Mujer.es 20 Marzo de 2014

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S U P L E M E N T O S O B R E T E M A S D E L A M U J E R | C A M B I O D E M I C H O A C Á N | N Ú M E R O 234 | J U E V E S 20 DE MARZO D E 2 0 14

Ser mujer indígena POR DINORAH AMBRIZ Las mujeres en México, al igual que en el resto del mundo, se enfrentan a distintas manifestaciones de discriminación de género. Esta situación, ya de por sí difícil, se vuelve aún más problemática para millones de indígenas; para ellas hay una doble carga: el ser mujeres y tener rasgos que se alejan del tipo racial que es valorado culturalmente. Un país donde no hay discriminación racial La situación a la que se enfrenta

la mujer indígena se sitúa en un país donde la discriminación racial es vivida día a día, y donde también se niega su existencia con la misma periodicidad. Desde 1965 se estableció el 21 de marzo como el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, teniendo su origen en la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, realizada por la ONU. Lo acordado por la Convención fue firmado por México en 1966 y ratificado en 1975; desde entonces, la conmemoración de este día ha sido una manera de posicionar el tema en el debate

público; sin embargo, el resto del año el tema suele diluirse y perder la nitidez con la que se condena durante esta fecha. Según datos del censo realizado en 2013, en México son más de siete millones de personas las que constituyen la población indígena; después, el grupo étnico más grande es el de los afroamericanos, con 450 mil integrantes. Estos grupos, al igual que otros que viven en el país, padecen tratos desfavorables por ser de una raza diferente o tener un origen étnico distinto al predominante. En México, a pesar de contar con un marco normativo nacional

que reconoce la pluriculturalidad y prohíbe la discriminación racial, la mayoría de las personas indígenas ven maltratados sus derechos debido a su color de piel y otros rasgos físicos que denotan su procedencia racial. El racismo no es una característica aceptada en México, es decir que para gran parte de la población mexicana, la discriminación racial es algo que se vive en otros países con niveles de inmigración más altos que aquí, como en Estados Unidos o España; sin embargo, cifras de la Encuesta Nacional de Discriminación, realizada en 2010, revelan que casi el 25 por ciento de los mexicanos no

estarían dispuestos a compartir una vivienda con una persona racialmente diferente, y más del 50 por ciento afirma que tener un color de piel distinto al predominante es una razón por la que se insulta a la gente. Indígenas en México Una de las herramientas utilizadas para calcular el tamaño de la población indígena en México es el registro de las personas hablantes de alguna lengua indígena.

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DESCÚBRETE POR DINORAH AMBRIZ El té verde es conocido por tener un rico sabor y numerosos beneficios para el organismo. Pero las hojas de té verde, luego de haber soltado su sabor, pueden ser fuente de muchos otros beneficios, tanto para una misma como para el hogar. Para muchas personas este tipo de té es valioso por sus cualidades alimenticias: es una rica fuente de antioxidantes -por lo que se entiende su uso para mejorar agilidad mental y pensamiento, mejora la salud estomacal, evita dolores de cabeza, previene la osteoporosis y el desarrollo de algunos tipos de tumores cancerígenos, entre otras

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Té verde: más que una bebida

muchas bondades. Pero los beneficios de las hojas del té verde se extienden más allá de la bebida. Las hojas pueden secarse al sol y después colocarlas -en bolsitas como las que suelen usarse para el alcanfor- en los lugares del hogar con humedad; las hojas de té la absorberán y evitarán el desarrollo de hongos o mal olor en la ropa. Dentro del refrigerador, también ayudan a absorber malos olores. Según la medicina tradicional china, poner bolsas secas de té en la almohada es una buena manera para reducir presión sanguínea, y aliviar insomnio y dolores de cabeza; en este caso es importante secarlas al sol con frecuencia, pues la humedad que absorben puede trasladarse a la almohada.

