Cienciario 09 febrero

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SUPLEMENTO DE CAMBIO DE MICHOACÁN CAMBIO DE MICHOACÁN | C I E N C I A R I O | 9 DE FEBRERO DE 2 0 16 | 1 PARA LA DIVULGACIÓN DE TEMAS CIENTÍFICOS Y TECNOLÓGICOS PREMIO ESTATAL DE DIVULGACIÓN 2013 EDITOR: RAÚL LÓPEZ TÉLLEZ ixca68@hotmail.com MARTES 9 DE FEBRERO DE 2016 NÚMERO 616 APARECE LOS MARTES www.cambiodemichoacan.com.mx

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«La ciencia, desde sus orígenes, ha tenido que librar una lucha muy dura para abrirse paso a través de las visiones y explicaciones sustentadas en las creencias y la conservación del poder terrenal. Al principio esta lucha cobró formas terribles, con multitud de quemados en la hoguera».

Un riesgo latente Horacio Cano Camacho

Prácticamente no existe un área del quehacer humano que no haya recibido el impacto de la actividad científica: la salud, la producción de alimentos, los nuevos materiales, la energía, la información, entre otras. Sin embargo, el impacto más importante radica en que ha cambiado nuestra forma de percibir el Universo, la naturaleza y a nosotros mismos. Y aquí se encuentra el origen del conflicto con otras interpretaciones del mundo, concretamente con las religiones judeocristianas. Demostrar la unidad de composición del Universo y establecer, en particular que los seres humanos estamos hechos de lo mismo y funcionamos a través de las mismas leyes que rigen ese Universo le restó algo del poder, hasta entonces incontrastable, a las castas sacerdotales. Y eso no se lo perdonarán nunca. La ciencia, desde sus orígenes, ha tenido que librar una lucha muy dura para abrirse paso a través de las visiones y explicaciones sustentadas en las creencias y la conservación del poder terrenal. Al principio esta lucha cobró formas terribles, con multitud de quemados en la hoguera. Pero las religiones evolucionan, muy a su pesar y su negación y, como la economía, se han globalizado estableciendo nuevas reglas y formas de esta guerra soterrada entre el saber y el poder. Ante el empuje incuestionable de la ciencia, las religiones judeocristianas han mudado de estrate.. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..

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gia: las formas groseras y brutales de combate de antaño han dado lugar a otras, más sutiles tal vez, pero no por ello menos dade la ciencia.e apropiarse or ello menos daiones judeocristianas han mudado de estrategia: las formas groseras y brutales de coñinas. Una de estas formas consiste en el intento de apropiarse del éxito de la ciencia. Siglos negando, proscribiendo y combatiendo las evidencias que explicaban el orden y leyes del Universo, la evolución y la genética le han costado audiencia, de tal manera que hacer suyos estos hechos científicos y reclutarlos al campo de sus imposturas puede rendir beneficios, siempre y cuando la inteligencia se someta al poder. Anunciar la «demostración científica» de sus dogmas es intentar apropiarse del prestigio de la ciencia para seguir detentando el poder sobre la sociedad. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..

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De esta manera se intenta convencer a la población de que la religión (la suya obviamente) es compatible y hasta complementaria con la ciencia. Y esto no puede ser porque la naturaleza de ambas es distinta. La ciencia es una actividad humana creativa cuyo objetivo es la comprensión de la naturaleza y cuyo producto es el conocimiento, obtenido a través de método científico. La ciencia tiene al menos tres cualidades que la hacen distanciarse de cualquier otra forma de entender la naturaleza sustentada en creencias o explicaciones subjetivas: Primero, la ciencia es una actividad que trata de reducir al mínimo, si no es que desaparecer, la influencia del sujeto observador, eliminando la ideología, los gustos y preferencias. Segundo, la ciencia intenta comprender un fenómeno hasta su PÁGINA 4

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REVIST A REVISTA La decisión de dar teta o biberón es una de las que más inquietan a las madres recientes. Una opción personal se ha convertido en objeto de un debate social donde se cruzan razones científicas con modelos de crianza y conciliación. Mientras unos acusan a las que no amamantan por privar a sus bebés de una fuente de salud y apego, otros murmuran cuando un niño con dientes baja el sostén a su madre. Hoy nadie duda de los efectos positivos de la lactancia materna; sin embargo, algunos estudios cuestionan sus propiedades protectoras a largo plazo.

Lactancia materna, bajo la lupa de la ciencia Marta Palomo | Agencia SINC «Cuando usted entra en una guardería, ¿puede diferenciar aquellos niños que han sido alimentados con biberón de los de lactancia materna?, ¿y en una clase de primaria?, ¿y en una graduación universitaria? –Amy Tuteur espera unos segundos antes de contestarse a sí misma–. Pues será que tanta diferencia no hay». Esta ginecóloga estadounidense, autora de The skeptical OB, denunciaba el pasado mes de agosto en la revista Time que a diario atiende a madres angustiadas que se sienten culpables porque no pueden o no quieren dar el pecho a sus bebés. «Están bajo una gran presión que les hace sentir que son malas madres cuando, en realidad, las diferencias entre la lactancia materna y la fórmula en los países desarrollados son muy, muy pequeñas», afirma Tuteur. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses del bebé. Esta institución hace años que intenta remontar el bajo seguimiento de su directriz tanto en regiones empobrecidas como en las más favorecidas económicamente, sin el éxito deseado. Según un macroestudio publicado la pasada semana en la revista The Lancet, en los países de rentas bajas y medias sólo uno de cada tres bebés es alimentado con lactancia materna exclusiva durante sus primeros seis meses de

