D.C La Vuelta

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Camilo Cuervo B.


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“Nada más utópico que la misma realidad” Graffiti encontrado



Camilo Cuervo B.

Documento de trabajo de grado para obtener el título de Maestro en Artes Visuales con Énfasis en Expresión Gráfica Asesora: Diana Castellanos Aranguren Pontificia Universidad Javeriana 2012


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Bibli o g r a f í a

9Lo mismo, lo mismo, lo mismo

Pág, 34

8 Veo todo y nada: Proyecto D.C La Vuelta Pág, 28


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a intención de este texto es evidenciar los procesos de pensamiento que he desarrollado en los últimos años, dentro y fuera de la carrera de Artes Visuales, a través de una narración, analizar cada punto, cada línea del proyecto D.C. La Vuelta, y estudiar sus alcances, sus caprichos, sus ambiciones y anhelos, resaltar que la ciudad en su permanente cambio e inmensidad, es el espacio en el que he crecido y por lo tanto es sobre lo que más me interesa comentar, tanto así que este proyecto es casi una excusa para conocer lo que en tanto tiempo no me he permitido reconocer como algo propio. Este texto es un despliegue, casi como un reflejo en la ciudad, como si la ciudad fuera mi espejo, pero un espejo empañado en donde las ganas de dibujar en él son impredecibles y espontáneas, como si las calles fueran un caldo de cultivo en el que por medio del papel voy cosechando lo que mi mirada atrapa, en donde la investigación real se va develando a medida que avanzo con los pies y voy girando la cabeza, nada es seguro, y todo está sujeto a cambios, así como lo pueden alcanzar los límites de la cotidianidad, ¿Qué tan cotidiana puede ser la ciudad?, ¿hasta que punto algo es extraordinario?.


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El cartel como medio se convierte en una pieza gráfica que me permite visualizar el paso del tiempo, me permite ser consciente del futuro, el presente y el pasado; del futuro porque la información, el mensaje o la imagen que está ahí plasmada me cuenta sobre lo que va suceder, o lo que ya sucedió, del presente, porque su contemplación, es espontanea, no es una imagen para digerir, sino para tomar como sí se tuviera una sed insaciable primero, y luego si disfrutar, y del pasado porque dependiendo las condiciones del cartel se es testigo del tiempo que ha pasado desde que se ubicó para cumplir una función: ser parte de la ciudad, pasa de ser un mero objeto a ser sujeto, así nadie lo observe, está ahí esperando a que alguien lo vea. A lo largo del texto se van tejiendo analogías y relaciones en tres partes: Desde el comienzo de los capítulos, se intuye la mezcla entre lo público y lo privado, casi como un diario, la narración está compuesta de algunos relatos previos a algunos recorridos, formando desde la unión de estos fragmentos, una historia lineal; la segunda parte, es una presentación específica de los recorridos tanto en lo formal como en lo conceptual y por último, mi experiencia al acercarme a la técnica de la fotoserigrafía como parte fundamental del proyecto. Y aunque este texto desde su concepción no fue hecho para ser observado, terminó siendo el documento que acompaña la obra visual del proyecto, esa es su función, tiene un carácter explicativo, es un texto sincero y directo, en realidad es un registro del diario vivir, en el que por medio de la fragmentación, se trata de hacer una memoria, que también invita al lector casi que a ser parte de un voyerismo en el que, se desnuda lo habitual, se invita a compartir una experiencia, que más que nada es un abrebocas al proyecto visual, salga a la calle y D.C La Vuelta…


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Llegar a... Crear una serie de carteles de autor como piezas gráficas que ilustren metafóricamente la deriva que se llevó a cabo en la ciudad de Bogotá a lo largo del año 2012.


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Con el fin de... • Desarrollar una metodología de investigación con el fin de registrar los recorridos realizados por Bogotá vinculando palabra e imagen. • Lograr relacionar, por medio de la acción de caminar y observar, la gráfica con la investigación, dentro de un entorno citadino: Bogotá D.C. • Elaborar un diario de campo en el que se exploran por medio de la escritura, nuevas metodologías para concebir una imagen, relacionando la realidad con lo imaginario, lo público con lo privado, la gráfica con la deriva y el graffiti con las artes visuales. • Hacer una serie de veinte carteles en serigrafía. • Buscar por medio de la gráfica, nuevos espacios de exploración y circulación de la imagen, en donde los límites entre diseño y arte, complejidad y simpleza, lo lógico y lo absurdo, desaparecen. • Ubicar los carteles en la calle para retroalimentar los mismos recorridos en los que fueron inspirados. • Presenciar y registrar el deterioro de las piezas a lo largo del tiempo.



El texto a continuación tiene como finalidad dar cuenta de un proceso reflexivo en torno a la ciudad, más específicamente Bogotá, en el que por medio de varios recorridos por los principales corredores viales de la ciudad, el ejercicio de observación y representación se comporta como base creativa, en el que por medio de la deriva del pensamiento, inscrita en una libreta de apuntes, se da pie para pensar la ciudad en el sentido amplio de la palabra, en donde cada fragmento, cada situación y acontecimiento va a quedar registrado en veinte carteles, que de una forma simbólica al regresarlos a los caminos recorridos y distribuirlos por las diferentes localidades, entran de nuevo al circuito de lo cotidiano, a la transformación de lo soñado, a una Bogotá imaginada.

CIUDAD: Lluvia, brillo del suelo y las cosas, gente afanada, sombrilla, gente preocupada, niños felices, carritos de supermercado con una sombrilla e innumerables empaques y colores dentro de él, bolsas de plástico, palos, alambres, graffiti, telas rojas, telas verdes, polvo, paso dificultoso, turistas, tierra mojada, cielo gris, cielo despejado, indiferencia, soledad, ruidos, un ruido, dos ruidos, cuidado para no golpear a nadie, caminar, murmullos, café y cigarrillos, esculturas cubiertas, que rápido, motores de carros, frenadas de buses, humo saliendo por tubos, trancones, gasolina, arcoíris sobre el asfalto, huecos, piedras, por poco me caigo, motos, me pegan con una sombrilla, calles estrechas, perfume, risas, frío, bancos, cubos de concreto, pimpones, altavoces, cámaras de seguridad, vidrio, ladrillo, vendedores ambulantes y no ambulantes, dos rusas, escarbando en la basura, palomas, homosexuales, habitantes de calle, asadero en iglesia, camión, acumulación de personas, ropa de la Barbie, semáforo, Museo del Oro, gente de traje, “La Forcha” original del Quindío, La Pollera Colorá en saxofón, casinos, Ray Charles, Ministerio de Comunicaciones, Segunda Calle Real del Comercio vacía, postes de luz, luces de los carros, joven sentado con ramo de flores, más palomas, llama con sombrero de mariachi, señores con chaleco tomando fotografías, llueve de nuevo… mmmmm, nooo, esto va a estar más difícil de lo que pensé ¿cierto?, espere ahí está el bus, ¡¿la plata?!, aaaa bueno, cuidado con el charco, escalón otro escalón, ¡rápido!, ya está. 1

1 Fragmento del diario de campo, Camilo Cuervo. Recorrido entre el Parque Nacional y la Plaza de Bolívar por la carrera séptima, febrero 14 de 2012; 4:45 pm.



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el fondo entre murmullos y risas se alcanza a escuchar un reggaetón mal sintonizado, suena algo así como, “…déjale saber, que también quiero con ella, que yoo…”, una voz que dice -un pasito al fondo si es tan amable- rompe ese “silencio” del lugar, todos los puestos están ocupados, la varilla del techo de la que me agarro con fuerza esta congelada, mantengo el equilibrio mientras un señor pasa detrás de mí, luego de mirar rápidamente la ventana, miro mis tenis sucios y mojados: Lo que pasa es que, tengo que encontrar la forma de organizar mi obsesión por capturar ese momento efímero…claro, claro, pero es que eso es lo que me llama la atención, y sé que suena algo ambicioso encontrarle lógica al caos, pero al fin y al cabo eso es lo que hago, autocensurarme y ver lo que quiero ver, ya sea visualizando el camino por el que voy a coger de mi casa a la tienda o cuando dibujo algo, me gusta sentir que tengo el control sobre el resultado final, pero sí, tiene razón, lo azaroso y lo repentino siempre están presentes.

Pues si así es, saquémosle provecho ¿no?, es que al principio pensé que me estaba molestando pero no, ahora entiendo cuando me dijo -pues piérdase… pero no tanto- porque más que querer organizar lo desorganizado aparentemente, lo que quiero es ser testigo de lo que pasa, sí en serio, por qué esa cara, no, ese tipo de testigo no, sino un testigo que luego de mirar toma cartas en el asunto y trata de hacer algo para evidenciar lo que vio, pues sí porque, si no lo hago de esta manera siento que he tomado partido de la situación para mi beneficio, sí, sí, sé que a veces hago eso pero esta vez es diferente, quiero conocer más a fondo el escenario en el que actúo todos los días, ¿por qué?, pues porque que mejor forma que hablar de algo cuando se conoce y se siente realmente lo que se está hablando, sí en serio, además, tengo la convicción de que aquel escenario satisface realmente los deseos y me han contado que las cosas no son lo que

parecen, en serio, ¿a usted también?, sí, además quiero comprobar si realmente la repetición y la descomposición es un truco de mi mente o realmente así pasa. Sí, entiendo su inquietud pero antes tengo que explicarle otras cuestiones para que entienda mejor, no, no estoy diciendo eso, es que es más difícil que eso, espere que por aquí debo tener… exacto, la ciudad es muy compleja, pero no, esa frase suena como cuando a alguien le da pereza explicar algo o no sabe como explicar el problema real, ¡uy! silla libre, venga y nos sentamos. El bus cierra al carro que viene y tras un sonido repentino de las llantas contra el asfalto, suena un golpe seco, como si un armario de objetos de plástico se hubiera venido al suelo, una señora afuera grita –¡no, pero señor!- el bus frena con fuerza y las personas se asoman al costado derecho para mirar lo ocurrido.


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mmm, bueno, acá nos quedaremos un buen rato, tarde ya llegamos, así que nada que hacer, porque tengo lo justo para ir y volver como para coger otro bus, sin contar que está lloviendo, además ya falta poco para llegar al portal, mas bien venga le sigo contando: Cuando se habla de la ciudad hay que tener en cuenta que en esa pequeña palabra CIUDAD, cabe todo, y cuando digo todo es, realmente todo, sí, yo sé, pero pretendo centrarme en lo cotidiano; esa cara que me hace, si soy consciente de que esa palabra suena algo bohemia, está más que utilizada y a la hora de la verdad sigue abarcando un gran terreno, pero me refiero al cotidiano del instante, al registrar de alguna manera lo que pasa cuando soy testigo del momento, de las diferentes situaciones que suceden a mi alrededor, que están tan inmersas y se presentan tantas veces en la vida, que casi que son ignoradas al punto de no tener relevancia, pero no nos adelantemos. Le iba a leer este fragmento que me encontré: “La ciudad es la unidad socioespacial básica de soporte de la producción cultural, de la innovación social y de la actividad económica del mundo contemporáneo; no es un objeto simple, ni un artefacto, ni un bien manufacturado, es un organismo complejo…” (Cuervo G., 1995, p.22) precisamente unidad socioespacial básica, un organismo que condensa y recibe cualquier comportamiento, actividad, producto y por lo tanto pensamiento, y de nuevo la palabra complejo, y concuerdo con la explicación que el autor le da, al afirmar que cuando se dice que algo es complejo, en este caso refiriéndonos a la ciudad, es porque hay una ciega simplificación de la realidad, si, de acuerdo con usted, siempre va a haber algo que se nos va a escapar, pero me refiero mas a la palabra en si, a su existencia, pues aunque se entiende cuando digo que algo es complejo, no estoy abarcando con certeza lo que realmente es, ¿qué?, bueno, a lo que realmente voy, es que no quiero cometer el mismo error de cuando se dice que algo es complejo, cuando digo la palabra

ciudad, cuando me refiero a la ciudad como un organismo y no tan solo como un espacio de ángulos rectos en donde simplemente pasan muchas cosas. ¿Quiere que le lleve la maleta?, no, no pasa nada, digamos para usted ¿qué es ciudad?, ¡oiga, que buena respuesta!, pero pues, yo no sé, como yo no he viajado tanto, desde mi perspectiva, es decir, por lo que he visto, la ciudad es una masa compuesta por un anhelo, de algo que se sueña pero aunque a veces se hace realidad, nunca va a ser perfecta, ya que son infinitos puntos de vista encontrándose y enfrentándose permanentemente en un gran espacio, que a su vez está en constante cambio. Y fue muy grato encontrar un párrafo en una compilación llamada Pensar la Ciudad, que decía, haber, por acá la debo tener, si acá, “…La ciudad se puede pensar como un magma de significaciones imaginarias sociales que le da sentido a la vida individual y colectiva en el mundo contemporáneo.” (Giraldo I., 1995, p.7) pues concuerdo en


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creer que la ciudad y las redes que se van tejiendo son gracias al imaginario individual, que desembocan en lo colectivo al encontrar similitudes con otros muchos, si, por eso, además pensar la ciudad, no es tarea fácil, porque, nuestra vida transcurre en ella, la ciudad termina siendo una gran parte de lo que somos y viceversa, es como si yo le preguntara ¿quién es usted?, aaahhh, nooo, esas son características superficiales que aunque lo definen de alguna manera, no abarcan lo suficiente, exacto, por más que diga todas sus características siempre van a quedar faltando, además, puede que lo que usted esté diciendo los demás no lo percibamos de esa forma, como pasa con la ciudad, sumándole que al ser tantas personas las responsables de hacer ciudad como un organismo, tanto nuestra visión como la del otro en aspectos como el caos, el azar y el desorden, es diferente, así que imagínese, las posibilidades de creación cuando se habla de ciudad. Miro por la ventana, muchas personas decidieron bajarse y tomar otro bus, parece que la discusión va para largo, hasta ahora llegó la policía para “arreglar” el problema; qué dice nos bajamos o esperamos, bueno, esperemos, si, además está lloviendo cada vez más fuerte, bueno, ya vamos entendiendo un poco sobre lo que puede ser ciudad, ¿Qué lee?, ¡buena!, entonces ya está entendiendo lo que quiero decir, “no basta con habitar la ciudad, con producir en ella, con disfrutarla; es necesario vivirla como un espacio colectivo donde el ciudadano actúa sobre la ciudad y ésta sobre el ciudadano, haciendo evidente la máxima griega sobre la polis: La ciudad es la gente.” (1995, p.18) Si yo sé, hay obras negras por todas partes, el precio del progreso, no ve que si no hay esto, caminos abiertos, arena, ladrillos, bolardos, conos, esa tela verde, tejas de zinc, trancones etc., significa que la ciudad está estancada, que no hay evolución, y hablando de progreso, no se puede entender la ciudad como un todo, sin

hablar de la urbanización y lo que significa para las relaciones culturales, sociales y económicas, pues más allá de pensar si Bogotá tiene una buena o mala planeación y urbanismo, hay que entender la palabra urbanismo, si ahí abajo está, no, ahí no, más abajo, eso ahí, dice “…acceso a los servicios públicos, descomposición de las relaciones patriarcales y cierta visibilidad y legitimación de las culturas populares, por otro lado, significa también desarraigo y expansión de los marginales, la radical separación para las mayorías entre trabajo y vida, la pérdida de gran parte de la memoria urbana y el achicamiento de la ciudad disfrutable” (Barbero, 1995, p.48), es importante resaltar que esa definición es una de las tantas conclusiones a las que se llegan después de haber reflexionado profundamente lo que pasa en la ciudad y no sólo quedarse con la definición arbitraria de un diccionario, además también es importante el papel que tiene la ironía dentro de la ciudad, pues si bien, lo que se busca es mejorar, avanzar en cuanto a construcción, muchas veces, en la mayoría de casos de hecho, algo se tiene que destruir para dar paso a lo nuevo, la cuestión está en cómo lograr un equilibrio entre estas dos partes y más que eso, ser conscientes de que se puede alcanzar una armonía entre el paisaje, la gente que transita por ese espacio y cómo le aporta al entorno, más que tener en cuenta el factor económico y comercial. Buena observación, ya que lo menciona tiene razón, la mayoría de ciudades de Latinoamérica (me lo han dicho, no me consta, pero tiene su lógica) tienen un contenido modernizador en su urbanización, que evidencia las influencias de países como Estados Unidos, Inglaterra y Francia, principalmente, en donde diferentes estilos se intentan acomodar de una forma arbitraria a unas necesidades y terrenos completamente diferentes, por ejemplo en Bogotá, el capricho de querer que todo confluya hacia el centro termino siendo, una cuadrícula desigual en unos tramos, que finalmente dio base para provocar un crecimiento desmesurado hacia los cerros y un desviamiento y canalización de ríos importantes como el Río Bogotá y el Río Fucha, afectando tanto el medio ambiente como las relaciones de comunicación


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con el paisaje y la misma población, Barbero organiza este contenido en tres factores, si, ya me acuerdo que se lo había mencionado en una ocasión, pero no importa, llama la atención igual ¿no?, claro que sí, el primero, abarca el deseo y la presión de las mayorías por conseguir unas mejores condiciones de vida (nuevas aspiraciones y demandas), esto se evidenció en la década de los 70 a través de los nuevos movimientos sociales, como los paros cívicos que se constituyen en alternativa de convocación y aglutinación de los sectores populares, movimientos feministas y organizaciones no gubernamentales que conforman nuevos modos de acción y participación colectiva; en el segundo factor, está la cultura del consumo, que nos llega de los países centrales, revolucionando los modelos y estilos de vida que van desde las costumbres hasta los estatus sociales y como tercer factor están las tecnologías comunicacionales, la expansión de la información. (1995, p.49)

