[ Letras ] DE CAMBIO
SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: VÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 5 DE ABRIL DE 2014 |
Paco de Lucía Un guitarrista entre dos siglos ROBERTO PONCE | PAG. 2
Stendhal o la pasión
MARCO ANTONIO REGALADO | PAG. 4
El día que Kurt Cobain conoció a William Burroughs AGENCIAS | PAG. 8
Pequeño tratado
Wenders, el alemán
sobre la lectura
americano
FORMAS BREVES JAIME MARTÍNEZ OCHOA |
EL TERCER OJO SYLVAIN PROVILLARD| PAG. 7
PAG. 6
Las frutas. A su tiempo A LA SAZÓN NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSAS | PAG. 3
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SÁBADO 5 DE ABRIL DE 2014
Paco de Lucía Un guitarrista entre dos siglos POR ROBERTO PONCE
A
finales de los ochenta, una chica en la revista Tiempo Libre me comentó que ella conocía a Paco de Lucía “bastante bastante bien, somos más que íntimos, o sea, van varios fines de semana que me lleva a su casa en Cancún”, y sin embargo, ella jamás pudo conseguirme una entrevista con el famosísimo guitarrista que, como todos nos enteramos el pasado 26 de febrero de 2014, falleció justo allá en Quintana Roo a los 66 años de edad. En Paco de Lucía, A new tradition for the flamenco guitar, de Paco Sevilla (traducción al español para Flamencoworld.com por Óscar Palmer), el gran Paco cuenta: “Desde niño quería cantar como Camarón de la Isla, pero era tan tímido y gordo, que me escondí tras la guitarra…De modo que cuando por primera vez fui consciente de ser un ser humano, ya tenía las manos sobre la guitarra. Ya conocía el compás, ya sabía tocar… Incluso antes de empezar a tocar la guitarra, ya me sabía todos los ritmos... soleá, bulería... todos los ritmos, y le decía a mi padre: “«Esa falseta no está acompasada». Y mi padre decía: «¿Qué? ¡Y una mierda!». Pero yo insistía: «No, no, está desacompasada», y reproducía el compás sobre la mesa y comprobábamos que yo tenía razón. Esto sucedía antes de que empezase a tocar la guitarra... ésa es la razón por la que los gitanos son los mejores, porque oyen la música desde que nacen. Desde luego es una suerte. Después, cuando empecé a tocar la guitarra, sabía lo que tenía que hacer, hacia dónde dirigirme, cómo tocar. Aquello fue lo más importante para mí… Todo lo que soy hoy, se lo debo a mi padre. De no ser por mi padre, porque me obligó cuando era niño… Mi padre me obligó a tocar la guitarra siendo pequeño. Automáticamente empecé a crear mis propias falsetas. Empecé a inventar. Tenía una falseta, después dos, y al final la necesidad de tocar en público me llevó a crear mi propia escuela… Me obligaba de un modo mucho más psicológico que físico... Y, de hecho, cuando cumplí los doce años ya estaba ganando dinero. “A veces pienso que de no haber nacido en la casa de mi padre ahora sería un don nadie. No creo en la genialidad espontánea. Un artista es bueno aunque esté escondido debajo de una piedra y nadie se lo reconozca. Pero el talento que uno pueda tener no es suficiente. Uno debe continuar esforzándose siempre como si fuese el primer día.” —¿Es muy distinto tocar en Sevilla a hacerlo en Moscú o Japón? —En cualquier sitio es más fácil tocar que aquí. Hay mucha gente que sabe de verdad y oyen de otra manera. Aquí se fijan en si tienes aire o no, si eres flamenco en definitiva, pero por ahí no, te oyen tocar como músico, que es precisamente donde me siento más relajado y con menos miedo. En Sevilla estás pensando en
Últimos años
No creo en la genialidad espontánea. Un artista es bueno aunque esté escondido debajo de una piedra y nadie se lo reconozca. Pero el talento que uno pueda tener no es suficiente
tocar cosas más sencillitas y flamencas, por ahí tienes más libertad. —Te acaba de tachar una joven de machista, medio en broma, medio en serio. ¿Acaso las mujeres no pueden llegar a dominar la guitarra? —Lo que sí es cierto es que para tocar flamenco se necesita mucha fuerza física y mucho nervio. Hay que acariciar la guitarra y luego romperla, la dinámica tiene que ser muy fuerte. Además, muchas mujeres no se sentarían ocho horas con la guitarra en la mano, es muy desagradecido, ensayar constantemente. “Paco de Lucía piensa que la mujer y la guitarra son del mismo sexo, de ahí que sean radicales, incompatibles, de sinuosas curvas, seres que nunca serán dominados aunque las apariencias digan lo contrario. El niño de Lucía sonríe y aclara sin miedo, mirándose de reojo las cuidadas manos gatunas, por si una uña ha osado moverse de su casilla millonaria. “‘A los machistas nos pasa eso, que pensamos en las mujeres debajo de nuestro pie, totalmente dominadas, pero en realidad es mentira. A lo mejor por eso no se llevan bien, por su parecido, y hay tan pocas mujeres que sean excelentes guitarristas’.”
