S U P L E M E N T O S O B R E T E M A S D E L A M U J E R | C A M B I O D E M I C H O A C Á N | N Ú M E R O 308 | JUEVES 8 DE OCTUBRE D E 2 0 15
¿Tramposas, las campañas contra el cáncer de mama? POR DINORAH AMBRIZ Desde hace 30 años y propuesto por una empresa farmacéutica, octubre se ha posicionado internacionalmente como el mes de concientización sobre el cáncer de mama; sin embargo, a pesar de los esfuerzos de compañías y gobiernos, continúa no sólo habiendo amplio desconocimiento sobre las causas y variaciones de la enfermedad, sino que el riesgo para las mujeres de desarrollar este tipo de cáncer aumenta en lugar de disminuir cada año.
La razón, indican movimientos críticos a la llamada cultura de prevención contra el cáncer de mama –también conocida como cultura de la cinta rosa-, modelo de combate predominante a la enfermedad, se encuentra en el hecho de que este tipo de cáncer se ha usado como estrategia de venta y lavado de imagen para grandes compañías, donde lo que prevalece son intereses económicos. Los esfuerzos para combatir la enfermedad, afirman, en lugar de ser canalizados a la compra de productos rosas, uso del fa-
moso lazo rosa o iluminación de monumentos, como se hará en la ciudad de Morelia según lo anunciara en días pasados el nuevo gobernador del estado, darían mejores resultados dirigidos a la exigencia de una regulación estricta de los componentes ambientales, en su mayoría químicos tóxicos catalogados como cancerígenos. Cáncer de mama, el pretexto A nivel global, las mujeres con riesgo de desarrollar cáncer de
mama en 1940 eran una de cada 22; desde entonces el riesgo se mantiene en aumento y a la fecha, según datos de la OMS, afecta a una de cada ocho mujeres. El padecimiento ya es la primera causa de muerte por cáncer con más de 500 mil mujeres fallecidas cada año en el mundo y en México, de acuerdo con la Dirección General de Información de Salud en el país, la cifra de víctimas se ha mantenido en aumento desde el 2000. La razón por la que no hay verdaderos avances en el combate es que el cáncer de mama es
sólo un pretexto para el cuidado de intereses económicos de diversos sectores, indica Breast Cancer Action (BCA), organización no gubernamental que señala como erróneo que durante el mes de octubre solo se haga énfasis en el reconocimiento de los síntomas, detección temprana y el tratamiento pero no se ponga atención en erradicar las causas de raíz para la enfermedad ni en garantizar un acceso equitativo a servicios de salud. PASA A LA SIGUIENTE PÁGINA
Jueves 8 de octubre de 2015
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Madrugar puede causar daños emocionales y físicos DESCÚBRETE
POR DINORAH AMBRIZ Empezar las clases o las jornadas laborales a temprana hora puede ser perjudicial la salud, indican científicos. Los horarios impuestos por la sociedad no van acordes con el reloj biológico humano que cambia según la edad de las personas, indica Paul Kelley, investigador de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario de Oxford. El investigador indica que un horario benéfico para que los estudiantes inicien sus clases ronda las 10:00 u 11:00 de la mañana y no a las 09:00, como es habitual en Reino Unido. «A la edad de diez años los niños se levantan y
van a la escuela de 9:00 a 05:00 de la tarde y cuando una persona tiene unos 55 años tiene el mismo horario, pero entre ambas edades hay una gran cantidad de diferencias biológicas y los jóvenes tendrían que empezar su día tres horas más tarde, es completamente natural», señala. En la misma situación se encuentran la mayoría de empleados adultos e indica que «hasta que la persona no se acerque a su madurez, tampoco debería de estar sometida a la esclavitud del despertador». El investigador indica que los horarios impuestos pueden causar daños emocionales y físicos: «No puedes aprender a levantarte a una hora determinada. El
cuerpo está en sintonía con la luz solar y no eres consciente de ello, ya que informa al hipotálamo, no la vista». En suma, el neurocientífico señala que la mayor parte de la población está perdiendo horas de sueño, lo cual es perjudicial para la salud, y la falta de sueño podría ser tan dañina para el cerebro como el consumo de alcohol. «Deberíamos empezar a prestar atención a este tema de la misma manera que se ha hecho con el consumo de tabaco y tomarnos en serio la falta de sueño (…) Hacer caso omiso de los ritmos circadianos naturales podría provocar agotamiento, frustración, ansiedad, aumento de peso o hipertensión».
