Monitoreo de medios cedritos

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MONITOREO RENOVACIÓN URBANA


EL TIEMPO.COM FECHA: 19 DE MARZO DE 2015

¿Más altura en Bogotá o una mejor ciudad?

Según Enrique Peñalosa, no se debería pensar solo en la densidad, sino en la calidad de vida. La altura de los nuevos edificios dependerá de varios factores. La mayoría de quienes están contentos con el decreto 562, que prácticamente libera las alturas para las edificaciones en la mayor parte de Bogotá, lo están porque les permitirá ganar dinero. No conozco ningún urbanista, arquitecto o líder cívico, que no se beneficie económicamente del decreto, que conozca y ame la ciudad, que considere que producirá una mejor Bogotá. Y los ciudadanos, que serán los más perjudicados, no han comenzado a entender cómo es que este decreto destruirá el carácter y la calidad de sus barrios. Hay consenso sobre la conveniencia de tener una ciudad compacta: se ocupan menos tierras agropecuarias, los viajes


son más cortos y por lo tanto el costo y el tiempo de viaje es menor, funciona bien el transporte masivo de bajo costo y alta frecuencia, se consume menos energía. Pero hay límites más allá de los cuales la densidad alta destruye la calidad de vida. Y hay ingredientes indispensables para que la ciudad mejore a medida que se va construyendo y reconstruyendo; y no lo contrario. Que no se tuvieron en cuenta. Bogotá, entre las más densas Bogotá ya es muy densa. Con alrededor de 215 habitantes por hectárea, está entre las 10 ciudades más densas del mundo. Es más densa que Tokio. Londres, con exactamente la misma población de Bogotá, que es una ciudad compacta, que se moviliza en transporte masivo, tiene 4 veces y media el área de Bogotá. El objetivo de una ciudad no puede ser simplemente la densidad. Se trata de que sus ciudadanos tengan calidad de vida. Y para esto se requieren muy especialmente espacios públicos peatonales de calidad: aceras amplias, ciclorrutas, parques, campos deportivos, plazas. Bogotá es muy pobre en términos de espacio público. Por ejemplo, Londres tiene más de 1.500 canchas de fútbol públicas. Bogotá, donde casi todos los niños y cada vez más niñas juegan fútbol, tiene 26.


Una renovación urbana bien hecha en una ciudad como Bogotá, no consiste simplemente en aumentar la altura de los edificios, sino en aumentar y mejorar el espacio público peatonal. Es lo que hacen los buenos proyectos de renovación urbana en el mundo: se demuelen las edificaciones de un sector amplio; que se rehace, con un mejor urbanismo; lo que significa principalmente más y mejores espacios públicos peatonales. La renovación urbana del decreto 562 no contempla la generación de nuevos parques, plazas, vías, o siquiera las necesidades en términos de infraestructura de acueducto y alcantarillado que se puedan generar. Restricción a las alturas hay en todo el mundo En todas las ciudades del mundo hay restricciones severas a la altura que pueden tener las edificaciones. Esto es especialmente cierto en las más admiradas y deseadas, las que más atraen turistas, como las europeas. Incluso la mayor parte de Manhattan tiene restricciones estrictas a la altura de las edificaciones. Los sectores más encantadores y atractivos de las ciudades del mundo, los que más tienen valor, generalmente tienen límites de altura entre los 4 y los 8 pisos: es el caso en París, Zúrich, Berlín, Londres, Madrid, París, Boston, Washington o, incluso, zonas como el Greenwich Village en Manhattan.


Permitir la construcción de edificios de más de 20 pisos en un sector acogedor de 6 u 8 pisos, destruye precisamente lo que hacía a ese sector atractivo: el edificio alto bloquea la luz del sol, oscurece, enfría. Los vecinos de los barrios no han comenzado a caer en cuenta del daño que les hace el alcalde Petro, al permitir que frente a su vivienda se pueda levantar de repente un edificio de 25 pisos. Ahora bien, hay muchos sitios donde los edificios muy altos funcionan bien: bordeando un gran parque, contra el mar o sobre una vía arteria. Pero el decreto 562 permite aumentar las alturas en cualquier sitio, incluso sobre una calle angosta en el interior de un barrio. Cuando el edificio llega al suelo Todavía más importante que la altura de los edificios, es lo que ocurre cuando estos llegan al suelo. Una buena ciudad es buena antes que nada para los peatones. Un buen edificio mejora el espacio público peatonal a su alrededor: lo hace más atractivo y agradable para caminar, conversar, jugar, darse besos. Y si la ciudad concede el privilegio a alguien de hacer un edificio alto, este con mayor razón debe darle a cambio a la ciudad un mejor espacio público alrededor del edificio. En Bogotá se han venido haciendo edificios muy altos que no solo no mejoran, sino que deterioran su entorno. Se hacen incluso en conjuntos cerrados, con muros y cerramientos hacia la calle, que hacen desagradable e inseguro caminar por la acera. Se hacen edificios, pero no se


