S U P L E M E N T O S O B R E T E M A S D E L A M U J E R | C A M B I O D E M I C H O A C Á N | N Ú M E R O 230 | J U E V E S 20 DE FEBRERO D E 2 0 14
POR DINORAH AMBRIZ Ver unos senos en un anuncio publicitario resulta de lo más normal para la mayoría de la gente, en cambio, es incómodo estar en un lugar público y ver que una mujer destape alguno de sus senos para amamantar. Se podría decir que se está de acuerdo con ver senos mientras estén cargados de connotaciones sexuales, pero no cuando están destinados a una de las cosas más esenciales para la vida humana: nutrir a un hijo. «Recuerdo una vez que estaba en un café y una mujer comenzó a amamantar a su bebé. Ella lo hizo sin pena pero a mí me resultó muy incómodo, después me sentí confundida. Por un lado, sentía que ella debía tener más pudor antes de estar mostrando sus pechos, pero también me sentía mal conmigo misma porque, al fin y al cabo, amamantar es necesario y algo muy natural. Todos lo necesitamos cuando fuimos bebes», comenta Marcela, profesora a nivel secundaria. Limitadas por las miradas de reproche
Amamantar, cuando mostrar los pechos es indecente
Según una encuesta española sobre los hábitos de lactancia, realizada por la Iniciativa Global de la Lactancia Materna, el 43 por ciento de las madres lactantes siente que es complicado dar pecho a sus hijos al estar en un lugar público, esto debido a las distintas reacciones de la gente alrededor, como miradas de reproche, comentarios incomodos o las claras invitaciones a que se vaya a otro lado a amamantar. Por otro lado y al mismo tiempo, las madres que deciden no dar pecho se enfrentan a ser etiquetadas como egoístas o madres «desnaturalizadas». Una contradicción en cierto modo, se les exige alimentar a sus hijos con la mejor leche que puede haber para ellos -la materna-, pero se les reprocha cuando lo hacen en público. Ante esto no es difícil ver que las madres prefieran evitar ciertos lugares, se cubran avergonzadas con alguna manta, o incluso vayan al baño para alimentar a sus hijos sin molestar a los demás. Madres avergonzadas «Pasé los primeros meses de lactancia de su hermosa vida sintiéndome nerviosa e incómoda. Me tomó ocho semanas tener la confianza necesaria para ir a la ciudad, ahora los comentarios a mi alrededor cortan como un cuchillo mientras me apresuro hacia los PASA A LA SIGUIENTE PÁGINA
DESCÚBRETE POR DINORAH AMBRIZ La rutina se entromete poco a poco hasta el plano de nuestra vida íntima. Ante esto, dar un buen masaje a la pareja puede ser una buena manera de romper con la monotonía, y hacer sentir ese calor de excitación al otro al mismo tiempo que también lo encendemos en nuestro interior. La piel suele ser desaprovechada y olvidada, aun cuando es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y uno de los más sensibles. Entre las prisas, la rutina y el día a día, a la hora del encuentro sexual se nos olvida que hay mucho más cuerpo que sólo los genitales. Para dar un buen masaje es importante cuidar algunos deta-
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Un buen masaje para ambos
lles para que el momento fluya y resulte sugestivo para ambos. Lo primero es arreglar el ambiente, crear con cosas físicas un lugar especial que salga de la rutina; esto se puede lograr con acomodar la cama o una manta para acostarse, poner alguna vela, música y apagar celulares. También es conveniente tener a la mano lo que se va a ocupar, para evitar interrumpir la estimulación que se va creando con el masaje. Al comienzo lo mejor será avanzar progresivamente. Es decir, quita anillos de las manos, usa un aceite -o vela de masaje- que ayude a resbalar, y comienza con movimientos suaves y superficiales que poco a poco irán cobrando intensidad. Evita quedarte sólo en la es-
palda; para la otra persona será relajante recibir el masaje en distintas partes, desde las zonas menos sensibles hasta las más erógenas del cuerpo. Es importante dejar libre la creatividad para acariciar, dar pequeñas cosquillas o apretar un poco; y se debe escuchar el lenguaje corporal de la pareja para saber qué le estimula más. Es común que al dar un masaje, al sabernos no expertas en ello, se esté preocupada y hasta temerosa de no hacerlo bien. Sin embargo, la realidad es que mientras más disfrute el masajista, habrá una mayor entrega y apasionamiento, y esto será sentido por la pareja. Lo mejor será olvidar la preocupación por dar un masaje perfecto y entregarse al disfrute de hacerlo.
