VII CONGRESO NACIONAL DE RECONCILIACIÓN “Reconciliémonos, seamos camino de esperanza” 23, 24 Y 25 DE SEPTIEMBRE La Conferencia Episcopal de Colombia, desde el Secretariado Nacional de Pastoral social, realiza cada dos años un Congreso Nacional de Reconciliación, espacio que permite el fortalecimiento de las capacidades y acciones de la pastoral social en toda Colombia, además de compartir experiencias nacionales. En esta oportunidad, en su versión séptima, y bajo el eslogan “¡Reconciliémonos! ¡Seamos camino de esperanza!”, reunió más de 600 personas de todo el país en el Hotel Casa Dann Carlton en Bogotá, los días 23, 24 y 25 de Septiembre. I.
Introducción y acto protocolar
El objetivo del primer día fue fortaleceré el trabajo pastoral de reconciliación en los aportes a los desafíos de la realidad colombiana, bajo la perspectiva de la vocación y misión cristiana de la reconciliación. Los invitados más importantes en la inauguración fueron:
Excelentísimo Monseñor Oscar Urbina – Arzobispo de Villavicencio y Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, Excelentísimo Monseñor Fabio Suescún Mutis – Obispo Castrense de Colombia y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Ilustrísimo Monseñor Héctor Fabio Henao – Director del Secretariado Nacional De Pastoral Social, Dr. Fabrizio Holchschild – Coordinador residente de UN en Colombia, Dr. Lars Vaagen – Real Embajador de Noruega, Dr. Peter Natiello – Director de misión de USAID en Colombia,
Sra. Miyela Riascos – Mujer Líder Diócesis de Buenaventura.
Las reflexiones de los invitados se resumen en los siguientes puntos: -
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II.
La Iglesia está llamada a trabajar en la reconciliación y la paz, teniendo en cuenta que ésta no se construye homogéneamente, sino desde las regiones. Nuestro aporte es contribuir a sanar a los afectados por la violencia, quienes claman por un rostro que los identifique como sobrevivientes y constructores de paz. La meta de la reconciliación es crear mujeres y hombres nuevos, por eso nos acercamos con humildad, realismo, y profunda confianza a emprender un camino, de la mano de Dios, que nos reconcilia con Él, nos permite generar espacios de encuentro, y ser embajadores de la Reconciliación.
Conferencia Central: “Vocación y misión cristiana de la reconciliación”
La primera conferencia estuvo a cargo de Monseñor Fabio Suescún Mutis; y abordó las siguientes temáticas: La reconciliación: El congreso se realiza en un contexto con profundas implicaciones como ciudadanos y como creyentes, debido a que el país se encuentra en medio de las negociaciones de paz y a pesar de algunos sentimientos de escepticismo, tenemos la seguridad que es el momento en que la paz debe darse. Algunos puntos a resaltar: -
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La viabilidad de la reconciliación debe ser estudiada desde distintos ángulos, en este caso, desde la visión cristiana. La realidad humana busca la complementariedad (completar y ser completado). Algunas veces esa búsqueda nos muestra diferencias que, de no ser tratadas por medio del dialogo, pueden terminar en choques violentos. Hay que aprender a superar las diferencias y buscar el bien común. Un corazón abierto al amor está dispuesto a dejarse complementar y complementar al otro, pero uno herido busca la soledad y aislarse del otro. Mientras el corazón de cada persona no se involucre en la reconciliación, la paz no será un fruto permanente. En el proceso de reconciliación hay que sanar el corazón de las víctimas y los victimarios, esta es la palabra de Dios para lograr la reconciliación. Las simples normas de comportamiento no bastan, es necesario el amor. Dios dice en sus mandamientos “ama a tu prójimo como a ti mismo” (Lv 19, 18).
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Este amor al prójimo aparta la diferencia y nos compromete a hacer con el que está equivocado, un proceso de conversión fraterna. Para Jesús, el amor no se queda solo en los buenos, por eso los cristianos deben ser imitadores del Padre que alumbra con el sol tanto a buenos como a malos y amar a tus enemigos. El amor a los enemigos es un mandato cristiano, siguiendo el ejemplo de Jesús, que pidió perdón al padre en la cruz por los otros y que vino a dar amor misericordioso al prójimo postrado y en peligro de muerte, y que por sí mismo no puede salir adelante. Los últimos, los que no interesan a nadie son los predilectos e interesan a Dios. El prójimo es el que no pasa de lado por el herido, y por el contrario se preocupa por él hasta lograr su sanación. Jesús nos muestra el deber de un buen samaritano, la misión y vocación cristiana de la misericordia. Para muchos la misericordia puede ser signo de debilidad, pero es el amor de Dios en plenitud. Dios nos llama, nos convoca a la reconciliación. Reconciliados con cristo tenemos la misión de trabajar por el otro, siendo así sus embajadores. Exigencias y proyección de la reconciliación: Es posible pensar que el único conflicto es el armado, pero hay corazones con sentimientos enfrentados que quitan la paz interior, hay relaciones familiares en donde existen corazones heridos. Donde estos corazones se encuentran, se debe derribar muros y establecer nuevas y más sanas relaciones. El ofrecimiento de reconciliación se da gratuito y debe ser aceptado por la contraparte que busca un diálogo. Sin la aceptación interior no hay reconciliación.
Resonancia: a cargo de Sandra Milena Ciro de la Diócesis de Santa Rosa de Osos. Sandra es parte de una organización de victimas que busca su reparación y la de las demás victimas del municipio, alrededor de 16 mil. Es ganadora del concurso jóvenes talentos como líder de este proceso. Contextualizó el territorio en el que vive y los golpes que la violencia del conflicto armado ha dejado.
III.
Conversatorio “Panorama de nuevas conflictividades como desafíos a la reconciliación”
El segundo panel, moderado por Monseñor Héctor Fabio Henao, trató sobre los desafíos que implican las nuevas conflictividades en el territorio. Las reflexiones de los invitados se resumen en los siguientes puntos:
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La Iglesia está llamada a trabajar en la reconciliación y la paz, teniendo en cuenta que ésta no se construye homogéneamente, sino desde las regiones. Nuestro aporte es contribuir a sanar a los afectados por la violencia, quienes claman por un rostro que los identifique como sobrevivientes y constructores de paz. La meta de la reconciliación es crear mujeres y hombres nuevos, por eso nos acercamos con humildad, realismo, y profunda confianza a emprender un camino, de la mano de Dios, que nos reconcilia con Él, nos permite generar espacios de encuentro, y ser embajadores de la Reconciliación.
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Un resumen de las temáticas abordadas por los invitados se presenta a continuación:
A. Violencia Juvenil en Contextos Urbanos. La Dra. María Fernanda Arocha del Centro de Recursos para el Análisis del Conflicto (CERAC), presenta y lanza la investigación titulada: “Violencia Juvenil en Contextos Urbanos”, desarrollada en un convenio entre su institución, el Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS) y la Fundación Instituto para la Construcción de la Paz (FICONPAZ). La misma se centra en siguientes las tres preguntas: ¿Cuáles son las principales dinámicas de violencia juvenil en cada contexto urbano (Cali, Medellín, Bogotá, Cartagena e Ibagué)? ¿Cuáles son los factores de riesgo y protección asociados a la violencia juvenil urbana en estos contextos? ¿Qué se está haciendo en materia de prevención? Esta investigación parte de la premisa de que las acciones de violencia juvenil deben ser abordadas desde las empresas criminales y los grupos organizados que las gestan. La Dra. Arocha presenta los resultados con relación a la primera pregunta, exponiendo elementos que corresponden a 5 contextos.
- CALI: Es la ciudad con la problemática más grave de la violencia juvenil; Violencia profesionalizada y generalizada en la ciudad; Alta incidencia de grupos armados post -desmovilización; Grupos de violencia juvenil como pandillas, barras, entre otras; Cada vez más articulados a estructuras de delincuencia organizada.
