoy ya no puede verse como sistema atrasado de lenguaje (respecto del lenguaje convencional o arbitrario de matriz eurocéntrica). Los llamados códices –según su bautizo europeo del siglo XIX– representan registros realizados por los llamados tlacuilos (palabra

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que en origen quería decir expertos en la labra de piedra o madera pero que luego deriva a cronista-escriba) quiénes no sólo dominan unas técnicas –pintar con colores naturales, esencialmente negro y rojo, sobre superficies de pieles o telas llamados amates que se plegaban en numerosas faces haciendo los amoxcallis o casas de códices literalmente– sino que además eran baqueanos de la cultura o sea habilidosos en el conocimiento de aquello que registraban, tales como sucesos histórico-genealógicos, transformaciones biológicas o transcripciones de sistemas mitológicos, es decir, si se quiere una voluntad de aprehensión comprehensiva de un saber total, clasificado según un modus específico de registro, que evoca, aun con sus diferencias, los diferentes proyectos de sistematización del saber de matriz europea desde los breviarios o etimologías medievales hasta las summas del alto medioevo o el modelo de los enciclopedismos. Incluso los matices de ciencia o descripción exacta y transcripción de los saberes herméticos o iniciáticos de regímenes rituales también evoca el proyecto de saber completo, blanco y negro, que sobrevoló Europa. Se da aquí una fusión entre responsable intelectual y operador fáctico, un solo personaje era a la vez intelectual y artesano, saberes que bien quiso potenciar y estimular 8 Warburg, A., El ritual de la serpiente, Séptimo Piso, México, 2004.

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Bernardino de Sahagún cuando insta a los alumnos indígenas del Colegio Santa Cruz que no pierdan el dominio de estas habilidades, en lo que se despliega una nueva figura de fusión en estos productos a la vez originarios y adaptados por la incipiente voluntad de colonización cultural de los conquistadores, sobre todo de sus frailes. Incluso el potencial de estos documentos, en otro pliegue de sus contaminaciones e interpretaciones o usos, fue admitido en las crónicas de Pedro Mártir de Anglería que veía en estos documentos la fuente de anotaciones astronómicas y de modos y tiempos de cultivos asociando además su lenguaje, a la producción jeroglífica egipcia, con lo que se reafirma la sensación de una producción de conocimiento consonante con esas totalizaciones de saber, esa ilustración de articulación de ciencia precisa y artes mágicas o de ritualidad. Los estudios de Joaquín Galarza9 examinan cuidadosamente la complejidad de estas escrituras y organizan una metodología de análisis que refiere al carácter imaginario de los discursos pero también, a su condición de representación o espejo razonado de la complejidad de un lugar y un tiempo, casi adjudicando al códice un registro semejante al ordenamiento ideativo de un proyecto (en tanto proposición razonada de un lugar/uso futuro). Y como argumento final para detectar la vocación omni-descriptiva o enciclopédica de estos documentos cabe referir al intenso interés que despertaron en Europa en plena época de ilustración –que le adjudicó su nombre de origen latino, codex y que se apropió hasta hoy de la mayoría de los aún existentes que en general tienen el nombre del europeo que los sustrajo, como el Códice Boturini o Tira de la Peregrinación que es un extenso amoxcalli de casi 5 metros y que resultó el motivo de aplicación de una técnica galarziana de análisis de estas escrituras que hacen Luz Betancourt y Rita Fernández10– visible en los estudios que le dedicó Humboldt , quién los consideraba documentos etnológicos científicos o Lord Kingsborough que despertó en Inglaterra cierta manía coleccionística de estos objetos. A la intensa producción de sistematización de saberes propias de los códices (que en el caso andino bien puede equipararse al esfuerzo taxonómico del inventario de Guamán Poma de Ayala también a caballo de lo indígena y de la operación de la colonización) que la conquista apropió en beneficio propio, se suplementa casi en paralelo, el saber ordenado que los europeos organizaron como contracara técnica de la dominación, como por ejemplo las diversas sistematizaciones de las llamadas Leyes de Indias o el Sumario de Indias de Gonzalo Fernández de Oviedo e incluso, los diferentes registros de las culturas previas realizados por frailes franciscanos como Las Casas, Benavente o Motolinia en nahuatl, Mendieta o Sahagún, los jesuitas Sandoval o Ruiz de Montoya, el dominico García

9 Galarza, J., Amatl, amaxtli. El papel, el libro. Los códices mesoamericanos. Guía para la introducción al estudio del material pictórico indígena, Tara, México, 1992

10 Betancourt, L.- Fernández, R., El estudio de los códices, ensayo en revista Desacatos, 22, 2006, México, pp.9-36

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y también cronistas civiles como Diaz del Castillo, López de Gomara, Herrera y Tordesillas, Solís y Rivadaneyra, Solórzano o León Pinelo, cuyas diversas aportaciones tendientes a configurar descripciones sistémicas o protoenciclopedistas del mundo americano fueron adecuadamente caracterizadas por David Brading.11 En toda esa registración y proposiciones destacan acciones como la campaña de cristianización por bautizos colectivos que aplicara Motolinia a los aztecas como parte de la conquistadora compañía de los 12 frailes, la defensa de las agresiones que sufrían los negros en América que acometería Sandoval, la propuesta política de convertir las Indias en la Provincia Tridentina o sea la tierra de la contrarreforma que hiciera el obispo de Puebla Juan de Palafox o los trabajos de recopilación sistemática de usos y costumbres que realizara, además del consabido trabajo guamaniano, el llamado Inca Garcilaso de la Vega en su Florida del Inca, texto editado en 1605. Frente a toda esta producción de pretensión ilustrada o enciclopédica cabe referir a la ferviente descalificación por primitivismo que un enciclopedista francés, La Condamine, escribiera desde Europa junto a otros publicistas como Ulloa y de Pauw, también descriptores del atraso y primitivismo americano que justificaría no sólo su dominio sino su explotación y que anticipara otros discursos europeos de pretensión iluminista como los de Buffon o Hegel. Las llamadas Leyes de Indias constituyen en rigor, un ordenamiento ex post realizado por el ilustrado Carlos II en 1680, o sea bastante después de la mayoría de las fundaciones y en sus 9 libros ordenan y clasifican toda la normativa de la colonización –por ejemplo el libro 4 registra las instrucciones de poblamiento, fundación de pueblos y repartimiento de tierras o el 7, la llamada acción policial que en el mundo ilustrado refería a la administración de las ciudades y asentamientos de acuerdo a la incipientemente llamada ciencia de policía– realizando un resumen analítico y crítico de tres sistemas legislativos previos: las Leyes de Burgos, de 1512, formuladas a instancias de los cronistas domínicos; las Leyes Nuevas, de 1542, que Carlos V sanciona ante los requerimientos de Las Casas y las Ordenanzas de Alfaro, de 1612, que el oidor charqueño Alfaro propone a la Corona para mejorar el maltrato dispensado a los indios en las encomiendas. En cuanto al caso de Gonzalo Fernández de Oviedo, de profesión abogado, cuya biografía acumula rasgos tan diversos como su dedicación al tráfico de esclavos e incluso el fraude en el comercio con indios, al pronturiado de acusaciones de la Inquisición o participar en el séquito de Carlos V del Saqueo de Roma, destaca una larga permanencia en América –La Española y otras islas caribeñas y Tierra Firme, en rigor, Costa Rica– que le permitió muchas observaciones biológicas, etnológicas y costumbristas in situ que luego escribirá en su Sumario de la Natural Historia de las Indias, que edita en 1526 y que luego reeditará y au-

11 Brading, D., Orbe Indiano. De la monarquía católica a la república criolla, 1492-1867, FCE, México, 1991 Roberto Fernández

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mentará en su Historia General y Natural de las Indias que se publica en 40 libros y 3 tomos en 1549, después que fuera nombrado, luego de sus antecesores Anglería y Guevara, como tercer Cronista Real de Indias. Su prolífica producción incluye la redacción de la primera novela de caballería –Clarialte, editada en 1519– que transcurre en el Nuevo Mundo. Estos trabajos resultan de modalidad ilustrada por su pretensión omnidescriptiva ya que se propone y consigue –con las limitaciones de su capacidad de observación y análisis– dar cuenta de fauna, flora, minerales o comestibles indianos e incluso comentarios por lo menos curiosos de quién asume la diferencia entre naturales o europeos y contra-naturales o americanos, como sus valoraciones de la etnia chorotega de las Bahamas o su descripción de las mujeres indianas: A las mujeres principales que se les van cayendo las tetas, ellas las levantan con una barra de oro, de palmo y medio de luengo y bien labrada, y que pesan algunas más de doscientos castellanos, horadadas en los cabos, y por allí atados sendos cordones de algodón; el un cabo va sobre el hombro, y el otro debajo del sobaco, donde lo añudan en ambas partes. Pero esa mirada antropólogica se inficiona de muchos prejuicios tales como la anatemización (luego de sus prolijas descripciones) de las costumbres sodomitas de los aborígenes o su versión de posesión demoníaca de los mismos: Cuando el demonio los quiere espantar, promételes el huracán, que quiere decir tempestad; la cual hace tan grande, que derriba casas y arranca muchos y muy grandes árboles; y yo he visto en montes muy espesos y de grandísimos árboles, en espacio de media luna, y de un cuarto de legua continuado, estar todo el monte trastornado, y derribados todos los árboles chicos y grandes, y las raíces de muchos de ellos para arriba, tan espantosa cosa de ver, que sin duda parecía cosa del diablo, y no de poderse mirar sin espanto. Tal aparente demonización de lo que ahora sería nada más que un huracán tropical, le servía empero para asegurar que de ello devenían costumbres y rituales idolátricos y también aficionados a los sacrificios: Hácenle sacrificios en muchas partes de sangre y vidas humanas, y en otras de sahumerios aromáticos y de buen olor, y de malos también... Tornando al propósito del tequina que los indios tienen, y está para hablar con el diablo, y por cuya mano y consejo se hacen aquellos diabólicos sacrificios y ritos y ceremonias de los indios Nombra tequina a los ídolos indígenas y tal descripción de lo sacrificial alcanzará hasta una caracterización de la muerte que explica los acompañamientos (el ritual del tuyra o enterramientos vivos) de deudos y serviciales: Porque tienen por opinión, y así se lo tiene dado a entender el tuyra, que el que se mata cuando un cacique muere, que va con él al cielo, y allá le sirve de darle de comer o a beber, o está allá arriba para siempre ejercitando aquel mismo oficio que acá, viviendo, tenía 66

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en casa de tal cacique; y que el que aquesto no hace, que cuando muere por otra causa o de su muerte natural, que también muere su ánima como su cuerpo. En cuanto a la existencia de cierto constatable enciclopedismo barroco en América tiene que ver con los saberes del aparato comunicacional-político ahora trasplantado desde el ideario tridentino, a una intensa propaganda de captación sensorial o teatral de los indígenas para la cristiandad, aceptando fusiones y mezclas simbólicas (como en el ritual guadalupano) pero teniendo muy presente el programa de extirpación de idolatrías. La voluntad programática de configurar toda una estrategia que prácticamente regulara totalmente los componentes de las escenas públicas –desde el arte pictórico religioso hasta los breviarios, misales y catecismos de indígenas, desde los objetos de uso social como las vestimentas hasta los adornos de las cabalgaduras– todo ello integra de manera sistemática y fruto de precisas clasificaciones todo el arco de la colonización cultural, incluyendo la puntual evaluación de cada práctica artesanal o la autorización de motivos que pudieran formar parte de alegorías a usarse en las piezas artístico-comunicacionales, aspectos de singular espíritu o modalidad ilustrada que investiga pormenorizadamente Serge Gruzinski12, quién analiza el programa de obstrucción planificada de la memoria, identidad y tradición de los indígenas mediante procedimientos que cristianizan no sólo lo cúltico-trascendente sino directamente la cotidianiedad en unas prácticas que resultan de singular espesor hermeneútico (por ejemplo, con las recreaciones que los frailes receptores de testimonios indígenas hacen de ellos, rexplicando todo el devenir del mundo según equivalncias cristológicas) y alta repercusión psicológica (los indígenas son reformateados según una intensa manipulación de conciencias y cuando verificamos resultados de hibridación es que fallaron algunos mecanismos de esa manipulación o se hizo evidente cierta resistencia psíquica). Fruto algo malsano o indirecto de esa campaña y de las tibias reacciones de algunos intelectuales criollos devendrán en una crítica iluminista al barroco imperial de Carlos III, por ejemplo en escritos relativamente ligados al modo ignaciano del ex jesuita Carlos Siguenza que más tarde hasta tuvieron ciertos efectos en la ideología de la emancipación (por ejemplo en Francisco Miranda o en Simon Rodríguez, que en realidad se articulan al ideario filobritánico-masón). Otras modalidades de recepción, quizá pasiva, del modelo ilustrado vinculado a la revolución industrial quedará manifiesto en el orden técnico de la integración americana en la división mundial del trabajo y en los procesos de montaje de las diversas ingenierías territoriales en el trazado de vías de comunicación, núcleos de agroprocesamiento, enlaces 12 Gruzinski, S., La colonización de lo imaginario. Sociedades indígenas y occidentalización en el México español. Siglos XVI-XVIII, FCE, México, 1991.

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ferroviarios, puertos e infraestructura técnica de capitales lo que hasta incluirá la participación ultramarina de personajes centrales del tecno-iluminismo como Gustave Eiffel o Fernand de Lesseps y en el surgimiento mismo de activistas políticos o intelectuales como Sarmiento (que como pensador iluminista desarrolló sus propuestas de los 100 Chivilcoy o multiplicación de colonias agrotécnicas experimentales o de Argiropólis como capital simbólica de América, pensada al modo ilustrado y con sus sistemas simbológicos) o Jefferson (el mismo, partícipe del Enciclopedismo francés y su voluntad de racionalizar la experiencia europea para crear una América fruto del racioninio y de un esquema de cuadriculación territorial que recuerda el modelo de los trazados de las doce tribus judías o de las prescripciones teóricas de las Leyes de Indias). Esa frecuentación o familiarizada entre ilustración central y periféricas es fruto consecuente del éxito de la colonización y de allí que resulta pertinente la idea de una temprana aparición de la noción de globalización o mundialización (como se nombra en Francia a la globalización) como bien lo plantea, integrando el caso americano el más reciente trabajo de Serge Gruzinski13 en su más reciente trabajo, que analiza la expansión ibérica de Carlos y Felipe con su cosmovisión apoderante desde México hasta Filipinas, desde Flandes a China, desde Angola a Goa. Tal temprana situación de mundialización explica productos culturales de pretensión global en su caracterización de confrontación entre cultura y naturaleza (o entre humanidad y barbarie) en Montaigne pero también en La Tempestad, última obra teatral de Shakespeare que propone al Calibán como referencia seductora del salvaje en un tema que luego se rescribirá desde la óptica diversa de americanos como en el Ariel del uruguayo Rodó al Calibán del cubano Fernández Retamar. Habrá por cierto, algo en retaguardia, diversas rescrituras populistas de relatos fundantes que vegetan en su centrifugación por parte de la homogeneización de la globalidad y ya contaminados por la circulación de los discursos en obras colectivas y populares como los retablos ayacuchanos, el trabajo de artistas naif como la familia de José Espíritu en Cajamarca, etc. Pero también subsiste y se expresan características propias de modernidades cultas que incluyen la recepción y las codificaciones de saberes de matriz eurocéntrica, tanto en el manejo de lo academicista canónico junto a sus metadiscursos de base masónica y ocultista en Alejandro Chistophersen o en diversas imbricaciones de ajenidades y autoctonismos por ejemplo en la meditada y culturalmente efectiva obra de Lucio Costa, quizá en arquitectura como cosa equivalente al trabajo que lo etnológico y cultural realizarán Oswald de Andrade o Darcy Ribeyro. 13 Gruzinski, S., Las Cuatro Partes del Mundo. Historia de una mundialización, FCE, México, 2010.

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Así también y usufructuando el legado más bien protocolario de los cultos histricismos del XIX que reelaboraron el espíritu enciclopedista francés (de Durand a Garnier y Viollet) se desarrollarán en la escena americana un tipo que llamaríamos de modernidades adaptativas-oportunistas, que dentro de procesos híbridos como los del Art Deco, enciclopedizan las alegorías arquitectónicas de modernidad en casos como los del boliviano Emilio Villanueva o el argentino Alberto Prebisch. Y también aletea en el ambiente americano –sobre todo en la literatura y en las artes plásticas– un concepto de ilustración como operación de confrontación/captura de lo salvaje-natural que iría, en el caso argentino, desde los discursos rivadavianos hasta la estética de Amancio Williams (Imagen 7), desde las investigaciones plásticas de Luis Benedit o Jacques Bedel hasta la construcción simbólica del gaucho, desde las metáforas territoriales y asociales de Hernández hasta la mitificación criollista de Borges, temática sugestivamente encarada por Josefina Ludmer14, quién plantea la apropiación literaria culta e ilustrada del material popular, trocando entonces, existencias marginales en relatos constitutivos de identidad.

3. Lo Natural Es a través de Humboldt que América será objeto de conocimiento científico de interés europeo y sus observaciones se suman al debate que desde su descubrimiento se había planteado en relación a su estado de naturaleza, celebrado y quizá valorado por Montaigne y hasta por el Shakespeare de La

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Tempestad, su última pieza teatral, de 1611 (si es que sus figuras arquetípicas Próspero, Ariel y Calibán (Imagen 8) refieren a América puesto que podrían también aludir a África) tanto como denostado por Buffon y Hégel, en tanto territorio de barbarie por exceso de naturaleza y ausencia de rasgos culturales. Desde luego que el aspecto de exceso de naturaleza impregnará buena parte del pensamiento engendrado en América como la propia interpretación de los héroes shakesperianos en el Ariel del uruguayo José Rodó (1900) hasta el Calibán del cubano Roberto Fernández Retamar (1971), éste valorando a Calibán –palabra que el inglés compone entre caníbal y caribe– que representa lo americano, expresión de apego a lo terrenal que también le otorgaron el socialista Aníbal Ponce o el poeta caribeño Aimé Cesaire y que por lo demás parece que Shakespeare extrajo de Montaigne.

14 Ludmer, J., El género gauchesco, Perfil, Buenos Aires, 1993 Roberto Fernández

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El Facundo sarmientino subtitulado Civilización y Barbarie e impreso en 1845 completa este muestreo y presenta tanto el rechazo a los personajes de la tierra, los gauchos bárbaros, tanto como una suerte de atracción y respeto por sus prácticas (por ejemplo, las del rastreador o lector de los signos del territorio) y valores e instaurando si se quiere, un punto central de repulsión y deseo en torno de lo natural americano, que atraviesa toda su historia y permea todas sus expresiones culturales. De modo que por una parte sería claro reconocer el predominio de lo natural en la vida americana así como considerarlo un defecto de progreso, situación en la que no incurre por ejemplo José Lezama Lima pero sí Octavio Paz. Si el debate sobre naturaleza dominante o excluyente también atraviesa la primera y política confrontación entre colonizadores y conquistados (representados en los Juicios de Valladolid de 1550 respectivamente por el abogado real fray Ginés de Sepúlveda y el fray Bartolomé de las Casas a nombre de los aborígenes en que los primeros negaban

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humanidad por abundancia de naturaleza a esos hombrecillos, homúnculos, casi monos para asegurar la conquista cuya juridicidad dependía de apropiarse de lo natural in-humano o sin dueño y contra lo que Pablo III en su bula Sublimis Deus de 1537 había dictaminado: Nos, que aunque indignos, ejercemos en la tierra el poder de Nuestro Señor… consideramos sin embargo que los indios son verdaderos hombres y que no solo son capaces de entender la fe católica, sino que, de acuerdo con nuestras informaciones, se hallan deseosos de recibirla , lo cierto es que la voluntad política de la conquista obnubilaba a los pensantes europeos incluso a aquellos que como Francisco Vitoria esgrimían las últimas flexiones del derecho natural tomista lo cual no lo inhibía para declarar cosas como éstas: Esos bárbaros, aunque, como se ha dicho, no sean del todo incapaces, distan, sin embargo, tan poco de los retrasados mentales que parece no son idóneos para constituir y administrar una república legítima dentro de los límites humanos y políticos. Por lo cual no tienen leyes adecuadas, ni magistrados, ni siquiera son suficientemente capaces para gobernar la familia. Hasta carecen de ciencias y artes, no sólo liberales sino también mecánicas, y de una agricultura diligente, de artesanías y de otras muchas comodidades que son hasta necesarias para la vida humana. Desde luego que las experiencias de los pueblos originarios antes de la conquista habían desarrollado un estatuto de poder y saber bastante sofisticado a pesar o más bien, debido a que se basaba en el poder simbólico y ritual de religiones de la tierra, 70

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panteísmos diversos que daban pie a maniobras prudentes aunque técnicamente ambiciosas de antropizar esas naturalezas según se advierte en los sofisticados emprendimientos hídricos o agronómicos y hasta en una pasión observable sobre innumerables toponimias o modos de nombrar lo territorial invistiéndolo de resonancias míticas así como tales manejos del agua y los cultivos desembocaban a la vez en una modelación técnica de naturaleza tanto como en su divinización, por ejemplo como se registra en el Popol Vuh de los quichés alrededor del mito del demonio blanco, que sería el mito del maíz. La relevancia religiosa y a la vez práctica o política otorgada a la naturaleza (y su subjetivización en torno de un parnaso que divinizaba sus rasgos según se advierte en dioses como Inti –el sol o Illapa– el trueno, etc.) no desembocaba simbólicamente en una producción de cultura monumental sino al revés en multiplicadas experiencias de intensa relación empática entre sujetos y territorios como ocurría en las derivas y peregrinaciones de paisaje: las prácticas de viaje de formación para explorar los efectos iluminadores de alucinógenos que practicaban y aun practican los huicholes de Jalisco son justamente lo opuesto a la idea de monumento y sus prácticas de intensificación de la implicación en lo natural los acercan al mencionado y críptico saber de los lectores de territorio mediadas, instruidas y dirigidas por la conducción de unos chamanes-sacerdotes-baqueanos, los marakames (Imagen 9). Es decir, cultura mediada por naturaleza, como por otra parte alcanzó a determinar la índole de anti-monumentos como las huacas preincaicas y su instalación en redes territoriales y que son obras artificiales para enterratorios que sin embargo se disimulan debajo de un montículo natural ingresando así a un estadio de invisibilidad por su casi

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completa disolución en naturaleza. Expresiones culticas complejas anteriores al siglo I antes de Cristo, como las de los mochicas de las huacas del Sol y de la Luna, cerca de Trujillo en Perú, que son por completo subterráneas. La huaca del Sol que tiene más de 40 metros de altura y una planta de 230 por 140, según registros criptográficos acumuló los 130 millones de adobe que la componen mediante el trabajo de un cuarto de millón de operarios que hicieron el complejo en solamente tres días.

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Teresa Gisbert15, en el capítulo que lleva el mismo título que su libro –pp.149181– ofrece una buena introducción a los aspectos que conectan evangelización y naturaleza, dentro de la voluntad ideológica imperial general de desterrar todo vestigio idolátrico de cultos panteístas precisamente ligados a entender lo natural como sobre-natural en tanto fuente de las creencias religiosas. De allí que no se vacila en retornar a ciertos tópicos medievales como la identificación de María y la liturgia mariana con la referencia al hortus conclusus monástico. El célebre memorial de Felipe Guamán Poma de Ayala (supuestamente mestizo de ascendencia incaica al servicio del sistema colonial de recaudación de impuestos) dirigido a Felipe III -a quién nunca le llegó- para dar cuenta de aquello que se corría riesgo de perder, es decir los logros incaicos, incluye en su peculiar sistema de láminas comentadas una voluntad de dejar registro iconológico completo de la cultura que pretende describir y en tal conjunto así como hay conocidas series dedicadas a mostrar las ciudades de la región o las prácticas de los diferentes trabajos y actividades, hay también referencias descriptivas de sus lecturas de naturaleza, dentro de sus casi 4000 dibujos de página completa que componen la Nueva Corónica y Buen Gobierno, cuya escritura concluye en 1615. La actitud cronista de Guamán es sintomática de una voluntad americana precolombina muy interesada en la producción de registros como los que los europeos luego llamarán códices, típicos de las culturas quiché de Mesoamérica que se interesaban primordialmente en documentar las historias de personajes relevantes de las respectivas sagas gobernantes en sus territorio, indicando su movilidad a la búsqueda de mejores condiciones de asentamiento y siempre muy detallista en la descripción de las características naturales. En los escenarios andinos los estudios de Rolena Adorno16 sobre la Nueva Coronica o en mayor despliegue a la búsqueda de lo natural en el trasfondo de la literatura americana en sus estudios de las utopías paradisíacas17 (en que une la región imaginaria de Guangane, especie de paraíso que Garcilaso ubica en su sitio imaginado de La Florida, con la región mítica de García Márquez) y los del Henrique Urbano (en su página web Idolátrica se insertan sus ensayos Ídolos, figuras, imágenes. La representación como discurso ideológico y Tanki Onkay y mesianismo andino en el siglo XVI) sobre las fusiones o confrontaciones entre

15 Gisbert, T., El Paraíso de los Pájaros Parlantes, Plural, La Paz, 2001. 16 Adorno, R., Guamán Poma. Literatura de resistencia en el Perú colonial, Siglo XXI, México, 1991. 17 Adorno, R., De Guangane a Macondo. Estudios de literatura hispanoamericana, Renacimiento, Madrid, 2008.

