Informe de la Cooperación Sur-Sur en El Salvador 2009-2012

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Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador Viceministerio de Cooperaci贸n para el Desarrollo

Informe de la Cooperaci贸n Sur-Sur en El Salvador 2009-2012


Ministro de Relaciones Exteriores de El Salvador Ing. Hugo Roger Martínez Bonilla Viceministro de Cooperación para el Desarrollo Lic. Jaime Alfredo Miranda Flamenco Directora General de Cooperación para el Desarrollo Lic. Claudia Aguilar Garza

MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES DE EL SALVADOR Blvd. Cancillería, Calle El Pedregal, Antiguo Cuscatlán, La Libertad PBX: (503) 2231-1000/01 www.rree.gob.sv


Informe de la Cooperaci贸n Sur-Sur en El Salvador 2009-2012



Índice

Presentación del Informe 7 Introducción 9 Capítulo 1: De la Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo (CTPD) a la Cooperación Sur-Sur (CSS)

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Capítulo 2: Mecanismos de Gestión de la Cooperación Sur-Sur 23 Capítulo 3: Cooperación Sur-Sur en El Salvador

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Capítulo 4: El Salvador como agente con rol dual

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Capítulo 5: Conclusiones y principales retos

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Referencias bibliográficas 62

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Presentación

La Cooperación Sur-Sur: un complemento a la actual arquitectura global de la Cooperación Internacional para el Desarrollo

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partir del 2009, el país inició un nuevo proceso político-institucional en materia de relaciones internacionales, en donde una de las grandes apuestas del Ministerio de Relaciones Exteriores era que El Salvador fuera reconocido internacionalmente como país promotor del respeto a los derechos humanos, la paz, la democracia, el desarrollo económico, la integración regional, la cooperación para el desarrollo, y las relaciones con todos los países del mundo. Bajo ese nuevo esquema de trabajo, dentro de la Política Exterior salvadoreña, de ejercer relaciones diplomáticas abiertas al mundo, promotoras del desarrollo y la cooperación; así como relaciones consulares que promuevan la protección de los derechos de los salvadoreños en el exterior; el área relativa a la gestión de la cooperación para el desarrollo, logró elevar su importancia política, al crearse el actual Vice-Ministerio de Cooperación para el Desarrollo como ente rector de la gestión de la cooperación internacional en el país. A tres años de funcionamiento del Viceministerio de Cooperación para el Desarrollo, El Salvador ha logrado fortalecer las capacidades institucionales para la gestión completa del ciclo de la cooperación internacional para el desarrollo, imprimiendo una cultura de transparencia, rendición de cuentas y uso eficaz y eficiente de los recursos que el país recibe y oferta a los socios para el desarrollo, como complemento a los esfuerzos nacionales tendentes a asegurar niveles óptimos de vida dentro de los ámbitos sociales y económicos. Asimismo, este actor de relevancia nacional, ha logrado avanzar en la alineación de la cooperación internacional para el desarrollo con las prioridades nacionales de desarrollo y planes sectoriales del gobierno, especialmente los dirigidos a la población más pobre y excluida del país, así como ha logrado incrementar sustancialmente los flujos de cooperación técnica y financiera no reembolsable que recibe y que brinda el país. En ese nuevo esquema relativo a la cooperación técnica se ha venido posicionando dentro de la actual agenda nacional, regional e internacional, el papel que el país ha logrado jugar a través de la Cooperación Sur-Sur, como herramienta generadora de capacidades locales e institucionales, fortalecedora de políticas públicas para el desarrollo, así como catalizadora de espacios de diálogo político y de integración regional. Por lo anterior, el presente Informe sobre la Cooperación Sur-Sur en El Salvador 2009-2012, tiene como objetivo proporcionar de manera muy amplia y sistematizada, el historial del trabajo que actualmente el país ha logrado posicionar desde los ámbitos políticos y técnicos dentro de

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esta modalidad de cooperación para el desarrollo, en donde principios muy simples pero de relevancia sustancial como la horizontalidad, la reciprocidad, la equidad, solidaridad y respeto mutuo han determinado el quehacer regional e internacional de El Salvador dentro del esquema de la Cooperación Sur-Sur. Paralelamente, el país, a través de las gestiones llevadas a cabo por el Viceministerio de Cooperación para el Desarrollo, ha logrado ampliar su abanico de relaciones sur-sur con diversos socios para el desarrollo, en donde el esquema de relaciones diplomáticas sin ataduras ideológicas ha primado dentro de estos relacionamientos horizontales, así como el principio de reciprocidad bajo planteamientos de un agente con rol dual dentro de la Cooperación Sur-Sur, que es hacia donde apunta, en el corto plazo, el Marco de Desempeño de El Salvador en esta materia. A través de este nuevo esquema es que nuestro país pretende aportar a la actual arquitectura de la cooperación internacional para el desarrollo, en donde los relacionamientos de naturaleza sursur se posicionen como una dinámica tendiente a generar sinergias, tratos más justos, equitativos e incluyentes para los países practicantes de esta modalidad; así como que se vislumbre en un campo fértil en donde El Salvador se convierta en un actor clave y decisivo en el contexto de un nuevo sistema de gobernanza global de la cooperación internacional para el desarrollo.

Ing. Hugo Martínez Ministro de Relaciones Exteriores de El Salvador


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Introducción

La Cooperación Sur-Sur como apuesta de país

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urante el periodo que comprende el presente informe (2009-2012), El Salvador ha dado grandes pasos dentro de la gestión de la propia cooperación internacional para el desarrollo, y en particular ha logrado posicionar su agenda y visión de la Cooperación Sur-Sur a nivel nacional, regional e internacional. En ese marco, a partir de la creación del Vice-Ministerio de Cooperación para el Desarrollo en el año 2009, El Salvador ha venido incrementando y ampliando sus relaciones de Cooperación SurSur, en orden de generar aportes a los procesos de desarrollo nacional, posicionándose como una apuesta de país en los ámbitos políticos y técnicos. Bajo ese cometido, durante los últimos tres años ha seguido el objetivo de relanzar y fortalecer sus relaciones bilaterales de cooperación para el desarrollo con países socios para el desarrollo practicantes de esta modalidad de cooperación. Como hito de relevancia de este esfuerzo en materia de cooperación para el desarrollo, de acuerdo al Informe de la Cooperación Sur-Sur en Iberoamérica 2011 de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), El Salvador figura como el principal receptor de la Cooperación Sur-Sur en la región de América Latina y el Caribe, lo que demuestra el compromiso político y técnico de nuestro país con esta modalidad de cooperación para el desarrollo; así como se ha destacado por reportar formas novedosas de hacer Cooperación Triangular, como herramienta fortalecedora de los relacionamientos Sur-Sur que nuestro país posee ya sea como receptor y oferente de asistencia técnica. Capacidades nacionales e institucionales desarrolladas, construcción y modernización de políticas públicas, así como el fortalecimiento de planes gubernamentales y sectoriales de desarrollo, son algunos de los resultados que como país hemos conseguido dentro del proceso de generación de dinámicas sur-sur a la fecha. Como país, reconocemos que la Cooperación Sur-Sur presenta características y potencialidades que la hacen una modalidad “privilegiada” dentro del esquema de la Cooperación para el Desarrollo. Asimismo, estamos conscientes que esta modalidad se vislumbra como una herramienta generadora y fortalecedora de capacidades nacionales, de instancia de colaboración y articulación, así como de catalizadora de procesos de integración regional. Por otro lado, la Cooperación Sur-Sur, al posicionarse como una apuesta de país, se categoriza como una modalidad con potencial de generar desarrollo no solo en términos económicos, sino que también involucra otras dimensiones sociales como el fortalecimiento de políticas públicas con alto valor humano, la participación ciudadana (inclusión de otros actores), la solidaridad entre los pueblos y la promoción de la democracia. Es así como a través de esta dinámica, El Salvador, a raíz de la Cooperación Sur-Sur, ha instalado capacidades y experiencias de éxito, lo que nos brinda la oportunidad de ser considerados en el

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corto plazo como un “polo de conocimiento”, proporcionando de esta forma dinámicas mucho más horizontales y recíprocas al actual sistema de gobernanza global de la cooperación internacional para el desarrollo. A su vez, como país en los últimos tres años, hemos experimentado varias formas de intercambios de conocimientos y experiencias a través de la Cooperación Sur-Sur y Triangular, por lo que podemos estar seguros de lo qué son y no son ambas modalidades de cooperación. Actualmente, nos encontramos avanzado en la institucionalización de herramientas que permitan construir las capacidades políticas y técnicas para la constitución de El Salvador como un actor con rol dual dentro de la Cooperación Sur-Sur. En este contexto, como Viceministerio de Cooperación para el Desarrollo estamos totalmente seguros que nos encontramos facultados para generar nuestra oferta de cooperación técnica hacia otros países socios. Bajo ese esquema, nuestro país se siente orgulloso de presentar el siguiente Informe sobre la Cooperación Sur-Sur en El Salvador (2009-2012), el cual muestra significativas experiencias acaecidas bajo el relacionamiento horizontal con países socios para el desarrollo, quienes nos han acompañado en la senda del desarrollo, la inclusión social y la erradicación de la pobreza.

Lic. Jaime Miranda Viceministro de Cooperación para el Desarrollo


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DE LA COOPERACIÓN TÉCNICA ENTRE PAÍSES EN DESARROLLO (CTPD) A LA COOPERACIÓN SUR-SUR (CSS)


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1.1. Recorrido Histórico-Conceptual de la Cooperación Sur-Sur

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a cooperación internacional para el desarrollo puede entenderse como un conjunto de actuaciones de orden público o privado entre países de similar o menor desarrollo relativo, que tienen como propósito principal la promoción del progreso económico-social de los mismos, por medio de la utilización de instrumentos como subvenciones para la ejecución de proyectos de desarrollo, preferencias comerciales a países en desventaja en el comercio internacional, cooperación financiera reembolsable y no reembolsable, cooperación técnica-científica, asistencia técnica, entre otros. Dichos instrumentos de cooperación se canalizan por medio de actores públicos1 y privados2 que juegan un papel importante dentro del Sistema de Cooperación Internacional para el Desarrollo, ya que los mismos interactúan en el marco de las diversas modalidades de cooperación existentes, que van desde la Cooperación Multilateral, Norte-Sur, Sur-Sur y Cooperación Triangular, y la incipiente Cooperación Descentralizada, cada una con sus respectivas especificidades y características. El Sistema de Cooperación Internacional para el Desarrollo ha tendido a responder a una agenda predominantemente direccionada por los países del Norte, lo que incide directamente en su estructura y dinamismo. Los cambios económicos generados a nivel internacional han reestructurado la dinámica de la cooperación y la gobernanza de la misma. Las crisis financieras, la proliferación de nuevos actores estatales y no estatales en el Sistema de Cooperación Internacional, la redistribución del Producto Interno Bruto Mundial a manos de las potencias emergentes y la redefinición de nuevas prioridades por parte de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), han dado, desde los años 90, un nuevo impulso a la modalidad de Cooperación Sur-Sur, dándole un papel más preponderante en la búsqueda de fórmulas que generen un mayor impacto en el desarrollo. La Cooperación Sur-Sur retoma principios de la cooperación técnica entre países en desarrollo (CTPD). Es por ello que resulta más adecuado hablar de un resurgimiento de la Cooperación Sur-Sur, ya que por décadas se han firmado acuerdos y establecido agendas mundiales para la promoción de acciones conjuntas entre los países en desarrollo, con aras a promover el intercambio de experiencias exitosas y asistencias técnicas de fácil adaptación a las realidades de cada país, por lo cual la Cooperación Sur-Sur se ha ganado un papel decisivo en las iniciativas mundiales para erradicar la pobreza, estimular el crecimiento económico y promover el desarrollo sostenible. Las ciudades de Bandung, en Indonesia, y la de Brioni, en Yugoslavia, marcaron en 1955 el principio del Movimiento de los No Alineados, con la realización de dos conferencias en la que los

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Estados, agencias de cooperación, Sistema de Naciones Unidas, organismos multilaterales, administraciones autónomas, universidades, etc. Organizaciones no gubernamentales de desarrollo, empresas, sindicatos, filántropos, iglesias, etc.


