CARE Perú en El Peruano Variedades el 21 11 2014

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El Peruano DIARIO OFICIAL

Año 104 // 3ª etapa // 394 // Viernes 21 de noviembre de 2014

PAOLO FABBRI P

SEMIÓTICA, REDES Y DEMOCRACIA

S Semiólogo italiano dictó en Lima conferencias ssobre marca e imagen. Pág. 3

APORTES

EL SUEÑO ESQUIVO ENTRE LOS JÓVENES

Pág. 6

HELEN ORVIG H

UNA HUELLA CONSTANTE EN EL PERÚ

Pág. 7

ELMER AYALA

EL ARTE FRENTE AL CALENTAMIENTO GLOBAL

TIEMPOS DE CAMBIO EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA EN LA GALERÍA PANCHO FIERRO Págs. 4 y 5


2 DEBATE

Viernes 21 de noviembre de 2014. El Peruano

CUESTIÓN DE EXPRESIÓN El catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Javier Fernández del Moral, llegó a Lima para dialogar con la comunidad académica sobre información, libertad de expresión, redes sociales y la necesidad de profesionalizar el periodismo. ESCRIBE MIGUEL ANGULO FOTO MIDCHEL MEZA

Polémica. El llamado ‘periodismo ciudadano’ no es periodismo, opina Javier Fernández del Moral, al defender la libertad de expresión.

C

ada cierto tiempo se discute vivamente sobre la profesionalización del periodismo. ¿Es necesaria la formación universitaria para ejercerlo? –Esa es una vieja cuestión que reverdece de vez en cuando, motivada más por el corazón que por la cabeza; más sentimental que racional. Creo sinceramente que todas las profesiones han tenido la misma evolución: hay un surgimiento empírico que se ilumina con otros

conocimientos periféricos y se crea otro corpus doctrinal que, a su vez, se orienta hacia la actividad profesional. El que ejerce un o icio no piensa por sí mismo, hay alguien que piensa y él ejecuta. El que ejerce la profesión piensa, de ine y ejecuta. Eso es lo que tiene que hacer un periodista, fundamentalmente, porque se debe a su audiencia, y su audiencia le pide que actúe así, que se profesionalice a favor suyo. –En nuestro país, por ejemplo, no todos quienes ejercen el periodismo en

televisión son formados en esta especialidad. –Recuerdo que en una de mis primeras presencias como catedrático de periodismo, en Colombia, me pidieron que dé una charla sobre la comunicación a los empresarios de ese país. Recalqué, entonces, la necesidad de respetar la profesionalidad del periodista, en ofrecer una actividad comunicativa lícita e inmersa en su actividad empresarial; les dije que ellos tenían ante la sociedad la responsabilidad de transmitir información. Yo

notaba unas caras de perplejidad absoluta. Uno de los empresarios me dijo: “Doctor, es que acá solo se publica aquello que está precedido de un soborno”. Eso fue demoledor. Él tenía la visión de que la única manera de publicar era pagando una cantidad o haciendo una extorsión económica. Creo que eso ha evolucionado notablemente. Los empresarios se adaptan a las exigencias de la producción periodística y la producción periodística ya no es tan precaria para permitir solo la publicidad como úni-

co vehículo de publicación. Al periodista, lo único que debe moverlo es el interés público, el interés social, transmitir informaciones de actualidad pero también de interés. –Usted a irma que existen cuatro funciones periodísticas, de las cuales la de informar y hacer pedagogía son las más importantes. ¿Ocurre eso en la realidad? –Me parece que estamos, en el ámbito internacional, en un momento de una cierta patología funcional en la que las dos funciones más nobles –la informativa y la pedagógica– están supeditadas o casi prisioneras de las de entretenimiento, de bene icio económico, por publicidad o por ranking, y de refuerzo, que es una función ideológica: “Yo quiero que mis lectores queden reforzados en su propia ideología”. El bene icio económico o el político son perfectamente lógicos y justi icables en los medios de comunicación, pero no a costa de sacri icar las otras dos funciones: la información y la función pedagógica. –¿Cómo se resuelve esta aparente contradicción? –Sinceramente, creo que los profesionales deben buscar el equilibrio. Las empresas no tienen por qué jugarse su dinero a costa de la información sobre la pedagogía, pero los profesionales sí. No me preocupa la concentración siempre que los empresarios sepan respetar la responsabilidad de cada periodista, de cada profesional que quiere poner en valor las dos funciones prioritarias. –¿Cuánto hay de periodismo en el llamado periodismo ciudadano? –Me parece que no es bueno adjetivar las cosas que tienen una solvencia de cierta envergadura. Por ejemplo, siempre he despreciado los apellidos de la democracia. Durante el franquismo, en España se le llamaba ‘democracia orgánica’, que eran los estamentos, los sindicatos, los que accedían al Parlamento, y eso no deja de ser grotesco. No