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lo autóctono y lo moderno –que también encaró Rodolfo Kusch18– se ocupan asimismo de destacar la preponderancia de la naturaleza en la vida y en el imaginario simbólico de los pueblos originarios, siempre extremadamente atenta a los signos de la naturaleza tanto como desconfiados de los controles técnicos de la misma. Por otra parte la acción de los xumétricos o expertos cartógrafos que participaron de las campañas de colonización y conquista también, fuera de la aplicación ilustrada de las referencias urbanísticas que luego integrarán las Leyes de Indias, tuvieron bastante protagonismo en entender lo natural de los territorios que revisaban a la búsqueda de las mejores condiciones de implantación, diríase ahora, con un temprano interés en lo que hoy llamaríamos sustentabilidad. También son notorias, fuera de otras consideraciones que hiciéramos en otros tramos de este trabajo, el recono-

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cimiento a veces admirativo de los componentes y atributos de naturaleza que pueden advertirse en muchos párrafos de las Leyes de Indias o de las dos versiones de los Sumarios de Fernández de Oviedo e incluso de los trabajos de su antecesor como cronista oficial de Indias, Pedro Martir de Anglería que fueron cuidadosamente registrados y analizados en el ya citado libro de Antonello Gherbi La naturaleza de las Indias Nuevas, De Cristóbal Colón a Gonzalo Fernández de Oviedo, como asimismo los documentos etnobiológicos también referidos en otros tramos, de los llamados viajeros científicos como D´Orbigny, Malaspina, etc. Los conocidos documentos que Humboldt (Imagen 10) produjo de su visita al cerro Chimborazo en Ecuador son calcografías coloreadas por Jean Thomas Thibaut, según un boceto del científico. Este ascendió a ese pico volcánico de 5760 metros de altura, lo que le produjo una gran satisfacción además de la posibilidad de registrar, junto a Bonpland, la célebre vista del pico que propone por primera vez una ecología altitudinal y una interpre-

18 Kusch, R., Geocultura del hombre americano, García Cambeiro, Buenos Aires, 1976. Roberto Fernández

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tación de la complejidad ambiental del mundo natural. En un monográfico19 de la revista Humboldt que conmemora el bicentenario del viaje americano, se incluyen los ensayos de W. Burgmer y M. Osten sobre el escalamiento del Chimborazo y las conclusiones científicas del viaje reproduciéndose el corte/vista/tabla descriptivo de la montaña. En una dimensión que llamaríamos pre-proyectual la observación analítica y crítica de la naturaleza es condición inicial y básica del entendimiento del locus y motor principal de una capacidad de transformación (proyectual) al menos compatible con la condición del sitio. El largo viaje del baron von Humboldt, ya una autoridad académica prusiana cuando lo emprendió, no solo –como a Darwin– le permitió terminar de proponer una visión integrada del mundo –su mega libro Cosmos– sino que le sirvió para disentir con la inteligentzia europea que con Buffon sostenía el primitivismo americano, al menos para en su caso, admitir la preponderancia y magnificencia del mundo natural (esa Hylea que establecía en América, una condición superlativa de naturaleza), postular un faltante de cultura (concomitante según él, al exceso de naturaleza) y disentir de manera bastante frontal con las ideas de Hegel, otro propagandista iluminista del atraso americano. Los resultados del viaje de 5 años por América (1799-1804) serían publicados en varios tomos, en francés desde 1806 bajo el título Voyage aux regions equinocciales du Nouveau Continent. Hay varias traducciones al español de los registros del viaje humboldtiano20. La tradición inglesa llega a USA –no sólo en el Central y el Prospect Park y en la idea del cementerio parque– sino también en otras novedades como los parques nacionales naturales (el primero es de fines del XIX: Yellowstone) y en actuaciones como las de Benton MacKaye quién en su Apalacchian Trail se planteará descubrir un itinerario y proponer una idea de paisaje como memoria y reserva: memoria como lugar de recuperación de identidad nacional y reserva como área manejada para que no se extingan cualidades de paisaje. También aquí se reedita la noción de una fuerte identificación topofílica entre sujeto/comunidad con el topos. MacKaye no solo evoca la fuerte frontier culture de los expedicionarios que investigaban el vasto territorio americano en busca de panoramas pero también de espacios susceptibles de explotación sino que también fue uno de los fundadores de la reconocida Regional Planning American Association, que junto a otros miembros célebres como Lewis Mumford o Clarence Stein iban a desarrollar no sólo una fuerte crítica a lo tecno-urbano

19 Humboldt, 126, monográfico dedicado al viaje amerricano de Alexander von Humboldt, Bonn, 1999. 20 Humboldt, A. von, Sitios de las Cordilleras y Monumentos de los Pueblos Indígenas de América, Editorial Solar/Hachette, Buenos Aires, 1968. Esta edición contiene los tomos XV y XVI de la compilación francesa mencionada en el texto.

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sino que iban a continuar con planteos relacionados con esquemas territoriales (el sistema del Tennessee Valley fue uno de sus ejes). El mismo MacKaye, ingeniero forestal de profesión, había trabajado en un asentamiento innovativo para Henry Ford dentro de la TVA –el enclave de Muscle Shoals– hasta que en 1921 escribe unas pocas páginas21 en que propone el Appalachian Trail, un espacio lineal de casi 1500 kilómetros que tenía que convertirse en un recorrido –trail– casi patriótico y que contenía según su análisis, más de una decena de áreas naturales de alta calidad que debían convertirse en parques nacionales (cosa que ocurrió) y que asimismo contenía las reservas minerales, madereras y de agua fósil de las que dependería todo el desarrollo del frente urbano de la East Coast (y esos reservorios se convirtieron en áreas de propiedad estatal y así siguen). La acción de este ingeniero rural –especialista en lo que llamaba timber mining, minería maderera– es contradictoria; para algunos es un avanzado ecoproyectista, para otros, representante del pensamiento más elitista y conservador. MacKaye, después de muchos recorridos, escribe tal artículo de 1921 proponiendo reconocer este sendero de cresta que atraviesa los Apalaches uniendo Canadá y Virginia. Lo considera un frente de expansión para la necesaria activación de la economía y la recuperación de valores ancestrales al hablar de tres objetivos (recreación, salud y empleo) organizados en relación a tres cualidades o componentes (perspectivas, oxígeno y producción de maderas para la construcción). Habla de que debe repoblarse una ruralidad perdida y piensa que se pueden ocupar 25 millones de acres para que se creen unos nuevos 40000 puestos de trabajo. El proyecto fue asumido como uno de los referentes del planeamiento regional que iba a postular la RPAA, se iba a usar para

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desarrollar numerosos parques nacionales y para definir reservorios de madera silvestre y agua fósil consideradas estratégicas para la sustentabilidad del frente urbano que está al piedemonte y que incluye ciudades como Washington, Baltimore, Nueva York, Filadelfia y Boston. En 1979 se creó la ONG Benton MacKaye Trail (BMT) que promueve recorridos pautados en un trayecto de 480 kilómetros.

21 MacKaye, B., An appalacchian trail: a Project in regional planning, Journal of American Institut of Architects, Octubre, 1921. Roberto Fernández

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El caso norteamericano y de su culto por lo salvaje natural que dio paso a las investigaciones y expediciones del citado McKaye con su óptica compleja que entendía lo territorial como sustrato moral y estético de una sociedad pero también como el depósito de productividad y sustentabilidad para un estilo de desarrollo que coincidirá con el keynesianismo del new deal rooselvetiano prosperó también en ese medio, un pensamiento que estableciera justamente una valoración de lo natural como fundamento y posibilidad del destino manifiesto de USA planteado por sus founders fathers e implementada por la famosa expedición de Lewis y Clark, pequeño grupo de militares y científicos que Jefferson organizó entre 1804 y 1806 para reconocer el oeste americano inmediatamente después de la compra de los territorios franceses de la Louisiana (1803) y antes de la adquisición y Imagen 12

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conquista de los western union states en poder de los españoles y mexicanos que ocurrió a partir de 1840 y que hizo que los demócratas jacksonianos hablaran desde esa época del manifest destiny. La valoración política y filosófica que los norteamericanos hicieran de su frontera y desierto, su boundary y no-man´s land arranca con la excepcionalidad de su destino histórico que le fuera adjudicada por pensadores como Alexis de Tocqueville quién en su Democracia en América, escrito entre 1831 y 1840, le asigna esa cualidad y destino basándose en la condición de una sociedad desarrollada en base a la práctica de férreos comerciantes puritanos que no alcanzaron a conocer ni el feudalismo ni las grandes aristocracias de sangre y suelo y que administraron moderadamente (a la griega) la esclavitud. Modelo que sin embargo despertó la condena católica en la figura de la herejía del americanismo propalada por Leon XIII en su encíclica Testem Benevolentiae Nostrae de 1899. Lo concreto es que tal cultura afimará su valoración de lo natural en trance de resultar habitado y en producción organizando un programa político de larga duración que entre otras expresiones se verificará en los McGuffey Readers, unas cartillas educativas usadas entre 1840 y 1900 en la educación pública para ratificar el manifest destiny y la campaña de conquistar la frontera o en las prácticas del presidente-explorador Theodore Roosevelt, manifiesta por ejemplo en sus populares escritos como Ranch Life, de 1888, cuyo título lo dice todo. Desde luego esta formación histórica explicará el surgimiento de pensadores como Henry Thoreau y su Walden o la vida en los bosques de 1846 y un poco antes, en 1836, el Nature de Ralph Emerson y de allí toda la diversificada saga de pensadores, artistas o activistas del naturalismo desde la arquitectura de Wright hasta la pintura de O´Keefe (Imagen 11) o el paisajismo de Killey. En Sudamérica también florecieron filósofos de lo natural, quizá no tan unilateralmente orientados a hipervalorar lo natural-territorial ni tampoco articulados a proyectos políticos pero sí que observaron y valoraron esa dimensión como cualidad fundadora de una posible identidad tales como el Sarmiento del Facundo, William Hudson, Carlos Astrada, Ezequiel Martínez Estrada, Rodolfo Kusch, Félix Schwartzman, Leopoldo Zea, Enrique Dussel, Gilberto Freyre, José Lezama Lima, Darcy Ribeyro. Algunos episodios americanos resaltan la voluntad de fundir o mezclar arte y naturaleza como por ejemplo el surrealista proyecto de Xilitla (Imagen 12) en Las Pozas, México, llevado adelante por el excéntrico mecenas inglés Edward James hacia 1970 con la ayuda de artesanos y campesinos como Plutarco Gastellú y José Aguilar que implantaron en sus 32 hectáreas unas treinta mil orquídeas y diferentes construcciones como un homenaje a Ernst o la llamada Casa de los Peristilos dentro de un utópico propósito de fundar un Jardín del Edén.. Roberto Fernández

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Y también la conocida afición de Luis Barragán por el arte de jardines y sus actuaciones en El Pedregal o la larga actividad de Roberto Burle-Marx, Lucio Costa o el proyecto de Oscar Niemeyer en Pampulha, proyectos en/con naturaleza y materiales naturales de Lina Bo Bardi, las indagaciones y experimentaciones con la guadua colombiana desarrolladas por Simón Vélez, los trabajos basados en explotar la condición de locus naturales de German Del Sol y hasta algunas intervenciones revitalizadoras de actividades productivas del vino y el aceite en proyectos de Bórmida&Yanzón, Ana Etkin o Guillermo Hevia, etc.

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Modos americanos de proyecto


Observando las formas del crecimiento urbano de Buenos Aires

En la búsqueda por identificar las distintas formas de crecimiento urbano que se fueron

Mónica Giglio

sucediendo en la historia de la ciudad, podemos distinguir en una primera etapa de la

Profesora Titular de Planeamiento Territo-

rial y Urbano I y II en la FA, UAI, a cargo del

investigación tres modalidades: 1. Extensión de la trama urbana como soporte de tejidos diversos, que contempla

proyecto de investigación Observatorio de la

las formas del Ensanche del casco fundacional y los sectores Suburbanos que

sustentabilidad del crecimiento urbano (2011-

surgieron apartados del centro, pero luego quedaron integrados en el continuo

2013). Este ensayo fue escrito junto a las arqs.

urbano. En estos casos el orden de la urbanización lo marca la trama, pero el

Rosario Fernández y Griselda Galeano.

tejido puede tener una diversidad muy grande y en constante transformación. 2. Crecimiento con Proyecto de ciudad, que contempla la Ciudad Jardín y los Conjuntos Habitacionales. En estos casos hay una visión de conjunto, ya sea construida integralmente o pautando su materialización a través de normas colectivas que deben seguirse individualmente. 3. Crecimiento espontáneo, o no planificado, que contempla las urbanizaciones marginales y ocupaciones de edificios en desuso como las barracas. En estos casos, se trata de la ocupación de edificios, que no reúnen condiciones de urbanización o parcelamiento requeridos en las normativas. Partiendo de las distintas tipologías que define Manuel Solá Morales1 en su libro Las Formas de Crecimiento Urbano, se identificaron en la Ciudad de Buenos Aires los sectores que responden a esa clasificación, analizando sus características y el contexto histórico en el cual se materializaron. El motivo de seleccionar esta metodología, es que la misma se basa en la investigación del proceso de producción del espacio urbano, a fin de responder al interro-

1 Ver Solá Morales i Rubió, M., Las formas del crecimiento urbano, UPC, Barcelona, 1997. Mónica Giglio

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gante de “¿qué hacer”, tal cual lo plantea Gustave Massiah (ver Massiah, Gustave y Tribillon Jean-François, 1993:14), cuando dice que “…la ideología urbanística legisla sobre lo bueno y lo bello, apoyándose únicamente en los modelos” y propone en cambio, no centrar el análisis en el producto urbano, sino sobre su proceso de producción. De esta forma, se intenta indagar la dinámica urbana de la ciudad de Buenos Aires, reconociendo cuales fueron los modelos urbanos predominantes que caracterizaron el crecimiento en los distintos períodos históricos.

El Ensanche La idea de Ensanche que plantea Solá Morales (ver Solá - Morales i Rubió, Manuel de, 1997:124), basada en la experiencia de Barcelona, no se corresponde con la realidad histórica de la ciudad colonial americana, sin embargo responde a la lógica de crecimiento planteado en las Leyes de Indias. La influencia en Cerdá de la cuadrícula americana, plasmada en su propuesta de Ensanche para Barcelona, puede observarse en los mismos documentos que fundamentan la propuesta. La diferencia entre el crecimiento urbano de las ciudades con origen medieval de España y las ciudades coloniales de América, es que las primeras parten de un trazado orgánico y toman al Ensanche como la forma convencional del crecimiento de la ciudad moderna, en cambio, las ciudades coloniales trazadas bajo las Leyes de Indias, contemplan la extensión ilimitada de la cuadrícula como forma preconcebida de crecimiento desde su origen. Dentro del proceso de formación de un ensanche, se puede observar un doble carácter, unitario y fraccionario (ver Solá - Morales i Rubió, Manuel de, 1997, op. cit.). Donde se denomina unitario a la actuación pública inicial que define una ordenación. Luego se llama fraccionario, al conjunto de actuaciones privadas que se ajustan a la ordenación. Los principios teóricos del ensanche son:

• Tipo edificatorio complejo: Idea de un nuevo tipo que admite una utilización más diversificada que la casa urbana tradicional.

• Ordenación en malla (o cuadrícula): Adopción de modelo geométricos de ocupación de suelo, coherentes con la idea de repetibilidad del tipo y que admiten procesos de parcelación adecuados a la gestión fraccionaria de la edificación.

• Capacidad de transformación: Frente a otros modos de crecimiento que generan partes de las ciudades terminadas e inmutables, el ensanche constituye un área en permanente transformación como resultado de su papel cambiante en el conjunto de la ciudad.

• Idea de “ciudad nueva”: Respecto a esta visión, es aquí donde se puede marcar la diferencia entre la idea de la burguesía como nueva clase dominante que 80

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precisa un modelo de ciudad claramente diferenciado de la ciudad antigua en Barcelona, y la burguesía local que planteó un debate entre la continuidad de un sistema colonial y la búsqueda de un orden derivado de los cambios en las relaciones sociales y económicas y del desarrollo tecnológico y científico. En España, hay quienes advirtieron estas diferencias, sosteniendo que por sus tradiciones culturales, Cerdá fuera un mero desarrollador técnico que estaba ya inmerso en una larga cultura y práctica dominantes en toda la densa historia de la Administración española, desde el siglo XVI, confrontando esto con la idea de que en las Américas, las fundaciones de ciudades fueron siempre de trazas o planes de impulso público, prefigurados y pautados por la Corona, siempre con una base reticular, de generosa amplitud e ignorada o dilatada programación temporal (García Bellido, Javier, 1999:7). Puede suponerse que, aunque no esté comprobado, Cerdá dejaría implantadas las ideas base que cristalizarían en los inicios legislativos del concepto del plan de gestión de suelo - frente al plan físico de otros países- articulando con suficiente satisfacción hasta hoy, la directa intervención mancomunada reparcelatoria entre los propietarios fundiarios (García Bellido, Javier, 1999, op. cit.). Ideas básicas de una “auto-gestión fundiaria” entre los propios terratenientes afectados. Sin embargo, lo que en Barcelona significó un avance en la técnica urbanística que continúa teniendo vigencia, en la visión americana, los principios básicos que determinaban cómo debía ser la ciudad, cómo debía crecer, qué sectores comprendía, pueden reunirse conceptualmente en lo que denominamos regularidad indiana que, como disposición espacial, refiere a un tejido ortogonal muy ligado a la geometría clásica y que tiene profundas implicancias (Favelukes, Graciela, 2011:13). En Buenos Aires, la cuadrícula no ha sido solamente un “vehículo” de significados o la matriz de un orden simbólico; fue un proceso complejo en el que se combinaron ideas y prácticas, normas y saberes, técnicas e instrumentos. Lejos de seguir un camino lineal y progresivo, la regularidad registra la tensión que se fue dando entre las normas, las técnicas, las prácticas, y las controversias entre los intentos por asegurar un orden geométrico y su impugnación (Favelukes, Graciela, 2011:12). El modelo indiano al que hacemos referencia, se puso en crisis hacia 1720, cuando la ciudad comenzó a materializar su expansión sobre las tierras del ejido, dando respuesta al crecimiento de la población que no encontró solución en la subdivisión de los terrenos de la traza oficial. El Cabildo local debió ceder una cantidad apreciable de terrenos a través de la figura legal del depósito según la cual el beneficiario gozaba del usufructo de la tierra, pero Mónica Giglio

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no podía enajenarla. El resultado de las operaciones técnicas no era un plano, sino una escritura, respondiendo al denominado paradigma notarial. Pero ante la intención de cobrar un impuesto fundiario por la tenencia, fue necesario relevar las tierras para establecer los montos a tributar y esto requirió la mensura y la realización de planos topográfico-catastrales de la ciudad y su periferia. Estas medidas, permitieron reorientar los mecanismos normativos y operativos resultando fundamental la adopción de la llamada línea céntrica de las calles como principio de la alineación y rectificación, metodológicamente independiente de la dirección y tamaño de las manzanas. Esto implica una flexibilización de los lineamientos para el trazado de las manzanas, que si bien mantienen la idea de la cuadrícula, se van adaptando a las situaciones de hecho. Luego de la independencia, “…la regularidad republicana identificó el orden social y espacial con el imperio de la cuadrícula y de las formas geométricas perfectas y en este sentido, la etapa se abre con un intento renovado por recuperar una forma perfecta para la ciudad, visible en la delimitación postulada por el plano de Felipe Bertrés en 1822. Pero el intento terminó en un fracaso al pretenderse también, una vez más, la regularización del suburbio originado en la expansión sobre el ejido” (Favelukes, Graciela, 2011:18). Todas estas circunstancias, dificultan identificar en el plano de la ciudad actual, la diferencia entre lo que originalmente fue trazado como ensanche, del parcelamiento suburbano, dado que la forma de cuadrícula, se utilizó en ambos casos. Sin embargo, podemos afirmar que la independencia marcó un cambio fundamental en la apropiación del territorio, no olvidemos que los españoles hacían las ciudades para dominar, y cuando salían de ellas penetraban en un entorno hostil para conquistar, controlar y adoctrinar a las poblaciones circundantes. Según Morris (Morris, A. E. J. 1979:374) “…los conquistadores ocuparon las nuevas ciudades, de las que estuvieron excluidos en primera instancia los pueblos conquistados, que o bien permanecían en sus aldeas o se convertían en habitantes de municipios que se extendían a prudente distancia a fin de dar alojamiento a la necesaria mano de obra indígena”. El análisis histórico nos permite explicar algunas situaciones, que observando solamente los planos y las normas nos costarían entender. Las ciudades que hacían los españoles, eran para ellos y ya en esa época había otra ciudad (informal) afuera de la ciudad (regulada). Otra situación que nos sirve para comprender la evolución de la ciudad y su relación con los distintos períodos históricos, es la ampliación de los límites a partir de la constitución de la nueva capital. Adrián Gorelik (Gorelik, Adrián, 2004:13) nos relata que “en 1887, como derivación de la federalización de la ciudad de Buenos Aires realizada a comienzos de la década, el gobierno de la provincia de Buenos Aires le cedió al gobierno nacional Página siguiente, imagen 1

una parte adicional de territorio para ampliar la Capital, a partir del cual, un año después, se

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trazaron sus límites definitivos (la actual avenida General Paz). El municipio tenía hasta entonces poco más de 4 mil hectáreas, aunque sus 400 mil habitantes ocupaban un área edificada bastante menor; a partir de su ampliación pasó a tener más de 18 mil hectáreas, convirtiéndose en una de las jurisdicciones más extensas entre las metrópolis más importantes. En el momento de la ampliación territorial, en las nuevas 14 mil hectáreas no había más de 25 mil habitantes, y sólo estaban trazadas y edificadas unas pocas manzanas en los poblados de Flores y Belgrano. Cinco décadas más tarde, hacia 1936, ese nuevo territorio ya estaba completamente urbanizado, de modo que no era posible distinguir el municipio original de su anexión, y se extendían, además, en tres brazos al norte, al oeste y al sur, núcleos de población por fuera del Distrito Federal, formando una incipiente región metropolitana. En ese lapso, la población de la capital había ascendido a dos millones y medio de habitantes, de los cuales aproximadamente un millón vivía en los sectores correspondientes al viejo municipio y un millón y medio en el territorio anexado cincuenta años antes”. Con estos datos, podemos inferir que la metodología de Ensanche, asimilable a la definida por la tipología de Solá - Morales, se aplicó en Buenos Ares en la superficie de cuatro mil hectáreas que ocupaba el viejo municipio, antes de la anexión de tierras de 1887. Durante los siguientes 50 años en que se consolida la ocupación del resto del territorio de la ciudad, podemos definir un sistema intermedio entre ensanche y suburbano. Esta etapa se corresponde con el período agroexportador, en el cual podemos identificar importantes intervenciones que marcaron la estructura de la ciudad, como el puerto, la apertura de la Avenida de Mayo (imagen 1), posteriormente el trazado de las diagonales, etc.

Crecimiento Suburbano Para definir la forma de crecimiento suburbana, Solá - Morales (ver Solá - Morales i Rubió, Manuel de, 1997:147) la distingue del ensanche cambiando la ubicación de la variable urbanización dentro del proceso, planteando que la secuencia es (Urbanización, Parcelación, Edificación) y sostiene que “la construcción de la ciudad puede someterse a un proceso de perfeccionamiento, de optimización: el sentido antiguo del lugar como inmanencia se esfuma en el carácter utilitario de la ciudad como domicilio de la vida civil en la que el individuo participa precisamente en cuanto reside”. Para definir el criterio de ordenación, toma el ejemplo de la urbanización del Barrio de Gracia, ubicado en las afueras de la ciudad amurallada. El mismo toma siempre una plaza central, el centro de servicios e intercambios (agua, mercado), que estructura el terreno de la antigua finca colocándose en posición lateral respecto a los ejes primarios de acceso. Considera que el caso de Gracia es importante por ser el momento en el que 84

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la ciudad pasa a proyectarse como una serie de solares y la vivienda familiar pasa a ser el elemento común de estas formas de crecimiento. Nuevamente la lectura histórica, permite distinguir que en la época medieval, los edificios definían el proyecto de ciudad y luego los conjuntos barrocos o las calles neoclásicas y que el avance histórico en la proyectación de la ciudad se encuentra en la tipificación de la parcela. La nueva unidad abstracta de la composición urbanística es la invención proyectual del módulo parcelario y el tipo edificatorio se adapta a la evolución de los requerimientos del sistema productivo. Ese cambio en los procesos productivos, conocido como la revolución industrial se da en nuestro país a partir del período de sustitución de importaciones y consolida la expansión de Buenos Aires dando comienzo a la ocupación del Área Metropolitana (imagen 2) pero las condiciones en las cuales se desarrolla el nuevo suburbio, no reúnen los requisitos de infraestructura y equipamiento que tienen los barrios dentro de los límites de la Capital Federal. Esta situación, la describe Adrián Gorelik (ver Gorelik, Adrián, 2004:246), cuando dice que “…luego de celebrar todo lo que ha ganado la población obrera con la mudanza al suburbio (luz, sol, espacio, comodidades), Cibilis se dedica a una incisiva crítica sobre todo lo que ha perdido (principalmente, las cloacas y el agua corriente, pero más en general la infraestructura urbana con que contaba en el conventillo

Imagen 2

céntrico) y una descripción indignada de las nuevas condiciones de degradación impuestas por esas carencias”. Esas carencias de condiciones de habitabilidad que existían en el inicio del proceso de urbanización del gran Buenos Aires, se mantienen después de varias décadas en un porcentaje importante de zonas. En el siglo XXI, algunos autores, consideran que el tema de los suburbios o de la interciudad, como Sieverts denomina a los suburbios (Thomas Sieverts, planificador urbano alemán, citado por Bodenschatz, 2005:493), fue dejada de lado en la discusión urbanística, a pesar de que actualmente es el tema más importante en desarrollo urbano. Bodenschatz afirma (ver Bodenschatz, 2005:501) que las similitudes entre Europa y EEUU “…son sorprendentes en cuanto a los principios difundidos del urbanismo: ambos debates incluyen una crítica general y compleja al desarrollo de las ciudades. Una crítica Mónica Giglio

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a las gated communities, a la exclusión social, a la fragmentación, a una forma de asentamiento dependiente del automóvil, al urbanismo moderno. Una crítica a la segregación social en una región urbana suburbanizada, a la separación del habitar de la ciudad y, principalmente, a una desintegración social de la ciudad, y se orientan a una reintegración social del habitar en la ciudad, a una sustentabilidad social y ecológica. Ambos debates propagan productos urbanísticos novedosos que representan, por lo menos, un mínimo de ciudad: mezcla social, mezcla de funciones y espacios públicos para peatones”. En nuestro país, podemos apreciar como en las últimas tres décadas, crecen los espacios suburbanos con baja densidad poblacional y alto consumo de suelo, con las mismas características que se acaban de describir. El fenómeno de los Barrios Cerrados, se ha generalizado, no solamente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Imagen 3), sino también en la periferia de la mayoría de las principales ciudades del País.