Al comienzo del siglo, una vez que otra nueva generación de seguidores de Paco de Lucía hubiesen agregado su marca en el neo flamenco que Francisco Sánchez Gómez (su nombre real) transformó, leí una entrevista con el de Algeciras bajo el título: “Soy muy crítico conmigo mismo, después de grabar un disco es muy raro que lo vuelva a escuchar (por Nemesia. México, septiembre de 2001)”, comenzando así: “Concluida la gira internacional de la pasada temporada y tras un merecido descanso, Paco de Lucía nos recibe en su residencia del Caribe mexicano. En ese perdido refugio, el guitarrista fragua sus futuros proyectos: un nuevo disco, una gira con Chick Corea el año próximo, un sello discográfico junto a Vicente Amigo... Enfundado en un kimono japonés, que mitiga el asfixiante calor caribeño, Paco de Lucía cuenta uno por uno sus planes, para satisfacción de sus incondicionales. “—¿Qué tal Paco, cómo estás? “—Muy bien. La verdad es que ahora, después de haber tenido unos días de descanso, me encuentro fenomenal. Sabéis que las giras y, sobre todo, la de este año ha sido muy pesada, pues supone estar cada día entre aviones, carreteras, aeropuertos, hoteles... En fin, una paliza. Pero bueno, ya estamos aquí tranquilitos y relajados. “—Sabemos que ya hace muchos años que vienes a vivir aquí esporádicamente, pero ahora vemos que tus estancias en este país son más duraderas, ¿por qué? “—En primer lugar, como bien dices, vengo aquí desde hace muchos años pues el clima, el mar y la pesca son atractivos que encuentro más que convincentes para residir en él, además de la tranquilidad que encuentro. Imagínate el valor que para mí tiene poder pasear por aquí y pasar casi desapercibido. Digo casi porque, a veces, también me reconocen. Pero bueno, no es como en España. “—¿Sabes que mucha gente ha echado de menos un concierto tuyo en España durante 2001? “—Sí, lo sé, pero es que la gira 20002001 fue muy intensa por EU, Japón y después por el norte de Europa. Llegamos hasta el Líbano. Y la verdad es que cuando llegué a España estaba loco por terminar y venirme aquí para descansar. Aun así, hicimos cinco conciertos en España. Sé que no es mucho, pero es que este año las cosas han venido así. La próxima gira será diferente. Seguro. “Ahora estoy metido de lleno en la composición del próximo disco, escuchando música, experimentando con otras músicas... He intentado alimentarme musicalmente para poder luego traspasarlo a lo que componga que, por cierto, no es nada fácil pues, como sabes, cada disco que saco intento que supere al anterior. Y no me refiero a las ventas, pues ya hace bastantes años que la guitarra en el flamenco es de lo que más ha evolucionado y hay
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gente que se come la guitarra hoy en día. “—¿Eres consciente de la gran cantidad de guitarristas y músicos que están esperando tu trabajo para saber por dónde tienen que encauzar sus ideas? “—Sí, sí, claro. Y eso es lo que me crea también una cierta inquietud pues, aunque es un halago, también significa una gran responsabilidad. Siempre que estás componiendo, estás pensando si esto es bueno o no. Y hay muchas veces que grabo algo que me parece que es precioso y luego lo escucho al día siguiente y me parece horroroso. La verdad es que es difícil, muy difícil. Se necesita estrujarse el cerebro mucho. Pero así llevo desde que empecé en esto, así que es algo creo que normal en mi forma de ser. La verdad es que soy muy crítico conmigo mismo, pues después de grabar un disco es muy raro que yo lo vuelva a escuchar. Si lo hago, empiezo a verle fallos por todos lados. Vamos, que lo cambiaria de arriba abajo.” “—Hemos visto en Internet que, por fin, tienes tu página oficial y que también se está distribuyendo la guitarra ‘Paco de Lucía’. “—La verdad es que, menos comer y alguna otra cosa más, todo se hace y se consigue por Internet. Y para una persona como yo ahora es imprescindible, sobre todo, al vivir aquí, pues te permite estar en contacto con todo el mundo. La web pues es, más que nada, para que la gente que quiera visitarla pueda tener toda clase de información actualizada de mi persona. “El tema de las guitarras ‘Paco de Lucía’ es una idea que me presentaron mis amigos Juan Estrada y Miguel Ángel Senovilla, que ahora son socios en el proyecto. La verdad es que me hizo ilusión, pues ellos llevan muchos años en el mundo de la guitarra, tanto en la construcción como en la distribución, y bueno me pareció buena idea. Yo no lo hago por dinero ni mucho menos, pero creo que si se puede aportar algo al mundo de la guitarra, pues mejor qué mejor. “—¿Qué problema supone ahora la comercialización de la guitarra que, con tu firma, distribuye Hermanos Conde? “—Este es un tema que quiero aclarar, pues creo que se están aprovechando de mi nombre para lucrarse ilegalmente. Hace muchos años le dije a Faustino Conde que podía vender guitarras con mi nombre, pero guitarras hechas por él exclusivamente. Al morir, por lo visto la viuda ha seguido vendiendo guitarras con mi nombre y la verdad es que no me gusta. Ya tengo personal adecuado que se está encargando del caso y espero que lo solucionen pronto, pues la verdad es que no me hace gracia pues, debido a que yo tocaba con una guitarra suya, ha dado la impresión de que yo tenía negocios con ellos. Nada más lejos de la realidad. Esto es algo que quiero dejar bien claro pues, a la hora de sacar mi propio modelo, todo el mundo se ha extrañado y no quiero confundir al personal ni que haya gente llevada a engaño. “—¿Qué nos puedes decir del sello discográfico que proyectas formar con Vicente Amigo y Javier Limón? “—Es un proyecto que de verdad me gusta mucho pues si hay algo que me gusta en la vida es producir discos y, sobre todo, sacar gente nueva. No se trata sólo de promocionar a los artistas que ya están consagrados, si no de descubrir gente que vale mucho y que, por no tener medios o no proponérselo, se quedan en el camino. La verdad es que me ilusiona mucho. El problema realmente es ver cuándo podemos coincidir Vicente y yo para poder
El guitarrista catalán Paco de Lucía.