hace ciudad. En una buena ciudad las paredes de los edificios llegan a la acera, en una línea continua; y se relacionan con el espacio público. El peor daño que se le ha hecho a Bogotá en los últimos años son los estacionamientos en los primeros pisos de los edificios. Tenemos cada vez más una ciudad en la que caminamos frente a carros estacionados o muros ciegos; y en el mejor de los casos, frente a las recepciones de los edificios. Además de feo y desagradable, esto genera inseguridad. La legendaria urbanista Jane Jacobs explicó que lo más importante para tener un espacio público seguro es que en los primeros pisos haya comercio o apartamentos con ventanas, desde donde se vea a la calle. En todas las ciudades del mundo hay ladrones: entonces las ventanas de los primeros pisos frecuentemente hay algún tipo de rejas. De modo que es crucial que en el primer piso de los edificios haya apartamentos u oficinas; y en aquellos con más de 15 pisos, cafés o comercio de algún tipo. Eso da vida, crea comunidad y propicia la seguridad. Y por supuesto es crítico impedir que sobre el espacio de las aceras se labren bahías de estacionamiento, rampas ‘hoteleras’ y demás. Nada de lo anterior se contempla en la normatividad expedida en Bogotá. Simplemente se autorizan más alturas, sin ninguna sensibilidad o respeto por las especificidades de los distintos sectores de la ciudad.


¿A quién se le consultó? ¿Se les consultó a arquitectos o urbanistas significativos de la ciudad? ¿A las facultades de Arquitectura? ¿A la Sociedad Colombiana de Arquitectos? ¿Qué opinan ellos? La Alcaldía podría por lo menos informar a los vecinos del impacto que las nuevas normas pueden implicar para su barrio.¿Será que las alcaldías locales se han dado cuenta siquiera de lo que ocurrió? ¿Qué opinan los concejales o los ediles? Es cierto que hay sectores de la ciudad en los que es posible y deseable permitir más altura, para estimular la renovación y en algunos casos la densificación. Pero hay que hacerlo con cuidado, conocimiento, diseño y amor, para aumentar la felicidad de los ciudadanos. Y no simplemente para apiñar gente. Reacción La gerente de Camacol Bogotá-Cundinamarca, Martha Moreno, ha dicho que de la norma expedida preocupa "la disponibilidad de servicios públicos para los nuevos hogares, cómo se generará el espacio público, los nuevos parques, vías y parqueaderos" en las zonas que se redensificarán. Esta agremiación viene estudiando con lupa el decreto expedido.


El decreto que da vía libre a los rascacielos La Alcaldía de Bogotá expidió el pasado 12 de diciembre el decreto 562, que reglamentó las nuevas condiciones para la renovación urbana en Bogotá, mediante la redensificación, dado que ya no hay suelo para construir en la ciudad. Con esta reglamentación se dio vía libre a la construcción de rascacielos en la zona comprendida entre la calle 127 y la avenida Primero de Mayo, desde la avenida Circunvalar hasta la avenida Boyacá. Fueron excluidas la zona industrial de Puente Aranda y Fontibón, y los bienes de interés cultural en zonas de conservación como Quinta Camacho, La Merced, Teusaquillo y La Candelaria. Planeación ha defendido la medida con el argumento de que la ciudad requiere ser redensificada, para equilibrar la cantidad de habitantes por hectárea. Mientras en unas zonas hay 600 por ha, como en Patio Bonito, en otras es de apenas 47, como en el centro. Según el decreto, la altura de los nuevos edificios dependerá de estos factores: el tamaño del lote por construir, los pisos que tenga la edificación vecina, vías cercanas y la plata que disponga el promotor o urbanizador para pagar las cargas que debe asumir, como compensación a la ciudad, y cuyo valor dependerá de la cantidad de pisos que construya.


