[ Letras ] DE CAMBIO
SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: VÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 5 DE NOVIEMBRE DE 2016 |
Gran hermano Los nuevos Estados de vigilancia POR IGNACIO RAMONET | PAG. 2
Bob Dylan, el juglar moderno, recibirá el Nobel de Literatura
Conquistadora A LA SAZÓN POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS | PAG. 7
POEMAS POR OLAYA ISIS | PAG. 5
Entrevista con la escritora de cuentos para niños Vivian Mansour
GUIÓN CINEMATOGRÁFICO POR ERIK MOYA | PAG. 6
POR GREGORIO MARTÍNEZ MOCTEZUMA | PAG. 8
POR AGENCIA NOTIMEX | PAG. 4
Creación
CUENTO POR MONJE ÁNGEL | PAG. 7
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SÁBADO 5 DE NOVIEMBRE DE 2016
El Gran Hermano está aquí Los nuevos Estados de vigilancia POR IGNACIO RAMONET*
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a idea de un mundo situado bajo “vigilancia total” ha parecido durante mucho tiempo un delirio utópico o paranoico, fruto de la imaginación más o menos alucinada de los obsesos de la conspiración. Sin embargo, hay que reconocer la evidencia: vivimos, aquí y ahora, bajo la mirada de una especie de imperio de la vigilancia. Sin que lo sepamos, cada vez más nos observan, nos espían, nos vigilan, nos controlan, nos fichan. Cada día, nuevas tecnologías se refinan en el seguimiento de nuestro rastro. Empresas comerciales y agencias publicitarias registran nuestra vida. Pero, sobre todo, bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo o contra otras plagas (pornografía infantil, blanqueo de dinero, narcotráfico), los Gobiernos –incluidos los más democráticos– se erigen en Gran Hermano y ya no dudan en infringir sus propias leyes para espiarnos mejor. En secreto, los nuevos Estados orwellianos buscan establecer ficheros exhaustivos de nuestros contactos y de nuestros datos personales tal y como figuran en diferentes soportes electrónicos. Tras la ola de ataques terroristas que ha golpeado, desde hace algunos años, ciudades como Nueva York, París, Boston, Ottawa, Londres o Madrid, las autoridades no han dudado en utilizar el gran pavor de las sociedades conmocionadas para intensificar la vigilancia y para reducir más la protección de nuestra vida privada. Entendámonos: el problema no es la vigilancia en general, es la vigilancia masiva clandestina. Es evidente que, en un Estado democrático, las autoridades cuentan con toda la legitimidad, basándose en la ley y con la autorización previa de un juez, para poner bajo vigilancia a cualquier persona que consideren sospechosa. Como dice Edward Snowden: “No hay ningún problema si se trata de poner bajo escucha a Osama Bin Laden. Siempre que los investigadores tengan que disponer del permiso de un juez –un juez independiente, un juez auténtico, no un juez secreto–, y puedan probar que existe una buena razón para emitir una orden, entonces pueden llevar a cabo ese trabajo. El problema se plantea cuando nos controlan a todos, en masa, todo el tiempo y sin ninguna justificación” 1 . Con ayuda de algoritmos cada vez más perfeccionados, miles de investigadores, de ingenieros, de matemáticos, de estadistas y de informáticos buscan y clasifican la información que generamos sobre nosotros mismos. Satélites y drones de mirada penetrante nos siguen desde el espacio. En las terminales de los aeropuertos, escáneres biométricos analizan nuestros andares, “leen” nuestro iris y nuestras huellas digitales. Cámaras de infrarrojos miden nuestra temperatura. Las pupilas silenciosas de las cámaras de vídeo nos escrutan en las aceras de las ciudades o en los pasi-
Entendámonos: el problema no es la vigilancia en general, es la vigilancia masiva clandestina. llos de los hipermercados. También siguen nuestra pista en el trabajo, en las calles, en el autobús, en el banco, en el metro, en el estadio, en los aparcamientos, en los ascensores, en los centros comerciales, en las carreteras, en las estaciones, en los aeropuertos... Cabe señalar que la inimaginable revolución digital que vivimos, que ya ha transformado tantas actividades y profesiones, también ha trastornado totalmente el ámbito de los servicios de información y de la vigilancia. En la época de Internet, la vigilancia ha pasado a ser algo omnipresente y perfectamente inmaterial, imperceptible, “indetectable”, invisible. Además, se caracteriza técnicamente por una simplicidad pasmosa. Se acabaron los trabajos de albañilería para instalar cables y micrófonos, como en la célebre película La conversación 2 , donde podíamos ver cómo un grupo de “fontaneros” presentaba, en un Feria consagrada a las técnicas de vigilancia, ‘chivatos’ más o menos elaborados equipados con cajas rebosantes de cables eléctricos que había que escon-