Suplemento Mujer.es de Cambio de Michoacán. Director: Vicente Godínez Zapién. Coordinador: Arved Alcántara Betancourt Editora: Dinorah Ambriz Contacto: suplementomujer.es@gmail.
Amamantar, cuando mostrar los pechos es indecente cuenta cómo, al amamantar en el mercado, los dueños les ceden un asiento dentro de la tienda, la gente sonríe y felicita a las madres que dan pecho, e incluso extraños se acercan para besar la frente de los bebes mientras son alimentados por sus madres. «Desde que Calum tenía cuatro meses hasta los tres años, a donde fuera, oía una y otra vez lo mismo: ‘La teta es lo mejor para tu bebé, lo mejor para ti’. La aprobación constante me hacía sentir que hacía algo importante que interesaba a todos; exactamente la clase de aprobación pública que toda madre reciente necesita», dice esta madre que durante tres años vivió en una sociedad en la que la gente continúa bebiendo leche materna aún en la adultez y recibe tratamientos médicos elaborados con base en ella.
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baños públicos sin sentirme nada bien», escribió Holly McNish, poeta británica que se resguardaba en los baños públicos para amamantar a su hija que, al igual que muchos bebés, necesitaba comer cada dos o tres horas. McNish compartió su poema «Embarrased. Spoken Word» (Avergonzada. Palabra hablada) a través de un video que se viralizó rápidamente, y en el que habla sobre la doble moral de las sociedades occidentales modernas que tienen «vallas cubiertas de tetas» pero que estigmatizan la lactancia en público. «Al principio me pareció que estaba bien, podía entender sus razones. Me dijeron: es posible que haya niños pequeños o un hombre viendo este pequeño pedazo de carne que no estaban esperando (…) Pero ya no me voy a sentar en estas tapas de los inodoros fríos. No importa que me sienta avergonzada mientras ella sorbe», escribió McNish durante una ocasión en que su bebé de seis meses se quedara dormida tras ser amamantada en un baño público. McNish, igual que muchas mujeres alrededor del mundo, fue cuestionada por amamantar a su hija en público y le dijeron que sería mejor que se quedara en casa. «Me sentía apenada y du-
Una decisión libre rante seis meses fui a los baños públicos. Odio haberlo hecho pero estaba nerviosa, cansada y me sentía incómoda», dice la británica en la descripción de su video en YouTube. El popular video también cuestiona la industria alrededor de la alimentación para recién nacidos. «¿Por qué pagamos a compañías billonarias por algo que nuestros cuerpos producen de forma gratuita? Hay realmente un buen marketing para que nos sintamos tan mal de hacer algo así. Eso me en-
tristece mucho cada día». ¿Cómo sería amamantar sin pena? Ruth Kamnitzer es una madre canadiense que se mudó con su marido a Mongolia, país oriental que limita al norte con Rusia y al sur con China. A través de Internet, Ruth comparte su experiencia sobre la lactancia en este país, donde un dicho popular asegura orgullosamente que los mejores boxeadores -deporte nacional-
toman leche materna durante, mínimo, seis años. «Criar a mi hijo en un lugar donde la actitud hacia la lactancia materna es tan radicalmente diferente de las costumbres que prevalecen en Norteamérica me abrió los ojos a una visión completamente diferente de cómo podría ser todo. Los mongoles no solamente prolongan la lactancia materna, sino que además lo hacen con más entusiasmo y menos inhibiciones que casi nadie de quienes había conocido hasta entonces», escribe esta madre y
Sin duda, amamantar o no a un hijo debe ser decisión de la madre; cada una tendrá una situación única y hará lo que considere correcto para ella y su bebé. Sin embargo, toda madre debería poder contar con el entorno adecuado para tomar una decisión libre, lejos de la pena, las miradas incomodas, las condenas hipócritas y el escrutinio público. Ninguna madre tendría porqué sentir vergüenza de hacer una de las cosas más bellas y naturales del mundo.
