El habitar es algo compartido por todos los que vivimos bajo un techo. Es algo sobre lo que puede teorizar todo aquel que ocupe una casa, pero para los arquitectos es algo que debe recibir una especial atención. Pensar en habitar signi ca plantearse desde cómo se mueven los habitantes por los habitáculos hasta si entra brisa por la ventana en verano; es estudiar la siología de los constructos. A continuación, pasamos a describir el funcionamiento que co m o p ro toa rq u i te c ta s l e s suponemos a nuestros edi cios y a destacar algunos elementos peculiares que pueden hacer que dicha manera de funcionar se vea alterada. Como ya se ha visto en otras ocasiones, hay mucha diferencia entre el tamaño de un edi cio y de otro, a pesar de que las plantas y las secciones sean muy parecidas. Pasaremos a comparar las habitaciones que en ellas hay, pues evidencian los modos de vida de sus habitantes, ya que el
programa se piensa teniendo en mente al futuro morador. El edi cio de Le Corbusier contiene, digamos, dos tipos de modelo habitacional (imágenes 1 y2), mientras que Bonet introduce uno que está a caballo entre los dos anteriores (imagen 3). La imagen 1 muestra una vivienda muy amplia y llena de salas llamativamente especí cas: despacho, gran salón , habitación de señora , habitación de señor , galería y pasillo de servicio. Además de estas, encontramos las siguientes dependencias: dos habitaciones, una que comparte baño con la habitación de señora y otra que lo hace con la habitación de s e ñ o r ; u n a h a b i ta c i ó n d e servicio; escalera de servicio; o ice; vestiaire , es decir, un lugar en el que dejar las prendas de abrigo; comedor; escalera principal y escalera de servicio. La vivienda está dividida en dos, tanto a lo ancho como a lo largo: en la parte derecha y en la superior encontramos los espacios privados de la familia y los destinados al personal de
Imagen 1:Tipo 1 LC:Planta de un apartamento noble del edi cio de la Porte Molitor
Imagen 2:Tipo 2 LC:Planta s贸tano del edi cio de la Porte Molitor, con los domestiques
Imagen 3:Tipo Bonet:Planta de los apartamentos para artistas
servicio y en la parte izquierda y en la inferior se sitúan aquellos espacios que son para mostrar a los visitantes, son espacios a la galería , nunca mejor dicho porque a la casa se accede por una amplia galería que da al patio principal y que aparece amueblada con sillas y sillones para visitas , bien conocidos en el catálogo de mobiliario de nuestra sociedad por su diseño atractivo y su insufrible anatomía, muy adecuados para las personas non gratas, pues la incomodidad se hace insoportable al poco tiempo. El salón es un gran salón . Su tamaño incluso permite introducir un piano, para el espectáculo. Los sillones de visitas anteriormente descritos rodean este foco del entretenimiento de esas veladas nocturnas alas que la vivienda es propensa. Otras dos estancias llamativas son esas que alojan al matrimonio por separado. Dan a la fachada de la Calle de la To u re l l e , co m o o t ra d e l a s habitaciones secundarias (la otra da al patio interior principal). Las
dos están amuebladas con los mismos enseres: sillones de visita , cama grande y mesa de estudio con silla. El baño es compartido, como antes se describió, pero no con la pareja. La imagen 2 muestra la parte subterránea del edi cio. En el proyecto nal hay dos plantas de domestiques , estancias en el sótano y el semisótano con apenas una cama y un lavabo para el aseo personal. Formulamos la hipótesis de que e s ta s e s ta n c i a s e s tu v i e ra n destinadas al alojamiento del personal de servicio de los pisos nobles , para que sus habitantes pudieran siempre disponer de los criados sin soportar la intromisión de estos en su vida privada, aunque, como hemos dicho antes, en algunos apartamentos ya había cuarto de servicio, junto a la galería de servicio. El modelo que Bonet propone (imagen 3) está en un punto intermedio, pues los apartamentos tienen la luz abundante del primer tipo de Le Corbusier, pero cubren las
necesidades básicas de manera sucinta, como el segundo. Aquí no hay habitaciones solo para enseñar, sino que quien ingresa en el apartamento lo ve todo: esa doble altura (imagen 4) en la que el artista se ha desarrollado: le ven el alma nada más entrar. El baño y la cocina se sitúan en la pa r te p ega d a a l pa s i l l o d e comunicación entre apartamentos, tan escondidos como mínimos. Elemento más singular, tras la doble altura, es la escalera de caracol, tan na, tan ingrávida, tan limpia...(imagen 5). Ya que hemos empezado a hablar de intromisión en la privacidad del habitar de la familia, debemos tratar un carácter en común que tienen ambos edi cios: su fachada de vidrio. La existencia de pavés en el edi cio de Bonet estaría más justi cado, pues se muestra por completo (imagen 6). Sin embargo, en el de la Porte Molitor, ese hecho revela una pequeña incongruencia que desarrollaremos en el artículo siguiente.
