El espacio público y la arquitectura

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dossier de arquitectura trama nĂşmero nueve

El espacio pĂşblico y la arquitectura

Colegio de Arquitectos del Ecuador - Pichincha


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Contenido: dossier de arquitectura trama número nueve El espacio público y la arquitectura

Colegio de Arquitectos del Ecuador - Pichincha

Directorio CAE-P: Presidente: Arq. Pablo Moreira Viteri Primer Vocal Principal: Arq. María Samaniego Ponce Segundo Vocal Principal: Arq. Juan Ordóñez Tercer Vocal Principal: Arq. Andrés Ycaza Leyva Cuarto Vocal Principal: Arq. Jaime Vásconez Suárez Quinto Vocal Principal: Arq. Diana Samaniego Pasos Sexto Vocal Principal: Arq. Mercedes López Maldonado Segundo Vocal Suplente: Arq. Lucía Miño Rojas Tercer Vocal Suplente : Arq. Marco Villegas Sánchez Cuarto Vocal Suplente: Arq. Pamela Mendieta Molina Quinto Vocal Suplente: Arq. Fernando Puente Sotomayor Sexto Vocal Suplente: Arq. Grace Yépez Madruñero Presidente CAE-Rumiñahui: Arq. Fabián García Sosa Administrador: Arq. Juan Rodríguez Maldonado Secretaria Provincial: Arq. Aura Esther Arellano García Síndico: Dr. Arturo Moscoso Comité editorial: Lcda. Arianna Cevallos, Arq. Pablo Moreira, Arq. Rómulo Moya Peralta

Introducción: El espacio público y la arquitectura / página 2

La visión de Quito 2040 está en marcha /

página 4

Concurso: “Eje Articulador Sur de Quito” / página 6

El espacio público y la infancia / página 18

El espacio público y la crítica / página 22

Planificación, espacio público y expansión urbana en Quito / página 26

Coordinación: Lcda. Arianna Cevallos Colaboradores textos: Lcda. Arianna Cevallos, Arq. Omar Chamorro, Sra. Francisca Delgado, Arq. Luis López, Arq. Pamela Mendieta, Arq. Pablo Moreira, Arq. Adrián Moreno, Arq. José Ordóñez, Sr. Jorge Raedó, Arq. Antonio Salvador, Arq. María Samaniego, Lcdo. Edgar Soto, Arq. Jaime Vásconez, LDG. Ricardo Zurita, Instituto Metropolitano de Planificación Urbana, Comisión Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito, Comisión de Concursos CAE-P y Comisión Museo Archivo de Arquitectura del Ecuador Fotografías: Arq. Michelle Herrera, Arq. Luis López, Arq. Rodrigo León, Arq. Pamela Mendieta, Arq. Adrián Moreno, Sr. Jorge Raedó, Archivo BAQ 2018, Archivo Instituto Metropolitano de Planificación Urbana, Archivo Trama.

Apuntes sobre el espacio público en Tokio: Habitar colectivo / página 32

Cronoscopios / página 38

El espacio público en la BAQ / Parque Lineal Ferrocarril de Cuernavaca / página 42

Concurso: “Mi barrio ejemplar y sostenible” / página 10

Portoviejo. El espacio público y la ciudad / página 28

Revitalización del eje urbano de la Albarrada de Mompox / página 48

www.cae.org.ec

Director General: Rómulo Moya Peralta, arq. | editor@trama.ec / Subdirectora: Evelia Peralta, arq. | eperalta@trama.ec / Consultor Editorial: Rolando Moya Tasquer, arq. / Director de Arte: Rómulo Moya Peralta, arq. / Arte: María Gabriela Loza Pinto, ing. | Trama / Redacción / Redes sociales: Trama / Foto portada: Adrián Moreno, arq. / Preprensa: Trama / Impresión: Ediecuatorial

Dossier Trama, es una publicación de TRAMA Ediciones, Tradiseño S.A. © Tradiseño S.A., 2019, Todos los derechos reservados. Se prohibe su reproducción parcial o total sin autorización de los editores. La empresa editora se reserva el derecho de aceptar o rechazar todo tipo de material publicitario, y no guardará ni devolverá material no solicitado de arte, fotos, textos u otros. Las colaboraciones y artículos publicados son responsabilidad exclusiva de sus autores y no comprometen al Dossier ni a sus editores. Dossier Trama es una publicación periodística independiente y sin compromisos de ninguna clase con empresas o instituciones ajenas a su propia línea editorial y que acoge artículos firmados por sus autores, publicidad respaldada por sus dueños y otras inserciones, sin responsabilizarse de las opiniones expresadas por ellos, preocupándose por seleccionarlas con aplicación de un elevado criterio moral. Propiedad de TRAMA, ISBN 978-9942-808-01-1. Derechos Reservados. Tiraje 1200 revistas. Hecho en Ecuador. Marzo 2019. No.4 Año. 1. Circula con la revista Trama 151.

TRAMA: Quito - Ecuador. Telf: (593-2) 2246 315 | 2246 317 | 2269459 | 2245778 | 2922271 | www.trama.ec | editor@trama.ec


Introducción: El espacio público y la arquitectura

Si entendemos que el espacio público tiene la capacidad de incidir directamente en el desarrollo emocional, en la construcción de la identidad y en el crecimiento apropiado de los habitantes de un determinado lugar, entonces, sabremos, que abordar el diseño de este tipo de espacios es ineludible para planificadores, arquitectos y urbanistas, y que los gestores de la ciudad deberíamos fortalecerlos con acciones concretas y emergentes. Nuestras ciudades están viviendo un acelerado proceso de crecimiento, aupado por la lógica del mercado inmobiliario; el desarrollo de la tecnología, las comunicaciones y la construcción no se detienen, forzándolas a una reinvención permanente, en este proceso, el espacio público nunca es un proyecto, es un residuo, queda relegado y estático. ¿Cómo debemos los arquitectos enfrentar esta situación? ¿Cuáles son los factores que inciden en el crecimiento ordenado de la ciudad y cómo el espacio público puede articular los diferentes retos que presenta? En esta edición dedicada al espacio público, analizaremos algunas respuestas y propuestas frente a estas interrogantes. En nuestras ciudades, uno de los factores más importantes a resolver, a través del espacio público, es la conformación de redes de conectividad democráticas, que permitan el encuentro y promuevan los flujos, es decir, que consideren a la movilidad como uno de los aspectos más relevantes del urbanismo actual. Siendo consecuentes con los conceptos y con los principios de la nueva agenda urbana desarrollada en Quito, en octubre de 2016 (HABITAT III), el Ecuador y Quito, en particular, deben participar activamente en los nuevos retos de planificación. Los ciudadanos y arquitectos debemos exigir mayor compromiso en el desarrollo físico de nuestras ciudades, tomando en cuenta que, según ONU, para el año 2050, se estima que el 70 % de la población habitará en centros urbanos. Es por esto, que en el CAE-P, tras una serie de diálogos y reflexiones realizados en las distintas comisiones que este gremio alberga, hemos creído oportuno fortalecer la discusión de la ciudad y el espacio público, a través de diferentes iniciativas que contribuyan a la formulación de criterios y bases sólidas, que fortalezcan la discusión sobre el Derecho a la ciudad. En este marco, y dentro de la coyuntura política que vive el Ecuador en este primer trimestre del 2019, creamos el proyecto “EL CAE-P PREGUNTA a los candidatos” concentrando, en diez preguntas estratégicas, las inquietudes que, como ciudadanos y profesionales vinculados al desarrollo de la ciudad, la arquitectura y la gestión, vemos fundamentales sean contestadas por quien aspira la alcaldía del DMQ. Esta información, de manera consolidada se encuentra en la página web: https://www.cae.org.ec/el-cae-p-pregunta-a-los-candidatos/

Pablo Moreira Viteri

Presidente del CAE-P 2017-2019 Socio oficina MCM+A taller de arquitectura Arquitecto urbanista con especialidad en rehabilitación arquitectónica

En esta misma línea, hemos producido este dossier, que es el resultado de un proceso coherente de reflexión, participación y propuesta, que como gremio debemos tener con la ciudad. El espacio público y la infancia nos lleva a recorrer todo un mundo poco explorado en nuestro entorno y más que desconocido, despreocupado, tanto por los gestores de la ciudad, como por to-


dos nosotros como ciudadanos.Ver el espacio desde los niños y niñas, como el espacio que educa, que alimenta y que motiva, podríamos entonces decir, a través de las palabras de Jorge Raedó, que “la infancia es el resultado de su contexto”. El espacio público y la crítica, bajo la premisa de que “una ciudad caminable es la base de una ciudad sana”, Pamela Mendieta hace un llamado a la acción a arquitectos, planificadores urbanos, tomadores de decisiones y hacedores de política pública, para recuperar el rol del espacio público como conector social y generador de encuentros, con la mira en objetivos prioritarios de mejorar la calidad de vida de las personas y la calidad del aire. Planificación, espacio público y expansión urbana en Quito es un recorrido analítico y crítico de la mano de Jaime Vásconez. Su visión global de la situación de la ciudad, la forma de crecimiento de Quito, la integración con los distintos valles y el análisis morfológico de la ciudad en el que interrelaciona demografía y la problemática de la gestión, permite al lector generar una visión absoluta de la situación de Quito, aspirando a un futuro mejor. Dentro del conocer y del hacer arquitectura, urbanismo y espacio público, resulta importante estudiar casos que nos permitan tener un aliento dentro de toda esta complejidad e ineficiencia de gestión que nos desborda. El espacio público en Ecuador, Portoviejo muestra un caso que devuelve la esperanza. Gracias a una visión coherente y responsable de las autoridades locales, después del desastre que atravesaron las provincias de Manabí y Esmeraldas por el terremoto del 2016, Portoviejo, una de las ciudades más antiguas del país, es la única que se ha levantado nuevamente con un verdadero proyecto de rehabilitación urbana, que comprende dos principales acciones: la implementación de dos frondosos parques y la rehabilitación integral del centro de la ciudad. Luis López realiza un profundo análisis de ciudad y recorremos junto a él esta propuesta que, en lo concreto, integra las dos acciones. Una visión sensible, desde los ojos del visitante -viajero, del arquitecto y del crítico tendremos de Japón, a través de la mirada de Adrián Moreno, en El espacio público en el mundo. Su arquitectura y su relación con el espacio público, motivado por la cultura y las profundas raíces que conserva este pueblo en perfecta armonía con lo contemporáneo. El espacio público y la propuesta trata sobre cómo, a través de los Concursos de Ideas, como propuestas e invitaciones abiertas y democráticas de participación e inclusión, se puede involucrar a otros actores en el diseño de las ciudades. En este caso, abordamos los Concursos “Mi Barrio Ejemplar y Sostenible” y “Eje Articulador del Sur”, en los que el CAE-P colaboró decididamente con el Instituto Metropolitano de Planificación Urbana, para elegir cuatro ganadores en el primer caso y uno, en el segundo, donde quedó claro que existe una resuelta voluntad de participar en este tipo de propuestas, principalmente por parte de jóvenes profesionales.