der en los muros o en el suelo... Varios estrepitosos escándalos de esa época –el caso Watergate en Estados Unidos, el de los “fontaneros de Le Canard enchaîné” en Francia–, fracasos humillantes para las oficinas de los servicios de información, demostraron los límites de estos antiguos métodos mecánicos, fácilmente detectables y localizables. Hoy en día, poner a alguien bajo escucha ha pasado a ser algo de una facilidad desconcertante. Al alcance del primero que llega. Una persona normal y corriente que quiera espiar a alguien de su entorno puede encontrar en venta libre en el comercio un amplio abanico de opciones: nada menos que media docena de programas informáticos para espiar (mSpy, GsmSpy, FlexiSpy, Spyera, EasySpy) que “leen” sin problemas los contenidos de los teléfonos móviles: mensajes de texto, correos electrónicos, cuentas en Facebook, Whatsapp, Twitter, etc. Con el auge del consumo en línea, la vigilancia de tipo comercial también se ha desarrollado enormemente, dando lugar a un gigantesco mercado de nuestros datos personales, que se han convertido en mercancías. Durante cada una de nuestras conexiones a una página web, las cookies guardan el conjunto de las búsquedas realizadas y permiten establecer nuestro perfil de consumidor. En menos de veinte milésimas de segundo, el editor de la página visitada vende a los posibles anunciantes la información que nos concierne revelada por las cookies. Apenas unas milésimas de segundo más tarde, la publicidad que se supone que causa más impacto en nosotros aparece en nuestra pantalla. Y así quedamos ya
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fichados definitivamente. De alguna manera, la vigilancia se ha “privatizado” y “democratizado”. Ya no es un asunto reservado sólo a los servicios estatales de información. Pero, a la vez, la capacidad de los Estados en materia de espionaje masivo ha crecido de modo exponencial. Y esto también se debe a la estrecha complicidad entablada con las grandes empresas privadas que dominan las industrias de la informática y de las telecomunicaciones. Julian Assange lo afirma: “Las nuevas sociedades como Google, Apple, Amazon y, más recientemente, Facebook han tejido estrechos vínculos con el aparato de Estado en Washington, en particular con los responsables de Asuntos Exteriores” 3 . Este Complejo de la seguridad y de lo digital –Estado + aparato militar de seguridad + industrias gigantes de la Web– constituye un auténtico imperio de la vigilancia cuyo objetivo, muy concreto y muy claro, es poner Internet, todo Internet y a todos los internautas bajo escucha. Para controlar la sociedad. Para las generaciones de menos de cuarenta años, la Red es, simplemente, el ecosistema en el que han pulido su mente, su curiosidad, sus gustos y su personalidad. Desde su punto de vista, Internet no es sólo una herramienta autónoma que se utilizaría para tareas concretas. Es una inmensa esfera intelectual donde se aprende a explorar libremente todos los saberes. Y, de forma simultánea, un ágora sin límites, un foro donde las personas se reúnen, dialogan, intercambian y adquieren, a menudo de forma compartida, una cultura, conocimientos, valores. Internet representa, a ojos de estas nuevas generaciones, lo que era para sus mayores, de forma simultánea, la escuela y la biblioteca, el arte y la enciclopedia, la polis y el templo, el mercado y la cooperativa, el estadio y el escenario, el viaje y los juegos, el circo y el burdel... Es tan fabuloso que “el individuo, en su placer por evolucionar en un universo tecnológico, no se preocupa por saber, y menos aún por comprender, que las máquinas gestionan su día a día. Que cada uno de sus actos y gestos es grabado, filtrado, analizado y, eventualmente, vigilado. Que, lejos de liberarlo de sus obstáculos físicos, la informática de la comunicación constituye sin duda la herramienta de vigilancia y de control más increíble que el ser humano haya podido crear jamás” 4 . Este intento de control total de Internet representa un peligro inédito para nuestras sociedades democráticas: “Permitir la vigilancia de Internet –afirma Glenn Greenwald, el periodista estadounidense que difundió las revelaciones de Edward Snowden– viene a ser lo mismo que someter a un control estatal exhaustivo prácticamente todas las formas de interacción humana, incluido el pensamiento propiamente dicho” 5 . Ésta es la gran diferencia con los sistemas de vigilancia que existían antes. Sabemos, desde Michel Foucault, que la vigilancia ocupa una posición central en la organización de las sociedades modernas. Éstas son “sociedades disciplinarias” donde el poder, por medio de técnicas y de estrategias complejas de vigilancia, busca ejercer el mayor control social posible 6 . Esta voluntad por parte del Estado de saberlo todo sobre los ciudadanos está legitimada políticamente por la promesa de una mayor eficacia en la administración burocrática de la sociedad. Así, el Estado afirma que será más competitivo y, por lo
En la era de Internet, el control del Estado alcanza dimensiones alucinantes (...) confiamos a Internet nuestros pensamientos más personales e íntimos, tanto profesionales como emocionales