Pues lo que pasa es que realmente nos ha tocado crecer de afán, todo permanece y todo convive sobre el mismo suelo, por lo que sería un error decir que Bogotá en este caso tiene un estilo particular, tiene muchos estilos y formas, pero últimamente no se si por planeación urbana o porque ya todo esta muy homogenizado, (por todo me refiero a las marcas de ropa, estilos de vida, maneras de actuar mas no de convivir), esta ciudad quiere tener un tono uniforme, ¡en serio!, ¡¿no ha visto?!, no mas mire los ladrillos, el concreto, los puentes en metal, las formas de los edificios, lo nuevo en lugar de innovar está es homogenizando el paisaje, pero bueno, si también tiene razón, el contraste entre lo “antiguo” y lo “nuevo” le da un toque original a la cuestión, pero bueno a fin de cuentas la ciudad es para vivirla y construirla entre todos; ¡uy! por fin, ya arrancó, después de tanto esperar de nuevo estamos en camino, la lluvia ya ha parado un poco, ojalá salga el sol…



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l conductor del bus renegando entra y se sienta con fuerza, a su vez cierra bruscamente la puerta, se pone con agilidad el cinturón de seguridad, mueve la palanca de cambios y pisa duro el acelerador, los pocos que nos encontramos en el bus nos movemos al unísono con las frenadas y aceleradas, esta vez no hay reggaetón, en su lugar se oye el humo salir del tubo de escape, pitos, motores acelerados y el paso de las llantas sobre el asfalto. Uy, se dio cuenta que la estábamos mirando, eso hágase el disimulado mirando por la ventana, creo que se incomodó, bueno allá ella, pero sí, es muy bonita, ojalá no vaya a pensar mal, bueno, ¿en qué íbamos?, aaaah sí, recordando lo que significa cargar con el pensamiento moderno en la contemporaneidad aquí en Bogotá, eso me hace pensar en un comentario que alguna vez hizo un profesor, creo que fue Santiago García, al ver que nadie copiaba sobre lo que él decía en su clase de estética antigua, -la memoria es porosa- decía, sí, en serio, porque aunque parezca un juego de palabras me acordé de una frase, estética del fragmento , si, espere que por acá tengo mi cuaderno azul, a nooo, usted lo tiene, préstemelo, no me puedo imaginar lo que sucedería si este cuaderno se me pierde, ahí están los apuntes de casi cinco años de clases, sí, todas las clases, teóricas más que todo, ja, mire hasta cambio de letra y todo; el caso es que en un ensayo llamado Deseo y estética del fragmento en la ciudad colombiana , escrito por el arquitecto Juan Carlos Pérgolis, parte de dos premisas que componen la estética fragmentaria, parte importante de una idea que tengo, pero mas adelante le cuento de que se trata, dice:

…hay dos maneras de relacionar las partes con el todo, una, basada en el pensamiento de la modernidad, ve la relación “todo-partes” como un sistema lineal y cerrado, en el que las partes y la totalidad se explican mutuamente. La otra, enfatiza la independencia de las partes fuera de un pretendido “todo”… (Pérgolis, 1995, p.7)


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Pues escrito, se oye algo confuso, pero le voy a poner unos ejemplos, hacia el siglo XVI, las ciudades cristianas, se formaban siguiendo el modelo de la ciudad de dios, descrita en las sagradas escrituras, o apoyándose en esto, lograban convencerse de sus actos, en general, se tenía que partir de un centro y de allí se organizaba jerárquicamente reuniendo lo esencial para una sociedad, lo religioso (una iglesia), lo comercial (locales comerciales), lo gubernamental (alcaldía) y así desde lo más “importante” hasta las casas de obreros y agricultura, manteniendo la plaza del centro como lugar de permanencia y unión social. En este modelo se evidencia el inicio de la idea de crear un todo que a su vez esta formado por partes; mucho más adelante en la modernidad con el avance de las disciplinas y la especialización de la técnica, la relación “todo-partes” es fundamental, pues digamos en la fábrica, a los trabajadores no se les veía como individuos diferentes y con opiniones propias, sino como una gran masa uniforme que ayudaba a la realización de un producto, esto se notaba en la distribución de un salario igual para todos. Éste modelo de sociedades a las que Gilles Deleuze llama las sociedades disciplinarias, sí yo sé, pero es más interesante de lo que suena, pues plantea que este modelo de sociedades (familia, escuela, fábrica, cárceles, hospitales), están siendo sustituidas por las sociedades de control en donde afirma que el hombre pasó de estar encerrado a estar endeudado (Deleuze, 1990,p.52), a lo que voy, es que ésta sociedad logró algo increíble, logró separar al individuo, es decir, convirtió al individuo en “dividuo”, pues gracias al avance del capitalismo, en donde ya no son productos los que se manejan sino marcas y servicios, el hombre ahora es una cifra, es información, ¿Qué como así?, mire su carné de la universidad, ¡si ve!, tiene de todo: chip, cinta magnética, código de barras hasta con colores para diferenciarlo de los profesores y demás personal, por otro lado la vigilancia aumentó, pues ya no es necesario estar encerrado para vigilar a los demás o para

que a uno lo vigilen, por ejemplo al estar conectado a Facebook uno ya se entera de lo que está haciendo el vecino, hay cámaras de seguridad por todas partes, en la calle y en los espacios cerrados, además ahora todo es base de datos. Precisamente, ahora relacionémoslo con lo que pasa en la ciudad, en su fragmentación, sí, lo que pasa es que ésto se ha instaurado de tal manera, que es casi imperceptible, pasa al frente de nosotros como si fuera algo natural, algo predeterminado, como si lo tuviéramos que aceptar, pero no necesariamente tiene que ser así, digamos, si comprendemos que la ciudad es un escenario en donde ocurren acontecimientos, no porque sí sino porque es tal vez el único lugar capaz de soportar y satisfacer los deseos de sus habitantes, comprenderíamos el comportamiento de los demás y facilitaría las relaciones entre nosotros, adquiriríamos una independencia importante. En este punto es necesario diferenciar el detalle, del fragmento, el semiólogo y crítico de arte Omar Calabrese, lo explica así, lo cito de memoria: lo detallado es fácilmente reinsertable al conjunto y además es escogido por el sujeto, es único, mientras el fragmento es irregular y puede ser equivalente a otros, permitiéndole así ser inestable. (Pérgolis, 1995, p.7) Así que se podría decir que la ciudad, es fragmentada, pues entre las tramas y urdimbres, que forman esa gran red, de comportamientos, actitudes, estilos de vida, puntos de vista y opiniones, más que descripción de formas y significados son juicios de valor (la aceptación o el rechazo) que provocan dentro de la sociedad, es como dicen por ahí, todo entra por los ojos, por censo; si necesito pasar al otro lado y hay una calle estrecha en una colina, casas de ladrillo descubierto, fachadas descuidadas, vía sin pavimentar y por el otro lado hay un andén, pasto, una calle amplia y con ruido, que aunque es más largo el trayecto, lleva a la misma parte que la calle descrita anteriormente, la mayoría de personas van a escoger la segunda opción, casi que por sentido común, pero ¿porqué?, pues por


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el imaginario colectivo de que barrio humilde es igual a marginal y peligroso, pues si, y aunque no es así en todos los casos, como dicen, es mejor no dar papaya; ¡oiga si!, pero ese tema aunque amplio, es bueno para discutir, haber miro, si todavía alcanzamos, pues es que la ciudad como espacio colectivo parte de la mediación entre lo que ofrece la arquitectura como espacio transitable y moderador, versus la salida personal en medio de las inciertas economías nacionales, como las llama Pérgolis, que ocupan el espacio público y le da un uso alternativo y a la vez productivo al suelo (vendedores de minutos, fruta y demás comestibles), esto sucede frecuentemente en las principales vías de la ciudad, en donde hay más movimiento, si exacto, en los nodos de la ciudad, pues son los puntos claves en donde hay una conexión entre el ciudadano y el territorio, allí se da y se recibe por parte y parte, todo confluye, todo se dispersa, hay mundos infinitos conviviendo en un mismo lugar, en un mismo espacio, Pérgolis lo compara con el nudo en una trama textil. “La estética de la ciudad actual parece resultar del más desenfrenado zapping (constante cambio de canales de televisión por medio del control remoto), y así como cada quién arma su propio programa juntando velozmente las más dispares imágenes de diferentes emisiones, cada quién arma su ciudad escogiendo arbitrariamente entre la multiplicidad de fragmentos que ofrece el paisaje urbano” (Pérgolis, 1995, p.10) a todos nos gusta el zapping, es casi como un impulso nervioso o algo así, además son tantas las imágenes que recibimos a diario, que esa fragmentación de la que tanto hemos hablado se empieza a fundir, a camuflar, como si una misma imagen la repitiéramos tanto que ya llega un punto en que es ignorada o tomada por otra imagen, por ejemplo, la estructura y trama de las novelas o los realities es la misma siempre, sin embargo, los seguimos viendo, no nos aburre ver lo mismo, por otro lado, los medios de comunicación especialmente el internet y la televisión han llegado a tal punto de aceptación y de credibilidad, a causa de que la calle expulsa, no dan ganas de quedarse afuera, aunque pensándolo mejor, es como un

círculo vicioso de sospecha, en donde en los noticieros y correos virales, solo hay expuestos un número limitado de puntos de vista, y en su mayoría, muy poca objetividad, dando opiniones y mostrando hechos extraordinarios como asesinatos, robos y demás peligros, que terminan definiéndose como oficiales en determinadas zonas de la ciudad, como por ejemplo Ciudad Bolívar y Las Cruces, sólo por nombrar algunos de los sectores más estigmatizados y señalados, prefiriendo ver la ciudad y vivirla a través de una pantalla y en la seguridad del hogar, pues, si tengo toda la comodidad para qué esforzarme, antes puedo salir es perjudicado. Llegamos al Portal Norte, no escuché al ayudante decir con voz nasal – ¡los que se bajan en la última parada antes de entrar al portal!- sí, casi no lo dejé hablar, pero bueno, estuvo entretenido el repaso, sí, a veces es bueno, reflexionar acerca de lo que vemos, vivimos, sentimos, habitamos, lo que nos pasa en general, lo realmente difícil es tratar de ponernos en un punto de vista objetivo, ¿será que eso sí existe?, “punto de vista objetivo”, pues como ya le dije, esto es de todos y a la vez de nadie, eso es lo que llama la atención, suena casi como la nada o, algo así, difícil de describir, ¡aayy! La calle, la calle…



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as personas que estaban atrás, ya estaban al frente de la puerta, sin esperar a que el bus frenara por completo ni que los pasajeros que están adelante se pararan primero, los pequeños pasos y pequeños empujones de las personas presionan para pagar rápido el pasaje del bus y salir prácticamente corriendo a hacer nuevamente fila para comprar la tarjeta con los pasajes o para pasar la tarjeta en la registradora. Me toca comprar tarjeta, sí, yo sé que esa fila esta larga pero mejor ahora para comprar de una vez el pasaje de regreso, no ve que son $250 pesos más barato que en las taquillas de afuera; ¿de qué estábamos hablando?, cierto, pues como ahora ya no hay un sistema urbano jerarquizado en donde hay un centro en el sentido físico-espacial que identifica de lo más, a lo menos importante, sino que ahora todo esta disperso, los locales, las iglesias, lo comercial…pero… si, tiene toda la razón, todavía hay lugares o escenarios especiales, que lo tienen todo, como usted lo dijo, los centros comerciales y los conjuntos cerrados de viviendas, oiga sí, ahí es donde se la pasa la mayoría de las personas, es como el equivalente de la plaza en la época colonial, las personas van en familia pasean, caminan y se relacionan con los demás, pero ahora hay una diferencia, ¡cómo así que cuál!, pues el consumo, todo gira entorno al producto, pero bueno esa es otra discusión, lo que importa aquí es señalar que éstos espacios se cierran al exterior, a la calle, a lo público, se valen por si mismos, como su nombre lo indica como un centro y lo mejor es que aunque hay muchos centros comerciales y conjuntos cerrados, cumplen con una misma lógica y a su vez, están creados por lo que se cree estar a la vanguardia, o al menos intenta imponerla, exacto, la ropa, los electrodomésticos, hasta la comida tiene su toque “contemporáneo”. Listo, ahora cual bus cogemos, ¿A dónde es que vamos?, aaaa si, ya me acuerdo, entonces es por el otro lado, si, toca pasar el túnel y esperamos; ¿porqué fue que terminamos hablando de los centros comerciales?, ya sé, por la cuestión de el sentimiento de seguridad, es extraño porque la calle tiene una particularidad (o nosotros, no sé), y es que se siente una desconfianza por el otro, hay un temor, una paranoia, que nos obliga a pensar que toda persona que esté a mi lado puede ser perjudicial, jajaja esa cara que me pone, en serio, no más mire ese letrero de “espacio libre de humo” o esa publicidad de preservativos, es como si la gente estuviera contaminada y necesitara un lugar especial para sentirse cómoda, pero sin dejar de lado la necesidad de compañía, los opuestos que se complementan, te excluyo pero no tanto.


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Ya que entramos al tema del miedo, en un ensayo que leí hace poco, que se llama La ciudad entre medios y miedos, escrito por Martín Barbero, creo, eso, si ya lo había nombrado antes Jesús Martín Barbero, bueno el caso es que, había un fragmento que me llamó mucho la atención decía algo así “…los miedos son clave de los nuevos modos de habitar y de comunicar, son expresión de una angustia mas honda, una angustia cultural” (Barbero, 1990, p. 26) pues resume aquel sentimiento como algo que llevamos dentro, y no se le puede culpar sólo a los medios de comunicación, sino que es casi un fenómeno que se va forjando cada vez más con las experiencias propias y ajenas, esto como casi todo en la vida, tiene sus beneficios y sus contras, entre ellas están: La perdida del arraigo colectivo, la forma como la ciudad normaliza las diferencias (limitando casi con la indiferencia) y el orden en general que se constituye por la sospecha hacia el otro, un ejemplo perfecto, son los espejos retrovisores en los cajeros automáticos, y desde el aviso “lo estamos vigilando por su seguridad” hasta las mismas rejas que abundan en Bogotá. Es importante caer en la cuenta que ese temor a salir, muchas veces también se convierte en argumento para justificar la pereza de observar y de desplazarse de un lugar a otro, encuentra allí una excusa que soporta la pérdida de interés en la ciudad como exterior y como experiencia diaria. Otra clase de miedo, que va más por el lado de la angustia, es la sensación que uno siente cuando está perdido, cuando la información que uno encuentra alrededor no es suficiente para relacionarla con lo conocido anteriormente, ¡¿qué?! Ya viene a decir, que nunca se ha perdido, piense y verá que sí, todo el mundo se ha perdido, ya sé, yo me acuerdo que una vez por la calle 170 iba caminando y cogió por el occidente, por Villa del Prado pensando que era el norte y camino en círculos hasta que se encontró con un sofá debajo de un árbol y dijo ,-mejor cojo por donde siempre-, y siguió por toda la ciclovía hasta el portal norte, bueno pero no se aburra, si ve, sí se ha perdido,

bueno iba a hablar acerca de una palabra muy especial, deriva, esto va a sonar bastante científico, pero es así: La Internationale Situationniste propone: “Modo de comportamiento experimental ligado a las condiciones de la sociedad urbana: Técnica de paso fugaz a través de ambientes diversos. Se utiliza también, más particularmente, para designar la duración de un ejercicio continuo de esta experiencia.” (Andreotti, 1996, p.30). ¿Qué por qué me interesa la palabra deriva?, pues por lo que implica, descubrí que ésta práctica la hago siempre, solo que nunca me había tomado el trabajo de analizarla con calma, realmente yo soy muy perdido, no, es en serio, ahí donde me ve, que me la paso en la calle y todo el cuento, no es porque sea la persona más ubicada del planeta, todo lo contrario, si me pone a buscar una dirección tengo que hacer un plan de viaje con rutas y todo, (cosa que muy de ves en cuando hago) porque o sino llego pero tarde porque me guío prácticamente por intuición y de la mano con la nomenclatura, si, con las placas verdes y tipografía palo seco, me imagino la cara de turista con la que la gente me debe ver cuando salgo a caminar, cara de temor y asombro a la vez, y mirando para todas partes. Además siempre me ha gustado la conexión que uno puede establecer con la naturaleza, con el entorno en el que se habita, en mi caso, es la ciudad, pues porque aquí es donde vivo, esto es lo que escasamente conozco y también me llama la atención la relación mutua que se teje entre comportamiento y desplazamiento, cuando uno interactúa en la ciudad, así sea solo caminando y observando. Lo anterior contrapuesto con la preocupación porque algo perdure, es decir, como persona que está situada en el siglo XXI me preocupa de alguna manera la forma en la que la sociedad en general ve el presente como el futuro, en donde todo tiene que tener una producción y de igual manera todo tiene provecho, hasta el más mínimo detalle tiene el potencial para ser algo muy productivo (productivo no solo en el campo económico, sino en el social y personal), pero eso


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es otra discusión, de pronto más tarde podremos hablar sobre esto; se está como demorando el bus ¿no le parece?, a bueno, si, es que esto de la deriva la gente lo toma como “acepte que no tiene ni idea que hacer” y en parte tienen razón, pero es que así empiezo todas mis ideas, pues si no sé que hacer, pues salgo a caminar, algo se me ocurrirá, es como si mis pies al estar en movimiento y al activar mis cinco sentidos en un espacio, el cerebro pasara de estar de modo reposo a modo activado, pero es más que eso, es lograr por medio del azar, organizar una idea, suena algo ambicioso pero allí es donde está la magia, una magia paradójica, encontrar el orden dentro del desorden, encontrarle la utilidad a lo aparentemente inútil, por ejemplo, cuando se camina por la calle las imágenes presentes pueden llegar a ser infinitas, y depende de cada quién si las quiere ver o no, pero el caso es que están allí presentes, sin importar su función existen, y son muchas las formas de interpretarlas, al igual que lo que pasa con el arte, solo que con la diferencia de que en un principio hay una especie de guía del pensamiento, en donde se encamina y se plantea un punto de vista y luego se puede considerar como una realidad, y depende del artista hacer creer esa realidad o no, allí está el verdadero problema, hasta qué punto me conecto con la obra como problema creíble. Esa cara de confusión, ¿Cómo así que porqué?, pues porque estudio Artes Visuales, si por eso metí la palabra arte, ¿hasta ahora se da cuenta?, es que todo esto que estoy recitando tiene que ver con algo importante que quiero hacer… espere, mire, ahí llego nuestro bus, toca estar atentos para ver si logramos coger puesto… No ese no era… ¿qué? Aah llegamos a eso, porque es realmente importante, además eso no surgió de la nada, venga le explico, a principios del siglo XX el andar fue tomado como una práctica anti-arte por los dadaístas, en 1921, empiezan a organizar “visitas-excursiones” por los lugares considerados como banales de París, tomando la ancestral acción del andar como un símbolo, el símbolo del dandi paseador a la invertida, sin ninguna pretensión burguesa de mostrarse a los demás como alguien especial, solo como un curioso.