vida. En las sociedades más ricas, especialmente la europea, las cifras no mejoran. El trabajo estima que si la lactancia materna se incrementara hasta niveles universales se podrían prevenir hasta 823 mil muertes de niños menores de cinco años. Ni instituciones ni científicos ponen en duda que la leche materna es mejor que la de fórmula. No será la primera en hacerlo Amy Tuteur, quien amamantó a sus cuatro hijos. «Porque quería y podía y era feliz con mi decisión», subraya. Pero coincide con el médico Michael Kramer, líder de una investigación única en la historia sobre los efectos del amamantamiento, y con la opinión de un número cada vez mayor de profesionales: «Se han exagerado los resultados científicos sobre los beneficios que tiene la lactancia en la salud del bebé a largo plazo», explica a SINC Kramer desde su despacho en la Universidad de MgGill, en Montreal (Canadá). Leyendo entre líneas Una abrumadora mayoría de estudios concluye que la lactancia materna es mejor que la artificial para la salud del bebé y que estos beneficios se prolongan a lo largo de la vida. Estos trabajos demuestran que los bebés amamantados tienen menos infecciones y que a medida que crecen muestran menor tendencia al desarrollo de obesidad, diabetes tipo 1 y 2, asma, alergias, presión arterial alta, hiperactividad, cáncer y caries dentales y

presentan un mayor coeficiente intelectual. Pero estos estudios, que no son experimentales sino observacionales (comparan un grupo de población con otro), también revelan que, respecto a los bebés de biberón, los de pecho tienen mayor probabilidad de ser blancos, nacer en familias con ingresos elevados, tener padres con un alto nivel educativo, un mejor acceso al sistema de salud y vivir en barrios más seguros y con bajos niveles de toxicidad ambiental. Kramer asegura que investigar las consecuencias de la lactancia en humanos es muy complicado. «No estamos hablando de una relación como la del tabaco y las enfermedades pulmonares, sino de algo mucho más sutil. Cuando los efectos que buscas son débiles y se ven influidos por la conducta de las personas, es muy fácil que tus resultados se desvíen hacia una respuesta u otra por no tener en cuenta todas las variables de confusión», alerta. Es decir, se corre el riesgo de omitir hechos, como la dieta o el ejercicio que practica una familia, que afectan directamente en el resultado de la investigación. Por ejemplo, la influencia de la lactancia sobre la obesidad. En los hermanos puede estar la clave Para desentrañar el efecto real de la lactancia sobre la futura salud del bebé deberían minimizarse estas variables de confusión. Una primera aproximación la lle-

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'Tetada' de protesta después de que una mujer fuese expulsada de un establecimiento de Valladolid por amamantar en público. En 2012, Time publicaba esta portada. Muchas mujeres denunciaron que su titular '¿Eres lo bastante madre?' era una nefasta forma de presión. Por motivos distintos, otros se escandalizaron al ver a un niño de tres años mamando. varon a cabo en el año 2005 dos economistas que estudiaron dos mil 734 parejas de hermanos. De estas, 523 habían sido alimentadas de manera diferente, un hermano con pecho y el otro con biberón. Los investigadores analizaron el índice de masa corporal, asma, alergias, notas del colegio, apego a la madre y hasta

quince indicadores de salud y habilidad cognitiva. Casi todas las diferencias que tan claramente se manifestaban en la población general resultaron ser nulas entre hermanos. «Nuestros resultados demuestran que muchos de los efectos beneficiosos a largo plazo de la lactancia han sido sobreestima-


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REVIST A REVISTA La leche materna, rica en anticuerpos del tipo IgA, constituye una primera línea de defensa en las zonas mucosas, como el intestino del bebé. Además, recientes investigaciones demuestran que es rica en sustancias que no se encuentran en la de fórmula, como células madre, células del sistema inmunitario y otras moléculas que favorecen el crecimiento de determinadas bacterias en detrimento de otras potencialmente patógenas en la flora intestinal del bebé. ESPECIAL | IMAGEN TOMADA DE INTERNET

dos», escribían los autores. Sólo una diferencia se mantuvo: la habilidad cognitiva. Este trabajo fue el primero de varios más, el más reciente publicado en mayo de 2014, que revelan una y otra vez que casi todos los efectos beneficiosos a largo plazo que se atribuyen a la lactancia materna tienden a cero y se vuelven insignificantes cuando se comparan hermanos. Es decir que en realidad son debidas a características demográficas y estatus social, pues en los países desarrollados –España entre ellos–, las mujeres con mayor nivel social y educación dan más el pecho y alargan el periodo de lactancia. El coeficiente intelectual sí se mantiene diferente en algunos de estos trabajos, aunque en otros no, pero la cifra se reduce de una media de 2.2 puntos en los estudios observacionales a 0.22 en los que sólo comparan hermanos. De Bielorrusia al mundo De todos modos y según Kramer, el estudio con hermanos no es el mejor diseño ya que la madre ha decidido cambiar la alimentación entre uno y otro por alguna razón, y esta puede ser una variable de confusión y falsear los resultados. «No es una comparación del todo justa», reflexiona el investigador. Lo ideal sería diseñar un ensayo como si de un fármaco se trata-

ra, prospectivo y aleatorio, donde fuera sólo el azar el que determinara el tipo de alimentación, de manera que cualquier diferencia entre los dos grupos se debiera únicamente al tipo de lactancia. En el año 1996, Michael Kramer puso en marcha un estudio de estas características llamado Probit (acrónimo en inglés de Promotion of Breastfeeding Intervention Trial). En Bielorrusia, Kramer y sus colegas reclutaron a 17 mil 046 bebés y convencieron a la mitad de sus madres para que prolongaran la lactancia materna y lo hicieran de manera exclusiva. Desde entonces, los investigadores han monitorizado minuciosamente la salud de estas criaturas y de momento han difundido los resultados del seguimiento a los seis y a los 11.5 años. En breve publicarán los datos tras 18 años de estudio. «La OMS y otras organizaciones que promueven la lactancia materna nos citan cuando tenemos resultados que les gustan, y no lo hacen cuando no son de su agrado. No me parece bien utilizar los datos que a uno le interesen para promover lo que considera que es mejor, y creo que eso es justo lo que está pasando», denuncia este médico por teleconferencia con SINC. Lo que, según Kramer, no le gusta a la OMS es que en su ensayo no han encontrado ninguna evidencia de los efectos beneficiosos de la lactancia a largo plazo: ni respecto a la obesidad, ni a la alergia ni el asma.

