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MASCARÓN

Por Alberto Grille

RÉQUIEM POR EL HIN E

mpecemos por decir que el fútbol es un negocio. El fútbol es un negocio para muchos, pero no para todos. Es un negocio legal y legítimo para empresarios, políticos, periodistas deportivos, jugadores, dirigentes, representantes, funcionarios, árbitros, médicos, psicólogos, auspiciantes, boleteros, preparadores físicos. En el ambiente del fútbol suele escucharse una afirmación un poco asquerosa pero verdadera: “Esto es por plata”. Entonces, a no engañarse: el fútbol no es un apostolado. En algún caso, también es un trabajo. Las reglamentaciones internacionales que regulan a los participantes en los torneos de la FIFA se han ocupado de que la ley permanezca lo más alejada posible de los negocios del fútbol, procurando que las controversias se diriman en tribunales propios y sancionando a quienes recurran a la Justicia estatal. En este negocio del fútbol, que es legal y legítimo, también lucran quienes actúan fuera de la ley. Allí conviven blanqueadores de dinero, traficantes, lobbistas, coimeros y barrabravas. Unos operan de saco y corbata; otros, a dentelladas. Para algunos

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de estos, el fútbol es un gran negocio; para otros, solamente una manera de vivir. Los hinchas son un invitado un poco raro en esta fiesta. Para ellos el fútbol no es un negocio sino una pasión. Los primeros tienen poder, dinero, capacidad de incidir en los acontecimientos, voz y voto. El hincha es un mero espectador: llegado el caso puede alentar, cantar, llorar, amar y sufrir. A veces los hinchas pueden ser víctimas de los primeros; en ocasiones, son escudos para ocultar tropelías; y otras, son sólo el mercado en donde venden sus productos. El fútbol puede considerarse un espectáculo, pero no puede ser una ficción. No es un circo donde el domador siempre gana, ni un teatro con un libreto dramatizado. Es un deporte con resultado incierto que debe definirse en la cancha entre 22 protagonistas y con un árbitro imparcial. Es así cuando se respetan las reglas del juego, cuando los árbitros son equilibrados y honestos, cuando no hay trampas, cuando los puntos se ganan en la cancha, cuando las reglas son claras, conocidas y equilibradas.

Pero no todos los que están en el fútbol como negocio están nada más que por dinero. A otros les gustan el éxito, la exhibición, lo lúdico, el poder. La mayoría de los que están porque les conviene lo hacen con cierto sacrificio. Estar en el negocio del fútbol tiene su precio. El poder, la exhibición y el dinero tienen una contrapartida que hay que pagar. Todos lo hacen. Algunos tienen que hacer cosas que no le gustan pero a las que están obligados para sobrevivir en esa jungla. Otros deben establecer una zona de convivencia con la delincuencia para no tener que pagar el precio de recibir una sanción. Darles entradas, plata u otras prebendas a los delincuentes, dejarse presionar, y omitir denunciar a los que violan la ley, son códigos frecuentes en el fútbol. Algunos han tenido que debilitar a los clubes; otros han recibido coimas, como Eugenio Figueredo; otros reciben prebendas más modestas; algún juez de fútbol ha robado un partido y hasta un campeonato. Los empresarios son los que pueden confesar que lo que hacen lo hacen por plata. Su motivación explícita es el lucro, y


NCHA eso los priva de culpa. Los jugadores son los que lo expresan con más crudeza e ingenuidad cuando dicen que son “hinchas de la camiseta que les da de comer”. Para ser prácticos: cuando se habla de violencia en el fútbol todos estos tiene un poco de responsabilidad. Pero los hinchas no tienen ninguna. El único lugar en que el hincha es rey es en el tablón. El hincha no está por plata sino por pasión. El hincha no cobra, paga. Para el hincha el fútbol es siempre un sentimiento y la mayoría de las veces un sufrimiento, pero por el hincha existe el fútbol. El fútbol también es un calvario para el gobierno. Antes el fútbol era un circo en el que el gobierno disimulaba sus errores y los políticos ganaban exposición pública. Ahora el gobierno es el

actor más expuesto y el que tiene menos para ganar. Todos esperan todo del gobierno, sobre todo porque este es el que puede resolver las contradicciones y los intereses diferentes que hay entre personas, rubros y protagonistas tan variados. Esto es así porque el fútbol ya no es cosa de caballeros, y el gobierno es el que tiene el monopolio de la fuerza. Parece evidente que hoy para asegurar la paz en el fútbol hay que usar la coerción y ejercer la autoridad. Cuando un club comete el error de eludir sus responsabilidades y culpar al gobierno, queda fatalmente expuesto. La gente no quiere política, quiere fútbol. A mí me sorprendió cuando Pablo Bengoechea declaró que tal vez la explicación de su despido del cargo de director técnico de Peñarol podría haber sido su decisión de excluir a la barrabrava de los entrenamientos, con la intención de preservar la integridad del plantel aurinegro. Cuando el gobierno renuncia a actuar, como ocurrió hace algunas semanas, cuando la Policía se abstuvo de ingresar a las tribunas, se desatan todas las tormentas. El domingo fue uno de esos días en que las contradicciones se expresan en toda su potencialidad. Esto ocurre en un fútbol que siempre está en crisis, pero que ahora lo está más porque el poder está en disputa y porque entre los actores que disputan el poder nadie está acostumbrado a perder. Al gobierno no le conviene ejercer la fuerza, pero tiene la obligación de asegurar la paz. Mientras pudo, ganó tiempo, como lo viene haciendo desde que el inspector Julio Guarteche formuló la idea de que la lucha había que darla en el campo de la inteligencia y no en

el de la confrontación. Guarteche era un milico muy inteligente y astuto, y sabía que esta batalla se perdía reprimiendo en la tribuna y se ganaba si se desplegaba tecnología e inteligencia. Entre pequeñas derrotas y ocasionales victorias, la inteligencia policial identificó un punto débil desde donde afirmar el control en esta actividad deportiva que es tan importante para asegurar la paz social, la felicidad y el bienestar, al menos espiritual, de tanta gente. El punto débil era la barrabrava de Peñarol, que resultó la más fragmentada y la más sensible a la infiltración de la inteligencia. Y los dirigentes de Peñarol, que eran los más torpes para el manejo de las barras y tan imprudentes que pusieron para negociar con el gobierno nada menos que a Julio Luis Sanguinetti. De ahí a demostrar que Peñarol entregaba entradas a los barrabravas había sólo un paso. Yo no digo que Sanguinetti (hijo) sea un banana, pero tiene menos calle que un Boeing. En pocas semanas, Sanguinetti quedó como un mentiroso inepto, y las autoridades de Peñarol como unos tramposos. El gobierno nos convenció a todos de que Peñarol daba entradas a los delincuentes. Y presentó pruebas. Pero no sólo en Peñarol se cuecen habas. También en Nacional se da dinero a las barras y existe una connivencia muy expuesta entre sus referentes, los dirigentes y el plantel. El asesinato de un parcial de Peñarol por parte de un grupo de barrabravas de Nacional no mereció siquiera una amonestación de las autoridades del fútbol ni de los tribunales disciplinarios. Hoy se ha anunciado el propó-

sito de las autoridades del gobierno de restaurar un equilibrio en el fútbol en donde hay muchos actores, pero pocos con capacidad económica, política y profesional como para compartir el poder y asegurar el desarrollo ordenado de los espectáculos. Ahora probablemente se va a demostrar que el fallecido inspector Guarteche tenía razón: para derrotar a la delincuencia y para probar que estas personas actúan al margen de la ley, hay que usar tecnología e inteligencia. Si se va hasta el fondo, no sólo se erradicará la delincuencia de las tribunas y se reconquistarán los derechos del hincha, sino que se volverá más transparente el negocio, porque se eliminará el brazo armado de la corrupción. Para defenderlo, primero hay que restablecer la ley. Hay que preservar al fútbol de la delincuencia e impedir que las mafias incidan en la dilucidación de los conflictos. Restablecer la ley supone cumplir con la ley. A mí no me gustan los excesos, ni de la Justicia, ni de los fiscales, ni de los gobiernos, ni de la Policía, ni de los tribunales de la Asociación Uruguaya de Fútbol. No me gustan las penas ejemplarizantes, ni las operaciones encubiertas que ponen en riesgo a personas inocentes, entre ellas ancianos, mujeres y niños. Para que haya ley hay que cumplir la ley. Sin especulaciones ni convicciones morales. Para juzgar hay que tener pruebas. Sin garantías no hay justicia. Si en el fútbol se respetan las reglas, si el aficionado puede ir a la cancha sin temor, si los campeonatos se ganan en la cancha, si los negocios del fútbol no estafan al fútbol, el hincha volverá a los estadios. Si no, nos podemos ir despidiendo de esa tan noble diversión de los domingos y nos resignaremos a ver fútbol por tevé.

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COLUMNA

EL HOMBRE QUE PONÍA EL

Por Leandro Grille

F

idel pudo haber muerto muchas veces antes del viernes 25 de noviembre de 2016. Soslayo los intentos de asesinato, ingeniosos o absurdos, porque son una anécdota en la peripecia de su vida. Una anécdota de un enemigo obsesionado, bruto e incompetente. Fidel pudo haber muerto muchas veces, no porque se orquestaran magnicidios cada pocos días, sino porque su método de hacer política implicaba la obligación de poner el cuerpo. Tal vez ahí, más que en su reconocida inteligencia, en su carisma o en su genio militar, se encuentre la explicación de su prestigio ante el pueblo cubano. Fidel no tuvo la habilidad de sobrevivir a sus adversarios o a sus compañeros, porque no hizo nada para salir indemne. Llegar a viejo fue mérito del destino, del azar o de la seguridad del Estado. Pero no de él. Fidel era un joven estudiante de abogacía en la Facultad Derecho de la Universidad de La Habana en 1947. Tenía 21 años. Presidía una comisión de estudiantes por la democracia en República Dominicana, país que era gobernado por la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Estaba en el segundo año de su carrera y no dudó en ofrecerse como voluntario para una expedición militar organizada para deponer al tirano. Allá se fue a entrenar en Cayo Confites, junto con 1.200 hombres cubanos y dominicanos, al mando de Juan Bosch. La expedición fracasó por la traición del gobierno de RamónGrau San Martín, que originalmente los había apoyado, y todos los expedicionarios cayeron presos, salvo un puñado, 6

entre los que se encontraba Fidel, que logró escapar a nado entre los tiburones del mar Caribe y la persecución de las Fuerzas Armadas. En 1948 Fidel tenía 22 años. Se propuso organizar en Bogotá un congreso americano de estudiantes que se opusiera a la cumbre de presidentes que iba a dar paso a la creación de la Organización de Estados Americanos, el ominoso ministerio de colonias de Estados Unidos. Viajó a Colombia en abril y logró hacer confluir allí a estudiantes de todo el continente. Se reunió con el mítico Jorge Eliécer Gaitán. Quedaron los dos igualmente admirados. El joven, del majestuoso líder de los liberales que se preparaba para presidir el país. Gaitán, de la inteligencia y el arrojo del joven cubano. Gaitán brindó apoyo al congreso y estaba dispuesto a clausurarlo, en un acto público para la multitud, en el Estadio de Cundinamarca. Acordaron reunirse nuevamente el

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9 de abril. La segunda reunión no llegó a producirse porque, minutos antes, Gaitán fue asesinado. Bogotá estalló en furia popular. El bogotazo daría lugar a un período que pasaría a ser conocido en la historia colombiana como “La Violencia”. Sus consecuencias llegan hasta hoy, porque a partir del magnicidio de Gaitán surgieron las guerrillas más antiguas del continente: el Ejército de Liberación Nacional de Camilo Torres, que recién ingresó en las negociaciones de paz, y unos años después, tras la masacre de la república de Marquetalia, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que apenas esta semana sellaron el acuerdo de paz definitivo. En el bogotazo, el joven estudiante Fidel no hesitó en plegarse a la insurrección, conmovido por el asesinato infame. Fue en Bogotá donde disparó sus primeras balas, y de esa ciudad debió salir escondido en un avión de

transporte de toros de lid cuando las fuerzas conservadoras acusaron a los estudiantes cubanos de estar detrás de la enorme rebelión popular. En esos años Fidel ya era miembro del Partido Ortodoxo que dirigía Eduardo Chibás. Todo hacía suponer que Chibás obtendría la presidencia en 1952, pero un año antes se inmoló en vivo, al aire, durante su programa de radio, el más escuchado de Cuba. Chibás se disparó porque no pudo obtener las pruebas de una denuncia de corrupción que había hecho contra el gobierno. Tenía la convicción pero no las pruebas, y su último aldabonazo fue pegarse un tiro. Qué testimonios de honor se daban en esos tiempos. No imagino políticos actuales que ofrenden su vida para mantener la autoridad moral. El golpe impediría que las elecciones se produjeran, que la oposición obtuviera el gobierno y que Fidel llegara a ser


L CUERPO

diputado. Como jefe de la juventud ortodoxa, la decisión de Fidel fue combatir. Empezó entonces la historia de la Revolución. Después vendrían el Moncada, la prisión fecunda, el exilio en México, el Granma, la Sierra Maestra y la caravana triunfal de 1959. En todos los acontecimientos de la Revolución, Fidel estuvo en la primera línea. Asaltó el Moncada, cayó preso, hizo su defensa majestuosa, cuyo alegato es conocido como “La historia me absolverá”. Se exilió, viajó en la pequeña embarcación con una expedición de 82 hombres, desembarcó en las playas de la sierra, sobrevivió a la emboscada que mató a casi todos, se metió en la montaña, vivió, luchó, padeció junto a sus compañeros, y derrotó a un ejército poderoso que recibía el apoyo de Estados Unidos. Desde el triunfo de la Revolución Cubana, Fidel siguió haciéndose presente. Los coman-

dantes de la Revolución obtuvieron su prestigio así: estando. No escondiéndose nunca tras el poder. Fueron primera línea en las luchas internacionalistas y en la defensa de la Revolución. Fidel combatió en la invasión de Playa Girón y se jugó la ropa en la crisis de los misiles. Nunca, a lo largo de toda su vida, se refugió en su autoridad para dar órdenes de combate que no habría asumido. Su trascendencia en la historia del mundo no proviene de su brillantez, sino de su ejemplo como líder revolucionario cuyo prestigio nadie ha podido horadar. Una catástrofe lo tenía en la primera línea. El trabajo voluntario lo tenía en la primera línea. El huracán lo tenía en la primera línea. Y hasta las revueltas. Donde estaba Fidel en agosto de 1994, en el peor momento del período especial, tras la caída del bloque socialista, cuando unos centeneras de cubanos protagonizaron el secuestro de lanchas y manifestaciones contrarrevolucionarias con saqueos en el Malecón de La Habana. Fue a disolver las manifestaciones él mismo. Dio un discurso memorable, para que la sociedad cubana derrotara a los apátridas sin disparar un tiro. Y así fue. La gente se hizo cargo sin un tiro, en el momento más duro de la historia reciente de Cuba. Fidel murió a los 90 años, pero pudo haber muerto muchas veces antes, incluso si Estados Unidos no hubiese planificado asesinarlo. Pudo haber muerto en República Dominicana, en Bogotá, en la preparación revolucionaria, en el Moncada, en el desembarco del Granma, en la Sierra Maestra, en Playa Girón, en cada huracán, en cada uno de los desafíos que ha enfrentado Cuba a lo largo de los últimos 70 años. Es milagroso que haya vivido una vida tan larga. Nunca se lo propuso. Pero su ejemplo vivirá en los pueblos del mundo por el contenido noble de la Revolución que condujo, y por su forma de conducirla poniendo siempre el pecho delante de las balas, algo a lo que sus más famosos detractores pocas veces estuvieron dispuestos. 2 de diciembre de 2016 / 789 Caras&Caretas

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Por Dr. Alberto Grille

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sa noche José Mujica se iba para Cuba para participar en las ceremonias de despedida de los restos de Fidel Castro. Pepe había trabajado en el tractor toda la mañana. Había cortado pasto y chircas al rayo del sol hasta las tres de la tarde sin comer nada. Luego se acostó a dormir una siesta de 20 minutos, se despertó al ratito, recibió a unos muchachos del Sunca y se sentó en un banco de plaza, bajo la sombra de los árboles, a charlar conmigo. Al ratito, entramos a la cocina y a ambos lados de la mesa hablamos un par de horas hasta que yo, luego de disculparme, me fui a buscar a mis nietos para ver cómo Aguada le ganaba a Goes. ¿Viajás hoy, Pepe? Sí. A la una de la madrugada. Es un viaje inhumano, porque voy y vengo, pero a mí me parece que ahí, junto a Fidel en la hora de su muerte, no se puede no estar.

¿Cuándo conociste a Fidel? Conocí a Fidel en 1959. Era la primera vez que él venía a Uruguay, a escasos meses del triunfo de la Revolución cubana. Había entrado en La Habana el 1º de enero, después de tres años en la Sierra Maestra, y en abril vino a Uruguay. Aquí recorrió las zonas afectadas por las terribles inundaciones que desbordaron la represa de Rincón de Bonete, observó cuando el río Negro dejó bajo agua miles y miles de hectáreas y sin casa a decenas de miles de uruguayos que debieron ser evacuados. Creo que allí estuvo con [Liber] Seregni, que estaba al frente de las tropas que participaron en la asistencia a los damnificados, y al regresar a Montevideo fue a conocer a Enrique Erro, de quien yo era secretario. Muy poco tiempo después, fui a Cuba con una delegación de jóvenes. Recuerdo que, entre otros, iba el Polo [Reinaldo] Gargano. Éramos muchachos que estábamos un poco… no, un poco no… muy deslumbrados por la revolución y el liderazgo de Fidel. Había gente en pila. Habían cruzado a la isla 8

CON PEPE MUJICA

EN CUBA LOS NIÑOS NACIERON PARA SER FELICES unos 600 mexicanos. Fuimos al santuario de la Virgen del Cobre, creo que en la Sierra del Cobre. Allí Fidel habló nueve horas. Tres veces llovió y tres veces salió el sol. El discurso era interminable. Fidel te hablaba tres horas por debajo de la pata. Ese día, el discurso había sido corto. Cuando Fidel nombraba a la Coca-Cola, la gente gritaba a coro: “¡Se llamaba!”. ¿Ya existían lo tupamaros? No. Fue antes de 1961, antes de la invasión de Playa Girón, en donde Fidel exhibió su mayor estatura como estadista y como estratega

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militar. En Uruguay la izquierda estaba tanteando entre la 1001 y la Unión Popular; todo era un poco entreverado. No sé si yo ya había dejado de ser blanco –creo que sí–, pero éramos muchos los que andábamos buscando dónde acampar. Luego hubo un segundo viaje a La Habana, en el que Fidel dio un largo discurso para anunciar la nacionalización de los ingenios azucareros. Me parece recordar que se quedó afónico y Raúl terminó el discurso. La Revolución empezaba a radicalizarse, y empezaba a cruzarse

con los grandes millonarios cubanos y los estadounidenses que creían que iban a seguir siendo los dueños de Cuba como lo habían sido a lo largo de todo el siglo. En ese segundo viaje conocí al Che en el teatro Chaplin. El Che usaba los pantalones medio remangados debajo de las botas. En ese encuentro había muchos venezolanos porque había caído la dictadura de [Marcos] Pérez Jiménez. Recuerdo que en nuestra delegación había gente de la Federación de Obreros de la Lana, y particularmente recuerdo a Francisco Toledo,


el dirigente melalúrgico del Partido Comunista. Era terrible mezcolanza. Recordar todo esto me da mucha nostalgia, porque la Revolución cubana y Fidel se llevaron un pedazo de nuestra juventud. Rememorar los últimos 60 años de Fidel es una verdadera lectura de la historia de América. Los años de la Guerra Fría y las opciones que tuvo que hacer Fidel son muy cuestionadas y han sido motivo, en las últimas décadas, de críticas y decepciones. Sin embargo, estas valoraciones suelen omitir las circunstancias, la necesidad, que siempre tiene cara de hereje, y la historia de Centroamérica, Latinoamérica y, sobre todo, del Caribe, en donde por más de un siglo y medio los norteamericanos hicieron todo tipo de tropelías. Guatemala, El Salvador, Puerto Rico, República Dominicana, Haití, Nicaragua, Panamá y Granada fueron víctimas de las intervenciones yanquis. Por no hablar de México, al que le robaron buena parte de su territorio. En ese contexto tuvo que resistir Fidel, y en esa resistencia fue acompañado por la pasión y la conciencia del pueblo de Cuba y por la solidaridad de los pueblos latinoamericanos. Los cubanos decidieron defender la Revolución con las armas en la mano, y eso no fue cuento. Yo mismo visité una fábrica depósitos de armas que esperaban a que los obreros las tomaran para defender aquello que habían conquistado. Esto es lo que no se puede omitir. La defensa de los principios, la tenacidad, la astucia política, la inteligencia, la creatividad y la firmeza de Fidel deben estar presentes en cualquier balance que se haga de la vida de este personaje con estatura de héroe, que conquistó un lugar en la historia, que conquistó la inmortalidad. Esta experiencia tan remota, de haber conocido un poco de lejos a un protagonista universal de nuestro tiempo, fue solamente eso. Hace 50 años toqué a un mito, le di la mano, lo escuché hablar, estuve cerca de él. Pero en los últimos años pude conocerlo mejor. Ya estaba viejo –los dos estábamos viejos–, pero Fidel estaba muy

lúcido, seguía soñando como un joven, pensando en la humanidad, en el hambre, el cambio climático, el armamentismo, la pobreza, las proteínas necesarias, la agricultura, el clima, las armas devastadoras que se utilizan en las guerras, la genética, el complejo militar industrial, la biología, las vacunas y la ciencia. Una hora con Fidel deslumbraba a cualquiera. Encontrar a un hombre encorvado, que hablaba con una vocecita ronca casi imperceptible, que estudiaba, aprendía, escuchaba e investigaba a los ochenta y tantos años, parecía fantástico. Lo que yo encontraba maravilloso de Fidel es que era de ese tipo de gente removedora que siempre estaba buscando respuestas y siempre se estaba haciendo preguntas. Su diálogo era desafiante; parecía saber de todo, pero no un poco de todo, sino mucho de todo. De viejo, Fidel se rebelaba contra la injusticia estudiando. Toda su vida fue una protesta contra las desigualdades que parece imposible poder mitigar. Nunca, nunca dejó de luchar. Ya muy disminuido físicamente, había asumido un papel nuevo. Era como una picana, un aguijón, un tábano en el anca del caballo, un índice que endilgaba el camino, la palma de una mano que alertaba y ponía un cartel de pare cuando percibía errores. Tal vez el defecto de Fidel era ser muy solidario. Daba más de lo que tenía. La ayuda de los cubanos estuvo en Argelia, Namibia, El Salvador, Sudáfrica, Bolivia, Nicaragua, Etiopía, Venezuela, Grana-

da, Haití, Trinidad y Tobago, Angola y más de 100 países del mundo. Cuando había una tragedia los cubanos estaban allí, los médicos cubanos estaban en todos los países del mundo dando solidaridad. Nosotros mismos tenemos 60.000 uruguayos que recuperaron la vista gracias a los médicos cubanos. Más de 400 estudiantes uruguayos se recibieron de médicos en Cuba, y esos uruguayitos están dispuestos a ir a cualquier lugar del país a prestar servicios médicos. Eso es, más que nada, lo que aprendieron en Cuba: su percepción de lo que son las necesidades y su sentido de la responsabilidad y de la solidaridad. Lo que ha hecho Cuba por la conciencia de los pueblos es increíble. Es un país pequeño con un líder inmenso. Pero además, hay logros palpables que nadie, ni el peor crítico, puede ignorar. En Cuba hay cultura, hay deporte altamente competitivo, hay educación universal, no hay analfabetismo, hay salud para todos, no hay desnutrición infantil. Cuba es un país con muchos problemas, pero tiene resueltos problemas que muchos de nosotros no tenemos. El más notable defecto de Fidel era su humanismo desbordante, el carácter deslumbrante de alguien que vivió para los demás. Tal vez era un humanismo exagerado. Verlo exponer ideas encandilaba, porque hablaba con todo el cuerpo, gesticulaba, era un internacionalista generoso en un mundo en el que otros se encierran y hacen la suya. Su internacionalismo

recogía lo mejor de la solidaridad latinoamericana. La de México, que siendo un país pobre recibió, al final de la guerra de España, a un millón de españoles, contrasta con el egoísmo de Europa, que se horroriza con lo que considera la invasión de un millón de emigrantes negros. El de ahora es un mundo en el que lo único que importa son las reglas de la economía –más PIB, menos PIB– y de las calificadoras de crédito. Ahora hay un imperialismo que no podíamos prever. El libreto se dicta desde donde no se sabe. Este imperialismo no tiene plata ni bandera, no precisa mística ni territorio. Es tan volátil como el capital financiero y está creando una plutocracia mundial que no participa en los debates políticos mundiales. Esta plutocracia ve todo desde las alturas y termina secuestrando el poder en nuestras frágiles democracias. Esto genera esa apatía de la gente, a la que no le interesa nada porque sus opiniones no importan nada y tienen la sensación de que no pueden hacer nada, no pueden cambiar nada y, al final, sienten que no pasa nada. El liberalismo promete una cosa que no puede cumplir, y eso sacudió toda una época. La concentración económica ahoga las aspiraciones de los pueblos y también a la democracia, y ahorca las aspiraciones de felicidad de la gente. Lo más importante de la democracia está por alcanzarse, lo más trascendente de la idea de la democracia está por intentar lograrse. El que esté conforme con lo que tenemos no ambiciona el progreso de la civilización humana. Los progresistas del mundo, los hombres de izquierda, los demócratas auténticos no peleamos por el gobierno, peleamos por la civilización humana. Porque estamos a leguas de un espíritu ciudadano. Hoy el hombre de la calle se considera un sujeto que trabaja y consume. Vive totalmente alejado de la cosa pública, sin incidencia. Eso es otra conquista de Fidel en Cuba, un pueblo dispuesto a pelear hasta la última bala por su destino, un país en donde los niños nacieron para ser felices.

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ESPECIAL

RAÚL SENDIC

“FIDEL ES

INVENCIBLE E INMORTAL” Raúl Sendic (hijo) conoció a Fidel Castro cuando tenía 17 años, a los pocos meses de llegar a Cuba. En sucesivos encuentros hablaron de medicina y de la realidad de los presos políticos en Uruguay, entre ellos, su padre. Tres décadas más tarde, Sendic participó de las exequias del líder cubano como vicepresidente de la República.

