S U P L E M E N T O S O B R E T E M A S D E L A M U J E R | C A M B I O D E M I C H O A C Á N | N Ú M E R O 220 | J U E V E S 19 DE DICIEMBRE D E 2 0 13
Yoga, fortaleciendo cuerpo y ánimo POR DINORAH AMBRIZ El yoga comenzó a popularizarse en este lado del mundo gracias a algunas celebridades y modelos interesadas en incursionar en prácticas orientales que aquí aparecen rodeadas de un halo de misticismo. Desde entonces, el yoga tiene cada vez más adeptos, y aunque por un lado hay quienes lo practican sólo porque ‘está de moda’ y ayuda a lucir bien en leggins; también es cierto que, más allá de las apariencias, para muchas personas el yoga es una disciplina en
donde encuentran no sólo varios beneficios físicos sino también emocionales y espirituales. «Creo que cada quien encuentra algo que te hace sentir bien, y para mí eso ha sido el yoga. Me siento mucho más orgullosa y confiada en mi cuerpo que antes. También me siento más relajada, aunque a veces sólo practique 20 minutos en casa. Las personas piensan que el yoga es una especie de pérdida de tiempo, yo también creía que era como pasársela acostada en el tapete, pero la verdad es que sí es demandante. A mí me ha hecho mucho más fuer-
te, tanto en mi cuerpo, como adentro de mí; me da serenidad», comenta Camila, quien ha practicado yoga por poco más de un año. Disciplina milenaria que se adapta a tiempos modernos No se puede determinar con exactitud desde cuándo existe esta disciplina, pero se suele situar su origen hace más de cinco mil años, y se dice que fue un conocimiento revelado por la divinidad a los ascetas de una región de India. El yoga tradicional tiene sus fundamentos en escrituras sagra-
das y en diversa literatura de la época; en general se concibe como un camino dirigido al crecimiento espiritual. Hoy en día, y como resultado de ser un conocimiento en permanente evolución, hay numerosas escuelas, corrientes e interpretaciones del yoga. Hoy en día, el yoga más difundido y conocido es el hatha yoga, que es donde se hacen las posturas o asanas; pero esta disciplina también puede considerar otros aspectos, como el control de la mente a través de la meditación, el estudio intelectual de los textos, la práctica de rituales, o el cultivo
de las acciones positivas -la no violencia, verdad de palabra, el contento, la austeridad, etcétera-. Se podría decir que, sin importar la interpretación de la literatura yóguica, su práctica siempre tiene un componente espiritual. El trabajo con el cuerpo es una etapa base o vehículo que externaliza el trabajo interno con la mente y el espíritu. La disciplina considera que la realidad en la que vivimos es ilusoria, y que nuestro apego a esta
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