Imagen 4: Perspectiva militar de uno de los apartamentos
Imagen 5: Escalera de los apartamentos de Bonet
Imagen 6: El edi cio es una auténtica linterna para la calle
El encargo: ¿una verdadera apuesta por la Nueva Arquitectura? Nos encontramos ante dos mani estos de la Modernidad que son la voz de estos eles representantes: Le Corbusier y Bonet, que más que representantes son la propia Modernidad. Ambos edi cio transmiten esa limpieza, esa transparencia de la MM, ambos innovan con los materiales. Esto último no solo deseaba poner en uso los avances de la industria, sino ser un símbolo del nuevo espíritu que pretendían instaurar: transparencia, pues estaban abiertos a ideas nuevas, claridad, pues son combinaciones muy simples...al n y al cabo, limpieza; estaban limpiando a la sociedad de todo aquello que les había hecho mal. El recurrir a esta transparencia era un recurso previsible, sobre todo en el caso de Bonet , quien ya había conocido el edi cio de la Porte M o l i to r, e n e l q u e h i zo l a s
prácticas con Le Corbusier. Curiosamente, hay una diferencia entre ambos edi cios que ya comentamos en el apartado anterior. Encontramos su origen en los habitantes potenciales de las viviendas y, por ende, en el c l i e n t e . D e e s ta m a n e ra , podemos pararnos a pensar sobre lo que el promotor puede cambiar el devenir de un proyecto. Bonet es todo sinceridad, puede permitirse enseñar el apartamento completo, puede exponer a sus habitantes, porque se trata de un caso más e x p e r i m e n ta l . E s t o ú l t i m o podemos constatarlo apoyándonos en el hecho de que fue el primer edi cio con doble altura que se llevó a visar al ayuntamiento (o municipalidad). Además, entendemos, aunque no haya constancia escrita que conozcamos, que no era habitual pensar y mucho menos construir un edi cio de estudios para artistas en el que estos se agruparan en una pequeña comunidad. Esta libertad de pensamiento pudo llevarse a
cabo gracias al mecenazgo de los familiares de los propios arquitectos. Según los únicos datos al respecto con los que contamos, los padres de Ricardo Vera Barros eran los dueños del solar y los de Abel López Chas fueron los promotores de la obra. Es decir, se trata de un caso caprichoso, por una parte, y muy positivo, por otra, aunque triste desde ambas, pues no había promotores, ya fueran públicos o privados, dispuestos a embarcarse en esta magna innovación. Le Corbusier sí contó con el a p o y o e co n ó m i co d e u n o s promotores que, no en vano, se mostraron reticentes en algunas o ca s i o n e s . A co n t i n u a c i ó n pasamos a relatar el proceso económico y social de génesis tan peculiar de este proyecto. La Societé immobiliére de Paris-Parc des Princes tenía otro solar en la misma calle. Le Corbusier se centró en hacer unos edi cios gemelos, que se distanciaban de aquello que había hecho para esta sociedad anteriormente. Sin embargo, tuvo
que conformarse con uno solo. El programa incluía grandes pisos, tanto para vender como para alquilar, e incluía dos características particulares: la venta de toda la séptima planta a Le Corbusier para que pudiera construirse su propio apartamento con sus recursos (imágenes 7 y 8) y el encargo al arquitecto de encontrar clientes para, al menos, dos pisos y medio más en un plazo de quince días desde la rma del contrato. Esta era una manera de tranquilizar al promotor mostrándole cómo una arquitectura de vanguardia, o al menos no tan convencional como los edi cio vecinos, podía ser para el mismo tipo de clientes ricos. Los conocidos y amigos que aceptaron la propuesta que Le Corbusier les hizo llegar fueron del círculo del periódico "Plans": François de Pierrefeu y Pierre Winter primero, Philippe Lamour, abogado, luego. Ahora podemos llegar a entender por qué en el mismo edi cio se encuentran casas transparentes y habitáculos tan exiguos en entreplanta y sótano:
él propone soluciones novedosas, pero no puede olvidar la presión de la sociedad, que se m a n i e s ta a t ra v é s d e l o s promotores y lo fuerza a mantener esas estancias. No en vano, el arquitecto ya estaba mejorando la calidad de vida de l o s o c u pa n te s d e a q u e l l o s reductos, pues los criados solían tener sus habitaciones bajo las cubiertas de plomo parisinas, donde las condiciones higiénicas dejaban mucho que desear. En de nitiva, hemos descubierto que la relación con el promotor determina enormemente el proyecto, puede ser tediosa, pero es necesaria, pues tratar con el promotor es tratar con la sociedad y esto nos permite bajar de las nubes en las que muchas veces nos encontramos.