- MEDELLÍN: Violencia profesionalizada y generalizada en la ciudad;
Se consolidó el tránsito de la violencia juvenil a la violencia organizada (bandas criminales). - BOGOTÁ La violencia juvenil ha sido un fenómeno persistente en el tiempo y focalizada en algunas zonas marginales y periféricas de la ciudad; Transición incipiente aun hacia estructuras organizadas; Se ha dinamizado y reactivado la violencia juvenil vía la entrega de armas, la articulación en el negocio del micro tráfico y la subcontratación de bandas criminales, pandillas y, barras violentas por parte de organizaciones al servicio del narcotráfico; Es necesario fortalecer el carácter robusto de la infraestructura de la prevención de la violencia juvenil. - CARTAGENA: Ha sufrido una grave situación de violencia juvenil, reflejada en el incremento de las pandillas en el territorio, la tercerización de actividades criminales como el sicariato y la extorsión; Se encuentra en una situación donde la criminalidad puede migrar hacia grupos del crimen organizado; Se hace urgente un esfuerzo decidido por atender tempranamente la vinculación de jóvenes en grupos de violencia organizados y prevenir la articulación de estos con grupos más estructurados. - IBAGUÉ: Marca una diferencia siendo una ciudad que comienza a crecer y que tiene una problemática de violencia juvenil menos evidente que otras del país; la ciudad aún no es estratégica para el asentamiento de mercados ilegales y grupos de criminalidad organizada, sino que cumple una función de paso y donde los mercados ilegales funcionan a nivel local; Las condiciones socioeconómicas son actualmente las que más ponen en riesgo a los jóvenes ibaguereños.
B. Conflictos socio ambientales y territoriales El investigador Fernando Vargas Valencia, de la Comisión de Seguimiento a Política Publica de desplazamiento forzado, presentó el contexto sobre la situación de derechos humanos
de población víctima por desplazamiento forzado, y de comunidades en territorios afectados por la explotación minero energética. Ante los nuevos desafíos de la industria extractiva en la prevención de la emergencia o recrudecimiento de nuevas conflictividades, es importante partir de una mirada retrospectiva de los antecedentes de violencia -y con enfoque- en los territorios, que sea consciente del arraigo y de la construcción de identidad colectiva de las comunidades alrededor de estos últimos. Así mismo se requiere del reconocimiento de los modelos del buen vivir propios de cada comunidad, en los que no cabe la explotación minero energética como una opción, obligando a ser críticos frente al modelo de desarrollo del Estado. Como parte de las reflexiones surge la pregunta de si el problema de la emergencia de nuevas conflictividades por la industria extractiva, radica en la actividad en sí, o en la ilegalidad de la misma. Lo que se cuestiona, es la minería inconstitucional, que atenta contra los derechos colectivos de las personas, la minería altamente contaminante que compromete la supervivencia de las comunidades, generando nuevas formas de desplazamiento. Las industrias extractivas y las consecuencias de estas en la vida de las comunidades y en los territorios debe ser uno de los puntos de fondo a abordar con las FARC u otros actores armados ilegales como el ELN, esto impulsado por la sociedad civil, especialmente por las comunidades más afectadas por este fenómeno. Resonancia del Padre Jhon Reyna. Director SEPAS Buenaventura. El padre llama la atención sobre la Importancia de reconciliarnos todos desde los diferentes actores de la sociedad con la naturaleza, partiendo de un examen de conciencia profundo, hacia un propósito de enmienda que abra los caminos para reparar el daño causado, directa o indirectamente a la naturaleza, a los territorios y a las diferentes comunidades. IV.
Trabajo en Grupos:
Las mesas de facilitaron una reflexión colectiva frente a los desafíos actuales para vivir la vocación y misión cristiana de la reconciliación, y cómo estos desafíos interpelan nuestras prácticas. Se centraron alrededor de la siguiente pregunta motivadora: ¿qué desafíos nos plantea en nuestros territorios cada uno de los siguientes temas para vivir la vocación y misión cristiana de la reconciliación?
Se formaron 8 mesas de trabajo, cada una trabajó con la misma pregunta, pero desde una temática diferente. 1. PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LA RECONCILIACIÓN Y LA CONSTRUCCIÓN DE PAZ: Las ideas fuerza de esta reflexión fueron: La participación política es necesaria para promover procesos de transformación real, como camino hacia la reconciliación interpersonal, inclusiva y colectiva; los espacios de dialogo social son cada vez más necesarios en la promoción y construcción conjunta de propuestas de políticas públicas necesarias para el desarrollo de una sociedad; la inclusión en torno a la mujer, la juventud y las poblaciones campesinas en la arena pública y política son cruciales; y finalmente como agentes de cambio debemos aportar a la concreción de rutas, herramientas y estrategias, que posibiliten construir espacios de diálogo social, horizontal y diverso para acceder a lo público y lograr los cambios estructurales que requiere una sociedad reconciliante y reconciliadora. Ante la pregunta, la mesa de trabajo respondió a partir de las siguientes ideas: - Dar énfasis a la mujer en la participación ciudadana ya que esta no tiene garantías legales para incidir en escenarios públicos y políticos; Generar procesos incluyentes para ellas y para la población campesina, con enfoque diferencial y político. El sector campesino es clave para la reconciliación, precisamente por la historia que llevan como víctimas de la violencia armada. - Conocer el contexto (diagnóstico de la realidad) para consolidar verdaderos procesos de participación ciudadana. - Factor educativo como medio para la reconciliación, dándole fuerza a los procesos de educación para la participación ciudadana; Intervenir en las políticas públicas para la educación; La familia como primera escuela formadora de valores. - ¿Cómo desde la Iglesia se puede aportar a la participación ciudadana, cuál es ese reto? Libertad y pluralidad de credos para generar procesos de participación ciudadana a modo de camino hacia la reconciliación. - Derechos, garantías y obligaciones ciudadanas. El mismo Jesús exhortó a sus discípulos a no descuidar su compromiso como ciudadanos. A partir de esta lluvia de ideas, se plantean las siguientes propuestas. 1. Generar procesos personales de perdón y reconciliación conmigo mismo, con el otro y con lo otro (casa común) 2. Realizar un diagnóstico constante de la realidad de las regiones que ayude a identificar los verdaderos problemas que no facilitan la reconciliación.
