S U P L E M E N T O S O B R E T E M A S D E L A M U J E R | C A M B I O D E M I C H O A C Á N | N Ú M E R O 211 | J U E V E S 17 DE OCTUBRE D E 2 0 13
La moda del cáncer de mama POR DINORAH AMBRIZ El tema del cáncer de mama se ha colado por todos lados, lo encontramos en los moños rosa en las solapas de los presentadores de noticias en la televisión, en los espectaculares y publicidad que inunda las calles, en los partidos de futbol con los tenis y balones rosa y hasta en las instalaciones de barandillas de nuestra ciudad. Sin duda que esto pone en la mira de muchas mujeres la importancia de prevenir la enfermedad, pero también hay quienes consideran que la moda del cáncer de mama se ha encauzado a fines poco productivos para una lucha
real contra la enfermedad. El impacto de las cintas rosas Conforme se acerca el 19 de octubre, Día Mundial de Lucha contra el Cáncer de Mama, aparecen más cintas rosa por todos lados; sin embargo, parece que la abundancia de ellas no ha sido suficiente para provocar una disminución considerable de los índices de mortalidad debidos al cáncer de mama. En México hay alrededor de diez muertes diarias provocadas por esta enfermedad que se ha posicionado como la segunda causa de muerte en las mujeres
mayores de 25 años. «Sí creo que se habla mucho del cáncer de mamá, esto es bueno porque aún hay mucha gente que lo padece, pero la verdad, creo que no ha tenido mucha influencia en mí; normalmente me exploro pero no se debe a que el tema esté presente por todos lados, sino a que he hecho un esfuerzo de mi parte por ser consciente de la importancia de la autoexploración», comparte Liliana, estudiante de Teatro. Susana, por su parte, asegura que el hecho de que se hable del cáncer de mama sí ha tenido impacto en ella: «Normalmente yo no pienso en la posibilidad de tener ese tipo de enfermedades,
pero cuando veo anuncios en la calle o lo veo en la televisión, me recuerda que debo checarme y que debo estar más al pendiente de mi salud». La industria del cáncer de mama En el mercado hay numerosos productos que apoyan la lucha contra el cáncer de mama, la mayoría de las marcas participantes donan el cinco o diez por ciento de la venta a fundaciones como Fucam y Cimab; pero también hay las que, en la compra de ciertos productos, donan el 100 por ciento de las ventas, como Clinique, Estée Lauder y Kipling.
A pesar de que la involucración de las marcas en la lucha contra el cáncer de mama es algo que se considera positivo, también hay quienes aseguran que esto sólo es un reflejo de la comercialización que se ha hecho de la enfermedad. «El cáncer de mama ha sido transformado en una industria movida por las fuerzas del mercado. Se ha convertido más en un asunto de hacer dinero para los patrocinadores corporativos que en financiar formas innovadoras de tratar el cáncer de mama», ha
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