El té verde también es un buen repelente de mosquitos; para ello sólo se necesita quemar un puñado de hojas -el olor repele a los insectos-. También sirve como un buen fertilizante para las plantas de la casa; para esto bastará con dejar las hojas remojando en agua por un par de días y después regar las plantas -es importante colar el agua, pues las hojas echadas a perder atraen pestes en la planta. Finalmente, la infusión de esta planta también sirve para eliminar el mal olor de los pies al remojarlos alrededor de diez minutos un par de veces a la semana; y al frotar las hojas usadas en la cara, al lavarla por la noche, se tiene un buen remedio contra el acné y otras impurezas.

Suplemento Mujer.es de Cambio de Michoacán. Director: Vicente Godínez Zapién. Coordinador: Arved Alcántara Betancourt Editora: Dinorah Ambriz Contacto: suplementomujer.es@gmail.

Ser mujer indígena VIENE DE LA PORTADA

En el país, según el documento «La población indígena en México», que es un perfil sociodemográfico elaborado por el Inegi, en el año 2000 se tenía un registro de 85 lenguas indígenas, de las cuales se considera a quince como las mayoritarias, y son habladas por más de 100 mil personas; dentro de ellas, el náhuatl es la principal. Así, se estima que es alrededor del seis por ciento de la población mexicana la que habla una lengua indígena. Los estados que cuentan con mayor presencia indígena son Yucatán, donde este sector representa el 65.5 por ciento de la población; Oaxaca, donde es el 55.7 por ciento; Quintana Roo, con 45.6 por ciento, y Chiapas, con 30.9 por ciento. El acceso a servicios básicos se considera una de las maneras más tangibles para conocer la calidad de vida a la que tiene acceso un individuo; en el país, los servicios básicos como educación, salud, vivienda, seguridad y alimentación, son algo de lo que la población indígena suele carecer. Según una infografía realizada por la organización mexicana «Alma México», el 94 por ciento de los indígenas no tiene acceso a alguno a los servicios básicos, mientras que el 64 por ciento carece de acceso a tres tipos de servicios. Respecto a servicios de salud, el 75 por ciento no son derecho-

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Los estados que cuentan con mayor presencia indígena son Yucatán, donde este sector representa el 65.5 por ciento de la población; Oaxaca, donde es el 55.7 por ciento; Quintana Roo, con 45.6 por ciento, y Chiapas, con 30.9 por ciento»

habientes de ninguna institución federal de salud. El acceso a la educación también se evidencia como frágil, pues tres de cada diez indígenas mayores de quince años no saben leer ni escribir, y más del 50 por ciento de los niños en edad de ir a la escuela no reciben ningún tipo de instruc-

ción escolar. Mujeres indígenas La situación que viven los indígenas parece agravarse para un sector específico de la población, el femenino. Ellas viven dos tipos de discriminación profunda, exten-

dida y dolorosa: la discriminación de género y la racial. Las mujeres indígenas, como ha sido documentado por distintas organizaciones civiles, conforman un sector de la población altamente vulnerable y violado en sus derechos sexuales y reproductivos; las esterilizaciones for-

zadas, agresiones sexuales en las clínicas públicas de salud y violencia obstétrica, son sólo algunas de las situaciones que viven día a día millones de mujeres. Estas prácticas se han documentado sobre todo en Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Según el Censo realizado por el Inegi en 2010, sobre las mujeres indígenas recae aún más el poco acceso a servicios educativos; la tasa de analfabetismo indígena en hombres es de 9.0 mientras que en las mujeres es de 15.3. Cinco de cada diez personas indígenas trabajan en áreas de baja especialización –empleados y jornaleros, entre otros-, mientras que casi cuatro de cada diez lo hacen por su cuenta en el mercado informal del sector servicios. En este contexto, el 20 por ciento de las mujeres indígenas mayores de doce años, a pesar de trabajar no reciben ningún tipo de ingreso monetario; y según Cecilia García, directora general de la Asociación Anauatlali Pro Derechos de la Propiedad Rural, el 57.5 por ciento de las mujeres indígenas trabajadoras son remuneradas con menos de dos salarios mínimos. Sin duda, resulta lacerante la situación a la que se enfrenta la población indígena en el país, y las mujeres en particular. Ante ello, es necesaria una consciencia constante por parte de todos, así como un trabajo continuo, de exigencia a las autoridades y desde nuestro ámbito individual de acción por asegurar condiciones de vida dignas para todos.