Por Mauricio Pérez

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legó a Cuba en diciembre de 1979 junto a su madre, Nilda, y su hermano Ramiro. Hijo homónimo del líder del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), Raúl Sendic siguió el camino de muchos uruguayos que llegaron al país caribeño como exiliados de la dictadura uruguaya. “Habíamos permanecido todo lo posible en Uruguay porque éramos la única visita que tenía Sendic en la cárcel, porque sólo lo podían visitar los familiares directos. Pero mi viejo insistía en que teníamos que salir del país y finalmente viajamos hacia Cuba”. Unos meses después de su arribo, en 1980, tuvo su primer encuentro con el líder de la Revolución Cubana: Fidel Castro. Fue durante una actividad organizada por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos. En esa ocasión tuvo la oportunidad de conversar brevemente con él. “Yo tenía 17 años y él era Fidel. La primera vez que lo vi quedé prácticamente paralizado, no encontraba

palabras. Era muy difícil, frente a una figura de esa magnitud, reaccionar. Porque todo lo que uno pudiera imaginar que podría ocurrir en el momento de saludarlo, después no ocurre, porque la emoción se apodera de uno, sobre todo en un joven de 17 años. En esa primera oportunidad, el que habló fue él. Lo único que hice fue contestarle sobre la situación de mi viejo”, recuerda Sendic. A ese primer encuentro le siguieron otros, por distintos motivos, pero con algunos temas que eran comunes. “En esa época siempre estaba presente la situación de mi padre, que estaba preso, y él [Fidel] seguía muy de cerca la situación de todo el continente y, en particular, de los presos políticos. Y la figura de Sendic para ellos era muy apreciada, muy querida”. También se hablaba de la situación del general Liber Seregni y del resto de los presos políticos, “que eran para él una preocupación”. Para esos siguientes encuentros, Sendic dice que estaba “más preparado”. Tenía más conocimiento de Cuba y de la realidad

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del país, pero también “un poco más de seguridad” para hablar mano a mano con el líder cubano. “Hablamos mucho. Cuando uno iba a juntarse con Fidel no sabía nunca de qué iba a hablar, porque Fidel podía salir con cualquier cosa. Hablamos bastante de medicina. Para Fidel ese tema era una preocupación absoluta, sobre todo el combate a la mortalidad infantil, que en Cuba fue una de las banderas que él lideró, y de todas las enfermedades que estaban vinculadas a la genética, la primera infancia, las enfermedades relacionadas al parto”. “¿Cuál era la principal característica de Fidel Castro? Era una persona que siempre sorprendía, porque no había un tema que le fuera ajeno. Era capaz de escuchar (a los líderes les cuesta, no escuchan, pero él era un líder que escuchaba mucho y mantenía un diálogo), pero a su vez siempre tenía una respuesta o una pregunta inteligente. Cada vez que uno estaba frente a Fidel era como si te estuviera tomando un examen, había que estar bien preparado, porque de cualquier tema, incluso

científico, estaba en condiciones de preguntar, rebatir y discutirlo. Y también era incansable. No era raro que para encontrarte con Fidel te citaran a los 2.00 horas. Muchas veces uno esperaba ser recibido y la reunión ocurría en plena madrugada”.

La invasión a Granada En octubre de 1983, las fuerzas militares de Estados Unidos y de otros países caribeños invadieron Granada, un pequeño país ubicado en el mar Caribe. La invasión se produjo tras el asesinato de Maurice Bishop, líder de la “Revolución del Pueblo”, a manos de los seguidores del viceministro Bernard Coard. El motivo de la invasión fue proteger a los ciudadanos estadounidenses en la isla. Pero ese proceso generó la reacción de dos países aliados de Granada durante el período de Bishop: Cuba y la Unión Soviética. Se trató de una de las agresiones más importantes de las fuerzas militares de Estados Unidos tras la guerra de Vietnam, en pleno contexto de la Guerra Fría. “La intervención que hizo Fidel


unas horas después [de la invasión] nos llevó a todos a querer ir; yo entre un montón de miles y miles de cubanos que estaban dispuestos a ir a defender Granada. Fue una situación muy especial la que se vivió. Éramos estudiantes y estábamos dispuestos a cualquier cosa”. Esa historia es significativa para entender la imagen de Fidel Castro entre los jóvenes estudiantes cubanos de esa época. “Fidel era un líder de extrema cercanía. Muchas veces se escapaba de la seguridad y venía a la Facultad de Medicina, caía en el jeep. La gente sentía una cercanía muy especial con Fidel, algo que no todos los dirigentes de la revolución tenían. El Che Guevara y Camilo [Cienfuegos] eran los otros dos que habían concitado esa adhesión de tanta cercanía. Era habitual que Fidel se saliera del protocolo o de los límites que establecía la seguridad para llegar entre los estudiantes, hablar, conversar, preguntar. Había mucha cercanía con el estudiantado”. Esa proximidad también se daba en situaciones concretas. “Era, muchas veces, el primero que reaccionaba”. En uno de esos primeros meses de estadía de Sendic en Cuba hubo un atentado contra una guardería. “Y el primero que llegó fue Fidel. Fue un atentado feroz, contra una guardería de varios pisos llena de niños, que se prendió fuego, pero por suerte no hubo que lamentar víctimas. El primero que llegó, solo, en su jeep, fue Fidel Castro”. Otro hecho “especial” ocurrió en enero de 1980, tras la muerte de Celia Sánchez. Era la “compañera más estrecha” de Castro desde la guerra de liberación y quien lo acompañó a diversos eventos importantes, entre ellos, la reunión de Naciones Unidas que tuvo lugar en octubre de 1979. “Ella era la parte más humana de Fidel. Para todos los cubanos Celia era una garantía de la cercanía de Fidel con los problemas más humanos de la sociedad cubana. Era como la jefa de despacho, la persona más cercana. Yo aún no la conocía en enero de 1980. Pero ese día, cuando salgo a la calle y

voy a tomar un ómnibus, era sobrecogedor el silencio; uno sentía que había pasado algo muy grave en el país”. “No había ruidos, nadie hablaba, había una situación de conmoción, de dolor, de silencio. Alguien que recién había llegado, y que no conocía la historia, no lo entendía, hasta que me enteré y comencé a investigar quién era Celia. Fue un primer choque o golpe de la magnitud de la figura de Fidel y de las personas que estaban cerca de él. Esa fue una pérdida muy importante para Fidel. Estoy seguro que fue una pérdida muy significativa, como lo fue después la pérdida de Vilma para Raúl”, afirmó Sendic.

Fidel y Uruguay En Uruguay, en los años 1960 y 1970, existía una fuerte tensión entre el Partido Comunista del Uruguay (PCU) y el MLN-T en virtud de la diferentes estrategias para acceder al poder. Mientras los comunistas apostaban a la acumulación de masas en las urnas, el MLN-T hizo una opción por la vía armada. En ese contexto, y a diferencia de lo que ocurrió en otros países, Cuba y Fidel Castro mantuvieron una estrecha relación con ambos sectores. “Los cubanos tenían una cercanía muy grande con los movimientos revolucionarios y guerrilleros de toda América, pero en particular en Uruguay con el PCU había una relación muy estrecha [...] No quisiera poner a Fidel de juez de esa situación, pero él tenía una relación muy cercana con los dos sectores”. Eso se traslucía, por ejemplo, en el permanente interés por Sendic y en que Rodney Arismendi era una figura de mucho peso y de mucha cercanía con Castro. Pero la preocupación de Castro por Uruguay trascendía a los movimientos de izquierda y refería a la propia democracia uruguaya. Así lo expresó Castro “con toda claridad” durante su visita a Uruguay para la asunción de Julio María Sanguinetti en 1985, valoró Sendic. “Ellos vieron siempre de forma bastante particular el fortalecimiento de la democracia 2 de diciembre de 2016 / 789 Caras&Caretas 11


en Uruguay. Los cubanos hicieron una distinción muy importante de Uruguay como un país de institucionalidad, algo que nos diferencia de muchos países de América y en especial de Centroamérica. A veces se habla de que los cubanos llevaron un plan de desestabilización de las democracias de América Latina, cuando en el caso de Uruguay se puede decir que fue absolutamente lo contrario. La apuesta fue por el fortalecimiento de la democracia”. Sobre la influencia de Fidel Castro en América Latina y en Uruguay, el vicepresidente expresó: “Aquel grupo de jóvenes del ‘Granma’, en 1956, que se animaron a organizarse en México y subirse a un barco para iniciar el proceso revolucionario y la lucha contra la dictadura de Batista –que lo lideraba Fidel, pero en el que estaba nada menos que el Che Guevara– despertó a millones de jóvenes de todo el continente y los impulsó a conquistar el cielo con las manos. Todo el mundo sintió que era posible, que había que hacerlo. Que esa quijotada que se mandaron esos jóvenes se podía repetir en el resto de América. Creo que el continente sería otro totalmente distinto si no hubiera existido ese grupo de jóvenes que, sin proponérselo, cambiaron la historia de toda América, no sólo la historia de Cuba. Cambiaron la historia de todo el continente por la influencia que tuvieron, en el estímulo y el deseo liberador, el fortalecimiento de la batalla política para lograr un continente con independencia y soberanía. Pienso, francamente, que somos herederos de esa movida tan fuerte”.

Por eso, Sendic afirma que “Fidel es invencible e inmortal”. “Cada uno de nosotros lleva adentro la referencia de Fidel Castro. Se convirtió en una referencia de nuestra ansia libertaria, de nuestro deseo de justicia, y eso no se puede matar. Cada uno de nosotros tiene en su espíritu, en su alma, en su conjunto de ideas, esa puja interna entre el deseo de libertad, de ser justo, de independencia, de solidaridad. Algunos lo pueden tener más reprimido, otros le dan mayor libertad a ese impulso y lo expresan con mejor claridad, pero todos lo tienen. Por eso no se puede matar; pasó a ser una referencia en cada individuo de este continente. Puede haberse muerto físicamente, pero ese espíritu que se generó está presente en cada uno de los latinoamericanos”.

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Cuba después de Fidel Qué pasará con el proceso político en Cuba tras la muerte de Fidel Castro es una de las preguntas claves que aún no tiene respuesta. Lo único cierto es que algo cambiará. “La última vez que estuve tuve una larga conversación con Raúl Castro sobre este proceso de diálogo con Estados Unidos. Fue de una enorme valentía por las dos partes: una gran valentía de Barack Obama de impulsarlo y una gran valentía de Raúl y Fidel Castro de meterse en este proceso que se está llevando adelante. Porque ese proceso tenía una sola oportunidad histórica, que se aprovechó, porque no sé lo que pasará ahora con el gobierno de Donald Trump”. “La ventana histórica era esa y las dos partes lo aprovecharon.

El camino será ese: una mayor apertura, pero sobre la base de un conjunto de valores y principios que se fortalecieron a lo largo de estos años. Es una hazaña enorme que ese proceso revolucionario haya resistido a unos pocos kilómetros de la potencia más grande del mundo”. ¿La muerte de Fidel Castro puede cambiar algo? “Seguramente va a cambiar. El proceso es dinámico y cambiante. Nadie iba a pensar hace dos años que esta transformación se iba a dar de esta manera. La realidad es cambiante. Lo importante de fondo es que las conquistas que se lograron a lo largo de estos años se puedan mantener. Eso no puede cambiar porque está muy metido en la conciencia y en los valores de la sociedad cubana”.


ESPECIAL

CON MARINA ARISMENDI

“La revolución nos marcó en ideales, en sueños” Por M. Pérez y B. Riguetti

E

n 1992, en plena crisis del Partido Comunista del Uruguay (PCU), la secretaria general Marina Arismendi fue convocada por Fidel Castro para analizar la situación. “En un momento de caída de tantas cosas, de tantos sueños e ídolos, de cuestiones que uno había valorado mucho, Fidel me resultó absolutamente convincente”, afirmó Arismendi. “Quería saber y preguntar. Ver qué clase de ‘bicho’ había quedado al frente del Partido. La diferencia de edad entre ambos era notoria. Cuando Fidel Castro, junto a un grupo de jóvenes, se embarcó en el Granma y llegó a Cuba, Marina Arismendi era una adolescente. “En los años 1960 muchos de quienes éramos estudiantes liceales nos sentimos convocados por la Revolución cubana, por los barbudos de Sierra Maestra, a partir de lo que fue el desembarco del Granma”. Ese sentimiento llevó a que al ingresar en Secundaria, Arismendi participara de la creación de un comité de apoyo a la Revolución cubana, en el liceo Rodó, que se llamaba “Camilo Cienfuegos”. No eran tiempos sencillos: el primer 26 de julio después del triunfo de Castro, cuando ella estaba en primer año, el liceo Rodó aprobó un paro de actividades en contra de la Revolución cubana. “Fui la única que entró a clases, es una de las cosas que uno nunca se olvida”.

En esa época se produjo el nacimiento en Uruguay de las “bandas fascistas”, que, además de atentar contra locales e impulsar movimientos antidemocráticos, con los años comenzaron a formar un movimiento estudiantil. Fueron los años en que fue secuestrada Soledad Barrett, a quien le marcaron esvásticas en sus piernas. Sin embargo, al año siguiente, en el movimiento estudiantil se fortaleció el apoyo a Cuba, con la Junta Estudiantil de Secundaria de Apoyo a la Revolución Cubana. “Nos educamos en esa época en la solidaridad con Cuba, en todos los ideales que significaban una revolución en América Latina, una revolución que hablaba español, y que una de las primeras tareas que se planteó fue la alfabetización” de los amplios sectores desfavorecidos que existían en Cuba. Incluso, muchos estudiantes se anotaron “para ir a alfabetizar”, pero no pudieron viajar por ser menores de edad. “La Revolución cubana nos marcó en ideales, en sueños, y en todo lo que significaba [...] Están muy unidas las luchas estudiantiles en Uruguay con todo lo que significó la Revolución cubana”.

El examen La primera vez que Arismendi fue a Cuba lo hizo en plena dictadura en Uruguay. “Estaba en el exilio con mis hijas y los cubanos invitaron al 11º Festival de la Juventud

de los Estudiantes, que se realizó en La Habana, y allí me encomendaron ir con una delegación de niños y niñas uruguayos y de distintos países a un campamento de pioneros en Varadero. Esos niños y niñas eran hijos de presos políticos que vivían en distintos países de Europa”. Esa vez vio a Fidel “de lejos”. Su primera conversación con el líder cubano fue unos años después. “Me convocó cuando el PCU tuvo su crisis, en 1992, porque quería saber y preguntar. Yo decía en broma, cariñosamente, claro, que me llamó para tomarme examen, para ver qué clase de ‘bicho’ había quedado al frente del Partido. Él preguntaba mucho, pero sabía mucho. Había cosas sobre las que sabía más que yo de lo que estaba pasando en Uruguay”. Además, “en un momento de caída de tantas cosas, de tantos sueños e ídolos, de cuestiones que uno había valorado mucho, Fidel me resultó absolutamente convincente”. “No fue un problema emocional; era un momento muy duro, en el cual uno se cuestionaba muchas cosas. Él fue convincente en sus interrogantes, en su planteo de cómo había cambiado el mundo con la desaparición del campo socialista, de cómo quedaba Cuba en medio de eso, de cómo quedaban el resto de los partidos comunistas en el continente, los movimientos sociales y las izquierdas en general. Sabía mucho del Frente Amplio [FA], de todo el proceso de la unidad

en Uruguay. Preguntó mucho y tuvimos algunos momentos de consejos, los cuales sentí, más allá de su personalidad, como consejos paternales”. A eso le siguieron otros encuentros, en Cuba y en Brasilia. Este último fue durante la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva. Arismendi fue integrante de una delegación que encabezó Tabaré Vázquez en representación del FA. En el estrado estaban Castro y el entonces presidente Jorge Batlle. Desde allí, tras identificar al grupo de uruguayos, llegó el grito de Castro: “La próxima celebramos en Montevideo”. En este sentido, Arismendi afirmó que uno de los aspectos más importantes de todo el proceso liderado por Castro refiere a la posibilidad de conversar, en distintos ámbitos, sobre las cosas que afectan a las personas. La muerte de Castro, en tanto, implicará un cambio porque “cambiar siempre cambia” y Cuba “ya venía cambiando”. “Fidel estaba preparando, rodeado de jóvenes –como estuvo siempre rodeado–, una salida de otro tipo cuando vino el derrumbe del campo socialista. Eso era evidente, porque la tierra tembló y él tuvo que afrontarlo. Obviamente no será lo mismo y todos hacemos votos para que esa Revolución cubana –por el camino que el pueblo cubano se dé– alcance el destino que queremos, que es mantener los logros de la revolución y, a su vez, avanzar cada vez más y superarlos”.

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ESPECIAL

RECORDANDO AL LÍDER CUBANO

LOS ENCUENTROS DE MAURICIO CON FIDEL

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Por Isabel Prieto Fernández

M

auricio Rosencof es un hombre polifacético. En el campo de las letras, abarca todo: periodista, escritor, dramaturgo. Sin embargo, su vida supo contener “otra vida” en sus años mozos: la del militante comunista primero y la del guerrillero tupamaro después. Fue por eso que en 1961, cuando el MLN era una organización incipiente, a Rosencof le tocó estar en Playa Girón: “Éramos una delegación, los que fuimos allá, cuando Fidel se mandó esa hombrada de capitanear la resistencia contra los que venían de Miami”, dice apelando al recuerdo. “En esos días comienza el cerco...”, y hace una pausa pequeña, tan insignificante que pienso que continuará por el mismo camino, pero cambia de tiempo: “Cuba es un país con 50 años de bloqueo”. En ese momento supe que la entrevista con Rosencof no sería fácil. Viaja en los años a su antojo y es difícil encarrilarlo. La coherencia de la charla surge en la globalidad de su pensamiento, pero yo necesito que me hable de Castro. Se empeña en demostrarme su visión de cómo se dieron los hechos de la Revolución cubana dentro del contexto regional y mundial. Le digo que está bien (aunque en algunas cosas discrepe, no viene al caso), pero que me hable más de Fidel. Es obvio que le confunde que lo saque de su lógica, porque en esos momentos sus palabras quedan colgadas de la nada: “En una charla con Fidel, él me dijo: ‘Me acaban de avisar que hay un petrolero al que no dejan pasar; si no pasa, van a quedar sin luz por 24 horas’. Fijate el marco que tenía”. Instante de dudoso silencio, así que me apresuré a alentarlo para que continuara: “Recuerdo un encuentro en el teatro Carlos Marx [ex-Chaplin], cuando Fidel recibió el premio Lenin de la Paz. Mirá qué cosa linda: subió al escenario Armando González, el entrañable Gonzalito, que le llevó de obsequio –cuidándolo en toda la navegación– la Corita, la niña con la paloma de yeso que la puso ahí”.


“Por aquellos días se tensan las definiciones. Hay una cosa que se saltean los que hablan en los medios, y es que Estados Unidos tiene ocupado un trozo de territorio cubano, y una base militar parece que no es elemento a integrar en los análisis que se hacen por las agencias o en los canales televisivos”, indica y continúa: “El objetivo de Playa Girón era porque Fidel había empezado a nacionalizar las empresas norteamericanas. El garito comenzó a funcionar con decencia y empezó el planteo de que desfilaron los primeros 40.000 guajiros con título de propiedad de la tierra. Entonces Estados Unidos, a no engañarse, no es una carita linda. El rostro fuerte aparece ahora con Trump, con ecos acá, en el doctor Lacalle, lo quiero mencionar”, dice mientras me apresuro a pedirle que no se salga de tema, así que da un giro en el aire: “Fidel unifica los cuatro partidos que estaban en la resistencia contra la dictadura de Batista. Cuba aislada, invadida, y quisieron crear un territorio de dos metros cuadrados liberado para que Estados Unidos reconociera un territorio paralelo. Moco de pavo aquel operativo. Desde ese momento y por más de 50 años es una lucha y uno escucha que quieren comparar la situación interna de Cuba con la de cualquier país estabilizado, institucional, sin bloqueo y sin invasión, como si fuera la cosa más natural del mundo. O hay mala leche o hay ignorancia”, se desvía nuevamente. Consultado sobre qué significó para el joven Rosencof conocer a Fidel Castro, el Ruso responde: “Algo formidable. Venía de una

gesta y un acto de resistencia formidables, con una popularidad impresionante. Además, cuando lo oías hablar... Tengamos en cuenta que la región estaba convulsionada y nosotros también teníamos nuestro motivo de lucha. Estábamos buscando un camino para que fueran cayendo las dictaduras norteamericanas impuestas en nuestros países”. Una de las características que impresionó a Rosencof fue lo informado que estaba el cubano: “En 1971, me dijo que tenía información de que si ganaba Wilson [Ferreira Aldunate], y el Frente Amplio marcaba una gran presencia, íbamos a tener a los brasileros ahí, que estaban montando la operación Poncho Verde en la frontera, planificando la invasión. Por otras vías, Seregni también tenía la misma información”, sostuvo. Rosencof recuerda: “Era una personalidad arrolladora, podía saltar de un tema a otro, porque lo interrumpían continuamente con los mensajes. Una vuelta estábamos hablando y lo llamaron porque Estados Unidos había detenido dos naves en una experiencia que hacían capitanes en lanchas pesqueras”. “No tenía despacho, y si lo tenía, estaba en un lugar secreto. Una vez nos reunimos en la casa de Barbarroja, que era ministro. Fidel tenía un libro sobre el gueto de Varsovia y me comentó que narraba cómo la resistencia atravesaba las paredes. Él lo asociaba con los agujeros tuneleros que en ese estábamos haciendo acá para liberar a nuestros presos”, afirma. “Una vez fue a buscarme para ir a pescar”, dice. Según Rosencof, los temas de las charlas giraban en torno al socialismo y sus objetivos. Teníamos una relación política con una actitud de respeto, de agradecimiento de parte de nosotros porque allí nos acogieron”. Al poco tiempo de salir de la cárcel, en 1985, Rosencof visitó Cuba otra vez. Recorrió las calles de La Habana y volvió a hablar con Fidel. Hoy siente la misma admiración por el líder fallecido que la que sintió en sus años mozos. 2 de diciembre de 2016 / 789 Caras&Caretas 15


ESPECIAL

Por Federico Fasano Mertens

L

a historia está de duelo. Ha muerto el biógrafo que se animó a reescribir la historia de América Latina. Desde que Colón descubriera el islote de San Salvador en 1492, nuestra América no conoció otra revolución social que transformara hasta sus entrañas las estructuras de una nación como lo hicieran Fidel Castro y el pueblo cubano. A veces las palabras sobran, pero no alcanzan. No por esperada, tras 90 años de una existencia destinada sólo a los héroes, la desaparición física de don Fidel Castro Ruz puede mitigar el dolor de todo americano honrado que aún cree en ese sueño milenario de justicia, igualdad y libertad que él encarnó como pocos. Aún conmocionado por la noticia, no sé qué decir. Solo podría responder con un libro, porque ha sido tan vasta y fértil su trayectoria y su influencia en el mundo, que sólo una investigación rigurosa sobre este ejemplar salido de la imaginación de Nietzsche, con las luces y sombras que todo revolucionario porta en su destino, podría colmar parcialmente una respuesta. Su dignidad y valentía, ya antológicas, ante el imperio más grande de la historia universal no tienen parangón. Sólo comparables a la resistencia de Masada frente al Imperio romano. Fue el único revolucionario social que modificó de raíz las estructuras de una nación corrupta, explotadora, injusta, desigual, transformando su soberanía, prostituida por el imperio, en una de las más orgullosas y altivas del planeta, y pudo mantenerla durante medio siglo sin doblar la cerviz.

LA HISTORIA ESTÁ DE DUELO “Un hombre que sabía a dónde iba y por eso el mundo se apartó para dejarlo pasar”. Los otros grandes revolucionarios sociales, los Gracco, Espartaco, Túpac Amaru, Tiradentes, Babeuf, Robespierre, Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo, Sandino, Arbenz, Caamaño Deñó, Salvador Allende y muchos más, sin contar los revolucionarios que surgieron después de 1973, fueron derrotados en sus objetivos y no pudieron cristalizar la sociedad nueva a la que destinaron sus vidas. Podría existir una segunda excepción, la del Gran timonel Mao Zedong, pero una mirada profunda sobre el proceso actual de la República China, más emparentada con el capitalismo de Estado que con el comunismo igualitario, permite abrir dudas sobre el aserto. El triunfo de Ho Chi Minh en Vietnam se enmarca más en las fronteras de una guerra de liberación que en un territorio de revolución social. Y ni siquiera puedo mencionar como otra excepción a la revolución coreana de Kim Il Sung, una tiranía dinástica que sojuzga sin misericordia a su pueblo y avergüenza a todos los

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socialistas del orbe con sus crímenes impúdicos. Solo el pueblo cubano, conducido por su líder histórico y un puñado de revolucionarios entre los que se encontraba la llama indoblegable de Ernesto Guevara de la Serna, pudo implantar y mantener durante medio siglo una revolución social que transformó a la nación antillana y desató un tsunami moral en nuestra América dependiente, dejando perplejos a los grandes poderes universales que no podían explicarse la magnitud de la insolente odisea. Fidel se va, empero, sin el gozo de ver consumada su victoria, al mantenerse aún, pese a los solemnes acuerdos, el bloqueo genocida que tanto sufrimiento derrama sobre su pueblo. Los debes de la Revolución cubana existen y no deben ser ocultados; todo proceso revolucionario los lleva con pesar. Los partos revolucionarios carecen de los alivios peridurales. Las revoluciones combinan la tragedia con la esperanza. Cuba no fue la excepción. Pero sí podemos decir que fue mucho menos cruenta y dolorosa que las revoluciones francesa y soviética, en las que

fueron devorados por la propia revolución, por la burocracia y por la patología estalinista, los mejores hijos de la revolución, Robespierre, Babeuf, Olympe de Gouges, Trotsky, Kamenev, Zinoviev, Bujarin y muchos más. Al conocer la noticia no pude menos que recordar esas entrañables reuniones a horas insólitas, a las 4 o 5 de la mañana, cenando con Fidel, mano a mano, para hablar de utopías; el tiempo y el sueño no parecían encontrar lugar en su agenda. Debo reconocer que mucho aprendí de sus ideas, acompañadas de múltiples ejemplos y también debo decir que él sabía escuchar. Mis críticas sinceras, sobre todo en el área de la comunicación y el periodismo, no fueron rebatidas. Tomaba nota. Incluso aceptó mi propuesta de introducir en la isla Le Monde Diplomatique en español, publicación que yo dirigía y que contenía artículos críticos pero honestos y rigurosos sobre la revolución que él comandaba. Y la prestigiosa publicación francesa circuló en Cuba durante varios años mientras fui su director. Se agolpan en mis recuerdos tantas y tantas anécdotas para


las que no alcanzan estas líneas dictadas al compás de la emoción, a las pocas horas de la muerte de un alma, de aquellas que Brecht hubiera considerado imprescindibles. Exceden este manojo apurado de recuerdos. Sólo quisiera recordar cuando nos estrechamos en un abrazo, al

pisar Montevideo, el 13 de octubre de 1995, también a las 5 de la mañana, en el hotel Valmont, siendo La República el único diario al que concedió el encuentro. Lo recibí con un título en plena tapa: ‘¡Bienvenido a casa, Fidel de América!’. Y acto seguido publiqué mi columna de bienvenida como director de La República, titulada ‘Cuando un hombre sabe adónde va, el mundo se aparta para dejarlo pasar’. Ni una sola coma modificaría ese artículo de bienvenida. En homenaje a su vida –los romanos cuando un héroe fallecía no decían “ha muerto”, decían “ha vivido”–, reproduzco a continuación ese artículo que tan bien traduce lo que pienso hoy de Fidel. Dice así: “Los derechos se toman, no se piden; se arrancan, no se mendigan. Este grito ferozmente digno pertenece a José Martí, héroe y mártir de nuestra América, la pobre. Desde esa tierra de hombres, corajudos e inoportunos, nos llega

hoy un hombre que calza un alma varios números más grande que él. Un hombre que se casó con una gran querella: la liberación aún inconclusa de la balcanizada nación latinoamericana. Hombres como él irrumpen muy de vez en cuando desde el fondo de ese imponente montón de polvo que se llama historia. Un hombre que aprendió que para cambiar al mundo hay que someterlo a crisis y uno mismo tiene que entrar en peligro. Un hombre que sabía a dónde iba y por eso el mundo se apartó para dejarlo pasar. En 1959 portaba en sus alforjas la ganzúa capaz de abrir la puerta para pasar de una sociedad a otra. Muchos no se animaron. Él la usó. Y puso de rodillas durante 36 años a un imperio. Fue como Gandhi, un provocador moral. E hizo suyo el grito anónimo del Mayo francés: ‘Seamos realistas, pidamos lo imposible’. Dio un inmenso golpe de timón a la historia de América Latina

iniciando en nuestras comarcas la gran catarsis regional pendiente. Interrumpió el centenario proyecto conservador en su patria chica e intentó, cercado y hostigado por la más formidable coalición bélica y económica en su contra, superar sin éxito la contradicción entre justicia y libertad. La implacable intransigencia de sus adversarios y el débil proceso de acumulación democrática inoculado en las raíces antillanas desde épocas pretéritas contribuyeron decisivamente para impedir el tránsito prometido del reino de la necesidad al reino de la libertad, pilar del socialismo científico y humanitario. Hoy, nos consta, está decidido a dirigir una vez más a su pueblo; esta vez para empujar las puertas aún entornadas del proceso democrático para que se abran cien flores y compitan cien escuelas de pensamiento. Es su segunda gran querella. Apostamos por ella. Bienvenido a nuestra casa, Fidel de América”.