Ciudad Jardín Por la aceptación que tiene esta modalidad en distintas partes del mundo, desde hace más de cien años, puede definirse como la forma de crecimiento residencial por excelencia. Sus características principales son la edificación unifamiliar y aislada, es adaptable a la topografía y a condiciones catastrales muy distintas. Tiene la flexibilidad para adaptarse con el paso del tiempo a las necesidades cambiantes de los usuarios. Con respecto a su localización, mantiene una autonomía en relación a la estructura general de la ciudad, que le da una accesibilidad restringida para una cantidad limitada de habitantes. El proceso de producción de un conjunto de estas características, se inicia con un proyecto de parcelamiento y urbanización, que contempla la totalidad, al cual se suman luego las edificaciones que deben responder a una tipología de vivienda ajardinada. Luego de la evaluación del rechazo a otras tipologías que intentaron dominar el espacio suburbano, Solá Morales plantea que “en el reflujo del urbanismo funcionalista, mientras las periferias de las grandes ciudades muestran los fracasos de los bloques residenciales, la edificación en altura y los grandes vacíos de suelo intersticial descuidado e inútil, vuelven a plantearse algunas de la perennes cuestiones que ya preocuparon a Raymon Unwin, y que de manera explícita se situaron en el centro de su trabajo”. (ver Solá - Morales i Rubió, Manuel de, 1997:187). La propuesta parte de una escuela sin escuela, sin dogmatismo, empirista, de un urbanismo en la práctica que trata de sintetizar lo mejor de dos posturas diferentes: El formalismo de un urbanismo que se apoya en la legislación, en el trazado y en las tradiciones clásica y renacentista, y el informalismo de un urbanismo que se apoya en el lugar, en la edificación, en el contraste y en la diferencia.

Página anterior, imagen 3

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Se plantea de esta forma, un urbanismo que intenta poner un orden sobre las dificultades del sitio y que trata de diseñar y dar forma ordenada al crecimiento espontáneo de las ciudades, a los barrios de vivienda inconsecuentes y a la localización improvisada de las cosas, que surge como respuesta a la situación que había en la periferia de Londres hacia fines del siglo XIX. Los elementos de composición son la accesibilidad del ferrocarril (la ubicación tenía que ser lo suficientemente lejos de la gran urbe como para conseguir las tierras a precios muy bajos), el aislamiento por un cinturón verde (el cinturón verde sería permanente, pertenecería a la compañía, en el habría explotaciones agrícolas y distintos tipos de instituciones urbanas) y la restricción de la masa edificada a un tercio de la urbanización. En el libro Ciudades del Mañana, Peter Hall, afirma que Ebenezer Howard (1850-1928) es el personaje más importante de esta historia y que el mayor error es que lo Imagen 4

consideran un planificador físico, ignorando que sus ciudades jardín eran sólo el medio para reconstruir la sociedad capitalista, convirtiéndola en una infinidad de sociedades cooperativas (Hall, Peter, 1996, p. 98). La esencia del proyecto de Howard, consistía en subvencionar la creación de organismos autogestionados que cuidaran del bienestar de los ciudadanos, pensando la planificación de abajo hacia arriba (Hall, Peter, 1996:141), combinando lo mejor de la ciudad y del campo en un nuevo tipo de asentamiento, la Ciudad Campo. Letchworth, a 34 millas de Londres, fue la primera ciudad jardín con las ideas de Howard, materializada por Raymond Unwin y Barry Parker, el proyecto contenía una industria y una línea de tren que dividía la zona.

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Varios proyectos intentaron imitar la ciudad jardín, reproduciendo ciudades satélites, sin cumplir con los principios recomendados por Howard, a menudo, esos proyectos urbanísticos fueron un fracaso. Para entender la forma en que este modelo se implantó en América, podemos acudir al libro de Roberto Segre, cuando habla de los pueblos trasplantados (Segre, 1975:19), se refiere a “…las naciones modernas creadas por la migración de poblaciones europeas hacia los nuevos espacios mundiales, donde procuraron reconstruir formas de vida en lo esencial idénticas a las de origen. Cada uno de ellos se estructuró de acuerdo con los modelos económico-sociales proporcionados por la nación de donde provenían, llevando adelante en las tierras adoptativas procesos de renovación ya actuantes en el ámbito europeo”. Si analizamos la aparición de esta forma de crecimiento en la ciudad de Buenos Aires, la podemos ubicar junto al auge del crecimiento suburbano, a partir del proceso de sustitución de importaciones, pero tiene su mayor auge en el área Metropolitana, cuando se presenta como un producto inmobiliario privado (Imagen 4) para sectores sociales medios y medio-altos, a partir de los años 80, que se mantiene en pleno desarrollo hasta la actualidad.

Polígonos Como forma de crecimiento urbano, la definición material del polígono, se caracteriza por su unitariedad (Solá - Morales i Rubió, Manuel de, 1997:89) como proyecto unitario, como actuación unitaria y como gestión unitaria. Destacándose como consecuencias de esa unitariedad el crecimiento urbano por paquetes cerrados, los bordes discontinuos y la segregación y la monotonía interior. Esta caracterización realizada genéricamente, se corresponde a la experiencia local de este tipo de emprendimientos, así como su evolución histórica, que ha tenido progresivo aumento de tamaño de los emprendimientos, agravados por las condiciones de localización que requieren una ubicación periférica para conseguir suelo barato. El principal problema de este modelo de ciudad, que se corresponde con la ciudad ideal de Le Corbusier, no está en el diseño, sino en la falta de aceptación de la gente, que no era tenida en cuenta para formular el proyecto. Peter Hall, relata en su libro que en este sistema todo estaría establecido en el plan que los expertos prepararían objetivamente y la gente sólo podría decidir quién lo administraría. “La ciudad armoniosa debe ser diseñada por expertos que dominen la ciencia del urbanismo”, trabajando en sus proyectos con total libertad, sin presiones o intereses partidistas y debiendo ser llevados a la práctica sin ningún tipo de oposición” (Hall, Peter, 1996:222). Mónica Giglio

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En nuestro país, a partir de 1947 el Banco Hipotecario Nacional suma a su rol crediticio el de ejecutor de barrios y conjuntos habitacionales de manera directa. En la producción habitacional aparecieron como modelos arquitectónicos y urbanos el monoblock y el pabellón, implantados en supermanzanas para los conjuntos de vivienda colectiva, y el llamado chalet argentino y la ciudad jardín en los barrios de vivienda individual. Tras el golpe de Estado de 1955, el crédito estatal se restringió y se diversificaron las acciones en vivienda, que sumaron al financiamiento local fondos internacionales como los aportados a través del Banco Imagen 5

Interamericano de Desarrollo. Las ciudades conocieron un nuevo tipo urbano arquitectónico (Imagen 5): el conjunto habitacional, sustentado desde lo arquitectónico por la adopción del pabellón y la torre, pensado como ciudades autónomas, pues las viviendas eran complementadas con amplias redes de infraestructura y de servicios (Dunowicz y Villaveirán, 2013:131). En coincidencia con la opinión de Peter Hall, René Dunowicz, plantea en su libro sobre El Hogar Obrero que “la complejidad proyectual y constructiva encarada en la materialización de estos conjuntos, la no vinculación con el tejido circundante y la disrupción formal con su entorno, entre otros aspectos, colaboraron con su estigmatización social y urbana, y dificultaron la apropiación por parte de sus usuarios acentuando su deterioro prematuro”.

Urbanización marginal Esta forma de crecimiento, es definida por Solá Morales, a partir de las situaciones que se presentan en Barcelona denominadas coreas, que es una urbanización marginal basada en la parcelación y venta de fragmentos de suelo rústico fuera de las prescripciones legales, donde el adquirente autoconstruye con el tiempo su casa, en una forma adaptable a medida que incrementa la capacidad económica de sus usuarios. La zona de implantación no tiene los servicios, por lo cual existe también un proceso de autourbanización paulatina. La ocupación espontánea de edificios como las barracas, también son consideras por Solá Morales, pero atribuye a la geografía económica la que ha abordado preferentemente esta problemática, diciendo que

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“Pierre George, por ejemplo, ha descrito estos procesos en términos de ‘hábitat espontáneo’ como caracterizados por la ausencia de toda ordenación racional y planeada de la urbanización. La espontaneidad, estaría tanto en la falta de preparación física del suelo y del asentamiento, como en el desorden de la edificación que suele aprovechar materiales residuales de ocasión con procedimientos de emergencia. La descripción del fenómeno en esta óptica, se relaciona luego con causas generales a nivel sociopolítico o político-económico: El crecimiento desbordado es una prueba de la incapacidad de las políticas y las instituciones urbanas frente a las grandes invasiones migratorias: la urbanización espontánea es un fenómeno de subdesarrollo” (Solá - Morales i Rubió, Manuel de, 1997:176).

Las urbanizaciones marginales en América Latina, son llamadas villas miseria en Argentina y de muy diversas maneras en otros países de la región. Roberto Segre plantea que “este tipo de vivienda proletaria existe desde hace mucho tiempo y aparecen referidas sobre ellas en las crónicas y en la cartografía del período colonial. Las villas miserias constituyen la solución individual y espontánea de la población sin recursos ante la carencia de vivienda” (Segre, 1975:71). En nuestra realidad local, podemos distinguir dos casos, de igual manera que en el caso español: por un lado la ocupación de tierras (ya sea en la modalidad de villa- Imagen 6- o de asentamiento) y por el otro la ocupación de edificios en desuso que han dejado de tener utilidad por diversos motivos. En el libro El Hábitat de la pobreza, Doberti y Giordano, al referirse a las villas, Imagen 6

definen que su característica fundante es la apropiación de la tierra, con una posterior construcción. Esto implica necesariamente un proceso de desarrollo que puede caracterizarse en tres momentos:

- El primero, instantáneo y ejercido por el grupo, es el de la ocupación del conjunto, la toma de la tierra, y el de la delimitación de cada subgrupo como primera medida especificatoria. La ocupación del terreno se realiza desde códigos y normativas propias, diferentes a las legales.

- El segundo momento es el de la densificación, caracterizado por el construir y el acopiar.

- El tercer momento se corresponde con la asimilación, con la búsqueda de la legalidad y con el espejamiento a la ciudad contigua.

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En el caso de los edificios tomados, nos encontramos frente a una modalidad con cierto atraso teórico relativo, frente a las demás manifestaciones del Hábitat de la pobreza, tal vez se deba a que su presencia no es un hecho físico expresamente diferenciado de la Ciudad tradicional. La ciudad es visualizada como un todo disponible, todo es reserva, todo es pasible de ser tomado si la oportunidad lo habilita, desde un edificio institucional, hasta los espacios residuales de un conector vial. Algunos ejemplos que se distinguen el mencionado libro (Doberti y Giordano, 1995:94-120) son los conventillos; los contenedores productivos, que por pérdida de su eficiencia o por fracaso de la inversión se han vaciado y pasado a formar parte del potencial de apropiación, las fábricas, los depósitos, los galpones; aquellos edificios patrimoniales que han perdido su condición emblemática; los conjuntos habitacionales que han sido tomados antes de su conclusión por los mismos destinatarios o por grupos excluidos del circuito y los esqueletos estructurales abandonados de la propiedad horizontal.

Resultados preliminares En una primera etapa de la investigación, se han analizado los distintos períodos históricos que se ven reflejados en las distintas formas de intervención en el territorio. En la presente etapa, hemos tratado de hacer una reflexión sobre las distintas formas de crecimiento urbano definidas en la metodología utilizada como referencia y su aplicación en el caso local. Finalmente intentaremos en la próxima etapa, sacar algunas conclusiones de la experiencia pedagógica realizada, a través de los trabajos producidos por los alumnos.

Referencias bibliográfica Aliata, Fernando, La ciudad regular. Arquitectura, programas e instituciones en el Buenos Aires posrevolucionario, 1821-1835, Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, Provincia de Buenos Aires, 2006. Bodenschatz, Harald, Suburbanización y las respuestas del urbanismo en Europa y Estados Unidos en Welch Guerra, M. (ed.) Buenos Aires a la deriva. Transformaciones urbanas recientes, Editorial Biblos, Buenos Aires, 2005. Doberti, Roberto y Giordano, Liliana, El Hábitat de la Pobreza. Configuración y manifestaciones, Presidencia de la Nación-Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, 1995. Dunowicz Renée y Villaveirán, Fernando, El Hogar Obrero. Un siglo de vivienda cooperativ, Instituto Argentino de Investigaciones de Economía Social, Buenos Aires, 2013. Favelukes, Graciela, Figuras y paradigmas. Las formas de Buenos Aires (1740-1870), Anales 92

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Observando las formas del crecimiento urbano de Buenos Aires


del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas “Mario Buschiazzo”, Universidad de Buenos Aires, FADU, Buenos Aires, 2011. García Bellido, Javier, Ildefonso Cerdá y su poderoso influjo en el urbanismo español del último siglo y medio, editorial publicado en Ciudad y Territorio. Estudios Territoriales XXXI Nº 119-120, Madrid, 1999. Gorelik, Adrián, La Grilla y el Parque. Espacio público y cultura urbana en Buenos Aires, 18871936, Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, 2004. Hall, Peter, Ciudades del mañana. Historia del urbanismo en el siglo XX, Ediciones del Serbal, Barcelona, 1996. Massiah, Gustave y Tribillon Jean-François, Ciudades en Desarrollo. Ensayo sobre las políticas urbanas en el tercer mundo. Siglo XXI, México, 1993. Morris, A. E. J. , Historia de la forma urbana. Desde sus orígenes hasta la Revolución Industrial, Gustavo Gilli, Barcelona, 1979. Segre, Roberto (relator), América Latina en su arquitectura, Siglo XXI, México, 1975. Solá - Morales i Rubió, Manuel de, Las formas de crecimiento urbano, Ediciones Universitat Politecnican de Catalunya, Barcelona, 1997.

Mónica Giglio

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Estudios sobre el Patrimonio

roberto ferรกndez

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Alberto Prebisch. Una modernidad restitutiva

Volver a la obra y al pensamiento de Alberto Prebisch implica volver, una vez más, a los

Luis del Valle

inicios de nuestra modernidad. Traducción, restitución, esencia, homogeneización, con-

Investigador del CAEU UAI donde dirige el

flicto o contaminación son algunos de los términos que caracterizan a la cultura moderna

proyecto Los imaginarios arquitectónicos

rioplatense, que oscilará entre el seguimiento de un conjunto de principios universales, su

y urbanos en la literatura y el cine. Buenos

traducción a las particularidades del medio local y la definición de una forma rioplatense

Aires: 1923-1973 (2014-5).

de ser moderno; una dialéctica entre lo moderno como universal y lo local como moderno. El caso de Prebisch nos traerá algunas de las características de esa cultura: una modernidad atravesada de tradición, la ausencia de componentes conflictivas o disolventes, las articulaciones complejas entre clasicismo y vanguardia o entre elite cultural y renovación, la transformación de los modos de producción disciplinar más allá de una modernidad estética, la pretensión de un acto fundacional vinculado a una esencia, la identidad como un ideal antes que como construcción, o los aportes a la definición de un paisaje para la ciudad y el suburbio. En gran parte de los integrantes de la elite cultural y como consecuencia de su autocelebrado origen patricio, la consolidación social y cultural del caudal inmigratorio va a ser observada como la amenaza de disolución de un supuesto ser nacional. Indisociables del proceso de metropolización, la mezcla y la contaminación inmigratorias van a ser para personajes como Ocampo, Mallea, Prebisch, Villafañe o de la Serna, aquello que los encare con lo otro, lo diferente a sí mismos, elemento perturbador y disolvente de un orden y una armonía originales acunados por una idea de pertinencia y pertenencia. Y cuando Prebisch efectúe su ataque contra el individualismo o la subjetividad artísticas1 no sólo lo hará en

1 Las referencias negativas a la subjetividad y la individualidad por parte de Prebisch pueden verificarse en sus escritos Arquitectura – Urbanismo, revista Nuestra Arquitectura, Septiembre 1931, y en La Nueva Arquitectura, conferencia pronunciada en el 1º Salón Anual de Estudiantes de Arquitectura, 1931.

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contra del caos del eclecticismo sino que tal caos quedará identificado con la contaminación socio-cultural inmigratoria. Ya desde sus primeros ejercicios –la Ciudad Azucarera, el Mercado de Abasto de Tucumán, la Compañía de Seguros Fénix– y más allá de una cuestión de lenguaje, lo mismo que en sus obras de la década del ’30, la búsqueda de Prebisch será la de la esencia, la cual no puede separarse del despojamiento, la pertinencia y la veracidad. La heterogeneidad cacofónica, el conflicto y las superposiciones deben ser superados por medio de la recuperación de una esencia basada en un retorno al orden, la pureza y la armonía. Una armonía que no es la de la integración y convivencia de las diferencias sino que surge como producto de una reducción, de una depuración; la armonía no constituye una construcción sino un acto decisional que homogeiniza todas las componentes. En ello, lo esencial reclama una pureza del origen y de la expresión, lo cual se revela en el mantenimiento de una estructura profunda que se encuentra por encima de lo provisorio y contingente que supondría el lenguaje. En contra de una babel lingüística y asumiendo el rol de un Protopirio en un supuesto diálogo piranesiano, para Prebisch la verdad está en la esencia de las cosas, en la primacía de esa estructura profunda, intemporal, por sobre la diversidad del lenguaje. En Fantasía y Cálculo y en Hacia Un Nuevo Estilo 2 encontramos la relación que Prebisch planteará entre modernidad y tradición clasicista y entre el purismo de L’Esprit Nouveau y su traducción local. Clasicismo y modernidad coinciden en la primacía del orden, del rigor, del número y de la claridad, en donde la belleza es la expresión de la lógica y de la razón, y en donde la obra sigue las leyes del universo, de una esencia u orden superior. Prebisch invoca la existencia de una belleza armónica producto de la racionalidad del logos la cual habita en el autor, y de una emoción estética dada por lo que es esencial y verdadero. Siguiendo la tradición que va desde Platón al Clasicismo del siglo XVIII, la armonía, la sensibilidad y la emoción estética no constituyen un problema subjetivo sino que son parte de la objetividad del logos, son parte de la relación entre arte y verdad. No existe aquí debilidad o contradicción entre sensibilidad o emoción y racionalidad. En la misma herencia de la tradición clásica, y en el debate entre Apolodoro y Teodoro respecto de la retórica, Prebisch se identificará con las posiciones del primero: la obra no es producto de la exaltación subjetiva o de una imaginación incontrolada –éxtasis, ilusión o simulación– sino que sigue principios científicos y su objetivo no busca exaltar los sentidos sino persuadir por la razón. La crítica al lenguaje efectuada por Prebisch será en definitiva la crítica a lo artificioso, al simulacro, a la contaminación, en suma, a la hybris platónica. Una hybris que como juego artificioso alejaría al autor de su función pedagógica para con el tejido social de

2 “Prebisch, Alberto y Vautier, Ernesto, Fantasía y Cálculo”, en revista Martín Fierro 20, Agosto, 1925 y “Hacia un Nuevo Estilo”, en revista Martín Fierro 21, Agosto, 1925.

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la polis, y que paralelamente en Prebisch impediría su destino didáctico como restauración de la armonía social. Del mismo modo existe un vínculo con el Valéry del Eupalinos: la precisión y la racionalidad clásicas son el vínculo hacia la verdad, dentro de una idea del Arte como concepción espiritual. A pesar de sus alusiones a la presencia de lo utilitario y lo productivo, a la máquina y a la ingeniería como expresión del progreso de su tiempo, no puede decirse que en Prebisch hubiese una subordinación de toda manifestación estética a los dictados de la técnica y del material. La Arquitectura y el Arte son el resultado de una voluntad espiritual3 . Existe así en Prebisch la presencia de una concepción estética idealista de origen hegeliano que coloca a la Forma en una dimensión ideal y reivindica el carácter espiritual de toda experiencia estética, rechazando a las formas del materialismo histórico4. En Prebisch, como en Le Corbusier, la arquitectura es una cuestión del espíritu y trasciende las limitaciones de la construcción y de la ingeniería. Este razonamiento, común en el pensamiento de la época y heredero en cierta forma del positivismo iluminista, conducía en definitiva a una lógica histórica de momentos de esplendor y de decadencia. De esplendor como autenticidad de una época consigo misma, de decadencia como carencia de personalidad expresiva y de debilidad espiritual. En coincidencia con Antonio Vilar,5 el momento de lo moderno podía equipararse con otros momentos de esplendor de la historia, lo clásico o lo gótico, y, significativamente, podía ignorarse por ejemplo lo románico o lo barroco –nótese que se refieren a lo gótico y no a lo medieval–. Y es que lo clásico y lo gótico representaban un momento paradigmático y de claridad en tanto pertinencia respecto de un espíritu de la época, de lo espiritual de una época entendido como autenticidad. La perfección técnica, la racionalidad, la búsqueda de una pureza armónica, lo ideal de lo moderno, habían de importar así mismo una reivindicación de lo clásico que equiparaban de este modo a lo moderno como un nuevo momento de eso clásico que podría inscribirse en las oscilaciones entre lo apolíneo y lo dionisíaco nietzscheneano o del pensamiento de Focillón como dos dimensiones constantes de la existencia. Lo moderno y lo clásico comparten de este modo una esencia –pertinencia y coherencia de un espíritu de época, autenticidad– que en definitiva recorre la historia de manera metahistórica; en la coincidencia entre zeitgeist moderno y arte clásico, la Forma nueva es dada por una esencia que ya es parte de la tradición. Lo moderno en Prebisch coincide con lo clásico en lo arquetípico, lo modélico, lo armónico y lo normativo. Coinciden en cierta forma en una concepción apolínea del arte

3 Prebisch, Alberto, La Nueva Arquitectura, op.cit. 4 Prebisch, Alberto, Ibídem. 5 Vilar, Antonio, Arquitectura Contemporánea. Carta del Ing. Vilar. En Nuestra Arquitectura, Agosto, 1931.

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en relación a la claridad, la autenticidad, la homogeneidad, la finalidad didáctica y el logos en tanto racionalidad. Su rechazo por la hybris es el rechazo por lo no acordado, por lo incompleto, lo difuso o lo ambiguo, rechazo por el lenguaje como construcción temporal diversa que da lugar a un palimpsesto de superposiciones, transformaciones y desplazamientos. Esta austeridad y depuración de las formas abstractas de lo moderno pertenecen a la tradición de la perfección de la Idea en Platón o al universalismo intemporal –absoluto de la forma, de la percepción o del sujeto– que en siglo XVIII pudiera encarnar Boullèe, opuesto a Lequeu o Piranesi. Relación paradójica entre tradición e historia, ya que en la dimensión metahistórica de la esencia, Prebisch se coloca en un afuera de la historia, en todo de lo que de provisorio, contingente, temporal o particular en tanto rasgo vital posee la segunda. Al analizar algunas de las obras de Prebisch de los años ‘30 en principio podría decirse que existe un abandono de los criterios de composición en la concepción de la planta a manos de una combinación mecánica de las partes, del ajuste por adyacencia o por conveniencia o del acomodamiento funcional, con una presencia de la compactación, la claridad geométrica, la conveniencia de usos y de servicios, las axialidades y simetrías parciales o de la sustitución de la proporción por la cantidad. Pero un análisis más detallado podría revelar desarrollos más en extenso. En algunos casos –en el edificio de Chile 1368 (imágenes 3-4-5) o en los estudios de Tucumán 685– se verifica una pervivencia de los criterios compositivos –axialidad, simetría, regularidad, centralidad, jerarquía– como parte de una estructura profunda pero ahora convertida en instrumentalización operativa de la herencia de la tradición; dicho de otro modo, aquella conversión de la composición en operatividad combinatoria ocurrida a fines del XVIII y principios del XIX alcanza ahora su máximo grado de desarrollo instrumental como racionalidad técnico-operativa. En razón de su ubicación entre medianeras, los mismos criterios pueden observarse en la organización de la fachada con una mayor claridad de la ascendencia de la sintaxis tradicional como estructura esencial y del ensamble entre clasicidad y abstracción moderna. En otros Imágenes 1 (arriba) y 2 (abajo)

ejemplos, como en la casa Romanelli (imágenes 1-2), más allá de la escala del programa, la resolución de la planta como acomodamiento meramente funcional se articula con la frontalidad y la ausencia de la continuidad periférica en el exterior. A nivel procedimental, los vestigios de lo compositivo no dejan de articularse con los criterios más innovadores de la forma en tanto construcción, en tanto evidencia del recurso como material: la pureza volumétrica, la unidad plástica o la esencialidad formal. Pero en todos ellos las posibilidades de desestructuración y de abandono del concepto de jerarquía se hallan anuladas por la noción de lo arquetípico como noción de orden. Ninguna descomposición de las formas, sino una reintegración de la Forma en una unidad, en una totalidad homogénea. Una unidad espiritual en coincidencia con una unidad formal. Finalmente, la recomposición de un

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orden hubo de implicar en Prebisch un llamado a la honestidad, a la honestidad de que las cosas se vean como son, una identidad plena entre objeto y representación, entre verdad y apariencia. La depuración formal no sólo importa una condición figurativa sino que se identifica con un valor de autenticidad. La forma en relación a la esencia adquiere así un valor ético, ya no de verosimilitud, de aquello posible, sino de veracidad, en una reintegración entre ética y estética que reinscribe a esta visión de lo moderno en el ideal de kalokagathía de lo clásico. Bajo la idea de una relación lineal entre forma y sociedad, la austeridad, lo esencial y la honestidad del código de la abstracción modernista habrían de coincidir para Prebisch con la austeridad, lo esencial y la honestidad de los hijos de la tierra, de la patria auto-encarnada en la elite patricia, de la sencillez de las construcciones populares y de la ciudad criolla, anteriores a la disolución y al caos infringidos por el eclecticismo contaminante; una armonía y un equilibrio que marcaban la legitimidad y la autenticidad de una cultura. Aquella honestidad de la cultura criolla que en sus simples formas arquitectónicas respondían con fidelidad a las necesidades materiales y espirituales de un coherente cuerpo social.6 Una nueva alusión a la coincidencia entre forma y ética que ahora Prebisch sancionaba se encontraría en el propio ascendente criollo, en un inevitable ser nacional, en una inevitable depuración que se encontraba en la propia tradición: el artista verdaderamente americano lo será a pesar suyo, sin saberl […] la voz de nuestros antepasados hablará en nuestra obra a pesar nuestro.7 Entendida por una parte de la elite como necesidad de depuración, habría existido así una identidad latente en lo propio en la que se asociaba también cultura y naturaleza. Lo esencial y lo ascético de la forma moderna y de la cultura criolla coincidían con el ascetismo y el silencio metafísico de la geografía pampeana, y bajo esta admonición, que construye una mirada intencionada, la geografía natural se convierte ahora en paisaje. Un paisaje que Prebisch va a construir en el suburbio –junto a Vilar, Machiavelo, los Stock– con las casas Romanelli, Mitrani, la de la calle Rivera Indarte 134, desde Vicente López a San Isidro, como integración ideal entre lo esencial de la forma y aquello mirado como esencia de la naturaleza del lugar. Este suburbio ya no es el de Borges, el del arrabal y el del cuchillero, sino que es el que se ha desarrollado hacia el norte, con la extensión del ferrocarril, con la revalorización de la vivienda suburbana y con la migración de una clase media y acomodada de comerciantes, profesionales y pequeños empresarios. La modernidad va a encontrar en el suburbio un lugar de radicación y de expresión simbólica de una clase social en un nuevo vínculo entre cultura y naturaleza. Pero esta fuga hacia lo natural no necesariamente va a importar una actitud de nostalgia o de restitución de algo perdido. Antes bien, va a constituirse en una realidad insoslayable del proceso de modernización que va desde las transformaciones en la producción material y simbólica hasta la propia conversión de la naturaleza en cultura, y como parte de los debates entre centralidad y descentralización, anexión de las áreas periféricas o entre ciudad jardín y alta densidad que se dieron en la época. Es en ese sentido que no existe contradicción entre modernidad y restauración de un ideal armónico, 6 Prebisch, Alberto, La ciudad en que vivimos, Buenos Aires, 1936, uno de los textos de Prebisch que acompañaba el álbum de fotografías de Horacio Cóppola con motivo de la celebración del IV Centenario. 7 Prebisch, Alberto, La falacia del americanismo, Revista de América, Buenos Aires, 1924.

