EDITORIAL
Cuando las balas y los gases nos tocan, respondemos con más. fuerza. Acuerpándonos en los espacios que vamos forjando desde abajo. Detrás de cada una de las que salimos a gritar y a romper hay una historia. Resistimos en nuestra cotidianidad.
Las mujeres creamos mientras maternamos, terminamos la tesis, horneamos cuidamos de otras personas. Nuestra habitación propia es cada rincón, parada del metro, azotea, videoconferencia, cocina y camino de regreso a casa.
Resistimos en cada paso que damos, en la marcha, en el plantón, en el baile, en la cama, en el espejo, en la mirada. Cuando despertamos, sabemos que una hermana más ha sido golpeada, abusada, desaparecida o asesinada.
El deseo de quemarlo todo tantas veces hasta que deje de ser necesario crece cada día, a la par que nuestra rabia. Ante la indiferencia, la injusticia y la represión del Estado, alzamos la voz.
Denunciamos las distintas violencias contra nosotras, re significamos las vivencias, celebramos los encuentros y mostramos alternativas que vamos construyendo en colectividad. Gracias a todas las mujeres que crean vemos la luz de nuestra segunda edición, invitamos a todas las miradas feministas a seguir tejiendo historias.
Cámara Violeta
Cámara Violeta 2020
Miradas feministas tejiendo historias
Revista de divulgación para fotógrafas emergentes
No. 1 - Diciembre 2020 - México
Equipo Editorial
Emilia Hera
Mari lin Martínez
Yazuli Pérez Gabriela Gutiérrez
Fotógráfas
Diana Rendon
Rocio Guerrero
Emilia Hera
Yazuli Pérez
Luna rebelde
Sofía Salgado
Gabriela Gutiérrez
Brenda Marrtínez
Mari lin Martínez
Brenda Marrtínez
Aranza Bustamante
Citlali Alberto
Luz Cecilia Andrade
Karla Silva
Fotografías colaboración de Marea Verde Quintana Roo
Contacto
camaraviolet@gmail.com
La pausa fue el encuentro. Yazuli Pérez
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¡No les debemos nada!
Emilia Hera
DEBIÓ HABER SIDO UN GRAN DÍA
Reflexiones sobre Violencia Obstétrica
¡NO SOMOS INCUBADORAS!
Mari lin Martínez
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Karla Canna: Sana a base de cannabis y productos naturales.
Rocio Guerrero
La pausa fue el encuentro
Yazuli PérezLlegué a este espacio sin saber que pausaría de forma muy prolongada. La pausa se presentó de muchas maneras, había ocasiones en las que le pedía que ya siguiera el camino, que no quería pausar, pero también había muchas ocasiones en las que me regocijaba en la pausa, me gustaba porque me permitía ser, sentirme y estar.
"Mi pausa comienza con Rosy, Diana y mi mamá."
Ellas
Diana, es escucha y complice, es la combinación perfecta en la dualidad
¿Cuántas veces hemos pausado? ¿Cuántas otras no nos hemos sentido mal por pausar? Por la forma en la que hemos sido educadas culturalmente, la pausa no está permitida para nosotras las morras. Mi pausa comienza con Rosy, Diana y mi mamá.
Rosy mueve su cuerpa tanto como su corazona
Mi mamá me acompaña, nos escuchamos, nos enrabiamos juntas y al final del día recibo siempre el amor de ella
De ellas y de mí quiero entender la pausa. Ahora miro a Diana y a Rosa en su totalidad. Las miro sin sentir miedo, angustia, sin sentir que necesito de su aprobación para ser. Porque en realidad ellas me han permitido ser y también han cuestionado mi ser. Abrazo a mi mamá tanto como abrazo su historia, su forma de entender el mundo, la abrazo en todas sus particularidades. Mi mamá me ha permitido creer en otras formas de apapacho y de acompañar.
