La tendencia hacia la democracia.
Los valores y las instituciones de la democracia tienden a ser cada vez más universales. La principal tendencia mundial de la vida política actual es la tendencia hacia la democracia. La democracia nació en Atenas hacia el año 508 a. de C. Las reformas de Solón crearon las condiciones para el surgimiento de la misma, pero fue Clístenes el Padre fundador de la democracia. Los griegos crearon la democracia, pero no escribieron libros o tratados sobre la misma. La mejor, la primera y acaso la única página de los atenienses que conservamos sobre éste sistema es la Oración Fúnebre de Pericles, una especie de manifiesto o elogio de la democracia. Como sabemos la democracia ateniense fue muy participativa para los ciudadanos, aunque excluyó a los esclavos, las mujeres y los metecos.
A mediados del siglo XIII, en las ciudades repúblicas italianas Brunetto Latini y Marsilio de Padua escribieron promoviendo el gobierno del pueblo y la soberanía popular, convirtiéndose en los precursores de la democracia moderna. Durante los siglos XVI y XVII los españoles Vitoria y Suárez defendieron el derecho natural, el derecho de resistencia a las tiranías y la soberanía popular.
En Londres a partir de 1645 los Niveladores se convirtieron en el primer movimiento político moderno con ideas favorables a la igualdad política, el gobierno representativo, la soberanía popular y el derecho al voto. Las revoluciones liberales en Holanda e Inglaterra establecieron gobiernos constitucionales cuasi-democráticos, pero es en los Estados Unidos de América donde a partir de la Declaración de Independencia de 1776 se consolida la primera democracia de la historia moderna, siendo el inglés “John Locke” el intelectual inspirador del nuevo sistema. Más tarde se produce la democratización de Europa y el surgimiento de democracias jóvenes en Australia y Nueva Zelanda.
En China, hacia finales del siglo XIX, el Dr. Sun Yat-sen después de vivir durante su infancia en Hawai y asimilar la influencia de la democracia estadounidense, pasa a ser el primer demócrata chino, abogando por la soberanía del pueblo y fundando en 1911 la que fuera posiblemente la primera república democrática de Asia, conocida como la República de China.
En otros países de Asia, también fue avanzando la causa de la democracia. En Japón, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, empezó un proceso de democratización que fue encabezado por el Partido Liberal Democrático. En la India el movimiento de la no-violencia del Mahatma Gandhi condujo no sólo a la independencia sino también al surgimiento de la democracia más poblada del mundo. Israel fue desde su fundación una democracia consolidada.
A través del siglo veinte se produjeron diferentes oleadas de democratización. A partir de la década del setenta Huntington percibió la Tercera Ola de la Democracia llegando a países del mundo desarrollado como España y Portugal, a la América Latina, a algunos paises asiáticos y africanos y finalmente a partir de 1989 al mundo socialista. En Taiwán, a partir de 1987, empieza un proceso de transición a la democracia inscrito en la “Tercera Ola”, hasta el punto de que la República de China en Taiwán es hoy día la sociedad más democrática en cinco mil años de historia de las sociedades chinas.
Corea del Sur ha vivido recientemente un proceso de democratización semejante al de Taiwán. Indonesia, siendo un país de población islámica, después del régimen militar de Suharto, se enrumbó hacia la democracia. Tailandia es hoy una Monarquía Constitucional con un régimen democrático. En Irak, Afganistán y Palestina se han realizado recientemente elecciones. Ojalá que las mismas sean elecciones fundantes de procesos de democratización duradera.
La democracia, establecida hace más de veinticuatro siglos por los Atenienses ha venido a convertirse en la tendencia política fundamental de la sociedad internacional y en la principal fuente de legitimidad política en las sociedades desarrolladas al comenzar el siglo XXI. Sin embargo, falta mucho camino por recorrer, pues la mayoría de los países que integran las Naciones Unidas aún no son democráticos y la mayoría de las democracias todavía son perfectibles. La libertad era lo que distinguía a un ciudadano griego de un súbdito. Y la vida política libre, democrática y abierta fue la principal contribución de los atenienses a la historia de los regímenes políticos. Las palabras y las acciones de los padres fundadores de la democracia aún no se detienen y continúan influenciando nuevos países. Los valores y las instituciones de la democracia tienden a ser cada vez más universales.