tanto, servirá mejor a los ciudadanos si los conoce mejor, de la forma más profunda posible. Sin embargo, al haber pasado a ser cada vez más invasiva, la intrusión del Estado ha terminado provocando, desde hace tiempo, un creciente rechazo entre los ciudadanos que aprecian el santuario de la vida privada. Desde 1835, Alexis de Tocqueville señalaba ya que las democracias modernas de masas producen ciudadanos privados cuya principal preocupación es la protección de sus derechos. Y que esto hace que sean particularmente quisquillosos y belicosos contra las pretensiones intrusivas y abusivas del Estado 7 . Esta tradición se prolonga en la actualidad en la persona de los “lanzadores de alertas”, como Julian Assange y Edward Snowden, ambos perseguidos ferozmente por Estados Unidos. Y, en defensa de ellos, el gran intelectual estadounidense Noam Chomsky afirma: “Para estos ‘lanzadores de alertas’, su lucha por una información libre y transparente es una lucha casi natural. ¿Tendrán éxito? Depende de la gente. Si Snowden, Assange y otros hacen lo que hacen, lo hacen en su calidad de ciudadanos. Están ayudando al público a descu-
brir lo que hacen sus propios Gobiernos. ¿Existe acaso una tarea más noble para un ciudadano libre? Y se los castiga severamente. Si Washington pudiera echarles el guante, sería peor aún. En Estados Unidos existe una ley de espionaje que data de la Primera Guerra Mundial; Obama la ha usado para evitar que la información difundida por Assange y Snowden llegue al público. El Gobierno va a intentarlo todo, incluso lo indecible, para protegerse de su ‘enemigo principal’. Y el ‘enemigo principal’ de cualquier Gobierno es su propia población” 8 . En la era de Internet, el control del Estado alcanza dimensiones alucinantes, ya que, de una manera o de otra, como ya se ha dicho, confiamos a Internet nuestros pensamientos más personales e íntimos, tanto profesionales como emocionales. Así, cuando el Estado, con ayuda de tecnologías súper poderosas, decide pasar a escanear nuestro uso de Internet, no sólo rebasa sus funciones, sino que, además, profana nuestra intimidad, deshuesa literalmente nuestro espíritu y saquea el refugio de nuestra vida privada. Sin saberlo, a ojos de los nuevos “Estados de vigilancia”, nos convertimos en clones del héroe de la película El Show de Truman 9 , expuestos en directo a la mirada de miles de cámaras y a la escucha de miles de micrófonos que exponen nuestra vida privada a la curiosidad planetaria de los servicios de información. A este respecto, Vince Cerf, uno de los inventores de la Web, considera que “en la época de las tecnologías digitales modernas, la vida privada es una anomalía...” 10 . Leonard Kleinroc, uno de los pioneros de Internet, es aún más pesimista: “Básicamente –considera–, nuestra vida privada se ha acabado y, por así decirlo, es imposible recuperarla” 11 . Por una parte, muchos ciudadanos se resignan, como si de una especie de fatalidad de la época se tratara, al fin de nuestro derecho al anonimato. Por otra parte, esta preocupación de defender nuestra vida privada puede parecer reaccionaria o “sospechosa” porque sólo aquellos que tienen algo que esconder intentan esquivar el control público. Por lo tanto, las personas que consideran que no tienen nada que reprocharse ni nada que ocultar, no son hostiles a la vigilancia del Estado. Sobre todo si ésta, tal y como lo prometen y lo repiten las autoridades, está acompañada por una ganancia sustancial en materia de seguridad. Sin embargo, este discurso – ”Dadme un poco de vuestra libertad, os la
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devuelvo centuplicada en garantía de seguridad.”– es una estafa. La seguridad total no existe, no puede existir. Es un engaño. Sin embargo, la “vigilancia total” se ha convertido en una realidad indiscutible. Contra la estafa de la seguridad, cantinela constante de todos los poderes, recordemos la lúcida advertencia lanzada por Benjamin Franklin, uno de los autores de la Constitución estadounidense: “Un pueblo dispuesto a sacrificar un poco de libertad por un poco de seguridad no merece ni lo primero ni lo segundo. Y acaba perdiendo las dos”. Una sentencia de perfecta actualidad y que debería animarnos a defender nuestro derecho a la vida privada, cuya principal función no es otra que proteger nuestra intimidad. Jean-Jacques Rousseau, filósofo de la Ilustración y primer pensador que “descubrió” la intimidad, nos dio el ejemplo. ¿No fue él también el primero en rebelarse contra la sociedad de su tiempo y contra su voluntad inquisidora de querer controlar la conciencia de los individuos? “El fin de la vida privada sería una auténtica calamidad existencial”, ha subrayado igualmente la filósofa contemporánea Hanna Arendt en su libro La condición humana 12 . Con una formidable clarividencia, en su obra señala los peligros para la democracia de una sociedad donde la distinción entre la vida privada y la vida pública estaría establecida de forma insuficiente, lo que, según Arendt, significaría el fin del hombre libre. Y arrastraría a nuestras sociedades, de manera implacable, hacia nuevas formas de totalitarismo.