Suplemento Mujer.es de Cambio de Michoacán. Director: Vicente Godínez Zapién. Coordinador: Arved Alcántara Betancourt Editora: Dinorah Ambriz Contacto: suplementomujer.es@gmail.
VIENE DE LA PORTADA
La organización señala como avance el hecho de que el padecimiento sea curable en nueve de cada diez casos cuando se detecta a tiempo, pero afirman que se debería apostar a la disminución de casos en lugar de la mediatización de las llamadas sobrevivientes, venta de productos y lavado de imagen. «El cáncer de mama ha sido transformado en una industria movida por las fuerzas del mercado. Se ha convertido más en un asunto de hacer dinero para los patrocinadores corporativos que en financiar formas innovadoras de tratar el cáncer de mama», sostiene la doctora estadounidense Samantha King, cuyo libro Pink ribbons, Inc, llevado a la pantalla grande, ha sido punto de partida para movimientos que reclaman que el cáncer de mama se haya convertido en una industria de mercadotecnia de supervivencia. Hoy día, empresas trasnacionales con sedes en la mayoría de países llevan a cabo campañas publicitarias de lazo rosa al mismo tiempo que utilizan sustancias cancerígenas en la fabricación de sus productos. Además, sólo «un porcentaje minúsculo de estos fondos es dedicado a la prevención y a la investigación sobre los posibles factores medioambientales del cáncer del pecho», se señala en el documental. BCA afirma que las campañas rosas apoyan, por un lado, la detección temprana pero, por el otro,
¿Tramposas, las campañas contra el cáncer de mama?
La Federación Mexicana de Futbol y la Liga MX junto con sus patrocinadores son algunas de las compañías que aprovechan el llamado mes rosa para promoverse como responsables socialmente. se oponen al desarrollo de políticas de salud pública dirigidas a disminuir los casos, por ejemplo legislaciones ambientales más estrictas. «No hay manera de hacer dinero de los casos de cáncer de mama que no suceden, mientras que un sistema de imágenes de
mamografía que encuentra más cánceres posibles, o una ‘bala mágica’ que mata el cáncer confirmado, son altamente rentables», afirman. La contaminación, un factor de riesgo
Hay indicios de que la contaminación es una causa significativa del desarrollo de cáncer de mama a través de pesticidas, plásticos y la toxicidad de las aguas subterráneas, indica Rachel MorelloFrosch, presidenta de BCA, quien también señala que la lucha contra el cáncer de mama es para las industrias una forma de comprar la buena voluntad del público sin cambiar los procesos de producción dañinos. «Nos estamos dando cuenta de que la genética, el estilo de vida, el peso, beber y todo ese tipo de cosas puede explicar, en el mejor de los casos cerca del 20 por ciento de los casos de cáncer», e indica que a pesar de la baja relación de estas causas, se les ha dedicado la investigación por décadas y no al efecto de las toneladas de contaminantes químicos en el ambiente, señalados como potenciales desencadenantes de la enfermedad. «Ha sido demostrado que hay una abundancia de químicos en el medio ambiente que actúan como cancerígenos mamarios, entre ellos los cientos de disruptores endocrinos que hay en los productos para el hogar»; señala que se ha encontrado afectación por los químicos incluso entre personas que se esfuerzan
por mantener un estilo de vida libre de productos tóxicos: «Cuando haces el biomonitoreo, ellos muestran exposición a los químicos. Nuestra habilidad personal para controlar la exposición es limitada». En lugar de seguirles el juego, afirma, debe ser exigido el aumento de investigaciones sobre la contaminación como una causa de cáncer de mama y en la regulación de los químicos tóxicos. En este sentido, el movimiento mantiene diversas campañas, entre ellas no apoyar la compra de productos rosa, pedir transparencia a las empresas que hacen recaudación de fondos para el cáncer de mama y rechazar el financiamiento económico de cualquier empresa que pueda tener conflicto de intereses, como las farmacéuticas y las empresas dedicadas al desarrollo de equipo para visualizar tumores en 3D.