"Para mí, mi mamá entiende la vida desde el cuidado colectivo"
Mi mamá es sanadora
Entender otras formas de vivir en este mundo, de nombrarse, de soñar, es lo que me lleva a que sean Diana, Rosy y mi mamá lo que escucho casi todos estos días. Es el regreso de una a otra, la toma de palabra de cada una en diferentes momentos. Es el ida y vuelta, el rebote, la resonancia. La pausa nos permitió comenzar a cuestionarnos y a liberarnos de los demonios. Seguimos luchando, seguimos nombrándonos, resignificándonos, seguimos acompañándonos, pero también es necesario decir que hay un agotamiento de estar sólo acá. De vez en vez una se siente cansada de escuchar o de que la escuchen, de repente también nos alejamos, nos vamos cada una a sus espacios, a sus propios tiempos, nos cerramos para que fluya nuestro tiempo a nuestro ritmo y eso también es parte de cómo nos hemos acompañado.
Un día Diana se asumió como lesbiana, fue un día de tantos que de repente toca pausar. Ese día ella me abrió la posibilidad de entender otras formas de amar, me permitió escuchar su voz, la tonalidad, el acento, el ritmo que utiliza al enunciarse. Ese día entendí que el amor no se academiza ni se teoriza, se siente, se vive, se goza y se resiste. Ese día entendí que el amor es una forma de incomodar, es una lucha.
La revolución
"
...el amor es una forma de incomodar, es una lucha."
Me asumo Lesbiana
Rosy. Un día se vistió de morado el corazón y el verde comenzó a florecer en su palabra
También un día Rosa pensó en ella antes que todo y todas las que la rodeamos, un día se autocuestionó y no cuestionó. Ella resucitó, gritó, se enojó, se enrabió. Un día quiso mover su vida, quiso sentir el tambaleo propio por el que acudió al feminismo. Un día se puso su paliacate verde, salió a gritar, salió a manifestarse y también revivió. Lo que ella decida no sé si sea siempre lo mejor, pero será lo necesario.
"Ella resucitó, gritó, se enojó, se enrabió."
Mi mamá abrió su mirada, la expandió, abrió su escucha y también nos complementó, nos permitió encontrar en ella un campo de refugio para cuando estás cansada y requieres tomar aire. Nos costó y hasta ahora nos sigue costando un poco entender los lenguajes con los que nombramos la vida, nos sigue dando un poco de dificultad en algunas ocasiones escuchar cómo la otra nombra su mundo. Me ha quedado claro con mi mamá que esta dificultad también proviene del sistema que nos oprime de diferentes formas como mujeres y nos pone a unas sobre otras. Para mi mamá, nosotras entendemos la vida diferente porque hemos tenido “otra” educación. Para mí, mi mamá entiende la vida desde el cuidado colectivo, mi mamá se entiende sin tanta complejidad porque la vida se le pasa tan rápido que no tiene ni tiempo de cuestionarla.
Mi mamá hace comunidad más que cualquier teoría feminista
Así, no somos ni el cuarteto perfecto ni el colectivo de mujeres, ni somos tampoco la revolución de hermanas andando, ni somos la reconciliación completa. Sólo somos una pequeña particularidad de toda la resistencia que nos ha hermanado y acuerpado.
¡No les debemos nada!
Me llamo Emilia, “la muy trabajadora” es el significado de mi nombre y en él llevo la intención de mi corporalidad. Desde pequeña disfruté muchísimo el movimiento.
Me decían que no me podía estar quieta, saltaba, corría, bailaba. Heredé de mi madre el deseo de ser bailarina, sin saberlo, ella jugaba a ponerse de puntitas desde muy pequeña.
Pasitos
Sin embargo, a mí la danza clásica me llegó grande, a los 21 años. Tres años antes, en el intento por terminar la universidad entré a trabajar como instructora de bailes latinos.
Sabía moverme, pues los sonideros y las fiestas familiares terminaban con salsa, cumbia o merengue desde que tengo recuerdos. En ese camino descubrí que eso quería hacer en la vida, bailar.
Conocí la compañía de danza contemporánea del estado de Hidalgo y allí me di cuenta que aún no sabía bailar con “técnica”. Me enamoré de la danza, me embriagué de la danza y me perdí en ella. El hombre que me enseñaba danza abusó sexual, psicoemocional y económicamente de mí.
"Me enamoré de la danza, me embriagué de la danza y me perdí en ella"
Casi muero por la idea romántica de dar todo por la danza. Así pasé tantos días que se hicieron años, pensando que le debía el conocimiento. Logré escapar, sobrevivir, con ayuda de mi pareja.
