Mujer.es 06 Febrero de 2014

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S U P L E M E N T O S O B R E T E M A S D E L A M U J E R | C A M B I O D E M I C H O A C Á N | N Ú M E R O 228 | J U E V E S 6 DE FEBRERO D E 2 0 14

POR DINORAH AMBRIZ La identidad de género se ha dado en encasillar en femenina y masculina, pero cada vez más, y por encima de esto, los moldes de identidad de género se diluyen, dando paso a que mujeres y hombres cuestionen su manera de concebirse a sí mismos y de relacionarse con los demás.

Identidad de género: ¿Ni femenina ni masculina?

El embrollo de género, identidad, orientación sexual… Es común que desde pequeñas las personas se asimilen como mujeres u hombres con interés hacia otras mujeres u hombres. De cierto modo, cada uno se encasilla en cierto lugar, y no solemos cuestionarnos al respecto. Muy probablemente debido a esto resultan confusos ciertos términos como identidad de género, u orientación sexual. Diversos expertos en la materia coinciden en que el género es la condición que nos hace identificarnos como hombres o mujeres, que está definido a partir de nuestro sexo biológico, y es regulado por convenciones legales y sociales. Por otro lado, la orientación sexual de la persona se define por el deseo sexual y amoroso que siente alguien hacia personas de cierto, o ciertos, géneros. Es decir, las ya conocidas categorías de homosexual, bisexual o heterosexual. La identidad de género, por su parte, abarca sobre todo aspectos subjetivos y psicológicos; y responde a los sentimientos más profundos que tenemos hacia nuestro género y la forma en que cada quien se identifica a sí mismo. En otras palabras, se refiere a si una persona se siente más femenina o masculina, independientemente de su sexo biológico u orientación sexual; por poner un ejemplo, puede ser una mujer que gusta de hombres y tiene una identidad de género masculina. Los conceptos existentes para estudiar y conformar distintos aspectos de nuestra identidad pueden resultar embrollosos o confusos, pero es que la sexualidad humana lo es. En la actualidad, esto parece convertirse en algo aún más complejo, pues cada vez más parece haber una constante difuminación de los bordes de estos términos. La identidad de género deja de ser sólo masculina o femenina, y hay quienes se cuestionan sobre la

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DESCÚBRETE POR DINORAH AMBRIZ La resequedad vaginal puede ser la diferencia entre lograr que una relación sexual sea, o no, satisfactoria. Las mujeres que lo padecen suelen sentirse mal por creer que sólo les sucede a ellas, sin embargo, esta situación es mucho más común de lo que suele creerse. La falta de lubricación vaginal afecta al 50 por ciento de la población femenina, sobre todo aquella que se encuentra entre los 40 y 50 años; pero también hay un amplio porcentaje de casos en mujeres jóvenes. Por lo general, este padecimiento se debe a que el cuerpo se encuentra sometido a una menor cantidad de estrógenos; la caída

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Evita la resequedad vaginal

de esta sustancia sucede sobre todo durante ciertos momentos de la vida de una mujer, como: menopausia, etapa de posparto, lactancia, depresión, estrés, infecciones vaginales, o al padecer irregularidades en el ciclo menstrual. La resequedad vaginal puede llegar a ser muy incómoda, pues está acompañada de comezón, irritación, inflamación y problemas para alcanzar un orgasmo durante la relación sexual. Por supuesto, esto también puede provocar un distanciamiento en la vida íntima de la pareja, pues las mujeres ven disminuido su apetito por las relaciones sexuales al convertirse en algo más incómodo que placentero. Hay distintas maneras de evitar la resequedad vaginal. De en-

trada es importante disminuir los periodos de estrés o ansiedad, lo que se puede lograr manteniendo hábitos de relajación, como meditación diaria o práctica de yoga. También es importante dialogar con la pareja para que se comprenda la importancia que tiene una buena lubricación y estimulación sexual por el tiempo que cada mujer lo necesite. Como parte de los hábitos cotidianos, es necesario evitar jabones perfumados, así como lociones, perfumes, y duchas vaginales; usar lubricantes y cremas vaginales a base de agua para disminuir lesiones vaginales; y, por evidente que parezca, beber dos litros de agua, pues los fluidos vaginales están hechos a base de ella.

