Fanzine Camino aningunaparte n.1

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ste proyecto va dirigido a todos aquellos a quienes, si les preguntaran: ¿A dónde vas? responderían: A ninguna parte. En el comienzo de nuestra andadura, confiamos en encontrarnos historias que nos hagan pensar, reír, llorar, vivir. No hay prisa por llegar al final, lo que importa es el camino. Esta andadura comienza con un experimento: se nos antojó ponerle nombre y darle cuerpo en forma de papel a ideas de personas con muchos pájaros en la cabeza. Hemos invitado a todos los observadores, locos, niños, vampiros emocionales, piojos, sonrientes, caminantes... a que formarais parte de esto, bajo el lema: “Camino, ¿Qué te sugiere?, cuéntanoslo” así recogimos las diferentes expresiones del concepto de “camino”. La idea está conseguida, un fanzine

realizado con una pizquita de lo que cada uno de vosotros habéis querido aportar y que nosotras hemos hilado encantadas para sacar a la luz el primero de nuestros intentos con éxito, que ahora ha llegado a tus manos. Sabemos que a muchos de vosotros se os han quedado cosas en el tintero, pero habrá nuevas propuestas para los próximos números en los que estaremos encantadas de que que participéis. Podréis obtener más información en www.aningunaparte.com o enviarnos un email a: caminoaningunaparte.fanzine@gmail.com

Os tenemos que dar las gracias una y mil veces por todo lo que nos habéis enviado, gracias a cada una de esas piezas ha sido posible construir este puzzle. Esperamos que lo disfrutéis y que nos sigáis acompañando en este camino a ninguna parte que acabamos de iniciar. 5


6 Patricia Fernรกndez

Camino


Un paseo

María

Te despiertas después de una corta siesta. La tarde está en su apogeo y las luces del otoño pronto empezarán a desvanecerse dejando paso a la noche. El brillo del sol hace que a través de la ventana de tu habitación todo se vuelva oro. Las hojas del único árbol que se ve hasta donde alcanza la vista parecen piedras preciosas y brillan con intenso fulgor. El trigo baila al son del viento, con su sensual movimiento. Recuerdas las curvas de mujer, su perfume dulce, sensual y embriagador. Decides salir. Tu abrigo gris espera en la entrada junto al sombrero de ala . Coges ambos y te diriges hacia la puerta. Tomas el angosto sendero que repta entre los campos dorados, sendero que te aísla del mundo pero que tarde o temprano te devuelve a él después de atravesar campos y campos solitarios. No te vas sin tu antiguo libro. Aquel que te regaló tu padre. Un libro de poemas de Garcilaso que siempre lees al acabar el verano y comenzar la estación mágica, cuando todo muere para más tarde volver a la vida. Caminas con tu gabardina que ondea tras de ti con una melodía infinita. El sol pronto comenzará su agonía hacia el ocaso y su luz resplandece como un grito ahogado. El grito en el cielo. No te importa, quieres aprovechar los últimos rayos que Lorenzo te brinda como una mano amiga.

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Llegas a la altura del árbol, que es fuerte y frondoso, y te sientas bajo sus ramas, grises, como si quisiera demostrar con ello su vejez y su experiencia. “¿Cuántos otoños habrá visto?”, te preguntas a la par que abres el libro, de tapas duras y granates y páginas amarillentas. “Quizás tengan los mismos años”, piensas, “y quizás sus páginas procedan de algún árbol como éste”. Reflexionas un momento, observando un antiguo tocón, pensando que algún día el libro será olvidado en algún lugar y entonces vuelva a la tierra, su lugar de origen. Al igual que todo lo que te rodea volverá algún día a ser parte de la madre Naturaleza. Abres el libro y comienzas a leer…mientras muere la tarde.