Siete años después, algo de todo aquello ha sanado. En mi proceso he aprendido que se pueden crear nuevas memorias para llenar de otro significado a mi propio movimiento, mi corporalidad. He podido dejar de llorar al abrir mi segunda posición de piernas a la Tierra. Dejé de sentir presión en el pecho con ciertos movimientos de la técnica Graham y casi no me pongo nerviosa al oír cierta música de ballet.
"He podido dejar de llorar al abrir mi segunda posición de piernas a la tierra"
Poder expresarme sin miedo ha sido dar pasitos pequeños para encontrar un camino en el que la ansiedad no me paralice en los días malos. Conectar con otras personas que han pasado por lo que yo es una búsqueda en este momento histórico de pandemia, donde la incertidumbre del futuro nos acecha, donde cada día es una oportunidad para danzar la vida con alegría.
He aprendido que el conocimiento no es propiedad, no se da o se quita a placer. En ese sentido, no estamos en deuda más que con las andanzas de toda la humanidad.
DEBIÓ HABER SIDO UN GRAN DÍA
Reflexiones sobre Violencia Obstétrica
Por Diana N. Rendón
Isaura aún recuerda aquel 19 de diciembre de 1981. “Era un sábado. Empecé con las contracciones y me fui a la clínica del Seguro Social que me correspondía. Como mi vientre era muy pequeño, todos los médicos que me veían me preguntaban muy enfadados que de cuántas semanas era mi aborto y yo sólo contestaba que era de tiempo. Aun así me trataron muy mal”.
"El momento en el que la bebé iba a nacer, la doctora que me atendió se iba poniendo los guantes camino al quirófano y me regañó porque la bebé ya estaba por nacer y quería que la detuviera, cuando eso es imposible”. La OMS, en 2014, establece que las mujeres tienen derecho a recibir una atención digna y a no sufrir violencia ni discriminación, de lo contrario se estaría atentando contra sus derechos fundamentales".
El parto es tal vez el momento más anhelado por las mujeres que han elegido maternar. Es el día en el que conocerán al ser que han gestado y amado durante nueve meses, el día que al fin lo acunarán en sus brazos y sentirán su cuerpo tibio sobre su pecho. Es un acontecimiento único en la vida de cada madre; sin embargo, no siempre suele acontecer de la mejor manera. A veces esta experiencia se convierte en un día que se quisiera olvidar y dejar atrás debido a los malos tratos en las instituciones de salud, la llamada violencia obstétrica. Ésta es un tipo de violencia de género, de carácter estructural, patriarcal y con base en un ejercicio de desigualdad en el que las mujeres son subordinadas, estableciendo así una relación asimétrica en la que el personal de salud tiene todo el “
del “conocimiento médico acreditado” y no se toma a la madre ni al bebé como protagonistas.
"Cuando me pasaron a piso, yo tenía un sangrado muy fuerte. Cuando me subieron a piso, le comenté a la doctora de guardia, me revisó y vio que me había dejado una gasa dentro y que por eso estaba sangrando demasiado. Cuando me la quitaron, casi en automático el sangrado desapareció”. En la misma declaración, la OMS reconocequemujeresentodoelmundo han sufrido un trato irrespetuoso, ofensivo o negligente durante el parto en los centros de salud, aun con la vulnerabilidad a las que las madres estánexpuestasduranteelparto.
poder”
No se toma a la madre ni al bebé como protagonistas".
Tampoco se contempla la vulnerabilidad de las mujeres que están expuestas durante el parto. Sumado a esto –la mayoría de las veces– la discriminación por etnia y/o estrato social y la deficiencia de las instalaciones hospitalarias.
La violencia obstétrica es tan cotidiana que se ha normalizado y en ocasiones pareciera invisible. El GIRE la menciona como “ una forma específica de violación a los derechos humanos y reproductivos de las mujeres, se genera en los servicios de salud –públicos y privados–”. Es una violencia basada en acciones u omisiones que afectan física y psicológicamente a las mujeres durante su atención en el embarazo, parto y puerperio. Entre las acciones documentadas más comunes figuran los maltratos físicos al dar una mala atención, no atender oportuna y eficazmente las emergencias obsté-tricas, realizar procedimientos erróneos, intervenciones no .....