«Lo que sí hemos corroborado, y hay una evidencia científica muy sólida al respecto, es que la leche materna proporciona protección ante infecciones – asegura el investigador– pero sólo durante el periodo de lactancia y desaparece a los pocos días de detenerla». El gerente del Programa de Nutrición, Actividad Física y Obesidad de la OMS, Joao Bredo, se muestra escéptico con el ensayo de Kramer y los trabajos con hermanos. «Es cierto que los estudios observacionales pueden tener un problema de desviación y que debemos continuar investigando – admite Bredo. Pero al día de hoy no creemos que exista evidencia suficiente como para dudar de los efectos beneficiosos de la lactancia materna sobre la salud a corto y largo plazo». Lo que sí hace la lactancia materna «Existe la idea de que los beneficios de la lactancia materna sólo se refieren a los países pobres, pero no es así, son igual de importantes para toda la población», subraya Bredo. En esta línea, una de las conclusiones del estudio de The Lancet es que en países desarrollados la lactancia materna reduce el riesgo de muerte súbita del lactante en una proporción de más de un tercio. Los lactantes del ensayo Probit, en Bielorrusia, sufrieron menor número de infecciones, especialmente gastrointestinales, y de menor intensidad. «En países desarrollados las diferen-

cias entre la lactancia natural y el biberón no son una cuestión de vida o muerte, pero sí en otros lugares», asegura Kramer, refiriéndose a países en vías de desarrollo o inmersos en conflictos bélicos donde el riesgo de infección es elevado o el agua no es potable. También en el caso de bebés prematuros en los que la leche materna ha demostrado ser eficiente para reducir el riesgo de enterocolitis necrosante, un trastorno intestinal. La leche materna, rica en anticuerpos del tipo IgA, constituye una primera línea de defensa en las zonas mucosas, como el intestino del bebé. Además, recientes investigaciones demuestran que es rica en sustancias que no se encuentran en la de fórmula, como células madre, células del sistema inmunitario y otras moléculas que favorecen el crecimiento de determinadas bacterias en detrimento de otras potencialmente patógenas en la flora intestinal del bebé. Sobre el coeficiente intelectual El resultado más controvertido del experimento de este pediatra canadiense se refiere al coeficiente intelectual, pues en sus varias publicaciones llega a encontrar diferencias de siete puntos entre los dos grupos. «Pero este valor está sobreestimado –admite. Teniendo en cuenta todos los estudios, yo creo que la diferencia real es unos tres puntos de más en el grupo de lactancia materna que en el de fórmula».

¿Qué importancia tiene ese valor? Según Kramer, a nivel individual, ninguna. «Es irrelevante, como la diferencia que pueda existir entre hermanos», explica. Pero sí podría serlo a nivel poblacional. ¿La explicación? El científico admite que no sabe. Alguna teoría ha sonado a favor de la presencia de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga presentes en la leche materna y no en la de fórmula, pero los estudios de leche suplementada con ellos no han revelado ningún efecto. Amy Tuteur resopla y da una respuesta contundente: las medias de coeficiente intelectual no han hecho más que aumentar a lo largo del siglo XX en Estados Unidos, mientras que la proporción de lactancia materna disminuía. «No hay duda de que la lactancia materna es mejor, pero si una madre no quiere o no puede dar el pecho, tiene mil herramientas para compensar e incluso superar cualquier beneficio que pueda conferir su leche a largo plazo: desde leerle cuentos a su bebé a ponerle el cinturón en el coche», afirma Kramer. El científico canadiense admite que existe una fuerte presión social que promueve este tipo de lactancia. Para él, esta situación se explica como una respuesta popular a las campañas agresivas que durante años han esgrimido las empresas productoras de leche artificial en detrimento de la materna.


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«En la ciencia no existe el principio de autoridad, algo claramente incompatible con las religiones que se organizan en castas con dominio y poder según su jerarquía».

Un riesg o latente riesgo PÁGINA 1

esencia, eliminando las creencias y las intuiciones, dejando únicamente lo que tiene soporte en los hechos, es decir, el mundo es inteligible, capaz de ser entendido ahora o más adelante. Tercero, la ciencia acepta que todo conocimiento es sujeto de cambio, incluso de rechazo, al demostrarse su error o falsedad, por el avance del conocimiento y los instrumentos para obtenerlo. La ciencia avanza en una continua revisión de los conceptos, modelos y supuestos que construyen el conocimiento. Es claro que cualquier interpretación religiosa parte de elementos antagónicos a los señalados para la ciencia: se sustenta en creencias e interpretaciones no sustentadas en evidencias. Estas nociones son de observancia obligada no obstante que se contradigan con los hechos y la evidencias (fe); la existencia de campos inexplicables (misterios insondables, sólo accesibles a las castas) que nos indican que el mundo es ininteligible sólo a través de aceptar los dogmas de la religión y la fe misma. Finalmente, una religión se basa en la permanencia de sus nociones decretadas e innegables o dogmas. De manera que la religión se entroniza a través de la represión de la duda y de la exigencia de demostración.