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“Eso que se está llamando ‘periodismo ciudadano’ no es periodismo, es libertad de expresión, y hay mucha libertad de expresión”. podemos confundir libertad de expresión, que es universal, de todos los ciudadanos, con la libertad de información, que es una libertad que la sociedad delega en los profesionales de la información, que es una libertad añadida, distinta a la libertad de expresión que tiene todo ciudadano. Eso que se está llamando ‘periodismo ciudadano’ no es periodismo, es libertad de expresión, y hay mucha libertad de expresión, hay un montón de gente diciendo cosas que no podemos confundir con el ser periodista. Yo no puedo resolver o responder a mi necesidad de recibir información veraz a través de las cosas que dice la gente. Una cosa es tener interés y otra es la responsabilidad del profesional que se preocupa de aquello que usted debe conocer, en términos de información. –En medio de una competencia fuerte por liderar los rankings de audiencia digital, ¿es un reto construir contenidos de calidad para la web? –Estoy dirigiendo una tesis doctoral sobre el tipo de contenidos culturales que tienen carácter de información periodística en la red y el resultado preliminar es patético. Estamos en resultados parciales, pero detectamos una mayoría de información interesada, comercial y de otro tipo que no es periodística. La verdad, una de las conclusiones es que es más di ícil hacer contenido de calidad en los medios digitales que en los tradicionales.

Director fundador: Clemente Palma | Director (e): Félix Alberto Paz Quiroz | Editor: César Chaman Alarcón | Jefe de Edición Gráfica: Daniel Chang Llerena Jefe de Diagramación: Julio Rivadeneyra Usurín | Editor de Fotografía: Jack Ramón Morales | Teléfono: 315-0400, anexo 2182 Correos: variedades@editoraperu.com.pe cchaman@editoraperu.com.pe


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ACADEMIA 3

“La red está llena de indignación, pero falta acción. La diferencia no está en el pensamiento, sino en la actitud”.

Ponencias. Fabbri llegó a Lima invitado por el Instituto Italiano de Cultura. Acá ofreció dos conferencias sobre semiótica, marca e imagen a la comunidad universitaria.

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a lengua no es una suma de palabras, y un sistema de signi icación, a su vez, no es un conjunto de signos, a irma el semiólogo Paolo Fabbri, en las primeras páginas de El giro semiótico, el texto resultante de las lecciones que dictó a la comunidad académica de Palermo hace algunos años. Las cuestiones del signi icante y el signi icado y su relación con los procesos complejos en la sociedad son una constante en el trabajo de este catedrático de la Universidad Internacional de Estudios Sociales de Roma. Por ello, desde su punto de vista, más que analizar las características particulares del signo, hace falta ahondar en los sistemas subyacentes que posibilitan la construcción, la destrucción y la renovación de sentidos.

PENSAR Y ACTUAR El profesor Fabbri llegó a Lima en la segunda semana de este mes para dictar conferencias sobre investigación en torno a las imágenes de marca, íconos y diagramas, y, coherente con su vocación magisterial, se dio un tiempo para responder preguntas respecto a semiótica, comunicación y política. “Los medios tradicionales conservan todavía una fuerza

SENTIDO COLECTIVO Habituado a trabajar con conceptos que exigen esfuerzo de abstracción, el semiólogo Paolo Fabbri aborda en la siguiente conversación aspectos tan cotidianos como el papel de las redes sociales, el poder de los medios en la construcción de la agenda social y la necesidad de nuevos sueños comunes. ESCRIBE CÉSAR CHAMAN ALARCÓN

considerable cuando se trata de orientar a la opinión pública”, observa Fabbri, al analizar las posibilidades que plantean las redes sociales e internet. Semanas antes, también en Lima, el ilósofo italiano Mario Perniola se declaró optimista respecto al llamado ‘quinto poder’ –los medios sociales– y su acogida al pensamiento crítico. “Yo soy más prudente”, reconoce.