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DEL DICHO AL HECHO
DE CIENCIA Y OTRAS TENTACIONES
Leche materna, nada igual para bebé
La felicidad como trastorno mental
POR DINORAH AMBRIZ Para un recién nacido, la leche generada por el cuerpo materno es incomparablemente rica en nutrientes, no sólo físicos sino también emocionales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que durante los primeros seis meses de vida se alimente a los bebés exclusivamente con leche materna; de esta manera, aseguran, se evitarían más de un millón de muertes. Sin embargo, y a pesar de esto, la cifra mundial de bebés alimentados con leche materna es menos del 40 por ciento. Una alimento con poderes especiales Según la Leche League, organización internacional dedicada a promover la lactancia, la leche materna es el mejor alimento para un bebé, pues es rica en nutrientes y células vivas que benefician el desarrollo del pequeño o pequeña. «La leche humana es específica para la especie. Cada mamífero se ha adaptado para darle a las crías lo que necesitan para garantizar su supervivencia y permitir su óptimo desarrollo», explica la organización. Por su parte, la doctora Verónica Garza, jefa de Lactancia del Hospital General de México, asegura que «no hay mejor alimento que pueda tener un ser humano en esta etapa, ni hay nada que supla a la leche materna por todo lo que tiene». La leche para los humanos es rica en carbohidratos y de bajo contenido proteínico para responder a las necesidades de nuestra especie, que se caracteriza por un crecimiento y desarrollo lento, pero con altas demandas para la
formación cerebral. Además, la leche materna es rica en ácidos grasos, que permiten el óptimo desarrollo de las funciones cognitivas y el sistema nervioso central; y gracias a sus propiedades anti-infecciosas los bebés que han sido amamantados suelen enfermarse con menos frecuencia y padecen menos infecciones respiratorias o complicaciones que puedan llevar a muerte neonatal. Más aun, según algunos estudios, la protección brindada por la leche materna se extiende hasta la adultez, disminuyendo el riesgo de desarrollar enfermedades como diabetes, esclerosis múltiple, osteoporosis, enfermedades cardiovasculares, colitis y asma. La sabiduría de la naturaleza no viene en latas «Las hormonas, células vivas antibacteriales y antivirales y los ácidos grasos esenciales, son sólo algunas de las razones por las cuales la leche materna es ampliamente superior. Es realmente una sustancia única que no puede ser copiada artificialmente», asegura la Leche League, que realiza a nivel global una constante labor de información sobre la importancia de amamantar para garantizar el óptimo desarrollo del bebé. De manera general se puede asegurar que lo mejor para el bebé es ser alimentado con la leche creada naturalmente para él, y que no hacerlo conlleva riesgos de salud. De hecho, una reciente investigación dada a conocer por la asociación civil mexicana El Poder del Consumidor, asegura que actualmente el 85 por ciento de los bebés mexicanos corre el riesgo de desarrollar obesidad por haber
sido alimentados con leche en polvo durante los primeros meses de su infancia. México, un lugar hostil para la lactancia En años recientes el país ha visto una disminución constante en el porcentaje de madres que alimentan a sus hijos con leche materna. En parte esto se debe, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, a que «el medio en que se desarrolla la mujer mexicana es hostil a la lactancia», provocando que las madres no se sientan cómodas para amamantar. «La parte cultural pesa muchísimo con las madres. A la gente le cuesta mucho amamantar en público. El tema de descubrirse para alimentar a tu bebé muchas mujeres lo llevan muy mal», ha dicho en entrevista para CNN México Giovana Ríos, directora de Amaren, organización dedicada a promover la lactancia materna. Hoy en día sólo el catorce por ciento de las madres mexicanas dan exclusivamente leche materna a sus hijos durante los seis meses recomendados por la OMS, y casi el 57 por ciento de los bebés recibieron leche materna únicamente por un par de días tras su nacimiento. Es cierto que en esta situación coexisten muchos factores no mencionados, como el poco acceso de las mujeres a periodos largos de incapacidad por maternidad; pero sin duda, dos de los factores que más pesan son la desinformación al respecto y la pobre construcción que hemos hecho de espacios -físicos y simbólicosdonde las madres se sientan cómodas para amamantar en público a sus hijos.