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países del Sur mostraron al mundo que desde este polo se podía fraguar una afirmación política y diplomática efectiva, bajo los principios de libertad, justicia e igualdad. Todo esto dio paso al nacimiento de la Cooperación Sur-Sur como un nuevo mecanismo de solidaridad y cooperación entre los llamados países del Sur, que permitiría la liberación progresiva de la dominación y colonización de los llamados países del Norte. En 1961, apareció en la Conferencia de Belgrado el llamado Movimiento de Países No Alineados, cuyos principios se centraban en la preservación de las independencias nacionales frente a las dos potencias, la no adherencia a los dos bloques militares existentes, el rechazo a la instalación de bases militares extranjeras en sus territorios y la defensa de los derechos de los pueblos a ser libres e independientes, y, en general, la promoción de la cooperación política entre los países del Sur. La idea de generar una dinámica de relaciones Sur-Sur estaba íntimamente ligada a la posibilidad de reorientar y priorizar los vínculos, al reforzamiento de relaciones bilaterales ya existentes, a la gestación de nuevas relaciones para ampliar sus propias perspectivas de desarrollo y, a partir de allí, a formar un espacio que otorgase un mayor poder de negociación en los foros multilaterales. Como resultado de la movilización del Sur en el marco de la Asamblea General de la ONU, los años 60 fueron designados como la “Década del Desarrollo”. Junto con esta propuesta, fue la primera vez que se realizó un llamado para incrementar los flujos de la ayuda por parte de los países desarrollados hacia los países en desarrollo. Los antecedentes de la cooperación técnica entre países en desarrollo (CTPD) a nivel global pueden encontrarse en el transcurso de la década de los sesenta. El término se acuñó formalmente en 1973, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la que se demandaron actividades más dinámicas y de ayuda mutua entre los países en desarrollo para hacer frente a su condición económica y social.3 El resultado de estas demandas se concretaría en 1978 en Buenos Aires, al celebrarse la Conferencia Mundial sobre Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo, en la que los países asistentes adoptaron el Plan de Acción de Buenos Aires.4 Este plan trazó lineamientos generales acerca de la cooperación técnica. Los países de América Latina llevaron a cabo cuatro reuniones preparatorias en las que elaboraron una posición conjunta para la Conferencia Mundial en Buenos Aires: la Reunión Regional sobre CTPD en Lima (1976), el Programa de Acción para la promoción de CTPD (1976), la Reunión de Funcionarios Responsables de la Cooperación Técnica de los Países de América Latina (1977) y la Reunión de Coordinación Latinoamericana, realizada bajo el marco del Sistema Económico Latinoamericano (SELA).5 El concepto de cooperación entre países en desarrollo ingresó formalmente en el ámbito multilateral de las Naciones Unidas en la Conferencia sobre Cooperación Técnica entre Países en

Kern, Alejandraet al. Escenarios y Desafíos de la Cooperación Sur-Sur a 30 años de la Declaración de Buenos Aires. P.8 Ibíd., p. 8. 5 Ibíd., p. 8. 3 4

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Desarrollo, realizada en Buenos Aires en 1978. De alguna manera, se abrió el camino para que la relevancia de la cooperación técnica radicara no solo en su contenido, sino en el simple hecho de implicar una actividad conjunta entre los gobiernos de la región al más alto nivel político.6 Expresado en la misma Declaración de Buenos Aires, “la cooperación técnica entre los países en desarrollo ha surgido como una nueva dimensión que expresa la determinación del mundo en desarrollo de alcanzar la capacidad nacional y colectiva de valerse de sus propios medios, y la necesidad de crear el nuevo orden económico internacional.” 7 La CTPD representaba una nueva dimensión de la cooperación al desarrollo. En ningún momento se esperaba que esta reemplazara a la cooperación de los países desarrollados, ya que también se necesitaba “la transferencia de tecnologías avanzadas y otras formas de financiamiento que proveniente de los países del norte”. La CTPD podía ser más bien complementaria a esta, con el fin de aumentar la capacidad de las instituciones de los países en desarrollo de adaptarse y de absorber insumos adecuados procedentes de los países desarrollados.8 Este objetivo quedó claramente reflejado en 1979, al adoptarse una definición de la CTPD, remarcando la idea que la misma constituía un medio para el establecimiento de un nuevo orden internacional basado en la cooperación. La década de los 80 comenzó con amplias expectativas en el marco de las Naciones Unidas, donde los países en desarrollo se comprometieron a fortalecer aún más la cooperación técnica entre ellos. Esta se guaría por el mismo objetivo de la década anterior: establecer, mediante la acción colectiva, un nuevo orden económico internacional más justo y favorable para este grupo de Estados. En este contexto, se entendía a la CTPD como la manifestación de un “esfuerzo propio” de un colectivo relativamente homogéneo -los países en desarrollo- destinado a fortalecer sus posibilidades económicas y mejorar sus posición en el sistema de relaciones económicas internacionales. Se creó el Comité de Alto Nivel sobre Cooperación Sur-Sur dentro del Sistema de Naciones Unidas, el cual se encargaría de monitorear los avances del Plan de Buenos Aires, que llevaría a evaluar no solo sus componentes técnicos sino también económicos, los cuales se verían afectados por el inicio de la crisis de la deuda. Ante la crisis de la Cooperación Norte-Sur y en un contexto de debilidad económica, se hizo evidente la necesidad de construir una concepción distinta dentro de la Dimensión Sur-Sur, la cual empezaba a fortalecerse progresivamente a través de la década de los 80. Para la década de los 90 se marca un significativo quiebre del orden internacional existente, donde gradualmente comienzan a definírselos nuevos mecanismos y modalidades de la hegemonía

Ibíd., p. 8. Naciones Unidas, Plan de Acción de Buenos Aires para promover y realizar la cooperación técnica entre los Países en Desarrollo. Conferencia de Naciones Unidas sobre cooperación técnica entre países en desarrollo. Asamblea General, 1978, pag.5 8 Kern, Alejandraet al. Op. Cit.P. 10. 6 7


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internacional. La caída del muro de Berlín, el colapso de la URSS y la disolución del bloque del Este, diseñaron un nuevo mapa geopolítico que afirmaba la victoria del modelo capitalista.9 A raíz de las tendencias hacia la mundialización, se empezó a reconocer que la CTPD es un instrumento importante que permite a los países del Sur participar eficazmente en el nuevo orden mundial, más aún, teniendo en cuenta la tendencia de los países industrializados a reducir la ayuda oficial para el desarrollo, en particular en lo que respecta a la asignación de fondos a los programas y organismos multilaterales.10 En este contexto, se consideró necesario trabajar por una mayor articulación entre la cooperación técnica y la cooperación económica en las relaciones Sur-Sur. Se remarcó la importancia del reforzamiento de la cooperación en esferas como las finanzas, el comercio, los sectores industrial y empresarial, los servicios, los transportes y la infraestructura, entre otros, así como la revitalización de la cooperación económica y los acuerdos de integración en los planos regional y subregional.11 A mediados de los 90, la ONU intentó dar un nuevo impulso a la CTPD aprobando, en la Asamblea General, la propuesta sobre Nuevas Orientaciones, elaborada por el Comité de Alto Nivel para la Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo. El documento proponía una orientación más estratégica para la CTPD, centrada en cuestiones prioritarias y con importante repercusión en gran número de países en desarrollo. Entre esas cuestiones se incluían, sin embargo, una amplia gama de temas: comercio e inversiones, deuda, medio ambiente, mitigación de la pobreza, producción y empleo, coordinación de las políticas macroeconómicas, educación, salud, transferencia de tecnología y desarrollo rural. El informe recomendaba como una de las iniciativas centrales, efectuar una integración operacional más cercana entre la cooperación técnica y la cooperación económica.12 Proponía también algunas iniciativas para mejorar la operatividad de la CTPD desarrollada hasta entonces, en búsqueda de una mayor efectividad: identificar países pivotes que sirvieran como catalizadores para implementar esta cooperación, compilación de información sobre proyecto exitosos e innovadores, capaces de ser replicados e identificación de “productos CTPD” específicos por área temática, que puedan atraer financiamiento. En ese contexto, la Asamblea General también exhortó a todos los gobiernos y a las organizaciones pertinentes de las Naciones Unidas a que consideraran la posibilidad de aumentar las asignaciones para la CTPD y a que buscaran nuevas modalidades de financiación para promover la Cooperación Sur-Sur (esencialmente cooperación triangular y participación del sector privado).13

Ibíd., p. 13. Sesión conmemorativa de veinte años de la CTPD, Comunicado de prensa, Asamblea General, Naciones Unidas, 1998. 11 “Desarrollo y cooperación económica internacional. Acontecimientos relacionados con la aplicación de las recomendaciones del informe de la Comisión del Sur con especial hincapié en la cooperación económica Sur-Sur”, Informe del Secretario General, Asamblea General, Cuadragésimo octavo período de sesiones, Naciones Unidas, 1993. 12 Examen de los progresos realizados en la aplicación del Plan de Acción de Buenos Aires y de la estrategia de nuevas orientaciones para la cooperación técnica entre los países en desarrollo. Pag. 3. Comité de Alto Nivel encargado de examinar la cooperación técnica entre los países en desarrollo, 13°período de sesiones, Naciones Unidas, 2003. 13 UNDP Executive Board, TCDC Cooperation Framework (1997-1999), disponible en http://tcdc.undp.org/knowledge_base/ framework.html#globdev (acceso diciembre de 2008). 9

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Siguiendo las recomendaciones sobre las nuevas orientaciones, el PNUD elaboró el “Primer Marco para la Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo (1997-1999)”. El mismo se concentraba en dos áreas de trabajo. La primera, esencialmente conceptual, proponía dar apoyo al desarrollo humano sostenible, con particular énfasis en la erradicación de la pobreza, medio ambiente, producción y empleo, comercio, inversiones y gestión macroeconómica. En segundo lugar, se buscaba mejorar la implementación mediante la promoción de la CTPD a través de la formulación y coordinación de políticas, mejoramiento de las capacidades y apoyo a la información. Como cambio operativo hacia una mayor efectividad, proponía una estrategia basada en la gestión de resultados, enfatizando la focalización en programas, coherencia e impactos. Para ello, se consideraba a la CTPD no sólo efectiva en cuanto a sus costos, sino una alternativa capaz de transmitir experiencias más cercanas y más relevantes para la realidad y los desafíos que enfrentaban otros países en desarrollo. En años recientes, las cosas han cambiado y la Cooperación Sur-Sur ocupa un lugar destacado en las acciones de promoción y alcance del desarrollo, de construcción de sociedades más justas y equitativas, de protección y cuidado del medio ambiente, en el fortalecimiento de capacidades de instituciones sólidas que garanticen buena gobernabilidad y en su contribución al alcance de políticas públicas y prioridades nacionales definidas por cada uno de los Estados. Este nuevo panorama de la cooperación internacional para el desarrollo parece dar un giro importante, pues incentiva la revalorización de la Cooperación Sur-Sur, dentro de la cual los países en desarrollo aprenden a aplicar de una mejor manera políticas y prácticas exitosas de sus pares, teniendo en cuenta sus prioridades nacionales.14 La cooperación Sur-Sur va recibiendo mayor atención a medida en que los países en desarrollo ganan cada vez más peso en la economía mundial, e incluso, la misma logra fortalecer a la vez el desarrollo e implementación de modalidades innovadoras de cooperación por medio de la triangulación, la cual consiste en un asocio estratégico entre dos países del Sur para la implementación de programas o proyectos de cooperación con mayor alcance e impacto, por medio del financiamiento de un socio para el desarrollo tradicional. En esta evolución de la Cooperación Sur-Sur a través de seis décadas se pueden observar cambios tanto en sus contenidos, como en sus motivaciones y fines, lo cual refleja, y a la vez construye, distintos momentos en las relaciones entre aquellos países más vulnerables a las estructuras políticas y económicas del sistema internacional. La construcción de puentes entre los países del Sur necesita de la creación de una atmósfera apropiada, una profundización del conocimiento mutuo, la selección de prioridades y estrategias eficaces y sostenibles en el tiempo para que esos procesos de “mejoramiento de las capacidades” sean una real contribución a su desarrollo, que cada vez más permita la apropiación de los países del sur de las actividades encaminadas a promover su desarrollo nacional.

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Kern, Alejandra et al. Op. Cit.


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1.2 Definición de la Cooperación Sur-Sur en El Salvador

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lo largo de tres años, El Salvador, a través de su experiencia dentro de la Cooperación Sur-Sur, ha logrado definir a esta modalidad como: una modalidad que promueve la integración y que, de cierta forma, puede ser catalizadora de un marco institucional que se desenvuelva desde los ámbitos nacionales y regionales, así como que permita estrechar los lazos de amistad y definir socios a partir de intereses comunes en materia de desarrollo. Dicha dinámica, aporta visibilizar lo que hacemos los países practicantes de esta modalidad de la cooperación internacional para el desarrollo, genera evidencias de relacionamientos estratégicos en torno a la construcción y mejora conjunta de políticas públicas para el desarrollo, fortalece el proceso de especialización de las capacidades humanas y el reforzamiento de las habilidades institucionales. A su vez, la Cooperación Sur-Sur ha sido vista como una visión política en un mundo de cambios, a partir de la generación de acuerdos parciales en torno a agendas temáticas y flexibles; priorizando la generación de capacidades locales e institucionales, la construcción de políticas públicas para el desarrollo y propiciando esquemas de integración entre los actores involucrados en ella. En ese aspecto, El Salvador coincide en la existencia de principios rectores dentro de la Cooperación Sur-Sur y los cuales han venido a regir el funcionamiento de esta modalidad de cooperación a nivel internacional, destacándose: 1. 2. 3. 4. 5.

Horizontalidad, solidaridad, interés y beneficio mutuo. Prioridad sobre el intercambio de conocimientos (asistencia técnica, fortalecimiento de capacidades) sobre el financiero. Reciprocidad y respeto mutuo. Procurar la eficiencia en el uso de los recursos. Favorece/promueve las relaciones, integración y alianzas entre países.

A su vez, dentro de la experiencia salvadoreña de la Cooperación Sur-Sur, hay tres aspectos que la han caracterizado y que de cierta forma se convierten en los activos que rigen su accionar15:

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De acuerdo al Capítulo 1 del Informe sobre la Cooperación Sur-Sur en Iberoamérica 2011 de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), el cual correspondió su elaboración a la Dirección General de Cooperación para el Desarrollo del Viceministerio de Cooperación para el Desarrollo de El Salvador.

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1. 2.

Como generadora y fortalecedora de capacidades Como instancia de colaboración y articulación

3.