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Camino a la única montaña que queda

Antonia de Vernier

“Iba de camino a alguna parte, no recuerdo muy bien a dónde pero el destino era más bien irrelevante, lo único que importaba era pasar un rato a solas, lejos de otras personas. Caminé durante horas por un camino sinuoso y empinado, la ciudad se perdía poco a poco en una densa nube gris. Hacía ya un rato que no se oía ningún coche. Había quietud pero el silencio tenía algo de inquietante. Pensé entonces que nunca había visto una gaviota en la ciudad, estamos a setenta kilómetros de la costa. Las gaviotas nunca se alejan mucho de su pesca, ¿de dónde vendrán estas gaviotas que rompen el silencio de mi ascenso?. Me perdí en pensamientos vanos mientras el camino se fue convirtiendo en sendero rocoso, al rato me ví obligado a usar mis manos para continuar el ascenso, apoyándome en una roca diferente a cada paso. Las gaviotas volaban ahora en círculo, a diferencia de mí, ellas parecían haber llegado a algún sitio. Empecé a sentir cierta inquietud por ver qué hacían allí esos bichos, el olor había cambiado, el tenue perfume a hierbas silvestres del principio del ascenso apenas se apreciaba ahora, sumido en un penetrante olor de acritud indefinible. Pensé que quizás me había desviado demasiado y que llevaba caminando más tiempo del que pensaba, creí que quizás me encontrase cerca de una cala en la que no corre el viento y el olor fuese el de los troncos caídos al mar que se pudren con el marisco, donde habría pesca abundante para las gaviotas. Pero fue solo en los últimos pasos, cuando alcancé la primera cornisa rocosa que me dió la primera vista del paisaje en horas, que ví que no era mar ni cala lo que las gaviotas sobrevolaban, sino un vasto paisaje de una masa heterogénea de cosas fabricadas en China y ya desechadas por hombres blancos con salario fijo.

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No era aquí a donde yo pretendía llegar cuando partí camino a ninguna parte, pero cada vez son menos los senderos que llevan a algún sitio en que uno quiera estar.”

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Días antes, mientras veía la tele desde su butaquita preferida, Zoe observó como asomaba, por debajo de la puerta de su salita de estar, un hilillo de lana rojo. Se calzó las zapatillas y, de cuclillas, comenzó a tirar de él. Ante la sorpresa de que aquella lana jamás llegaba a su fín, abrió la puerta y se puso a caminar con el propósito de conocer la procedencia de aquella singular hebra.

Camino

Debía detenerse. Caminar sobre aquel hilo de lana durante tantos kilómetros la había dejado exhausta. Después de lo que imaginaba que había sido un mes de inquietante paseo, se propuso pensar hacia dónde le llevaba aquel singular objeto...

Wi in the sky with Diamonds

De repente se paró y observó en silencio su alrededor.

De este modo, miles de horas después se había alejado tanto de su casa que advirtió que no sabía donde estaba.

Ahora el paisaje era diferente. Desde que había abandonado su apartamento, Zoe había encontrado multitud de obstáculos físicos y mentales que, únicamente caminando sobre aquel hilo de lana, consiguió sortear.

Recordaba los largos kilómetros sobre el muro de anchura milimétrica en forma de espiral que unas veces bajaba y otras subía, dependiendo del sonido con el que el viento chocase contra sus paredes. También recordó al señor Mireau. Aquel pequeño y parlanchín mapache, cómico de profesión, le había acompañado

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durante horas por un bosque de árboles naranjas y rosas, con el único fin de entretenerle y hacerle sonreír mediante chistes, un poquito subiditos de tono, sobre jirafas. Una sonrisa asomó a su rostro, había vivido tanto gracias a aquel trozo de lana...

Se levantó y avanzó unos pasos más, estaba viendo como el paisaje cambiaba. El infinito desierto de azúcar por el que había paseado no sabía durante cuanto tiempo, estaba llegando a su término.

Ante ella encontró un mar, tenía algo especial... Estaba en calma, como un plato. Se acercó a la orilla y decidió tocarlo... ¡Era de gelatina!. Vió que el hilo de lana seguía su camino por encima de aquel singular océano. Subió sobre él y decidió continuar. No sabía lo que le depararía aquella aventura, pero pensó que nunca lo averiguaría si se detenía.