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ESPECIAL

CON JORGE MAZZAROVICH

“La solidaridad es el segundo apellido de Fidel”

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Por Manuel González Ayestarán

¿

Cómo fueron sus encuentros con Fidel Castro y qué huellas le dejaron? Estos son días en los que se acumulan los recuerdos y las vivencias que tantos tuvimos el privilegio de tener junto a quien creo que es uno de los seres humanos que mayor proyección ha tenido en los últimos siglos. Fidel está entre ese grupo de personalidades que han dejado una huella excepcional en la vida de la humanidad. Ese magnetismo excepcional que siempre tuvo estaba basado


en la fuerza de sus ideas y, sin duda, con el correr del tiempo, en la fuerza excepcional de su ejemplo. Fidel llegó a Uruguay en 1959, en el momento en que en el país se producían las inundaciones más graves que se recuerdan hasta hace muy poquito. Y por supuesto fue a donde se estaba produciendo la tragedia para expresar su solidaridad por la vida de los uruguayos que vivían en esa zona tan compleja en torno al río Negro. Posteriormente, en el marco del desarrollo en nuestro país de la lucha en solidaridad con Cuba, yo tuve la posibilidad de viajar a La Habana en 1965 para participar en la salida del primer número del periódico Juventud Rebelde. Allí tuve posibilidades de participar en varias reuniones con él y con otros dirigentes de la Revolución. Estos encuentros empezaron el 21 de octubre, que fue el día del lanzamiento de la publicación, después de que Fidel realizara un discurso excepcional desde un estadio de béisbol bajo una lluvia torrencial. Ya en la madrugada se encontró con el grupo de jóvenes que hasta allí habíamos llegado, y estuvimos conversando, o mejor dicho, en mi caso, escuchando y tratando de aprender algo si era posible. En otras oportunidades también tuve la oportunidad de encontrarlo, de escucharlo y de transmitirle la solidaridad de nuestro pueblo. Luego vino el período de la Operación Cóndor y las dictaduras de los países de América de Sur. Ahí se desplegó una enorme solidaridad por parte del pueblo cubano y del propio Fidel personalmente para con la lucha que desarrollábamos los pueblos de América Latina. Esta solidaridad se materializó en medidas como recibir a miles de compañeros que se asilaron en Cuba provenientes de otros países y en impulsar todas las campañas de denuncia de la barbarie que la dictadura cívico militar estaba desarrollando en Uruguay. ¿Cómo fue el trato directo con él? Los encuentros posteriores tienen

un significado político de enorme magnitud, pero también tienen un significado humano, que es la preocupación personal y directa por el estado de salud en el que nos encontrábamos muchos de los compañeros que salíamos entonces de la cárcel y de situaciones especialmente complejas. Esto determinó que recibiéramos un trato excepcional desde todo punto de vista, que unió lo médico con lo humano. En muchos de los casos, entre los que tuve el privilegio de encontrarme, tuvo lugar una atención personal de Fidel recorriendo cada día todo el espinel de tratamiento médico y encontrándonos de noche muy tarde para poder tener una visión directa de cómo estábamos avanzando desde el punto de vista de la recuperación de la salud. En ese entonces, te hablo de 1985, apenas salido de la cárcel y culminado el proceso de la dictadura, yo compartí esta experiencia directamente con el compañero Jaime Pérez, hoy fallecido, y con

un número muy importante de compañeros que se fueron incorporando por preocupación directa de la Revolución cubana. Después, yo volví en el año 89 con mi familia, invitado por Fidel y por Raúl. Estuvimos con la familia de Raúl y nos encontramos con Fidel. Eso también me proporciona recuerdos imborrables y me permite recordar opiniones planteadas sobre los más complejos procesos que se estaban dando en el mundo. ¿Qué eventos marcaron las relaciones con Cuba y con Fidel durante las últimas décadas? Hubo un período en el que desde aquí continuamos intentando desarrollar la solidaridad en el momento más duro que vivió Cuba entre tantos, como fue el “Período especial”. Entonces Cuba se plantó con dignidad y con el jefe a la cabeza para vivir un tiempo extremadamente difícil. En esta etapa pudimos ver a Fidel impulsando proyectos que para muchos

parecían ser una locura cuando los lanzó, pero la vida demostró la justeza de esa visión estratégica acerca de la dirección hacia dónde había que apuntar. Me refiero, por ejemplo, a la constitución de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), en la que se formaron como médicos miles de muchachos de todos los países de América Latina y también de muchos países de Asia y de África. En este esfuerzo gigantesco, Fidel aplicó una vez más eso que nos enseñó desde el principio: la solidaridad no consiste en entregar lo que te sobra, sino en compartir lo que tienes. Pasado el tiempo, volví a Cuba con el enorme privilegio de haber sido designado por el primer gobierno del Frente Amplio en nuestro país como primer embajador de esta administración en La Habana. Allí llegué además con instrucciones directas para la reconstrucción de relaciones con Cuba, que habían sido rotas en el período del gobierno del doctor Jorge Batlle. Cuando yo llegué a La Habana como embajador, ya había 550 estudiantes uruguayos de prácticamente todos los departamentos del país. Otra iniciativa excepcional que impulsó Fidel en aquel tiempo fue la del proyecto “Yo sí puedo”, que permitió quebrar el analfabetismo en todos los países de América Latina. En Uruguay no estaban tan claras las cifras de analfabetismo hasta que el Mides, en aquel momento, hizo los estudios, y un número muy grande de uruguayos integraron el programa. Todo esto para mí demuestra que la solidaridad es el segundo apellido de Fidel Castro Ruz. ¿Qué separa a Fidel Castro de la imagen de dictador que habitualmente se le ha adjudicado en Occidente? Lo separan drásticamente muchas cosas. En primer lugar, yo nunca he visto a lo largo de la historia a ningún dictador que tuviera, en los períodos más complejos de su gobierno, un pueblo que, desde las fábricas hasta las cooperativas en el campo y las universidades,

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estuviera día y noche armado hasta los dientes para defenderse de cualquier circunstancia. En segundo lugar, se puede discutir mucho el carácter de las elecciones en Cuba, lo que no se termina de entender es que no existe decreto que valga para determinar cuáles tienen valor democrático y cuáles no. De pronto somos unos cuantos los que consideramos muy poco democráticas las que se desarrollan especialmente en EEUU. Esto es porque allí apenas vota entre 35 y 40 por ciento de los habilitados, porque hay una desidia absoluta y porque el dominio que se vuelca sobre los electores durante las campañas es bestial y viene determinado por los intereses de los dueños de los medios de producción y de los medios de comunicación. La otra cosa que separa drásticamente a Fidel de la etiqueta de dictador que se le sigue imponiendo es que Cuba es el único país de América Latina y de buena parte del mundo en el que no hay un solo desaparecido desde el triunfo de la Revolución. En el que no hay una sola tortura comprobada, pese a las mil denuncias que circulan por ahí sin base probada. Mientras, en varios países sigue ignorándose la cuestión de los desaparecidos. Entre ellos, Uruguay, donde hay muchas personas que miran al costado porque no les importan estos crímenes y se llega a dejar en prisión domiciliaria a criminales. Por eso digo: ¿de qué dictador estamos hablando? Yo he escuchado comparar a Fidel con Videla y con Pinochet. ¡Vamos a poner las cosas sobre la mesa! También he llegado a escuchar que en Cuba no hay libertad

religiosa. Pero, por favor, si Fidel luchó toda la vida en contra de cuestiones de persecución de tipo religioso. En Cuba hay mezquitas, iglesias católicas, se respetan los ritos africanos. No son casuales estas expresiones de respeto del papa y las llegadas a Cuba de personalidades del mayor peso eclesiástico. Eso no es casual, y tiene que ver con la historia de un hombre que se lo ganó. Nosotros no pedimos disculpas por ser solidarios con Cuba, ni por considerar a Fidel una de las figuras de proyección universal más grandes en los últimos dos siglos. No sólo no pedimos disculpas, sino que proponemos discutir todo. Que hay errores en el proceso de la Revolución cubana, seguro. Y no sólo económicos, hay errores de sectarismo, que ellos mismos han planteado. Y si no lo han planteado, lo planteamos nosotros, no tenemos problema. ¿Qué rumbos puede tomar Cuba tras la muerte de Fidel? Nos encontramos en un momento

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extremadamente peligroso para el mundo. El presidente Obama dio un paso de carácter notoriamente positivo al reconocer que el bloqueo fue un verdadero fracaso. Sin embargo, ese presidente también encabezó la invasión a seis países, no podemos pensar que este hombre se va como un piadoso señor dedicado a la solidaridad humana. La perspectiva que tiene planteada Cuba es algo que tendrán que responder los cubanos, sin injerencias. Cuba tiene dificultades muy grandes y reservas extraordinariamente importantes desde el punto de vista humano, de firmeza en cuanto a la defensa de su soberanía, de la lucha contra el constante hostigamiento y bloqueo de EEUU. Creo que por su origen, por la magnitud histórica de sus jefes y por la firmeza demostrada mil veces, el pueblo cubano está en condiciones de sobrellevar esta situación y de encontrar caminos, siempre en medio de dificultades muy grandes, para realizar los cambios necesarios sin retroceder

en las conquistas sociales que han alcanzado. Los uruguayos necesitamos seguir de cerca ese proceso, primero por la cuestión de entregar nuevamente toda la solidaridad que podamos al pueblo cubano en estos meses y años de nuevas pruebas. Y, segundo, para aprender que mantener la soberanía cuesta mucho. Sin necesidad de copiar, la realidad no se pudo nunca ni se quiere trasladar a Uruguay. Son procesos completamente distintos y siempre hay para aprender en todas las circunstancias. Termino diciendo que en las reservas del pueblo cubano a las que hacía referencia están plantadas las enseñanzas, están sembrados el legado y el ejemplo de ese hombre que estos días velamos en su muerte, que realmente hemos admirado y admiramos tanto, y que ha dado lecciones de que otro mundo es posible. Y que junto con Martí son las verdaderas columnas en las que se que se asienta la disposición revolucionaria y de firmeza del pueblo cubano, forjada a lo largo de tantos años.



ESPECIAL

ÍNTIMO, REFLEXIVO

EL FIDEL QUE CONOCÍ A pocas horas de conocerse la noticia del fallecimiento de Fidel Castro, Cubadebate publicó este artículo de Ignacio Ramonet, catedrático y periodista español que actualmente reside en Francia. Por Ignacio Ramonet

F

idel ha muerto, pero es inmortal. Pocos hombres conocieron la gloria de entrar vivos en la leyenda y en la historia. Fidel es uno de ellos. Perteneció a esa generación de insurgentes míticos –Nelson Mandela, Patrice Lumumba, Amílcar Cabral, Che Guevara, Camilo Torres, Turcios Lima, Ahmed Ben Barka– que, persiguiendo un ideal de justicia, se lanzaron, en los años 1950, a la acción política con la ambición y la esperanza de cambiar un mundo de desigualda-

des y de discriminaciones, marcado por el comienzo de la Guerra Fría entre la Unión Soviética y Estados Unidos. En aquella época, en más de la mitad del planeta, en Vietnam, en Argelia, en Guinea-Bissau, los pueblos oprimidos se sublevaban. La humanidad aún estaba entonces, en gran parte, sometida a la infamia de la colonización. Casi toda África y buena porción de Asia se encontraban todavía dominadas, avasalladas por los viejos imperios occidentales. Mientras, las naciones de América Latina, independientes en teoría

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desde hacía siglo y medio, seguían explotadas por privilegiadas minorías, sometidas a la discriminación social y étnica, y a menudo marcadas por dictaduras cruentas, amparadas por Washington. Fidel soportó la embestida de nada menos que diez presidentes estadounidenses (Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush padre, Clinton y Bush hijo). Tuvo relaciones con los principales líderes que marcaron el mundo después de la Segunda Guerra Mundial: Nehru, Nasser, Tito, Jruschov, Olaf Palme, Ben Bella, Boumedienne, Arafat,

Indira Gandhi, Salvador Allende, Brezhnev, Gorbachov, François Mitterrand, Juan Pablo II, el rey Juan Carlos, etcétera. Y conoció a algunos de los principales intelectuales y artistas de su tiempo: Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Arthur Miller, Pablo Neruda, Jorge Amado, Rafael Alberti, Guayasamín, Cartier-Bresson, José Saramago, Gabriel García Márquez, Eduardo Galeano, Noam Chomsky, etcétera. Bajo su dirección, su pequeño país (100.000 km2, 11 millones de habitantes) pudo conducir una política de gran potencia a escala


mundial, incluso pulseando con Estados Unidos, cuyos dirigentes no consiguieron derribarlo, ni eliminarlo ni siquiera modificar el rumbo de la Revolución cubana. Y finalmente, en diciembre de 2014, tuvieron que admitir el fracaso de sus políticas anticubanas, su derrota diplomática e iniciar un proceso de normalización que implicaba el respeto del sistema político cubano. En octubre de 1962, la tercera guerra mundial estuvo a punto de estallar a causa de la actitud del gobierno de Estados Unidos que protestaba contra la instalación de misiles nucleares soviéticos en Cuba. Su función era, sobre todo, impedir otro desembarco militar como el de Playa Girón (Bahía de Cochinos) u otro directamente realizado por las fuerzas armadas estadounidenses para derrocar a la revolución cubana. Desde hace más de 50 años, Washington (a pesar del restablecimiento de relaciones diplomáticas) le impone a Cuba un devastador embargo comercial – reforzado en los años 1990 por las leyes Helms-Burton y Torricelli– que obstaculiza su desarrollo económico normal con consecuencias trágicas para sus habitantes. Washington sigue conduciendo además una guerra ideológica y mediática permanente contra La Habana a través de las potentes Radio Martí y TV Martí, instaladas en La Florida para inundar a Cuba de propaganda como en los peores tiempos de la Guerra Fría. Por otra parte, varias organizaciones terroristas –Alpha 66 y Omega 7– hostiles al régimen cubano tienen su sede en La Florida, donde poseen campos de entrenamiento, y desde donde enviaron regularmente, con la complicidad pasiva de las autoridades estadounidenses, comandos armados para cometer atentados. Cuba es uno de los países que más víctimas ha tenido (unos 3.500 muertos) y que más ha sufrido del terrorismo en los últimos 60 años. Ante tanto y tan permanente ataque, las autoridades cubanas han preconizado, en el ámbito interior, la unión a ultranza. Y han aplicado a su manera el viejo

lema de San Ignacio de Loyola: “En una fortaleza asediada, toda disidencia es traición.” Pero nunca hubo, hasta la muerte de Fidel, ningún culto de la personalidad. Ni retrato oficial, ni estatua, ni sello, ni moneda, ni calle, ni edificio, ni monumento con el nombre o la figura de Fidel, ni de ninguno de los líderes vivos de la Revolución. Cuba, pequeño país apegado a su soberanía, obtuvo bajo la dirección de Fidel Castro, a pesar del hostigamiento exterior permanente, resultados excepcionales en materia de desarrollo humano: abolición del racismo, emancipación de la mujer, erradicación del analfabetismo, reducción drástica de la mortalidad infantil, elevación del nivel cultural general. En cuestión de educación, de salud, de investigación médica y de deporte, Cuba ha obtenido niveles que la sitúan en el grupo de naciones más eficientes. Su diplomacia sigue siendo una de las más activas del mundo. La Habana, en los años 1960 y 1970, apoyó el combate de las guerrillas en muchos países de América Central (El Salvador, Guatemala, Nicaragua) y del Sur (Colombia, Venezuela, Bolivia, Argentina). Las fuerzas armadas cubanas han participado en campañas militares de gran envergadura, en particular en las guerras de Etiopía y de Angola. Su intervención en este último país se tradujo por la derrota de las divisiones de elite de la República de África del Sur, lo cual aceleró de manera indiscutible la caída del régimen racista del apartheid. La Revolución cubana, de la cual Fidel Castro era el inspirador, el teórico y el líder, sigue siendo hoy, gracias a sus éxitos y a pesar de sus carencias, una referencia importante para millones de desheredados del planeta. Aquí o allá, en América latina y en otras partes del mundo, mujeres y hombres protestan, luchan y a veces mueren para intentar establecer regímenes inspirados por el modelo cubano. La caída del muro de Berlín en 1989, la desaparición de la Unión soviética en 1991 y el fracaso histórico del socialismo de Estado 2 de diciembre de 2016 / 789 Caras&Caretas 23


no modificaron el sueño de Fidel Castro de instaurar en Cuba una sociedad de nuevo tipo, más justa, más sana, mejor educada, sin privatizaciones ni discriminaciones de ningún tipo, y con una cultura global total. Hasta la víspera de su fallecimiento a los 90 años, seguía movilizado en defensa de la ecología y del medioambiente, y contra la globalización neoliberal; seguía en la trinchera, en primera línea, conduciendo la batalla por las ideas en las que creía y a las cuales nada ni nadie le hizo renunciar. En el panteón mundial consagrado a aquellos que con más empeño lucharon por la justicia social y que más solidaridad derrocharon en favor de los oprimidos de la Tierra, Fidel Castro –les guste o no a sus detractores– tiene un lugar reservado. Lo conocí en 1975 y conversé con él en múltiples ocasiones, en circunstancias siempre muy profesionales y muy precisas, en ocasión de reportajes en la isla o durante la participación en algún congreso o evento. Cuando decidimos hacer el libro Fidel Castro. Biografía a dos voces (o Cien horas con Fidel), me invitó a acompañarlo durante días en diversos recorridos. Tanto por Cuba (Santiago, Holguín, La Habana) como por el extranjero (Ecuador). En coche, en avión, caminando, almorzando o cenando, conversamos largo. Sin grabadora. De todos los temas posibles, de las noticias del día, de sus experiencias pasadas y de sus preocupaciones presentes. Que yo reconstruía luego, de memoria, en mis cuadernos. Luego, durante tres años, nos vimos muy frecuentemente,

al menos varios días, una vez por trimestre. Descubrí así un Fidel íntimo. Casi tímido. Muy educado. Escuchando con atención a cada interlocutor. Siempre atento a los demás, y en particular a sus colaboradores. Nunca le oí una palabra más alta que la otra. Nunca una orden. Con modales y gestos de una cortesía de antaño. Todo un caballero. Con un alto sentido del pundonor. Que vive, por lo que pude apreciar, de manera espartana. Mobiliario austero, comida sana y frugal. Modo de vida de monje-soldado. Su jornada de trabajo solía terminar a las seis o las siete de la madrugada, cuando despuntaba el día. Más de una vez interrumpió nuestra conversación a las dos o las tres de la madrugada porque aún debía participar en unas “reuniones importantes”. Dormía sólo cuatro horas; de vez en cuando, una o dos horas en cualquier momento del día. Pero era también un gran madrugador. E incansable. Viajes,

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desplazamientos, reuniones, se encadenaban sin tregua. A un ritmo insólito. Sus asistentes – todos jóvenes y brillantes de unos 30 años– estaban, al final del día, exhaustos. Se dormían de pie. Agotados. Incapaces de seguir el ritmo de ese infatigable gigante. Fidel reclamaba notas, informes, cables, noticias, estadísticas, resúmenes de emisiones de televisión o de radio, llamadas telefónicas. No paraba de pensar, de cavilar. Siempre alerta, siempre en acción, siempre a la cabeza de un pequeño Estado mayor –el que constituían sus asistentes y ayudantes–, librando una batalla nueva. Siempre con ideas. Pensando lo impensable. Imaginando lo inimaginable. Con un atrevimiento mental espectacular. Una vez definido un proyecto, ningún obstáculo lo detenía. Su realización iba de sí. “La intendencia seguirá”, decía Napoleón. Fidel igual. Su entusiasmo arrastraba la adhesión. Levantaba las voluntades. Como un fenómeno casi de magia, se veían las ideas

materializarse, hacerse hechos palpables, cosas, acontecimientos. Su capacidad retórica, tantas veces descrita, era prodigiosa. Fenomenal. No hablo de sus discursos públicos, bien conocidos, sino de una simple conversación de sobremesa. Fidel era un torrente de palabras. Una avalancha que acompañaba la prodigiosa gestualidad de sus finas manos. La gustaba la precisión, la exactitud, la puntualidad. Con él, nada de aproximaciones. Una memoria portentosa, de una precisión insólita. Apabullante. Tan rica que hasta parecía a veces impedirle pensar de manera sintética. Su pensamiento era arborescente. Todo se encadenaba. Todo tenía que ver con todo. Digresiones constantes. Paréntesis permanentes. El desarrollo de un tema le conducía, por asociación, por recuerdo de tal detalle, de tal situación o de tal personaje, a evocar un tema paralelo, y otro, y otro, y otro, alejándose así del tema central, a tal punto que el interlocutor temía, un instante, que hubiese perdido el hilo. Pero desandaba luego lo andado y volvía a retomar, con sorprendente soltura, la idea principal. En ningún momento, a lo largo de más de cien horas de conversaciones, Fidel puso un límite cualquiera a las cuestiones a abordar. Como intelectual que era, y de un calibre considerable, no le temía al debate. Al contrario, lo requería, lo estimulaba. Siempre dispuesto a litigar con quien sea, con mucho respeto hacia el otro, con mucho cuidado. Y era un discutidor y un polemista temible, con argumentos a espuertas, a quien sólo repugnaban la mala fe y el odio.