Como impulsora de procesos de integración regional por otro lado, dentro de la conceptualización de la propia Cooperación Sur-Sur, hay elementos de aplicación a nivel nacional que la hacen una modalidad de aplicación operativa, como:

i)

Aporte de la Cooperación Sur-Sur al Plan Quinquenal de Desarrollo del Gobierno de El Salvador (2010-2014), entre otros planes sectoriales de desarrollo.

ii)

Aplicación de la Agenda de Eficacia de la Cooperación para el Desarrollo dentro de la dinámica de la Cooperación Sur-Sur en El Salvador.

iii)

Promoción de la Cooperación Sur-Sur y Triangular.

iv)

Aporte de la cooperación multilateral a la Cooperación Sur-Sur en El Salvador.

v)

La Cooperación Sur-Sur y su impacto en los procesos de integración y cooperación intraregional en los esquemas en los cuales El Salvador participa.

Es así como, a partir del proceso de transición político-gubernamental registrado en el año 2009, se dio paso a la instauración de una nueva dinámica político-administrativa a nivel institucional, en donde el proceso de planificación y estructuración de prioridades nacionales de desarrollo se verían reflejadas más tarde en herramientas que han servido como mapa de ruta a los procesos de gestión de la propia cooperación internacional y en particular de la Cooperación Sur-Sur, como lo es el Plan Quinquenal de Desarrollo del Gobierno de El Salvador (2010-2014). Dicho Plan Nacional brinda los elementos estratégicos del quehacer de la agenda de desarrollo nacional no solo para el quinquenio, sino que para una visión a mediano plazo, estableciendo como sus áreas de acción las siguientes: 1) Equidad, Inclusión Social y Reducción de la Pobreza; 2) Reactivación Económica; 3) Desarrollo Sostenible; 4) Seguridad Ciudadana; y 5) Dimensiones Especiales del Desarrollo. Estas líneas estratégicas han guiado las gestiones realizadas en los últimos tres años en lo que concierne a los temas y sectores en donde la cooperación internacional hace sus aportes, ya sea a través de la cooperación financiera no reembolsable o de la cooperación técnica para el desarrollo, en donde se enmarca principalmente la Cooperación Sur-Sur. En el caso particular de la cooperación técnica, según los avances registrados en la actual experiencia salvadoreña de Cooperación Sur-Sur, se ha promovido que esta trabaje y aporte a las áreas de desarrollo anteriormente citadas, promoviendo desde el Viceministerio de Cooperación para el Desarrollo un trabajo participativo que se guie por articular con las instituciones nacionales beneficiarias y participantes de dicha modalidad de cooperación. Lo anterior, con ánimos de alinear y buscar la eficiencia de esta modalidad de cooperación en torno a las prioridades y estrategias nacionales y sectoriales de desarrollo, como parte del punto de partida para un mejor aprovechamiento de esta cooperación.


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1.2.1 Participación y posicionamiento internacional del país en materia de Cooperación Sur-Sur Programa Iberoamericano para el Fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur (SEGIB) El Salvador ha participado activamente de las actividades en el marco de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), principalmente en la construcción del Programa Iberoamericano para el Fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur, al cual se han adherido países socios de la región como: Argentina, Colombia, Bolivia, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, España, Guatemala, México, Nicaragua, Perú, Paraguay, Panamá, Portugal, República Dominicana, Uruguay y El Salvador. En el marco de las reuniones de Directores de Cooperación de los países miembros se ha ido avanzando en el debate y la reflexión sobre la Cooperación Sur-Sur. El análisis ha servido de base para la identificación de las fortalezas, debilidades y retos de los países latinoamericanos en el campo de la Cooperación Sur-Sur (recogidos también en el Informe anual sobre la Cooperación Sur-Sur en Iberoamérica) y de la práctica de otros programas horizontales, apoyados por la SEGIB. El Programa Iberoamericano para el Fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur, que fue aprobado en la XVIII Cumbre Iberoamericana de San Salvador (2008) y preparado para su ejecución durante 2009, incluye líneas para el mejoramiento de los sistemas de información y coordinación, formación de recursos humanos, el Informe anual sobre la Cooperación Sur-Sur, un banco de buenas prácticas y la realización de foros y debates sobre esta materia. El Salvador participa proactivamente de las actividades del Programa, con el objetivo de responder a las necesidades de mejora e incremento de capacidades de las instituciones y dependencias responsables de la Cooperación Sur-Sur, lo que le valió a nuestro país para ser seleccionado como parte del Comité Ejecutivo del Programa Iberoamericano para el Fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur, para los años 2012-2013. Con lo anterior, El Salvador ha asumido un doble reto, uno directo relacionado con el fortalecimiento institucional; y otro indirecto, promoviendo una mejora de la eficiencia de las acciones, proyectos y programas de Cooperación Sur-Sur que se impulsan con los países de América Latina y el Caribe. Entre las actividades enmarcadas dentro del Programa Iberoamericano para el Fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur de las cuales El Salvador ha sido participe, destacan: • Formación de los recursos humanos. •

Mejora de los sistemas de información, coordinación y cómputo de la Cooperación Sur-Sur.

Preparación y publicación del informe anual sobre la Cooperación Sur-Sur.

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Realización de foros de reflexión y debate sobre la Cooperación Sur-Sur, sus objetivos, metodologías y prácticas.

El programa apuntala al desarrollo de todas las líneas de acción, y especialmente de la correspondiente a foros de reflexión y debate que permitirán avanzar en el entendimiento de las sinergias entre la Cooperación Sur-Sur y los principios de Eficacia de la Ayuda, de los cuales El Salvador ha sido parte.

Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) En el marco de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), se planteó la creación de un Consejo de Cooperación de América Latina y El Caribe, como una instancia de diálogo e intercambio de opiniones y puntos de vistas sobre la agenda de la cooperación internacional. Los antecedentes de este esfuerzo datan desde la reunión de alto nivel sobre eficacia de la ayuda realizada en Busán en 2011, en donde uno de los acuerdos fue potenciar diálogos regionales sobre la alianza global de la cooperación internacional. Asimismo, El Salvador ha impulsado este esfuerzo con la realización de reuniones y diálogos regionales como lo fue el Seminario Internacional “América Latina en la nueva asociación global para el desarrollo”, celebrado en San Salvador del 13 al 14 de febrero de 2012. Con la creación de este Consejo de Cooperación de América Latina y El Caribe, los países de la región están en la capacidad de potenciar el diálogo político y apoyar la concertación regional para participar en las diferentes instancias multilaterales. El Salvador participó también en diciembre de 2011 de la celebración de la primera Cumbre de la CELAC, realizada en Caracas, Venezuela, con el propósito de dar creación formal al organismo, para impulsar esfuerzos a favor de la unidad e integración de los países de la región, buscando para los pueblos el bienestar social, calidad de vida, crecimiento económico, así como un desarrollo independiente y sostenible, sobre la base de la democracia, la equidad y la más amplia justicia social. En cuanto al esquema de la CELAC, nuestro país ha venido trabajando de forma activa en los procesos constitutivos del Grupo de Trabajo sobre Cooperación Regional, el cual fue propuesto por socios para el desarrollo como Argentina y Chile, el pasado 28 de diciembre de 2012, como mecanismo cohesionador de posiciones políticas regionales dentro del abordaje global de la cooperación internacional para el desarrollo.

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) En el marco de la CEPAL, la participación de El Salvador ha sido muy activa, ya que durante el año 2012 fue sede del Trigésimo Cuarto Período de Sesiones de dicho organismo.


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En ese marco, el espacio proporcionado por la CEPAL ha servido como una ventana para mostrar a nivel internacional la efectividad de diversos programas y acciones nacionales que son sujeto de oferta de Cooperación Sur-Sur, como el caso de la visibilidad del programa CDMYPE en la publicación “Experiencias exitosas en innovación, inserción internacional e inclusión social. Una mirada desde las PYMES”. Asimismo, considerando el activo impulso que nuestro país ha impreso a este espacio de abordaje de la Cooperación Sur-Sur, se ha logrado reactivar los procesos conducentes al abordaje de tópicos de interés regional a partir de la constitución del Comité de Cooperación Sur-Sur de la CEPAL, que actualmente es presidido por nuestro país. Por otro lado, El Salvador se ha mantenido dentro del debate sobre la Cooperación Sur-Sur en la región y ha puesto especial énfasis en sus características propias y no como un instrumento que reemplaza o complementa a la cooperación tradicional Norte-Sur; además, se ha participado en las discusiones relacionadas al papel de la academia dentro de la construcción de un pensamiento sobre este tipo de cooperación. Durante el período 2010-2012, El Salvador ha participado en los espacios de diálogo propuestos por la CEPAL, respecto a los motivos por los cuales el nivel de ingreso per cápita es insuficiente para la valoración de los países y sus respectivos problemas para el desarrollo clasificándolos como países de renta media. Por lo tanto, es importante la participación del país en la definición de los indicadores comunes para el monitoreo de la Cooperación Sur-Sur, desde este organismo, así como en los espacios realizados por el Programa Iberoamericano para el Fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur de la SEGIB. En ese marco, El Salvador aparece como sujeto de Cooperación Sur-Sur, ya que desde este organismo ha recibido ayuda principalmente en aspectos relacionados al cambio de año base en indicadores de las cuentas nacionales y apoyo en la modernización de las oficinas nacionales de estadísticas y sus respectivos sistemas de estadísticas.

Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA) La participación de El Salvador en el marco del SELA, se refiere relativamente a la divulgación de los logros obtenidos y trabajo realizado en el ámbito de la cooperación regional, dentro del cual se destaca la participación del viceministro de Cooperación para el Desarrollo, Jaime Miranda, en la XX Reunión de Directores de Cooperación Internacional de América Latina y el Caribe. En dicho encuentro, se presentaron los objetivos generales del Viceministerio de Cooperación para el Desarrollo, para la gestión del gobierno actual y los retos que implica para El Salvador la cooperación dentro del escenario internacional y regional. Además, es importante destacar la participación del país junto con los demás países de la región al mantener el debate sobre el enfoque latinoamericano de la Cooperación Sur-Sur, y cómo generar

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mayores espacios de cooperación y coordinación entre los diferentes países de la región. Dentro de esta plataforma, es importante destacar que El Salvador durante el año 2013, será sede de la próxima reunión de Directores y Responsables de Cooperación de los países que conforman el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA).


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MECANISMOS DE GESTIÓN DE LA COOPERACIÓN SUR-SUR


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2.1

Mecanismos de gestión de la Cooperación Sur-Sur utilizados por El Salvador

2.1.1

Reuniones de Comisiones Mixtas

L

as reuniones de comisiones mixtas de cooperación, ya sean de naturaleza técnica, científica, tecnológica, educativa, cultural o deportiva, son el instrumento técnico-legal que se establece en base a los scuerdos y/o convenios básicos de cooperación suscritos entre el Gobierno de El Salvador y el gobierno de otro socio para el desarrollo. A través de dicho instrumento jurídico de cooperación, se analizan y determinan los campos prioritarios en los que se puedan realizar programas y proyectos específicos de cooperación en diversas áreas, y, además, se define lo que se constituirá como un Programa Bienal de trabajo, el cual contempla los proyectos acordados, así como las entidades ejecutoras y sus respectivas fuentes de financiación. Entre el período 2009-2012, El Salvador ha celebrado doce reuniones de comisiones mixtas con socios cooperantes regionales como: Argentina, Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, México, Uruguay, Costa Rica y Panamá, aprobando importantes iniciativas en diversas áreas estratégicas de desarrollo nacional. El detalle de dichas reuniones se presenta a continuación: Cuadro 2.1 Reuniones de Comisión Mixta 2009-2012 Año

Reunión

Socio

VII Reunión de la Comisión 2009 Mixta de Cooperación Colombia Técnica, Científica, Cultural, Educativa y Deportiva, entre la República de El Salvador y la República de Colombia VI Reunión de Comisión 2010 Mixta de Cooperación Técnica Y Científica entre la República de El Salvador y los Estados Unidos Mexicanos

México

Lugar y fecha de suscripción

Número de proyectos en el programa

San Salvador, El Salvador

26 proyectos

3 y 4 de noviembre de 2009 Antiguo Cuscatlán, El Salvador 23 de junio de 2010

22 proyectos

Áreas de cooperación Seguridad alimentaria y nutrición, formación técnica profesional, movilidad académica, prevención y atención de desastres, bilingüismo. Seguridad ciudadana, desarrollo social y superación de pobreza, desarrollo productivo sostenible, fomento de las exportaciones, desarrollo local, modernización del Estado, recursos humanos.


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Año

Reunión

VIII Reunión de Comisión 2010 Mixta de Cooperación Técnica El Salvador-Brasil

Socio

Lugar y fecha de suscripción

Número de proyectos en el programa

Brasil

Antiguo Cuscatlán, El Salvador

33 proyectos

28 de junio al 02 de julio de 2010 I Reunión de la Comisión 2011 Mixta de Cooperación Técnica Argentino Salvadoreña

Argentina

II Reunión de la Comisión 2011 Mixta de Cooperación Técnica El Salvador-Uruguay

Uruguay

I Reunión de Comisión Mixta 2011 de Cooperación Técnica El Salvador-Ecuador

Ecuador

Buenos Aires, Argentina

22 proyectos

23 de mayo de 2011 Montevideo, Uruguay

19 proyectos

13 y 14 de junio de 2011

Antiguo Cuscatlán, El Salvador

I Reunión de la Comisión 2012 Mixta de Cooperación Técnica y Científica El Salvador-Panamá

Costa Rica

Antiguo Cuscatlán, El Salvador

Panamá

Colombia

Bogotá, Colombia 03 de Febrero de 2012

Equidad, inclusión social y reducción de la pobreza, dimensiones especiales del desarrollo, seguridad ciudadana, fortalecimiento del Estado, cultura, educación, políticas fiscales.