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LucĂ­a Clara Gisone

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No es el destino

Beatriz Zapico

¿Qué solución te queda cuando el coche te deja tirado en una carretera en mitad de los Andes a 80 Km. de tu destino, en un día festivo y sin asistencia en carretera? Puedes terminar el viaje en autobús. Si pasase alguno. Puedes llamar a un taxi para que te acerque hasta una parada. Si hubiese cobertura. Puedes caminar unas horas hasta el pueblo más cercano, hacer noche allí y volver al día siguiente, recambio en mano, tras pasar por el mecánico. "¡¡No seáis loco, boludo, buena propaganda hago de mi país, pero esa furgoneta es pan caliente, y encima en una curva, mañana no le quedan ni las ruedas!!" Puedes quedarte a dormir allí, para proteger el vehículo, e ir al pueblo por la mañana. Pero, si es tan peligroso, ¿quién te protege a ti? Llegados a este punto, sólo existe una solución lógica para no terminar protagonizando la segunda parte de Viven: parar un coche.

Puede que Argentina no sea el país más seguro del mundo para hacer autostop (¿alguno lo es?), pero al menos no iba sola. Tardamos un poco en conseguirlo. Primero paró un camión, pero iba en otra dirección. Al rato paró otro coche, pero iba ya lleno con una familia al completo. Al fin paró un matrimonio, de unos cincuenta y tantos. Fueron los que se echaron las manos a la cabeza ante el plan de abandonar la furgoneta una noche. Dijeron no tener ninguna prisa (¿aún que-

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da gente que se toma la vida con esa calma?). Llevaron al conductor hasta el pueblo más cercano, en sentido contrario al que iban. "Es un lugar pequeño; alguien sabrá donde vive el mecánico." Debieron acertar, porque después de un buen rato aparecieron escoltados por una grúa. Ya a salvo la seguridad del vehículo, sólo quedaba llevarnos a todos hasta Mendoza... y ahí nos fuimos, subidos en la parte trasera de la pick-up, escondiéndonos cada vez que pasábamos un control de gendarmería, que siempre nos descubrían cuando ya era demasiado tarde para pararnos. 80 kilómetros de baches; 80 kilómetros de aire que corta la piel y agrieta los labios; 80 kilómetros de frío... 80 kilómetros de paisaje de alta montaña; 80 kilómetros de atardecer; 80 kilómetros de libertad. No es el destino...

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...es el camino.


Pudimos ver las marcas por las rocas rasguños en la piel las rozaduras del avance el puesto salvoconducto el telegrama.

Era de noche y encontró el camino

Pudimos ver las huellas pisadas que unos pies ignoraban hendiduras de información en la costra prendida, grumosa, internamente húmeda, pastosa, prensada.

Millones de vehículos en tránsito naranjas, verdes, violetas ventanillas con sabor a mejilla que suben y bajan. La cabalgata infinita, la informe cordadura anudada a la costra tirando por si acaso se despega y se arranca. Un cable torcido enredando más si cabe la inabarcable quietud de la explanada

Dylan T.K.

No lo habíamos hablado y el silencio se aparcó en el aire y una nube descubrió el sol y empezó el estallido de los cuerpos como átomos que sudan dejando la sal esparcida hasta que la sangre se secó.

No lo habíamos hablado y ya lo utilizaban.

Parte I

Era de noche por lo menos desde hacía una semana. No lo habíamos hablado... Pero cómo lo buscaban.....

Líneas que en el horizonte no se sabe si empiezan o se acaban. El punto de retorno El sol en una estaca. Y todos los cadáveres con el alma derretida y fundida con la lápida. Dos manos con los dedos tronchados se desmoronan

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el corte transversal derrumbe general de lo que llueve del cielo hormigón cemento capas y capas para enterrar la costra malherida la pústula asquerosa la tierra firme en fin el polvo o lo que pasa Si quieres puedes tirar migas de pan para que el que venga detrás no entienda nada. Cuando llegaron. Si llegan. No dijeron absolutamente nada. Tenían miedo a levantar los ojos a encontrar la derrota el puesto salvoconducto telegrama Querían entender por qué no habían alcanzado el objetivo. 18

Y en el fondo la carretera no es más que asfalto encima de la costra ..... No lo habíamos hablado y nunca para nada pero existe el tiempo porque existe el movimiento interrogación planeta propaganda..... Era de noche y encontró el camino ..... Pero cuando llegaron..... No encontraron el final del mismo sino otra noche más y el sol en una estaca.


Infinito Patricia Fernรกndez

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MarĂ­a

Tardes ... 20

Me gustaba sentir las piedras del camino bajo mis pies. Y el olor del verde mojado con las lluvias del verano. Compartir secretos con el silencio agitado. Beber de sus manantiales herrumbrosos y de dulce sabor. Me gustaba soĂąar con su magia. Y el despertar del sendero. Escuchar atenta el dolor de su recuerdo. Descubrir su leyenda inventada.


