ALTAMIRA CAROLINE PEÑA BRAY
Portada Renaissance Rimax, 2018 Archival pigment print / 93 x 130 cms
ALTAMIRA Caroline Peña Bray
Curaduría: Camila Téllez Posada
ALTAMIRA “As I have said, the drawing room […] was divided by black folding doors picked out with thin lines of raspberry red. We were still much under the influence of Titian. Mounds of plush, Watts’ portraits […]. But it is of the folding doors that I wish to speak. How could family life have been carried on without them?” 22 Hyde Park Gate Virginia Woolf Siempre que la privacidad se piensa, la idea del acto secreto que ocurre de manera cerrada, en la protección del hogar sale a flote, donde las relaciones íntimas adquieren una forma y un lugar. Es por tanto que la intimidad es aquel resguardo primigenio del ser, donde lo indecible juega con la percepción y con la comprensión de las cosas, de los conceptos, de las historias. Lo íntimo siempre ha sido definido desde el mismo campo de lo privado, sin embargo, hay quienes lo separan como dos comportamientos enteramente distintos en el ser, cumpliendo funciones particulares condicionadas por el espacio en donde se desarrollan. La intimidad se queda en el acto propio del ser, no puede ser observada, mientras que la privacidad se queda en el acto propio del espacio, acontece ante la presencia de unos cuantos y puede ser poseída y vulnerada. Se transgrede tanto como su propia dimensión lo permita. De tal manera la intimidad se entiende como el acto majestuoso de hablar sin tener que decir nada, de ser lo impenetrable, de ser una metáfora de silencio.
Es en este silencio donde la muestra ALTAMIRA de la artista inglesa Caroline Peña Bray, plantea un diálogo entre el espacio (lo privado) y el ser (lo íntimo), entre la memoria y el testimonio, entre lo visible y lo presupuesto. Es una exposición que nace de la necesidad de documentar un lugar que contiene tantas historias como objetos que la habitan, y que se encuentra sentenciado a desaparecer. Dicho espacio corresponde al anticuario Altamira, que pertenece al señor Ernesto Matallana, quien creció en la misma casa que hoy alberga su almacén. Si bien el anticuario es un edificio antiguo que hace las veces de gran contenedor de la memoria colectiva de una ciudad, los objetos que allí habitan nos revelan el lugar que estos ocuparon en el desarrollo de las familias de la clase alta bogotana, quienes decoraban sus hogares con elementos que provenían de Europa o con viles copias realizadas localmente, las cuales representaban una fachada de sofisticación, simulando el esplendor de una vida culta, que en numerosas ocasiones entraban en conflicto con las historias personales de las familias que cohabitan con tales objetos. Desde aquí Peña Bray plantea de manera sutil, a través de la historia del propio Matallana, interrogantes sobre lo que es el espacio privado y el intrincado modus operandi de las familias de la alcurnia bogotana, donde las expectativas y presiones sociales abundaban tras las puertas cerradas, moldeando la noción del deber ser de aquellos miembros que pertenecieron a ese espejismo de abundancia y privilegios, incluso yendo en contra de sus propios valores, desdibujando la imagen clara de una sociedad apropiada y enunciando la idea de una vida privada. Camila Téllez Posada Curadora
Cómo surgió Altamira La casa la hizo mi papá en 1950. Antes, vivíamos en una casa muy grande y muy buena; de propiedad de mis abuelos maternos, aquí en la Calle 72, en la Avenida Chile. Ese barrio era muy bonito en esa época. En los 50 eso eran quintas lindas, casas había en la 72.
hacer, ni a donde ir. No sabía hacer nada. Yo empecé a trabajar a los sesenta años. Entonces, era vender las cosas que yo tenía en mi casa. Mi colección. Yo había comprado pinturas, antigüedades…yo tenía mi casa muy bien. Además tenía una casa muy grande, en el Bosque Izquierdo, en el centro.
Mi papá hizo la casa en el cincuenta, cuando yo tendría siete años. Hizo la casa a mi mamá, porque la casa de mis abuelos la demolieron. Y vivimos ahí Eventualmente, me tocó vendarla. Y me vine para hasta que se murió mi papá en el setenta y ocho. acá. De ahí mi mamá se quedó en esta casa gigantesca, sola, con una sirvienta. Yo ya tenía mi propia vivienda, y mi hermana se había casado. Quedaba mi mamá con la empleada.
Y todos los amigos, y la gente conocida, me daba cosas para que les vendiera…y me quedé. Quedé con esto. Y seguí ese ritmo.