En la ciencia no existe el principio de autoridad, algo claramente incompatible con las religiones que se organizan en castas con dominio y poder según su jerarquía. La ciencia es una actividad social construida por el trabajo creativo, la discusión y la descensión de sus comunidades, y si bien el conocimiento ha sido motivo de censura y proscripción y muchas veces ha sido secuestrado y acaparado por el poder mismo, ha sido capaz de retoñar y seguir creciendo. El hecho de que muchos investigadores y científicos sean proclives a monopolizar el conocimiento con fines de poder sólo describe el egoísmo y la falta de ética científica de estos personajes y no la naturaleza de la ciencia. En todo caso, la sociedad es la que debe imponer un nuevo contrato social de la ciencia. Uno que enfatice al conocimiento como un bien social y lo excluya de las élites. Este contrato debe establecerse sustentado en la ética del conocimiento, no imponiéndose como la religión. Ese es el poder liberador de la ciencia. Profesor e investigador del Centro Multidisciplinarios de Estudios en Biotecnología y jefe del Departamento de Comunicación de la Ciencia, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

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«Entonces, tocar, tocarse es un asunto de aceptación y estimación de uno mismo o del otro u otra; por ello creo que hemos aprendido equivocadamente lo que es el respeto...»

¡A tocarse! Héctor Orozco Gómez Resulta importante reflexionar que las principales causas de morbilidad y mortalidad en nuestro país tienen que ver con cómo hemos sido educados y educadas sobre nuestra sexualidad. El cáncer de mama y cáncer cervicoúterino en las mujeres y el cáncer de próstata en los hombres son las principales causas de muerte en México. De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, en todo el país mueren catorce mujeres por cáncer de mama diario, y en Michoacán una mujer por este mismo padecimiento fallece cada tercer día. Fina Sáenz, en su texto «Psicoerotismo femenino y masculino», describe que a través de las distintas instituciones sociales (escuela, familia, medios de comunicación, religión) vamos siendo educados de manera muy diferenciada de acuerdo con el género al que pertenezcamos; es decir, se crea una cultura para las mujeres y otra para los hombres, creándose así un erotismo femenino y otro masculino muy distintos, dando, por ende, permisos, expectativas, derechos, obli-

gaciones y emociones de acuerdo con el sexo de nacimiento. Las mujeres se tocan poco sus genitales y mamas, a lo que Fina llama sexualidad periférica, porque se acarician la periferia de su cuerpo pero no sus zonas erógenas y los hombres somos al revés: tocamos mucho nuestros genitales pero poco o nada nos permitimos ser acariciados en nuestra periferia. A las mujeres se les suele educar en que no deben ser tocadas, es decir, se les enseña a «darse a respetar»; a los hombres, los padres de nuestras novias, nos dicen: «Por favor, nada más respete a mi hija». Sin embargo, la palabra «respeto» no tiene que ver con tocamientos; la palabra respeto tiene dos significados etimológicamente: uno, el de tener estimación, y el otro significa dejar ser al otro. Entonces, tocar, tocarse es un asunto de aceptación y estimación de uno mismo o del otro u otra; por ello creo que hemos aprendido equivocadamente lo que es el respeto, un asunto es tocar a una persona sin su consentimiento lo cual incurre en

un delito que es tipificado como abuso sexual y la otra es tocarse por salud y satisfacción. Por ello la propuesta es tocarse, revisarse, apropiarse, cuando ellas se tocan se reconocen, identifican lo que les gusta, lo que les da placer, lo que les permite llegar a un orgasmo y esa no es ninguna falta de respeto; por lo contrario, será una información que les será muy benéfico en sus encuentros eróticos amorosos. En los hombres será muy útil que desarrollen una sexualidad más periférica, es decir, que amplíen su repertorio sexual permitiéndose reconocer todo su cuerpo como un especio erógeno, no sólo sus genitales, en necesario que también los hombres revisen y permitan ser revisados en sus áreas de riesgo como testículos y próstata. Los especialistas en salud refieren que tienen que pasar varios años para que un cáncer se desarrolle y la persona no diera cuenta de ello. No esperes a tocarte, tal vez pueda ser demasiado tarde y estés perdiendo placeres y salud en ello.


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«El sudor es un buen símbolo del trabajo o al menos del ejercicio físico (con todos sus beneficios). Pero no es sólo eso, todos los animales mamíferos podemos mantener constante la temperatura corporal gracias a la evaporación del agua contenida en el sudor. Por cada litro de agua evaporada eliminamos 539 (kilo) calorías».

Sudor Cuauhtémoc Sarabia En el mar halla el agua su paraíso ansiado / y el sudor su horizonte, su fragor, su plumaje. / El sudor es un árbol desbordante y salado, / un voraz oleaje. Poema de Miguel Hernández (poeta republicano español). Como sucede con otros fluidos corporales, el sudor puede causarle a usted una sensación de desagrado, tanto si es el de otra persona como el propio. En esta civilización hipócrita, que se sostiene «con el sudor de la frente» de los trabajadores y hace elegías a la limpieza, se desearía no sudar para ser aceptado por los demás, por eso se compran desodorantes y antitranspirantes. El sudor es un buen símbolo del trabajo o al menos del ejercicio físico (con todos sus beneficios). Pero no es sólo eso, todos los animales mamíferos podemos mantener constante la temperatura corporal gracias a la evaporación del agua contenida en el sudor. Por cada litro de agua evaporada eliminamos 539 (kilo) calorías. En el organismo tenemos dos tipos de glándulas sudoríparas: las ecrinas segregan el sudor en toda la superficie de la piel y son las que regulan la temperatura, las apocrinas están ubicadas junto a los vellos y segregan un fluido lechoso cuando estamos bajo emociones fuertes o estrés. Cuando estos fluidos son fermentados por las bacterias que siempre están presentes en la epidermis producen compuestos químicos que tienen un olor intenso, entre ellos ácidos orgánicos como el valérico y el caproico (huelen a vinagre pero más desagradables), en algunas personas llega a ser tan intenso el olor, que incomoda a las personas con las que convi-