La norma señala que a partir de los 9 m de altura (un tercer piso), se deben hacer aislamientos o tomar distancia de la construcción del edificio vecino, de 4 metros a cada lado. En Bogotá, en cumplimiento de las normas, se venían haciendo edificios tipo cajón, donde solo se diferencian las ventanas y el color del edificio. Ahora, según los expertos, el modelo será el tipo ponqué. Por el contenido altamente técnico del decreto, con fórmulas matemáticas y apartes incomprensibles, expertos urbanistas como Mario Noriega dicen que esta reglamentación es un “nuevo monstruo que se creó y llevará a la ciudad a un desastre urbanístico”. Por el contrario, promotores urbanísticos han indicado que el decreto permitirá la “renovación urbana rápida” y logrará que zonas deterioradas de la ciudad, como el 7 de Agosto, tengan una transformación urbanística.

http://www.eltiempo.com/bogota/opinion-de-enrique-penalosa-frente-a-laconstruccion-de-edificios-en-bogota/15423699


TIEMPO.COM FECHA: 20 DE ABRIL DE 2015

Construcciones en Cedritos se limitarían a seis pisos

Ante el futuro colapso de servicios y de movilidad, Secretaría de Planeación trabaja en un decreto. Camiones tipo vactor deben acudir a Cedritos para destapar cañerías debido al colapso en algunas redes de alcantarillado. La densificación en Cedritos –de la calle 138 a la 147, entre la carrera 7.ª y la avenida 19– podría generar riesgos para sus habitantes. Esto porque luego de nueve años, tiempo que lleva en vigencia la autorización de construir edificaciones en altura, la red de alcantarillado va camino a saturarse, pues la dinámica constructora persiste, pero no hay avances en infraestructura de este servicio. Así lo determinó el Distrito, que para frenar esta amenaza, ajusta por estos días la norma que en el 2005 dio vía libre para las construcciones con mayor elevación (densificación). La principal modificación implicará una restricción, para que los nuevos edificios no tengan una altura superior a 6 pisos.


Armando Lozano, director de Norma Urbana de esa dependencia, explicó que los constructores se inclinaron en este periodo por las edificaciones de 12 pisos. El mayor riesgo en este momento, advirtió, es que mientras se pulen los elementos técnicos del documento, los constructores podrían seguir adquiriendo predios, antes de que entre en vigencia la nueva norma, y las curadurías urbanas no tendrían competencias para negar las licencias. Colapso a la vista La modificación del POT (Decreto 364 de 2013), que en la actualidad está suspendido por un auto del Consejo de Estado, estableció que no es eficiente seguir densificando allí, por la escasez de infraestructura vial y de alcantarillado, mientras que existen otras zonas con mejores condiciones de soporte urbano. Debido a que los conjuntos donde había máximo 20 familias se convirtieron en edificios con capacidad hasta para 800 apartamentos, las tuberías de acueducto y alcantarillado se volvieron insuficientes. Desde el 2011 la Empresa de Acueducto de Bogotá (EAB) le ha señalado al Distrito que el sistema está en su límite. En vista de la situación, la EAB ha tenido que hacer trabajos para mitigar el impacto (ya es común que vehículos especializados atiendan taponamientos). En comunicaciones, la empresa indicó: “El sector cuenta con infraestructura de redes que se acercan al vencimiento de su vida útil, tanto por capacidad hidráulica como por su estado. Para prevenir inconvenientes en la prestación del servicio se está


estructurando un programa de rehabilitación y renovación que empezará a ejecutarse en 2015”. El Plan de Ordenamiento Territorial del año 2000 determinó a Cedritos como una zona adecuada para densificar. En consecuencia, en el 2005, unidades de planeamiento zonales como El Cedro adelantaron una reglamentación que permitió aumentar la edificabilidad, es decir, construcciones de más de 12 pisos. Estas normas ocasionaron un incremento de la densidad poblacional. En caso de aprobarse el decreto –que se firmaría entre abril y mayo– Catastro Distrital tendría que revisar el cobro de la plusvalía, ya que las ganancias estimadas que se obtienen de los predios se disminuirían, por el menor número de pisos por construir. Un barrio parcelado Las cuadras de Cedritos son de casi 100 metros por cada costado, por lo que el Distrito lo eligió como zona viable para la densificación, igual Chicó y Prado Veraniego. De hecho, el tamaño de sus cuadras hace que sea difícil una modificación en vías –por el poco espacio para el tránsito vehicular– y hoy es casi imposible quitarles área a las manzanas para ampliar la malla vial. Al respecto, Lozano opina que “hacer más vías no es la solución. Debemos volverlas más eficientes con el transporte público”.


La intención del proceso urbanístico de densificación era que la ciudad no se expandiera hacia zonas rurales, o como sucede ahora, que la población se mude a municipios vecinos como Chía, Mosquera y Madrid. Obligaciones Debido a que los constructores tienen actualmente libertad de construcción en altura, existe una ‘bolsa’ común para que estas aseguren a sus compradores que van a contar con el servicio del agua. Aparte de eso, no hay muchos más requerimientos para ellas. En la Curaduría n.° 3 señalaron que los constructores no tienen obligaciones con la comunidad sino que su responsabilidad se atiene a las personas a las que les venden. http://www.eltiempo.com/bogota/alcantarillado-de-cedritos-enproblemas/15597018


EL TIEMPO.COM FECHA: 29 DE MARZO DE 2015

Por obras, cierres en la calle 140

Hay obras en la calle 140, entre carreras 11 y 12. Luego iniciarán trabajos en la carrera 11.