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DEL DICHO AL HECHO

DE CIENCIA Y OTRAS TENTACIONES

Historias de todas

Para vivir más y mejor: matrimonio

POR DINORAH AMBRIZ La mujer indígena conforma uno de los sectores poblacionales más vulnerables del país; en su identidad confluyen dos situaciones constantemente maltratadas: son mujeres e indígenas. La cobertura de un par de sus historias se convierte en una manera de conocer las historias de todas. Jacinta Jacinta Francisco Marcial, indígena otomí, estuvo en un Centro de Readaptación Social (Cereso) femenil durante tres años tras haber sido acusada de secuestrar a seis elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI); por falta de pruebas, Jacinta fue liberada en el 2009. En su momento, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), afirmó que este caso evidenció la discriminación a la que se enfrentan los indígenas en el sistema judicial mexicano. «La situación de desventaja y vulnerabilidad en la que se encuentran los pueblos y comunidades indígenas en México se hace aún más patente y grave cuando estos acuden o se ven obligados a enfrentarse al sistema de procuración e impartición de justicia», asegura el Centro Prodh en el capítulo sobre pueblos indígenas del Diagnóstico Nacional de Derechos Humanos en México, publicado en el 2003. Irma La violencia obstétrica, entre otros tipos de negligencias médicas en el proceso de embarazo, es una situación particularmente grave para las mujeres indígenas.

Jacinta Francisco Marcial.

Hace un par de meses causó indignación el caso de la mazateca Irma López Aurelio, quien dio a luz en el patio del hospital al que había acudido y donde le fue negada la atención. Irma, afirmaron las investigaciones posteriores, llegó al Centro de Salud de Jalapa de Díaz, en Oaxaca, tras horas de contracciones y completamente dilatada; es decir, en evidente necesidad de ayuda médica para dar a luz. Los doctores le hicieron algunas preguntas pero no la atendieron; uno de los argumentos dados por el personal médico de la clínica para justificar su comportamiento fue que no comprendieron lo que Irma les decía, puesto que su español distaba de ser excelente. También se dijo que, como la indígena mazateca había sido atendida por parteras durante su embarazo, los doctores no tenían claro lo que estaba pasando. Tras esperar dos horas más, tratando de ser ingresada a la clínica por alguna enfermera o personal administrativo, Irma dio a luz a su niño en el jardín de las instalaciones. El caso se dio a conocer luego de que un ciudadano que estaba en el lugar tomara una imagen para denunciar el actuar del personal de la clínica a través de su cuenta en Facebook. «Tras esperar y exigir atención durante dos horas dio a luz en el patio del nosocomio tras ser ignorada por el personal bajo la dirección del supuesto médico Adrián René Cruz Cabrera», se afirmaba en la publicación de la imagen. Luego de haberse viralizado la información, y tras ordenar una investigación, el secretario de Salud aseguró que «lo avanzado del trabajo de parto de la mujer y sumado a la falta de personal noc-