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La visión de Quito 2040 está en marcha

El Instituto Metropolitano de Planificación Urbana-IMPU coordinó durante los últimos tres años un proceso participativo con distintos actores del desarrollo de la ciudad para la formulación de la Visión de Quito 2040, como parte de la cual se desarrolló un Nuevo Modelo de Ciudad sustentado en conceptos de sostenibilidad, resiliencia, calidad de vida, valores y cultura ciudadana y comprendiendo a la planificación participativa de una manera integral y multiescalar. Dentro de las acciones para la aplicación de este Nuevo Modelo, tendiente a alcanzar los cinco Grandes Desafíos de la Visión, se identificó a los Concursos de Ideas como un mecanismo idóneo, eficiente, innovador y democrático para lograr que la ciudadanía participe en el diseño de su ciudad, y en especial para que los arquitectos y demás profesionales vinculados a temas urbanos, tengan la posibilidad de enfrentar aspectos de gran interés e importancia para la colectividad. Los concursos de diseño tienen una gran significación desde la formación del arquitecto, ya que constituyen un mecanismo dinámico que ha permitido a generaciones de arquitectos proponer soluciones creativas a los problemas y desafíos planteados en cada concurso. Ellos identifican el espíritu de esta profesión, del trabajo colectivo, de constante superación y de buscar la excelencia a través de sus propuestas.

José Ordónez Villacreses

Arquitecto. Director Ejecutivo del IMPU. Ex-Secretario General de Planificación del DMQ. Ex-Decano de la Facultad de Arquitectura de la UDLA y la Facultad de Arquitectura de la UCE. Catedrático. Fue miembro del Consejo Mundial de la Unión Internacional de Arquitectos. Ex-Presidente del Colegio de Arquitectos de Pichincha. Ex-Director General de la Junta Nacional de la Vivienda. Ha mantenido la actividad profesional privada, recibiendo numerosos premios y distinciones.

El IMPU optó por rescatar el rol del concurso en la planificación y que de forma colectiva se trabaje poniendo en práctica varios de los componentes que estructuran el territorio en el Nuevo Modelo de Ciudad. Los primeros cuatro Concursos de Ideas plantearon una modalidad innovadora de colaboración en la que equipos técnicos y moradores de los barrios conformaron grupos de trabajo y desarrollaron Agendas de Desarrollo Barrial con el objetivo de transformar a estos barrios en territorios sostenibles a través de la aplicación de los cinco componentes del modelo de barrio sostenible propuesto en la Visión de Quito 2040. Este concurso contó con más de 62 equipos provenientes de diversas zonas de Quito DM. El proceso de formulación de la propuesta inició con la capacitación en el IMPU de los equipos de profesionales sobre técnicas de moderación y conducción de procesos participativos en asambleas barriales con el objetivo de que estos equipos organicen talleres de trabajo con los moradores de cada uno de estos barrios, actividad que generó sinergias positivas y lazos importantes entre los participantes que se plasman en los resultados alcanzados y en el alto nivel de las propuestas. El jurado calificador seleccionó una propuesta ganadora de cada sector de la ciudad: sur, centro, norte y valles y cuatro proyectos que recibieron mención de honor. Las propuestas ganadoras están en proceso de ejecución a través de $200.000 designados del presupuesto Municipal de inversión para cada uno de los cuatro barrios ganadores. El Concurso “Mi Barrio Ejemplar y Sostenible” demuestra la viabilidad del Nuevo Modelo de Ciudad y plantea una modalidad de trabajo replicable y que permite tanto el desarrollo profesional de los equipos técnicos como el desarrollo de los barrios de Quito DM, contando con el aporte sustantivo de profesionales de las nuevas generaciones.


El quinto concurso escogió el eje férreo que atraviesa el sur de Quito para plantear el desarrollo de microcentralidades a lo largo de los 13 km de recorrido desde Chimbacalle a Turubamba, que permitan la distribución de equipamientos y servicios así como la regeneración urbana en torno a este eje. La microcentralidad es un importante componente del modelo de centralidad distrital contemplado en la Visión de Quito 2040 que plantea una distribución equitativa de equipamientos y servicios en todo el territorio urbanizado de Quito DM. Este concurso tuvo 45 equipos inscritos y generó mucho interés de parte de profesionales de varias ramas, conformando equipos multidisciplinarios para el desarrollo de propuestas que pongan en valor a una infraestructura subutilizada que tiene alto potencial para la generación de oportunidades y el desarrollo del sur de la ciudad. La propuesta ganadora planteó una innovadora solución que propone la utilización de la infraestructura férrea para el transporte de pasajeros y carga en el día, y en la noche para el transporte de residuos, otorgando un rol específico al barrio, a las siete microcentralidades establecidas en las bases, a las centralidades que conforman la zona de intervención y un rol innovador al sur de la ciudad para que se caracterice como una zona eficiente y con espacio público e infraestructura de calidad. El concurso puso en evidencia la importancia de que el arquitecto y los urbanistas trabajemos de forma multidisciplinar para alcanzar proyectos viables e integrales y que consideren aspectos sociales, culturales, medioambientales y económicos. Los altos resultados alcanzados durante estos concursos, motivaron a que el Dr. Mauricio Rodas Alcalde de la Capital opte por lanzar a Concurso de Ideas el futuro del emblemático predio de la antigua estación del trolebús denominada La Y, bajo parámetros establecidos por el IMPU con el objetivo del desarrollo de una microcentralidad que incorpore innovadores aspectos de sostenibilidad, de manejo del espacio público, de acceso a vivienda digna, integrados al Metro de Quito y al Paseo del Sol y que cuenten con un modelo de gestión que permita su desarrollo e implementación. De manera colectiva, tanto participantes como organizadores hemos logrado posicionar y rescatar al Concurso de Ideas como un mecanismo transparente para que las mejores propuestas sirvan de base para la toma de decisiones dentro de la administración municipal en pro del desarrollo de la ciudad. Queremos comprometer al Colegio de Arquitectos de Pichincha para que trabaje con las próximas administraciones municipales para que el Concurso de Ideas continúe siendo parte de la planificación de Quito, y que los resultados alcanzados en estos concursos sigan su proceso de ejecución y que iniciativas como el trabajo conjunto entre profesionales y moradores de los barrios sean continuadas y replicadas. Queda también una tarea para lograr que en la estructura legal del país quede establecido este tipo de concursos como el mecanismo único para realizar la selección de las obras estatales de arquitectura y urbanismo, con lo cual se propenderá a una permanente superación de la calidad de la obra pública.

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Concurso de Ideas: “Eje Articulador Sur de Quito” “Que te vaya bien, que te recoja un tren”

Equipo URLO Studio Premio, Primer lugar

Natalia Hidalgo (Directora de equipo) Arquitecta Planificadora urbana Francisco Moratal Arquitecto y Urbanista Diego Puente Economista y planificador urbano Olatz Ezquerro Arquitecta Francisco Trigueros Arquitecto Cristina Fernández Estudiante de arquitectura - Pontificia Universidad Católica del Ecuador Nicolás Páez Estudiante de arquitectura – Pontificia Universidad Católica del Ecuador Erika Andrade Estudiante de arquitectura – Pontificia Universidad Católica del Ecuador Camila Coronel Estudiante de arquitectura – Pontificia Universidad Católica del Ecuador

Esta propuesta formula intervenciones que contribuyan al desarrollo urbano de la ciudad por medio del mejoramiento del sistema de residuos sólidos urbanos. La propuesta se basa en el análisis morfológico de la traza urbana, la organización del suelo, espacios públicos, equipamientos, el estudio de las dinámicas socioeconómicas, el análisis ambiental de las zonas y la movilidad y su conexión con el sistema urbano. Es importante comprender a las microcentralidades como espacios donde se pueda desarrollar de manera completa la rutina del mayor número de ciudadanos posible. Esta propuesta formula un plan de manejo de residuos sólidos urbanos que: 1) actúe como catalizador de mejoras urbanas y sociales desarrollando un sistema de microcentralidades articuladas por el eje ferroviario y las quebradas, 2) mejore y fortalezca el sistema de residuos sólidos urbanos, y 3) contribuya con la resiliencia de los barrios en el área de influencia de los proyectos durante los próximos ocho años. Para el manejo de residuos, el plan contempla acciones desde la escala humana hasta la urbana y desde el ámbito privado hasta la gestión pública. Estas acciones incluyen adecuaciones en las viviendas, construcción de nueva vivienda con consideraciones para el adecuado manejo de residuos, contenedores, regeneración de ejes viales y nuevos accesos, centros de separación de materiales a escala barrial, espacio público, equipamientos, aprovechamiento del eje ferroviario para la movilización de residuos y como transporte público, y la creación de equipamientos de escala ciudad con compatibilidad de uso, tanto para el tratamiento de residuos como para usos culturales y deportivos en lo cotidiano.


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Concurso: “Mi barrio ejemplar y sostenible” Agenda Comunal de Desarrollo Comuna San José de Cocotog

San José de Cocotog es una comuna indígena que se ubica en el sector nororiental del Distrito Metropolitano de Quito. Su territorio se encuentra dentro de la jurisdicción de dos parroquias: Zámbiza y Llano Chico. El territorio es de propiedad comunal y sus formas de organización están estrechamente apegadas a sus particulares formas de vida y ocupación ancestral. No obstante, en los últimos años, se ha visto afectada por la mancha urbana que incentiva la especulación inmobiliaria y pervierte su vocación territorial.