18 proyectos, (1 como oferente)

Agricultura, transporte, educación, gobernabilidad democrática, cultura, turismo, generación y suministro de energía.

21 proyectos (7 como oferente)

29 y 30 de mayo de 2012 VIII Reunión de la Comisión 2012 Mixta de Cooperación Técnica, Científica, Cultural y Educativa entre la República de Colombia y la República de El Salvador

Administración del desarrollo, recursos naturales y medio ambiente, educación, desarrollo rural, desarrollo Social, justicia, salud y derechos humanos.

Equidad, Inclusión Social, Reducción de Pobreza, Reactivación Económica, Desarrollo Sostenible, Seguridad Ciudadana y Dimensiones Especiales de Desarrollo.

21 de julio de 2011 Antiguo Cuscatlán, El Salvador

Seguridad alimentaria y nutrición, formación técnica profesional, movilidad académica, prevención y atención de desastres, bilingüismo. a

33 proyectos (4 como oferente)

18 y 19 de julio de 2011 I Reunión de Comisión Mixta 2011 Bilateral de Cooperación Técnica en la República de El Salvador y la República de Costa Rica

Áreas de cooperación

10 proyectos

Equidad, inclusión social y reducción de la pobreza, reactivación económica, desarrollo sostenible, dimensiones especiales y desarrollos, educación, agricultura y ganadería, pesca, salud y gestión de la cooperación internacional. Energía, gestión pública, protección social, transparencia y anticorrupción, combate al crimen, educación artística, gestión ambiental, desarrollo sostenible, fortalecimiento de Pymes.

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Año

Reunión

Socio

VII Reunión de la Comisión 2012 Mixta de Cooperación Técnica y Científica entre la República de El Salvador y los Estados Unidos Mexicanos VI Reunión de la Comisión 2012 Mixta de Cooperación Educativa y Cultural entre la República de El Salvador y los Estados Unidos Mexicanos IV Reunión de la Comisión 2012 Mixta de Cooperación Técnica Y Científica entre la República del Perú y la República de El Salvador

México

México

Lugar y fecha de suscripción

Número de proyectos en el programa

Áreas de cooperación

Antiguo Cuscatlán, El Salvador

28 proyectos

Desarrollo social y superación de pobreza, desarrollo productivo y fomento a las exportaciones.

11 y 12 de junio de 2012 Antiguo Cuscatlán, El Salvador

39 proyectos

Educación, cultura.

11 y 12 de junio de 2012 Perú

Lima, Perú 10 de agosto de 2012

8 proyectos

Acuicultura, agricultura, pesca, género y políticas de igualdad, comercio y turismo, modernización del Estado, políticas de desarrollo juvenil.

Figura 2.1 Proceso de preparación, coordinación y celebración de reuniones de comisiones mixtas de cooperación con socios para el desarrollo 1. Manifestación de interés mutuo de celebrar un proceso de comisión mixta

2. Inicio del proceso (etapa de oficialización)

6. Priorización de áreas-sectores y demandas de instituciones nacionales

7. Selección del primero grupo de instituciones nacionales participantes

Selección del segundo grupo

4. Sistematización de áreas y sectores de interés

5. Presentación de áreas y sectores, y prenegociación del programa de cooperación con el socio cooperante

8. Reuniones preparatorias previas a reunión de comisión mixta

9. Presentación de demandas y ofertas finales de asistencia técnica

10. Coordinación y celebración de la reunión de comisión mixta de cooperación

11. Negociación y suscripción del programa de cooperación bilateral

12. Seguimiento al programa

13. Reuniones de evaluación de medio término

3. Fase de consultas con instituciones nacionales


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Proceso Básico de Preparación, Celebración de Comisiones Mixtas

Coordinación

y

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as reuniones de comisiones mixtas de cooperación tienen como característica esencial, que están conformadas por funcionarios o responsables de cooperación y/o planificación adscritos a diversas instituciones públicas, con objeto de realizar las mismas tareas de negociación y conseguir fines similares como la negociación y aprobación de acciones y/o proyectos de asistencia técnica. Por otra parte, esta involucra a entidades gubernamentales, las cuales se constituyen como los actores centrales dentro de esta plataforma, sumándoles las correspondientes instancias rectoras encargadas de los temas de cooperación internacional (ya sean Ministerios de Relaciones Exteriores, Agencias de Cooperación, entre otras). En ese sentido, podemos aglutinar dicho proceso a través de los siguientes pasos, tomando en consideración como condición previa al proceso en referencia, la existencia de un Convenio Marco o Convenio Básico de Cooperación entre los socios cooperantes: 1: Interés mutuo de celebrar una Reunión de Comisión Mixta. Entiéndase dicho paso como aquel que refiere al interés mutuo (nivel político), así como a la capacidad técnica establecida entre dos gobiernos, para negociar y acordar de manera oficial, un programa de cooperación bilateral. 2: Inicio del Proceso (Etapa de oficialización). Ambos gobiernos, a través de las instituciones competentes, realizan el “pedido” de manera oficial (proponiendo fecha, lugar y posibles áreas y/o sectores de interés) para la celebración de la comisión mixta de cooperación técnica, científica y tecnológica. 3: Fase de Consultas con instituciones nacionales. Mediante este proceso, la correspondiente institución rectora en los temas de cooperación internacional realiza un proceso de manera consultiva ante las respectivas instituciones nacionales. El objetivo central de este paso es generar un panorama de las posibles áreas en las cuales se centraran las demandas de asistencia técnica, así como el de explorar la capacidad técnica con la cual cuentan las instituciones de la contraparte. 4: Sistematización de áreas y sectores de interés. Luego del proceso de consultas realizado a las correspondientes instituciones nacionales, la institución rectora en los temas de cooperación internacional procede a sistematizar un cuadro y/o listado de áreas de cooperación, las cuales son de interés de las instituciones nacionales y de prioridad estratégica en la consecución del Plan Nacional de Desarrollo, para luego ser sometidas a consideración de sus respectivas instituciones contrapartes. 5: Presentación de áreas y sectores, así como proceso de prenegociación con autoridades del país socio. En seguimiento al paso anterior, al proceder a enviar de manera oficial el listado de posibles áreas y/o sectores de cooperación al país contraparte, este establece un parámetro

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tomando en consideración su experticia técnica, así como la posibilidad de que alguna institución de su país pueda hacer frente a dicha demanda de asistencia técnica. 6: Priorización de áreas-sectores y demandas de instituciones nacionales. Luego de haberse establecido las áreas y sectores de interés mutuo que formaran parte de las líneas estratégicas a negociar a través de la Reunión de Comisión Mixta de Cooperación, se procede al envió de las instituciones nacionales dicha anuencia y se establece un proceso de orientación y asesoría a estas, para que desarrollen lo referente a la “formulación” de las demandas a negociar en el marco de la Comisión Mixta 7: Reuniones Preparatorias previas a la celebración de la Comisión Mixta. Al tener ya definido el grupo de instituciones nacionales las cuales entraran en el proceso de negociación de proyectos de cooperación técnica en el marco de la Comisión Mixta, se procede a iniciar el conjunto de reuniones previas entre dichas instituciones nacionales y la correspondiente institución rectora en los temas de cooperación, con objeto de definir y ultimar las propuestas de proyectos a negociar, así como otras cuestiones técnico-logísticas de interés de cara a la celebración del evento. 8: Etapa de presentación de demandas finales a autoridades de cooperación del país socio. Una vez revisadas, ultimadas y consensuadas las propuestas de proyectos de cooperación técnica a negociar en el marco de las comisiones mixtas de cooperación, se procede al envió de manera oficial del paquete de demandas finales de asistencia técnica a las autoridades de cooperación del país socio. 9: Coordinación y posterior realización de la reunión de la comisión mixta. Pasado un lapso de 20 a 31 días (un mes aproximadamente) de enviadas las propuestas finales de proyectos de cooperación técnica a las autoridades de cooperación del país socio, se lleva a cabo la celebración de la reunión de la comisión mixta de cooperación en el lugar y fecha acordado de manera conjunta previamente. 10: Negociación y suscripción del programa de cooperación bilateral. Finalizada la etapa de negociación y abordaje de cada una de las propuestas de proyectos de cooperación técnica, se procede a consensuar la aprobación de los proyectos que formaran parte del programa bianual de cooperación técnica. 11: Definición de los mecanismos de seguimiento y evaluación de proyectos aprobados en el marco de la comisión mixta. Ambas instituciones coordinadoras de los temas de cooperación internacional establecen lo que serán los mecanismos de seguimiento y evaluación de los proyectos que se aprueben en el marco de la comisión mixta, como lo son reuniones de medio término para definir directrices y reorientaciones que fueren necesarias adoptar en el proceso de ejecución de los proyectos. 12: Establecimiento de una reunión de evaluación de medio término al programa de cooperación aprobado o al mecanismo de seguimiento y evaluación. Las partes se reúnen para evaluar el avance en la ejecución de los proyectos aprobado en el Programa de Cooperación vigente, y en el cual pueden aprobarse nuevas iniciativas de cooperación.


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2.1.1

Mecanismos Políticos Bilaterales

Definición Los mecanismos políticos bilaterales se pueden definir como espacios establecidos entre dos Estados con el ánimo de fortalecer las relaciones entre ellos, de conformidad con los principios de la Carta de Naciones Unidas y las normas aceptadas por el derecho internacional; asimismo, con el objeto de crear un espacio en el cual dos Estados dialoguen sobre diversos temas de la agenda bilateral, y/o de algunos temas de interés regional y multilateral, como lo son asuntos políticos, económicos, sociales y de cooperación, generalmente. No existe una definición única, ya que dependerá del interés de ambos Estados el alcance que le otorgarán a un mecanismo político bilateral.

Algunos ejemplos de mecanismos políticos bilaterales: • • • •

Mecanismos de consulta política y coordinación bilateral Comité binacional de consultas y coordinación política Grupo de trabajo binacional Comisión binacional

Características comunes de los mecanismos políticos bilaterales: Se deben considerar diversos aspectos como los siguientes: a) alcance temático del mecanismo; b) la periodicidad de las reuniones; c) quiénes deberán presidir la reunión; d) la sede y fecha de la reunión; e) otros criterios logísticos. Se debe aclarar que cada mecanismo político bilateral posee sus propias especificaciones, por tanto, para firmar un documento que permita el surgimiento de un mecanismo, deberá realizarse un estudio sobre las áreas que interesan incluir y sobre los demás aspectos señalados en el apartado anterior. Algunos de los socios para el desarrollo con los cuales se ha impulsado la agenda de cooperación bilateral bajo este mecanismo son: Guatemala, Cuba, Chile, India, entre otros.

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2.2

Cooperación Triangular para El Salvador: complemento para la horizontalidad

A

nte las tendencias de la cooperación tradicional a nivel mundial, así como las consecuencias para El Salvador por su clasificación de país de renta media, dicha situación ha motivado cada vez más a los países, tanto receptores como los socios cooperantes, a buscar nuevas formas de cooperación no tradicionales. En este nuevo escenario se enmarca la Cooperación Triangular. El enfoque fundamental de la Cooperación Triangular viene definido por la actuación conjunta de dos actores a favor de un tercero. Esta se establece como una relación entre tres actores, donde se evidencia un socio oferente que es un país tradicional, un país de renta media (PRM) que actuará igualmente como socio oferente de cooperación y un socio receptor, que, en la mayoría de los casos, es un país de similar o menor nivel de desarrollo relativo. El Salvador ha buscado aprovechar el potencial de la Cooperación Triangular para llevar cabo programas, proyectos y actividades de planificación conjunta, basado en el establecimiento de relaciones de colaboración entre iguales. En el marco de negociaciones de programas y proyectos de Cooperación Triangular se ha buscado cumplir un rol de liderazgo nacional y de apropiación de las estrategias de desarrollo planteadas en el Plan Quinquenal de Desarrollo del Gobierno de El Salvador 2010-2014, identificando el valor agregado que la Cooperación Sur-Sur posee y la complementariedad que ofrece la Cooperación Norte-Sur. El Salvador, respecto a los esquemas de Cooperación Triangular, no se limita a uno o dos modelos de triangulación (Norte-Norte-Sur; Norte-Sur-Sur; Sur-Sur-Sur), si no que articula esquemas adaptados al contexto de cada realidad y cada caso específico, y no se limita a la canalización de recursos del Norte. Por su parte, la Cooperación Triangular es considerada como una modalidad de cooperación que reduce los costos de transacción, aumenta el impacto de los resultados y propicia las condiciones para fortalecer las capacidades de coordinación y articulación por parte del socio receptor. Es, además, una excelente opción como complemento de otras modalidades de cooperación que actualmente se ejecutan, como lo es la cooperación Norte- Sur, Sur-Sur, regional y multilateral. Lo anterior, tomando en consideración algunas pautas que caracterizan actualmente a estos modelos, tales como: la disminución de la cooperación tradicional, la falta de recursos financieros necesarios para la ejecución de proyectos Sur-Sur, entre otras circunstancias adversas. Al mismo tiempo, un esquema de Cooperación Triangular contribuiría a fortalecer las relaciones de cooperación con nuevas partes, como los actores emergentes dentro de un nuevo modelo de cooperación. Dichos actores, comúnmente denominados socios oferentes dentro de este esquema de cooperación, poseen un “expertise” más adaptada a la realidad de los beneficiarios por la existencia de lazos culturales, geográficos y lingüísticos comunes, entre otros factores, lo cual representa una ventaja comparativa de esta modalidad respecto a otros esquemas tradicionales.