Suplemento Mujer.es de Cambio de Michoacán. Director: Vicente Godínez Zapién. Coordinador: Arved Alcántara Betancourt Editora: Dinorah Ambriz Contacto: suplementomujer.es@gmail.

Identidad de género: ¿Ni femenina ni masculina? VIENE DE LA PORTADA

posibilidad de no responder a ninguna de estas o a ambas al mismo tiempo. Una parte del abanico: la masculinidad femenina Hace algunos años se tradujo al español el libro Female masculinity (Masculinidad femenina), de la autora Judith Halberstam, académica y activista estadounidense que ha trabajado ampliamente sobre género y teoría queer. La autora se alegró de la traducción, pues asegura que el tema es de gran pertinencia para los países de habla hispana, donde la masculinidad femenina es algo que se vive día a día. «Hay muchas palabras en castellano para referirse a las mujeres masculinas, como «marimacha», «macha», «manflora», «bucha», «papi» y «bombero/a», «camionera», «chicazo» (…) Términos como «marimacha» o «macha» captan perfectamente la idea de la fusión de una conducta masculina con un cuerpo de mujer». Para Judith Halberstam la masculinidad femenina es sólo una de las diferentes expresiones de diversidad de género; y que permite a las mujeres concebir un modo específico de vivir su identidad de género que se vaya más allá

de la etiqueta de «lesbiana». «La masculinidad no debe y no puede ser reducida al cuerpo del hombre y a sus efectos. Incluso me atrevería a afirmar que, a pesar de que parece que nos cuesta mucho definir la masculinidad, socialmente tenemos pocos problemas en reconocerla», dice la autora en el primer capítulo de su libro, donde inicia su propuesta teórica para conceptualizar la masculinidad en las mujeres. La riqueza de la diversidad sexual será difícilmente abarcada en su totalidad por las conceptualizaciones teóricas; sin embargo, éstas son ejes que permiten reflexionar sobre las diferentes maneras de vivir la identidad de género. «Como consecuencia de la publicación de mi libro visité Taiwán, Japón, Hawai, Europa Oriental y Australia, y entonces vi que el término, a pesar de lo impreciso que resulta en mi libro, puede encontrarse en otros contextos culturales (...) La «masculinidad femenina» no puede explicar o categorizar a las T de Taiwán, las onabe de Tokyo o la «marimacha» de América Latina, pero puede servir de categoría paraguas para describir una gran variedad de prácticas de cruce de géneros», dice la autora sobre las distintas maneras de vivir una identidad de género similar pero influenciada por diferentes culturas.

Cambiando las clasificaciones La manera en que las instituciones sociales viven las identidades de género también está siendo modificada. Por ejemplo, en muchos países, México incluido, la transexualidad ha sido considerada una patología denominada «Trastorno de la identidad de género». La transexualidad, entendida como aquella situación en la que las personas se someten a procedimientos médicos para empatar su identidad de género con la de su sexo biológico, ha sido hasta hoy considerada una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, durante el año pasado hubo iniciativa para modificar el catalogo donde se establece lo que la Organización considera como enfermedades, esto es, el capítulo de trastornos sexuales de la clasificación internacional de enfermedades y problemas relacionados con la salud. El proyecto sigue en discusión y se espera que vea la luz pública durante el siguiente año, según explicó en su momento el sexólogo mexicano Iván Arango de Montis, quien trabaja en el Instituto Nacional de Psiquiatría y quien ha estado involucrado en el proyecto. Del mismo modo se encuentran

a discusión las prácticas sexuales que hoy en día son consideradas patologías, como el travestismo o el sadomasoquismo. Tanto en este tema, como en el de identidades de género, la discusión se encuentra abierta a no especialistas, y cualquier persona puede aportar al debate en el sitio web «www.globalclinicalpractice.net».