Estas visitas, fueron adoptadas por los surrealistas, en mayo de 1924 Louis Aragon, André Breton, Max Morise y Roger Vitrac deciden llevar el azar a la práctica, cogieron un mapa de Francia y señalaron cuatro puntos al azar, obligándolos a salir de París, caminaron y deambularon durante días a campo abierto, lo curioso fue que aquel ejercicio llevó a Breton a escribir el primer manifiesto surrealista, es decir, un viaje sin pretensión alguna terminó siendo la experimentación de una forma de escritura automática en el espacio real (Careri, 2009, p.80) -“deambulación”-, pues así se llama, jajajaja, sí, si usted llega a hacer un movimiento artístico o algo parecido, tiene que encerrar un concepto en una palabra, digamos el Dadá empezó con visitas, el Surrealismo lo continuó con las deambulaciones, las cuales consisten, según Francesco Careri, en alcanzar mediante el andar un estado de hipnosis, una desorientadora pérdida de control, un médium a través del cual se entra en contacto con la parte inconsciente del territorio, pero esto no acaba aquí, a principios de los años 50 La Internacional Letrista, luego la Internacional Situacionista, adopta esta metodología como una posibilidad expresiva y concreta de antiarte, además reconoce y asume el perderse por la ciudad como un medio estéticopolítico a través del cual subvertir el sistema capitalista de posguerra (2009, p.90), aaah no, no le voy a repetir, ya le había dicho que era deriva, bueno resumiendo un poco, los situacionistas se valieron de la deriva, como una forma lúdica de investigación, no solo espacial sino también conceptual, pues a través de la deriva se lograba llegar a una conciencia crítica del potencial lúdico que ofrece el espacio urbano, y su gran capacidad de incentivar el deseo, ¿Qué como así?, pues no solo de las ganas de hacer cosas, sino de pensar, pensar en lo que se quiere, desde el querer llegar rápido a la casa, hasta en cómo ganarse la vida, pero espere…


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No, es que pensé que me estaba sonando el celular, pero no, ¿en qué íbamos?, cierto, es que finalmente es eso, jugar con las imágenes crear relaciones entre formas y sentidos, lo cual los situacionistas, profundizaron de manera excepcional en 1957 en París, en cómo la forma en que la imagen del medio ambiente y las circunstancias que allí se construyen a diario crean una relación íntima entre el actuar y el pensar, y como consecuencia, entre organizar y comunicar, concepto que Matta-Clark adoptó con la palabra “desvío” en los años 70. Este grupo tomó como referencia la ceremonia del Potlatch, ceremonia realizada por los indios Norteamericanos de la costa pacífica, en donde durante la fiesta se observa cómo las relaciones jerárquicas entre los grupos se acentúan, cuando el anfitrión da la cantidad de regalos a los participantes, quienes en algún momento de su vida le corresponden de igual manera, con el paso del tiempo esta práctica se convertía en la misma destrucción de la propiedad y en una negación de las divisiones sociales (Andreotti, 1996, p.15 (2)) , los situacionistas analizan este acto y lo van a ligar ya no persona a persona sino persona y entorno, así lo define Kevin Linch: “Nada se experimenta en sí mismo, sino siempre en relación con sus entornos, con las secuencias de acontecimientos que llevan a ello, con el recuerdo de experiencias anteriores”(Linch,1960, p.9), la relación con el espacio se mantiene vigente principalmente por los recuerdos, por la identificación y relaciones que se crean por la experiencia, el punto de vista, las sensaciones de algún lugar, por ejemplo, al ver un lugar por primera vez, puede ser identificado y relacionado, no porque sea familiar sino porque se ajusta a una apariencia común que construye el observador, esto se entiende definitivamente cuando uno está perdido ¿no?. ¿Qué?, no, la deriva es una de los tantos métodos de hacerlo, pero esto tiene otro nombre, se llama psicogeografía, es una palabra que a mi parecer, es bastante romántica en el sentido que relaciona aspectos sentimentales con algo arbitrario y frío como lo puede ser la geografía

de algún lugar o viceversa, pero a la vez es agradable percatarse cómo definitivamente la imagen o el exterior afecta los sentimientos humanos, pero realmente me llama más la atención cómo términos como los que he nombrado, se dieron a conocer por medio de escritos sueltos y a la vez con un tono de resistencia y convencidos de cada palabra, es más si no estoy mal, cuando Debord escribe sobre la psicogeografía en su texto Introducción a una crítica de Geografía urbana en 1955, dice que realmente el causante de que hubieran tantos carros en las vías y el ambiente fuera tan pesado y ruidoso, era el capitalismo, pues gracias a su idea de progreso y por vender esa idea del que tiene un carro es más privilegiado que el que camina, los embotellamientos y la insuficiencia urbana eran cada vez peores, nada parecido con lo que se vive aquí en esta ciudad… Retomando lo que ya había dicho sobre el juego y la deriva como propuesta que se sitúa fuera del arte, cierto que si, sí, eso suena como raro ya que todo puede ser arte, pero lo que pasa es que como los situacionistas tenían esa influencia ambiciosa Dadá de ir en contra del arte, lo que pretendían realmente era entablar una discusión con las costumbres que se tenían frente al arte en ese momento, no al arte en sí, sino todo lo contrario, querían a mi forma de ver las cosas, llegar a un arte sin obra física, ni con un artista intermediario, ni con representación ni resaltando un talento personal, sino un arte anónimo, colectivo y de resistencia, tomaban de referencia a los surrealistas, pues según los situacionistas no llegaron hasta los límites de exploración al plantear las deambulaciones, pero yo creo más bien, que no les interesaba tampoco, es mas, si se supone que dentro del azar no hay un objetivo específico, ¿cómo iban a llegar a los límites, si ni siquiera se sabía con certeza lo que iba a pasar?. Pero bueno, los situacionistas sustituyeron un campo onírico e inconsciente por una ciudad lúdica y espontánea, valores que le agregan un toque transgresor y de resistencia, veían en el juego, la excusa perfecta para saltarse las reglas del control social y plantear nuevas reglas, empezando por el manejo del tiempo, en lugar de buscar un lapso


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de tiempo para la productividad, hacían lo posible para hacerlo en pro del tiempo libre, del juego y el espacio lúdico, además el espacio era también fundamental, por lo que decidieron alimentar su creatividad por medio de los deseos de los habitantes de la ciudad, así estaban escapando sutilmente de la represión del sistema, como afirmó Francesco Careri “De ese modo el uso del tiempo y el uso del espacio podrían escapar a las reglas del sistema, y sería posible autoconstruir nuevos espacios de libertad: se podría hacer realidad el eslogan Situacionista habitar es estar en casa, en todas partes”(Careri, p.110, 2009) de ahí nacen lo que se les llamó la construcción de situaciones; está como demoradito el transmilenio ¿no?, ¿será que pasó algo?; bueno sigamos, por ejemplo, entre muchas de sus ocurrencias lúdicas estaban: “Abrir el acceso a los tejados de París para poder pasear por ellos, remodelando las escaleras de incendios y creando pasarelas donde sea necesario” o “dotar a las farolas de todas las calles de interruptores, para que el público pueda controlar la iluminación”, ¡uy! o esta, que es una de las campeonas: “Acceso libre e ilimitado de todo el mundo a las cárceles, con la posibilidad de realizar una estancia turística y sin discriminación alguna entre visitantes y reclusos. (Para incrementar el sentido del humor en la vida, los visitantes, elegidos por sorteo doce veces al año, podrán ser arrestados y condenados a una pena real. Con ello se dejará el campo libre a los imbéciles que necesitan correr riesgos interesantes: Los espeólogos de hoy día, por ejemplo, y todos aquellos cuya necesidad de jugar se conforma con imitaciones tan pobres). (Andreotti, p.56-57,1996) Claramente, estos proyectos nunca se llevaron a la realidad por obvias razones, pero lo que vale la pena resaltar es la forma en que son explicados, tienen un tono entre serio y burlón, como una solución a la aburrida cotidianidad de la época. Hubo un silencio alentador que envolvía al gran tumulto de personas impacientes, miraba a mí alrededor con el simple objetivo de observar las caras de desespero y preocupación de los demás, hasta que una señora bostezó de tal forma que aunque se cubrió la boca con la mano, igualmente me hizo bostezar, de repente la gente empezó a dar pequeños pasos hacia adelante guiándose al compás del bus rojo que lentamente se posaba frente a todos, ya no estaba aquel silencio alentador…


Veo Todo y Nada: Proy


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quel pito agudo e intermitente que se oye segundos antes de que las puertas se abran, indica el momento en que hay que asegurar cualquier objeto de valor que se tenga en los bolsillos o en las manos para evitar que misteriosamente se desaparezca, al igual que advierte que una pequeña pero contundente estampida va a tratar de entrar por esa puerta que funciona a modo de embudo sin importar si uno realmente necesita ese bus o no. No hay silla (el que consiga una, realmente se debe sentir afortunado), vamos rápido al jacuzzi (parte central de un articulado, en el que los resortes de tela grises invitan a recostarse, sentarse o acostarse al modo jacuzzi), bueno ahora si, para que fue todo ese cuento que le eché desde que salimos, ya le voy a mostrar, mire, este librito, es mi diario de campo, ¡clarooo!, todo un investigador, resulta que gracias a este, logré aclarar lo que ya le conté, cosas como lograr capturar un momento efímero mediante la escritura y la observación, encontrarle una lógica al caos, prestar más atención a lo cotidiano y a lo extraordinario, a la fragmentación y al hombre transformado en información, además esto que le cuento acerca de la ciudad, son preguntas que me iban surgiendo a medida que iba buscando una metodología, bueno ya le cuento sin más preámbulos:

El proyecto se llama D.C La vuelta, sí, pues se llama así porque hago de unos recorridos que realizo por Bogotá una base creativa, por decirlo así, no pues camino por ahí, jajaja no mentiras, así es la metodología que me “inventé”, la vuelta es la siguiente: Al principio al salir de la universidad, decidí hacer un recorrido común y corriente como ir a la Plaza de Bolívar por la séptima, puro septimazo, anotando todo lo que veía, sí, todo, algo ambicioso lo sé, nunca lo logré ni lo lograré, pero por lo menos, fue un buen y exhaustivo ejercicio, la idea es escribir mientras camino, pues de esta manera al estar inmerso en una actividad fugaz y que necesita no mucha atención, me obliga a escribir rápido, mantener despiertos ahí si los cinco sentidos, jumm a esto ya no le cabe ni un tinto, corrámonos para acá, las situaciones entre las personas, la arquitectura, los olores,

yecto

los colores, el ambiente en general, cuando llegué a mi casa miraba con detenimiento cada palabra y a la vez decía, ¡¿y ahora que hago con todo esto?!, mi primer reacción fue seguir escribiendo, pero esta vez a modo de prosa, exacto, como por ejemplo, “Salgo caminando desde la calle 40 con carrera séptima, de costado sur-norte, empieza a llover, es una lluvia suave, el brillo sobre el asfalto resalta las luces de los carros que rápidamente pasan por ahí y a su vez hace que aparezcan más cosas en la calle de las que realmente están. La gente afanada, con el ceño fruncido y los hombros recogidos caminan ágilmente esquivando charcos y personas, los pocos que tienen sombrilla caminan más lento que los que no tienen, aunque la mayoría tienen gestos de preocupación, al cruzar un semáforo están unos…” cuidado ahí que van a pasar, bueno al principio la escritura la hice más que todo para profundizar en el sentido de relación entre palabra y palabra, un

D.C La Vuelta


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ejercicio de memoria e imagen, en cuanto a la forma en la bitácora el hecho de ser el primer escrito quería que fuera, si usted lo dijo, neutro y ordenado, todavía tenía la idea de mantener algo de objetividad, bueno pero ahí dibujé y todo, no moleste, ¿cómo?, si yo también me hice esa pregunta, la cuál me acordó de una historia que comentó Diana Castellanos en la clase de ilustración, en la que un profesor de ella prefería escribir en lugar de dibujar, por ejemplo, si pasaba por ahí una persona con rasgos muy particulares, él los escribía para luego dibujarlos en otro momento, claro, esto conlleva a una forma muy particular de relacionar la imagen con la memoria y a la vez con la representación, pero luego le explico esa parte, estábamos en la forma de escritura, pero venga póngame atención. Al investigar un poco más acerca de esta forma de escribir en particular, me encontré con que es la unión de dos tipos de crónica, la informativa y la autobiográfica, en donde aunque se mantiene la descripción de los acontecimientos que están sucediendo “en caliente” y no se expresa una opinión personal, el filtro del autor se alcanza a percibir, pues es la relación del que está escribiendo con su entorno, lo que le está pasando a él (como afecciones sobre lo que pasa, similitudes con una experiencia pasada) es independiente a lo que esta viviendo, aunque hay momentos en donde es inevitable no escribir lo que me está pasando por la mente al ver algún tipo de situación, por eso es que es una mezcla entre los dos tipos, sí, de acuerdo a veces es aburrido encasillarse en una definición, pues pasa lo que me pasó al principio de escribir, quería anotar todo lo que veía y pues aunque así lo hago, nunca voy a poder anotar “todo lo que veo”, en donde vamos, uusshh falta como todo el camino.

sino todo lo contrario, pero lo que me llamó la atención era que aunque estaba haciendo la misma actividad de registrar por medio de palabras lo que pasaba, todo lo que ocurría en lugar de ser extraordinario era tan común que era hasta sospechosa su descripción, es una gran recopilación de situaciones y formas comunes, y pensaba: no hay necesidad de comparar nada con el pasado ni con mi entorno a lo conquistador colonial, pues la gente ya sabe, por ejemplo si veía un chirri, ¡ay! Un chirri, un habitante de calle entonces, escribía “chirri pasando”, pero después reflexioné y dije, no, momento, ¿y si en un futuro llegaran y leyeran este diario será que entenderían?, jajaja, pues sí, uno nunca sabe, esto podría servir como documento para constatar nuestro tiempo, digamos si lo llegaran a leer en el año 4015, sabrían como fue el año 2012 en Bogotá, bueno lo llegué a pensar, comparar las cosas con algo mucho más reconocible, pero hasta cierto punto, porque puede llegar a ser despectivo hacia la imaginación de los demás y también se puede poner aburridor, como que no, claro que sí, mil adjetivos para describir un bolardo esta bien una vez pero diecinueve o veinte veces ya cansa, mejor dicho al no querer parecerme tanto a las crónicas de aquellos tiempos, decidí enfatizarme en lo ordinario, en lo habitual, más que en los sucesos extraordinarios aunque si pasan, los escribo, porque puede que para mí sea ordinario pero para otra persona puede resultarle fantástico, por eso desde ese momento decidí organizar un plan de trabajo, en donde cogí un mapa de Bogotá, y como me causó curiosidad la forma en la que estaban dispuestas, delimitadas y hasta enumeradas las diferentes localidades, empecé a señalar las intersecciones en donde veía que se encontraban varias de las vías más importantes de la ciudad, como por ejemplo, la conexión entre las Avenidas Caracas y Boyacá o simplemente yo las hacía mediante mi propio recorrido.

Otra cosa que me di cuenta, mientras escribía por la calle, o más bien me encontré con un cierto parecido, a los cronistas de la colonia, pero porqué se ríe, es en serio, solo que con la diferencia de que yo no estaba en un territorio desconocido ni iba en busca de algo,

Pues si, de esta manera arrancó el proyecto, a la manera de los primeros cronistas, pero en lugar de describir cómo las expediciones padecían duras enfermedades, hambres, incomodidades a causa de la exigencia extraordinaria de los cuerpos por culpa de la agresividad climática de


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la naturaleza tropical, obligando a los escritores a describir minuciosamente la geografía e inevitablemente exagerando cual situación se les presentaba, D.C La Vuelta, no tiene la necesidad de exagerar lo que pasa, pues ahora no hay conquistador para exaltar o vanagloriar, basta con salir a la calle y observar, observar las actitudes de las personas, su forma de ver, toda su existencia, que dentro de esa monotonía se encuentra la mejor de las fantasías; “escribieron cómo las espinas y ramazones les destruían los cuerpos ya atormentados por los tábanos y un ejército de zancudos, jejenes, roedores y muchas sabandijas; cómo los tigres los comían, las culebras les picaban y los feroces caimanes los atemorizaban mientras aguantaban excesivos calores y trataban de guarecerse bajo las hojas de los árboles de las tempestades acompañadas de rayos, truenos y relámpagos espantosos” (Castro, 1996, p.32) pero nunca contaron que ellos probablemente hicieron mucho más daño a la tierra y sus habitantes, lo cuál vemos reflejado hoy en nuestra manera de mirar, hablar, pensar y actuar, es más, antes del siglo XVIII en América no habían enfermedades tales como la fiebre amarilla ni malaria, sino que fueron importadas por esos grandes conquistadores y sus expediciones desde África Occidental, pero bueno, tiene razón, si no hubieran sido ellos, tarde o temprano otros lo iban a hacer.