3. Trabajar la dimensión espiritual y emocional, pues ésta nos da la fuerza para ser auténticos Embajadores de la reconciliación (Agentes multiplicadores de la Reconciliación). 4. Reconciliación con el mundo de la política (entre sus actores y sus hechos) (ciudadanos – Estado e Iglesia – Estado) Recuperación de las confianzas para contrarrestar el tema de la desesperanza. Romper la indiferencia y el escepticismo. 5. Generar procesos de participación real de las ciudadanías con un enfoque diferencial. 6. Promover espacios de formación ciudadana que permitan la concreción de espacios de sensibilización frente los derechos y deberes en los procesos de participación. 2. SUPERACIÓN DE LA CRISIS HUMANITARIA En esta mesa se plantearon los siguientes desafíos: -El conflicto armado ha generado crisis humanitaria; en un posible escenario de transición hacia el postconflicto, pueden llegar a surgir nuevas conflictividades, así como crisis política, social y económica en las fronteras. -Los principios éticos de la intervención humanitaria son: humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia. A partir de ello se abordaron las siguientes preguntas: ¿Cuáles son los retos en la superación de la crisis humanitaria en los territorios, para vivir la vocación y la misión cristiana de la reconciliación? ¿Qué elementos de la reconciliación, desde una perspectiva pastoral, pueden coadyuvar a la superación de la crisis humanitaria en nuestro país? En la conversación abierta con los participantes surgieron las siguientes conclusiones: Existen vacíos en los procesos de la comunidades paralelos al proceso de dialogo en la Habana. Esto es un reto. Es preocupante la corrupción electoral y administrativa que alimenta el conflicto y la antidemocracia en los municipios. Las debilidades del estado, la discriminación, marginación, exclusión. Se deben resolver las desigualdades sociales y establecer lazos de confianza, no se confía en el proceso, en los lideres, en lo esfuerzos. El camino para la reconciliación está en los procesos comunitarios que parten desde la reconciliación individual hasta la reconciliación con todos. Lo espiritual es lo que realmente nos llega, nos toca y nos transforma. Conocer, vivir y poner en
práctica la doctrina social de la iglesia para que nuestra acción no sea igual a la de una ONG. Surgen retos a la indagación: ¿cómo apoyar sin vulnerar los derechos de las poblaciones que habitan los territorios?, atendiendo las particularidades. Sanar es necesario para avanzar en la reconciliación. El acompañamiento de la Iglesia en los momentos de crisis, genera procesos de transformación. Generar espacios de encuentro entre víctimas y victimarios, que encuentren caminos de dialogo y perdón. Fortalecer el diálogo, el encuentro, la familia y la comunidad. 3. MEMORIA Y VERDAD PARA LA RECONCILIACIÓN Y LA PAZ
El objetivo del grupo fue posibilitar la discusión sobre el papel de la Memoria en la construcción de la paz y la reconciliación, así como debatir sobre los retos y desafíos. La pregunta que facilito el escenario fue: ¿Cuál es el papel de la memoria y la verdad en la construcción de la paz y la reconciliación? A la luz de este objetivo se realizó un ejercicio de evocación de los propios recuerdos a partir de un chocolate, con el objetivo de encuadrar el espacio y la temática desde las propias vivencias, y así evocar el primer recuerdo que se tuvo con dicho producto. Posteriormente, se encuadró la vivencia inmediata con la temática de la memoria, la cual se constituye como un reto para la construcción de la reconciliación bajo el proceso de recordar, sanar, transformar para la reconciliación y la paz. A continuación se leyó el texto “Historia de José y sus Hermanos”. Los participantes realizan el análisis del mismo, en donde se evidenció cómo dependiendo de la manera de recordar y de narrar los hechos se puede reconstruir la memoria. Esto evidenció la necesidad de sanar la propia memoria y poder elegir qué se quiere contar y qué se quiere transmitir a los hijos y a las generaciones siguientes.
4. FORTALECIMIENTO COMUNITARIO CONSTRUCCIÓN DE PAZ
EN
LA
RECONCILIACIÓN
Y
LA
La reflexión en esta mesa se realiza desde el texto de Isaías 2: 4, en donde se nos refiere una dinámica distinta, puesto que de las armas para la guerra surgirán herramientas de trabajo. Habla de un trabajo de transformación de las relaciones que generaran las condiciones básicas para la construcción de la paz.
El otro texto de Isaías 11 en donde se evoca un escenario de paz. De transiciones en donde se transforman las relaciones entre adversarios y enemigos naturales, y en este escenario es posible ir juntos, engordar juntos, caminar juntos, jugar juntos, compartir alimento y comer lo que el otro come. Se referencia la cotidianidad en donde todos vivimos y cómo podemos ver al otro no como un adversario sino como una persona, y como hermano. Otro aspecto es el liderazgo que la paz requiere. El texto de Isaías nos regala la imagen de un niño que nos invita a reconocer la sencillez y la ternura que se requieren para la transformación de las relaciones y la convivencia cotidiana. A partir de estas reflexiones se retomaron condiciones para la reconciliación:
Dignidad: construir un nuevo orden de las relaciones y pasa por la equidad. El bien común. Inclusión: recorrer un camino de humanización y lo primero es desmontar la violencia empezando por el lenguaje y pasando por las expresiones y comportamiento.
La pregunta motivadora de este grupo es ¿qué desafíos nos plantea en nuestros territorios la convivencia comunitaria para vivir la vocación y misión cristiana de la reconciliación? A partir de estas ideas se plantean las siguientes respuestas entre otras.
¿Cómo hablar un lenguaje esperanzador en unas realidades tan complejas? ¿cómo recuperar la confianza en el estado? ¿cómo formar desde la doctrina y cómo acompañar? Esto implica estar al lado de… y luchar con... Seguir apostándole a lo pequeño, porque es ahí donde se está recuperando confianza y se avanza hacia la reconciliación. Trabajar desde la familia para que sea posible este proceso de reconciliación y exista convivencia. La iglesia como eje central. Concepción de la iglesia católica de familia hoy. Formación sólida en familia y en valores cristianos. Reconciliación que no se limita al tema de la violencia de guerras. Involucrar aún más a los jóvenes, evaluar qué acciones se pueden realizar con los que optan por caminos inadecuados. Preparación de las comunidades en los nuevos escenarios más allá del proceso de negociación. No podemos garantizar cosas pero si podemos hacer que las instituciones hagan lo que les corresponde. Sabernos ubicar en lo que podamos garantizar y llevar a la
realidad: Nosotros mismos asumir el perdón; No somos capaces de aplicar la tolerancia; El amor y el sentido de la vida; Reconstrucción de la identidad. Conclusiones:
Trabajar por la familia, donde se construyen la convivencia ciudadana y se forjan las capacidades para las buenas o malas relaciones con la comunidad y el Estado. Trabajar por lo pequeño que es donde realmente se generan los cambios y se visibiliza la transformación. Generar procesos de confianza en las personas y en los diversos grupos poblacionales, desplazados, víctimas, reinsertados, paramilitares. El reconocimiento de los individuos como constructores de conflictos y que tenemos parte de la solución en la reconciliación. Desafíos hacia dentro de la iglesia: educarnos para la reconciliación e identificar cual es nuestro papel en el hacer en el camino de la reconciliación. Esto lo podemos lograr juntos, hombres y mujeres de todas las edades, con el ejercicio de la participación ciudadana, lucha contra la corrupción y recuperación de confianza en la gestión del estado. 5. CUIDADO DE LA CREACIÓN MEDIO AMBIENTE, TIERRA Y TERRITORIO.
A partir de las reflexiones presentadas en este eje temático se formula la siguiente pregunta ¿Cuáles son los retos que plantea el cuidado de la creación? A lo cual los participantes concluyen: 1. Es importante transformar una visión antropocéntrica hacía una bio-céntrica. Re significar la forma en la que concebimos la creación como una relación recíproca, de cuidado por la naturaleza y la creación. 2. Desaprender lo que nos han dicho acerca de que el desarrollo implica el consumo de los recursos de nuestro planeta. 3. Se necesita una alfabetización a los adultos en temas de ecología. Inversión en energías renovables. 4. Cambio: es importante el trabajo con niños / cómo desde la sociedad civil nos organizamos para cambiar las estructuras existentes. 5. Dar a conocer la encíclica Laudato Si: a través de las comunidades y ellos la trasmiten a sus familias, hijos, entre otros. Se contextualizó la actualidad respecto al cuidado de la creación. […] En términos de reconciliación con esta: […] debemos examinar nuestras vidas y reconocer de qué modo ofendemos a la creación de Dios con nuestras acciones y nuestra incapacidad de actuar.