POR DINORAH AMBRIZ La felicidad es perseguida por casi todos, con las acciones del día a día se busca sentir esa sensación de buen ánimo, alegría y plenitud; sin embargo, esta constante búsqueda bien podría indicar que se tiene un tipo de desequilibrio emocional. En el mundo hay muchas cosas que resultan difíciles de ser objeto de estudio científico, y una de ellas es la felicidad, pues ésta sólo se conoce por lo que las personas aseguran sentir. No hay una sustancia particular que se libere en la sangre ni una neurona de la vida alegre. A pesar de las dificultes de estudiar científicamente la felicidad, Richard Bentall, psicólogo británico, publicó un estudio en el Journal of Medical Ethics, en el que la clasifica como un trastorno psiquiátrico. Según Bentall, reconocido por estudiar temas como psicosis y delirios, este estado anímico
reúne las condiciones que justificarían referirse a ella como «trastorno afectivo mayor». Estadísticamente, la felicidad es un estado anímico anormal que tiene síntomas reconocibles, como tener muy buen humor, sentir más apetito y sufrir de erotomanía, término médico para referirse a los momentos en que las personas se sienten amadas por todos. Además, el sistema nervioso funciona anormalmente, la cara adquiere expresiones particulares, disminuye la capacidad de raciocinio y de percepción de control de la realidad y los individuos hacen evaluaciones irreales de sus capacidades personales. Finalmente, según este científico, profesor de psicología clínica en la Universidad de Liverpool, cuando son felices, las personas son incapaces de extraer sucesos negativos de su memoria a largo plazo y disminuye la capacidad de imparcialidad. Ciertamente es una interesante perspectiva científica que llevaría a muchos directo a un hospital de enfermedades mentales.
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«Todos merecemos experimentar el amor plenamente y con igualdad»: Ellen Page
EN FOCO
POR DINORAH AMBRIZ De distintas maneras y desde diversas procedencias, se asegura que el amor es una de las cosas más bellas, si no es que la más, que puede sucedernos en la vida. «Lo más maravilloso que aprenderás es simplemente amar y ser amado a cambio», asegura el personaje de Christian en la cinta romántica Moulin rouge. Pero al mismo tiempo que somos bombardeados con la idea de que el amor es la panacea a los problemas del mundo, también somos implícitamente encaminados a concebir ciertas formas únicas y correctas de amar. En este sentido, todos somos invitados a amar, pero sólo bajo ciertos moldes y esquemas. Ellen Page «confiesa» Hace unos días, la actriz canadiense de 26 años se declaró lesbiana en el marco de una conferencia sobre los derechos de los homosexuales en Las Vegas, organizada por la Human Rights Campaign Foundation (HRC), or-
ganización que defiende los derechos humanos de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT). «Me sostengo en su fuerza y en su apoyo de maneras que ustedes nunca sabrán. Y estoy aquí hoy porque soy gay y porque tal vez yo pueda hacer una diferencia para ayudar a otros a que tengan momentos más fáciles y con esperanza. Es lo que respecta a mí, siento una obligación personal y una responsabilidad social de hacer esto. También lo hago de una manera egoísta, porque estoy cansada de esconderme, cansada de mentir por omisión», dijo emotivamente quien se posicionó bajo los reflectores tras su interpretación en las películas Hard Candy, en el 2005, y Juno, en el 2007. La declaración de Page causó gran revuelo. Diversos medios consideraron que lo relevante de lo sucedido era que esta bella actriz había salido del clóset, rompiendo las esperanzas de muchos corazones heterosexuales; y algunos otros medios enfatizaron en que tras sus declaraciones la actriz interpretará a una lesbiana en la cinta independiente Freeheld.