Abigail recuerda lo que sufrió en sus dos partos, hace 23 años en el Hospital de Ginecología #48 del IMSS, en León, Guanajuato, y hace 13 años en el Hospital General José G. Parres de Cuernavaca, Morelos. Diferentes décadas, dos estados distintos, y la violencia fue la misma.
El informe de la ONU en 2019 explica que las mujeres víctimas de la violencia obstétrica tienen miedo a hablar por temor o la creencia de que la violencia podría constituir un acto aislado; los testimonios han demostrado que son, una práctica generalizada y arraigada en los sistemas de salud.
autorizadas, acciones autoritarias para imponer un método anticonceptivo o realizar una cesárea, obtención de consentimiento de forma involuntaria o
https://gire.org.mx/violencia-obstetrica/
1. Grupo de Información en Reproducción Elegida. “Violencia obstétrica”:“Con mi primer hijo, a pesar que sabían que tenía que ser cesárea, no me la hicieron a tiempo, y cuando me reventaron la fuente el líquido ya estaba verde. Cuando llegó el cambio de turno se dieron cuenta que ya había sufrimiento fetal”.
En México, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres considera como violencia obstétrica no atender oportuna y eficazmente las emergencias obstétricas, al igual que la negación, omisión o negligencia médica.
Me hicieron firmar unos papeles y no me explicaron nada, después me enteré que era una responsiva para ellos deslindarse de responsabilidades”.
“Con mi hija estuve más de 25 horas en trabajo de parto, sin comer, sin tomar agua, y nadie me hacía caso. Mi bebé de repente se movía menos. Me hicieron firmar unos papeles y no me explicaron nada, después me enteré que era una responsiva para ellos deslindarse de responsabilidades”. La falta de información es una forma de violencia obstétrica.
La ONU recomienda que el personal sanitario debe adoptar una actitud proactiva a la hora de facilitar información. Una firma por sí misma no es una indicación de consentimientoinformado
con deficiencia en la información, negación al tratamiento, obligar a la madre a estar inmovilizada, negar la posibilidad de cargar y amamantar al bebé inmediatamente al nacer, detención de las mujeres y los recién nacidos en las instalaciones debido a la imposibilidad para pagar, entre otras. En la violencia psicológica abunda el maltrato verbal, las humillaciones, los gritos, las burlas, el trato ofensivo, irrespetuoso y negligente por parte del personal de salud, la violación a la confidencialidad y a la privacidad, ignorar a la paciente, etcétera. La violencia obstétrica no es un asunto reciente, es tan antigua como el momento en
“El doctor que me atendió regresó y la regañó, pero dijo que ahora ese niño tenía que nacer. Me indujeron el parto. La pasante jamás se disculpó conmigo”.
Sarahí, Hospital de GinecoObstetricia # 4 del IMSS, CDMX, 27 enero 2013.
“Tenía 7 meses de embarazo. Llegué al hospital con contracciones [amenaza de un parto prematuro]. Me dijeron que me iba a quedar en observación. Estaba ahí, acostada, entonces llegó una médico pasante y me reventó la fuente, sin informarme nada. Llegó, me hizo un tacto y ahí reventó la fuente con su mano y se fue”.
Los tactos vaginales recurrentes están desaconsejados y la atención del personal médico sin experiencia es un punto en el que la ONU recomienda poner especial atención. Sarahí aún recuerda el tamaño de su bebé cuando lo hicieron nacer: 28 cm. Le quedaba la ropa de un muñeco.
“El médico me lastimó muy feo porque cuando empecé a dilatar se recargaba aquí [en el vientre] para bajarlo, porque mi bebé aún no quería salirse, no era su tiempo”. Su hijo, desde entonces, ha tenido enfermedades respiratorias frecuentes, pues sus pulmones no alcanzaron a madurar.