Notas 1 Katrina van den Heuvel et Stephen F. Cohen, “Edward Snowden: A ‘Nation ’ Interview”, The Nation, Nueva York, 28 de octubre de 2014. 2 La conversación (The conversation), 1973. Dirección: Francis F. Coppola. Intérpretes: Gene Hackman, John Cazale, Cindy Williams, Harrison Ford, Robert Duvall. Palma de Oro 1974 en el Festival de Cannes. 3 Ignacio Ramonet, “Entrevista a Julian Assange: ‘Google nos espía e informa al Gobierno de Estados Unidos’”, Le Monde diplomatique en español, diciembre de 2014. 4 Jean Guisnel en su prefacio al libro de Reg Whitaker, Tous fliqués. La vie privée sous surveillance, Denoël, París, 2001 (en español: El fin de la privacidad. Cómo la vigilancia total se está convirtiendo en realidad, Paidós, Barcelona, 1999). 5 Glenn Greenwald, No place to hide. Edward Snowden, the NSA, and the US Surveillance State, Metropolitan Books, Nueva York, 2014. 6 Michel Foucault, Vigilar y castigar, Biblioteca Nueva, Madrid, 2012. 7 Alexis de Tocqueville, La democracia en América, Akal, Madrid, 2007. 8 Ignacio Ramonet, “Entrevista con Noam Chomsky: Contra el imperio de la vigilancia”, Le Monde diplomatique en español, abril de 2015. 9 El Show de Truman (The Truman Show) (1998). Dirección: Peter Weir. Intérpretes: Jim Carrey, Ed Harris. 10 Marianne, París, 10 de abril de 2015. 11 El País, Madrid, 13 de enero de 2015. 12 Hanna Arendt, La condición hu mana, Paidós, Barcelona, 2005.
* Publicado en Le Monde Diplomatique, octubre 2015. 13
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El juglar moderno RESEÑA :: Bob Dylan, figura icónica de las letras y la música del siglo XX, recibirá por fin el Premio Nobel de Literatura 2016.
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utor de canciones emblemáticas de la música de la segunda mitad del siglo XX como “Like a rolling stone” o “Blowin’ in the wind”, lo mismo que de libros como Tarántula y Crónicas. Parte 1, Bob Dylan nació el 24 de mayo de 1941. Robert Allen Zimmerman, nombre real del ganador del Premio Nobel de Literatura 2016, vio la primera luz en Duluth, Minnesota, Estados Unidos, hijo de una familia judía de clase media, pero se crió en la ciudad de Hibbing, de acuerdo con datos de su vida publicados por la página nobelprize.org. Fue en su adolescencia cuando se inició en la música. Tocó en varias bandas y con el tiempo se interesó aún más en este arte, sobre todo por el folk y el blues de su país, al tiempo que recibió la influencia de los primeros autores de la Generación Beat y los poetas modernistas. Para 1961 se trasladó a la ciudad de Nueva York, donde cantó en clubes y cafés de Greenwich Village y con el productor John Hammond grabó su primer álbum al año siguiente, titulado Bob Dylan, iniciando una tendencia que continuaría con otros discos que dejaron huella en la música de rock. Se trata de Bringing it all back home y Highway 61 revisited (1965); Blonde on blonde (1966) y Blood on the tracks (1975), a los que siguieron obras maestras como Oh Mercy (1989), Time out of mind (1997) y Tiempos modernos (2006). De sus producciones discográficas, de acuerdo con los sitios bbc.com y cnnespanol.cnn.com, también resaltan temas como “The times are a-changin´” y “Masters of war”, “A hard rain’s a gonna fall”, “It’s all right, Ma”, “Chimes of freedom”, “Absolutely sweet Mary”, “Rainy day women”, “Hurricane” y
“Knockin’ on heaven’s door”. En la segunda mitad de los años 60, según nobelprize.org, su nombre fue muy popular y fue acompañado en sus giras por el cineasta D. A. Pennebaker, que documentó su vida durante sus presentaciones, resultando el documental Do not look back (1967). Bob Dylan ha recibido un gran número de reconocimientos gracias a sus canciones, que hablan de temas como las condiciones sociales del hombre, la religión, la política y el amor, y la mayoría de ellas fueron publicadas en el libro Letras. Además, su vena artística se ha desarrollado en la pintura, actuación y guiones. Aparte de los ya mencionados, ha publicado los libros Dibujos (1973) y Crónicas (2004), una autobiografía que recoge los recuerdos de sus primeros años en Nueva York, a la par que ofrece una breve panorama de su vida en el centro de la cultura popular. Pero los escenarios musicales han sido su vida y no ha dejado de estar en ellos prácticamente desde finales de los años 80. "Su influencia en la música contemporánea es profunda" y su trabajo ha sido objeto de una amplia corriente literaria secundaria. El 13 de octubre pasado, la Academia Sueca dio a conocer la noticia que había sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura 2016, por haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense. © Notimex