Para sustentar su distancia, cita el caso de Julian Assange y el escándalo de los WikiLeaks. “Assange es un espía, pero su imagen es la de un libertario heroico. ¿Alguien ha tenido la oportunidad de revisar todos los documentos que él difundió en la red? No. Lo que conoce la gente, aquí y allá, es lo que iltraron y publicaron diarios como The Guardian, The New

York Times y Der Spiegel. Hay todavía un two step low aun en casos como este: los medios tradicionales conservan el poder de de inir la agenda de la sociedad”. “Y mientras todo eso ocurre, la red está llena de indignación y virulencia, pero falta acción –añade–. La diferencia no está en el pensamiento, sino en la actitud”. Por tanto, la pregunta que deben hacerse los

estudiosos y también los activistas es cómo transformar ese pensar en un actuar.

NOS FALTAN SUEÑOS La misma re lexión es válida cuando se toca el tema de la violencia, un fenómeno que recorre los países de Latinoamérica, desde México hasta Argentina, y que, al otro lado del Atlántico, causó estragos durante décadas en algunas regiones de Italia. La violencia y los estados de euforia son fenómenos propios del ser humano, admite el semiólogo. Y cuando se dice que existe un ‘acostumbramiento’ ante la violencia, habría que analizar el problema desde la perspectiva de la euforia. En Europa, la euforia –en tanto exaltación de las pasiones y del entusiasmo– dio paso a fenómenos sociales y políticos tremendos como el fascismo, explica Fabbri. Pero, después, el exceso de euforia llevó a la humanidad a una etapa de disforia, a una negación de lo anterior, al punto que ahora lo que se observa en la dimensión social es la aforia, un estado en que ya nada llama la atención. En este peligroso letargo, la sociedad podría perder toda opción de control sobre problemas como la violencia.

“Entonces, no basta con indignarse, hay que comprometerse”, acota el semiólogo, para quien esta escasez de motivaciones debería revertirse con la creación de nuevos sueños colectivos. “Digo sueños como sinónimo de ilusión”, agrega, antes de recordar a Mafalda, la niña que traduce en palabras sencillas toda la genialidad grá ica y analítica de Joaquín Lavado, ‘Quino’. En una de las tiras de Quino, Mafalda está de pie sobre su cama y levanta la voz para decirnos: ¿Con qué vamos a soñar hoy? “Eso es lo que falta en este momento.” En la tarea urgente de construcción de ilusiones, el ser humano tiene a su alcance algunas herramientas sutiles, como la música y el cine. La música tiene una suerte de doble función, comenta el profesor: una es de espera, como anticipación del futuro, y otra es de nostalgia, de evocación del pasado. El jazz, por ejemplo, tiene en sí mismo unas posibilidades de expresión notables.

ÚLTIMAS PALABRAS Fabbri toma distancia de otro compatriota suyo, Giovanni Sartori, quien alerta sobre un empobrecimiento de la capacidad de pensar en abstracto, como consecuencia del acto cotidiano de ‘telever’. A salvo de las visiones apocalípticas –en el sentido que les dio Umberto Eco–, con ía en la continuidad de la construcción de signi icados como proceso colectivo. “Correcto no es lo mismo que verdadero, tanto como incorrecto no es igual a falso”, acota, para redondear el mensaje en torno a signo, signi icante y signi icado. “Además, ‘democracia’ no es la última palabra –sentencia Fabbri–. Es siempre la penúltima”.


4 EXHIBICIONES

Variedades

El Peruano.