turno en el Centro de Salud de Jalapa de Díaz provocaron que la madre tuviera a su hijo en condiciones inadecuadas». Sin duda, la falta de abastecimiento de material y personal en las clínicas rurales es un factor importante a tener en cuenta, pero no pueden justificar el trato recibido por Irma. «El derecho a la protección de la salud es un derecho elemental para las personas pertenecientes a un grupo indígena y particularmente para las mujeres en estado de gravidez», indica el texto elaborado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para denunciar la violación a los derechos humanos de la indígena mazateca. Por su parte, Ricardo Bucio, presidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), aseguró que el caso de Irma es ejemplo de un extendido problema de discriminación racial. En entrevista para un programa radiofónico de la estación W Radio, Bucio manifestó ver la situación como un acto de injusticia y de violación a los derechos humanos. Las historias de todas Casos como los anteriores hay muchos, en los que las mujeres indígenas se enfrentan a situaciones de discriminación. Todas las historias causan indignación, aunque algunas tienen un tinte más irreal, como cuando a mediados del año pasado un funcionario chiapaneco asegurara que es «una vergüenza» que las mujeres indígenas estudien ya que ellas «sólo sirven para la cocina». Sin duda, la situación de la mujer indígena es una que pide mayor visibilización y sobre todo atención puntual y tangible, que repercuta en la mejora de sus condiciones de vida.

Casados en 1924 en China, Wu Conghan, de 101 años, y su esposa Wu Sognshi, de 103, posaron finalmente para las fotos de boda que nunca tuvieron 88 años después, en noviembre de 2012.

POR DINORAH AMBRIZ Según un estudio realizado por la Universidad de Harvard, tener una pareja estable, comúnmente manifestada en forma de matrimonio, es una buena manera para asegurar una vida más prolongada y sana. Esto se debe, según el estudio, a que vivir en pareja promueve que los individuos cuiden aspectos de su vida que impactan directamente en la salud. Investigaciones anteriores han indicado que las personas que se casan, y sobre todo los hombres, tienden a vivir más años que las personas solteras. A estos hallazgos se suma el de la Universidad de Harvard, donde se encontró que las personas enfermas de cáncer tienden a identificar más rápidamente los primeros síntomas de la enfermedad, lo

que provoca que, gracias a la detección temprana, haya una menor tasa de mortalidad por cáncer en las personas casadas que en las solteras. Para explicar el fenómeno, los expertos recurren a una teoría llamada «Hipótesis de protección del matrimonio», que indica que quienes tienen una familia encuentran más razones para vivir, se inclinan en menor medida hacia hábitos poco saludables y tienden a cuidar más de su persona. En el caso de los hombres, también se ha documentado que el porcentaje de suicidios en solteros es más alto que en aquellos que están casados. Sin duda, la vida de los casados no es miel sobre hojuelas pero, como se obtiene del estudio, puede ser una buena manera de encontrar sentido a la vida y de cuidar mejor nuestro bienestar individual. Así que si eres alérgica al compromiso de una pareja estable, tal vez quieras considerarlo dos veces en aras de una vida más sana y duradera.


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EN FOCO

De la moda... lo que es sustentable POR DINORAH AMBRIZ Es conocimiento común que las grandes industrias de la moda no suelen ser precisamente responsables, ni hacia el ambiente ni hacia sus trabajadores. Al comprar unos pantalones de mezclilla o unas zapatillas, la mayoría de las personas no paran a considerar las implicaciones sociales y ambientales de su consumo; puede ser porque se crea que el daño no es tan grave, o porque se considera que es una situación que no afecta personalmente sino que es algo que padecen los niños en maquiladoras al otro lado del mundo, o porque simplemente no importa, o porque no se conocen alternativas para vestir lindo y sustentable, estos entre otras muchas posibilidades de motivos. La pasada fecha del Día Mundial del Consumidor, celebrado el pasado 15 de marzo, se presenta como una buena ocasión para cuestionar y reflexionar nuestros patrones de consumo. Todos somos parte del problema… El mundo ya no puede más, y la industria de la moda, en conjunto con muchas otras, no ayuda en la labor de frenar y sanar el daño ecológico y social. Durante las últimas décadas ha habido un interés desmedido por el desarrollo económico a costa de implicaciones ambientales y humanas; el crecimiento económico actual, basado en la explotación de recursos y consumo excesivo, ha comprometido la calidad de vida de generaciones presentes y futuras. En la actualidad, los recursos renovables empleados en la industria son usados a un ritmo más acelerado que al que son producidos por la naturaleza; y los contaminantes emitidos en la producción de ropa se producen también a un ritmo superior del que pueden ser asimilados o neutralizados por el medio ambiente. «Detrás de la hermosa publicidad, el glamour de las pasarelas y la industria billonaria, hay un mundo entero dentro que esta industria no quiere que veas, y del que definitivamente no quiere que se hable», inicia el video «La próxima vez que veas la etiqueta de tu ropa nueva», realizado por Greenpeace -organización ambientalista no gubernamental-, en el que se exigen alternativas sustentables para el consumo de ropa.