n PARA SABER «Ha sido demostrado que hay una abundancia de químicos en el medio ambiente que actúan como cancerígenos mamarios».
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DEL DICHO AL HECHO
EN REFLECTORES
El mes rosa sí ayuda, afirman morelianas
Las sustancias cancerígenas que nos untamos diario
POR DINORAH AMBRIZ El mes de octubre, con sus lazos rosas en las solapas de diversos funcionarios, iluminaciones del mismo color en monumentos y pasillos en los supermercados que exhiben productos de todo tipo en esta versión tonal, sirve para sacar a los oídos públicos el tema del cáncer de mama y la importancia de la prevención. Así lo afirman habitantes de la ciudad, quienes señalan como positiva la difusión del tema, independientemente de que ésta se encuentre o no acompañada de otro tipo de esfuerzos para disminuir el índice del cáncer de mama. Para Itzel Mezano, médica residente de Medicina Familiar de 27 años, afirma que el movimiento de sensibilización sobre el cáncer de mama, cuyo principal símbolo es el lazo rosa, ayuda a que «al final de cuentas las mujeres sí hagan un poquito más de conciencia y hay más apoyos en cuanto a la detección». Indica que la difusión también ayuda a sensibilizar a los médicos para «ponerles un poquito más de atención a las pacientes que están en riesgo de padecer la enfermedad». Itzel reconoce que «sí hay compañías que a lo mejor lo tomen de pretexto para generar ganancias, pero eso ya es otro tema». Las campañas de información, afirma, deben seguir y fortalecerse pues desde su experiencia como médica sabe que «algunas personas todavía no creen que el cáncer de mama tenga tan alta incidencia». Miriam Jacuinde, de 39 años y quien es administrativa en el IMSS, señala la importancia del entorno y hábitos de vida actuales para que los casos de cáncer de mama sigan en aumento: «Creo que básicamente es la alimentación, actualmente no sólo el cáncer de mama está en aumento, sino muchos otros tipos», y afirma como preocupantes hábitos de vida sedentarios. Para Miriam, quien sí hace autochequeos «porque sé que si lo detectan a tiempo sí pueden salvar tu vida», afirma que dedicar todo un mes al cáncer de mama es importante porque «lo que sí ayuda es a que las mujeres se concienticen y por lo menos escuchan sobre el tema, porque muchas ni siquiera se hacen la detección o les da miedo hacerse la mastografía después de
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De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Érika Corina, Miriam Jacuinde, Jaqueline Centeno y Paulina López los 40 años». «Creo que está bien que las personas apoyen porque es una buena causa, aunque sea una acción muy pequeña», señala Paulina López, estudiante de 16 años, para quien el tema de la prevención de esta enfermedad aún no es una prioridad pues «realmente no tengo mucha información acerca del tema». Sobre el hecho de que las empresas vendan productos rosas para combatir el cáncer de mama que están hechos con sustancias cancerígenas, afirma que «ellos sacan sus productos a la venta y ya es responsabilidad de quien lo quiera consumir». En la misma posición se encuentra Érika Corina, psicóloga de 26 años en el IMSS, quien señala cuidar su salud y hacerse autochequeos periódicos por
convicción personal y no tanto por las campañas del lazo rosa, afirma que «así como hay personas que sí nos informamos y que sí sabemos, hay muchas que no. La forma en que les llega la información es por la tele o los productos, por eso creo que por ese lado es rescatable que las empresas y políticos le entren. Tal vez con los productos les entre la curiosidad y pueda llegar hasta salvar su vida». Jaqueline Centeno, ama de casa de 50 años, reconoce que «es favorable lo que hasta el momento se ha dado pero no estaría de más incrementar el apoyo a la lucha contra el cáncer de mama»; en su caso, comparte, se le ha dificultado la prevención en tanto está desempleada y no tiene acceso al seguro social.