ESPECIAL Por Atilio Boron

L

o único que se construye deLa desaparición física de Fidel hace que el corazón y el cerebro pugnen por controlar el caos de sensaciones y de ideas que desata su tránsito hacia la inmortalidad. Recuerdos que se arremolinan y se superponen, entremezclando imágenes, palabras, gestos (¡qué gestualidad la de Fidel, por favor!), entonaciones, ironías, pero sobre todo ideas, muchas ideas. Fue un martiano a carta cabal. Creía firmemente aquello que decía el Apóstol: trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras. Sin duda que Fidel era un gran estratega militar, comprobado no sólo en la Sierra Maestra sino en su cuidadosa planificación de la gran batalla de Cuito Cuanevale, librada en Angola entre diciembre de 1987 y marzo de 1988, y que precipitó el derrumbe del régimen racista sudafricano y la frustración de los planes de Estados Unidos en África meridional. Pero además era un consumado político, un hombre con una fenomenal capacidad para leer la coyuntura, tanto interna como internacional, cosa que le permitió convertir a su querida Cuba –a nuestra Cuba en realidad– en una protagonista de primer orden en algunos de los grandes conflictos internacionales que agitaron la segunda mitad del siglo XX. Ningún otro país de la región logró algo siquiera parecido a lo que consiguiera Fidel. Cuba brindó un apoyo decisivo para la consolidación de la revolución en Argelia, derrotando al colonialismo francés en su último bastión; Cuba estuvo junto a Vietnam desde el primer momento, y su cooperación resultó ser de enorme valor para ese pueblo sometido al genocidio norteamericano; Cuba estuvo siempre junto a los palestinos y jamás dudó acerca de cuál era el lado correcto en el conflicto árabe-israelí; Cuba fue decisiva, según Nelson Mandela, para redefinir el mapa sociopolítico del sur del continente africano y acabar con el apartheid. Países como Brasil, México, Argentina, con economías, terri-

PRIMERAS IDEAS, PRIMERAS PALABRAS

FIDEL:

SU LEGADO EL PRESENTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO POR ATILIO BORON EN SU PÁGINA DE INTERNET. torios y poblaciones más grandes, jamás lograron ejercer tal gravitación en los asuntos mundiales. Pero Cuba tenía a Fidel. Martiano y también bolivariano: para Fidel la unidad de América Latina y, más aun, la de los pueblos y naciones del por entonces llamado tercer mundo, era esencial. Por eso crea la Tricontinental en enero de 1966 para apoyar y coordinar las luchas de liberación nacional en África, Asia y América Latina y el Caribe. Sabía, como pocos, que la unidad era imprescindible para contener y derrotar al imperialismo norteamericano. Que en su dispersión nuestros pueblos eran víctimas indefensas del despotismo de Estados Unidos, y que era urgente e imprescindible retomar las iniciativas propuestas por Simón Bolívar en el Congreso Anfictiónico de 1826, ya anticipadas en su célebre Carta de Jamaica de 1815. En línea con esas ideas, Fidel fue el gran estratega del proceso de creciente integración supranacional que comienza a germinar en nuestra América desde finales del siglo pasado, cuando encontró en la figura de Hugo Chávez Frías el

mariscal de campo que necesitaba para materializar sus ideas. La colaboración entre estos dos gigantes de nuestra América abrió las puertas a un inédito proceso de cambios y transformaciones que dio por tierra con el más importante proyecto económico y geopolítico que el imperio había elaborado para el hemisferio: el ALCA. Estratega militar, político, pero también intelectual. Raro caso de un jefe de Estado siempre dispuesto a escuchar y a debatir, y que jamás incurrió en la soberbia que tan a menudo obnubila el entendimiento de los líderes. Tuve la inmensa fortuna de asistir a un intenso pero respetuoso intercambio de ideas entre Fidel y Noam Chomsky acerca de la crisis de los misiles de octubre de 1962 o de la Operación Mangosta, y en ningún momento el anfitrión prestó oídos sordos a lo que decía el visitante norteamericano. Una imagen imborrable es la de Fidel participando en numerosos eventos escenificados en Cuba –los encuentros sobre la globalización organizados por la ANEC, los de la Oficina de Estudios Martianos o la Asamblea

de Clacso en octubre del 2003– y sentado en la primera fila de la platea, munido de un cuadernito y una lapicera, escuchando durante horas a los conferencistas y tomando cuidadosa nota de sus intervenciones. A veces pedía la palabra y asombraba al auditorio con una síntesis magistral de lo dicho en las cuatro horas previas, o sacando conclusiones sorprendentes que nadie había imaginado. Por eso le decía a su pueblo “no crean, lean”, fiel reflejo del respeto que sentía por la labor intelectual. Al igual que Chávez, Fidel fue un hombre cultísimo y un lector insaciable. Su pasión por la información exacta y minuciosa era inagotable. Recuerdo que en una de las reuniones preparatorias de la Asamblea de Clacso de 2003 nos dijo: “Recuerden que Dios no existe, pero está en los detalles” y nada, por insignificante que pareciera, debía ser librado al azar. En la Cumbre de la Tierra de Río (1992) advirtió ante el escepticismo o la sonrisa socarrona de sus mediocres colegas (Menem, Fujimori, Bush padre, Felipe González, etcétera) que la humanidad era “una especie en peligro” y que lo que hoy llamamos cambio climático constituía una amenaza mortal. Como un águila que vuela alto y ve lejos, advirtió veinte años antes que los demás la gravedad de un problema que hoy está en la boca de cualquiera. Fidel ha muerto, pero su legado –como el del Che y el de Chávez– vivirá para siempre. Su exhortación a la unidad, a la solidaridad, al internacionalismo antiimperialista; su reivindicación del socialismo, de Martí, su creativa apropiación del marxismo y de la tradición leninista; su advertencia de que la osadía de los pueblos que quieren crear un mundo nuevo inevitablemente será castigada por la derecha con un atroz escarmiento y que para evitar tan fatídico desenlace es imprescindible concretar sin demora las tareas fundamentales de la revolución. Todo esto, en suma, constituye un acervo esencial para el futuro de las luchas emancipatorias de nuestros pueblos.

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COLUMNA

Por Eduardo Platero

A

los 96 años se nos fue Marcos Ana. Fernando Macarro Castillo para los papeles; Marcos como su padre muerto en un bombardeo franquista, y Ana como su madre, que falleció esperando el cumplimiento de la larga condena que había recaído sobre su hijo. Marcos Ana, como eligió y como lo conocimos en los inicios de la década del 60, cuando, tras 23 fértiles años en la cárcel, salió para enriquecer al mundo con su ejemplo y sus versos. Fue entonces que visitó nuestro país para ennoblecer la vida de todos quienes pudimos verlo, escuchar sus versos y aprender de su ejemplo de dignidad humana. Aún recuerdo la carátula de su librillo de versos compuestos en la prisión. Una mano, abierta, que tal vez tuvo dueño conocido. Pero no importaba y no importa. Era un mensaje de hermandad, un grito de libertad, un recordatorio de que siempre, sean cuales fueren las circunstancias, nada ni nadie te puede quitar la dignidad si te respetas. Vidas como la suya dejan huella y ejemplo. Su muerte me recordó al joven que fui en esos años y al compromiso de vida que

PICOTEO fui asumiendo y al que creo que me he mantenido fiel. También, a escala más próxima, quiero anunciarles que se publicó un libro que recoge cartas de un héroe de la patria. Los hermanos Alsina, con una modestia que los lleva a registrarlo como hecho por “autores anónimos”, publicaron: El Negro Félix Ortiz, desaparecido y asesinado por la dictadura en el 81. Mi camarada, mi amigo, mi hermano, caído como secretario departamental de Montevideo en tareas de recoger y reorganizar los restos dispersos de la dirección del Partido luego del mazazo que recibiera la que encabezaba José la Bruja Paccella cuando el plebiscito del “No”. El libro constituye un justísimo homenaje a quienes condujeron la resistencia en el país y es un vivísimo fresco de cómo personas de pueblo, sin ninguna vocación heroica, aceptaron y cumplieron las tareas que la hora demandaba.

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Habiendo integrado la dirección del Partido Comunista en años en que debí proponerlo, nunca propuse que homenajeásemos a las sucesivas direcciones locales que el Partido tuvo durante toda la resistencia. En la ortodoxia de que había un solo centro de dirección y era el electo por el último congreso, no reparé en la injusticia que entrañaba no reconocer y agradecer el heroísmo de quienes condujeron doce largos años de lucha clandestina. Me disculpo por ello ante mis camaradas y le agradezco a todos quienes lucharon por derrotar a la dictadura. Resulta fácil destacar el heroísmo de quien, con un arma en la mano, enfrentó al enemigo para terminar cayendo en el combate. Resulta difícil, en cambio, narrar una epopeya con cientos y miles de participantes que con el mismo valor y la misma resolución entregaron su vida al trabajo oculto y

oscuro de organizar la resistencia y luchar por un futuro. No sé si ese fue el propósito de los autores, pero a mí, que participé de una forma hasta que me apresaron y de otra, manteniendo la dignidad como tal, para volver a luchar cuando recobré la libertad, me hizo llegar, vivo y palpitante, el combate diario en los subterráneos de la libertad. Ni siquiera puedo indicar dónde es posible adquirir el libro porque los autores lo venden en mano en los sindicatos y locales partidarios, lo cual es un exceso de modestia que conspira contra el propósito de recordarnos que nuestra patria tuvo y tiene héroes. No únicamente los de bronce que nos miran impasibles desde los monumentos, también aquellos que dedicaron y dedican su vida a luchar por un mundo mejor. Bueno, pasando a otro tema, en este picoteo en el que me metí esta mañana de sábado de fines de noviembre, resulta que ahora somos un país con terremotos. Con ciclones, trombas marinas, fallas geológicas y terremotos. ¿Dónde está el país donde nada de esto pasaba? Al parecer es el tercer terremoto que me pierdo: uno cuando estaba preso, que algunos notaron, pero no yo. Otro que quisieron atribuir a las obras por la regasificadora y ahora este en Sauce. ¡En Sauce! Donde viví más de diez años y todavía sigo vinculado. Resulta que ahora tiene fósiles que revolucionarían nuestro pasado en el arroyo Matasiete y terremotos con epicentro allí. No digo nada respecto de los ciclones porque empecé la escuela en la querida escuelita Nº 60 de Mal Abrigo y allí, entonces, teníamos por lo menos un ciclón por año,


pero esto de los terremotos me desacomoda. Recuerdo cuando hubo uno terrible en Ecuador, el terremoto de Ambato, y desde la Escuela Nº 5 de Sarandí del Yi salíamos en brigadas para recolectar ayuda para los damnificados de Ambato. Uno lo hacía desde la seguridad de que aquí “esas cosas no pasaban”. Y resulta que ahora pasan. Ya no se puede confiar en la estabilidad de las cosas. Hillary iba a ganar con la fusta bajo el brazo y Trump la derrotó. Los perdidosos podrán pedir recuentos y formular declaraciones, pero nuestro nuevo patrón será Donald Trump y la globalización resulta que no le sirve a quienes la inventaron. Eso sí, podemos estar seguros de que el fútbol es una preocupación nacional de primer orden y, por tanto, el sistema político reaccionó ante el peligro de que la tribuna Olímpica quedara vacía en el clásico. Luego de una serie de reuniones, declaraciones, preocupaciones y opiniones de toda laya,

hubo una salomónica solución. Alrededor de 7.000 entradas para cada uno, un pulmón separador y la Policía dentro del Estadio, pero no en la tribuna si no pasa nada. Como escribo antes para que se publique después, manifestó mi esperanza de que nada pase. ¡Y que ganen los míos! Así como también expreso mis buenos deseos respecto del “congreso ideológico”, que terminó por no ser “ideológico” porque no podemos uniformizar lo que no es uniforme. Del mismo modo que no puedo entender cómo fue tan difícil entenderse entre autoridades del fútbol, de los cuadros, de la Policía y el ministerio. Todos hablamos español, ¿no? El idioma tiene el “sí” para afirmar y el “no” para negar. No me explico en qué jerigonza indescifrable discutían sin poder entenderse. Pero, bueno, se entendieron y entre 14.000 y 15.000 personas podrán ver el clásico desde la Olímpica y salir por mitades

alegres o tristes, o todos frustrados con un empate. Creo que este asunto será preocupación de pocos años: pronto nos apasionará más un Barcelona-Real Madrid y lo local pasará a importar únicamente como marco de referencia, como ancla social. Me siento solo, la sociedad no me comprende, pero sí me siento del cuadro de mis amores. Compro su camiseta, quemo las banderas del rival y me trenzo por esos colores. Como los verdes y los azules en Bizancio. A algo hay que “pertenecer”. Quiero terminar con una imagen futbolística para ver si logro llegarle a los míos en el Frente: compañeros, están en donde están para marcar y pelear la pelota, y no para hacer la plancha. Nos pegan con tres alpargatas, la seguridad y la educación, temas en los cuales no tenemos respuesta... y la corrupción. Cuestión en la cual alcanza con que para los opositores un tema “tenga apariencia de delito” para

que se arme el circo. Pedido de investigadora y ya empiezan a pegarnos; votación del informe de la preinvestigadora y siguen los alpargatazos. Y luego, haya o no investigación, la cosa termina en la Justicia, a sabiendas de que su lentitud les dará tiempo. ¡Mucho tiempo! Con escándalos mediáticos de ellos y compañeros que pierden el enamoramiento. Pregunto: ¿no sabemos pegar? De lo único de lo que nos prendimos, suavemente, es de si el Dr. Javier García era o no pediatra, sin tener en cuenta que el herrerismo y Bordaberry no votaron la Ley de Transparencia Financiera. ¿Es o no importante y definitoria la ley? Si no sirve para nada, no sé para que la votamos. Y si es un arma contra el dinero y los manejos financieros sucios, ¡marquemos la cancha! Creo que no los pusimos en cargos de gobierno para que hagan la plancha o se quejen cuando les apedrean a un candidato o candidata in pectore.

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INTERNACIONALES

PRIMEROS EFECTOS DE LA ERA TRUMP

CHINA, CUBA Y NOMBRAMIENTOS A pesar de que se insiste en que Trump se moderará o será contenido, las señales son contundentes. Salvo en la relación con China, en la que se impone la realidad, el mandatario electo prosigue con su agenda programática ultraconservadora. Es lo que prometió y ahora lo vemos en la realidad.

Por Carlos Luppi

C

ontrariando a Saint-Exupéry, debe decirse que lo esencial es casi siempre perfectamente visible a los ojos. En el filme Dr. Insólito

(Dr. Strangelove, 1964), acaso la obra maestra de Stanley Kubrick, el poder real en un escenario de virtual guerra mundial reside en un científico proveniente de Alemania, devenido eminencia gris del Pentágono, que tiene como tic

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cada vez más incontrolable efectuar el saludo nazi cada vez que las emociones lo dominan o tiene una verdad que revelar. Es un nazi y ese saludo será su gesto final. Sigue habiendo una multitud de pensadores, algunos prestigio-

sos, que insisten en ver en Donald Trump lo contrario a lo que él permanentemente ha dicho y dice que es. No han faltado los que en su esfuerzo llegan casi a verlo como el líder que ayudará a estas regiones a liberarse del neolibera-


“se hubiera sentido más cómodo lismo, nombre que hemos dado a lo que en realidad es dirigismo de con otro candidato republicano”. Posteriormente, el “Dr. K” derecha. expresó públicamente su apoyo La realidad se nos impondrá, a Hillary Clinton. como afirmaron Aristóteles, Marx El megamillonario vino por y Perón. Primero, las buenas noticias. El apoyo en su peor momento, pero salió sin él. En la segunda reujueves 17, Donald Trump recibió nión todo fue distinto, empezando por segunda vez a Henry Kissinpor el hecho de que fue Kissinger, esta vez en la Trump Tower, ger quien visitó a Trump en sus en su condición de presidente electo, para hablar sobre las futu- dominios. El equipo de transición inras relaciones de Estados Unidos formó que “el presidente eleccon Rusia, China, Irán y la Unión to Trump y el Dr. Kissinger se Europea. conocen desde hace muchos años El 18 de mayo pasado, en muy y tuvieron un gran encuentro”, distintas circunstancias, el exseagregando que “discutieron sobre cretario de Estado y exasesor de China, Rusia, Irán, la Unión EuSeguridad Nacional de Richard ropea y otros asuntos y eventos de Nixon y Gerald Ford, brillante académico y principal geoestrate- todo el mundo”. Conociendo sus preocupacioga del Partido Republicano, de 93 nes, es muy probable que Kissinaños de edad (recordado por su impulso a la Guerra de Vietnam y ger se haya centrado en cambiar la postura anti-China, explicando el Plan Cóndor), fue visitado por el entonces candidato presidencial que el mundo funciona actualmente sobre la alianza económica en un complejo de apartamentos de las dos superpotencias, y que la inteligentes en Manhattan, seguramente para pedir su apoyo, aun- oriental es la principal tenedora que no hubo comentarios oficiales de deuda pública estadounidense (que asciende a US$ 17 billones) al respecto. y el primer comprador de sus El autor de obras capitales como su tesis doctoral en Harvard, bonos del Tesoro. No es difícil que Trump haya sentido el llamado de titulada Un mundo restaurado: la realidad, por muy desagradable Metternich, Castlereagh y los que esta resulte para sus promesas problemas de la paz 1812-1822 (1952), Diplomacia (1994), Sobre preelectorales. No podrá reclamarle a China ni por dumping, China (2011) y Orden Mundial ni por los derechos humanos, ni (2016), fue quien implementó el por la propiedad intelectual ni por acuerdo con China y los tratados ninguna de las causas que abrazó de desarme con la Unión Soviéticuando creó su lema de “Hacer a ca, y es el reconocido creador de América grande otra vez”. la doctrina de la Realpolitik, es Eso es bueno para el mundo y decir, un pragmático capaz de dar los mayores saltos en el vacío con malo (relativamente) para América Latina, porque si Trump cede tal de mantener la preeminencia en algún punto importante de sus mundial de EEUU, su patria de promesas, seguramente intentaadopción. Su firma consultora, Kissinger & Associates, representa rá compensarlo con otros, y ahí en la Unión los intereses de China apareció Cuba. Popular (adonde ha viajado más de 50 veces y es recibido con hoFidel Castro: nores de jefe de Estado) y asesoró “Dictador brutal” en varias ocasiones a Vladimir Pu- Conocida la muerte del líder de tin, así como lo hizo en el pasado la Revolución Cubana, Trump con los generales Augusto Pinoescribió en su cuenta de Twitter la chet y Jorge Rafael Videla. frase “¡Fidel Castro está muerto!” Meses antes de la elección, (“Fidel Castro is dead!”) a las declaró a Fox que pediría a 10.08 del sábado 26. Trump que abandonara su idea La circunstancia lo encontró de prohibir el ingreso de los mu- en su hotel Mar-a-Lago, ubicado sulmanes a EEUU y afirmó que en Palm Beach, Florida, donde

pasaba las vacaciones de Acción de Gracias. El domingo 27 dio a conocer un nuevo comunicado en el que expresó: “El día de hoy, el mundo registra la desaparición de un dictador brutal que oprimió a su propio pueblo durante casi seis décadas. El legado de Fidel Castro es de fusilamientos, robo, sufrimiento inimaginable, pobreza y la negación de los derechos humanos fundamentales. Si bien Cuba sigue siendo una isla totalitaria, espero que el día de hoy marque un alejamiento de los horrores soportados por demasiado tiempo hacia un futuro en el cual el maravilloso pueblo cubano finalmente viva en la libertad que tanto merece. Aunque no se pueden borrar las tragedias, las muertes y el dolor causados por Fidel Castro, nuestro gobierno hará todo lo posible para asegurar que el pueblo cubano pueda finalmente iniciar su camino hacia la prosperidad y la libertad. Me uno a los numerosos cubanoamericanos que me respaldaron tan admirablemente durante la campaña presidencial, incluyendo a la Asociación de Veteranos de la Brigada 2506 [la que protagonizó la invasión de la Bahía de Cochinos en 1961, N. de R.], que me brindó su apoyo con la esperanza de que un día no lejano podamos ver una Cuba libre”. El vicepresidente electo Mike Pence publicó el siguiente mensaje: “El tirano Castro ha muerto. Amanece una nueva esperanza. Estaremos del lado de la gente oprimida en Cuba para que haya una Cuba libre y democrática ¡Viva Cuba libre!”. De esta forma termina el esfuerzo de acercamiento que inició con gran éxito en 2014 Barack Obama (junto con Raúl Castro), el primer presidente norteamericano en visitar la isla en 88 años, sumado al hecho que la delegación de EEUU votara contra el embargo a Cuba en Naciones Unidas por primera vez. El comunicado oficial de la Casa Blanca expresa la diferencia de ambas políticas: “En esta hora

del deceso de Fidel Castro, extendemos una mano de amistad al pueblo cubano. Sabemos que este momento colma a los cubanos –en Cuba y en Estados Unidos– de fuertes emociones, al recordar las innumerables formas en que Fidel Castro alteró el curso de vidas individuales, familias y de la nación cubana. La historia registrará y juzgará el enorme impacto de esta singular figura en las personas y el mundo que le rodearon. Durante casi seis décadas, la relación entre Estados Unidos y Cuba estuvo marcada por la discordia y profundos desacuerdos políticos. Durante mi presidencia, hemos trabajado duro para dejar atrás el pasado, en pos de un futuro en el que la relación entre nuestros dos países se defina no por nuestras diferencias, sino por las muchas cosas que compartimos como vecinos y amigos: los vínculos familiares, la cultura, el comercio y una común humanidad. Este compromiso incluye las contribuciones de los cubanoamericanos, que han hecho tanto por nuestro país y que se preocupan profundamente por sus seres queridos en Cuba. Hoy, ofrecemos nuestras condolencias a la familia de Fidel Castro, y nuestros pensamientos y oraciones están con el pueblo cubano. En los días venideros, ellos recordarán el pasado y también mirarán hacia el futuro. Mientras lo hacen, el pueblo de Cuba debe saber que tiene un amigo y un socio en Estados Unidos de América”. Es imposible no leer en el comunicado de Trump el giro radical en la política hacia la isla que tendrá la superpotencia bajo la nueva presidencia. Es previsible que, además de fortalecer el embargo, se trabe el envío de las remesas, se vuelvan a prohibir los vuelos comerciales y se impidan las relaciones empresariales entre EEUU y Cuba. Trump alguna vez fantaseó con construir sus lujosos hoteles en la isla, pero la adhesión del poderoso lobby anticastrista, que maldijo al presidente Obama y a la candidata demócrata Hillary Clinton, siendo decisivo en la elección del 8 de

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noviembre, cambió radicalmente su posición. El lunes 28, Trump confirmó que serán revocadas todas las medidas de acercamiento de Obama “a menos que el régimen de los Castro restaure las libertades, los derechos humanos y proceda a la apertura de la economía”. Dada la ferocidad del lobby anticastrista, que manifestó en Miami su alegría por el fallecimiento de Fidel, hay observadores que no descartan medidas directas.

Asesores principales El 13 de noviembre, Trump dio a conocer sus primeras designaciones, que recayeron en Steve Bannon, su jefe de campaña y exeditor de la publicación web ultraconservadora Breitbart News, como principal estratega y asesor de la Presidencia, y a Reince Priebus, presidente del Comité Nacional Republicano, como jefe de Gabinete (cargo equivalente casi al de primer ministro) de la Casa Blanca. Mientras que el segundo es un hombre del establishment que se mantuvo fiel a Trump cuando todos lo abandonaban, el primero es cercano a los círculos más extremistas de la derecha norteamericana, denominada alt right, cercana al antisemitismo y al supremacismo blanco. Se cita como ejemplo que un artículo reciente de Breitbart News llamó “judío renegado” al respetado intelectual neoconservador William Kristol, director de la revista Weekly Standard y contrario a Trump. Bannon (63 años) fue llamado alguna vez el “Leni Riefenstahl del Tea Party”, aludiendo a la directora de Olympia y El triunfo de la voluntad, los máximos filmes de propaganda del nazismo.

Priebus, de 44 años, es un político de carrera con buenos contactos en el Congreso y será el nexo con las mayorías legislativas republicanas. Es cercano al ultraconservador presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan. Se ha querido ver en ellos a las dos caras del “trumpismo”, un hombre del establishment y otro proveniente de la emergencia populista de ultraderecha. El 19 de noviembre Trump designó a tres ultraconservadores como procurador general, director de la CIA y consejero de Seguridad Nacional, cargos de primer nivel, en las personas de Jeff Sessions, Michael Mike Pompeo y el general Michael Mike Flynn. Los tres están ubicados en el ala más radical del pensamiento conservador y han sido leales a Trump en sus días de soledad. El nuevo mandatario se mostró partidario de expulsar inmigrantes, restaurar la prisión de Guantánamo, defendió la tortura por “submarino” (que Barack Obama prohibió por decreto), declaró que prohibiría la entrada de musulmanes a EEUU y acusó al Partido Demócrata de crear el grupo terrorista ISIS. La tendencia a rodearse de íntimos –propia de su naturaleza empresarial– también se ve en el hecho de que su equipo de transición está integrado por sus tres hijos mayores y el esposo de su hija Ivanka, Jared Kushner. Jeff Sessions, el hombre que administrará la Justicia, fue 20 años senador por el racista estado de Alabama. Se lo considera el senador más contrario a la inmigración de la cámara alta, se opuso radicalmente a la reforma

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migratoria de Obama y ha tenido desplantes racistas. Hace 30 años le fue negada la ratificación como jefe federal, nombrado por Ronald Reagan, debido a sus comentarios y posturas racistas. En el Senado se refirió más de una vez a organizaciones de derechos civiles afroamericanas como cercanas al comunismo y antinorteamericanas. Será el encargado de hacer cumplir la ley y velar por los derechos civiles. Abogó contra los derechos de los homosexuales, contra las garantías para el aborto y a favor de la tortura y la pena de muerte. En una cruel ironía, sustituirá a Loretta Lynch, la procuradora general actual, que es negra, defensora de los derechos civiles y militante de todas las causas en tal sentido. El general Michael Flynn, exdirector de la Agencia de Inteligencia de Defensa, fue cesado por Obama en 2014. Es conocido por su aparente simpatía por la Federación Rusa de Vladimir Putin y su “islamofobia”. Su principal obsesión es el terrorismo islámico y se ha referido a la fe musulmana como “un cáncer”. Fue impugnado por organizaciones como Human Rights Watch y otras que lo señalan como partidario de la tortura. Será el consejero de Seguridad Nacional de Trump, cargo que han ocupado personalidades como Henry Kissinger, Zbigniew Brzezinski, John Poindexter y Colin Powell. El futuro director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Michael Pompeo, representante por Kansas y exoficial del Ejército, es un firme opositor al acuerdo nuclear con Irán y fue un crítico implacable de Hillary Clinton como secretaria de Estado. De-

fiende los programas de espionaje masivo en lo doméstico y en el exterior, la cárcel de Guantánamo y la tortura. Los nombramientos han sido celebrados por figuras como el líder supremacista blanco David Duke, exgran dragón del Ku Klux Klan, que tiene prevista una marcha en homenaje a Trump. Mientras tanto, siguen las reuniones para designar el resto del gabinete. Trump elegirá entre el excandidato Mitt Romney y el exalcalde Rudolph Giuliani a su secretario de Estado, y entre un banquero de JP Morgan y uno de Goldman Sachs al secretario del Tesoro. Barack Obama –que mantuvo una desesperanzadora reunión con Trump en la Casa Blanca, que no concluyó en almuerzo, como estaba previsto– desarrolló una última gira como presidente por Europa. Estuvo en Grecia y en Alemania –las dos puntas de la crisis del Viejo Continente– y participó de la reunión de APEC (el Foro Asia Pacífico más importante, en el que también estuvo Xi Jinping) en Perú; habló a los jóvenes a favor de la inmigración y la apertura y entregó sus últimas medallas de la Libertad, la condecoración civil más importante de EEUU, creada por John F. Kennedy en 1963. Ellas fueron para gente como Bill Gates, Michael Jordan, Tom Hanks, Robert Redford, Ellen DeGeneres, Bruce Springsteen, Kareem Abdul Jabbar, Diana Ross y Robert De Niro. Extrañaremos a Barack Obama, el primer presidente negro de Estados Unidos, que venció la Gran Recesión y restableció relaciones con Cuba, aunque seguramente su apellido siga resonando en la política norteamericana.



COLUMNA

Por Rafael Bayce

anal 10, El Observador, El País, Montecarlo, Montevideo Portal y Teledoce comenzarán a ofrecer una forma nueva de pautar publicidad, similar a la que se ofrece desde 2015 en Argentina a partir de un pool comunicacional compuesto por Grupo Clarín, La Nación, Infobae, Perfil y Telefé. El sistema, llamado “compra programática”, toma como base la forma digital de publicidad utilizada por grandes plataformas internacionales como Google y Facebook. Importa explicar al menos tres cosas al respecto: cuál es la novedad del mecanismo y cuáles las dificultades técnicas que tienen los procedimientos de detección de segmentos de mercado para que haya ventajas de eficacia y de eficiencia en la inversión publicitaria; y, por último, qué implican desde el ángulo de la concentración de la comercialización y desde una visible concentración de la difusión ideológica.