En China, donde se maquila gran porcentaje de la ropa que se consume en el resto del mundo, 320 millones de personas no tienen acceso a agua potable, y a la contaminación de los mantos acuíferos aporta considerablemente la industria de la moda. A nivel global, la contaminación del agua llega al 40 por ciento, y un 20 por ciento del agua potable que se consume en las ciudades contiene elementos tóxicos, incluidos químicos cancerígenos. «Los mantos acuíferos públicos son tratados como alcantarillas privadas por estas fábricas (…) La ropa que compramos en Europa, Norteamérica, Asia y en el resto del mundo, es parte de una cadena global de contaminación tóxica», se afirma en el video de Greenpeace, donde además se ven impactantes imágenes sobre el proceso de fabricación de ropa y el desecho de químicos tóxicos en el agua que circula por el mundo sin restricción de fronteras. El proceso de contaminación, asegura Greenpeace, va más allá del proceso de elaboración. «Dos tercios de la ropa contiene químicos peligrosos. Y cuando estas prendas se lavan, los químicos llegan a ríos, lagos y mares de mundo. Es por esto que todos somos parte del problema». …Pero también podemos ser parte de la solución Ante el panorama y la necesidad de alternativas, Greenpeace actúa desde su trinchera con la campaña Detox. Sobre ella, la organización la anuncia con mensajes como el siguiente: «Se dice que se puede conocer la tendencia de moda de la próxima temporada con sólo mirar el color de los ríos en México y China (…) Pero esto no tiene que ser así. En todo el mundo, un movimiento creciente de personas están pidiendo a las marcas de ropa hacer moda que no cueste a la tierra». La campaña busca que la industria de la moda reconcilie su progreso económico con la preservación ambiental y condiciones de vida justas para las personas. Esto implica cambiar modos de vivir, es decir, cuestionar de dónde provienen y cómo se elaboraron las prendas que usamos día a día, así como tener una actitud más consciente de consumo. Una moda libre de tóxicos A la campaña global se han su-

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La campaña busca que la industria de la moda reconcilie su progreso económico con la preservación ambiental y condiciones de vida justas para las personas.

mado activistas, «fashionistas», diseñadores, bloggers, y modelos que están convencidos de que poder comprar prendas hermosas no está peleado con la preservación ambiental. Con el estandarte de Detox, más de medio millón de personas han desafiado a grandes marcas de ropa como Zara, Levi’s y Victoria Secret, exigiendo que tomen responsabilidad por su huella tóxica y que dejen de emplear químicos peligrosos en la elabo-

ración de las prendas que ponen a la venta. A la fecha, algunas marcas han respondido positivamente, como Valentino, H and M, Zara, y Levi’s. Sin duda, la respuesta de las grandes marcas y su decisión de comenzar a sustituir algunos químicos potencialmente dañinos para las personas y el ambiente, puede encontrar origen en una mera decisión mercadológica, de protección de imagen de marca, y de relaciones públicas.

Es decir, posiblemente estas marcas continúan careciendo de un sentido de responsabilidad social, y solo responden a la exigencia del mercado por contar con alternativas libres de riesgo. Es lamentable, pero a la vez, es precisamente rescatable la conciencia de que a lo mejor lo único que hace falta es alzar la voz contra lo que consideramos incorrecto y dañino; exigir cambios y comenzar a ser parte activa de la mejora del mundo.


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