Sin duda, el tema es amplio y complejo. Pero el primer paso será el de una mayor visibilización y un debate que ponga sobre la mesa el cuestionamiento de la feminidad y masculinidad como únicas identidades de género, y abra la posibilidad de aceptar identidades con bordes difusos y entremezclados.


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DEL DICHO AL HECHO

DE CIENCIA Y OTRAS TENTACIONES

La orientación sexual POR DINORAH AMBRIZ Enmarcada por la apertura a diversas maneras de entender la identidad de género, surge una nueva vía de orientación que no suele ser ni siquiera pensada como posibilidad: la de ser individuos sin ningún tipo de impulso sexual. Las personas con esta preferencia se catalogan ahora dentro de la Generación Ameba, y muy probablemente la imagen que venga a la mente de muchas personas sea la del personaje Sheldon Cooper, de la serie televisiva estadounidense The Big Bang Theory. La asexualidad Algunos expertos afirman que la población mundial asexual oscila entre el uno y el tres por ciento, pero según un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México, esta cifra puede aumentar hasta el cinco por ciento. Las personas asexuales no sienten ningún tipo de deseo sexual y, de manera natural, no les interesa compartir su sexualidad con otras personas. Al ser algo que responde a un impulso de su cuerpo, la asexualidad no les genera sufrimiento ni traumas. Hay quienes dentro de la Generación Ameba sí sienten nece-

sidades sensuales o románticas, y en las relaciones que establecen existe un intercambio de expresiones de afecto a través de abrazos, caricias o besos, pero a pesar de esto, sigue ausente su deseo de tener sexo con la pareja. Labor de visibilización Es casi seguro que no es un fenómeno nuevo, pero ha sido en parte gracias a Internet que los casos son más visibles pues, por un lado, permiten a estas personas expresar y afirmar su modo de vivir como una opción más, y por el otro, les permite entrar en contacto con quienes también comparten este modo de vida. Alrededor del mundo ha habido distintas iniciativas para dar soporte a las personas con esta orientación. Entendiendo la asexualidad es un proyecto convertido en libro que nació a partir de una investigación sobre el tema en el Reino Unido, y que fue escrito en 2004 por el inglés Anthony Bogaert. Una de las organizaciones con más grandes presencia es AVEN, cuyas siglas en inglés significan Visibilidad de la Asexualidad y Red de Educación, fundada en 2001 por David Jay, quien ha buscado que otras personas como él tengan una mayor visibilidad. En la página de Internet de esta red hay inscritas más de 60 mil personas esparcidas alre-

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A comer tofu

dedor del mundo. Sobre la asexualidad, David Jay ha afirmado: «Ser asexual es como ser un ateo en la Biblia. A la gente le cuesta trabajo admitir la idea de que exista ausencia de deseo sexual. Yo no me callo, puedo hablar de sexo con mis amigos, pero el acto sexual no me interesa». Asexual Awareness Week es otra organización que se dedica a organizar durante el mes de octubre eventos en distintas capitales del mundo, los cuales duran una semana y buscan la concientización sobre la asexualidad. Hetero… romántico En lugar de bisexual, heterosexual y homosexual, por ser estas las tres orientaciones sexuales más convencionalizadas, las personas asexuales se definen según su orientación romántica como birrománticas, heterrománticas, homorrománticas o arrománticas, para aquellos que incluso no sienten necesidad de un vínculo afectivo. Y como encontrar pareja no debe ser asunto sencillo, estas comunidades también cuentan con sus sitios de Internet para conocer personas, como Asexualpals.com o Platonicpartners.co.uk. Sin duda, el fenómeno de la asexualidad comienza a visibilizarse cada vez más, evidenciando las muchas caras de la diversidad en gustos, orientaciones y deseos.