C

Una moda imparable La compra programática, en Estados Unidos, supuso el 49 por ciento de la publicidad en 2014, el 59 en 2015, el 67 en 2016 y ya se prevé que alcance el 72 por ciento en 2017. Es un fenómeno imparable, ahora difundido en Argentina y despuntando en Uruguay. ¿Cuál es la diferencia entre esta nueva modalidad y la pauta publicitaria clásica y aún vigente? En la actual y clásica, se pauta en medios y en espacios específicos que se juzga que provocarán un impacto deseado en la poblaciónobjetivo (target). En la nueva, se elige el tipo de población-objetivo a cuya demanda probable se le oferta, y se invierte en aquellos

Esa tan fascinante y dudosa concentración publicitaria medios y espacios que son atendidos por esas poblaciones, lo que también permite que los medios puedan vender sus espacios a más de un anunciante. Un empresario de un bien o un servicio a publicitar, por ejemplo, para aumentar la probabilidad de su venta puede optar por que su anuncio llegue fundamentalmente a las amas de casa de clase media; entonces, su inversión se hará en aquellos medios y espacios que sean vistos por amas de

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casa de clase media, o bien en aquellos medios y espacios en que una alta proporción de las amas de casa de clase media consumen. Ello permitiría, teóricamente, la posibilidad de aumentar la eficacia de la inversión publicitaria, ya que se maximizaría la llegada de la publicidad a las poblaciones de mayor potencialidad de compra de los bienes o servicios ofrecidos. En este sistema, se intenta satisfacer a los segmentos de mercado específicos con una oferta que

coincidiría más con su demanda que otros segmentos. Y a una mayor eficacia de llegada específica se le agregaría, por consiguiente, una mayor eficiencia de la inversión publicitaria, ya que se ofrecería más directamente a la gente más interesada y se evitaría la indiferencia de muchos espectadores a bienes y servicios sobre los que no tiene particular interés. Ello no quita que haya también publicidad menos focalizada, porque es posible vender en segmentos no


tan predispuestos aparentemente a comprar eso, o bien porque el segmento interesado haya sido insuficientemente detectado. La mayor eficacia y eficiencia de la inversión publicitaria descansa en una exactitud de conocimientos que sin embargo parecen muy difíciles de afirmar con un mínimo de seguridad. En efecto, hay medios y espacios cuyo rating es muy difícil de estimar. Hay también medios escritos, orales, audiovisuales y redes sociales de diverso soporte que son muy difíciles de estudiar mediante los diversos procedimientos ideados para ello, todos imperfectos y aptos más para unos que para otros medios. A esta evidente incertidumbre sobre el rating real de cada medio escrito, oral, audiovisual o digital, internético, se suma la todavía mayor dificultad de determinar, dentro de cada rating de audiencia, qué segmentos del mercado, qué clase de personas según edad, sexo, ocupación y residencia, componen establemente ese segmento de audiencia. Una última dificultad básica es la de cómo establecer qué segmento de mercado y en qué medios y espacios estaría atraído por esa oferta de bienes o servicios satisfactores de su demanda. Estos tipos de datos son de muy difícil obtención con la significación y la seguridad necesarias en el estado actual de las ciencias sociales. Por lo tanto, manifestamos públicamente nuestra infinita curiosidad por conocer los métodos aplicados para obtenerlos con la seguridad, significación y errores minimizados que se requieren. Porque el solo perfil de consumidor construido a partir de consumos en internet, de compras en la red y de consumo de programas y páginas parece insuficiente y poco confiable como para pautar publicidad de esa nueva manera. No parece que piensen igual los empresarios norteamericanos y argentinos, lo que evidencia que no tienen conocimientos de ciencias sociales y humanas, de epistemología, metodología y estadística como para apreciar la fragilidad de las estimaciones de rating, seg-

mentos de mercado y la relación de estos con los bienes y servicios a ofrecer. Pero hay, además, otras implicaciones sociopolítica y económicamente más graves que esa duda, más allá de la moda que invita a adherir al sistema y depositar confianza en él.

Medios de concentración comercial Sea cual fuere la supuesta cientificidad de la innovación publicitaria estadounidense, el mecanismo promueve una concentración de la pauta publicitaria por al menos dos razones acumuladas. Uno: Porque el hallazgo de los espacios en los medios que se ajustarían a los perfiles del segmento de consumo buscado tiene en cuenta el rating del espacio y del medio, y no sólo la precisión del hallazgo del perfil buscado. Si un espacio en un medio es visto por el perfil requerido, pero ambos no disfrutan del rating que los convertiría en un espacio al que conviene apostarle para llegarle al segmento requerido, ese espacio en ese medio no estará entre los pautables, porque podrá tener el perfil adecuado pero sólo una ínfima porción de ese segmento focal ideal. De ese modo, los espacios más marginales de los medios menos vistos quedarán fuera de la lista de aquellos adecuados por el perfil. Ese nuevo estilo de pautar llevará a una marginación aumentada de los espacios y medios menores porque, pese a que el sondeo de rating no es científicamente bueno, definirá la suerte de los menos vistos de un modo más radical aun que por el solo ordenamiento según el rating. A esta faceta de la concentración se le llama eufemísticamente “la importancia del contexto”, léase la importancia del rating para la definición de los espacios y medios pautables para determinado segmento de demanda por determinados bienes o servicios. Dos: Porque en la pelea de la subasta para pautar en espacios y medios disputados, la capacidad de oferta discriminará quiénes sobreviven en la puja. Los que tienen más podrán ofertar más, dejando fuera de la subasta a mu-

Mala decisión Mi especialización en temas de seguridad en el deporte me obliga a dedicar un par de párrafos a la vergonzosa suspensión del clásico Peñarol-Nacional, debida a la absoluta incapacidad del operativo de seguridad tan cacareado para frenar a los pocos barrabravas e hinchas que cometieron diversas infracciones acumuladas. Fue un round de neto triunfo y dominio de los “pocos desubicados y antisociales” sobre las medidas tomadas por la seguridad pública y por las seguridades privadas. Veremos cómo es el trámite de los rounds que vendrán. En principio, la decisión de suspender el partido es una muestra clara de incapacidad para proveer orden y seguridad. Porque justamente lo que las fuerzas públicas del orden y la seguridad deben hacer es asegurar que la sociedad civil pueda vivir su cotidiano y sus rituales con seguridad y orden. Si la solución que las fuerzas de seguridad plantean es la suspensión de todos los eventos y actividades que no consiguen ordenar, estamos fritos, porque no sirven para lo que están mandatadas. Esos son los espectáculos y eventos que hay que mantener dentro del orden y la seguridad: para evitar fugas de las casas de salud, supervisar las misas de mañanita en los conventos y cuidar de las disputas por Barbies y ositos de peluche en guarderías no se necesita fuerza pública. Se necesita para eventos como los clásicos de fútbol, como se llevan a cabo en países con barrabravas mucho más variados y numerosos. La suspensión es una muestra de incapacidad, una derrota de los operativos, de sus planificadores y de sus ejecutores, y un claro triunfo de aquellos que supuestamente deberían perder en la confrontación con el orden, la seguridad y los operativos en lugares y ocasiones públicas. chos (como en cualquier remate), pero con el agravante de que el oferente ricacho no deberá pagar lo que ofertó, sino menos, de tal modo que su mayor riqueza provocará la huida o descarte de los menos ricos, pero no lo obligará a pagar aquello con lo cual “corrió” a los otros menos ofertantes.

Más eficacia ideológica Si determinadas precondiciones de la puja por pautar en medios y espacios que aproximan al segmento de mercado, contribuyen al aumento de la concentración comercial y publicitaria, esa misma concentración de posibilidades también provocaría una más eficaz y eficiente oportunidad de adoctrinamiento ideológico mediante la reproducción ampliada de la hegemonía comunicacional por medio de mayores oportunidades comerciales para los ya impuestos por sus ratings, que deberían resultar fortalecidos frente a los de menor rating y capacidad de puja. Entonces, la hegemonía ideológica que la escuela de Fráncfort y Theodor Adorno pronosticaron la hegemonía idelógica

para un capitalismo cada vez más anclado en la comunicación y la publicidad, mediante una homogeneidad creciente enmascarada en una caleidoscópica variedad secundaria; esa homogeneidad cultural industrializada, se reproduciría más radical y completamente por medio de una oferta comunicacional concentrada, que convierte a la prensa y a los medios de comunicación (ahora también las redes sociales) en los más eficaces y eficientes transmisores y reproductores de ideología, cada vez más naturalizada como la única alternativa posible. De modo que esta novedad publicitaria, que merece en el primer caso sospechas científicas sobre la confiabilidad de la determinación de ratings, de segmentos de mercado en medios y espacios, y de asociación entre mediosespacios-segmentos con los bienes y servicios a ofrecer mediante la compra programática, favorece además la concentración comercial y de la reproducción ideológica por medio de la protección que le dispensan en principio a los de mayor rating y riqueza.

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COMPORTAMIENTO

LA REALIDAD DEL OESTE DE ESTADOS UNIDOS

El enemigo dentro de casa En el oeste de Estados Unidos no hay ningún grupo islámico que amenace la seguridad pública: son los rancheros, los locales, quienes desconocen la autoridad federal, consideran a Washington como el enemigo y hasta emprenden acciones contra terrenos públicos, destruyen reservas naturales y reliquias arqueológicas y, para colmo de males, creen que son impunes. El enemigo ya estaba en la casa yanqui y sacó a pasear sus votos y sus banderas en las últimas elecciones. Por Belén Riguetti

E

l fundamentalismo es una creencia basada en la interpretación literal de los textos religiosos. La política de Estados Unidos,

y de buena parte de Occidente, colocó como único productor de fundamentalismo a Oriente, pero en el oeste de EEUU existen grupos que, basados en una creencia cristiana hiperconservadora, son un dolor de cabeza para las autoridades de su propio país.

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En 2001, un grupo de productores ganaderos de Oregón, Estados Unidos, inició un incendio controlado para reducir el crecimiento de las plantas invasoras y proteger su propiedad de los incendios forestales. Las llamas se extendieron más de lo

que Dwight Hammond y su hijo Steven planeaban: acabaron con más de 51 hectáreas del refugio Malheur, una reserva establecida en 1908 por el presidente Theodore Roosevelt, considerada por la Sociedad Audubon de Portland como uno de los mejores


sitios de avistamiento de aves de Estados Unidos y que además aporta a la economía del lugar 15 millones de dólares anuales. Después de una larga investigación, en 2012 las autoridades establecieron que el incendio no fue un accidente y que los Hammond prendieron fuego el predio de forma intencional para encubrir la caza ilegal. Esta sería una anécdota más si no fuera porque en enero de este año un grupo de manifestantes armados ocuparon parte de la reserva de Malheur en apoyo a Dwight y Steven Hammond. Padre e hijo habían pasado pocos meses en prisión, pero la condena fue anulada por la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de Estados Unidos por considerarla demasiado leve: debían cumplir una pena de cinco años de prisión cada uno por ser culpables de provocar varios incendios entre 2001 y 2006. La primera vez que fueron detenidos, un juez, que estaba a pocas horas de jubilarse y que además simpatizaba con ellos, los condenó por cargos menores. Dwight pasó tres meses preso y su hijo Steven, 12. Ante la segunda condena, alrededor de 300 personas se reunieron y más de 100 ocuparon a la fuerza el parque nacional. El grupo autodenominado Ciudadanos por la Libertad Constitucional apoyaba a la familia Hammond. La disputa por el uso de las tierras públicas entre el gobierno federal y algunos habitantes del oeste de Estados Unidos no es nueva. En 2014 otra familia de granjeros, los Bundy, se enfrentaron a la Policía por los derechos a pastar. Entre los ocupantes del parque Malheur se encontraba Ryan Bundy, uno de los protagonistas de los enfrentamientos anteriores. El objetivo de estos grupos es “restaurar los derechos” de los productores en el uso de los recursos naturales. Ryan Bundy dijo a la prensa que eso implicaba que los rancheros pudieran llevar su ganado a pastar a cualquier parte, que “los mineros puedan ejercer sus derechos de minería, los leña-

cianos atrincherados ejercieron su derecho a la protesta y, además, “ante los excesos gubernamentales”, no supusieron una “amenaza para los trabajadores públicos”. En el lugar donde acamparon se encontraron casquillos, armas de fuego y explosivos. Además de los daños causados por los incendios, destruyeron material arqueológico irrecuperable.

El archivo Bundy

dores puedan talar árboles y cazadores y pescadores puedan ejercer sus actividades en la zona”. En declaraciones al periódico The Oregonian, Bundy declaró que no descartaban usar la violencia en el caso de que la Policía intentara desalojarlos de la reserva Malheur. El aviso no fue en vano. “Tenemos pensado quedarnos aquí durante años, absolutamente. No es una decisión que hayamos tomado a último momento”. Ciudadanos por la Libertad Constitucional no es una organización cualquiera. En ella participan personas armadas y son considerados una milicia autorregulada inspiradas en los colonos que enfrentaron a los británicos en el período de independencia iniciado en 1776. Alegan que la Constitución de Estados Unidos los ampara, por lo que el gobierno federal, en realidad, es una institución opresora que les arrebata sus derechos. Estas personas sólo reconocen a las autoridades locales, como por ejemplo el sheriff, y consideran a Washington su enemigo.

Salvaje oeste La ocupación de la reserva Malheur se prolongó por 41 días y generó más de 3,3 millones de dólares de pérdidas para el estado de Oregón. Ammon, hermano de Ryan Bundy, fue otro de los líderes de la revuelta. Él junto con seis personas más fueron detenidos en enero de este año luego de participar en un tiroteo contra agentes

del FBI. En los incidentes varios policías fueron heridos y uno de los ocupantes de la reserva murió. El hombre que falleció fue su portavoz: Robert LaVoy Finicum, de 55 años. A pesar de que la familia de Finicum dijo que estaba colaborando con la Policía, el FBI aseguró que el hombre amenazó con sacar un arma y por eso fue abatido. De hecho, encontraron una pistola 9 milímetros Ruger SR9 cargada en el bolsillo izquierdo de su campera. Según las autoridades, fueron detenidos Ammon Bundy, Ryan Bundy, Brian Cavalier, Shawna Cox y Ryan Waylen Payne, de entre 32 y 59 años. La Policía los encontró en una carretera cuando se dirigían a dar charla a vecinos de la zona. El sexto detenido fue Joseph O’Shaughnessy. Posteriormente detuvieron al seudoperiodista Pete Santilli y, en Arizona, a John Eric Ritzheimer, otro ocupante. Tras el desalojo del parque fueron inculpadas 26 personas, pero 11 llegaron a un acuerdo amistoso con los fiscales. En total fueron ocho los detenidos; siete fueron acusados de conspirar para impedir mediante la fuerza o la intimidación el ingreso de funcionarios federales a la reserva nacional. A pesar de la magnitud de los hechos, en noviembre de 2016 un jurado federal los absolvió luego de cinco semanas de juicio. Según The New York Times, la defensa sostuvo que la Fiscalía no pudo demostrar que el grupo fuera parte de una conspiración ilegal. El jurado consideró que los mili-

Ammon Bundy es hijo de Cliven D. Bundy, quien se encuentra en prisión a la espera de un juicio por un enfrentamiento armado contra la Policía ocurrido en 2014. Este episodio violento ocurrió en 1993, cuando el hombre se negó a retirar el ganado de tierras públicas, en Bunkerville, Nevada. A pesar de que varios fallos judiciales le prohibieron a Cliven D. Bundy la ocupación de los terrenos, el ganadero continuó usándolos como campo de pastoreo. En marzo de 2014 las autoridades del condado cerraron varias hectáreas de tierra y retiraron el ganado. El 12 de abril un grupo armado, encabezado por Cliven D. Bundy, reclamó a los animales y, ante la presión, las autoridades cedieron y los devolvieron. Cliven D. Bundy fue arrestado en 2016 en el aeropuerto de Portland cuando se dirigía a apoyar la ocupación de Malheur. Entre los cargos que enfrenta se encuentran la conspiración para cometer delitos, instigar y portar de arma de fuego. El 10 de marzo de 2016, Bundy presentó una demanda contra la jueza Gloria Navarro, el senador Harry Reid (Partido Demócrata) y el mismísimo presidente Barack Obama. La demanda se basó en una teoría conspirativa y Bundy calificó a la jueza como una “activista latina”. Finalmente, en octubre, Bundy –el demandante– retiró la acusación. EL FBI considera a los Bundy, y al grupo que los sigue, como una amenaza y como terroristas internos. Al igual que integrantes de otros grupos, Cliven D. Bundy asegura que los enfrentamientos son el resultado de una intervención divina. Asegura que es el Espíritu Santo quien lo guía.

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COLUMNA

Por Marcia Collazo

B

lanco y negro, infierno y paraíso, amores y odios desatados. Si algo prueba el torbellino de opiniones a propósito de la muerte de Fidel Castro, es que no le fue indiferente a nadie. Concitó pasiones de uno y otro signo, al igual que ciertos revolucionarios que fueron en vida un dolor de cabeza para el orden instituido y que, de muertos, lo siguieron siendo en virtud de su mensaje, de su hacer y de su solo nombre. De Simón Bolívar, ya no sus enemigos criollos (que fueron unos cuantos), sino el propio Karl Marx llegó a decir en 1858 que fue un canalla cobarde, brutal y miserable, un dictador cuyo régimen degeneró pronto en anarquía militar; un hombre lleno de vicios, despótico y soberbio, alejado del modelo civilizador europeo, carente de voluntad y de método, y prisionero de su pasado aborigen y de su presente mestizo. Tomá mate y avivate, como reza el dicho. De José Artigas se encargaron Cavia, Sarmiento y Ramírez, entre otros. Dijeron que había sido el más execrable tirano de nuestra tierra, un salvaje y un asesino bárbaro, un violento enchalecador (léase torturador, que “retobaba” a la gente en cuero fresco) que sembraba a su paso la destrucción, el dolor y el luto. Se lo tildó de “traidor a la patria” y se llegó a poner precio a su cabeza como si se tratara de un vulgar delincuente, y entre nosotros los uruguayos costó sus buenos años que se lo admitiera como prócer mayor del panteón nacional. Los ejemplos podrían continuar. Se podrá decir que tales odios y persecuciones son, en el fondo, un efecto casi mecánico de cualquier lucha social y de cualquier

SIEMPRE QUE SE HACE UNA HISTORIA mensaje que logre quebrar de manera radical y eficiente la trama de poderosos intereses que se suponen de antemano intocables, aun cuando algunos de ellos provengan de filósofos levantiscos de la talla de Marx. Cuando alguien patea el orden establecido, sea cual sea este orden, y lo hace a fondo y sin miramiento alguno, y especialmente cuando lo lleva a cabo con el apoyo popular, es seguro que será condenado de inmediato por quienes defienden o creen defender visiones y versiones antagónicas. Eso parece claro y, sin embargo, ni uno solo de los argumentos de los detractores de Fidel Castro me convence. La mayor parte de los epítetos manifestados en su contra adolecen o bien de alguna grave incoherencia lógica, o bien de una no menos grave descontextualización histórica. Muy peligrosos son los estereotipos, y más peligrosas aún las irracionalidades que rodean el fenómeno de la

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revolución cubana y de la figura de su máximo líder. Un intento mínimo para aclarar la visión en torno a este asunto podría radicar en fijar la atención en la historicidad del ser humano, incluida la propia. No me refiero a la historia como disciplina o devenir teórico, sino a la historicidad como realidad dada en la experiencia cotidiana, en el día a día de la feria, de la escuela, de la plaza pública, del despacho de gobierno, del mercado y del aula, y también en el día a día de una revolución. Esa es la única dimensión mediante la cual las personas –y los pueblos– nos gestamos y nos hacemos, nos aniquilamos y nos volvemos a gestar. En torno a la figura, la acción y el pensamiento de Fidel Castro se ha desatado tal aluvión o maraña de malentendidos, de prejuicios disfrazados de juicios, y tal desborde de malas intenciones, que ya parece imposible vislumbrar alguna vía racional de debate. Para emitir un juicio, o sea un

enunciado que afirma o que niega cualquier cosa sobre cualquier cosa, es necesario comenzar por desbrozar el terreno de semejantes derrapadas lógicas. Es necesario, en primer lugar, conocer históricamente el objeto al que se pretende aplicar un juicio, lo cual supone tomarse el mayúsculo trabajo de leer, informarse, averiguar, preguntar o inquirir por los hechos históricos. Verdaderamente aburrido, tal vez espeluznante, en este mundo demasiado cebado en la pereza mental a la que nos conduce de cabeza la cibernética comunicacional. Pero no queda más remedio que hacerlo, a riesgo de ir a parar al lodazal de la locura. En segundo lugar, es necesario comprender tales hechos históricos, lo que no significa aceptarlos, ni mucho menos, sino ser capaces de encontrarles un sentido. Es preciso, además, denunciar la ingenuidad de una postura de rechazo a priori, sin haber tenido la valentía intelectual de poner-


se frente al hecho desnudo, para contemplarlo desde todos sus ángulos, para asumir la carga que implica semejante contemplación e indagación. Fidel Castro, tomado como idea, como premisa de análisis, como objeto de conocimiento y como sujeto histórico, no puede ser abordado de manera alguna por quienes incurran en el error de ignorar olímpicamente no solamente sus hechos sino el sentido de sus hechos; por quienes no sean capaces de abandonar la actitud facilista, pasiva y cómoda de realizar anatemas apresurados en torno a su persona, sin haberse tomado la menor molestia en considerar algo bastante elemental: que el hecho histórico no vale por sí mismo, sino por nuestra propia interpretación de ese hecho. Ya se sabe que todo juicio, por lo menos en las ciencias humanas, incluye ambigüedades, y estas no son otra cosa que diversos grados de alienación. El descubrimiento de esas ambigüedades es tarea

poco menos que imposible para cualquiera que no esté dispuesto a someterse a la vital y dolorosa tarea de escudriñar a la historia desde el pie, en toda la desbordada intensidad de sus manifestaciones políticas, económicas, sociales y culturales. Ponerse de cara a tales procesos podría ser un buen comienzo, un mínimo comienzo, diríamos, para empezar a hablar de lo que fue ese ser de carne y hueso, complejo, colosal y paradigmático, llamado Fidel Castro. Los cauces de la historia son infinitos, y a ellos van a abrevar tarde o temprano todos los ríos de ideas y de pensamientos, pero para que esto ocurra es preciso pensar. No creo en los extremos del yin y del yang, y padezco de una actitud de infinita sospecha hacia los fanatismos de cualquier signo, pero si tuviera que sentar una premisa básica, elemental y sometida a todos los riesgos de un juicio histórico, esa premisa sería la siguiente: considero que la revolución cubana y su sostenida

lucha por sobrevivir a pesar de los pesares (y téngase en cuenta que los pesares han sido muchos, demasiados, casi inimaginables para cualquiera que no los haya padecido) es, en resumidas cuentas, uno de los más altos ejemplos de dignidad que se hayan llevado adelante en toda la historia de América Latina. Más allá de las indiscutibles realizaciones de la revolución cubana en materia de educación, de salud y de cultura –no existe ningún otro ejemplo de semejante magnitud en el continente americano, y estoy hablando de números y de evidencias–, subsiste el hecho de que Cuba las ha llevado adelante en medio de un bloqueo feroz y en el abandono absoluto en que la dejó su pretendido amigo, el oso ruso, tan feroz e hipócrita como su rival, el águila de las garras inmisericordes. El bloqueo impuesto a Cuba por Estados Unidos viene a ser, de muchos modos, la quintaesencia de la violación a los derechos

humanos, y su objetivo principalísimo era quebrar hasta el tuétano a la revolución, y de paso condenarla al infierno de un ostracismo anclado en el seno del propio continente. Mientras tanto, de Fidel Castro se ha dicho de todo durante las últimas cinco décadas, y ha recrudecido a partir de su muerte una andanada de expresiones y de festejos lindantes en algunos casos con la antropofagia. Pero más allá de la danza de las opiniones, queda incólume el hecho de que los de afuera son de palo. La batalla por la libertad sólo la podrá dar, ahora y siempre, América Latina; por sí misma, con sus yerros y sus contradicciones, con sus verdades y sus sacrificios, con sus marchas y contramarchas, con sus cambiantes circunstancias y con todo el peso de la tragedia que significa intentar levantarse una y otra vez de entre los escombros a que nos ha condenado un régimen colonial fundante, omnipresente, y más que nunca amenazante.

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SOCIEDAD

CIUDAD VIEJA EN SUS TRANSFORMACIONES

REVITALIZAR SIN CAMBIAR LA IDENTIDAD La transformación que vive la Ciudad Vieja a través de los proyectos de revitalización impulsados por la IM y el Municipio B prometen repoblar el barrio y darle un mayor movimiento cultural. Por F.M.

D

esde la Academia observan cómo las nuevas poblaciones pueden cambiar la identidad del casco histórico de Montevideo y dar pie al fenómeno de la gentrificación, estudiado en otras ciudades latinoamericanas y grandes metrópolis del resto del mundo.

Recorrer las cien manzanas que delimitan Ciudad Vieja significa encontrarse con una multiplicidad de culturas, varios tipos de arquitectura y servicios. El barrio más antiguo de Montevideo, conocido también como la “city financiera”, llega a concentrar durante el día a más de 70.000

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personas que allí desarrollan sus actividades laborales. Sin embargo, la población estable se reduce a sólo 12.000 y se distribuye por las distintas zonas: desde la peatonal Sarandí hasta el puerto, en las manzanas que rodean al hospital Maciel y hacia la rambla Francia.