Debemos hacer la experiencia de una conversión, de un cambio del corazón (LS 218). Se proyectó el video De Homo consumus a Homo responsabilus: https://www.youtube.com/watch?v=8a8eAqfA7qU el cual habla del consumismo. También se analizó la situación actual del país en cuanto medio ambiente, tierra y territorio, esbozando datos de nuestra riqueza a estos niveles. Se habló sobre los principales factores causantes del deterioro ambiental como ser: libre acceso a los recursos naturales; falta de mecanismos de cobro al daño causado por muchas actividades productivas; incentivos para el sector producto a internalizar los costos ambientales derivados de la producción y el consumo. 6. REPARACIÓN INTEGRAL A VICTIMAS En este espacio de trabajo las conclusiones se relacionaron a partir de los siguientes niveles: Personal, Comunitario, Organizacional, y Estructural A) Personal: Más que la reparación económica hay que buscar la sanación interior, con la que se llega al perdón, y este lleva a la reconciliación. B) Comunitario: Vencer la corrupción frente al caso de las pseudo victimas que exigen plata mientras que las reales piden la verdad. C) Organizacional: concientizar a las personas de las organizaciones sociales, públicas, privadas, políticas, de articularse para la reparación integral a las víctimas; compromiso personal, comunitario y organizacional. D) Estructural Idea principal: La mayoría de las víctimas no conocen las políticas públicas para ellas, la salida de una nueva ley opaca la anterior, no hay rendición clara de cuentas del presupuesto que hay para estas. Conocimiento claro de las diferentes políticas del Estado en materia de victimas sin confusión, y con un proceso de rendición de cuentas veraz. 7. NUEVAS EXPRESIONES DE VIOLENCIAS Se establecen los criterios de las nuevas expresiones de violencia de esta forma: 1- Violencia Urbana: el incremento en la inseguridad y en homicidios, hurtos, las lesiones personales, entre otras; misma que se agudiza en los cascos urbanos y tiene alta participación de la población juvenil. 2- La minería y la economía extractiva: la relación y diferencias entre la minería legal e ilegal genera violencia estructural, afectando a los mineros tradicionales y su cultura, y al medio ambiente.
3- Restitución de tierras: la relación conflictiva entre los tenedores actuales y los nuevos reclamantes de la tierra, tornándose en una amenaza de violencia directa entre los actores en el territorio. Entorno a estos escenarios se plantean las siguientes ideas: Las diferencias en el tratamiento dado a la minería ilegal puede generar estigmatización a los mineros campesinos y ancestrales. Cuando el estado realiza acciones son legales pero si las hace el campesino son ilegales, lo que permite la naturalización de la ilegalidad. En la restitución de tierras, la problemática se encuentra en la territoralización; es decir la re significación del territorio; debido a haya nuevas formas de construcción social después de los desplazamientos. No debe generalizarse la violencia urbana, pues en los territorios existe violencia de género o intrafamiliar. El conflicto armado ha invisibilizado otros tipos de violencia como la ejercida en contra de los migrantes irregulares, existiendo rutas que permiten aprovecharse de estas personas. El país es vía de tránsito. La consulta previa es una problemática seria, puesto que la institucionalidad no considera, en las decisiones que toma, a la población en general; igual hay actores que no respeta la autonomía de los territorios. Finalmente, se plantean desafíos entrono a cuatro aspectos: Minería: La comunidad cristiana debe promover las asociaciones y comunidades que re signifiquen el territorio y que los habitantes naturales de las localidades se empoderen de ello. Violencia Urbana: Generar procesos de corresponsabilidad en las instituciones y en los jóvenes para que participen de la arena pública. Restitución de Tierras: Se plantea la siguiente ruta de desafíos: 1. fortalecer la investigación; 2. facilitar la participación social; 3. la construcción de sujetos políticos; 4. generar red y tejido social. Migrantes irregulares: denunciar hechos que victimizan y que propician este tipo de tránsitos.
Síntesis de la jornada Dentro de las principales invitaciones y reflexiones que dejaron los intervinientes en los actos protocolarios, se resaltan las siguientes:
La Iglesia está llamada a trabajar en la reconciliación y la paz, teniendo en cuenta que esta no se construye homogéneamente, sino desde las regiones. El aporte de la Iglesia tiene que ver con contribuir a sanar a los afectados por la violencia, quienes claman por un rostro que los identifique como sobrevivientes y constructores de paz. La meta de la reconciliación es crear mujeres y hombres nuevos, por eso nos acercamos con humildad, con realismo, con profunda confianza a emprender un camino de la mano de Dios que nos reconcilia con él, nos permite generar espacios de encuentro y ser embajadores de la Reconciliación. En un segundo momento y como producto de la Conferencia Central: “VOCACIÓN Y MISIÓN CRISTIANA DE LA RECONCILIACIÓN” a cargo de Monseñor Fabio Suescún Mutis, emergieron las siguientes orientaciones: La fe es la puerta que nos permite entrar al misterio, al mundo maravilloso de Dios (cf.Heh 14,27). Es una fe comprometida con la persona humana y la sociedad. El ser humano es una creatura y por lo tanto limitado y necesitado de ayuda; desde su realidad busca la complementariedad para dar y se fortalecido por el otro. Hay que aprender a superar las diferencias e integrarlas para buscar un bien común; ha de buscarse con sinceridad un entendimiento entre las partes que conduzca a su reconciliación. Los acuerdos o tratados ayudan al cese de agresiones, pero se requiere que el corazón de cada persona se involucre en la reconciliación, para así posibilitar la paz como un fruto permanente. Por último en lo referente al conversatorio, denominado: PANORAMA DE NUEVAS CONFLICTIVIDADES COMO DESAFÍOS PARA LA RECONCILIACIÓN, hay que decir que se socializaron los resultados de la investigación sobre violencia juvenil urbana, en las que se identificaron como factores asociados de riesgo: narcotráfico, presencia e influencia de grupos de desmovilización paramilitar, uso inadecuado del tiempo libre, familias disfuncionales, jóvenes asumiendo roles de proveedores de recursos para el sustento, uso inadecuado del tiempo libre y satisfacción de estilos de vida a través de la violencia. Se identificaron las tendencias en el tránsito de violencia juvenil a violencia organizada, y algunas acciones locales de respuesta a esta problemática que no son suficientes.
Se plantearon algunas preguntas: a. Qué pasará en los centros urbanos en donde las FARC tienen más influencia, Qué pasará en las zonas receptoras de población desmovilizada y Qué estrategias de prevención se pueden implementar en estos contextos para evitar la violencia y los nuevos conflictos. El Dr. Vargas, abordó desde grupos étnicos y territorios, algunas dinámicas que se presentan en relación con los conflictos socio-ambientales y territoriales. Resaltó la importancia de que las acciones de intervención públicas y privadas deben incorporar una mirada territorial, que sea consciente del arraigo y de la construcción de identidad colectiva de las comunidades alrededor de sus territorios. También señaló cómo se están introduciendo formas criminales de apropiación de los recursos naturales (legales e ilegales) que se sobreponen al bien común y que mal interpretan la finalidad de la Utilidad Pública. En el caso de la minería inconstitucional que se desarrolla en su mayoría en los territorios de especial protección, afectan los derechos colectivos de las personas y la pervivencia de las comunidades. Siendo esto lo que más se debe cuestionar, una minería que atenta contra los derechos colectivos de las personas, la minería altamente contaminante que compromete la supervivencia de las comunidades, aquella que genera nuevas formas de desplazamiento. Como dato a resaltar, y suministrado por el ponente, se tiene que un alto porcentaje de las licencias para la explotación minera se conceden para grandes páramos lo cual por norma internacional, incluso para comunidades ancestrales- está rotundamente prohibido. Por último, el Padre Jhon Reina hace una resonancia sobre la importancia de la reconciliación de los diferentes actores de la sociedad, con la naturaleza, partiendo de un examen de conciencia profundo hacia un propósito de enmienda que posibilite la reparación del daño causado.
Día II: jueves 24 de septiembre. I.
Apertura del Día
El día jueves el congreso inició con la Santa Eucaristía precedida por el Excelentísimo Señor Cardenal Rubén Salazar. Posteriormente se presentó el hilo conductor del día anterior a manera de síntesis, y luego el objetivo del día:
Celebrar las opciones pastorales reconciliadoras y reconciliantes de la iglesia como signo de vida y luz de Colombia.
Se presenta un video que visibiliza las experiencias de la sociedad civil en procesos de construcción de paz.