La rutina de belleza promedio de una mujer implica la exposición a diversos químicos cancerígenos, pues gran parte de los cosméticos y productos de higiene disponibles en el mercado tienen entre sus compuestos sustancias tóxicas que pueden producir desde una migraña hasta diversos tipos de cáncer. A pesar de su toxicidad, estas sustancias están permitidas con el argumento de que cada porción tiene «dosis seguras», sin embargo, voces como la de Phillip Harvey, editor del Journal of Applied Toxicology, afirman que es urgente restringir su uso en tanto están directamente relacionados al aumento de incidencia en cáncer de mama. El lauril sulfato de sodio es una de las sustancias más comunes en productos como champú y jabones, al ser un agente limpiador que genera espuma y burbujas, y ha de ser también una de las sustancias a identificar en las etiquetas de los productos para evitar su compra, pues estudios lo han relacionado a casos de cáncer. El triclosán, utilizado principalmente en desodorantes, antitranspirantes, limpiadores, antibacteriales y desinfectantes de manos, se ha relacionado a alteración en las funciones hormonales. Los formaldehídos y parabenos, usados como conservadores en cosméticos, son tóxicos y se
han reconocido como carcinógenos; es común que un solo cosmético contenga entre tres y cuatro diferentes tipos de parabenos, los cuales han sido catalogados por las autoridades sanitarias europeas como sustancias de baja toxicidad y que tomaron los reflectores luego que un estudio realizado en Inglaterra en el 2004 encontrara que el 90 por ciento de las biopsias realizadas en mujeres afectadas por cáncer de mama tenían restos de parabenos. Entre otras sustancias cancerígenas comunes en los productos de belleza están los compuestos de polietilenglicol, que pueden interferir en el desarrollo físico y dañar el sistema nervioso. La pfenilendiamina, alquitranes de carbón usados en tintes para el cabello que aparece en las etiquetas como colores «CI», ya ha sido demostrada como cancerígena, y la dietanolamina, usada para hacer más cremosos los productos, como tóxica para los sistemas inmunitario y nervioso. Por su parte, los ftalatos, usados principalmente en productos para uñas y en perfumes, no son cancerígenos por sí solos pero sí pueden aumentar la capacidad de otros químicos de causar mutaciones genéticas e interferir con la función de las hormonas causando problemas reproductivos y de desarrollo. A los componentes ya conocidos como cancerígenos, pero que al menos están señalados en las etiquetas, se suman casos como la mayoría de los perfumes, cuyas fórmulas al ser consideradas un secreto comercial, permanecen en el desconocimiento de sus consumidores.