PRIMER LUGAR SECTOR VALLES

Juan Pablo Navas Director de equipo

Coordinadores Asambleas Barriales: Adam Simbaña y Jimmy Ramírez Equipo técnico: Byron Esteban Cadena Campos Denisse Lucia Santillán Álvarez Gustavo Francisco Abdo Hernández Nicolás Sebastían Yépez López Myriam Camila Ramos Gallegos Samantha Elizabeth Nasevilla Santillán Cristhián Yánez Cajas Edison Sebastián Veloz Rubio Elena De Oleza Llobet Andrés Alfonso Ramos Cevallos Carla Gabriela Romero Vaca María Victoria Navas Zuñiga Juan Manuel Acosta Beltrán Silvia Katherine Hidalgo Curicho Denisse Lizeth Estrella Calderón Jennyfer Paola Iza Lasluisa Xavier Esteban Proaño Sánchez Ronie Alfredo Bejarano Arroyo

En este contexto, se ha elaborado una propuesta para el desarrollo y ordenamiento territorial de la Comuna, a través de la redacción y formulación participativa de una Agenda Comunal de Desarrollo que contiene varias estrategias que buscan mejorar la calidad de vida y garantizar la igualdad de oportunidades de todos sus habitantes, sin perder su identidad y pertenencia ancestral. Para el efecto, se formuló la visión de la Comuna San José de Cocotog hacia el 2040, la cual propone: 1) Rescatar su historia indígena y recuperar la memoria cultural de sus saberes ancestrales; 2) Promover la regeneración ecológica y la sostenibilidad ambiental; 3) Fortalecer su autonomía y descentralización e incentivar la participación ciudadana; 4) Potenciar su economía local y la generación de microempresas; y, 5) Revitalizar su vida urbana. En este mismo sentido, se han dejado determinados varios objetivos agrupados en varios atributos sostenibles que lograrán: Una Comuna Saludable, que mejore su movilidad interna y su conectividad, que mejore la convivencia de todos sus barrios y que incentive la inclusión de los diferentes grupos humanos existentes dentro de la comuna. Una Comuna Ecosistémica, que aproveche sus cualidades ecológicas, que salvaguarde sus recursos naturales y que promueva la concientización y ejecución de acciones que contribuyan a la buena gestión de sus desechos sólidos. Una Comuna Habitable, que se constituya como un modelo de comuna indígena dentro de la ciudad, que incremente los servicios básicos e infraestructuras públicas y que fomente e incentive la apropiación y pertenencia a su propia cultura ancestral indígena. Una Comuna Emprendedora, que fortalezca sus vínculos y actividades económicas y que promueva la participación inclusiva de sus habitantes en el fortalecimiento de actividades productivas y económicas a partir de sus propios recursos. Una Comuna Corresponsable, que promueva su autonomía social, económica y administrativa, que fortalezca sus mecanismos de gobierno corresponsable y que promueva los procesos de participación ciudadana y comunitaria. Finalmente, la Agenda Comunal de Desarrollo ha dejado determinados y priorizados los proyectos que deberán ser ejecutados durante las próximas dos décadas para poder cumplir las metas y los indicadores que se han establecido en la misma. Para la ejecución inmediata se han determinado tres proyectos: la Regeneración Urbana de la calle García Moreno, a través de la realización del Boulevard Quitucara; la Recuperación Ambiental del frente oriental de la Comuna, a través de la ejecución del Sendero Ecológico Waynañan; y el fortalecimiento administrativo de la Comuna, a través de la ejecución de la Casa Comunal.


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Propuesta de transformación barrial para San Enrique de Velasco a partir de un proceso de inteligencia colectiva con la aplicación de la Visión Quito 2040

San Enrique de Velasco es un barrio de laderas que se desarrolló desde 1983; bajo criterios inmediatos y necesidades desorganizadas. Las oportunidades son numerosas y los moradores tienen deseo de un cambio mayor. El concurso Mi Barrio Ejemplar y Sostenible, permitió experimentar nuevos conceptos urbanos, así como una nueva herramienta de inteligencia colectiva, Unlimited Cities, para el proceso de eco urbanismo que proponemos. Se realizaron talleres con el comité barrial, que nos permitieron integrar plenamente a los moradores en las propuestas de transformación del barrio. Inspirada en las grandes metas globales del siglo 21 plasmadas en la Visión 2040 para Quito y aterrizadas a las realidades de San Enrique, realizamos la propuesta de un plan de acción completo y preciso con 46 acciones. Los conceptos utilizados para ejecutar los desafíos y el plan de acción en el urbanismo del barrio son: Concepto 1: Fragmentos de Felicidad Compartida, como respuesta a la realidad del barrio fragmentado en cuatro zonas marcadas y dividido por la víaYanacona de alta velocidad. Se propone una Ciudad inclusiva y abierta para todos liberando los puntos cerrados ilegales y micro centralidades de encuentro basados en tres criterios: formación, emprendimiento y cultura; en las partes alta, media y baja del barrio. Todas las micro centralidades están conectadas por circuitos peatonales para el morador.

PRIMER LUGAR SECTOR NORTE

Gabriela Mejía Directora de equipo

Coordinador Asamblea Barrial: Ángel Salas Equipo técnico: Gabriela Mejía (Directora de equipo) Grace Yépez Nicolás Salmon Mauricio Masache Mónica Yépez Paco Mejía Grace Garófalo Micaela Duque David Montoya

Concepto 2: Conozco mi Vecino, es la fortaleza de la propuesta para trabajar con asambleas barriales, colectivos ancestrales y migrantes nuevos en el barrio. Se propone una Ciudad Global y Competitiva diseñando equipamientos que soporten las nuevas propuestas y que apoyen los proyectos de los jóvenes emprendedores del barrio. Con la creación de programas de asesoría a los sectores existentes se beneficiará bajo una dinámica de cambio cultural y económico. Concepto 3. Soy San Enrique de Velasco / Vivo mi Barrio, con este concepto las Micro centralidades se relacionarán articulando el eje principal comercial para que sea el recorrido barrial, de emprendimiento y cultura. Se propone una Ciudad Ambientalmente responsable, tejiendo una red verde fuerte para conectar quebradas con el corazón del barrio, por medio de calles arboladas transversalmente. Se utiliza la silvicultura y los equipamientos comunales como estructurantes del cambio del barrio. Se implementan múltiples ejemplos de infraestructuras ecológicas (en calles y plazas) para sensibilizar, con técnicas alternativas de urbanismo y auto construcción, a los moradores del barrio. Concepto 4: Ayer, Hoy y Mañana / Futuro Compartido, este concepto se relaciona directamente con los principios sostenibles del barrio. Se propone una Ciudad Diseñada para la vida siendo los componentes fundamentales: la protección de las quebradas y del bosque en laderas, creando equipamientos para fomentar la cultura de reciclaje, reorganizando la circulación de buses, autos y peatones y planteando modelos de mejora de vivienda con los objetivos de: ahorro energético, agua y materiales. Recuperaremos espacios públicos y proponemos una nueva norma de arquitectura y urbanismo para el barrio para controlar su densificación. Concepto 5: Fábrica de Oportunidades, asociar las micro centralidades en ejes de acción como: el emprendimiento, la formación y la cultura, concepto base para promover la participación ciudadana y activar competitivamente al barrio. Se propone una Ciudad que valora su cultura e historia impulsando la actividad cultural y la organización barrial gracias a equipamientos mejorados y más visibles. Se complementan estas acciones con emprendimientos barriales planteados como base de competitividad. Proponemos un plan global a escala barrial, con la ambición necesaria para impulsar el cambio como un ejemplo real para Quito de concretización de la visión, pero también las metas de la agenda Quito Resiliente, de los ODS y de la Nueva Agenda Urbana.


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“La Primavera”. Transversalidad sostenible

La Primavera, ubicada al noroccidente de Quito con casi 5000 habitantes, es un barrio de extracción popular cuyo proceso de urbanización ha ido consolidándose de a poco entre la formalidad y la informalidad de su ocupación. Se caracteriza por estar “separado” de Quito por la avenida Occidental y por estar junto a la quebrada Rumipamba, una de las más extensas con edificación en su borde.

Aislamiento y fragmentación La avenida Occidental y algunos conjuntos habitacionales construidos en la parte sur del barrio, delimitan un perímetro artificial del mismo. A su vez, la quebrada Rumipamba al norte y la quebrada que limita con la Comuna, al sur, forman parte de sus límites naturales. Estos límites, naturales y artificiales respectivamente, configuran el perímetro del barrio, que terminan aislándolo de la ciudad; es decir, impiden una comunicación adecuada con el barrio San Vicente al norte, La Comuna al sur y el barrio Las Casas al Este.

PRIMER LUGAR SECTOR CENTRO

Kléver Vásquez Director de equipo

Coordinadora Asamblea Barrial: Rocío Pichucho Equipo: Daniela Fernanda Espinoza Jaramillo Michelle Estefanía Cabascango Moreano Néstor Emmanuel Mendoza Zambrano Bianka Sofía Carrión Suza Maritza Elizabeth Chiluisa Andrade Andrés Fernando Catrillón Cueva Ricardo Villegas Francisco Xavier Díaz Chimbo Jorge Luis Aguilar Chamarro Mikele Alejandro Hinojosa Orbea Viviana Estefanía Sinailin Luna

Las quebradas que bordean el barrio condicionan un crecimiento siempre ascendente hacia la ladera del Pichincha y, por tanto, las calles principales de La Primavera recorren longitudinalmente el barrio formando manzanas alargadas que por construirse en pendiente pronunciada terminan elevando muros de hasta 2m de altura que dan directamente a las calles. Esta característica morfológica aísla las manzanas entre las dos calles principales y longitudinales (la calle Primavera y la calle Obispo Díaz de la Madrid), fragmentando al barrio en su interior. Aislamiento y fragmentación morfológica que se refleja en la segregación social que el barrio sufre, existiendo varios dirigentes que no dan cuenta de unidad e integración. Este problema de falta de representatividad común ha terminado fragmentando el imaginario que los pobladores tienen de su barrio, dando lugar a que sus habitantes busquen la “distinción”. Así, la Primavera alta, la Primavera media y la Primavera baja son nominaciones sociales con las que la gente se distingue entre sí.