Siempre que estás componiendo, estás pensando si esto es bueno o no. Y hay muchas veces que grabo algo que me parece que es precioso y luego lo escucho al día siguiente y me parece horroroso
llevar los proyectos adelante. Pero seguro que ya nos organizaremos. “—¿Y cuándo te veremos otra vez en directo? “—Ya no tocaré en directo seguramente hasta el año 2003, que tengo pensado hacer una gira con Chick Corea. Quiero volcarme totalmente en la composición del próximo disco.” (http:// www.flamenco-world.com/artists/ pacodelucia/eentrevist2.htm) El 12 de octubre de 2013, ofreció su último recital en la capital mexicana. La reportera Niza Rivera escribió entonces ‘Paco de Lucía conquista el Auditorio Nacional’ (http://www.proceso.com.mx/ ?p=355307): “El virtuoso de la guitarra se presentó en punto de las 20:00 horas para deleitar al público del auditorio que lo recibió con gritos de cariño y uno que otro ¡Olé! Galardonado con el Premio Príncipe de Asturias (2004), De Lucía abrió la tanda de temas flamencas solo en el escenario, para la segunda pieza musical se le unieron tres cantaores y un músico en el cajón.
Después del tercer tema se le adhirió el resto del septeto que lo acompañó hasta el final del concierto: “Dos cantaores, teclado y armónica, percusiones, bajo, guitarra clásica, y un bailaor que en varias ocasiones arrancó aplausos ante el derroche de habilidad en la tarima. Poco más de hora y media de concierto que se pasó rápido, en donde no sólo Paco de Lucía brilló, pues cada miembro del septeto tuvo espacios para mostrar sus destrezas musicales. Así, la música y pasión Andaluza invadió el Auditorio Nacional, cuyo público aplaudió hasta el final, incluso después de terminado el recital, haciendo regresar al virtuoso de la guitarra y el septeto, quienes se despidieron con el ya clásico tema ‘Entre dos aguas’.” (Agradezco mucho a Jens Viggo Fjord, fan de por vida del gran Paco entre dos siglos, su infatigable labor flamenca que de muchas maneras me transmitió amorosamente durante nuestros recitales en Dinamarca, su sitio virtual puede visitarse en: http://www.jensviggofjord.dk/ main.asp?lang=es).
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Stendhal o la pasión RESEÑA :: POR MARCO ANTONIO REGALADO
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uando nacemos deberíamos hacerlo con ciertos libros bajo el brazo o con la encomienda de leerlos a la brevedad. Sin duda alguna, uno de esos libros sería de Stendhal ya que es obligatorio para tratar de entender la pasión humana es necesario: Marie Henri Beyle era su verdadero nombre y nació en Grenoble, el 23 de enero de 1783 y falleció el 23 de marzo de 1842. Fue hijo de un prominente abogado; y destaca como novelista y ensayista francés que figura entre los grandes maestros de la novela analítica. Fue educado primero por un sacerdote jesuita y más tarde estudió en la École Centrale laica de Grenoble. Escapó de las limitaciones de la educación provinciana viajando a París, y a los 17 años ingresó en el ejército de Napoleón Bonaparte. Stendhal disfrutó de la vida social de los militares en Milán, pero en 1802 abandonó el ejército y llevó una vida bohemia en París. En 1806 se quedó sin dinero y volvió al ejército, donde desempeñó diversas misiones diplomáticas y participó en la fracasada campaña rusa de 1812. En 1814, tras la caída de Napoleón, Stendhal viajó a Italia, donde a lo largo de siete años escribió el tratado de crítica de arte Historia de la pintura en Italia (1817) y un libro de recuerdos personales y estudios académicos titulado Roma, Nápoles y Florencia en 1817. Esta última fue su primera obra publicada bajo el seudónimo de Stendhal. Acusado por el gobierno austriaco, que entonces gobernaba en el norte de Italia, de apoyar al movimiento de independencia italiano, Stendhal fue expulsado de Italia en 1821. Regresó a Francia cuando cesó la persecución de los defensores de Napoleón y se estableció en París para dedicarse a leer, llenar numerosos cuadernos de notas y escribir. Llevó una vida social e intelectual muy activa, frecuentando diversos salones literarios en los que destacó por su habilidad en el arte de la conversación. Un año más tarde terminó su famoso Sobre el amor (1822), un tratado semiautobiográfico sobre la naturaleza del amor, inspirado en una de las muchas mujeres a las que el autor amó a lo largo de su vida. En esta obra exponía sus opiniones vanguardistas sobre el matrimonio, el papel de la mujer, la moral y la política. Sin la memoria no podría existir análisis de la vida, una de las obras muy apegadas a su autobiografía la encontramos en La vida de Henry Brulard y, como el mismo Stendhal lo cuenta, fue un apasionado de las matemáticas durante sus estudios secundarios en Grenoble, donde obtuvo altas calificaciones. Una enfermedad le impide entrar en la Escuela Politécnica. El mundo pierde un matemático y gana un novelista de genio: No tengo nada de memoria. Ese es uno de los grandes defectos de mi mente: sigo meditando sobre lo que sea que me interese; a fuerza de examinarlo desde distintos puntos de vista mentales, con el tiempo le veo algo nuevo, y modifico todo su aspecto. Apunto y extiendo los tubos de mis anteojos en todas las direcciones, o los retraigo... (La vida de Henri Brulard, fragmento).