URGENCIAS TERRENALES Un organismo de desarrollo acopla a su labor social el componente artístico para traer a la ciudad una exposición fotográfica de calidad notable. El tema central es el cambio climático. ESCRIBE GABRIEL VALDIVIA

Peligro. La destrucción del bosque amazónico pone en riesgo todo el sistema ambie

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uatro fotógrafos que trabajan de la mano con Care Perú han desarrollado toda su agudeza visual para registrar diversos escenarios donde la huella del cambio climático ya se deja ver. Pero no se han limitado a fotogra iar este avance amenazador, sino que, como respuesta, gra ican el trabajo que realiza esta organización con la comunidad, preparándola para afrontar los desa íos del presente e interiorizar la responsabilidad ecológica. El peculiar modo de ver y comprender la problemática medioambiental es presentado por estos artistas en la galería Pancho Fierro de la Municipalidad de Lima, entre muchas otras propuestas que participan en la muestra fotográ ica Impactos y adaptación al cambio climático, que constituye una temática que será debatida en nuestra capital con motivo de la realización de la COP20, la Conferencia de las Partes para el Cambio Climático.

DE IMPACTO Las fotos describen la afectación ocasionada por este fenómeno en zonas de glaciares (Carhuaz) e impactos en el nevado de Huaytapallana, que abastece con el recurso hídrico al 70% de la población de Huancayo. También en la zona de Ucayali, Purús, cerca de la frontera con Brasil, y en Madre de Dios, en la zona de Tahuamanu, donde la parte más extrema es Iñapari. Allí, las

Esperanza. Comunera de Junín en plena cosecha de papa. Care promueve cultivos con menor demanda de agua para mitigar el impacto del cambio climático. La imagen está presente en la m


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. Viernes 21 de noviembre de 2014

ZAK BENNETT

ZAK BENNETT

“El peculiar modo de ver y comprender la problemática medioambiental es presentado por estos artistas en la galería Pancho Fierro de la Municipalidad de Lima.”

ntal de Madre de Dios, incluyendo la fauna. ELMER AYALA

muestra en la galería Pancho Fierro, Cercado.

lluvias intensas bloquean las carreteras y aíslan a las poblaciones. La gerenta de programa de Cambio Climático de Care Perú, Sandra Ísola, señala que parte de la labor se orienta a la recuperación de cultivos como quinua o papas nativas, que tienen un creciente valor en el mercado. “Promovemos cultivos que requieren menor cantidad de agua para que, justamente, se adapten mejor a las nuevas condiciones climáticas.”

COMPROMISOS

Iñapari. La población originaria constituye el sector más vulnerable en la zona de influencia de la vía Interoceánica, como este pescador.

Los fotógrafos que participan en esta colectiva son Elmer Ayala, Zak Bennett, Vera Lentz y Esteban Quevedo. Ellos han tenido como temática de su labor la fotogra ía documental y editorial, en el caso de Ayala; y la de con lictos y edición fotográ ica, que desarrolla el estadounidense Bennett, aunque ambos han devenido en la temática del cambio climático con audaz compromiso. Demás está señalar el aporte visual de Vera Lentz, que tiene como antecedentes el registro del con licto armado o el esfuerzo de las poblaciones nativas por conservar su cultura, siempre amenazada por la modernidad. Quevedo, por su parte, ha orientado su interés por el desarrollo económico sostenible y su preocupación por la reducción del riesgo de desastres. La muestra ya se exhibe en la tradicional galería limeña y estará hasta el próximo miércoles 26 de noviembre.


6 TENDENCIAS

Viernes 21 de noviembre de 2014. El Peruano

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JÓVENES EN RIESGO

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asta hace tres décadas, los hombres y mujeres mayores de 35 años, trabajadores sometidos al desgaste natural de la jornada laboral intensa, eran las potenciales víctimas de este desgaste ísico y cognitivo. En los últimos años, sin embargo, estas patologías no solo han aumentado, sino que también se han disparado en personas cada vez más jóvenes. Escolares, adolescentes y universitarios están inmersos en el peligroso círculo vicioso donde el estrés, la falta de sueño y la depresión se mezclan con la vida urbana llena de estímulos y sensaciones fuertes.

Alerta. Organizaciones de salud advierten sobre el avance de los trastornos del sueño y sus efectos nocivos en la población juvenil.

