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APOLOGÍA DE SÓCRATES

JIMENA C. CASTAÑEDA

En el Diálogo de Platón, titulado “La apología de Sócrates” nos encontramos con la condenación del más grande filósofo del mundo griego: Sócrates. Quien fue acusado de corromper a la juventud y crear falsos dioses, a lo cual en un excelente discurso defiende su postura desde el principio metafísico de No contradicción , principio por el cual distinguimos lo que es de lo que no es.

“… aun yo mismo, bajo el influjo de ellas (acusaciones), por unos momentos me olvidé de quien soy. ¡Tan persuasivamente han hablado!

Aunque, por decirlo así, no hay en todas ellas ni una sola de verdad.” (20)

Podemos comenzar con el tema de la autoestima, en tanto que los demás podrán decir muchas cosas en torno a ti, pero no por eso son verdaderas. Saber quién eres es indispensable para no dejarte llevar por rumores.

Lo que hace Sócrates al comenzar el juicio es irse a la realidad, partir de los hechos y no de interpretaciones propias. Como buen científico, parte de la realidad para analizarla, aunque se le ha acusado personalmente. La madurez emocional busca la reflexión de lo que es, sin interpretar ni cambiar los hechos. (Cfr. 19-20)

Es importante ir a las causas de los hechos, la pregunta ¿por qué? Siempre nos da un punto de partida para comenzar a analizar lo que sucede en nuestro alrededor, también se conoce como circunspección (hacer una cuidadosa ponderación de las circunstancias que rodean la posible actuación para juzgar, en vista de ellas, si es o no conveniente realizar algo. Calcula o mide las posibilidades que se tiene para lograr un objetivo.) Cuando Sócrates habla de Delfos, menciona hechos, apelando a la realidad y no a interpretaciones. (20)

“Por cierto que soy más sabio que este hombre, porque, en realidad de verdad, me inclino peligrosamente a pensar que ninguno de los dos sabemos nada ni de bello ni de bueno, más él cree saber sin saber, mientras que yo, como no sé nada, nada me creo saber. Parece, pues, que soy más sabio que él en esto poquito: en no creer saber lo que no sé.” (21)

Siguiendo la realidad, entonces es importante no interpretarla a como “deben ser las cosas” sino tomar lo que es y partir de ahí, de este modo se practica la humildad y la ciencia, ya que no interpreta el cómo ser de la realidad, sino como ya es.

“Los que de mayor renombre de sabios gozaban me parecieron, al examinarlos, según el dios, estar casi faltos de lo más importante, mientras que otros varones tenidos en menos me parecieron dotados de inteligencia y cordura.” (22)

Por muchos conocimientos que se tengan, no por eso es posible opinar de lo que sea, ya que al hombre sabio lo hace la cordura e inteligencia en la práctica- tomar la realidad.

Nunca hables de lo que no sabes le dice Sócrates a los poetas. De lo cual, muchas personas más hablan de cosas que no saben o las han escuchado sin profundizar. Mucho daño sabe aquella persona que se basa en meras opiniones sin indagar a fondo o buscar la raíz de las cosas, ya que da por hecho cosas que pueden ser contagiadas de percepciones o ideas que no tienen nada que ver con la realidad.

Es preferible ser como eresSócrates (22)

En el caso de Meleto, él se concentra en lo que debe ser, todos los ciudadanos Atenienses son buenos, por lo que no habría necesidad de una educación, ya que las leyes educan y por tanto, quien sigue la ley es educado en el bien. Sin embargo en la práctica, esto no sucede. Porque hemos visto que muchos corrompen y pervierten la ley, ultrajan a los demás. (cfr. 25-27)

“¿Es posible darse a los hombres sin creer en lo humano?” (27)

Lo que Sócrates hace es comprobar lo absurdo de muchas afirmaciones, las cuales confundimos el deber ser, con lo que realmente es. Los hechos y la realidad son contundentes: son o no son, no pueden ser y no ser al mismo tiempo. Por lo que si deben serlo, no quiere decir que por eso lo sean.