La vida de Henry Brulard son las memorias noveladas del estudiante frustrado de poli-
El escritor Marie Henri Beyle, mejor conocido como Stendhal.
técnico. En ellas podemos encontrar tanto su rotundo gusto por las matemáticas como su inquietante pregunta sobre el (-) x (-) = (+). En 1830, a la llegada al trono de Luis Felipe de Orleans, Stendhal fue nombrado cónsul
de Francia en la localidad italiana de Trieste. En 1831 fue destinado a una ciudad más pequeña, Civitavecchia, cerca de Roma, donde escribió sus dos principales novelas. El rojo y el negro (1830) analiza la sociedad contem-
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poránea a través de la mirada de Julien Sorel, un ambicioso joven de provincias que se abre camino en la vida, pero donde la pasión es el detonante principal: Una o dos veces, durante aquella escena, la señora de Renal estuvo a punto de sentir algo de simpatía por la desgracia real de aquel hombre que, durante doce años, había sido su amigo. Pero las verdaderas pasiones son egoístas. Además, estaba esperando a cada instante que él le confesara haber recibido también una carta anónima el día anterior y aquella confesión no llegó. Faltaba para que la señora de Renal se sintiera completamente segura, conocer qué ideas habían podido sugerir al hombre de quien dependía su suerte. Porque, en provincias, los maridos son los dueños de la opinión. Un marido que se queja de haber sido engañado se cubre de ridículo, pero su mujer, si él no le da dinero, tendrá que trabajar de obrera a quince sueldos al día y eso, si tiene suerte, ya que las personas “decentes” sentirán escrúpulos y no querrían darle trabajo. Una odalisca, en el harén, tiene que amar al sultán a la fuerza; es todopoderoso y ella no puede quitarle su autoridad mediante toda una serie de pequeñas finezas. La venganza del amo es terrible, sangrienta, pero también militar y generosa: una puñalada acaba con todo... (El rojo y el negro, fragmento).
La cartuja de Parma (1839) narra las vicisitudes de Fabrizio del Dongo, un joven noble que se ve envuelto en las intrigas políticas del ducado de Parma. En ambas novelas Stendhal exalta la fuerza, la pasión y la espontaneidad. Sus héroes se descubren a sí mismos a medida que avanzan por la vida en pos de sus ambiciones: Fabricio, lleno de asombro, subió a un campo, a la derecha del camino, y que se alzaba unos veinte o treinta pies; examinó la carretera por ambas partes, y la llanura, y no vio rastro de cosacos. ¡Qué gente tan divertida estos franceses!, se dijo. Ya que debo dirigirme hacia la derecha, pensó, lo mejor será irme enseguida, acaso tenga esa gente, para correr así, alguna razón que yo desconozco... (La cartuja de Parma, fragmento).
Uno de sus principales logros fue la creación de un nuevo modelo de héroe. Tanto Julien como Fabrizio son personajes aislados psicológicamente, alejados de la sociedad y enfrentados a las imposiciones e ideales de ésta. Con frecuencia se dice que ambos personajes son retratos parciales del propio Stendhal. Stendhal permaneció en Civitavecchia hasta que murió de un ataque al corazón el 23 de marzo de 1842. Su apego al individualismo es la causa por la que generalmente se incluye a Stendhal entre los escritores románticos. Sin embargo, el extremado rigor crítico con que analiza la psicología humana lo hace destacar como uno de los primeros escritores realistas del siglo XIX.
LAS FRUTAS
A su tiempo A LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSAS El ciruelo de mi hacienda no pudo evitarlo: floreció Kobayashi Issa
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artes de la filosofía formal y popular refieren al tiempo como si fuera un virtud per se. Se habla, además, de la sabía virtud de conocer el tiempo, o de permitir que la cura a todos los males se resuelva dejando que transcurran los días, los meses, los años… No creo que sea el tiempo lo que cura las heridas físicas ni emocionales. Creo en la paciencia, en la conciencia, y en la disposición, como acciones que hacen florecer lo mejor de las personas, a su debido tiempo. La vida puede contarse de varias maneras: a través de los “dedos miserables que le dan cuerda a mi reloj” como canta Sabina, o a través de “gotitas, gotitas… gotitas”, como expresó un anciano centenario para explicar una tediosa existencia que transcurría a la espera de que su cocucha (tinaja de barro) se llenara con el exiguo manantial que daba de beber a su pueblo. Otra forma de medir la presencia es reconociendo las estaciones de la naturaleza. Se trata de una facultad de nuestra memoria genética; una sensibilidad que nos brinda mejores alimentos físicos y espirituales. Pongamos que nuestro mejor tiempo son todos esos momentos en los que reconocemos: el amanecer, la hora de dormir, el hambre más auténtica, la ocasión ideal para tener sexo, cuando la piel se pone chinita por sentir que va a llover, o cuando percibimos que llegó la alegría de la primavera. Convido a los lectores a reconectarse con ciertos códigos de la existencia, además de lo que los smartfones hacen. Por qué no buscar en la propia inteligencia emocional; en el olfato, el tacto; en la sensualidad, en esas señales y aplicaciones que hacen más rica nuestra presencia en un planeta pleno en frutos. De entrada, propongo algo muy sencillo: vamos a consumir los alimentos más apropiados a cada temporada. Hablemos de la frutas. Se trata de una de las provisiones más exuberantes por la energía eléctrica que proporcionan a nuestros organismos. Las frutas hidratan y proveen los minerales con los que nuestros cuerpos se habilitan como baterías que generan el brío de nuestras funciones básicas: las descargas cerebrales, los impulsos nerviosos, el pulso cardiaco.