II. Panel: “Pedagogías para la paz y la reconciliación” Monseñor Héctor Fabio Henao introdujo el tema de herramientas pedagógicas, mencionando que es pertinente enfatizar en la transformación social, a partir de tres niveles de relaciones que van desde lo micro a lo macro: 1. El primero corresponde a una transformación individual. 2. El segundo responde a un ámbito comunitario. 3. El tercero hace alusión a las relaciones institucionales. Menciona Monseñor Héctor Fabio Henao que para transformar las estructuras es necesario transformar la calidad de los elementos que las constituyen –salud, educación, familia, entre otras.- y la interacción entre estos ámbitos de la vida social. Por lo tanto la construcción de paz y reconciliación es una tarea que se ve permeada por las estructuras y viceversa. Además sostiene que el objetivo de este panel es dar a conocer algunas de las herramientas para la construcción de paz a través de los territorios que den pasos para la reconciliación. Experiencias en construcción de paz: La presentación de Roberto Vidal, del Instituto Pensar de la Universidad Javeriana, es mostrar cómo desde el Consejo Nacional de Paz se están desarrollando estrategias para la pedagogía para la paz en los colegios y universidades. Pese la oposición de algunos sectores, hay un consenso en que se necesita la educación, no solo como herramienta de paz sino también de cambio cultural, lo cual es necesario para lograr la construcción de paz. Esto no es algo nuevo en Colombia, ya que detrás de todos los procesos de paz siempre han existido intentos de educación para la paz. El objetivo es construir sobre lo construido e innovar en aquello que se deba innovar. No reducir la educación para la paz a herramientas y metodologías, sino generar una actitud hacia la paz.
No se puede relegar el proceso de reconciliación a las escuelas o comunidades, es tarea también del gobierno, los líderes políticos, gremiales y económicos. Se debe superar el enfoque local y generar espacios colectivos y diversos que faciliten mayor participación. El primer desafío de la educación para la paz en Colombia, es desmontar y revertir el proceso con el que se hizo la guerra; es decir, la humanización del enemigo, lo cual implica ver al otro como humano e igual, sobre una base sólida de respeto. El segundo es dejar de catalogarnos los unos a los otros como víctimas o victimarios, y más bien pensar que todos, de una u otra forma, han sido vez víctimas y victimarios, para romper estereotipos y humanizar a los otros. El tercero es estar preparados para la frustración. La educación para la paz se debe pensar como un programa de 40 años o más, en el cual habrá tropiezos pero donde debe prevalecer la perseverancia y la pertenencia de los diversos sectores. Pedagogía de construcción de paz”. Carlos Chica, Asesor de la Presidencia de la República en temas de pedagogías de paz, enfatiza que no se debe polarizar el mundo y traducirlo únicamente a blanco y negro. Menciona que la pedagogía para la paz no es la divulgación de los acuerdos en La Habana, pero que ésta está cerca y se debe seguir construyendo. Anima a no tener miedo a la paz y a perder el miedo de ser militantes de la paz. Muchos colombianos le tienen miedo porque no están acostumbrados a vivir en ella y la vislumbran como algo ajeno a su zona de confort. Chica agrega que, un encuentro como el Congreso de Reconciliación, tiene una visión prospectiva, es decir que, la guerra nos amarra al pasado y la paz al futuro. El conflicto en Colombia ha marcado escenarios de muerte como referentes del territorio, los niños en el país aprenden geografía a partir de masacres, muertes y desolación. Tanto la guerra como la paz son una construcción social, de forma tal que, cuando las cosas se construyen socialmente, solo se pueden modificar bajo este mismo marco. Por lo tanto, la pedagogía para la paz se debe dar en torno a la visión prospectiva, la visión de futuro, de transformación de la realidad como construcción social. Chica cierra su intervención señalando que es clave construir las agendas territoriales para la paz sin caudillismos ni la imposición del miedo, que recoja todos los intereses comunitarios. Por lo tanto, la propuesta de pedagogías para la paz está basada en mover sentimientos y emociones. Procesos pedagógicos de la reconciliación desde la Iglesia. Rosa Inés Floriano comienza su presentación resaltando que desde las comunidades siempre surge la necesidad de
saber cómo se pone en práctica las metodologías para la paz, que se han mencionado anteriormente. No existen recetas para la paz, se tiene que estar alimentando los principios pedagógicos básicos que se utilizan para la construcción de la paz. También se deben fortalecer pequeñas comunidades de aprendizaje en las que se viva la reconciliación. El SNPS llega a las comunidades a organizar grupos de aprendizajes y juntos construir la receta propia de la paz para dicha comunidad. El desafío pedagógico es dotar de sentido a las metodologías que ayuden a la transformación de relaciones, teniendo en cuenta que la pedagogía de paz no se limita a talleres sino que debe desinstalarse de la rigidez e ir a la vida cotidiana, porque ahí es donde se construye y se dio la guerra. El SNPS trabaja bajo la mirada prospectiva, la metodología se fundamenta en la construcción del futuro deseado y se da en la medida en que se construye el bien común. El futuro deseado es donde existan garantías para todos, en donde estemos todos, el cambio no debe ser del otro debe ser propio. Se deben cambiar tres nichos fundamentales: recuperar la capacidad comunitaria de resolver los propios problemas; cambiar las relaciones, no ver más las a los demás como enemigos; y acabar con la polarización entre las personas y la institucionalidad. A partir de los debates generados por los expositores se hace una ronda de preguntas y resonancias desde las regiones.
¿De qué depende seguir construyendo la paz en los territorios, en momentos donde surgen nuevos conflictos? la percepción desde el Instituto Pensar, es que los acuerdos de paz buscan separar la violencia de la política, terminar el conflicto armado no significa terminar con los conflictos políticos, estos deben ser tratados ahora desde las mismas comunidades. Se deben recuperar los espacios políticos para las comunidades. Por lo que, una educación para la paz implica una educación para la participación activa en la política y en la vida social. Carlos Chica resalta que es importante ver muchos temas que están dormidos en la educación para la paz, como: aprender a ser cristiano, a tener las cosas en sus justas proporciones, a comunicarse con los demás, es decir aprender a aprender los unos de los otros es la gran tarea de la pedagogía de paz.
¿Qué hacer con los integrantes de la fuerza pública, grupos paramilitares y FARC? Las prácticas ancestrales y comunitarias son una gran oportunidad de construir paz y recuperar lo que la violencia ha arrebatado.
¿Qué hacer con quienes intentan invisibilizar las acciones de paz y promueven la guerra? El Consejo Nacional de Paz organizó el encuentro nacional de paz con el fin de recuperar todas las iniciativas de paz, ya que la educación para la paz tiene diferente escenarios, desde la escuela, la Universidad, la comunidad, la educación no formal, ONG, hasta grupos étnicos, populares y comunitarios, los mismos son escenarios e iniciativas complementarias y no divergentes. Esta respuesta se complementó señalando que el acuerdo de La Habana es un pretexto para lograr una transformación, un cambio de roles sociales que impacten en un gran cambio social. ¿Qué van a hacer las ONG sin conflictos? Esta es una oportunidad clave para reinventarse a partir de los acuerdos de La Habana.
III. Panel “La reconciliación desde el compromiso del centro de la evangelización de lo social de la Conferencia Episcopal de Colombia” El moderador para este panel fue el Padre Luis Andrés Bustacara. El panel versa sobre cuestiones como ¿Cuál es el trabajo de la Iglesia colombiana en favor de la reconciliación? ¿Cuáles son los agentes que más deben apoyar, para la Iglesia, en ese trabajo de reconciliación? Y ¿Cuál es la labor de su departamento u oficina a favor de la reconciliación? Monseñor José Daniel Falla Robles, Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia, inauguró la conversación recordando que no se debe perder nunca de vista qué es el ser humano, y alrededor de quién debe girar el trabajo desde la Iglesia. Se debe entender que Jesucristo entregó su vida para salvar al hombre, por ello se debe ser cuidadoso, y no perder de vista la misión cristiana en la que se rescata al ser humano en su integralidad y totalidad, de su problemática, de las difíciles realidades, y de los enredos en las teorías, teniendo en cuenta todas sus dimensiones. Por lo cual, es importante y pertinente, plantearse la pregunta ¿Cuál es la reconciliación que Cristo quiso traer al mundo? Considerando que lo primero es la reconciliación con Dios, colocando en el centro de todo la relación con Dios y con la obra de su creación. Por otro lado, emerge la necesidad de perdonar para poder seguir escalando los pasos hacia la reconciliación. Esto requiere un trinomio, compuesto por: perdón, reconciliación y paz. Se le planteó a Monseñor Falla la pregunta: ¿Cuál es la labor de los departamentos en la reconciliación? Desde la conferencia episcopal, la visión principal es no perder de vista que el ser humano en su dignidad es el centro de la historia y del mundo, que por medio de esto nadie olvide en donde está la obra salvífica realizada por Jesucristo; esta es entender que ÉL dio su vida para rescatar a cada ser humano existente.