Recorrido uno y recorrido siete (imagen contigua) en el Diario de Campo D.C La Vuelta





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elajado que todavía falta mucho camino por recorrer, por lo menos, ya no hay tanta gente… No mentiras, sigue igual, en realidad me gusta salir los domingos a caminar, desde siempre yo creo, me he dado cuenta de que ese día es bastante especial para la gente, para pensar en sí mismo, descansar, estar con la gente amada o cercana, sí, tiene su carácter familiar, como para decir lo que no se ha dicho, para descansar, pero a la vez tomar impulso para empezar otra semana, recoger lo que se hizo y no se hizo, volver a empezar en medio de una pausa. El ocio es importante, la gente necesita entretenerse, pensar en algo ajeno para no aburrirse de lo mismo, ver las cosas diferentes pero dentro de un mismo ambiente, por eso es que los centros comerciales, restaurantes, parques, ferias, en fin, todos aquellos lugares de “dispersión” son tan importantes los domingos, porque son lugares especiales para no pensar, solo relacionarse con los demás, sin el miedo al fracaso, ni tampoco a la costumbre, es como si la ciudad estuviera en un estado de reposo, en medio de un caldo de cultivo en donde es más fácil identificar las acciones pasadas. Un ruido repetitivo empieza a llamar la atención de las personas, todos miran hacia las puertas del transmilenio que no se pueden cerrar por la cantidad de personas que hay, un grito ahogado y las caras de desesperación e incomodidad de las mujeres más que todo, culminan cuando de un solo golpe se cierran con esfuerzo las dos puertas, arranca el bus y como si nada…

Aquí hay una palabra importante, repetición, porque no hace falta estudiar a profundidad la ciudad, cualquier ciudad contemporánea, para darse cuenta que todo se parece, es casi una paradoja encontrarse con que el ideal de las personas es salir de la monotonía, hacer cosas diferentes, no aburrirse, pero cómo lograr esto estando inmersos en un lugar que se esfuerza por homogenizar el espacio, tanto físico como social, me acordé de unas afirmaciones y cuestiones que hace Luis Mauricio Cuervo en su ensayo El Espacio Social, “Triste evidencia: Lo repetitivo se impone sobre la unicidad, lo fáctico y lo sofisticado sobre lo espontáneo y lo natural, por lo tanto el producto sobre la obra. Estos espacios repetitivos

son el resultado de gestos repetitivos (los de los trabajadores) y de dispositivos a la vez repetidos y en repetición: Las máquinas, las excavadoras, mezcladoras, grúas, etc. ¿Son intercambiables en la medida en que son homólogos? ¿Son homogéneos para poder ser intercambiados, comprarse y venderse, no teniendo otras diferencias distintas a las monetarias, siendo por tanto cuantificables (volúmenes, distancias)? La repetición reina.”(Cuervo, 1996, p.41) Pareciera que estamos todavía en la revolución industrial, aunque sea implícitamente, aunque ya se tiene más en cuenta la persona


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como tal, seguimos siendo parte de una gran masa cuantificable, es importante el señalamiento que hace Cuervo al decir que los espacios repetitivos son el resultado de gestos repetitivos, cómo podríamos exigir novedades cuando nosotros nos seguimos comportando igual, bueno pero no hay que generalizar, hasta el punto decir que todo es igual, por lo menos en Bogotá me he encontrado con que realmente es una ciudad bastante diversa en todos los sentidos, y como ya se lo había dicho, cabe todo, todo convive, “lo nuevo” y lo viejo, y conviven muy bien, es una especie de palimpsesto, como cuando uno saca una copia de una fotocopia, a esa copia otra copia hasta que termina siendo una imagen totalmente diferente a la inicial, por ejemplo, con los bicitaxis, no es lo mismo subirse a un bicitaxi en Toberín que en las Américas por los lados de Mundo Aventura, en donde honestamente puede ser más divertido, o el uso del ladrillo en las invasiones de los cerros orientales es diferente a la forma de utilizarlos en la localidad de Rafael Uribe Uribe, en donde es mucho más pulcro y estandarizado, si ve, pues aunque es lo mismo en realidad no lo es, dependiendo el contexto y las personas que diariamente se percatan de esto. Buena pregunta, con este proyecto he aprendido a valorar esa monotonía que tanto gusta y a la vez disgusta, valorarla desde varios puntos de vista, primero, desde la parte rutinaria de levantarme temprano los domingos con el simple objetivo de observar, no mentiras, a veces salgo a caminar por las tardes después del almuercito claramente, pero se ha vuelto parte de la rutina, es curioso porque al principio lo hice para salirme de la rutina de quedarme en la casa, segundo, desde la parte de la escritura exhaustiva, me he encontrado con varios elementos y situaciones comunes, en casi todos los recorridos, por ejemplo, la forma de vestir de las personas es muy parecida, con colores vivos, con tenis, bastante deportivos, o si no, muy elegantes, hay pocas personas que salen a la calle solas, siempre van acompañadas, hay

un ambiente particular que está entre el límite de lo privado, de los pensamientos melancólicos, de pereza y ocio, y lo público, el espectáculo y lo extraordinario, solo por nombrar algunos ejemplos; por otro lado, casi que los recorridos están cronometrados virtualmente por un tope de imágenes que mi cabeza y mis ojos pueden recibir con atención, antes de que me de pereza física y mental de ver y escribir al tiempo, esto pasa entre dos a cinco horas, después solo veo lo mismo, no alcanzo a percibir esos pequeños detalles que tanto enriquecen la gran situación que estoy construyendo, y solo queda detenerme y revisar todo lo que vi, para nuevamente volver a empezar desde el mismo lugar, la ciudad, esperar que no me canse antes de tiempo.


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A

hora para aprovechar el tiempo, hablemos acerca de la imagen y la palabra en un sentido conceptual, digo “hablemos” como si lo dejara hablar mucho, pero menos mal que usted me conoce, en realidad esto es más sencillo de lo que suena, me refiero a lo que nos pasa cuando vemos algo, no mentiras, en realidad no es tan sencillo, el filósofo Castoriadis lo define muy bien, présteme el cuaderno, por acá está: “El ser humano, gracias a la imaginación radical, puede ver una cosa en otra cosa, tomar una cosa por otra; ver escribir la palabra perro y que se haga presente –que me represente- un perro. A diferencia del plano animal en que sólo se tiene la señal –por ejemplo el olor de un predador- que está fijado a un objeto. Mientras que para nosotros los humanos no hay solamente señales sino sobre todo símbolos. Y esto es lo que hace posible – es decir aquello sobre lo que se apoya- el lenguaje.” (Giraldo, p.15, 1995) aquí se enuncian varias palabras que vale la pena resaltar en cuanto al proyecto D.C La Vuelta, por ejemplo, la imaginación, es parte fundamental en la estructura del lenguaje, por eso me pareció pertinente el ejercicio de escritura que ya le expliqué, porque al escribir una palabra in-situ, me permite cargarla de un sentido en donde la experiencia es muy importante y me va a dejar ver mucho más que lo que la palabra está enunciando por si sola, ya que esa palabra hace parte de un conjunto de relaciones, por ejemplo, si escribo solamente, postes de luz, puede que no me diga tanto, como cuando escribo, mucha gente, postes de luz, luces de los carros, pues de esta manera puedo encadenar situaciones y aunque son más palabras las imágenes son mucho mas específicas y limitadas, cerrando así el espectro de creación. Tiene toda la razón, la diferencia entre una ciudad vivida y una imaginada es muy grande, pero yo no lo veo como un problema, es más, casi que devela una ciudad con un carácter infinito, pues si la ciudad en sí está en permanente cambio, imagínese la percepción de ciudad para cada ciudadano como estará cambiando en cada momento, y hasta sin darse cuenta, no sé por qué, pero me voy a meter con una frase que aunque me va a permitir explicar las demás que anteriormente dijimos, es bastante compleja, estética de la utopía, jajaja, que bueno que no le parezca tan compleja, de igual forma no es que me vaya a mandar un tratado de filosofía acá en pleno bus.


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Resumiendo bastante lo que la palabra estética encierra, antes ya la había nombrado y todo, cuando hablábamos sobre el fragmento en la ciudad, ¿no se acuerda?, bueno pues retomemos un poco, pues según lo que yo entendí después de cinco estéticas vistas en la universidad, fue que necesariamente hace parte de la experiencia, de la experiencia sensorial, y que a su vez está ligada a mi punto de vista, esto teniendo en cuenta el contexto y la época desde donde se esté juzgando, ya sé, ya sé, tanto así que la estética envuelve a la política y a la ética, pero lo importante aquí es lo que yo puedo aportar desde mi propia vida y transformación para así aportarle al mundo, sonó algo romántico, pero es una de las tantas cosas que he aprendido de verdad en estos últimos años. Estética de la utopía es una frase que me llamó bastante la atención en el ensayo

Deseo y estética del fragmento en la ciudad colombiana del profesor Juan Carlos Pérgolis, sí, ya lo habíamos nombrado varias veces porque me parece valioso su punto de vista en cuanto a la estética de la ciudad, especialmente de Bogotá, pues aunque cree que en la “fragmentada estética del nuevo mundo mágico urbano” no cabe todo, si cree en la forma aleatoria en que van apareciendo las imágenes, “esta nueva red implica también el paso de la estética de la utopía a la de la fantasía (o heterotropía del fragmento) atendiendo a la diversidad de escenarios que se presentan en la gaseosa extensión de una ciudad conformada sobre estructuras inestables y al notable individualismo que caracteriza al mundo actual. Una ciudad futura sin utopías, para una sociedad que remplazó el pensamiento social (con su contenido utópico) por la búsqueda de un bienestar individual inmediato (satisfacción de la fantasía)” luego explica, “La utopía es moral, la fantasía no necesita serlo, ya que como resultante del pensamiento individual no requiere el consenso colectivo que determine lo que es o no moral; esto explica también la preminencia actual de los juicios estéticos

sobre los éticos.” (Pérgolis, p.13, 1995) esto me alivia un poco, pues de alguna forma responde a mi forma de dibujar y de pensar en cierto sentido, pues muchas veces me preocupo demasiado por el porqué de aquel elemento o aquel otro, porqué con esos colores, o porqué así y no de otra forma, cosas que a veces no tienen mayor trascendencia, pero de pronto si tienen un porqué, sólo que después de un tiempo me doy cuenta de que lo tienen. Por eso es que la poética es tan importante, y es un factor que nunca debe perderse de vista, y más aún en una ciudad tan agresiva, el otro día me preguntaba si realmente habían espacios dentro de la ciudad para las mujeres, en donde está aquella ciudad sensual y sensible, que acoge y permite crear lazos de afecto con otras personas, si cada vez todo es más gris, recto, neutro, ascético, plástico y artificial, realmente debe ser muy difícil ser una mujer en una ciudad como Bogotá, en donde la mirada masculina pareciera dictar los parámetros para definir lo que va y lo que no, pero bueno, eso es otra discusión, aunque tiene que ver con la forma poética de percibir la ciudad, estamos es analizando la imagen como posibilidad creativa partiendo de esta masa amorfa, llamada Bogotá, hablando de esto me acordé de un ensayo que hizo una mujer llamada Beatriz García, que se llama En búsqueda de la poética de la ciudad, me gustó bastante porque compara la ciudad con la obra de arte, y más que eso la importancia de habitar la ciudad: “ya los griegos, al hablar de la ciudad, habían comprendido que una de sus características más importantes, además de ser sitio del mayor bienestar de quienes la habitan, debía ser el lugar de su mayor deleite, pues la consideraban como la expresión más perfecta de la organización social donde deberían realizarse las aspiraciones del humano” (García, 1995, p.174) es que ese es el punto, si realmente quiero reflexionar por medio de la imagen, necesito reconocer la ciudad como mi casa, el lugar en donde habito, es una posición algo quemada, pero de lo mismo quemada pareciera que a la gente se le olvida, y toma su ciudad de una forma indiferente, por eso es que es


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agresiva, no la sienten como propia, uuyy empezó a llover otra vez y nosotros sin sombrilla, ahora si que esto se demore todo lo que quiera, que pereza mojarse. Por otro lado, cuando hablo de habitar, ayyy se acuerda del eslogan Situacionista, eso eso, la relación entre el espacio y el sujeto, lo mismo, es esa retroalimentación, en donde yo no recojo todo para mí sin antes dar algo a cambio, García resume habitar de esta manera, “vivir la ciudad como evento materializado y corporeizado en el tiempo, con posibilidades de ser contemplada y palpada, recorrida y sentida en su propia morfología, con posibilidad de armarse y transformarse de acuerdo con la manera como ese accionar humano se explaye en su acción de construirse y recrearse en sus propias dimensiones”(1995, p.178,) esta reflexión da para pensar en cómo articular una imagen vivida o una experiencia en algo bidimensional, luego le cuento más sobre esta cuestión, porque ya que pregunta por ese dibujo, en relación con habitar la ciudad, realmente es algo difícil y no hay solo una forma de hacerlo, pero lo que sí creo es que no hay forma de equivocarse a menos que uno mismo crea estar equivocado, lo cuál es el doble de difícil, ser capaz de autocriticarse, pero ahí voy en el proceso, ¿Qué cómo selecciono esas imágenes dentro de tantas? Mire mas abajito hay una cita de Bergson en cuanto a ese tema, a no, es García citando a Bergson, “… mundo como un conjunto de imágenes, y a la imagen como aquello que tiene la posibilidad

de detenernos en lo concreto la imagen…

contiene el poder para mantener la mente en movimiento” (1995, p.178,) como aquella imagen que es capaz de reunir un universo de circunstancias de una manera efectiva y sencilla, que dialogue con el espectador, que le cuente cosas. Muy buena pregunta, además es algo que hacemos todo el tiempo, por lo menos yo, sí, usted también, es increíble cómo hay personas que logran sintetizar palabras con tanto agrado y seguridad; “la imagen responde a un impulso vital que define formas, descubre movimiento y genera transformaciones que logran duración e implican memoria. De esta manera, cada imagen se construye en una duración que la

temporaliza de acuerdo con la dirección que lleve la experiencia en la cual se manifiesta, pudiendo alcanzar materialidad y perennidad en el tiempo, pero también desapareciendo cuando el motivo que le dio vida ya no esté más”. (1995, p.179.) Porque a pesar de abordar la representación de una manera fiel a las formas reales, la imagen esta estructurada como si fuera un collage, pero no solo de objetos sino de ideas, con una especie de… eso iba a decir, simbolismo, una de las palabras que le dije al principio que son importantes en el proyecto, pues enlaza la palabra con una imagen consciente pero también inconsciente, venga le muestro, aquí está, sí, lo cogí de un libro del filósofo Armando Silva, llamado Imaginarios Urbanos, “lo simbólico está cerca y pasa por los distintos acontecimientos mencionados desde el signo y la palabra, hasta el mito y lo inconsciente, pero no puede identificarse con ninguna de esas expresiones de la vida humana” (Silva, 1992, p.85) y no puede identificarse porque una de las características del símbolo es su doble o múltiple sentido, en donde, por medio del lenguaje, la imagen adquiere otras dimensiones que están por lo general implícitas y necesita de un análisis por parte del que lo recibe para poder comprenderlo, claro, esto conlleva muchas veces a que el receptor se “distraiga”, pero he ahí lo maravilloso del cerebro humano, una imagen puede ser el detonante para crear relaciones y comparaciones con cuestiones que puede que tengan algo en común, como puede que no. Oiga nada que escampa, parece que estamos avanzando sin rumbo por tanta agua que cae, uy mire como el bus va lavando a la gente que va con su sombrillita en la calle, no, es que estaba buscando algo que anoté una vez hablando sobre lo simbólico y la representación, mire: “…el gran estudioso del simbolismo E. Cassirer empleó un bello término, pregnancia simbólica, para referirse a la impotencia que condena al pensamiento


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al no poder intuir algo sin dejar de relacionarlo con uno o muchos sentidos. Esta pregnancia es la consecuencia de que: En la conciencia

humana nada sea simplemente presentado, sino representado. De este modo las cosas

existen, sin duda, pero dependiendo de las figuras que les da el pensamiento, lo que las hace símbolos” (1992, p.86) por eso es que me gustan las imágenes que evocan, no tienen un “mensaje” definido, sino que están en permanente construcción dependiendo el contexto en el que se miren, y también de alguna manera tiene que ver con el juego, con la risa, con gozarse la vida, no, no estoy afirmando que D.C La vuelta sea una parodia de algo ni mucho menos, sino que ahora pensándolo mejor, puede tener su toque irónico y de doble sentido, pues las imágenes aunque hacen referencia a distintos lugares, en la construcción basada en mi propia experiencia, generalmente identifico un contraste ya sea en cuanto a la gente que allí habita y la que pasa caminando, o a las calles y su utilidad, y las verdaderas necesidades de sus habitantes o las desigualdades sociales que hay con tan solo pasar un semáforo, y no solo contrastes sino cómo las cosas cotidianas al reafirmarlas de una manera “no cotidiana” toman otro sentido.

Aaah ya le iba a hablar sobre lo imaginario, pero en cuanto al proyecto, una imagen que se me vino a la cabeza mientras escribía por la calle, fue la de los grabados que acompañaban las crónicas del siglo XV mas o menos, en donde ilustraban las diferentes situaciones por las que tenían que pasar las expediciones al encontrarse en tierras desconocidas, me llamó la atención la capacidad de reunir en una sola imagen tantas circunstancias, olores, colores, sensaciones, pensamientos, pues si bien las criaturas y el espacio terminaban siendo, por así decirlo, falsos, obedecía a un imaginario colectivo que reunía los temores, los anhelos, vivencias, que hacía que esas imágenes tomaran el carácter necesario para apreciarlas afirmando que esas criaturas podrían tener algo de verdadero, en cuanto a este tema Castoriadis decía “la capacidad de hacer surgir como imagen algo que no es, ni que fue”.

