CORPORACIÓN EDUCACIONAL INSTITUTO DEL MAR ESCUELA INDUSTRIAL SUPERIOR “OSCAR AGUSTÍN GACITÚA BASULTO” VALPARAÍSO
Guía de Trabajo: “ACTITUD MENTAL POSITIVA”
ATENCIÓN: ESTA GUÍA DEBE SER DEVUELTA, NO LA RAYE NI LA MALTRATE. Objetivo: 1. Lograr que los alumnos construyan una definición de la Actitud Mental Positiva a través del análisis del caso de Daniela García. 2. Fomentar la comprensión lectora y la argumentación en los alumnos y alumnas del primer nivel. Instrucciones:
a) Reúnase en Equipos de 4 personas, ni más ni menos. b) Deberán sortearse el orden en que les tocará leer a cada alumno, ya que el texto está dividido para ser leído por cuatro alumnos: Alumno 1, Alumno 2, Alumno 3 y Alumno 4. c) En base a comentarios, discusión y análisis del texto, responder las preguntas por todos los integrantes del equipo y cada alumno deberá responder las preguntas en su cuaderno.
La historia de una chica que eligió vivir Por Anne Mullens
Comienza a leer alumno 1. Una joven se sobrepuso al trauma causado por un terrible accidente. “Esta es una historia feliz”, dice. Hasta el 30 de octubre de 2002, Daniela García llevó la vida cómoda y despreocupada, de una joven educada en el seno de una familia de la clase alta y culta de Chile. Excelente estudiante con altas calificaciones, le encantaba la biología e ingresó en la Facultad de Medicina de la PUC. En la última semana de ese octubre, Daniela tenía 22 años y cursaba el último mes de su cuarto año. Tenía un novio formal desde hacía cuatro años, Ricardo Strube, un joven buen mozo y atlético. Por ese tiempo, se acercaban los calurosos días del verano y estaban a punto de iniciarse los exámenes finales. También era la época de los Juegos Inter-Escuelas de Medicina, tradición competitiva anual en la que participan casi todos los estudiantes de medicina del país. Ese año se iba a realizar en Temuco, ciudad de 260.000 habitantes, situada a unos 250 km al sur de Santiago. Pero ella no estaba segura de querer asistir. Le preocupaba un próximo examen de Dermatología, una de sus mejores amigas no iría, y el viaje hasta allí era caro e implicaba unas cuantas horas en tren, y de noche. Además tenía un extraño y desagradable presentimiento respecto del viaje. Durante varios días sus compañeros le insistieron en que los acompañara: necesitaban su habilidad de futbolista en el equipo. Por fin cedió. Sin embargo, cuando llegó a la estación central del ferrocarril aquel miércoles por la noche, su miedo sólo aumentó. El sistema nacionalizado de ferrocarriles había dispuesto trenes adicionales, con vagones viejos. A Daniela no le gustaba cómo se veían las ventanillas sucias y la pintura descascarada. Cálmate, se dijo. El ferrocarril es seguro. Cuando el tren empezó a dirigirse hacia el sur, los estudiantes sacaron guitarras y empezaron a cantar y a bailar. “Baila con nosotros”, le pidieron con insistencia unos amigos. Pero esa noche no tenía ganas. Se quedó sentada y trató de mirar el paisaje. A eso de las 10, poco más de una hora después del inicio del viaje, dos amigos le pidieron que los acompañara a otros vagones para ver si conocían a algunos de los estudiantes a bordo. Mientras caminaban de un vagón a otro, un amigo iba delante y otro detrás de ella. Las luces de techo estaban fundidas y era difícil ver. Daniela no sabía que no estaba en su lugar la pasarela que normalmente cubre los huecos entre los acoplamientos de los vagones. El tren entró en una larga curva y la brecha se ensanchó aún más.
AIPJ/EIV/1º/GuíaAMP
Formación Emprendedora 2009– Primeros Años – http://www.savianueva2009.blogspot.com