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Poemas POR OLAYA ISIS Ausente Comienzas como una idea gigante, ambiciosa y emprendedora. Saltas de página a página porque es más que suficiente, porque se ve la pasión y las ganas de escribir. Porque no has dormido en tres semanas y la fatiga del cuerpo, lo valen. La fatiga de caminar de un lado a otro entre tantos papeles y tantos permisos. Eres la idea más creativa y afortunada de la libreta donde marcaste todo, la mejor palomita de color remarcada al inicio de las tareas. Está todo listo para viajar cuatro horas seguidas sin que la espalda te duela porque así tiene que ser (Ess muss sein!) T e s a b o t e a s e n p l e n a p r e s e n t a c i ó n d e t u o b r a. Empiezas a decir que no te salieron las sesenta páginas ya impresas, que las miradas te saben a desprecio y desperdicio que los oídos no se envuelven con papel celofán. Que el señor del taxi no te devolvió bien el cambio y que te hacía falta una maleta. Sabías que algo andaba mal porque una semana antes comenzaste a prepararte el café frío y sin azúcar. Sabías que esto iba pasar pero te gustaba pensar que nadie iba a ir. Con manos temblorosas firmaste los libros, que con tanto trabajo apilaron en el escritorio y para no pecar de ignorancia, ayudaste. Cuando lo formal acabó, el público te recibió solo como a ti te gusta: empapado. Empapado de más ideas, de personas, de situaciones, dolores de espalda, dolores de cabeza, dolores de cuello, dolores de vientre, dolores de oídos, dolores a todo. Al tomar cerveza se te sube el ego y te gusta bailar en el centro. Esperar a que la inercia venga por ti porque tú ya no puedes regresar a casa. Sé que estabas allí. La gente no te volteaba a ver pero yo sí. Te sumergiste dos veces en el humo y sin despegarte de la pared rodeaste el lugar. * Yo tenía el ojo lloroso por tanta multitud pero lo demás intacto. Bebía sorbos para sentir el sonido de mi pereza… Ahora ya na da es así. Dejé de verte, los sorbos son de mala educación, la gente se ha ido, hay un letrero que reza “prohibido fumar”. * Solo de tambor para estómago vacío N o t e p u e d e s d e s p r e n d e r. Siempre fijas el vaso en el ángulo correcto. Caminas los pasos necesarios, pones el telón y caes. Estrechas los dedos para imitar el ritmo de los instrumentos que se mueven. N o t e p u e d e s de s p r e n d e r. La sensación de ocupar un lugar. Marcar un escenario, enfocarlo, establecerlo. Ese reflejo de la cabeza para evitar el golpe. Sólo mirarte las yemas de los dedos. Notepuedesdesprender
De las huellas circulares que se pierden en los montes, ni de la fuerza inmediata, ni del brazo. Siempre escuchas el cristal cuando no duele nada, suenas la nariz, quedas hueca. Notepuedesdesprender De cabalgar los dedos en la mesa ni estirarlos una y otra vez. Notepuedesdesprender Aunque aprietes los ojos, aunque haya motivos, aunque tenga significado. No lo haces. Pero ahora entiendes el movimiento, el ritmo natural de las cosas: Cuando hay confianza, tiemblas Cuando abres puertas, tiemblas Cuando cambias posición, tiemblas Cuando hay curvas debes caminar por la orilla, evitar pisar las hojas que arrancaste. Si cortas a la mitad tu cuerpo serás pasado y futuro, partes de ti para ser otro, como presionar el botón, como presionar el ombligo. Llamado interno al estómago vacío, se puede respirar desde ahí para cantar mejor, para N o d e s p r e n d e r s e pero sí desplazarse. * E x p a n d i r s e. Cuidar que no desafine el miedo. N o t e p u e d e s de s p r e n d e r De la manía de ensamblar muñecas, afinar articulaciones, estirar la piel, del sufrimiento por el espacio y la luz débil porque todo comienza. El viento fuma de tu cigarro. La ayuda entra con música de fondo. Instrumentos del juego inocente. No más desafíos. La sinfonía esparce el escenario, la soledad se sabe los pasos de memoria y tú apenas aprendiste algunos. N o t e p u e d e s d e s p r e n d e r del miedo, después de todo es tu garganta y tú el líquido que pasa por inercia. N o t e p u e d e s d e s p r e n d e r. El sistema sanguíneo se va por todos lados. El sistema óseo casi inconcluso. Nervios. La melodía se refleja en actos, tus actos nunca mienten: no has aprendido a bailar, resulta confuso marcar el compás, el tiempo te toma de las manos pero sus pies son recuerdos torcidos que tú no coordinas. La última pieza para bajar el telón: no has empacado el cuerpo, no has hecho la entrada triunfal. Existir es el remate exacto de la nota y parece que al fin entraste al tempo. Zitácuaro, Michoacán, 1995. Estudiante de la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Letras de la Universidad Michoacana. Forma parte del Coro de la Facultad. Asistió al Taller de Poesía impartido por el maestro Marcos Edgardo Díaz, al Taller de Creación Literaria de Adán Echevarría, organizado por la Sociedad de Escritores Michoacanos, y al de Creación Literaria, impartido por Javier Taboada, en el marco del Segundo Encuentro de Poetas Jóvenes 2016. Participó leyendo sus propios poemas en las Exporienta 2015 y 2016. Actualmente se encuentra realizando un semestre de movilidad en la Universidad de Guadalajara.