Imagen 7: Alzado del edi cio de la Porte Molitor
Imagen 8: Alzado del edi cio de la Porte Molitor (apartamento de Le Corbusier) Debido a esa doble propiedad del edi cio, en numerosos planos, como los que mostramos arriba, aparecen la fachada del edi cio hasta la sexta planta por una parte y las plantas séptima y octava por otra.
Imagen 8a: Presupuesto
Imagen 8b: Presupuesto
Imagen 8c: Presupuesto de carpinter铆a
Imagen 6a: Plano de ejecuci贸n del edi cio de Bonet, designado como casa de renta
Habitar un manifiesto: el paso del tiempo Morar en semejante símbolo de la Modernidad conlleva la responsabilidad de llevar a cabo un mantenimiento cuidado, aunque también tiene la ventaja de que quien lo hace pasa a formar parte de la historia a la vez que lo hace el edi cio. Si la situación de Le Corbusier era delicada con los promotores antes de la construcción del edi cio, tras ella pasó a serlo aún más pero con los bancos. La obra del edi cio comienza en febrero de 1932, después de la obtención de los permisos de edi cación de la ciudad de París y de Boulogne. Los trabajos se ralentizan varios meses debido a que no se han encontrado aún compradores para algunos apartamentos y a que dos de los principales promotores atraviesan graves di cultades nancieras. Le Corbusier lucha para retomar la obra en octubre de 1933, ya que
de ello de pende que pueda instalarse en el que iba a ser su primer domicilio tras haber conseguido la nacionalidad francesa. Aunque la construcción del inmueble naliza a principios de 1934, los problemas no hacen sino comenzar. En efecto, en 1935, la Sociedad Inmobiliaria París Parc des Princes quiebra. El banco que se había comprometido con el proyecto decide abandonar su apoyo. Para hacerlo, desea vender el inmueble completo. Se obliga a Le Corbusier a abandonar el apartamento porque se impugna la propiedad de su propia vivienda. Se enzarza en un procedimiento que durará diez años. Hay que esperar a 1949 pa ra q u e s e l e a t r i b u ya l a copropiedad del apartamento. Durante todos estos años el mantenimiento del inmueble queda desatendido, a pesar de los numerosos esfuerzos por parte del arquitecto. Los únicos detalles de la restauración con los que contamos son sobre la sustitución de paños de vidrio dañados, al cambio de algunos per les de carpintería de hierro a
madera de roble y la persistencia del óxido en todos los elementos de acero del edi cio. Gracias a un libro en el que se recopila información sobre el edi cio de estudios para artistas y el canódromo por ser obras importantes de la vida de Bonet, contamos con información detallada del estado de conservación del edi cio y podemos constatar que con la mayoría de los apartamentos no se ha sido lo responsable que este mani esto merecía. A continuación, pasamos a plasmar los cambios que el paso del tiempo ha operado sobre nuestro edi cio.
Imagen 8: Se ha cerrado la puerta que les daba a todos acceso al sótano. Ahora solamente puede acceder el dueño del local comercial de la esquina.
ImĂĄgenes 9 y 10: En la mayorĂa de los apartamentos se ha cerrado la doble altura y se ha aĂąadido una simple escalera de un tramo.
Imagen 10: La terraza ha corrido una triste suerte, pues se ha eliminado el cerramiento irregular para instalar uno ciertamente ruin. TambiĂŠn se han eliminado algunas puertas del estudio de Bonet.
Como vemos, algunas reinterpretaciones son más acertadas que otras, como podemos comprobar con las imágenes siguientes: No obstante, a nuestro juicio, la interpretación más peculiar es la de esta imagen (13) del estudio de la esquina, en la que aparece un hergómetro y con la que Bonet quería transmitir ese gusto por el culto al cuerpo junto con el alma y la mente. Resulta que uno de los dueños de este estudio se tomó este culto al cuerpo muy en serio, pues durante muchos fue un estudio de grabación de películas para adultos. A este respecto hay que decir que sigue con una costumbre instaurada en la zona, pues en la misma calle se sitúa el cine para adultos Ideal (imagen 14). Al ver cómo este edi cio se ha degradado, surgen estas dos preguntas: ¿Se ha utilizado como vivienda residual, resguardo de aquellos que quieren vivir en el centro sin pagar mucho? ¿Se ha
Imagen 12: Comparación del sillón BKF con una interpretación espuria
Imagen 13: Estudio de la esquina, con caballete, hergómetro y sugerente contraste de luz
Imagen 14: Tique del cine para adultos Ideal de la calle Suipacha
transformado tanto porque verdaderamente no estaba preparado para ese clima, por lo que serĂa un ejemplo de fracaso de la universalidad que pretendĂa instaurar el MM?