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De igual forma, esta modalidad de cooperación representa un panorama favorable para todos los actores participantes, ya que los socios tradicionales podrían ver incrementado el impacto de los fondos que destinan y disminuidos ciertos costos burocráticos y administrativos. Los socios oferentes podrían ver fortalecidas sus capacidades técnicas, institucionales y políticas y adquirir conocimientos prácticos en materia de cooperación internacional derivados de la experiencia de los socios tradicionales. Los socios receptores podrían beneficiarse de la ampliación de cooperación en recursos y en “know how”. Cabe destacar, que la implementación de la modalidad de Cooperación Triangular, tal y como se explica en las ventajas de su utilización, permitirá a El Salvador fortalecer sus capacidades institucionales, con lo que se puede continuar participando de esta modalidad no solo como país receptor, sino también incursionar en el rol de país oferente dentro del esquema triangular. Con lo anterior, El Salvador pasara de ser un actor netamente receptor de cooperación técnica, a uno con rol dual dentro de sus relacionamientos de cooperación con otros países. La Cooperación Triangular en El Salvador debe partir de un enfoque estratégico mediante el cual se avance en el entendimiento y proyección de las acciones tendientes a fortalecer y promover las iniciativas nacionales de Cooperación Sur-Sur vigentes y en gestión, apoyándose de criterios prácticos como: a) b) c) d) e) f) g)

La ampliación de capacidades nacionales a través de la cooperación técnica. El direccionamiento a todos los sectores y ámbitos del desarrollo nacional. La articulación con las demandas y necesidades de los países de desarrollo similar o relativo. Relaciones abiertas con diversos cooperantes. Apuesta por la eficiencia en el uso de los recursos de cualquier tipo. El aporte de sus recursos humanos formados, sus propias experiencias institucionales, tecnologías apropiadas y recursos en especie. La promoción del liderazgo por parte de los países que promueven la Cooperación Sur-Sur.

A su vez, es preciso tener en consideración que la Cooperación Triangular también presenta algunos enfoques básicos que deben prevalecer dentro de su dinámica, los cuales podrían aplicar a El Salvador, como: la promisión, el nuevo aprendizaje, la complementariedad, la orientación de calidad, la eficiencia, los espacios regionales y la mutua responsabilidad. Según la experiencia actual de Cooperación Triangular en El Salvador, los principales sectores presentes dentro de esta modalidad son: agricultura, ganadería, pesca y acuicultura, gobernabilidad democrática, seguridad ciudadana, salud, vivienda y urbanismo, educación; y otros sectores más específicos como el de protección social y de fortalecimiento institucional. No obstante, hay otros sectores con los cuales El Salvador, en el corto y mediano plazo, aprovechando la experticia y potencialidades de otros socios para el desarrollo, puede explorar la posibilidad de establecer dinámicas de Cooperación Triangular en áreas como: ayuda humanitaria y gestión de riesgos; agua y saneamiento; fomento y desarrollo de las capacidades económicas y competitivas de los sectores productivos salvadoreños (principalmente para las micro, pequeñas y medianas Empresas), transporte y almacenamiento, infraestructura y servicios; TIC’s, entre otras.

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2.2.1 Reflexiones del Taller: Avances y retos para la gestión de la Cooperación Triangular en Iberoamérica (El Salvador, del 04 al 06 de diciembre de 2012)

E

l Salvador fue sede del Taller “Avances y retos para la gestión de la Cooperación Triangular en Iberoamérica”, organizado por el Programa Iberoamericano para el Fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), en coordinación con el Viceministerio de Cooperación para el Desarrollo del Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador. Se contó con la participación de 21 profesionales de las unidades técnicas rectoras de la cooperación de 15 países iberoamericanos. En dicho espacio, se logró la activa participación de los citados profesionales, quienes, bajo una representación diversa y variada, aportaron a la riqueza del debate, a partir de la discusión de esquemas específicos triangulares y los distintos roles que los actores (receptores, oferentes y socios tradicionales) desempeñan en los ciclos que involucran las iniciativas de Cooperación Triangular; reivindicando con ello la necesidad de coordinación y comunicación permanente entre cada uno de los socios participantes de estas iniciativas. Dichos esquemas fueron el resultado de una previa sistematización, a partir de iniciativas específicas proporcionadas por los distintos países, siendo los insumos principales de todo el debate desarrollado durante el taller. En ese contexto, y como parte de las discusiones producto de los 4 bloques de trabajo desarrollados en el marco de este evento (dedicados a analizar los procesos inherentes a las fases de identificación; formulación y negociación; implementación/ejecución; y evaluación de resultados), se logró resaltar la importancia de avanzar en la construcción y generación de trabajos inclusivos dentro de la Cooperación Triangular. Asimismo, se ha privilegiado la necesidad de contar con herramientas orientadores que contengan mínimos comunes para la construcción de criterios, toma de decisiones y homologación de terminologías en la región sobre cómo vemos y hacemos la Cooperación Triangular. Además, se logró constatar como aprendizaje que en la región se registran experiencias disimiles en cuanto a la Cooperación Triangular, esto ha permitido a los países de América Latina y el Caribe responder de diversas maneras a las necesidades del desarrollo, discutiendo y distinguiendo entre teoría y práctica de las experiencias de proyectos de Cooperación Triangular como elementos generadores y fortalecedores de capacidades institucionales y de políticas públicas nacionales y regionales. Entre los valores agregados de este taller se puede destacar la construcción colectiva por parte de los países participantes de una metodología de trabajo que, a partir de casos reales de iniciativas de Cooperación Triangular, permitió arrojar diversos insumos que formaran parte de una guía para la gestión y procedimientos básicos de esta modalidad de la cooperación internacional para el desarrollo, vinculada al ciclo de proyectos en Iberoamérica.


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Finalmente, se proporcionan a continuación los elementos centrales que fueron parte de las discusiones de los bloques dedicados a analizar los diversos ciclos presentes en una iniciativa de Cooperación Triangular:

Fase I: Identificación • Apropiación y liderazgo del receptor. • Es necesario que un socio con experiencia funja como facilitador (país oferente puede ayudar al socio receptor a identificar sus necesidades y servir como canal de comunicación con el socio tradicional). • Debe existir un mecanismo que permita un impulso político y técnico. • Cada país debe reconocer el valor agregado de los socios en este proceso. • Se reducen los tiempos de transacción cuando dos socios se ponen de acuerdo primero y, posteriormente, se incorpora el otro. • Es importante definir claramente los roles de cada socio. Fase II: Formulación y negociación • El socio receptor debe tomar el liderazgo en el proceso. • El socio receptor debe tener capacidades de formulación y negociación instaladas. En dado caso no las posea, debe el socio oferente guiar en el proceso. • Debe hacerse una clara identificación de roles de cada socio en el proceso, ya que esto definirá el modo de ejecución del proyecto. • Debe haber cierto grado de flexibilidad en la actuación de los socios en el marco del rol que le corresponde. • En esta fase deben quedar documentados los procedimientos a utilizar para la gestión del proyecto. • Deben preverse los mecanismos de evaluación del proyecto. • Debe existir un facilitador del proceso, asumido por el socio oferente, porque es quien tiene el reconocimiento de los demás socios como conocedor en la materia. • El documento de proyecto que surja en esta etapa debe estar consensuado por todos los socios involucrados en el mismo. • Debe potencializarse la relación horizontal entre el socio receptor, el socio oferente y el socio tradicional. • Buenas prácticas y generación de herramientas innovadoras. • Deben definirse claramente los objetivos y resultados que se esperan alcanzar con la ejecución del proyecto, teniendo la respectiva validación por parte de los socios involucrados. • Deben crearse las instancias triangulares que darán seguimiento a la fase de ejecución. • Debe estar definida en la etapa de formulación para asegurar los recursos para realizarla. • Definir claramente qué es lo que se quiere evaluar.

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Fase III: Implementación y ejecución • Cuando el socio receptor no esté en condiciones de liderar la fase de ejecución, los tres socios deberán prever la implementación de procesos para asegurar que este alcance la capacidad de hacerlo. • En esta etapa debe crearse un mecanismo que pueda sistematizar la información sobre las buenas prácticas de cada uno de los socios involucrados. • Importancia de que exista un principio de consenso para compartir y circular la información que surja en esta etapa entre los socios. • Debe existir la instancia política que permita el impulso en la ejecución del proyecto.

FASE IV: Evaluación • Cuando exista un equipo de evaluadores externos, es recomendable incluirse en el mismo un representante de los socios que han ejecutado el proyecto.

Luego del análisis de las diversas etapas que involucran la conformación de una iniciativa de Cooperación Triangular, los participantes procedieron a elaborar una hoja de ruta para la conformación, en el mediano plazo, de una guía para la gestión y procedimientos básicos de la Cooperación Triangular en Iberoamérica, con objeto que este producto y otros de naturaleza puntual puedan ser retomados en un próximo taller de similar naturaleza para el año 2013.


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COOPERACIÓN SUR-SUR EN EL SALVADOR


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T

al como se ha mencionado en los capítulos anteriores, la Cooperación Sur-Sur es una modalidad de cooperación importante para El Salvador, ya que permite generar y fortalecer nuevas capacidades al interior de las instituciones nacionales con las cuales es posible potenciar el proceso de desarrollo del país. Es por ello que, como parte fundamental de este informe, es necesario revisar el comportamiento que ha tenido este tipo de cooperación durante el período 2009-2012, por lo que se presenta un detalle de las acciones y proyectos de cooperación en los siguientes ámbitos: - - - -

Cooperación bilateral Cooperación regional Cooperación triangular Ayuda humanitaria

Donde se destacan los principales sectores beneficiados por este tipo de cooperación, así como los socios para el desarrollo con los cuales El Salvador ha generado lazos de Cooperación Sur-Sur.


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3.1. Panorama de la Cooperación Sur-Sur: 2009-2012 A lo largo de dicho periodo se han realizado diversas reuniones de comisiones mixtas entre El Salvador y sus diferentes socios para el desarrollo, las cuales han dado como resultado diversos proyectos de cooperación, generando beneficios para las instituciones nacionales, permitiéndoles fortalecer y construir nuevas capacidades para potenciar el desarrollo nacional y así beneficiar a un mayor número de habitantes. Es por ello que, durante el año 2009, se concretaron un total de 85 proyectos de este tipo de cooperación, donde el mayor porcentaje corresponde a la cooperación triangular que representa el 40.0%, seguido de la cooperación bilateral con el 36.5%, que equivalen a 34 y 31 proyectos respectivamente. Sin embargo, el resto corresponde a la cooperación regional que representa el 20.0% y la ayuda humanitaria con el 3.5%.

Tabla 3.1 Cooperación Sur-Sur 2009-2011

Tipo de cooperación

2009

%

2010

%

2011

%

Total

Bilateral

31

36.5

27

81.8

50

49.5

108

Regional

17

20.0

0

0.0

26

25.7

43

Triangular

34

40.0

6

18.2

8

7.9

48

Ayuda humanitaria

3

3.5

0

0

16

15.8

19

Total

85

100.0

33

100.0

101

100.0

219

Fuente: Elaboración propia con base a la información presentada a la SEGIB para la construcción del Informe de Cooperación Sur-Sur en los años indicados

Para el año 2010, de acuerdo a la información presentada en la Tabla 3.1, se concretaron un total de 33 proyectos, de las cuales el 82%, aproximadamente, corresponde a cooperación bilateral y el resto a la cooperación triangular. Es importante mencionar que durante este año no se reportaron intervenciones de carácter regional o de ayuda humanitaria. Mientras que en 2011, el total de proyectos se incrementó a 101, de los cuales el 49.5% corresponden a cooperación bilateral, seguida de la cooperación regional con un 25.7%, y en tercer lugar la ayuda humanitaria con el 15.8%.

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Fuente: Elaboración propia con base a la información presentada a la SEGIB para la construcción del Informe de Cooperación Sur-Sur en los años indicados.

Así, el total de proyectos pactados o concretados durante todo el período asciende a 219, con un crecimiento promedio de 37.1% a lo largo de los tres años, motivo por el cual, la SEGIB ha catalogado a El Salvador, en los últimos Informes de la Cooperación Sur-Sur en Iberoamérica, como uno de los principales receptores de esta modalidad de cooperación. Lo anterior muestra que la Cooperación Sur-Sur tiene un papel importante para el desarrollo del país, ya que está teniendo un rápido crecimiento. Muestra de ello es el incremento de reuniones de comisiones mixtas que se han celebrado a lo largo del período en referencia, además de la realización, por primera vez, de reuniones de comisión mixta con Argentina, Costa Rica, Ecuador y Panamá, durante 2011 y 2012, que han concretado aproximadamente un total de 94 proyectos, de las cuales El Salvador es receptor en 82 y oferente en las 12 restantes. Estas últimas serán analizadas con mayor detalle en el próximo capítulo. Sin embargo, dado el incremento sustancial de la Cooperación Sur-Sur en el país bajo el rol de receptor, es importante analizar cuáles han sido los principales sectores favorecidos y cómo estos proyectos se alinean a los objetivos propuestos en el Plan Quinquenal de Desarrollo del Gobierno de El Salvador 2010-2014, a partir de los acuerdos realizados en cada una de las reuniones comisiones mixtas celebradas.