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GUIÓN CINEMATOGRÁFICO ESCRITO POR ERIK MOYA INTERIOR CUARTO
Enemigo de jade
INT. CUARTO – MADRUGADA. DE FONDO SE ESCUCHA MÚSICA DEL ESPACIO. EN PRIMER PLANO SE ESCUCHAN RONQUIDOS. Mi cuarto de luz, mi cuarto iluminado.
POR MONJE ÁNGEL En la casa de la tía Ruth se engendraban diversas hortalizas,
El Sol, fotolámpara de 500 wats, está dentro de las cobijas, tiembla de frío. Ocupa un lugar grande en el colchón, vía eyaculación láctea. Las sábanas son viejas y roídas, decoradas por agujeros negros. Hay una ventana. Hay una gran ventana de cristales amarillos por donde no entra la luz. La luz es mi cuarto, mi cuarto iluminado. Las paredes y el piso las pinté de negro. Libros flotan en todas direcciones. Palabras que son cucarachas. Se esconden en los muebles. Cucarachas que aplasto. Cucarachas que trago. ESTOY FUERA DE CUADRO: Duermo en el suelo. Tengo quemaduras en los pies, estigmas donde derramo el futuro. CORTE A:
como la zanahoria, la papa y las cebollas, todo ello en un pequeño huerto en el jardín trasero de su adorable casa color rosa. Existía una lona como los jeans Levi’s que usaba la tía por los domingos de jardinería; era una hermosa combinación de contrastes marinos bajo el cielo, sobre la tierra. Todo lucía feliz, inocente, quizá la vida de cualquier soltera de 50 años y americana que gustaba de los programas de cocina, pero no, no era así: existía un misterio, casi monstruoso, verde y de plumas rugosas. Cada pluma se incrustaba a sus largas venas similares a un hilo de moco durante el catarro, y tantas venas como un pulpo mutante de cabeza.
INT. CUARTO – DÍA.
Mi primer encuentro con aquella pesadilla fue tan
Me despierto. Veo a la ventana. Afuera está obscuro. El Sol sigue durmiendo.
escalofriante, perplejo, una tarántula más desnuda que lo literal;
CORTE A:
a conocer el miedo pero, jamás se espera algo tan intenso. Yo
yo tan sólo tenía cuatro años recién cumplidos, apenas aprendía jugaba con cochecitos coleccionables en el jardín de la tía, era como ¡ruuuun, ruuuuun! y existía una satisfacción demasiado
INT. CUARTO – DÍA. Me levanto. Camino con dificultad. Por el piso embarro pequeños minutos que viviré en algunos años. ENTRO A CUADRO: No tengo rostro. Llevo el torso desnudo. Llevo pantalón corto, color verde. Calculo que tengo entre 16 y 25 años. Calculo que tengo problemas apilados en la espalda. Camino con dificultad, encorvado. Por el piso dejo la estela del tiempo que siempre me persigue. El Sol sigue roncando. Abro la ventana.
sustancial que se incorporaba al compás del acelerador y los frenos en mi lengua; la tía barría los tramos de concreto en el jardincito, por lo cual me iba recorriendo poco a poco y de manera tan consecutiva que comenzaba a fastidiarme. La última vez que pidió que me moviera, me levanté decidido de abandonar el lugar, pues el conductor había tenido tantas infracciones de desalojamiento que se rindió a seguir manejando, me sacudí los pantaloncillos, un paso hacia atrás,
CORTE A:
el pie sobre un coche y ¡PUM! Caí directo en la ferocidad que me apretaba con sus docenas de granulosas tenazas, quería mi asfixia ahorcándome por el cuello y me acariciaba la cara como si al mismo tiempo aquellas
Zamora, Michoacán, 1994. Guionista, poeta y videoasta independiente. Estudiante de Letras Hispánicas en la UMSNH. Ha colaborado en diversos proyectos de videoarte y publicidad. Es autor del corto documental En Aguas Ajenas, Los Migrantes (2014). Realizó la antología poética visual LOS ANIMALES (2016). Obtuvo Mención Especial en el 13° Festival Internacional de Cine de Morelia por su guion Fin del Mundo. Está incluido en la antología del Encuentro Nacional de Poetas Jóvenes, Morelia 2016. Tiene un blog de p o e s í a : lectorbislexico.blogspot.mx
tenazas fueran las lenguas del mismo demonio. Me saboreaba la piel, las pestañas, las cejas y hasta los dientes; yo también le probé y era amargo, no como la baba al despertar sino como si la tierra hubiera sido humedecida con gotas de limón. Traté de levantarme una vez, pero me dijo que me quedara con él, que prometía darme todo lo que yo quisiera, mas sabía que eso era una mentira, el engaño más sobrio para que un niño obedezca. Dos veces y notó mi rebeldía, la valentía suficiente que me emanaba de los acuíferos ojitos cafés para enfrentarlo, porque era de esos villanos que se benefician con tu amor, entonces si los desprecias y te atreves a abandonarlos, se mueren de hambre. Así que se zampó mi tirria. Con la barriga llena de tierra y el corazón agónico sentía
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unas ganas de querer expulsar un mal deseo, uno de aquéllos que no se despiden a través de las lágrimas o un berrinche, y que tampoco te consumen, solo te dejan incólume pero inconsciente del espacio. La
tía
Ruth
rio
como
si
hubiera
presenciado el acto más adorable de un circo y entonces aquel mal deseo como en una efervescencia se transformó en vergüenza, una risilla nerviosa. Viví temiéndole… En uno de los programas de cocina de la tía Ruth, surgió algo muy curioso: una receta muy propia de la península ibérica. Le arrancó varias de sus tantas manos engarruñadas a la bestia que me acechaba cada domingo y en cuestión de minutos las puso a escaldar en una cacerola, su prisión ideal, la cárcel de plata. Mientras lo mascaba sentía el triunfo; el sabor de la mantequilla que lo acompañaba hacía que la gloria tuviera un sabor más azucarado. Por fin le había ganado. “… Los esperamos en la siguiente visita, aquí en ésta su cocina, para seguir preparando deliciosos, afrodisíacos y sencillos platillos como estos ricos brotes de helecho. Hasta la próxima”.