“A nadie que tenga sentido común puedes persuadir jamás de que el hombre que cree que hay cosas concernientes a los dioses y a los demonios, pueda creer, sin embargo, que no hay ni demonios, ni dioses, ni héroes; esto es absolutamente imposible.” (28)

Muchas veces hablamos de cosas que no sabemos, por lo que terminamos estudiando muy a fondo y sin experiencia apropiada para actuar en consecuencia. La problemática principal está en una especie de esquizofrenia que lleva al hombre a pensar en lo que debe ser o de manera teórica, sin realmente haberlo hecho propio, haberlo vivido. Por lo que cuando se vive, entonces surge una crisis ante lo que es con lo que debió ser.

“Esta envidia del pueblo que hace victimas a tantos hombres de bien, y que harán perecer en lo sucesivo a muchos más.” (28)

Las palabras matan más que los golpes, ya que estas si llevan odio consumen a la persona sin haberla afectado físicamente. Una sociedad llena de odio destruye más que una guerra.

“Quizá me dirá alguno: ¿No tienes remordimiento,

Sócrates, en haberte consagrado a un estudio que te pone en este momento en peligro de muerte? A este hombre le daré una respuesta muy decisiva, y le diré que se engaña mucho al creer que un hombre de valor tome en cuenta lo; peligros de la vida o de la muerte. Lo único que debe mirar en todos sus procederes es ver si lo que hace es justo o injusto, si es acción de un hombre de bien o de un malvado.” (29)

Cuando se hace el bien y éste a su vez lleva a la felicidad, ¿por qué dudar de aquello? Si en realidad, esto nos lleva a ser mejores y a mejorar el entorno. La valentía consiste en permanecer firme ante las adversidades y a su vez a acometer y actuar en consecuencia con lo que se cree.

“Es una verdad constante, atenienses, que todo hombre que ha escogido un puesto que ha creído honroso, o que ha sido colocado en él por sus superiores, debe mantenerse firme, y no debe temer ni la muerte, ni lo que haya de más terrible, anteponiendo a todo el honor.” (30)

La coherencia de vida puede costar trabajo, pero esta depende de cada uno y no de los demás, por lo que Sócrates se compara con Aquiles para demostrar que una vida lograda, una vida honorable es la que se reconoce y se actual como tal.

“Porque temer la muerte, atenienses, no es otra cosa que creerse sabio sin serlo, y creer conocer lo que no se sabe, en efecto, nadie conoce la muerte, ni sabe si es el mayor de los bienes para el hombre. Sin embargo, se la teme, como si se supiese con certeza que es el mayor de todos los males. ¡Ah! ¿No es una ignorancia vergonzante creer conocer una cosa que no se conoce?” (30)

Quien nada debe, nada teme, por lo que es importante evitar una doble vida, conociendo las cosas y no haciéndolas. ¿De qué sirve un conocimiento si éste no afecta la vida? “Lo que sé de cierto es que cometer injusticias y desobedecer al que es mejor y está por cima de nosotros, sea Dios, sea hombre, es lo más criminal y lo más vergonzoso. Por lo mismo yo no temeré ni huiré nunca de nada que no conozco y que son quizá verdaderos bienes; pero temeré y huiré siempre de males que sé con certeza que son verdaderos males.”

(30)

La realidad es una, no es posible si se evita con ideas o pensamientos que nos llevan a una disociación. Es necesario estar en sintonía entre lo que conocemos con lo que somos, ser objetivos es aceptar las cosas en cuanto son, no en cuanto deben ser.