Las frutas son alimentos muy atractivos por su amabilidad en texturas, formas y colores. También, por su generosa disponibilidad. Pareciera que las plantas y árboles extienden sus manos para obsequiarnos extractos sustanciales de agua y tierra, en empaques diseñados como para que los podamos acariciar, beber, transportar o guardar. Las frutas se imponen al medio ambiente y a otros agentes agresores gracias a múltiples accesorios protectores y sustancias antioxidantes. Al consumirlas, adquirimos la química apropiada para conservarnos protegidos contra el sol, para hidratarnos, operar con fluidez, sentirnos jóvenes y ser luminosos; por dar algunos ejemplos de su magia. El caso es que con las frutas no sólo adquirimos combustible hidrocarburo para movernos, nos llenamos de esa electricidad que hace brillante la vida. Nos aportan vitaminas y minerales, antioxidantes; facilitan el intercambio de sustancias; ayudan a depurar los espacios, barren con impurezas y drenan toxinas. Entre sus máximas contribuciones están la dotación de vitamina c, que nuestro organismo no sintetiza y que protege tejidos y células. Otra de sus bendiciones, sobre todo en una época donde cada vez es más difícil encontrar algo puro, es que cada fruta se constituye como una destiladora de agua potable o como un breve manantial. Aproximadamente, por cada 100 gramos de fruta, consumimos entre 80 y 90 gramos de agua destilada; es decir, sin cargas tóxicas ni metales pesados ni flúor adicionado. Comer fruta, desde la perspectiva de la hidratación, es prácticamente como si bebiéramos agua. Aunque en la actualidad el libre mercado, los rápidos medios de transporte, la agricultura inducida, los conservadores químicos, y los sistemas de congelación favorecen el intercambio y consumo de frutas de cualquier lugar y en cualquier temporada, el procurar frutas, a su tiempo, no sólo asegura una mejor calidad de propiedades y frescura, también ayuda a regular el equilibrio ambiental y la economía doméstica. Además, es un auténtico placer saber elegir y disfrutar, cualquier cosa o persona, en su momento más apropiado y pleno.
LA RECETA, LA NOTA, O EL REMEDIO Frutas de primavera en México: durazno, higo, limón, mango, manzana, guanábana y chicozapote.
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Pequeño tratado sobre la lectura FORMAS BREVES :: POR JAIME MARTÍNEZ OCHOA jmochoa4@hotmail.com
1.
No entiendo por qué si puedes leer libros buenos, lees libros malos. ¿Es penitencia?
2 No existe el derecho a la lectura. Tampoco, el derecho a la no lectura. Leer es un acto que no requiere justificaciones. 3 Es falso que, al leer, uno viaje a otras dimensiones. Pasa que se abole el sentido de la incredulidad y todo puede ser posible, incluso viajar a otras dimensiones. 4 Curiosos estos actores, cantantes y futbolistas que aparecen en promocionales recomendándote que leas al menos unos quince minutos todos los días. Uno se los imagina en una escena cursi, entonando una baladita ridícula o pateando un balón, menos leyendo un libro. 5 Por cierto: ¿qué leen los que no leen? 6 Hay algo llamado analfabeta funcional. Se trata de aquél que, sabiendo leer, nunca ha leído nada en su vida, salvo los anuncios de las paredes. ¿Para qué habrán adquirido este conocimiento? 7 Una chica pide que le recomienden un libro que la haga saltar por los aires. ¿Cómo será ese libro? 8 ¿Leer te hace más humano y tolerante? No necesariamente. Hay grandes lectores que son unos bestias. Ahí está Schopenhauer. 9 Hacer como Borges: leer pocos libros pero leerlos bien, de tal suerte que uno se convierta en una especie de demiurgo que lo sabe todo aunque, en esencia, sólo sepa unas cuantas cosas. 10 En su época, Sócrates ya se quejaba de que se escribieran muchos libros inútiles. He descubierto, dijo (según Platón), un libro sobre la sal, no sé a quién le interese. ¿Qué diría ahora si entrara a la librería Gandhi y apreciara esos altos muros colmados de volúmenes estériles? 11 Me acuerdo de un cartón de Palomo: en la playa solitaria, una mujer lee con gran placer una novela de Corín Tellado. Cuando empiezan a llegar los turistas se pone una novela de Milan Kundera en los ojos para tomar una siestecita. 12 De las estadísticas que no le interesan a nadie: ¿quién lee más, los hombres o las mujeres? 13 Me acuerdo de aquel personaje de Haruki Murakami (un escritor que ya no leo tanto) que decía leer sólo libros cuyos autores tuvieran treinta años de muertos. 14 ¿Leer libros de superación personal, novelas románticas, recetas de cocina, también cuenta a la hora de definirse como un lector de calidad? 15 A propósito de las recetas de cocina, hay que