E

l primer día es como cuando te amaneces por una tarea. “Yo empleaba ese tiempo en avanzar mis trabajos. Al segundo, me sentía más o menos mal; en el tercero, tenía sueño, pero cuando cerraba los ojos no pasaba nada, ya no podía dormir. Ya en el cuarto día, perdía la noción de lo real, tenía miedo”. A las tres de la madrugada, Diana suele dejar de contar el tiempo. Tiene dos opciones: esperar al sueño estático y paciente, o buscarlo en la lectura, en el trabajo, en la televisión o en cualquier actividad que le canse la vista. Con suerte, sus energías se terminarán por completo cuando falten apenas cinco horas para levantarse de nuevo. Si no, cada hora de insomnio se convertirá en un peso adicional que cargará el resto del día siguiente.

NIVEL DE TRASTORNO Diana Michelle es universitaria y a sus 22 años tiene serios problemas para dormir. Ahora, suele dormir entre 5 y 6 horas diarias, pero hubo una época en que el sueño nunca llegaba a ella. Esto le trae di icultades y falencias dispares: desde no poder seguir el hilo de una clase hasta el hecho de andar el 70% del día –como ella dice– con un pésimo y repelente humor. Según la Organización

EL SUEÑO ESQUIVO El agotamiento generado por los trastornos del sueño impide a miles de jóvenes cumplir labores básicas como el estudio y el trabajo. El uso inadecuado de la tecnología digital, el estrés y los hogares disfuncionales se ubican en la base de este problema preocupante. ESCRIBE LOUIS CHUNG CANAL Mundial de la Salud (OMS), hasta el 40% de la población mundial sufre distintos niveles de trastorno del sueño, lo que se traduce hasta en 80 enfermedades ísicas y psicológicas. Las causas de estos trastornos son diferentes a las de otras enfermedades. Mientras que los adultos son atacados por las variables clásicas –estrés laboral, mal descanso, agotamiento–, los jóvenes, además, adquieren hábitos perjudiciales para la salud, como el abuso de los estímulos digitales, el exceso de vida nocturna y el desorden.

A veces, el agotamiento afecta tanto a Diana que le imposibilita hacer las tareas de su día a día. Leer, comprender, relacionarse con otros estudiantes y elaborar trabajos se vuelven particularmente di íciles. Ella es parte del 17% de jóvenes y adolescentes diagnosticados con diversos problemas de sueño, víctimas del insomnio crónico. Para la psiquiatra Gloria Ilaza, especialista en temas del sueño, las variables que generan cuadros como el de Diana son cada vez más frecuentes. No es la exposición a estímulos estresantes, sino la

concentración de los mismos. En lo que concierne a la población urbana, el crecimiento del problema es tan sostenido que “se podría hablar de una epidemia de insomnio”. El estrés urbano, el ritmo intenso de los estudios y los hogares disfuncionales son los causantes más frecuentes del desgaste emocional de la población. La causa más común del insomnio joven es el estrés y la ansiedad. Según las cifras del Ministerio de Salud, solo un 15% de los adolescentes urbanos duerme las 9 horas recomendadas por los médi-

cos. Después de ellos, un importante 26% duerme solo 6 horas o menos. Una de las claves que la doctora Ilaza ha observado es el mal uso o exceso de los elementos digitales, como celulares, computadoras y otras herramientas, en horarios de descanso. Estos, al ser fuertes estímulos de atención, no permiten al cerebro salir del estado de alerta permanente. Y causan cuadros de desvelo que no se sienten en el momento. Otro generador de estrés es la inestabilidad familiar. La negativa exigencia de un hogar inestable es altamente destructiva para los jóvenes en múltiples aspectos. Por último, el tener un cuarto o un espacio para dormir ruidoso, demasiado iluminado u oscuro, reduce de manera decisiva la calidad del sueño.