Conquistadora A LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSAS
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a pimienta es otro fruto sustancial originario de la India. ¿Se han dado cuenta cuantas maravillas gastronómicas provienen de esas extrañas entrañas?
Ofrenda un toque picante y aromático. Intensifica el gusto de cualquier producto y remite un sabor profundo y estratificado a cualquier platillo. Es valorada como la soberana de las especias. Justo cuando parecía que el mundo había perdido sentido y sabor, la pimienta punzó el deseo por conquistar nuevos universos de placer. La especie más alabada de esta especia es denominada Pipernigrum. De ella, se derivan las pimientas: verde, negra y blanca, de acuerdo a su corte durante distintas etapas de maduración. Los árabes controlaron su comercio durante siglos. Después de la caída del Imperio Bizantino fue Venecia quien lucraba con Oriente por la exclusividad de tan ansiado tesoro. Piperina es la sustancia activa de la pimienta negra. Es tan vivaracha que su picante estimula la liberación de las enzimas digestivas del páncreas. Por supuesto, los alimentos condimentados con pimienta negra se digieren mejor. En el Medioevo era molida y utilizada para contrarrestar el sabor de los alimentos en descomposición. La piperina se encuentra en la cáscara de la fruta y en la semilla. Miligramo por miligramo equivale al uno por ciento de picante que la capsaicina, la sustancia activa del chile.
Fue tan ponderada que era usada como moneda durante la Edad Media. En España se utilizó para saldar deudas, impuestos o rentas. Llegó a entregarse como dote para las hijas de nobles y comerciantes. La pimienta del tipo negra se corta a la mitad de su sazón. A través de la cáscara conserva atributos y el mayor de los reconocimientos gastronómicos. Ahí se encuentran los terpenos olorosos que le brindan, en diferentes dimensiones, toques: cítricos, leñosos y florales. Tras la caída de Constantinopla se interrumpió el comercio de las codiciadas especias, lo que motivó que los portugueses buscaran, rodeando África, la ruta hacia las islas de las especias. Así fue que Cristóbal Colón terminó descubriendo América. La piperina no sólo potencia el sabor de los alimentos, aumenta la biodisponibilidad de nutrientes; es decir, la capacidad de ser absorbidos y aprovechados por el organismo. Algunos historiadores llegaron a considerar esta especia como uno de los factores más importantes para el desarrollo comercial de la época preindustrial.
LA NOTA, LA RECETA, EL SECRETO La pimienta pierde cualidades si se deja al aire libre. En cambio, el almacenaje hermético preserva su aroma y sabor durante largo tiempo. Otra forma de conservar su potencia es manteniéndola en la oscuridad. Una vez molida, los compuestos aromáticos de la pimienta se disipan precipitadamente, es por eso que se muele previamente; de ahí, la maravillosa y entretenida labor de usar molinillos o morteros para extraer sus atributos al instante.