Transversalidad sostenible La propuesta, en su aspecto general, pretende dar respuesta a la problemática físico-social que presenta La Primavera; para ello se planea establecer un sistema vial transversal, conformando nuevos tramos de vías que enlacen algunas ya existentes y que generen un circuito que conecte los barrios San Vicente al norte y La Comuna al sur, creando unas y volviendo a abrir otras calles que han sido tomadas para ser parte de algunos conjuntos habitacionales privados. Este circuito de calles estará destinado principalmente al recorrido peatonal y transporte liviano, atravesará las quebradas y permitirá la accesibilidad y tratamiento de las mismas. A las quebradas se propone reforestarlas con plantas nativas del lugar que acompañarán diferentes senderos que servirán a un turismo local y de bajo impacto. Las quebradas entonces formarán parte del circuito con equipamiento turístico y ecológico que asciende al Pichincha. La propuesta de transversalidad para el barrio implica también la participación de diferentes actores sociales trabajando en conjunto en proyectos comunitarios como huertos urbanos, compostera comunitaria, centro de acopio, entre otros, que pretenden desvanecer las barreras sociales existentes en la actualidad.


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Barrio Martha Bucaram

El barrio Martha Bucaram está situado en medio de barrios del sur de Quito, atravesado por la Av. Martha Bucaram, vía de gran movimiento comercial, eje unificador que integra barrios como la Ciudadela Ibarra, La Ecuatoriana y el terminal de transportes Quitumbe con la futura parada del metro. Esta comunidad destaca por su gente unida y pujante, migrantes de provincia que llegaron hace 40 años. Los vecinos se han organizado con la dificultad propia de un barrio olvidado por la planificación. Se han realizado algunas obras, con esperanza y lucha permanente. Regularmente se reúnen en la casa barrial, obra ejemplar construida a pulso, donde discuten y piensan en el futuro. Con la oportunidad del concurso, la comunidad participante emprendió la tarea de convocar y lograr una participación algo más numerosa que la usual. El equipo técnico llegó a aprender y a motivar. No se trató de imponer, sino de sugerir y organizar. Los talleres participativos fluyeron con actores como la policía local, los comerciantes y algunos grupos de jóvenes organizados. Atentos a no ser simples “socializadores de propuestas”, el equipo indagó en los diversos grupos etarios con dinámicas de imaginarios, encuestas y entrevistas. Buscando problemas y posibles soluciones, se trazó un plan general, se discutió y se consensuaron las ideas.

PRIMER LUGAR SECTOR SUR

Manuel Uribe Director de equipo

Coordinador Asamblea Barrial: Jaime González Equipo: Oswaldo Paladines Z. Zulema Jaramillo Cristina Valarezo Patricia Valarezo Romina Gallardo Kelly Viteri Adriana Tinoco

El proceso enriqueció y consolidó lo que los vecinos ya sabían o intuían. Las sugerencias del equipo para la estructuración del espacio urbano fue una verdadera construcción participativa. El barrio necesitaba conectarse con los hitos visuales: las faldas del cerro Atacazo, con puntos atractores y de movilidad como la próxima estación del metro. En la ciudad hay que conectarse para que los nuevos equipamientos cobren sentido. La comunidad tenía claros algunos programas de sostenibilidad, pero había que enmarcar todo en una visión integral, un plan para crear espacios de inclusión para niños, jóvenes y adultos mayores. Es la población juvenil la que necesita espacios de recreación con buenas condiciones de uso. Había que explotar el potencial de lugares de cultivo para grupos de adultos mayores. La propuesta resalta los hitos históricos y culturales del barrio, recuperando un sitio de memoria histórica en una antigua casa–molino al pie de quebrada Ortega. La visión de barrio sostenible es holística e integral, se estructura por medio de vías con arborización nueva, ya que el sur no tiene árboles en los espacios públicos. También reconoce viejos anhelos y esperanzas de la población: una capilla que se empezó a construir y nunca prosperó, espacios para desarrollar emprendimientos gastronómicos, una cancha cubierta, paseos arbolados para conectar las áreas verdes existentes, un centro de reciclaje y tratamiento de basuras. Aparte de las propuestas físicas, se establecieron programas sociales para mitigar los eternos problemas que afectan al sur de Quito: el manejo de perros callejeros, recolección de basuras, generación de recursos por parte de la comunidad mediante la implementación de zona azul de parqueo y programas de rehabilitación de drogas entre otros. Hoy, la comunidad del barrio Martha Bucaram mira con orgullo la nueva agenda barrial, la reconocen como una hoja de ruta para el futuro, como el instrumento legal para materializar las ideas de un barrio que se relaciona responsablemente con el medio ambiente y con las complejas realidades urbanas y sociales del siglo XXI. Para gestionar corresponsablemente con el gobierno local los proyectos que están planteados en ella a corto, mediano y largo plazo. Con este concurso, todos aprendieron y enseñaron, todos imaginaron y soñaron. Este proceso será un ejemplo para otros barrios de la ciudad, para que la organización participativa y la autogestión posibiliten mejoras reales y sustanciales en la población.


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El espacio público y la infancia

El espacio es de alguien El espacio no es una abstracción, un concepto, algo que esté allá y nosotros acá lo pensamos. El espacio es una realidad física que vivimos con el cuerpo. El espacio siempre pertenece a alguien. ¿A quién pertenece la casa donde usted vive? Tal vez a usted o a otra persona que cuida el espacio, lo limpia, le da vida en cada centímetro... ¿A quién pertenece la tienda donde compra la comida? A una persona o entidad jurídica concreta que lo diseña, atiende, mantiene en orden, seduce al visitante... ¿A quién pertenecen la calle, la plaza, los parques, los edificios públicos de su población o Estado? En teoría, a todos los habitantes de esa población. Los habitantes de la población, en teoría, pagan algún tipo de impuesto o tributo para que la institución encargada de la gestión de la población lo invierta en el buen funcionamiento: contrata y paga (con ese impuesto o tributo) a los que diseñan, mantienen, velan por la seguridad, dan estabilidad jurídica en caso de diferencias entre ciudadanos… Hay una relación directa, como la de una pareja de bailarines, entre el Estado y el Derecho. Cómo se define a sí mismo cada Estado y cómo aplica la Ley que lo regula y da forma, determina el día a día de sus ciudadanos, labra su presente. El Espacio Público es tanto el contrato pactado por todos (debería ser por todos, no por unos pocos) para la tranquila convivencia, como la manifestación física de ese contrato: la ciudad construida que vivimos.

Jorge Raedó

(Zaragoza, España 1969). Artista y profesor de arte para niños. Vive en Bogotá, Colombia, desde 2015. Osa Menor es su investigación y práctica en educación de arte para la infancia y juventud desde 2008.Ideó y es director artístico de Ludantia. I Bienal Internacional de Educación en Arquitectura para la Infancia y Juventud, (Pontevedra, España). Miembro de la Escuela en Arquitectura Educativa de la Universidad Autónoma de Madrid (España). Ideó y dirigió el proyecto ¿Què és Arquitectura? (2008-11). Director educativo de la asociación finlandesa Rakennetaan kaupunki! (julio 2011 abril 2015). Idea y dirección de Amag! Revista de Arquitectura para Niños (2012-17).

El Estado y el Derecho bailan enlazados. ¿Qué música escuchan? ¿La de los corazones de todos sus habitantes? ¿La de los corazones de unos pocos habitantes? La coreografía que trazan, ese fluir, es el Espacio Público donde todos vivimos, también la Infancia.

La infancia tiene tres necesidades básicas • Físicas (espacio - tiempo) El niño tiene un orden biológico en su devenir. El cuerpo tiene momentos álgidos para el estudio, otros para el juego, otros para el descanso... y momentos descendentes que le dificultan el quehacer. La familia, profesorado, diseñadores, políticos… tienen que cumplir su tarea con la infancia apoyándose en estos ciclos. Al niño no le puede faltar buena alimentación, higiene, salud, cultura, estudios, cobijo, sueño…


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Los espacios donde el niño crece son determinantes. La casa, la calle, el colegio, los centros culturales… El espacio como prolongación de nuestro cuerpo, como un “exo-cerebro” que alimenta y da forma al niño. A su vez, el niño da forma al espacio que lo acoge. • Éticas La comunidad tiene que comportarse con la infancia de una cierta manera para protegerla y darle la oportunidad para integrarse en la comunidad: familia, vecindario, Estado en todos sus niveles (nacional, regional, ciudad). Nos educamos dentro de atmósferas. Aquello que respiramos, aquello seremos. Si el ecosistema político no cuida a la infancia, la guía y fomenta su potencial a través de leyes e inversión en proyectos necesarios… ¿qué actitud tendrán esos pequeños ciudadanos que pronto serán adultos? • Estéticas La infancia está en un proceso de “culturización”, es decir, asumiendo como propia la red cultural que le acoge. Día a día, el contexto cincela al pequeño ciudadano hasta que sea como el resto de ciudadanos, una nota concordante en la sinfonía social. Esa “forma cultural” que van adquiriendo los niños, los integra en el grupo y a la vez los aleja de sí mismos y de la naturaleza más profunda.

1. Centro Cultural-Comedor San Martín en La Balanza, Comas, Lima. 2018. Fotos: Jorge Raedó. dossier de arquitectura trama número nueve / página 19


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El niño percibe cosas que los adultos ya no percibimos (por esa “forma cultural” en que nos hemos convertido). La infancia percibe antes cuándo hay una desarmonía física y espacial. Dicen que la calle “es fea” porque se dan cuenta que esa calle no es una buena respuesta a las necesidades básicas de las personas. La infancia está más cerca de la Naturaleza. Escuchémosla, como el ciego escucha al que sí ve.

La infancia en el espacio público Me sugirieron escribir un artículo sobre el Espacio Público y la Infancia. Para ser completo, el texto debería estudiar si los espacios educadores (jardines infantiles, colegios… también bibliotecas, centros de arte o ciencia, polideportivos…) tienen cobertura del 100% con la mejor calidad posible, si las calles satisfacen las necesidades de las acciones cotidianas de los pequeños (obstáculos físicos, iluminación, zonas verdes y de juego, vehículos motores, contaminación acústica y del aire…), si la comunidad está involucrada en la seguridad física e intelectual de sus niñas y niños (sea con proyectos desde la Alcaldía o desde los propios vecinos)…

2. Las tres necesidades básicas de la Infancia. Imagen: Jorge Raedó.


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El tejido de la comunidad es la esencia del barrio, ciudad, país… El mundo construido es la consecuencia de la calidad de ese tejido. El tejido comunitario es la luz, lo construido es su sombra. La Infancia es un integrante más de la comunidad. Cada contexto tiene sus problemas a solventar, no hay dos infancias iguales. Los hilos de la infancia están trabados al resto de edades de hilos. Donde mueves un hilo aquí, alteras otro hilo allá. Trabajar el Espacio Público y la Infancia es hacer proyectos específicos con niñas y niños concretos, para sus necesidades definidas en contextos señalados y delimitados en el espacio y el tiempo. Estos proyectos salen bien cuando la comunidad juega junta.