desconfiar de quien dice que lee de todo, hasta recetas de cocina. 16 No hay buenos o malos lectores. Hay lectores a secas. ¿Para qué pretender ponerle valores a esta actividad? 17 Me acuerdo también de aquel personaje de La náusea cuyos hábitos de lectura eran bastante singulares: Acudía todos los días a la biblioteca pública a leer enciclopedias en orden alfabético. ¿Se imaginan que tipo de sabiduría se aprenderá con este método? 18 Madame Bovary, como Don Quijote, se desquició al leer libros, aunque no de caballería, como el hispano, sino folletines novelescos. Una buena manera de perder la razón. 19 Ana Karenina leía novelas francesas e inglesas. Aparece en varias escenas de la novela ejerciendo esta actividad. Curioso, el personaje que lee. 20 Es extraño cómo algunos pretenden considerarse superiores al resto de los mortales sólo porque se consideran buenos lectores. 31 Me acuerdo de ese columnista de la prensa diaria que encabeza todos sus textos con la cita de un clásico. Yo supongo que tiene un solo libro, un libro de citas citables (como aquella sección de la revista Selecciones). 32 Me acuerdo de ese otro columnista que, en un bar, presumió que podía leer un libro de 200 páginas en veinte minutos. ¿Y eso de qué le servirá? 33 Era un radical de la lectura tradicional: cuando desaparecieron los libros impresos y sólo quedaron los ebooks dejó de leer. 34 Un libro clásico es aquél del que todo mundo ha oído hablar pero nadie ha leído o algo así. 35 Conozco una persona que tiene tres años leyendo a Shakespeare. 36 Se creía predestinado por dios para hacer grandes cosas, pero no pudo pasar del primer libro de En busca del tiempo perdido (para no mencionar el Ulises). 37 Se acordó de aquel hombre que fue a ver una
película de Tarkovski y luego dijo, con un suspiro: qué pesado es ser un hombre culto. 38 La impotencia de querer leer Los sonámbulos, de Herman Broch, y El hombre sin atributos, de Robert Musil y no pasar ni siquiera de la cuarta página. 39 Esa fotografía en la que el Gran Escritor mexicano aparece leyendo un libro de Robert Musil (y en alemán, para más inri). 40 Era famosísimo en Facebook. 41 Él no lleva libros cuando se va de vacaciones a la playa. La playa, dice, es para ir emborracharse, nadar en el mar y salir de farra. 42 La imagen de un hombre sentado en una silla de lona, en la proa de un yate, leyendo un libro. ¡Qué desperdicio de mar y brisa, de sol y prácticas de surf o buceo! 43 La lectura te enriquece y le da alas a tu imaginación y otras mamadas por ese estilo. 44 Era novio de mi prima y un día me dijo: sé que lees mucho, eso habla muy bien de ti. ¿Y tú?, le pregunté. No, yo no, dijo, levantando las manos como Pedro Infante en A toda máquina. Es que no tengo tiempo, acotó. 45 Me dijo: mi hijo va a ser más chingón que el tuyo, va a hacer más dinero y va a tener más propiedades. Le dije: Pero mi hijo va a leer muchos libros. Se irritó: ¿Y? ¿Y? Pensé: pobre hombre, no sabe que un día va a morir. 46 Me dijo: no eres más inteligente que yo. Le dije: no, pero tú no has leído las novelas de Thomas Pynchon sin dormirte. 47 “Aquel poeta”, decía Bolaño, “leía hasta en la ducha. En serio, uno iba a su casa y encontraba los libros manchados de humedad”. No sé qué signifique esto. 48 Se burlaron mucho de aquel candidato que no supo dar el nombre correcto de tres libros pero, en la soledad de sus casas, los críticos se quedaron pasmados: tampoco ellos lo sabían. 49 En el cuento Continuidad de los parques un hombre lee un libro y lo que lee lo devora. ¿Se puede pensar en un elogio mayor de la lectura? 50 Aquel joven tenía un concepto muy limitado de la lectura: sólo leía libros que hubieran ganado un premio. 51 Así como muchos amantes se acuerdan especialmente de las mujeres que no pudieron seducir, yo me acuerdo de los libros que no pude terminar de leer. 52 Gran lector, mediano escritor: Rodrigo Fresán; mediano lector, gran escritor: Federico García Lorca; cruzaba dos continentes en busca de un libro: Octavio Paz; cuando terminaba de leer un libro no decía «uno más» sino «uno menos»: Julio Cortázar; estaba más orgulloso de los libros que había leído que de los que había escrito: Borges.