2. Organización Mundial de la Salud, 2014. “Prevención y erradicación de la falta de respeto y maltrato durante la atención del parto en los centros de salud” (https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/134 590/WHO RHR 14 23 spa pdf?sequence=1)
el que el parto se medicalizó y se trasladó a las frías salas hospitalarias, negándole a la mujer la posibilidad de parir en casa, en un entorno más cálido y humano. Su normalización ha hecho que no se hablara de ella hasta hace pocos años que se han analizado desde un punto de vista biopolítico y sociocultural los efectos que causa entre las mujeres que fueron víctimas de ella. En el año 2014, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una declaración en la que expone que mujeres en todo el mundo sufren un trato irrespetuoso, ofensivo o negligente durante el parto en centros de salud. En 2019, la ONU presentó un informe en el que se reconoce que esta violencia es de carácter mundial y hace un llamado a los Estados para que elaboren políticas públicas y estrategias que puedan asegurar un trato digno y respetuoso a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.las ..
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En México, la violencia obstétrica sucede de manera frecuente. El Instituto Nacional de Salud Pública manifestó que en la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), los resultados arrojan que, entre 2011 y 2016, el 33.4% de las mujeres de 15 a 49 años que tuvieron un parto sufrieron algún tipo de maltrato por parte del personal que las atendió, a 3.7 millones les practicaron cesáreas y, de ellas, al 10.7% no le fue informada de la razón y al 9.7% no le pidieron su autorización para realizarla. Las cesáreas injustificadas también son parte de la violencia obstétrica. El 11.2% manifiesta malos tratos, como gritos o regaños, y 10.3% menciona demoras en la atención, entre otro tipo de acciones violentas.
“Mi segundo parto estuvo lleno de violencia obstétrica por parte del personal de salud del Hospital Materno de Chetumal. Una violencia que comenzó desde el momento en que yo no quise que me indujeran el parto, cuando no había ninguna indicación médica para hacer ese procedimiento”.
4. INEGI, Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, 2016 (https://www inegi org mx/programas/endireh/ 2016/)Mi segundo parto estuvo lleno de violencia obstétrica".Diana, Hospital MaternoInfantil Morelos, Chetumal, Quintana Roo.
“Comencé a recibir por parte del personal de Enfermería y de Ginecología en turno una serie de burlas, humillaciones y comentarios sarcásticos. Me pusieron una cantidad muy fuerte de oxitocina y terminé pariendo en dos horas, con el útero completamente cansado, me reventaron la fuente artificialmente y aun así lo que más duele es la parte emocional, porque en ese momento estás sola, en una habitación fría, desnuda, y estás en completa vulnerabilidad”.
lo que más duele es la parte emocional, porque en ese momento estás sola, en una habitación fría, desnuda y estas en completa vulnerabilidad”.
La Cámara de Diputados, en el Boletín núm. 2575 con fecha de noviembre de 2016, admite que México ocupa los primeros lugares en violencia obstétrica, por lo que considera abrir la agenda pública para impulsar leyes que protejan los derechos humanos de las mujeres en centros urbanos y rurales, e impulsar la capa-citación y sensibilización en derechos humanos y salud para médicos, enfermeras, técnicos y personal administrativo. Asunto que, por supuesto, aún sigue en al aire sin que realmente se haya creado alguna política pública que pueda resolver o empezar a contrarrestar el problema.
“Mi bebé nació, pero no me dejaron cargarla, ni siquiera darle un beso, mucho menos hacer piel con piel. Me la mostraron, la envolvieron en una sábana fría y tiesa y se la llevaron. Después de como hora y media de insistir, con las pocas fuerzas que me quedaban, me llevaron a mi hija. La vi, la besé, la abracé, la olí y la acurruqué a mi pecho. Le pedí perdón por el parto tan agresivo que habíamos pasado”.
el personal médico sigue en deuda con las miles de mujeres que han sufrido maltrato”.
Entre tanto, el personal médico sigue en deuda con las miles de mujeres que han sufrido maltratos de su parte y que, aunque pase el tiempo, llevan consigo los efectos físicos y ..
psicológicos que les provocó la violencia obstétrica. Violencia que existe desde hace décadas y que sigue sucediendo de generación en generación.
"La violencia obstétrica en México sucede de manera cotidiana, pero no hay que normalizarla. Hoy, cada vez más mujeres estamos compartiendo nuestras dolorosas historias de un momento que debió haber sido recordado como un gran día. Ya es tiempo de romper el silencio, de unirnos en sororidad, hablar para sanar, actuar para frenarla, por nosotras y por las mujeres que vienen, para que ellas puedan ser las protagonistas de sus partos"
¡No más violencia obstétrica!