Cinco ministerios, una sinagoga, una iglesia evangelista y la iglesia Matriz, un hospital y el principal puerto de Uruguay requieren de una compleja organización. La Ciudad Vieja sufrió varias transformaciones en las últimas tres décadas. En los años 90 concentraba gran cantidad de atractivos culturales y resultaba para la población de Montevideo un centro de entretenimiento. En ese entonces, la Intendencia de Montevideo (IM) –ya en manos del Frente Amplio– comenzaba el proceso de descentralización, pero no podía revertir la pérdida de población que sufría dicho barrio. La crisis económica de 2001 agravó la situación: el abandono dio lugar a mayor inseguridad, a la


ocupación de varios terrenos y determinó su desvalorización a pesar de su riqueza patrimonial y arquitectónica y su privilegiada ubicación. La articulación de los municipios en 2010, a través de la Ley 18.567, propició mejores condiciones para fortalecer los distintos barrios, y en este proceso se estructuró el plan de revitalización de Ciudad Vieja, que busca “recuperar el espacio público, priorizar la movilidad

sustentable, dar acceso universal y mejorar la gestión interna del barrio”, según dijeron las autoridades el pasado 7 de julio en la presentación del proyecto. Ya en 2014 se instalaron cámaras de seguridad para frenar los asaltos a transeúntes. En la misma línea, varios proyectos y casas culturales comenzaron a desarrollarse en la calle Juan Carlos Gómez –en la zona denominada como “el bajo”–, donde se realizan eventos y se propone que la cultura sea un motor para la repoblación y enriquecimiento del lugar. La revitalización de cascos históricos y zonas portuarias en ciudades como Nueva York, Londres, Múnich, Johannesburgo y otras, ha sido estudiada desde la sociología para comprender la influencia en las poblaciones locales y las dinámicas sociales que se generan. Ruth Glass, una socióloga británica acuñó el concepto de gentrificación (gentrification, en inglés), que implica “el desplazamiento residencial, la remodelación de viviendas y de las pautas de consumo”, según explicó a Caras y Caretas Danilo Veiga, sociólogo y catedrático de la Facultad de Ciencias Sociales. “Glass observó cómo a partir del desplazamiento de individuos de más nivel socioeconómico a los centros de las ciudades, que estaban un poco deteriorados y ocupados por gente de clases más populares, se generaba un proceso de movilidad urbana y social”, explicó Veiga. En ese sentido, varios sociólogos consideran que la llegada de estos nuevos pobladores –generalmente jóvenes de clase media, media-alta, con un fuerte vínculo con actividades culturales– tienen una influencia directa en el mejoramiento de los servicios de la comunidad, así como en el aumento del costo de los alquileres. Según Veiga, sociólogas argentinas analizaron cómo en La Boca, en Buenos Aires, la llegada de nuevos pobladores generó “que un barrio antiguo pasara a estar consolidado de forma muy fuerte por artistas”. Hay quienes sostienen que la gentrificación tiene 2 de diciembre de 2016 / 789 Caras&Caretas 39


una “connotación negativa” y que no se destacan las ventajas de que se pluralicen los vecinos, que las calles sean intervenidas con arte y que el espacio tenga nuevas dinámicas sociales, además de la propia revalorización que se genera. Las autoridades municipales destacan el proceso de revitalización que se está realizando en Ciudad Vieja y están atentos a las dinámicas sociales que se generen. Según dijeron fuentes municipales a Caras y Caretas, “siempre se consideró que la belleza del barrio está en sus características policlasistas, en no ser una cuna de cien manzanas rodeadas de agua, sector VIP, de poder adquisitivo medio, medio-alto. La belleza es la heterogeneidad que tiene Ciudad Vieja y eso hay que preservarlo”. Así es que las políticas públicas apuestan al sistema de cooperativas de vivienda, que, según expresan las fuentes, “apuntala el concepto de la gentrificación, ya que permite que los trabajadores de estratos medios y bajos puedan construir una vivienda en forma conjunta”. En Ciudad Vieja se calcula que hay entre 11 y 12 cooperativas, que concentran cien viviendas, y por las características de las construcciones “son vivienda de carácter social, colectiva, no es una propiedad individual. Eso debería incidir en controlar el valor de la tierra o el alquiler”, dijeron fuentes de la Intendencia de Montevideo en referencia a un hipotético incremento de los precios por el aumento de la demanda. Sobre la posible expulsión de los nativos del barrio, desde el Municipio B informaron que “la capacidad habitacional de Ciudad Vieja es de 30.000 personas, y a partir de las 12.000 que hay hoy, no se tienen por qué dar procesos de expulsión”. Sin embargo, Veiga sostiene que “las políticas del Estado no necesariamente son para mantener a los vecinos que están allí, sino que son para traer a nuevos vecinos, y así igual se pueden dar procesos de expulsión”. El especialista y consultor en el mercado inmobiliario Julio Villamides dijo que “los precios en otras zonas de la ciudad han

lidades de atraer a la demanda de altos ingresos”, lo cual podría ser un factor para impedir que la Ciudad Vieja se “gentrifique”. Villamides destaca que para los extranjeros esta zona de la ciudad es un “paraíso” y no logran comprender por qué tiene tan baja población estable. “No todos los cascos antiguos en ciudades del mundo están rodeados de agua”, dijo, y explicó que los lugares más caros para vivienda en Montevideo tienen tres características: el agua, el verde y la seguridad, por lo cual Ciudad Vieja aún no muestra suficiente confianza entre quienes buscan.

Revitalizar y repoblar

crecido70% y en Ciudad Vieja sólo 10 %”. Además, consideró que los procesos urbanos en Montevideo son lentos, a diferencia de lo que

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sucede en grandes urbes como San Pablo, por el bajo crecimiento demográfico y porque “las políticas públicas tienen pocas posibi-

Fuentes de la IM explicaron a Caras y Caretas que entre los años 1990 y 2000 se dio un fenómeno de sucesión, o sea, cuando una población es sustituida por otra de menor poder adquisitivo, lo que en muchos casos “trae la tugurización y la ocupación del espacio público”. “A nuestro modo de ver, lo que sucede hoy en Ciudad Vieja es la declinación, la pérdida de población sin haber una desvalorización del área”, explicaron. Así es que los inversionistas son muchos más cautos ahora y ven que los procesos de repoblación llevarán varias décadas. Por eso, el foco ahora está en empoderar al barrio y a su población. “Revitalizás en tanto un lugar al que ayer no ibas –porque no tenías qué hacer, lo sentías inseguro o no te sentías a gusto– hoy te invita a estar y te invita a permanecer”, afirman las autoridades municipales sobre el proyecto de revitalización. Los servicios gastronómicos en el barrio aumentaron considerablemente en los últimos años y hoy se pueden observar varias ofertas, muchas de estilo gourmet. Además, varios centros culturales se han desplegado sobre la rambla Sur, lo que hace entender que nuevos públicos estén llegando y que, en definitiva, la gentrificación está sucediendo. Sobre los procesos de inversión, la IM entiende que “hay que ser cautos y analizar cuánto invertís para que esa inversión no te genere el proceso contrario al que vos querés, que es repoblar el lugar”.



COLUMNA

TODOS LOS CAUDILLOS, EL CAUDILLO (PRIMERA PARTE)

Artigas antes de Artigas Joseph

Por Leonardo Borges

L

a historia suele guardar un sitio especial para aquellos hombres y mujeres que dejan su propia vida en pro de un objetivo más grande que ellos mismos: el bienestar de su manada, la libertad, la igualdad, en definitiva valores de su tiempo y de su espacio que culminan poniendo en consonancia con el resto de su pueblo. Hace pocos días falleció Fidel Castro en Cuba y se desató una serie impactante de referencias en favor o en contra, aduciendo innumerables razones, levantado el dedo acusador o posando la caricia compasiva. El manto de lo políticamente correcto volvió a aparecer en los medios de comunicación y las redes sociales. Es un hecho que las revoluciones se llevan a cabo al caro precio de la violencia, pues de qué otra forma se le quitaría el poder a quien lo detenta con puño férreo, en aquel caso Estados Unidos, nada menos. Por estos lares, hace ya más de 200 años, un hombre maduro llevó adelante una revolución en la que se derramó sangre de la misma forma. La perspectiva del tiempo es la que aminora los juicios anacrónicos sobre el ser humano. De la misma forma que la Revolución cubana, la Revolución Artiguista intentó demoler un poder de puño férreo, aunque sostenido sobre bases menos sólidas que el poder norteamericano en américa Latina en aquellos tiempos. No hablaremos, empero, de Fidel; muchas páginas se han escrito y litros de tinta correrán en los próximos meses. Sólo aprovecharemos para biografiar a nuestro revolucionario vernáculo, a quien perdonamos cualquier supuesto exceso en pro de la generación y sostenimiento del sentimiento nacional.

En Montevideo, un 19 de junio de 1764, en la catedral de la ciudad, podemos encontrar de puño y letra del presbítero doctor Pedro García la fe de bautismo de “Joseph Gervasio, hijo legítimo de don Martín José Artigas y de doña Francisca Antonia Aznar, vecinos de esta ciudad de Montevideo”. En el seno de una familia acomodada de hacendados, iluminados por el prestigio de ser unos de los primeros pobladores de la ciudad (1724), nacía allí el tercer hijo de Martín José Artigas y Francisca Antonia Aznar, al que llamaron José Gervasio. Al igual que el líder de la Revolución cubana, quien era hijo de inmigrantes españoles que consiguieron en la isla una situación económica holgada, a pesar de venir desde muy abajo, Artigas es la primera generación nacida en la novel ciudad, aunque sus padres consiguieron una cómoda situación económica en Montevideo. José Artigas formaba parte de lo que Carlos Real de Azúa denominó patriciado uruguayo. Su abuelo paterno, zaragozano, Juan Antonio Artigas, era un hacendado, importante para aquel pobre y diminuto Montevideo. Había arribado a estas costas con el primer contingente de pobladores de Montevideo en 1724. Recibiendo por ello títulos nobiliarios, siendo nombrados “Hijosdalgos del Solar Conocido”. Juan Antonio, digno abuelo de su nieto, aparece como el tercer poblador de la indómita San Felipe y Santiago de Montevideo en el Padrón Millán, levantado por don Pedro Millán, el 20 de diciembre de 1726.

Un patricio criollo Las revoluciones latinoamericanas decimonónicas en la generalidad de los casos fueron llevadas adelante por los sectores dirigentes de cada región. No es una diferencia con las revoluciones del siglo XX, en las que ciertas partes de las eli-

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tes locales se despegan del resto y hacen las veces de punta de lanza de la lucha. Sería el caso de Fidel Castro, un abogado intelectual, lector empedernido, junto con otros profesionales (como Ernesto Guevara). El ejército popular de Artigas se refracta de forma casi exacta en la unión sui generis entre trabajadores, campesinos e intelectuales (burgueses al fin) de la Revolución cubana. Haciendo una síntesis: Simón Bolívar (1783-1830), digno representante de la crema y nata venezolana, “…descendiente de una de las familias más antiguas de Caracas, ligado a la aristocracia criolla del cacao”. José de San Martín (1778-1850), hijo y nieto de funcionarios regios, con una importante carrera militar fuera de fronteras (virreinales). Ciertamente resistido por el recalcitrante patriciado porteño, adoptado igual, por casamiento (con la hija de una de las familias más refinadas de la capital virreinal), por esta aristocracia. Bernardo O’Higgins (17781842), hijo de un connotado militar y administrador español de origen irlandés, quien llegó a ser gobernador y capitán general de Chile y hasta virrey del Perú. Como la mayoría de los “cabezas” de rebelión, estudió en Europa, en su caso en Gran Bretaña. Y así podríamos seguir marcando tendencias –con algunas salvedades– en las que podríamos colocar, aunque no del todo, a José Artigas. El jefe de los orientales, poseía un ejército bastante particular, entre gauchos, indios, criollos pobres, lo que Agustín Beraza denominó “ejército nuevo”. El caudillo es golpeado sistemáticamente por el poder porteño. Era tildado de anárquico, bárbaro y salvaje indistintamente. Pero es cierto también que si uno hace una lista de sus lugartenientes, aseso-

res, caudillos menores, secretarios, podrá encontrar la crema y nata del patriciado uruguayo. El caudillo mismo forma parte de este grupo y se reconoce en sus compañeros. La revolución nace desde esta clase criolla y luego se expande. Sus intereses han sido masacrados por la corona y la oportunidad es la acefalía americana. Cuba, por su parte, en aquel conflictivo siglo XX, cargado de significados, Guerra Fría, episodios calientes, equilibrio del terror, se paró firme en contra de lo que era una dictadura despiadada y una política colonialista con la isla, verdadero patio trasero de EEUU. Fulgencio Batista derrocó en 1952 a Carlos Prío Sorraca e instauró una ficción democrática que escondía una dictadura (tan conocida estratagema para Latinoamérica). Con la anuencia de Estados Unidos, Cuba se convirtió en un súcubo, un leve piringundín yanqui. Los movimientos iniciáticos revolucionarios fueron apoyados por el pueblo, por esa burguesía profesional e inclusive por un sector empresarial que se despegó de sus pingües beneficios. El sostén de la rebelión, tanto ayer como anteayer, tanto en Cuba como en la Banda, será ese ejército popular. Esta clase dirigente, compartida por toda la América colonial, se manifiesta de diferentes maneras, dependiendo la geografía y el tipo de colonización del territorio. En la Banda Oriental del río Uruguay –de colonización tardía y a merced del vacuno, y con una bahía acogedora y de aguas profundas, pretexto perfecto para un puerto– la clase acumuladora se manifestó de dos maneras: los hacendados y los comerciantes en el puerto, un sector rural y un alto comercio. Fue precisamente la primera la que encabezó la revolución de 1811, no como grupo homogéneo. Parte de esta clase se estableció en Montevideo y luchó por la Corona


hasta 1815. El segundo segmento de esta clase se mantuvo esencialmente en Montevideo, siendo realista hasta la llegada de los porteños en 1814. Este patriciado es el sector que en definitiva sostiene la seudoeconomía oriental cuando se desata la revolución. Pero, en definitiva, son ellos los que llevan a cabo la revolución. Nuestro héroe, por tanto, nace de cuna patricia. El patriciado uruguayo es un grupo acotado y pequeño, “medianamente homogéneo y reconocible en su origen nacional y racial”. Como plantea Carlos Real de Azúa, todos habían nacido en un medio pequeño y, entre ellos, muchas veces siendo parientes lejanos o cercanos. Su característica reconocible es la acumulación de capital en los primordios montevideanos primero, provinciales después, para culminar siendo nacionales. Vale decir que esta acumulación primaria, en general, no se reinvirtió productivamente y se despilfarró en lujos. Pero cierto es que estos grupos, actuando como

tales, se caracterizaron muchas veces por la exigencia de cierta coerción estatal, que tuvo su primer punto excepcional la creación del Cuerpo de Veteranos Blandengues de la Frontera de Montevideo en 1797. La coerción es vital para la posibilidad de producir. Son estas las bases de los Estados. La Banda no se caracterizaba por la paz. Indios, gauderios y principalmente los temidos portugueses acechaban en la banda. Robando, asesinando, incendiando. La capacidad de un grupo como tal, de exigir coerción, es el sentido último de su poder. La Banda Oriental estaba por hacerse, poseía una escasísima población a la hora de las revoluciones, 50.000 habitantes, lo que nos da una densidad de 26 personas cada 100 kilómetros cuadrados. “No existían entonces condiciones humanas, económicas y técnicas bastantes para mantener un Estado”. He ahí la exigencia por parte de un grupo medianamente organizado, de coerción, de monopolio del uso

de la violencia. En definitiva, de la máxima weberiana del monopolio de la coacción física. Esta acumulación fue extremadamente importante para la época: grandes comerciantes, armadores, barraqueros, estancieros, saladeros. Creó una personalidad grupal, pero no fue suficiente para que podamos hablar de burguesía nacional. La Revolución oriental (18111820) es el primer episodio en que se ven involucrados estos patricios, y deben tomar decisiones, entre ellas, de qué lado de la mecha se plantarán. Su actitud carece de cohesión total, son pocos lo momentos en que la hay, quizás únicamente la creación del mismo Uruguay (1830). Dentro de este grupo, básico para entender la historia del territorio oriental del Uruguay, encontramos a nuestro héroe, y encontramos a todos sus lugartenientes, a los hombres de confianza, a los secretarios, a los pequeños caudillos, a sus parientes. Juan Antonio Lavalleja, Fructuoso Rivera, Fer-

nando de Otorgués, Dámaso Antonio Larrañaga, José Rondeau, José Monterroso, entre muchísimos otros. Pasando lista al movimiento iniciado en Asencio en 1811, que como una ráfaga de fuego se fue reproduciendo en la campaña. Es cierto que Artigas lideró una de las revoluciones más radicales de América Latina, pero también es cierto que formaba parte de este grupo, y que este es nudo gordiano para el desarrollo de la revolución. Y que después de que en una actitud casi unánime, los hacendados vayan dejando al héroe, este comenzó un derrotero de derrotas (vaya juego de palabras) que lo llevó al exilio en 1820. Los años sesenta del siglo XX conocieron a una izquierda revolucionaria iluminada, en la que se respiraba mesianismo constantemente, detrás de Fidel, del Che, Almeida o el mismo Raúl; no por cierto Camilo, un hombre venido de las entrañas del pueblo. La guía para la revolución se asentaba en esos grupos.

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TURISMO

Tips isleños * Grand Turk: En la isla principal se encuentra la capital Cockburn, con su carga histórica representada en antiguos edificios y ruinas. Es ideal para el buceo, debido a que la barrera de coral da paso a la fosa que divide los archipiélagos y es el lugar por donde la fauna marina migra desde el Caribe hacia otras aguas.

Secretos del Caribe Turcas y Caicos conforman un grupo de ocho islas del Caribe, bajo dominio británico, que a primera vista parecen una continuación de las Bahamas. A tan sólo 200 kilómetros de distancia de las costas de Cuba y República Dominicana, preferidas por turistas canadienses, son hoy una opción diferente y un destino turístico en fuerte crecimiento.

Por Sammy Arlin

C

ockburn es una pequeña y encantadora ciudad rodeada de salinas y con casas de madera pintadas de colores fuertes. Es uno de los puntos tradicionales de Turcas y Caicos, un grupo de islas que mantiene el Caribe en estado natural, con playas de arenas blanquísimas y multitud de piscinas naturales en los que se pueden contemplar flamencos, tortugas, iguanas, langostas, ballenas y delfines, como en Salt Cay. Podría alcanzar con señalar que en esta zona perdida del Caribe se encuentra uno de los arrecifes de coral más grandes del mundo y que es posible disfrutar de

aguas cristalinas, ideales para la práctica del buceo y otros deportes acuáticos, pero hay otras sorpresas a las que se llega desde Cockburn, la capital de las Turcas y Caicos, todas ellas lugares de visita imprescindible e inolvidable: el santuario de aves de French Cay, el Parque Nacional Tierra de Colón y la granja de caracolas de Caicos. Lo más buscado, inevitablemente, son las numerosas playas de las

Piratas En el apogeo de la piratería, en los siglos XVII y XVIII, las islas Turcas y Caicos fueron un punto caliente para esta actividad. Varios piratas famosos como Jack Rackham, Anne Bonny, Mary Read, François l’Olonnais y Capitán Dulaien eligieron las islas por las numerosas ensenadas, excelentes lugares para ocultarse y sorprender a los buques que cruzaban el Atlántico.

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ocho islas del archipiélago, con variantes que van desde zonas desérticas y solitarias hasta otras más animadas y con un intenso bullicio turístico. Providenciales, más conocida como Provo, es la isla más conocida de las que integran el archipiélago y la única que cuenta –además de Cockburn– con un aeropuerto internacional con vuelos que conectan en su mayoría con Canadá y Estados Unidos. En ella es donde se encuentra la mayor oferta de hoteles, restaurantes y actividades y también la “mejor playa del mundo”, de acuerdo con lo que señalan frecuentemente varias publicaciones especializadas en turismo. Al norte de Provo se encuentra Grace Bay, que con una hermosa playa y una barrera de coral ideal para el buceo y el snorkelling es el sitio donde se concentran los más importantes resorts. Al sur está Chalk Sound, laguna de aguas turquesas y varias playas y cayos donde se encuentran las villas privadas más exclusivas de Turcas y Caicos.

* Middle y North Caicos: Ambas islas son un paraíso natural, con una amplia biodiversidad en plantas y aves. Lagunas pobladas de flamencos rosados y una de las redes de cuevas más extensas del Caribe son apenas algunos atractivos de estas islas tranquilas y prácticamente deshabitadas. El desarrollo de nuevos proyectos turísticos presenta a estas islas como el lugar perfecto para quienes quieren “escapar” del ruido turístico.

* South Caicos: Es la capital de la pesca. Langostas y ostras son el plato fuerte; pueden conseguirse en Cockburn Harbour, el otrora más importante puerto de las islas, que conserva los tesoros de su época de esplendor, el siglo XVIII. Al estar separada por un canal con Grand Turk, esta isla es también un destino muy valorado para el buceo y el avistaje de ballenas.


GASTRONOMÍA

CAFÉ VACCARO

Un clásico del BARRIO AGUADA Café Vaccaro es un clásico montevideano. Brinda a sus clientes servicio de pizzería, parrilla completa, exquisitos pollos al espiedo y a las brasas, pescados, pastas y todo tipo de minutas. Desde las siete de la mañana en Café Vaccaro podrá desayunar con bizcochos artesanales.

Dirección: General Flores 2450 esquina Domingo Aramburú. - Teléfono: 2203 4869. - Horario: de lunes a sábado de 7.00 a 2.00; domingo de 7.00 a 16.00. 2 de diciembre de 2016 / 789 Caras&Caretas 45


COLUMNA

Por Laura Martínez Coronel

“Somos el futuro, el porvenir, el mañana. Seguiremos hasta que no haya luz.” Ariel Dorfman

E

s aquí, en el lugar más oscuro, donde los niños muertos sollozan como pájaros heridos que sin alas intentaran el vuelo. Aquí, en el lugar de las ciudades sitiadas, sumergidas, con la memoria ahogada entre las ruinas, donde desaparecen las huellas de la historia, entre el humo y la inenarrable cobardía de los caníbales. Aquí me quedaré y no de rodillas. Ya sé que cada vez es más difícil entender una metáfora. Recuerdo que hace poco tiempo, después de haber mirado la llovizna a través de la ventana de un café, me trasladé a un lugar con algunas personas que esperaban palabras capaces de ayudarlas un poco. Bajé del banco con olor a monarquía y me senté en el suelo, todos se unieron y les conté historias para estar despiertos. Aunque algunos lloraban, estábamos en pie de guerra. El derramamiento de sangre es muchas veces interno. En esa hemorragia dolorosa y debilitante no se pierde la vida, misteriosamente se nace de nuevo. No es hora de cansarse. Hay que caminar, la fortaleza nace de la muerte cotidiana, toda la vida se resume en eso, una especie de apnea de sueño y luego una convulsión no fatal, que mueve todo el cuerpo y deja encendida la palabra libertad para que estalle como un hecho fatal que es el verdadero inicio. Cuando hablamos “de que la muerte es el comienzo de la belleza”, se trata de matar algunas cosas necesariamente, como aquellos baobabs

La rebelión de LOS CONEJOS que había que sacar de raíz para que no desoxigenaran el planeta hasta volverlo inhabitable. Actualmente parece que el capitalismo nos ganó la pulseada, que estuvimos naufragando inclusive en las grandes barricadas, que nuestros paredones de antaño no lograron caer para fabricar los puentes. Sólo parece. Muere Fidel Castro, una muerte completamente llena de vida, llena de latidos. Asume Trump como presidente de Estados Unidos, fascismo instalado, no delirio del cóctel de amapolas, horno encendido de un verdadero holocausto. Estar de espaldas a la realidad no logrará que ella desaparezca,

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no sucede nunca, esa intención está, parece acompañar la historia de la humanidad, lo que no se ve no existe, se borra y punto. Del mismo modo los déspotas, los ingenieros de la muerte no son capaces de ver, como dijera Miguel Hernández, que ella siempre está cercada por la vida más tremenda. No existe posibilidad alguna de matar la vida, siempre sobrevive. Es terca, se oculta, si es necesario, por un tiempo, para reaparecer con un ejército de manos que se unen dispuestas a empezar todo de nuevo con obstinación de sueño infantil, extremadamente digno y con un poder que reside en el lugar más cálido del tiempo,

el tibio, el habitable, el que lucha siempre y no tiene posibilidad alguna de caer en la trampa. No es un incauto ratón atormentado que huye en un pastizal aturdido por la sequía y las inclemencias de un viento que incendia la atmósfera; es un animal de naturaleza inclasificable que del mismo modo que se arrastra puede volar. Un ser humano tiene mucho de pájaro y serpiente, sabiduría y riesgo, ataca si lo atacan e intenta siempre el vuelo, logra llevar los mensajes hacia otras costas y se une a las otras palomas, emigra y regresa. Todo lo que se vive en una sola semana puede resumirse en haber


sentido el infierno caminar por dentro y del mismo modo traduce esos laberintos en un modo de estar alerta, como si despertara de un extraño letargo. La muerte de Marcos Ana, con su corazón patrio y años en una cárcel que no pudo con su libertad, rompiendo cada barrote con una palabra; Fidel Castro, que atraviesa el parque hacia la inmortalidad, y hasta los malogrados incidentes en un partido de fútbol que más o menos atiendo en un domingo, el mismo día en que recuerdo el río de libertad en el Obelisco, me llevan a pensar muchas cosas. El 27 de noviembre de 1983 mi hija mayor estaba internada en un hospital que queda frente a la plaza donde una incalculable cantidad de gente asistió a un acto verdaderamente revolucionario del pueblo uruguayo. “Libertad sin ira” de Jarcha, Candeau, y el pueblo, pero no para detenerse como una fotografía en un lugar mohoso de la memoria, eso jamás. Yo era una adolescen-

te del interior del país; mi hija, una pequeña beba de un mes y medio recientemente operada del corazón, sentada sobre mi falda. La niña había estado muy grave y aún le esperaban momentos difíciles de intensas batallas, y no lograba sonreír. La gente se agolpaba en la plaza, mi madre y otras personas abrían las ventanas y algunas intentaban subir para poder presenciar lo que allí sucedía de un modo más panorámico. En mi vida los almanaques estaban rotos, algo conocido para las madres de los niños en el CTI neonatal. Uno no sabe bien en qué hora o en qué día vive. El reloj se detiene y la vida se resume a un extenso corredor, algunas escaleras, lágrimas y una especie de familia unida por el lazo más intenso: la hermandad en la lucha, el dolor y la esperanza. Esas son nuestras guerras privadas para nada diferentes de la otras más abarcativas. Cada historia humana es en su misteriosa geografía individual la

de la humanidad entera con sus claroscuros y sus ciclos. El cirujano entró a hacer sala y le dijo a mi pequeña niña: “Sonríe. No sabés lo que está pasando allá afuera. Hoy es un día para sonreír”. Y la niña sonrió como si entendiera. Ella, una imprescindible, que toda la vida ha caminado siguiendo la historia de los que somos fieles a nuestras ideas y que nunca atamos el alma a un árbol ombligo con características destructivas. Treinta y tres años después del acto en el Obelisco, veo personas tristes, gente muy joven, llena de ira, en un estadio de fútbol en el país. Los observo seriamente, me duelen las imágenes, especialmente una en la que están de rodillas con las manos atadas a la espalda. Podrían no estar atados ni de rodillas, pero así suelen vivir, aunque no se den cuenta. Dudo que alguien quiera para su vida, también de relojes que se apagan, esa suerte de silencio que malamente grita desde una especie de pozo interno que no hace pre-

guntas y no más respuestas que la desdicha. Me cuesta creer que son personas felices, enredadas en la madeja de araña más venenosa imaginable. Parece que todo se uniera para terminar con la alegría inaugural que supone el nacimiento de la vida. El corazón de Marcos Ana, Fidel Castro y las personas que intentaron la libertad de los nadies que pueblan la tierra, aquellos que lo dejaron todo en pos del bienestar de otros que sufren el abandono y la miseria, se convierten hoy en un enorme patio sitiado por una amenaza de derrota en nuestra isla donde el desembarco parece cada vez más lejano. Hay momentos históricos tan dolorosos que nos sacuden de veras y nos dicen que es necesario mantenerse alerta, para no perderse por senderos que a ninguna parte llevan. Aunque sea poco visible el murmullo debajo de la tierra, cada vez es más fuerte y somos muchos los que estamos aunque el lobo genocida a los conejos no los vea.