Se esperó y compró una casa y abandonó esta, literalmente la abandonó. Desde el 1979 hasta el 2000. Cuando mi mamá me alquiló la casa para poner el almacén.
Entonces como yo siempre alterné con gente como, acomodada, pues, amigos de mi familia, mis amigos del cole gio donde yo estudié… lo que yo viví, era gente más de un estrato más bien altico. Entonces, era gente que tenía muchas cosas.
Y así yo empecé con el almacén, con Altamira, en el 2000. Altamira era una hacienda de mi papá; era una de las tierras de mi papá en Silvania. Y eso coincide exactamente con el momento en que se me acabó a mi la plata. Entonces no tenía nada que
Me la pasé dando comidas y cocteles en mi casa permanentemente, durante treinta y pico de años. Entonces conocí a todo el mundo. Y todo el mundo me trajeron todos sus cosas pa’ que yo las vendiera. Todo el mundo me traía algo para que le vendiera.
potreros y casa grandes, repletas de antigüedades, cuadros, muebles finos e importados, recuerdos traídos de viajes, herencias de los abuelos; esas
Entonces se quedó así. Y así se quedó.
Pero lo que estoy pensando ahora es no más consignación. Ya el almacén lo conoce todo el mundo, entonces yo creo ya pa’ que consignación?
Cuando puse este almacén empecé a trabajar, si eso se puede llamar trabajo. Se puede llamar un hacia adelante, un trabajo? Yo no sé, todavía no sé. Digámoslo una ocupación, pa’ no ser tan pretenciosos. Todavía hay gente que viene, amigos que vienen, en días fijos, para hacerme la visita. El rato de conversación. Tengo dos amigos que vienen los sábados y siempre se compran algo. Pero realmente, vienen es a hacer la visita. Es que este lugar, Altamira, tiene su cosa. Además la gente añora mucho el Bogotá antiguo. El Bogotá de los cincuentas, anteriores al 9 de abril, el Bogotá que se encuentra todavía acá, en este almacén. En Bogotá antiguo las casas de este sector eran muy grandes. A veces salían de una cuadra hacía la otra. Tenían entrada por un lado y por el otro. Chapinero, todo eso de Chapinero Alto eran
casas tenían de todo. Hoy en día cosa que no se ve, espacios tan atiborrados.
Yo por mi debería terminar el almacén. Es que eso sí, yo debía cerrar esto. Pero tengo el compromiso moral de sostener el almacén, y así mi familia. Pero esta casa la van a demoler para el metro, de manera que de esto no hay salvación posible. Y mira las grietas que son, por todos lados y se ve. La casa cae porque cae. Como si fuera poco, la casa se esta cayendo. En cualquier temblorcito la casa me mata. Me cae encima y me mata. Eso es lo que va a pasar. Deje y verá.
Ernesto Matallana, en conversación con la artista.
Listado de obras 1. Statue (2018) Impresión digital con pigmento de archivo 130 x 93 cms 2. Renaissance Rimax (2018) Impresión digital con pigmento de archivo 93 x 130 cms 3. Purple Room (2018) Impresión digital con pigmento de archivo 93 x 130 cms 4. Chalice with Grapes (2018) Impresión digital con pigmento de archivo 130 x 93 cms 5. Plates (2018) Impresión digital con pigmento de archivo 130 x 93 cms
6. Telephone Table (2018) Impresión digital con pigmento de archivo 93 x 130 cms
12. Clerical Attire (2018) Impresión digital con pigmento de archivo 93 x 130 cms
7. Lamp Room (2018) Impresión digital con pigmento de archivo 93 x 130 cms
13. Christ (2018) Impresión digital con pigmento de archivo 130 x 93 cms
8. Chandelier (2018) Impresión digital con pigmento de archivo 130 x 93 cms
14. Tiffany (2018) Impresión digital con pigmento de archivo 93 x 130 cms
9. Detalle Ernesto I (2019) Impresión digital con pigmento de archivo 330 x 220 cms
15. Ernesto’s Desk (2018) Impresión digital con pigmento de archivo 93 x 130 cms
10. Egyptian Room (2018) Impresión digital con pigmento de archivo 130 x 93 cms
16. American Eagle (2018) Impresión digital con pigmento de archivo 93 x 130 cms
11. Blue Room (2018) Impresión digital con pigmento de archivo 93 x 130 cms
CAROLINE PEÑA BRAY Lincon, Inglaterra 1983 Artista británica que vive y trabaja en Bogotá, Colombia. Peña Bray graduó de la Maestría en Artes en Central Saint Martins, Londres en 2013, antes de haber completado estudios en una variedad de carreras en la Universidad de Cambridge (Literatura Inglesa), London School of Economics (Política), and Courtauld Institute of Art (Historia del Arte). En 2013, dejó su país natal y la ciudad de Londres para vivir en Bogotá, Colombia. Allá, impactado por la ciudad misma, desarrolló una práctica centrada en la imagen y su contexto socio-político, con énfasis especial en la ciudad y el uso de la fotografía como su medio principal. Como resultado, la artista ha desarrollado un lenguaje visual que da una gira al imaginario de la típica ciudad Latinoamericana. Peña Bray ha expuesto individualmente en la Galería 12:00, Salón Comunal, La Balsa Arte y Galería de la Oficina, y sus obras han estado en exposiciones y ferias en el Reino Unido, Francia y Colombia. En el año 2018 fue artista residente de Escuela Flora como recipiente de la Beca British Council.