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Wenders, el alemán americano EL TERCER OJO :: Realizó Alicia en las ciudades hace 40 años, París, Texas hace 30 y Buena Vista Social Club hace 15. Los filmes del más estadounidense de las figuras del Nuevo cine alemán nos llevan en viajes iniciáticos donde los personajes buscan su identidad. POR SYLVAIN PROVILLARD sprovillard@hotmail.com Als das Kind Kind war, / ging es mit hängenden Armen, / wollte der Bach sei ein Fluß, / der Fluß sei ein Strom, / und diese Pfütze das Meer. / Als das Kind Kind war, / wußte es nicht, daß es Kind war, / alles war ihm beseelt, / und alle Seelen waren eins. Principio de Lied vom Kindsein de Peter Handke
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uando el niño era niño, caminaba balanceando los brazos, quería que el arroyo fuera un río, que el río fuese un torrente y que ese charco fuera el mar. Cuando el niño era niño, no sabía que era niño, para él todo estaba animado y todas las almas eran una. Con esta Canción de la infancia empieza Las alas del deseo. Este poema de Peter Handke fue mi revelación a la belleza, sutileza y profundidad del idioma alemán y del cine de Wenders. Esta peculiar obra fue un parteaguas en mi formación y sensibilidad cinematográficas. Tenía 16 años cuando mi amigo Amaury me incitó a verla. Me acuerdo cuando él y yo platicábamos del filme, justamente en la clase de alemán: la maestra interrogaba a mi amigo, que evidentemente no estaba escuchando, y Amaury se salía con la suya recitando los versos del Lied vom Kindsein. Peter Handke, autor austriaco que Wenders conoció cuando estaba estudiando filosofía en Düsseldorf, fue también el coguionista de esta historia ubicada en Berlín, dos años antes de la caída del muro. El título original, Der Himmel über Berlin, tiene un doble sentido: el cielo o el paraíso sobre Berlín. La cinta narra las peregrinaciones de dos ángeles, Cassiel y Damiel, que cuidan a los humanos y recolectan desde hace siglos sus monólogos interiores y todo lo que se traduce en ellos como una búsqueda de sentido y de belleza. Solamente ven el mundo en blanco y negro y no pueden sentir ni probar ni tocar… son invisibles para los adultos pero los niños los pueden ver. Damiel, conmovido por una bella trapecista llamada Marion, decide volverse hombre. Las alas del deseo es una experiencia estética, sensorial y metafísica como pocas películas. Wim Wenders nació algunos meses después de la Segunda Guerra Mundial y creció en una Alemania llena de cultura pop estadounidense: fue la era de los comics, del pinball y del rocanrol, un elemento omnipresente en los filmes del alemán. “El rocanrol me salvó la vida. Porque era el tipo de música que, por primera vez en mi vida, me dio un sentimiento de identidad, el sentimiento que tenía el derecho de disfrutar, imaginar y hacer algo. Si no fuera por el rocanrol, hoy quizás sería abogado”, confesó el alemán. En Alicia en las ciudades, el protagonista asiste a un concierto de Chuck Berry. Wenders contó que la historia de este road movie le llegó al escuchar la canción Memphis Tennessee. También fue gracias a él que descubrí a Nick Cave and the Bad Seeds, que interpretan From her to eternity frente al ángel Damiel en Las alas del deseo. Con Wenders, la música se vuelve un elemento tan importante como la imagen: no es un adorno sino la razón de ser de la escena, e incluso de la película. Después de varias colaboraciones entre Bono y Wenders, el can-
Nastassja Kinski y Harry Dean Stanton en París, Texas.
tante de U2 escribió un guión que el director realizó: así nació The million dollar hotel, con Jeremy Davies, Tim Roth, Milla Jovovich y Mel Gibson. El filme fue un fracaso estrepitoso, a pesar del gran elenco y del enorme éxito un año antes de Buena Vista Social Club. Fue el guitarrista estadounidense Ry Cooder, compositor de la banda sonora de París, Texas, quien llevó a Wenders a este proyecto musical en La Habana. Cinco años antes, el alemán ya había declarado su amor a la música tradicional portuguesa y al grupo Madredeus en Historias de Lisboa. No solamente fue la música de Estados Unidos que fascinó a Wenders. Toda su cultura siempre ha formado parte de su temática principal, la televisión en particular. El actor Rüdiger Vogler, quien trabajó seis veces con Wenders, declara en Alicia en las ciudades: “La televisión estadounidense es inhumana, no porque esté repleta de anuncios, aunque por eso solo lo sería, sino porque en definitiva todos los programas son anuncios, anuncios para el status quo. Cada imagen irradia el mismo desagradable y enfermizo mensaje, una especia de jactancioso menosprecio. Cada imagen quiere algo de ti”. En 1998, El final de la violencia exploró el
Bruno Ganz y Solveig Dommartin en Las alas del deseo.
tema más a profundidad y, en 2005, Wenders realizó Tierra de abundancia, una reflexión sobre el dolor y la confusión de los estadounidenses después del 11 de septiembre. Su cinta de 1977 El amigo americano, con Bruno Ganz y Dennis Hopper, es una adaptación de la novela El juego de Ripley, thriller psicológico de Patricia Highsmith, y reúne los elementos recurrentes de su obra: el rocanrol, un héroe solitario en la carretera y la crítica a la sociedad estadounidense. Después de la época expresionista en los años 20, el cine alemán había caído en las manos de la propaganda nazi. Fue hasta los años 70 que llegó una voz nueva, el llamado Nuevo cine alemán. Dentro de los integrantes principales de este movimiento, Wenders fue uno de los únicos que estudió cine. Rainer Werner Fassbinder era hombre de teatro y sus obras lo denotan claramente, Werner Herzog tuvo que robar una cámara de la escuela de cine de Múnich para rodar Aguirre, la ira de Dios, y fue justamente ahí que Wenders desarrolló sus talentos después de haber visto más de mil películas en La Cinémathèque en París, donde supuestamente estudiaba pintura. Wim Wenders, el pintor fracasado, como él mismo se describe, encontró en la fotografía y el cine formas de expresar su miedo a la incomunicación humana. París, Texas, Palma de Oro en 1984 basada en un guión de Sam Shepard, es quizá la película que mejor retrata esta preocupación wendersiana: un hombre que padece de amnesia camina en el desierto; después de algunos días, se desmaya. Al despertar en el hospital, emprende un viaje para re-conocer a su familia. Este filme independiente, rodado con un equipo de apenas 20 personas, es sin duda la más emotiva de todas las obras de Wenders. Después de su reciente documental sobre la coreógrafa Pina Bausch, Wenders regresará este año al mundo de la ficción y a Estados Unidos, con Every thing will be fine. Espero secretamente que Wim Wenders vuelva a conmoverme como lo hizo con sus obras de los años 80.