3. Centro Cultural-Comedor San Martín en La Balanza, Comas, Lima. 2018. Fotos: Jorge Raedó. dossier de arquitectura trama número nueve / página 21


El espacio público y la crítica

El urbanismo, la arquitectura, la movilidad y el territorio son disciplinas que nos competen en su integralidad como profesionales, siendo sobre todo catalizadores y gestores/creadores de espacio público común. A partir de los años 40 Quito ha sido pensada, diseñada y construida desde un modelo de planificación por zonas y con el objetivo principal de facilitar el tránsito del automóvil privado y el espacio que conlleva. Estas premisas que en su momento parecían ser la respuesta, hoy constituyen un hábitat hostil que deja de lado el verdadero rol del espacio público como conector social y generador de encuentro (plazas y parques, la calle con su calzada, pero sobretodo las olvidadas aceras y el casi extinto arbolado público). Esta realidad involucra a los ciudadanos desde todos los escenarios para deconstruir este paradigma de movilidad y transformar la gestión y el uso del espacio público para la gente y no el automotor. Esto es esencial para un futuro sostenible, uno que permita mitigar el cambio climático y alcanzar una sociedad equitativa, inclusiva y justa; en definitiva, mejorar la calidad de vida y del aire de todos los residentes del Distrito Metropolitano de Quito. Las aceras fueron en su momento los principales espacios de encuentro. Este mensaje plantea que su recuperación es primordial para continuar con cualquier propuesta que pueda llevar a conseguir los objetivos del desarrollo urbano sostenible. Empezar por lo básico, la conexión entre lo público y lo privado, y permitir que nos reconozcamos en él todos como iguales.

Pamela Mendieta Molina

Arquitecta ecuatoriana con experiencia y participación en espacios y proyectos de planificación urbana y de movilidad, graduada en la Universidad Católica del Ecuador (2000). Miembro de la Directiva 2019-2021 del CAE-P

¿Qué pasó en Quito para que hoy las aceras sean espacios inseguros, sin diseño, abusados sistemáticamente por el automotor, sin arborización, sin espacios de encuentro o descanso? Mi lectura inicia hace unos 20 o 25 años, cuando el automóvil tuvo un excesivo protagonismo y se pensaba únicamente en su circulación en la ciudad. Carriles que antes eran parqueaderos en calles comerciales se convirtieron en espacios/carriles de flujo, y en contra de la normativa existente, se invadieron retiros frontales para el reemplazo de los espacios de estacionamiento. Las aceras, se volvieron accidentadas, irregulares, siempre destrozadas y los frentes de lote como uso de parqueadero, lo que significó la lamentable eliminación del arbolado urbano, que a su vez, dificultó la caminata por la escasez de sombra. Queremos replantear y revertir lo que en un inicio fragmentó y disminuyó la calidad del espacio público, con acciones que construyan ciudad y nos devuelvan la calidad de vida.


La normativa que regula el desarrollo urbano de la ciudad y protege a las aceras del mal uso de parqueos sobre el frente de lotes sigue vigente en el PUOS (Plan del Uso y Ocupación del Suelo) y en las Normas de Arquitectura y Urbanismo. Lamentablemente, muchos de quienes estudian para entender y contribuir en la construcción de la ciudad, (arquitectos, planificadores urbanos, tomadores de decisiones y hacedores de política pública) han sido los primeros en impulsar este modelo, sin siquiera levantar la voz para cuestionarlo. Este silencio debe terminar, debemos unir voces en defensa de la ciudad y la esencia de nuestras vidas diarias, el caminar. Promoverlo como un instrumento inclusivo y de equidad, como paraguas para quienes tienen movilidades y capacidades diversas. Esta propuesta respalda, por lo tanto, la planificación de la ciudad con espacios de uso mixto donde la convivencia es el principal objetivo, es el medio para garantizar que las aceras sean activadores económicos y sociales. Propone espacios de vivienda que cuenten con servicios complementarios, para que la movilidad sea local y permita recorrer mínimas distancias, en la mayoría de los viajes. Su trayecto debe ser arborizado, con áreas de descanso que alberguen actividades y servicios en su entorno inmediato. La propuesta es ambiciosa en su formulación, ya que busca convertir nuevamente a este elemento en un espacio de encuentro físico, en reemplazo de las plazas virtuales que hoy tenemos en las redes sociales. Es necesario discutir entonces las opciones de densificación de la meseta principal de Quito. Sobre la base de un acuerdo para la correcta aplicación de esta estrategia, se debe entender que la densificación no es meramente sinónimo de crecimiento en altura. Los proyectos deben aportar a la mejora de la calidad de vida urbana al incluir pequeñas y medianas plazas y/o parques que ofrezcan espacios de encuentro social y recreativo. Se requiere poner a la pirámide (invertida) de la movilidad sostenible como la piedra angular del desarrollo urbano, donde las calles pacificadas sean una respuesta para que exista una convivencia y seguridad entre todos los medios de movilidad.

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Es aquí cuando se debe tomar la acción decidida de reclamar el espacio de los automóviles para la aplicación del urbanismo táctico en algunas partes de la ciudad; capaz de transformar los estacionamientos en áreas para la gente, en conexión con los servicios y actividades existentes o planificadas. Pero, sobre todo, cumple la tarea de reducir la velocidad a la que circulan los automóviles en zonas residenciales y comerciales. Es por esto que los pasos a desnivel elevados o deprimidos, fueron y son la peor decisión en una ciudad, ya que rompen el tejido urbano y social, priorizan al automóvil y permiten incrementar su velocidad dentro de la ciudad con las desastrosas secuelas que hemos visto que han traído. Las autopistas y carreteras deberían ser las únicas que cuenten con esos elementos de diseño. También, debemos tener presente que construir edificios de parqueadero únicamente genera una demanda inducida que profuandiza el problema e incentiva el uso del automóvil. Quito es una ciudad tremendamente inequitativa, esta realidad debe ser el impulsor para tomar decisiones que promuevan cambios y generar planes que se enfoquen hacia la justicia social. Reconocer que la continua entrega de presupuesto a proyectos para el beneficio de quienes usan automóviles privados, agudiza la inequidad y excluye.


Destinar al automóvil el porcentaje de calzada que le corresponde (ya que apenas el 23% de quiteños se moviliza en auto privado, incluido taxis), y promover que el resto del espacio sea transformado para el uso seguro y equitativo para el 15% de quiteños que camina y usa bicicleta y el 62% que utiliza el transporte colectivo, convirtiéndose así en un espacio para todos y en todas partes de la ciudad y campo. Finalmente, el metro sin ser (ni de cerca) una solución definitiva para la movilidad integral del Distrito Metropolitano de Quito deberá ser tomado como una oportunidad para recuperar el espacio para la gente. Requiere además las reformas al servicio de buses convencionales y abastecerse de gente con aceras seguras y confortables, generando en las paradas de metro centros de actividades que brinden seguridad en zonas aledañas, no como centros comerciales sino como auténticos puntos de atracción que generan servicios. Este es un llamado a todos quienes somos parte de la ciudad, quienes deseamos arrimar el hombro y ser coherentes con las necesidades de un espacio común, de una ciudad para todos. Estas ideas pretenden plantear reflexiones para futuras soluciones que nos den resultados diferentes a los que hasta hoy hemos conseguido. Una ciudad caminable es la base de una ciudad sana.

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Planificación, espacio público y expansión urbana en Quito

Durante la Conferencia Hábitat III, realizada en Quito en octubre de 2016, se efectuó el lanzamiento del Atlas Global de Expansión Urbana, (Universidad de Nueva York, ONU-Hábitat) estudio que analiza el fenómeno del inusitado crecimiento reciente de las ciudades a partir del examen de una muestra aleatoria de 200, que son estadísticamente representativas del universo de 4231 urbes que tienen más de 100 000 habitantes en el mundo actual1. Quito es una de las 26 ciudades de América Latina incluidas en el Atlas. A pesar de la validez de los resultados y de lo innovadora que es la metodología empleada, son pocas las repercusiones que ha tenido ese material en los círculos académicos o en las instancias de planificación nacional. Empero, la información provista en relación con la Capital; la posibilidad de comparar su crecimiento con el de otras ciudades de la región o de inferir lo que implica para los otros centros urbanos del país, son insumos importantes para la planificación que, hoy más que nunca, requieren Quito y el Ecuador. El Atlas pone en evidencia que la urbanización reciente de Quito, de manera similar a lo que ha ocurrido en otras ciudades de América Latina, es factor preponderante de buena parte de las dificultades y problemas que experimenta la ciudad. Señala, por ejemplo, que en términos físicos la urbe se ha expandido a tasas que son superiores a las del crecimiento de su población y que, consecuentemente, su densidad general ha disminuido de manera considerable. La magnitud, la velocidad y la aceleración de la expansión de la ciudad, lo relativamente corto que es, en términos temporales, el período en el que se ha producido este fenómeno y las bienintencionadas, pero equivocadas, que han sido muchas de las interpretaciones, decisiones y acciones que se han planteado para tratar de entenderlo y enfrentarlo, son algunos de los aspectos que deben discutirse a partir de las evidencias que provee ese Atlas.

Jaime Vásconez

Arquitecto ecuatoriano con experiencia en planificación urbana, graduado en la Universidad Central del Ecuador (1980). Ha ejecutado proyectos y consultorías sobre planificación y gestión urbana, gobernabilidad local participativa y otros temas vinculados con las ciudades, en América Latina y África para el Banco Mundial, la Unión Europea, ONU-Hábitat, GTZ y otras agencias de cooperación internacional. En dos períodos ha sido miembro del directorio y presidente del Tribunal de Honor y del Tribunal Electoral del CAE-P. Es cuarto vocal del directorio en el período 2019-21.