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ya que si una de las características de lo moderno es el conflicto también lo son las paradojas o las aporías.

Así como Prebisch construye un paisaje para el suburbio basado en la integración ideal entre esencia arquitectónica, esencia cultural y esencia natural, del mismo modo buscará una reintegración homogeneizante en la ciudad. Resulta significativo como Prebisch asocia la diversidad con el desorden y aún con el mal gusto, ante los cuales propondrá recuperar una armonía del paisaje urbano, tanto desde el objeto como desde la escala del fragmento, oponiendo diversidad metropolitana y tradición restituyente. En su propuesta para la Plaza de la República (imagen 8) –reforzada por la presencia del obelisco (imagen 6)– el conjunto se encuentra rodeado por un marco de fachadas uniformes pensado como un dispositivo organizador a la manera de los centros cívicos basados en la monumentalidad, la axialidad, la centralidad y la jerarquía; una intervención como sistema simbólico-representativo del ideal ciudadano convertido ahora en retórica de lo cívico. Allí, el valor de lo público y de lo civil es arrancado de la dimensión de lo heterogéneo, de la multiplicidad, del encuentro de superposiciones de lo metropolitano o de la convivencia de lo diferente para reubicarlo en el espacio de la Imágenes 3, 4 y 5

alegoría y la retórica, de la comunión en la homogeneización. Todo su lenguaje vuelve a

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aludir a la autenticidad, la austeridad y la pureza –invocación de aquella ciudad criolla perdida y opuesta a la teatralidad de la Avenida de Mayo– y plantea la identificación plena y unívoca entre sociedad y espacio: una sociedad ordenada, homogeneizada y equilibrada en un espacio también ordenado, homogeneizado y equilibrado, ideal de urbanidad para una porción de los grupos de poder en el proceso de la controvertida modernidad local. Algo que va a ocurrir en el contexto de las transformaciones urbanas entre los años 20 y 30 y de las intervenciones del intendente de Vedia y del reforzamiento de la ciudad central. Refuerzo de la centralidad remarcado por el hito del obelisco como acto fundacional de una elite, de su proyecto y de la relación de fuerzas que pretendía establecer en tanto rito augural de su futuro. El acto celebratorio del obelisco ofrecía una condensación de lo temporal y de dos momentos fundacionales: el del origen de la ciudad como celebración del pasado y el de la fundación de un futuro. Como en el caso de otros personajes de la elite –Borges,

Imagen 6

Marechal– existía en Prebisch la necesidad de fundar las bases de una nueva cultura, en una operación en la que la identidad quedaba determinada por la identidad de la elite. La aseveración de que nuestra situación excepcional de pueblo sin pasado ni tradición nos permite considerar objetivamente las condiciones de la vida actual 8 supone a primera vista la posibilidad de fundar una nueva cultura sin las rémoras del pasado, el de poder efectuarla sobre un vacío. Pero en realidad la pretensión de vacío es lo que le permitirá la arbitrariedad del acto fundacional. Vacío, mito y acto fundacional se articulan para que lo nuevo sea legitimado por la consagración de un pasado idealizado. Fundar un futuro al mismo tiempo que una tradición que a la manera de la fundación mítica borgeana señala el mito de un porvenir sin conflictos y el mito de una autenticidad del origen. Para Prebisch el origen requiere ser incontaminado ya que constituye el recurso para homogeneizar las diferencias y cumplir un propósito didáctico de fuerte contenido elitista: Ahora bien, esta sensibilidad de orden superior, que no es la pequeña inteligencia enjuta y negativa de un pedagogo ni la sensibilidad lacrimosa de un cantor de la luna, esta sensibilidad educada es atributo de pocos.9 Esa ausencia de pasado es lo que constituye una de las dificultades para construir espesor temporal en las culturas aluvionales, aquellas construidas por acumulación de procedencias, que en las sucesivas refundaciones proceden a borrar las huellas de lo anterior. Ya a fines del XIX las iniciativas de Alvear buscaron liquidar el pasado colonial en aras de una fundación de lo moderno. A partir de mediados del ’20, una nueva versión de lo moderno propondría la celebración de un nuevo comienzo.

8 Prebisch, Alberto y Vautier, Ernesto, “Ensayo de Estética Contemporánea”, en Revista de Arquitectura, Buenos Aires, Noviembre 1924.

9 Prebisch, Alberto y Vautier Ernesto, Ibídem. Luis del Valle

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En este recorrido, es nuevamente el concepto de esencia lo que vincula diversas temporalidades, lo que vincula criollismo, clasicismo y modernismo, tradición y modernidad. En varias de sus primeras manifestaciones10 Prebisch declara su adhesión al Espíritu del Tiempo, a cierto discurso heroico de lo moderno, al Zeitgeist de una estética basada en la expresión de lo utilitario y lo productivo que es como en las grandes épocas la expresión justa del estado social de su tiempo 11 Del mismo modo, al decir que se poseían ya las bases técnicas necesarias para marchar sin obstáculos serios hacia una nueva arquitecImagen 7

tura, hacia una arquitectura,12 las referencias corbusieranas traducidas al contexto local resultan evidentes. Pero también como en Le Corbusier, en Prebisch se produce una articulación entre dos corrientes diferentes, aquella ya mencionada del idealismo hegeliano y la del espíritu de la época, legado del historicismo alemán; ideal de belleza intemporal, metahistórica y zeitgeist. La racionalidad ingenieril, las exigencias del cálculo y la producción industrial coinciden en su ideal de perfección con la racionalidad de la forma y la pureza de la creación estética, la eficacia armónica de la máquina coincide con la armonía de la forma esencial. En esta articulación entre idealismo formal y zeitgeist, lo metahistórico, la suspensión temporal, aún el anacronismo, son parte también de lo moderno, que no fuga exclusivamente hacia el futuro. El tiempo en Prebisch es en primera instancia el tiempo del progreso como confianza en el futuro y también en el sentido de una evolución, de ciclos de iniciación,

10 Prebisch, Alberto y Vautier, Ernesto. Fantasía y Cálculo y hacia un Nuevo Estilo., op.cit. 11 Prebisch, Alberto, La Nueva Arquitectura, op.cit. 12 Prebisch, Alberto,. Ibídem. 104

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apogeo y decadencia. Paralelamente implica una suspensión del tiempo en el llamado a esa esencia vista como intemporal que elimina toda particularidad, toda contingencia o provisoriedad de la que está provista la historia. La celebración de un pasado mítico –tanto referido a un espíritu local del criollismo como a un orden universal– junto al ideal de progreso de un tiempo nuevo importan la idea de una suspensión del tiempo que para Prebisch no suponen necesariamente una contradicción y sentimiento de nostalgia; una y otro coinciden en una misma dimensión de un orden compartido, en un visión armonizada

Imagen 8

de tiempo intemporal sin conflictos ni fisuras. En Prebisch el proyecto carece de toda componente experimental o crítica y la arquitectura aparece en una función sanadora, preceptiva y restauradora. El buen sentido y la cordura son cualidades de la virtud y lo verdadero que, como en Vilar, se oponen a lo malsano, ignorante y exhibicionista de toda revolución. Antes que una división entre modernidad local y modernidad europea el planteo aquí es el de una modernidad restitutiva que en todo caso se ajusta a la vez que construye las características de nuestro medio particular. Si el proyecto es más una reflexión y operación intelectual que una dimensión social es que lo social se ha subordinado a los requerimientos intelectuales y culturales de una elite que detenta un saber. En su función sanadora y restitutiva, la arquitectura se propone reordenar y encauzar el caos que ha provocado la propia modernidad. En nuestro caso, el caos, la disolución y la fragmentación fueron las adjetivaciones y juicios de valor por parte de un sector de la elite para con lo cosmopolita. Pero ese cosmopolitismo fue a la vez una pretensión de la elite, atravesada por apetencias de innovación al mismo tiempo que de componentes tradicionales y regresivas de un orden jerárquico de lo social. Cabe resaltar que no necesariamente la llamada autocontención y discreción de nuestro modernismo estético haya expresado –a diferencia de Europa– una escasa relación entre renovación social y renovación artística. Antes bien, será necesario seguir revisando las relaciones entre autonomía y heteronomía que se han desplegado en nuestro medio para seguir construyendo las historias de lo local. Como en el caso de otros contextos13 en buena parte de la cultura porteña lo moderno aparecerá como conciliación, si bien dentro de sus propias particularidades. En tanto no existe una relación lineal entre arquitectura e ideología, lo moderno no implica exclusivamente innovación radical o ruptura sin más. Como ya hemos dicho en otro lado, no

13 García Canclini, Néstor, Modernidad sin modernización, en Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad, Editorial Grijalbo, México, 1990. Esto ya ha sido planteado hace tiempo por García Canclini al proponer una refutación a la idea de que la hipótesis más reiterada en la literatura sobre la modernidad latinoamericana puede resumirse así: hemos tenido un modernismo exuberante con una modernización deficiente. Luis del Valle

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coincidimos en que nuestra modernidad fuese incompleta o imperfecta ya que tal cosa supondría la existencia de una modernidad unidimensional: lo moderno sólo aplicaría a sus componentes críticas, transformadoras o emancipadoras, en base a un vínculo identitario entre forma y compromiso ideológico, entre disciplina y transformación social, entre técnica y progreso. Por el contario lo moderno se caracteriza por sus tensiones irresueltas entre dominio societal y libertad, administración y enajenación, cultura y naturaleza, tradición y modernidad, objetividad y subjetividad o civilización y barbarie. Es más, el propio término de modernidad incompleta o parcial propone una visión muy discutible ya que supone que la modernidad completa no sólo fue societal, cultural y artística sino que además fue liberadora, progresista y democratizante. Nada más irreal. Ese fue tan sólo uno de los filones de lo mejor del proyecto moderno en tanto proyecto emancipador, pero al mismo tiempo la modernidad también incluye enajenación, dominación, desigualdad o disolución. Con lo cual la nuestra no fue una modernidad incompleta porque le faltó una parte de la misma sino que fue completa y pertinente en sus propios aspectos negativos o regresivos. No nos faltó el sistema de producción moderno (a la europea) sino que tuvimos la parte del sistema de producción moderno que resultó funcional a los agentes actuantes y que también era parte de la modernidad. Pensar en una Imagen 9

modernidad incompleta es pensar en términos de una modernidad “buena” o heroica. No existe tal modernidad imperfecta sino una infinitud de modernidades en la que dentro de una de ellas una elite puede incorporar los términos de un repertorio o de una poética, identificarse con temas y representaciones en tanto emblemas de lo nuevo, pero sin haberse producido las transformaciones en el campo social y productivo que otra parte de aquellas tantas modernidades supone. Pensar en las relaciones entre clasicismo y vanguardia acaso no constituya una contradicción ni una contramodernidad, sino una modernidad diferente14. En ese texto de Canclini se citaba otro

14 Así como en Buenos Aires, en innumerables casos de la cultura internacional lo moderno ha sido el campo de debate entre tradición y modernidad, ruptura y conciliación, conciencia y anestesiamiento, disolución y llamado al orden, etc. Baste para ello recordar a figuras como Picasso, Terragni, Le Corbu106

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de Perry Anderson –Modernity and Revolution– en el que se ponía en tela de juicio el rústico determinado según el cual ciertas condiciones socioeconómicas produjeron las obras maestras del arte y la literatura. Canclini concluía que el modernismo cultural no necesariamente expresaba modernización económica y que los movimientos modernistas surgían no donde ocurren cambios modernizadores estructurales, sino donde existen coyunturas complejas, la intersección de diversas temporalidades históricas. La propuesta depuradora y de recuperación de una esencia en Prebisch va a contrastar, en la multiplicidad de comportamientos de la cultura local, con todas aquellas que van a preservar las mezclas, las diversidades o la reunión con lo otro como constituyentes de la identidad. Las superposiciones y suspensiones temporales –ucronía, eucronismo, anacronismo– van a generar distintas estéticas e imaginarios, casi siempre anticipados por la literatura o las artes plásticas, que trabajaron en los cruces de diferencias, los flujos, las viscosidades o las impurezas. En el contexto local, la modernidad va a cumplir diversas funciones, y la experiencia restitutiva de Prebisch va a ser tan sólo una de ellas, diferente a lo aluvional babélico y a lo sincrético: la expansión genealógica en el segundo Borges, los mestizajes de Xul Solar (imagen 9), las articulaciones entre arte y política o las mezclas en Berni (imagen 7), la celebración de la polisemia metropolitana fulgurante y misteriosa en Arlt o Macedonio Fernández, el progresismo socio-político de Acosta. Si en el mestizaje –entendido como pasaje, movimiento, circulación, nunca como fijación– la identidad es un proceso de construcción, en Prebisch la identidad es un ideal a evocar e invocar. Antes que la construcción de la identidad debemos hablar en Prebisch de la determinación de lo identitario. Salidos sobradamente de toda dicotomía reductiva, y en tanto la modernidad apela a todo tipo de articulación para su extensión, nada hay en nuestra modernidad de reflejo condicionado o de la reproducción a la que podían referirse las primeras historiografías. En ella se incorpora, traduce y repropone una preocupación desde un sentido local de lo universal. Como en toda traducción, existe una traición en el sentido de desplazamientos y reposicionamientos de formas y contenidos. El mismo llamado al orden efectuado por Le Corbusier contra la disolución y la fragmentación cubistas, aquí es realizado contra el eclecticismo y la impureza inmigratoria. Algunos de esos ajustes producidos por Prebisch van a ser ese cruce entre el valor ético de una honestidad de lo moderno y el valor de autenticidad de lo esencial de la tierra y la herencia criolla, la idea de una identidad basada en la pureza del origen, los acomodamientos compositivos o sintácticos, las relaciones entre el lenguaje y los requerimientos representativos de la elite o las instituciones, o las articulaciones entre un código figurativo y las particularidades del sistema de producción local, sier, o los debates de éste último con Karel Taige.

Luis del Valle

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resumidamente expuestos hasta aquí. Extraídas del propio discurso de Prebisch, las formas y los valores de lo moderno parecieron ser algo natural, ya propio, absolutamente pertinente a un contexto, no como una asimilación sino como la voluntad inconsciente de una raza. En el oxímoron de una modernidad restauradora pareciera finalmente cumplirse también otro destino, el de la modernidad como campo de acción no sólo de la contradicción sino también de la paradoja y la aporía, de la superación y refutación de sí misma.

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Convivir Barracas Una experiencia de formación en contextos reales de práctica.

La enseñanza de la Arquitectura enfrenta actualmente nuevos desafíos debidos a que los cambios socio ambientales y las necesidades propias de cada comunidad demandan profesionales comprometidos con la realidad y la justicia social. En el marco de su política de Responsabilidad Social Universitaria la Facultad de Arquitectura de la UAI desarrolló el programa Convivir Barracas: una experiencia de formación en contextos reales de práctica. La experiencia tuvo por objetivo formar profesionales comprometidos con la sociedad y las problemáticas ambientales promoviendo el compromiso ciudadano. Se desarrolló en un área del Barrio de Barracas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que presentaba evidencias de degradación ambiental. La metodología de trabajo fue la investigación-acción y la modalidad educativa el aprendizaje y servicio solidario. En una primera fase de trabajo se realizó un diagnóstico socio-comunitario a través de relevamientos, entrevistas y talleres participativos. A partir de allí los alumnos diseñaron propuestas para revertir los problemas diagnosticados. Estas fueron analizadas

Vicenta Quallito & Jorge Fucaracce Profesor titular y asociado de las asignaturas

Problemática de la Arquitectura Contemporánea en FA UAI y directores del proyecto de extensión-investigación-acción denominado Convivir Barracas. Proyecto consensuado de reordenamiento barrial de un sector de Barracas (2009-14). Se agradece especialmente la colaboración del arqto Pedro Pesci, titular de la asignatura Taller de Integración Proyectual 2 y de la Mg. Silvia Mercadé, asesora pedagógica.

con la intervención de las autoridades de competencia confeccionando una propuesta macro viable que fuera debatida en mesas de trabajo con los vecinos a fin de ajustarla a sus necesidades y expectativas. El proyecto Convivir Barracas: una experiencia de formación en contextos reales de práctica ha permitido a los alumnos una participación activa en una problemática social relevante además de convertirlos en dinamizadores del compromiso conciudadano para la superación de problemáticas comunes. La injusticia social dificulta la sostenibilidad de las ciudades. Creemos en esta modalidad como posibilitadora de profesionales sensibles con la sociedad.

Jorge Fucaracce & Vicenta Quallito

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Introducción La compleja realidad social exige la presencia comprometida de profesionales que puedan resolver problemáticas sociales. La Facultad de Arquitectura de la Universidad Abierta Interamericana en el marco de la Responsabilidad Social Universitaria con el objetivo de formar profesionales responsables comprometidos con la defensa de valores y derechos que tengan capacidades para operar sobre la realidad desde una postura humanista y transformadora desarrolló la experiencia de aprendizaje y servicio Convivir Barracas: una experiencia de formación en contextos reales de práctica con el objetivo de promover la participación ciudadana en la solución de problemáticas ambientales. La pobreza, el desempleo, un deficiente sistema sanitario y educativo, conflictos por injusticia social en todas sus manifestaciones, dificultan la capacidad de las ciudades de ser sostenibles ambientalmente. No puede existir armonía ciudadana ni mejoras ambientales, sin el respeto de los derechos humanos y de la paz por lo que en la formación de futuros arquitectos debe contemplarse el desarrollo de habilidades y competencias, y resguardar los valores de las comunidades generando entornos sostenibles. El proyecto de aprendizaje y servicio Convivir Barracas: una experiencia de formación en contextos reales de práctica permite a los alumnos comprometerse con una problemática social relevante y promover la participación de los conciudadanos en la resolución de una problemática social de relevancia.

Fundamentación teórica Las prácticas solidarias en la Educación Superior argentina se desarrollan a partir de marcos teóricos y metodológicos muy variados. El Aprendizaje-Servicio es una propuesta educativa en la que los participantes se forman al implicarse en necesidades reales del entorno social con la finalidad de mejorarlo. Esta es una manera de educar en el compromiso para el ejercicio de la ciudadanía responsable y de la justicia social. La experiencia que se relata tuvo por objetivo formar arquitectos comprometidos que promuevan la participación y el compromiso ciudadano para la resolución de problemáticas socio- ambientales La situación problema diagnosticado en la zona de Barracas vinculaba una problemática arquitectónica con una demanda y una situación conflictiva real y concreta detectada por la vecindad. El aprendizaje-servicio es un programa de servicio solidario protagonizado por los estudiantes que está orientado a atender eficazmente necesidades de una comunidad que es planificada de manera integrada con los contenidos curriculares a fin de optimi­zar los aprendizajes de los alumnos. 110

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Respecto de la conceptualización de este modelo de enseñanza adherimos al pensamiento y reflexión que realizase el Ministerio de Educación respecto de este tema en su publicación El Aprendizaje-Servicio en la Educación Superior. Una mirada analítica desde los protagonistas, que considera que las prácticas de apren­dizaje-servicio se caracterizan por el protagonismo de los estudiantes en el planeamiento, desarrollo y evaluación de proyectos de intervención comunitaria con intencionalidad solidaria, orientado a colaborar eficazmente con la propia población destinataria –o más bien co-prota­gonista– del proyecto en la solución de problemáticas comunitarias concretas. Los proyectos de aprendizaje-servicio se distinguen especialmente por la vinculación intencionada de las prácticas solidarias con los contenidos de aprendizaje y/o investigación incluidos en el currículo. Al involucrarse en la resolución de problemáticas de una comunidad específica los alumnos que participan en proyectos de aprendizaje y servicio abordan problemas complejos y, en diálogo con la comunidad, se establece un espacio de aprendizaje en que le permite reconocer lenguajes y modos de producir conocimientos diversos, describir, investigar y validar conocimientos aprendiendo de los saberes populares. En este sentido, la Universidad no sólo enseña y divulga hacia la comunidad, sino también aprende de ella (EDUSOL, 2005). Tal como afirman Puig et al. (2009) el aprendizaje y servicio es una metodología pedagógica de alto poder formativo ya que integra contenidos, competencias y valores con la realización de actividades de servicio a la comunidad. La experiencia de aprendizaje se nutre de valores de conciudadanía y produce una mejora en la comunidad mediante la provisión de un servicio. Los servicios pueden ordenarse de acuerdo a temas o causas de acuerdo a las tipologías que propone Batlle (2009:88-89). Estas tipologías son las siguientes: acompañamiento a la formación, ayuda próxima, relación intergeneracional, preservación del medio ambiente, participación ciudadana, conservación del patrimonio cultural, solidaridad y cooperación, promoción de la salud, medios de comunicación. Desde la perspectiva del tipo de servicio que brinda el proyecto Convivir Barracas: una experiencia de formación en contextos reales de práctica brinda un amplio espectro de servicios ya que promueve la ayuda próxima de cada uno de los vecinos en busca de una solución a la problemática planteada, promueve la preservación del medio ambiente así como la participación ciudadana, contribuye a la conservación del patrimonio cultural mediante el desarrollo de actividades basadas en la solidaridad y la cooperación. Por consiguiente se puede afirmar que el proyecto convivir barracas abarca casi todas las categorías consideradas por Batlle (2009). En cuanto a la justificación del abordaje arquitectónico resulta indudable que la Arquitectura y la Planificación Urbana pueden y deben evolucionar para aportar herraJorge Fucaracce & Vicenta Quallito

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mientas imprescindibles, encaminadas a salvaguardar el futuro, creando ciudades que produzcan entornos sostenibles y civilizados. La zona del Barrio de Barracas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires donde se realizó la experiencia ha padecido los efectos de un desarrollo urbano no planificado por lo que resultaba prioritario dinamizar las fuerzas comunitarias para establecer acuerdos sobre las problemáticas prioritarias a fin de proponer proyectos arquitectónicos superadores. Planificar una ciudad sustentable requiere de la más amplia comprensión entre ciudadanos, servicios, política de transporte, generación de energía, así como su impacto total sobre el entorno inmediato. Rubén Pesci (2006) considera que todos estos factores deben entrelazarse: el saber de la gente (qué quiere y qué necesita la comunidad), el saber político (entendido no como partidismo sino como quienes toman las decisiones políticas) y en nuestro proyecto incorporamos el saber académico, desde el nuevo rol de la universidad en lo que respecta a la responsabilidad y compromiso socio ambiental comunitario. Para reubicar a las ciudades en el camino de la sustentabilidad, Richard Rogers (2008) considera como punto básico inicial la recuperación de los espacios públicos y el involucramiento del ciudadano en esta recuperación. Cada individuo debe sentir que el espacio público le pertenece y es su responsabilidad, promoviendo una mayor participación ciudadana en la toma de las decisiones para llevar al ciudadano a valorar, respetar y mejorar su propio entorno arquitectónico. La participación es un conjunto de acciones y de técnicas ideadas para garantizar que los hábitats humanos satisfagan las necesidades reales o percibidas de sus habitantes, impulsando el desarrollo local e integrando a la comunidad. Uno de los principales objetivos de la participación es la búsqueda del consenso en el proceso proyectual. Se debe promover la interacción permanente entre los actores intervinientes: comunidad, equipo de proyectistas y órganos o agentes de gestión. Esta interacción genera el conocimiento de las necesidades y demandas de los usuarios creando además compromiso, aceptación, colaboración y mejoras en los proyectos y planes, facilitando el desarrollo del mismo en todas las etapas proyectuales hasta su construcción (Miguel Ruano, 2006). En los procesos tradicionales de crecimiento urbano, los hábitats se construyen para satisfacer las necesidades y deseos inmediatos de sus habitantes sin embargo lo construido por muchos arquitectos y urbanistas no ha logrado cumplir con ese objetivo por no haber contemplado los intereses, preferencias y necesidades de los destinatarios. Esta situación genera en los destinatarios la sensación de desapego y desarraigo que provoca la falta de identificación con el medio y con el hábitat proyectado pudiendo generar problemas sociales serios. Si se considera que se promueve la creación de un hábitat sustentable es indudable que pueda establecerse como un ecosistema equilibrado contando con la disconfor112

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midad de sus usuarios. De acuerdo a lo que sostiene Ian L. McHarg (2000) resulta evidente que los poderes públicos y privados pueden y deben trabajar conjuntamente y de manera complementaria en la puesta en práctica de un plan o proyecto ecológico urbano.