Cristina Perinic

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Natalia García

Mientras camino se me ocurre que... Mel Olivan

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Sarcásticas bolas de papel se me caen de la boca. Dame un poco, que me siento vacía. Más pena me da la pena que me doy yo. Si Janis Joplin estuviera aquí nos fumabamos un porro. Y eso que yo los odio. Dame un corazón para guardar y cinco para tirar en la hoguera. Duele. Menuda ola de trisiteza que me viene con la hora del té. Yo quiero ser yo pero sin dejar de ser tú, para poder echarte la culpa. Te entiendo muy bien, aunque no lo sepa decir en tu idioma. El Amor, como si me dices patatas. Se necesita persona que me pinte por dentro, de verde a poder ser. Dame los trozos que yo los pego. Así tengo una excusa para dejar la casa sin hacer. Me duele el Ego. El helado no cambiará las cosas. Mejor dos tazas.


Diego Naves 23


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Isabel Gonzรกlez


Sopa de pescado

Cristina Perinic

Cómo me joden estos viajes de trabajo. Y encima se me van a taponar los oídos. Vaya taconazos que lleva esa de ahí. Alucino con la gente que se viste de boda para volar. Los aeropuertos parecen una fiesta de disfraces. Los turistas con chanclas se toman un café al lado de las señoronas con visón. Es absurdo Es como si no hubiera estaciones en los aeropuertos, o bueno, en realidad como si estuvieran todas juntas. ¿Con qué se escribe visón? Menos mal que hablando no hay faltas de ortografía. Bueno, sí, mi ex-novio solía decir relacción. Así nos fue. Pero aparte de esa se puede ser tan bruto hablando como quieras y no se entera nadie. Deberíamos tartamudear cada vez que habláramos una falta de ortografía, pero entonces los tartamudos de verdad se quejarían. Qué punto lo de los tartamudos. ¿Será verdad que lo que les pasa es que piensan más rápido de lo que hablan? Se aturullan por pensar con prisa. Yo antes pensaba mucho mejor, con coherencia. Ahora se me va la pinza a cada rato, empiezo mil cosas y no termino ninguna. Qué coñazo la azafata, he escuchado lo del chaleco de seguridad un trillón de veces y, si el avión se estrella, aquí ni Dios se va acordar de lo que dice la moza esta. Que también lleva tacones. Deben acabar hasta los huevos. Éste tampoco está escuchando ni una palabra. Pues él está en el pasillo, así que si nos estrellamos o se

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espabila o tengo que saltar por encima de él. Si le digo que preste atención porque YO necesito que ÉL sepa qué hacer en caso de emergencia, el tío alucinaría. Joder, a ver si despega esto de una vez, me muero de ganas de llegar al hotel. A ver si tienen sopa de pescado, estaba buenísima la última vez. Qué hostias, me voy a pillar una botella de vino también, en plan recompensa anticipada, que mañana me van a acribillar en la reunión. Qué coñazo, Y qué innecesario, joder. Putas corbatas. ¿He apagado el móvil? Voy a pasar de coger el bocadillo, quiero tener mucha hambre para la sopa de pescado. Anda que si luego no hay… No, paso del bocata, que siempre le echan pepinillos y está asqueroso. Qué despilfarro, si todo el mundo se los quita. A ver si consigo quedarme dormida y aparezco en Edimburgo en plan tele-transporte. Mierda, ya se me han taponado los oídos. Me van a estar zumbando toda la noche, voy a dormir fatal y mañana la reunión va a ser un dolor. Un día de estos les voy a mandar a la mierda, me voy a levantar de la mesa y les voy a decir ‘Ladies and gentlemen, fuck you very much!’ Ojalá tengan sopa de pescado en el hotel. Qué buena estaba la última vez… En un avión de KLM, Abril 2007

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Rapsodia de caminos nocturnos

Daniel Rivaya

Escritura nocturna. A oscuras. Fluido viscoso de intuiciones. Fulgor repentino que arroja luces y sombras. Hastío de carretera. Pausa quebrada de movimiento. Partida y llegada inconexas. Curiosidad variable de paisaje oculto. Sombras chinescas. Luces de neón. Estelas iridiscentes. Ojos rasgados de luz lunar. Tu no presencia. Una carta y una estrella. Algo incierto que se mueve fuera. Un picor. Un encuentro. Algunas cadenas. Un camino. Un lugar. Un destino. Proceder. Raíces. Distancia. Sentimientos. Pesos. Tumbas brillantes. Un golpe. Una ceguera.