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CULTURA

DISCOS

EL ASTILLERO

Entre espejos Y RELECTURAS Diego Presa, Garo Arakelian y Gonzalo Deniz son los integrantes de El Astillero. Se presentaron juntos, por primera vez, en mayo, con canciones de sus respectivos repertorios arregladas para tres guitarras y voz. La calidad de la propuesta llevó a la edición de un disco, grabado en vivo en Overhead. Se llama Sesiones y es, sencillamente, una de las ediciones musicales más destacadas del año. Por Gabriel Peveroni

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l astillero es un territorio literario de los que no se olvidan. No queda estrictamente en Montevideo, porque Onetti eligió colocar a Larsen y a sus otros personajes en la bruma de Santa María. Es una de sus novelas más descarnadas, densa, áspera. Habla de la condición humana, habitada por hombres y mujeres que no revelan nada porque posiblemente no tengan nada que revelar. No es un viaje literario del que se salga aliviado. Es Onetti puro. Pero seguir hablando de

esta novela, prima hermana de La vida breve y Juntacadáveres, nos hará desviar de otro astillero, contemporáneo y poético/musical, que anda sonando este año en unas Sesiones que acaban de ser reunidas en un disco sencillamente imprescindible. Un disco que está llamado a convertirse en clásico, o por lo menos en un elegante eslabón de un linaje montevideano que retoma una tradición que tiene mucho que ver con dos o tres personajes que no han pasado lejos, en sus vidas musicales, de la influencia de Onetti. La referencia explícita es a Darno, a Dino, a Cabrera. Y a

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tantos otros que se entremezclan en los laberintos existenciales de una torre de la canción que se exhibe descarnada en este otro Astillero, con mayúscula, creación de Diego Presa, Garo Arakelian y Gonzalo Deniz. Las guitarras. Son, en principio, tres guitarras. Dos de cuerdas de acero y una de cuerdas de nylon. Tres guitarras curtidas en bares y noches, en círculos concéntricos que tienen que ver con el rock pero también con la milonga, con el mundo pero sobre todo con esquinas notoriamente montevideanas. Tres rasgueos que combinan

y encastran en texturas simples y minimalistas. Sin regodeos, sin adjetivos, pero con mucha vena sensible, quebradiza. Diego en los trazos melancólicos de Buceo Invisible y en el descubrimiento de una identidad que lo acerca a la épica de Dino. Garo en la densidad de sus viajes entre la luz y la oscuridad, en una penumbra que dialoga con la aspereza del Darno. Gonzalo entre la inocencia íntima de Franny Glass y el viaje a una tímbrica que se espeja tanto en Belle and Sebastian como en Cabrera. Las tres guitarras no suman tres, suman una sola gran guitarra, afinada, elegante, bien


Crónica de un astillero Diego Presa tenía agendada una fecha en la Zavala Muniz, el primer martes de mayo de 2016, con el plan de seguir presentando el disco solista 13 canciones. Cambió de idea. Tuvo ganas de que pasara algo distinto. Decidió invitar a un par de amigos. Dos tipos como él, cantautores, con no pocas cosas en común. No dudó y convocó a Franny Glass y Garo. “Nos juntamos en el bar Flores, luego de la propuesta de Diego, y una de las primeras cosas en la que coincidimos los tres fue concebir un show sin más músicos e intérpretes que nosotros mismos”, recuerda Garo. No le dieron muchas vueltas. Se pusieron a ensayar, rotando el lugar de ensayo y con la consigna de hacerlo de noche, sin amplificación. El martes 3 de mayo, finalmente, subieron al escenario de la Zavala Muniz. Por las credenciales artísticas de estos tres músicos contemporáneos, por la calidad de las composiciones y la capacidad ampliamente demostrada como intérpretes, esa noche fue inolvidable. Después vino lo demás: la invitación a grabar un disco, las sesiones en Overhead y la decisión de nombrar a la reunión entre los tres como El Astillero.

lejos del fogón efectista, para dibujar el paisaje rítmico y melódico del astillero. Las voces. Son, en principio, tres voces. Las tres con identidades fuertes y decires propios, pero son tres voces que, paradójicamente, tienen en común cierta timidez y bajo perfil, lo que ha hecho a Diego ir tomando fuerza atrás de muros de guitarras, probándose hasta tomar un protagonismo más que esperado, o a Garo guardarse durante años como guitarrista sin voz, o a Gonzalo jugando con un disfraz de cantautor con nombre de banda. Han aprendido a reconocer, en los últimos años, las potencias de sus voces. No es El Astillero tampoco el espacio para que jueguen a vedettismos que no les son propicios. No es eso. Las tres voces encuentran una singular y rara empatía, alternando protagonismo sobre esa gran guitarra, para afinar en arreglos que dejan de ser propios para establecer un tono común, un estado que los vuelve –eso sí– sensiblemente más luminosos que en sus trabajos personales. Sobrevuela, sobre todo, el gran Dino. Ese tono bajo, dulzón. Diego y Garo van inevitablemente hacia esa referencia. Gonzalo, un poco menos, pero se deja llevar, dando un toque más metálico, en todo caso Cabrera. Y todo, por eso, rima con el Darno,

con Cohen, con otras tantas gárgolas, esdrújulas, encuentros con canciones que nunca dejan de ser propias, de un astillero que fabrica eso mismo: canciones que se dejan vestir por una pátina clásica, que traspasa tiempos y lugares. Las canciones. Cinco canciones de cada uno. Suman quince. Cinco de las mejores canciones de sus respectivos cancioneros. Suman, otra vez, quince. Guitarras, voces, y poéticas finísimas, en cada caso, que se potencian en la sobriedad y en la ceremonia de la interpretación. En ningún momen-

to subrayan la intencionalidad de un hit. Otra vez, la decisión es versionarse sin adjetivos, sin signos de admiración. El camino impone cerrar los ojos y llegar a la esencia, al timbre, a la melodía, a la afinación verdadera, a la de la creación original, la que en su desnudez e intemperie se atreve a atravesar el silencio sin hacer ruido. La canción en estado de fragilidad. La canción apenas. La canción. El camino del oyente es precisamente ese: cerrar los ojos y viajar por un astillero poblado de muy buenos versos, de tres autores que comparten una fuerte ambición literaria, o por lo menos defensores del riguroso

Asuntos guitarrísticos * “En los primeros ensayos definimos que no utilizaríamos guitarra eléctrica. Eso nos dio una limitante tímbrica, que obligó a buscar diferentes maneras de acompañar una canción” (Gonzalo Deniz). * “Los roles de las guitarras van cambiando de canción a canción. Y hay cierto cariz tendiente a lo minimalista y acústico. Como que fuimos encontrando diferentes formas de abordar lo arreglístico” (Diego Presa). * “En lo personal, me reencontré como guitarrista luego de varios años de guitarras proscriptas y vedadas. Por otra parte, en el trabajo de arreglar nuestras canciones y alguna ajena, es notorio que compartimos una matriz estética y una intención en el resultado. Ha sido una sorpresa la manera de trabajar juntos, compartiendo códigos estéticos y éticos” (Garo Arakelian).

y árido oficio de la canción como una poética que debe permanecer a salvo de golpes bajos. Las versiones. Hay espacio para tres versiones. No hay Dino, ni ningún otro del linaje cercano compartido. Hay sí una canción de un primo hermano, que bien podría ser participante del astillero: “Objetos perdidos”, de Ernesto Tabárez. Podría imaginarse el mismo disco, tocado por la misma guitarra, con las mismas canciones, todo en la voz de Ernesto. Sería un ejercicio temerario. Una posibilidad aun más neutra. Sería, en todo caso, más Juntacadáveres. Porque Ernesto es Onetti puro. Lo volvería todo más áspero, más crudo, más crooner. Habría otras posibilidades combinatorias, de otros astilleros, pero el que nos ocupa, el formado por Diego, Garo y Gonzalo, un poco por azar y otro poco por necesidad, eligió eludir a Dino y honrar como gran maestro a Leonard Cohen, con ‘Lover, Lover, Lover’. Sin palabras. Y la tercera elección, un tanto más rara, funciona como rendija para salir del disco, abre una luz inesperada: ‘Memoria azul’, de Yábor, una de esas canciones olvidadas que viene bien refrescar y que aporta una tonalidad diferente. Es una versión inesperada, que sirve para abrir otros colores. Las relecturas. La elección por llamarse El Astillero es la primera relectura, en este caso literaria, como se dijo al principio. Hay más. Definitivamente, Sesiones es una suma de relecturas: de canciones propias y ajenas, de voces propias y de los maestros, de poéticas propias y compartidas, de guitarras que se vuelven una sola gran guitarra. Y las relecturas abren siempre nuevas interpretaciones. En este caso, si entendemos a El Astillero como un territorio, lo más justo sería decir que es un estado sonoro, o más bien una estación donde Diego, Garo y Gonzalo han elegido como divertimento, como experiencia creativa (y creadora), como espejo donde revisar sus cancioneros y sus oficios.

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CULTURA

DISCOS

CHITO DE MELLO: MISTURADO

Rompidioma Directo, vehemente, anarco, el riverense Chito de Mello acaba de editar Misturado, su séptimo disco y el primero lanzado en Montevideo. Una obra tan sólida como movilizadora, que compone un denso tramo de la identidad fronteriza.

tiempos, de otras épocas, con un presente vivo.

en la superficie del discurso de Tres. El folclore puede operar como punto de partida o punto de Chito de Mello. Su objetivo es la voz. Suenan giros folclóricos (milongas, valses, tangos, choros, llegada para la creación. Y aquí se otro: cantar (“Qu’el canto es cosa Por A. Laluz muy seria”) y componer un relato marca la diferencia, el territorio candombe). Suenan composiciocon la lengua de lo cotidiano en de ese otro tiempo. nes originales y también sólidas. Uno. Quinientos kilómetros al la frontera. Una concepción de Antes que un fósil a preservar Suena un temperamento que norte de Montevideo, por la ruta la creación que, más allá de sus sacude y conmueve (y que podría por musicólogos de archivos, los nacional número cinco, está el notorias diferencias estilísticas darle envidia al rockero más urba- géneros tradicionales operan en la departamento de Rivera y el no y transgresor). Suena el humor, obra de Chito de Mello como punto y estéticas, ya se conoció como país se termina. O no. El país, se de partida. Un planteo que subraya bienvenida sorpresa en el primer la ironía. Suena la frontera. sabe, termina mucho antes. ¿En la vitalidad y vigencia de lo musical, trabajo solista de otro fronterizo: ¿Es una novedad? el río Santa Lucía? Sí. Para los Cualquier uno, del artiguense sea por milonga o sea por chamacapitalinos, el país se nos termina Ernesto Díaz, socio en varios prorrita o por choro, o en portuñol (él Dos. El mecanismo de la novedad ahí. Y lo que ocurre “allá arriba”, se define como rompidioma) o todo yectos creativos de su coterráneo funciona con aceitada e histérica después de los confines monteel poeta Fabián Severo. misturado. No son expresiones videanos, cae en una “dimensión precisión. Todos sus dispositivos En los tres casos (De Mello, Díaz, arman fila, cada día, cada semana, “rescatadas”, como tampoco es desconocida”. Otro mundo, otro Severo), sin embargo, un doble “rescatado” el dialecto fronterizo. en el menú de la industria, exhidialecto, y (casi) otra música. movimiento pulsa en el interior Uno y otro componente de la canDe ahí, de esa zona desconocida, biendo sus mejores dotes para ción son tomados de la experiencia de los lenguajes al punto de hace tiempo ya vino y sorprendió despertar la voracidad noticiosa. Y directa y personal, lo que se asume acercarlos positivamente. Por un una de esas dotes, usted lo sabe, a no poca gente la obra de un lado, una capacidad de generar como un compromiso, un manies la edad: un dato que, en estos guitarrero, cantor, compositor, fiesto: “Cantar por cantar no canto, un distanciamiento del enclave casos, no es necesario buscar en anarquista, de vozarrón áspero, simbólico y geográfico, que abre / qu’el canto es cosa muy seria, / el pie de imprenta o en la ficha de rostro firme: Chito de Mello. Sin las fronteras a la convergencia de embargo, recién este año sus can- edición o en los créditos que suben rebeldía en la miseria / y bálsamo giros y formas (hay que escuchar en el quebranto. / Por eso que o bajan al final de la película. Y se ciones llegaron a Montevideo, la pa’cantar / no hago poses ni floreos ‘La riverense’, un manifiesto), la capital de este país macrocefálico, sabe. El cálculo es muy simple, reelaboración de toques y técnicas. / ni ensayo lindos gorjeos” (versos casi automático: el dispositivo no en un disco, Misturado, editado de ‘Mi canto’, pista 2); otra muestra: Por otro, la afirmación de lo local: pasó, no debe pasar, la edad de la por el sello Ayuí. ¿Un descubri“Y como no soy noyento / les canto la frontera como territorio en el que lactancia: está disponible, existe, miento? Sí, para muchos. Y aquí en cualquier lugar, / en los clus, en la música deja un surco, represenvale la precisión: Misturado no es desde hace cuatro, tres, dos, uno, tándola y a la vez construyéndola los buteco, / los liceu, los festival, cero meses o días u horas. el disco debut (y eso se escucha) como espacio único, diferenciado: / los tablado y los quilombo” (‘Soy La novedad musical de Chito de en su carrera. De 69 años y con el espacio de lo propio. d’el Bagazo nomás’). Mello, sin embargo, tiene una un oficio curtido en escenarios y en encuentros con músicos como edad difícil de calcular. Dicho de otra forma: para este riverense el Cuatro. La condición de fronterizo Cinco. Ni obra genial ni descubriAlberto Mastra y Carlos Molina, miento para el gusto esnob, Misentraña un riesgo: la posibilidad cálculo de la edad (o las edades: este artista riverense tiene seis turado es la síntesis de un trabajo de ser un extranjero tanto en un títulos en su haber, autoeditados, la suya, la de su obra) no parece lado como en el otro de la fronte- musical intenso y, sí, político. Un ser un problema. Su novedad que han circulado sobre todo en ventarrón de musicalidad con echa raíces en un territorio donde ra. Y ese riesgo no tiene solución la zona fronteriza. piezas que merecen una escuaparente. ¿Cómo construir un el tiempo transcurre lejos de la Pero lo que dispara estas líneas proyecto de identidad en ese lími- cha detenida, atenta, como ‘Mi obsolescencia histérica que se es lo que ocurre cuando suete? ¿Cómo se crea en ese estado? canto’, la citada ‘La riverense’, la chequea en los titulares de la na Misturado. Suena el viejo misturada y swingueada ‘Milon¿Es posible el distanciamiento? prensa diaria o en las redes soportuñol incorrecto, desafiante, político. Suena el desplazamiento, ciales. Es el tiempo que se fragua ¿Cuáles son las figuras que mate- ga shoro (la única composición instrumental), la candombeada rializan los desplazamientos, las en otra cotidianidad. Y es una la invención popular. Suena la ‘Uno más’, la tanguez de ‘Y no es reterritorializaciones? novedad que no se rige por la ursoltura de un intérprete sólido, por me gavá’. gencia, sino por mixturas de otros Estas interrogantes no están vehemente, en la guitarra y en 50 Caras&Caretas 789/ 2 de diciembre de 2016


CULTURA

LIBROS

Por G.P.

URQUIZA. Autora: Carolina Bello. Premio Gutenberg de narrativa joven. Editorial Fin de Siglo. Montevideo, 2016.

CAROLINA BELLO

El barrio como UNIVERSO A

unas pocas cuadras de Urquiza, para más datos de la calle Urquiza entre Larrañaga y Mariano Moreno, en otro de los bordes de La Blanqueada, más hacia el ex Parque de los Aliados, se encuentran otras calles literarias, o mejor dicho las calles de las crónicas mágicas de Mauricio Rosencof, las de El barrio era una fiesta y La segunda muerte del Negro Varela. El Ruso sigue desempolvando, libro tras libro, un material que apela a la emoción, a un pintoresquismo que funciona entre personajes entrañables y una pluma que tiene el pulso de lo vivido y desmemoriado. Las historias de Urquiza, escritas por Carolina Bello, se plantean otros desafíos, otras necesidades emocionales, pero el viaje es similar al del Ruso, aunque en su caso con la ayuda de un intermediario: recogen relatos familiares a través de la memoria del padre de la autora. Son crónicas, secas en el estilo, afinadas en el tempo, que cautivan al lector en un borde inapresable y acaso mágico, punto en el que dialogan y se entienden con las de Rosencof (no podía ser de otra manera, siendo barrios tan cercanos en tiempo y espacio). No hay en Urquiza cuerpo de novela, ni relato que siga una historia central: Urquiza se compone, en su ágil estructu-

ra, de 11 relatos que comparten geografía y algunos personajes que acaban dándole una unidad potente y que el lector disfruta, con el agregado de llenar los huecos de lo no dicho, lo no contado. Hay otros dos aciertos editoriales que complementan el recorrido y suman a la lectura del libro de Bello: un mapa donde se reconstruye el “barrio”, donde se señalan lugares y momentos: la casa de los Manaquer, la de Hilda, la de la niña Lagrimita, el bar La Vía, el patrullero que se lleva a la loca Yolanda, y un índice de personajes y sus relaciones. Hay mucha, y buena vida, en las páginas de Urquiza, lo que implica que haya alegrías, accidentes, absurdos varios, muertes y algunas historias laterales que se escapan a la geografía y que derivan a territorios rurales e incluso a parajes más lejanos, en el mismísimo Brasil. Pero todo confluye en esas tres o cuatro calles, en una serie de episodios que terminan fundando un pequeño y potente universo. La herramienta de la crónica, sumada a un buen pulso literario, le permiten a Bello algo más que la reconstrucción de relatos de barrio desmemoriados, y ese algo más tiene que ver con el acercamiento a la vida cotidiana de montevideanos de clase media de hace medio siglo. No es poco. 2 de diciembre de 2016 / 789 Caras&Caretas 51


CULTURA

TEATRO

DÍA 16 Y LOS HERIDOS, PREMIADAS EN LOS FLORENCIO

TEATRO Y COMPROMISO El dramaturgo Federico Roca ganó el Florencio a mejor texto por Día 16 y la dramaturga y directora Valeria Fontán el revelación por Los heridos. Ambas obras comparten, en sus respectivos abordajes sobre violencia de género y enfermedades psiquiátricas, la necesidad de exponer y denunciar, desde la escena, temas no resueltos en la sociedad uruguaya contemporánea. Por G.P.

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n una premiación dominada por autores clásicos y versiones locales de grandes títulos, con el indiscutido premio mayor al Viaje de un largo día hacia la noche montado por Jorge Denevi, dos obras de autor nacional dejaron en evidencia el espacio –alternativo pero más que visible– de un teatro comprometido con problemas urgentes y bien contemporáneos. Federico Roca compuso en Día 16 una obra de alto impacto, dirigida por Alicia Dogliotti y con exitosa temporada en Teatro del Museo, continuadora de la línea que iniciara en la pieza documental SEIS, todos somos culpables. De la homofobia y la transfobia pasó a colocar su pluma en un trabajo que denuncia la violencia de género y los feminicidios. Valeria Fontán, en su debut como autora y directora, trabajó en Los heridos sobre la dura realidad en los establecimientos psiquiátricos. *** Los premios Florencio que ambos obtuvieron con sus obras están validando, de manera directa un teatro comprometido con temas sociales. ¿Cuánta es

la importancia de este compromiso en sus creaciones? Federico Roca: Hace varios años que estoy enfocado en estas temáticas. Todo empezó con SEIS, todos somos culpables, que hablaba del caso de las seis chicas trans asesinadas entre 2012 y 2013. Luego, al investigar sobre machismo y patriarcado, la idea de Día 16 comenzó a tomar forma en mi cabeza. O sea que hace por lo menos cinco años que ando en vueltas con la cuestión, y ha sido un viaje más que doloroso, porque no puedo escribir por fuera de una total empatía con mis personajes. Valeria Fontán: El compromiso relacionado con la realidad que viven los pacientes psiquiátricos fue algo que todos en Los heridos tuvimos muy presente desde los primeros ensayos. Hablamos mucho del tema, nos pasábamos notas de prensa sobre hospitales psiquiátricos aquí y en otros países, vimos documentales, entrevistas, de todo. Luego, cuando la anécdota de la obra empezó a definirse, nos concentramos en eso y nos olvidamos de que era una obra “comprometida con la sociedad”. ¿De qué manera temas como la violencia de género y la locura, entre otros, pueden y deben ser tratados en la escena, en el teatro?

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VF: Creo que pueden y deben ser tratados en el teatro; el tema es darles una mirada personal. Son temas que fácilmente pueden caer en el cliché o el panfleto, y yo, al menos, le rehúyo a eso porque cuando veo una obra panfletaria me aburro soberanamente. Creo que la clave es no subrayar. Si hablás de un tema horroroso, el horror ya está en el tema en sí mismo, y si lo subrayás la obra se puede volver plana y termina aburriendo... Pero me voy a contradecir, porque, a la vez, siempre hay excepciones. En nuestra experiencia, por ejemplo, le pusimos cabeza y alma a construir esos personajes desde un lugar de seriedad y respeto, sin clichés. Porque sabíamos, en el fondo, que si hacíamos eso, la relevancia social iba a estar más que presente. Pero iba a ser más difícil que apareciera si estábamos demasiado pendientes de eso. Sabíamos que solamente teníamos que contar una historia. FR: ¡Es lo que todos queremos saber! Yo no soy director. Soy de los autores que una vez que entregan un texto se desentienden todo lo posible del proceso del director y sus actores. Participo sólo cuando se me pide que lo

haga. En Día 16 me encontré con la necesidad, como autor, de mostrar explícitamente la violencia, porque mucho se habla, y todos teorizamos, pero nadie sabe lo que realmente pasa detrás de las puertas de las casas. Hablé con víctimas de violencia, psicólogos, telefonistas de los servicios de ayuda y, en general, con mucha gente vinculada al tema, y entendí que, inmersos como estamos en una cultura de la imagen, era necesario mostrar lo que no se muestra, para que el público tuviera una vaga idea de las cosas terribles a las que se enfrentan las víctimas de violencia. Alicia Dogliotti, la directora, que además fue actriz de SEIS, entendió mis razones y mantuvo lo que yo había puesto en el texto desde el principio. Así que en la obra ocurren un par de hechos violentos, pero Alicia los revistió de poesía a nivel visual, así que uno es testigo de un par de asesinatos, sí, pero no impresionan desde un lugar gore o agresivo, sino que son más bien eclosiones de situaciones que generan impacto. ¿Cómo se acomoda esta necesidad de decir en la acción teatral


para tirarnos a trabajar sin un texto definido, sin certezas pero con mucho entusiasmo. Trabajar actoralmente las enfermedades psiquiátricas es una fiesta, es un estado de mucha libertad e intensidad. FR: Bueno... yo soy escritor. No soy actor, no soy director, así que hay algunas cuestiones que me tocan medio de costado. Además, lo mío es el teatro de texto, que, contra todo lo que muchos opinan, no está muerto para nada. Lo que me interesa es contar una buena historia, y creo que la búsqueda del lenguaje escénico, nuevo o no, es trabajo del director. Supongo que tengo esa tranquilidad, justamente, porque soy específicamente escritor... Día 16 se vuelca a una puesta más brechtiana y propone un disLos heridos. Obra escrita y tanciamiento que mantiene al dirigida por Valeria Fontán. espectador alerta, sin asustarlo y sin quitarle la posibilidad de la reflexión. Pero SEIS, que la con la búsqueda o no de nuevos dirigió Fernando García Compalenguajes escénicos? VF: En Los heridos teníamos puras re, si bien viene del mismo lugar creativo, no podía ser más difepreguntas de cómo contar esa rente. Se aproxima a un modelo historia, y ninguna certeza. Eso aristotélico, porque la profusión lo teníamos bien claro todos los integrantes del proceso, desde el de temáticas complejas que trataba (crímenes de odio, hoprincipio. Actores, diseñadores, mofobia, transfobia) se hubiera la dirección. Por suerte, el grupo visto seguramente desvirtuada me acompañó en esa búsqueda y confundida por la inclusión de y me dio un voto de confianza

Proyectos 2017 Federico Roca espera el estreno, en abril, de La bondad de los extraños, texto en el que toma a un personaje emblemático de Tennessee Williams, Blanche Dubois, para observarlo y hacerlo jugar desde las perspectivas y las problemáticas de género actuales. La obra estará dirigida por Lila García y protagonizada por Alicia Dogliotti. También está en otros proyectos, con direcciones de Rodríguez Compare y Fernando Amaral, además del reestreno de Día 16, Tal vez tu sombra y la continuación del proyecto de teatro documental 17 minutos. Por su parte, Valeria Fontán está trabajando en una versión de Un cuento de Navidad, de Charles Dickens, en los primeros contactos con actores y planificando el comienzo de los ensayos. violencia en escena. Nos enfocamos en todo lo que ocurrió alrededor de los asesinatos, en las familias de las asesinadas, los amigos de las asesinadas, los que pensaban mal de las asesinadas. Entonces, si bien los asesinatos estaban muy presentes, no se veían. Eran una presencia ominosa, y el efecto era muy turbador. ¿Qué repercusión tuvieron sus obras en sus respectivas temporadas y en relación con los temas tratados? FR: Yo estoy muy contento porque el público de Día 16 se quedaba, luego de las funciones, a hablar con la directora y los actores, y mucha gente se puso luego a buscar información, a leer, a des-

Día 16. La obra de Federico Roca ganadora del Florencio a mejor texto de autor nacional.

cubrir que la violencia de género es una araña que teje telas muy intrincadas. Mucha gente no sabía, por ejemplo, lo desprotegidas que están las mujeres en algunos ámbitos del propio Estado. Así que se ha generado un movimiento en torno a la obra y logró, aparentemente, mover algunas conciencias. VF: La respuesta del público fue lo mejor de este proceso. Había gente que nos decía que la obra le había provocado sensaciones fuertes pero esperanzadoras. Recibimos correos en los que algunos espectadores nos contaban su cercanía con las enfermedades psiquiátricas y cómo la obra les había hecho pensar en sus familiares o amigos con estas enfermedades. Otros se iban sin decirnos nada, pero conmovidos. Fue una experiencia muy removedora. ¿Qué perspectivas les abre este premio? VF: Supongo que habrá gente que no me conoce que ahora tendrá curiosidad de ver algo que yo dirija o escriba, así que genial. FR: ¡Bueno! El premio ha sido un honor muy grande y yo ya estaba más que contento con la nominación. Creo que lo único que uno espera es que el premio arroje un poco de luz sobre el trabajo que viene haciendo desde hace tantos años. Es posible que ahora sea un poco más fácil llegar a más gente. Pero no lo sé. Si funciona así como te digo, es doble premio. Pero no me cambia, ni un poco, la manera de trabajar ni los temas que me interesan hoy.