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EN FOCO
Testimonios de lideresas del 68
POR MESA DE REDACCIÓN Mujeres sobrevivientes, líderes femeninas del Comité de 1968, coinciden en que a 47 años de la masacre en Tlatelolco, aún se mantienen la saña y la represión por parte del Estado contra la juventud. Sus testimonios ayudan a mantener vivo el recuerdo en la memoria colectiva y la indignación ante la autoridad que hoy, como en 1968, arremete contra la integridad de sus ciudadanos. «Como mujer siempre fue más difícil participar» Del 68, dice Luz María Aguilar Térres, antropóloga, activista preparatoriana del 68 y guerrillera en los años 70, surgieron nuevas mujeres políticas que actualmente ocupan puestos de representación popular, dirigen organizaciones civiles o que –como ella– se integraron a las guerrillas urbanas, al considerar que en el país no había cauces legales para protestar y cambiar al sistema, además de que las libertades democráticas estaban clausuradas «en ese gobierno tan cerrado, prepotente y tan injusto». No obstante, advierte que también hubo ganancias: «(El movimiento) vino a conseguir que la sociedad tuviera más conocimientos, fuera más participativa y estuviera más atenta a sus gobiernos». Por su parte, Adriana Corona Vargas, quien fue integrante del CNH y ahora profesora de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), cuenta que ella fue elegida representante de la Preparatoria Número 6 de la UNAM para conformar comités de lucha e integrar el CNH. Recuerda que no sólo las mujeres representantes participaron en el movimiento, ya que se conformaron brigadas únicamente femeninas y a veces ellas reunían más dinero que los varones. Corona Vargas critica que como mujer siempre fue más difícil participar y que algunas de sus compañeras tenían incluso que escaparse de sus casas, mentir a sus familias y hasta disfrazarse de hombres para poder participar en el movimiento. Señala que las condiciones del país, uno «autoritario, represivo, tradicionalista y muy machista», fueron las que le llevaron a involucrarse en el movimiento . También pugnaba por conseguir justicia en una nación en la que no la había, de que las mujeres podían aportar más que sólo ser madres y tener proyectos de vida individuales. Coincide en que este movimiento abrió la puerta para que más mujeres de manera masiva participaran políticamente, pero
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también para que decidieran continuar estudios superiores incluso en carreras donde están invisibilizadas, lo que derivó, por ejemplo, en que la carrera de medicina se feminizara. «Hay suficientes razones para volver a manifestarse» Luz María Aguilar considera que la sociedad y la juventud mexicana actual tienen suficientes razo-
No sabíamos qué hacer hasta que de repente vimos que salía un contingente de la plaza corriendo, pasó junto a nosotros y nos dijo que nos fuéramos porque estaban atacando a los grupitos. Nos quedamos como de piedra»
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nes para volver a manifestarse organizadamente como hace 47 años, ya que el Estado –como en aquel entonces– se sigue «ensañando» con la población más joven. Aunque la activista también reflexiona y afirma que, a diferencia de hace más de cuatro décadas, los jóvenes enfrentan «mucha desesperanza», pues antes se creía que se podía cambiar al mundo. Cuenta que en aquel entonces, con 16 años de edad, ella se movilizó por la defensa de la autonomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pero principalmente por que se necesitaba de «un país más justo, y no creíamos que la represión lo fuera». Recuerda que tras ser elegida como representante de su grupo para el Comité de Lucha, se integró al Consejo Nacional de Huelga (CNH) junto con otras jóvenes que enfrentaron el rechazo en sus hogares y las «corretizas» por parte de la Policía. Rememora que la tarde de ese 2 de octubre llegó a escasos metros de donde balaceaban a los estudiantes porque la alcanzaron a alertar. «No sabíamos qué hacer hasta que de repente vimos que salía un contingente de la plaza corriendo, pasó junto a nosotros y nos dijo que nos fuéramos porque estaban atacando a los grupitos. Nos quedamos como de piedra». Como universitaria Luz María también vivió otras represiones, como el llamado «Halconazo» de 1971. Finalmente, las ansias de justicia la llevaron a participar políticamente en movimientos armados clandestinos. Adriana Corona, otra lideresa del movimiento, cuenta que el 2 de octubre de 1968 ella salió a manifestarse a pesar de que sus compañeros ya habían alertado sobre una fuerte represión. Desde una esquina de la Plaza de las Tres Culturas miró el inicio de la balacera y apenas le dio tiempo de salir corriendo. Opina que a 47 años de distancia las reformas educativas están desmantelando la educación básica a través de reducir presupuestos y quitar materias elementales, además de que se busca desaparecer a las escuelas Normales. También aseguró que el Estado sigue golpeando a las y los jóvenes, ignorando que «un país sin jóvenes es un país sin futuro». «El 68 fue una movilización por querer cambiar las cosas, por buscar un mundo mejor y porque las cosas no se queden nada más en un país de simulación. Es una necesidad de un mundo mejor y una esperanza en el futuro que hoy no hay», resalta.