EFECTO EN CADENA Normalmente, las causas del insomnio suelen presentarse de a dos o tres y sus efectos varían de persona a persona. Pero hace dos años, Diana fue expuesta a todas a la vez: un hogar inestable, una exposición continua al ruido y al trá ico de la ciudad, un mal espacio para dormir y la ansiedad propia de los estudios. Las terribles pesadillas que la perseguían por las noches la obligaron a luchar contra el sueño. Fue en ese momento cuando se desencadenó un episodio crítico de insomnio, como un efecto en cadena. Las pastillas para dormir ya no surtían efecto, el ritmo universitario era imposible de seguir y su energía emocional se iba agotando a pasos agigantados. El cuerpo de Diana colapsó poco después de esa cruenta semana. Ella nunca había acudido

a un especialista del sueño; ese era un problema menor en su lista. Consciente o no, ella fue solucionando, poco a poco, las causas primarias de lo que culminó en su cuadro crítico. Acudió por ayuda psicológica para tratar de solucionar los con lictos que la acosaban desde su infancia. Empezó a mejorar su capacidad de manejo del estrés, se preocupó en controlar su ansiedad y se convirtió en un catéter de cambio en su familia. Después de acudir a especialistas y tratar cada variable por separado, fue mejorando su condición. Se cambió de un cuarto “saturado por una cama, un armario, cajas y cajas, cómodas, lleno de cosas muy desordenadas y sin ventilación” a una habitación con una ventana y una única luz. Trató el tema de las pesadillas y empezó a curar traumas que tenían años de vigencia. Adquirió hábitos de relajación y orden. Cambió su rutina diaria y adoptó una nueva actitud frente a la universidad y sus problemas. Todo esto, para dormir entre 5 y 6 horas al día. Para ella, un logro que simbolizó una salvación. A diferencia de las personas que no tienen que preocuparse por contar ovejas antes de dormir, por hacer ejercicios de relajación, buscar actividades ísicas antiestresantes ni por regular sus emociones y pensamientos, para Diana cada noche es un reto. Cada hora dormida y cada hora desperdiciada tienen un valor trascendental en su día a día. Después de hacer sus ejercicios de respiración, Diana apagará su única lámpara y se sumergirá, como todas las noches, en las imágenes de la oscuridad, con la esperanza de encontrar allí al sueño.


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Viernes 21 de noviembre de 2014. El Peruano

MUJER VISIONARIA Lima reunirá esta semana a mujeres de todo el continente durante el 13º Encuentro Feminista Latinoamericano. Ocurrirá 31 años después y esta nota es un homenaje a ellas, en especial a Helen Orvig, quien reafirmó su identidad en el Perú. ESCRIBE SUSANA MENDOZA / FOTO MELINA MEJÍA

S

u voz maternal y su hablar pausado se conservan intactos hasta hoy, tanto como su convicción de que es inteligente ser feminista en estos tiempos. “No se agota, siempre hay que ser vigilante de esta sociedad que crea formas de discriminación y opresión”, asegura Helen Orvig, noruega Made in Perú que llegó a nuestro país por amor, y se quedó en él por esa misma razón. A Helen la conocí en los 80 cuando participábamos en reuniones feministas. No recuerdo momento ni fecha exacta. Lo que retuvo mi memoria fue una frase que pronunció durante una conversación que tuvimos en el Centro de Documentación de la Mujer que ella dirigió. “Cuando aprendí quechua entendí la cultura peruana, su lado andino”. Me sorprendió que esa mujer alta, de manos grandes y mirada azul compartiera su sensibilidad con una mocosa impetuosa. Me encantó. Desde ese día tomé conciencia de su labor.

sus re lexiones acerca de la situación del segundo sexo en nuestro país. El diario Expreso fue el que le abrió sus puertas en 1970. Pero Helen llegó al Perú en 1955 luego de tomar la decisión de dejar su país, su familia, su historia y hasta su idioma, para vivir al lado del hombre que eligió como pareja y padre de sus hijos: Augusto Salazar Bondy, periodista, educador y ilósofo peruano que murió tempranamente a causa de una enfermedad. A él lo conoció en París, en una reunión de estudiantes noruegos que se organizó en la Ciudad Luz. Esos momentos de encuentro con Augusto los recuerda con nostalgia. Sin embargo, su memoria se estremece un poco cuando habla de sus primeros años en nuestro país. Tenía 26 años cuando pisó nuestras tierras, una hija en brazos y toda la ilusión del mundo por compartir sus afectos con el amor de su vida. No fue sencillo. “Fueron años duros, sentía que no existía y viví momentos de depresión muy fuertes. Pero había algo en mí que me empujaba a buscar razones para entender qué era lo que me pasaba”, recuerda. Helen tenía formación intelectual, había sido becaria de Francia, pero sobre todo poseía una gran sensibilidad. “Escribir para mí fue una liberación, me permitió analizar y descubrir ideas, experiencias y conocimientos que me ayu-

daron a entender la situación de opresión que vivía, pero que también compartía con otras mujeres comunes y corrientes del Perú”.