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«Se piensa que es muy bueno tomar un baño turco o ruso para sudar mucho, bajar de peso y eliminar toxinas. En realidad lo único que se baja con estos baños es la cantidad de agua en el organismo, misma que se repone tan pronto calmamos la sed». ven. Lógicamente, la mejor manera de reducir el olor es bajando la población de bacterias mediante el baño diario. Sobre el hecho de sudar hay un buen número de mitos. Se piensa que es muy bueno tomar un baño turco o ruso para sudar mucho, bajar de peso y eliminar toxinas. En realidad lo único que se baja con estos baños es la cantidad de agua en el organismo, misma que se repone tan pronto calmamos la sed. Respecto a las toxinas, la cantidad eliminada es mínima en comparación con las que desechan los riñones. En el sudor también están presentes otras sustancias, las que a través de la evolución animal han desempeñado funciones hasta hace poco desconocidas. En abril de 2015 se publicó un estudio (bien realizado) en el que se sometió a un grupo de hombres sanos y limpios a una serie de videos de los que producen emociones como miedo, enojo o alegría. De cada uno de los par-

ticipantes, al tiempo que veían los videos, se colectaron muestras de sudor de las axilas. Luego a un grupo de mujeres también sanas se les hizo oler las muestras mientras se filmaban sus reacciones en el rostro, especialmente en el músculo frontal medio. En estudio se encontró una correlación significativa entre el tipo de video observado y la expresión facial (felicidad, desagrado, miedo) de las mujeres. En otro estudio realizado en 2007 se comprobó que un compuesto llamado androstadienona, presente en el sudor masculino y derivado de la testosterona, produce como efectos en las mujeres que lo huelen: aumento de producción de la hormona hidrocortisona, mejora en el estado de ánimo y el apetito sexual, aumento del pulso y la presión sanguínea. Estos resultados coinciden con lo encontrado con pruebas con otros animales. Lo anterior sugiere que puede ser verdad la idea que

las parejas románticas se forman en función de su olor corporal. En este mes de enero se publicó otro estudio interesante, sobre todo para los deportistas. Un grupo de científicos de la Universidad de California, en Berkeley, han desarrollado un pequeño y flexible sistema de biosensores que se colocan en la piel y analizan una serie de metabolitos presentes en el sudor, como glucosa, lactato, los electrolitos sodio y potasio y la temperatura de la piel. Estos parámetros sirven para diagnosticar el estado de salud de la persona y puede prevenir problemas como aumento excesivo de temperatura por la actividad física. Otro aspecto interesante de este dispositivo es que transmite remotamente la información a una tableta o teléfono inteligente. El sudor, en síntesis, es un medio eficaz no sólo para mantener controlado nuestro organismo, sino hasta para relacionarnos.

En el organismo tenemos dos tipos de glándulas sudoríparas: las ecrinas y las apocrinas están ubicadas junto a los vellos...

FRONTERAS Abre convocatoria para el XXVI Verano de la Investigación Científica La Academia Mexicana de Ciencias (AMC) invita a estudiantes de instituciones de educación superior nacional para que participen en el XXVI Verano de la Investigación Científica, que se realizará del 27 de junio al 26 de agosto próximos. El Verano tiene como principal objetivo fomentar el interés de los estudiantes de licenciatura por la actividad científica en las áreas físico matemáticas, biológicas, biomédicas y químicas, ciencias sociales y humanidades, e ingeniería y tecnología. Consiste en promover y facilitar que los estudiantes realicen estancias de investigación de siete semanas de duración en los más prestigiados centros e instituciones de investigación del país, bajo la supervisión de investigadores, quienes con su guía introducen a los universitarios en el fascinante mundo de la ciencia al permitirles participar en algún proyecto de investigación. El director del Verano de la AMC, doctor Víctor Pérez-Abreu Carrión, comentó que el programa “también es un apoyo para quienes quieren decidir su vocación, si dedicarse a la ciencia o no, y eso es un aspecto importante”. Desde que inició actividades en 1991, la Academia ha garantizado que la difusión de este programa sea completamente abierta, lo que ha permitido el registro de un número cada vez mayor de estudiantes provenientes de todas las áreas del conocimiento y de todos los estados de la República. En el primer año del Verano participaron 99 alumnos, en el 2015, cuando este programa festejó su 25 aniversario, fueron 1 705 alumnos los beneficiados con una PÁGINA 6


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FRONTERAS PÁGINA 5

estancia de investigación. “Para el 2016 esperamos otorgar junto con las instituciones patrocinadoras la beca a un número similar de estudiantes, y también se busca incrementar el número de participantes en el área físico-matemáticas, que ha sido bajo en los últimos años”. En la actualidad, en la selección de los estudiantes intervienen 400 evaluadores para garantizar la calidad del proceso. “Para el comité de evaluación es muy importante el ensayo argumentativo que tienen que escribir lo alumnos con base en una serie de preguntas que se les hace; ellos tienen que redactar y contestar de forma integral, es un requisito, un elemento muy similar al que usan programas de verano de mucho prestigio en el mundo, claro que el nuestro está adaptado a México”. Pérez-Abreu destacó, por otro lado, que la respuesta de los investigadores que han querido participar como anfitriones ha sido muy positiva, similar a los años pasados, lo que ayuda a proyectar el programa todavía más, aunque reconoció que le gustaría que aumentaran en estados como Oaxaca y Tlaxcala, donde el número investigadores anfitriones son pocos. “Sinaloa y Jalisco son estados que envían a muchos alumnos y el Distrito Federal es de las entidades donde más investigadores eligen los alumnos, pero empieza a incrementarse la cantidad de investigadores anfitriones fuera de la zona metropolitana”. El Verano de la Investigación Científica de la Academia Mexicana de Ciencias cuenta con el apoyo y aportaciones de la Secretaría de Educación Pública, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Universidad Nacional Autónoma de México, el Centro de PÁGINA 7

Dos nuevos estudios revelan cómo los cambios en el número de árboles de la Tierra influyen no sólo en el ciclo del carbono, sino también en las temperaturas superficiales más de lo que se había estimado. Sus resultados señalan al ser humano como responsable de dos efectos que contribuyen al calentamiento global: la deforestación y la mala gestión de los bosques.