¡NOSOMOS INCUBADORAS!
Por Mari lin Martínez
Para hablar de las mujeres que me abrieron las puertas de sus casas y contaron sus historias, debo empezar por la mía, pues ellas fueron parte de mi sanación.
Jessica Paola ReyesRodríguez
“No es fácil, pero no estás sola, y el hecho de ser madre no significa que dejas de ser una persona con necesidades propias.
Cuida de ti, física y emocionalmente.
"
¿Los cambios en mi cuerpo? Uff. Aumento de peso, alergias, estrías. En cuanto a mis emociones, me volví más empática y consciente, comencé a alinearme al feminismo, eso me deconstruyó completamente”.
Cuando por fin decidí llevar a término mi embarazo no podía entender que mi cuerpo estaba cambiando. Darles la noticia a todos abrió las puertas a recomendaciones no pedidas. Yo no las tomé en cuenta, quise se.----
seguir mi vida como siempre, ir y venir por toda la ciudad, pese a que el cansancio y los mareos constantes formaron parte de mi día a día. Seguí, no quise escuchar, no quería sentirme vulnerable, caer
Decidí entonces preguntarles a otras mujeres sobre su experiencia, contestarme a través de ellas " .
el estereotipo. Mi cuerpo cansado de hablar gritó, sangré, tuve que dejar de trabajar. “Amenaza de aborto”, dijo el doctor. El encierro fue inevitable. Traté de leer sobre el embarazo, busqué grupos de ayuda y fue así como cambié mis percepciones de lo que es una mujer .......
gestante. Decidí entonces preguntarles a otras mujeres sobre su experiencia, contestarme a través de ellas si era normal lo que yo sentía. Ese mito de cómo deben ser las mujeres embarazadas yo no lo viví. No era lo que veía en las revistas, no estaba feliz, no tenía una nza redonda
Dina N. Rendón
“Todos los cambios físicos, mentales y emocionales no son lo que esperamos y está bien, no vas a ser mala madre por eso. A veces hay que aprender a hacer oídos sordos a las opiniones, pues la maternidad es una etapa donde no se le da gusto a nadie. Por eso vívela a tu manera, empodérate.
panza redonda
y un cuerpo esbelto, no podía comer sin vomitar. Estaba asustada, sin ninguna certeza en mi futuro. He de confesar que las mujeres fotografiadas son la mínima parte de un sinfín de historias que se pueden contar del período de gestación.
Los primeros meses tuve muchos malestares físicos. Conforme fue avanzando el embarazo, sentía inseguridad sobre mi cuerpo (porque no me parecía a las embarazadas de las revistas o redes sociales: super rozagantes, fit, comiendo vegetales). Subí mucho de peso, cada cita el ginecólogo me recordaba lo pasada de peso que estaba y eso influyó mucho en mi inseguridad.
Debo admitir que me consideré afortunada y privilegiada debido a mi posición en ese momento como estudiante becada, con mucho tiempo libre para poder buscar información sobre lactancia, colecho, porteo, etc., y los recursos para poder pagar un curso psicoprofiláctico e ir comprando lo necesario para el bebé. Muchas mujeres no tienen la fortuna de hacer estas cosas. Muchas veces me cayó un balde de agua fría cuando iba a alguna plaza o lugar por ocio y veía a alguna mujer embarazada igual que yo, pero trabajando jornadas exhaustivas de pie.
En el ámbito académico, al menos para la directora del posgrado yo no era más que una irresponsable que se embarazó por descuido justo a mitad de la maestría. A ella no le importó mi puerperio y me hizo ir a escasos 15 días de parir”.
Muchas mujeres no tienen la fortuna de hacer estas cosas".Daniela Mendieta
“Aprende y conoce todas las etapas del crecimiento del crío. Si bien no hay un manual, poseer información ayuda a hacer un poco más leve el camino. Busca alguna tribu que te acompañe, alíate con otras mamás, eso es muy importante. La maternidad no debería vivirse en solitario.
“Mi cuerpo ha cambiado muchísimo a raíz de la maternidad. Aún lacto y sólo lo hago con un seno, por lo que aún es notorio, y quedaron en mi cuerpo algunas estrías.