El estudio señala que la expansión de la ciudad se incrementó y que las características generales de la urbanización producida más recientemente son, cuantitativa y cualitativamente, inferiores a las generadas antes: el ancho promedio de las vías ha disminuido; la longitud de vías arteriales por kilómetro cuadrado ha sido menor; el tamaño promedio de las manzanas se ha incrementado y, por ende, las áreas más nuevas de la ciudad resultan menos “caminables” que las más antiguas. Asimismo, el número de intersecciones de vías en cruz es menor y el porcentaje de predios localizados a una distancia caminable de una vía arterial y del transporte público ha disminuido también. Es usual, en las áreas periféricas de Quito, que la trama vial carezca de jerarquías y de continuidad. Y no son tan solo los espacios públicos de interconexión -las vías- los que tienen deficiencias en los suelos de más reciente urbanización. Las áreas destinadas a equipamientos públicos son escasas y los espacios que poseen representación simbólica son casi inexistentes en gran parte del amplio territorio de la periferia urbana. Y si bien la geografía determina que grandes porciones de ese ámbito tengan características que les hacen inadecuadas para la urbanización y aporten de forma natural potenciales espacios públicos abiertos de grandes dimensiones, su condición presente y en especial su porvenir no dejan de ser inciertos, por la presión continua que la propia expansión de la ciudad origina sobre ellos. Todas esas son expresiones espaciales, que materializan en el territorio, los desajustes y desbalances de un proceso que se caracteriza por el creciente predominio del interés privado, de la visión de corto plazo y del lucro; al que de forma paralela le corresponde la subordinación de lo público, del bien común y de la visión a largo plazo. Suele ubicarse a mediados del siglo XX el inicio de ese proceso que en principio fue de crecimiento demográfico (Entre 1960 y 1970 Quito multiplicó su población por ocho) pero que poco tiempo después desbordó los límites de la ciudad, multiplicó los barrios informales, deterioró los servicios públicos e inició una paulatina, lenta e intermitente pérdida de la capacidad de ejercitar la planificación con visión de futuro, de aplicar las regulaciones y de efectuar el control por parte de las autoridades locales.

Atlas of Urban Expansion—2016 Edition. Shlomo Angel, et. al. Octubre 2016, inglés, Publicado en conjunto por el Programa Expansión Urbana NYU de la Universidad de Nueva York, ONU-Hábitat y el Instituto Lincoln de Política de Suelo. El Atlas puede obtenerse, sin costo en: http://www.atlasofurbanexpansion.org/

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De entonces para acá, es conocido que más del 60% de las edificaciones residenciales existentes en Quito son informales y en una u otra forma incumplen las normas técnicas y urbanísticas. No es de extrañar que por más de 50 años un sistema de servicio público esencial, como es el del transporte, no haya sido en la práctica ni público, ni servicio, ni sistema. Y tampoco resulta inusual que la periferia de Quito se haya desarrollado bajo la falsa noción de una expansión urbana “lineal” a lo largo de lo que fueron carreteras que enlazaban la ciudad con otras de diversa jerarquía y que es en realidad una forma inicial de la más ineficaz de las lógicas de estructuración urbana, la de “espinas de pescado” que cubren gran parte de los valles aledaños a Quito a partir de lo que fueron en su momento las autopistas Córdoba Galarza y Rumiñahui, los tramos iniciales de las Panamericanas Norte y Sur, de la Interoceánica y, más recientemente, gran parte de la Ruta Viva. En todas esas vías expresas, abundan los ejemplos de como se conectan directamente a ellas calles locales, sin que exista la transición necesaria que provee una trama vial de jerarquía intermedia que debió ser diseñada y ejecutada antes de que el desarrollo urbano se produzca: Los valles aledaños a Quito carecen de una red vial arterial regular, a intervalos constantes y en dos sentidos, porque no se la concibió cuando era adecuado. De hecho, los centros poblados pre-existentes en esos valles (Calderón, Pomasqui, San Antonio, Nayon, Zámbiza, Cumbayá, Llano Chico, Guangopolo, Tumbaco, La Merced y Conocoto, cuando menos), a los que se les ha otorgado el papel de “nuevas centralidades”, se han visto, en corto tiempo, desbordados por el tráfico vehicular y por la multiplicación de las actividades comerciales y de servicios que los han estrangulado en sus estrechas y discontinuas calles de naturaleza rural. Resulta interesante constatar como subsiste aún la percepción de que la ciudad de Quito está compuesta por un área central, rodeada de 32 parroquias rurales, de las cuales las diez o doce antes mencionadas se encuentran en la ambigua y temporal condición de “periurbanas”. En esa lógica, se sigue entendiendo que la avenida Simón Bolívar es una vía perimetral y no la columna vertebral de un territorio urbano que hace más de 30 años desbordó unos límites arbitrariamente adoptados, cuadruplicó el área urbana de Quito y es la expresión física y material de un Distrito Metropolitano que tiene que ser mucho más que un cambio de membrete y cuya conformación no puede estar exclusivamente en manos de los desarrolladores urbanos privados y precisa con urgencia que el sector público oriente y regule su funcionamiento. Quizás, si llega a ocurrir, el espacio metropolitano del Quito del futuro dejará de construirse con la lógica de agregación desordenada que ahora existe y llegará a contar con una malla vial jerarquizada e integral bajo la cual se tiendan las redes de infraestructura básica, por la que circule un verdadero sistema integral de transporte público; con amplias áreas abiertas, de protección y de provisión de servicios ambientales; con áreas debidamente reguladas para los desarrollos residenciales y también los usos y actividades productivas y que incluya espacios públicos adecuados, distribuidos de modo homogéneo en todo el territorio. Si se lee con detenimiento el párrafo precedente, podría parecer una descripción del Primer Plan Regulador de Quito, elaborado por G. Jones Odriozola y G. Gatto Sobral en los años cuarenta y que fue la guía en base a la cual la ciudad creció a lo largo de las tres o cuatro décadas siguientes. No se trata de utopías, más bien de retomar ese momento, cuando las competencias y los roles estaban más claros, era posible prever el largo plazo y se ejercitaba el control, a partir de normas claras y sencillas.

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Portoviejo. El espacio público y la ciudad

I. El espacio público es la ciudad y las ciudades son sus habitantes. “Atenas no era la polis, sino los atenienses”, decía Aristóteles. Luego de esta afirmación, varias interrogantes: “¿Qué hace posible que personas que no se conocen, que no tienen intereses comunes inmediatos, pese a ello, se toleren unas a otras y vivan juntas?”, se pregunta J. L. Nancy.Y más aún: ¿Qué pasa con el ser juntos, el ser en común? Esta pregunta de origen, que nos interroga desde la antigüedad hasta el presente, viene acompañada de otra: ¿Qué sucede con esa dimensión espacial substancial del compartir que es la “Gran Ciudad como recinto exclusivo de lo humano”?, como la definía B. Echeverría.

Luis López López

Arquitecto. Estudio López López arquitectos. Arquitectura, ciudad, rehabilitacion y diseño. Comité editorial de Trashumante, revista de pensamiento crítico.

Si bien en los distintos niveles de existencia de la condición humana, definidos por H. Arendt como el trabajo, la labor y la acción, los seres humanos se relacionan entre sí y con la naturaleza en su devenir vital, es en la acción, campo de la política, en donde se articulan los diferentes elementos de la existencia común; aunque sin ser ella misma la cosa común en general (que ubicaría a la política como fin último), más aún si consideramos otras formas de relación humana que vienen de las artes, el pensamiento, los sentimientos. Hay una reducción cuando se ubica el ser en la individualidad, desconociendo la conflictividad propia de la relación con el otro y reconociendo solo el modelo del individualismo, la desagregación, el número. Al contrario, la apertura se da si se trata de construir una ética de la conviavilidad, del ser capaz de abandonarse al otro, de que cualquier recién llegado pueda ser bienvenido; del encuentro, aun cuando este sea perecedero. El primer modelo de ser-juntos, dirá J. L. Nancy, es más el lado a lado (tocar) que el cara a cara (la mirada), aun cuando se pueda reprochar que esto no sea suficientemente ético, que no haya responsabilidad; pero es allí donde está ante todo el sentido, en tanto sentir. Uno es con el otro, más aún, somos también con los animales, con las plantas, con los objetos. Esto lleva a afirmar


que no hay una identidad de ciudad; hay flujos de corporeidades, diversidad de encuentros y mestizajes. La ciudadanía no es una condición, ni un resultado, ni un decreto, es más una tensión entre los intereses individuales y los intereses compartidos, es una conflictividad que se entreteje de modo inédito en las prácticas diarias. El ser juntos ubica al ser político en su complejidad, en la confrontación que lo hace deliberante, móvil, actuante; que produce desde sí mismo nuevas redes de solidaridades, sin diluir los posicionamientos de clase, tradición, sexualidad, etnia; es en esa condición que se requiere la ciudad como espacio que propicie la libertad. De allí que sea importante reorientar la reflexión y práctica en la construcción de las ciudades, tanto en el campo de las representaciones como de las mediaciones; de representaciones que tengan presente la noción de lo efímero, de la negociación y del cambio, que mantengan abierto y flexible su sistema semántico; de mediaciones de el ser humano con el ser humano, de el ser humano con la naturaleza, que propicien la vida y sean objeto de una evaluación y crítica permanentes. Mantener la idea de la multiplicidad espacial y la coproducción de la misma, unir desafíos estéticos con cuestiones éticas, consideraciones de tipo político, científico y tecnológico; motivarse en el deseo de estar activos, innovadores, creativos y responsables. La ciudad como espacio público implica “... negociación, fricción, temporalidad y compromiso …” dirá O. Eliasson. II. Portoviejo, es la sede de la administración pública en la provincia de Manabí, los servicios y el comercio la definen en sus funciones, con la particularidad que es una ciudad habitada por una población mayoritariamente joven. Su topografía plana, cruzada por el río Portoviejo y un clima cálido, entre seco y húmedo, producen una vegetación pródiga y un medio ambiente generoso, que no obstante puede llegar a ser frágil.