Métodos: Nuestra experiencia pedagógica en la participación La experiencia que se relata se inició en el año 2009 con el objetivo de colaborar con el reordenamiento barrial de una zona de Barracas zona donde se emplazan algunos de los edificios de la Universidad. En respuesta a necesidades y demandas detectadas en la comunidad se trataba de promover la revitalización de un área que presentaba signos evidentes de degradación. Tal como puede verse en la Imagen 1, la Estación del Ferrocarril, Yrigoyen, en plena ciudad de Barracas, presenta signos notables de degradación y de abandono. La construcción de la Autopista 9 de Julio Sur, como puede verse en la imagen 2, generó severas transformaciones y un fuerte impacto sobre la zona y sus habitantes. Demoliciones, mudanzas obligadas, migraciones y abandono de predios propios, se convirtieron en procesos recurrentes en un contexto de pauperización y desamparo de propiedades y sitios de alto interés socio-histórico y estético. Los vecinos expresan que la construcción de la Autopista dividió al barrio en dos sectores: por un lado, la Avenida Montes de Oca con sus departamentos modernos, sus negocios, las iglesias, los bares donde se dan

imagen 1

cita la cultura, el tango; por otro lado, pasando la autopista, las calles tranquilas con casas bajas, como atesorando aún el rastro del pasado. El progreso que implica abrir nuevas y modernas vías de comunicación entre las poblaciones, cuando se planifica descuidando la vida y el patrimonio propio de los lugares puede ocasionar efectos no deseados. Jorge Fucaracce & Vicenta Quallito

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Paradójicamente, Barracas vivió la ruptura en la comunicación al interior de la Comunidad causada por este avance; situación que se vio agravada por el desmejoramiento de la situación económico-productiva y la declinación de la oferta laboral antes protagonizada por las fábricas y los intercambios comerciales. Una zona que contagiaba dinamismo y vitalidad, poco a poco se fue transformando en un sector más despojado y la fuerza y movilidad que antes lo representaba aparecía como esfumada. Los intentos de revitalización que existieron en el barrio no han sido satisfacimagen 2

torios ni perdurables. Intervenciones como las realizadas en la zona costera del Riachuelo, como puede verse en la imagen 3, no han representado mejoras sustantivas para la zona. El débil impacto que han tenido estas acciones puede estar asociado a aislados esfuerzos de transformación; y a una falta de integración entre lo ambiental, lo social y lo económico, aspectos prioritarios que se interrelacionan en un proceso de desarrollo sustentable.

imagen 3

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El proceso de diálogo se inició con algunos representantes de la Comunidad lo que permitió identificar en forma más precisa las necesidades específicas. Comenzó a delinearse la necesidad de impulsar el mejoramiento del lugar y su puesta en valor en diálogo conjunto entre los alumnos participantes del programa y los miembros de la comunidad. La intencionalidad conjunta convergió en la acción participativa que permitió generar acciones para recuperar y re-significar las marcas de identidad y las huellas de pertenencia que unen al barrio de Barracas con sus vecinos. En una primera etapa y, a partir del análisis de experiencias previas de revitalización en el barrio, se planteó la necesidad de trabajar en un proyecto integrador e integrado que permitiera lograr la convergencia entre el impacto educativo en términos de aprendizajes-servicio de los alumnos y el impacto social y solidario de la provisión de un servicio a la comunidad de Barracas. Se realizó la convocatoria a alumnos y se realizó un imagen 4

proceso de capacitación con la participación de profesionales de distintas disciplinas con alta experiencia en temas de participación comunitaria en procesos proyectuales. Los alumnos recibieron formación en análisis documental y estadístico, técnicas de entrevistas y mediación para poder contar herramientas para realizar el acercamiento al entorno comunitario y poder mediar en talleres participativos con los vecinos. Como una primera aproximación los alumnos realizaron un diagnóstico sociocomunitario por lo que se realizó el relevamiento del lugar, se realizaron entrevistas y se realizó un análisis documental. El primer taller se llevó a cabo en un local emblemático de la zona y se convocó a referentes y a vecinos de la zona. Según se advierte en la imagen 4, el taller constituyó una instancia de profundo intercambio generándose consenso en las principales problemáticas socio-ambientales que afectaban al Barrio, trabajándose también en su historia, cultura e identidad. Entre las principales problemáticas reconoJorge Fucaracce & Vicenta Quallito

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cieron que la construcción de la autopista dividió al barrio convirtiéndose en una barrera de cemento que obstaculiza la circulación y constituye un antes y un después la vida del Barrio. Este primer Taller participativo con los vecinos de Barracas realizado en el Bar Los Laureles –Bar Notable de la Ciudad de Buenos Aires– constituyó una instancia de profundo intercambio generándose consenso en las principales problemáticas que afectaban al Barrio. La existencia en la zona de múltiples edificios de depósitos somete al barrio a una alta circulación de tránsito pesado que trasladan mercaderías a los depósitos incrementando el nivel de ruidos y daños de la vía pública. Por otra parte reconocen que existen pocos medios de transporte público en uno de los sectores por lo que perciben en Barracas dos zonas la que tiene medios de transporte y la que no. En palabras de los vecinos: nosotros estamos en el fin del mundo… somos la puerta de atrás del Barracas comunicado. Permanentemente, en el discurso de los vecinos se hace alusión a la relación Barracas / Centro de la Ciudad: estamos cerca, pero lejos de todo debido a la a ausencia de transporte público que ingrese al barrio. Perciben que no son escuchados por las autoridades por lo que valoraron positivamente el taller como un espacio de participación. Si bien los vecinos presentaron una actitud favorable para la realización de mejoras en el barrio acordaron que las mejoras debían lograrse sin perder la identidad del barrio. A partir de este Taller se trabajó en las aulas con docentes y alumnos acerca de las verdaderas necesidades y deseos de los vecinos concluyendo que el principal problema a resolver era mantener la identidad del barrio mediante una re-planificación barrial a nivel imagen 5

infraestructura que contemple el crecimiento poblacional y que unifique el barrio generando canales de comunicación. Se decidió entonces realizar un segundo taller pero esta vez con otro tipo de estructuración ya que se necesitaba contar con datos específicos que como proyectistas nos aproximaran la imagen de Barrio que tenían los vecinos. Se optó entonces por realizar entrevistas individuales en mesas de dos o tres vecinos, entrevistados por los alumnos. Para ello, como se ve en la imagen 5, se realizaron dos talleres de capacitación previos para los docentes y alumnos involucrados en el proyecto con el objetivo de armar el instrumento adecuado para esas entrevistas y para definir estrategias a utilizar. El segundo taller con los vecinos se dividió en dos partes, en una primera instancia se realizaron las entrevistas en pequeños grupos como puede apreciarse en la imagen 6 y en una segunda instancia se planteó un debate general entre los participantes a partir de una

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presentación multimedia. Se buscó promover el debate en torno al uso de los espacios públicos y las posibles áreas de intervención deseable en función de la máxima densidad de edificación posible de acuerdo al código vigente. El taller contó con una amplia aceptación por parte de los vecinos y se mostraron ansiosos por contar con propuestas concretas. Con la información recabada los alumnos realizaron un taller de diagnóstico comunitario con la participación docentes especialistas de la universidad y se identificaron zonas de conflictos y potencialidades del área. Se pudo observar la existencia de barreras urbanísticas de Barracas que dificultan la comunicación con los barrios vecinos. Además coincidieron en la preocupación por temas como la inseguridad, la ocupación de viviendas, la baja actividad comercial y la mala cobertura del transporte público que afectan profundamente al área.

imagen 6

Por otra parte la zona tiene como potencialidades la cercanía con el centro de la ciudad y su conexión directa con zonas de acceso a la periferia de que favorecería el tránsito de zonas. También existen en la zona edificios con valor patrimonial que son referencia histórica y cultural del barrio y que era preciso conservar en valor. En una etapa posterior y contando ya con zonas de intervención concretas en el Barrio se llamó a concurso a los alumnos para presentar ideas y propuestas que planteen soluciones creativas que dieran respuestas a las necesidades de los vecinos. Las propuestas debían realizarse con un enfoque de sustentabilidad ambiental entendiéndola en un sentido amplio que contemplara la perspectiva urbana, social y natural y debía desarrollar una serie de soluciones innovadoras a los problemas detectados en el trabajo de base sobre este sector de Barracas. El jurado evaluador estuvo constituido por académicos destacados, representantes del Gobierno de la Ciudad y representantes de los vecinos con lo que se aseguraba la participación de todos los sectores involucrados en la elección de la mejor y más representativa propuesta. Una vez finalizado el concurso, se desarrolló como registra la imagen 7, un workshop en el que vecinos, alumnos, docentes, y equipo interdisciplinario del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, trabajaron en conjunto, de manera consensuada, en una propuesta que abarcó todas las escalas analizadas y necesarias para una propuesta urbanoterritorial sustentable. Los proyectos debían tener en cuenta o propender al logro de la eliminación de barreras urbanas para transformar la situación negativa (corte, ruptura, segregación, aislamiento, abandono) en positiva (integración, desarrollo, calidad de vida, etc.). La cuestión de Jorge Fucaracce & Vicenta Quallito

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la integración dentro del barrio y en relación con la ciudad resultaron aspectos cruciales del desarrollo de los proyectos, no sólo superar físicamente barreras arquitectónico-urbanísticas sini proponer usos y actividades de fomento a la integración ciudadana. También los proyectos debían dirigirse a potenciar el encuentro barrio-barrio y barrio-ciudad. Incluso en el caso del sector del Riachuelo, fomentar la peatonalidad y el uso del espacio público y el uso del transporte público. El potencial de desarrollo urbano de estas zonas de Barracas es muy alto si se mejora la calidad de los espacios públicos y si se Imagen 7

favorece su accesibilidad social generalizada.

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Los proyectos también debían ser de bajo impacto ambiental o bajo consumo energético por sus soluciones tecnológicas, arquitectónicas, paisajísticas urbanísticas y orientados a atender a la generación de espacios para la integración entre clases sociales, géneros, culturas u otro tipo de grupos, asi como ayudar a generar programas innovadores capaces de ser autosustentables en sí mismos o que ayuden al desarrollo del sector, siempre en el marco de la sustentabilidad. El workshop que ilustra esta imagen 7 refiere al desarrollo de una jornada de trabajo en el Centro Metropolitano de Diseño en el que alumnos, docentes y un equipo interdisciplinario del Gobierno CABA trabajaron en conjunto para acordar en una propuesta integradora que abarcó todas las escalas analizadas y necesarias para una propuesta urbano-territorial sustentable. Durante el año 2013 se confeccionó la documentación requerida para realizar la presentación ante el Director General de Planeamiento de la Subsecretaría de Planeamiento perteneciente al Ministerio de Desarrollo Urbano del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con el objetivo de iniciar las acciones de mejora. El proyecto de Aprendizaje y Servicio constituyó una experiencia valiosa desde la perspectiva de la justicia social ya que permitió promover la participación ciudadana en la solución de problemáticas comunes, permitió vehiculizar las expectativas de sectores de la ciudad relegados y promovió aprendizajes de trabajo conjunto y asociado para los alumnos, docentes, vecinos y funcionarios que puede ser un antecedente para replicarse en otros casos.

Conclusiones La ampliación del campo de acción en las incumbencias que enfatizan la formación ética, la responsabilidad política, social y ambiental del futuro arquitecto, ha generado en su formación profesional, la necesidad de diseñar nuevos enfoques en la enseñanza de la arquitectura. Las prácticas profesionales actuales reconocen escenarios y formas de acción que dan lugar a la participación diversa y múltiple del arquitecto, como así también un cambio en el modo de pensar y de actuar proyectualmente. La experiencia pedagógica que se relata encuadrada en la modalidad de aprendizaje y servicio, ha provocado en nuestros alumnos y en la comunidad resultados positivos y de gran compromiso mutuo. El protagonismo de los estudiantes en el planeamiento, desarrollo y evaluación del proyec­to, las actividades de servicio solidario orientadas a colaborar eficazmente con la solución de problemáticas comunitarias concretas, como así también la vinculación intencionada de las prácticas solidarias con los contenidos de Jorge Fucaracce & Vicenta Quallito

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aprendizaje, permitieron que los estudiantes vivencien en contextos reales la práctica de un rol del arquitecto con un alto y profundo grado de compromiso y de justicia social. El proyecto permitió que los alumnos fueran promotores del diálogo y del logro de acuerdos entre los vecinos además de facilitar el acceso a las autoridades Municipales devolviéndoles la voz, ya que las propuestas de mejoras acordadas fueron elevadas para motorizar su concreción. Esto es especialmente valioso en especial si consideramos que los vecinos por pertenecer a sectores postergados de la sociedad no contaban con capacidad de demanda a las autoridades. El proyecto ayudó a que los alumnos fueran movilizadores comunitarios y los involucró como profesionales en la solución de problemáticas comunitarias en pos de una reivindicación social justa y equitativa. La pobreza, el desempleo, un deficiente sistema educativo y sanitario, los conflictos y la injusticia social en todas sus manifestaciones, dificultan la capacidad de las ciudades de ser sostenibles ambientalmente. No puede existir armonía ciudadana ni mejoras ambientales, sin el respeto de los derechos humanos y de la paz, por ello creemos, a través de nuestra experiencia, en el aprendizaje y servicio como posibilidad de generar profesionales responsables, activos y comprometidos de manera sensible con la sociedad.

Referencias Battle, R., El servicio en el aprendizaje y servicio, en Puig, J. (Coord.) et al, Aprendizaje servicio, educación y compromiso cívico, Grao, Barcelona, 2009. McHarg, I., Proyectar con la naturaleza, GG, Barcelona, 2000. Ministerio de Educación, El Aprendizaje-Servicio en la Educación Superior. Una mirada analítica desde los protagonistas, Buenos Aires, 2008. Ministerio de Educación, Aprendizaje y servicio solidario en las organizaciones de la sociedad civil. Actas de la Primera Jornada Abierta para OSC del campo educativo, Buenos Aires, 2007. Ministerio de Educación, Itinerario y herramientas para desarrollar un proyecto de aprendizaje-servicio,

Buenos Aires, 2007.

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Convivir Barracas. Una experiencia de formación en contextos reales de práctica.


Touraine, A., Un nuevo paradigma para comprender el mundo de hoy, Paid贸s, Buenos Aires, 2006. Ruano, M., Eco urbanismo. Entornos Humanos Sostenibles. 60 proyectos, GG, Barcelona, 2006. Zevi, B., Saber ver la Arquitectura, Ap贸strofe, Barcelona, 1998.

Jorge Fucaracce & Vicenta Quallito

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La casa oks y el programa de las case study houses

Antes de la explosión que causó Internet en el campo de la información, la difusión de

Luis Márquez

las ideas y de la producción en la arquitectura estaba ligada a las líneas editoriales de las

Profesor de Historia de la Arquitectura en la

publicaciones especializadas y aun así, si lo que se difundía no producía el eco apropiado

Facultad de Arquitectura UAI y Director del

en el público al que dichas publicaciones estaban dirigidas, era posible un cambio o repen-

proyecto de investigación Las Case Study

samiento en las líneas editoriales y sin duda las experiencias y las ideas que sustentaban a

Houses: Estudios de Casos (2012-3).

éstas, se quedaban sin canales apropiados de difusión. De esta forma muchas operatorias en el campo de la proposición en la arquitectura que respondían estrictamente a la ortodoxia del momento pasaron sin relevancia alguna para muchos sectores del público especializado, otras influyeron indirectamente en el hacer de la arquitectura, pero hoy no se las puede reconocer como antecedentes de la proposición y la producción de nuestros días, a causa quizás, de su falta de relevancia en los medios gráficos y de publicación y difusión en general en su momento. Las llamadas Case Studies Houses (CSH), quizás sean un ejemplo de ello en nuestro medio, incluso es posible que más de una obra en Argentina tenga algún rasgo de pertenencia o de descendencia directa con ellas y por supuesto es más que posible que una obra relevante en nuestro medio, ligada de alguna manera a las CSH sea la muy famosa casa Oks en la localidad de Martínez, provincia de Buenos Aires, obra del arquitecto catalán Antonio Bonet. Las Case Study Houses, en su forma de difusión en el mundo, es muy posible que hayan contribuido a propagar una estética antes que las ideas básicas que sustentaron su operatoria, esa estética era la más apropiada a la época y el lugar en que surgieron ellas (Los Ángeles entre 1945 y 1966) y cuando esta estética dejó de tener vigencia y comenzó a ser desplazada por otras formas de ver y pensar la arquitectura, marcó el término de la construcción de las viviendas CSH y por supuesto, tronchó toda continuidad y posibilidad de descendencia, incluso en Los Ángeles, que es de alguna manera la más apropiada ciu-

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dad para este tipo de experiencias, en función de su historia y del lugar que en el futuro de EE.UU. le estaba reservada. Por otra parte, la experiencia CSH se vincula con los muy escasos intentos de rediseñar una vivienda de acuerdo a la lógica innovativa de la tecnología, asociando como nunca la arquitectura al industrial design y más específicamente a las novedades devenidas de las industrias aérea y automovilística, que precisamente en California, sobre todo la primera y también el sector dedicado a la industria armamentística tuvo gran impacto en el recambio tecnológico y de las estéticas apenas acabada la II Guerra Mundial, que es prácticamente el momento de surgimiento de la experiencia CSH. Además algunos diseñadores claves del grupo CSH como Ralph Rapson o Charles Eames tuvieron mucho éxito e incidencia en el desarrollo de objetos de mobiliario con muy alta fortuna en su extensísima reproducción industrial, algunas de ellas incluso todavía en producción como también fue el caso del por entonces ya célebre arquitecto Eero Saarinen, a la vez codiseñador con Eames de la CSH 9 –casa que ocuparía el promotor e Imagen 1

impulsor principal de esta experiencia, el publicista John Entenza- y autor de varios diseños de autor en piezas de mobiliario.

Breve historia de las CSH: En 1945 ante la idea de la repatriación de las tropas estadounidenses que participaron en la segunda guerra o que estaban ocupando a los países vencidos en ella, surge la necesidad de dotar de vivienda a los muchos cientos de miles de hogares que los jóvenes vueltos a la patria formarían o que ya habían formado en el extranjero (Inglaterra, Francia, Italia, Alemania, Australia y fundamentalmente Japón) así la industria norteamericana podría reemplazar los motivos de producción de guerra con motivos pacíficos a modo de reconversión para el tiempo de paz. Empresas relevantes de la época, como la General Electric, que había participado activamente de la producción de armamentos, acabada esa faceta del mercado, se replantea su perfil productivo y uno de sus flancos de interés era la contribución a la tecnologización –fundamentalmente basada en artefactos eléctricos– de la vivienda familiar (Imágenes 1 y 2). Incluso la GE publicará piezas de propaganda en los medios de difusión en que se presenta interesada en proveer idealmente viviendas a los ex combatientes casi de una manera que debía equipararse a la producción automovilística, con alta tecnología, bajo costo relativo, altas prestaciones funcionales y construcción en seco, industrializada y realizada en tiempos muy cortos. 124

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La Casa Oks y el programa de las Case Study Houses


La primera forma que asume la concreción de la idea de proveer nueva vivienda individual después de la II Guerra son las grandes conurbaciones que se generan en las ciudades norteamericanas, fundamentalmente en California y precisamente en su costa oeste, a manos de grandes empresas constructoras que de común acuerdo con los desarrolladores urbanos, llamados popularmente Tykoon construyeron inmensos barrios de viviendas seriadas, en base a uno o dos modelos que se repetían hasta el cansancio. Así el barrio de viviendas Lakewood Park, en las afueras de Los Ángeles, uno de estos desarrollos, contó con 170000 viviendas, aunque estos fueron grandes emprendimientos urbanos en los que el diseño y la calidad de vida

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perdieron su importancia frente a la renta de las empresas y los desarrolladores y frente a los tiempos de entrega muy acelerados necesarios para generar una rápida y eficaz respuesta. Ante esta situación John Entenza, dueño y editor de la revista Arts & Architecture, entre 1938 y 1962, propone en el ’45, antes del fin mismo de la II Guerra, un trabajo de investigación y producción de viviendas con el doble fin de dar respuesta a la necesidad social así planteada y de aprovechar las grandes capacidades de la industria de la costa oeste, que fundamentalmente, durante la guerra y en la ciudad de Los Ángeles, estuvo ocupada en el desarrollo tecnológico y la producción aeronáutica como parte del esfuerzo bélico estadounidense. El planteo contemplaba el diseño y la producción de viviendas a modo de manifiesto poniendo en relevancia cómo la arquitectura moderna estaba en capacidad para resolver, si perfectamente planteadas las necesidades básicas, la problemática de la vivienda para las familias estadounidenses de la postguerra y de paso establece una novedosa forma, por así decirlo, para que la arquitectura moderna pueda concebir la solución de los problemas planteados por las ciudades modernas, ya no desde cero y en forma integral, haciendo caso omiso de la ciudad preexistente, como en la exposición de la Deustcher Werkbund en la Weissenhof, Stuttgart de 1927, sino caso a caso, de allí el nombre del experimento: Estudio de Casos. La idea era que estudiando uno por uno los casos que se presentaran, de ellos se pudieran extrapolar conclusiones de Luis Márquez

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validez general para ser aplicadas a todas las situaciones iguales o equivalentes, con lo que surge de esta forma una operatoria que genera objetos modélicos que si bien no son exactamente prototípicos, brindan la posibilidad de copiar la operatoria en sí o la metodología con que se encara el diseño. El resultado es una serie de casas manifiesto, que no tan solo muestran una forma de encarar una determinada realidad social desde el diseño, sino que además ponen de manifiesto el estado del arte de la industria del sector en el área de la ciudad de Los Ángeles. Entre 1945 y 1966 se construyeron así 36 viviendas en la modalidad de las CSH

Imagen 3

y los nombres de los arquitectos diseñadores Imagen 4

de estas experiencias son muchos pero los más conocidos fueron Eero Saarinen, Charles Eames, Pierre Koenig, Craig Ellwood, Raphael Soriano, J. R. Davidson y por supuesto Richard Neutra entre otros. Las viviendas así construidas se conocen siempre con un número, CSH 1, CHS 2… etc. y las más conocidas de ellas son las casas que diseñó el matrimonio de Charles y Ray Eames para sí mismos en el suburbio de Pacific Palisades en 1945 (Imagen 3) que se denominó CSH8 o la Eames junto a Saarinen diseñaron en el mismo año como la CSH9, destinada a vivienda del editor Entenza (Imagen 4). También fueron relevantes varios proyectos de Craig Ellwood como la CSH16, en el suburbio de Bel Air, de 1947 (Imagen 5) o los varios trabajos de Richard Neutra, en especial la CSH 20 o Bailey House diseñada en 1947 (Imagen 6) y los trabajos de Pierre

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La Casa Oks y el programa de las Case Study Houses


Koenig que quizá llevan esta experiencia a su máxima performance tecnológica y potencia estética y expresiva además de revisar drásticamente la flexibilidad de las plantas , la transparencia de sus envolventes y la multifuncionalidad de sus espacios como lo formularía en la CSH21, en West Pacific, de 1958 (Imagen 7) y muy especialmente en la que quizá fue la máxima expresión de la serie, multiplicadamente mostrada en fotos y en locations cinematográficas, la CSH22 o Stahl House, en Hollywood Hills, de 1959 (Imagen 8), de la que destaca su organización casi aérea alrededor de una piscina o la célebre y dramática fotografía del living cuyo extremo vuela en voladizo sobre la abrupta ladera de implantación y que parece flotar con Los Ángeles debajo.

La relación entre las CSH y la prensa especializada: El nacimiento de las CSH es de la mano de los medios de difusión gráficos, específicamente la revista especializada Arts & Architecture, editada entre

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1911 y 1966, (Imagen 9), que implementa la convocatoria que da lugar al nacimiento de este programa de viviendas manifiesto, pero es probable que al ser la idea de este medio, no haya producido el eco suficiente en los otros medios gráficos del país. La primera revisión crítica o histiográfica tiene lugar en Los Ángeles en 1962 con

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el libro1 escrito por Esther McCoy si bien se siguen construyendo CSH durante 4 años más, lo que hace pensar que en USA para comienzos de los ‘60 ya se daba por concluida la experiencia. Es significativo indicar que la crítica e historiadora McCoy fue altamente reconocida como la más importante de la West Coast, impulsora de numerosas actividades culturales y de investigación. McCoy es quién estudia el famoso dibujo de la CSH 4 –la Greenbelt House– en el que su diseñador Ralph Rapson, condensa la utopía optimista de este movimiento al esbozar su casa en la que la dueña de la misma está colgando la ropa en un tendedor exterior mientras su aparente pareja la

1 Mc Coy, E., Modern California Houses: Case Study Houses,Reinhold,New York, 1962. Reimpreso bajo el título Case Study Houses, Hennessey and Ingalls, Los Angeles,1978. McCoy también editó el libro Craig Ellwood (New York: Walker & Company, New York, 1968, reimpreso por Hennessey and Ingalls, Los Angeles, 1998.