Por más que se tenga fe, muchas veces el ser humano suele quedarse estancado en la teoría y en las ciencias, perdiendo de vista la misión de la Iglesia. Ante esta situación, Jesucristo pone en cabeza del episcopado la tarea de rutar y recordar el cambio para no perder de vista la misión de la Iglesia, en la cual la vida de cada agente pastoral es rescatar a cada ser humano. El Congreso de la Reconciliación nos insta a no olvidar cuál es la obra salvífica de Cristo, porque si es así, tristemente construiremos una reconciliación que no sea duradera. El Padre Darío Echeverri, Secretario General de la Comisión Nacional de Conciliación, planteó que la preocupación general y permanente desde la Conferencia Episcopal de Colombia es cómo hacer presente a Cristo en la transformación del conflicto. Hay una necesidad de la figura de Cristo, presente en el diseño de políticas públicas para el trabajo con los actores violentos, en la realidad de las víctimas. Por lo cual antes de hablar de reconciliación se debe hablar de re dignificación y aquí es menester acompañar a los diferentes actores en el proceso de reconversión. Se hace un llamado sobre la importancia de tener claras las responsabilidades de todos los actores sociales -desde los diferentes lugares y roles- en la consolidación de la paz. Una responsabilidad general y compartida por todos es la clave del cumplimiento de los acuerdos que se firmen entre el Gobierno y las FARC. Así, entendemos el papel de la Conferencia como el centro de la dimensión de la evangelización de lo social, a través del acompañamiento a las víctimas y a los victimarios con diálogos pastorales. Es imprescindible hacer incidencia, mediante diálogos pastorales, en el dialogo con las comunidades en medio del conflicto. ¿Cómo estaremos presentes en la veeduría de los acuerdos entre los actores armados y el gobierno nacional?, “queremos estar presentes en la veeduría del desarrollo de la reparación” ¿cuál va a ser nuestra respuesta en la reintegración?, “queremos estar presentes en un nuevo lenguaje que permita la reconciliación”. El Padre Pedro Mercado, Secretario adjunto para las relaciones Iglesia – Estado, señaló que en medio de la desesperanza y dolor de tantas personas, ver que tanta gente participe en el congreso llena el corazón, ya que los presentes son personas que creen que ya es suficiente de guerra, odios y venganzas, así que es el momento oportuno de hacer la paz, la reconciliación y el perdón. Destacó que la CEC ha acompañado el proceso de paz de La Habana, al igual que muchas otras iniciativas de construcción de paz desde la sociedad civil. Sin embargo, el mayor desafío es construir escenarios de paz, porque en la realidad, en el campo en el que él se
desempeña y en el recorrido que se ha llevado a cabo, es aún preocupante cómo autoridades locales en los diferentes territorios no muestran un compromiso determinante e incidente con la búsqueda de paz, y han optado por darle la espala al proceso. A esto se le suma, que también es importante la necesidad de impulsar desde la Iglesia y sus agentes pastorales, la construcción regional y local de la paz. El Padre Mercado también constató una falta de claridad en el conflicto, ya que pareciera que el conflicto fuera únicamente entre las FARC y el Gobierno. Por lo cual, hace falta visibilizar las situaciones con la familia, los niños, los jóvenes. En este sentido, la única tarea que él tiene es facilitar -mediante contactos con los funcionarios del Estado- la construcción de iniciativas administrativas o legislativas que permitan la construcción de paz y reconciliación. Para la Iglesia es una prioridad el acompañamiento no sólo a las víctimas del conflicto armado, sino también las de las nuevas violencias que sacuden al país. Por lo tanto, hay que trabajar por el respeto de los derechos humanos, por unas mejores condiciones de salud y educación, es decir, trabajar en torno a la conciliación. Para concluir su intervención, el Padre invita a revisar el libro “Los Mínimos para la Paz”, en dónde se resalta que el acompañamiento a las víctimas del conflicto, la pobreza y la marginación, es una necesidad, lo que requiere trabajar arduamente por una cultura que permita desaprender la violencia y que conlleve a la resolución pacífica de los conflictos. El Padre José Elver Rojas, Director del Departamento de Comunicaciones, socializó la misión de su departamento que consiste en empoderar a los comunicadores católicos de un lenguaje de perdón, reconciliación y convivencia, que contribuya a generar un ambiente necesario de paz. Enfatizando que el perdón, la reconciliación y la paz son acciones transversales a todos los departamentos. Por otro lado, comentó que se creó la aplicación yo oro por la paz y un curso virtual para locutores y productores de radio. Este proyecto desemboca en una mesa común que se llama RECOMPAZ, una red de comunicación por el perdón y la construcción de paz. La Doctora Danelia Cardona, Directora del Departamento de Promoción y Defensa de la Vida, inició su ponencia con una reflexión del Papa Francisco: “Si quieres la paz trabaja por la justicia, si quieres la justicia trabaja por la vida”. Señala que cuando se habla de vida es en un sentido amplio, desde un enfoque personalista y centrado en la persona, en su dignidad, por ello ha trabajado desde la promoción de dicha dignidad con talleres de formación que se da desde una antropología cristiana y de humanización, donde lo realmente importante es poder visibilizar la experiencia del otro, acogiendo la narrativa del otro inmerso en conflicto.
Así mismo enfatizó la importancia de llevar a cabo procesos de formación humana, porque la primera persona con la que se debe reconciliar es con uno mismo, para poder reconciliarse con el otro. Así se ha trabajado en equipo con la comisión de conciliación sobre acompañamiento psicosocial a las víctimas. Finalmente, la Doctora Cardona invitó, desde su mirada como psiquiatra, a no seguir cayendo en la lógica perversa de dividir el mundo entre los buenos y malos, ya que no existen personas malas sino personas que son permeadas por la toma de malas decisiones y acciones que generan daño, pero no por eso son intrínsecamente malas. Po ello el perdón se presenta como una acción ineludible para la reconstrucción del tejido social, a través del hombre como obra de Dios. Este panel concluyó rescatando varios elementos importantes de las diferentes ponencias. Por un lado, se debe tener presente no perder de vista que es alrededor del ser humano que debe girar el trabajo desde la Iglesia. Mientras que por otro lado, es necesario perdonar para acercarse a la reconciliación, esto va de la mano con la necesidad de construir y promover la paz desde la Iglesia con un lenguaje que no polarice, y que por el contrario, unifique un único entorno con gran propósito de reconciliación y paz. Además, las tareas conjuntas de la Iglesia colombiana, desde el Centro de la Evangelización de la dimensión social, se deben llevar a cabo desde el departamento de comunicaciones, departamento de promoción y defensa de la vida, relaciones Iglesia-Estado y la comisión nacional de conciliación.
IV. Reflexiones sobre el recorrido por el jardín de la reconciliación a partir del trabajo en grupo “Herramientas pedagógicas para la reconciliación territorial” – Monseñor Héctor Fabio Henao. Monseñor Héctor Fabio hace varias reflexiones luego del recorrido por los árboles de la reconciliación, producto del trabajo por regiones en la jornada del jueves 24 de septiembre. Lo primero sobre lo que llama la atención, es la importancia de mirar la realidad en perspectiva propositiva y de cambio y no desde los problemas. De esta manera será posible avanzar hacia la reconciliación. La segunda reflexión se centra en la importancia del conjunto, de las relaciones entre partes, de entender la reconciliación como un tejido. La necesidad de mirar la realidad en su integralidad y en función del bien común. Donde cobre valor lo comunitario y la reconstrucción de las relaciones.