Silva desarrollando la idea de lo simbólico, cita a Sigmund Freud, para referirse al chiste como un ejemplo del doble sentido que causa alegría, por medio del lenguaje: “-Cómo anda

Además estas imágenes tienen una carga simbólica increíble, tanto así que la duda de lo que es real y lo que no, así como de los secretos que pueden ocultar y al mismo tiempo revelar, son cuestiones que no son fáciles de lograr, por eso me llaman tanto la atención, son como un reto, decir lo que se tenga que decir pero sin decirlo todo, a manera de secreto, no, porqué dice eso, no es que me gustaría decir mentiras como tal, sino guardarme información para que la imagen se defienda y produzca nuevos pensamientos, esto no le quita lo verdadero ¿o si?, no, no me parece.

este caso las palabras valen por su primitiva significación. Por su referencialidad, pero sólo en cuanto que esa misma referencia adquiere el dramatismo de una verdad insólita” (1992, p.88) jajaja no me mire así, estos chistes así bien lógicos pero a su vez crueles, definen muy bien nuestro carácter como colombianos, en donde de pronto por estar inmersos en un ambiente tan violento, le encontramos gracia a todo, sin importar su raíz original, lo que importa es el instante en que es contado, pero si ve usted me hace desviar de lo que le quería contar, si ve se me olvidó…

Lo imaginario hace parte esencial de lo cotidiano, es lo que permite la mezcla de los deseos y lo que se nos muestra en la vida diaria, es el resultado de un punto de vista compartido hasta el punto de que lo imposible se vuelve realidad, es decir, desde nuestro propio gobierno la fantasía se vuelve posible, con solo un ejemplo de fácil reconocimiento, como es posible que años atrás un narcotraficante se vuelva congresista, o que un ex presidente haya tenido nexos con el narcotráfico, son cosas que son extraordinarias, pero ahora nada nos extraña, Silva propone “lo imaginario, pues, afecta, filtra modela nuestra percepción de la vida y tiene gran impacto en

usted, preguntó el ciego al paralítico- como usted ve, respondió el paralítico al ciego, en


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la elaboración de los relatos de la cotidianidad. La ciudad viene a ser un espacio privilegiado de la cotidianidad, pronunciada por los ciudadanos diariamente, y tales pronunciamientos, la fabulación, el secreto o la mentira, constituyen, entre otras, tres estrategias en la narración del ser urbano. Los relatos urbanos focalizan la ciudad, generando distintos puntos de vista” (1992, p.94) entonces, que mejor forma de inspiración que el diario vivir y la aguda observación de lo que pasa alrededor, seguramente saldrá algo fantástico, venga en donde vamos, ¡uy! ya casi llegamos, solo unas cuantas estaciones y ya, breve.

Ambroise Paré Vigesimo Quinto Libro sobre monstruos y prodigios. París, G. Buon, 1585



U

na estación antes hay que alistarse, de nuevo se hace la operación de los bolsillos; la puerta está a escaso metro y medio pero las veinte personas que están en la entrada la alargan por lo menos 4 metros más, se mira para ambos lados para escoger la puerta menos lejana o la que tenga menos personas en su camino -permiso, gracias, disculpe- estas palabras acompañadas de pequeños pasos y empujoncitos son la clave para salir lo menos desvestido posible. Camine por allá, ahora toca coger un alimentador, espere que no sé cual es, listo ya, jumm dizque diez minutos de espera, ¡¿mi cuaderno?!, ah bueno, oiga tenemos tiempo, cómo que para qué, pues para contarle sobre ahora sí, la forma de D.C La Vuelta:

La cuestión sobre lo efímero, necesitaba articular mi estrecha relación con el graffiti, ya que, sí, usted sabe más que nadie, que desde hace ya casi 7 años se ha convertido en mi estilo de vida, de pensar, de mirar a mi alrededor, las paredes vacías me atraen de alguna manera, jajaja, sería un error no aplicar lo que he aprendido, además estaría negando en lo que más me gusta pensar, bueno, en realidad, quería involucrar varios aspectos, el ya nombrado graffiti, la explicada deriva y el acto de recorrer, y por supuesto la gráfica como forma de expresión y desenvolvimiento, hay varias características del proyecto que se involucran con el graffiti, pero más desde la parte conceptual que formal, dentro del graffiti es muy importante su conexión con la ciudad, casi que, si no existiera la ciudad mucho menos el graffiti, se complementan entre sí, es más que un espacio de desenvolvimiento, los escritores de graffiti entenderán, cuando me refiero a la imposibilidad de dejar quieta la mirada, siempre en busca de los detalles, de los momentos vacíos dentro del movimiento de la ciudad, de aquellos lugares en donde valdría la pena estar presentes, ¿porqué?, este es el momento en el que no tengo ni idea, puede ser por ego, por fama, por no tener nada que hacer, por la simple satisfacción del acto de interrumpir un orden, por resistencia, en fin, esto ya sea mediante un alias, un garabato, un sticker, un cartel, lo que sea, siendo conscientes de que así como la imagen puede durar años también puede durar segundos, no importa, igual se hace el esfuerzo de dejar huella, la práctica del graffiti es egoísta, agresiva, pero dentro de esta exclusión hay una democracia en donde no se oculta nada, es muy sincero, no quiere ser


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lo que no es, además el que lo quiere ver, lo ve y puede que lo entienda, como puede que no, es bastante rebelde e irrespetuoso, casi que no tiene límites, como la misma ciudad; otra cosa que comparte es la ambición de quienes lo practican de querer estar en todas partes, y aun sabiendo de que esto es imposible, sin importar las consecuencias, lo siguen/seguimos haciendo, y la más importante similitud es que cualquier persona lo puede hacer, a fin de cuentas es la imagen la que realmente va a representar al ejecutante y no al revés. Caminar por las principales vías es una práctica importante dentro del graffiti, y más que eso estar allí presentes, mostrarse lo que más se pueda, como si fuera un reto, ¿qué?, realmente los puntos que escogí para caminar son muy arbitrarios, al igual que los límites y numeración de las localidades, la publicidad, la estratificación, mejor dicho son pocas las cosas dentro de Bogotá que no son arbitrarias, casi que son una excusa para desarrollar un plan de investigación y de observación, pues como son tan amplias estas vías, puedo observar con detenimiento los cambios que ocurren cuando paso de un lugar a otro y aunque traté de darle prioridad a las principales vías, de igual manera puedo comparar las situaciones y las imágenes como un todo, ya sea una esquina, un parque o una línea recta, como si fuera un rompecabezas; además quería también que tuviera ese carácter fugaz, momentáneo, como lo es pasar por un lugar y luego irse. Por otro lado, al pasar por estas vías tan concurridas puedo identificar que caracteriza una de la otra, y aunque todas tienen elementos en común, hay pequeños detalles que las hacen únicas, que sobresalen, sin embargo, esta fragmentación hace parte de un todo, mire Jairo Montoya señala este fenómeno haciendo una metáfora con el tejido, “Un nudo no es una realidad causante de un entrecruzamiento de líneas. Es, por el contrario, el efecto de superficie que producen sus encuentros, hasta el punto de hacer de ellas los lazos que lo constituyen. Más allá de

él no hay nada. Su desarticulación y el intento de desatarlo sólo nos dejan ante la experiencia prístina de su desnudez; más allá de él, sólo hay recorridos o caminos que devienen líneas y nada más.” (Montoya, 1995, p.77) pues por eso, ahí está el reto, articular y abarcar una buena síntesis mediante la imagen en donde se logre identificar no la vía, pero si el carácter de la situación en el momento en que pasé por ahí. Otra cosa que le quería contar, era la pertinencia de la escritura dentro del proyecto, aah, pero es que ahora tiene que ver más con la gráfica pero en cuanto a la ciudad, oiga sí, con el graffiti también ahora que lo pienso, la escritura se vuelve memoria, como un testigo espontáneo que recolecta vestigios del pasado, pero no quería que se quedara solo en el recuerdo, sino que circulara de nuevo, que retumbara así sea un momento más en la persona que la viera “toda huella, por el hecho de ser inscrita, permite la repetición y la advocación, asegurando la conservación de un legado y la actualización de lo que así se conserva; pero a su vez permite su permanente reinscripción y la transformación de sus advocaciones. Por eso es vestigio y pista. Así mismo funcionan los monumentos de la ciudad: como vestigios de un lugar acotado cuyo territorio es el efecto de esa superposición de mapas que las múltiples ciudades invisibles terminan por grabar en él” (Montoya, 1997, p.69) sí, eso iba a decir, es curiosa que una de las funciones más importantes de los monumentos, se aplique también a algo tan sencillo y a la vez repudiado muchas veces como el graffiti, o los carteles, que paradójicamente no se crearon para conmemorar algo o para durar décadas en el espacio público, sin embargo también dejan huella, y es mucho más evidente su proceso de deterioro. Llegó nuestro bus, pero no se deje colar porque como hacemos, suba rápido más bien, bueno, no importa, igual nos bajamos como en la tercera parada. Le iba contando, agárrese duro, me di cuenta que quería que las imágenes de los recorridos circularan por medio de carteles, ¿cómo?, no, pero lo llegué a pensar, pero preferí hacer carteles en lugar de graffiti, porque el cartel tiene un carácter de fragmentación y


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de reproducción mucho más evidente que el graffiti, aparte de los costos, claro, imagínese hacer veinte producciones, es mucha pintura, si escasamente pinto una vez al mes y quedo alcanzado de plata como será con veinte pintadas, además con los carteles puedo dejar esa huella a lo largo de los recorridos, hacer que circule la pieza más fácilmente, además el cartel tiene una carga histórica importante dentro de la gráfica, esto sin contar que desde hacía ya tiempo he querido hacer un proyecto en donde el cartel esté involucrado. Buena pregunta, si yo sé, he dicho esa palabra tantas veces, Diana Castellanos lo define de una forma muy concreta “el cartel es un vehículo para sintetizar un mensaje como forma e idea, en ocasiones con un propósito definido, cultural, político o social, desde las particularidades de la colectividad que lo origina. El cartel es la síntesis de un mensaje, puede apelar a emociones íntimas para causar incertidumbre como también asirse a la memoria colectiva” (Castellanos, 2012, p.9) además de su formato particular, tiene un carácter simbólico histórico de unir información, comunicación, democracia, versatilidad, resistencia, sutileza y a la vez contundencia visual. Por otro lado, el cartel y su muy cercana relación con la ciudad y el espacio público, permite hacer una analogía que me gusta mucho, pues el cartel y su desgaste natural al estar en la intemperie afirma la cuestión de una ciudad en permanente creación y significación, además devela esta reinvención por medio de la imagen, ya sea por medio del color añejo, por el rasgamiento de un pedazo de papel, por la yuxtaposición de más carteles, por su desaparición o por el simple hecho de permitir una descontextualización de un lugar por medio del mismo cartel. También tiene el reto de atrapar al transeúnte en fragmentos de segundo, más allá de si se entiende el mensaje o no, lo importante es que sea observado, y más aún cuando se observa el mismo cartel en varios puntos de la ciudad, calma, a eso iba, hay una clara democratización de la imagen, no hay un público en específico (aunque lo haya), cualquiera lo puede ver, pero también es cierto que depende el lugar en que

son ubicados, he estado pensando en cada cartel como el fragmento de un todo (al igual que los recorridos), como si pudiera armar un gran mosaico-mural, una pequeña Bogotá, con los veinte carteles, pero a la vez que cada uno se defienda por si solo, pero también me gustaría, por ejemplo, aprovechar esa estructura de repetición y en lugar de pegar varios carteles iguales seguidos como una gran cenefa, pegar dos o tres carteles diferentes de modo que dialoguen entre ellos, de igual forma, no pegarlos en el mismo orden en que hice los recorridos ni que cada cartel corresponda a su recorrido, digamos, pegar el cartel del recorrido de la ciclovía por la Avenida Boyacá en la Carrera Séptima, de esta forma, se establece un diálogo entre la situación vivida en un lugar, con el contexto en el que la imagen está inscrita, pero igual no tiene que ser regla, de pronto en algunos lugares, si sea divertido pegar el cartel correspondiente, eso lo miraré cuando ya los tenga, si yo sé, sólo me falta hacerlos y ya. Artes Visuales con énfasis en expresión gráfica, ¿porqué?, no me parece, oiga buen punto, esa es otra cosa que me gusta del proyecto, no se encasilla en una etiqueta específica, Ronald Meléndez señala este problema teniendo en cuenta el espacio de formación con la cultura del cartel, “Entendiendo que la gráfica –como aquella que habla desde el arte y el diseño- no solamente se presenta útilmente como medio publicitario, informativo o de transmisión ideológica –pese a su naturaleza social-, sino que sus cualidades materiales han posibilitado la expansión de las prácticas artísticas, gran parte de su producción ha puesto en debate los fines de su actividad como medio para la creación en el arte y la creación en el diseño”(Meléndez, 2012, p.26) igual actualmente, esas fronteras entre diseño y arte se están debilitando cada vez más, así como hay artistas que se dedican al diseño, hay diseñadores que son artistas, sólo que se formaron en diseño, como lo es el sobresaliente caso del americano Shepard


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Fairey, conocido por sus campañas icónicas como la de Obey, en la que usando un alto contraste del luchador mediático André el Gigante, masificó su imagen por medio de stickers y posters hasta el punto de hacerlo un icono dentro de la ciudad de Nueva York, pero en el caso de D.C La vuelta, yo lo considero más como una propuesta de investigación en la cuál por medio de la ilustración puedo conocerme más a mí y a mi ciudad, utilizando el cartel de autor como instrumento, aah, el cartel de autor, casi se me olvida, pero igual son solo tecnicismos, pero tecnicismos importantes. El cartel de autor, es más que un cartel que no informa, o tal vez si informa, pero de una forma diferente, menos alarmante, evocadora, sutil e implícitamente invita a un punto de vista que causa una conexión íntima y sensible con el transeúnte desprevenido, invita directamente a la incertidumbre, a la duda de no saber exactamente que es lo que se está observando y a la vez invita a pensar de una forma casual y repentina, Felipe Gutiérrez afirma “el cartel de autor es concepto, imagen y texto, emite mensajes contingentes que inquietan, sorprenden y provocan pensar y seguir pensando, es una pieza gráfica con un intenso carácter social, cultural y político”(Gutiérrez, 2009) no, todavía falta camino. Sí, la verdad me gustaría hacerlos en serigrafía, a tres tintas, aun no sé bien el formato, pero lo más seguro es que los haga en medio pliego, claro, toca observar muy bien el espacio en donde los voy a poner, específicamente, no le puedo decir en este momento, sí en esta esquina lo voy a pegar así, pero si tendré muy presente el lugar de inscripción, precisamente por el carácter devorador de la calle, cualquier cosa que uno ponga, por más vistosa que sea va a ser parte del mismo concreto; hablando de la técnica, la serigrafía tiene ese carácter bidimensional que exalta los colores planos, y a su vez exige una agilidad y movimiento al momento de imprimir la imagen, que dentro de esa cocina desde hacer el boceto, hasta preparar la tinta,

hay un pensamiento que se dirige a la imagen final, pensando siempre en que todo concuerde, los vacíos, la reserva para el blanco del papel, los registros y la perfección y fuerza que hay que tener para que cada impresión salga lo mejor posible, de hecho leí un ensayo muy bueno del profesor Meléndez, respecto a la influencia y relación de la posición de los instrumentos de trabajo con la intencionalidad de la técnica y la imagen, ”mientras que la verticalidad de la pintura propone la superficie del lienzo como una extensión de la realidad, planteando una continuación del eje de profundidad que pretende sumergir al espectador dentro de una realidad ilusoria, la horizontalidad de la gráfica coloca al espectador en una posición donde la realidad del plano se evidencia como forma bidimensional.” (Meléndez, 2012, p.24-25) la serigrafía en medio de su forma industrial, posee características artesanales que obligan a pensar en imagen, cada trazo tiene que ser muy preciso, encontrándose con una abstracción que aunque se utilice la figuración, la imagen es muy sincera, en cuanto a lo bidimensional, los colores planos y su encuentro por medio de tramas muestran una realidad propia, un mundo imaginario que se escabulle dentro del mundo real, es un lenguaje eficaz en cuanto a precisión, resalta la capacidad del humano de pensar mediante la línea, y al igual que el acto de pegar carteles, hay una conciencia del espacio y el tiempo, como una línea de tiempo, una escritura dentro de un espacio vacío, una irrupción en el espacio público, sin esperar nada a cambio, solo esperar a ser observado, por eso me gustaría pegar los carteles dentro de los horarios en que hice los recorridos, recordando así mi propio caminar, un paseo gráfico.


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V

enga bajémonos acá, bueno por lo menos no está lloviendo, creo que es por allá, no mentiras es por allá, mmmm sabe qué, pues sigamos caminando, sí, esos son algunos bocetos, oiga si, no me había fijado pero tiene razón, pues esa forma de organizar los elementos vienen de los frontispicios, que son alegorías que condensaban gráficamente teorías complejas, generalmente científicas, mas o menos hacia 1650, al principio en el campo científico se pensaba que estas imágenes entorpecían de alguna manera lo que el autor quería decir, pero sólo hasta entrados al siglo XX, gracias al científico y divulgador norteamericano Stephen Jay Gould, se analizaron más detenidamente estas imágenes y se dieron cuenta que realmente eran piezas gráficas muy detalladas y elaboradas, en cuanto a que cobraban a un más sentido si se leía el texto, es decir, era como una gran metáfora visual que complementaba lo que decía el texto, pero claro que no estoy diciendo que al estar solo las Abraham Bosse Frontispicio del libro Leviathan de imágenes no se puedan entender, sino que se develaba Thomas Hobbes 1651 aun más el sentido si se leía lo que seguía, tampoco estoy afirmando que esos bocetos sean alegorías al modo en que por ejemplo, en el frontispicio de Thomas Hobbes, Leviathan, se representa el poder de un estado, no, simplemente es la manera en que tantas palabras y conceptos complejos se logran explicar por medio de una imagen, además por medio de la metáfora y la exaltación de algunos elementos, puedo dirigirme tanto a una idea como a un lugar, pero sin ser totalmente explícito en los elementos que presento, realmente me pareció una opción acertada para concretar un recorrido como tal.


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Por otro lado, me encontré con el problema de cómo mantener un buen detalle, pero a la vez aprovechar el color plano que permite la serigrafía, exacto, mirando los carteles del Art Nouveau, más propiamente los de Alphonse Mucha (1860-1939) y devolviéndome un poco también para analizar el trabajo del padre del cartel moderno Jules Chéret (1836-1932), encontré pertinente el uso de la línea sobre bloques de color, la cuál hace diferenciar los planos que están más cerca de los que están más lejos, también el uso del color para diferenciar un elemento de otro ya que como la carga compositiva es tan saturada de elementos la gama cromática restringida, puede ayudar a unificar pero sin que se pierda ningún detalle. Para allá iba, en cuanto a la tipografía, es importante resaltar como se integra con la imagen por medio del dibujo, realmente hay un ritmo armónico entre lo figurativo y lo tipográfico, y aunque D.C. La Vuelta, no tiene ese carácter ornamental, si tiene en cuenta que el uso de la naturaleza como referente es muy importante ya sea para equilibrar la composición o para permitir conexiones con otros carteles.