8 | LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN
SÁBADO 5 DE NOVIEMBRE DE 2016
«Los personajes a veces toman el control de la historia» ENTREVISTA ENTREVISTA:: Vivian Mansour habla sobre sus cuentos cortos para lectores grandes. POR GREGORIO MARTÍNEZ MOCTEZUMA tallereando@yahoo.com.mx
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urante la 33 Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil 2013, la reconocida y laureada escritora Vivian Mansour presentó un libro doble, Había una vez, pero al revés/Cuentos de cabeza (Ediciones El Naranjo/Círculo Editorial Azteca, México, 2013), ilustrado por Mariana Villanueva y Estelí Meza, respectivamente. En el primero recrea historias infantiles clásicas, como las de Caperucita Roja y Cenicienta, entre otras, para darles un aire novedoso, actual, cercano para los lectores infantiles, a quienes ha dedicado gran parte de su actividad creativa. En el segundo, a partir de situaciones propias del mundo de los adultos, reúne catorce historias frescas, contemporáneas, ideales para leer entre lectores chicos y grandes. En suma, este libro de Vivian Mansour, con veinticuatro cuentos, la ratifica como una de las mejores escritoras mexicanas de los días que corren porque, como ya es de sobra conocido, escribir buena literatura o de calidad no es asunto de género o nicho, sino sólo hacerlo bien, de manera decorosa, innovadora, sin caer en afectaciones, tal como lo hace la también autora de Lotería de piratas. Enseguida, una entrevista con motivo de su entonces nueva producción literaria. —Vivian, ¿sigues un método de escritura o cómo “armas” una historia antes de escribirla? Es decir, ves algún acontecimiento o escuchas una noticia o cómo lo haces... —Generalmente, hay un detonador creativo, con esto quiero decir que el estímulo que origina una historia puede ser, o surgir de, cualquier cosa: el fragmento de una conversación, un recuerdo de la propia infancia o hasta de un olor agradable o desagradable. —En ese mismo sentido, ¿cómo armaste este libro doble, que tiene una estructura evidente: paráfrasis o glosas de cuentos clásicos o conocidos y una reinvención de situaciones contemporáneas, familiares para los lectores actuales, chicos o grandes? —Todo surgió porque un día estaba con mi familia viendo un partido de futbol mientras mi hijo de once años se arrullaba con su cobija de bebé –que se rehúsa a dejar– y me dio risa imaginar al “Chicharito”, que estaba jugando futbol en ese momento dando un partidazo, pero que en el medio tiempo tuviera que ir corriendo a los vestidores a arrullarse con su mantita. Imaginar esa escena detonó una serie de situaciones absurdas o alrevesadas de adultos comportándose como niños. Estoy segura de que tanto los niños como sus papás se van a divertir mucho con estos cambios de roles. —Pero ¿por qué no mejor uno en lugar de dos libros? —Este libro está planteado como un “dos en uno” porque, por un lado, están estas historias de adultos que se comportan como niños y en la otra portada descubrimos una serie de cuentos clásicos en los que les doy un giro a las historias que todos conocemos. Los personas de las historias clásicas –al igual que el estereotipo del mundo adulto–
Portada de Había una vez, pero al revés/Cuentos de cabeza, de Vivian Mansour.
siguen ciertos esquemas ya conocidos. Me pareció interesante crear cierto “desorden” tanto en el mundo adulto como en el imaginario de los cuentos infantiles. —De acuerdo, ya tienes “el tema o el asunto”, ¿cómo es el proceso creativo de cada cuento, sobre todo si pensamos en que hay planteamiento, conflicto, clímax... además de precisión, concisión e imaginación, incluso algunas figuras retóricas (metáforas, por ejemplo,) deslumbrantes? —En lo personal, tengo muy claro el arranque de la historia y el final. Lo que sucede en medio lo voy descubriendo poco a poco y puede haber muchos cambios en el camino. Los personajes y las situaciones a veces son los que toman el control de la historia y todo puede suceder. —Quizás no sea la intención, pero en tus historias (en las de este libro) hay una especie de “moraleja implícita” o una manera de entender al mundo más acorde con los cambios experimentados en los últimos años. ¿Qué tanto incide la literatura en la formación de valores o de actitudes y comportamientos en los lectores infantiles y púberes? —No suelo buscar las enseñanzas o las moralejas en las historias que escribo, prefiero que los niños se diviertan leyendo, encuentren un sentido lúdico y sin mensajes explícitos en la lectura. De cualquier modo, el lector suele formarse sus propias conclusiones y ése es un trabajo personal que a mí no me gusta dirigir. —Por último, ¿cómo trabajas con las ilustradoras: al concluir un texto, al terminar el libro o les cuentas la historia? —En esta ocasión fue decisión de las editoras de El Naranjo. Es muy emocionante
porque la ilustración forma parte fundamental de la literatura infantil y su trabajo no es un complemento, sino una coautoría. ¿Cuántos de nosotros no hemos elegido un libro por las ilustraciones, como el vínculo inmediato entre el lector y el autor…? En otras ocasiones sí se nos permite a los autores involucrarnos con el ilustrador, pero en este caso fue una agradable sorpresa conocer a estas dos excelentes y jóvenes ilustradoras: Estelí Meza y Mariana Villanueva.
VIVIAN MANSOUR Nació en el Distrito Federal y es egresada de la Universidad Iberoamericana, en la carrera de Ciencias de la Comunicación. Ha trabajado en el área creativa en varias agencias de publicidad. Ha sido jurado en múltiples concursos de cuento infantil y ha impartido talleres y conferencias vinculadas con el quehacer literario. Ha colaborado en distintos medios como radio, televisión y revistas. Ganó el Premio de Cuento para Niños de la Feria Internacional Infantil y Juvenil (FILIJ) en 1995 y varios de sus libros han sido seleccionados para formar parte del Programa Nacional de Lectura.