“Atenienses, os respeto y os amo; pero obedeceré a Dios antes que a vosotros, y mientras yo viva no cesaré de filosofar, dándoos siempre consejos, volviendo a mi vida ordinaria… buen hombre, ¿cómo siendo ateniense y ciudadano de la más grande ciudad del mundo por su sabiduría y por su valor, cómo no te avergüenzas de no haber pensado más que en amontonar riquezas, en adquirir crédito y honores, de despreciar los tesoros de la verdad y de la sabiduría , y de no trabajar para hacer tu alma tan buena como pueda serlo?” (30)

La filosofía no puede quedarse en ideas y conocimientos, si éstos no enriquecen la vida humana. Conocer las cosas en cuanto son es la mejor forma de llevar una vida feliz. No se trata de acumular riquezas ni conocimientos, sino de lo que se sabe y se tiene lo que se hace con ello. Al actuar mostramos lo que nuestra vida tiene sentido.

“Toda mi ocupación es trabajar para persuadiros, jóvenes y viejos, que antes que el cuidado del cuerpo y de las riquezas, antes que cualquier otro cuidado, es el del alma y de su perfeccionamiento; porque no me canso de deciros que la virtud no viene de las riquezas, sino por el contrario, que las riquezas vienen de la virtud, y que es de aquí de donde nacen todos los demás bienes públicos y particulares.” (31) La educación debe centralizarse en ejercer las virtudes y no en el cultivo de conocimientos, que a la larga, muchos de ellos estarán inadecuados y vacíos de significado. Nuestros actos virtuosos son aquellos que traen por consecuencia bienes tanto materiales como inmateriales.

“El mal no puede nada contra el hombre de bien… el más grande de todos los males… es trabajar para hacer morir un inocente” (32)

Tener una conciencia clara y actuar conforme a lo que se cree que lleva a enriquecer los actos y a elevar el espíritu a una paz y claridad en la vida diaria. Como comúnmente se dice: no hay cola que le pisen. “Este demonio se ha pegado a mí desde mi infancia; es una voz que no se hace escuchar sino cuando quiere separarme de lo que he resuelto hacer, porque jamás me excita a emprender nada. Ella es la que se me ha opuesto siempre, cuando he querido mezclarme en los negocios de la república... Es preciso de toda necesidad, que el que quiere combatir por la justicia, por poco que quiera vivir, sea sólo simple particular y no hombre público.” (33-34)

Es indispensable escuchar la conciencia, aunque ésta sea corrompida o alterada, su fin siempre es el bien. La enseñanza debe ser personalizada, no es posible atender asuntos del estado si no atendemos nuestros propios asuntos.

“No es conveniente que os acostumbremos al perjurio, ni vosotros debéis dejaros acostumbrar; porque los unos y los otros seremos igualmente culpables para con los dioses.” (34)

El engaño es como una enfermedad que se propaga si comenzamos con una es casi imposible frenar la lengua una vez que la mentira ha salido.

“El motivo que tengo es, at - enienses, que abrigo la convicción de no haber hecho jamás el menor daño a nadie queriéndolo y sabiéndolo.”

(36) La vida feliz consiste en saber y querer hacer el bien, porque haciéndolo y queriéndolo se crece y se hace más feliz.

“Sucede muchas veces en los combates, que se puede salvar la vida muy fácilmente, arrojando las armas y pidiendo cuartel al enemigo, y lo mismo sucede en todos los demás peligros; hay mil expedientes para evitar la muerte; cuando está uno en posición de poder decirlo todo o hacerlo todo.” (38) Mantener la vida para no vivirla es la peor tontería que un hombre en todas sus poten - cias debe evitar ¿Si no estamos aquí para actualizarlas?

“En efecto, quizá las cosas han debido pasar así, y en mi opinión no han podido pasar de mejor modo.” (38) Es importante dejar que las cosas se den, al fin de cuentas si uno hace las cosas bien, lo que recibirá son beneficios.

Este principio se enuncia diciendo: "es imposible que algo sea y no sea al mismo tiempo y en el mismo sentido". En forma esquemática se puede simbolizar así: "Es imposible que A sea B y no sea B."

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