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3.1.1 Cooperación Bilateral (Sur-Sur) En el caso de la Cooperación Bilateral, esta representa el 49.3% de toda la Cooperación Sur-Sur que recibe El Salvador, la cual equivale a un total de 108 proyectos que han sido ejecutados durante el período 2009-2011. Durante 2009, se pactaron con nueve países de América Latina y el Caribe, a través de los mecanismos anteriormente citados, un total de 31 proyectos, donde los países de los que se ha recibido una mayor cantidad de iniciativas de cooperación técnica corresponde a México (35.5%), Chile (22.6%) y Colombia (19.4%), los cuales representan más del 75% de los proyectos realizados, como se muestra en el gráfico 3.2.

Fuente: Elaboración propia con base a la información presentada a la SEGIB para la construcción del Informe de Cooperación Sur-Sur en los años indicados.

Dichos proyectos de Cooperación Bilateral fueron integrados de acuerdo a las áreas estratégicas definidas por el gobierno al inicio de su gestión, los cuales van desde protección social, reducción de la pobreza, reactivación económica y desarrollo sostenible, hasta las dimensiones especiales del desarrollo, las cuales serían plasmadas posteriormente en el Plan Quinquenal de Desarrollo del Gobierno de El Salvador (2010-2014). Por otro lado, la mayoría de los proyectos se orientan hacia 12 sectores, según el gráfico 3.3, de los cuales los sectores principales son los siguientes: - - -

Educación, ciencia y tecnología (19.4%) Agricultura, agroforestal, ganadería y pesca (16.1%) Gobierno y sistemas político (12.9%)

Los proyectos ejecutados en estos tres sectores representan únicamente el 48.4% del total de ese año, donde las instituciones nacionales que se vieron beneficiadas fueron:

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- - - -

Ministerio de Economía Ministerio de Agricultura y Ganadería Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología

Fuente: Elaboración propia con base a la información presentada a la SEGIB para la construcción del Informe de Cooperación Sur-Sur en los años indicados.

En 2010, la Cooperación Bilateral alcanzó un total de 26 proyectos que involucran a seis países de América Latina, entre los cuales destacan: Brasil (26.9%), México (23.1%) y Perú (23.1%). Este grupo de países representan el 73.1% de todos los proyectos que El Salvador recibe en cuanto a este tipo de cooperación. A partir de lo anterior, al observar la distribución de las intervenciones de los socios de cooperación por sectores de actuación, se tiene que el 34.6% corresponde a asistencia técnica para el fortalecimiento institucional ubicada en el sector Gobierno y sistema político; en segundo

Fuente: Elaboración propia con base a la información presentada a la SEGIB para la construcción del Informe de Cooperación Sur-Sur en los años indicados.


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lugar aparece el sector de agricultura, agroforestal, ganadería y pesca que recibe el 27% de proyectos; y en tercer lugar, está el sector de educación, ciencia y tecnología con el 11.5%; como se muestra en el gráfico 3.5. En 2011, se incrementaron las intervenciones de los socios de cooperación hasta un total de 49 proyectos, incrementando la Cooperación Sur-Sur en 81.4% respecto al año anterior, lo cual ha beneficiado en gran medida a las instituciones nacionales, fortaleciendo las capacidades de administración y de gestión. El gráfico 3.6 destaca que los países que proporcionaron un mayor porcentaje de cooperación técnica hacia El Salvador, medido en número de proyectos, fueron: Brasil (36.7%), México (14.3%) y Argentina (12.2%); mientras que el resto de acciones se divide entre otros seis países de la región.

Fuente: Elaboración propia con base a la información presentada a la SEGIB para la construcción del Informe de Cooperación Sur-Sur en los años indicados.

Fuente: Elaboración propia con base a la información presentada a la SEGIB para la construcción del Informe de Cooperación Sur-Sur en los años indicados.

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Estos 49 proyectos ejecutados se enfocaron en sectores estratégicos que forman parte de las prioridades nacionales planteadas en el Plan Quinquenal de Desarrollo, dentro de los cuales destacan los siguientes: • Gobierno y sistema político (28.6%) • Justicia, seguridad y prevención de violencia (16.3%) • Cultura, deporte y turismo (14.3%) Estos tres sectores representan aproximadamente el 60% de los proyectos de Cooperación SurSur recibidos por el país, los cuales fueron canalizados a las diversas instituciones, a fin de apoyar al desarrollo de las capacidades locales.

Fuente: Elaboración propia con base a la información presentada a la SEGIB para la construcción del Informe de Cooperación Sur-Sur en los años indicados.

Por tanto, de manera general, la Cooperación Sur-Sur recibida durante el período 2009-2011, asciende a un total de 106 proyectos de recepción de asistencia técnica, respecto a un total de dos proyectos de oferta técnica a otros países (Ecuador y Costa Rica). En este sentido, se puede determinar que los países cuyas acciones fueron más constantes durante el período señalado fueron: Brasil, con un total de 27 proyectos equivalentes al 25.5%, México ha logrado ejecutar 24 proyectos que representan el 22.6%, y en tercer lugar está Colombia con un total de 13 proyectos que constituyen el 12.3%; por lo que, estos tres países concentran el 60.4% de la cooperación recibida durante los tres años de análisis. Respecto a los sectores en los cuales las acciones de Cooperación Sur-Sur han realizado un mayor número intervenciones se encuentran los siguientes: • Gobierno y sistema político (25.5%) • Agricultura, agroforestal, ganadería y pesca (14.2%) • Justicia, seguridad y prevención de violencia (12.3%)


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Estos tres sectores han sido receptores del 52.0% de este tipo de cooperación para el período de análisis, por tanto, los resultados obtenidos de los mismos han sido satisfactorios y han propiciado el reconocimiento de El Salvador en los informes más recientes de la SEGIB como uno de los principales receptores de Cooperación Sur-Sur de la región.

Fuente: Elaboración propia con base a la información presentada a la SEGIB para la construcción del Informe de Cooperación Sur-Sur en los años indicados.

Fuente: Elaboración propia con base a la información presentada a la SEGIB para la construcción del Informe de Cooperación Sur-Sur en los años indicados.

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3.1.2 Cooperación Regional La Cooperación Regional recibida por el país en el período de análisis abarca un total de 43 proyectos regionales, los cuales han sido ejecutados en todo Centroamérica, a través de la Secretaría General del Sistema de Integración Centroamericana (SG-SICA), el Sistema de Integración Económica Centroamericana (SIECA), entre otros. Durante estos tres años, se han concretado un total de 17 proyectos en el 2009 y otros 26 proyectos en 2011. El año en el cual no se lograron concretar proyectos regionales fue en el 2010.

Fuente: Elaboración propia con base a la información presentada a la SEGIB para la construcción del Informe de Cooperación Sur-Sur en los años indicados.

De acuerdo al gráfico 3.10, la cooperación regional se ha concentrado en los siguientes sectores: • • •

Medio ambiente y cambio climático (25.6%) Gobierno y sistemas políticos (16.3%) Agua y saneamiento (14.0%)


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3.1.3 Cooperación Triangular La Cooperación Triangular se ha convertido en otra modalidad para impulsar proyectos de Cooperación Sur-Sur, ya que en los últimos años esta ha cobrado un notorio auge con la ayuda de socios tradicionales, ya sea a través de financiamiento o de asistencia técnica conjunta proporcionada por ambos países. En 2009, de acuerdo al cuadro 3.2, se realizaron un total de 34 proyectos provenientes de la Cooperación Triangular, donde los socios oferentes que tuvieron una mayor participación fueron: Costa Rica (Seis proyectos), Guatemala (Seis proyectos), México (Cinco proyectos) y Colombia (Cinco proyectos). Cuadro 3.2 Cooperación Triangular recibida en 2009

Primer oferente

No. de Segundo oferente (Pivote) Proyectos

OMPI

Argentina

1

Educación, ciencia y tecnología

EPO y OMPI

Brasil

2

Educación, ciencia y tecnología

España

Bolivia

1

Medio ambiente y cambio climático

Alemania y OMPI

Chile

2

Educación, ciencia y tecnología, y protección social

BID, OMC y OMPI Alemania, AlemaniaCEPAL, OMC, OMPI y USAID

Colombia

5

Comercio y educación, ciencia y tecnología

Costa Rica

6

Comercio, gobierno y sistema político, medio ambiente y cambio climático, agricultura, agroforestal, ganadería y pesca

PNUMA

Ecuador

1

Agricultura, agroforestal, ganadería y pesca

SIECA y OMPI

Guatemala

6

Japón, BCIE, SIECA y OMPI

México

5

BCIE

Nicaragua

1

Comercio, gobierno y sistema político, educación, ciencia y tecnología Agricultura, agroforestal, ganadería y pesca, vivienda y urbanismo, educación, ciencia y tecnología, y Comercio Comercio

OMPI

Panamá

1

Gobierno y sistema político

BID y OMPI

Perú

2

Comercio

Cuba

Venezuela

1

Educación, ciencia y tecnología

Sectores

Fuente: Elaboración propia con base a la información presentada a la SEGIB para la construcción del Informe de Cooperación Sur-Sur en los años indicados.

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Los sectores en los cuales las iniciativas de cooperación triangular han sido más notorias son: • • •

Comercio (14 proyectos, equivalente al 41.2%) Educación, ciencia y tecnología (Ocho proyectos, equivalente al 23.5%) Gobierno y sistema político (Cinco proyectos, equivalente al 14.7%)

En 2010, se concretaron un total de tres proyectos de cooperación triangular, donde el socio oferente con mayor participación fue México, con un total de dos proyectos, mientras que el proyecto restante corresponde a Chile. Para este año, los proyectos ejecutados se ubican en los siguientes sectores: Gobierno y sistema político (ejecutado por México y Japón), agricultura, agroforestal, ganadería y pesca (ejecutado por México y Japón), y Protección social (ejecutado por Chile y Alemania). En 2011, se concretaron un total de seis proyectos triangulares, donde países como: Brasil, Chile, Colombia y Perú fueron países socios oferentes para un proyecto particular; mientras que Costa Rica fue país socio oferente para dos proyectos. Todos estos proyectos han sido ejecutados en diversos sectores, como se muestra en el Cuadro 3.3

Cuadro 3.3 Cooperación Triangular recibida en 2011 Primer oferente

Segundo oferente (Pivote) No. de Proyectos

Sectores

Otro

Brasil

1

Protección social

Estados Unidos

Chile

1

Agricultura, agroforestal, ganadería y pesca

España

Colombia

1

Gobierno y sistema político

Otro

Perú

1

Vivienda y urbanismo

España

Costa Rica

2

Educación, ciencia y tecnología, y vivienda y urbanismo

Fuente: Elaboración propia con base a la información presentada a la SEGIB para la construcción del Informe de Cooperación Sur-Sur en los años indicados.


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3.1.4 Ayuda humanitaria La ayuda humanitaria recibida a través de los mecanismos de Cooperación Sur-Sur se concretó por medio de 19 acciones, de las cuales tres se recibieron en 2009, con motivo del Huracán Ida, y 16 en 2011, con motivo de la Depresión Tropical 12-E, proveniente de diversos socios para el desarrollo. En este marco, destacan las colaboraciones recibidas por el país como parte de las afecciones generadas por la Depresión Tropical 12-E, que tuvo lugar en el mes de octubre de 2011. La colaboración vino de Guatemala, Venezuela, Cuba, Argentina, Ecuador, Israel, México, Qatar, República Dominicana, Chile, Brasil, Colombia, Guyana, Georgia, India16.

3.2 Experiencias exitosas de recepción de Cooperación Sur-Sur Con base a los proyectos y acciones expuestas en el apartado anterior, es importante considerar la visibilidad de las buenas prácticas de experiencias de Cooperación Sur-Sur de El Salvador, bajo su rol como receptor de este tipo de cooperación. Esta visibilización se considera parte fundamental de los mecanismos y herramientas de eficacia de la cooperación, entendido como una especie de rendición de cuentas referente a la efectividad de los procesos de transmisión de conocimientos y asistencia técnica, así como los procesos de réplica de los mismos a los funcionarios públicos. De modo que, las buenas prácticas de esta modalidad de cooperación se basan en el compromiso por hacer bien las cosas y por elevar el grado de transparencia en las políticas públicas, y a la vez, considerar los obstáculos o desventajas a las que se enfrenta la realización de este ejercicio (Wenar, 2006 et. al Toledano, 2008). Es por ello que, bajo la perspectiva de “hacer bien las cosas”, el fortalecimiento de las capacidades a través de esta modalidad de cooperación toma en consideración que se realizan trabajos en diferentes países y contextos, llevando a cabo una variedad amplia de iniciativas en múltiples sectores que pueden compartir realidades similares en diferentes espacios temporales, lo que hace posible la realización de este tipo de cooperación.

16

Informe de Rendición de Cuentas. Ayuda de Emergencia. Depresión Tropical 12-E. Viceministerio de Cooperación para el Desarrollo. San Salvador, febrero de 2012.

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Por tanto, este ejercicio de visibilización de las buenas prácticas se vincula, como mencionan Toledo y otros, con la responsabilidad adquirida por los socios de cooperación de contribuir a la consecución de resultados de desarrollo, los cuales son expresados en el corto o mediano plazo, y se corresponden directamente con los objetivos y misión de las instituciones involucradas. Así, al tomar como base la metodología de sistematización e identificación de buenas prácticas propuesta por el Programa Iberoamericano para el Fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur de la SEGIB, es posible iniciar el proceso de visibilización de todas aquellas prácticas que han beneficiado tanto a los países receptores como oferentes de este tipo de cooperación, a fin de mejorar sus mecanismos de Cooperación Sur-Sur. Bajo este marco, El Salvador ha avanzado en la visibilización de sus buenas prácticas como receptor de cooperación donde destacan: “Experiencia ecuatoriana en el diseño, constitución y funcionamiento de un Fondo de Liquidez del Sistema Financiero”; “Apoyo uruguayo al desarrollo del Plan Estratégico Institucional del Ministerio de Hacienda”; y “El Salvador-Guatemala: Fondos para fortalecer la capacidad exportadora de las MYPIME”, cuyo detalle se presenta a continuación.