CAMILA TÉLLEZ POSADA Bogotá, Colombia 1982 Curadora, docente e investigadora. Maestra en Bellas Artes de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá (2000). Acreedora de la beca de Colfuturo para realizar el curso de Historia del Arte (The Value of Art) en la Universidad de Cambridge, Inglaterra (2000). Master en Museología de Macquarie University Sydney, Australia (2010). Dentro de las co curadurías y curadurías realizadas se encuentran proyectos como: From New Abstraction to Post – Formalism en SNO Contemporary Art Projects, Sydney (2010), Desde Adentro en el centro Colombo Americano, Bogotá (2013), Religraphy en Casa Contacto (2015), Lenguajes de Papel V y VI en la Galería El Museo, Heroína en Nest Art Center (2015), Si un tigre entrará en este cuarto en la galería Espacio Alterno de Uniandinos (2016), Tiempos Múltiples en Nest Art Center (2016), las muestras Zoocosis e Identidad P-1 (2016) y La Primera Muestra de Fotografía Aplicada (2017) en LCI Bogotá. Actualmente se desempeña como docente e investigadora en el programa de fotografía de LCI Bogotá, donde dicta varias cátedras (Gestión y Cultura, Sociología de la imagen, Curaduría y exposiciones entre otras), y adelante proyectos de investigación institucionales e independientes.
EQUIPO CAFAM Director Administrativo Cafam: Luis Gonzalo Giraldo Marín Director Administrativo Cafam: Luis Gonzalo Giraldo Marín Director de Cultura, Relaciones Públicas y Medios: Fernando Barrero Chaves Curadora Sala de Exposiciones: Juanita Escobar Bravo Jefe de Área Administrativa: Óscar Gómez Téllez Jefe de Sala: Negev Cabuya Villegas Coordinadora Mercadeo Comercial: Diana Marcela Niebles Salgado Jefe de Prensa del Teatro: Camila Galindo Troncoso Jefe de Sección Promoción Cultural Cafam: Luis Carlos Ávila Ruiz Coordinadora Programas Culturales Cafam: Sofía Upegui Bonilla Practicante de Comunicaciones: Stephanie Sánchez Villate Secretaria Cultura, Relaciones Públicas y Medios: Margot Pardo Díaz Oficinista de Operaciones Promoción Cultural: Clara Inés Gutierrez Asesora de Trámites y Permisos Legales: Tatiana Hernández Vanegas Monitor de Sala: Alirio Lozano Espinel Auxiliar de Teatro: Javier Mayorga Pinilla Taquilla: Joan Álvarez Simmaqueva, Lady Solano Beltrán Recepción Teatro: Sofía Montaña Saldaña Coordinador Área Técnica Teatro: Sebastián Ramírez Pinzón Ingenieros Área Técnica: Edy Abril Ríos, Camilo Galeano Rubiano, Andrés Bolívar Zea Asistentes de Escenario: Alfonso Hernández Fernández, Sebastián Abril Barreto
EXHIBICIÓN Curaduría: Camila Téllez Posada Montaje: Arte-Facto diseño y producción Producción: Leonardo Rubio
CATÁLOGO Diseño: Camila Téllez Posada Textos: Caroline Peña Bray y Camila Téllez Posada Fotografía: Caroline Peña Bray
Enero 18 - Febrero 29 de 2020 Sala de exposiciones Teatro Cafam Av. carrera 68 N° 90-88 Cafam La Floresta Bogotá , Colombia
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