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saluda, yéndose al o volviendo del trabajo, desde un personal helycopter que sobrevuela la vivienda. Más recientemente la editorial alemana Taschen edita dos volúmenes –uno en el formato de la colección 25, con motivo de la conmemoración de los 25 años de la firma editorial que cuenta con 400 páginas2– y otro en modalidad económica con el obvio motivo de la difusión de la operatoria de las CSH. En la década del ‘50 son muchas las revistas, fuera de los EE.UU. que editaban artículos sobre una u otra de las viviendas CSH, la lista incluye un número de la revista argentina Nuestra Arquitectura del año 1957, lo que demuestra que el programa no era desconocido en nuestro medio.

La obra de Antonio Bonet en Argentina: Imgen 7

La producción del arquitecto catalán Antonio Bonet y muy especialImagen 8

mente las viviendas proyectadas por él en Argentina y en Uruguay es muy conocida, tanto como sus vinculaciones con los círculos modernos catalanes y posteriormente con Le Corbusier y el CIAM. Destacan, desde luego, las casas resueltas con bóvedas catalanas, la primera en la calle Güemes en la ciudad de Martínez, la más famosa de todas, la casa Berlingieri en Punta del Este, o la última de ellas, la casa La Ricarda –propiedad del arquitecto Ricado Gomis, co-diseñador del proyecto– cercana a Barcelona, de 1953 (Imagen 11). Casi toda su producción doméstica asume las características propias de esa forma constructiva, es en realidad una arquitectura muraria, su expresión se basa en la presencia volumétrica, sin embargo, dentro de su extensa producción una vivienda destaca y se diferencia del resto por sus características distintivas y únicas en la obra doméstica del arquitecto: es la casa Oks en Martínez. La casa diseñada en 1953 para un indus-

2 Smith, E., Case Study Houses: The Complete CSH Program 1945-1966, Taschen, Köln, 2002. 128

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La Casa Oks y el programa de las Case Study Houses


trial de la época –que había visitado sus obras de Punta del Este– se emparenta con otras dos obras de Bonet, el pabellón de Cristalplano y en parte con Solanas del Mar en Punta del Este y sus características recuerdan a las grandes viviendas de Mies y sobre todo a la casa Schminke de Hans Scharoun de 1930 (que es una caja metálica aunque con ciertas redondeces, no un estricto prisma como el objeto de Bonet, resuelto con perfiles metálicos doble T) no en su resolución general sino más en su aspecto exterior, grandes paños vidriados, estructuras metálicas vistas y la sugerencia de plantas resueltas con el concepto del espacio fluido tan en boga en el momento. Las mismas influencias tienen, por aquel entonces, las CSH que en Los Ángeles se desarrollan en forma continua y sin descanso desde 1945 y que seguramente Bonet conoció por las publicaciones norteamericanas, por la difusión en Nuestra Arquitectura y también por su contacto directo con Neutra quién visitó Argentina varias veces, la primera de ellas en 1945.

Un punto de unión: Ambas experiencias, entonces, abrevan en las mismas fuentes, pero pensar que las CSH

Imagen 9

californianas son una mera extensión estilística o una continuación del temprano modernismo alemán de los ‘30 es una gran simplificación y sin duda una idea inexacta. De todas formas pueden encontrarse influencias mutuas entre la arquitectura de las CSH de Richard Neutra y la obra basada en el uso de las bóvedas de Bonet, que por otra parte, remiten a la experiencia media del Le Corbusier más regionalista. Le Corbusier también estuvo presente de manera indirecta en otro paso más de la evolución de las bóvedas tabicadas, la llamada cerámica armada de Eladio Dieste, que supuso un resurgir moderno del sistema en Latinoamérica, aunque de la mano de Dieste discurrió por otros derroteros. En 1937 llega al estudio de Le Corbusier el joven Antonio Bonet que acaba de egresar. Dos años después Bonet deja el estudio y se traslada a Argentina. En su proyecto de 1941 para la casa Martínez en Buenos Aires se puede apreciar cierta analogía con la propuesta para la casa Jaoul, aunque fue construida con bóveda de hormigón armado. Después de construir la casa Martínez, hacia 1945 le encargan un centro turístico en Punta Ballena, Uruguay, donde se situará la Casa Berlingieri. Buscó un colaborador Luis Márquez

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Imagen 10

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local para hacer la estructura y encontró en Eladio Dieste una persona afín, quién asiste al desarrollo de estos proyectos abovedados. La mejor experiencia de Le Corbusier en bóvedas será en las Maison Jaoul, construidas cerca de París, en Neully sur Seine en 1954 y quizá hasta allí llegue la influencia de Bonet –asociado a las ideas constructivas de Dieste– sobre el maestro suizo indicando tal vez relaciones algo más complejas que la supuesta inexorabilidad de una sola dirección de influencia desde lo central a lo periférico. La casa Oks se desarrolla, en su condición casi de única experiencia en ese sentido (salvo el previo pabellón Cristalplano que en realidad era una obra efímera para una exposición) con rasgos muy similares en sus resoluciones a la experiencia californiana pero en un sentido contrario –y dado que Neutra había visitado las obras bonetianas uruguayas– la embajada de USA en Karachi, la capital pakistaní, que Neutra proyecta en 1961, muestra la influencia inversa en

imagen 11

sus bóvedas (Imagen 10). Las vinculaciones parecen esquivas al entendimiento, sin embargo cuando Solanas del Mar se inaugura, Bonet recibe la visita in situ de Neutra que en forma expresa viaja a Punta del Este para conocer al maestro catalán y volvería a hacerlo para conocer la casa Berlingieri, obra que finalmente vincularía a tres personajes fundamentales como son Bonet, Neutra y Eladio Dieste que siendo el calculista de la obra del catalán y por pedido de éste, desarrolla el concepto de la cerámica armada por el que sería luego ampliamente reconocido y también admirado por Neutra.

Ideas principales de la experiencia CSH La difusión de las ideas de arquitectura fueron históricamente de la mano de las líneas editoriales de los medios gráficos de difusión y la experiencia CSH resulta de un esfuerzo concreto de difusión inspirado en la acción de Entenza y su voluntad de asociar arte y arquitectura (como titulaba su magazine) y de vincular la obra de algunos vanguardistas americanos como Ellwood, Soriano, Rapson, Eames o Koenig que de alguna manera elaboraban el legado racionalista alemán (de los exiliados Mies, Gropius y Breuer –y Saarinen, hijo del exiliado Eilel– o de los vieneses Neutra y Schindler afincados en Los Ángeles) asociándolo a las posibilidades tecnológicas emanadas de la reubicación de las viejas industrias bélicas luego del conflicto y alimentando la ilusión de progreso técnico y social que permea el ambiente cultural norteamericano de la inmediata posguerra. Sin embargo y fuera de tal situación general originaria es probable que la difusión mundial de las CSH –por otra parte, algo retardada–, haya propagado más un concepto estético que las ideas que le dieron lugar y en las que se basaban, más una idea Luis Márquez

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de estilo asociado al imaginario fashion que por otra parte se ocupaba de divulgar el cine de Hollywood que de una aportación profundamente transformadora de la idea de obra única de base artesanal que domina la producción de la modernidad. Algunas ideas inscriptas en la experiencia CSH quedaron quizá frustradas pero merecen ser rescatadas e investigadas como la búsqueda de un economía emergente de la aplicación de alta tecnología derivada de la investigación y el desarrollo de las industrias de guerra, la intención de una irrestricta respuesta a una nueva realidad social emergente, fundamentalmente en la Costa Oeste y Los Ángeles en especial con mucha fé en los desarImagen 12

rollos tecnológicos como medio de encarar y resolver los problemas del habitar del futuro y obtener nuevas y generalizadas respuestas a las emergentes necesidades sociales de la mano de los desarrollos tecnológicos, fruto de lo cual debería surgir una arquitectura acorde a los tiempos.

Las ideas de la obra doméstica de Bonet Imagen 13

La obra de Bonet que se articula con el ideal de progreso técnico-expresivo basado en la innovación de materiales y procesos –la obra de Bonet más miseiana que corbusierana por decirlo simplificadamente- es prácticamente la casa Oks, de 1957– apenas antecedida por el proyecto de Cristalplano para la Exposición del Sesquicentenario de 1960 y que solo volvería a reditar en parte, ya en su regreso a Barcelona, en el Canódromo de Meridiana, de 1961 (Imagen 13)- muy probablemente deba mucho de su diseño a las casas CSH o a la vinculación entre Antonio Bonet y algún diseñador norteamericano de las CSH, presumiblemente Richard Neutra, con quién se vio en varias ocasiones en los viajes de Neutra a Sudamérica. Fuera de esas escasas experiencias singulares( y quizá frustrantes, pues por ejemplo, la casa Oks no gozó del afecto de sus propietarios) la arquitectura doméstica de Bonet es muy homogénea y más vinculada al tono mediterráneo de base corbusierana y en sus trabajos rioplatenses se estructura en base a la resolución de componentes o porciones edilicias modulares cubiertas con bóvedas catalanas, lo que marca una búsqueda a lo largo de toda su última etapa que consistió en la integración espacial en las plantas, pese a la fuerte segregación propuesta por la solución estructural, búsqueda que culmina en la catalana casa La Ricarda luego del período americano de Bonet.

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Luis Mรกrquez

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Estudios sobre la Sustentabilidad

roberto ferรกndez

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El espacio de transición como motor de aprendizaje sobre el desempeño ambiental del habitat residencial

Este trabajo tiene por objetivo transmitir la experiencia didáctica realizada en el marco del

Ana M. Compagnoni

proyecto de investigación trienal de la asignatura Ambiente y Arquitectura, orientado a pro-

Profesora Titular de Ambiente y Arquitec-

fundizar el conocimiento sobre el rol bioclimático de espacios de transición en desarrollos

tura en FA UAI y titular del proyecto de in-

habitacionales. La experiencia docente previa ha permitido detectar cierta dificultad pro-

vestigación Arquitectura vernácula y pautas

yectual al definir el rol de estos espacios como filtro ambiental entre interior y exterior; sus

de sustentabilidad para la vivienda social

características formales y constructivas relacionadas. Luego de la experiencia realizada en

(2009-2012). Se destaca la colaboración de la

proyectos anteriores sobre arquitectura vernácula en diferentes regiones del país, se selec-

Auxiliar-Docente Arq. Carla C. Serafini como

cionaron tres espacios de transición, característicos de zonas bioclimáticas diferenciadas, a

ayudante de cátedra así como la participa-

fin de evaluar su desempeño bioclimático según tres variables de interés para el diseño de

ción de los alumnos de Ambiente y Arquitec-

conjuntos habitacionales de pequeña y mediana escala. Los resultados obtenidos durante

tura 2012 que han aportado material para el

el primer año permitieron sacar conclusiones sobre la incidencia de la variable formal en el

desarrollo de este trabajo.

desempeño de las tipologías estudiadas y proponer ajustes sobre la metodología aplicada.

Introducción al tema de la Transición La experiencia realizada en los 10 años de vigencia de la asignatura Ecología y Medio Ambiente, actualmente Ambiente y Arquitectura, permitió observar una marcada tendencia de los alumnos a resolver el diseño de conjuntos residenciales a partir del desarrollo de una unidad para luego proponer como conjunto el simple adosamiento entre las mismas, este procedimiento, se verifica también en la mayoría de los desarrollos habitacionales destinados al hábitat popular, donde el estado como gestor de los mismos ha promovido proyectos que se limitan a resolver una cantidad de m2 de superficie cubierta y todo computo que exceda la misma es considerado un desperdicio y un costo adicional injustificado, sin considerar los beneficios que esos metros de superficie semicubierta puedan aportar a la

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calidad final de la vivienda en función de su localización. Esta modalidad no es ajena a los desarrolladores privados cuando de vivienda económica se trata. Estas prácticas proyectuales, devienen habitualmente en dificultades para resolver los intersticios entre las partes, por desconocer las interrelaciones que se establecen en esas interfaces entre el adentro (hábitat construido) y el afuera (entorno). Sin embargo, desde el punto de vista ambiental, la idea de conjunto debería remitir conceptualmente a la idea ecológica de sistema integrado donde el conjunto debería ser más que la simple sumatoria de partes en términos de confort, habitabilidad y eficiencia energética. Por otra parte, un espacio de transición debería resolver aspectos de la relación entre lo público y lo privado que condicionan tanto la forma y materialidad de su envolvente como su funcionalidad, aspectos que deben integrarse al rol ambiental del mismo. Con estas inquietudes por resolver los problemas de habitar, surgieron los objetivos generales que pretende reforzar la asignatura desde esta práctica de investigación en el grado y que apunta a fortalecer aspectos de la práctica profesional en el paradigma de la sustentabilidad:

- Promover el ejercicio proyectual integrado a acciones de verificación tanto a escala de unidad como de conjunto para reducir el impacto del hábitat construido sobre el ambiente.

- Capacitar al alumno en procedimientos de investigación conducentes a mejorar la práctica profesional para brindar mejor calidad de vida a los usuarios de los edificios

- Profundizar el estudio en espacios intermedios como sucesivas interfaces de amortiguación entre las condiciones ambientales del entorno y el interior de las viviendas-

Retomando el concepto de edificio como sistema de energía, un conjunto habitacional debería beneficiarse de las buenas practicas proyectuales aplicadas en forma sistémica a una totalidad y donde la modificación de una de sus partes afecta necesariamente al todo. Con tal preocupación y teniendo en cuenta el carácter de indefinición o indeterminación que caracteriza a los espacios de transición, donde múltiples variables interaccionan entre sí, surge la pregunta globalizadora que sintetiza el problema que da origen a esta investigación: ¿Qué rol ambiental tienen esos espacios de transición para las diferentes zonas climáticas del país? Asimismo y como complemento de ese interrogante inicial surgen las siguientes cuestiones que motivan y dan fundamento a la indagación: 1. ¿Cómo conceptualizar la transición en las diferentes latitudes de nuestro país para

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el hábitat residencial y cuáles son las escalas o umbrales a considerar? 2. ¿Cómo medir la calidad ambiental que otorga un espacio de transición? 3. ¿Qué incidencia tienen las diferentes variables de diseño de los espacios de transición en la calidad ambiental de conjuntos habitacionales de baja y media densidad?

Metodología En respuesta a esos interrogantes surgieron las hipótesis que guían el desarrollo del trabajo:

- El conocimiento del desempeño bioambiental de los espacios de transición permite lograr agrupamientos más ajustados en su respuesta al clima.

- La calidad ambiental de los conjuntos habitacionales depende en gran medida de las variables de forma, materialidad y permeabilidad de sus espacios de transición.

- La complejidad de escalas o umbrales de transición en conjuntos residenciales están fuertemente condicionados por los factores ambientales dominantes.

A fin de poner a prueba las hipótesis planteadas se definieron los siguientes objetivos para el desarrollo del proyecto de investigación correspondiente al Plan Trienal vigente. Estos objetivos respondes a etapas específicas dentro del plan de desarrollo propuesto. Etapa 1: Investigativa

- Analizar tipologías de espacios de transición característicos de tres regiones diferenciadas del país (cálido-húmedo / frío-ventoso / seco de altura) clasificándolos según las variables de Forma-Materialidad-Permeabilidad de su envolvente Etapa 2: Experimental-Analítica

- Evaluar el comportamiento bioclimático (según condiciones de sol y viento) de los tipos seleccionados y su incidencia en la vivienda aislada y el conjunto Etapa 3: Síntesis

- Producir un registro clasificado de los espacios de transición según los diferentes climas analizados y su potencialidad de aplicación al desarrollo de conjuntos de escala intermedia. La metodología planteada es común para todas las variables, adaptándose en cada ciclo la

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forma de verificación y valoración de la variable a verificar así como la forma de registro del análisis correspondiente.

Metodología

Selección de casos de estudio

En base al estudio de los rasgos dominantes del clima y los registros de arquitectura vernácula de la zona

Determinación de Criterios de análisis y verificación

Según condicionantes de confort exterior se establecen parámetros de evaluación de los casos de estudio

Desarrollo de modelos analógicos

Desarrollo de alternativas de conjuntos para cada clima

Ensayos bioclimáticos de Sol y Viento Registro y verificación de estrategias

Conclusiones con lineamientos de diseño ambiental para conjuntos habitacionales de pequeña escala

Los casos de estudio A fin de abordar este tema desde una perspectiva ambiental y provechando los avances realizados en proyectos anteriores, se seleccionaron tres tipologías de vivienda vernácula con fuerte arraigo local, que presentan espacios de transición con un rol ambiental específico para cada zona y, que a su vez, albergan funciones complementarias de la vivienda, contribuyendo a un desempeño más ajustado con el entorno: la galería; el patio y el invernadero. Si bien la respuesta bioclimática a un entorno dado requiere el ajuste de sus pautas de diseño al análisis microclimatico local, las tipologías seleccionadas sintetizan en parte las respuestas antrópicas típicas de regiones geográficas extensas dentro de nuestro país y la propuesta de investigación, toma como punto de partida una tipología formal por región para luego poner a prueba su eficacia como moderador bioclimático en condiciones diferenciadas dentro de cada región.

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Tipologías

Alternativas s/límites

Patio

• Patio en “L” • Patio en “U” • Claustro casi cerrado

Galería

• Adosada como prolongación del volumen • Contenida por el volumen en “L” • Contenida entre dos volúmenes

Invernadero

• Contenida por tres lados en “U” • Contenida por dos lados en “L” • Adosado por un lado

Con este criterio, durante el desarrollo del primer año de trabajo, se decidió focalizar el análisis en casos diferenciados por las características formales de la envolvente construida, verificando cómo la variable Forma incide en las condiciones de asoleamiento y ventilación del espacio de transición y consecuentemente en su envolvente, que constituye a su vez los límites del espacio interior colindante. Resultaron así 9 casos de estudio, que luego podrán ser evaluados en función de su materialidad y permeabilidad en futuros trabajos. Estos casos se distribuyeron entre los 9 equipos de alumnos que a su vez se agrupan de a tres equipos por clima, permitiendo así el intercambio entre equipos de un mismo clima con diferentes tipologías espaciales.

Las condiciones microclimáticas A partir de la interpretación de las características climáticas dominantes del entorno, se definieron las condiciones de confort exterior y las estrategias de diseño recomendables para cada localidad, especialmente las relacionadas a asoleamiento y ventilación que serían los aspectos a evaluar en esta investigación. En la interpretación de las condiciones climáticas se focalizó el análisis de la interrelación entre los datos de temperatura promedio, humedad relativa y condiciones de viento en las diferentes épocas del año y en horarios específicamente determinados para hacer los ensayos.

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Acuerdo de Criterios La metodología implementada alternó instancias de trabajo por equipos de tres alumnos con otras donde el intercambio entre equipos de un mismo clima permitió hacer acuerdos sobre los procedimientos y formas de interpretar los datos. Así también en una clase especial de taller se acordaron las formas de valoración sobre los rangos a considerar para calificar el cumplimiento o no de las estrategias de ventilación y asoleamiento según el clima. En función del acuerdo establecido se definieron los porcentajes que permiten evaluar las condiciones de cada superficie de la envolvente del espacio en los horarios establecidos y para las épocas críticas del año.

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Asolamiento Condiciones de captación y protección del sol Se tendrán en cuenta los siguientes porcentajes de asolamientos arrojados en fachada, galería y muros 30% ≥ % SUP ASOL ≥ 0%

=> zona protegida del sol

50% ≥ % SUP ASOL ≥ 30%

=> zona protegida parcialmente del sol

70% ≥ % SUP ASOL ≥ 50%

=> zona que capta parcialmente el sol

100% ≥ % SUP ASOL ≥ 70% => zona que capta el sol

Ventilación Condiciones de captación y protección del viento Se tendrán en cuenta los siguientes porcentajes de incidencia de los vientos preponderantes arrojados en fachada, galería y muros 30% ≥ % SUP VENT ≥ 0%

=> zona protegida por el viento

50% ≥ % SUP VENT ≥ 30%

=> zona protegida parcialmente por el viento

70% ≥ % SUP VENT ≥ 50%

=> zona que capta parcialmente el viento

100% ≥ % SUP VENT ≥ 70% => zona que capta el viento

Modelización La etapa de verificación se desarrolló en base a modelos analógicos y métodos gráficos a fin de facilitar la observación sobre el comportamiento del espacio en relación al sol y al viento para ese microclima específico. A fin de agilizar el trabajo de observación, se instrumentó a los alumnos en el uso del heliodón virtual a partir de una clase especial de articulación con el área de informática. Esta experiencia más allá de los objetivos didácticos, logró incrementar el interés de los alumnos en el uso de herramientas de verificación orientadas a mejorar las prácticas proyectuales durante el proceso de diseño. Asimismo, para organizar la forma en que se realizaría la observación sobre el modelo se acordó con los alumnos sobre cuáles serían las superficies a observar, cual sería considerada la fachada del espacio de transición y como se consideraría la orientación respecto de esta fachada. Así se determinó en cada caso el plano de fachada que daría la orientación del espacio y también se definieron los formatos de grillas para la presentación de los resultados obtenidos en los ensayos.

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Consideraciones Generales Modelo “L”

Fachada

Muros

Espacio Galería Modelo L con galería al frente

Rango de Confort Verano (Enero): min 18ºC, max 28ºC Invierno (Julio): min 18ºC, max 26ºC

Resultados Luego de la clase de capacitación en el uso de herramientas digitales, se realizaron los ensayos correspondientes de asoleamiento y viento en diferentes épocas del año y horas del día para cada una de las 8 orientaciones posibles, produciendo un registro gráfico del material resultante en las grillas diseñadas a tal fin. Estas grillas muestran el impacto del sol y el viento en esos espacios en forma tridimensional para el asoleamiento y en planta, como sombra de viento. Finalmente se realizó la evaluación del desempeño de los diferentes tipos en relación al clima específico, registrando cuantitativamente la incidencia del sol y del viento en los espacios estudiados, en relación a las condiciones ambientales del momento de la observación y de la estrategia recomendable para esas condiciones. Para simplificar esta tarea se adjunta a la imagen gráfica una planilla que contiene los datos de temperatura y humedad relativa en cada horario y época del año, identificando además si la situación es de confort o disconfort y en este último caso se especifica

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si es por exceso o por defecto de temperatura para adoptar la estrategia que corresponda, captar o protegerse tanto del sol como del viento. Luego, se coloca el porcentaje de captación que cada superficie muestra en el ensayo y se evalúa si esa superficie cumple o no con la estrategia recomendada. En función de los resultados obtenidos los alumnos sacan conclusiones respecto de los aspectos favorables y desfavorables de ese espacio en las diferentes épocas del año y horas del día según la orientación del mismo. Estas conclusiones se orientan al desarrollo de la propuesta de conjunto de viviendas que deben presentar en su trabajo final y donde deben aplicar el espacio de transición estudiado en las orientaciones más favorables y proponiendo su optimización fundamentada en las observaciones realizadas en el trabajo.

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Conclusiones Generales y Específicas Los resultados obtenidos son insumos para el desarrollo de las alternativas de agrupamiento que los alumnos deben contemplar en su propuesta de trabajo final de la asignatura, facilitando la evaluación del efecto de estas variables en forma conjunta. Se destaca además la experiencia participativa de los alumnos en la definición del tipo de registro que se adoptó para evaluar los casos de estudio, consensuando entre todos la forma de valoración que se adoptaría para los mismos. Asimismo el trabajo realizado, como experiencia didáctica, permitió reflexionar sobre las dificultades observadas en su implementación y plantear modificaciones a futuro sobre las formas de observación y registro, así como ajustes en los parámetros de evaluación utilizados. Por otra parte, la observación sobre el trabajo realizado y la metodología aplicada permitió proponer ajustes de orden formal y operativo para facilitar y optimizar el desarrollo de futuros trabajos. Los mismos se sintetizan en:

- Revisar la estrategia de protección/captación en función de rangos de temperatura promedio, agregando la opción de protección parcial

- Agregar plano de fachada y ángulo de azimut en planta para mejor interpretación del ensayo

- Ampliar rango horario de asoleamiento para cuantificar cantidad de horas de captación. - Considerar la exposición tangencial al sol y al viento al 50% - Cambiar el criterio de verificación haciéndolo en base al % de superficie que cumple con la recomendación y establecer escalas de cumplimiento

- Discriminar el techo de los invernaderos como una superficie más de captación de sol o viento

- Clasificar las variantes de cada tipología según el grado de contención de sus límites - Trabajar con igual volumen de espacio de transición entre las diferentes tipologías

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Referencias Compagnoni A. M y Serafini C.C. ,La experiencia vernácula y su transferencia a los procesos proyectuales del hábitat residencial, trabajo enviado y aceptado para su publicación en la Reunión de trabajo de ASADES 2012 (Asociación de Energías Renovables y Ambiente) en ttp://www.fceia.unr.edu.ar/asades,2012. Compagnoni A. M y Marusic J., La Arquitectura Vernácula como Legado de Criterios Bioclimáticos de Diseño para Viviendas de Interés Social, articulo en Revista de la Asociación Argentina de Energías Renovables y Ambiente, volumen 10, pp.10.27- 10.29, Inenco, Salta, Argentina, 2006. Compagnoni A. M, de Schiller S. y Evans. M., Comportamiento térmico en vivienda de interés social: Mediciones pos- ocupación y simulaciones como herramientas de evaluación de variables de diseño, en Memorias III Congreso Latinoamericano COTEDI, pp. 409-416, Pontificia Universidad Católica do Paraná, Brasil, 2003. Compagnoni A. M. y Evans. M., Evaluación de la calidad de construcción y la eficiencia energética en viviendas de interés social, en Memorias IV Congreso Latinoamericano COTEDI Confort y Eficiencia Energética en Arquitectura, artículo AB19, pp. 67-74, Universidad Autónoma Metropolitana, México, 2005. Carrasco C. y Morillón D., Confort térmico en la vivienda de interés social con base a técnicas bioclimáticas de la arquitectura vernácula mestiza del noroeste de México, Memorias IV Congreso Latinoamericano COTEDI Confort y Eficiencia Energética en Arquitectura, articulo BC11, pp 139-146, Universidad Autónoma Metropolitana, México, 2005. Varela Ferrer M. et al, Desempeño bioclimático del patio de las casas tradicionales de Guadalajara, Memorias IV Congreso Latinoamericano COTEDI Confort y Eficiencia Energética en Arquitectura, artículo AB22, pp. 75-76, Universidad Autónoma Metropolitana, México, 2005. Iglesia, R., Habitar, Diseñar, Editorial Nobuko, Buenos Aires, Argentina, 2010. De Schiller, S. y Evans J. M., Calificación de espacios urbanos. Diseño y ambiente en el marco de la sustentabilidad , en revista IRIDIA, Tomo 3, La Ciudad Sustentable el ideal a alcanzar , Universidad de Colima, México,2005. De Schiller, S. y Evans J. M, Para que el espacio de todos no sea tierra de Nadie, en revista Reflexiones… Los Espacios Públicos, publicación de la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil, FADU-UBA, Buenos Aires, Argentina, 1995.