POR DINORAH AMBRIZ Este alimento típico de la comida oriental lleva algún tiempo de moda, y si aún dudas de lo apetecible que puede llegar a ser, tal vez te convenzas de consumirlo al saber los beneficios que aporta al cuerpo. El tofu es un alimento rico en proteínas de alta calidad pues contiene los diez tipos de aminoácidos que necesita el cuerpo, también es rico en fibra, hidratos, vitamina E y tiene un sabor noble que permite incluirlo en distintos platillos. Desde antes de que saltara a la fama, este alimento ya se había convertido en una parte de la dieta básica de las personas que siguen una alimentación vegetariana por las propiedades ya mencionadas, así como por sus altos aportes de calcio, lecitina, minerales, isoflavonas, su ausencia de conservadores y hormonas y sus propiedades antioxidantes. En otras palabras, el tofu es un comestible que resulta más suave para la digestión, sobre todo en comparación con los alimentos que contienen proteínas de origen animal. Por sus distintas propiedades, casi todos los nutriólogos coinciden en que el tofu es un alimento altamente recomendable por sus valores nutricionales, independientemente del tipo de

alimentación que se lleve. Uno de los debates más encarnizados en torno a este alimento fue desencadenado por quienes aseguran que es el sustituto ideal de la carne. Los expertos aseguran que aunque sí es un alimento rico en propiedades, se debe tener cuidado para no cometer una irresponsabilidad respecto a nuestra alimentación. Es cierto que el tofu tiene los diez tipos de aminoácidos que necesita el cuerpo, pero también es verdad que los tiene en menor cantidad que las proteínas de origen animal. Es por eso que antes de sustituir la carne, es importante acudir a un experto para encontrar las combinaciones de alimentos que en conjunto crean proteínas de alta calidad. De cualquier modo resulta importante ser conscientes de lo que consumimos para evitar dañar nuestro organismo. En este caso se corre el riesgo de dar menos aminoácidos al cuerpo, pero también existe el riesgo contrario, es decir, el de comer carne indiscriminadamente y dar a nuestro organismo una cantidad de proteínas muy superior a la necesaria. Sin duda este alimento, que no es más que leche de soya cuajada, tiene importantes propiedades y desde tiempos antiguos ha sido altamente valorado por su riqueza. La única desventaja que parece encontrarse en él radica en la calidad de las cosechas de soya en la actualidad, pues lamentablemente la mayoría es de cultivos transgénicos.


EN FOCO POR DINORAH AMBRIZ Un masaje puede ser la mejor manera de terminar un día cansado y estresante, más si lo hace una persona en la que tienes confianza o con la que compartes sentimientos afectivos. Sin embargo, los beneficios del masaje no se limitan a dar un momento de relajación, sino que van más allá al ser una buena terapia para mantener el cuerpo con bienestar y tratar algunas enfermedades. Masoterapia, no completamente entendida Se dice que la masoterapia, es decir las técnicas de masaje con fines terapéuticos, es la terapia de sanación más antigua, y en la actualidad es cada vez más respetada por distintos sectores de la comunidad científica. A pesar de esto, sigue habiendo un amplio escepticismo sobre la forma en que los masajes funcionan; sin embargo, ya se cuestionaba Wilfred Trotter, británico pionero en la neurocirugía, si uno tenía que rechazar la cena únicamente porque no comprendía cómo funcionaba el proceso de digestión. La eficacia del masaje reside en que permite hacer contacto con los más de cinco millones de receptores que tenemos en nues-

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Masajes para estar bien tra piel; estos receptores son los encargados de enviar impulsos nerviosos al cerebro a través de la medula espinal y esta información es capaz de inducir modificaciones en el cuerpo y mente. La larga historia de los masajes

rar enfermedades. Hoy en día, el interés por la terapia de contacto se ve fortalecido por el trabajo de institutos dedicados a la investigación, como el del «TRI» -Instituto de la Investigación del Tacto-, establecido en la ciudad de Miami en 1982.