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Calma. Ocaso. Silencio. Una lista de sensaciones contenida. Un reprimir que no termina. Manos atadas. Un sabio noctámbulo con un candil en el camino. Un zapato y medio vaso. Un desvarío. Trozos. Pureza. Noche. Nieve oxidada que fluye por mis venas. Corazón dilatado de luz infinita. Corta estancia que lo devora todo. Incoherente falta de lucidez. O de propósito. Una canción. Una razón. Estructura caída. Naufragio de ideas. Sopa de letras. Al final, luces de colores.

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Rafael Estrella

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Un muro de ladrillos naranjas y amarillos colocados con melancolía extrema y cemento salado engendró hace tiempo un ser pequeño al que le encantaba pensar. Un ambiente cargado de gusanos verdes y morados inundado de pringosa baba azul que curiosamente no le hacia resbalar, si no aprender a arrastrarse boca arriba para diferenciarse de ellos, lo que le enseñó a ver el cielo. "La suerte de un inicio equivocado"

Como solo pensaba, solo hizo amigos que no pensaban, pero nunca lo pensó. Suerte que algunos de esos gusanos se convirtieron en algo parecido a mariposas pero con las alas de fuego, también sabían pensar pero hablaban demasiado y confundían con tanta palabraría. Era pequeño, muy pequeño, y cuanto más crecía más pequeño se hacía, y pasaba miedo, de los gusanos, del fuego de las mariposas, de sus amigos que no pensaban y hasta de si mismo, pero un día le paso algo: pensó, pensó, pensó, pensó y ¡TREN!

Lia

Mi camino

"Miedo te deja en paz si se lo pides"

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No podía dejar de moverse, ruido, sueños, lentejas, gatos, gominolas, misa, cacahuetes, zapatos, corazones, lágrimas, cigarros, pelos, agua, chándal, música, meditación, ventanas, lluvia, la luna, mi luna, su luna, estrellas, hierba, el árbol, rizos, uralita, humedad, humo, gasolina, pipas, camas, fotos, juegos, mandarinas, palabras, fuego y el mar. Miguitas de pan. Adoquines de tiempo. "Corre, mira, piensa... corre, mira, piensa... corre, mira, piensa.........."

Las estrellas están ahí, luciendo, bonitas, lejanas sin esperar nada, sin marcar nada, sin guiar a nadie, solo ofreciendo un sueño imperfecto junto con la sombra, la arena, el sonido y el mar. Le unían sin querer con las partes de un todo, mientras que sentía como la masa gris se evaporaba con la sal. Tocaba y tocará el frío con el calor de sus mejillas que provocan los demás solo por existir.


Lady P端rpura

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Isa San Martín Fernández


Algún d a ...

Algún día mientras camino, decidiré parar un momento a tomar aire, y al inspirarlo me daré cuenta de que ese, y no otro, ¡ese!... es el aire que quiero respirar el resto de mi vida. Y entonces me tumbaré… y abriré mis piernas y mis brazos y miraré el cielo. Pero sólo un momento, sólo un poco… y entonces cerraré lentamente mis párpados y seguiré mirando el cielo con los ojos cerrados, y me dejaré llenar por ese aire desde el alma al pie. Y sentiré mucha alegría al inspirarlo, y también sentiré una nostalgia inmensa justo después de inspirarlo, y entonces recordaré todos esos paraísos que un día creí que eran el mío, y volveré a sentirme alegre, y justamente después de sentirme alegre, volveré a sentir nostalgia, y luego esa nostalgia se transformará en pena, y luego…, luego me reiré, sí, me reiré a carcajadas, y justo después romperé a llorar, y me dejaré bañar por mis lágrimas mientras sigo riéndome, y poco a poco me iré calmando, y sonreiré, eso sí, seguro que sonreiré. Y cuando haya terminado de sonreír, volveré a llenarme de paraíso los pulmones, y me levantaré, y suspiraré, pero suspiraré con cuidado, muy lentamente, para que sólo pueda escapárseme en ese suspiro el aire de nostalgia, y no el de paraíso. Entonces, aprovechando que estoy concentrado en el suspiro, se me escaparán también una lágrima y una sonrisa, y con ellas dos acompañándome emprenderé de nuevo el camino, pero esta vez daré los pasos mucho más pequeños, incluso a veces tendré que andar en círculos para engañar a mis propios píes, y descansaré más a menudo, haré lo que sea, lo que haga falta, para no alejarme mucho de ese aire, para no alejarme de mi paraíso… Porque ese nuevo camino lo recorreré sabiendo a cada paso, que la vuelta atrás es inevitable.