Jules Chéret Afiche Palais de Ice Cream París, 1895

Alphonse Mucha Afiche Bieres de la Meuse Praga, 1897


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El otro día hojeando un libro que hizo la revista Juxtapoz, sobre carteles contemporáneos, me encontré con las imágenes de un estudio de diseño de Minneapolis en Estados Unidos, llamado Burlesque Design o Burlesque of North America, dedicados más que todo a hacer carteles para conciertos, portadas de cds, o exposiciones de arte, pero lo que me llamó la atención de la forma en como concebían los carteles, era cómo lograban por medio de la verticalidad del formato, transmitir con la saturación de elementos lo que la banda significa, lo que representa, cómo algo tan abstracto como la música se logra plasmar de una forma que parece tan sencilla de realizar, además el uso de las tipografías retoman ese sentido de integración del Art Nouveau, pero cargado con una estética por así decirlo, urbana, por otro lado, logran crear atmósferas complejas, llenas de texturas, con unos pocos colores, demostrando así una maestría en la técnica y que se rectifica con aquel imaginario metafórico, que tanto me interesa para este proyecto, esto sin contar el detalle logrado por medio de las tramas y las yuxtaposiciones de los colores.

Aaron Horkey de Burlesque Design Afiche para Fantomas 2005

The Decoder Ring Design Concern Afiche para Modest Mouse 2008


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Mmm, sí, las frases, la verdad duré mucho tiempo pensando en como lograr incluir de una manera directa y divertida la tipografía, me encanta la idea de poder crear mis propias fuentes tipográficas, ya que así no estoy limitado a un formalismo y puedo modificar como yo quiera las letras de acuerdo a las necesidades de la imagen, ya sea por composición o por reforzar lo que tenga que decir, las frases son sencillas y busco siempre crear un doble sentido, sí, ¿se acuerda?, pero no a manera de chiste sino reafirmando lo que está en la imagen y a la vez señalando algún aspecto del recorrido, ya sea una sensación, un olor, un color, algún comportamiento, etc,. Otro equipo de diseño que me gusta mucho se llama The Decoder Ring Design Concern, de Austin, Texas, si ve, por eso, es otro ejemplo, en donde los límites entre arte y diseño desaparecen, pues aparte de que están experimentando dentro de la técnica de la serigrafía permanentemente, digamos usando diferentes tintas, barnices, y papeles ecológicos, su percepción en cuanto a la imagen llega a tal punto, que logran sintetizar muy bien el concepto por medio de la correlación texto e imagen, además los negativos o el vacío del papel es parte importante dentro del espacio que crean y reforzando así la composición como un gran todo.

Gustavo Zalamea Proyecto Bogotá Postal -Bogotá para Alejandro Obregón1994

Milena Bonilla Plano Transitorio 2002 - 2004 Ruta 593 partida: Cra. 10 Cll 26 llegada: Cra. 50 A con Cll 131

Pero sin ir tan lejos, otros ejemplos no tanto en serigrafía pero sí en cuanto a proyectos gráficos que involucren a Bogotá como tema general, es pertinente nombrar a Gustavo Zalamea con Proyecto Bogotá (1994), y a Milena Bonilla con Plano transitorio (2002-2004); el primero, trata de una serie de postales en donde a través de fotomontajes de varios lugares significativos de Bogotá, se re-significa el sentido del espacio desde el punto de vista turístico, y se muestra a Bogotá como ejemplo en donde los ciudadanos y sus gobernantes hacen de ella una utopía, como un lugar en donde todo puede ser posible, pero bajo el ojo crítico de Zalamea en donde pone en cuestión mediante los títulos, distintas problemáticas sociales, económicas y culturales que estaba viviendo la ciudad en esa época, en paralelo, el proyecto de Bonilla, pone en relación el lugar físico con el lugar mental, digamos, ella al subirse al azar a un bus buscaba una silla que estuviera rota y lo que se demorara en coserla, era el tiempo que estaba en el bus, si yo sé, me imagino cuantos buses cogió para encontrar una silla vacía, vacía y además rota, bueno, el caso es que al final formó un mapa interactivo en donde cada recorrido tenía un color, el color del hilo que uso para coser las sillas, de esta forma relacionó el tiempo que estuvo en el bus haciendo una acción con un pensamiento que nada tenía que ver con lo que se le pasaba por la mente, sin embargo, todo hace parte de una sola cosa, de un circuito fragmentado, como el pensamiento y la memoria.


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Si se da cuenta, estos proyectos son un ejemplo de lo que quiero combinar en D.C La Vuelta, todo lo que le he ido comentando, exacto, pero específicamente, me gusta como implícitamente involucran lo imaginario con la cotidianidad de Bogotá, así como hacen el uso del recorrido y la fotografía, no solo como registro, sino como base para crear memoria y anclar la parte gráfica con la investigativa.



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ranquilo que yo estoy seguro de que era por aquí; pero por supuesto, antes ya había hecho proyectos, pero tenían objetivos distintos, yo diría que son un poco más cerrados, en cuanto a circulación, pero igual disfruté mucho haciéndolos:

La serie Colores (2010), cuatro ensamblajes entre latas de aerosol y dibujos sobre papel de 40 x 60 cm realizados con acrílicos y grafito, el ensamblaje Negro, es la representación de la sala de mi casa en las horas de la noche, la puerta entreabierta hace que un haz de luz revele el piso y algunos muebles, Azul, muestra un angosto callejón de piso a techo, dejando ver las paredes carcomidas por la suciedad y la ropa colgada en cuerdas a lo alto, el siguiente es Amarillo, una mirada por medio de una reja y en el fondo se observa una caseta con una construcción precaria al lado de una escalera y unas ventanas, y por último está Rojo, en donde está una reja diferente a la anterior y de lado, en el plano de atrás esta la entrada a una casa y unas bolsas de escombros apiladas. Éste trabajo nace por la inquietud de relacionar la acción de recorrer la ciudad con observar su arquitectura y el hecho de hacer graffiti sobre ella, jajaja si para variar, así que sentí la necesidad de reflexionar acerca de dejar un registro por los lugares por donde transito, sustentar de una forma en particular mi paso por un espacio y también la importancia que tiene sentirse parte de un entorno, saber que cada movimiento tiene una repercusión en el espacio y aquella intimidad que se crea a medida que se cree que no hay nadie observando aquel instante, y a la vez temor, temor al reconocer lo envolvente y abrumador que puede llegar a ser un lugar, que aunque no es nuevo en el sentido físico, si lo es en la forma de contemplarlo y también de recorrerlo, la misma sensación que produce hacer graffiti.


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Camilo Cuervo B. Serie Colores (Negro, Azul, Amarillo, Rojo) Ensamblaje 60 x 40 cm. 2010


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Esta reflexión, relacionando la apariencia física y las sensaciones que un espacio puede producir en la mente a medida que el cuerpo se va desplazando y también la necesidad de dejar una huella en sitios específicos me llevó a enfatizar aún más en el hecho de recorrer un camino, de esta forma se gesta Sinlugar (2010), un ensamblaje de latas de aerosol, bueno quiere que le explique o no, aaah bueno, en ellas circunscritos una serie de dibujos que representan en su totalidad el mapa de una de las vías principales del municipio de Chía, la Avenida Pradilla, pero resaltando diferentes ángulos de visión de aquellos lugares que han perdido su razón de ser a causa de su aparente abandono o por ser concebidos no para lo que se construyeron sino, para lo que realmente sirven, por ejemplo, un paradero que sirve más de bodega de escombros que de paradero como tal.

Camilo Cuervo B. Sinlugar Ensamblaje 120 x 80 cm. 2010


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Estas incisiones tratadas de forma tal que el óxido y la pintura del interior de las latas de aerosol abiertas, se mezclan, le dan a la instalación un aspecto de abandono y a la vez hace referencia a la gráfica urbana de los inicios de un graffiti más elemental e ingenuo de como lo conocemos hoy en día, mas que todo en Roma y en París. En este proyecto se señala la relación entre deriva, la utilidad de los espacios vacíos y los no-lugares, también en la forma conceptual en que el graffiti como actividad se vincula indirectamente con la idea de funcionalismo de una ciudad, en donde cada objeto está concebido para estar en función de algo, y la imagen de los espacios vacíos van en contra de esta idea, pues al estar inmersos en un no-lugar como lo es la Avenida Pradilla (ya que no fue construida para “estar” como tal sino solo como un espacio de paso, solo para transitar) y al no funcionar para algo en específico, el graffiti los activa, de forma tal que hacen parte de un entorno y a la vez están sirviendo para algo, desde lo visual interfieren en la mirada desinteresada de lo habitual. El trabajo en la forma en que está organizado recuerda los mapas psicogeográficos de Guy Debord, que realizó en París en 1957 para darle una nueva organización y sentido a como realmente se perciben los lugares y espacios que existen en un mapa como tal, resaltando las sensaciones que estos lugares generan en el visitante, de esta forma el mapa se vuelve mucho más privado y personal, pero manteniendo aun así la objetividad informativa que se busca al ver un mapa como objeto.

Guy Debord Psychogeographique de París / The Naked City 1957


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Profundizando en el tema de la deriva, el funcionalismo y la gráfica urbana surge Analogías Melancólicas (2011), tres mosaicos de 2 por 2 metros construidos a partir de fotografías tomadas en tres derivas realizadas en tiempos diferentes pero a lo largo de un mismo trayecto; Mi Campo de Girasoles, es el primer mosaico en donde por medio del registro a los postes de luz con lámpara a lo largo de un cuadrante se construyó un gran cuadrado emulando la forma de una flor, Mis Riachuelos, es el segundo, y está conformado por las tapas de los registros de agua, Mis Estrellas, es el último mosaico y las fotografías son de las diferentes señales de tránsito que se encontraron en el trayecto.

Camilo Cuervo B. Analogías Melancólicas Mi Campo de Girasoles/ Mis Riachuelos/ Mis Estrellas Fotografía Digital 200 x 200 cm. 2011


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Las formas repetidas y dispuestas en una misma composición (el peso en la parte izquierda a la hora de tomar las fotografías) dan cuenta del proceso creativo de deriva, un ciclo, ya que la estrategia para tomar las fotografías fue dar alrededor de los cien pasos tomar la fotografía y así sucesivamente en línea recta hasta dar totalmente toda la vuelta al cuadrante, ya que la disposición de las calles son casi cuadrículas uniformes. Las formas y los colores casi monocromos que tienen las fotografías señalan de forma indirecta la apariencia urbana de los adoquines y baldosas comunes de los barrios populares de Bogotá y en Colombia en general, gracias a la industrialización, conectando así lo visual con un recorrido físico. ¡Que bueno que lo nota!, en este proceso se ve cómo la preocupación por la técnica en relación con el concepto, por así decirlo, es un permanente diálogo entre la fotografía, el dibujo y la escritura, pero en los anteriores proyectos la exploración iba más dirigida hacia la mirada, realizar por medio del registro fotográfico una reflexión constante hacia sucesos que están ocurriendo actualmente con relación a aspectos culturales y sociales que han trascendido en el tiempo y se han incluido dentro de la cultura de forma tal que se pueden identificar como propias, por ejemplo, la movilidad en la ciudad y la percepción del entorno. Mmm, por ejemplo, Gabriel Orozco, un artista mexicano nacido en 1962 en Veracruz, hijo del muralista Mario Orozco Rivera, reflexiona a través de su obra un pensamiento que liga la forma en que se ve la realidad y ésta cómo se interpreta cuando uno se enfrenta a objetos sencillos que dentro de un contexto habitual se verían casi irrelevantes para crear alguna reflexión; por ejemplo en la obra “Isla dentro de isla”, (1993), en donde se presenta un registro en el cual está en primer plano una acumulación de desechos encontrados por el artista, dispuestos de forma tal que se asemejan bastante al panorama de la ciudad de Nueva York que está en la lejanía; se evidencia cómo por medio de una acción tan cotidiana como deambular por la calle, se convierte en eje central para poder discernir lo que merece ser registrado (y por lo tanto mostrado a los demás) y lo que no, una mirada instantánea cargada de humor, de poesía y belleza a la vez, aspectos fundamentales que hacen de una situación sencilla, algo contundente y elocuente, que para el ojo desprevenido, a primera vista es tan simple que parece una broma, pero al acercarse más se encuentra una relación tan íntima entre la mirada y la realidad, que el azar con que fue concebida la obra, desaparece, hasta el punto de dudar si realmente no hubo una premeditación. Orozco en una de las entrevistas que tuvo con Benjamin H.D. Buchloh, sí, por acá lo tengo escrito, ayyy lea, sostiene lo siguiente, “Se han visto objetos fácilmente considerados preciosos (por una u otra razón estética) que son puestos en la banqueta, en medio de un bosque, o en un supermercado para añadirles efecto de realidad. El resultado no ha sido más que el inventario de las partes. Si uno tiene una obra convencional y la arroja de modo rígido y gratuito a la tiranía del azar, el resultado va a ser, una vez más, solo una obra convencional” (Buchloh, 2000), ésta afirmación revela que definitivamente el azar no es la sustancia principal de su obra y aunque si hay una dosis de ésta, la intervención del artista, desde la manera en que toma el registro hasta el título que le adjudica, define una postura y da unas pautas específicas para la lectura de la imagen.


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La conexión de Orozco con la realidad y la gente, aunque tuvo influencia conceptual con el muralismo mexicano, no estuvo de acuerdo en cuanto a técnica, según Buchloh, porque nunca le ha gustado lo obvio, lo gratuito, el adorno y la indulgencia, no sé si realmente se refiera a la pintura como tal o por lo que pasaba con la pintura en los noventa (ya que según algunos críticos estaba muy distante de la vida cotidiana y del contexto), pero a lo que voy es que en las obras de Gabriel Orozco siempre hay cabida de la duda de Gabriel Orozco ¿el artista lo intervino, o lo encontró así?, es decir, Island within an Island/Isla dentro de isla el proceso puede determinar la interpretación de Impresión cibacromo una obra, el constante juego entre la objetividad 40.60 x 50.80 cm Colección Jumex y la subjetividad hace que el mismo espectador 1993 cuestione su realidad y la de los demás, ahí está el juego, que por medio de una imagen tan sencilla, casi absurda, permita un cuestionamiento y permita divagar para descubrir el origen de la imagen, esto sin contar el sinnúmero de analogías y relaciones que la obra genera, una reflexión hacia la mirada. En obras posteriores como “La sala de espera” (1998), un registro fotográfico de cuatro sillas vacías y una pared desgastada en particular en donde se apoyan las cabezas de quienes se han sentado que en el resto del muro, se refleja por medio de la simplicidad, la desconfianza hacia la representación, de tal forma que roza con el ready-made de Duchamp al sustituir la representación de cosas por la presentación de realidades, formas tan comunes que al insertarlas en el circuito del arte su significado real cambia al sugerirle al espectador otras formas de ver. En cuanto a la obra de María Elvira Escallón “Nuevas Floras” 2003-2007, serie de intervenciones en paisajes “alejados de la urbe bogotana”, en donde un maestro ebanista esculpió unos diseños barrocos y coloniales de la arquitectura y el mobiliario, directamente sobre ramas de árboles, cuando la intervención finalizó, Escallón la registró por medio de fotografías a color, haciéndole también un seguimiento de cómo los árboles asimilaron este proceso a medida que transcurría el tiempo.

Gabriel Orozco The Waiting Room/La sala de espera Impresión cibacromo 40.60 x 50.80 cm 1998


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Lo importante aquí es reconocer cómo logra relacionar formas adoptadas como propias, (por su abundancia dentro nuestra cultura), que emulan lo orgánico pero a la vez derivan de un proceso artesanal de producción masiva, que por medio de un acto agresivo se inserta realmente a lo que pretende emular, a la naturaleza, aquí también existe una preocupación por la representación y la mirada, pero esta vez desde una analogía de lo natural y lo cultural, y como lo dijo José Roca en el marco del premio Luis Caballero del 2003 “lo natural es aquí entendido como el estado natural de las cosas – que justamente al estar naturalizado se acepta como un orden incontrovertibley la obra de Escallón se encamina a perturbar la naturalidad de ese orden, introduciendo un elemento que lo pone en cuestión” (Roca, 2003), así que la palabra natural, abarca desde lo habitual y cotidiano hasta lo literal del paisaje, y en últimas eso es lo que muestra, un paisaje natural intervenido, que gracias a la abstracción geométrica y arquitectónica, emula prácticas culturales de diseñar la naturaleza por medio de formas específicas, aquí a diferencia de Orozco la intervención se hace obvia para enfatizar una realidad directamente pero a manera de ciclo y transformación, a fin de cuentas el material manipulado es la madera, que con relación a D.C. La Vuelta, al reinsertar los carteles al mismo medio (la calle) del que por así decirlo, tomé el material para realizarlos e inevitablemente la misma calle los va a absorber y deteriorar, finalmente lo único que va a quedar va a ser el registro, espere un momento…

María Elvíra Escallón Nuevas Floras Impresión cibacromo 80 x 100 cm 2003-2007


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Apéndice “Quien quiera desarrollar esta capacidad para recordar, ha de escoger lugares y formar imágenes mentales de las cosas que quiere recordar y luego almacenar estas imágenes en dichos lugares, de forma que la ordenación de los lugares garantice la ordenación de las cosas, y las imágenes de las cosas designen las cosas, y podamos utilizar los lugares y las imágenes como tablilla de cera” Simónides de Ceos -Señor agente, yo no le estaba hablando a ella, en serio, nooo, tampoco la estaba persiguiendo, yo sé, yo sé, tampoco la conozco, solamente me acerqué, además, ella cogió mi cuaderno por equivocación, créame, que no le estaba hablando a ella, pero es que… no, tampoco tengo drogas, yo no sabía que la estaba persiguiendo, si ni siquiera sabía para donde iba yo…-



Segunda Parte

D.C La Vuelta se desarrolló a lo largo del año 2012, partiendo de una bitácora o más bien

cuaderno de viaje en el que quedaron registrados olores, estructuras, construcciones, personas, pensamientos, palabras, objetos, etc. por lo menos lo que alcanzaba a percibir mientras caminaba; este registro se hacía in-situ, solo escritura y algunas veces dibujo y fotografía. Luego de digerir con más calma lo sucedido, sentado en una cómoda silla, subrayaba las palabras que reunían y sintetizaban lo más común o repetitivo durante el recorrido, a modo de eslabones, casi que el cartel se iba construyendo por sí solo. La bitácora como memoria externa, fue esencial para reunir la escritura y la imagen, para recordar el camino de cada lugar, la conexión entre el espacio físico y el virtual se fundían a la hora de estar bocetando. Por otro lado ese pequeño libro con el que todo empezó, a medida que pasaba el tiempo se iba agrandando, casi que descuadernando de tanta información, iba siendo testigo de la objetividad y rigidez de una mirada temerosa de un principio a la intimidad, sencillez casi poética que refleja la absorción de la deriva como medio de creación en los últimos recorridos; recorridos que por medio de carteles son dispuestos al público para que observen un punto de vista que va cambiando todo el tiempo, y se evidencia con su desgaste y deterioro, es la misma imagen para el ojo desprevenido pero para el atento, siempre es diferente, aunque sea la misma imagen, al igual que lo que pasa con la ciudad.