Caso 1. Experiencia ecuatoriana en el diseño, constitución y funcionamiento de un Fondo de Liquidez del Sistema Financiero En el mundo, son pocos los países que han adoptado el dólar estadounidense como su moneda de curso legal. En esta lista aparecen únicamente Ecuador, El Salvador, Timor Oriental y Panamá. Dada esta reducida comunidad de países dolarizados, es necesario crear mecanismos financieros que posibiliten la reducción del riesgo sistémico en momentos de crisis económicas en estas economías dolarizadas. El Fondo de Liquidez del Sistema Financiero Ecuatoriano se constituyó el 19 de febrero de 2009. Este fondo es un fideicomiso mercantil de inversión, creado y constituido para atender las necesidades de liquidez de las instituciones financieras privadas sujetas a encaje que mantengan su patrimonio técnico dentro de los niveles exigidos por la Ley. Por tanto, al ser Ecuador la primera economía oficialmente dolarizada de América Latina, se consideran todos sus procesos e iniciativas en el campo financiero como ejemplo a seguir por parte de los demás países dolarizados en la región, por lo que la transferencia de conocimientos en el marco de la Cooperación Sur-Sur como herramienta de generación de capacidades institucionales, solidaridad y respeto entre los países es de vital importancia para evitar que economías como la de El Salvador tengan problemas financieros en el contexto de crisis económica mundial. La estructuración de este fondo, en el caso de El Salvador, recae, según el Plan Quinquenal de Desarrollo, en el Banco Central de Reserva como ente rector de esta temática. Por tanto, los mecanismos creados y ejecutados por el Fondo de Liquidez, a través del BCE, se caracterizan por ser herramientas fundamentales y necesarias a


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considerar por todas las economías dolarizadas, sobre todo por las latinoamericanas, para que los choques sistémicos externos no afecten su desenvolvimiento económico y pongan en riesgo el crecimiento económico de los mismos. Durante la ejecución del proyecto se realizaron reuniones con autoridades, así como con organismos de control y del sector financiero público y privado. Adicionalmente, se realizaron entrevistas con funcionarios del BCE de las áreas relacionadas con las actividades del Fondo de Liquidez, tales como: dirección de riesgos, dirección de inversiones, dirección de servicios bancarios nacionales, informática y asesoría legal. En las reuniones y eventos organizados, Ecuador expuso los temas operativos, técnicos, contables, legales y tecnológicos del manejo del Fondo. En cuanto al manejo específico del Fondo de Liquidez, se resaltan los principales aspectos: - Se considera favorable que el prestamista de última instancia del sistema financiero sea un Fondo creado por Ley, de manera que cuente con la fortaleza y apoyo político suficiente para su implementación y cumplimiento posterior. - El Fondo debe ser administrado por un Banco Central. - Los recursos con los que cuente el Fondo deben ser principalmente privados, es decir, aportes del propio Sistema Financiero. - Se debe establecer por ley que el objetivo es cubrir necesidades de liquidez y no de solvencia. - El marco legal es fundamental para constituir el organismo que establecerá las normativas y poder sancionatorio. Los conocimientos adquiridos contribuyeron al fortalecimiento del planteamiento del proyecto de diseño del Fondo de Liquidez del Sistema Financiero Salvadoreño. Asimismo, se utilizó lo captado de las actividades ejecutadas en las siguientes etapas del proyecto: en la redacción del cuerpo normativo, en las discusiones con la industria, en la promoción para la aprobación del proyecto en el Órgano Legislativo y en la implementación futura del Fondo, una vez este sea aprobado. El Banco Central del Ecuador expresó su disposición de continuar apoyando a El Salvador en los aspectos técnicos que surjan durante su implementación. Por su parte, el Banco Central de Reserva de El Salvador agradeció a Ecuador por la asistencia técnica brindada y reiteró la disposición de continuar estrechando los lazos de cooperación técnica en este y otros temas de mutuo beneficio.

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Caso 2. Apoyo uruguayo al desarrollo del Plan Estratégico Institucional del Ministerio de Hacienda de El Salvador Una cooperación basada en el intercambio de conocimientos entre la Dirección General Impositiva de Uruguay (DGI) y la Dirección General de Impuestos Internos de El Salvador (DGII) permitió en un periodo de un año (entre 2011 y 2012) obtener resultados de gran importancia para poner en marcha la Política de Ingresos del Plan Quinquenal de Desarrollo de El Salvador 2010-2014; pieza fundamental para ampliar los recursos necesarios para el financiamiento de los programas de desarrollo del país. En este sentido, la asistencia técnica de la DGI permitió conocer y apropiar herramientas que facilitaran la creación de la Unidad de Grandes Contribuyentes en la DGII, la implementación del Tablero de Información Gerencial, la modernización de las metodologías en el sistema de precios de transferencia, la implementación de la Declaración de Renta Sugerida en línea, la unificación del registro de contribuyentes, la modernización de las normas éticas para los funcionarios de la DGII, así como algunas mejoras en el sistema de atención al contribuyente. Para la ejecución de este proyecto, la DGII realizó un concurso para la selección de los técnicos que asistirían a las misiones de capacitación, con el objetivo de enviar aquellos que mejor se ajustaran a los perfiles requeridos y pudieran, a su regreso a El Salvador, replicar y multiplicar lo aprendido. Una vez in situ, los técnicos salvadoreños mantuvieron contacto permanente con su sede, reportando los hallazgos a sus superiores y recibiendo nuevas instrucciones sobre cómo aprovechar al máximo la visita. La institución uruguaya se ajustó a la retroalimentación que iba llegando desde la DGII al adaptar el programa original para maximizar el impacto de las capacitaciones. El compromiso político de las autoridades tributarias y nacionales de ambos países y su involucramiento en el seguimiento de los procesos contribuyó a un desarrollo fluido de las actividades. Además, la rápida generación de un clima de confianza entre los actores involucrados permitió que los técnicos salvadoreños se identificaran con sus pares uruguayos. Identificar que la experiencia uruguaya había partido de un punto similar a la de ellos produjo un mayor entusiasmo al ver que era posible realizar este tipo de reformas. Ambas misiones involucraron a los técnicos responsables del trabajo directo en las distintas áreas e incluyeron demostraciones de trabajo real. Los insumos adquiridos fueron puestos en práctica de forma inmediata por la institución salvadoreña, que ya se encontraba realizando un proceso de reforma con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El intercambio con el Uruguay tuvo impactos directos en decisiones tomadas en este proceso, ahorrando tiempos y transfiriendo capacidades que permitieron la implementación de reformas. Además, este proceso favoreció una mejor comunicación interna entre las distintas unidades técnicas de la DGII de El Salvador.


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De esta experiencia surgen varios aprendizajes que pueden ser relevantes para los procesos de Cooperación Sur Sur en general. • Compromiso político de las instituciones. Las autoridades principales de ambas instituciones tributarias estaban en contacto e involucradas directamente en el proyecto, lo que permitió una amplia flexibilidad, capacidad de ajuste y adaptación frente a las necesidades emergentes durante la implementación. • Personal idóneo. Una de las innovaciones más interesantes fue el efecto positivo de una selección técnica del personal designado para participar de los intercambios. El realizar un concurso interno y elegir en El Salvador a los técnicos más idóneos para las misiones permitió asegurar que fueran los indicados para posteriormente incorporar los aprendizajes, a la vez que estimuló a esos técnicos profesionalmente, operando como un aspecto de motivación importante. •

“Fast Track”. Se adaptó el proyecto original, haciéndolo mucho más práctico para poder iniciar actividades rápidamente y tener hitos a corto plazo. Esto ayudó a mantener el interés, garantizar impactos y viabilizar la cooperación.

Efecto demostración. Los procesos de reforma involucran dinámicas de cambio de cultura en las instituciones. El valor (originalmente poco considerado) del “efecto demostración”, es decir, de compartir la experiencia de otros pares que ya habían pasado por un proceso afín, fue altamente destacado por todos los involucrados. Los técnicos que brindaron la cooperación compartían características con aquellos que la recibieron; lejos de ser consultores, eran también funcionarios públicos del área de tributación en ejercicio, habiendo pasado por procesos y dificultades afines.

Socialización y multiplicación de lo aprendido en tiempo inmediato. El ágil proceso de réplica y socialización de la información en El Salvador aumentó el impacto de la transferencia y coadyuvó a la sostenibilidad de los resultados.

Visibilidad. Pese a los resultados logrados, que fueron incluso mejores de lo previsto, no se realizaron actividades de difusión frente a la opinión pública. Existe un informe interno de la misión, pero no ha sido propiamente difundido aún, y, si bien la información del proceso (finanzas, etc.) es pública, esta no se encuentra fácilmente disponible en sitios web estatales o publicaciones institucionales. Es un desafió y un aprendizaje de este caso el contemplar acciones de visibilidad en el mismo proyecto, por lo que una buena forma de iniciar dicha labor de sistematización está encaminada a prestar su oportuna visibilidad.

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3.3 Experiencias exitosas de oferta de Cooperación Sur-Sur En cuanto a la Cooperación Sur-Sur ofertada por El Salvador, esta se caracteriza principalmente por la realización de pasantías basadas en la generación de experiencias in situ para los técnicos de los países receptores, como es el caso del proyecto “Capacitación al personal de autenticaciones en materia de legalización de documentos mediante el proceso de apostilla” que se realizó con Costa Rica. Y en otros casos, la Cooperación Sur-Sur que ofrece El Salvador en sus capacitaciones y talleres toma elementos de la realidad del país receptor para generar una interiorización y vinculación de los conocimientos acorde a las necesidades de este último. Como ocurrió con Ecuador y el proyecto “Asistencia estratégica para el control de organizaciones delictivas-pandillas”.

Caso 1. Asistencia estratégica para el control de organizaciones delictivaspandillas Como resultado de este proyecto de asistencia técnica se desprenden diversas lecciones que ambos países han tomado como aprendizajes para la realización de sus actividades operativas, así como el fortalecimiento y sostenibilidad de ciertas acciones que han constituido su fortaleza a nivel nacional e internacional, entre las que destacan: •

Adaptabilidad. Esta es la principal lección que se recoge de este tipo de asistencia técnica, ya que debido a la alta experiencia de la PNC para la identificación de zonas con fuerte incidencia de pandillas, fue importante ejemplificar la forma de trabajo de los técnicos salvadoreños a partir de la realidad ecuatoriana.

Solidaridad y colaboración. Estos valores son importantes para el buen desarrollo de este tipo de asistencia técnica, la cual, debido al tipo de instituciones, facilita y fortalece las relaciones de colaboración y seguimiento de diversos procesos institucionales que favorezcan a la plena y mejor realización de las tareas de cada entidad en sus respectivos ámbitos de competencia, como una especie de seguimiento a los resultados obtenidos.

Identificación. Es un aspecto relevante, ya que los técnicos salvadoreños observaron que Ecuador se encontraba en un momento similar al que se encontraba El Salvador hace unos 20 años respecto al tema de pandillas, lo cual permitió que los técnicos salvadoreños tuvieran la confianza de socializar aquellos aspectos que requerían especial atención para el éxito de las políticas públicas, que por diversos factores no se logró implementar en El Salvador.


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Autodescubrimiento. La realización de la asistencia técnica permitió, tanto a la Policía Nacional del Ecuador como a la PNC de El Salvador, redescubrir sus capacidades institucionales para el estrechamiento de relaciones entre ambos países para el tratamiento de diversos temas relacionados a la seguridad ciudadana.

Metodología. La estructuración de las capacitaciones, como las visitas técnicas preparadas por la PNC de El Salvador, se convirtieron en un aspecto esencial para la transmisión eficiente de los conocimientos adquiridos por El Salvador en el tema de pandillas, ya que permitió a los técnicos ecuatorianos conocer con detalle el funcionamiento de las diversas unidades involucradas en la prevención y control de estos grupos delictivos.

En general, este tipo de proyectos refleja su esencia, la cual se basa en la solidaridad de los países latinoamericanos fomentando el compromiso del desarrollo mutuo, a través del fortalecimiento de las capacidades de ambas partes, así como la mutua colaboración en aquellas necesidades que permitan generar capacidades para la creación de políticas públicas que fomenten un mejor nivel de vida en la población de cada uno de nuestros países.

Caso 2. Capacitación al personal de autenticaciones en materia de legalización de documentos mediante el proceso de apostilla Se presentó un aprendizaje de doble vía. A medida se desarrollaba el proyecto, los técnicos salvadoreños, a través de la retroalimentación proporcionada por el técnico costarricense, comprendieron que era necesario modernizar el sistema de apostillas, es decir, iniciar un proceso en el cual la apostilla se realizara de forma digital y, a la vez, implementar una serie de medidas que prevengan la falsificación de la misma, como lo ha hecho Costa Rica. Lo anterior es una muestra fidedigna de los buenos resultados obtenidos de este proceso de cooperación, donde las autoridades costarricenses, una vez comenzaron la implementación del proceso de apostillado, aplicaron los conocimientos aprendidos en El Salvador y, a la vez, los desarrollaron en otros ámbitos y formas que por el momento no han sido considerados en El Salvador. través del fortalecimiento de las capacidades de ambas partes, así como la mutua colaboración en aquellas necesidades que permitan generar capacidades para la creación de políticas públicas que fomenten un mejor nivel de vida en la población de cada uno de nuestros países.