Posser información
ayuda a hacer leve el camino, busca una tribu que te acompañe " .
Los cambios emocionales han sido los más complejos. Después de parir, las amistades que me acompañaron durante la gestación se fueron, por lo que la maternidad como tal la viví por un buen tiempo sola. Respecto al padre, tampoco había una relación como tal y en un inicio, bueno aún, sigue siendo complicado empatar ideas sobre crianza. Socialmente también ha sido complejo, pues muchas personas se involucran en la forma que cada una de nosotras tiene para criar y en mi caso he seguido una línea distinta a la de otras mujeres en mi familia, por lo que mi crianza siempre ha sido criticada”.
“Que busque rodearse de gente que la entienda y la atienda a ella como persona. Hay que estar bien une para poderle dar a les demás y, en el caso de una gestación y crianza, se necesita toda una red para poder cuidar tanto a quien gestó como a le bebé.
Sin la ayuda del círculo que me acompañó, mi embarazo habría sido muy difícil".
Crecimiento de panza, oscurecimiento de mi piel e inflamación de mis piernas, las emociones fueron bastante confusas porque eventualmente descubrí que soy neurodivergente y vivo con trastorno de identidad disociativa (TID), paralelo a que estaba viviendo un embarazo en un contexto postraumático, así que sólo puedo decir que estaba bastante ausente de mí y que sin la ayuda del círculo que me acompañó, mi embarazo habría sido muy difícil, con todo y que siempre lo había deseado. Me di cuenta que la gente comenzó a tratarme como algo secundario, como si lo impor...
tante del embarazo fuera solamente la persona gestándose. Al paralelo noté el creciente rechazo por parte de las mujeres a otras mujeres embarazadas y recibí varias reacciones agresivas en el transporte público, ya ni hablar de decir públicamente que soy una persona no binaria". Tuve todos los apoyos necesarios, pero en ese momento estaba cruzando por un problema médico/legal contra mi hermano y el embarazo es algo que debí esconder de él y de mi madre por lo mismo. El embarazo fue en sí un proceso bonito y esperanzador, pero difícil por el contexto en que se daba”.
“El embarazo no te debe de limitar. A veces, cuando somos primerizas, nos cuesta mucho aprender a no estresarnos, a no tener miedo, y es natural, el cuerpo está pasando por muchos cambios físicos y emocionales que no conocemos. Escucha a tu cuerpo, a tus sentidos y cree en tus emociones. Si tú te sientes triste, llora; si tú te sientes feliz, ríe.
escucha a tu cuerpo, a tus sentidos y cree en tus emociones".
Por eso la decisión de fotografiar sus cuerpos descubiertos, por eso la necesidad de mirar las diferencias que hay en la figura de una mujer y otra. No todas somos iguales, no todas tenemos que vivir el embarazo de la misma forma.
La diferencia entre el primer y segundo embarazo fue la experiencia. En el segundo yo ya sabía los síntomas, tanto físicos y psicológicos. Ya no tenía ese miedo que te da la incertidumbre de no saber qué va a pasar.
Ellas me enseñaron que el embarazo no es una enfermedad, pero que sí implica cambios físicos, emocionales y sociales.
A veces nos limitan a ciertas cosas, creo que deberían de incluirnos más, pues nosotros como madres tenemos la posibilidad de hacer mucho, empezamos a descubrir cosas, tenemos muchas ideas. Creo que a la sociedad le hace falta ser más abierta, dejarnos hablar, dejarnos compartir nuestras experiencias”.
LAVIOLENCIASISTÉMICA
ALASMUJERESQUEDECIDEN
MATERNAREMPIEZADESDE
ELEMBARAZO.
Karla Canna: Sana a base de cannabis y productos naturales.
Rocio GuerreroKarla vende productos naturales, su empresa nace de la idea de ya no querer medicarse tanto, pues vive con diabetes y el síndrome de Sjögren. En el año 2017 nace MOON, la marca que la ha hecho saltar a la fama en redes sociales, pues sus productos, son queridos .y reconocidos por sus clientes, quienes. .la recomiendan.