Otra de las reflexiones alude a la necesidad de la aceptación y convivencia en la diferencia. Sólo de esta manera, se resalta, será posible llegar a la reconciliación. Por último, se hace el llamado por parte de Monseñor Henao a pensar desde ya en qué relaciones se deben afianzar con otros actores y en cuáles son los nuevos actores con los que se debe trabajar de manera corresponsable, para lograr la incidencia que se quiere hacia la consecución de la paz y la reconciliación. V. Panel: ¡Reconciliémonos, seámonos camino de esperanza! Este empezó con la ponencia “Economía solidaria de María Beltrán”, de la Asociación Vida y Campo de Norte de Santander. Se hizo énfasis en que los cultivos agrícolas se ven fuertemente afectados por los cultivos ilícitos y el mal estado de las vías. Sin embargo, también se destacó la importancia del acompañamiento de la Diócesis de Tibú, en el favorecimiento de las relaciones asociativas entre las mujeres solidarias con otros actores del territorio, como los campesinos, para la generación de fuentes de ingresos. María, representante de la región, subrayó cómo la experiencia de asociación inicial, en torno a la producción y auto-sostenibilidad, se convirtió en el impulso para el surgimiento de nuevas iniciativas en el territorio. Por otra parte, contó la historia de once madres comunitarias, cabezas de hogar, con un sueldo de $150.000 pesos, que se unieron para mejorar sus ingresos con el fin de satisfacer las necesidades de las respectivas familias. Estas madres comunitarias se reunieron con funcionarios de la Diócesis, quienes les dieron la idea de organizarse en otros aspectos como el reciclaje. De esta forma, las mujeres optaron por montar una tienda para suministrar alimentos a los hogares comunitarios, y contaron con el apoyo de la Diócesis para esta labor. Igualmente, empezaron a trabajar con restaurantes y Bienestar Familiar y así a ayudar a los campesinos mediante intercambio de víveres o con transacciones monetarias, que ayudan a los campesinos con la venta de productos. Igualmente, comentó que en el territorio se llevó a cabo un proyecto de paz territorial, donde convergen elementos de salud, educación, infraestructura y comunicaciones. Seguida a esta alocución, Elena Tinoco del Programa de Desarrollo para la paz (PRODEPAZ) del Magdalena Centro, empezó su presentación “Participación de los pobres en el fortalecimiento de la democracia”. La ponente resaltó el proceso de formación que han recibido las comunidades de los diferentes municipios del Magdalena Centro en democracia y participación política, lo cual ha permitido que los pobladores se empoderen y se reconozcan como ciudadanos activos en la transformación de sus realidades. Es así como la misma exponente de esta experiencia regional, es actualmente candidata al Concejo, lo cual en sus propias palabras “se ha convertido en una muestra para los pobladores de la posibilidad que tienen para demostrarse a sí mismos y a los políticos
tradicionales, que de la base de las comunidades están saliendo líderes y lideresas capaces de hacer política de forma transparente, responsable y al servicio de las necesidades y principales problemáticas de los territorios”. Comentó además que la metodología para una mayor participación de los pobres en la democracia radica en darle valor a la persona, construir mesas y encuentros con los pobladores, capacitaciones en participación política para demostrar que se es capaz de hacer política limpia. Sin embargo, para finalizar su intervención, señala que la tarea no es tan fácil, hay dos grandes retos: sensibilizar a la comunidad sobre la política y llevar procesos de reconciliación desde el nivel personal, familia, comunitario y municipal. Finalizada la ponencia de Elena Tinoco se dio inicio a la presentación “Formación de liderazgo y ciudadanía plena para La Transformación de la Realidad” de José Gabriel Porras, de la Comunidad sin Frontera, Ventaquemada, Arquidiócesis de Tunja. José enfocó su discurso en el empoderamiento de pobladores para la participación activa en la transformación de sus realidades. Muestra de ello, es el ejercicio de construcción del plan de desarrollo comunal de la vereda, para ser presentado al próximo alcalde local. Destacó así mismo, cómo desde estas iniciativas es que se comienza a construir los cambios y futuros deseados de las comunidades. Además, el aporte a la reconciliación en la región está dado por la construcción de una visión común que permite superar la indiferencia y generar lazos comunitarios. Igualmente, señaló que hay un desplazamiento del municipio producido por la poca inversión social. Terminada la ponencia anterior, se inició la última ponencia del día, la exposición “La reconciliación para los Embera Katio” en el Sur de Córdoba a cargo del Señor César Antonio Bailarín. En esta se presentó de manera muy general la realidad actual de los pueblos indígenas en el Sur de Córdoba. Coexisten problemas con comunidades campesinas, empresas, ganaderos y está fuertemente amenazada por la pervivencia a través de la practicas de grupos armados ilegales, como las minas antipersona y otras acciones violentas, la explotación minera, el desplazamiento, entre otros. Sin embargo, aún en medio de las adversidades, con el acompañamiento de actores como la Iglesia y el Centro de Investigaciones y Educación Popular (CINEP), se han fortalecido en su autonomía a los diferentes grupos indígenas y en la capacidad de exigibilidad de sus derechos. Síntesis de la jornada La presentación del video experiencias de reconciliación desde la sociedad civil, en el que el testimonio de la mujer de Montelibano, la comunidad indígena del Caguán, la experiencia de los habitantes del barrio Los Comuneros en Garzón y finalmente la iniciativa de recuperación del rio Rumiyaco, dejan las valiosas reflexiones, resumidas así:
en la centralidad de la reconciliación, está la palabra transformación, transformación de las relaciones en los niveles personal (en cuanto a percepciones, emociones, actitudes), a nivel comunitario, a partir de transformar los intereses que congregan a la comunidad, promover el acercamiento real y fraterno, cambiar el sentido de la vecindad, hacer prójimo. Un nivel institucional en el que es necesario promover dialogo, aprender a participar en las instancias de participación ciudadana y la incidencia política. Un último nivel estructural, en el que tocar el fondo de las estructuras es incidir en la política social, en la cultura, en la educación, para el cambio social. Con relación al panel sobre pedagogías para la paz, la mirada de la Iglesia, de la academia y del gobierno coincidieron en estos planteamientos: hay consenso de la sociedad en la necesidad de una educación para la paz y el cambio cultural, el trabajo por la paz no es nada nuevo para nosotros como sociedad colombiana desde hace mucho tiempo a tras lo venimos haciendo. La educación o la pedagogía para la paz “es un asunto colectivo de transformación social profunda de mentes y corazones”, la paz se construye desde la cotidianidad. Sin embargo la aproximación a estos planteamientos tuvo sus particularidades: El profesor Roberto Vidal del Instituto Pensar de la Javeriana, nos alertó de los siguientes desafíos en torno a la educación para la paz: Primero es necesario humanizar al enemigo, desmontar el sentimiento de celebrar la muerte del enemigo, y esto es posible, viendo al otro como humano, con dialogo sobre la base del respeto, renunciando al monopolio de la victimización, es decir a la idea de que mi enemigo es el culpable de todo, dejar de lado los estereotipos. Otro Desafío se relaciona con la necesidad de asumir la educación para la paz como un proyecto a largo plazo de 20, 30 años. Asumir de alguna manera la frustración. Por su parte el sr. Carlos Chica del Grupo de Pedagogía para la Paz de la Presidencia de la República, manifiesta que hay que perderle el miedo a la paz, hay que transformar los referentes de muerte en que se convirtieron muchos territorios en el país. Que mientras que el conflicto nos ata al pasado, la paz nos plantea un escenario esperanzador de caminar hacia el futuro, y en este caminar resalta la importancia de la construcción colectiva y del acompañamiento psicosocial para tratar por ejemplo los miedos y la rabia. Por ultimo Rosa Inés de la Pastoral Social Nacional, hizo una invitación a desinstalar la pedagogía de la paz de la rigidez teórica, para vivirla y comprenderla en la cotidianidad de la gente, en lo personal, lo comunitario y en el territorio, donde la paz tiene lugar desde lo pequeño y desde adentro como el grano de mostaza y la levadura.