La mano que calienta la Tierra Científicos de dos grupos independientes de investigación publican en la revista Science sendos estudios que demuestran cómo la acción humana ha cambiado la dinámica de los bosques con consecuencias directas sobre el cambio climático. Un primer estudio, liderado por dos investigadores del Instituto de Medioambiente y Sostenibilidad del Centro Común de Investigación (JRC, por sus siglas en inglés), de la Comisión Europea, describe cómo los cambios en la cobertura forestal global afectan a los flujos de energía y agua entre la tierra y la atmósfera, y que este proceso puede variar según las diferentes regiones forestales. «Las zonas más afectadas son aquellas con una gran tasa de deforestación, alta irradiación solar y limitaciones frecuentes de agua. Ejemplos típicos son las regiones tropicales, en particular con clima árido», declara a SINC Alessandro Cescatti, autor principal del estudio junto con Ramdane Alkama, ambos del JRC. Entre los años 2003 y 2012, durante el invierno, el impacto climático de la deforestación es opuesto entre la zona boreal y las áreas tropicales –se refrigeran las altas latitudes y se calientan las bajas. Su análisis, que se basa en datos por satélite de la temperatura superficial y las variaciones de la cobertura arbórea, revela que la deforestación está provocando un aumento de las temperaturas superficiales máximas y de promedio, excepto en las latitudes más septentrionales. «Los bosques jóvenes continuarán siendo sumideros de carbono. Sin embargo, nuestro análisis muestra que, además de absorber carbono, pueden mitigar el clima local cambiando las propiedades biofísicas de la superficie de la Tierra», explica el científico.

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Entre los años 2003 y 2012, durante el invierno, el impacto climático de la deforestación es opuesto entre la zona boreal y las áreas tropicales –se refrigeran las altas latitudes y se calientan las bajas. La evapotranspiración juega un papel clave. «La deforestación aumenta la temperatura global por la emisión de dióxido de carbono –efecto biogeoquímico– y al afectar el balance de energía de la superficie terrestre –efecto biofísico. El calentamiento relacionado con este segundo efecto se debe principalmente a la disminución en la cantidad de evapotranspiración después de la deforestación», añade Cescatti. Bosques reforestados: menos diversidad y mayor cambio climático El segundo trabajo demuestra que a pesar de que existe un aumento general de la cobertura arbórea, los bosques controlados de Europa contribuyen al calentamiento global en vez de disminuirlo. «La reforestación de sólo ciertas especies de árboles está provocando un efecto cascada contraproducente, lo que indica que

es preciso utilizar métodos de control de bosques más apropiados para contrarrestar el calentamiento climático», apunta el trabajo. A escala mundial, las áreas reforestadas son cada vez más. En Europa, desde 2010 el 85 por ciento de los bosques están gestionados por los humanos. La predilección por plantar árboles con mayor valor comercial –tales como el pino silvestre, la pícea de Noruega o las hayas– ha provocado una reforestación de 633 mil kilómetros cuadrados de coníferas a expensas de los bosques frondosos, que se redujeron en 436 mil kilómetros cuadrados desde 1850. Para obtener información sobre el impacto de esta actividad, el investigador principal Kim Naudts, del Laboratorio de Ciencias del Clima y el Medio Ambiente, en el Instituto Pierre Simon Laplace (Francia), y su equipo reconstruyeron 250 años de historia de la gestión de los bosques utilizando un mo-

delo de cobertura en la superficie. Además incluyeron factores de gestión de los bosques, como los cambios en las especies de árboles. Su análisis revela que la sustitución de bosques frondosos por montes de coníferas provocó cambios significativos en la evapotranspiración y el albedo –la cantidad de energía solar reflejada de la Tierra nuevamente hacia el espacio. Estos cambios, junto con la emisión de carbono que se asocia a la manipulación de los bosques, favorecen el calentamiento en vez de mitigarlo. Por lo tanto, según afirman los autores, cualquier marco climático debería tener en cuenta el manejo del suelo además de su cobertura. En conjunción, los dos estudios demuestran complejidades que antes no se apreciaban con respecto al papel que juegan los bosques sobre el ciclo del carbono y las temperaturas superficiales del aire. | Agencia SINC

«La reforestación de sólo ciertas especies de árboles está provocando un efecto cascada contraproducente..»


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«¿Puede suceder que los que se autodenominan científicos dejen que sus creencias permeen sus investigaciones?, sí, claro, los puede haber...»

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El científico

Investigaciones y Estudios Avanzados, El Colegio de México, la Universidad Autónoma Metropolitana y el Instituto Científico Pfizer. La convocatoria correspondiente al 2016 abrió el 29 de enero y cerrará el 9 de marzo próximo. Para más información accesar a: http://amc.edu.mx/amc/ CONVOCATORIAXXVIVerano.pdf