Es bien sabido que todas las plantas tienen propiedades y en algunas encontramos beneficios para nuestra salud; por ejemplo, el cannabis apoya en el tratamiento de muchas enfermedades, también es conocida como medicinal por sus efectos tranquilizantes del sistema nervioso, aclara la piel, reduce las manchas, previene convulsiones, disminuye dolores e inflamaciones, estimula el crecimiento del cabello y más.
Los productos de MOON no son psicoactivos y son muy seguros de utilizar, pues llegan hasta la dermis, que es la segunda capa de la piel.
Karla inició su proyecto con $400 pesos mexicanos.
Decía que las ventas no era algo que le gustara, pero se dio cuenta de que promocionarse es parte fundamental de ser independiente.
Comenzó elaborando mermeladas para diabéticos y mientras medía los ingredientes tuvo un recuerdo de su abuelo paterno. Ella era niña y él estaba midiendo la materia prima para preparar productos como perfumes, cremas, barnices, y comprendió qué tan importante era en ese momento la figura de don Demetrio, quien dejó su huella que trascendió hasta ese momento.
En INMUJERES le dieron cursos con los que ella aprendió a realizar productos saludables. Además, fue una de las 12 seleccionadas entre 120 participantes para la intervención de su marca, para que ésta fuera más atractiva. Posteriormente la invitaron a participar en bazares.
En la búsqueda de hacer algo por apoyar la salud de su mamá, quien padece artritis reumatoide, elaboró una pomada a base de cannabis con la que mejoró bastante, pues el cuerpo humano recibe con satisfacción total los productos naturales y que son amigables con el medio ambiente.
Karla elabora artesanalmente sus productos, tiene una producción pequeña llena de esmero y pasión. Por el momento surte pedidos en Guerrero, León, CDMX, Veracruz, Estado de México y Oaxaca. El lubricante de cannabis es otra de sus creaciones, que ha ayudado a que las mujeres disfruten su sexualidad, pues trabaja en los centros erógenos intensificando las sensaciones, lo que produce una estimulación sexual. Debido a su fórmula concentrada, incrementa la excitación y percepción sensorial. Karla afirma que la sociedad ha satanizado el hecho de que las mujeres toquemos nuestro propio cuerpo y ésta es una opción para apropiárnoslo y disfrutarlo, haciendo a un lado los tabús. El poder de la autoestima radica en nosotras mismas y no en otras personas.
A Karla la inspiran muchas mujeres feministas y aprende mucho de ellas, lo que le da fuerza, valor e inteligencia que la mueven a ser mejor cada día. Ser productor independiente le ha dado tiempo para convivir con su hija, quien ahora la ayuda a realizar sus pedidos y en las entregas en los torniquetes del metro y por paquetería. Karla sueña con un día escribirle un libro a su hija Camila en el que incluya las fórmulas de sus productos y las recetas de cocina que la han ayudado a sentirse joven, saludable y tranquila.
Por el momento, tiene a la venta los siguientes productos:
· Pasta dental sólida (la de cacao es mi favorita)
. Shampoo sólido
· Desodorante sólido y en pasta
·
Ungüento para los pezones, para mamás que están lactando
· Bombas efervescentes
· Jabones herbales
·
Ungüento para las almohadillas de los cachorros.
Próximamente lanzará otros productos.
Karla incluye asesoría personalizada de sus productos de acuerdo con las necesidades de sus clientes.
FOTÓGRAFAS EMERGENTES
EN EL MARCO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA
CONTRA LAS MUJERES Y NIÑAS
Fotografía: Brenda Marínez @brenmtz.c
Desde la periferia les gritamos que no somos basura, somos mujeres y exigimos justicia.
Fotografía: Luna rebelde
La tarde del 24 de agosto, Yesenia Zamudio, madre de Marichuy, víctima de feminicidio en 2016, tuvo una reunión virtual con Ernestina Godoy en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.
En ella se le informó que recibirá una disculpa pública por las omisiones en el caso de su hija, además, será nuevamente revisado por autoridades con perspectiva de género, y se dijo que se sancionará a aquellos que hayan cometido dichas omisiones.
Afuera de las instalaciones hubo protestas que exigían justicia por Marichuy y todas las víctimas de feminicidio.
El de Marichuy no es el único caso en el que ha habido omisiones e irregularidades en las investigaciones.
Fotografías: Aranza Bustamante @arazuccar