Simón Ramos

“El mundo está lleno de paraísos, pero sólo podrá disfrutarlos aquél que aprenda a verlos.”

Algún día, Algún día… Pero por ahora, y a gritos, mis pies me piden zancadas. Y no se las pienso negar, no me las pienso negar.

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34 LucĂ­a Clara Gisone

Cielito lindo


Primer paso:"El proyecto" Caminos que se unen obligados, por motivos diversos, forzados, prometen bellos futuros vinculados.

Sin t tulo

Así veo la nuestra.

Anónimo

Todos los encuentros que tenemos en nuestra vida son una historia de relaciones que fueron o pudieron ser. Es nuestro camino por la vida una historia hecha de muchas pequeñas historias.

Segundo paso:"Primer encuentro" Ella está ... y no se nota, sus ojos me hablan ... pero su boca calla, muda me trastoca.

Tercer paso: "La convivencia" Un mundo lleno de palabras dichas, calladas, pensadas; de sentimientos y de emociones sentidas, expresadas, compartidas; de tesoros y riquezas buscadas, trabajadas, conseguidas. 35


Cuarto paso: "El futuro" Niña hecha de agua tu mirada,

a veces triste

a veces preocupada, es promesa de vida y de esperanza.

Pasamos nuestra vida buscando un camino que no existe pues, como dice mi poeta preferido, "... caminante no hay camino / se hace camino al andar ..." Tú irás haciendo poco a poco tu camino, vive cada pasito, sin correr, sin prisa, sin preocupación ya que lo que importa es el camino en sí, no el final del camino.

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Embarcado Ana Rita Gendrot

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Teresa Pensado

Mi camino, su camino

Ya estaba cuando ella llegó. Tan pequeña, tan indefensa, tan dulce, tan llorona.

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Sus ojillos abiertos reflejaban un ser con una curiosidad intensa. He seguido con ella a lo largo de todo este tiempo. Dos caminos paralelos pero muy cerquita el uno del otro que surgieron en el mismo punto aunque separados por el tiempo. Yo la he querido siempre y por supuesto seguiré haciéndolo el resto de mi vida. Recuerdo su llegada. Todo el mundo emocionado queriendo verla, abrazarla, tenerla, cuidarla. Sus primeras palabras, sus primeros pasos, sus primeras caídas, sus primeras amistades, sus desengaños, sus ilusiones, sus miedos, sus amores… todo ello vivido muy intenso, como es ella.

Ahora ya no es tan pequeña ni tan indefensa. Pero aun así sigo de cerca sus pasos abriéndose su propio camino a base de lucha, esfuerzo y esperanza. Es una persona fuerte, amable, sensible, con muchas ilusiones y sueños que espero disfrutar con ella aunque sea en la distancia, siempre. Es frágil, muy frágil con las cosas del corazón, del sentimiento, de la emoción como


las personas nobles, porque ella lo es. Pero no hay que confundirse porque es fuerte, muy fuerte para ir aprendiendo de todo lo que sucede a su alrededor. Ha sido mi apoyo en muchas ocasiones al igual que yo el suyo. Hemos disfrutado, reído, llorado, compartido tantas cosas… que no me imagino una mejor compañía a mi lado.

La he visto derrotada y como remonta el vuelo sin necesidad de nada ni de nadie. Aunque sabe que no está sola. Yo siempre estaré a su lado. La maldad del mundo la confunde, no la entiende, por más que intenta explicarse una y otra vez por qué ocurren las cosas que ocurren. Mi misión, entre otras, es mitigarle ese dolor al descubrir eso que no le gusta. Y hacerle saber que puede cambiarlas y que está en el buen camino para conseguirlo. Porque a pesar de todo, ocurra lo que ocurra, yo siempre seré su hermana mayor y ella siempre será mi hermana pequeña.