vioso central alcanzando distintas zonas en médula espinal, hemisferios y corteza cerebrales, y provocando entonces cambios funcionales en el organismo», explica el investigador en su estudio Bases científicas del masaje como terapia. Beneficios al por mayor

Hace más de tres mil años ya se consideraba que los masajes curaban enfermedades. El primer escrito que aborda la masoterapia se encontró en China, pero también se sabe que se desarrollaron distintas técnicas en lugares como India, Egipto, Grecia y varios países árabes. Fue durante la Edad Media cuando la práctica de los masajes decayó y comenzó a hacerse en la ilegalidad. Algunos expertos coinciden en que fueron prohibidos por la Iglesia por considerarlos un acto que promovía el erotismo y el acto carnal. Los masajes comenzaron a retomar su importancia durante el Renacimiento, y para mediados del siglo XIX ya había una gran cantidad de estudios y publicaciones científicas sobre los beneficios de ellos. De hecho, hasta antes de la década de los 40, cuando la industria farmacéutica tuvo un mayor auge, los masajes eran la principal terapia médica para cu-

¿Qué nos hace un masaje? Según un estudio realizado por el kinesiólogo argentino Jonatán Florit, se puede decir que los beneficios de los masajes están en dos etapas: la primera es el efecto físico y relajante que tiene sobar y ‘amasar’ la piel y músculos; la segunda consiste en la estimulación de nuestras «neuronas espejo», encargadas de permitirnos comprender lo que nos rodea, así como las acciones de los demás. Estas neuronas se activan cuando son excitados ciertos receptores del cuerpo ubicados en distintas zonas. Los receptores que están en la piel son conocidos medicamente como exteroceptores; los ubicados en músculos, tendones y ligamentos, son llamados propioceptores; y también están los que se encuentran en las paredes de los vasos sanguíneos. «Por las vías sensitivas los impulsos pasan al sistema ner-

A través de distintas investigaciones se ha demostrado que los masajes impactan todos los sistemas de nuestro cuerpo de manera positiva; y una de las virtudes de esta terapia es que no se busca que el masaje cure enfermedades, sino que estimule los mecanismos naturales de curación del propio cuerpo. «El masaje acelera la sanidad, como la mayoría de las terapias realmente eficaces y eficientes», explica el investigador argentino. En la piel, los masajes provocan una vasodilatación que se manifiesta en un aumento de la temperatura corporal, lo que ablanda tejidos y los dota de mayor elasticidad, previniendo desarrollo de afectaciones de la piel como estrías. La circulación sanguínea mejora, hay una mayor oxigenación en el cuerpo y los desechos celulares se eliminan más fácilmente; como consecuencia de esto, hay una mayor relajación corpo-

ral, el ritmo cardiaco se regula, la presión sanguínea se estabiliza, y se da una mayor producción de glóbulos rojos y blancos. A nivel muscular, el investigador argentino explica que hay una mayor liberación de histamina, que se traduce en una mayor velocidad de recuperación de la fatiga y una mejora general del estado funcional de los músculos. Entre algunos otros beneficios de los masajes están: mayor absorción de calcio en los huesos, aumento de la capacidad del cuerpo para absorber nutrientes, mejora de las habilidades cognitivas y de aprendizaje al provocar un incremento de conexiones neuronales -sinapsis-, y disminución de la sustancia cortisol -hormona del estrés-. Del mismo modo los efectos terapéuticos de la masoterapia son amplios. Por mencionar algunos están: reducción de sintomatología en pacientes con Alzheimer y artritis; mejora del control del asma; reducción del prurito en pacientes con dermatitis; disminución de afectaciones dentales; y retraso del progreso de la esclerosis múltiple. Sin duda los beneficios de un masaje terapéutico son amplios, y qué mejor que mantener al cuerpo en estado saludable al mismo tiempo que se recibe un masaje placentero y relajante.


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