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Recorrido 1 “Lluvia, aparecen más cosas de las que hay” Fecha: 14 de Febrero de 2012 Lugar: Del Parque Nacional a la Plaza de Bolívar por la carrera Séptima. Localidad: Santa Fé Hora: 4:45 pm – 6:30 pm Serigrafía a 3 tintas en orden de impresión: Amarillo, gris, negro.

Con el recorrido por la localidad de Santa Fé inicié el proceso, por lo cual a imagen sirvió como base para lo que realmente iba a ser el proyecto D.C La Vuelta, un problema muy ambicioso, ¿cómo lograr condensar y resumir en una imagen tantas experiencias, colores, olores, situaciones, etc.?; durante este recorrido en particular simplemente me dejé llevar, solo seguí una “línea” recta, estaba lloviendo y además, de estar usando capucha y sombrilla, sentía que mi espacio de visión era bastante reducido, por lo cuál la escritura que hacía en la bitácor, aunque juiciosa, era muy rígida y objetiva. El producto visual es un charco reflejando la típica perspectiva cuando uno camina por la séptima, siempre cambiante y abrumadora, acompañada de palomas que vuelan sobre el asfalto, para romper la composición tan pesada, en un principio estaba un perro criollo rascándose, pero no había un equilibrio entre la perspectiva y el fondo, entonces decidí finalmente ubicar en la mitad una de las famosas intersecciones que en el momento se veían cercando la carrera séptima con la cinta amarilla que dice “peligro”, los reflejos crean ilusiones y fantasías, rozan con lo abstracto y aunque seguramente no solo en la séptima ese día llovió, fue una constante ese día y aun así fue una lluvia diferente, diferente porque sentí la necesidad de hablar de ella, la lluvia y los charcos en la Séptima.



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Recorrido 2 “Amplio y Concreto” Fecha: 19 de Febrero de 2012 Lugar: Desde la Calle 26 hasta la Carrera 30 con calle 60. Localidad: Teusaquillo Hora: 10:16 am – 12:33 m Serigrafía a 3 tintas en orden de impresión: Amarillo, azul aguamarina, marrón.

El principal reto para esta imagen fue encontrar la sutileza para hablar de un problema urbanístico, social, económico y político que vive Bogotá en esta zona por la cuestión de los carruseles de la contratación, un caso de corrupción política en el mandato del exalcalde Samuel Moreno Rojas en el 2010, en donde salieron a la luz pública pruebas que vinculaban desfalcos multimillonarios en comisiones de obras públicas por parte del excongresista Germán Olano y el empresario Miguel Nule, cuya empresa estaba a cargo de la construcción de la tercera fase de Transmilenio; problema que inevitablemente reluce cada vez que uno camina por este lugar, el contraste entre la búsqueda de una ciudad limpia, con grandes bloques de concreto, gris, y su actual situación de obras negras, inconclusas, polisombras, huecos, y pequeños bodegones escondidos detrás de las cintas de precaución. El panorama en general es un gran espacio, dividido entre “el progreso” y “lo antiguo”, pero curiosamente los dos están tapados o cubiertos ya sea por cuestión de seguridad y orden, o simplemente por preservación. Por otro lado la composición recuerda a aquellos posters de los años 30 en donde se invitaba a ser parte del progreso, de la civilización, como si algo importante y majestuoso fuera a acontecer, Durante ésta época el maquillaje en general, era muy sutil, a causa de la caída de la bolsa de 1929, la gente no se podía dar el lujo de invertir en maquillaje; esto afectó la gráfica particularmente, pues desde la tipografía directa y contundente con pequeños detalles en las gotas de las letras, resaltaban sobre un color plano y tonos pastel; el juego entre si avanzo o retrocedo, lo cubro o lo destapo, gasto lo que no tengo, pues la apariencia es lo que cuenta.



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Recorrido 3 “Esperando entre los que corren” Fecha: 26 de Febrero de 2012 Lugar: De la Calle 170 hasta la Avenida Boyacá con Calle 134 Localidad: Usaquén y Suba Hora: 11:30 am – 2:15 pm Serigrafía a 3 tintas en orden de impresión: Amarillo, rojo, violeta.

Aquel fue un recorrido bastante deportivo y familiar, muy agradable, tanto así que el tiempo se pasó tan rápido que no me percaté de todas las imágenes que habían a mi alrededor, sólo hasta que me detuve a pensar -¿porqué no traje una bicicleta?-, solo a mi se me ocurre salir a escribir en medio de una ciclovía, aunque al final ya me dolía tanto la cabeza que la sensación era como si hubiera estado en el mar, un mar en el que todo pasa muy rápido. La imagen por medio de la línea alude a aquella sensación de fatiga, de saturación y exceso, pero a la vez de frescura, una metáfora de la cabeza que lo absorbe todo, y ese momento en el que se sienten tapados y ultrasensibles los oídos cuando uno hace la misma actividad física durante un largo lapso de tiempo. La mayor dificultad fue relacionar de una manera coherente la tipografía con la oreja y el pelo, mas que todo en las letras “e” ya que no quería que todas fueran iguales, mas bien que fueran parecidas y con continuidad, que se salieran del plano; a mi parecer me pareció que venía bien el juego entre dos diferentes lecturas en una misma frase, Esperando entre los que corren y Esperando entre que los corren, pues es importante que aunque sea un cartel, tenga que hacer pensar y obligar al espectador a una segunda mirada.



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Recorrido 4 “Siga” Fecha: 4 de Marzo de 2012 Lugar: Desde la calle 64 con Caracas hasta la Calle 24 pasando por la Avenida Circunvalar. Localidad: Chapinero. Hora: 3:20 pm – 5:15 pm Serigrafía a 3 tintas en orden de impresión: Fucsia, marrón, negro.

El ambiente fue una mezcla entre agresivo y femenino, muchas cosas dirigidas al público femenino, desde los accesorios hasta las casas, es más, las calles también, sus curvas y colores evocaban extravagancia y sensualidad, aunque a su vez tanto ruido, polución, y aspecto de desgaste de piedras y ladrillos, hacían temeroso el andar, los continuos cambios y contrastes entre naturaleza y construcciones, edificios altos e invasiones, ruido y silencio, limpieza y suciedad, dieron las bases para la composición caótica y concéntrica de aquel nido de copetones, en la que inicialmente era como si fuera un aviso de neón de casino que decía Extravagante y Sensual con un copetón agarrado de la “s” de sensual, en la parte inferior una flecha típica de las esquinas bogotanas y en la parte superior un techo de tejas de barro y al fondo las respectivas invasiones en la montaña, pero aquí la tipografía se volvió protagonista y casi no se entendía la idea de aviso, finalmente decidí que los reales protagonistas fueran los huevos de los copetones, envueltos en un gran nido con flores de diente de león, la iglesia de Lourdes, la flecha la mantuve y la ilegibilidad del anterior, sólo con la diferencia de que ahora dice Sigaa con doble “a” y hecha a partir de las hojas del nido, esto en la parte inferior, y en la parte superior un copetón asomándose al nido y otro mirando al horizonte camuflado entre las invasiones y el cielo con textura de madera, pero al girar el boceto 180° la composición se torno mucho más imponente ya que la silueta de la iglesia junto con la flor y la flecha le dio mucha mas visibilidad y legibilidad a las letras, de igual manera los copetones equilibran mucho mejor en cuanto a tonalidades y crean unas diagonales que dialogan muy bien con los espacios vacíos aprovechados por el color del papel, reforzando también el concepto de inestabilidad y de cambio permanente, aquel renacer continuo de la ciudad.



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Recorrido 5 “, ahí…” Fecha: 11 de Marzo de 2012 Lugar: Desde la Carrera 47 hasta el Portal Banderas por la Avenida de las Américas. Localidad: Puente Aranda y Kennedy. Hora: 3:25 pm – 5:29 pm Serigrafía a 3 tintas en orden de impresión: Gris, verde, negro.

Esta parte de Bogotá es un espacio caracterizado por su gran cobertura, grandes andenes y bodegas siguen una línea recta que transmite una sensación de seguridad pero a la vez de desconfianza, todo a pesar del gran movimiento y transito, permanece intacto y limpio, como si hubiera una permanente vigilancia la cual no logro identificar, se siente una extraña intimidación y prevención, al estar en medio de un horizonte casi plano e infinito, invadido por bloques y organización. El cartel para este recorrido es especial porque por medio de una imagen limpia evoca aquel ambiente misterioso de desorden y orden en uno, la ciudad que recibe todos los lamentos y anhelos en un gran escenario que es apreciado por pocos; es sencilla, un carrito para vender aguacates levitando. Al principio quería poner una figura, en este caso, un niño comiendo helado y sentado sobre el carro, para enfatizar esa unión entre lo utópico y la realidad cotidiana, pero finalmente decidí quitarlo y desarticular el mismo carro evidenciando mejor el hecho de que está levitando, de señalar mas bien el conjunto de sensaciones del momento, la fragilidad y la maleabilidad de algo al parecer común e inmutable, y para conectarlo con los demás carteles formalmente, de fondo dejé la expresión “, ahí…” como una respuesta ambigua, entre la inestabilidad y el querer ocultar lo que realmente está pasando, una evasiva a una pregunta tan común como por ejemplo -¿Cómo estas?-.



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Recorrido 6 “Suerte Perrito” Fecha: 19 de Marzo de 2012 Lugar: Intersección Avenida Caracas con Boyacá. Localidad: Usme. Hora: 3:49 pm – 5:12 pm Serigrafía a 3 tintas en orden de impresión: Ocre, azul, marrón.

El paisaje abrumador de construcción tras construcción, cubos de ladrillo, uno encima de otro, tan imponente pero a la vez tan frágil y violento, un panorama gris y misterioso, tras los pasos, gente despreocupada y también pendiente de cualquier movimiento, miradas agresivas y punzantes hacen revaluar mi posición. La pieza: una acumulación de las llamadas zorras de carga, comúnmente utilizadas por los recicladores, sumergidas en un ambiente grasoso, resbaladizo, hay que tomarse un tiempo para identificar el objeto, más no las formas. El enunciado Suerte Perrito hace una conexión entre el lenguaje coloquial y una trascendencia entre el juego y la realidad, entre pobreza y riqueza, o modales y vulgaridad, ese fino límite entre el éxito y la desventura, aquel deseo permanente de superarse de estar en lo alto.



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Recorrido 7 “Cuídese, voy a mirar a ver…” Fecha: 25 de Marzo de 2012 Lugar: Intersección Avenida Primero de Mayo con Boyacá Localidad: Antonio Nariño, Mártires, Puente Aranda. Hora: 3:06 pm – 5:03 pm Serigrafía a 3 tintas en orden de impresión: Naranja, gris, azul.

Un domingo feliz, nunca había visto tantos abrazos diferentes sin pretensión alguna por personas desconocidas, decido caminar en línea recta, exceso de colores, olores y ruidos, una línea estrafalaria, tan decorada y artificial, la saturación sensorial es increíble, tanto así que fue el único recorrido en el que casi me roban. Entre puentes y barrios laberinto el tiempo se hace muy lento, tanta información se me escapa y agarro lo más que puedo entre la desesperación y las ganas de correr, solo fachadas. En cuanto a la imagen, el principal problema fue el uso adecuado del color naranja, ¿cómo lograr un equilibrio fondo-figura sin entorpecer el gesto de la mancha con el de la línea?, aquí en particular la acumulación de formas es hecha por una sola línea, la línea equivalente a lo que fue la Avenida Primero de Mayo ese domingo en especial.



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Recorrido 8 “Ojalá” Fecha: 8 de Abril de 2012 Lugar: Monserrate Localidad: Candelaria. Hora: 12:04 pm – 5:00 pm Serigrafía a 3 tintas en orden de impresión: Rojo, verde, negro.

Al amanecer con el cuello tieso, mirar alrededor es una tarea de todo el cuerpo, al mismo tiempo que es algo extraño, al limitar el movimiento de la cabeza, la sensación de cansancio es mayor y más cuando se suben y se bajan escaleras un domingo de pascua; el cartel lo realicé a modo de estampa, una estampa gigante, en donde se evidencia por medio de la palabra Ojalá el contraste entre el anhelo, la esperanza, el fervor y la fe con que las personas suben a Monserrate en tiempo santo y a la vez como hay una mirada sesgada y arbitraria en lo que se considera que esta bien o esta mal, los contrarios complementarios de la fé y la realidad, se representan por medio de la posición de las manos, el lado del fondo con color verde son las manos que anhelan, mientras que las del fondo rojo son las que señalan y juzgan, pero a la final son parte de un todo, de un inicio y un final, un arriba y un abajo en continuo cambio.



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Recorrido 9 “Hágame un favor” Fecha: 22 de Abril de 2012 Lugar: Calle 80 con Avenida Ciudad de Cali Localidad: Engativá, Suba. Hora: 4:32 pm – 6:30 pm Serigrafía a 3 tintas en orden de impresión: Gris, marrón, negro.

Hacía calor pero a la vez estaba lloviendo, a lo largo del trayecto hubo muchas coincidencias con las caminatas por la carrera séptima, como el divisor en concreto entre los carros que van y los que vienen, los fuertes contrastes entre las construcciones a su alrededor, pero definitivamente lo que más me llamó la atención es el modo en que se acoge cada época en aquel lugar, todo permanece, el modo de decorar el jardín, el uso de la caligrafía en los avisos publicitarios, las rejas, el tipo de automóviles, las lámparas y hasta los parques de los conjuntos, es una mezcla entre el presente y el pasado, esto sumado a los intervalos de tiempo entre el ruido y el silencio, el pisar de los charcos y el barro, me dio pie para aceptarme como un completo turista. El cartel se relaciona con el primer recorrido ya que en cuanto a su forma y contenido están muy ligados, además que las perspectivas que se forman en los barrios en donde la calle es muy angosta siempre me han cautivado por la cantidad de detalles que tienen y cómo logran envolverme en una atmósfera de misterio e inseguridad, que me es difícil comprender, en un inicio quería que la imagen fuera una silueta en un color del reflejo de aquella perspectiva, con un solo cable atravesado, una luna en la parte superior izquierda y dos buses enterrados en el fango y en la parte inferior un enunciado que dice Hágame un favor en japonés tradicional, finalmente decidí dejar una textura de pared para el fondo, atravesar otros 2 cables y utilizar solo el negro para los buses y el enunciado, separando así el reflejo, el fondo y los buses, para enfatizar más la sensación de misterio y contraste entre una época y otra, la importancia del enunciado en otro idioma es para crear un juego visual entre el cartel y el espectador, en donde la idea de querer ser visto queda reducida al lograr su objetivo pero no ser entendida.



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Recorrido 10 “Farra’s Nights” Fecha: 29 de Abril de 2012 Lugar: NQS Calle 75 hasta la Calle 85 con carrera séptima. Localidad: Barrios Unidos, Chapinero. Hora: 3:49 pm – 4:51 pm Serigrafía a 3 tintas en orden de impresión: Violeta, verde, naranja.

Una parte de Bogotá esta dirigida al joven universal, esa figura que grandes compañías muestran con un estilo fresco, supuestamente único, descomplicado y que llama la atención; ya no existe una identidad que se pueda resaltar con tan solo la apariencia o la tradición, avisos en inglés, logos gigantes y en todo lugar, el mundo reunido en un solo espacio, lo que esta pasando afuera ocurre aquí en simultáneo y viceversa, la globalización ya es habitual, sin embargo, así no se perciba con convicción, esta mezcla de culturas da resultado a una identidad. En esta imagen, los brazos del pulpo que salen de una típica casa que puede estar en cualquier parte de Bogotá, es una metáfora de aquella expansión cultural tan bien acogida en esta parte de la ciudad, que dialoga permanentemente con símbolos, tipografías, colores y texturas que evocan actualidad, juventud, una actitud alternativa y urbana, una artificialidad y efectismo que envuelve y encanta, todo es acogido y convertido en símbolos hasta las formas en que se disponen las rejas, los bolardos y las fachadas de algo tan privado como una casa.



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Recorrido 11 “Solo una excusa” Fecha: 1 de Mayo de 2012 Lugar: Biblioteca El Tunal hasta la Plaza de Bolívar. Localidad: Tunjuelito, Rafael Uribe, San Cristóbal, Santa Fé. Hora: 9:30 am – 12:51 pm Serigrafía a 3 tintas en orden de impresión: Negro, amarillo, rojo.

