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The show must go on por Joseba del Valle
Desde que allá por septiembre de 2007 el primer ejemplar de CANNA HABLA viera la luz, muchas cosas han cambiado en torno al cannabis en España y a su presencia tanto en los medios de comunicación como en la agenda política. En aquel momento, y todavía sin llegar a sospecharlo, se estaban comenzando a consolidar, bien profundas en la tierra, las raíces de un movimiento y de una industria que tres lustros después ha alcanzado límites difícilmente imaginables entonces y CANNA HABLA nacía en el momento preciso para poder contarlo. Los usuarios de aquel momento, ávidos de información, devoraban libros y revistas relacionadas con el cannabis, su cultivo y todo lo relacionado con la planta, en un momento en el que, con internet aún en pañales, la oferta informativa era más escasa y preciada que en estos tiempos. Hasta entonces, la inmensa mayoría de los usuarios españoles, sólo consumían la planta en forma de hachís marroquí, y la yerba, sobre todo la de calidad, era difícil de conseguir si no tenías algún buen contacto. En aquel momento también empezaba a consolidarse el modelo de los Clubes Sociales de Cannabis, el cual había empezado casi una década antes, pero que en esos años estaba a las puertas de un boom sin precedentes.
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oy, casi tres lustros después de aquel primer ejemplar de esta revista, el desarrollo de todo lo relacionado con el cannabis se ha multiplicado de forma exponencial. Actualmente, el cannabis factura en España decenas de millones de euros en su industria legal, por no hablar de algunos cientos o miles en la informal. Existen cuatro o cinco ferias anuales del sector, y contamos con más de 50 bancos de semillas, miles de grow-shops y decenas de publicaciones, revistas, portales y perfiles dedicados únicamente al cannabis. Asimismo, tras dos décadas de experiencia, y pese a la represión, siguen activos casi un millar de CSCs en toda España. Por si fuera poco, la industria
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| CANNAhabla
medicinal también ha empezado a moverse y la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS) gestiona más de una decena de licencias de investigación y producción en nuestro país, por no hablar del incipiente desarrollo de la industria del cáñamo industrial y del cannabis no psicoactivo. Pese a todo esto, hay algo que no ha cambiado; que no ha evolucionado; que no se ha desarrollado ni un centímetro: la ley. El cannabis y su producción, distribución y consumo siguen estando penados en España, los CSCs son hoy día más perseguidos que nunca y, por si fuera poco, estamos asistiendo a un nuevo frente en el que se están atacando empresas de semillas y grow-shops.