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El centro de la ciudad, conserva la traza en damero propia de las primeras ciudades en el país, y llega a la segunda década del presente siglo con un claro deterioro urbano, manifiesto en la bajísima densidad de ocupación del suelo, mínima presencia de vivienda y casi inexistente preocupación por el espacio público; las aceras están contaminadas con el comercio formal e informal y las vías están copadas de vehículos que las usan más como estacionamientos que para circulación. La presencia de pocos edificios de carácter público en altura, contrasta con edificaciones de una, dos y hasta cuatro plantas con distinto grado de deterioro, cuando no de abandono, que generan una imagen urbana negativa. El sismo de abril de 2016, produjo un efecto devastador en la ciudad y particularmente en su centro, de las 58 ha que lo conforman, apenas 15,59 ha mantienen sus edificaciones. Las infraestructuras, que ya tenían daños e insuficiencias por estar en el límite de su vida útil, sufren severos daños. El espacio público prácticamente desaparece. En estas circunstancias, el Plan de regeneración urbana, que estaba en ejecución, se vuelve imprescindible para la recuperación post-terremoto. Bajo los conceptos de compacidad, complejidad y metabolismo urbano, se trazan las líneas de acción que conduzcan a la recuperación de la vida urbana en el centro de la ciudad. Se propone una compacidad de mediana densidad y mediana altura, una complejidad que abarque y relacione una diversidad de funciones, se pone énfasis en la edificación de vivienda como principal dinamizadora de la vida urbana, se plantea la integración de las plantas bajas con el espacio púbico, que tejan la traza y trama urbana con funciones privadas y públicas y se pone énfasis en la revitalización del metabolismo urbano, para lograr una ciudad ambientalmente sana mediante la descontaminación del aire y el uso de energías limpias, entre otras cosas. Pero, el ámbito de gestión municipal de Portoviejo, si bien le faculta legislar y facilitar el accionar público y privado al interior de las manzanas, no le faculta a intervenir directamente en ellas al ser este un espacio de dominio privado, quedando el espacio público como el campo de acción


propicio para enfrentar la reconstrucción del centro de la ciudad. La ejecución del Plan piloto de regeneración urbana en 8,6 ha (11 manzanas) que incluye nuevas redes de canalización pluvial y sanitaria, soterramiento de instalaciones eléctricas y de comunicaciones, reconstrucción total de plataformas viales, constituye una potente intervención en la obra física y es el lenguaje de las infraestructuras el que abre paso a otro lenguaje, el de las nuevas significaciones urbanas articuladas al reordenamiento del espacio público. La incorporación de 5,22 ha de aceras a las 5,91 ha que exisitían permite conformar un nuevo tejido urbano en el que la presencia del peatón adquiere prioridad sobre la del vehículo. Un nuevo orden en la mobilidad jerarquiza la circulación vehicular en vías de distinto grado, articuladas a un plan general de la ciudad, desde plataformas de un solo nivel con uso restringido de vehículos hasta vías de mayor capacidad que incluyen la preferencia del transporte público. Se propone una nueva dinámica para la ciudad, que vaya desde lo público a lo privado y desde lo privado a lo público en un proceso sostenido de mediano y largo plazo. La estrategia consiste en integrar las áreas de aceras y vías (21,31 ha), e incentivar su vinculación con las plantas bajas de la edificaciones, abriendo los interiores de manzana para usos diversos, promoviendo la integración parcelaria en conjuntos abiertos a la vida urbana. El recurso compositivo está dado por la materialidad de los recubrimientos de aceras y vías, por sus ritmos, niveles y colores. La presencia del arbolado en aceras, de arbustos y plantas en macetones, posibilita mejorar el confort ambiental para los ciudadanos, y recobrar una expresión natural que se había perdido en la ciudad. La amplitud de aceras permite disponer de un generoso repertorio de mobiliario urbano, que lleva lo privado a lo público en un uso compartido de los mismos. El alumbrado público va en la misma línea, hacer amigable el caminar en el fresco de la noche, y un cuidadoso estudio gráfico y formal dota al centro de una señalización que facilita la ubicación de direcciones y lugares. Con estos recursos se da inicio a la construcción de un centro para la convivencia ciudadana, que lo usen personas de todas las condiciones sociales, con discapacidades motrices, visuales y auditivas, y en la que los privilegiados sean los niños y ancianos.

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Apuntes sobre el espacio público en Tokio: Habitar colectivo

1 Tokio es la ciudad flexible y adaptable por excelencia, la ciudad del cambio permanente, hecha de muchas partes y no de un todo, y nunca ha tenido un plan urbano. Es la mayor aglomeración urbana que ha existido en la historia del planeta con aproximadamente 37 millones de habitantes. Es una megalópolis pero, al mismo tiempo, es la ciudad más segura del mundo. No existe basura, grafiti, vandalismo o demostraciones de violencia, casi no existen asaltos. Contrario a las estructuras urbanas occidentales no tiene centro, Tokio consiste en un ensamblaje de edificios independientes granos o partículas (Koh Kitayama) por lo que el cambio constante es inherente al sistema. El primer manifiesto arquitectónico japonés, hace 50 años, el metabolismo, planteaba que la ciudad vaya reemplazando sus elementos funcionales, manteniendo núcleos fijos de infraestructura o servicios, y así se iba metabolizando. La realidad actual es que Tokio se metaboliza reemplazando sus edificios constantemente, cada 26 años en promedio para las viviendas, considerando que Tokio esta compuesta esencialmente de viviendas. Es así como Atelier Bow Wow plantea el principio del metabolismo del vacío, en donde se unifica la realidad del cambio permanente de la vivienda en cada lote y la constante subdivisión de lotes en espacios más pequeños que forman el grano de la ciudad, múltiples espacios vacíos (unidades o granos) que forman el gran paisaje de Tokio. Como además la huella urbana no crece, pues toda esta renovación se produce a partir de la subdivisión de lotes existentes, es altamente sustentable.

2 Por otro lado, casi no existen grandes estructuras que hayan soportado los terremotos, incendios y guerras, no existen zonas enteras con edificios representativos de períodos históricos que den cierta forma y carácter a la ciudad y tampoco existe una relación orgánica entre los pocos edificios históricos existentes y la ciudad. Las políticas y normativa urbana, además, coadyuvan a un metabolismo del vacío y al reemplazo constante de los edificios, concentrándose en desarrollos puntuales, mini desarrollos ¨enormes¨ en lugar de grandes planes urbanos, mini desarrollos que generan barrios o zonas muy diversas o características de Tokio.

Adrian Moreno Núñez

Arquitecto Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Universidad Central del Ecuador, 1999. Ha obtenido varios premios a nivel nacional e internacional por su obra. Docente universitario. Sus obras y proyectos se han publicado en libros y revistas especializadas alrededor del mundo. Forma arquitectura x en 1996 junto a María Samaniego Ponce

Las Villas Urbanas: por necesidad de protección contra incendios se generan franjas de edificios de media altura (10 pisos) hacia vías comerciales principales, encerrando en su interior casas y lotes pequeños de altísima densidad de ocupación llenos de verde, con caminos peatonales, áreas y vacíos compartidos y cero tráfico vehicular, barreras que protegen la ciudad de los posibles incendios en las viviendas de madera de primera y segunda generación y a la vez encierran estas villas urbanas que mantienen su carácter y subdivisión de suelo originales. Ejemplo de este desarrollo es Shinjuku, donde se mantienen viviendas de madera muy densas para alquiler al interior de las barreras de edificio-vía comercial.

Fotos: Adrián Moreno, arquitectura x


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Urbanismo Suribachi: un fenómeno parecido o paralelo es el Urbanismo Suribachi que se produce gracias a la existencia de depresiones naturales en varios sectores centrales de Tokio, en donde hasta el período Edo se aprovechan los valles para subdividir el suelo en pequeños lotes para vivienda productiva de artesanos, labriegos, etc., con áreas verdes agrícolas o jardines separando las zonas altas que bordean estas depresiones donde se asientan las grandes mansiones y tierras de los Samurai. Esta subdivisión y uso del suelo se mantiene hasta la actualidad, en Roppongi encontramos los grandes desarrollos de torres corporativas y uso mixto construidos sobre lotes de las familias de samuráis en suelo alto, con los jardines de las antiguas mansiones todavía presentes, y hacia las zonas bajas la vivienda y pequeños comercios en los mismos lotes y casi con el mismo uso que en el período Edo. Commersidence: en barrios como Harajuku, las fronteras entre estos bordes o murallas comerciales y el interior doméstico desaparecen y el uso se vuelve absolutamente mixto. Se desarrolla el denominado Commersidence en áreas ejemplares como Cat Street (calle peatonal ganada sobre el relleno del río Shibuya) en donde las fronteras entre uso comercial y vivienda casi no existen, produciendo nuevas y únicas formas de ocupación del suelo y morfologías arquitectónicas-urbanas, un excelente ejemplo de uso democrático del suelo, de cambio de uso sin expulsión de la vivienda, de generación de forma, ocupación y usos integral pero en constante cambio y desarrollo.


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3 Si París es la ciudad formada por el poder monárquico o administrativo y Nueva York es la ciudad formada por el poder económico del capitalismo, Tokio es la ciudad formada y constantemente modificada, por la acumulación de elementos urbanos enraizados en la vida cotidiana. En Japón la ley obliga a construir una estructura por lote, esto produce en casi un siglo un gran paisaje de granos o partículas homogéneas, con estructuras arquitectónicas independientes entre si y libres de relación con su entorno, que mas bien luchan por diferenciarse y des-homogenizarse. Debido a estas leyes, los lotes solo pueden subdividirse, lo cual ha producido a un promedio de 26 años, lotes cada vez menores y con condiciones muy particulares, especialmente en el siglo 21 y luego de la burbuja inmobiliaria estos mini lotes se vuelven muy asequibles y se construyen viviendas extraordinarias a diario, produciendo además una reflexión sobre la relación arquitectura-ciudad, espacio público-privado que es única en el mundo y sirve de modelo de ocupación y de habitar democrático. Las viviendas colectivas en Tokio se plantean a partir de espacios abiertos colectivos que pueden ajustarse para crear relaciones entre vecinos y con la ciudad, así la ciudad puede efectivamente convertirse en un continuum de espacios abiertos colectivos, en lugar de un continuum de espacios construidos que imponen sobre el ciudadano un espacio público controlado. El verdadero espacio público es el espacio colectivo definido por sus usuarios, el espacio para compartir con el otro, el que permea mi espacio privado… la verdadera razón de la existencia de las ciudades se vive en Tokio, la ciudad se reorganiza a partir de la optimización de cada grano que compone ese gran tapiz-paisaje, ¿un nuevo modelo de ciudad? En Tokio el clima agradable de la mayoría del año permite que los espacios interiores y exteriores sean permeables entre sí. Una gran mayoría de espacios habitables son altamente transparentes, permitiendo una línea de vista desde el espacio público hasta el espacio más privado. Estos espacios tan abiertos y permeables eran inexistentes en los modelos habitacionales modernos, donde se valoraba la privacidad y se diseñaba para lograrla, produciendo viviendas agrupadas pero aisladas, habitantes alienados entre sí y desconectados absolutamente de su ciudad. Es así que a partir de la continua subdivisión de lotes y la de obligatoriedad de la ley de separar el muro divisorio 50 cm de la línea de división entre ellos, los arquitectos japoneses encuentran la oportunidad de explorar los vacíos resultantes como núcleos a partir de los cuales irán cambiando los elementos arquitectónicos de la ciudad, cuya base y razón de ser vuelve a ser el habitar colectivo.