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Por ello, se puede decir que ambos países han obtenido beneficios de este proceso de cooperación, lo que les permitirá a cada uno mejorar sus procedimientos y el servicio al usuario, así como ponerse a la vanguardia con los avances tecnológicos necesarios para optimizar dicho trámite. Estos resultados han sido superiores a los esperados y es un claro ejemplo de cómo, con proyectos pequeños y una buena metodología práctica, es posible la generación de nuevas capacidades en los funcionarios públicos que en el mediano plazo benefician a los ciudadanos.


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EL SALVADOR COMO AGENTE CON ROL DUAL


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4.1

Un nuevo paradigma de gestión de la Cooperación Sur-Sur: El Salvador como oferente de asistencia técnica

La conformación de un Marco de Desempeño para la Cooperación Sur-Sur y Triangular en El Salvador, definitivamente, presenta un mayor valor agregado al integrar la cartera de proyectos u oferta de cooperación técnica salvadoreña a través de experiencias exitosas o buenas prácticas que se han identificado (de manera individual o conjunta con algún cooperante que la haya solicitado) y han sido ejecutadas en algún contexto bilateral, regional o triangular. Partiendo de ese esquema, el nivel de operatividad de dicho marco de trabajo, en lo que refiere a la oferta técnica de Cooperación Sur-Sur de El Salvador, se verá mayormente facilitada a través de otras herramientas como el Catálogo de Experiencias Técnicas y de Cooperación Sur-Sur en el país y el Fondo de Cooperación Sur-Sur de El Salvador. A nivel nacional, se ha articulado un proceso de sistematización de experiencias de Cooperación Sur-Sur en las cuales el país ya ha iniciado una labor de oferta de cooperación técnica, así como también se han considerado aquellas que se han establecido a partir de una capacidad institucional/ local instalada y que se considera valiosa y propicia para ser compartida hacia otros países socios, en donde los trabajos de la Línea 5 del Programa Iberoamericano para el Fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur de la SEGIB han resultado determinantes. En ese marco, se han identificado áreas consideradas fuertes o instituciones que reúnen las condiciones para catalogarse como parte de las instancias oferentes de Cooperación Sur-Sur salvadoreñas, las cuales han presentado ventajas comparativas en relación a otras, y de las cuales, como se mencionaba anteriormente, se posee la voluntad política y técnica para llevar a cabo la ejecución de la Cooperación Sur-Sur bajo el esquema de oferente. Dentro de dichas áreas de acción se encuentran las siguientes: • • • • • • • • •

Protección cocial Educación, ciencia y tecnología Medio ambiente y cambio climático. Justicia, seguridad y prevención de la violencia. Gobernabilidad democrática, derechos humanos y equidad de género. Agricultura, agroforestal, ganadería y pesca. Comercio y negocios. Generación y suministro de energía. Servicios bancarios y financieros.


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Es así como El Salvador ha ido ejecutando sus primeras solicitudes de cooperación técnica (bajo el rol de oferente) hacia países socios, como: Guatemala, Ecuador, Honduras, Costa Rica; y tiene previsiones en esta línea con Uruguay, Panamá y Perú, quienes han identificado y reconocido más de alguna experiencia técnica de éxito que ellos consideran puede fortalecer sus procesos internos de desarrollo y generación de capacidades en un sector determinado, partiendo de políticas públicas y capacidades salvadoreñas eficaces y establecidas. Dichas solicitudes van desde áreas como la creación de fondos para facilitar la exportación por parte de MIPYMES (experiencia FOEX-FONDEPRO), gestión de riesgos y desastres naturales, migración y desarrollo, energías alternativas (geotermia), fortalecimiento consular, seguridad pública y ciudadana, vivienda y urbanismo, salud, agricultura, políticas de prevención juvenil, y hasta gestión de la Cooperación Sur-Sur y Cooperación Triangular. A partir de lo anterior, el Viceministerio de Cooperación para el Desarrollo considera que dicha dinámica dual puede ser articulada bajo un paraguas metodológico de trabajo que podría estar implícito en un Marco de Desempeño de la Cooperación Sur-Sur y Triangular 2013-2014, que contenga un elemento catalizador que permita trazar las líneas políticas y técnicas del accionar y funcionamiento de la gestión y rol del país dentro de esta modalidad de cooperación, bajo esquemas duales de colaboración y concertación. Es así como, partiendo de la necesidad de elaborar indicadores que permitan dar visibilidad a la Cooperación Sur-Sur y Triangular en nuestro país, bajo el rol no solo de receptor sino que también de oferente, planificando de forma eficaz y de una manera eficiente y transparente, se viene trabajando en la estructuración de indicadores que permitan dar un mejor panorama del impacto y utilidad que esta representa dentro de los marcos nacionales de desarrollo, con miras a modernizar y mejorar continuamente la institucionalidad que opera dentro de la Cooperación SurSur y Triangular en El Salvador. Si bien es cierto hay esquemas de discusión política y técnica de la Cooperación Sur-Sur, así como plataformas regionales en donde se ha trabajado estrechamente la estructuración de indicadores que se consideren como factibles y alcanzables para esta modalidad de la cooperación, en lo referente a este ejercicio, se ha tomado como punto de partida los avances generados como producto de la Línea 2 del Programa Iberoamericano para el Fortalecimiento de la Cooperación Sur-Sur de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), en lo concerniente al “Apoyo a sistemas de información, computo y registro de la cooperación”, como elementos introductorios de los que podrían ser los indicadores sobre Cooperación Sur-Sur de aplicación y alcance nacional: 1. La planificación se considera relevante, dado que aporta a saber si la Cooperación Sur-Sur y Triangular está alineada con las prioridades sectoriales y la estrategia de desarrollo nacional, así como si se han ejecutado los proyectos o acciones en ámbitos que realmente corresponden a las necesidades identificadas (lo que permite de una forma proyectar las demandas a futuro), cuántos recursos humanos han estado disponibles tanto desde el país receptor como oferente, la disponibilidad de recursos materiales y financieros, entre otros aspectos. 2.

La evaluación es aquello que refleja la especificidad de la Cooperación Sur-Sur y Triangular, pero también lo que resulta a veces más difícil de medir o de mostrar su aplicación. Un elemento alternativo para dar operatividad a conceptos como horizontalidad, equidad, reciprocidad, pertinencia e innovación es a través de estudios de casos de la Cooperación

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Sur-Sur. Sin embargo, en esta oportunidad se ofrece una aproximación basada en la experiencia nacional de los mismos.

3.

La visibilidad se refiere a conocer la dimensión, es decir, el tamaño, impacto y peso de la Cooperación Sur-Sur en relación a su aporte a los planes nacionales, sectoriales y prioritarios de desarrollo, en especial en nuestro caso, aplicado al Plan Quinquenal de Desarrollo del Gobierno de El Salvador para los años 2010-2014.


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CONCLUSIONES Y PRINCIPALES RETOS


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la fecha, El Salvador se puede considerar como un actor que se ha logrado posicionar dentro del esquema de la Cooperación Internacional para el Desarrollo, en especial dentro de la dinámica de la Cooperación Sur-Sur, en donde la configuración de una política nacional de cooperación en esta línea conlleva a la generación de marcos normativos e institucionales sólidos e instrumentos operativos de calidad. En ese aspecto, hay diversas apuestas que El Salvador considera de importancia para mantener un buen ciclo de aprovechamiento y absorción de la Cooperación Sur-Sur en sus dos niveles (como receptor y oferente), así como para institucionalizar un posicionamiento nacional, regional e internacional en esta materia: -

Tránsito gradual de un país receptor a uno oferente (rol dual).

-

Visión de la Cooperación Sur-Sur mucho más amplia que la política exterior.

-

Capacidad de liderar el diálogo político con la cooperación.

-

Énfasis en la mejora de la calidad de la Cooperación Sur-Sur.

- Compromiso con el registro público y la transparencia de la información de la cooperación gestionada.

-

Participación activa y posicionamiento en las plataformas internacionales de diálogo de la cooperación y el desarrollo.

-

Funcionamiento de un sistema de cooperación con planificación y finanzas.

-

Reconocimiento de la sociedad civil y de los territorios como actor estratégico del desarrollo y con aportes para el marco nacional de la Cooperación Sur-Sur.

- Participación y acercamiento dinámico con las entidades ejecutoras de la Cooperación Sur-Sur. -

Institucionalización de herramientas de operatividad de la Cooperación Sur-Sur en El Salvador: Fondo Salvadoreño de Cooperación Sur-Sur y Catálogo de Experiencias Técnicas y de Cooperación Sur-Sur en El Salvador.

- Ejecución del Marco de Desempeño de la Cooperación Sur-Sur y Triangular en El Salvador 2013-2014. Asimismo, el país y su institucionalidad registran importantes avances dentro de la propia gestión y dinámica de la Cooperación Sur-Sur, lo que da cuenta de una coyuntura favorable y positiva para proceder a estructurar herramientas y bases políticas y técnicas que proyecten y permitan el salto de calidad en la promoción de esta modalidad de cooperación.

En otras palabras, el país está listo para ser un actor más propositivo, incidente y constructor de nuevas dinámicas horizontales dentro del actual Sistema de Gobernanza Global de la Cooperación Internacional para el Desarrollo.


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De acuerdo a esta coyuntura, es importante además que el país desarrolle este tipo de estrategias para valorizar y visibilizar diversos aspectos de la experiencia nacional en materia de intercambio y de fortalecimiento de capacidades, a través de tres aspectos: • Valor del conocimiento generado en el país para enfrentar problemas comunes del desarrollo. •

Valor de las políticas públicas que han demostrado resultados exitosos en el país.

Valor del recurso humano, especialmente de profesionales y funcionarios públicos que podrían verse movilizados por la Cooperación Sur-Sur.

El generar este tipo de insumos para mejorar y hacer más eficaz la gestión del ciclo total de la Cooperación Sur-Sur no indica un carácter de sustitución respecto de las dinámicas de Cooperación Norte-Sur que el país aún recibe, más bien, se busca generar esas sinergias y complementariedades necesarias entre ambas modalidades de la cooperación bilateral. No obstante lo anterior, aún hay algunos desafíos pendientes para la conformación de un sistema propio de Cooperación Internacional para el Desarrollo en El Salvador y a los cuales la Cooperación Sur-Sur puede aportar desde su especificidad: - Nacionales:

Normativos (Ley de Cooperación, reformas en otras leyes). Esto conlleva definitivamente a un trabajo dinámico con la Asamblea Legislativa y otros actores.

-

Nueva institucionalidad:

Institucionalizar el modelo: Sistema de Cooperación para el Desarrollo en El Salvador.

Crear una nueva institución: Agencia Salvadoreña de Cooperación para el Desarrollo.

- Operativos:

Hacer cumplir el Plan Nacional de Eficacia para la Cooperación en El Salvador y el Marco de Desempeño de la Cooperación Sur-Sur y Triangular en El Salvador 2013-2014.

A través de lo anterior, El Salvador pretende consolidar y concretar los siguientes cometidos de cara a una real Estrategia Nacional en materia de Cooperación para el Desarrollo: -

Buscar la sostenibilidad al modelo impulsado por esta gestión.

-

Institucionalizar el marco de trabajo implementado en los últimos tres años.

-

Pasar de un país meramente receptor a un país oficialmente oferente.

Como parte de estos cometidos, es imprescindible que el país pase a conformar una “política” que rija la cooperación para el desarrollo del país.

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Referencias Bibliográficas

-

Kern, Alejandra et al. Documento de trabajo: Escenarios y Desafíos de la Cooperación Sur-Sur a 30 años de la Declaración de Buenos Aires.

-

Actas de cada una de las Reuniones de Comisión Mixta celebradas entre El Salvador y diversos socios del Sur en el período 2009-2012.

-

Asamblea General de las Naciones Unidas. Plan de Acción de Buenos Aires para Promover y Realizar la Cooperación Técnica entre los Países en Desarrollo. Conferencia de Naciones Unidas sobre cooperación técnica entre países en desarrollo. Pág. 5. (1978).

-

Informe del Secretario General, Asamblea General, Cuadragésimo octavo período de sesiones, Naciones Unidas. “Desarrollo y cooperación económica internacional. Acontecimientos relacionados con la aplicación de las recomendaciones del informe de la Comisión del Sur con especial hincapié en la cooperación económica Sur-Sur”, (1993).

-

UNDP Executive Board, (1997-1999), TCDC Cooperation Framework.

-

Secretaría General Iberoamericana. Informe sobre la Cooperación Sur-Sur en Iberoamérica 2009 -2010-2011. (2011).

-

Comisión Económica para América Latina y el Caribe. “Experiencias exitosas en innovación, inserción internacional e inclusión social. Una mirada desde las PYMES”.

-

Gobierno de El Salvador, Plan Quinquenal de Desarrollo 2010-2014, (2009).

-

Gobierno de El Salvador. Marco de Desempeño de la Cooperación Sur-Sur y Triangular en El Salvador 2013-2014.

- Gobierno de El Salvador. Plan Nacional de Eficacia para la Cooperación en El Salvador. (2011). -

Gobierno de El Salvador. Informe de Rendición de Cuentas. Ayuda de Emergencia. Depresión Tropical 12-E. (2011).






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