8 | LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN
SÁBADO 5 DE ABRIL DE 2014
El día que Kurt Cobain conoció a William Burroughs RESEÑA RESEÑA:: POR AGENCIAS EFE / EL UNIVERSAL
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ito de la contracultura, maldito, transgresor, innovador en la escritura, el arte y el lenguaje, Williams Burroughs, el autor de El almuerzo desnudo, uno de los iconos de la de nominada Generación Beat, hubiera cumplido cien años. Para celebrarlo, en Estados Unidos del 5 al 9 de febrero se desarrolló el Festival The Burroughs Century, en Bloomington, Indiana, con cine, conferencias, pintura, performances y música, con la poeta punk Lydia Lunch. Y en español apareció el libro Nada es verdad, todo es mentira. El día que Kurt Cobain conoció a William Burroughs, de Servando Rocha, en Alpha Decay. Se da la circunstancia también de que este 2014 se cumplen los veinte años del suicidio, en Seattle, de Kurt Cobain, el cantante, guitarrista y compositor de Nirvana, un mito musical, otro icono del subsuelo, de lo alternativo, del grounge, que se quitó la vida el 5 de abril de 1994. William S. Burroughs (Saint Louis, Missuri, 1914-Kansas, 1997) tuvo con Cobain una relación que ha quedado plasmada también en imágenes, unas fotografías desconocidas que aparecieron tras la muerte del cantante, ocultas en unos cuadernos manuscritos, y que muestran que el sueño que Cobain tenía de visitar a Burroughs, su ídolo, se cumplió. Un material que sacó la viuda del cantante de Nirvana, Courtney Love, quien posee todo su legado. Y éste es el leitmotiv, el punto de fuga del que parte Servando Rocha para escribir su ensayo, un homenaje a estos dos iconos y un relato en el que el arte, la música y la rebelión de todo el siglo XX es otro de los protagonistas. “A Burroughs no le gustaba la música de Nirvana, le gustaba el blues, Leadbelly, Billy Holliday; sin embargo Cobain idolatraba al maestro de la periferia, al escritor, pintor, duro y poético, al amante de las armas, las drogas, al padrino del punk, y, sobre todo, al rebelde, al buceador del subsuelo que llamaba a la rebelión y decía que el lenguaje era el virus del poder”. Prueba de ello era que Cobain en sus diarios tenía una entrada que decía: “Me encanta todo lo que empieza por B: Bukowski, Beckett, pero sobre todo Burroughs”. Cuando se encontraron el escritor tenía 83 “A Burroughs no le gustaba la música de Nirvana, le gustaba el blues, Leadbelly, Billy Holliday; sin embargo Cobain idolatraba al maestro de la periferia, al escritor, pintor, duro y poético, al amante de las armas, las drogas, al padrino del punk, y, sobre todo, al rebelde”.
Kurt Cobain, cantante, guitarrista y compositor de Nirvana.
años y Cobain moriría unos meses después. 2Tras la visita, Burroughs, que le escribió una gran dedicatoria y le regaló un autorretrato que terminó con un disparo del autor -explica Servando Rocha-, éste le dijo a su ayudante: ‘Es un chico raro, frunce el ceño sin ningún motivo’”. Y cuando se enteró de su suicidio espetó: “Él ya estaba muerto”. En el libro, Rocha también recoge la imagen que Burroughs le envió a Cobain con motivo de su 27 cumpleaños, un collage realizado por Burroughs en el que se ve a Cobain despidiéndose desde una habitación en donde estaba el acumulador de orgón (una máquina que supuestamente aumentaba la potencia sexual) vieja y rota. Un regalo con una dedicatoria que dice: “Para Kurt, con mis mejores deseos en su veintisiete cumpleaños y que cumplas muchos más...”.
Y es que resulta, para echar más misterio al asunto, que cuando Cobain se suicidó, una de las teorías “conspiratorias”, y que Servando Rocha comenta, es la que achacaba a Burroughs el haber sido culpable colateral de su muerte, porque Cobain se compró una de estas máquinas, una Dream machine, una máquina de los sueños en cuyo interior supuestamente podías entrar en trance y, si te pasabas, podías hasta volverte loco. En las páginas de este libro, escritores outsiders, músicos y artistas oscuros comparten un mismo fuego y bailan en torno a la figura de Burroughs, quien parece hablarles como si fuesen ellos los destinatarios de la dedicatoria incluida en Ciudades de la noche roja: “A todos los escribas y artistas y practicantes de la magia a través de los cuales se han manifestado estos espectros... Nada es verdad. Todo está permitido”.