Bibliografía: TOKYO METABOLIZING, Koh Kitayama,Yoshiharu Tsukamoto, Ryue Nishizawa. TOTO Publishing, Tokyo 2010, 2016. TOKYO TOTEM A GUIDE TO TOKYO, Monnik-Christiaan Fruneaux, Edwin Gardner, Jasper van der Berg. Flick Studio, Tokyo 2016.

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Cronoscopios

Consideremos la memoria: frágil, alterna, equívoca, selectiva. Memoria que acumula fragmentos, imágenes y eventos sobreponiéndolos y editándolos una y otra vez. La herramienta y aliado más común de la memoria puede ser la escritura, los diarios, las biografías, etc. Recursos que cumplen ciertos objetivos y generan una postura clara en relación a la existencia. En este momento presento los CRONOSCOPIOS, herramientas visuales que permiten recopilar cada día de los últimos 4 años de mi vida, catalogados y organizados temporalmente. Coleccionando, sobreponiendo, editando mis propios recuerdos, maquinando el proceso del recuerdo.

Omar Chamorro

Arquitecto, MS. Docente Universidad San Francisco de Quito Docente Universidad de las Américas MS University of Columbia Miembro del Directorio del CAE-P 2017-2019 Miembro de la Comisión Académica de la XXI BAQ2018

Cronoscopios empieza en mayo del 2014 con la voluntad de realizar al menos 1 dibujo diario utilizando únicamente líneas verticales. Así la exhibición muestra 4 años de imágenes, cada año sobreponiéndose al otro en distintas dimensiones. El primer año representado en color rojo cadmio, el segundo año en magenta, el tercer año en color azul cobalto y finalmente el cuarto año en color amarillo hansa. Los objetos representados son diversos, dependientes de la ubicación y eventos encontrados cada día. Paisajes, objetos y retratos son unificados a través de la técnica (Acuarela en rapidógrafo sobre cartulina de 300 gr.) y principios geométricos. El resultado: miles de líneas verticales, las cuales forman 1461 dibujos dispuestas en 366 cuadros, que contienen 4 años de trabajo diario formando 1 línea horizontal de 36.6 metros.

Fotos: Rodrigo León


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El espacio público en la BAQ Proyecto BAQ - Primer Premio Internacional. Categoría B: Revitalización del Eje Urbano de la Albarrada de Mompox

Mompox de Cara al Rio Revitalización Albarrada de Mompox, Bolívar El proyecto paisajístico, urbano y arquitectónico para la revitalización del eje urbano de La Albarrada de Mompox, Bolívar, reconocido en el año 2016 con el premio Karl Brunner en la categoría de Paisaje y Urbanismo de la Bienal Colombiana de Arquitectura, busca articular las variables ambientales, patrimoniales, sociales y culturales, en una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad en 1996 por la UNESCO y asentada en un paisaje anfibio de alta biodiversidad que brinda características únicas. La propuesta general busca recuperar el frente de agua del municipio sobre el Río Magdalena, con una intervención que tiene una extensión de 2.7 km y un área aproximada de 180 000 m2, donde se incluyen las plazas de Santa Bárbara, San Francisco y La Concepción. Todo bajo el marco del Plan Especial de Manejo y Protección PEMP, mediante el cual se establecen las acciones necesarias para garantizar la protección, conservación y sostenibilidad de su centro histórico.

Mompox Tierra de Dios Mompox se encuentra al sur del departamento de Bolívar, en la llamada Isla Margarita, situada en la denominada depresión momposina, bañada por las aguas del río Magdalena, con los brazos de Loba, Mompox y Chicagua, que conforman un extenso territorio cenagoso donde confluyen las aguas del sistema hídrico de Los Andes colombianos antes de llegar al mar Caribe.

Primer Premio Internacional. Categoría B – Diseño Urbano y Arquitectura del Paisaje. BAQ2018. Medellín, Colombia. Autores/colaboradores: opus, paisaje. Arquitectura. Territorio: Carlos Andrés Betancur C., Carlos David Montoya, Manuel José Jaén Posada, Santiago López Posada y Carlos Alberto Cano Bedoya. Colaboradores: Juan Sebastián Restrepo Aguirre, Lucas Serna Rodas, Diana Herrera Duque, Jorge Emilio Buitrago Gutiérrez, Natalia Estrada Márquez, Víctor Hugo Rodríguez Agudelo, Antonino Fabio Scaglione, Carlos Andrés Bueno Rivero, Valentín Fernándo Volpe Schaab, Andrea Maruri Bedoya, Juliana Montoya Arango, Luisa Fernanda Amaya Vergara, Mario Camargo Gómez, Sebastián Muñoz Castrillón, Pablo Amaris, Carlos Andrés Bueno Rivero, Andrea Maruri Bedoya, Cesar Augusto Rodríguez Navarro, Lucas Serna Rodas, Tomás Botero Vargas, Susana Betancur López y Juan Sebastián Restrepo Aguirre

Fundada sobre una de las pocas elevaciones naturales de la región, la ciudad se constituyó en paso obligado de comerciantes y viajeros entre Cartagena y el interior del país a través del río Magdalena. Esta ubicación determinó que su crecimiento urbano fuera siempre limitado y orientado hacia el río, en cuya rivera se construyeron barreras de piedra para contener las crecientes, y el espacio que las bordeaba pasó a llamarse, naturalmente, Calle de la Albarrada. La historia de Mompox está ligada al río Magdalena, pero cambios en las dinámicas comerciales y de la navegación fluvial hicieron que perdiera jerarquía como puerto, y en los años recientes, su rivera entró en un creciente proceso de deterioro. En este contexto el mayor reto fue conservar la imagen de la ciudad histórica, introduciendo elementos que lograran inducir nuevos usos y fortalecer las dinámicas existentes del espacio público en tres de sus plazas y su emblemático paseo de la albarrada.

Participación local, Mobiliario e Identidad Desde la primera fase de diseño, fue clave iniciar un proceso de participación con la comunidad que permitió enriquecer el proyecto e iniciar acciones de empoderamiento de los diferentes actores. Además, se estableció el criterio de incorporar técnicas artesanales locales, como la forja y la filigrana momposina, dentro del lenguaje de las piezas de mobiliario, logrando incorporar artesanos, egresados de la escuela taller de Mompox, reforzando el sentido de pertenencia por parte de la comunidad.


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Proyecto BAQ -Segundo Premio Internacional. Categoría B: Parque Lineal Ferrocarril de Cuernavaca

Este proyecto es el resultado del concurso internacional de ideas que el gobierno de la Ciudad de México convocó en agosto de 2016. Pertenece a la primera fase de 1.3 km que ya está construida y abarca el tramo de Av. Río San Joaquín a Marina Nacional, en la Ciudad de México. El parque está ubicado en el corredor del Ferrocarril de Cuernavaca construido en 1898 que comunicaría la Ciudad de México con el puerto de Acapulco. En nuestra propuesta de concurso decíamos: “No queremos generar un proyecto acabado, intentamos generar una dirección proyectual desde una visión abierta, a partir de la socialización y participación de la gente para que pueda construirse un proceso y un proyecto a mediano y largo plazo”.

Nuestra propuesta Generar un BOSQUE URBANO ACTIVO de 4.5 km de longitud y 130 000m2 que atraviesa 22 colonias y construye ciudad; un espacio democrático, activo, programatizado, incluyente, sustentable y conector. Un espacio que contribuya al espíritu de comunidad y que pueda sumar en el sentimiento de apropiación del espacio público por la gente. El principal objetivo es la creación de un lugar que: fortalezca la identidad y la memoria, sea sostenible y con elevada calidad ambiental, contribuya al sistema mayor que es la ciudad, se proyecte en el tiempo y sea de bajo mantenimiento. Todos estos principios van dirigidos a lograr la visión de paisaje–urbanismo en la que el parque construya ciudad, que ligue e integre a los distintos sectores sociales y que aborde infraestructura, manejo del agua, biodeviersidad con la actividad humana. Para conseguir nuestro objetivo construimos el proyecto bajo cinco premisas: la participación activa de vecinos y ciudadanos; la construcción de programas activadores del espacio público; el verde como elemento omnipresente; la celebración del agua; y, una línea roja–un gesto. Nos posicionamos en las antípodas de lo embellecedor: sofisticadas bancas, pavimentos sobre-diseñados, espejos de agua caros no forman parte de la narrativa de nuestro parque. El presupuesto y el contexto nos determinaron una postura proyectual intencionalmente austera y sobria.

Segundo Premio Internacional. Categoría B – Diseño Urbano y Arquitectura del Paisaje Ciudad de México, México Autores/colaboradores: Gaeta Springall Arquitectos: Julio Gaeta y Luby Springall. Colaboradores: Roberto López, Liliana Ramírez, Jorge Torres, Lorena Núñez, Itzel Fuentes, Paola Ampudia, Natalia Ferolla, Aldo Urban, Óscar Juárez, Martín Barroso, Itzel Barradas, Susana San Juan, Joel Cruz, Fernando Ochoa, Erick Rodríguez, Ana Voegelin, Kenneth Wilson, Diego Valadez, Hugo Sánchez, Tonatiuh Martínez y Gustavo Áviles

En cuanto a la vegetación se optó por especies endémicas, descartando aquella que implicara un alto o especial mantenimiento; árboles jóvenes y de mediano porte, individuos que crecerán conforme pase el tiempo, que se harán del lugar con el tiempo. Además de la continua socialización del proyecto con vecinos, fue necesaria una intensa negociación con actores públicos y privados, encargados de mantener infraestructuras y ductos de electricidad, gas, agua y petróleo, que limitaron y complicaron el proyecto y su construcción. Fue imprescindible una permanente gestión y un proyecto con convicción pero también con ciertas dosis de movimiento y flexibilidad. Después de diez meses de apertura, el parque es un éxito ya que se recuperó y transformó un área residual peligrosa en un parque en donde todas las personas tienen un lugar. Se plantaron más de 250 árboles y miles de metros cuadrados de cubresuelos. La gente está contenta, un sentimiento de orgullo y pertenencia se está construyendo día a día.


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