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Tecnologia engarzada en la naturaleza La biónica como referencia del diseño estructural

Dentro de este marco, y partiendo de la base que todo proyecto se inicia en un Diseño, este se define como el proceso previo de configuración mental, pre-figuración en la búsqueda de una solución en cualquier campo. Etimológicamente derivado del término italiano disegno dibujo, designio, signare, signado lo por venir, el porvenir, visión representada gráficamente del futuro, lo hecho es la obra, lo por hacer es el proyecto, el acto de diseñar como prefiguración es el proceso previo en la búsqueda de una solución o conjunto de las mismas. Plasmar el pensamiento de la solución mediante esbozos, dibujos, bocetos o esquemas trazados en

Gloria Diez y Eduardo Hougassian Profesores titular y adjunto de Estructu-

ras, FA, UAI, a cargo de la investigación La influencia de la movilidad estructural en el desarrollo de la arquitectura sustentable (2009-2011).

cualquiera de los soportes, durante o posteriores a un proceso de observación de alternativas o investigación. El verbo diseñar se refiere al proceso de creación y desarrollo para producir un nuevo objeto o medio de comunicación (objeto, proceso, servicio, conocimiento o entorno) para uso humano. El sustantivo diseño se refiere al plan final o proposición determinada fruto del proceso de diseñar (dibujo, proyecto, maqueta, plano o descripción técnica) o, más popularmente, al resultado de poner ese plan final en práctica (la imagen o el objeto producido). Diseñar es una tarea compleja, dinámica e intrincada. Es la integración de requisitos técnicos, sociales y económicos, necesidades biológicas, con efectos psicológicos y materiales, forma, color, volumen y espacio, todo ello pensado e interrelacionado con el medio ambiente que rodea a la humanidad. Vilém Flusser, filósofo contemporáneo, propone, en su libro Filosofía del diseño, que el futuro o el destino de la humanidad, depende del diseño. La causa final de la arquitectura es el cambio del espacio habitable. A través de ese cambio se cambia la acción de habitar. Como indica el diseñador y pedagogo california-

Gloria Diez y Eduardo Hougassian

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no Sym van der Rym: “El diseñador es primeramente y finalmente un solucionador de problemas en los cuales la forma física es el medio de la solución”.1 El diseño arquitectónico, puede definirse entonces como un proceso de análisis, reelaboración y síntesis de un programa que resulta en la creación o modificación de un edificio. Ludovico Quaroni por su parte expresa que El proceso proyectual arquitectónico, puede ser tomado como sucesión alterativa y reiterada de proposiciones y comprobaciones entre los distintos componentes a diversas escalas2 y en otro de sus escritos de enseñanza Quaroni agrega que así pues, se puede decir que el proceso de la proyectación arquitectónica procede esencialmente con operaciones de selección que interesan a una de las tres estructuras-parámetro, a las que sigue la verifiImagen 1

cación de la congruencia de la elección hecha respecto a lo ya elaborado en los otros dos parámetros.3 A su vez el crítico y teórico español José Luis Ramírez observa lo que sigue acerca de una teoría posible del diseño: La teoría del diseño es como una teoría invertida del conocimiento. Mientras que la teoría del conocimiento es una teoría de cómo es percibida y entendida la realidad y de cómo se adecuan nuestras ideas con la realidad externa, la teoría del diseño es una teoría de cómo la realidad es producida cómo las ideas y la experiencia pueden dar forma a una realidad externa.4 El abordaje de la Arquitectura suele realizarse sobre diferentes aspectos que confluyen en la unicidad de la obra arquitectónica. Históricamente el concepto de adaptación – adaption o adaptation –deriva de procesos del mundo orgánico, por los cuales un organismo o distintos miembros de él – sus estructuras naturales– se acomoda/n a su medio para conservar o mejorar sus condiciones de vida. La adaptabilidad y capacidad de transformación – movilidad- de una obra de arquitectura es lo que la hace adapta-

1 Van der Rym, Sim , Searching for a Science of Design, en Problems & Puzzles, AIA Journal, enero 1966, p.37. 2 Quaroni, L., Domus 689, Milán, 1987. 3 Quaroni, L., Proyectar un edificio, ocho lecciones de Arquitectura, Xarait, Madrdid, 1987. 4 Ramírez, J. L., “La teoría del diseño y el diseño de la teoría”, en revista Astrágalo, Alcalá-Valladolid, agosto 1997.

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Estructuras a la luz de la biónica: cubiertas adaptables


ble, de modo tal que pueda responder a las necesidades cambiantes del medio social y la utilización racional de recursos, materiales y fundamentalmente del espacio arquitectónico. Para nadie es un secreto que actualmente es el hombre quien se adapta al espacio que habita, y no éste al hombre. La construcción masiva actual se presenta en su mayoría inmodificable, haciendo muy costosa y casi imposible la continua readecuación de espacios y formas a las variantes necesidades del individuo, la sociedad y el mundo. Los seres humanos somos criaturas flexibles y adaptables, así nuestra arquitectura y ciudades demuestren lo contrario. Sin duda, la concepción de los aspectos formales, materiales y estructurales han estado presentes en todos los momentos históricos estructurando la forma con la materialización de la obra. El concepto de estructura, entendible como sistema de relaciones que se establece entre los elementos o miembros que constituyen un todo, como ley estructurante o generadora

Imagen 2

y como lógica interna no solo es aplicable a la forma, al espacio, a la materia, sino asimismo a la noción proyectual de estructura resistente o portante. En este sentido es que hablamos de idea estructural subyacente o lógica interna que integra estructuralmente esa parte material que llamamos estructura resistente. Existe en la mayoría de los casos una relación significativa entre la forma visible de una estructura resistente y el modo en que se comporta (como recibe, resiste y transmite cargas). El célebre Puente sobre el Firth of Forth, cercano a Edimburgo, diseñado estructuralmente por Benjamin Baker en 1883 y concluido en 1890 (Imagen 1) fue presentado en su momento antes el público y la prensa mediante un analogía en que algunos obreros, tensando elementos que soportaban cargas de pilas de ladrillos, simulaban el funcionamiento estructural del puente ferroviario y en ese sentido, se apelaba a una metáfora natural o humana para explicar el funcionamiento mecánico de la propuestas estructural (Imagen 2). El hombre, en sus procesos de diseño, siempre ha tomado, en forma consciente o no, a la naturaleza como modelo, y esto se pone en evidencia en trabajos como los de Leonardo Da Vinci, que si bien no son de arquitectura, lo demuestran. La naturaleza ha dado origen a lo largo 3,8 billones de años de evolución a estructuras de diseño inteligente que podemos imitar para propósitos humanos, mejorando Gloria Diez y Eduardo Hougassian

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la calidad de vida de la humanidad basado en la sustentabilidad socio-económica; mediante el fundamento que la naturaleza es el único modelo que perdura por millones de años. La modernidad de los maestros que a principios del siglo XX rompieron con la tradición compositiva para dar respuesta a unas exigencias sociales nuevas, utilizando para ello unas técnicas constructivas también nuevas; y el momento contemporáneo, cuando el avance de la informática ha cambiado la técnica de elaboración del proyecto y no tanto las técnicas de la construcción suponen el origen y los resultados actuales de un común y continuo interés por explorar nuevas posibilidades técnicas que sin embargo, a menudo no son más que desarrollos o aplicaciones de conceptos estructurales y funcionales que operan en los organismos naturales. Gaudí usaba la noción de originalidad para aludir a sus investigaciones proyectuales-estructurales pero inmediatamente explicaba que original quería decir volver al origen. Si en el primer momento aludido del origen de la modernidad cambió el entendimiento del espacio habitado, su funcionalidad y sus modos de construcción, en el segundo referido a la contemporaneidad, a lo que está cambiando es el modo en que se imaginan y se representan los proyectos y sus realizaciones, según las argumentaciones que aporta Múñoz Cosme.5 Antonio Gaudí, Pier Luigi Nervi, Oscar Niemeyer, Félix Candela, Eladio Dieste, Santiago Calatrava propusieron estructuras novedosas que nos cautivan, porque son estéticamente bellas y absorben en su forma misma las solicitaciones de los esfuerzos a que iban a ser sometidas y comprometiéndose con significaciones sociales, económicas y culturales. Antoni Gaudí i Cornet (1852- 1926) fue un arquitecto con un sentido innato de la geometría y el volumen, así como una gran capacidad imaginativa que le permitía proyectar mentalmente la mayoría de sus obras antes de pasarlas a planos. Trabajo dentro del modernismo de su época, pero creando un estilo personal basado en la observación de la naturaleza, fruto del cual fue su utilización de formas geométricas regladas, como el paraboloide hiperbólico, el hiperboloide, el helicoide y el conoide. La arquitectura de Gaudí está marcada por un fuerte sello personal, caracterizado por la búsqueda de nuevas soluciones estructurales, que logró después de toda una vida dedicada al análisis de la estructura óptima del edificio, integrado en su entorno y siendo una síntesis de todas las artes y oficios. Mediante el estudio y la práctica de nuevas y originales soluciones, su obra culminará en un estilo orgánico, inspirado en la naturaleza, pero sin perder la experiencia aportada por estilos anteriores, generando una obra arquitectónica que es una simbiosis perfecta de la tradición y la innovación.

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5 Muñoz Cosme, A., El Proyecto de Arquitectura. Concepto, proceso y representación, Reverte, Madrid, 2008. Gloria Diez y Eduardo Hougassian

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Estudió con profundidad las formas orgánicas y anárquicamente geométricas de la naturaleza, buscando un lenguaje para poder plasmar esas formas en la arquitectura. Las superficies regladas son formas generadas por una recta, denominada generatriz, al desplazarse sobre una línea o varias, denominadas directrices. Gaudí las halló en abundancia en la naturaleza, como por ejemplo en juncos, cañas o huesos; decía que no existe mejor estructura que un tronco de árbol o un esqueleto humano. Estas formas son a la vez funcionales y estéticas, y las emplea con gran sabiduría, sabiendo adaptar el lenguaje de la naturaleza a las formas estructurales de la arquitectura. Gaudí asimilaba la forma helicoidal al movimiento, y la hiperboloidal a la luz. Decía lo siguiente sobre las superficies regladas: Los paraboloides, hiperboloides y helicoides, variando constantemente la incidencia de la luz, tienen una riqueza propia de matices que hacen innecesaria la ornamentación y hasta el modelaje. Esta búsqueda de nuevas soluciones estructurales tuvo su culminación entre los años 1910 y 1920, cuando experimentó de forma Imagen 4

práctica todas sus investigaciones en su obra cumbre: la Sagrada Familia (Imagen 3). Gaudí concibió dicho templo como si fuese la estructura de un bosque, con un conjunto de columnas arborescentes divididas en diversas ramas para sustentar una estructura de bóvedas de hiperboloides entrelazados. Las columnas las inclinó para recibir mejor las presiones perpendiculares a su sección; además, les dio forma helicoidal de doble giro, Gaudí logró así una solución racional y estructurada, perfectamente lógica y adaptada a la naturaleza, creando al mismo tiempo un nuevo estilo arquitectónico, original y sencillo, práctico y estético. Podemos decir que utilizo el Diseño biomimético, que es algo que se ha hecho desde el inicio de los tiempos, a partir de la observación e imitación, tal como expreso Leonardo: Naturaleza, madre, maestra… La Casa Milà es un reflejo de la plenitud artística de Gaudí: pertenece a su etapa naturalista (primera década del siglo XX), periodo en que el arquitecto perfecciona su estilo personal, inspirándose en las formas orgánicas de la naturaleza, para lo que puso en práctica toda una serie de nuevas soluciones estructurales. La buhardilla, con un nuevo diseño basado en arcos parabólicos, que en una sucesión de 270 arcos de ladrillo crean una estructura autosustentante que no necesita columnas ni muros de carga, consiguen un espacio diáfano que crea un corredor a todo lo largo del edificio. Estos arcos se unen en el techo en una especie de espina dorsal que

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recuerda el esqueleto de algún animal (Imagen 4).

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En el caso de Pier Luigi Nervi, (1891-1979) si bien fue un innovador, no se identificó nunca con ninguna corriente arquitectónica. Tomó prestados elementos tanto de la arquitectura romana como de la renacentista para crear estructuras agradables estéticamente, pero aplicó aspectos estructurales tales como forma de nervios y bóvedas a menudo basados en formas naturales. Hacía esto para mejorar la fuerza estructural y eliminar la necesidad de columnas. Tuvo éxito a la hora de hacer que la ingeniería se convirtiera en un arte usando una geometría simple y usando prefabricación sofisticada para encontrar soluciones de diseño directas en sus edificios. Decía al respecto el ingeniero Nervi: Construir correctamente es la esencia de la arquitectura; la corrección estructural… es condición suficiente que engendra resultados estéticos satisfactorios, pues equivale a la veracidad funcional, técnica y económica En 1945, Richard Buckminster Fuller, (1895-1983) filósofo, inventor y profesor, vuelve su atención hacia el estudio de la trigonometría esférica, de los poliedros. El radiolario, un microorganismo marino, fue el comienzo de una investigación que, partiendo de un cálculo matemático, llegaría a la división de la esfera en triángulos. En los campos de la arquitectura, su trabajo más conocido es la cúpula geodésica. Su construcción se basa en los principios básicos de las estructuras de tensegridad, que permiten montar estructuras simples asegurando su integridad tensional (tetraedros, octaedros y conjuntos cerrados de esferas). Al estar hechas de esta manera son extremadamente ligeras y estables. El Domo de Montrral, construido para la Exposición Mundial de 1988 (Imagen 5) ilustra convenientemente ese proceso de investigación y su culminación aplicada al desarrollo de la tenología transegrity. Fuller fue uno de los primeros activistas medioambientales pues al sostener el hacer más con menos, fue uno de los primeros en explorar los principios de la eficiencia energética y la eficiencia de materiales en los campos de la arquitectura, la ingeniería, y el diseño. Fuller estaba preocupado por la sostenibilidad y por la supervivencia humana en el sistema socioeconómico actual, aunque era optimista acerca del futuro de la humanidad. Definía la riqueza en términos de conocimiento como la capacidad tecnológica de proteger, criar, apoyar y acomodar todas las necesidades de la vida. Oscar Niemeyer (1907–2012) arquitecto brasileño, seguidor y gran promotor de las ideas de Le Corbusier, considerado uno de los personajes más influyentes de la arquitectura moderna internacional, fue pionero en la exploración de las posibilidades constructivas y plásticas del hormigón armado. La arquitectura fue, para él, un juego visual, sometido a la perspectiva del ojo humano, que permite ordenar las masas y los espacios con las leyes del contrapunto y de la escala. Las mismas reglas que rigen la naturaleza desbordante de los formidables paisajes desmembrados de la costa de Río de Janeiro, hechos de agua, de nubes y de morros. En 160

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algunos casos su arquitectura casi no era nada más que estructura y ésta, la consecuencia

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de una meditación sobre las formas del paisaje y la naturaleza, como las costillas que se organizan en círculo para definir la forma y espacio (como resultantes de la propuesta estructural) en el caso de su Catedral de Brasilia (Imagen 6). En artículos de los periódicos argentino Clarín y catalán La Vanguardia se inició, dentro de las necrológicas editadas por su fallecimiento en 2012, a sus 105 años de edad lo siguiente: La arquitectura de Niemeyer no es sólo forma, es tecnología engarzada con la naturaleza. Y también, esta cita atribuida al proyectista carioca en una de sus conferencias en Barcelona en 2006: El verdadero reto para la arquitectura del futuro sólo está planteado por la tecnología, y la tecnología nunca ha sido tan generosa con la arquitectura. Pero el arquitecto tiene que ser capaz de reflexionar también sobre otras cosas. Podemos considerar que el primer paso para extraer las ideas de nuestra mente es el boceto, el trazo rápido a mano alzada que plasmará gráficamente nuestras primeras ideas, los conceptos base, los motivos de inspiración

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que más tarde se convertirán en una entidad arquitectónica. A partir de un trazo nace la arquitectura. Y cuando éste es bonito y produce sorpresa, ella puede alcanzar –siendo bien conducida– el nivel superior de una obra de arte. Los bocetos de Oscar Niemeyer, en si son una síntesis de ideas y conceptos graficados rápidamente, extraídos de su más íntimo mundo interior, son líneas y curvas que muestran una solución que emerge, que da respuesta a un lugar, a un espacio, a un requerimiento funcional, estético y estructural. En la conferencia del 2006 también dejó sentado Nimeyer que: “Fue el dibujo lo que me llevó a la arquitectura”. En sus conferencias y entrevistas, Niemeyer siempre estuvo acompañado de un lápiz o plumón con el que plasmaba sus ideas y conceptos mientras explicaba sus diseños y obras. Siempre hubo una gran fluidez entre lo que decía y lo que graficaba, una instantánea conexión entre la mano y el cerebro, entre el interior y el exterior, entre el arquitecto y sus clientes u oyentes. Otros referentes que estamos estudiando son Félix Candela (1910-1997) arquitecto mexicano de origen español, quien Imitando a los innovadores maestros de la Historia de la Arquitectura, se había ya convencido, de que el camino más adecuado para capacitarse en el diseño y construcción de cascarones de hormigón armado, era la experimentación directa mediante la construcción de modelos, basándose en el conocimiento de las inmutables Leyes de la Naturaleza (Estática, Mecánica y Resistencia de Materiales). Eladio Dieste (1917–2000), ingeniero uruguayo, que en su obra como en la de Gaudí ponen de manifiesto una actitud integradora, que procuran una armonía entre el hombre y la naturaleza, donde la Forma y la Estética juegan un papel sustancial en la obra arquitectónica. Frei Otto, (1925) arquitecto y doctor en ingeniería civil alemán fue precursor de los grupos interdisplinarios, en los que no solo trabajan en conjunto arquitectos e ingenieros, sino también biólogos. Estos últimos le permitieron hacerse del conocimiento necesario para desarrollar sus proyectos basados en las formas naturales y obtener respuestas en la naturaleza a problemas estructurales. Observaba el comportamiento de la estructura de plantas y animales. Especial interés tenían para él la estructura de las telas de araña, las pompas de jabón y las algas silíceas. De esta manera logró soluciones estructurales que hubiesen sido imposibles en aquella época sin programas de computación sofisticados. Santiago Calatrava (1951) arquitecto, ingeniero y escultor español, formado en Suiza, destaca por su audacia estructural –que en algunos casos le deparó vicisitudes y cuestionamientos incluso legales– ha desarrollado su trabajo de un modo en que para el diseño

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de sus obras se inspira en la naturaleza y sobre todo en esqueletos, ya que concibe cada proyecto como una obra viva relacionada entre cada una de las partes que la componen. Gloria Diez y Eduardo Hougassian

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El punto neurálgico y la inspiración con la que Calatrava nos sorprende a cada paso, radica en la propia anatomía humana y la naturaleza o los animales. La columna vertebral, el reparto de peso o la gravedad, son materias por las que este afamado arquitecto siente especial curiosidad, que estudia posteriormente mediante sus bocetos, sus dibujos y sus esculturas; estas esculturas son fruto de un estudio exhaustivo por parte del arquitecto, que mientras trabaja con ellas imagina soluciones futuras y reales. En sus conversaciones con estudiantes Calatrava indica lo siguiente: Hagamos lo que hagamos, la magnitud o dimensión de un objeto está siempre relacionada con nuestro cuerpo, la arquitectura se relaciona de un modo muy natural y sencillo con las personas, lo que convierte a la anatomía en una fuente de inspiración muy importante. Este hecho no solo fue cierto durante el renacimiento, cuando la anatomía humana constituía la base de las reglas del sistema proporcional, sino también en el siglo veinte con el modulor de Le Corbusier.6 En el trabajo de Calatrava encontramos múltiples ejemplos de este modo de diseñar, como en L’Hemisferic, situado en el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias en Valencia (Imagen 7). Con un diseño totalmente novedoso simboliza un gran ojo humano que, a través del gran estanque de agua en el que surge, se asoma a la ciencia y a las nuevas tecnologías audiovisuales. El edificio de oficinas Turning Torso (torso en giro), inspirada en una escultura que representa un torso humano, se retuerce sobre sí misma dando un giro de 90 grados desde la base hasta la planta más alta (Imagen 8). El Museo de Arte de Milwaukee, cuyo diseño está rematado por una espectacular estructura cinética realizada en cristal y acero que se abre y cierra como las alas de un gran pájaro (Imagen 9). Un proyecto es la resolución de ciertas necesidades humanas mediante un ejercicio intelectual de diseño arquitectónico, pero también puede ser una propuesta innovadora de relaciones espaciales, organizativas o sociales. Un proyecto es, el deseo de creación de una nueva realidad en el plano social, económico, político o físico, donde la arquitectura tiene un campo de acción concreto y limitado, a la vez que conectado con otras materias. En un plano más específico, el proyecto es la serie de actividades que realizamos para crear una obra arquitectónica, es decir, es la práctica del trabajo del arquitecto que idea, define y representa un objeto arquitectónico que antes no existía; pero también el proyecto es el conjunto de dibujos, de planos, de textos, de documentos que se necesitan para ejecutar la obra y construirla. La biomimesis hace referencia al proceso de entender y aplicar a problemas humanos, soluciones procedentes de la naturaleza en forma de principios biológicos, biomateriales, o de cualquier otra índole. La naturaleza, el universo, le lleva al ser humano

6 Calatrava, S., Conversaciones con estudiantes, sito en www.fceia.unr.edu.ar/darquitectonico. Gloria Diez y Eduardo Hougassian

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millones de años de ventaja en cualquier campo, entre los que se encuentra la solución a los problemas ecológicos; como por ejemplo el modo de filtrar el aire, limpiar el agua y nutrir el suelo. Esto implicaría que los sistemas sociales humanos y económicos, al imitar las soluciones dadas por la naturaleza, estén subordinados al entorno y no al contrario. La naturaleza diseña sus estructuras de la manera más eficiente posible. Optimiza el material, adecúa la forma y el volumen y se adapta a los condicionantes externos e internos que debe soportar. Por otro lado, las formas de la naturaleza tampoco son aleatorias, siguen patrones de tipo geométrico. El estudio de estos patrones también está vinculado con el diseño estructural arquitectónico. Los patrones de crecimiento fractal o la aplicación de series numéricas dan como resultado proyectos como la Christian Wagner fountain de Frei Otto.7 Otro de los modelos de organización estructural está basado en el uso de la geometría de Voronoi. Estos fenómenos de organización estructural se pueden considerar como propios de “la ley de la naturaleza”. Según las teorías de Frei Otto, se debe diseñar desarrollando estrategias de diseño en el marco del principio que sostiene que “con la mínima cantidad de elementos es posible conformar la máxima diversidad de formas”. Deberá verificar el cumplimiento del principio en todos los pasos del diseño. La generación de formas se ha facilitado por los métodos de modelización digital con los que se posibilita una rápida conversión de formas complejas en objetos reales. La materialización de estas formas implica la incorporación del ambiente como variable a considerar en su búsqueda, mediante el uso optimizado de los materiales, la disminución del gasto energético total y la minimización del impacto ambiental. La simulación digital permite analizar y optimizar tanto el comportamiento estructural como el acústico, el lumínico y el climático. La arquitectura deseada, ideada o intuida sólo puede hoy hacerse realidad a través de un laborioso proceso de creación, mediante el que se obtiene un complejo modelo documental previo. Y a esas tres realidades (idea, proceso y documento) las denominamos con esta palabra mágica: el ‘proyecto’, un término moderno que en el siglo XX unificó el significado de otras voces más antiguas: composición, arquetipo, idea, modelo, trazas, etcétera. El proyecto sirve de apoyo al pensamiento a través de la observación crítica de la realidad, generando espacios o perfilando lugares donde cobijar nuevas o viejas funciones, siendo el soporte desde el cual pensar y construir la arquitectura. Da forma a nuevos sistemas espaciales, valorando una particular relación con la naturaleza y mate-

7 Véase, con acceso digital, el artículo de Macia Mateu, A. et al “El Comportamiento Estructural en la Naturaleza como fuente de conocimiento aplicado a la arquitectura”, estudio editado por la Universidad de Alicante. 166

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rializando la idea según un desarrollo técnico y una cultura. Todo ello tiene que ver con proyectar, con pensar gráficamente, con dibujar-construyendo, ésas son las funciones propias del arquitecto.8 El objetivo general es determinar la relación entre los proyectos de arquitectura y la biomimetica, entendiendo como tal, la aplicación de soluciones biológicas la técnica de los sistemas de arquitectura, ingeniería y tecnología moderna. Tomamos también la posibilidad de adaptación del espacio según las posibilidades del objeto, de modo tal que estará sujeta a las propiedades de los materiales y las posibilidades de asociación entre ellos que

8 del Rey Aynat, M., En torno al proyecto: un ensayo sobre la disciplina del proyecto en arquitectura, Ediciones Genrales de la Construcción, Valencia, 2002.