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EMPRESAS

CASMU: CAMPANA DE ORO

NISSAN

Lucía y Sofía

Solidaridad navideña N

L

a historia de Lucía y Sofía, que conmovió durante la campaña de publicidad televisiva de Casmu, fue la ganadora de una Campana de Oro en el clásico evento organizado por la Cámara de Anunciantes del Uruguay (CAU). La pieza se titula “Una historia clínica” y fue realizada por la agencia Punto Ogilvy & Mather. El spot emocionó a los espectadores con imágenes que repasan la vida de una niña desde su nacimiento hasta que se convierte en madre, y muestra cómo Casmu la acompaña en cada momento. Además, homenajea a quienes en cada generación confían en la reconocida calidad asistencial de la institución. Emiliano Vargas y Álvaro Palombo fueron los directores creativos de la agencia que estuvieron a cargo de la realización de la pieza, que triunfó en la categoría Servicios

de Salud, con piezas de televisión de más de 40 segundos. El aviso se encuentra disponible en https://youtu.be/8M3reb8xsI8. Según Jorge Manzano, director de la cuenta, “la pieza cumple con dos objetivos estratégicos. Uno es continuar agregando significado al eslogan ‘Más cerca de tu vida’, y el otro es validar, en un relato emotivo, la relación médica y humana que cada afiliado mantiene con la mutualista, de generación a generación, y permanecer en ella por la calidad de sus servicios; en una frase: seguir eligiendo a Casmu”. El éxito de la pieza se debió a un gran trabajo de equipo, dijo Manzano. En su elaboración participaron el Área de Marketing y Comercial de Casmu y el grupo de planificación estratégica de la agencia, el equipo creativo, el sector de medios y el de producción.

issan Uruguay se encuenun poderoso vehículo para repartra recolectando entre sus tir sus regalos en estas fiestas. clientes y colaboradores juguetes Sus atributos off-road y su capacien buen estado para donar a dad de carga hacen de la Nissan niños de escasos recursos esta NP300 Frontier un vehículo ideal Navidad. La entrega se realizará para ayudar a Papá Noel. el miércoles 7 de diciembre, así En Uruguay los regalos serán que estos son los últimos días entregados en el Oratorio Carlos para colaborar en el Nissan Center Favre, una organización sin fines y en todos los concesionarios del de lucro dedicada a niños de bapaís. jos recursos, ubicada en el límite Quienes participen podrán entre- de los barrios de Colón y Lezica, gar sus donaciones en persona, en las afueras de Montevideo. tomarse fotos junto al trineo en Esta institución, inserta en una exhibición y compartirlas en zona de contexto crítico, fue crearedes sociales, para amplificar da hace más de cinco años para este esfuerzo. apoyar a muchos chicos de la Esta iniciativa forma parte de la mano de sus más de 20 jóvenes campaña regional de la marca voluntarios. japonesa, que transformará una Se puede seguir la historia del NP300 Frontier en un trineo para nuevo trineo de Papá Noel por llevar todos los regalos en esta los canales digitales Facebook temporada navideña. Nissan Uruguay y Twitter @ Gracias al programa “Nissan UruguayNissan. Por consultas, coNP300 Frontier, #Ayudante muníquese al teléfono 2909 1469 DeSanta”, Papá Noel contará con o ingrese a www.nissan.com.uy.

COSTA URBANA

Para vos

E

Virginia Aguerre brindó una charla l centro comercial Costa Urbana Shopping organizó un en la que facilitó tips para lucir mejor, y la reconocida asesoevento especialmente dedicado ra y personal shopper Debbie a clientas de su programa de Goldfarb realizó una presentación beneficios Para Vos, con dos exclusivas charlas sobre estética sobre imagen personal ante decefemenina. La actividad tuvo lugar nas de mujeres que escuchaban en la sala teatro de Life Cinemas, atentas. El evento contó, además, con un stand de la peluquería ubicada en el nivel 2 del mall, donde se esperó a las participan- Freya, ubicada en el nivel 2 norte, tes con una degustación de exqui- donde personal especializado desarrolló recomendaciones sobre sitos licuados y música en vivo. Luego, la destacada maquilladora el cuidado del cabello en conjunto 54 Caras&Caretas 789/ 2 de diciembre de 2016

con la marca de productos Premium del Grupo L’Oréal Kérastase. El programa Para Vos de Costa Urbana brinda descuentos en los locales adheridos, y mediante el

uso de la tarjeta Visa Para Vos del Banco República permite acumular puntos que luego se pueden canjear por regalos y vales obsequio.


ANTEL Y MUS

Música de acá E

l lunes 28 de noviembre se realizó en el Auditorio Mario Benedetti de la Torre de las Telecomunicaciones el lanzamiento de MUS, la primera aplicación uruguaya de música vía streaming que prioriza a los artistas locales. El presidente de Antel, Ing. Andrés Tolosa, expresó que es “un orgullo acompañar esta iniciativa 100% uruguaya”, en línea con su apoyo permanente a la cultura nacional. “Lo vamos a seguir haciendo, porque tenemos esa vocación como empresa del Estado”, agregó. Aseguró que “en este nuevo mundo de internet, la música es una de las áreas que se han ido adaptando de mejor manera a los cambios en el modelo de negocios”. Esta propuesta va en este sentido. Explicó que Antel desarrolla, por un lado, la infraestructura de internet, tanto móvil como de banda ancha fija, con los mejores indicadores a nivel mundial, y, por otro, impulsa nuevos negocios con valor agregado. El gerente general de MUS Uru-

guay, Diego Mariani, agradeció “la gran apuesta y la confianza que Antel depositó en esta empresa 100% uruguaya”. El objetivo es “transformar los avances tecnológicos en una oportunidad para los artistas nacionales, mejorando el retorno para ellos y el resto de los actores de la industria”. Esto lo convierte en “una herramienta fundamental para la difusión de la música y, por lo tanto, de la cultura nacional”. El presidente de Agadu, Alexis Buenseñor, en tanto, destacó que “la familia de los autores está muy feliz por esta iniciativa”, que quizá no hubiera sido posible sin el apoyo de Antel. Los clientes contractuales de telefonía móvil pueden pagar su suscripción a MUS con la factura, y el primer mes es sin costo. Existen dos opciones: MUS Full (catálogo completo nacional e internacional) a 180 pesos mensuales y MUS Uruguay (catálogo música uruguaya) a 90 pesos mensuales. La suscripción se realiza en www.mus.uy.

CASA RONALD MCDONALD

Los primeros tres

L

a Casa Ronald McDonald del Centro Hospitalario Pereira Rossell cumplió sus primeros tres años y lo celebró el viernes 25 de noviembre con un encuentro al que asistieron las autoridades del hospital, la Comisión Directiva y el equipo de la Asociación Casa Ronald, así como amigos y voluntarios de la institución. Durante el evento la presidenta de la asociación, Karina

Montiel, destacó el trabajo conjunto que la Casa Ronald realiza con el hospital para mejorar la calidad de vida de los niños hospitalizados y sus familias. Por su parte, la directora ejecutiva de la asociación, Sandra Marcos, señaló que más de 3.000 familias reciben ayuda cada año en la Casa Ronald del Centro Hospitalario Pereira Rossell y en la que está ubicada en el Hospital de Tacuarembó, que pronto cumplirá su primer año. Renata y Valentino, dos de los niños que recibieron apoyo de la Casa, fueron los encargados de soplar las velitas. 2 de diciembre de 2016 / 789 Caras&Caretas 55


HORÓSCOPO Semana del viernes 2 de diciembre al jueves 8 de diciembre

Segundo decanato de Sagitario

S

agitario es un signo de fuego, masculino. Cuando los sagitarianos encuentran decepciones en el hogar es muy posible que incurran en relaciones ilícitas, pero se mantendrán dentro de los límites de la discreción. Tienen ideales elevados y una disposición noble que anhela la elevación de los demás. Son muy demostrativos y honorables. Se destacan en la religión, en las leyes y en la política.

ARIES

Se encontrará excesivamente afectuoso, por lo que será protagonista de un gran número de reencuentros sentimentales. Posición muy afortunada para los maestros y para las personas relacionadas con instituciones educacionales, así como para quienes se encargan de publicaciones literarias. También para ganar dinero en especulaciones y negocios bursátiles. Amor: excelente momento para concretar sus fantasías.

TAURO

ESCORPIO

GÉMINIS

SAGITARIO

CÁNCER

CAPRICORNIO

Positividad, crecimiento y expansión de su conciencia son las metas a trabajar en este tiempo, a fin de continuar con el éxito en su vida. Posible apertura en el ámbito laboral promoverá el desarrollo de su labor y economía. Evite gastos innecesarios. Probables legados o herencias. Amor: sus emociones están demasiado ocupadas en sus fines materiales; abra su corazón.

Gran vivacidad mental. Se encontrará paciente, reflexivo y prudente. Es un buen momento para la ciencia y el estudio. Aumentará su sentido práctico, así como su ambición por concretar situaciones en su área laboral. El éxito llegará con pasos lentos pero inexorablemente. Amor: es conveniente dar una dirección a los sentimientos.

Posición afortunada para hacer amigos e incrementar su popularidad. Se encontrará bondadoso, simpático, optimista y amigo de los placeres sociales. También tendrá una gran fuerza vital, razonadora, en un momento favorable para los negocios. Buen tiempo para desarrollar el arte y la música, o para disfrutarlos. Amor: encuentre la esencia de su belleza y manifiéstela.

LEO

Signos de ascenso, gracias a la ayuda de amigos o de personas de buena voluntad. Demostrará que merece la confianza que se deposita en usted y desempeñará un buen papel en la posición o cargo que se le ha confiado. Salud: estable. Amor: muy buen tiempo para manifestar sus deseos y materializarlos con pasión.

VIRGO

Por Rodrigo Farías Tel.: 24090803 / Cel.: 099769627 Maestro de Tarot Thoth. Astrología. 56 Caras&Caretas 789/ 2 de diciembre de 2016

LIBRA

Animado, enérgico e impulsivo, su entusiasmo será vigorizante tanto para alcanzar metas como para contagiar a sus allegados. Evite imponer su voluntad con terquedad. Relájese. Continúan las tendencias favorables para estudios o viajes a lugares distantes. Amor: es buen tiempo para relacionarse afectivamente con mayor sinceridad y encanto; la dulzura de sus palabras aportará crecimiento en sus relaciones.

Enfocará su mente en la educación, las diversiones, el cortejo y en sus hijos. Experimentará profundidad y lógica en su oratoria. Tendrá éxito en empresas relacionadas con la educación, las publicaciones y la diversión. Amor: las dificultades experimentadas en el relacionamiento sentimental pasado hallaran comprensión y sanación si actúa con mayor determinación y sinceridad.

Estará astuto, brillante y alerta, amigo de las controversias. Se encontrará ingenioso, inventivo y pletórico de recursos, así como con iniciativa y capacidad constructora o creativa. Probables ganancias materiales; aprovéchelas. Es muy buen tiempo para comunicar sus ideas y realizar viajes a lugares cercanos, con fines productivos. Amor: sus impulsos estarán animados por la pasión.

Posible aumento de sus ganancias materiales. Crecerá su economía pero también sus gastos; sea prudente y evite las compras innecesarias. Es un tiempo propicio para el estudio y para realizar viajes a lugares cercanos, con fines lucrativos. Procure relacionarse con mayor amabilidad en su hogar. Amor: prepare y despliegue su corazón; para experimentar nuevas emociones hay que dejarse fluir.

Comienzo de una nueva etapa en su vida. Es positivo dejarse arrastrar por la corriente impulsora que abarcará todas las áreas que considere importantes. Posible cumplimiento o culminación de metas que venía esperando y por las que apostaba desde hacía años. Gran satisfacción, reconocimiento y cambios. Amor: no descuide su amor propio; haga un balance de sus emociones y establezca sus prioridades.

ACUARIO

Fuerte tendencia religiosa o mística. Posible irregularidad en su situación económica y material. Se encontrará aplicado y dedicado a su profesión. Es un tiempo favorable para realizar viajes de placer a países lejanos. Amor: no idealice exageradamente la materialización de sus deseos; por otra parte, compartir es necesario.

PISCIS

Posible apoyo y protección de personas influyentes, amistades o vínculos de su trato. Los conflictos laborales o sociales están en movimiento y transformación. Evite disgustarse por los afectos que se encuentran lejos. Es tiempo favorable para viajar. Amor: su sensibilidad se incrementará; abrirse a sus sentimientos es favorable para el desarrollo de su alma.


FINA ESTAMPA Allá en la madre patria Recepción en la Embajada de Uruguay en España, con empresarios de ese país, el presidente Tabaré Vázquez y su comitiva.

LÍNEA DE CUATRO. José María Giménez, Tabaré Vázquez, María Auxiliadora Delgado, Diego Godín.

A beneficio El Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI) y la Embajada de México en Uruguay invitaron a una cena de beneficio para el museo, en el hotel Hilton del World Trade Center.

DIPLOMÁTICOS. Erika Bello y embajador de México, Francisco Arroyo.

AL FIRME. Embajador Francisco Bustillo, presidente Tabaré Vázquez, empresario Juan Salgado.

PRONTOS PARA EL BRINDIS. Jaime Clara, Alva Sueiras, Macarena Montañez, alcalde Carlos Varela.

BRINDIS. Empresario Alejandro Bulgheroni, embajador Francisco Bustillo.

ENCUENTRO DE LA CULTURA. Thomas Lowy, artista plástica Cecilia Mattos, edil Mariano Arana. 2 de diciembre de 2016 / 789 Caras&Caretas

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FINA ESTAMPA

Eficientes

Con más de 180 personas presentes, el 30 de noviembre se realizó la ceremonia de entrega de distinciones del Premio Nacional de Eficiencia Energética 2016, una iniciativa del Ministerio de Industria, Energía y Minería.

ALTO VUELO. Premio otorgado al Aeropuerto Internacional de Carrasco. BUEN PAPEL. Mención a Industria Papelera Uruguaya SA.

SOTE. Premio a la Escuela Rural Nº 144, de Estación Pedrera, Canelones. HOGAR, EFICIENTE HOGAR. Premio a La Casa Uruguaya, Universidad ORT.

COMUNICACIÓN POSTA. Premio a Antel por el Data Center Ing. José Luis Massera. 58

Caras&Caretas 789 /2 de diciembre de 2016

VINIERON TODOS. Vista panorámica del evento.


Dieron el sí

Casamiento civil y fiesta del maestro gastronómico y comunicador Sergio Puglia y Horacio Correa, en la chacra Joaquina, con muchos invitados famosos.

QUE VIVAN LOS NOVIOS. Horacio Correa y Sergio Puglia.

TESTIGOS ATENTOS. Sergio Puglia, Horacio Correa, Susana Giménez, Ligia Almitrán, Remo Monzeglio, Susana Rinaldi, Nacho Cardozo. LOS TRES MOSQUETEROS. Senadora Ivonne Passada, Miguel Bagnasco, senadora Mónica Xavier. .

ESTAMOS PARA LA ALFOMBRA ROJA. Subsecretaria del Ministerio de Desarrollo Social, Ana Olivera; directora general del Teatro Solís, Daniela Bouret. “Y ERA EL SACO QUE TENÍA”. Ruben Rada.

ELEGANCIA. Sonia Breccia y Federico Fasano.

2 de diciembre de 2016 / 789 Caras&Caretas

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POLÍTICA CULTURA

CONGRESO FRENTEAMPLISTA

A cuarto intermedio El VI Congreso del Frente Amplio pasó a cuarto intermedio hasta abril de 2017, porque los dos días de esa instancia no fueron suficientes para debatir sobre principios y valores, cuyo documento original constaba de 120 puntos. También se analizó la posible reforma constitucional y los mecanismos para llevarla adelante serán objeto del próximo congreso.

Por Isabel Prieto Fernández Fotos: Dante Fernández

E

l VI Congreso del Frente Amplio (FA) estuvo marcado desde el comienzo por un estado de ánimo especial. Varios acontecimientos confluyeron para que eso fuera así: primero, el nombre de la instancia, “Rodney Arismendi”, la hacía conmemorativa; segundo, mostraron un video de homenaje al general Líber Seregni, con motivo de los 100 años de su nacimiento; y tercero, hacía pocas horas que había muerto el líder cubano Fidel Castro, hombre reconocido si los hay por esa

fuerza política. Cuando el locutor nombró a la embajadora de Cuba, Mercedes Vicente Sotolongo, los aplausos estallaron en el Palacio Peñarol. Con ese panorama, era razonable prever que el discurso de apertura, a cargo del presidente de la coalición, Javier Miranda, estaría cargado de emotividad.

La apertura Se sabía que los militantes frenteamplistas habían tenido que leer bastante para llegar a las jornadas del congreso. Con 28 documentos en su haber, se puede afirmar que material no les faltó. Dónde se había procesado todo eso era la

60 Caras&Caretas 789/ 2 de diciembre de 2016

incógnita que contestó Miranda en su discurso de apertura: “Se realizaron 400 asambleas, en las que participaron más de 4.500 militantes”. Eso fue visto como una reafirmación de vocación democrática y la convicción participativa: “Esa es la acumulación de la que dan cuenta 1.900 congresales reunidos este sábado de lluvia en Montevideo, en unidad y en construcción fraterna”. Miranda dijo que no sólo eran una fuerza electoral sino también “una fuerza política de ideas, de proyectos, que crea horizontes de transformación para que seamos cada vez más una sociedad de

iguales. Ese es nuestro desafío, nuestra vocación de izquierda, lo que nos define como izquierda: nuestra búsqueda incansable de la igualdad con objetivos alcanzables”. Según el presidente del FA, eso es lo que los diferencia del resto del espectro político. En determinado momento, mostrando un ejemplar de Cuadernos de Marcha, dijo: “Yo era un botija; tenía siete años. Poco tiempo después lo buscamos en la feria de Tristán Narvaja. Esto estaba proscrito, estaba prohibido, había que leerlo clandestino. Algunos de nuestros viejos queridos, contra la dictadura, contra los allanamientos, contra los incen-


“Frente a la no política, frente a las aventuras populistas, frente a esa suerte de incomodidad que nos invade también a nosotros, que nos ha invadido también por izquierda, frente a los indignados que junta el camino, se quedan y dicen eso: ‘aquí me quedo’; frente a la indignación cómoda que no toma partido hasta marcharse, nosotros reafirmamos nuestra vocación de seguir haciendo política, de seguir conduciendo la fuerza política, de seguir construyendo un movimiento que propone ideas, que provoca, no se queda ahí cómodo, se baja y se discute. Es muy cómodo quedarse en la vereda de la indignación, incluso en la vereda de la indignación por izquierda, pero eso no transforma. No alcanza con quedarse sentados viendo cómo otros construimos, cómo otros hacemos”, dijo enfáticamente Miranda.

Poco tiempo para muchos documentos

dios, conservaron en algún cajón, en algún rincón, y entregaron este legado para el mundo”. Se escucharon aplausos, los que se incrementaron cuando dijo el título del trabajo que exhibía: “Cristianos y marxistas. Frente Amplio”. “Frente a estas modas de la desideologización, de los pragmatismos que también son ideología que predican los gerentes de la política, de la privatización de la política, de la aristocracia y la criptocracia de la política, eso también es ideología y es la que no compartimos y vamos a seguir combatiendo”, indicó. Miranda aludió a los “desencantados” con estas palabras:

Al congreso se presentaron 28 documentos que incluyen recomendaciones sobre paridad, instrucciones reglamentarias, el aporte del presidente Tabaré Vázquez al Congreso de 2011, cinco documentos de actualización ideológica del extinto Wladimir Turiansky (las que tal vez constituyan el núcleo duro de la elaboración teórica del FA en el último período), un conjunto de ítems referidos a la reforma constitucional, una prolija y exhaustiva enumeración de los principios y valores de esa fuerza política. Cuarenta y ocho horas era poco tiempo para procesar todo eso. Por ese motivo, los congresales se verán las caras en abril de 2017. El mayor inconveniente para llegar con los tiempos fueron los documentos de principios y valores, que exigían una definición clara sobre el rumbo ideológico y la visión estratégica del FA, y la posible reforma constitucional, que casi todos están de acuerdo con llevar adelante (excepto Asamblea Uruguay), pero no con el mecanismo para efectivizarla. Para los frenteamplistas, lo que está en crisis “es el capitalismo como propuesta civilizatoria de

los sectores dominantes, que junto al sistema patriarcal hegemonizan la humanidad”. Igualmente, consideran que Uruguay “está mejor preparado para enfrentar esa crisis” y que los sucesivos gobiernos que emergieron de esa fuerza política supieron “estimular el crecimiento, disminuir el desempleo, mejorar el ingreso real de los hogares, disminuir la pobreza y comenzar a mejorar la distribución del ingreso, así como avanzar en la agenda de derechos”. De todas formas, reconocen en la oposición la voluntad de “quebrar la credibilidad” en lo que han hecho y “de erosionar la imagen de honestidad y autenticidad de nuestro proyecto político”. Alertan sobre la transformación de la derecha “en una alternativa” basada en dos poderes: el económico y el mediático. Y en clara referencia a Edgardo Novick, declaran: “El discurso tendiente a convencer al pueblo uruguayo de que se terminaron las posibilidades del Frente y que hay que cambiar de gobierno suma nuevos protagonistas, outsiders de la política que pregonan gobernar el país como si fuera una empresa privada”. Considerando que a ese discurso planteado se le debe responder “con movilización con creatividad y voluntad de lucha”. En la declaración final se explicita que los frenteamplistas

consideran imprescindibles para la actualización estratégica: “El fortalecimiento del FA como herramienta política, es decir, como el espacio donde se sintetiza y se proyecta el proceso de acumulación social y política, lo que requiere; trabajar permanentemente en el fortalecimiento y ampliación del bloque social de los cambios, base de sustentación del proceso de transformación de la izquierda; respaldar activamente y orientar políticamente la acción de nuestro gobierno nacional y también de nuestros gobiernos departamentales y municipales; fortalecer la organización política para poder enfrentar políticamente a la derecha y las fuerzas de la restauración conservadora; y, sobre todo, para estar en condiciones de continuar las transformaciones estructurales que el país requiere, desarrollando el país productivo y próspero, con justicia social y con una democracia plena y participativa; se requiere desarrollar una acción política permanente hacia la ciudadanía que permita difundir los avances del país y elaborar un nuevo programa para profundizar los cambios, que se sustente en principios de libertad, igualdad y justicia social, el trabajo, la democracia y la paz. Sólo habrá que esperar hasta abril de 2017 para saber dónde empiezan las declaraciones y hasta dónde llega la voluntad.

2 de diciembre de 2016 / 789 Caras&Caretas 61


COLUMNA DESDE LA DIÁSPORA

Por Eduardo Alonso

L

a salida por Galicia se hizo ágil, alegre, entre estribillos y abrazos. Allí confluían mayoritariamente congresales del interior, que habían compartido muchas horas del fin de semana en la platea alta del Palacio Cr. Gastón Güelfi. Allí, entre caras sonrientes, bolsos de mano y alguna valija, se materializaba el sentir de la casi totalidad de los cerca de 1.500 delegados que tiene el VI Congreso Ordinario del Frente Amplio Compañero Rodney Arismendi. La enormísima mayoría de esa gente salía contenta. Conforme con las decisiones que se tomaron, y más conforme aun porque el cuarto intermedio votado hasta abril de 2017 asegura que el debate no se ha cerrado para los que, en la campaña a la interna del mes de julio, el compañero Miranda llamó los “comunes”; para esa porción de pueblo frenteamplista que durante sesenta días ha debatido en los comités de base de todo el país, del exterior y en el propio congreso, más allá de los problemas de funcionamiento que, con autocrítica, debemos reconocer, analizar y mejorar para abril. No es poca cosa. Un congreso signado por el shock que nos produjo a todos la muerte de Fidel en la madrugada del sábado; signado por la emoción de los homenajes a él, a Seregni y al propio Arismendi. Tres compañeros, tres vidas, tres personalidades diferentes, pero con un denominador común: la convicción de que si bien el imperialismo opera a cada segundo, la primera batalla para vencerlo es a nuestra interna, es lograr mantener al tope y en el primer lugar

VI CONGRESO RODNEY ARISMENDI

HACERSE OÍR Y SER ESCUCHADO de nuestro accionar la bandera de la ética política y revolucionaria; que la sociedad que conocemos, injusta y marginadora, no es la estación terminal de la humanidad y que su trasformación, en el sentido de lograr alternativas integradoras y socialmente justas, requiere de la participación política y la lucha organizada de los pueblos. Confianza y perseverancia en la política y en la lucha. El discurso del compañero presidente, sin complejos ni ataduras de ninguna índole, fue convocante, reivindicativo de la política, pero sobre todo apuntó a responder a todas las realidades, haciendo “más política”; un discurso que caló hondo entre los presentes porque llamó a retomar a fondo la batalla de ideas en el seno de la sociedad, que respaldó lo hecho por los gobiernos frenteamplistas y pre-

62 Caras&Caretas 789/ 2 de diciembre de 2016

sagió un cuarto mandato para la fuerza política, al mismo tiempo que denunció a la derecha restauradora que campea en el continente, con empresarios “exitosos” que intentan, sobre la base de presentar como obsoletas las ideologías, implantar la idea del gerenciamiento “eficiente” de los países. Una entusiasta convocatoria a la acción. En ese marco se dio un debate que, a partir de los cerca de 900 aportes vertidos desde los comités de base, fue fluido y franco, siempre respetuoso; un plenario que nunca paró de sesionar y que en ningún momento del fin de semana perdió el quórum necesario para hacerlo. En ese clima se tomaron definiciones como seguir avanzando en el proceso de acumulación hacia una reforma constitucional y se establecieron como valores comunes fundamentales la libertad, la democracia,

la igualdad, la justicia social, la solidaridad, el trabajo y la paz, sobre la base de ese enorme valor común que cultivamos todos los días los frenteamplistas, que es la unidad. La declaración final analizó e intentó dar respuestas al conjunto de desafíos planteados. Fue valiente y autocrítica en algunos pasajes, por momentos audaz en la propuesta y consecuente en la valoración de las herramientas. Ya sobre el final, luego de toda una jornada de incertidumbres y dudas sobre como deberían procesarse los cientos de propuestas de modificaciones generadas por los comités de base en sus asambleas, una amplísima mayoría aprobó el cuarto intermedio hasta abril, como máximo. Un notable sonar de campanas para una militancia que necesita hacerse oír y ser escuchada. Salute.




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