y la congruencia Cony González Cursar una carrera de ciencia, como Biología, Física o Química, por ejemplo, lleva a los jóvenes estudiantes a confrontarse por primera vez con cómo abordar un tema de interés. A lo largo de su formación, practica un proceso de razonamiento que le permite definir un aspecto de estudio, recabar la información de lo que se conoce del tema, definir el alcance en el que se estudiará (un paso a la vez, tal vez), elaborar una hipótesis de por qué ese fenómeno natural se comporta así y en el momento más importante, definir una metodología que le permita comprobar –o caso contrario, rechazar– su hipótesis. En cualquier momento el incipiente investigador puede –a veces sin querer– sesgar sus explicaciones con base en aquello que él considera que es verdad. Craso error. Pronto aprenderá que de lo primero que tiene que cuidarse al elaborar el plan para probar sus hipótesis es de que algún prejuicio sesgue su propuesta de trabajo. Esta situación ocurrió seguramente en el pasado y ello sirvió para refinar el método de investigación experimental en ciencia, pues es imprescindible que cuando se elabora una hipótesis, lo que se elabore como hipótesis no sea aquello que se quiere probar, sino exactamente lo contrario. Esta hipótesis se llama hipótesis nula y que al final de la investigación debe refutarse por pruebas estadísticas. Ejemplo: alguien puede afirmar que «la temperatura extrema fría del invierno en curso es provocada por el cambio climático». Como la hipótesis nula buscará probar exactamente que no es provocada por el cambio climático, todos los elementos a considerar tanto en antecedentes como en el mismo diseño experimental deberán ir encaminados a comprobar la hipótesis nula

FRONTERAS

Presenta UNESCO Panorama Mundial de la Ciencia

ESPECIAL | IMAGEN TOMADA DE INTERNET

y evitar una contaminación intelectual prejuiciosa. Por supuesto que aquellos que ya de forma profesional se dedican a la investigación, en la etapa en que diseñan la metodología que los llevará a probar o rechazar su propuesta, no incluyen explicaciones ni mágicas ni esotéricas... vaya, no incluyen argumentos dogmáticos, o por lo menos eso sería lo deseable y que sólo siguen las deducciones que puedan probar aquellas que mejor expliquen un fenómeno natural. ¿Puede suceder que los que se autodenominan científicos dejen que sus creencias permeen sus investigaciones?, sí, claro, los puede haber. No dudo que algunos jóvenes que van a realizar sus estudios de doctorado al extranjero, principalmente en el país del norte, pueden considerar que es «normal» profesar alguna de las muchas religiones existentes o creer en cualquiera de los dioses que pululan en el pensamiento humano. ¿No es acaso la base de la educación de los vecinos del norte el «in God we trust» (en Dios confiamos) sobre el que in-

cluso juran jueces y presidentes? Así que debe haber un alto sesgo dogmático en la educación formal en ese país. Para muestra basta un botón: cuando se visitan los museos permeados por la «fe», por ejemplo, en los museos de paleontología, es «normal» mostrar a los hombres antiguos corriendo al lado de los dinosaurios (!), mintiendo los curadores de estos sitios al mostrar un ambiente de hace millones de años que en que con el conocimiento científico se puede demostrar que hombres y dinosaurios nunca coexistieron ya que los mamíferos estaban en una etapa muy temprana de su evolución. Hablando de una experiencia que tuve (perdón por hablar en primera persona) cuando impartí la materia de paleontología en la Facultad de Biología, una alumnita me preguntó cómo compaginaba su formación científica con su educación familiar católica. La respuesta que le di y que aún sostengo fue que no había problema ya que podría ser una bióloga exitosa pero que de ahí a considerarse cien-

tífica de pensamiento congruente había una brecha infranqueable. Hace uno o dos años se dio un hecho penoso en el sentir de muchos de los que estamos involucrados en la divulgación de la ciencia. Un «doctor en Física» abusó de la inexperiencia de los organizadores de una conferencia sobre astronomía y al terminar su presentación comenzó a predicar. Eso habla del riesgo que tienen aquellos «científicos» que no entienden la importancia del pensamiento escéptico. Alejandro Filio dice que «habrá que creer en Cristo, en la paz o en Fidel»; podemos creer o no creer en el calentamiento global o hasta en los ovnis. Es más fácil creer en lo que sea y cualquier persona es libre de hacerlo, excepto aquellas que fueron formadas en el quehacer científico o que de forma profesional realizan investigación, pues si lo hacen y su trabajo no sigue la congruencia del pensamiento antidogmático serán, como dice Horacio Cano, parafraseando a Marcelino Cereijido, cuando mucho, obreros de la ciencia.

El plazo que contempla el Informe de la UNESCO sobre la ciencia: hacia 2030, quince años, es un ejemplo de que en cualquier proyecto de planeación se tienen que contemplar plazos largos, ya que los países que lo han hecho lo ven reflejado exitosamente en este informe, por lo cual este debe ser el siguiente paso para México, es la única manera de lograr el desarrollo sostenido, dijo William Lee, secretario de la Academia Mexicana de Ciencias, durante la presentación de reporte que hizo hoy el organismo internacional en la Ciudad de México. “Muchos de los datos que contempla el informe de la Unesco para México, como el número de investigadores y de publicaciones, están por debajo de los indicadores de los países desarrollados, pero en lo que se refiere a las patentes, si lo miramos comparativamente con los países de la Unión Europea o Corea del sur, podemos notar que estamos muy por debajo y esto se debe, en parte, a que no hemos logrado integrar del todo la inversión del sector empresarial y privado”, indicó el también titular de la Coordinación de la Investigación Científica de la UNAM. | Academia Mexicana de Ciencias


8 | 9 DE FEBRERO DE 2 016 | C I E N C I A R I O | CAMBIO DE MICHOACÁN

«Si se considera que la ciencia es un esfuerzo global, no es privativo de determinadas sociedades, y mientras lo sea, se tendrá que reconocer que las fronteras entre la ciencia y la religión son más permeables de lo que la mayoría de la gente piensa».