Debido a que las redes en el barrio Cedritos, ubicado en la localidad de Usaquén, están en su punto límite –por una densificación que ya lleva unos nueve años–, la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Bogotá está exigiéndoles a los constructores del sector que realicen una renovación en estas para evitar colapsos. Por ello, la Unión Temporal Cuenca está adelantando trabajos sobre la calle 140 entre las carreras 11 y 12. Una vez que estas obras finalicen, se iniciará la intervención de la carrera 11 de la 140 a la 142. En esta vía se intervendrá el carril occidental que circula en sentido norte-sur. Para moverse dentro del barrio tenga en cuenta que si va por la carrera 11 en sentido nortesur, pasando por el parque de Las Rampas (ubicado en la calle 146), y necesita continuar por la 11 después de la calle 140, debe girar hacia el occidente –a su mano derecha– en la calle 142, tomar la carrera 12 hacia el sur y subir hacia el occidente –a su mano izquierda– por la calle 140 y retomar la 11. Por otra parte, si necesita recorrer la carrera 11 entre calles 140 y 142, pero en sentido surnorte, proveniente de la calle 142, debe hacer una oreja-manzana así: continuar por la 142 hasta la avenida Novena, recorrer esta vía en sentido norte-sur hasta la calle 140 y bajar hacia el occidente hasta encontrar la carrera 11.


Recuerde que solo se cerrarรก la calzada occidental en este sector y luego, se planea intervenir la calle 142 desde la carrera 15 hasta la 13.

http://www.eltiempo.com/bogota/cierres-en-calles-debogota/15486062


EL TIEMPO.COM FECHA: 15 DE SEPTIEMBRE DE 2015

Densificación en Cedritos se hizo en forma desordenada'

Gerardo Ardila, Secretario de Planeación, afirma que la densificación no respetó espacios públicos. El aumento de viviendas afectó movilidad y servicios públicos. La densificación en el sector de Cedritos en el norte de la ciudad ha aumentado significativamente en la última década. Según la Empresa de Acueducto de Bogotá, desde el 2012 a hoy, les ha llegado la solicitud de conexión de servicio de agua para unas 20.000 personas, lo que representa cerca de unas 4.000 familias nuevas. En repetidas ocasiones, los residentes del sector han llamado y escrito a EL TIEMPO ZONA para contar cómo las obras de las nuevos edificios los afectan en su cotidianidad. El aumento en los trancones, el ruido, el polvo y el mal estado de los andenes (como producto de los residuos que caen de las obras) son las principales dificultades que deben afrontar estas personas. En Cedritos hay que sumarle el tema de las redes de acueducto, que debido a la densificación ya no soportan más carga, por lo que el próximo año, la Empresa de Acueducto de Bogotá se verá obligada a hacerles un mantenimiento. Aparte de la congestión en los servicios públicos, según la Secretaría de Movilidad, desde el 2012 hasta hoy, en la carrera séptima desde la calle 170 hasta la 127, hubo un aumento del 7 por ciento en la cantidad de vehículos en sentido norte-sur y un 12 por ciento de sur a norte; en la novena, el cambio se sintió en sentido sur-norte en hora pico, porque allí se registró un alza del 13 por ciento en la cantidad de carros.


Ventajas y desventajas EL TIEMPO ZONA se contactó con Gerardo Ardila, secretario de Planeación, quien afirmó que la densificación en este tipo de sectores, como Cedritos, “es inconveniente porque se hizo de manera desordenada y desarticulada. Poco a poco se fueron creando zonas donde no había espacio público y el que había, no se respetó”. Además, explicó que nadie pensó en quién se debía responsabilizar por la correcta prestación de servicios públicos. Sin embargo, no todo es malo. Dentro de las ventajas del aumento de vivienda privada está la mezcla de usos tal como se ha venido dando en Cedritos, que de ser una zona netamente residencial, hoy en día tiene una buena oferta de comercio, lo que les permite a sus residentes no recorrer distancias tan largas buscando servicios, explicó el Secretario. Debido a que los proyectos ya están y no se tiene planeado construir más vías, los residentes del sector tendrán que acomodarse a este modelo urbanístico, que implica más gente, más carros y los mismos servicios públicos de antes.



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