LA LIBERACIÓN Durante los apachurrantes años 50, Helen no encontró en Matilde Pérez Palacio ni en Irene Silva de Santolalla –que fueron congresistas entre 1956 y 1963– un referente para inspirar su autonomía. “Yo asociaba el ser feminista con esas mujeres que para mí tenían una imagen conservadora. No me identi iqué con ellas, sino con el feminismo porque para mí fue una corriente de liberación. Entendí que yo y otras mujeres éramos víctimas de una sociedad que nos condenaba a ser personas de segundo orden”, con iesa. Los textos que publicó Helen Orvig en el diario Expreso generaron gran expectativa en la sociedad. Eran los años del gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, tiempos en los que se generaron importantes cambios y movimientos sociales entre ellos, el convocado por las mujeres feministas. Y como la historia de uno es la historia de las decisiones que adopta y también del azar, Helen sobrevivió la muerte de su pareja con la elección de quedarse de initivamente en el Perú luego de volver a Noruega y descubrir que ya no era el lugar donde ella quería vivir el resto de su vida. Orvig había tomado la más importante decisión.

FEMINISMO, SIEMPRE

E

PERIODISTA Ella fue una de las primeras mujeres que escribió en un diario de circulación nacional artículos de opinión sobre la condición de la mujer peruana. Los domingos, cada 15 días, aparecían escritos como La revolución de la mujer; La mujer y su liberación y El trabajo y la mujer: un reto para la revolución, entre otros, desde donde compartió

EJEMPLOS 7

Intelectual. Helen Orvig tenía una sólida formación académica y un gran compromiso con su género.

sta mujer, amante de la literatura y de pensamiento audaz, echa raíces en el país de todas las sangres por convicción. En la década de los 80, ya madura y con certezas, asume la dirección del Centro de Documentación de la Mujer, una propuesta informativa y de comunicación que rescató la presencia de las peruanas a lo largo de la historia. Desde ese lugar de irradiación del conocimiento lograron una colección de documentos que dan cuenta de hechos y sucesos protagonizados por mujeres. Publicaron revistas y libros, como el dedicado a la primera feminista del Perú, María Jesús Alvarado, y crearon una red de centros de documentación especializados. Hoy, a los 85 años, confiesa tener muchos recuerdos, muchas vivencias. “Para mí ser feminista significa aceptarme y tener fe en mí misma”, enfatiza.


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El Peruano

“¡

T

engo hamb r e ! ”, l e gritaba a Gonzalo Farfán uno de los asistentes al concierto que G-3, su grupo de rock, ofrecía. Y no se trataba del título de una canción solicitada, sino de un ‘reclamo’ que ese anónimo personaje le hacía al vocalista y guitarrista de la banda, basado en la supuesta brecha social que separaba al público de quienes estaban sobre el escenario. “Le dije que si estaba hambriento, vendiera la tremenda casaca de cuero que llevaba puesta”, recuerda el músico, 25 años después del incidente. El episodio ilustra con propiedad no solo la historia de G-3 –próceres en nuestro país de ese veloz y potente subgénero rockero conocido como hardcore– sino también la del llamado ‘rock subterráneo’ y, probablemente, parte de la vivencia de los centros urbanos en los años 80, sometidos a los vaivenes de una soterrada lucha de clases, plagada de violencia. “Nos decían ‘pitucos’, pero yo vivía en Lince y Guillermo Figueroa, el baterista, en el centro de Lima”, recuerda Farfán. “Lo paradójico es que muchos de los que nos llamaban así ahora viven en Europa”, ríe.