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Albert Pons

Allá donde vayas, s guete 40

Haz siempre lo que hagas Piensa lo que pienses Siente lo que sientas Decide lo que decidas Y siéntete bien Allá donde vayas, síguete Mantente uno, unido a ti .


El Tejo

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Mybro


Nos sumergimos en nuestro interior sabiendo el camino que nos lleva hasta allí, pero nunca sabemos si el destino nos dará billete de vuelta ... en muchos casos es mejor no saberlo, así disfrutamos y aprendemos más de lo que nos encontramos, sin el agobio de pensar en el regreso ...

Tonni Mollá 43


Paula

Camino a ninguna parte

Siempre camino a ninguna parte, Unos días sonrío, Otros días lloro, Pero siempre camino a ninguna parte...

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Siempre camino a ninguna parte, Unos días sola, Otros días acompañada, Pero siempre camino a ninguna parte... Siempre camino a ninguna parte, Unos días camino, Otros días corro, Pero siempre camino a ninguna parte... Siempre camino a ninguna parte, Y tú como yo, Y él como nosotros, Y nosotros como ellos... Camino a ninguna parte.


Cabeza de caracol Ana Rita Gendrot

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Texto: Al Berto Ilustraci贸n: Osel


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Carlota Martín

Camino sin ningún destino 48

Camino por el sol, por el cielo, por tu hermosa mente. Pero sin cansancio ¡No!

Camino porque no llegue el fin del amor, ni el de la paz, camino por debajo del mar y por encima de las nubes. Pero sin cansancio ¡No!

Camino por los aromas, por la luna, por el fuego, por Júpiter y Marte... camino por la gravedad. Pero sin cansancio ¡No! Camino por la luz que hay en la oscuridad y por la oscuridad que hay en la luz, por las estrellas que existen y también por las que no, por las brisas que no cesan de pasar pero no las puedo tocar, por las risas que tu me quieras regalar, camino por el jardín de tu mente. Pero sin cansancio ¡No!

Camino por los latidos de tu corazón que me hacen saltar sin ton ni son, por la gema preciosa de tu mirada, por los besos que me llenan de verdad, por el hilo que nos une, por la blanca espuma del océano. Pero sin cansancio ¡No! Voy buscando y encontré algo con lo que ni siquiera soñaba: ¡La fuerza para seguir caminando!


Voladores LucĂ­a Clara Gisone

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Esta noche viajé por mucho tiempo a un lugar que no me acuerdo

Rosa Jiro

Sueño maestro

y aprendí, me enseñaron, me enseñé

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y éste es el mensaje: ” ¿En qué se diferencia un Maestro de su Discípulo? El Maestro Hace Su Camino El Discípulo lo sigue”


El Tejo

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Lucía Clara Gisone

“Cielito Lindo” (Página 34): Lápiz policromo sobre hoja de color. “Pulpos” (Página 13): Acuarela. “Voladores” (Página 49): Lápiz policromo sobre hoja de color.

Colaboradores: Contacto

abrilabriles@hotmail.com

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Dylan T.K. (Página 17)

debajodelcemento2010.blogspot.com

Diego Naves (Página 23)

www.claystudio.es

Isabel González (Página 24) www.gonzalezimas.es

Rafael Estrella (Página 29) estrella.lamatriz.org

Isa San Martín Fernández (Página 32) isa.smf@hotmail.com


Simón Ramos (Página 33) aresondin@hotmail.com

Ana Rita Gendrot

“Embarcado” (Página 37): Acrílico sobre tela. anaritagendrot.blogspot.com anaritagendrot@gmail.com

Mybro (Página 42) mybro.tumblr.com

Tonni Mollá (Página 43)

www.flickr.com/tonnimolla

Paula (Página 44)

kasansass.devianart.com

Rosa Jiro (Página 50)

rosajiro.wordpress.com

Colaboradores: Contacto

“Cabeza de Caracol” (Página 45): Lápices policromo sobre papel.

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aningunaparte www.aningunaparte.com

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