Siguiendo la ruta de la marcha en el día del trabajo en donde los sindicatos de la parte sur de la ciudad se reúnen para gritar sus consignas y exigir, de alguna manera, sus derechos, me encuentro con una mayoría aplastante de jóvenes que se identifican a leguas de distancia por su apariencia física llamativa y agresiva, no sé si apoyando una causa pero, si gritando con imponencia injusticias sociales mientras agitan símbolos de décadas pasadas con alto contenido político y social, como esvásticas, cascos con crestas, puños izquierdos y flechas, todo está cerrado, un festivo extraño, mientras caminaba me surgía la pregunta - ¿será que este día es solo una excusa, para exponer más ideas políticas sectorizadas en lugar de buscar soluciones de raíz?, por otro lado es importante reconocer la asistencia de la juventud a esta marcha simbólica frente al capitolio, que seguramente está vacío, pero lo importante es el apoyo de la gente a los sindicatos. En cuanto a la pieza gráfica, elegí un estilo que mezcla el periodo de la revolución industrial y la segunda posguerra, en donde la tipografía pesada, los colores planos e imágenes planas y por bloques reafirman aquellas palabras de resistencia y de lucha, quise resaltar lo importante del recorrido, la fuerza pública estaba más alborotada y agresiva que los marchantes, y notar que aunque hay una organización y todos unos mecanismos para lograr cambiar la realidad no se utilizan de la manera adecuada, como si se construyera un complejo robot para que tan solo lance burbujas.



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Recorrido 12 “La Civilización” Fecha: 6 de Mayo de 2012 Lugar: Avenida Longitudinal de Occidente hasta la Avenida calle 63. Localidad: Fontibón. Hora: 10:32 am – 12:37 pm Serigrafía a 3 tintas en orden de impresión: Rojo, azul, gris.

Fue un paseo curioso, pues fue uno de los pocos en los que encontraba imágenes extraordinarias muy fácilmente, a pesar de la limpieza y la organización habían muchos lotes vacíos y a sus alrededores era en donde se encontraban unas tomas inigualables, como por ejemplo un bolardo tallado a modo de casa en su estructura más simple o un sofá dentro de un rectángulo rodeado de basura, o lotes enteros invadidos de todo tipo de automóviles y máquinas, esto me llevó a pensar en el significado actual de la palabra naturaleza, en donde lo natural puede ser más que lo orgánico como tal, lo habitual, el paisaje que se ve a diario y cómo la industria y lo artificial – la civilización – absorbe realmente lo que es la naturaleza, por eso en el cartel muestro la unión entre los dos significados de la palabra cebra, la cebra animal fundiéndose en una cebra de tránsito.



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Recorrido 13 “Momento” Fecha: 26 de Agosto de 2012 Lugar: Intersección Banderas y Avenida Primero de Mayo. Localidad: Kennedy. Hora: 3:47 am – 5:16 pm Serigrafía a 3 tintas en orden de impresión: escala de azules.

De nuevo lloviendo, pero esta vez muy fuerte y con mucho viento, al principio no hacía frío pero a medida en que caminaba iba disminuyendo la temperatura corporal, tanto así que fueron inevitables las ganas de buscar con desesperación un baño, en pocas palabras ese fue el recorrido, un afán por buscar un baño, en mi búsqueda vi divertidamente la analogía del comportamiento humano cuando llueve y las palomas, desde su forma de caminar hasta la de esperar bajo un techo a que la lluvia cese, por otro lado fue un recorrido en el que no vi algo singular, o algo de qué hablar, simplemente seguí el camino hasta que me aburrí, no todos los días son emocionantes, menos mal.



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Recorrido 14 “Tan grande y tan cerca que no lo puedo ver” Fecha: 2 de Septiembre de 2012 Lugar: Estación CAD de Transmilenio hasta la Avenida Carrera 68. Localidad: Mártires, Puente Aranda, Kennedy. Hora: 4:10 pm – 5:52 pm Serigrafía a 3 tintas en orden de impresión: Fucsia, verde, marrón.

Una tarde digna de domingo, sol, brisa, calma, risas, arcoíris y caminar sin rumbo, la mezcla entre concreto, ladrillo, inmensas persianas, mucho polvo y una que otra mancha verde y altos árboles unifican la forma de ver este sector, eso sí, pocos avisos y personas, solo bodegas y vidrios con protección, de nuevo la confusión entre seguridad y desconfianza. Tan grande y tan cerca que no lo puedo ver, esta vez opté por un cartel en el que la tipografía describiera directamente la imagen, lo que me pasa en ese lugar (y con casi en la mayoría de imágenes y situaciones), todo es tan grande, que es necesario alejarse y estar cómodo para poder ver con claridad, en este caso un zoom exagerado de las siluetas de unos arboles, tanto así que ya no se identifican ni la forma ni los colores. El mayor inconveniente fue articular la imagen con la serie de carteles, pues si bien era claro que tenía que ser diferente, algo abstracto y confuso, tenía que hacer parte de algo y no quedar ajeno ni al mensaje ni a la estética que iba utilizando.



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Recorrido 15 “Divaga” Fecha: 14 de Septiembre de 2012 Lugar: De Madelena hasta Timiza. Localidad: Bosa, Kennedy. Hora: 3:24 pm – 5:30 pm Serigrafía a 3 tintas en orden de impresión: Rojo, verde, marrón.

La constante sensación de no saber que hacer, al mismo tiempo evitando la predisposición sobre el paisaje y las situaciones que se van a vivir, además de repente apareció una preocupación por sentir incoherencia entre lo que me imagino mientras camino y lo que veo, sin saber que mas adelante ese presentimiento de estar perdido fue la base para empezar a caminar, lo que pasa cuando uno se sumerge tanto que se pierde sin notarlo, sin pensar. El primer boceto tenía el carácter de las leyendas que se ponen en las etiquetas de los vinos más que todo, en donde se cuenta una historia corta del inicio y desarrollo de la bebida y su preparación con una imagen de los viñedos o de los barriles con trazos de grabado en metal, pero al terminarlo, se salía fuertemente de la línea y estética que se venía trabajando, así que aunque dejé las líneas del marco inicial, suprimí el color plano y lo sustituí por un sutil complemento de textura y de horizonte que se conecta con los trazos del cielo, también completé la cabeza de dinosaurio que estaba cortada en el medio y por encima de las líneas, dándole mucho mas protagonismo y exaltando aquel absurdo cuando se describe algo sin conocerlo lo suficiente, algo tan absurdo pero a la vez aceptado, como un hombre buscando su cabeza de dinosaurio.



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Recorrido 16 “Haga caso omiso” Fecha: 15 de Septiembre de 2012 Lugar: De Madelena hasta el barrio Candelaria cerca a la Avenida Villavicencio. Localidad: Ciudad Bolívar. Hora: 12:40 pm – 3:00 pm Serigrafía a 3 tintas en orden de impresión: Magenta, marrón, violeta.

Sin misterio es una de las localidades más estigmatizadas y señaladas de Bogotá por su alto índice de violencia e intolerancia, sin embargo hoy en día ha cambiado mucho, o por lo menos lo suficiente para caminar por ella sin sentirse agredido o ajeno a sus calles, barrios y gente. Pude asegurar que entre tanta acumulación de cosas y saturación de información, realmente todo se desborda, ya sea de etiquetas o prejuicios nunca va a ser suficiente para lograr definir una ciudad o por lo menos Bogotá. En esta pieza en especial quise reunir aquel temor por lo desconocido y la distorsión hacia la imagen de Ciudad Bolívar, con lo llamativo y gozoso que es caminar por sus colinas e invasiones, sin ser totalmente literal, que tome su tiempo digerir la imagen; en sí, es un perro raza Pitbull que sale del exosto de un bus y se eleva hasta morder la montaña, los colores y texturas dan una sensación de saturación, de exceso de dulce, de toxicidad y exuberancia que hipnotiza y a la vez perturba y empalaga, aquí el uso de la tipografía va más en relación con el gesto del dibujo, lo que puede dificultar su orden de lectura, pero lo consideré importante ya que va acorde con la relación entre ver algo a primera vista y ver con detenimiento, el mayor problema fue el de mantener limpio aquel espiral que le da forma, estructura y profundidad al perro.



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Recorrido 17 “Donde estoy” Fecha: 16 de Septiembre de 2012 Lugar: De la Avenida Primero de Mayo hasta mas allá de la Avenida Circunvalar. Localidad: San Cristóbal. Hora: 3:33 pm – 5:20 pm Serigrafía a 3 tintas en orden de impresión: Negro, azul, rojo.

Teniendo presente que era el último recorrido, hice el mejor esfuerzo por reconocer aquellos aspectos que me hacían falta ver, nombrar, identificar, al menos pensar para cerrar satisfactoriamente esta parte de la investigación; sentí necesario darle un protagonismo a la escritura y a la caligrafía, al hecho de transformar lenguajes, al de símbolos y logos, mezclándolos con sensaciones y percepciones en tiempo real. Resaltando un poco más el trabajo de campo en la pieza final, involucrando esa saturación, confusión y contaminación visual de este recorrido en particular con el de la serie en general, dándole a cada palabra escrita, un carácter especial fundiéndolo a la vez con el dibujo y la distancia superficial con que se ven las cosas de la calle, esa mirada de turista de aprecio, de disfrute pero a la vez de impersonalidad y fugacidad. Para acompañar al cartel Hágame un favor le sumé el detalle de la pregunta y a la vez afirmación – donde estoy- en escritura bengalí, reafirmando esa posición del turista y tradicional al observar y comparar lo conocido con lo desconocido.



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Más Carteles Adicionalmente vi la necesidad de crear una especie de campaña sobre el proyecto D.C. La Vuelta, señalando tres de los componentes importantes que el proyecto encierra: Primero, la recopilación de datos e importancia de la bitácora como registro y mapa conceptual para resolver los carteles, la estética beisbolera resalta la dinámica de ir de un punto a otro, de recorrido y a la vez de la adopción y permanencia de otras culturas que terminan apropiándose y expandiéndose, una analogía del beisbol como deporte y como cultura. En segundo lugar, está la ambición de querer recorrer toda la ciudad y de recolectar la cantidad de datos me fuera posible y a su vez sintetizar y descontextualizar un lenguaje que esta presente y se reconoce su presencia, pero es difícil su representación y lectura, tal como lo que pasa con el graffiti, sus ansias de ser visto pero su exclusividad para ser descifrado y contemplado y por último, el sello y logo del proyecto, el cuál es una etiqueta circular con un cuervo asustado y con corona, representando aquella marca o intervención fugaz que se absorbe, se digiere y se olvida, y la metáfora de ser parte y dueño de algo que está en proceso.





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Tercera Parte:

La Técnica

La serigrafía como técnica de impresión permite la estampación y reproducción de imágenes y documentos sobre cualquier superficie, desde papel hasta vidrio, por medio de una seda tensada en un marco, la cuál va a permitir o restringir el paso de tinta a la superficie. Ésta técnica fue escogida por su versatilidad y relación directa con la calle y la gente, pues está muy ligada a la reproducción tanto industrial (screen) como artística, esto se evidencia en la cantidad de sitios de impresión con ésta técnica al servicio de la gente que hay en Bogotá, ya sea para imprimir una camiseta o elaborar un aviso o pendón publicitario con cualquier mensaje, la idea es la divulgación de éste y la creación de una pieza que millones de personas van a ver a diario, por esto es que ha sido una de las técnicas predilectas por el artista urbano, pues la circulación de la imagen o la idea, al entrar al circuito comercial de una forma directa y pública, sin intermediarios de espacio ni curaduría, se convierte en una forma de resistencia a la publicidad que siempre esta presente y a la vez es impuesta, solo que a diferencia del arte urbano, no busca una retribución con el signo pesos detrás de la pieza. Por otro lado, permite largos tirajes policromáticos, además de su acabado, pues aunque se impriman mil ejemplares de la misma imagen nunca va a perder detalle y a la vez cada impresión tiene sutiles diferencias. Para dividir las tres tintas de cada boceto fue necesario tomarles fotografías análogas con rollo para diapositivas a las veinte imágenes para así poder proyectarlas y calcar sobre un acetato individual cada color, con un marcador de tinta opaca la cuál impedirá el paso de la luz para hacer el proceso de fotoserigrafía, es decir, cada cartel usa tres acetatos, que equivalen a las tres tintas que se han de imprimir individualmente. Se hizo este paso de forma análoga para reducir costos en materiales y mantener el trazo del dibujo y la vibración de la línea cuando se superpone un color sobre el otro. Las imágenes son impresas sobre un soporte de medio pliego (50 x 70 cm.), para lo cual es necesario un marco de 100 x 70 cm. para la impresión de cada color o tinta, es decir un total de cuatro marcos con monolen o sedas de 90 hilos y un marco demás con el fin de evitar inconvenientes como rupturas de la seda o acumulaciones de tinta difíciles de remover. Se usó seda de 90 hilos ya que las imágenes no necesitan demasiado detalle, pues entre más hilos tenga la seda se deja pasar menos tinta, es decir, se obtiene mayor detalle, pero en esta caso la escala de grises se obtiene, por superposición de colores y puntos, no por trama.


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La espera, la paciencia y “la cocina” que la serigrafía exige como técnica, más que ayudar a la reproducción de múltiples originales, en el caso de D.C La Vuelta, ayudó desde pensar la yuxtaposición de colores para una imagen final, hasta relacionar la importancia de los pequeños detalles como la posición en que se pone el marco a la hora de entintar o la organización de cada herramienta a utilizar. Esta preparación tanto física como mental es de vital importancia para entender las necesidades del oficio y de cada imagen, no conformarse con el sólo hecho de sacar copias idénticas sino explorar y experimentar dentro de las miles de posibilidades que la técnica puede brindar a la creación de imágenes y a la vida. Desde el inicio, la prueba y el error dieron pie para pensar la serigrafía a modo de escuela, una escuela en donde la ignorancia frente a los materiales, la limpieza y la agilidad que se requiere, como por ejemplo para no dejar secar la tinta en un marco o para dejar todas las herramientas impecables antes de empezar a trabajar, fueron esenciales para la toma de decisiones y como en la vida misma, proponerse metas conociendo los propios límites pero intentando superarlos, como lo es el caso de querer el imposible de empapelar la ciudad con muchas imágenes sin pensar en lo que este capricho conlleva. Aunque cada imagen se hizo intuyendo el resultado final, al conocer más a fondo la técnica el resultado iba variando desde el mismo trazo impreso (pues terminó rescatando lo que en un principio buscaba, esa plasticidad del grabado en linóleo o la transparencia de los trazos del marcador en las diversas superficies de la ciudad), por ejemplo, en la imágen del cartel que enuncia “Lluvia”, descubrí cómo el trazo del marcador ayudaba a resaltar el fondo plano con una riqueza que solo lo pude notar luego de la impresión, o cómo los planos de tres colores al estar yuxtapuestos lograban hasta un quinto color, como en el caso de “Amplio y Concreto”, o también la importancia de separarse un poco del boceto original para concentrarse en una imagen definitiva quitando detalles, limpiando un poco tanta saturación (también consecuencia de la mala limpieza del marco y de la falta de agilidad a la hora de cambiar el papel) posibles “errores” para un ojo entrenado pero finalmente le aportaron a la imagen más allá de una técnica perfecta y pulida, que terminaba aplacando un poco la plasticidad y la manualidad que me importaba rescatar, señalando así aquel desgaste contundente tanto de la imagen como del sustrato mismo, . Por otro lado, es necesario mencionar que en el resultado final se refleja en medio de una fragilidad e inmediatez, todo un proceso detrás de ello, que implicó paciencia, un lapso prolongado en el tiempo y una ambición de salir adelante detrás de un objetivo, aunque en realidad todo fue parte de una excusa para pensar la ciudad desde la gráfica y desde ese punto, pensarme en un constante solilóquio, como alguien realmente débil y fragmentado, llegar a un punto de inconsciencia en donde la palabra ya se transforma en acción y en imagen, todo en simultáneo, la repetición de cada movimiento, el sonido ambiente, aquel “scratch” del escobillín al raspar la seda, el papel moviendose al vaiven del subir y bajar el bastidor, los gabinetes de la secadora, drum & bass, rap y cumbia, la luz halógena, el agua y la oscuridad, la soledad y la introspección, todo se conjuga para sorprenderse con una imagen que sólo hasta el momento de la impresión se supo cómo era que quedaba, así sucesivamente, y todo para ver cómo es que la ciudad las consume rápidamente, un espacio fugaz para una imagen preparada.


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Imágenes:

p.2 Fotografía Cll 40 con Cra 7, Diario de Campo D.C La Vuelta/// p.43 http://www.bium.univ-paris5.fr/monstres/biblio/bib001709img.htm/// p.49 Diario de Campo D.C La Vuelta///p.50-51 Graffiti por MAL Crew Cll 40 Nuevo Edificio de la facultad de Artes Pontificia Universidad Javeriana 2012/// p.53 http://commons.wikimedia.org/wiki/ File:Leviathan_gr.jpg////p.54 http://www.reprodart.com/a/cheret-jules/artnouveau-poster-palais.html.... http://bunkersonico.blogspot.com/2008/04/ el-nacimiento-del-diseo-grfico.html////p.55 THOMSON, Kevin 2009, Juxtapoz Poster Art, Gingko Press, Corte Madera, California.///p.56 http://www. reocities.com/SoHo/square/8499/bogota.html--http://milenabonilla.info/ planotransitorio.html///p.57 Diario de Campo D.C La Vuelta/// p.62 CARERI, Francesco, 2009, Walkscapes el andar como práctica estética, Editorial Gustavo Gili, SL, Barcelona/// p.65 BUCHLOH, Benjamín H.D. 2000, Gabriel Orozco, Museum of Contemporary Art, Los Angeles, California.///p.66 http://mariaelviraescallon.org/nuevas_floras.html///p.70-71 Mapa de los recorridos de D.C La Vuelta, páginas del Diario de Campo///p.115 fotografía por Juan Rojas en Casbah///p.121 Barrio Candelaria, Ciudad Bolívar Archivo personal Camilo Cuervo


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Trailer D.C. La Vuelta: http://vimeo.com/58716955#at=0



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A Dios, la calle, Bogotá D.C., mis papás, mi hermano, la Javeriana, la Facultad de Artes, Diana Castellanos, Alfonso Álvarez, Javier Riveros, Taller Trez, MAL Crew, Casbah taller, Daniel Tolmos, Jésika Téllez, Kadir Molano, Laura Ostos, y a todas las personas que creyeron, se aguantaron e hicieron posible este proyecto y a las que no también

¡ Gracias !


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