Ligado a este momento de ponencias, el Centro de Evangelización de lo Social, de la Conferencia Episcopal de Colombia, también presentó las diferentes acciones que vine desarrollando a nivel de las relaciones Estado- Iglesia, haciendo seguimiento legislativo e incidencia política para la garantía de los derechos humanos. Una Iglesia activa y creativa en acciones comunicativas que trabaja por transformar el lenguaje violento, en leguaje de perdón, reconciliación y paz, y que contribuye a la búsqueda de salidas políticas al conflicto social y armado, así como a la defensa de la vida. Posterior a este ciclo de ponencias que estuvo acompañado de preguntas y reflexiones del público, se tuvo en horas de la tarde un espacio de trabajo en grupos por regionales, en el que a partir de las experiencias de reconciliación surgidas en comunidades, organizaciones, territorios, jurisdicciones eclesiásticas, se compartieron las herramientas de reconciliación, a partir de tres preguntas orientadoras: una referida a enfoques y metodologías que dieron origen a las experiencias en reconciliación, otra a los resultados obtenidos y la última referida a los actores y escenarios que debemos vincular para afianzar la reconciliación, las respuestas a estas preguntas se reflejaron en unos pequeños árboles, que posteriormente pasaron a conformar el “jardín de la reconciliación”. Para cerrar el día, los testimonios de Luz Mary, José Gabriel Porras, Elena Tinoco y Cesar Antonio Bailarín, alertaron sobre los múltiples desafíos de la reconciliación en los territorios, pero también de los esperanzadores procesos que ellos y sus comunidades han decidido adelantar para lograr sostenimiento económico, inclusión social, comunidad, soberanía territorial, convivencia pacífica.
Día III: viernes 25 de septiembre. La tercera y última jornada del congreso inició con el objetivo del día: contribuir en la labor de incidencia para la construcción de paz en Colombia.
I. Lanzamiento Cartilla Pedagógica “Artesanos del Perdón, la Reconciliación y la Paz” de la Conferencia Episcopal de Colombia – Monseñor Oscar Urbina. Inicialmente se toma la metáfora del artesano, porque un artesano debe trabajar con constancia, paciencia, creatividad y con amor. Paralelamente se llama la atención una vez más sobre la construcción territorial de la paz y no de manera homogénea. Se retoman las palabras del Papa Francisco de “Felices los que trabajan por la paz”. No son
bienaventurados los que hablan de paz, sino los que trabajan por ella de manera constante e incansable. Desde la Iglesia se invita a trabajar desde la esperanza en la transformación de nuestra realidad, sin que se deje de sanar la memoria y las heridas del pasado. Así mismo no se debe olvidar que un camino vital para llegar a la paz es la educación, más aun cuando estamos en una sociedad del conocimiento. Se hace la invitación a seguir muy atentos a la violencia que se deriva del conflicto armado, pero también a abrir los ojos a las nuevas formas de violencia, la violencia digital, el matoneo, la corrupción pública y privada, etc. Dentro de las raíces que se deben impactar desde nuestro acompañamiento para la transformación de la realidad, están: la ruptura con Dios, ruptura con nosotros mismos reflejada en los desequilibrios psicológicos de las personas, las rupturas con los otros y la ruptura con la creación. Dado que la Iglesia cubre todo el territorio, es importante convertirse en comunidad memoria, ya que es la memoria la que nos debe decir qué no debe volver a ocurrir, para trascender después a comunidad de esperanza. Siempre que vayamos a hacer acompañamiento en la construcción de paz, debemos partir de un análisis lúcido y crítico de la realidad. Se destaca la necesidad de trabajar sobre el perdón y la solidaridad para ser capaces de acoger a los agresores y convivir en paz. En este sentido, añade Monseñor Urbina -que la iglesia y todo agente de pastoral- debe posibilitar la sanación a través del relato, pues el relato sana las heridas y con el permitimos que se objetive la experiencia. Finalmente, señala Monseñor Urbina que es más fácil hacer la guerra que la paz, pero que a su vez, es mucho más barato hacer la paz, ya que la paz empieza por una sola persona, y es una construcción comunitaria, donde todos son invitados. Nadie puede sentirse excluido. II. Panel Agentes de Pastoral de Paz y Reconciliación Monseñor Héctor Fabio introduce la pregunta a los panelistas sobre cómo entienden y qué han hecho por la reconciliación, desde su rol como agentes de pastoral. Al respecto la Sra Miyela Riascos, representante de la Diócesis de Buenaventura responde que se han venido desarrollando Comités de promoción de la dignidad, conversatorios para el crecimiento personal y fortalecimiento de las relaciones entre la comunidad.
La reconciliación pasa por que cada persona saque todas sus posibilidades. Pasa por darle un espacio a cada persona en la comunidad. Pasa por reconciliarme con una comunidad que reconozca mis potencialidades. Cuando esto sale a flote, la realidad cambia, plantea Monseñor para recoger lo central con relación a su pregunta inicial. Monseñor realiza la pregunta sobre cuáles son los principales elementos que debería tener un cuadro o una pintura de la reconciliación. Al respecto, el señor Jesús Abel Sánchez, representante de la Diócesis de Florencia responde que dichos elementos deben ser: la paz con Dios, armonía con la naturaleza y el don de la escucha, lo cual es muy valioso para las víctimas del conflicto. A esta pregunta el Padre Leonel Comas, añade la aceptación de las diferencias. Dentro de la intervención del Padre Leonel Comas de la Diócesis de Magangué, se llama la atención sobre la importancia de trabajar con los señores Obispos para que el tema de la reconciliación sea incluido como uno de los temas gruesos dentro de los planes de pastoral. Así mismo, invita a todos los equipos de Pastoral a trabajar sin miedo por la reconciliación. Dentro de las preguntas e intervenciones que emergieron del conversatorio, aparecieron las siguientes: ¿Qué metodologías deben tener en cuenta los agentes de Pastoral para transformar las realidades y para la construcción de la paz, desde la experiencia de los panelistas? Hay que inspirarse en el evangelio, dice el Padre Leonel de la Diócesis de Magangué. Hay que ser conscientes que para que la reconciliación sea una realidad se requiere trabajar en todos los escenarios, comenzando desde la familia, pero trascendiendo a otros espacios, y se debe hacer sin temor. Respecto a la pregunta dice Jesús Abel Sánchez de la Diócesis de Florencia, que es importante fortalecer las iniciativas locales de paz y seguir empoderando a las comunidades para que sean agentes de cambio. Igualmente, Miyela Riascos de la Diócesis de Buenaventura dice que lo primero que se debe hacer en la construcción de paz es aceptarnos como herramientas de Jesús en la transformación de las realidades. A lo anterior, un participante de Tumaco añade que la mejor metodología es la del encuentro, que permite que todos seamos vistos como hermanos, de acuerdo con una intervención de un representante de Tumaco.
¿Qué se ha hecho, o qué está pendiente hacer con la fuerza pública en materia de reconciliación? Lo primero es recuperar la confianza de la fuerza pública, restablecer las relaciones entre ésta y la comunidad, dice el Padre Leonel. No hay que olvidar que detrás del uniformado hay un ser humano, y a él hay que llegar en un trabajo incluyente por la reconciliación.
¿Cómo se ve la relación entre desarrollo y reconciliación? ¿Cómo se pueden complementar? Esta relación es fundamental desde el inicio, pues de qué sirve hablar de reconciliación si no se tienen resueltas las necesidades básicas de las personas, si no existe la dignidad humana. Lo anterior tiene que ver con las garantías del Estado para el ejercicio de los derechos fundamentales.