Sin embargo, no puede pasarse por alto que tanto la reacción mediática como la social ante este evento ponen de manifiesto lo cuadradas e hipócritas que aún son nuestras sociedades en torno a la aceptación de diversas formas de amar. Ver la declaración de Page como una «confesión», es evidencia de lo arraigados que están los moldes para amar que se consideran correctos y normales. No se trata de salir del clóset, sino de que no lo haya «Es raro estar aquí, porque soy una actriz que representa, por lo menos en algún sentido, una industria que impone estándares aplastantes sobre nosotros. No sólo a los jóvenes, sino a todos. Son estándares de belleza, de una buena vida, de éxito. Normas que te indican cómo tienes que actuar, cómo tienes que vestir y qué tienes que ser (…) [Enfrentarse a estos estándares] es tóxico, doloroso y profundamente injusto», aseguró la actriz durante su discurso, poniendo en palabras lo
que se podría considerar la esencia del asunto. Se podría decir que una de las cosas más valiosas de lo hecho por Page fue haber colaborado, al igual que hacen más personas y organizaciones alrededor del mundo, para que no se olvide la importancia de seguir cuestionando los estereotipos acerca de la masculinidad y la feminidad que definen una forma correcta de amar y relacionarse con otras personas. A pesar de los aparentes climas de tolerancia y respeto a diversas orientaciones sexuales, la realidad es que todo aquel que sale de la norma se enfrenta a actitudes de reproche, antipatía y rechazo. «Sufrí durante años porque tenía miedo de salir del clóset. Mi espíritu sufrió, mi salud mental sufrió, y mi relación sufrió. Estoy aquí hoy, con todos ustedes, al otro lado de todo ese dolor. Soy joven, sí, pero lo que he aprendido es que el amor, con su belleza, su alegría, e incluso con su dolor mismo, es el regalo más increíble que puedes dar y recibir como un ser humano. Y todos merecemos experimentar el amor plenamente, con igualdad, sin ver-
La actriz canadiense de 26 años se declaró lesbiana en el marco de una conferencia sobre los derechos de los homosexuales en Las Vegas.
güenza y sin compromisos impuestos», compartió quien fue nominada al Oscar a la mejor actriz por su trabajo en Juno. Un mundo donde el amor no tenga moldes correctos Poco a poco, con el trabajo de organizaciones como la HRC, y las acciones individuales y llenas de valor como la de la actriz canadiense, podemos imaginar sociedades donde no haya orientaciones sexuales consideradas ‘normales’, y donde ser homosexual no sea algo que se «confiese». En la construcción de ese mundo, como fue dicho por Page durante su discurso, basta con dejar de descalificar a quienes son diferentes a la norma. «Tomarnos sólo cinco minutos en reconocer la belleza de cada uno, en lugar de atacarnos unos a otros por nuestras diferencias es realmente una manera más fácil y mejor para vivir. Por otra parte, no es fácil en absoluto. Puede ser la cosa más difícil, porque amar a otras personas comienza con amarnos y aceptarnos a nosotros mismos».