Creer o no creer, ciencia o religión Laura E. Robles B. Sabemos que preferimos rodearnos de personas que son similares a nosotros. Aristóteles señaló hace dos mil 300 años en la Ética a Nicómaco, «igualdad y semejanza son la amistad». La sociología moderna ha demostrado que esto es verdad desde la educación, la política y, claro está, la religión. Pero, ¿la religión y la ciencia pueden coexistir?, ¿son líneas absolutamente sin punto de convergencia? Estas preguntas se abordaron en la primera encuesta mundial de cómo los científicos ven la religión. Medios de comunicación y la cultura popular pueden presentar a la religión y la ciencia como en desacuerdo, pero una nueva investigación de la Universidad de Rice, en Houston, Texas, sugiere todo lo contrario. Aun cuando es una realidad que existe una «guerra» en la que están enfrascadas ciencia y religión, lo cierto es que esta situación se alimenta por palabras de los científicos, religiosos y gente que se encuentra en medio de todo esto, vaya, que no son ni de un lado ni de otro. Los resultados del estudio realizado desafían una larga serie de datos acerca de la interacción entre ciencia y fe. Si bien se suele suponer que la mayoría de los científicos son ateos, la perspectiva global que resulta del estudio muestra

que esto simplemente no es el caso. Parece más que informativo el que se dé a conocer que científicos en la India, Italia, Taiwán y Turquía se identifican a sí mismos como religiosos, y en el caso de quienes se declaran como ateos convencidos en la misma comunidad se sabe ahora que un 54 por ciento de la comunidad científica taiwanesa, por citar alguna, se declara atea en comparación con el 44 por ciento de la población general de esa misma sociedad y el 23 por ciento de los científicos

taiwaneses cree que la ciencia y la religión pueden coexistir y ayudarse mutuamente. Si se considera que la ciencia es un esfuerzo global, no es privativo de determinadas sociedades, y mientras lo sea, se tendrá que reconocer que las fronteras entre la ciencia y la religión son más permeables de lo que la mayoría de la gente piensa. Si ponemos atención con lo que pasa en este aspecto con el vecino país del norte,

la misma Universidad de Rice investigó específicamente con la comunidad evangélica, pues se cree que es la más hostil con respecto a que la ciencia y la religión compartan en la sociedad actual, por lo que notó la necesidad de determinar si esta afirmación se basa en una verdad, pues a pesar de que muchos políticos y los medios de comunicación parecen ayudar a que se disemine esa pugna y que grandes comunidades evangélicas se presentan como desconfiadas de la ciencia, se encontró que esto es más un mito que una realidad. Esto es, casi la mitad de los evangélicos (48 por ciento) ve la ciencia y la religión como complementarias entre sí y 21 por ciento consideran que son totalmente independientes unas de otras. Esto difiere en la percepción general norteamericana donde el 38 por ciento de los estadounidenses ven a la religión y la ciencia como complementarias y además de esto, cuando el 76 por ciento de los científicos norteamericanos se identifican con una tradición religiosa. En fin, como en todo y como siempre, lo importante es que cada cual tenga su propia filosofía y que se sienta acorde con ella, pues no se trata de creer lo que nos digan a ojos cerrados, sino de creer en lo que nos deje con la sensación de estar acordes con quiénes somos y en quién confiamos.

«Aun cuando es una realidad que existe una «guerra» en la que están enfrascadas ciencia y religión, lo cierto es que esta situación se alimenta por palabras de los científicos, religiosos y gente que se encuentra en medio de todo esto, vaya, que no son ni de un lado ni de otro».

El transcurrir de la ciencia Incrementando la lactancia materna se podrían prevenir 800 mil muertes infantiles y 20 mil muertes por cáncer de mama y ovario al año. En los países de altos ingresos, únicamente uno de cada cinco niños son alimentados del pecho materno hasta los doce meses de edad y en los países más pobres solamente uno de cada tres se alimentan de la madre durante seis meses. Como resultado, millones de niños no han recibido los beneficios proporcionados por la lactancia materna. Los hallazgos provienen del análisis más grande y detallado a nivel mundial. Las nuevas estimaciones revelan que incrementando hasta casi la totalidad la alimentación materna se podría evitar el número de decesos indicados, que corresponden al trece por ciento de las muertes infantiles antes de los dos años. Existe el concepto equivocado de que la lactancia materna beneficiaría sólo a los países pobres; el trabajo de los investigadores demuestra que se salvarían vidas en todos los países. El análisis de los datos de 28 estudios indica que la lactancia materna universal no sólo salvaría las vidas, sino que también tendría un efecto dramático en la esperanza de vida. La comercialización agresiva de sustitutos está minando los esfuerzos para incrementar la lactancia materna y la saturación de los mercados en los países desarrollados ha causado que las empresas penetren rápidamente en los países emergentes.

«...hace 50 mil años los humanos jugaron un rol decisivo en la extinción del ave llamada Genyornis newtoni, de 500 kilos y más de dos metros de altura». La extinción de un pájaro gigante de Australia, apunta a que fue causada por los humanos. Un equipo de investigadores de la Universidad de Colorado ha encontrado la primera evidencia directa de que hace 50 mil años los humanos jugaron un rol decisivo en la extinción del ave llamada Genyornis newtoni, de 500 kilos y más de dos metros de altura. La evidencia consiste en patrones de quemaduras en fragmentos del cascarón, que indican que los hombres colectaban y cocinaban los huevos y, por lo tanto, redujeron el éxito reproductivo de esas aves. Se han documentado evidencias en más de 200 sitios del continente australiano. Los aminoácidos, bloques que constituyen las proteínas, se descomponen en un patrón predecible dentro de los cascarones de huevo. En los fragmentos quemados de un lado pero no en el otro forman un gradiente de descomposición que sólo se puede producir cuando se cocinan en un fuego o brasas locales, pero no cuando se trata de un fuego masivo, como en el caso de un incendio natural en el campo. Los investigadores también encontraron muchos de los fragmentos quemados en montones de menos de tres metros de diámetro. Algunos fragmentos mostraron gradientes en ambos lados de cerca de 500 grados, lo que es virtualmente imposible en los incendios naturales. | Por el seguimiento y la redacción, Cuauhtémoc Sarabia.


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