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permitan generar distintos espacios posibles para un mismo edificio. Se trata de incorporar un ejercicio de investigación sobre diseño arquitectónico en una materia técnica y trabajar el concepto del arte y la técnica como un todo indivisible. Sin duda la naturaleza es sustentable en sí misma y copiar su morfología o comportamiento no resuelve el problema, pero de algún modo nos coloca en la búsqueda. La sustentabilidad implica la habilidad de continuar una práctica indefinidamente minimizando toda acción que dañe el ambiente, no es un problema económico, sino humano y cultural, y por lo tanto educativo. Nosotros tenemos que saber construir formas sustentables con materiales sustentables en sitios sustentables, concibiendo formas arquitectónicas adecuadas.

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La física y el tráfico vehicular

En el artículo se discute el rol de la física y la matemática para el abordaje del fenómeno del

Sergio Iguri

tráfico vehicular. Se analizan las principales cuestiones a resolver, las magnitudes más im-

Profesor Titular de Matemática y Física en

portantes para la descripción cuantitativa del problema y se presentan algunos aspectos de

la FA, UAI, a cargo del proyecto de investi-

la ciencia del tráfico que ya han sido bien establecidas, como la existencia de tres fases en la

gación Reglas de autómata celular para el

organización vial y la emergencia de estados metaestables e histéresis a densidades medias.

flujo vehicular en la ciudad de Buenos Aires (2011-2013). Iguri es Doctor en Física y tra-

Introducción

baja además en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio (CONICET-UBA).

La problemática asociada al tráfico urbano tiene un origen tan antiguo como el concepto mismo de ciudad. En efecto, el mejoramiento del flujo vial y la optimización de las estructuras contenedoras de la circulación, en lo que respecta tanto a su diseño como a su gestión, fueron siempre factores importantes a la hora de administrar el espacio público. El crecimiento desmesurado de la metrópolis moderna, acompañado del hecho de que el entramado urbano fue muchas veces plasmado en contextos históricos en los que el volumen y la velocidad de los medios de transporte, lo mismo que las exigencias de desplazamiento por parte de sus habitantes, eran reducidos, hizo que, hacia fines del siglo pasado, la naturaleza de los problemas viales alcanzaran verdaderos puntos de criticalidad, y que la búsqueda de soluciones resultara fundamental en la construcción de fórmulas urbanísticas. El nuevo siglo vino a incrementar aún más la complejidad de esta situación. El paradigma de la ciudad sustentable remite a que toda mejora en materia de tráfico debe verse condicionada por el confort de los habitantes pasivos, y no tan sólo por las urgencias del ciudadano que se desplaza. En este sentido, los niveles de polución gaseosa y de contaminación sonora cobran mayor relevancia y se plantean como elementos determinantes a la hora de generar normativas de transporte y de diseñar, configurar y gerenciar el tejido urbano.

Sergio Iguri

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Como puede inferirse, el fenómeno vial compromete desde lo proyectual diversas y muy diferentes aristas, muchas de las cuales exceden lo puramente estructural. No es de extrañar que hoy por hoy la problemática del transporte se constituya como un terreno fértil para la investigación y el desarrollo interdisciplinarios, en el que arquitectos, urbanistas, ingenieros, e incluso, físicos y matemáticos, puedan colaborar efectivamente desde sus respectivos campos de acción. El objetivo principal del presente artículo es caracterizar el problema del transporte urbano desde la perspectiva de las ciencias duras. Nuestra discusión estará orientada, particularmente, a la descripción de las incumbencias en estos temas de la física estadística, que es la disciplina que mayores contribuciones ha realizado en los últimos años en lo que respecta al desarrollo de modelos viales y a la elaboración de conclusiones generales acerca de los principios básicos que participan en la fenomenología del tráfico vehicular. Describiremos los principales observables involucrados en el análisis de la casuística del tráfico en vías rápidas, y sus potenciales aplicaciones en tanto indicadores claves de performance para el análisis de las emisiones gaseosas y de la polución sonora.

¿Ciencia vs. Ingeniería? En el contexto de la física, el nivel estratégico del comportamiento de los conductores es considerado exógeno al modelado de la situación vial y, en consecuencia, se lo desprecia completamente. No es el caso del nivel táctico, al cual se lo coloca, sin embargo, en segundo plano frente a lo estrictamente operacional, o sea, a la toma de decisiones del sujeto que conduce en virtud del marco inmediato en que se encuentra. La ciencia del tráfico, preocupada por describir las leyes últimas y fundamentales que gobiernan a los sistemas de transporte, se distingue con ello de la ingeniería del tráfico, que se ocupa de la planificación, diseño e implementación de la red vial y de sus respectivos esquemas de control. Pudiera parecer que la intencionalidad de la ciencia del tráfico se limita a un interés puramente formal o teórico. Sin embargo, la aproximación al problema vial desde las ciencias duras permite definir variables y magnitudes que pueden encontrar “aplicaciones prácticas” en el marco de la ingeniería. Un ejemplo es el desarrollo de estrategias rápidas de simulación en línea y de control de la circulación en relación a la optimización del flujo automotor. Debido a la similitud aparente entre los modelos microscópicos de tráfico y ciertos sistemas físicos como las muestras macroscópicas de iones en presencia de campos eléctricos externos, las herramientas de la mecánica estadística aparecen como la opción más natural a la hora de intentar describir el proceso del transporte vehicular. No obstante, y en contraposición con gran parte de los sistemas estadísticos, incluso el estudio de las 170

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propiedades más elementales de la malla vial, aun cuando ésta se encuentra en un estado estable, resulta sumamente complicado. Esto responde a las siguientes causas: (1) cada agente interactúa con los demás, y esta interacción no responde a las leyes habituales de la física, (2) el elemento humano es decisivo en lo que a la dinámica del sistema respecta, y (3) el sistema es siempre conducido lejos del equilibrio, aun cuando puede finalmente acabar en un estado estacionario. Desafortunadamente, hasta el momento no se dispone de una formulación teórica general que permita tratar sistemas fuera del equilibrio. Sin embargo, está generalmente aceptado que las fases dinámicas que presenta un sistema al que se ha conducido lejos del equilibrio conforman la contraparte teórica de las fases invariantes de los sistemas en el equilibrio. Algunas de las cuestiones fundamentales a responder acerca de las fases de fenómeno vial son las siguientes.

• (1) ¿Cuántas y cuáles son las fases que caracterizan al tráfico urbano? ¿Exhibe éste coexistencia de fases, transiciones, criticalidad pura o autoorganización? ¿Bajo qué condiciones se generan y perpetúan estos patrones?

• (2) ¿Cuál es la naturaleza de las fluctuaciones alrededor de los estados estables? • (3) Si el estado original del sistema no es un estado estacionario, ¿cómo se logra la estabilidad? ¿Nucleación? ¿Descomposición espinodal?

• (4) ¿Cuáles son los efectos del desorden cuando éste se disipa? Estas son algunas de las cuestiones centrales a responder en el contexto de la ciencia del tráfico.

Categorías en la modelización del tráfico urbano Existen, en principio, tres criterios diferentes para clasificar los modelos de transporte. De acuerdo con un primer criterio, éstos se clasifican en macroscópicos, microscópicos o mesoscópicos. Los modelos macroscópicos son, en general, apropiados para las aplicaciones a gran escala, donde las principales variables de interés se encuentran relacionadas con las características globales del flujo. Los modelos macroscópicos tienen por objetivo describir propiedades colectivas del sistema, sin distinguir agentes individuales. Su calibración puede llevarse a cabo de manera relativamente sencilla utilizando, por ejemplo, sensores de bucle inductivo. Los modelos microscópicos, por su parte, emplean la escala más reducida para la descripción y el análisis de los sistemas de tráfico urbano y en este sentido sus variables se relacionan con el comportamiento de vehículos individuales o “células” en relación a la infraestructura y a los demás conductores en la malla. Por último, los modelos Sergio Iguri

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mesoscópicos presentan una aproximación intermedia entre los anteriores en la medida en que mezclan conceptos y herramientas de ambos esquemas para analizar la evolución de los grupos vehiculares interpretados como entidades autónomas. Estos modelos, como los macroscópicos, no distinguen células, pero sus formulaciones se aceran a las microscópicas en virtud de que sí se considera el comportamiento individual a la hora de modelar los efectos de la interacción, por ejemplo, en las distribuciones de probabilidad. Una clasificación más exhaustiva de los modelos existentes se presenta a continuación. (1) Modelos microscópicos vs. modelos macroscópicos. Como ya mencionamos, en los modelos microscópicos cada agente se ve representado por separado. Esto permite incorporar diferentes tipologías de agentes con propiedades individuales. En los modelos macroscópicos, por el contrario, no se diferencian los agentes y el estado del sistema se describe completamente por densidades y otras magnitudes agregadas. (2) Modelos discretos vs. modelos continuos. Las tres principales magnitudes que caracterizan la evolución del sistema, i.e. tiempo, posición y variable de estado (por ejemplo, velocidad), pueden asumirse discretas o continuas. Si bien los modelos discretos suelen ser aproximados, son los más dúctiles a la hora de implementar plataformas computacionales para simulación vial. (3) Modelos deterministas vs. modelos estocásticos. La dinámica de los agentes puede ser determinista o estocástica. De acuerdo con la primera, el estado del sistema en cualquier momento queda completamente configurado a partir de las condiciones iniciales del problema. En los modelos estocásticos, la evolución está controlada por diferentes probabilidades de acuerdo con las cuales los agentes pueden reaccionar de una u otra forma frente a una misma condición. Es sabido que la introducción del elemento estocástico suele otorgar complejidad a la dinámica de un sistema incluso cuando el canal con que se incorpora es relativamente simple. Sin embargo, no debemos olvidar que la estocasticidad intrínseca en este contexto es medida de nuestra propia ignorancia acerca de los procesos físicos involucrados en sistemas basados en el comportamiento social o humano. (4) Modelos basados en reglas vs. modelos dinámicos. La interacción entre los agentes puede implementarse a partir de dos aproximaciones diferentes. Para el modelado basado en reglas, las partículas toman decisiones en función de su situación, su entorno y sus necesidades finales, y en este sentido, está focalizado en las propiedades intrínsecas de cada agente, las cuales se apoyan en la psicología del conductor. En las formulaciones dinámicas, en cambio, las interacciones se modelan en tanto fuerzas ejercidas sobre cada partícula por los demás agentes en malla y por la infraestructura, de modo que los modelos dinámicos se centran en características extrínsecas y en sus efectos sobre el objeto de estudio. 172

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La física y el tráfico vehicular


(5) Modelos con alta fidelidad vs. modelos de baja fidelidad. Los esquemas de alta fidelidad refieren a aquellos en los que se intenta describir al fenómeno de transporte en toda la complejidad que involucra una toma de decisiones realista, en las propiedades estructurales del espacio contenedor del sistema, etc. Los modelos de baja fidelidad son modelos simplistas, en los que se obtiene eficiencia y ductilidad al costo de menor detalle y realidad. (6) Modelos eulerianos vs. modelos lagrangianos. En los esquemas eulerianos el sistema queda caracterizado por la densidad de número de vehículos en cada posición del tejido vial. Se dice que el euleriano es un formalismo “basado en el sitio”. En contraposición, los modelos lagrangianos describen las posiciones de los agentes y se constituyen como formulaciones “basadas en las partículas”.

Modelos de transporte vehicular De acuerdo con la clasificación previa, podemos encontrar en la literatura los siguientes modelos de tráfico urbano.

- (1) Modelos de autómata celular. Son modelos microscópicos discretos y la dinámica suele estar basada en reglas y plantearse estocástica. En simulaciones numéricas, la renovación de malla se hace en forma paralelo-síncrona, o sea, todos los agentes se desplazan en conjunto en cada instancia temporal, o en forma secuencial-randómica, i.e. en cada paso se selecciona al azar un móvil y se lo evoluciona. Para los modelos paralelo-síncronos queda establecida, entonces, una escala de tiempos, mientras que los modelos de renovación secuencial-randómica se posicionan más como discretizaciones de modelos con tiempo continuo.

- (2) Modelos multiagente. Son refinamientos de los anteriores. Las partículas son “inteligentes” e interactúan con sus agentes vecinos en función de sus deseos y objetivos últimos. Se trata, pues, de modelos microscópicos discretos con evolución basada en reglas.

- (3) Modelos de mapa acoplado. El tiempo es discreto pero las demás variables dinámicas son continuas. La evolución es determinista. En general, se emplean para estudiar cualitativamente sistemas no lineales.

- (4) Modelos hidrodinámicos. En ellos, todas las variables son continuas. Se trata de formulaciones dinámicas macroscópicas eulerianas deterministas.

- (5) Modelos cinéticos. Estos modelos son mesoscópicos en tanto que las propiedades Sergio Iguri

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individuales se codifican en distribuciones de probabilidad. La evolución es, típicamente, determinista y está dada por ecuaciones de tipo Boltzmann.

Magnitudes características y análisis de datos Antes de discutir aspectos concretos de la problemática del fenómeno vial, será conveniente introducir algunas de las magnitudes que suelen usarse para describir el estado dinámico del sistema en estudio. Las principales magnitudes de interés asociadas al tráfico vehicular son las siguientes. (1) Flujo. El flujo, corriente o volumen de tráfico es la cantidad de móviles que atraviesan el sitio de un detector por unidad de tiempo. La expresión para el flujo medio temporal está dada, entonces, por J =

N(T) T’

donde N es el número de células que pasan frente a un detector en un período de tiempo T determinado. (2) Capacidad. La capacidad vial o capacidad de malla, es el máximo valor admisible de flujo que manifiesta una sección de la red de tráfico. (3)Avance espacial. Por avance espacial se entiende a la distancia entre un agente y su predecesor. La correcta definición requiere, por supuesto, establecer previamente un punto de referencia para la medición de longitudes. (4)Avance temporal. El avance temporal refiere al tiempo transcurrido entre la detección de un móvil y la detección del próximo siguiente. El avance temporal promedio está dado por ∆i – 1

N–1

N–1

Tn+1 – tn’

n=1

donde tn, n=1,2,…,N es el instante en el que el n-ésimo vehículo paso frente al detector. La

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relación entre el flujo y el avance temporal medios es

J –

N(T) ∆ t’

(5) Velocidad. La velocidad de cada agente permite definir la velocidad media en malla. Si el promedio es temporal, éste estará dado por vi –

1 T

vn’

t≤tn≤t+T

donde vn, es la velocidad del n-ésimo agente en ser detectado a tiempo tn, desde el encendido del detector a tiempo t y hasta su apagado un tiempo T posterior. 6) Densidad. La densidad es la cantidad de móviles en ruta por unidad de longitud. En consecuencia, su media se puede calcular como

ρ =

N L’

donde N es el número de vehículos en un tramo de ruta de longitud L. Una forma más apropiada de calcular esta magnitud resulta de emplear la relación entre densidad y flujo. Se tiene que p – J ( 1 / v ), donde ( 1 / v ) es el promedio temporal de la inversa de la velocidad. (7) Ocupación. Por ocupación se conoce a la fracción de tiempo que el sitio de un detector ha sido efectivamente ocupado por un móvil, o sea, 0=

1 T

∆ tn’

t≤tn≤t+T

donde ∆ tn es el intervalo de tiempo que el n-ésimo vehículo empleó en atravesar al detector. Si pmax es la máxima densidad en congestionamiento, tenemos que p – 0pmax’

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(8) Correlaciones. Las correlaciones son las magnitudes que más información brindan acerca de la estructura espacio-temporal de los estados viales. Las autocorrelaciones temporales están dadas por [ X ( t ) X ( t+T )] – [ X ( t ) X ( t+T )] cx (τ) = [ X ( t )2 ] – [ X ( t ) ] 2

,

donde X es cualquier magnitud de interés y el promedio es, por supuesto, temporal. Estas autocorrelaciones permiten caracterizar el grado de interferencia entre los valores de una cierta medida a dos tiempos diferentes. Las correlaciones cruzadas son de la forma [ X ( t ) Y ( t+τ )] – [ X ( t ) ] [Y ( t+τ )] cx,Y (τ) = √ [ X ( t )2 ] – [ X ( t ) ] 2 √ [ Y ( t )2 ] – [ Y ( t ) ] 2

,

y éstas dan cuenta de cuán relevante es el valor de la magnitud X a tiempo t en función de que la magnitud Y presente otro dado valor a tiempo t+τ. Las correlaciones espaciales y las correlaciones por agente se definen en forma análoga.

Formación y caracterización de congestionamientos Dado que los conductores en malla siempre mantienen la pretensión de incrementar su velocidad, resulta sorprendente la inevitabilidad de los estados de congestionamiento. Para un físico esta situación es una clara indicación de que un comportamiento colectivo interesante y la emergencia de una dinámica de sistema complejo son elementos que jugarán un rol decisivo en la descripción del fenómeno vial. No es de extrañar que los congestionamientos sean, entonces, uno de los aspectos más estudiados del tráfico vehicular. Por definición, un congestionamiento es un estado de alta densidad y baja velocidad media. El término embotellamiento se reserva para aquel estado de congestionamiento que es severo o crítico, o sea, con densidades características extremas y velocidades prácticamente nulas. Si bien los embotellamientos pueden producirse por diferentes razones, sus causas pueden clasificarse groseramente de la siguiente manera. (1) Congestionamientos en “cuello de botella”. Por cuello de botella se entiende a un área de la malla en la que la capacidad vial se ve localmente reducida. Los conges176

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tionamientos en cuello de botella se producen a la entrada del cuello y sus características y evolución dependen de su naturaleza, i.e. si es un acceso, una rampa, un accidente u otra “impureza” en la ruta, y del volumen de tráfico. Si bien el mecanismo que explica la formación del embotellamiento es simple, el fenómeno no está del todo establecido y es aún tema de controversia. Uno de los factores que puede intensificar el efecto “cuello de botella” responde al clima. Incluso la pendiente de la vía puede actuar como agente en este tipo de congestionamientos. (2) Embotellamientos espontáneos. Ocurren sin causas estructurales evidentes. En general, responden a fluctuaciones locales que comprometen más a la conducta colectiva y a la complejidad del sistema. El estudio más completo de los embotellamientos espontáneos puede encontrarse en [1, 2]. Los autores encontraron que la velocidad de emergencia y el flujo a la salida del embotellamiento es prácticamente uniforme, y en este sentido, estas magnitudes se consideran relevantes para la calibración de todo modelo teórico que se pretenda realista. Alguno expertos [3] argumentan que no existen tales embotellamientos espontáneos y que éstos son sólo resabios o “recuerdos” de congestionamientos inducidos previos. Sea cual fuere la causa última de un embotellamiento, es usual que alguno de estos ingredientes contribuya a su formación: (1) alto volumen de tráfico, (2) inhomogeneidades en la ruta (rampas, accesos, semáforos, gradientes, etc.) y, (3) perturbaciones temporales, p.e. cambios de carril. Sin embargo, está generalmente aceptado que existen efectos que favorecen la formación de congestionamientos que no están entre los listados y que la especificación última de los agentes determinantes en la configuración de un embotellamiento es imposible de caracterizar exhaustivamente.

El diagrama fundamental El diagrama fundamental es la característica cuantitativa más importante para la descripción de la fenomenología del tráfico vehicular. Se lo define como la correspondencia entre el flujo J y la densidad ρ, si bien es cierto que debido a la relación hidrodinámica J= ρv, uno dispone de tres formas equivalentes de presentarlo, o sea, J=J(ρ), v=v(ρ) ó v=v(J). Veamos cuáles son las propiedades del diagrama fundamental que uno puede inferir mediante argumentos heurísticos. Cuando el número de vehículos es bajo, la velocidad no mostrará una fuerte dependencia con la densidad, de modo que el flujo aumentará linealmente con ella, estando la pendiente del gráfico determinada por la velocidad máxiSergio Iguri

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ma accesible. Estaremos en presencia, entonces, de un flujo libre. A densidades intermedias uno espera que el flujo se vea alterado debido a la formación de embotellamientos aislados aunque cada vez más frecuentes. Esta región de “criticalidad” pone de manifiesto una transición hacia estados congestionados, en los que el flujo decrece con la densidad. Más allá de esta caracterización intuitiva del diagrama fundamental, en los últimos años se han observado aspectos no triviales en la respuesta en flujo a la densidad que incluso contradicen el “sentido común”. A bajas densidades la dependencia del flujo es lineal, pero en la medida en que la concentración de vehículos aumenta, las fluctuaciones en el flujo se hacen cada vez más relevantes, haciendo virtualmente imposible la determinación de la forma funcional del diagrama en este régimen. De los diagramas fundamentales empíricos suelen desprenderse, asimismo, algunos de los valores que ya son típicos en este tipo de estudio [4]. La capacidad o máximo flujo de la malla es de aproximadamente 2500 vehículos por hora, y este valor se alcanza con una densidad de 30 automotores por kilómetro, correspondiente a una ocupación del 20$%. El peso típico de un embotellamiento grueso ronda los 1800 vehículos por kilómetro. Es de destacar que varios autores prefieren referirse al diagrama fundamental no en el sentido estricto de una función entre flujo y densidad sino a la relación entre ambas aun cuando se considere que una forma funcional cerrada es inexistente. Tal es el caso cuando el régimen de tráfico es sincronizado o cuando se evidencia metaestabilidad.

Histéresis y metaestabilidad En diferentes situaciones se ha puesto de manifiesto que en un régimen de densidad media, la dependencia del flujo con la densidad no es unívoca. Esto se asocia naturalmente a efectos de histéresis y a la existencia de estados metaestables. La histéresis en términos de tráfico vehicular se entiende de la siguiente manera. Cuando la densidad en malla es baja, un incremento en la concentración de automotores resulta en el consecuente aumento en el flujo, i.e. más vehículos circulan, más agente por unidad de tiempo se observan. A partir de una cierta densidad crítica, un aumento en la concentración de automotores puede dar lugar a una caída abrupta n el flujo, producto de la formación de embotellamientos. El diagrama fundamental propio de este tipo de histéresis tiene un perfil λ invertido. Está caracterizado por una región ρ1<ρ <ρ2 en la que el flujo no está unívocamente determinado por la densidad. Los estados con flujo más alto no son estables y una ligera perturbación en la densidad puede producir una caída discontinua en el número de vehículos observados por hora. 178

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La existencia de metaestabilidad en el sistema tiene origen en el hecho de que el valor del flujo asociado a un embotellamiento puede ser menor que la capacidad real de la malla.

Fases del tráfico vehicular El fenómeno del flujo vehicular está intrínsecamente lejos del equilibrio, y en este sentido, hablar de “fases” puede presentar sutilezas. Desde hace algunos años se acepta la idea de Kerner de referir a “patrones” de tráfico vehicular, entendiendo por ello a la tipificación espacio-temporal de un dado estado dinámico del sistema vial. La clasificación de Kerner de las fases o patrones de tráfico es la siguiente. (1) Flujo libre. En este régimen los vehículos pueden moverse a velocidades altas, próximas a la máxima tolerada por la malla. El flujo libre se caracteriza por una baja, incluso nula, interacción entre los agentes en ruta. El flujo responde linealmente con la densidad, de modo que un incremento en la segunda resulta en un mayor número de móviles por unidad de tiempo. A la parte superior de la rama de flujo libre se la conoce como la rama metaestable. (2) Embotellamiento severo. Amplias zonas de alta densidad y velocidad prácticamente despreciable contrastan con los bordes del embotellamiento, angostos y de baja densidad, resultando en un flujo muy reducido. Los frentes de los embotellamientos de mueven a una velocidad característica de 15 kilómetros por hora, aproximadamente. El ingreso y egreso de móviles a cada embotellamiento están descorrelacionados. Frecuentemente se ven “blancos móviles”, i.e. regiones sin vehículos que se mueven a lo largo del congestionamiento. (3) Flujo sincronizado. Este estado de congestionamiento presenta una velocidad promedio ligeramente menor que la del tráfico libre pero con un flujo mayor que en el embotellamiento severo. La principal característica de este parón es la evidente falta de dependencia funcional entre el flujo y la densidad. Los puntos del diagrama fundamental están repartidos irregularmente en un área. La respuesta del flujo frente a un aumento en la densidad no queda fijo, y en contraste con las fases anteriores, puede producirse tanto un incremento como un descenso en el valor del flujo correspondiente. Las propiedades de los patrones de tráfico que acabamos de listar son parciales. Un análisis más detallado de las fases del tráfico vehicular, de acuerdo con la teoría trifásiSergio Iguri

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ca de Kerner, puede encontrarse en [5]. Cabe destacar que, de acuerdo con este modelo, la transición de tráfico libre a embotellamiento severo no se produce espontáneamente sino que está mediada por una transición de primer orden de régimen libre a flujo sincronizado.

Conclusiones El objetivo del presente artículo fue el de discutir algunas propiedades del tráfico vehicular que justifican el interés que físicos y matemáticos pueden ofrecerle al tema. En tanto proceso físico, el fenómeno vial tiene aristas interesantes: se configura como un sistema fuera del equilibrio con fases dinámicas bien establecidas y con transiciones que bien pueden generarse espontáneamente o bien pueden ser inducidas por efectos de borde o inhomogeneidades estructurales. Muchas de las técnicas propias de la mecánica estadística están permitiendo entender con mayor profundidad las características de estos patrones y transiciones. Es de esperar que en un futuro estos avances permitan la constitución de magnitudes que actúen como indicadores clave de performance relacionados con otros fenómenos asociados al tráfico vehicular, como la polución o la contaminación sonora. En todo caso, la posibilidad de desarrollo interdisciplinar entre físicos, matemáticos, ingenieros, urbanistas y arquitectos queda abierta y la expectativa de obtener resultados originales es concreta.

Referencias [1] Schadschneider, A. Chowdhury, D. y Nishinari, K., Stochastic transport in complex systems, Elsevier, Londres, 2011. [2] Kerner, B.S., Introduction to modern traffic flow theory and control, Springer, Heidelberg, 2009. [3] Daganzo, C.F., Cassidy, M.J. y Bertini, R.L., Possible explanations of phase transitions in highway traffic, Transport Reports A33, 1999, p.365. [4] Hall, F.L., Allen, B.L., y Gunter, M.A., Empirical analysis of freeway flow-density relationships, Transpor Reports A20,1986, p. 197. [5]. Kerner, B.S., Three-phase traffic theory and highway capacity, Physica A, 333, 2004, p. 379.

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