DE A TRES Esa polarización llevó a G-3 primero a buscar interrelacionarse con sus pares más cercanos, en la recordada ‘jato hardcore’, una casa semivacía de Barranco, y, después –acabado el rock subterráneo–, asumiendo un camino individual que se hizo más patente luego que el trío (completaba la formación Gabriel Bellido, en el bajo) saliera del receso en que se sumió entre 1990 y 1991. Al retornar, el rock más contestatario se movía lejos de cualquier foco de atención masiva. El trío, mientras tanto, experimentaba. Tanto Farfán como Figueroa habían integrado otros proyectos musicales en los extramuros del estilo radical que habían cultivado desde los lejanos

Permanencia. Los miembros de G-3 fueron los pioneros en el Perú del subgénero hardcore. La banda grabó en los años 80 Pasan los días, un clásico en la movida local.

CAMBIO CONSTANTE Desafiar los preconceptos y los dogmas es una de las características de la trayectoria de G-3. Y Psicotropía, el disco cuyos 20 años celebran hoy, se mantenía en esa línea. Repasamos el contexto en el que esta obra sonora fue gestada. ESCRIBE FIDEL GUTIÉRREZ MENDOZA

días de Autopsia, su primera banda. Corrían los inales de 1994 y es en ese contexto en que toma forma Psicotropía, disco que sacó del modo pausa a una de las historias musicales más interesantes del rock nacional.

AHORA O NUNCA “Cuando volvimos se acabaron todos esos ataques que sufríamos, porque la gente

de las bandas y el público estaban abiertos a escuchar nuevas cosas”, recuerda Farfán sobre el período iniciado en 1992, cuando G-3 volvió a escenarios que hasta un tiempo atrás les habrían valido el anatema de los sumos pontí ices de la radicalidad subterránea, como un restaurante de pollo a la brasa y una tienda de discos de Mira lores.

“Nos parecía más interesante tocar para gente que en su vida supo qué era el punk, era como mostrarles una opción diferente”, dice Gonzalo. El repertorio hardcore seguía presente, pero el énfasis recaía en versiones de temas ajenos en inglés (otro sacrilegio para el catecismo ‘subte’) y en las nuevas canciones de ese momento, in luenciadas por la onda grunge, con

el trío Nirvana a la cabeza. Estos nuevos rumbos se consolidaron con la inclusión de dos amigos cercanos a la banda: Felipe ‘Pipe’ Villarán, un guitarrista in luenciado por el rock clásico, y Alejandra Pérez-Prieto, en coros. “No es que planeáramos tener una chica en el grupo, sino que se dio naturalmente, pues ella tenía una empresa de diseño grá ico en el mismo sitio donde teníamos nuestra sala de ensayo.”

PASAN LOS DÍAS La imagen y la envoltura sonora habrían cambiado, pero el espíritu y las proclamas individualistas de las letras de Farfán se mantuvieron en este nuevo contexto, como demuestran canciones como ‘Identidad’, ‘Indecisión ‘y ‘Viviré’, llenas de su afán por escapar del ‘borreguismo’. La música, a su vez, presentaba aristas impensables hasta entonces en uno de los baluartes del hardcore, con guiños al rumbo más melódico de bandas contemporáneas, como Nirvana y Smashing Pumpkins. Mientras tocaban en vivo este material, fue creciendo en el grupo la idea de regra-

bar en mejores condiciones los dos casetes que editaron en los años 80. El disco, titulado Pasan los días, se convertiría en poco tiempo en un clásico del rock peruano, y acercaría al grupo y a sus seguidores nuevamente a sus orígenes. Desde allí la escalada fue irreversible. Si bien Alejandra decidió retirarse, el cuarteto no perdió fuerza. Trabajando por primera vez con un manager, encararon la música de manera aún más profesional, viajando a presentarse a Argentina en dos ocasiones y produciendo un disco más (En Casa, del año 2000), antes de una amistosa disolución. Desde comienzos de siglo, Gonzalo y Gabriel están embarcados en la exitosa banda Inyectores, pero ello no impide que G-3 vuelva a reunirse cada cierto tiempo, para brindar presentaciones. La de esta noche será en el Centro de Convenciones de Barranco por los 20 años del disco Psicotropía. Además de ello, el grupo prepara un DVD grabado en vivo que vendrá en una caja, junto a toda su discogra ía. Una buena forma de perpetuar un legado clave dentro del rock local.


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